A quien quejas ni llanto no han valido; Hoy parte quien tomara por partido Tambien de su vivir ser apartado.
Hoy es cuando mis ojos han trocado
El veros por un llanto dolorido; Hoy vuestro desear será cumplido, Pues voy do he de morir desesperado.
Hoy parto y llego á la postrer jornada,
La cual deseo ya mas que ninguna, Por verme en alguna hora descansada.
Y porque con mi muerte mi fortuna
Os quite á vos de ser importunada, Y á mi quite el vivir, que me importuna.
Hoy, este día fue una copa plena,
hoy, este día fue la inmensa ola, hoy, fue toda la tierra. Hoy el mar tempestuoso nos levantó en un beso tan alto que temblamos a la luz de un relámpago y, atados, descendimos a sumergirnos sin desenlazamos. Hoy nuestros cuerpos se hicieron extensos, crecieron hasta el límite del mundo y rodaron fundiéndose en una sola gota de cera o meteoro. Entre tú y yo se abrió una nueva puerta y alguien, sin rostro aún, allí nos esperaba.