Está en la página 1de 14

Libertad

La libertad (en latín: libertas, -ātis)?1 en sentido amplio es la capacidad de la conciencia para pensar
y obrar según la propia voluntad de la persona.
Según las acepciones 1, 2, 3 y 4 de este término en el diccionario de la Real Academia Española,1 el
estado de libertad define la situación, circunstancias o condiciones de quien no es esclavo, ni sujeto,
ni impuesto al deseo de otros de forma coercitiva. En otras palabras, aquello que permite a alguien
decidir si quiere hacer algo o no, lo hace libre, pero también responsable de sus actos en la medida
en que comprenda las consecuencias de ellos. Pues la libertad implica una clara opción por el bien y
el mal, solo desde esta opción se estaría actuando desde la concepción de la teleología.[cita requerida]
La quinta acepción del término1 define la libertad como la «facultad que se disfruta en las naciones
bien gobernadas de hacer y decir cuanto no se oponga a las leyes ni a las buenas costumbres». Con
base en ello, la protección de la libertad interpersonal es objeto de una investigación social y política.
El fundamento metafísico de la libertad interior es una cuestión psicológica y filosófica. Ambas
formas de la libertad se unen en cada individuo como lo interno y lo externo de una malla de valores,
juntos en una dinámica de compromiso.
Consideraciones filosóficas
La libertad como desaparición de opresión significa no querer subyugar ni ser subyugado, e implica
el fin de un estado de servidumbre. El logro de esta forma de la libertad depende de una
combinación de la resistencia del individuo (o grupo) y su entorno.
Las leyes artificiales limitan esta forma de libertad, por ejemplo, nadie es libre de no ser representado
por políticos dentro de una nación (aunque podamos o no ser libres para intentarlo).
Las leyes naturales, como las leyes físicas, o la ley de la gravedad, son también un fundamento
importante para la libertad de todos los seres vivos existentes en el universo.
La ética filosófica señala que la libertad es inherente al humano, es un dato fundamental originario de
la existencia humana, fundamentado en la autoconciencia y la responsabilidad moral. Por tanto, el
individuo humano no puede remitir su propia libertad/responsabilidad a ningún otro y, por eso mismo,
la libertad, en su sentido antropológico, es algo que no es posible eliminar ni contradecir. [cita requerida]
Todos los actos presuponen a la libertad para poder ser moralmente imputables (libre albedrío). La
libertad se sitúa en la interioridad de la persona y siguiendo esa línea de pensamiento afirma Ricardo
Yepes Stork:
Es una de las notas definitorias de la persona. Permite al hombre alcanzar su máxima grandeza pero
también su mayor degradación. Es quizás su don más valioso porque empapa y define todo su
actuar. El hombre es libre desde lo más profundo de su ser. Por eso los hombres modernos han
identificado el ejercicio de la libertad con la realización de la persona: se trata de un derecho y de un
ideal al que no podemos ni queremos renunciar. No se concibe que se pueda ser verdaderamente
humano sin ser libre de verdad.[cita requerida]
La libertad ha sido a menudo utilizada para aludir a la revolución o rebelión. Por ejemplo,
la Biblia registra la historia de Moisés conduciendo a su pueblo fuera de Egipto y de su opresión (la
esclavitud).
Autonomía superior
En el marco de control interno, la libertad es también conocida como la libre determinación, la
individualidad, o la autonomía pero sujetas a una autoridad superior. [cita requerida]
La libertad para una persona también puede significar autonomía interna, o de maestría sobre la
condición interna. Esto tiene varios significados posibles:
 La capacidad de actuar de conformidad con el propio ser verdadero o valores.
 La capacidad de actuar de conformidad con los valores universales (como la verdad y el bien).
 La capacidad de actuar con independencia de los dictados de la razón y la instancia de
deseos, es decir, arbitrariamente (autónoma).
 La capacidad de actuar de conformidad con los dictados de la razón.
En una obra de Hans Sachs, el filósofo griego Diógenes se refiere a Alejandro Magno, diciéndole:
«Vos sois el siervo de mis siervos». El filósofo ha conquistado al miedo, la lujuria, y la ira; Alejandro
todavía sirve a estos maestros. A pesar de haber conquistado el mundo exterior, todavía no ha
dominado el mundo interior. Este tipo de dominio no depende de nada ni nadie más que nosotros
mismos.
En el siglo XX notables personalidades han sido el ejemplo de esta forma de incluir la libertad,
como Nelson Mandela, el rabino Leo Baeck, y Mahatma Gandhi.
El filósofo francés Jean-Jacques Rousseau afirmó que la condición de la libertad es inherente a la
humanidad, una inevitable faceta de la posesión del alma, con la implicación de que todas las
interacciones sociales con posterioridad al nacimiento implica una pérdida de libertad, voluntaria o
involuntariamente.2 Él hizo la famosa frase «El hombre nace libre, pero en todas partes está
encadenado».2
Intenta rebatirle Ricardo Yepes Stork, quien afirma:
Yo no soy libre de tener una determinada constitución biopsicológica, ni de nacer en un determinado
momento histórico o en cierta región, pero sí soy libre de asumirla o no en mi proyecto biográfico.
Imaginarse una libertad pura, carente de estas condiciones, sin limitación, es una utopía; una libertad
así sencillamente no existe, pues todos estamos determinados inicialmente en nuestras decisiones
por la situación que vivimos y por el tiempo en que hemos nacido.[cita requerida]
Por lo que la esfera de la libertad no se da de una vez y para siempre, sino que ha de ser
conquistada todos los días, a través de cada una de las acciones realizadas. 3
Rudolf Steiner desarrolló una filosofía de la Libertad basada en el desarrollo las intuiciones éticas en
circunstancias sensibles.

En política
La libertad política es un derecho, o la capacidad y habilidad, de la libre determinación, como
expresión de la voluntad del individuo, concerniente a qué tipo de organización social desea tener,
desarrollar o a cuál pertenecer.
Está definida por el liberalismo como la capacidad de actuar sin restricciones del gobierno[cita requerida];
y por el socialismo como la capacidad de tener acceso a determinados recursos por parte del
gobierno sin limitación social[cita requerida].
Libertades cívicas
Eleanor Roosevelt sosteniendo la Declaración Universal de los Derechos Humanos en español.
Según la Real Academia Española, la libertad (Del lat. libertas, -ātis) es, en su primera acepción, la
«Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es
responsable de sus actos». Es decir, la libertad es poder elegir entre múltiples opciones, a mayor
número de opciones mayor es la libertad, por lo tanto, la mayor libertad sería poder elegir entre un
infinito número de opciones, sin limitaciones.
Pero si a la libertad individual le añadimos el hecho de que no vivimos solos sino que compartimos la
realidad con otros individuos que también tienen intereses entonces la libertad debe ser limitada en
beneficio de todos. Según el artículo 4 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, se
define la libertad añadiéndole una excepción, la cual consiste en limitar la libertad cuando ésta cause
perjuicio a otros: «La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no cause perjuicio al otro».
El concepto de la libertad política está estrechamente vinculada con los conceptos de las libertades
cívicas o civiles y los derechos individuales,4 incluidas en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, que, sin embargo, no han llegado a ser universales.
Puntos de vista
En el caso del anarquismo la libertad es entendida como la ausencia de coacción o imposición.5 Los
anarquistas consideran que tanto las libertades personales como las económicas son igualmente
importantes, y que la asociación o la cooperación debe ser voluntaria, dado el estatus de soberano a
todo pacto recíproco entre personas adultas, haciendo innecesaria e indeseable toda interferencia
externa a tales pactos (autoridad injustificada, involuntaria o permanente). Los anarquistas entienden
la libertad como una condición inherente al ser humano y su desarrollo.
Como ejemplo de los distintos usos de la palabra libertad, algunos dicen que Irak era libre bajo Paul
Bremer sobre la base de que su gobierno era un gobierno humanista y no vasallo a otros gobiernos,
mucho antes de las elecciones que se celebraron. Otros han argumentado que Irak era libre bajo el
régimen de Saddam Hussein porque con él Iraq no era una colonia; mientras que una tercera parte
de la reclamación es que ni como Estado Dictatorial ni como Estado Colonial, Iraq sea precisamente
ejemplo de la libertad política para nada.
Los ecologistas sostienen que a menudo las libertades políticas sociales deben incluir algunas
restricciones a la utilización de los ecosistemas. Sostienen que no puede haber lugar para, por
ejemplo, "la libertad para contaminar" o "libertad a deforestar" dadas las consecuencias. La
popularidad de los todoterrenos, el golf, y la expansión urbana ha sido utilizado como prueba de que
algunas ideas de la libertad y la conservación ecológica pueden chocar.
Los animalistas, especialmente los veganos, sostienen que los animales de otras especies deberían
tener derechos frente a los humanos, lo cual conduce a un choque de valores que se ve reflejado en
campañas de publicidad de organizaciones como PETA, HSUS, etc. en relación con el uso de
animales como fuente de alimento, ocio, vestimenta, experimentación, etc.[cita requerida]
Se han producido numerosos debates filosóficos sobre la naturaleza de la libertad, las reclamadas
diferencias entre los distintos tipos de libertad, y la medida en que la libertad es deseable.
Los deterministas sostienen que todas las acciones humanas están predeterminadas y por lo tanto,
la libertad es una ilusión. Una causa determinada tiene una consecuencia determinada basándose
principalmente en las leyes de la física, por lo tanto, al aumentar el nivel de complejidad, la
conciencia y la idea de libertad solo son consecuencia determinada de eventos físicos conocidos y
regulados por leyes de las cuales no se puede escapar.
En la jurisprudencia, la libertad es el derecho a determinar la propia acción autónoma, que
generalmente se concede en los campos en los que el tema no tiene la obligación de cumplir
las leyes a obedecer o, de acuerdo a la interpretación de que la hipotética naturales ilimitada libertad
está limitada por la ley para algunos asuntos.
Sartre habla de la libertad en su obra Las moscas donde dice que cada individuo nace libre pero
depende de las circunstancias éste puede o no seguir siendo libre. Esto explica que hay diferentes
clases de libertades y cada una se marca en las distintas sociedades
Libre albedrío
El libre albedrío (de la deformación vulgar del vocablo latino arbitrium,1 a su vez de arbiter, ‘juez’2)
o libre elección es la creencia de aquellas doctrinas filosóficas según las cuales las personas tienen
el poder de elegir y tomar sus propias decisiones. Muchas autoridades religiosas han apoyado dicha
creencia,3 mientras que ha sido criticada como una forma de ideología individualista por pensadores
tales como Baruch Spinoza, Arthur Schopenhauer, Karl Marx y Friedrich Nietzsche. El concepto se
usa comúnmente, y tiene connotaciones objetivas, al indicar la realización de una acción por un
agente no condicionado íntegramente y ligado por factores precedentes y subjetivos, es decir, una
acción inducida por su propia voluntad.[cita requerida]
El principio del libre albedrío tiene
implicaciones religiosas, éticas, psicológicas, jurídicas y científicas. Por ejemplo, la ética puede
suponer que los individuos son responsables de sus propias acciones. En la psicología, implica que
la mente controla algunas de las acciones del cuerpo, las cuales son conscientes.[cita requerida]
La existencia del libre albedrío ha sido un tema central a lo largo de la historia de la filosofía y de la
ciencia. Se diferencia de la libertad en el sentido de que conlleva la potencialidad de obrar o no
obrar.4
Perspectivas filosóficas sobre la libertad
Existen varios puntos de vista sobre si la libertad metafísica existe, eso es, si las personas tienen el
poder de elegir entre alternativas genuinas.5
El determinismo es el punto de vista según el cual todos los eventos son resultados inevitables de
causas previas, de que todo lo que pasa tiene una razón de ser.
El incompatibilismo es el punto de vista según el cual no es posible reconciliar una creencia en un
universo determinista con el verdadero libre albedrío. El determinismo duro acepta tanto el
determinismo como el incompatibilismo, y rechaza la idea de que los humanos poseen un libre
albedrío.
Lo contrario a esto es el libertarismo6 filosófico, que mantiene que los individuos tienen libertad
metafísica y por lo tanto rechaza el determinismo. El indeterminismo es una forma del libertarismo
que, según su punto de vista, implica que el libre albedrío realmente existe, y esa libertad hace que
las acciones sean un efecto sin causa. La teoría de la agencia es una forma del libertarismo que
mantiene que la elección entre el determinismo y el indeterminismo es una dicotomía falsa. Antes
que voluntad, es un efecto sin causa. La teoría de la agencia sostiene que un acto de libre albedrío
es un caso de agente-causalidad, por lo cual un agente (persona, el ser) causa un acontecimiento.
Es una filosofía separada de la teoría económica y política del libertarismo. El libertarismo metafísico
se llama a veces voluntarismo para evitar esta confusión.
El compatibilismo7 es el punto de vista que sostiene que el libre albedrío surge en el exterior de un
universo determinista aun en ausencia de incertidumbre metafísica. Los compatibilistas pueden
definir al libre albedrío como el surgimiento de una causa interior, tal como los pensamientos, las
creencias y los deseos que uno piense que existen en uno mismo. La filosofía que acepta tanto el
determinismo como el compatibilismo se llama el determinismo suave.
Determinismo contra indeterminismo
El determinismo sostiene que cada situación se condiciona íntegramente y así es determinada por
los estados de los propósitos que la precedieron.8 El indeterminismo especula que
esta proposición es incorrecta, ya que hay acontecimientos que no son determinados enteramente
por acontecimientos previos. El determinismo filosófico es ilustrado a veces por la idea del demonio
de Laplace, que conoce todos los hechos acerca del pasado y presente y todas las leyes naturales
que gobiernan el mundo y utiliza este conocimiento para prever el futuro hasta el más mínimo
detalle. El pensamiento de Laplace, sin embargo, no representa la postura científica actual acerca
del tema.9
El incompatibilismo mantiene que el determinismo no se puede reconciliar con el libre albedrío. Los
incompatibilistas generalmente afirman que una persona actúa libremente sólo cuando ésta es la
única que origina la causa que desencadena una acción y que podría haber terminado
auténticamente de otra manera. Ellos mantienen que si el determinismo es verdad, cada elección es
determinada por acontecimientos previos.8
Hay un punto de vista intermedio en que las condiciones pasadas podrían tener influencia, pero no
determinan las acciones futuras. Las elecciones individuales son un resultado entre muchos
resultados posibles, todos los cuales son inducidos pero no son determinados por el pasado. Incluso
si el agente del albedrío se esfuerza espontáneamente en escoger entre las acciones disponibles,
propiamente el agente no es el que origina la causa de la acción, porque nadie puede realizar las
acciones que son imposibles, tal como volar con solo batir los brazos. Aplicado a estados interiores,
esta perspectiva sugiere que uno puede escoger entre las opciones en que uno piensa, pero no
puede escoger una opción inverosímil de realizar. Según esta opinión, las elecciones actuales
pueden iniciar, determinar o limitar las elecciones futuras.
Baruch Spinoza comparó la creencia del hombre en el libre albedrío con una piedra que piensa que
escogió el sendero al cual llegó por el aire y el lugar en el cual aterrizó. En la Ética escribió: "Las
decisiones de la mente no son nada salvo deseos, que varían según varias disposiciones puntuales".
"No hay en la mente un absoluto libre albedrío, pero la mente es determinada por el desear esto o
aquello, por una causa determinada a su vez por otra causa, y ésta a su vez por otra causa, y así
hasta el infinito." "Los Hombres se creen libres porque ellos son conscientes de sus voluntades y
deseos, pero son ignorantes de las causas por las cuales ellos son llevados al deseo y a la
esperanza."1011
Arthur Schopenhauer, estando de acuerdo con Spinoza, escribió: "Todos creen a priori que son
perfectamente libres, aun en sus acciones individuales, y piensan que a cada instante pueden
comenzar otro capítulo de su vida... Pero a posteriori, por la experiencia, se dan cuenta —a su
asombro— de que no son libres, sino sujetos a la necesidad; su conducta no cambia a pesar de
todas las resoluciones y reflexiones que puedan llegar a tener. Desde el principio de sus vidas al final
de ellas, deben soportar el mismo carácter...”12
Tú puedes hacer lo que siempre haces, pero en algún momento de tu vida sólo podrás hacer una
actividad definida, y no podrás hacer absolutamente nada que no sea esta actividad.
— Albert Einstein, Address to the German League for Human Rights, noviembre de 1928. credo
Friedrich Schiller propuso una coyuntura a este dilema en su Educación estética del Hombre en una
serie de Cartas, que fue ahondada aún más por Rudolf Steiner en su Filosofía de la Libertad. Ambos
sugieren que el individuo es inicialmente 'no libre; esto se debe a que el individuo actúa con base en
principios religiosos, éticos y morales, o que aún son racionales.
Los "deterministas duros", tales como d'Holbach, son esos incompatibilistas que aceptan el
determinismo y rechazan el libre albedrío. Los "libertarios", tales como Thomas Reid, Peter van
Inwagen,13 son esos incompatibilistas que aceptan el libre albedrío y niegan el determinismo,
teniendo en cuenta que alguna forma del indeterminismo es verdad.
Otros filósofos sostienen que el determinismo es compatible con el libre albedrío. Estas personas,
tales como Hobbes, generalmente aclaman que una persona actúa con libertad solo cuando se
espera que la persona actúe de cierta manera y cometa otro acto por decisión propia. Articulando
esta cláusula elemental, Hume escribe que “esta libertad hipotética se aplica universalmente a
cualquiera que no sea un prisionero encadenado”. Los compatibilistas apuntan con frecuencia a
casos en donde la libertad de alguien es negada — violaciones, asesinatos, asaltos, y la lista
continúa. La clave para estos casos no consiste en que el pasado esté determinando el futuro, sino
en que el agresor está dominando sobre los deseos y preferencias de las acciones de la víctima. El
agresor está forzando a la víctima, y, de acuerdo con los compatibilistas, esto es lo que domina
sobre el libre albedrío. Además, argumentan que el determinismo no es lo que importa, sino el hecho
de que las acciones de los individuos son el resultado de sus propios deseos y preferencias, sin
estar dominados por alguna fuerza externa o interna. Para ser un compatibilista, uno no necesita
endorsar alguna concepción particular del libre albedrío, sino aceptar que el determinismo está
relacionado con éste.
Otro punto de vista es que el concepto de “libre albedrío” es, como diría Hobbes, un “discurso
absurdo”, porque la libertad es un poder definido en términos del albedrío, el cual es una cosa — y
así la voluntad no es la clase de cosa que podría ser libre o no libre. John Locke, en su "Ensayo
referente a la comprensión humana", indicó que eso de llamarse "libre" es comprometerse a un error
de categoría:
¿Cuándo el albedrío de un hombre es libre o no lo es? La pregunta en sí es impropia y es
insignificante preguntar si un hombre será libre, así como preguntar si su sueño será rápido, o si su
virtud cuadrada: la libertad no es muy aplicable al albedrío, así como la rapidez del movimiento a un
sueño, o el ser cuadrado a la virtud. Cada uno puede reírse de lo absurdo de esa pregunta o de
cualquiera de las anteriores: porque es obvio que las modificaciones en el movimiento no pertenecen
al sueño, ni la virtud depende de su figura; y cuando alguien lo considera, cree que su albedrío
percibirá que la libertad, que es un poder, pertenece únicamente a los agentes y no puede atribuir o
modificar el albedrío, que también es únicamente un poder.
Capítulo XXI, Párrafo 14
Esta cuestión también se plantea si cualquier acto intencionado puede ser libre o cualquier acto sin
intención puede estar relacionado con el albedrío, dejando la libertad como un oxímoron. Algunos
compatibilistas argumentan que esta ambigüedad del concepto “libre albedrío” es en parte culpable
de la percepción de contradicción entre el determinismo y la libertad. Así, desde un punto de vista
compatibilista, el uso de “libre albedrío” en un sentido “incompatibilista" puede ser interpretado
como lenguaje cargado.
Responsabilidad moral
La sociedad generalmente hace a la gente responsable por sus acciones y dirá que merecen
premios o castigos por lo que hagan. Sin embargo, muchos creen que la responsabilidad
moral requiere libre albedrío; en otras palabras, la habilidad de tomar distintas alternativas. Además,
otro tema de importancia es si los individuos siempre son moralmente responsables y, de ser así, en
qué sentido.
Los incompatibilistas tienden a pensar que el determinismo no está relacionado con la
responsabilidad moral. Después de todo, parece imposible que uno pueda llamar a alguien
responsable por una acción que podía predecirse desde antes. Los deterministas duros pueden decir
“Muy mal para la responsabilidad moral” y descartar el concepto — Clarence Darrow utilizó este
argumento para defender a los asesinos Leopold y Loeb — mientras, controvertidamente, los
libertinos podrían decir “Muy mal para el determinismo”. Este caso parece ser el corazón de la
disputa entre los deterministas duros y los compatibilistas; los deterministas duros están forzados a
aceptar que los individuos tienen con frecuencia “libre albedrío” en el sentido compatibilista, pero
pueden negar que es este sentido de libertad el que realmente importa — que puede llegar en la
responsabilidad moral. Sólo porque las opciones de un agente no sean coherentes, de acuerdo con
los deterministas duros, no cambia el hecho de que el determinismo le quita la responsabilidad al
agente.
Los compatibilistas argumentan con frecuencia que, por otro lado, el determinismo es
un prerrequisito para la responsabilidad moral — la sociedad no puede considerar a alguien
responsable a menos que sus acciones sean determinadas por algo. Este argumento fue empleado
por Hume y por el anarquista William Godwin. Después de todo, si el indeterminismo es cierto,
entonces esos eventos no son determinados; son al azar. Una de las preguntas formuladas es si es
posible culpar o castigar a una persona por llevar a cabo una acción que saltó espontáneamente a
su sistema nervioso. Argumentan que uno necesita mostrar cómo la acción proviene de los deseos y
las preferencias — el carácter de las personas — antes de que uno considere a la persona como
responsable social. Los liberales podrán responder que las acciones indeterminadas no tienen
relación con el azar y que resultan de un sustantivo albedrío en que sus decisiones serán
indeterminadas. Este argumento es ampliamente considerado como no satisfactorio, ya que sólo
dificulta el problema y envuelve metafísica, así como el concepto Ex nihilo nihil fit.
San Pablo, en su Epístola a los romanos, plantea la siguiente cuestión sobre responsabilidad moral:
¿Es que el alfarero no es dueño de hacer de una misma masa unas vasijas para usos nobles y otras
para usos despreciables?
(Romanos, 9:21).
Desde esta perspectiva, los individuos todavía pueden perder su honor por medio de sus actos, aun
cuando tales fueran determinados completamente por Dios.
Un punto de vista similar dice que la responsabilidad de la culpabilidad moral del individuo recae en
el carácter individual. Eso significa que una persona con el carácter de un asesino no tiene otra
alternativa más que matar, pero todavía puede ser castigado porque es un derecho castigar a las
personas con mal carácter.
Algunas interpretaciones de responsabilidad moral también asumen que una persona es, desde que
nace hasta que muere, extrínsecamente dependiente de sus cambios físicos y mentales.
Así, Stanley Williams, de 52 años, fue ejecutado debido a un crimen que cometió cuando tenía 28
años.
Teorías compatibilistas y el principio de pudo-haberse-hecho
El filósofo Isaías Berlín clamó que para tener opción de libertad el agente debería poder actuar de
manera contraria. Este principio, que van Inwagen llama el “principio de las posibilidades
alternativas”, dice ser un requisito para la libertad. Desde este punto, las acciones llevadas a cabo
desde la influencia de una coerción irresistible no son libres y el agente no es moralmente
responsable de ellas.
Sin embargo, algunos compatibilistas, así como Harry G. Frankfurt o Daniel Dennett, argumentan
que hay casos en los que, aun cuando el agente no pudiera actuar de otra manera, su elección aún
es libre, porque la coerción irresistible coincide con las intenciones y deseos personales del agente,
así como el dicho “Ahora, pon la pistola en mi sien y oblígame a disparar.” En Elbow Room, Dennet
presenta un argumento para la teoría compatibilista sobre el libre albedrío. La elaboró más adelante
en el libro de 2003 Freedom Evolves. El razonamiento básico consiste en que, si los individuos no
considerasen a Dios, o a un demonio infinitamente poderoso, o la capacidad de viajar en el tiempo,
entonces habría caos y habría seudo-azar o un azar cuántico; el futuro se define en una enfermedad,
compuesto por todos los seres finitos. Los únicos conceptos bien definidos son las “expectativas”.
Además, la habilidad para hacer lo “contrario” sólo tiene sentido cuando se manejan expectativas y
no con un futuro totalmente desconocido. Desde que los individuos tienen la habilidad de actuar de
una manera diferente a la que el resto espera, el libre albedrío puede existir. Los incompatibilistas
aclaman que el problema con esta idea es que la herencia y la cantidad de coerción irresistible
creada por el ambiente hacen que todas nuestras acciones sean controladas por fuerzas fuera de
nosotros mismos, determinadas por el azar.
El filósofo John Locke negó que el término “libre albedrío” tenga sentido. Sin embargo, también
afirmó que el determinismo era irrelevante. Creía que la capacidad de actuar voluntariamente
consistía en que los individuos tienen la habilidad de posponer una decisión lo suficiente como para
deliberar sobre las consecuencias de tomar o no esa alternativa. Se han ofrecido análisis más
sofisticados de la libertad compatibilista, así como otras críticas.
William James, filósofo y psicólogo, etiquetó como determinismo leve a la posición actualmente
conocida como compatibilismo, y argumentó que las formulaciones del determinismo leve eran “un
dilema de evasión en el cual el verdadero asunto de importancia se ha difuminado completamente.”
Pero los puntos de vista de James eran un tanto ambivalentes. Mientras creía en el libre albedrío en
“campos éticos,” pensaba que no había evidencia para su existencia en campos psicológicos o
científicos. Además, no creía en el incompatibilismo como se formuló anteriormente, en que el
indeterminismo de las acciones humanas fuera un requisito para la responsabilidad moral. En su
clásica obra Pragmatismo, publicada en 1907, escribió que “El instinto y sus utilidades pueden ser
confiables para llevar los asuntos sociales de castigo y culpa” fuera de las teorías metafísicas. Creía
que el indeterminismo es importante como una “doctrina de alivio” — permite creer que, aunque el
mundo desde muchos puntos de vista sea un lugar malo, puede mejorar a través de las acciones de
los individuos. El determinismo, argumentó, indetermina ese meliorismo.
Neurología y psiquiatría
Hay ciertos desórdenes relacionados con el cerebro que pueden ser denominados como desórdenes
del libre albedrío: en el desorden obsesivo-compulsivo un paciente puede sentir una agobiante
necesidad de hacer algo en contra de su propia voluntad. Los ejemplos incluyen lavarse las manos
varias veces al día, reconociendo el deseo como su propio deseo, aunque parece estar en contra de
su propia voluntad. En el síndrome de Tourette y otros parecidos, los sujetos se moverán
involuntariamente, desarrollando tics y articulaciones. En el síndrome de la mano ajena, que es
también llamado el síndrome del Dr. Strangelove, denominado así por la popular película, las
extremidades del paciente harán actos significativos sin la intención del sujeto.
Determinación y comportamiento emergente
En la emergente o filosofía generativa de la ciencia cognitiva y la psicología evolucionista, el libre
albedrío es la generación de posibles comportamientos infinitos de la interacción de un grupo de
reglas y parámetro finitos. A pesar del impredecible carácter del comportamiento emergente de
procesos deterministas guía a la percepción del libre albedrío, el libre albedrío como una
entidad ontológica no existe.
Como una ilustración, los juegos de mesa de estrategia como el ajedrez y el go, son rigurosamente
determinados en sus reglas y parámetros expresados en términos de la oposición de las piezas en
relación con las demás en el tablero. Aun así, el ajedrez y el go, con sus estrictas y simples reglas,
generan una gran variedad de comportamientos impredecibles. Por analogía, los emergentes o
generativos sugieren que la experiencia de libre albedrío emerge de la interacción de reglas finitas y
parámetros determinados que generan comportamientos infinitos y predecibles. En la vista de la
dinámica y psicología y evolución, células autómatas y las ciencias generativas el comportamiento
social puede ser controlado como proceso emergente, y la percepción del libre albedrío fuera de la
casualidad es esencialmente una prueba de ignorancia.
Libre albedrío en otras especies
En enero de 2011 se publicó en la revista Proceedings of the Royal Society el artículo Hacia un
concepto científico de la voluntad libre como un rasgo biológico: acciones espontáneas y toma de
decisiones en los invertebrados,18 en el que se afirma que hasta las moscas de la fruta manifiestan
de alguna manera una conducta con libre albedrío. Su autor, Björn Brembs, afirma que el
comportamiento de las moscas, pese a no ser completamente libre, no está completamente
constreñido. El trabajo aporta evidencia obtenida de cerebros de moscas, unos cerebros
considerablemente más pequeños que el nuestro que sin embargo parecen estar dotados de
flexibilidad en la toma de decisiones. El científico se atreve a señalar que la capacidad de elegir entre
diferentes opciones de comportamiento, incluso en la ausencia de diferencias en el medio ambiente,
sería una capacidad común a la mayoría de los cerebros, si no de todos, por lo que los animales más
simples no serían autómatas totalmente predecibles.19
En el cristianismo
Representación de Jesús en la cruz, por Christoph Bockstorfer, a su lado están dos ladrones, uno de
cada lado, a punto de morir. Solamente uno pidió a Jesús el perdón, mientras que el otro, incluso al
borde de la muerte y sin nada que perder, decide burlarse del mismo. En el punto de vista de
los Metodistas y otros que creen en el «libre albedrío», esto fue la elección entre la vida y la muerte
eterna.
En la teología cristiana, Dios es descrito no solamente como alguien omnisciente sino que además
es omnipotente; un hecho que mucha gente, cristianos y no-cristianos también, opinan que implica
que no solamente Dios siempre ha sabido que decisiones tomará cada uno mañana, sino que
además ya ha determinado esas decisiones. Eso es, creen ellos, que por la virtud de su
conocimiento. Él sabe que influenciará las decisiones individuales, y con la virtud de su
omnipotencia, Él controla esos factores. Esto se vuelve especialmente importante para las doctrinas
relacionadas con la salvación y la predestinación. Otras ramas, como los Metodistas, creen que
mientras Dios es omnipotente y conoce las decisiones que los individuos van a tomar, Él todavía le
da el poder a los individuos para escoger o rechazarlo todo, sin importar las condiciones externas o
internas relacionadas con la decisión. Por ejemplo, cuando Jesús fue clavado a la cruz, los dos
asesinos, uno de cada lado, estaban a punto de morir. Solamente uno pidió a Jesús el perdón,
mientras que el otro, incluso al borde de la muerte y sin nada que perder, decide burlarse del mismo.
En el punto de vista de los Metodistas y otros que creen en el libre albedrío, esto fue la elección
entre la vida y la muerte eterna.
En el catolicismo
Teólogos de la Iglesia católica abrazan la idea del libre albedrío, pero generalmente no ven el libre
albedrío existiendo aparte o contradiciendo la Gracia divina. San Agustín de Hipona y Santo Tomás
de Aquino escribieron extensamente sobre el libre albedrío, con Agustín concentrándose en la
importancia del libre albedrío en su respuesta a los Maicéanos, y también en las limitaciones de un
concepto de libre albedrío ilimitado como negación de gracia, en sus refutaciones de Pelagio. El
énfasis del catolicismo cristiano en el libre albedrío y gracia es generalmente contrastado con la
predestinación de la cristiandad protestante especialmente después de la contrarreforma, pero
entender conceptos que difieren acerca del libre albedrío, es tan importante como entender los
diversos conceptos de la naturaleza de Dios, centrándose en la idea en que Dios puede ser
todopoderoso y omnisapiente aunque la gente continúe ejercitando el libre albedrío, ya que Dios no
existe en el tiempo.
El Concilio de Trento declaró que el libre albedrío del hombre, movido y animado por Dios, puede por
su consentimiento cooperar con Dios, quien anima e invita su acción; y que por ello puede
disponerse y prepararse para obtener la gracia de justificación. La voluntad puede resistirse a la
gracia de Dios si así elige. No es como una cosa inanimada que permanece puramente pasiva. Aún
debilitado y disminuido por la caída de Adán, el libre albedrío no es destruido en la carrera (Sesión
VI, cap. I y V).23
En la cultura popular
Una de las más famosas historias del libre albedrío es el relato de Frank R. Stockton de 1882
titulado ¿La Dama o el Tigre?, en la que la protagonista se somete a una difícil decisión. En el relato
de ciencia ficción de Larry Niven Todos los Caminos de la Miríada toma la teoría del libre albedrío de
los universos múltiples a un "reductio ad absurdum".
Tanto en la trilogía de The Matrix como en la película The Devil's Advocate existen muchas
referencias al libre albedrío y a la importancia de hacer nuestras propias elecciones. En Bruce
Almighty al personaje principal, Bruce Nolan (Jim Carrey), le fueron dados los poderes de Dios por
un período de tiempo con la advertencia de que «no podía interferir con el libre albedrío». En la
película Donnie Darko, el personaje principal puede ver lo que Dios planea que la gente haga, una
implicación del pensamiento cristiano del libre albedrío.
En los videojuegos de la serie Legacy of Kain, uno de los personajes principales, Raziel, es el único
con libre albedrío. Todos los otros personajes son dominados por la Rueda del Destino y a ellos sus
líneas del tiempo fueron escritas desde el inicio hasta el final mientras Raziel tenía oportunidad para
cambiar su línea de tiempo como él lo eligiese usando varias máquinas del tiempo.
Qué es Libertinaje:
Libertinaje es una actitud de abuso de la libertad dada en que el sujeto no asume las
consecuencias de sus propios actos
Libertinaje viene de libertino, que deriva de la palabra en latín libertinus, que se refiere al individuo
que trasgrede las barreras sociales sin control ni obstáculos.
El libertinaje es asociado al abuso o irrespeto de una determinada conducta como, por ejemplo, el
abuso de alcohol, drogas o sexo que lleva a consecuencias inmorales, antiéticas o ilegales.
Libertinaje es difícil de definir porque los ejemplos dependen del contexto social y del código
moral y ético de cada persona, cultura y sociedad.
Por ejemplo, en algunas religiones se sigue considerando la homosexualidad como libertinaje ya que
no se ajusta a los códigos morales de la religión. Otro ejemplo es el nudismo, que en algunas
sociedades es considerado libertinaje, mientras que en otras es parte de la libertad de expresión, y
existen lugares asignados para practicar nudismo.
El libertinaje y la libertad se diferencian básicamente en el respeto por la otra persona. Si se obra
en libertad pero con respeto por uno y por los otros, no se debería considerar a la persona de
libertina o de práctica de libertinaje, sino que sería solo un prejuicio moral.
Diferencia entre libertinaje y libertad
La diferencia entre libertinaje y libertad es que la libertad es un derecho para actuar de la manera
que estimamos adecuada sin restricción ni censura. La frase “La libertad de uno termina cuando
empieza la libertad del otro” define la diferencia con el libertinaje, que es el comportamiento que
consiste en el abuso de la libertad que tiene como consecuencia la invasión de la libertad de otro u
otras personas.

Norma social
Las normas sociales son un conjunto de reglas que deben seguir las personas de una comunidad
para tener una mejor convivencia, a las que se deben ajustar las conductas, tareas y actividades del
ser humano. El conjunto o sistema de normas, reglas o deberes que regula las acciones de los
individuos entre sí.
También se podrían definir como las reglas que una persona debe obedecer, para llevarse bien con
las personas, y tener una relación armónica con la sociedad incluyendo valores, tradiciones y
costumbres de dicha sociedad.
Se podrían resumir como la forma correcta de actuar en una sociedad, por ejemplo: Como saludar a
las personas mayores, pedir la palabra y el turno para poder hablar, entre otros comportamientos.
Tipos de normas
Estas normas establecen la forma de actuar en cierto lugar y bajo una circunstancia determinada, lo
que se establece es necesario acatarlo, si no se cumplen las normas establecidas, podríamos
obtener castigos.
Debemos recordar que, aunque el incumplimiento de algunas normas puede causar una sanción, la
autoridad correspondiente tiene la obligación de hacer respetar los derechos humanos los cuales se
encuentran fundamentados en los artículos 1° al 29° y el artículo 123°, estos artículos se encuentran
en la constitución de 1917, la cual se encuentra vigente en los estados latinos y americanos.
De trato social
Son creadas por la sociedad generalmente tiene su origen en las creencias y costumbres de cada
grupo. Su incumplimiento podría llevar al rechazo por parte de un grupo social.
Morales
Se originan en la conciencia de la persona y, por ende, dirigen nuestra conducta para actuar con
ética.
Religiosas
Se originan por la creencia espiritual de cada persona.
Jurídicas
Son normas creadas por una autoridad competente, con el fin de regular la conducta del ser
humano. Cumplirlas es un deber para quienes van dirigidas. Su incumplimiento puede generar
castigos y la autoridad puede obligar a acatarlas utilizando la fuerza pública, aún en contra de la
voluntad del obligado.
Normas de grupo
Es el nivel de rendimiento aceptable para el grupo mismo; varían según los grupos: altas normas
para ser aceptados, altas normas sobre la conducta del integrante, procedimientos descuidados en
reuniones o actividades no terminadas.
Normas grupales: reglas y pautas (explícitas e implícitas) que son comprendidas por los miembros
de un grupo y que guían y constriñen la conducta social.
Características de las normas
Características específicas,1 que se permiten distinguir una de la otra. Cabe destacar que también
tanto un ciudadano común como un presunto acusado de violar las leyes tiene garantías y derechos
fundamentados en la constitución vigente de 1917.
Unilaterales
Alguien está obligado al cumplimiento de la norma, pero no hay nadie que pueda exigírselo.
(Ejemplo: Dar el saludo a alguien, no obliga a devolverlo, sino por cortesía).
Bilaterales
Impone deberes y concede facultades, hay una persona que debe cumplir y hay quien pueda
exigírselo.
(Ejemplo: Comprar un kilogramo de azúcar te obliga a pagar el costo al vendedor).
Autónomas
La conducta de una persona es conforme a su propia voluntad.
(Ejemplo: La forma de vestirse, de peinarse, etc.).
Heterónomas
La norma es creada por un sujeto, pero es otro el que debe de cumplirla.
(Ejemplo: Reglas para contraer matrimonio).
Interiores
Regula la conducta al exterior de una persona.
(Ejemplo: No mentir).
Exteriores
La conducta externa debe adecuarse a lo establecido.
(Ejemplo: No pasar un alto).
Coercibles
Si la norma no se cumple es posible obligar a hacerlo mediante el uso de la fuerza.
(Ejemplo: Si tienes un hijo, te pueden obligar a pagar mantención).
Incoercibles
No se puede obligar a cumplir alguna norma.
(Ejemplo: No te pueden obligar a tener determinado número de hijos).

Autonomía y heteronomía
Autonomia
El concepto moderno de autonomía surge principalmente con Kant y da a entender la capacidad del
sujeto de gobernarse por una norma que él mismo acepta como tal sin coerción externa. Por el
hecho de poder gobernarse a sí mismo, el ser humano tiene un valor que es el de ser siempre fin y
nunca medio para otro objetivo que no sea él mismo. Pero para Kant, esta autolegislación no es
intimista sino todo lo contrario. Una norma exclusivamente individual sería lo opuesto a una
verdadera norma y pasaría a ser una "inmoralidad". Lo que vale -según Kant y según la mayoría de
los sistemas éticos deontológicos- es la norma universalmente válida, cuya imperatividad no es
impuesta desde ningún poder heterónomo sino porque la razón humana la percibe como cierta y la
voluntad la acepta por el peso de su misma evidencia. Esta capacidad de optar por aquellas normas
y valores que el ser humano estima como válidas es formulada a partir de Kant como autonomía.
Esta aptitud esencial del ser humano es la raíz del derecho a ser respetado en las decisiones que
unapersona toma sobre sí misma sin perjudicar a otros.
La autonomía es una forma de libertad, que revela alta autoestima, pues revela confianza en uno
mismo, sentido de control de la propia vida y madurez psicológica. Puede asociarse con la
autenticidad en el sentido de que la persona con autonomía ejerce su libre albedrío sin la urgencia
de caer bien o complacer a otros, en detrimento de sus deseos y necesidades reales. La autonomía
nos lleva a vivir por leyes personales, por una ética que dicta lo correcto, lo sano, lo adecuado, lo
necesario. Nos dota de congruencia, nos aleja de tener que asumir deberes indeseados e
innecesarios, y de quedar comprometidos por los favores que nos han hecho. La autonomía es
maravillosamente liberadora.
Sabemos que no estamos actuando de manera autónoma cuando orientamos la conducta a
complacer a otros y nos sentimos culpables por ello; cuando llenamos la agenda con actividades que
odiamos realizar pero que creemos socialmente necesarias, aunque después, en la sinceridad de la
soledad, experimentemos vació y frustración.
No se trata de convertirnos en egoístas o desadaptados sociales, sino de saber cuando es realmente
indispensable intervenir a favor de otros, qué es lo más justo para nuestros objetivos y bienestar
emocional. La solidaridad se le brinda a los débiles, no a los cómodos.
La autonomía tiene muchas ventajas, pues aumenta nuestra seguridad personal, reduce la ansiedad
de la soledad, y marca distancia a los abusadores, controladores y entrometidos.
Heteronomía
significa que las normas jurídicas son creadas por otra persona distinta al destinatario de la norma, y,
que ésta, además, es impuesta en contra de su voluntad; esta característica se opone a la
Autonomía que significa que la norma es creada de acuerdo a la propia conciencia de la persona, es
auto legislación (darse sus propias leyes).
Las leyes a las que está sometido no tienen origen en su propia razón sino que le vienen dadas de
fuera. La voluntad puede estar determinada por dos principios, puede tener dos fundamentos: la
razón o la inclinación.
Cuando es la propia razón la que decreta el modo en que debe actuar la voluntad, ésta es autónoma
porque se da a sí misma sus propias leyes. Sin embargo, cuando la voluntad está determinada por la
inclinación (palabra con la que Kant se refiere al conjunto de apetitos sensibles) la voluntad es
heterónima.
Esta tesis kantiana puede parecer extraña para la forma actual de entender las cosas, pues ahora es
más bien común creer que se es libre si se es capaz de realizar todos y cada uno de los apetitos que
se tengan, por lo que se considera a la ley moral como un estorbo para la libertad absoluta,
entendida como capacidad para hacer lo que plazca. Sin embargo, Kant pensó que cuando existe el
propósito de seguir las reclamaciones de los deseos o apetitos la conducta no es libre, pues su
realización sólo es posible plegándose a las exigencias que impone el mundo y, por tanto, a algo
exterior a la propia voluntad. Por ejemplo, si alguien considera que el principio que debe regir su
conducta es el de obtener reconocimiento social por encima de todo, su conducta no será constante
pues tendrá que someterse a las exigencias determinadas por el cambiante orden social: si desea
conseguir el aplauso de la mayoría deberá cambiar de partido político, o de amistades, o de ideas
cuando las circunstancias lo hagan necesario.
La voluntad puede estar determinada por dos principios, puede tener dos fundamentos: la razón o la
inclinación. Cuando es la propia razón la que decreta el modo en que debe actuar la voluntad, ésta
es autónoma porque se da a sí misma sus propias leyes particulares o discretas. Sin embargo,
cuando la voluntad viene determinada por la inclinación (palabra con la que Kant se refiere al
conjunto de apetitos sensibles venidos de lo ajeno) la voluntad es heterónoma por su generalidad o
sincretismo.
Anarquismo
Anarquismo es un nombre dado a cualquier filosofía política o social que llame a la oposición y la
abolición del Estado entendido como monopolio de la fuerza, y por extensión también al rechazo
del gobierno político o de la autoridad social impuesta por la fuerza sobre el individuo, por
considerarlos innecesarios o nocivos.12 Históricamente, por anarquismo se ha entendido tanto a un
conjunto de corrientes intelectuales, pasadas y presentes, así como a uno o varios movimientos
políticos, que existieron especialmente entre finales del siglo XIX e inicios del siglo XX y que fueron
críticos de la relación de los individuos con la sociedad de su época con el objetivo de promover
el cambio social hacia una futura sociedad, en palabras de Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865),
«sin amo ni soberano».3 Sébastien Faure (1858-1942), filósofo anarquista francés, dijo: «cualquiera
que niegue la autoridad y luche contra ella es un anarquista». Bajo una formulación tan simple,
pocas doctrinas o movimientos han manifestado una variedad tan grande de interpretaciones y
acciones, que no siempre fueron bien entendidos por la opinión pública. No existe acuerdo
académico en cuanto a una taxonomía de las corrientes anarquistas; algunos hacen una distinción
entre dos líneas básicas de pensamiento, individualistas y socialistas;4 también es común señalar
como las corrientes históricas más importantes: anarquismo individualista, mutualismo, anarquismo
comunista y anarcosindicalismo, y según algunas fuentes, también el colectivismo.5
Aunque existen diversos pensadores de la Antigüedad que han sido debatidos por los historiadores
como posibles precursores del pensamiento anarquista, el punto de partida que suele tomarse para
el inicio del pensamiento anarquista en sentido estricto se remonta a Europa Occidental de finales
del siglo XVIII, con la obra de William Godwin (1756-1836), 6 aunque otros autores atribuyen ese
primer lugar a Étienne de La Boétie (1530–1563).7
Sin embargo, el anarquismo entendido como movimiento social emergió recién en la segunda mitad
del siglo XIX a través de distintas corrientes de pensamiento y organizaciones y, si bien no dejó de
ser un movimiento minoritario frente a otros movimientos políticos, logró incrementar su influencia
hasta tener algún nivel de relevancia política y base popular en algunos países de Europa
Latina y Rusia, incluyendo algunos experimentos sociales significativos en las primeras décadas del
siglo XX.8 En el cambio del siglo XIX al XX el anarquismo como movimiento social internacional fue
paulatinamente dominado por la corriente anarcosindicalista, esta se impuso sobre las demás
corrientes anarquistas hasta hacer casi indistinguible el movimiento anarquista del
anarcosindicalismo durante los primeros años del siglo XX, coincidiendo con la época de mayor
influencia de este movimiento. Este auge fue breve pues el movimiento anarquista internacional
entró en un rápido y profundo declive en la década de 1910 hasta definitivamente extinguirse al
finalizar la década de 1930, en el contexto de las dos guerras mundiales y de la creciente
popularidad de otros movimientos sociales que competían por una base popular similar como fueron
el comunismo y el fascismo.9 Así desapareció el movimiento político que algunos especialistas han
denominado «anarquismo histórico» para diferenciarlo de otras formas de entender el término
«anarquismo».10 Décadas después, en el contexto de ciertos movimientos estudiantiles y
antiautoritarios de la década de 1960, varias ideas anarquistas fueron recuperadas o reelaboradas
por estudiosos y pensadores, y posteriormente algunas de estas ideas reconstruidas se han
insertado en diversas doctrinas y movimientos contemporáneos.11

También podría gustarte