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FORMACIONES. DEL INCONSCIENTE + Actos involuntarios + Manifestaciones patolégicas * Relaciones afectivas ‘con una persona 1 frente a nosotros miemot ‘ranaferidos ol peeoanalists < & 5 2 ADENTRO acc! es formacio: "Sioean cna nueva cxitcin, {forme de pacer parc inberente a Theil pacer abla. Stimoviatent de energie. impos del faneionsmintopafaico ie In represen stern bajo Sa nconelena. dln enores| 2 Barrera dela teproion que op opene ‘yas aquema de oscuro 1'Mvimtnts contin 5. Boergia que no franquas i bares “4 Bneraia que franquen ix batrera dee oprei Definiciones del inconsciente Abordemos ahora el inconsciente segrin lo diferentes pun- ‘osde vista establecidos por Freud, teniendo en euenta vocablos concretos que designan los dos extremos del esquema: la fuente do la excitacién (tiempo 1) y las formaciones exteriores del ineonseiente (tiempo 4). Cada uno de estos extremos tomaré un nombre diferente segiin la perspectiva ylaterminologia con as ‘cuales Freud define el inconsciente, 1 Definicién del inconseiente desde el punto de vista de criptivo, —Si enearamos el inconsciente desde afwera, es decir desde el punto de vista descriptivo de un observador, yo mismo por ejemplo respecto de mis propias manifestaciones incons- cientes o respecto de las manifestaciones emanadas del in- consciente del otro, percibiremos sus ramificaciones. Elincons- te, por su lado, permanece supuesto comoun proceso oscuro cincognoscible en el origen de esas manifestaciones. Un sujeto comete un lapsus, por ejemplo, y concluimos inmediatamente: “su nconsciente habla”. Pero nada explicamos sobre el proceso ‘que subyace a este acto; el incansciente nos es inaccesible. ‘Y aun cuando desconociéramos Ia naturaleza del incons- ciente, nos queda por saber eémo situar sus ramificaciones, ‘Entre ia infinita variedad dens expresiones y delos comporta- ‘mientos humanos, jeusl identificar eomo un acto surgido del inconsciente? ;Cusindo podemos afirmar: aqui hay inconscien- te? Las formationes del inconsciente se nos presentan como actos inesperados que surgen bruscamente en nuestro cons- ciente y superan nuestras intencionesy nuestro saber eonscien- te, Estos actos pueden ser conductas comunes como, por ejem- plo, los actos falldos, los olvides, los suefios y aun la aparicién ssdbita de tal ocual idea, incluso la invencién improvisadadeun oema o de un eoncepto abstracto, © aun manifestaciones patol6gieas que hacen suftir, como los sintomas neursticos 0 sicéticos, Pro, ya sean normales o patolégicos,lasramificacio- ‘es del inconsciente siempre son actos sorprendentesyenigmé- ticos para la conciencia del sujeto y del psicoanalista. A partir de estas productiones psfquicas terminales y observables, su- Ponemos la existencia de un proceso inconsciente oscuro ¥ activo que aca en nostro, sin quelosepamosenlmomento ‘ism, Nos encotramos cara ara con el ineonsciente frente an fendmeno que se cumple independentemente de nosotros que sn marge determina lo qoe somos. En presencia de un Ato no intentional, postlamoe I exitencia dl innscent, ola como lacasade es aco, sino también como a calidad ceencil, In esencia misma del prinimo, psiqusmo mismo. [Lo consciente no seria entonces mas que un epifenémene, un efecto secundare del proeso pico inconecente. “Hay que ter enelinconsciente nos die Prew!—el fondo de toda vida iguica. La inconsiente es parecido a uh gran ciealo que tncerraiaalconsient como. un erelo més pequai(.) EL inconcente elo paiquica mismo y su realidad esencial D Definicion del inconsciente desde el punto de vista site ‘mético. — Ya hemos definido ol inconsciente como un sistema ‘al abordarla estructura de la red de las representaciones. Des- de esta perspectiva, la fuente de excitacion se denomina repre- ‘sentacin de cosa y los productos terminales son manifestacio- nes deformadas del inconaciente. Bl suefo es el mejor ejemplo. 1 Definicién del inconsciente desdeel punto devistadinémi- 0. El eoncepto de represién a teoria dela represion ex el pilaren el que se basa sl edificio del peicoandliss, 5. Freud ‘i ahora definimos al inconsciente desde el punto de vista indmico, es decir desde el punto de vista de la lucha entre el ‘impulso que presiona y la represién que obstaculiza, la fuente de excitacién se nombra entonces como el conjunto de los representantes reprimidos, y las producciones terminales son ‘escapes inoognoscibles del inconscionte sustrafdos a la accién de la represién.® Estos derivados del reprimido se denominan retornos de los reprimido, ramificaciones de lo eprimidoo aun ‘ramificaciones del inconsciente. Ramificaciones en elsentidode del ineonsciente que, pese ala capa protactora, 32 de la represin, estallan disfrazados en la superficie de la conciencia. Los ejemplos més frecuentes de estas ramificacio- nes deformadas de lo reprimido son los sintomas neuréticos. ienso en ese analizante que, al volante de su auto, os asaltado sbitamente porla imagen obsesiva de una escena en la cual se veatropellar deliberadamente auna anciana quecruza acalle, Esta idea fija que se le impone, que lohace sufriry que muchas ‘veces le impide utiliza el vehiculo, se revelaré, en el curso del andlisis, como In ramificacién consciente y disimulada del representante reprimido del amor incestuoco hacia Ia madre. Por lo tanto, a representacién inconsciente “amor incsstuoso" hha franqueado la barrera de la represin para aparecer en la ‘onciencia transformada en su contrario: una imagen obsesiva do “impulso asesino", Destaquemos que estas apariciones conscientes de lo repri- ‘mido, estos retornos de oreprimido, pueden concebirse también ‘como soluciones de compromizo en el canflicta que opone el ‘movimiento de lo reprimido hacia Ia conciencia y la represién (que lo rechaza. “Solucién de compromiso” signifiea que el retor- node lo reprimido es un producto mixto compuesto en parte por lo reprimido y en parte por un elemento consciente que lo ‘enmascara. Dicho de otro modo, el retorno del reprimide es un disiraz consciente de o reprimido, pero incapaz, no bstante, de ‘enmascararlo por eompleto. Asf,en nuestro ejemplo, lafigura de Ja vietima, enearnada en la anciana, deja entrever, bajo los rasgos de una mujer mayor, la figura reprimida de la madre. Otra ilustracién de las huellas visibles de lo reprimido en el retorno de loreprimido es propuesta por Freud en ocasion de su ‘comentario de un e6lebre grabado de Feliciano Rops, En él, el artista representa el caso de un asceta quien, para alejar la tentacién de la earne (lo reprimido), se refugia a los pies de Cristo (represién) y ve surgir con estupor la imagen de una ‘mujer desnuda crucifiada (retorno de lo reprimido como solu- ‘ién de compromiso) en lugar de Cristo. El retorno delo reprimi- ‘doesaqufuna transaccién entrela mujer desnuda (parte visible do lo reprimido) y Ia cruz que la sostiene (represin), Agroguemospor otra parte quelasramificaciones dlincons- cionte, una ver que han Ilegado a la concioncia, pueden suftir me » ‘una nueva acei6n de la represién que los remite al inconsciente (represién llamada secundaria o represin retroactiva). ‘Una palabra més parajustificarla definicién de a represion ‘que hemos adelantado antes como una capa protectora de ‘energia que impide el pasaje de los contenidos inconscientes hhacia el preconsciente.* En efecto, Freud jamés renuncié a ‘considerar a la represin como un juego complejo de movimien- tos de energia, Juego destinado por un lado acontenery a fijar ‘on el recinto del inconsciente las representaciones reprimidas ¥, or el otro, a llevar al inconsciente las representaciones fugitivas que habtan arribado al preconscienteoala conciencia, después de haber desbaratado a vigilancia de la represién. Por consiguiente, Freud distingue dos ggéneros de represién. una represin primaria que contiene y fija las representaciones reprimidas en el terreno del inconsciente, y una represin secundaria que reprime—en el sentido literal de hacer retroce- descarga ala tendencia del inconsciente a hacerse escuchar y a hhacerse reconocer como un Otro. Btica asimismo, en la medida fenqqueconferimos ala finalidad ideal del deseo un valor: el valor insuperable de un bien superior, de un Soberano Bien que el Dsicoandlisis denomina incesto. Enel fondo, el deseo es siempre ‘deseo de incesta. Volveremos més adelante sobre la cuestin. Después de haber mostrado el funcionamiento del sparato fquico segin a ldgica de un esquema espacial, leshe propues- to.una vision deseriptiva, sistemstica, dinémica, econémica y 4tica del inconsciente, pero todo ello quodaria incompleto sino ingeribimos nuestro aparato en la dimensién del tiempo ni lo incluimos en el universo del préjimo. Hay dos factores que fenmarcan la vida pafquica: el tiempo y los otros (figura 4). En. primer lugar el tiempo, pues el funcionamiento psiquiconocesa de renovarse alo largo de Ia historia de un sujeta, al punto de ‘escapar a la medida del tiempo. El inconsciente esté por fuera del tempo, es decir, es perpetua.en el tiempo histérico Silencio _ so aqui, reaparece allay nodesfallece jamés. Trétesede hacerlo callar: inmediatamente revivird y rebrotard en nuevas mani- festaciones. Por ende, cualquiera sea la edad, el inconsciente gue siendo un proceso inconteniblemente activo e inagotable fe sus producciones. Tenga uno dos dfas de vida u ochenta y ‘res afos, persevera en su impulso y consigue siempre hacerse eseuchar. Pero atin nos queda por compronder que la vida psiquica —_ 36 cx sumes on | mundo in, on ol mud de quello quienes estamos ligaos porellengusj, por fantas” tas aflctos, Nuestro psigusmo prolongs necenaraments el priguimo del tro con quien eetaroe on relason, Las fuentes de uestrasexctaconer son tashuelas que deja en nowtro cl immpacta del deseo del otr de aqueloaqulln que nos consider Tan objet do au desee, Como si ln cha del tempo 4 del tequeta del aparate pique dl otro retomars para extn Jans, la fuente do exctactn de metro propio aperato, Yala inverst, como si nuestraapropianprogaccone reaver a suve ol daso del to, Detengmonos en la igure [Las produccione del inconecienta dal oto entimalen ls foentes de mi inconcinta, mis props prouccioneseatimalan Ths fuente del inconuciente dl ote, El sentido sexual de nuestros actos ‘Ahora estamos en condiciones de formular la premisa fun- ‘adora del psicoandlisis, Nuestros actos, los quesenoseseapan, ‘no sélo estan determinados por un proceso inconsciente, sind sobre todo tienen un sentido. Vehiculizan un mensajey quieren decir otra cosa que lo que muestran de buenas a primeras. Antes de Freud, los actos més inesperados pasaban por ser actos anodinos. Hoy, con Freud, suponer un sentido a las conduetasy alas palabras quenos superanseha vuelto un gesto para ruborizarse a veces, creyéndose traicionado por la revela cin de un deseo, de un sentido hasta ese momento velado. Pero, ,qué es un sentido? ;Qué es el sentido de un acto? La significacién de un actoinvoluntarioreside en el hecho deque es el sustituto de un acto ideal, de una aceién imposible que, te6ricamente, habria debido producirse pero que no tuvo lugar, Cuando el psicoanalista interpreta y devela la significacion de tun suefi, por ejemplo, {qué esti haciendo sino mostrar que el suefio, como acto, es el sustituto de otro acto que no ha salido a Ja luz; que lo que es, es el sustituto de lo que no ha sido. Por consiguiente, nuestros actos involuntarios tienen tn sentido, Pero, jo6mo calificar este sentido? ;Cual es el tenor del sentido oculto demuestros actos? La respuesta a esta pregunta enuncia, cl gran descubrimiento del psicoandlisis. Qué dice este vltimo? Que la significacién de nuestros actos es una significacién sexual. Pero, {por qué sexual? Remitémonos a la figura 5 y veamos de quénaturaleza esla fuente originariadela tendencia, pulsional, y de qué naturaleza esa finalidad ideal ala cual esta, tendencia aspira, me refiero ala accién ideale imposible que no ‘tuvo lugar, y dela cual nuestros actos son sustitutos. El sentido de nuestros actos es un sentido sexual porque la fuente y Ia finalidad de esas tendencias son seruales. La fuente es un re- presentante pulsional cuyo contenido representativocorrespon- do a una regién del cuerpo muy sensible y excitable, llamada ‘zona erdgena. En cuanto ala finalidad, siempre ideal, es el pla- ‘cer perfecto do una accin perfect, de una perfecta unién entre dos vexos, euyo incesto encarnaria la figura mitica y universal, ’

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