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Ello representa que los alumnos comprendan a fondo el enunciado del problema, así
también que identifiquen la información esencial para poder resolverlo. Este ejercicio es
fundamental para trazar la ruta de solución. A menudo, los alumnos obtienen resultados
incorrectos solamente por una mala lectura del enunciado, por lo tanto es conveniente
averiguar cómo analizan la información que reciben de manera oral o escrita.
2. Plantear rutas de solución
Conviene insistir en que sean los alumnos quienes propongan el camino a seguir. Si es la
primera vez que se aborda un problema de esta manera habrá desconcierto al principio,
pero poco a poco se notará un ambiente distinto: los alumnos compartirán ideas, habrá
acuerdos y desacuerdos, se expresarán con libertad y se tendrá la certeza de que
reflexionan en torno al problema que tratan de resolver. Aquí el papel del docente es
propiciar un diálogo productivo, no ofrecer soluciones.
3. Trabajar en equipo
Esta estrategia ofrece a los alumnos la posibilidad de expresar sus ideas y enriquecerlas
con las opiniones de los demás, desarrollar la actitud de colaboración y la habilidad para
fundamentar sus argumentos y facilita la puesta en común de los procedimientos que
encuentran. El maestro debe insistir en que todos los integrantes asuman la
responsabilidad de resolver la tarea, no de manera individual sino colectiva.
4. Manejar adecuadamente el tiempo
Una clase en la que los alumnos resuelven problemas con sus propios medios, discuten y
analizan sus procedimientos y resultados implica más tiempo. Esta condición orilla a que
algunos maestros vuelvan al esquema en el que ellos dan la clase mientras los alumnos
escuchan, aunque no comprendan; pero es más provechoso dedicar tiempo a que los
alumnos logren conocimientos con significado, desarrollen habilidades para resolver
diversos problemas y sigan aprendiendo, en vez de llenarlos con información que pronto
olvidarán. Si ellos comprenden lo que estudian, se evita repetir las mismas explicaciones,
y se alcanzarán mejores resultados. Asimismo, es indispensable prever tiempo para
analizar con los alumnos lo que producen, aclarar ideas, aportar información o
explicaciones necesarias para que puedan avanzar en sus conclusiones y también tiempo
para formalizar los conocimientos implicados en los problemas.
5. Diversificar el tipo de problemas
Conviene pensar en situaciones o actividades que propicien la aplicación de diferentes
herramientas matemáticas o que impliquen el uso de la tecnología.
6. Incluir en la planificación actividades adicionales
Esto para aquellos alumnos que pueden enfrentar situaciones más complejas o para los
que necesiten apoyo para comprender los conceptos matemáticos.
7. Compartir experiencias con otros profesores
Es de gran ayuda compartir experiencias con otros docentes en torno al estudio de las
matemáticas, pues, sean estas exitosas o no, les permitirá mejorar permanentemente su
trabajo.
Beneficios al trabajar la resolución de problemas matemáticos de esta manera:
-Se logra que los alumnos construyan conocimientos y habilidades con sentido y
significado.
-Se crea un ambiente de trabajo que brinda a los alumnos la oportunidad de aprender a
enfrentar diferentes tipos de problemas.
-Los alumnos piensan, comentan, discuten con interés y aprenden.
– Permite a los estudiantes formular argumentos, emplear distintas técnicas en función
del problema que se trata de resolver, y a aprovechar el lenguaje matemático para
comunicar o interpretar ideas.
– Se fomenta la autonomía y aumenta la confianza del alumno en sí mismo y en sus
capacidades.
Bajo este enfoque es necesario señalar que los errores de los alumnos son una oportunidad
de aprendizaje para ellos y también para el maestro, en la medida en que estos se analicen,
discutan y se tomen como base para orientar estrategias de aprendizaje.
¡Espero que la información te haya sido de utilidad!
Referencias:
Aprendizajes Clave para la educación integral, SEP, 2017
COMO ELABORAR RUBRICAS
Como todo proceso, el de enseñanza- aprendizaje debe ser objeto de una evaluación
continua, ya que de esta manera podremos realizar los ajustes necesarios para lograr
mejorar. En este sentido, la evaluación es un insumo fundamental para promover el
aprendizaje de los estudiantes pues permite valorar el nivel de desempeño y el logro de
los aprendizajes esperados; así como identificar los orígenes de las dificultades que se
traducen en aprendizajes no alcanzados.
Para esto, existen diferentes técnicas e instrumentos que podemos emplear para poder
evaluar de una manera pertinente el nivel de logro de los aprendizajes de los alumnos.
Uno de los más recomendables son las rúbricas de evaluación, pertenecientes a la técnica
del análisis del desempeño.