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Reconocimiento y ejecución del Laudo Arbitral.

El laudo de un tribunal es obligatorio para todas las partes en el procedimiento, y las partes deben
cumplirlo de conformidad con sus términos Art53 (1). Si una parte no cumple con el laudo, la otra
parte puede procurar el reconocimiento y la ejecución de las obligaciones pecuniarias en los
tribunales de cualquier Estado Miembro del CIADI como si se tratara de una sentencia firme de los
tribunales de dicho estado.
Así tanto el ordenamiento nacional como los tratados internacionales vigentes exigen entre otras
condiciones para el reconocimiento o la ejecución de una decisión extranjera.
El laudo arbitral también se le conoce como sentencia arbitral. Es emitida por los tribunales
arbitrales.
El laudo arbitral constituye la decisión final que dictan los árbitros resolviendo el fondo del asunto
y dando fin a la controversia, lo cual es la decisión más importante en el proceso arbitral.
Los asuntos que conocen los tribunales arbitrales no pueden y no deben conocer los jueces
ordinarios del Estado.
El laudo o sentencia arbitral corresponde al fin del litigio el cual sometieron las partes a criterio
del tribunal arbitral, sin embargo se requiere de un reconocimiento de dicha sentencia para
posteriormente proceder a la ejecución y para esto, la sentencia debe de someterse a dos
procesos: a) Al exequátur, que dentro del arbitraje Comercial Internacional se refiere al
mandamiento por medio del cual se ordena ejecutar el laudo extranjero y b) La homologación,
se refiere a la verificación por parte del Juez de los requisitos exigidos para su cumplimiento y
reconocimiento como una sentencia nacional. Es decir, el exequátur es la resolución judicial por la
cual se ordena a los tribunales que ejecuten la sentencia pronunciada por tribunales extranjeros y
la homologación es un reconocimiento por parte del tribunal público para continuar a su ejecución
con el presupuesto de que se han cumplido todos los requisitos para ser ejecutado.

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