La competitividad [de calidad y de precios] la podemos definir como la
capacidad de generar la mayor satisfacción de los consumidores al menor
precio, o sea con producción al menor costo posible. La competitividad depende especialmente de la calidad e innovación del producto; del nivel de precios que depende de la productividad y de la inflación diferencial. Existen otros factores que se supone tienen un efecto indirecto sobre la competitividad como la calidad del producto, la cualidad innovativa, la calidad del servicio o la imagen corporativa del que la produce.
Por estos puntos estratégicos es importante la ventaja competitiva en una
organización porque le da a la empresa una representación y un renombre frente al mercado, pues se conocerá por ser diferente e innovador; Lo que permite también tener la posibilidad de crear asociaciones con empresas prestigiosas que le permita llegar a nuevos mercados.
La calidad de producto es la capacidad de producir satisfactores (sean bien
económico o bienes y servicios) que satisfagan las expectativas y necesidades de los usuarios. Por otro lado, también significa realizar correctamente cada paso del proceso de producción para satisfacer a los clientes internos de la organización y evitar satisfactores defectuosos.