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UNIVERSIDAD DE CARABOBO
FACULTAD CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
DIRECCIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
DOCTORADO EN EDUCACIÓN
APROBADO EN EL POSTGRADO DE LA
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
PROGRAMA: DOCTORADO EN EDUCACIÓN
UNIVERSIDAD DE CARABOBO POR
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UNIVERSIDAD DE CARABOBO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
DIRECCIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO
DOCTORADO EN EDUCACIÓN
HERMETATEORIA DEL USO DEL ERROR DESDE UNA VISIÓN HUMANISTA EDUCATIVA
Resumen
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DEDICATORIA
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AGRADECIMIENTO
Al Dr. Saturnino de la Torre quien tuvo a bien compartir sus conocimientos y valiosas
sugerencias.
A la Dra. Jessy Divo, por ser pilar de fortaleza y confianza en este reto personal.
A mis Profesoras Nerys, Eddy, Blanca y Zoraida por su enseñanza, afecto, estímulo y
contribución.
A mis compañeros de estudios por compartir esos errores de aprendices que como
humano poseemos, sus aportes y alegría.
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INDICE GENERAL
Pág.
x
INDICE GENERAL…………………………………………………………………………...
vii
RESUMEN……………………………………………………………………………………..
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………….. 1
CAPÍTULO I......................……………..…………………………………………………… 12
Preámbulo Capítulo I…………………………………………….................………………. 13
Ámbito de Estudio, Una perspectiva en proceso…………………..………………..…… 15
Propósito del Estudio………………………………………………………………………… 38
CAPÍTULO II ..……………………………………………..………………………………… 40
Preámbulo Capítulo II…………………………………………...…………………………… 41
El Error en Los Ambientes de Aprendizaje……………………...………………………… 43
Ambientes de aprendizaje………………………………………...………………………… 45
Ambiente Epistémico……………………………………………..…………………………. 51
Ambiente Psicológico……………………………………………..………………………… 60
Ambiente Constructivista…..…………………………………..…………………………… 64
Ambiente Humanista.……………………………………………..………………………… 66
Ambiente Curricular Humanista Inter y Transdisciplinario……………………………... 71
El Error desde una Polisemia Intersubjetiva en el aprendizaje…………………………. 75
CAPÍTULO III…………………………………………………………………..…………….. 82
Preámbulo Capítulo III……………………………………………………………………..... 83
Destejiendo el Error a la Luz de Popper, Morin y Bachelard……………………………. 85
El Riesgo de Errar, Implicaciones Enunciativas o Pseudoenunciativas……………….. 86
La Incertidumbre en la Incertidumbre del Error……………………….………………….. 91
Sincronía de la Tríada: Error – Construcción – Aprendizaje………………................... 99
vii
La Hermenéutica……………………………………………………………….................... 154
El Método Crítico Hermenéutico………………………………………………..………….. 156
Círculo Hermenéutico Dialógico…………………………………………..……………….. 158
Evento dos: Análisis Discursivo……………………...………………….………………… 159
Síntesis del Hecho de Estudio…………………………………………..…………………. 159
Matriz de Análisis de Contenido……………………………………..…………………….. 160
Componentes Constitutivos………………………………………..………………………. 164
Tetralogía de la Validez……………………………………………..…………………….… 164
Unidad de Registro de Fragmentos: Documento 1..…………………...………………… 165
Matriz Performativa Contextual……………………………………………..……………… 168
Interpretación del Documento Analizado: El Porvenir está abierto…………..………… 170
Unidad de Registro de Fragmentos: Documento 2..…………….................…………… 172
Matriz Performativa Contextual………………………………….................……………… 174
Interpretación del Contenido del Documento Analizado…………………………………. 176
Unidad de Registro de Fragmentos: Documento 3..…………………….................…… 178
Matriz Performativa Contextual………………………………………….................……… 180
Interpretación del Contenido del Documento Analizado…………………………………. 182
Evento 3: El Método………………………………………………………...……………….. 184
Aproximación a una Disertación Final sobre el Capítulo V……………..………………. 188
Bibliografía………………………………………………………………………………. 230
Anexos………………………………….……………………………………………………. 245
viii
Índice de gráficas y hologramáticas creáticas
ix
Hermetateoría del Uso del Error Hermetateoría del Uso del
Error
INTRODUCCIÓN
No obstante, en este contexto existe una debilidad común, el error, elemento que
está presente en todos los procesos y acciones del sujeto como ente falible que es. En
el plano socio – cognitivo – educativo, el error es considerado como un equivoco grave
que tiende a penalizarse, sancionarse o calificarse como un acto disfuncional.
(Bluedorn, 1993). La presencia del error o de equivocarse es una de las dificultades
que se presentan en diferentes niveles de aprendizaje: recepción, comprensión,
retención, interpretación, así como en las diferentes etapas escolares: Básica, Media,
Diversificada, Pregrado o Postgrado. Cabe citar a Engler, Grogirini, Müller, Vrancken,
Hecklein (S/f) quienes consideran lo siguiente con respecto al error y al proceso de
aprendizaje: “El protagonismo que los docentes le damos al error y la forma en que
trabajamos con él influyen en el aprendizaje y en el rendimiento académico de
nuestros alumnos”. (p.1). Asimismo, expresan: “No podemos desconocer que los
errores son la manifestación exterior de un proceso complejo en el que interactúan
muchas variables: profesor, alumno, currículo, contexto sociocultural, entre otras”. (p.
3)
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De allí que, el presente estudio, Hermetateoría del error, es referido al uso,
afectación y valoración del error como herramienta reflexiva de aprendizaje,
presentándolo desde una visión humanista, en el proceso educativo, además de
contribuir a cambiar la conceptualización consensuada que se tiene del error,
calificado como una disfuncionalidad que bloquea el aprendizaje y que en,
consecuencia, debe ser sancionado.
xi
pero lo cierto es que ninguna racionalización, por perfecta y coherente que sea, puede
exonerar definitivamente al individuo del error.
Partiendo del precepto que todo ser humano es capaz de aprender y modificar su
comportamiento cuando es necesario, puesto que así lo ha demostrado, induce a
reflexionar que el sujeto se permite a sí mismo captar la riqueza de las múltiples
dimensiones que intervienen en las diversas situaciones que enfrenta, ya sean éstas
laborales, académicas o intelectuales, entre otras; generando en momentos
determinados, o no, la capacidad de improvisar, errar, reestructurar y crear. Es en ese
proceso mediante el cual el conocimiento implícito, dado por supuesto e
incuestionable, se vuelve explícito, se examina críticamente, se formula y comprueba a
través de las acciones futuras.
En ese sentido, el facilitador intenta apartar a los participantes de los errores, por
cuanto son vistos de manera consensuada como obstáculos que se interponen en el
camino para la adquisición de nuevos conocimientos. En ese acto cognoscente,
parece establecerse una lucha por separar los errores del camino de los estudiantes,
sin pensar que cada quien tiene distintos ritmos de aprendizaje y estrategias
diferentes, para adquirir nuevos conocimientos o sin detenerse a pensar que puede
existir una dicotomía del error, es decir que sea provechoso o no. A ésto se añade
que, el éxito del proceso, también, dependerá de varios factores, entre ellos:
conocimiento previo, concepciones erróneas, metacognición y motivación, por nombrar
sólo algunos.
Aunque, parezca paradójico, o sencillamente sea percibido como una aserción
inverosímil, el error puede ser un elemento útil en el proceso de aprendizaje, el error
acciona la reacción en cadena de la reflexión, del cogito, sirviendo como bucle
reflexivo en el transcurso intrincado del conjeturar, suponer o adquirir conocimientos y
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saberes. En este participar del error en la productividad del conocimiento de manera
concordante varios autores como: Popper (2000), Bachelard (1991), Morin (2003),
Resnick (1999), Schank (1995), Foucault (1988), Shön (1982), entre otros, sostienen
su proposición razonada y disertada sobre el error. Desde la cualidad de cada una de
las razones o acepciones planteadas por ellos se desarrolla en sus disertaciones,
publicaciones y trabajos un proloquio por demás interesante sobre el error
contextualizado en los ambientes universitarios de aprendizaje, con una visión
humanista cognitiva y constructivista.
En este sentido, se comprende que el error juega el papel del carácter integrativo,
porque sirve como puente reflexivo para reconstruir y repensar estructuras, hechos o
acciones, que en muchos casos es calificado como la yuxtaposición de propiedades
desligadas entre sí, más que por una estructura de conjunto, que se agrupa, desliga y
se inmiscuye en el pensamiento. Sin embargo, para algunos, el error se ha visto como
un mecanismo desintegrador en la resolución de problemas; mas no como un iniciador
de conflictos productivos o positivos, originando conflictos cognitivos contradictorios o
negativos, conflicto en los espacios socioinstruccionales severos, y trastornos
afectivos en los ambientes de aprendizaje
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enunciados verdaderos (o falsos) existe una relación con el error y los individuos
(sujeto aprendiz / sujeto facilitador del aprendizaje), además, de la búsqueda de una
perspectiva que pueda retomar una parte de varios enfoques epistémicos a fin de
plantear nuevas alternativas del error y su uso en los ambientes de aprendizaje, para
de alguna forma, lograr trascender o sistematizar elementos del constructivismo y
cognitivismo, desde una postura humanista con respecto al error.
De igual manera, para este estudio, el uso del error desde una perspectiva
constructivista se define como el manejo de herramienta articuladora, dialógica,
flexible -decodificatoria entre el razonamiento y la reflexión que permite reconstruir un
conocimiento o reaprender. Debido a que el error no es más que un nodo
intracognitivo entre la interacción del conocimiento, concepciones y presunciones que
en reacción en cadena se conjuga en una interracionalidad de interpolaridad en medio
del aprender – desaprender para reaprender.
xiv
significados, enfoques y posturas particulares que se asumen con respecto a la
intersubjetividad.
El Capítulo III comprende las implicaciones del error según las visiones de Popper
(2000), Morin (2003) y Bachelard (1991), quienes desde su singularidad convergen en
que los errores forman parte del conocimiento, postulando que no hay fuente última
del conocimiento ni verdades absolutas, apreciándose en ellos una postura racional,
puesto que las fuentes del conocimiento se encuentran en el hombre mismo, a través
de su percepción e intuición. La disertación en este capítulo se desenvuelve en la
conjugación entre enunciados, pseudoenunciados, conjeturas, refutaciones, dialógica
reflexiva en una intersubjetividad constructiva del conocimiento a fin de descomponer
el entramado prejuiciado del que goza el error.
Por otro lado, el Capítulo IV hace referencia a aspectos teóricos psicológicos donde
se considera al participante aprendiz, ente constructor de su conocimiento, ser
reflexivo y capaz de reajustar sus esquemas para reelaborar nuevos conceptos a partir
de sus concepciones erróneas y del fracaso, se aborda el error desde una perspectiva
Piagetiana y Vigotskiana como pilares fundantes del cognitivismo, igualmente, se
denota la metateoría, la cual no juega el rol único de evaluar teorías y construirlas sino
que además se constituye en esquema metódico para interpretarlas y comprenderlas.
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Finalmente, convergen disonancias que obligan a abrir un espacio productivo al
error en los ambientes de aprendizaje, en el Capítulo VI, al cual se le define
“Concretud Argumentativa en Equívoco”, que tiene como propósito la construcción del
discurso enmarcado en la Hermetateoría del Error, como una matriz y plataforma de
reflexión sobre las bases teóricas argumentativas de una teoría educativa en los
escenarios universitarios de aprendizaje desde una visión humanista. Este
planteamiento puede ser incorporado al micro currículo como estrategia metodológica
en el nivel superior, así como su visión epistémica en el meso currículo, sin descartar
que puede ser incorporado en una instancia operativa de los otros niveles de
educación a fin de coadyuvar a la reflexión y la capacidad intelectual de los
protagonistas del aprendizaje.
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Hermetateoría del Uso del Error Introito
Paradigmático
PROLEGÓMENO PARADIGMÁTICO
xvii
habilidades del pensamiento, así como al análisis que pueda generarse hacia otras
disciplinas.
De acuerdo a esta referencia, el error es parte del vivir y convivir cotidiano del
hombre, así como una necesidad humana, amerita ser explicado desde una visión
constructiva, una reinterpretación y replanteamiento, puesto que, es acompañante de
la entropía, de la integración – desintregración que forma parte del desafío del saber y
del aprender. Por consiguiente, este trabajo investigativo se ubica dentro del
Paradigma Cualitativo Complejo, debido a que atiende a una naturaleza hermenéutica
y metateórica, las cuales constituyen la acción investigativa, tal y como lo plantea
Martínez (2003) cuando expresa que: “La investigación cualitativa trata de identificar la
naturaleza profunda de las realidades, su sistema de relaciones, su estructura
dinámica, aquella que da razón plena de su comportamiento y manifestaciones” (p.p.
24 y 25).
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en este trabajo los pensamientos y conocimientos separados sobre el error,
integrándolo a las relaciones de la realidad reflexiva de datos significativos a partir de
una desarticulación del objeto de estudio como problema humano en la cogitación y
mutación del pensamiento.
xix
La plataforma de investigación se orienta hacia características teóricas, puesto que
se establecen conjeturas, disertaciones, análisis del discurso, revisión bibliográfica
documental y consideraciones de tipo filosóficas, humanista y cognitivo constructivista,
cuyas interpretaciones acceden hacia abordajes denotativos, connotativos y
descriptivos que de manera singular e intersubjetiva puedan darse. Por supuesto, sin
omitir que el trabajo investigativo del error comparte con los deslices comunicativos y
predicativos que juzguen o aseveren la existencia postulada sobre el mismo.
Lo anteriormente planteado por los autores permite inferir que siempre hay un
conocimiento previo al respecto y que se debe estar abierto a nuevas ideas,
explorando, interpretando y reinterpretando no sólo los hechos teóricos sino también
los relativos de acuerdo a las inquietudes, polemizando los datos ya sean empíricos o
no. En consecuencia, este punto de análisis cualitativo comporta un conjugar de
perspectivas que contemplan e intentan clarificar el valor del estudio de acuerdo a su
naturaleza, el cual a su vez está enmarcado en la línea de investigación: Educación y
Currículo, de allí la relevancia del trabajo investigativo cualitativo complejo, para este
estudio sobre el uso del error desde una visión humanista educativa.
xx
Capítulo I
Ámbito de Estudio
Una perspectiva en proceso
xxi
Hermetateoría del Uso del Error Ámbito de Estudio, una Perspectiva en
Proceso__
PREAMBULO CAPÍTULO I
Este capítulo aborda la dificultad que representa el error y su uso en los ambientes
de aprendizaje referidos a diferentes contextos, los cuales concurren en el proceso
cognitivo, el valor y el respeto humano, el proceso de enseñanza aprendizaje, y los
momentos comunicativos y de acercamiento entre el facilitador y los participantes.
Dicha situación ocurre en el nivel superior, creándose conflictos afectivos, cognitivos y
sociales.
xxii
nombrar algunos. De igual modo, se evidencian los síntomas del problema que no es
exclusivo del esquema venezolano sino que es factible de ocurrir en cualquier parte
del mundo.
Por último, en este capítulo se plantean los propósitos de la investigación los cuales
serán los faros que iluminen y permitan comprender y explicar el uso del error desde
una visión humanista y epistémica, a través de una travesía hermenéutica que
conlleva a proyectar la reflexión con respecto al error y su uso en el aprendizaje, que
busca no sólo las razones donde se confronte la validez teórica del error desde su
comprensión y su explicación, sino que también lo inscribe en los aportes epistémicos
entre la objetividad y la intersubjetividad en la búsqueda del conocimiento, como
construcción hermetatéorica de una nueva visión hacia el error en el aprendizaje, en
los ambientes de Educación Superior.
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Hermetateoría del Uso del Error Ámbito de Estudio, una Perspectiva en Proceso
CAPÍTULO I
ÁMBITO DE ESTUDIO
xxiv
pedagógica se constituye como un elemento preocupante tanto para los facilitadores
como para los estudiantes, y puede considerársele como un hecho factible de ser
valorado desde diversas perspectivas, en correspondencia con las posturas
psicológicas, filosóficas o sociales que circundan a la humanidad.
Este hecho, tiene en su base una configuración compleja, puesto que depende de
la producción personológica del sujeto y la evaluación independiente del mediador del
aprendizaje. Pero, ¿Qué es el error? Generalmente, el error se ha asociado con la
desviación y trasgresión de una norma programada o teórica. Por ejemplo, en el área
de sistema o programación (en informática) es un defecto, falla o falta de datos que
tiene un valor (Aceros, 2004). En el aprendizaje de un idioma, según Corder (1991) es
cualquier desviación de una estructura gramatical que hace el hablante de una
segunda lengua con respecto al lenguaje estudiado. De acuerdo a la Real Academia
(2005) el error (Del latín. error, - oris.): Es un concepto equivocado o juicio falso.
Acción desacertada o equivocada, o una cosa hecha erradamente.
xxv
discutir sobre el mismo, ya que no es extraño que las interpretaciones realizadas por
las personas acerca de una situación difieran mucho entre sí, puesto que donde
alguien ve un error, es factible que otro vea una solución y un tercero no vea nada, es
así que sería interesante aprovechar los errores para adquirir y mejorar los
conocimientos.
xxvi
decir, elementos aleatorios, azar, iniciativa, decisión, conciencia de las derivaciones y
de las transformaciones.
Ahora bien, configurar el uso del error como una estrategia de aprendizaje es
aventurarse a luchar contra esquemas predeterminados del ámbito educativo, donde
los recursos subjetivos y particulares del individuo, quien tiene la capacidad de
estructurar su campo de acción, es cuestionado si él / ella se equivoca.
Contrariamente, Nietzsche (1980) consideraba que se debe amar y cultivar el error
porque es la madre del conocimiento. Pero, no sólo este filósofo tiene esta postura,
también Popper (2000) plantea que error y verdad son conceptos inextricablemente
unidos en el proceso de conocimiento.
Desde este corolario, se puede alegar que la estructura y validez del conocimiento,
desde las condiciones de las posibilidades, tienen origen, valor y límites única y
exclusivamente del y para el participante. En este sentido, cabe citar a Popper (Op. cit)
quien expresa: “Nuestro cerebro no es empírico, sino que se lanza en busca de
nuevos materiales, absorbe de su entorno nuevas informaciones….está insito en el
cerebro la necesidad de buscar cosas nuevas. Todos estamos hechos para
convertirnos en descubridores” (p.88). La experiencia humana indica que el error es
particular, que en el proceso socioinstruccional juega su propio y particular rol, ya sea
xxvii
porque el estudiante carece de conocimiento, manejo de una destreza o no domina
algunas competencias.
xxviii
mismo. Los errores forman parte normal del aprendizaje y no una disfuncionalidad que
debe omitirse o castigarse como ya se ha mencionado anteriormente.
Así que, ¿Análogamente se puede aceptar que a los estudiantes se les deba
permitir confrontar sus concepciones erróneas? Bien, ante el hecho de que los
participantes repiten vocablos científicos, tecnológicos, epistemológicos, así como
conceptos y descripciones, de manera imprecisa sin realmente saber su utilidad y sin
tratar de entenderla, porque en muchos casos lo memorizan aisladamente de un
contexto, se infiere que la respuesta a esa interrogante sería negativa. De acuerdo a
esto, cabe, entonces, preguntarse ¿Dónde quedan entonces las concepciones
erróneas?
Los errores sistemáticos son los que revelan los procesos mentales que han
llevado al estudiante a una comprensión equivocada. Mientras que los errores que
xxix
pueden catalogarse de ocasionales se generan cuando el individuo se descentra,
experimenta un ruido psicológico, tiene ideas deshiladas o inconexas, nodos de
memoria o bloqueos de construcción, o simplemente carece de potenciales
alternativas lexicales o taxonómicas para expresar o representar la respuesta correcta,
en otros casos obedece a concepciones erróneas. Engler, Grogirini, Müller, et al (S/f)
citan una investigación realizada por Orton con alumnos entre 16 y 22 años de la que
surge la siguiente clasificación de errores:
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Cuando se identifican los supuestos del aprendizaje, no se percibe que el equívoco,
está latente y permanece invisible en el acto preinstruccional, coinstruccional, o post
instruccional en el aula, sin embargo, el equivoco está presente y es imposible de
negar, nace la ambivalencia de rechazarlo o usarlo, ya que el individuo es libre de
equivocarse. Siendo así, y estando implícito en el ser humano, se puede argumentar
epistemológicamente al respecto, partiendo de que error y verdad no son términos
absolutos.
De esta forma el autor señalado sugiere abrir una fisura hacia la comprensión,
incursiones de cambio que permitan un quehacer fructífero. En tal sentido, el mismo
autor expresa: “Todo intento de legitimación de una proposición concreta como la
única correcta tiene sólo un valor limitado, pues está atada inextricablemente a un
colectivo de pensamiento” (p.5), Se hace necesario, entonces, resaltar su posición
sobre el conocimiento no acumulativo.
xxxi
He aquí que se haga ineludible tender un puente entre las dificultades a causa del
uso del error y la dicotomía existente de ser penalizado el error o aprovecharlo
positivamente en el proceso educativo, lo cual implicaría a su vez abordar el campo
axiológico, puesto que el acto de decidir entre lo correcto e incorrecto, entre reconocer
el deber ser y el hacer, y, la elección que demanda hacia la mejor escogencia es un
signo de valorar, el respetar las competencias y las potencialidades del individuo como
ser humano así como su sensación emocional con todo el derecho que tiene a
equivocarse; por lo tanto, de la actitud hacia ese hecho de apreciar el valor de
acrecentar la capacidad del participante comprender, la capacidad de la visión intima
de la naturaleza de un concepto, problema o el de un simple hecho, fortuito o no,
surge, por ende, la necesidad de permitirle a los estudiantes cometer errores.
Por consiguiente, evaluar y estudiar el uso del error desde una visión humanista,
epistémica, cognitiva o constructiva es dar origen a cambiar la percepción intrínseca
que se tiene, reconociendo los valores afectivos que son valiosos en sí mismos, la
reflexión, el aprender a aprender o reaprender y la autorealización del participante en
el proceso socio instruccional de la educación. Sin embargo, es de mencionar que los
elementos reseñados, igualmente se encuentran presentes en el proceso educativo
venezolano, donde los participantes poseen algunas de estas características y
debilidades, las cuales son susceptibles de ser enmarcadas dentro de una postura
punitiva en el proceso de enseñanza por parte de los mediadores del aprendizaje, lo
cual trae como consecuencia que se cercene el potencial creativo de los estudiantes
cuando no coincida con las exigencias o los parámetros propuestos por el facilitador,
con lo que se crean barreras y bloqueos en el participante.
Por otro lado, cabe señalar que el error puede ser originado por ciertos aspectos
de percepción, afectivos, desconocimiento e incertidumbre entre otros. Morin (1999)
sostiene que siempre hay eventos desordenados, aleatorios o ambiguos, los cuales
dependerán del entorno, pero que unidos a la naturaleza cerebral del conocimiento se
derivarían de los limites sensoriales, el cierre del aparato cognitivo, las
intertraducciones cerebrales y sus representaciones, así como también la inestabilidad
dialógica entre los dos hemisferios y los riesgos inevitables que deben correr las
estrategias cognitivas, en relación a este proceso complejo, de igual modo, se hace
necesario señalar que están implícitas otras variables que interactúan que forman
parte en la producción de errores de los estudiantes, entre ellas: el profesor, alumno,
currículo, patrones mentales, contexto sociocultural.
xxxii
Este fenómeno humano es una noción múltiple, es un tejido de eventos, acciones,
interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen el mundo
fenoménico en la adquisición y construcción del conocimiento, sin obviar que la
conducta humana es esencialmente compleja, dinámica y cambiante, y está inmersa
en el contexto ecológico en el que evolucionan las personas, además, de pretender
abordar otros ordenes de aproximación comprensiva, interacción subjetividad e
intersubjetividad en oposición o no con la objetividad, que en muchos casos puede ser
relativa.
xxxiii
transformarse” (p.1). Asimismo, se ha hecho reflexión y análisis sobre la necesidad de
una nueva visión y un nuevo modelo de enseñanza superior centrado en el estudiante.
xxxiv
Además, de lo señalado anteriormente, se podría precisar en diversos escenarios,
entre ellos está el contexto dinámico de enseñanza aprendizaje, donde se disputa el
dilema del error y su uso, puesto que, en el carácter transitivo de la acción del sujeto
en los ambientes de aprendizaje es propicia, muchas veces de indicios reveladores de
asintonía entre las perspectivas de enseñanza planificadas por el facilitador y la
interpretación, conocimiento o acción que posee y expresa el participante en el
proceso instruccional. Se percibe que surgen dos polos antagónicos, cuando el
mediador del aprendizaje proporciona información y es malinterpretado, o cuando se
enseña el qué, cuándo y dónde pero no cómo aplicar o desarrollar dicha información.
xxxv
Por otra parte, sucede que en un contexto de enseñanza aprendizaje, hay
debilidades en cuanto a cómo presentar y secuenciar la información, organizar las
actividades coinstruccionales, realimentación, motivación y evaluación. En este orden
de ideas, Palencia (2002) expone:
Resnick (1999) considera que todo el mundo puede aprender bien, siempre y
cuando la educación tenga como un desafío sustancial que las prácticas docentes
propicien el desarrollo de estrategias cognitivas, de modo que se permita plantear y
xxxvi
replantear preguntas, se busquen soluciones, se expliquen conceptos y se justifiquen
con su razonamiento. Es en el aprendizaje en la acción donde el profesor propicia el
desarrollo lógico, racional, analítico y crítico del estudiantado.
xxxvii
Por otro lado, en el contexto estructural cognitivo, de conceptualización -
enseñanza la cual conlleva implícita los fenómenos complejos de las estructuras
mentales, esquemas, cambio conceptual, desarrollo cognitivo, reflexión y
metacognición, entre otros, son fundamentales en el proceso de aprendizaje. Es por
ello que una de las demandas que se hace primordial hoy en los ambientes de
aprendizaje es el de desarrollar habilidades, destrezas y competencias cognitivas. El
aprendiz busca o explora las formas de afrontar y comprender un conocimiento que
puede considerar significativo o correcto, éste estudiante no sólo es capaz de
memorizar información sino de reconstruirla para luego construir nuevos
conocimientos.
Entre los pensadores preocupados por el desarrollo del pensamiento humano está
Morin (2001) quien considera que el conocimiento emplea la abstracción, pero,
además, se construye en relación con el contexto movilizando todo lo que el individuo
sabe, comprendiendo desde los datos particulares de los operadores del pensamiento
que se relacionan para formar un bucle retroactivo, hasta la regulación que es
dinámica y opuesta a la linealidad; paralelamente a ello el mismo autor, expresa:
xxxviii
procedimientos. Así que cuando se empieza a organizar el pensamiento las respuestas
van a se significativas, particulares, plenas de singularidad y espontaneidad, además,
cada quien se da un espacio para enfrentarse con sus exigencias, experiencias y la
oportunidad de desafiar su propio pensamiento. Desde esta perspectiva, la acción del
pensamiento en determinadas situaciones comienza con la selección de la alternativa
que quizá le parezca más práctica, razonable, fácil o valedera. Una vez que ha
comportado en el proceso intracognitivo la reflexión, su aptitud mental consiste en
manipular mentalmente los datos sensoriales, percepciones, conocimiento previo
(información y pensamiento almacenados en la memoria) a fin de elaborar, encontrar o
hallar el significado o razón para una respuesta.
En otros casos, a los estudiantes se les presentan una cantidad de problemas, pero,
ellos no se detienen a observar o escudriñar para luego pensar y deducir la solución del
problema; algunos se desesperan por dar una respuesta rápida o simplemente la
primera idea que se les viene a la mente la manifiestan para salir de ese compromiso
donde ellos consideran están atrapados; lo que conlleva a que dé una respuesta
desacertada, es decir, muchos estudiantes no valoran el tiempo para reflexionar.
En el entendido que reflexionar es una capacidad propia del ser humano, que posee
una capacidad de análisis para evaluar las consecuencias en su realidad, en este
mismo orden de ideas, cabe señalar que los estudiantes corren el riesgo de sufrir un
conflicto conceptual o cognitivo por razones de desconocimiento del léxico, de
conocimiento previo, ya que algunos llegan con diferentes niveles de talento intelectual
o simplemente se desenvuelven en un ambiente de aprendizaje donde se refuerza muy
conductualmente las participaciones correctas, y las incorrectas se tratan de debilitar
mediante castigos o con la ausencia de recompensas.
Es común a su vez que las interpretaciones se vinculen con las observaciones lo que
genera un conjunto de creencias interrelacionadas que se presuponen y tienden en
xxxix
algunos casos a ser confusas, Esto da origen a concepciones erróneas por parte de los
aprendices, puesto que es factible que se elaboren interpretaciones en base a
presupuestos. Por consiguiente, se puede afirmar que el error es un accionar complejo,
el sujeto que se equivoca debe tener algunas hipótesis previas que no está confirmada,
no obstante, es necesario para el conocimiento, porque los ensayos sucesivos y
variados dan un marco de comprensión de los aciertos y errores.
Pero no sólo están presentes los conflictos cognitivos sino también los bloqueos, los
cuales pueden ser de percepción, referidos a los de tipo cognitivo como no percibir lo
que está mal, tales como dificultad para aislar problemas, incapacidad de definir
términos, limitación para percibir relaciones remotas. Bloqueos emocionales, aquellos
que le dan inseguridad al estudiante como: temor a equivocarse y a hacer el ridículo,
aferrarse a la primera idea que se le ocurre, inseguridad, temor al profesor, entre otros.
Lo anteriormente planteado, también propicia o causa que los sujetos se equivoquen en
un momento indeterminado de la actividad instruccional.
xl
Otro aspecto presente en el proceso cognitivo y el error es el bajo nivel de atención
que posea el estudiante lo cual afecta la comprensión y la disposición para el
aprendizaje. La concentración es un requisito esencial para que trabaje bien la memoria
y el entendimiento, existiendo una proporcionalidad directa entre el grado de atención
que se preste al estudio y el grado de asimilación y compresión. Además, esta carencia
no le permite analizar con precisión ni pensar en la diversidad de soluciones o
respuestas que pueda haber, al parecer la salida es dar una respuesta que parezca
buena o correcta sin evaluar lo contrario. Esto induce a pensar que la capacidad de
atención, control y regulación del aprendizaje son primordiales, debido a que la
cognición viene a ser la representación mental que singularmente posee todo individuo.
La necesidad imperiosa que posee el sujeto de ser reconocido así como se respete
su creatividad, individualidad, autonomía y forma de pensar. El valor que debe dársele a
la producción humana, a la tolerancia, la justicia, las cualidades particulares y la
xli
singularidad que posee cada quien. Desde este punto de vista axiológico, se puede
esclarecer el carácter complejo y fenómeno del valor, debido a que los valores apelan
tanto a la experiencia subjetiva (emociones, deseos, sentimientos) como al nivel más
objetivo del hombre (inteligencia, lenguaje). Por otra parte, cabe destacar que los
valores son relativos al individuo, y por ende al facilitador y al participante del ambiente
socioinstruccional, así como a su contexto social y material. Sin embargo, el supuesto
indica que en la praxis educativa deberían estar presente, no sólo la justicia sino
también la libertad para expresarse, la convivencia, la equidad, la identidad, la
pertenencia y el reconocimiento, entre otros.
Es relevante señalar que potenciar los valores de cada participante del escenario
de aprendizaje es determinante, los valores no son un informe o contenido que debe
memorizarse, es un modelaje, una demostración que lleva a una simetría entre el
facilitador y el otro protagonista del proceso. Es a través de ese comportamiento como
se puede obtener cambio de actitudes en el estudiantado porque se le valoran sus
conocimientos no sólo de manera cuantitativa sino afectiva y formativa, su deseo de
aprender, aunque se equivoque; su participación y esfuerzo, que los induzca a ser
exitosos porque tienen la oportunidad de reflexionar sobre sus errores, en vez de ser
irrespetados y burlados se les faciliten actividades que les permitan reconstruir su
nuevo conocimiento.
Los juicios preconcebidos y etiquetas hacia los estudiantes son inaceptables, sin
embargo es común, en los ambientes de aprendizaje que haya docentes quienes
catalogan a sus alumnos y permiten que sus compañeros de clase den calificaciones
negativas hacia aquellos que se equivocan, mensajes que castran la posibilidad de
que esos participantes corrijan su error por medio de una represión oculta de control,
ese juicio de valor que denigra al sujeto porque se equivocó en una tarea o respuesta,
sin pensar que conllevan a efectos perjudiciales en su autoestima.
xlii
Entre otras de las consecuencias, en relación a lo expuesto, se crean sentimientos
de culpa, se sienten víctimas o aceptan que son irresponsables, brutos o se comportan
inaceptablemente. Pontecorvo (2003) considera que un profesor al hacerse un
concepto de un alumno, es difícil que lo modifique y que ese comportamiento es uno
de los más destructores para las potencialidades del alumno. Asimismo, la autora
expresa: “Me da la impresión de que se trata de una debilidad difundida entre los
actuales profesores que parecen poseer, como hábito profesional, un filtro de palabra,
y ejercitan una acción verbal que, a menudo es tremendamente agresiva…” (p.293).
En razón a esto, las estrategias interactivas del profesor demuestran el valor que
tiene el coloquio en clase, es un enfoque semiótico, en el que la negociación de
significados se comparte y se considera condición necesaria para el aprendizaje.
(Resnick y otros, 1997). Lo planteado por estos cognitivistas valora la interacción
comunicativa, puesto que por medio de ella se pueden aclarar dudas explicitas o
implícitas, con lo que se permite que el estudiante dialogue y pregunte, se subsanen
dudas que fosilicen o bloqueen la comprensión de una información.
xliii
sea rápidamente retroinformado, cuando se hace énfasis en el significado de las
palabras y las frases y no se permite que la ambigüedad forme parte de esas
proposiciones expresadas para evitar confusiones, implicaciones negativas y falsas
suposiciones.
Para Martín (1999) el lenguaje en ciertas ocasiones tiende a ser más como objeto
de confusión de la cognición, debido a que ciertos términos lingüísticos no se emiten
para su interpretación temática sino para su incomprensión conceptual. A tal efecto,
cabe argumentar que el intercambio de información debe ser claro sin vacíos de
significados accesibles a todos y no de manera unidireccional sino que permita el
intercambio de opiniones e información.
Tal y como se ha visto, el error en los ambientes de aprendizaje desde una visión
humanista y de acuerdo al análisis contextualizado en diferentes planos tales como la
evaluación, el lenguaje, el proceso cognitivo y los valores, se consideran pertinentes
porque permite percibir que el error puede favorecer la creatividad, la reflexión así
como el desarrollo cognitivo, afectivo y social de los participantes. Es innegable que el
error puede ser una constante en los escenarios de aprendizaje y todos son
xliv
susceptibles de equivocarse, pero el temor a equivocarse es común y, en muchos
casos, es inevitable.
De igual manera, los estudiantes pueden caer en esta situación porque se aferran a
concepciones erróneas o manifiestan la primera idea que se les ocurre sin reflexionar
al respecto, o en otros casos los estudiantes tienen dificultad para aislar situaciones
confusas o problemáticas por problemas de percepción, bloqueos cognitivos o
afectivos, lo que impide que el participante maneje el error desde otra visión más
constructiva y como una oportunidad de aprendizaje. Como corolario, también, es
relevante señalar que mucho del conocimiento científico tiene su origen en errores,
desaciertos y aciertos, por lo que puede señalarse que evitar los errores no es la vía
más positiva ya que de los errores de todos se puede aprender, inclusive el facilitador
no está exento de ello.
Sin embargo, la orientación que él, denomínese facilitador, profesor, docente, entre
otros, pueda dar sirve para ayudar al participante a tomar conciencia de su error y
como reestructurarlo o tener un cambio de aptitud hacia el equivoco, así como
considerar que el error no se refiere solamente a una falta de conocimiento sino que
puede originarse de otras fuentes, por ejemplo, por falta de atención en el aprendiz.
Ahora bien, el planteamiento realizado sobre el error como una problemática en el
aprendizaje y en la praxis pedagógica ha sido de preocupación desde diferentes
perspectivas tales como las filosóficas, los cognitivistas, y de muchos educadores, tal y
como se ha tratado de reseñar. No obstante, el tema planteado es visto como un
riesgo, obstáculo o como un estimulo negativo que debe evitarse y es sancionado en
todos los niveles de la educación.
xlv
¿Cómo puede aprovecharse el error en el aprendizaje?, ¿Es el error un factor de
interés en el proceso de enseñanza - aprendizaje? ¿Se respetan las potencialidades
de los estudiantes?, ¿Es de valor fundamental para el mediador del aprendizaje la
falibilidad y la singularidad del estudiante?, o ¿Lo verdaderamente importante para la
educación es la capacidad de reproducir rastros de experiencias y patrones
prediseñados? Y sí es así, ¿Dónde queda la perspectiva crítica y reflexiva de los
participantes? ¿Existe una visión humanista y epistemológica sobre el error en el
contexto educativo?
Por lo tanto, a sabiendas que el error no se ventila abiertamente y que convive con
el currículo oculto, que está allí sin ser reconocido como un cuerpo teórico. A través de
esta tesis se expone no como un hecho numérico, ya sea de error estadístico –
matemático, de programación o gramatical, sino como una aproximación
interdisciplinar epistémico humanística que sirva para explorar y desarrollar el
potencial cognoscitivo, afectivo, efectivo en la adquisición del nuevos conocimientos.
xlvi
ser sancionado; por consiguiente, este trabajo se enfoca desde los ámbitos
epistémicos, cognitivos, constructivo y humanista a fin de reorientar la perspectiva
adversa del error hacia una actitud positiva, puesto que los errores son indicadores de
procesos que inducen a una ejecución utilitaria de los mismos.
Entendiendo el error como un acto que forma parte del desarrollo humano y
atendiendo al error en el sentido procesual más que como un resultado que debe ser
sancionado y más constructivo que destructivo, se obtiene la diferencia entre la
confusión que se tiene de que errar es igual a ignorar. Ambos tienen una amplia
brecha de diferenciación porque ignorar es tener un desconocimiento de todo,
mientras que el error puede ser que sea por mala percepción, desconocimiento
parcial, es decir, poco conocimiento previo o sencillamente está en el núcleo absurdo
de una contradicción.
De este modo se pretende dar un paso más hacia los aportes que puede poseer el
error, puesto que ha estado siempre inmerso en múltiples descubrimientos, y por ende
no debe aislarse del proceso de aprendizaje. Cabe destacar que entre la creación y el
error están comprometidos procesos mentales inferenciales, interpretativos,
perceptivos, entre otros; donde se conecta la representación coherente a través de
activación de conceptos, comparación de estructuras, al agregar, eliminar o reordenar
la información, conocimiento o aprendizajes con el error.
xlvii
El error abarca el plano conceptual, reflexivo, práctico y creativo, resulta oportuno,
en este sentido, correlacionarlo con las invarianzas que señala Piaget (1995) quien
valora la invarianza que poseen las determinaciones de las personas, la cual es
partícipe de la esencia del intelecto, de la disposición del individuo como un recurso de
reversabilidad que permite que se construya o reconstruya la situación, resultado o
acción.
Lo que implica que el sujeto aprendiz posee invariantes cognitivas y éstas les
permite superar sus errores. En este ámbito de relación temporal entre la cognición,
reversabilidad, concepción, reflexión, invarianza, entre otros, tanto el participante como
el mediador protagonistas del aprendizaje y su virtuosidad no deben cerrarse a la
trascendencia del error en los ambientes de aprendizaje, puesto que el error es un
enclave trascendental de aprehensión didáctica.
xlviii
Broudy (1966) cuando afirma.”Nuestros sentidos yerran y nuestra razón nos lleva a
conclusiones contradictorias” (p. 27).
Por tal razón, el abordaje de este estudio está dentro de la congruencia referencial
de la interacción comprensión – explicación como agente interpretativo de acción e
intencionalidad cualitativa. Es necesario, resaltar que los objetivos se redactaron en
concordancia con los propuestos por la Guía para la elaboración de proyectos de
trabajo de Especialización, trabajo de grado de Maestría y Tesis Doctoral (2004, de
acuerdo a Leal, 2004), lo cual induce a que el siguiente trabajo de investigación se
articule a través de los siguientes propósitos:
xlix
• Repensar el error desde una insertación constructivista cognitivista en el
paradigma de la interpretación. .
• Configurar un constructo hermetateórico desde la comprensión y explicación
del uso del error con una visión humanista para la educación.
l
Capítulo II
li
Hermetateoría del Uso del Error El Error en los Ambientes de
Aprendizaje
PREÁMBULO CAPÍTULO II
Foucuault (2004) considera que, así como los filósofos, el docente tiene las dos
grandes cualidades, que son refutar y encauzar la inteligencia del otro. Por supuesto,
que todo ello en el buen sentido de reconocer que se ha errado y que se puede liberar
de la mente ese error para dar cabida a aquello que se cree o es considerado por la
lii
sociedad del conocimiento como lo que es verdadero. De la misma manera, se trata
de evidenciar que el error ocupa un lugar desde el escenario presocrático, cuando
Empédocles induce a reflexionar sobre el sentido de las distinciones y las
complejidades del hombre como ser pensante, desconcertante, social y afectivo, así
como Parménides con “lo que es, es, y lo que no es, no es” o “el ser es y el no ser no
es”, pasando por Lakatos, Popper y Derrida, entre otros.
liii
Hermetateoría del Uso del Error El Error en los Ambientes de Aprendizaje
CAPÍTULO II
Es un hecho, por consiguiente, que el proceso educativo es uno de los campos más
susceptibles de ser estudiados, constantemente se está en la búsqueda por mejorar la
calidad de la misma, estudiando las destrezas y habilidades del individuo, aprendizaje
activo, reflexivo y de resolución de problemas, en este sentido, Racamonde (2000)
afirma que: “La investigación didáctica se ha orientado hacia la búsqueda de
alternativas conceptuales y metodológicas con el propósito de un cambio en la
enseñanza”. (p. 35)
En efecto, en las últimas décadas se han llevado a cabo estudios que han servido
para nutrir otros trabajos ya realizados, a fin de cambiar la enseñanza anquilosada
solamente en la transmisión de conocimientos, por la búsqueda hacia nuevas
propuestas, lo que permite evaluar que se han realizado algunos estudios referidos al
error en el proceso de aprendizaje, en unos de manera superficial y en otros como
núcleo del tópico del trabajo; asimismo, se ha hecho mención al momento cuando el
alumno comete un error o se equivoca, mas no se le ha dado un trato especial al uso
liv
del error en el aprendizaje de manera prolífica, su manejo en las actividades de aula o
la importancia del mismo como herramienta coadyuvante del proceso instruccional.
Entre esos estudios previos a este trabajo que se han llevado a cabo al respecto,
está por ejemplo, Ruiz (1997) quien considera que el error es una deficiencia que
presenta el estudiante en su aprendizaje. En este mismo orden de ideas, Sánchez
(1997) en sus trabajos realizados sobre habilidades del pensamiento y la enseñanza
de las habilidades del pensamiento, manifiesta que se puede inferir que el error forma
parte de la concientización del acto mental involucrado en el proceso de
retroalimentación y de optimización del acto mental. En esta misma perspectiva,
Blázquez (2001), argumenta que el error es un instrumento útil para enseñar mejor.
En esta misma línea, Lengo (1995) en un estudio lingüístico en Zaire considera que
los investigadores están interesados en los errores porque poseen valiosa información.
De hecho, Corder (1967) (citado por Lengo, 1995) expresa: “La investigación de los
errores tiene un doble propósito: de Diagnóstico y de Pronóstico” (p. 1). Por tanto, es
válido señalar que el error es un elemento susceptible de ocurrir en el aula, en el
proceso de enseñanza, y como proceso activo no se debería desestimar su
ocurrencia, porque puede ser aprovechado en el aprendizaje, el mediador sería quien
hábilmente modifique la información, sirviendo, el error, a su vez al facilitador para
desarrollar las habilidades de pensamiento, la reflexión, metacognición y creatividad
de los alumnos. Entre ellos, Velásquez y Parra (2001) quienes realizaron un trabajo de
investigación en la Universidad Autónoma de México, consideran que se debe
reconocer que el error es inevitable para el aprendizaje.
Ambientes de aprendizaje
lv
intercambian ideas y fenómenos educativos. Cabe pensar, entonces, que existen unas
variables, magnitudes o parámetros, plurales y diversos, que en conjunto dimensionan
o caracterizan a los ambientes, denominándolo de acuerdo a las particularidades e
intereses como “ambientes de aprendizaje”, ya que aquí se presenta y se convive con
condiciones, circunstancias, objetos, factores que rodean al individuo, comunidad,
desarrollándose simultáneamente destrezas, habilidades y adquiriendo conocimientos
y saberes.
lvi
recupera la cuestión de la subjetividad como fundante de los procesos de construcción
del conocimiento que se inscriben en este orden y en la praxis pedagógica.
Desde esta perspectiva y reflexionando sobre las dificultades que se presentan día
a día en los ambientes de aprendizaje, denominado tradicionalmente como “aula de
clases”, es propicio señalar que Delval (1991) considera que el aula se concibe como
un espacio de trabajo en común donde el profesor es quien enseña y transmite ideas
pero que, a su vez, los estudiantes de manera individual o en grupo tienen la
oportunidad de exponer lo que piensa (n). Este mediador, quien es uno más en la
actividad del aula, tiene como función plantear problemas, hacer ver los puntos débiles
de las propuestas, subsanar las lagunas, orientar y además ayudar a tomar conciencia
de lo que están haciendo. En una forma muy directa y premonitoria, el mismo autor
señala:
Así pues, es evidente que tradicionalmente las aulas de clases son vistas como
espacios homogéneamente ideales, donde todo debe estar bien arreglado con
participantes de la misma edad, quienes supuestamente poseen un mismo nivel
intelectual y de conocimiento lo más semejante posible, es aquí donde la transmisión
verbal de conocimientos es óbice para que el participante forme sus propios
conocimientos y trabaje por sí mismo, donde se fomente la libertad y responsabilidad
de ellos hacia la construcción del aprendizaje. En esta acción se presenta como una
invariante la división espacial entre los actores enseñantes y los actores aprendices, y
en algunos casos, los últimos pueden ser adjetivados de acuerdo a su actuación o
dificultad que pueda tener, originándose una desconexión entre ambos protagonistas.
lvii
Las posibilidades de reacción entre los actores son múltiples e indeterminadas
desde donde surgen sentimientos equivalentes o encontrados, al ser negativos limitan
las oportunidades de los estudiantes en el escenario de aprendizaje; en consecuencia,
afecta la actuación de los participantes generándoles ansiedad, amenazas,
distracción, así como afecta también la eficiencia del proceso tanto para el facilitador
como para el estudiante.
En este contexto, se busca que el conocimiento explicativo sea de interés tanto del
enseñante o mediador del aprendizaje como del aprendiz, cabe destacar que las
actividades donde sólo se oye una voz y bombardeo de vocablos en muchos casos no
deja espacio para la reflexión y el pensamiento, sin embargo, la interacción dialógica
bien administrada es más productiva.
lix
Se trata, entonces, que entran en juego nuevas formas de enriquecer el currículo y
el proceso de aprendizaje. Es así que en estos nuevos espacios socioinstruccionales
se enlazan facilitadores y participantes de todos los niveles educativos tales como
Preescolar, Educación Básica, Educación Media diversificada y Profesional y
Educación Superior, a fin de proporcionar una amplia variedad de experiencias,
información, materiales y posibilidades de comunicación, se trata, en definitiva, de
incrementar las oportunidades educativas. La consideración de estos nuevos
escenarios implica nuevas concepciones del proceso de enseñanza y aprendizaje en
las que se acentúa la colaboración activa del estudiante en el proceso de aprendizaje;
así como la atención a las destrezas emocionales e intelectuales de los distintos
actores.
Con frecuencia, tanto los facilitadores como los participantes conviven en rutinas
interiorizadas de donde se escapan planteamientos integradores, tratando de ocultar el
pecado mortal del error, que se atemorizan de evidenciar en su ambiente de
aprendizaje, que aprender de los errores es tarea de cualquier estudiante y profesional
de cualquier área, que en vez de ocultarlos descubran que por muy extraño que
parezca el comunicarlo puede ser constructivo y transformador, puesto que todo
comporta un aprendizaje y todo aprendizaje es un cambio y de los cambios y desafíos
también se aprende.
lx
particulares y competencias; orientando el proceso humanístico e integral de la
persona, en sus relaciones y compromisos.
Ambiente epistémico
lxi
actualidad. Es por ello que se explora una documentación filosófica en la que
convergen diferentes puntos de vista que sirven como enlace nutritivo para el presente
trabajo.
lxii
condición; la verdad no es la verdad del hombre, sino la verdad del todo. “Los mortales
comunes no tienen en su errante inteligencia nada que no les haya entrado por sus
errantes sentidos”. (Parménides, 540 – 470).
Entonces, cabe preguntarse: ¿Qué quiso evidenciar Parménides con esa rotunda
afirmación?, probablemente tendrá diversas interpretaciones de acuerdo a diferentes
puntos de vista, en este caso cabe considerar que cualquier mortal puede darse la
libertad de equivocarse, puesto que la percepción que tenga de una información o
conocimiento no es la verdadera, aunque él o ella la considere como una verdad
absoluta hasta que se convenza de lo contrario. Así que para Parménides “Ser
absoluto” está disociado de toda limitación bajo la cual piensa el ser humano.
A su vez, este filósofo mantenía que los fenómenos de la naturaleza son sólo
aparentes y debidos, en esencia, al error humano; parecen existir, pero no tienen
entidad real. Sostenía también que la realidad, “Ser verdadero”, no es conocida por los
sentidos, sino que sólo se puede encontrar en la razón. Parece que hay un principio
racional, absolutamente seguro, que es el siguiente: “lo que es, es, y lo que no es, no
es” o “el ser es y el no ser no es”, de acuerdo a lo afirmado por este pensador.
Asimismo, planteaba que existen dos vías de conocimiento, la vía de los sentidos o la
opinión (doxa) y la vía de la razón o la verdad (aletheida). Los sentidos engañan hasta
el punto que parece que existe el cambio.
lxiii
acuerdo a lo antes señalado, que el hombre como ente crítico reflexivo no sólo tiene
la libertad de equivocarse sino también de tener la oportunidad de analizar y
reflexionar exhaustivamente sobre sus errores y, a su vez, defender su discurso, no
estando o sintiéndose atado a una única verdad.
Por otro lado, partiendo de la premisa que sostenía Aristóteles (384 adC - 322 adC)
acerca de que la filosofía no tiene más principio de verdad que lo que somos nosotros;
si se quiere, un deseo que lleva a ser plenamente sujetos en la posesión de la
inteligencia y que la tékhne es un hacer en que el artífice se saca las ideas de sí
mismo. La Naturaleza lleva una idea, pero no como algo externo en quien tiene
puestas sus miras, sino como principio interno, se puede afirmar, por consiguiente; el
individuo, participante del proceso instruccional razona y procesa sus ideas
internamente siendo capaz de darse cuenta de su producción de conocimientos y de
sus equívocos.
Luego, Descartes (1596 – 1650) sostiene su famosa aseveración Cogito ergo sum,
señalando además: “Advertí luego, que queriendo yo pensar que todo es falso, era
necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa, y observando luego esta
verdad: Pienso luego existo” (En González, 2002, p. 10). De esta manera, Descartes
comprueba la potestad del hombre de afrontar la realidad de responder a la idéntica
actitud del pensamiento de una forma muy singular y particular. Constituyendo la duda
metódica y advirtiendo a su vez Descartes que innumerables hechos que se tienen
como verdaderos se presentan como falsos.
lxiv
A su vez, este epistémico plantea que existen dos tipos de aprendizaje, aquél
donde se aventura a aprender cosas nuevas y por otro el de relegar lo que ya se ha
aprendido. Cabe citarlo cuando expresa que: “Hay, pues dos estadios totalmente
distintos en el aprendizaje: el primero es el de la aventura, el aprendizaje del
investigador, del descubrimiento, el otro es el aprendizaje memorístico: para
aligerarnos de cualquier cosa, ¡la enviamos al subconsciente y listo!” (p. 31).
En este sentido, el autor afirma que: “El patrimonio más precioso del ser humano
son sus ideas” (p. 99), lo que indica que las ideas que se refutan o confirman son las
que le dan vida a la construcción de nuevos conocimientos, y por tanto, se debe estar
consciente de que el ser humano es falible. Asimismo, es de suma relevancia señalar
la siguiente aseveración del autor: “Para aprender una cosa tenemos que aprender
precisamente de nuestros errores. Disimularlos constituye por eso el mayor pecado
intelectual que cabe imaginar” (p. 167). Las ideas aludidas y esbozadas anteriormente
sirven de fundamentación esencial para el desarrollo de la presente tesis, puesto que
se busca una visión del uso del error en el proceso educativo desde una postura
epistémica. Igualmente, se hacen eximias las posturas de Lakatos, Derrida, y Morin a
fin de sustentar las controversias que puedan surgir con respecto al estudio.
Lakatos (1978) asume que hay un choque entre conjeturas y refutaciones, y éste no
se da en el vacío; ya que, dicha confrontación se mueve en un contexto de discusión
racional. Por otro lado, las conjeturas no aparecen espontáneamente en escena sino
que son parte de una tradición de ideas, de concepciones acerca del mundo. A su vez,
Lakatos sostiene que no sólo es probar que una teoría es falsa, sino tener otra mejor
que la que ha sido refutada.
lxv
En este sentido, la hermetateoría basa su aporte en la unidad básica de estimación,
una teoría no debería estar aislada de una conjunción de teorías, sino más bien,
ofrecer una investigación con un centro firme, convencionalmente aceptado, con una
heurística positiva que defina problemas, esboce la construcción de un cinturón de
hipótesis auxiliares, prevea anomalías y las transforme. De igual manera, este filósofo
establece por “reconstrucción racional” un análisis de la historia (prioritariamente
interna) a partir del cual se pretende organizar y categorizar la secuencia de
problemáticas y sus soluciones teóricas (su poder heurístico), en correlación a la
corroboración empírica que estas soluciones han conseguido en el devenir de la
investigación, que se ha ejecutado a través del tiempo siguiendo un cierto plan original
que le da coherencia.
lxvi
destruirlo sino a fin de comprobar cómo está hecho ese algo, cómo se ensamblan y se
articulan sus piezas, cuáles son los estratos ocultos que lo constituyen, pero también
precisar las fuerzas no controladas que ahí obran.
Para este autor (1997), el vocablo deconstrucción no era sino una palabra más
dentro de toda una cadena de muchas otras palabras, a la que no le concedía suma
importancia. Pero, hoy día se inserta perfectamente, es polémico para algunos, para
otros es herramienta clave del pensamiento, de la reflexión o cómo un elemento
presunto que puede estremecer a lo indescomponible de un determinado sistema,
esquema o contexto, además, se ha convertido en una especie de eje de
intervención activa, pero estratégica y singular. En tal sentido, la deconstrucción
basa su eficacia, precisamente, en la complejidad de siempre, desdoblarse para
obtener una producción, una salida, un enriquecimiento.
Desde esta posición se da libertad particular para que cada quien construya una
interpretación de la realidad, pero que no va a ser universal ni absoluta, conllevando
así a intentar aproximarse a la construcción de un conocimiento. Para enfatizar lo
antes expuesto, es oportuno citar el mismo autor cuando expresa que: “Deshacer,
descomponer, desedimentar estructuras…Más que destruir es preciso asimismo
comprender cómo se había construido un conjunto y para ello es preciso reconstruirlo”
(p.25). Ello quiere decir que en el proceso del pensamiento y en la adquisición del
conocimiento hay que desencadenar, desmenuzar, escudriñar, para desasociar, sin
obviar que en la trayectoria el individuo se equivoque, mas, sin embargo, propicia la
reconstrucción de un conocimiento o un reaprender que puede ser significante, pero
estando consciente de que ese reaprendizaje no es perfecto.
lxvii
logocentrismo, la forma en que se impone el pensamiento del dominador, liquidando lo
específico y lo sensible en el dominado, bloqueando la diferencia e impidiendo que el
otro se exprese en su radical exterioridad. No obstante, las ideas fuera del contexto
pueden pasearse por un camino alternativo. Pero, ¿Qué se quiere evidenciar con
ello?, quizá, interpretar que los giros lingüísticos son el abanico que permiten que los
diferentes tipos de conocimiento se relacionen, sobre todo en los que parecen
contradictorios, porque se dan el lujo de convivir simultáneamente en un mismo
pensamiento, sentimiento o acción.
lxviii
complejidad, es decir, elementos aleatorios, azar, iniciativa, decisión, conciencia del
divagar y de las transformaciones. Cabe señalar que no hay un pensamiento absoluto,
ya que de acuerdo a lo manifestado por Morin (op. cit.) el pensamiento complejo debe
comprender al otro, no reduce jamás al otro a un solo rasgo y carácter. Cabe agregar
que este filósofo contemporáneo manifiesta que existen varias fuentes del
pensamiento complejo, claro está, visto desde la epistemología, entre ellos están: el
pensamiento complejo estimulado por la crisis del determinismo, reduccionismo,
materialismo y de la causalidad lineal de las ciencias, así como también de la
literatura, lo cognitivo y lo ético. Al respecto, Ciurana (1999) resume lo siguiente:
lxix
Ambiente psicológico
En este sentido, Bruer (1993, citado por Resnick, 1999) expresa: “En todos los
campos del pensamiento los científicos cognitivos han comprobado que el
conocimiento es esencial para poder pensar y, también, para la adquisición de nuevos
conocimientos: es decir para el aprendizaje” (p. 18). Lo anterior indica lo manifiesto en
la construcción del conocimiento donde sin pensar y en fracciones de segundos se
pasa de la subjetividad a la objetividad, sin obviar reflexividad como enclave entre la
simplificación, de una causalidad en los procesos, a la lógica de la complejidad como
aportación y apertura a nuevos saberes más abiertos y creativos.
Este planteamiento alegoriza que si se desea el logro del aprendizaje se debe estar
atento a que éste exige procesos activos de razonamiento y no una simple
memorización de conceptos descontextualizados. Sin obviar que en este proceso
interviene de manera importante la enseñanza como factor facilitativo del proceso de
autonomía. Los roles del maestro se diversifican y enriquecen y los patrones
tradicionales de fuente de saber (maestro) – receptores pasivos (alumnos) se
lxx
modifican para dar pie al rol del maestro como facilitador, mediador, proveedor,
monitor, retroalimentador y a los estudiantes como participantes activos y autogógicos
de su propio proceso de aprendizaje, los mismos que pueden en su momento fungir a
su vez como proveedores, retroalimentadores, lo cual es altamente enriquecedor para
ellos y para el proceso instruccional educativo.
Sin embargo, Rodríguez (1999) considera que existe preocupación por corregir o
eliminar las concepciones erróneas de los sujetos sin pensar en su utilidad, por otro
lado, también afirma que el estudiante tiene concepciones alternativas que son
representaciones incorrectas o incompletas. Estas representaciones pueden ser de
diferentes tipos en función del nivel del conocimiento que tenga y del contexto.
lxxi
que no son evidentes, expliquen conceptos, justifiquen razonamientos y busquen
información” (p. 27).
Esta afirmación sugiere que las personas son capaces de desarrollar conocimientos
cuando ellas se comprometen a sí mismas en la construcción de significantes,
precisamente en la manera que comparte la información interactiva con sus pares, lo
cual es crucial para la construcción del conocimiento. En este entendido, la intención
no es solamente percibir al estudiante como un alumno pasivo, sino que se pretende
que el alumno sea el protagonista y gestor de su conocimiento, de su crecimiento
cognitivo.
Por otro lado, Rodríguez (1999) expone que: “En ocasiones se presentan errores de
aprendizaje, pues la información contradictoria con la teoría marco ingenua o con la
teoría específica existente no genera la revisión deseada”. (p.78). Es, entonces,
factible que en muchos caso los estudiantes reciben información contradictoria con sus
estructuras de conocimiento y al tratar de estructurar la nueva información con la
estructura del conocimiento existente se propicie un conflicto cognitivo. En este mismo
orden de ideas, Davidson (1994) aduce que los acontecimientos mentales se
identifican con los acontecimientos físicos, la percepción y las referencias mentales
para interpretarlo. En este punto de reflexión, el supuesto es que existe un proceso
constructivo interno, que se apoya en la acción del participante aprendiz para
reorganizar y ampliar su conocimiento; el cual se basaría en las redes de significados
que posee, y la comprensión (o no) que tenga dependerá de las experiencias donde
lxxii
encajan correlaciones de conceptos, información y significados. De igual manera,
Davidson expresa:
Cabe, por supuesto, pensar que las consideraciones valorativas del individuo
intervienen en el acto de las respuestas en el que no sólo entra en juego el
conocimiento derivado de la experiencia sino también el conocimiento práctico con una
orientación explícita hacia la resolución de problemas. Dado que el pensamiento
depende de nuestra habilidad para generalizar y unir nuestros conocimientos con
recuerdos previos, la enseñanza debe hacer uso de estos procesos naturales, para
coadyuvar al proceso de aprendizaje considerando el uso del error como un factor
contextual con un valor de utilidad, permitiéndole a su vez al participante procesar su
conflicto cognitivo, sin castrar el proceso de elaboración, organización y asimilación,
reestructuración y acomodación de acuerdo a Piaget (1970) quien, además, define el
desarrollo cognoscitivo como: “Un proceso de organización y reorganización de
estructuras de modo que cada nueva organización integra en sí misma a la anterior”
(p. 28). Por lo anteriormente planteado, no sólo se le debería buscar la coherencia al
considerar el error en el proceso de aprendizaje, sino también crear una base de
comprensión a fin de reinterpretarlo para disponerlo como un valor positivo en las
comunidades socioinstruccionales. Daría sentido a ello, cerrar esta argumentación con
lo expresado por Davidson (1994): “Los descubrimientos realizados sobre la
naturaleza del cerebro, arrojan un torrente de luz sobre la percepción, el aprendizaje y
la conducta humana” (p. 153).
Ambiente constructivista
lxxiii
interacción entre la información nueva procedente del medio y el conocimiento previo
del sujeto (preconceptos y preconcepciones), propiciándose así nuevos
conocimientos. En tal sentido, se considera que el cerebro no es un sólo un recipiente
donde se deposita información, sino que se tiene la capacidad para construir la
experiencia y el conocimiento, ordenarlos, reordenarlos y darles forma, tal y como se
visualiza desde la perspectiva de Kant.
lxxiv
Además, el aprendizaje en la escuela se hace significativo cuando el nuevo
conocimiento tiene relevancia en la vida extra escolar del que aprende; Vigotsky
(1979) considera que el hombre es un ser social por naturaleza, en tal sentido afirma
que todas las funciones psicológicas primero emergen en el plano social subjetivo y
después se internalizan. En cuanto a Brunner (1971) la preocupación es inducir al
alumno a una participación activa en el proceso de aprendizaje, por lo que él hace
énfasis en el aprendizaje por descubrimiento, ya que favorece el desarrollo mental y,
en esencia, consiste en transformar o reorganizar la experiencia de manera que se
pueda ver más allá de ella. La aplicación de su teoría en los procesos educativos
consiste en desafiar la inteligencia del estudiante impulsándolo a resolver problemas y
lograr la transferencia de lo aprendido.
Se hace relevante acotar que cada persona mantiene rasgos comunes con sus
congéneres, mas, cada individuo tiene características muy particulares que los
diferencia del resto de sus semejantes. Por lo tanto, se ha de considerar en el proceso
de aprendizaje las dificultades en la asimilación de la información, ritmo de trabajo,
estrategias empleadas y en particular los estilos cognitivos que poseen los
participantes. Igualmente, es primordial el clima psicológico a fin de hacer posible la
comunicación, la interactividad cooperativa, las actividades que estimulen la
construcción del aprendizaje y la capacidad creativa, así como darle la libertad al
estudiante de expresar sus intereses, necesidades y motivaciones.
lxxv
constructivismo es considerar positivo el momento del error, puesto que es propio del
proceso de construcción del conocimiento y se permite un espacio o fisura para
producir desde la interacción con sus pares, permitiéndole al sujeto la reflexión para
corregirlo y a aprender.
Ambiente humanista
lxxvi
el desempeño a través de la percepción de estilos individuales de aprendizaje, y la
validez del trabajo colaborativo, entre otros, todos herramientas de suma valía en el
logro de los objetivos de (auto) estudio y de los propios estudiantes. Esta concepción
inspirada en la autorrealización del hombre, considera que las emociones, actitudes,
valores, con el conocimiento intelectual, habilidades y destrezas, son seleccionados
por el sujeto para su autorrealización.
Por otro lado, desde la objetiva humanista de Freire (1996), se valora que los
estudiantes deben buscar sus propias experiencias, llevándolas a las aulas, a fin de
desarrollar estrategias para la resolución de problemas y luego transferirlas a
situaciones fuera del ámbito académico, se conforma una tríada en el ambiente
educativo, los cuales son: participantes, mediador del aprendizaje, y los contenidos;
propuesta para el desarrollo integral del ser humano, pues, Freire considera
lxxvii
inseparable el trinomio saber, hacer y ser, donde fluya un diálogo pedagógico para
saber, pensar y sentir, no para los demás, sino con los demás. A su vez, este
humanista expone: “…el contenido del quehacer humano nace de los educandos
mismos, de sus relaciones con el mundo, y se va transformando, ampliando, en la
medida en que este mundo se va develando” (p.10).
Entre otros humanistas están Dewey (1965), Caswell y Campbell (1935), Rogers
(1975) y Maslow (1999) más recientemente, se pudiese afirmar que son algunos de los
representantes más populares de esta corriente, concordando en muchos aspectos,
uno de ellos en las necesidades de autorrealización, crecimiento o logro que el
individuo posee la suficiente autonomía y responsabilidad para manifestar su
adquisición del conocimiento a plenitud, lo que hace que el individuo reconozca que es
falible pero también que es capaz de corregir errores.
lxxviii
Por otra parte, Rogers (1975) considera que un aprendizaje será significativo si el
alumno se compromete personalmente con el aprendizaje, si pone en juego tanto sus
aspectos cognitivos como afectivos. El impulso de aprender, de descubrir, de lograr,
de comprender, viene del interior del alumno, aunque el primer impulso venga de
afuera. En resumen, donde falta la motivación para aprender, no se propicia el
aprendizaje. Es por ello que el docente debe ejercer una acción indispensable, no sólo
es importante generar una actitud favorable hacia el aprendizaje de contenidos
determinados, sino que le corresponde despertar y afianzar en los alumnos motivos
duraderos, debe formar intereses y valores, para que el alumno por sí solo genere
acciones que permitan nuevos aprendizajes, estimulando a la actividad espontánea, a
la acción y a la toma de decisiones concretas.
En otro orden de ideas, Maslow (1999) manifiesta que la motivación no sólo son los
incentivos sino que son como un impulso orgánico interior, basándose en una serie de
necesidades las cuales jerarquizó de acuerdo a un orden de prevalencia y
satisfacción. De modo que, para el humanismo, el hombre es centro primordial de
preocupación, un hombre reflexivo y constructor de sus intereses.
La manera en que las personas explican los cambios que se observan en ellas
mismas y en los demás revela mucho sobre las concepciones que tienen acerca de la
naturaleza humana, se asume una posición de respeto ante la subjetividad, lo cual
quizás trae una de las mayores dificultades para sus detractores. Es decir, en la
concepción humanista no se reduce la explicación a determinadas causas, sino que se
precisa comprender, con respeto, la subjetividad del otro. Ello implica una visión
totalizadora del otro por una vía en lo fundamentalmente empática, donde se
involucran los procesos afectivos y cognitivos. En concordancia con el medio
educativo, se postula que el estudiante es importante como individuo, así como sus
objetivos personales en un ambiente en donde aprenderá mejor, si el proceso de aula
es participativo, donde el estudiante puede decidir sus estrategias y recursos de
aprendizaje, se le respeten sus potencialidades y se desenvuelva en un clima de
corresponsabilidad en el proceso de enseñanza – aprendizaje.
lxxix
puede ser caracterizada como sistémica, pues el objetivo no es conocer determinados
aspectos que el sujeto expresa en su actividad de manera aislada, sino comprender
qué relación tiene cada uno de estos aspectos entre sí.
Por lo tanto, de acuerdo con las características del humanismo, también conocida
como “una tercera fuerza” se puede apreciar que el individuo es particular y peculiar
porque es capaz de aprender, de cambiar y posee aspectos internos definidos que
propician estos cambios, la teoría humanista concibe al hombre total, se confirma el
mejoramiento humano. Equivalentemente, el humanismo plantea la tendencia de
pensamiento que afirme la centralidad, el valor, la dignidad del ser humano, mostrando
una preocupación o interés primario por la vida y la posición del ser humano en el
mundo. Efectivamente, se confirma que el humanismo tiene un significado muy amplio
que se aborda desde diferentes disciplinas, pero que es primordial en el ámbito
académico.
lxxx
tal se asume, cuando se plantea la singularidad y el respeto por las potencialidades,
capacidades, competencias, producción de los estudiantes, permitiéndoles corregir
sus errores de manera reflexiva para desaprender y luego reaprender, puesto que el
aprendizaje no es un proceso lineal sino que incluye las fases avance- crisis- retorno-
avance, es en este accionar que los obstáculos deben ser resueltos.
Este planteamiento esboza la dimensión curricular, esa que cobra vida con su uso
en las aulas; en el que la ejecución del mismo no se basa simplemente en un listado
de acciones que se aplican de manera mecánica. En el currículo se recogen
inquietudes e interrogantes, entre ellas: ¿qué enseñar?, ¿cómo enseñar?, ¿cuándo
enseñar?, ¿qué, cómo y cuándo evaluar?, por nombrar sólo algunas, en función del
contexto social educativo; siendo los protagonistas de ese accionar, personas con su
propia historia, sus ideas y sus intencionalidades, quienes ponen en funcionamiento el
currículo, permitiendo, a su vez, que surjan propuestas de acuerdo a las problemáticas
y experiencias que se confronten.
lxxxi
es así que se plantea una visión integradora, a partir de la interacción de distintas
disciplinas con la finalidad de ir más allá de una visión unidisciplinaria,
pertinentemente, como demanda a nuevas posiciones, la interdisciplinariedad y
trandisciplinariedad se presentan como propuestas accesibles a los nuevos cambios
curriculares.
Desde la perspectiva asumida por los autores citados, se interpreta que se rompe
con la rigidez unidisciplinaria para articular nuevas alternativas, para organizar las
actividades académicas, en busca de puntos comunes existentes en las diferentes
disciplinas, pero, identificando las relaciones entre ellas, para que el estudiante integre
conocimientos. Se promueve la interrelación de las áreas curriculares, avanzando en
la posibilidad de superación de la fragmentación del conocimiento, donde no se basa
sólo en la transmisión de conocimientos, sino se le da apertura a la noción de
formación con procesos relacionados con la indagación, la búsqueda, la sospecha, la
incertidumbre.
lxxxii
A partir de estas concepciones, se puede deducir que se exige una resignificación
curricular donde los gestores del mismo propicien las relaciones intersubjetivas de
autonomía y emancipación para permitir un crecimiento en su dimensión de ser y de la
cognoscencia, para convertirse en transformadores del conocimiento, para ello, es
imprescindible la transversalidad de los saberes; que permita construir los puentes de
acompañamiento, de comunicación y de interaprendizaje entre los mediadores del
aprendizaje y su participantes y hacia la prospectividad de sus futuras profesiones con
otros saberes, con el fin de apoyar la apropiación del conocimiento y la confianza de si
mismo, así como en los otros y con los otros.
Espacios Universitarios
Currículo inter y transdisciplinario I
N
Proceso continuo T
Pensamiento E
Abierto R
/
P T
R Transformación recíproca Dimensiones cognitivas – R
TRANSVERSALIDAD
O A
Sujeto-objeto-contexto comunicativas - éticas -
C N
E
complejo axiológicas
Intersubjetividad-diversidad S
S Participantes D
O I
Facilitador Integración de S
F conocimientos C
O I
R P
M L
A N
T Error A
Perspectiva Plurivalente
I R
Responde al cambio Deconstrucción / reinterpretación
V y a la I
de información
O imprevisibilidad del E
futuro (Aprender- Desaprender-
Reaprender) D
A
lxxxiii D
Participativo
Formador
Hologramática creática No. 1
Briceño 2007.
lxxxiv
una mutua comunicación y entablan relaciones afectivas ya sean conflictivas,
cooperativas con disonancias o sin ellas, así como de integración.
En esa interlocución del actor mediador del aprendizaje y el actor aprendiz, pueden
surgir conceptos o manifestaciones de conocimiento difuso que caen en la polémica
del error y la verdad, de la falsa conciencia o creencia equivocada, surgiendo
inquietudes, entre ellas podría estar la siguiente: ¿Tiene el actor mediador del
aprendizaje el conocimiento verdadero o absoluto, o puede también incurrir en
errores?, caben dentro de las posibilidades todas las respuestas dadas al respecto.
lxxxv
viene a ser, entonces, la capacidad de compartir los contenidos de la mente con algún
otro.
Es así que desde esta perspectiva, y como complemento subjetivo del error, sus
dicotomías y sincretismos, se pretende establecer un nudo de contraste discursivo
donde se visualice el error como una actividad más del sujeto, donde la persona quien
durante su proceso de formación sepa que equivocarse no es un obstáculo sino que
forma parte de su proceso intrínseco de formación, adquisición del conocimiento y
aprendizaje. Conforme a lo expresado por Bachelard (1991), el error es constructivo,
puesto que la realidad nunca es lo que particularmente y absolutamente alguien cree,
sino que es lo que debería haber sido pensado, en otras palabras, la verdad es
circunstancial y la subjetividad no asegura la certeza.
lxxxvi
conocimiento bajo la filosofía ganar – ganar, y donde la cosmovisión del aprendizaje
se traduce en DOR (Dirigir – Orientar – Realimentar) en la horizontalidad y la
autogestión del aprendizaje.
Al hacer una analogía con lo señalado por Foucault, se observa que un discurso,
enunciado o connotación varía de uno a otro, pero puede a su vez contribuir a la
comprensión de formas cruciales como es el caso del error y su uso en el proceso
instruccional y de aprendizaje. A su vez, se permiten convergencias y divergencias
dialógicas, contentivas de alteridades dentro del sujeto y entre los otros sujetos,
quienes comparten e interactúan, llegan a conformar una intersubjetividad, pero con la
disposición de comprender una equivocación en un momento indeterminado ya sea
oral o escrita.
lxxxvii
aula al cometer un error deben ser juzgados, criticados, rechazados o excluidos?, o
por otro lado, ¿Se debe cambiar la visión que se tiene al respecto y tomar al error
como un elemento creativo en el proceso de aprendizaje?. Considerando al sujeto no
como objeto, se debe tener presente que los estudiantes en su racionalidad tienen la
noción de comprensión y de intersubjetividad, en concordancia con el facilitador o
mediador del aprendizaje.
Foucault (2004) considera que hay un problema previo, que es la cuestión del otro,
ya que el otro es como el mediador indispensable en la práctica de sí, para que
alcance efectivamente el yo, y entonces en la práctica es necesario saber si se llegó a
ese yo al que apunta, para ello es indispensable el otro. Tratando de descifrar e
interpretar lo que quiere decir el autor, así como comprenderlo, hay que internalizar
hacia sí mismo un conocimiento, un mensaje o pensamiento para que se haga
comprensivo al yo y poder retransmitirlo, pero también es importante la visión y opinión
del otro. Llevando lo mencionado hacia el sentido práctico del ambiente de
aprendizaje, tiene que constituirse un sujeto con un conocimiento para que pueda
intervenir el otro, de allí la intersubjetividad. Foucault (op.cit) afirma que: “Pasar de la
ignorancia al saber implica al maestro. Pasar de un status a corregir al status corregido
supone a fortiori un maestro” (p.133)
lxxxviii
por carencia de conocimiento previo, errores conceptuales, incomprensión, ruido
comunicativo, conflicto cognitivo, entre otros.
Maturana (1984) enfatiza que: “Saber quiere decir poder comprender” (p.26), esta
reorientación del pensar y considerar el error y su uso es comprensible, en el
entendido que dentro de la construcción cognitiva éste forma parte de los conceptos e
ideas que produce cada sujeto de manera singular, pero que lo comparte en un
momento indeterminado. Es allí donde la reorientación del error permitiría que se
abriesen perspectivas compatibles con las teorías cognitivas en la práctica
pedagógica. A partir de este contexto, es preciso reflexionar sobre las posibilidades de
lxxxix
advenimiento de un pensamiento y una actitud que puedan contribuir a visualizar la
multidimensionalidad del error con una perspectiva creativa.
Aunque, parezca paradójico a primera vista, la noción del error está estrechamente
ligada a la creatividad, la dinámica de las interacciones y la organización se conserva
a través de múltiples ligaduras con el medio, del que se nutre y al que modifica,
caracterizándose por poseer una autonomía relativa. El sujeto no se caracteriza
solamente por su subjetividad, sino por ser al mismo tiempo capaz de objetivar, es
decir, de convenir, de acordar en el seno de la comunidad, de producir un imaginario
común y, por tanto, de construir su realidad.
A manera de cierre y como punto de equilibrio se evidencia que cada sujeto posee
subjetividades que en momentos indeterminados se comparten pero que
imprevisiblemente surgen dudas tales como cuándo un conocimiento es erróneo y sí
se deben aceptar como ciertos los conocimientos erróneos o viceversa. Por supuesto
que se trata de identificar la naturaleza profunda de las realidades, el sistema de
relaciones, su estructura dinámica de la interacción y reorientación de conocimientos
teóricos y prácticos, permitiendo que se introduzca en el debate intelectual, que
permita liberal la verdad del error al individuo y que este sujeto deje de ser penalizado,
no rechazando el error sino sustituyéndolo por una proposición intersubjetivamente
verdadera. Transformando de esa manera la actitud de quien se equivoca porque
según Foucault (2004) cuando un sujeto comete un error es porque cree verdadero
algo que no lo es.
xc
Capítulo III
xci
HERMETATEORÍA DEL USO DEL ERROR DESTEJIENDO EL ERROR A LA LUZ DE POPPER, MORÍN Y
BACHELARD
xcii
y la actitud del sujeto – sujeto aprendiente y sujeto enseñante. Ciertamente, se percibe
que el error está enmarcado entre la enunciación y la pseudoenunciación porque es
imposible que el ser humano escape de ello; de igual manera, se evidencia que se
convive con la incertidumbre de errar y que sí existe sincronía entre la tríada error –
construcción – aprendizaje.
Para los cuestionadores de estos autores cabe la posibilidad de que compriman sus
aportes hacia el error como una creencia, pero la diferencia quizá estriba en que para
otros puede ser una creencia fundamentada, puesto que se presenta un conjunto finito
de axiomas que particularmente les hace posible probar a Popper, Morin y Bachelard
la utilidad del error y lo intrínseco del mismo en cada acción del individuo, y en la
producción del conocimiento.
xciii
Hermetateoría del Uso del Error. Destejiendo el Error a la Luz de Popper, Morin y
Bachelard
CAPÍTULO III
xciv
Igualmente, el mismo autor afirma: “La certeza de conocer la verdad está lejos de
ser una garantía contra el error. (p. 109). Se asume que cada quien tiene la
disposición para juzgar de acuerdo a su percepción e interpretación de los enunciados
y estructuras subyacentes a una proposición que evidencian ideas que pueden ser
verdaderas o falsas, pero que poseen una estructura interna particular con una
coherencia de pensamiento, donde cabe la posibilidad que confluya el error y que dé
nacimiento a nuevos errores.
Por otro lado, está Popper (1998), quien considera que no es posible llegar a
afirmaciones universales partiendo de singulares por muy numerosas que éstas sean,
ya que siempre existe la posibilidad de encontrar una que contradiga todos los
numerosos hechos observados. Simultáneamente, en esta dimensión relativa entra en
juego la antinomia entre enunciación y la pseudoenunciación.
xcv
El riesgo de errar, implicaciones enunciativas o pseudoenunciativas.
En este caso, se puede interpretar que una manera de ver cómo la realidad es
concebida y pensada genera una visión particular, debido a que ningún enunciado
desde una perspectiva general, puede ser atribuido a un solo locutor. El enunciado, en
consecuencia, es el producto de la interacción de los interlocutores que confrontan un
xcvi
paradigma del pensamiento, a un modo de conocer la realidad, surgiendo valores
provisionales, en la búsqueda por una interpretación correcta y absoluta.
xcvii
teorías - constructos pueden entrar en conflicto con la realidad, y cuando ésto ocurre,
se sabe que hay una realidad; que hay algo que está ahí para recordar el hecho de
que las ideas pueden ser equivocadas. Popper no sólo ha subrayado el carácter
epistemológico del error, sino que hace hincapié sobre la relevancia del error sobre el
origen del conocimiento, considerándolo como un elemento constructivo.
Por otro lado, cabe señalar la relevancia dada a la información procedente del
exterior, puesto que a partir de ella se aprende, puede que sea errada o no pero da
génesis a un nuevo aprendizaje. Igualmente, Popper (2000, en Popper y Lorenz)
afirma que:
“El verdadero aprendizaje no es inductivo, sino que consiste en ensayar y errar,
proceso que debemos emprender con el mayor grado de actividad de que seamos
capaces”
(p. 39). En tal sentido, se interpreta que la experiencia juega su rol porque se cometen
diversas equivocaciones que luego se corrigen, quedan en la experiencia, para luego
propiciar el establecimiento de criterios objetivos y premisas que le permitan adoptar
las decisiones de la vida diaria, al tiempo que deja abierto el camino para la
adquisición de nuevo conocimiento, o la rectificación o perfeccionamiento del
existente, cuestión que debería considerarse en las actividades que propician
aprendizajes.
xcviii
Este pensador tiene como tesis, no sólo la búsqueda de la verdad a través de la
crítica sino que a su vez presenta un proceso comparativo entre la realidad con el
enunciado, el entendimiento de su significado y su sentido para determinar su falsedad
o verdad. Asimismo, considera razonable pensar que es primordial defender las
propias teorías, debido a que si no se defienden no se podrá determinar lo que
realmente es capaz de aportar esa teoría.
Esta objetividad de Popper (op.cit) se da como la actitud honesta del científico o del
hombre que formula una conjetura, sin condenar el error, pero con un espíritu crítico
que busca, desde su génesis, un camino que permita la evolución del conocimiento.
El conocimiento y su producción es lo permanente, el autor plantea que tiene una fe
absoluta en esa permanente movilización crítica entre error – conocimiento – verdad –
falsación. Por otra parte, se deduce una posición contra las teorías o aportes que
tienden a fosilizarse y por aquellos quienes temen ponerla en crisis. En suma, todo
sujeto se encuentra dispuesto a correr riesgos, a evolucionar y a conjeturar para
aprender.
xcix
Finalmente, se vislumbra entre los pros y contras que se puedan sopesar y discutir
sobre el error desde una visión popperiana, la formulación que se confronta ante los
riesgos de errar, pero que se deben experimentar porque cualquier sujeto es falible, y
es susceptible de equivocarse. No obstante, se infiere que el error juega un papel
entre el enunciativo y el pseudoenunciativo porque todo dependerá de la relatividad de
la verdad y de la relatividad del error, puesto que es un elemento instrumental para
verificar un hecho o conocimiento, performativo de la invención, hipótesis y conjeturas.
Por consiguiente, el error navega entre la conjetura y el saber, formando parte del ser
humano quien es capaz de reconocer en un tiempo indeterminado la falibilidad y la
singularidad, constituyéndose como valor fundamental de la libertad humana.
En un rápido balance, se asume que Popper considera que el individuo debe dejar
fluir sus errores, evitarlos es incongruente, debido a que el error forma parte del
razonamiento, del desarrollo humano, del aprendizaje. El error, para este pensador, es
la palanca que reconstruye, recompone, reorganiza, y camina al lado de la evolución.
En todo caso, él asevera que el error y la falsación son tan universales y constantes
como la vida misma, hay pasos relativos entre verdad - enunciados -
pseudoenunciados - error y falsedad.
Sirva, por tanto, como indicativo de cierre del espacio denominado “el riesgo de
errar, implicaciones enunciativas o pseudoenunciativas”, el presente fragmento de un
discurso dado por Popper (1991) (disponible en Web):
c
La incertidumbre en la incertidumbre del error
ci
Se aprecia, del contexto antes expuesto, que el error ha sido, como el mismo autor
lo ha determinado, el talón de Aquiles del conocimiento, el que ha acompañado al
hombre en su evolución, el que le ha servido como herramienta al hombre para
corregir otros errores, pero ha sido también ese que convive con el pensamiento, la
mente, la reflexión, incluido en la dimensión del ser tanto psicológico como biológico.
El error viene a ser ese intruso que alerta y permite reaccionar al ser humano.
El error sólo se reconoce en su relación con la verdad, debido a que para conocer
el error, hay que conocer la verdad, lo que implica que el ser humano reflexione,
reaccione, dude, actúe, pero en este transcurso puede que sea imposible que el
individuo esté en una constante equivocación. En consecuencia, se convive con la
incertidumbre entre error y verdad, bajo este punto de vista, se podría afirmar que
aparece la complementariedad, puesto que el error y la verdad confluyen entre dos
fenómenos o dos principios y, en ese caso, la complementariedad vendría a ser la
necesidad de los dos conceptos para explicar y concebir determinadas realidades, en
las que se aspira superar la concepción simplificadora de dos hemisferios opuestos
cii
para concebir su dialógica compleja. Hay antagonismo entre los dos hemisferios, pero
este antagonismo no tiene que ser simplificador de modo que conlleve la primacía
monológica de uno en detrimento del otro, sino que puede ser un antagonismo
complementario.
Es una incertidumbre comprender el uso del error, puesto que, por una parte,
puede ser inofensivo, superficial e improductivo y por otro, puede fecundar la
invención y la instauración del espacio intelectual creativo. Desde esta percepción se
intuye que en ese proceso complejo de incertidumbre, en el uso del error entran en
juego la mimesis, analogía, metáfora, explicación y autoexplicación en los que surgen
alternativas de discriminación, análisis e identificación que se combinan en el proceso
cognitivo, siendo éste muy particular y singular; atravesando los espacios potenciales
de invención, razonamiento analógico – empírico – lógico, en tanto el conocimiento
humano organiza percepciones, remembranzas y asocia recursivamente actividades
computantes y cogitantes.
Es por ello que Morin (1999) asevera que existen instancias que se producen en un
bucle recursivo, definiendo el bucle recursivo como un proceso en el que los efectos
o productos son al mismo tiempo causantes o productores del proceso mismo, en
donde los estados finales son necesarios para la generación de los estados iniciales,
surgiendo de vez en cuando problemas. La naturaleza de los problemas constituye,
por ende,
una de las condiciones que van a establecer las diferencias para su abordaje,
haciendo distinta la combinatoria de las instancias aludidas, las cuales varían según
los individuos
y su cultura. Del mismo modo, este autor considera que, el ser humano no es sólo
de materia física, llámese átomos, órganos, moléculas por nombrar algunos, sino que
es
de naturaleza cosmo física y de una organización fisicoquímica, tal y como lo
denomina
el autor presentado, es razonable y desrazonable, es capaz de medir y desmedir,
es racional y afectivo, curioso y singular. Por lo tanto, este individuo, sujeto, hombre,
mujer, ser humano es falible y comete errores, el error es humano, por ello Morin
(2003) manifiesta lo siguiente:
ciii
A pesar de sus capacidades de control y verificación, el conocimiento
humano ha corrido y sigue corriendo riesgos formidables de error y de
ilusión. Son de orden individual (Self-deception o autoengaño, falsos
recuerdos, represiones inconscientes, alucinaciones o racionalizaciones
abusivas, etc.); cultural o social (impronta en la mente de las certezas,
normas, tabú de una cultura); paradigmático (cuando el principio organizador
del conocimiento impone la disociación allí donde hay unidad, la unidad allí
donde hay pluralidad, la simplicidad allí donde hay complejidad (p. 108.)
Sin embargo, para este autor, el término complejidad viene a expresar turbación,
confusión, incapacidad para definir de manera simple, para nombrar de manera clara,
para poner orden en las ideas, debido a que se busca integrar en sí misma todo
aquello que pone orden, claridad, distinción, precisión en el conocimiento. No
obstante, para comprender tal planteamiento, es preciso desmenuzar, sin excederse,
el “Pensamiento Complejo”.
civ
En tal sentido, se puede afirmar que la complejidad es un tejido (complexus: lo que
está tejido en conjunto) de constituyentes heterogéneos inseparables asociados:
presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple es un tejido de eventos, acciones,
interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo
fenoménico. Quizá, planteado como un método para entender el mundo y al
conocimiento, desde la concepción de pensador, se busca trascender a otros
paradigmas emergentes que intentan acceder a la dinámica de la realidad.
Al respecto, Morin (1998) expresa: “Es necesario siempre asociar el conjunto de las
nociones que aparecen antinómicas las unas de las otras, y a veces optamos por una
alternativa mutilante. El pensamiento complejo debe jugar su rol, que yo denomino
dialógico” (p.5), en otras palabras, la libertad reflexiva de involucrarse, interrogar (se),
cuestionar, comparar y analizar para producir o redimensionar un conocimiento que no
se quede aislado, sino que sea compartido y discutido de manera individual e
intrínseca así como con sus pares.
Sin embargo, puede dar la sensación que para algunos facilitadores “la complejidad”
no es un factor para enseñar, transmitir y conducir el aprendizaje, lo cual genera ruido
entre los pares educadores, debido a que la connotación del término para unos pares
es confuso y para otros es incomprensible e inviable en los ambientes de aprendizaje,
sobre todo porque perturba la comodidad ya anquilosada de las estrategias de
enseñanza que allí operan. ¿Se pretende qué acaso impere la “inteligencia ciega”
como forma de operar y administrar la gestión del conocimiento? inquietud que surge y
hay que considerar en los espacios de aprendizaje. Existe la tendencia de percibir la
manifestación negativa del error en el aprendizaje, de no darle cabida al
desordenamiento-ordenamiento-desordenamiento que constituyen el contexto de una
topología del conocimiento, al prohibírsele al participante en la actividad de aula, las
cv
interrelaciones, del azar aparente y el conocimiento creativo que obligan a pensar y
repensar la realidad a partir del error
Este estudioso considera que se está en una época donde el aspecto central de la
enseñanza actual consistiría en favorecer la aptitud del espíritu para contextualizar,
relacionar y globalizar, sobre la base de que todos los problemas que enfrentan los
jóvenes y ciudadanos adultos del tercer milenio, les demandarán un esfuerzo de
decisión y reflexión que inmediatamente los impulsará a problemáticas y
conocimientos de características cada vez más globales e interrelacionadas.
De este amplio espectro, se asume que Morin (1998) reflexiona sobre el problema
del observador/ descriptor/ conceptuador, en este caso, ambos actores del proceso de
aprendizaje, y propone disponer de un método que permita concebir la multiplicidad de
los puntos de vista, en una dinámica entre pasar de un punto de vista al otro; disponer
de conceptos teóricos que, en lugar de cerrar y aislar las entidades (físicas; biológicas;
socio-culturales), le permita circular productivamente (entre ellas), sin obviar que
participa un hilo conductor entre las palabras, ideas, pensamientos y su ambivalencia,
que en un momento indeterminado convive con el error.
cvi
Al mismo tiempo, el proceso cognitivo emite una alerta pero no descalifica la
información, aunque sea errada, este transcurso, Morin (1999) lo expresa de la
siguiente manera:
cvii
posturas racionales, ya sean disyuntivas o parceladas, parecidas o desconocidas, así
pues el conocimiento se basa en la complejidad de la racionalidad y la multiplicidad de
las intertraducciones y retroacciones del individuo. A los efectos de este
planteamiento, Morin (2003b) afirma:
Igualmente, el autor considera que el hombre no sólo es racional sino que es loco
(demens), constructor, ansioso, gozador, inestable, imaginante, neurótico, destructor,
consciente, inconsciente. Cada uno de esos rasgos se compone y se recompone
dependiendo del individuo y su medio ambiente, los momentos determinados e
indeterminados y la humanidad, porque el hombre tiene potencialidades compuestas
de esos rasgos que lo hacen complejo, y contradictorio, a la vez.
cviii
En síntesis, existe el riesgo de la incertidumbre del conocimiento porque con su
verdad, su goce psíquico, el error, la verdad, y las contradicciones, se evidencia la
plenitud de la realidad viviente: la existencia, el ser, las actividades, conteniendo en sí
el todo de la vida sin dejar de ser una unidad elemental. En este sentido, es pertinente
concluir con Morin (1999b): “Cada uno experimenta singularmente limitaciones,
carencias, deficiencias en la activación síncrona de las dialógicas que permiten que el
conocimiento alcance un grado de pertinencia conveniente”. (p. 245). Es decir, es
pertinente errar porque el sujeto no está exento de ese riesgo, el error está en la
acción, la reflexión y la incertidumbre del conocer.
Bachelard (op. cit) expresa: “…la primera y la más esencial de las funciones de la
actividad del sujeto es la de equivocarse” (p. 80). Este pensador considera que no hay
sujeto originalmente constituido, ni sujeto originalmente constituyente, el sujeto tiene
dentro de sus funciones equivocarse [engañarse, ilusionarse], de rectificarse y, por lo
tanto, de irse formando a lo largo de un esfuerzo inherente al proceso de
conocimiento.
El sujeto, según Bachelard (op. cit) es, pues, fruto de un trabajo y su formación
implica un penoso trabajo de renuncias.
Del mismo modo, se visualiza que este autor propone directrices para una nueva
pedagogía donde la deconstrucción opera un cambio en la verdadera formación del
sujeto, y el error tiene un papel positivo, al pretender demostrar que la conciencia de
saber se relaciona directamente con el acto de enseñar, puesto que la objetividad sólo
puede fundamentarse en una intersubjetividad.
cix
Si el facilitador es aquél que hace comprender y el alumno aquél quien comprende
solamente a partir de la argumentación del primero, entonces se propicia la dinámica
de pensar, o mejor, la dinámica de enseñar, experimentándose un estado racional.
Para Bachelard, el racionalismo exige la aplicación de un espíritu al otro, pues sólo se
verifica la coherencia de una idea cuando se es capaz de demostrar al otro la verdad
de esta idea, surgiendo a su vez la de transformación de las ideas.
Es por ello que desde el interior, como ejercicio del pensar, el sujeto va eliminando
las ilusiones primeras, alcanzando así, un saber coherente, además de racional en un
proceso dinámico de objetivación permanente, desarrollándose así a través de la
crítica de las ideas anteriores y de la separación de las ilusiones del sujeto por medio
de una dinámica social, donde surja una multiplicidad particular de argumentaciones
efectivas y dialógicas. Por consiguiente, el racionalismo humano presupone la
controversia,
el intercambio de las ideas y la crítica en un esfuerzo conjunto de reflexión, para luego
conseguir instaurar un conocimiento verdaderamente objetivo, que es la búsqueda
natural del hombre y del aprendiz.
Cabe resaltar, que para Bachelard (1985) la dimensión pedagógica del proceso de
construcción del saber es primordial. Dicho autor plantea de manera clara la
necesidad del individuo por la reflexión dialógica intrínseca, apareciendo como un “yo”
y un “tú”, que, dialogando entre sí, elaboran un saber más comprensivo y más
coherente que el anterior. Pensar, dice Bachelard (op.cit): “Es colocar el objeto de
pensamiento delante de un sujeto dividido” (p.102). A través de lo expresado por este
filósofo se visualiza la relevancia de un racionalismo dialogado entre el discente y el
mediador del aprendizaje, el enlace con la interioridad del aprendiz hace posible que
se desarrolle una argumentación y una demostración coherente que van a ser la
garantía del proceso de construcción de un saber.
cx
Este autor, además, argumenta que el conocimiento es la principal traba para el
conocimiento, debido a que se alcanza determinado saber, hay una fuerza presente
que se alza contra toda posibilidad de reconsiderar, replantear, y repensar, para dar
origen a un nuevo saber. Asimismo, consideraba que en base a un conocimiento
anterior, se destruyen los conocimientos mal hechos o errados, quitando todo aquello
que obstaculice para construir un nuevo conocimiento. No obstante, allí se incluye el
error, como ya se ha señalado, puesto que es un censor de procesos que alertan
sobre aprendizajes no alcanzados, pero que son posibles de mejorar posteriores
situaciones y reconstruir ese conocimiento.
Por otra parte, se infiere que en el proceso constructivo del conocimiento, el error
resulta útil porque permite conocer, esclarecer, aclarar la información o aprendizaje.
Bachelard (1985) refiere que el proceso de aprendizaje se desarrolla a partir de dos
ejes distintos presentes en su obra, considerados como opuestos y contradictorios: el
eje de la razón y el de la imaginación. Estos ejes, a pesar de ser opuestos, son
complementarios, no comprometiendo la unidad de la obra, pues los dos,
específicamente ontogénicos, superan y renuevan los conocimientos. Igualmente,
dicho autor enfatiza que lo conocido se pone en contra de un conocimiento anterior,
destruyendo conocimientos mal hechos, superando aquello que en el interior del
espíritu mismo obstaculiza la espiritualización.
La noción de partir desde cero para fundar y acrecentar el propio patrimonio cultural
es algo característico de las culturas de simple yuxtaposición, en las cuales un hecho
conocido es de inmediato una riqueza.
De allí que las rupturas epistemológicas sugeridas por Bachelard indican que hay
algo para romper, una barrera que tiene que ser derribada y que lleva hasta el final
esta indicación con su noción de un “obstáculo epistemológico.” Entendiéndose como
un obstáculo epistemológico, todo concepto o método que impide una ruptura
epistemológica. Los obstáculos son residuos de anteriores formas de pensar que,
cualesquiera que sea el valor que ellos tuvieron en el pasado, han comenzado a
bloquear el trayecto de la investigación. Argumentando simétricamente no se excluye
que el sentido común es, naturalmente, uno de los mayores recursos de
impedimentos, donde el error es una necesidad de corrección desde el punto de vista
general de una última teoría.
cxi
Tales errores son fases esenciales en el desarrollo de las ciencias, y de acuerdo a
lo expresado por este pensador son preservadas en una forma rectificada por
subsecuentes teorías que son pensadas como temporales y universalmente como
principios válidos de la razón. Además, este pensador asume que el error es un paso
obligado del conocimiento, porque el saber no viene dado, se construye, estando esta
construcción nutrida de observaciones, variaciones, evidencias, presunciones y
hábitos, que sirven de apoyo u obstáculo epistemológico al aprendizaje y al saber.
cxii
Capítulo IV
cxiii
Hermetateoría del Uso del Error El Error una inserción entre el Proceso de Reflexión Teórico Cognitiivista
Constructivista
PREAMBULO CAPÍTULO IV
cxiv
sujeto, postulando la relevancia de que éste se convierta en un aprendiz estratégico
que sepa aprender y solucionar problemas.
Por otro lado, se desarrolla la interrelación fracaso – error – reflexión, debido a que
el accionar del participante en los escenarios de aprendizaje pasan por un tiempo o
momento indeterminado en que sienten que fracasan, lo cual revela que el aprendiz
pasa por estadios de duda, de desestabilización, no obstante este participante tiene la
capacidad de reflexionar, valorar su ritmo de aprendizaje y producción de
conocimiento.
Entre los demás tópicos desarrollados están la tríada: mediador del aprendizaje –
error – participante aprendiz, repensar el error desde los estilos de aprendizaje, como
parte del equilibrio fundamental de este trabajo, equivalentemente se hizo un bosquejo
sobre la metateoría, definición de premisas y el por qué se tomó como modelo para el
desarrollo de este trabajo investigativo.
cxv
Hermetateoría de Uso del Error El Error, una Inserción entre el Proceso de Reflexión Teórico Cognitivista
Constructivista
CAPÍTULO IV
La descripción de cómo aprende cada quien es muy singular con una combinación
única de capacidades y experiencias, puesto que no existen dos ejemplos
exactamente idénticos de aprendizaje; no obstante, si es posible que existan rasgos o
estrategias de aprendizaje comunes. La actividad de pensar, en el transcurrir de ese
proceso, intenta llegar a un producto final, en todas y cada una de las acciones que el
sujeto ejecuta, teniendo su base en el pensamiento.
cxvi
ilimitadas, tratan de revelar y apelar a su experiencia, habilidades o información que
posee para modificar o agregar nuevos conceptos e informaciones a los ya adquiridos,
simultáneamente, se tiene temor y angustia por el éxito o el fracaso, surgiendo
sentimientos de culpa y ansiedad entre las realizaciones y las aspiraciones, de allí la
relevancia de considerar el error como parte del proceso de adquisición de saberes,
por cuanto éste forma parte de experiencias pasadas consideradas necesarias para la
comprensión súbita del problema y del nuevo aprendizaje.
De allí que, a medida que se ha estudiado cómo se aprende, surgen varias teorías
y corrientes, la más reciente es el constructivismo, la cual cubre un amplio espectro
donde confluyen varias teorías acerca de la cognición fundamentadas en el
conocimiento, la mente y cómo una representación interna expresa una realidad
externa. El aprendizaje en el constructivismo tiene una dimensión individual, ya que al
residir el conocimiento en la propia mente, el aprendizaje es visto como un proceso de
construcción individual interna de dicho conocimiento.
cxvii
acciones o retroacciones. Por lo tanto, se aborda este estudio desde el cognitivismo y
constructivismo, ya que al considerar al error desde un punto de vista constructivista,
éste adquiere una función más relevante, en razón de que las tareas intelectuales que
resuelven los estudiantes y los obstáculos a los que se enfrenta su pensamiento en la
cotidianidad presente en los escenarios universitarios de aprendizaje no están exentos
de equivocaciones.
Al respecto; Dewey (op. cit) argumenta que un proceso de reflexión es no sólo una
cadena o secuencia de ideas sino también una consecuencia, que luego determinan
un resultado, éste se inicia con un enfrentamiento de dificultades de difícil superación
para algunos, o que simplemente propician una situación que conlleva al individuo a
analizar y confrontar un pensamiento o acción con experiencias anteriores. En
concordancia con lo señalado, este investigador aludía a la necesidad de permitirles a
los estudiantes cometer errores, a equivocarse o incurrir en una serie de
equivocaciones. Con certeza, quiso sugerir que el aprendiz es un sujeto cognitivo,
pero no un sujeto lleno de conocimientos.
cxviii
Simplemente, el estudiante adulto participante de un escenario universitario llega a
clase con su bagaje de conocimientos, experiencias, actitudes, conflictos cognitivos,
bloqueos o traumatismos, de los que en la mayoría de los casos probablemente no es
consciente. Sus aptitudes para el aprendizaje están ligadas a factores genéticos,
socioculturales o experienciales, pero dependen en muchos aspectos de la actitud que
presenta frente a la situación de aprendizaje.
cxix
Aunque parezca que las diferencias entre aspiraciones, realizaciones,
comprensión, interpretación y aprendizaje no son muy grandes desde el punto de vista
cuantitativo, psicológicamente son muy importantes, puesto que se inicia un proceso
de reflexión, el cual es un proceso mental aplicado al acto del aprendizaje, donde la
información presentada permite cuestionar su validez y sacar conclusiones basadas
en las ideas resultantes. Estos procesos en curso permiten que los participantes de los
ambientes de aprendizaje a nivel superior limiten las posibles soluciones y lleguen
eventualmente a una conclusión.
El resultado de esta lucha es lograr una mejor comprensión del concepto, lo cual
significa que, sin la reflexión, el aprendizaje termina con la reorganización del
pensamiento. Simultáneamente se aplican y desarrollan multiplicidad de destrezas
internamente, tales como: las destrezas simples, es decir la habilidad de percibir
(recopilar datos), observar y recordar, comparar y contrastar, concebir para organizar
datos, ordenar, agrupar y clasificar;. así como también las destrezas complejas para
inferir, interpretar, señalar causas y efectos, descomponer en términos de conceptos,
entre otros.
cxx
Por otro lado, Schank (1997) considera paradójico que el fracaso, equivocarse (no
alcanzar una meta, cometer un error, fallar, perder) es lo que impulsa el aprendizaje;
puesto que al fracasar, se crea una estrategia de recuerdo, se reforman acciones,
toma ese error, le da un giro, lo renombra, lo guarda o lo recupera para cuando vuelva
a fracasar de manera similar. Esto permite pensar en el viejo fracaso, no
necesariamente de manera consciente, para luego construir una solución de acuerdo a
la necesidad de aprender. Según Schank (op. cit), aprender en base al éxito limita la
creatividad, ya que genera temores, es así que, si se fracasa se está yendo en contra
del logro o triunfo. Es decir, el éxito no permite variaciones y no obliga o propicia que
el sujeto busque alternativas.
En relación con esto último, Schank (1998) considera que en los escenarios de
aprendizaje existe un problema de motivación que limita este proceso y describe la
condición actual sobre cómo éste es afrontado por profesores. Las relaciones
interpersonales permiten el proceso de negociación de experiencias y apoyan la
cxxi
maestría del contenido o, por el contrario hacen descarrilar enteramente el proceso de
aprendizaje cuando los efectos afectivos son negativos debido a que se manejan
inadecuadamente en la sala de clase, lo cual contribuye al retraimiento del aprender
del estudiante.
¿Qué queda por hacer si el contenido no tiene ningún valor intrínseco para
un estudiante? Cualquier profesor conoce la respuesta a este interrogante.
Exámenes. Calificaciones. Cuando los estudiantes no se preocupan acerca
de lo que están aprendiendo, los exámenes y las calificaciones los fuerzan
a aprender lo que no les importa saber. Por supuesto, los estudiantes
pueden ganar este juego a largo plazo, olvidando instantáneamente el
material que metieron en sus cabezas la noche anterior al examen.
cxxii
muy conductual, basadas en estímulo – respuesta, con un enfoque netamente
memorístico, donde no se incentiva a la reflexión, de acuerdo a las palabras del
cognitivista citado. Naturalmente, se hace imprescindible valorar las expectativas del
participante, sus propias estimaciones, las del facilitador y la satisfacción que se pueda
alcanzar, pero no necesariamente forzando al participante a tener una memoria a corto
plazo. Tanto la motivación extrínseca como intrínseca son un recurso considerable,
que permite hacer más eficiente el aprendizaje, y es un elemento indisociable del
proceso.
Sin embargo, se pueden aprovechar los obstáculos, errores y fracasos tal y como lo
plantea Schank (1998), para propiciar un conflicto productivo que permita
desencadenar acciones autónomas motivadoras para enfrentar problemas,
interpretarlos, reflexionar y aprender a conocer en la acción, lo cual conlleva a un
desafío cognitivo constante en el sujeto aprendiz. Se argumenta, que en situaciones
inciertas, equivocas, singulares y conflictivas del proceso mental se desarrolló ese
conocer en la acción, debido a que en ese proceso de simultaneidad en progreso
suceden un sin fin de actos, llámense de reconocimiento, enjuiciamiento, ejecución o
competencia.
cxxiii
propia perspectiva. En este contexto, el sujeto aprendiz lleva a cabo una acción para
reestructurar la situación, modificando el proceso para aprender reflexionando a partir
de su propia acción y en colaboración con otros, discutiendo para construir
conocimientos a través de sus experiencias significativas. Además, este autor señala
que:
Una vez que hemos aprendido a cómo hacer algo, podemos llevar a cabo
secuencias fáciles de actividad, reconocimiento, decisión, ajuste sin, como
solemos decir, tener que pensar sobre ello, Nuestro conocimiento
espontáneo en la acción suele acompañarnos a lo largo del día. No
obstante, en ocasiones, ésto no es así. Una rutina familiar produce un
resultado inesperado; un error se resiste obstinadamente a ser corregido; o
a pesar de que las acciones rutinarias producen siempre los mismos
resultados, descubrimos algo extraño acerca de ellas, porque por alguna
razón, las hemos empezado a observar de manera distinta. Todas las
experiencias de este tipo, agradables o desagradables, contienen un factor
sorpresa. Algo falla a la hora de satisfacer nuestras expectativas (p.36).
Entendiendo lo expresado por Shön (op. cit), entre la acción y la reflexión sucede un
hecho tácito de acuerdo a los patrones usuales del pensamiento y conocimiento, el
error, falla o equivocación viene a ser no sólo un elemento sorpresa sino también una
alerta, porque se puede retomar el pensamiento y reflexionar sobre la acción para
descubrir o redescubrir de qué forma esta acción contribuyó al resultado inesperado o
a la respuesta emitida; conllevando a lo que generalmente se conoce como un pararse
a pensar, extrayendo de allí conjeturas, hechos, y hasta teorías, desde una constante
detección del error y corrección del mismo para producir un nuevo conocimiento.
cxxiv
(emocionales, creativos, etc.) como por elementos racionales (selección y análisis de
información) que se interrelacionan para modificarse durante la práctica.
No obstante, este proceso es inexplicable, es decir, se puede estar haciendo sin ser
capaces de explicar qué se está haciendo o lo contrario, desde esta perspectiva se
asume que la reflexión, el volver a pensar acerca de una experiencia, tanto en la
diversidad de las respuestas como en una descripción resultante, induce a la
comprensión del problema y, por ende, a la solución del mismo, el cual será
significativo para ser aplicado en otro contexto.
De este modo, a su vez, se realiza la reflexión crítica que viene a ser la revisión de
lo realizado, bajo la óptica de mejorar el producto o los procedimientos. Esto supone
propiciar la autocrítica, que debe potenciarse, reflexionar críticamente para mejorar
debe ser la idea que prevalezca, teniendo en cuenta que conviene predicar con el
ejemplo, favoreciendo que los participantes aporten sugerencias de mejora a la
actividad conductora y constructora del conocimiento y del profesor, valorándose los
logros conseguidos, aunque sean pequeños.
cxxv
son necesariamente erróneos. Desde la perspectiva constructivista y cognitivista, el
error es una importante fuente de aprendizaje en cuanto sirva como catalizador de la
duda, la autocrítica y la reflexión, el desequilibrio cognitivo y la toma de conciencia
acerca de las contradicciones, tanto el error como el fracaso son elementos
concomitantes en el aprendizaje y la adquisición de nuevos conocimientos, puesto que
un error visto más como un gestor de conocimiento u organizador didáctico reflexivo,
que como un elemento negativo sinónimo del fracaso, es un elemento positivo
generador de nuevos aprendizajes.
Su principal preocupación son los procesos internos que tienen lugar en el sujeto.
El proceso de las estructuras cognitivas, según Piaget (1978), se basa en una
tendencia a un equilibrio creciente entre los procesos de asimilación y acomodación;
por lo que cuanto mayor sea ese equilibrio, menores serán los fracasos en
asimilaciones o interpretaciones de los sucesos. El carácter autorregulador del sujeto
busca el equilibrio, sus acciones para el aprendizaje surgen cuando se produce un
desequilibrio entre sus propósitos y la situación en la que se encuentran. Es en este
espacio fisural del proceso y de manera paralela donde puede estar y ser participe el
error, ya que entre la asimilación y la acomodación, como procesos interrelacionados,
se admite un reacomodo de información. Por un lado, la asimilación permite al sujeto
incorporar objetos a su estructura cognoscitiva, a sus esquemas previos, proceso
activo por el que el sujeto transforma la realidad a la que se adapta.
cxxvi
Por otro lado, la acomodación del sujeto admite la transformación de la estructura
cognoscitiva, modifica sus esquemas, para incorporar los objetos de la realidad o
nuevas informaciones.
Del mismo modo, Piaget (1995), considera el error como parte misma de dicho
proceso, como el producto de conjeturas que confirman una actividad del
pensamiento. No permitir errar, es por lo tanto, no dejar crecer, imaginar, inventar o
crear. Piaget, como cognitivista y constructivista subraya la importancia de la acción
del individuo / aprendiz, en el sentido de la resolución de problemas, la importancia del
proceso de “desequilibrios - reequilibraciones” acompañado por una reorganización de
los conocimientos, en la cual las concepciones del estudiante desempeñan un rol
determinante.
Sobre esta base vigotskyana, las formas superiores de conocimiento son socio-
generadas, la atención, la memoria lógica, la formación de conceptos, la voluntad, se
generan en el plano social y luego se desarrollan en el psicológico, incluso cuando se
cxxvii
convierten en procesos psíquicos, su naturaleza mantiene el rasgo cuasi-social, ya
que el individuo ejercita y puede practicar sus funciones de comunicación hasta
cuando está a solas. El error debe ser parte del aprendizaje, la idea de zona de
desarrollo próximo enunciada por Vigotsky (1979), explica de qué manera el aprendiz,
mediante la ayuda de otra persona quien entiende más, aprende saberes más
complejos y le permite corregir errores.
Este sujeto aprendiz activo interactúa con sus pares y el mediador, por ende
también con diferentes fuerzas conflictivas, ya sean cognitivas, sociales o afectivas,
estas fuerzas interactúan, chocan o se refuerzan entre sí, ya que el conocimiento,
según Vigotsky, es: una construcción social que permite el acceso a funciones
psíquicas superiores, inicialmente es inter-psicológico y luego intra-psicológico.
cxxviii
Metacognición, esquema, error y concepto
Este fenómeno es cotidiano para cualquier ser humano y sujeto aprendiz a nivel
universitario, cada uno es capaz de desarrollar esos procesos inherentes, sin
detenerse a pensar que lo está haciendo. Sin embargo, esta complejidad personal no
está descontextualizada de los ambientes educativos y es allí donde se confrontan las
Inter – retro – acciones y las relaciones recíprocas que propician y promueven tanto
situaciones enriquecedoras como desfavorecedoras, especialmente si surgen
conflictos cognitivos y socio instruccionales a causa de las equivocaciones.
cxxix
En este entorno, donde el sujeto es el centro de aprendizaje, confluye el
interdisciplinar que ofrece el constructivismo y el cognitivismo. El comportamiento por
parte del estudiante y el mediador del aprendizaje se conjugan para interactuar con los
procesos mentales, y la dimensión afectiva emocional propiamente dichas, tales como:
atención, motivación, representación y resolución de problemas, memoria,
metacognición, conocimiento previo, conceptualizaciones, concepciones y esquemas
cognitivos. Es así que las representaciones se integren, se relacionen entre sí, he allí
que el sujeto busque, trate de reproducir estructuras, conceptos, significaciones o
aseveraciones. Este formato, o código representacional que abarca las características
y el cúmulo de conceptos interrelacionados son las que componen las redes
semánticas o mapa esquemático, es decir los nodos y conexiones relacionales de los
conceptos o conocimientos previos. Sin embargo, se hace imprescindible señalar que
las relaciones no son todas iguales sino que existen variaciones que son
cualitativamente distintas y que de manera particular cada quien tiene su manera de
manejar la información. En este sentido, es eximio definir la metacognición como parte
de las funciones de las facultades mentales, de acuerdo a Burón (1997) es:
cxxx
En este mismo orden de ideas, es relevante resaltar las dos dimensiones de la
metacognición: metacognición como conocimiento de las operaciones mentales y
como autorregulación de las mismas, una función se deriva de la otra, ambas son
completamente inseparables y complementarias. Pero, ¿cuál es la relación que se
podría establecer entre error y la metacognición? de acuerdo a Vosniadou (1994)
cuando el intento de coordinación entre la información que reciben las personas con el
conocimiento que ya posee es contradictoria o hay algo de desinformación al respecto,
se tiende a distorsionar esta información a fin de coordinarla y encajarla con el
conocimiento previo que se tenga de ello. De igual manera, este autor es de la opinión
que la distorsión de la información y la creación de nuevas concepciones erróneas, se
deben a la carencia de la metacognición sobre sus modelos mentales.
Es lógico asumir que la mayoría de los errores cometidos por el participante resulta
de un cierto desajuste entre la información previa y el problema que va a solucionar,
debido a que en la transferencia de conocimientos adquiridos a situaciones o hechos
diferentes no se engranan en los diferentes planos, denomínense de percepción,
comprensión, semántico, o de intención.
cxxxi
Para este investigador, el aprendizaje de estructuras conceptuales, implica una
comprensión de las mismas, dicha comprensión no puede alcanzarse sólo por
procedimientos asociativos.
Si bien, el aprendizaje memorístico es importante en determinados momentos, éste pierde
importancia a medida que se incorpora un mayor volumen de conocimientos; puesto que
este incremento facilita el establecimiento de relaciones significativas. Desde la
perspectiva de Ausubel (op. cit), el aprendizaje significativo es más eficaz que el
memorístico.
Sin embargo, para que el aprendizaje significativo sea posible, el material debería
estar compuesto por elementos organizados en una estructura organizada de manera tal
que no haya una relación arbitraria entre la partes. Es necesario que determinadas
condiciones estén presentes en el sujeto, estas condiciones son:
cxxxii
De acuerdo a De la Torre (2004), también hay fallos en el razonamiento informal,
cuando afirma que:
En este sentido, se interpreta que los esquemas son el lote de conocimientos en los
que, además, del propio conocimiento hay información sobre cómo debe usarse ese
conocimiento. El carácter jerárquico de la organización de los esquemas abarca
necesariamente la existencia de otros conceptos. Para Rumelhart (1984) esquema es:
“Una estructura de datos para representar conceptos genéricos almacenados en la
memoria” (p.163). Cabe destacar que el mismo autor expresa lo siguiente: “…siempre
que se encuentra nueva información, se supone que se guarda en la memoria alguna
huella del proceso de comprensión. Esta huella de memoria es la base del recuerdo.
Generalmente, se supone que ésas son copias parciales del esquema original
actualizado” (p.181).
cxxxiii
En este mismo orden, Rodríguez (1999) considera que la noción de esquema está
caracterizada por: “Las representaciones de conocimiento que pueden tener distintos
niveles de generalidad, cuentan con variables, valores por defecto, constantes y se
encajan unos en otros formando un entramado” (p. 56). Esta generación o creación de
nuevos esquemas tiene lugar mediante el proceso de reestructuración que consiste en
la formación de nuevas estructuras conceptuales. Esta reestructuración es
considerada la forma más profunda y radical del pensamiento, puesto que a partir de
ella aparecen nuevos esquemas que antes no existían en la estructura del
conocimiento (Rumerhart y Norman, 1978).
De manera que, el concepto puede ser definido como todo conocimiento que
posee el ser humano y que se asocia a un nombre, no estando aislados
relacionándose unos con otros para formar estructuras taxonómicas. Equitativamente,
las personas emplean distintos tipos de conceptos de acuerdo al contexto y al nivel de
conocimiento (Rodríguez, op.cit). A su vez el concepto esta íntimamente relacionado
con las concepciones y son nociones muy próximas.
cxxxiv
hechos. Por otro lado, se consideran también las ideas particulares, de los
estudiantes, basadas en una visión ideográfica de sus propias concepciones pero que
tienen significados y utilidad para ellos, de los cuales hacen propias interpretaciones
personales.
En dicho proceso, el error juega el papel de reacción en cadena que permite alterar
el estado, información, concepto o concepción anterior para sustituirlo por uno nuevo,
proceso que se hace de manera consciente donde se autovalora la propia cognición y
autodirección del pensamiento. Es aquí donde el nuevo aprendizaje o conocimiento,
será significativo y se convertirá en significados familiares que posibiliten otras
soluciones aplicables a un contexto en particular, situación de la vida cotidiana o en los
ambientes de aprendizaje, en suma el proceso de aprendizaje se hará básicamente
en términos de las "representaciones, ideas previas, esquemas de conocimiento, y el
aprender a aprender.
Cada persona es producto de una cultura sus objetivos, valores, mitos y creencias
erróneas o no, ideales, ritos, tradición, e historia. La sociedad es la transmisora de ese
contenido cultural que moldea la personalidad, patrones mentales y emocionales. Los
modelos se conciben en términos representacionales lo que implica que constituyen
herramientas que describen al mundo, así como el de las interpretaciones de
cxxxv
sistemas formales. En este contexto, cabe mencionar lo expresado por Gutiérrez
(2004): “Las sociedades de diferentes culturas organizan y proporcionan a sus
miembros diferentes experiencias y les proveen de diferentes recursos, en gran parte y
frecuentemente de manera deliberada…” (p. 115). Esta idea se traduce como parte del
hecho de que los estudiantes ya traen consigo patrones preestablecidos culturalmente
que les permite representar una realidad y a su vez que le sirva como herramienta
simbólica para entender, operar y llegar a la resolución de problemas.
Es decir, que el ser humano construye modelos internos del mundo externo y que
usa estos modelos mentales para razonar, tomar decisiones, y aprender, de manera
tal que va construyendo estructuras mentales, permitiéndose a su vez y de acuerdo a
cxxxvi
la nueva información, modificarlas o transformarlas, a partir de esas actividades
mentales que realiza. Es por todo eso que el aprendizaje es catalogado como activo,
Brunner (1984) ha distinguido tres modos básicos mediante los cuales el hombre
representa sus modelos mentales y la realidad. Los modos son los siguientes:
Los modos sugeridos por Brunner (op. cit) indican que las personas operan
cognitivamente con modelos mentales para entender un fenómeno, concepto, símbolo
o estructura, lo que implica que cada quien tiene un modelo mental que le permite a la
persona construir, explicar y reconstruir información. Sin embargo, no se descarta que
dentro de los patrones mentales se tengan concepciones erróneas o representaciones
internas erradas. En consecuencia, el sujeto como respuesta realiza un proceso
intracognitivo de detección y discriminación a fin de explicar una situación o
información.
Piaget (1978) considera que las personas utilizan modelos mentales para razonar,
los cuales son como bloques cognitivos que se combinan o recombinan. Es a través
de la construcción de modelos mentales que se captan distintos estados de cosas, la
habilidad para probar cualesquiera conclusiones a las que se llegue usando los
patrones que se posean. Esto quiere decir que la memoria posee un material que es
operativo basado en el ambiente externo (nueva información) y la previamente
aprendida que yace en el entramado cognitivo.
cxxxvii
Evidentemente, el sujeto aprendiz es capaz de construir modelos alternativos de
acuerdo a la necesidad, una vez que presta atención e intenta reconocer la
información, en consideración a ello, Leahey y Harris (2003) afirman lo siguiente: “La
atención y el reconocimiento de patrones se producen para contribuir a la identificación
y la selección de la información”. (p. 113). En este sentido, cabe argumentar que es
valido que el error pueda convivir dentro de los patrones mentales como parte de esa
co construcción de aprendizaje activo compartido análogo a significados que han sido
enseñados y los validados teóricamente por conceptos científicos.
Dentro de los supuestos que integran los patrones mentales hay generalizaciones
e imágenes hondamente arraigadas en las estructuras de pensamiento. Ahí están los
conceptos, las teorías, concepciones alternativas e informaciones que construyen las
conversaciones, las relaciones y las acciones, además de contribuir a las
predisposiciones subyacentes a su compleja modificación en simultaneidad con la
realimentación recibida del medio ambiente. En transito paralelo con el error, los
patrones mentales son estructuras flexibles de conocimiento que van evolucionando
gradualmente con el desarrollo cognitivo, coadyuvan a organizar las percepciones y a
almacenar información en la memoria a corto o largo plazo. Estos patrones, también
llamados modelos mentales, son formados como respuesta pragmática a problemas
específicos, que sirven para explicar e interpretar dificultades, errores o dar soluciones
a problemas recurrentes en la interacción social y de coaprendizaje. Al igual que las
concepciones y conceptualizaciones, los errores y los modelos mentales están
anclados en la mente de los individuos, siendo copartícipes en .el proceso de
aprendizaje.
Estos patrones, igualmente, funcionan como componentes de experticia, es decir
que están en la cognoscencia como abstracciones funcionales de una tarea para
proporcionar marcos referenciales deductivos a la solución de problemas y forman
parte de de la etapa de análisis para luego tomar una decisión. Sin embargo, este
proceso no excluye los errores los cuales forman parte de la interrelación de
conceptos, reglas y procedimientos, constituyéndose ciclos progresivos e
interrecusirvos hasta llegar a un reaprender o una reconstrucción del conocimiento.
cxxxviii
Concepciones erróneas y cambio conceptual
cxxxix
que se subyacen a la acción. Por otro lado, la conciencia, por parte del estudiante, de
estas concepciones favorece la adquisición de nuevos conocimientos formando parte
del proceso metacognitivo.
Estas ideas de los sujetos aprendices interaccionan de manera muy diversa con las
que se les pretende enseñar, produciéndose readaptaciones de las existentes,
asimilaciones diferentes e incluso coexistencia sin mezcla de ambas. En este proceso
cognitivo de reconstrucción y reestructuración se articulan los conceptos,
concepciones e ideas previas pasando del error a la incertidumbre requiriendo el
reconocimiento del saber para organizar, modificar o complejizar los conceptos o
sencillamente complementizarlos a fin de hacerlos generativos y explicativos.
De acuerdo a Maturana (1984) una explicación es: “Una proposición que reformula
o recrea las observaciones de un fenómeno en un sistema de conceptos aceptables
para un grupo de personas que comparten un criterio de validación” (p. 14). Desde
esta perspectiva la explicación génesis de la cognición es un constante proceso de
interpretación e interacción entre el entorno y agente cognitivo, donde se intercambia
la dinámica congruencia estructural y conceptual; generándose una autopoiesis (auto y
“poiesis” palabra Griega que significa producir, hacer, crear) individual o interactiva.
cxl
Correlativamente, para Racamonde (2000) la autopoiesis en el proceso de
aprendizaje es: “El perfeccionamiento continuo del marco referencial del conocimiento
hacia un metaaprendizaje” (p.77). En otras palabras, el participante de estos escenarios
universitarios también vive esta congruencia estructural recursiva de reorganizar su
información, concepciones alternativas o erróneas y sus conceptos como un conjunto
de correlaciones internas, de coordinaciones motrices, patrones de comportamiento
que vienen dados por su determinación estructural más que por el mundo externo.
cxli
nuevas observaciones y posturas ante nuevos eventos para luego reconstruir esa
conjunción de información, de allí que se germine un cambio conceptual como
resultado de la organización, reorganización o reestructuración de conocimientos. En
función de ésto, el cambio conceptual puede atribuirse al papel que desempeña el
conflicto cognitivo en cuanto a las reelaboraciones, analogías, metacognición o
aplicación a distintos contextos (En Rodríguez y Carretero, 1996).
cxlii
Ahora bien, el cambio conceptual ocurre espontáneamente y también se produce
como fruto de una instrucción sistemática en las actividades de los ambientes de
aprendizaje. De modo que, los estudiantes tienen la potencialidad de distinguir las
distintas concepciones y la manera más correcta de aplicarlas en diversos contextos,
lo que quiere decir que se tiene la capacidad de saber aplicar los distintos
conocimientos en distintos contextos. Mientras que a través del conflicto cognitivo se
generan cambios conceptuales porque el sujeto procura disminuir las situaciones de
disonancia cognitiva buscando coherencia, se consideran dos tipos de conflicto
cognitivo: el conflicto entre el mundo de las ideas y el mundo real y el conflicto en el
mundo de las ideas. Pero, ¿Cuál es el rol que juega el error en el cambio conceptual?
De acuerdo a Sajavara (1989, en De la Torre, 2004): Se ha demostrado que el hecho
de provocar errores es a menudo necesario para exponer al estudiante a situaciones
en las que es probable se den ciertos tipos de estructuras” (p. 75).
cxliii
reabsorción de un conocimiento transmitido, entendido como cambio conceptual de
acuerdo a lo argumentado por Resnick (1983).
cxliv
Ante nuevos fenómenos que no pueden ser interpretables con el paradigma previo,
el sujeto produce una reorganización de él (acomodación), conduciéndolo a un
conflicto cognitivo. A partir de esta situación se genera el cambio conceptual porque el
sujeto procura disminuir las situaciones de disonancia cognitiva en busca de
coherencias. Equivalentemente, las investigaciones sobre las preconcepciones,
errores conceptuales o concepciones alternativas, cuestiona rotundamente la
enseñanza de las ciencias por transmisión de conocimientos elaborados, así como la
idea arraigada de que enseñar ciencias supone sólo conocer bien la asignatura y tener
experiencia.
cxlv
El rol del mediador del aprendizaje y participante aprendiz en el plano enseñanza
aprendizaje está matizado desde diferentes ópticas, argumentaciones y basamentos
epistémicos psicológicos, partiendo de Platón con su planteamiento sobre el
conocimiento y las ideas innatas y Aristóteles con las sensaciones que se van
imprimiendo en la mente, obviamente, hasta las posturas constructivistas de
psicólogos y teóricos ya señalados en el desarrollo de este trabajo. A partir de ellos se
asevera que la cognición es un constante proceso de interpretación e interacción entre
entorno y agente cognitivo, donde la construcción de conocimientos, reflexión, el
desarrollo de habilidades, la formación de hábitos y actitudes, entre otros, son
protagonistas paralelos del proceso.
En este caso, el facilitador es quien percibe con qué frecuencia sucede este tipo de
errores y puede determinar si el problema es por interferencia, falta de conocimiento o
comprensión, en tal caso quién más, que el mediador del aprendizaje para explicar y
ayudar al participante aprendiz a determinar y reflexionar sobre el error. En este caso,
cxlvi
el error será elemento clave como censor de problemas, llámense denotativos,
connotativos, de ejecución o competencia. El error será entonces el indicador de
estrategias cognitivas inadecuadas para resolver un problema satisfactoriamente.
Para estimular una orientación hacia metas de aprendizaje habría que diseñar
un tipo de evaluación en la que los alumnos vean los errores como algo que
se puede corregir, como útil y positivo de lo que se puede aprender como
parte integrante del proceso de aprendizaje. La evaluación debería
organizarse de forma que los estudiantes pudieran observar el progreso y
advertir ejecuciones más eficaces cuando invierten más esfuerzo, es decir,
debería estar diseñada de tal modo que permita el progreso de individual y la
adquisición de competencias de los alumnos (p. 102)
cxlvii
Este proceso evaluativo común e imprescindible en la gestión del ambiente de
aprendizaje implica que los participantes no sólo conozcan cuáles son sus debilidades
sino también que se les dé la oportunidad de analizar, reflexionar y planificar sus
estrategias de aprendizaje para progresar en las actividades propias del proceso. Es
relevante reconocer el esfuerzo particular de los estudiantes y potenciar su motivación
hacia la adquisición y reestructuración de conocimientos
cxlviii
obstante, a su vez, la evaluación es un proceso permanente, integral consubstancial
de la función educativa, encaminado a conocer, retroalimentar y mejorar el
aprendizaje, por cuanto ésta conforma un marco de referencia para la reflexión y toma
de decisiones inherentes a toda labor de mejora de la enseñanza.
Pero, desde esta perspectiva ¿Cómo podría tratarse el error?, ¿Cuál es la tendencia
que se supone debe tenerse en el manejo del error como elemento constructivo del
aprendizaje en el proceso de evaluación de los aprendizajes?, ¿La acción evaluadora
formadora supone la interrelación propositiva error – aprendizaje? Podría darse
diversas respuestas, no obstante, autores cognitivistas y constructivistas tienen
opiniones puntuales al respecto, De la Torre (2004), desde su visión constructivista,
expresa lo siguiente:
La corrección didáctica del error debiera guiarse por una doble consideración:
su carácter diferencial y procesual. Diferencial por cuanto a la tipología de los
errores ha de añadirse a la edad de los sujetos y las áreas curriculares de las
que se trate. Salta a la vista que no puede ser tratado de igual forma un error
de percepción o ejecución en preescolar, bachillerato y universidad. Un error a
novel universitario o profesional, implica mayores consecuencias y exige un
tratamiento más riguroso.
Otro tanto cabe decir de los errores según la materia en la que tienen lugar.
Esto nos lleva a plantear el analisis de los errores en el currículo, añadiendo al
contenido su relación con el método, el profesor y la evaluación. El carácter
procesual del tratamiento permite tomar en consideración sus tres fases:
localización, identificación y corrección (p. 130).
Es aquí donde el error tiene un valor debido a que permite a partir, de él investigar
los orígenes del mismo, para después realizar las correcciones posibles. El resultado
cxlix
provee la posibilidad de la retroinformación y realimentación ofrecida al estudiante
para su desarrollo por parte de su facilitador, esto coadyuva a mejorar la calidad y
logro del aprendizaje. Desde esta perspectiva, entonces, no es tan grave que el
estudiante se equivoque, a condición de que sea rápidamente retroinformado; al error
no debe seguirle un castigo, sino medios para descubrir una buena respuesta. Las
situaciones de enseñanza - aprendizaje han de favorecer a los estudiantes para
percatarse de sus equívocos, sin temor, y corregirlos.
Es factible que en el proceso socio instruccional ocurra que el mediador enseñante
tal vez sea el último en descubrir sus propios errores, si no recurre a la autoevaluación
y autocrítica. Es habitual que un facilitador transmita lo que para él / ella es una verdad
incontestable o cree que es irrefutable, que no entra en sus pensamientos y
planteamientos el hecho de aceptar que puede estar equivocado y menos aún aceptar
que a partir de él se desarrollan estrategias para la enseñanza y que éste a su vez,
puede ser una herramienta como estrategia de aprendizaje.
Evidentemente, que el error forma parte de una tríada junto con el mediador y el
participante aprendiz que sirve como partida hacia el diálogo y la interacción, que sirve
para nutrir el aprendizaje a través de la realimentación, entendiéndose ésto como un
elemento incluido en el desarrollo de habilidades cognitivas, destrezas, competencias,
actitudes hacia el desaprender para reaprender.
A modo de resumen, se infiere que el error no sólo está presente en el aula, sino
que él proporciona información sobre el progreso del estudiante y es provechoso tanto
para éste como para el mediador enseñante, puesto que se puede descubrir por qué el
participante falló y permite reflexionar sobre: error – resultado correcto, buscar cómo
reformular, examinar otras estrategias o simplemente reestructurar el conocimiento.
Desde una perspectiva positiva que se asume sobre el mismo en este trabajo, se
plantea la posibilidad de interrelacionar la interacción entre los actores del proceso de
enseñanza aprendizaje, donde tanto el mediador como el alumno tomen conciencia de
la dimensión que juega en el desarrollo del pensamiento y el conocimiento.
cl
este proceso de aprendizaje es algo más complejo debido a la multiplicidad de
variables, elementos y estrategias que influyen en el mismo. En este desarrollo
cognitivo están no solamente el recibir y enviar mensajes o contenidos sino también la
práctica, análisis, reflexión y razonamiento de pensamientos, ideas y estructuras.
Igualmente, no todas las personas aprenden igual ni a la misma velocidad, lo cual no
es ninguna novedad.
Ahora bien, esto implica que cada individuo tiene un estilo propio de aprendizaje.
Los “estilos de aprendizaje” han sido definidos como: “Tratos fisiológicos, afectivos y
cognitivos que son indicadores relativamente estables de cómo los aprendices
perciben, interactúan con y responden al ambiente de aprendizaje” (p.6) (Keefe, 1979,
en Oxford, 1990). Para Ehrman y Oxford (1990, en Oxford) son los patrones mentales
preferidos o habituales del funcionamiento mental y de cómo tratar la información.
cli
Esta manera natural de absorber, procesar y retener nueva información y destrezas
involucra la percepción, cognición, conceptualización, afectividad, comportamiento;
además de las estrategias cognitivas generales al abordar tareas en las que están
implicadas operaciones mentales como percibir, memorizar, pensar, aprender y actuar.
Los fundamentos de los estilos de aprendizaje se basan en las siguientes hipótesis
(Oxford, op.cit):
clii
Para algunos autores, entre ellos Reid (1995); Dunn, Dunn and Prince (1989);
Oxford (1993); Kinsella (1993) destacan la influencia del predominio sensorial en los
estilos de Aprendizaje; es decir, las preferencias de unos sentidos frente a otros para
captar, interpretar y memorizar la información, los estilos de aprendizaje son
clasificados así:
Por otro lado, Honey y Mumford (1992) consideran el aprendizaje como un proceso
circular configurado en cuatro etapas que corresponden a su vez con cuatro estilos: 1)
El estilo activo: son personas abiertas, entusiastas, sin prejuicios ante las nuevas
experiencias, incluso aumenta su motivación ante los retos. 2) El reflexivo: Son
aquellos sujetos quienes observan y analizan detenidamente los hechos y situaciones,
quienes consideran todas las opciones antes de tomar una decisión. Les gusta
observar y escuchar, se muestran cautos, discretos e incluso a veces quizá distantes.
3) Mientras que el estilo teórico, es el de aquella persona que presenta un
pensamiento lógico e integra sus observaciones dentro de teorías lógicas y complejas,
buscando la racionalidad, la objetividad, precisión y exactitud. 4) En cuanto el estilo
pragmático es referido a aquellos individuos que intentan poner en práctica las ideas,
buscan la rapidez y eficacia en sus acciones y decisiones, mostrándose seguros
cuando se enfrentan a los proyectos que les ilusionan.
cliii
de los casos tienden a suprimirse, generando ansiedad, distorsión, inseguridad,
desconfianza, transferencias inapropiadas y falta de comprensión.
En este sentido, De la Torre (2004) considera que el componente afectivo que está
íntimamente relacionado con los estilos de aprendizaje tiene un papel importante en la
adquisición de conocimientos y los errores. De hecho el error tiene una valiosa
participación en este proceso y está implícito en las operaciones mentales como
percibir, memorizar, pensar, aprender y actuar, anexando a ello las concepciones.
Por otra parte, los errores ayudan a los facilitadores a deducir cuánto han
aprendido los participantes, puesto que al analizar los errores se ayuda a concientizar
más, y a conducir a los estudiantes de acuerdo a su estilo de aprendizaje. Por ello, es
relevante que ambos tanto participantes como el mediador del aprendizaje conozcan
los estilos de aprendizaje para favorecer el proceso de enseñanza aprendizaje sin
descartar que es factible que se cometan errores y donde a su vez juegan en conjunto
con los rasgos afectivos, la disposición hacia el aprendizaje, así como las
motivaciones, las expectativas, las cuales van a influir decididamente este proceso, de
la misma manera que los rasgos fisiológicos y la manera que tiene cada uno de
percibir las situaciones de aprendizaje de acuerdo a su estilo. En fin, todos los rasgos
y aspectos que se han descrito hasta el momento sirven como indicadores para definir
los distintos estilos, fortaleciendo la preferencia de su sentido y orientando los errores
para que sean productivos.
Metateoría
cliv
(p.6). Se deduce, a partir de ello que la metateoría presenta una visión de la
naturaleza de un mundo teórico para luego construir de forma muy particular un
conocimiento, a través de la aceptación o no de la información procesada.
clv
Dada la diversidad de factores que intervienen en las situaciones donde se realizan
estudios humanos y del comportamiento, Buckland (1995) argumenta que la
percepción juega un papel fundamental en la valoración y aceptación de una teoría,
debido a que no necesariamente las leyes de una teoría se cumplen rigurosamente.
Del mismo modo Martín (2005) expresa que:
Lo que implica que entre los aspectos de la metateoría está el integrarse con la
Interdisciplinariedad, porque se enmarca en los estudios epistemológicos y en los
desafíos bien documentados a la autoridad y a la maestría que son una condición de
épocas modernas, así como en la psicología dentro de los parámetros fundamentales
de cómo se hace y se juzga la investigación. Beck (1995) discutió, por ejemplo, que la
interdisciplinariedad requiere que los investigadores deben cambiar sus reglas y
prácticas de la responsabilidad de nuevas maneras en busca de la producción de
nuevos conocimientos.
clvi
De modo que se metateoriza al buscar más allá de los conceptos, definiciones y
supuestos, donde las abstracciones y construcciones se evalúan de acuerdo a su
utilidad y no necesariamente a su verdad (Moon, 1997). Lo planteado ofrece un
espacio de intencionalidad abierta hacia nuevas posturas y construcciones. Ritzer
(1995) ha dicho que muchos teóricos han metateorizado no sólo en sociología, sino
también en filosofía y psicología. Ritzer afirma que la metateorización tiene su función
en tres aspectos básicos:
1.- La metateorización como medio para obtener una comprensión más profunda de
una teoría (M1). Para la comprensión, la evaluación, la crítica y la mejora de las
teorías existentes.
2.- La metateorización como introducción al desarrollo de la teoría: implica el estudio
de las teorías existentes para producir una teoría sociológica nueva (M2). Este tipo de
metateorización representa una de las bases más importantes para la creación de una
nueva teoría.
3. La metateorización como fuente de las perspectivas que sostienen toda teoría
sociológica: (M3).
clvii
A través de la metateoría se intenta, además, explicar en una multiplicidad de
maneras, cómo los investigadores, psicólogos, epistemólogos, entre otros, buscan
nuevas metodologías para realizar estudios, cuestionar estudios, reconstruirlas o
comprenderlas. Overton (1998) sugiere un esquema de problemas metodológicos /
metateóricos donde se presenta una cerrada interrelación con la visión de la
naturaleza del mundo como agentes activos y constructores del proceso de
información que busca ver más allá del objetivismo absoluto. Es relevante destacar
que existe el propósito de relacionar categorías con compromisos conceptuales,
teóricos, y epistémicos a fin de identificar las posibles reinterpretaciones y soluciones.
A continuación se presenta el esquema propuesto por el autor citado. (Ver gráfica No.
1)
Gráfica No. 1.
Problemas Metodológicos Metateóricos. (Overton, 1998)
clviii
Racamonde (2000), en su diseño metateórico instruccional, expone que la
metateoría es una: “Interacción operativa de aspectos en una acción única, instruir”
(p. 76), Sobre esta base, la misma autora aduce que se requiere, de manera
imperativa, la interracionalidad de las partes para que la acción responda a las
necesidades didácticas integradas, articuladas y orientadas hacia un meta aprendizaje
en una gestión netamente operativa trascendente instruccional.
clix
misma lógica ni usan los mismos conceptos. De modo que el uso de una metateoría
se permite realizar el análisis sistemático de una proposición, es este sentido, es
válido usarla para este estudio sobre el uso del error en el proceso de aprendizaje,
especialmente, cuando se ha observado que hay una incomprensión, descomprensión
y negatividad hacia el error; mas, sin embargo, el error es considerado desde visiones
epistémicas, y es partícipe del constructivismo y el cognitivismo, como un elemento
que permite reestructurar una aprendizaje. Por consiguiente, a través de este trabajo
se apela a su carácter intensivo y participativo que se contra argumenta a las
opiniones negativas que se tienen del mismo, explorando no sólo su comprensión sino
también su interpretación.
clx
Además de brindar la posibilidad de crear espacios muy provechosos para que los
participantes reconozcan sus errores, desaprendan a partir de él para disponerse a un
reaprender. En ese proceso el estudiante de los escenarios universitarios de
aprendizaje tendrá como herramienta el error para identificar sus debilidades y
fortalezas, para luego reflexionar y operar con él como un recurso más de las
estrategias de aprendizaje o de acuerdo a sus estilos cognitivos. Para entonces
constituir una vía hacia la defensa del espacio de exploración que reclama el
protagonista activo en la adquisición de nuevos saberes y desarrollo de competencias,
además, para que el facilitador pueda aceptar los naturales errores del proceso de
aprendizaje aprovechándolos, apoyando la aventura, el cuestionamiento, la
anticipación, la prueba de hipótesis, la búsqueda de alternativas y las iniciativas
productivas de los educandos.
clxi
Capítulo V
Policromía Metodológica
clxii
El capítulo comprende la travesía hermenéutica compuesta por tres
eventos. Análisis Paradigmático, Análisis Discursivo y Método. Este
espacio de recorrido hermenéutico es elemento clave y primordial del
estudio, debido a que se pretende reinterpretar y repensar el error, no sólo
desde su explicación sino también desde su comprensión.
PREÁMBULO CAPÍTULO V
clxiii
En el presente capítulo se plantea la dimensión metodológica del trabajo de
investigación presentado, se estructura bajo los referentes hermenéutico cualitativo -
dialógico, a través del cual se busca entrar en las obras de los autores para
comprender sus manifestaciones tomadas como fuentes de datos textuales acerca del
error desde una perspectiva educativa. En referencia a lo señalado, en este trabajo de
tesis doctoral, se fundamentó en la recopilación de información sobre el error, por ser
de carácter documental, con el propósito de profundizar en las posturas y aportes por
escrito acerca del mismo, así como para complementar, refutar o derivar nuevos
conocimientos y generar aportes relevantes para el área educativa con respecto al
objeto de estudio y a la contextualización del mismo. Para el desarrollo del trabajo
sobre la revisión bibliográfica se siguió con los siguientes pasos:
clxiv
dialógico, Evento dos: Análisis del discurso, contentivo de la síntesis del hecho de
estudio, matriz de análisis de contenido e interpretación discursiva; y, el Evento tres
referido al método.
clxv
Es pertinente señalar que el reto de este capítulo está, en primer término en
precisar los aportes argumentativos escritos de los autores con respecto al error y su
complejidad como parte de la cognición y el aprendizaje, y luego en ofrecer la relación,
concepción y puntos de convergencia sobre el error y su uso como parte de las
orientaciones didácticas en los ambientes donde se adquiere y se desarrollan saberes
que permitan tanto a los participantes como a los mediadores de aprendizaje propiciar
consenso o disentir como parte de la discusión participativa y transdisciplinaria hacia
donde se dirige la nueva visión curricular.
clxvi
Hermetateoría del Uso del Error Policromía Metodológica
CAPITULO V
POLICROMÍA METODOLÓGICA
clxvii
“su verdad hermenéutica”, es decir aclarar lo que quiso decir un autor sin considerar si
es rigurosamente lógico o fácticamente cierto” (p. 84)
En este sentido, Habermas (1984) opina que los círculos del lenguaje no son
herméticos, sino que son porosos, absorben tanto hacia fuera como hacia adentro,
debido a que el lenguaje está por principio abierto a todo lo que se puede decir y
entender y sus horizontes se palpan constantemente. Por otro lado, es abierto hacia
adentro porque las expresiones no sólo se pueden interpretar sino también reflexionar
sobre ellas. Equivalentemente, el mismo autor trata de mostrar que existe un entender
metódico explicativo.
Para Ricoeur (1989) b la hermenéutica es una filosofía reflexiva que da cuenta del
conflicto entre las diferentes interpretaciones de los símbolos del lenguaje. Así,
enraizada a la filosofía de Nietzsche (en Constante, 2005), que exigía a la filosofía la
tarea de desenmascarar las fábulas ilusorias y falsos valores de la conciencia (la
moralidad). Lo que significa que la hermenéutica supone el esclarecimiento de la
verdadera intención y del interés que subyace bajo toda comprensión de la realidad,
quehacer que se halla presente en el desenmascaramiento de los deseos y pulsiones
ocultos en el inconsciente.
En este orden de ideas, se atiende al discurso del individuo quien interpreta sus
pensamientos, ideas y acciones, quien es capaz de construirse su propia realidad y
aprendizaje; se aborda el siguiente trabajo investigativo para comprender, interpretar y
repensar el error desde una perspectiva práctica y reflexiva.
clxviii
Evento uno: Análisis Paradigmático
La Hermenéutica
El término es antiguo y tiene una larga historia, de hecho se dice que se deriva del
Dios mitológico Hermes y a su misión de transmitir la voluntad de los dioses. El
término griego hermeneia significa primariamente tanto expresión - enunciado como
interpretación. Aristóteles escribió un Peri hermeneias que, como parte del Organon,
versaba sobre el análisis de los juicios y las proposiciones. Se trataba de un análisis
del discurso, pues sólo desde el interior del mismo la realidad se manifiesta. Por este
motivo, la hermenéutica se constituyó fundamentalmente en un arte (techné) de la
interpretación y en una disciplina autónoma, configurándose con Schleiermacher
(1768-1834), en una teoría general de la interpretación, dedicada a la correcta
interpretación de un autor y su obra textual.
Después, años más tarde, Dilthey (1833-1911) amplió su ámbito a todas las
“ciencias del espíritu”. Actualmente, se entiende por hermenéutica aquella corriente
filosófica que, hundiendo sus raíces en la fenomenología de Husserl (1859-1938) y en
el vitalismo nietzscheano, surge a mediados del siglo XX y tiene como máximos
exponentes al alemán Gadamer (1900 - 2002), Heidegger (1889-1976), Habermas
(1984), Ricoeur (1913-2005), por nombrar algunos.
clxix
sentido, Mella (1998) la define como: “La rama del saber que tiene que ver en términos
generales con la teoría y práctica del entendimiento y en términos particulares con la
interpretación del significado de textos y acciones. (p.63).
Para Morales (2002), la hermenéutica viene a ser una vía para lograr dilucidar un
hecho educativo bajo lineamientos de estructuras que obedecen a ciertas conjeturas y
consideraciones, generando compromisos subjetivos de los diferentes puntos de
observación y desde cualquier objetividad que pueda sugerirse. Esta consideración,
hecha por el autor, destaca de forma general la práctica y el término metodológico
que abarca la hermenéutica hacia diferentes ramas, hechos o contextos.
clxx
El Método Crítico Hermenéutico
clxxi
De acuerdo a lo anteriormente señalado se asume la hermenéutica como el
método adecuado en este contexto investigativo, debido a que permite explorar y
conocer una realidad fundamental sobre el sincretismo que surge de si el error es útil,
positivo o relevante como elemento reflexivo y constructivo en el proceso de
aprendizaje, o simplemente si se debe aceptar como ciertos los conocimientos
erróneos o viceversa. En este caso, la intersubjetividad ayuda a entender claramente
que a partir de una ruptura con una concepción previamente establecida pongan en
común sus experiencias acerca del error; pero a su vez que sea posible que dos
interlocutores, o sea, dos mentes que tienen cada una su aprehensión singular del
mundo que les rodea expongan su particularidad.
clxxii
Círculo Hermenéutico Dialógico
clxxiii
circularidad de la parte hacia el todo y viceversa abre nuevos horizontes que no
quedan cerrados definitivamente. Por eso, durante mucho tiempo se ha entendido que
la actividad hermenéutica consta de tres momentos denominados: subtilitas inteligenti,
subtilitas explicandi y subtilitas aplicandi.
La tesis doctoral titulada “Hermetateoría del Error” tiene como contexto de estudio el
ambiente educativo universitario, donde se busca enfocar el objeto de estudio, desde
la explicación de la situación problemática generada por la penalización hasta la
comprensión del error y la visión negativa y de fracaso que se tiene del error en los
ambientes de aprendizaje, tal y como tradicionalmente ha sido calificado. Se víncula a
los ínter actores de los espacios de aprendizaje con situaciones socio - espacio-
temporales, en los cuales se ejercen acciones punitivas cuando un participante se
equivoca, se genera, como consecuencia, un desencuentro entre el error y el proceso
de aprendizaje, ya que se busca de una u otra manera evitar que el estudiante cometa
errores.
clxxiv
Por esta razón, el participante se inhibe de intervenir, se frustra, se retrae en una
postura tímida, o por el contrario, agresiva, creándose así un conflicto instruccional. Es
decir, que el sujeto aprendiz al errar, se aleja de la competencia a medirse o
sencillamente no coincide con la respuesta correcta esperada por el docente, lo cual
trae como consecuencia que no llegue a alcanzar la calificación óptima o simplemente
una mínima aprobatoria, lo cual conlleva en muchos casos a que el estudiante preste
más atención a la calificación que a los errores o al por qué se equivocó; obviando, en
si mismo, la reflexión sobre el error cometido.
Por otro lado, el mediador del proceso instruccional puede estar cerrado a nuevas
perspectivas y estrategias de aprendizaje y en muchos casos no valora que
generalmente los errores surgen en la clase de manera espontánea, sorprendiendo
tanto al profesor como al mismo participante. Los errores son persistentes y
particulares de cada individuo y requieren de una reorganización de los conocimientos
en el estudiante, a esto se añade que puede existir un predominio de los errores
sistemáticos con respecto a los errores por azar u ocasionales, ya que los
sistemáticos revelan los procesos mentales que han llevado al estudiante a una
comprensión equivocada.
Por tal razón, se aborda el objeto de estudio no sólo desde la percepción de que el
error es un hecho normal en el complejo proceso de la resolución de un problema y es,
eventualmente, síntoma de un disfuncionamiento cognitivo, de un estado en donde se
procesa una conceptualización, sino también afrontándolo desde una visión epistémico
humanista, con la finalidad de aportar otra interpretación del error en el proceso de
aprendizaje como fuente de debates teóricos – epistémicos que frecuentemente son
fuente de numerosas interrogantes.
clxxv
reconstrucciones de significación en sus mensajes particulares, o que a su vez implica
compromiso en el engranaje acción – discurso / discurso / acción. Así, que es nutritivo,
plasmar una imagen más ilustrativa sobre los diferentes contextos presentados, más
aún reconocer la acción discursiva de los diferentes autores citados en quienes se
evidencia la interacción relacional entre sus mensajes y sentidos proposicionales
relativos al objeto de estudio.
Al respecto, cabe indicar que las matrices tienen un valor práctico dimensional
temporal, que permiten la consistencia y pertinencia discursiva. Las matrices son
pertinentes para el análisis de contenido porque permiten registrar significantes y
significados construidos por el autor, preferencias lexicales, gramaticales o
semánticas, inferencias, referentes inherentes a la dialógica e interactividad textual del
autor, la cual en algunos casos busca la descripción, narración o cómo se centra el
contenido y la postura que asume el escritor o hablante, ofreciendo un valor discursivo
funcional.
clxxvi
Al mismo tiempo en la matriz de análisis se involucran el lenguaje, el
desplazamiento conceptual y los determinados supuestos descriptivos, calificativos o
nominativos vinculados con los fenómenos de interés que pueden aportar información
acerca de la comprensión del tema o tópico a analizar. La dispersión, enunciación o
protagonismo del escritor en la obra convive de manera transparente, explicativa u
oculta detrás de los signos manifiestos, prestando a simular la complicidad de un
pensamiento latente, un significado oculto, en unos casos atribuidos y en otros
revelados. Por lo tanto, las matrices son útiles para registrar diferentes modalidades de
enunciados - corpus lexicales, metafóricos, no verbales, entre otros, además de
permitir la inferencia e intencionalidad del discurso en consonancia o no con el objeto
de estudio
clxxvii
lexpresan: “En concreto la clarificación valorativa de los significados manifiestos en la
superficie textual es el procedimiento más directo y efectivo para explotar inter
secuencialmente ese aspecto representacional del texto” (p.199).
clxxviii
inserto en el espacio denominado Construcción Elocutiva porque allí se encierra el
tópico discursivo de los autores elocuentemente, hay que resaltar que en el texto
escrito, también, se ubica a los elementos individuales o claves que explican
contextualmente las ideas plasmadas. En este sentido, en la matriz performativa
contextual se integran, a su vez, vocablos descriptivos y nominales, que contienen la
idea central del contexto y argumentación como componentes estructurales del
desarrollo hermenéutico así como la tetralogía de la validez del contenido por medio
de la cual se estima el alcance o equivalente estimable en la esencia de los mensajes
impresos, tales como: Cohesión, Relevancia, Frecuencia, y Valor Filosófico.
Componentes constitutivos:
clxxix
• Vocablos Contextuales: son las palabras más resaltantes en los diferentes
párrafos hasta conformar el contenido significante del contexto. Dichos términos
pueden estar resaltados en negritas, cursivos o simplemente ser descriptivas.
• Idea Central: Es la interacción del proceso comunicativo escrito donde
intervienen los diferentes tópicos e ideas principales redactadas por el autor que
tiende a resumirse en una gran idea central, para expresar la relevancia de los
hechos y opiniones planteados.
• Argumentación: En este espacio se expresa un matiz del discurso, el cual no
está exento de la inclusión metafórica a fin de consolidar las particulares
combinativas y las problemáticas, construcciones nominales o recursivas de la
tendencia del autor y de su lenguaje particular.
Tetralogía de la validez:
Cohesión: Enlace discursivo que evidencia la conexión entre las claves o pistas
contextuales.
clxxx
En este espacio se hace una trascripción textual de algunos párrafos del
documento, considerados claves para este estudio, donde se establece a su vez la
segmentación de acuerdo a la importancia significante / significado que los códigos
confieren. Partiendo, de la definición dada por Van Dijk (2003)b quien considera que, el
discurso es como un suceso de comunicación y una caracterización que incorpora
algunos aspectos funcionales, caracterizado por el uso del lenguaje, la comunicación
de creencias (cognición) e interacción de situaciones, especialmente de índole social.
En otras palabras, las personas utilizan el lenguaje para comunicar ideas o creencias y
lo hacen como sucesos sociales más complejos. De igual forma, la autora de este
trabajo concuerda además con la definición de Fairclough y Wodak (2000) quienes
entienden el discurso como un proceso completo de interacción que incluye, además
del texto, el proceso de producción del cual el contenido es un producto y el proceso
de interpretación por medio del cual se convierte en un recurso. Por consiguiente, el
análisis del discurso incorpora necesariamente el estudio del lenguaje utilizado.
La teoría del cubo, según ella nuestra cabeza es un cubo con una tapa
llena de agujeros, a través de los cuales se infiltra información
procedente del mundo. Esa es la teoría que fundamenta la pedagogía.
Luego está la teoría del embudo que constituye la teoría del método de
enseñanza, Al cubo se le aplica, para que no falte nada, un embudo por
el que va vertiéndose el saber. A esto se reduce la teoría más usual. El
clxxxii
hecho cierto es que nuestra pedagogía consiste en atiborrar a los niños
de respuestas, sin que ellos hayan planteado ninguna interrogante, y en
no escuchar ni siquiera sus preguntas (p. 70).
Los fragmentos presentados tienen la intención de indicar el punto de vista e
intencionalidad de los autores, aseverando la homogeneidad pretendida
e intencionada en el proceso de enseñanza aprendizaje, donde se suministra
información y contenido, propiciando la reflexión, el cuestionamiento y la necesidad de
respuestas a las diversas inquietudes de los participantes en los ambientes
de aprendizaje.
clxxxiii
la comprensión de la complejidad interna potencia la capacidad de construir
conocimientos, como bien se ha expresado, el proceso instruccional no debe basarse
sólo en la transmisión de información, sino en la elaboración, experimentación,
estimulación a la participación y a la formación humana y crítica como parte explicativa
del comportamiento humano.
clxxxiv
Capítulo VI
Concretud Argumentativa
clxxxv
Hermetateoría del Uso del Error Concretud Argumentativa en
Equívoco
PREAMBULO CAPITULO VI
clxxxvi
metateorización (apoyada en el esquema conceptual de Ritzer, 1991), en la que se
busca apoyo en la epistemología de Popper (2000), Morin (2003), posiciones
académico - cognitivas como las de De la Torre (2004), ResnicK (1997), Schank
(1995), además de herramientas, conceptos y teorías que puedan utilizarse para la
operatividad del constructo hermetateórico. Se ha diseñado una serie de
hologramáticas creáticas que hacen visualizar los diferentes estadios del error y la
influencia socio afectiva cognitiva en los ambientes de aprendizaje universitario. El
resultado es solamente una perspectiva reticular, mas no el desarrollo de una teoría,
es una apertura hacia la incorporación sucesiva de nuevas investigaciones sobre el
error, como parte de ese círculo hermenéutico que no se clausura, sino que siempre
será parte de una reflexión.
Esta Hermetateoría puede ser incorporada a nivel meso y micro del curriculum, a
fin de coadyuvar a la formación reflexiva, creativa e intelectual de los estudiantes a
nivel universitario, el error en la acción puede incluirse como parte de las estrategias
metodológicas desde una visión constructivista, compleja y transdisciplianria.
clxxxvii
• Funcionalidad del error en el proceso de aprendizaje.
• Análisis y categorización de los errores en el aprendizaje, alcance cognitivo y
motivacional predominante en el factor humano educativo.
• El error como reformador dinámico y didáctico en el aprendizaje.
• El estudio del error y las competencias cognitivas en el dominio significativo del
aprendizaje.
clxxxviii
• El error en la acción administrado a través de estrategias de aprendizaje
constructivistas, donde se sugieren diversas estrategias para el manejo del
error productivo y constructivo del conocimiento en los escenarios
socioinstruccionales universitarios.
Por último, se presenta las consideraciones finales acerca del Capítulo VI,
caminos declarativos hacia una ruptura significante del error como un aporte en un
contexto intencional. Todo lo cual conduce a una concretud a fin de abrirle un espacio
al error como fuente de aprendizaje, como productor constructivo válido, necesario en
las actividades o tareas formadoras, socioinstruccionales y de adquisición de nuevos
conocimientos, como conjunción de acción de los participantes a quienes se les
respeta sus potencialidades y competencias individuales, donde el error es un enlace
en las actividades creativas para los sujetos, considerando que es factible que todos
los protagonistas de los escenarios del aprendizaje se equivoquen porque son
humanos, que el aprendizaje no es sólo un resultado sino un proceso interactivo que
comparte con la otredad y alteridad en la creación de una dialéctica impresa de
mutabilidad que ha de transitar de respuestas a interrogantes y cuestionamientos
sobre el uso del error, valorando que el aprendizaje se nutre como parte del análisis de
aspectos y hechos no previstos.
clxxxix
Hermetateoría del Uso del Error ___________ Concretud
Argumentativa
CAPÍTULO VI
CONCRETUD ARGUMENTATIVA
cxc
Actualmente, se busca favorecer la participación, implicación y actividad del
estudiante, la manera de organizar los procesos mentales y la actitud, donde el
participante tiene que asumir el compromiso, la responsabilidad y autonomía de su
aprendizaje. Además de permitir la comunicación fluida basada en una relación de
confianza y apoyo mutuo entre el facilitador y los participantes y entre los mismos
participantes, visualizada la interacción como un equipo unido de funcionamiento para
ser productivos y proactivos, ávidos de querer saber y aprender más. No obstante,
surge la expectación: ¿Dónde se debe ubicar la consideración del error?, la respuesta
es: en el plan de clase, en las estrategias metodológicas de la asignatura, es allí,
donde el facilitador debe darle cabida al error y permitirle al participante reflexionar
sobre el mismo para reconstruir la información, es decir, desaprender la información
considerada errada para reaprender la correcta, este proceso puede ocurrir en
cualquiera de las fases de la actividad de clase: el preinstruccional, coinstruccional o
postinstruccional.
En este contexto surge la propuesta sobre la hermetateoría del uso del error, que
se genera con la intención de coadyuvar a la construcción del conocimiento,
potencializarlo, como parte del progreso de saberes donde hay una corresponsabilidad
de aprendizaje, tal y como lo exige la dinámica de formación en el nivel superior. Esta
propuesta, se define como una acción intencional explicativa, en el cual la idea es
exponer como se asume el error en la experiencia de aprendizaje, y cómo puede ser
aplicada como herramienta recursiva en la realimentación del aprendizaje, desde el
espectro del sentipensar. En otras palabras, un encuentro entre el pensar, la razón y el
sentimiento, desde donde se aspira abrir una fisura hacia la consideración y
comprensión del error en el proceso formativo – formador, en consonancia con el
cxci
enfoque cognitivo constructivista, en el que perviven: el aprendizaje significativo,
colaborativo, autónomo, activo, situado y flexible, pensamiento crítico - reflexivo,
estratégico, sistémico, holístico, gestión de la diversidad, capacidad de análisis y
síntesis, sociabilidad, colaboración, trabajo en equipo. Sin soslayar la complejidad, la
incertidumbre, intersubjetividad, autogogía y andragogía. A propósito de lo señalado,
se hace necesario citar a De la Torre (2001), quien es enfático al afirmar lo siguiente:
“No podemos seguir educando con procedimientos de ayer a alumnos que ya viven en
el mañana”. (p.1)
Treinta años de investigación nos han enseñado que muchas de las ideas
que la gente tiene de forma intuitiva acerca de la inteligencia no son
ciertas. Quizás la más dañina de todas sea la creencia de que "ser
inteligente" proviene de saber una gran cantidad de reglas. La mayor
parte del razonamiento humano está basada en casos, en lugar de: en
reglas. Cuando las personas resuelven problemas, normalmente
recuerdan problemas previos (p. 10), (Schank, 1995).
cxcii
para resolverlos, adaptando los casos e informaciones y recuperando los casos o
informaciones relevantes basándose en la semejanza con la entrada de datos; para
seleccionar la alternativa que considere mejor,
el cual cumpliría con las especificaciones de la situación, a partir de ella puede evaluar
la solución y aplicar la mejor solución o respuesta. De acuerdo a la visión de
la investigadora, dicho proceso es factible de ocurrir en la práctica del enseñar y
aprender, como parte de la dialógica intracognitva y la producción del conocimiento.
Sirva lo anteriormente planteado, así como la reflexión de los autores citados, para
ilustrar el uso del error bajo esa perspectiva cognitivista constructivista. El error, el cual
es una constante en todo proceso de enseñanza aprendizaje, ha sido considerado
como un delito cognitivo, algo que debe ser castigado y, en esencia, no es bien visto.
Sin embargo, el error es una importante fuente de aprendizaje en cuanto sirva como
catalizador de la duda, la autocrítica y la reflexión, el desequilibrio cognitivo y la toma
de conciencia acerca de las contradicciones.
cxciii
información acerca de cómo aprende a medida que se enfoca en aprendizajes
futuros.
Proceso reinterpretativo
y reconsideración del
error, en los ambientes
de aprendizaje
Vínculo reflexivo del error socio
epistémico cognitivo
cxciv
Hologramática Creática No. 3
Briceño (2007).
cxcv
prácticas, permitiéndose que el estudiante reelabore conceptos ante resultados
contrarios a lo esperado, una clase constructivista es una clase que insta al
participante a experimentar, a equivocarse para luego a partir de allí definir y redefinir
en conjunto con su profesor una realidad y un constructo. En relación con este proceso
de cognición Morin (2003) a afirma que:
cxcvi
Estos procesos, estrategias y constructos elaborados por la mente guían los
propios actos y son referentes para la actuación, generando un significado a los
acontecimientos del sujeto aprendiz. A manera de transcurso explicativo educativo del
hecho de estudio, el error se asume como una herramienta o mecanismo en el
quehacer del aprendizaje como parte de las estructuras mentales o bloques de
construcción de las estructuras mentales, en esta ocurrencia de procesos, de
flexibilidad del pensamiento, agregan, reordenan comparan o conectan información
para enlazar o crear nuevos significados o esquemas. Este proceso activo a modo de
ilustración desde una hologramática creática con una visión humanista se puede
representar así (Ver Hologramática creática No.4).
Construcción de Estructuras de
Conocimiento
Conflicto
Productivo
cxcvii
formó una representación adecuada del concepto, entre otros. Albergar alternativas es
común en el cerebro porque éste trabaja ininterrumpidamente, entonces, en una
próxima intervención la situación o problema será más fácil de confrontar o resolver.
cxcviii
de lo planteado, que en este elemento de la propuesta: El error, articulador
metacognitivo en el aprendizaje, se presenta el uso del error como parte de su
vinculación y fortalecimiento en el proceso metacognitivo, donde el error se integra
como medio de contraste para reajustar la información dentro de sus esquemas
mentales, realizando diferenciación y reorganización. Puesto que todo conocimiento
resulta de la reorganización de un conocimiento anterior y toda nueva adquisición que
tenga la impronta de la novedad se pone en relación con lo que se ha adquirido
previamente, considerando lo planteado, se favorecer la capacidad de comprender a
través del uso del error como gestor de un nuevo aprendizaje.
cxcix
promuevan la interacción constructiva de los alumnos con su aprendizaje y sus
errores? El ambiente de las actividades productoras de conocimiento está lleno de
desconfianza, prejuicios, ideas preestablecidas que en muchas situaciones son óbice
para posibilitar el conocimiento de todas las personas del grupo y el acercamiento de
unos hacia otros. Progresivamente ha de ser factible, entonces, la construcción de un
grupo humano cohesionado con objetivos, metas e ilusiones comunes, como uno de
los fenómenos más ricos para proporcionar aprendizaje de tipo socio - afectivo y
cognitivo.
Para Valadier (1999) el sujeto crítico que descubre es importante, en este sentido,
expone que: “El sujeto crítico es el que acepta las evidencias o las conclusiones del
cálculo o la deducción. Ya se hable de evidencia o de otro criterio de verdad, siempre
es a él al que se le pide que dé su asentimiento íntimo, so pena de tachar de erróneas
las conclusiones” (p. 45). Esta cita muestra que el sujeto cognoscente posee la actitud
de discernir, se impone a la duda, rompe reglas y reestructura a instancias de su juicio
y experimenta mientras descubre la verdad, de allí que él o ella juegue a la
correspondencia del juicio, la crítica y la decisión, aunque, se le culpe de haber
cometido errores.
cc
pensamientos. (Morin, 2003)a. En otras palabras, es un fragmento de encuentro entre
su capacidad de percepción la realidad inmediata del sujeto cognoscente con la
interrelación de otros puntos de vista y no desde uno absoluto, donde coinciden ideas
paralelas convergentes, divergentes, que se incluyen, se excluyen o rechazan, el
metapunto induce a la acción, a construir un diálogo bajo un mismo espacio
intelectual, complementario de lo concurrente y lo antagónico. De allí la necesidad,
para el conocimiento, de poner orden en los fenómenos rechazando el desorden, de
descartar lo incierto, es decir, de seleccionar los elementos de orden y de certidumbre,
de quitar ambigüedad, clarificar, distinguir, jerarquizar la correspondencia de
conceptos con la realidad o la propia construcción de la realidad en la que toman parte
los conceptos, las ideas, las intuiciones, los prejuicios.
cci
No.5)
ERROR / REFLEXIÓN
Conocimiento
REPRESENTACIÓN
REAPRENDIZAJE
Previo
CONCEPTUAL
REFLEXIÓN /
Percepción
Datos
significativos
Datos no
significativos
CONFLICTO PRODUCTIVO
DESAPRENDIZAJE
Briceño 2005.
En lo que respecta a este holograma acerca del error y los conflictos productivos en
los ambientes de aprendizaje, muestra que el desajuste entre el error y un
conocimiento posible, el bucle recursivo de la información, conceptualización o
concepción se reelaboran para un aprender – desaprender - reaprender con una
relación intrínseca en la producción de un nuevo conocimiento. Es aquí, donde el
facilitador, de acuerdo a la variante error, sea éste por causas: cognoscitiva,
perceptual, pragmática, afectiva, o semántica debe estar dispuesto a visualizarse y
tratarse más como un elemento productivo que negativo.
ccii
crítico para examinar la información presentada, cuestionar su validez y sacar
conclusiones basadas en las ideas resultantes. Este proceso en curso permite que los
estudiantes lleguen a posibles soluciones y, eventualmente, a una conclusión.
Por otro lado, Resnick Nelson-LeGall (1997) consideran que es primordial estimular
en los estudiantes las habilidades propias del pensamiento, integrando contenidos con
procesos, acción que permite desarrollar hábitos de la mente que les sirvan tanto para
la escuela como para el mundo real. Igualmente, se debe brindar al participante las
oportunidades para aprender del acierto, el error y la experiencia, lo cual contribuye al
desarrollo de la metacognición.
cciii
En este contexto comunicativo, afectivo y relacional se conjugan las
interpretaciones que facilitan el desarrollo de las estructuras del conocimiento y la
reestructuración de esquemas que contrastan la información errónea, distorsionada,
confusa o deformada con las teorías marco y específicas, conceptos alternativos o
relación entre los conocimientos y los contextos conceptuales y de argumentación.
Desde la perspectiva meta conceptual y cognitiva constructiva, el error es partícipe en
este proceso, por consiguiente, el error posee una fuerte connotación afectiva y
cognitiva en la explicitación del conocimiento.
cciv
de lo que se sabe, de la ignorancia. Cuanto más se sabe de una cosa, más se sabe
que se desconoce, lo cual permite conocer de forma más articulada aquéllo que se
desconoce para saber más específicamente lo que no se sabe. La tesis planteada por
este filósofo destaca la importancia distintiva y singular del error, haciendo hincapié en
que no hay un conocimiento absoluto sino que es cambiante, que el aprendizaje es
una red compleja que evoluciona, permitiendo a su vez que origine un nuevo
conocimiento.
Igualmente, Nietzsche (1982, en Cía 2002) reconoce la distinción y el valor del error
como una invención conceptual cuando expresa lo siguiente: “La verdadera esencia de
las cosas es una invención del ser pensante o concipiente, sin la cual no sería real
representarse las cosas a sí mismo. La totalidad del mundo fenoménico es una
concepción tejida de errores ante el mundo como ideas es lo mismo que el mundo
como error” (p. 12). Desde una plataforma axiológica del paralelismo error – verdad,
asumido por este pensador, sugiere que el pensamiento descubre el problema del
error; por consiguiente, se debe procurar conocer la novedad de la verdad, puesto que
se está inmerso en una constelación de ideas que pueden estar saturadas de errores.
Coyunturalmente, el error está paralelo a los conceptos, conocimiento, creatividad,
metáfora, verdad, falsación y aprendizaje. Cabe citar, también a Bachelard (1991) con
respecto al error como obstáculo pedagógico lo siguiente:
Esta aseveración hecha por Bachelard invita a reflexionar y repensar el error en los
términos del progreso del aprendizaje como clave de las contradicciones que surgen
en los ambientes de aprendizaje, representado por los planteamientos dados por el
facilitador como intrínsicamente correcto, los errores y el conocimiento caminan una
misma senda en pareja.
ccv
Para otros epistémicos los errores son como instrumentos para explorar el
funcionamiento de la mente, aprovechándolos como elementos fundamentales para el
desarrollo de una disciplina (Piaget, 1978, Kuhn,1971, Lakatos, 1975). Según
Heidegger (1889 – 1976, en Vermal, 2000) el hombre es un ente abierto, el errror
atestigua precisamente la primacía de la subjetividad, de manera tal que, el hombre
tiene la capacidad de errar, pues donde existe la posibilidad de errar, hay un vínculo o
referencia a lo verdadero. De manera semejante, Papert (1995) considera, con
respecto al error, que la idea es que un problema en su más amplio concepto, se
puede dividir en pequeñas partes, de forma que sean más elementales, abarcables y
sencillas, tanto de elaborar como de localizar los posibles errores, lo que representa
un proceso de alto valor intelectual.
Dentro de estas líneas presentadas se evidencia que el error, aunque sea visto
como una contradicción, está implícito en la producción del conocimiento del
participante aprendiz, desde hace mucho tiempo, ha sido planteado y estudiado por
diferentes autores tanto en el campo epistémico como en el psicológico,
especialmente desde el cognitivismo constructivismo, lo que indica que si existe un
vínculo entre la epísteme y el error
ccvi
intracognitivo, metacognitivo – reflexivo, de modo que no sólo sea un indicador de
deficiencias sino de algo que le ayude a comprender y mejorar las estrategias de
aprendizaje. Considerando la complejidad de los procesos humano, de la producción
del conocimiento y la contraposición de saberes que se componen de diversos niveles
nocionales, conceptuales y categoriales, se encuentran posturas y paradigmas que
están en búsqueda de respuestas, de discusiones e interacciones entre la otredad y la
alteridad, asumiendo que el yo y el tú se convierte en nosotros, donde en su dialogar
se pueda llegar a conclusiones totalmente distintas del otro como parte de la
diversidad, en el que se acepte el riesgo de errar para alcanzar verdades. Es allí, en
ese espacio de episteme que el participante aprendiz puede autogestionar no sólo su
aprendizaje sino que de manera intersubjetiva estimula la dinámica interior y la
capacidad de pensamiento crítico, donde no sólo se comprometa con sus propios
problemas sino disfrutar de su proceso de aprendizaje y de enriquecimiento personal.
ccvii
las representaciones organizadas de experiencia previa, las cuales son relativamente
permanentes y sirven como esquemas que funcionan activamente para filtrar,
codificar, categorizar y evaluar la información que uno recibe con relación a alguna
experiencia relevante. Esa relación interactiva es la que va a permitir que el sujeto
construya un modelo de la realidad ajustando sus modelos internos a esa nueva
información, así como también, sus representaciones proposicionales, y su
perspectiva particular.
ccviii
potencialidades. En el entendido de que el aprendizaje es un proceso activo, es
susceptible de que se cometan errores, del mismo modo, por ser un proceso
socioinstruccional, la interacción y el intercambio dialógico entre los pares y el medidor
del aprendizaje es primordial; por cuanto hay casos o situaciones donde se amerita
que el facilitador o los pares aprendices sirvan de transcriptores de información
apropiada según el nivel de comprensión, esquema o conocimiento previo que posea
dicho participante.
ccix
Dentro de este marco de referencia se presenta un prisma del rol del error en la
construcción o reconstrucción del conocimiento en los escenarios de aprendizaje a
nivel superior, pretendiendo ser un eslabón entre los actores, ya que la confirmación y
esfuerzos de los participantes por alcanzar metas, se tiende a visualizar como una
travesía llena de obstáculos.
Los errores del participante pueden y deben ser tomados en cuenta positivamente
en el proceso de aprendizaje, para que progrese, es favorable permitirle al estudiante
tomar conciencia del hecho de que su respuesta es errónea ; la respuesta correcta no
debe simplemente reemplazar la pregunta errónea, en todo caso, debe estar
construida oponiéndose a ésta ; se trata entonces de ayudar a los actores del proceso
a elegir y organizar situaciones de enseñanza que favorezcan el cuestionamiento por
parte de ellos y de sus concepciones erróneas.
ccx
consiguiente a fin de visualizar más objetivamente el sentido de la acción del error en
los ambientes de aprendizaje se presenta el siguiente holograma creática. (Ver
Hologramática creática No. 6).
Proceso de Aprendizaje
PARTICIPANTE
FACILITADOR
ERROR
Postura Productivo
Cognitivo -
Constructiva Reflexivo
Proceso de
Enseñanza
Cooperativa Afectivos
Didáctica
Reflexiva Constructiva Socioinstruccional
ccxi
la resolución de problemas ha constado de tres procesos: representación del
problema; transferencia del conocimiento; y evaluación. Este sistema hipermedial
posibilita la presentación de instrumentos que hacen viable el planteamiento y
resolución de problemas de modos diversos, y la evaluación de las distintas
alternativas, de tal modo que el aprendiz decide cuál es la más idónea a partir de las
informaciones proporcionadas previamente.
De allí que se visualice el error como útil, pues el mismo puede ser usado tanto en
la preinstrucción como en la coinstrucción y postinstrucción. La simple detección de un
error tiene un valor provechoso y estimulante tanto para el facilitador como para el
participante, puesto que de acuerdo a la manera o forma como el mediador maneje el
mismo será un elemento determinante para el aprendizaje.
ccxii
El reconocimiento, de las potencialidades de los participantes aprendices, de la
igualdad y la dignidad de las personas en los ambientes de aprendizaje implica una
concepción del mundo determinada, de los seres humanos y de los valores que se
consideran necesarios para un buen clima de convivencia entre quienes comparten e
interactúan en esos espacios, parecen excluir a quienes cometen errores. A los
efectos de este planteamiento, se concibe la consideración del error y la inclusión del
mismo en los ambientes de aprendizaje desde esta perspectiva siguiente: (Ver
Hologramática creática No. 7)
Facilitador – Participante
Repaso – apoyo- (Transcurso constructivo)
reformulación
Reponsabilidad compartida
ERROR
Estrategia, habilidades y
Enfatizar los procesos y capacidades complejas,
productos del aprendizaje Interpretaciones
significativas.
Reflexión acerca de lo realizado
(problema, interpretación,
ejecución, revisión) Orientar a los participantes
acerca de los
Monitoreo del proceso: Comparación procedimientos,
entre correcto e incorrecto, preguntar conocimientos necesarios,
y repreguntar (p.ej.: que pasaría sí) predecir oportunidades,
acerca del proceso o revisar como se
relacionar el error con el
generó el proceso, redefinir o
replantear problema a partir del error. qué, por qué y para qué.
Briceño 2005.
ccxiii
estadio de corresponsabilidad, se plantea que se le proporcione al estudiante, en un
momento oportuno y determinado desarrollar una disposición positiva hacia el error,
sin que el actor aprendiz se avergüence o cohíba de manifestar su equivocación, ya
sea por desconocimiento, desajuste de la información conceptual o no, percepción,
comprensión, conflicto cognitivo, organización u ordenación de la información, entre
otros.
Tal como se ha visto, el mediador debe estar dispuesto y abierto a admitir que él o
ella es falible y puede equivocarse o cometer errores, propiciando un ambiente
armónico, sincero, responsable, permitiendo a su vez reflexionar a manera
coevaluativa acerca del proceso o ejecución del problema, tarea o actividad a fin de
facilitar la búsqueda de la respuesta correcta y los significados a través de preguntas
estructuradas o replanteamientos, propiciando un ambiente positivo donde se
favorezca en el alumno el desarrollo del pensamiento, la creatividad, el trabajo en
equipo y la actitud dispuesta a nuevas ideas y proposiciones.
ccxiv
decisiones que dan lugar a que se comprenda mejor y se originen nuevos
conocimientos.
Socio Repercusión
Afectivo
Proceso Reinterpretativo y Reconsideración del
Afectiva
Error en los Ambientes de Aprendizaje
Proceso
Aproximación
interdisciplinario
interdisciplinaria
Aproximación
Psicológica
Aproximación
Epistémica
Estrategia para
aprender,
consideración
constructiva.
Briceño 2005.
ccxv
El esquema anteriormente presentado, surge en el entendido que el error es una
estrategia que permite la construcción del aprendizaje, siempre y cuando se desarrolle
un ambiente con un clima que fomente las disposiciones positivas hacia el desarrollo
critico–constructivo-creativo. Debido a que el error posee consideraciones e
interpretaciones socio afectivas, éste puede influir negativa o positivamente en el
individuo y el grupo, de manera que el error, es un hecho interdisciplinario, en razón,
que surge y se origina de toda acción, idea o pensamiento del ser humano, quien en
un momento indeterminado puede equivocarse.
Este último aspecto es una parte esencial para la operatividad del uso del error en
los ambientes de aprendizaje universitario, donde es primordial el actor del proceso
relacione hechos, ideas, conceptos e hipótesis entre sí, para luego analizar
conclusiones e informaciones que le permitan alcanzar la funcionalidad y
significatividad en su aprendizaje y en su formación como futuro profesional. Para ello,
es preciso que al participante se le permita seguir el flujo natural de su propio proceso
de aprendizaje, es decir respetándole sus estrategias de aprendizaje particular,
estimulándolo para que desarrolle sus habilidades mentales, el pensamiento analítico,
el pensamiento pragmático y el pensamiento crítico y creativo.
ccxvi
Los procesos de toma de decisiones (conscientes e intencionales) en
los cuales el alumno elige y recupera, de manera coordinada, los
conocimientos que necesita para cumplimentar una determinada
demanda u objetivo, dependiendo de las características de la situación
educativa en que se produce la acción (op. cit., p. 27).
ccxvii
En base a ello, conviene que el manejo del error en el proceso socioinstruccional
se haga a través de estrategias propias del enfoque constructivista donde confluyen
aquéllas como las significativas, cooperativas o socio afectivas, lo que consistiría en
un conjunto de prácticas o actividades ordenadas, a través de las cuales los miembros
involucrados en las actividades se ayuden entre sí, pero valorando que cada quien
interioriza y reelabora los significados, conceptos o contenidos de manera singular,
pero que a su vez, son socialmente compartidos, puesto que la interacción subyace en
todo proceso de aprendizaje.
ccxviii
Concepciones
alternativas
Errores pasados
Estrategias
de Aprendizaje
Significativas
Desarrollo de:
Autoconcepto.
Actitud positiva
Intención de comprender
La capacidad de
Interacción con el
escuchar
contenido
Relación
Relación de conceptos
coparticipantes /
con la experiencia cotidiana
facilitador
Val
Procesamiento (Organización,
elaboración)
Personalización (Crítico-reflexivo)
REORIENTACIÓN COMPARTIDA
ccxix
dependen, en gran medida, de los componentes sociales, afectivos, cognoscitivos y de
los materiales instruccionales que aquí participan.
A este respecto, se debe señalar que es preciso esclarecer la naturaleza del error
cometido, debido a que no todos los errores son iguales, a su vez que éste deja
traslucir el procesamiento cognitivo de la información emitida, además de considerar
que el desarrollo humano es un continuo complexus, por lo tanto se debe potenciar la
capacidad de aprender a aprender, reflexionar y pensar. En tal razón, se sugiere
considerar algunas acciones en el uso del error en el aprendizaje de manera
participativa, a través de actividades como las siguientes:
ccxx
• Deconstruir la información, desmenuzarla o desfragmentarla como una
actividad del asociar y desasociar del proceso reorganizativo.
• Explorar formas distintas de resolver una situación, y verificar si el error
cometido contribuye a mejorar el proceso o a la resolución del problema.
• El facilitador no sólo debe explicar, sino que debe guiar, orientar y reforzar el
conocimiento al sujeto aprendiz que se equivoca y que por lo tanto, demanda
de su ayuda.
• El error saca a la luz hipótesis y esclarece el proceso seguido, del que no
somos conscientes la mayoría de las veces, por ello es recomendable
desarrollar estategias metacognitivas, llámense analogías, mapas mentales o
conceptuales, lluvia de ideas, pistas o claves tipográficas, relación de lo
inconexo, entre otras.
• Cabe remarcar que más allá de la corrección de una respuesta está la
comprensión de la misma, verdadera palanca para el aprendizaje, por ello se
debe propiciar la comprensión de un concepto, permitiéndole al participante
expresarlo con palabras del propio lenguaje de la asignatura o de su propio
léxico.
• Proporcionar oportunidades de compartir a través del saber qué y el saber
cómo para encontrar una vía de comprensión entre el error y el contenido.
• Tomar en cuenta y manejar hábilmente las emociones y sentimientos que
surgen y afectan al estudiante que comete el error para evitarle una expectativa
hacia el fracaso y mejorar su interés y motivación.
• Organizar el análisis del error en forma colaborativa, ya que le permite al
estudiante recibir realimentación, refuerzo y apoyo reflexivo.
• Proporcionar oportunidades de éxito a todos los participantes, aunque se
equivoquen, por cuanto ésto mejora el rendimiento y la autoestima que, a su
vez, repercute en una mayor seguridad y compromiso con el grupo.
• Respetar las potencialidades y competencias del estudiante, permitirse y
permitirle diferenciar los procesos mentales propios de los ajenos, pero
teniendo en cuenta que existen elementos comunes para ambos.
• Favorecer la capacidad de resolver problemas de forma creativa, a partir de
estrategias de negociación, mediación y la búsqueda de alternativas para
confrontar el error.
• Formar círculos productivos donde la acción del error sea el estimulo para el
desarrollo del pensamiento, se complementen y se apoyen la creatividad,
inventiva e innovación.
ccxxi
• Presentar información nueva, incierta, sorprendente o incongruente con los
conocimientos previos del participante a fin de que esté atento, reflexione y
reorganice la información
• Ofrecerle a los participantes herramientas tales como: la argumentación,
categorización, reelaboración, emisión de juicios, evaluación de tareas,
suposición de reversión, entre otros, donde se maneje o se use el error como
parte del ser constructor de su propio aprendizaje.
Por otro lado, cabe destacar que es importante permitirle al estudiante ser participe
de la construcción del conocimiento, tanto del suyo como del de los demás, lo que va a
contribuir a que se convierta en un participante activo de su propio aprendizaje,
haciéndolo más independiente y generando estructuras conceptuales que le permita
reconocer el proceso por el cual aprende, así como generar una interlocución mucho
más lúcida e intensa en su área de estudio, actuando, además, de comunicador
discente, como concurrente hacia una sincronía de éxito y logro de conocimientos.
ccxxii
nutrir los ambientes de aprendizaje a nivel superior donde la coexistencia de los dos
planteamientos contrapuestos presentan una eterna lucha, error - aprendizaje,
análogamente parecida a la coexistencia considerada entre verdad y falsedad.
Evidentemente, el estudio investigativo sustentado en autores quienes están en
sincronía propicia con el estudio del error, ofrece evaluar las controversias que han
surgido sobre el mismo.
Como una forma de concretud de los siete aspectos de la Hermetateoría del uso
del error en los espacios de aprendizaje, es eximio destacar que se asumió el diseño
de esta propuesta desde una episteme del error congruente con la visión de Morin,
Popper y Bachelard que manifiestan hacia el error, puesto que se debe comprender el
error para comprender un saber, tomando a su vez los aportes de la complejidad como
pilastra, las dimensiones de la complementariedad, inter y transdisciplinariedad como
la sinapsis de la acción que entra en un diálogo relacional con el error en la
adquisición del conocimiento.
De manera que se apertura este espacio para una Hermetateoría, que va a servir
de plataforma conceptual, discursiva y documental a futuros estudios sobre el error
configurado como un constructo desde una visión humanista para los ambientes de
aprendizaje, donde se concatenen la virtuosidad, la horizontalidad, reciprocidad y
dialógica recursiva como parte del acto educativo. Por último, en torno a los supuestos
teóricos es oportuno cerrar con la siguiente aseveración: “El conocimiento es una
aventura en espiral, su punto de partida no es un punto poco absoluto, sino histórico, y
esa aventura carece de finalización, permanece siempre abierta y realiza círculos
concéntricos permanentemente” (p. 3. Morin, 2005).
ccxxiii
CONSIDERACIONES FINALES ACERCA DEL CAPITULO VI
ccxxiv
en una interracionalidad de interpolaridad en medio del aprender – desaprender para
reaprender.
ccxxv
ERROR
Puente Reflexivo
Reconstruir Repensar
Gráfica No. 2.
Briceño 2005.
El error surge como apremio de un conflicto intracognitvo, como una bisagra del
razonamiento en sincronía con las representaciones consideradas como coherentes
que están llenas de estratos de significado y que obligan, de una manera u otra,
cuando se vincula con una nueva subestructura que altera su esquema, a repensar o
replantearse los hechos, datos, acciones o informaciones, para producir un conflicto
productivo que da origen a un desaprender para reaprender en atención a su
equivocación o error.
ccxxvi
metateorización como medio de análisis teórico para obtener una comprensión más
profunda de la correspondencia de teoría(s) – error, donde un conjunto de enunciados
del y sobre individuos (sujeto aprendiz / sujeto facilitador del aprendizaje) y su relación
con el error existe; además de la búsqueda de una perspectiva que pueda retomar una
parte de varios enfoques epistémicos – psicológicos - cognitivos - constructivista, a fin
de plantear nuevas alternativas del error y su uso en los ambientes universitarios de
aprendizaje, para, de alguna forma, lograr trascender hacia una postura humanista del
y sobre el error.
ccxxvii
• El sentido de la acción facilitador – error – aprendizaje.
• Disposiciones positivas en el error y su uso en los ambientes de aprendizaje.
• El proceso reinterpretativo y reconsideración del error en los ambientes de
aprendizaje.
• El error administrado en la acción a través de estrategias constructivistas.
En pocas palabras, abrirle una ventana al error como elemento fecundo y positivo
para el saber en los ambientes de aprendizaje universitario, es concederle un espacio
a nuevos conocimientos, formar participantes productivos y futuros profesionales
exitosos, porque los errores corregidos poseen el valor productivo del conocimiento,
los errores son parte de la creatividad, los errores son ónticos, particulares de cada ser
humano, equivalen a aciertos en momentos indeterminados y conviven en armonía
con el ser cada día, los errores puede ser un indicio que estremece para saber que se
está vivo, para conflictuar con la diversidad, el error es esa parte inédita de la vida.
ccxxviii
ccxxix
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evento: VII Reunión Nacional de Currículo, Congreso Internacional de Calidad
e Innovación en Educación Superior. Universidad Simón Bolívar, Caracas.
Venezuela.
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Síntesis Curricular
Preparación Académica:
* Universidad
Institución: Universidad Pedagógica Experimental Libertador Barquisimeto.
Año de graduación: 1984
Título obtenido: Profesor en la Especialidad de Inglés.
*Cursos de Post-Grado
Escalafón Universitario:
Profesor Asociado. Dedicación Exclusiva
Reconocimiento:
Candidata a PPI.
Publicaciones
Coautora del libro: Inglés para Odontología (2003). ISBN 980-12-0260-2
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