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INSTITUTO EDUCATIVO DISTRITAL CIUDADELA 20 DE JULIO

DEPARTAMENTO DE MATEMATICAS
SEPTIEMBRE 10 DEL 2019

REFLEXION SOBRE EL VALOR DEL AMOR


El amor es uno valores más importantes, es la fuerza que nos impulsa para hacer la cosa bien,
por eso es considerado como un valor que tiene muy clara la diferencia entre el bien y el
mal.
El amor es un sentimiento moral, pues nos induce a actuar bien en nuestra vida y con la
persona que amamos. Además, nos lleva a tener una vida plena de paz, tranquilidad y
alegría y, en consecuencia, de bienestar con nosotros mismo. Existe varios tipos de amor,
hoy queremos realizar énfasis en el AMOR A DIOS, EL AMOR PROPIO Y EL AMOR
FILIAL
EL AMOR A DIOS
Amor a Dios se refiere a conectar la mente, el corazón y el alma para hacer todo aquello que
haga feliz a Dios, de allí que sea el primer y más importante mandamiento para los cristianos.
Amar a Dios es una actitud que implica voluntad, reflexión y compromiso, es decir, proyectar
el amor que él nos da a través de nuestro espíritu y acciones diarias. Cabe destacar que Dios
es amor, y que su amor lo demostró a través de Jesucristo. Por tanto, amar a Dios es aceptar
que él está en nuestro espíritu.
Cuando un individuo ama es porque reconoce su voluntad por ser sincero y por realizar
sacrificios a fin de hacer feliz al ser amado, lo que implica aceptar que no siempre se puede
hacer lo que genere gozo o disfrute. Por ello, amar a Dios se refiere a hacer su voluntad y
fundamentar nuestros deseos y actos en sus mandamientos y palabra. En este sentido, hay
que amar a Dios como él quiere ser amado y no como nosotros queramos amarlo

AMOR PROPIO
El amor propio es la aceptación, el respeto, las percepciones, el valor, los pensamientos
positivos y consideraciones que tenemos hacia nosotros mismos y que puede ser apreciado
por quienes nos rodean.
El amor propio depende de nuestra voluntad para querernos, no de quienes están a nuestro
alrededor ni de las situaciones o contextos en los cuales no desenvolvemos.
El amor propio es el reflejo de cómo es la relación y los sentimientos que tenemos por
nosotros mismos, hacia nuestro físico, personalidad, carácter, actitudes y comportamientos.

Cuando los individuos reconocemos el amor apropio, es porque se ha alcanzado un equilibrio


entre el estado anímico y nuestra autoestima. Ese equilibrio se proyecta al exterior como un
sentimiento de bienestar que se expresa de diversas maneras y se goza.
En general, se dice que antes de amar a otra persona primero debemos amarnos a nosotros
mismo para así saber valorarnos, reconocer que merecemos cosas buenas y bonitas a lo largo
de la vida y que somos dignos de amar y ser amados.
La felicidad es la meta principal del amor propio, ser felices por aceptarnos como somos sin
dejar que personas que sean externas y ajenas a nuestra familia y círculo de seres queridos
intervengan.

En el hogar, son los padres y seres queridos son quienes tienen la responsabilidad de afianzar,
desde temprana edad, la confianza en nosotros mismos y de hacernos entender lo importante
que es aceptarnos tal cual somos, saber reconocer nuestras virtudes y defectos, fortalezas y
debilidades.

Las personas que sienten amor propio se caracterizan por ser amigables, respetuosas,
amorosas, independientes, se preocupan por su crecimiento personal, su estado de salud, su
formación y dar lo mejor de sí en todas las actividades que desarrollen, entre otros.

AMOR FILIAL

El amor filial reúne los afectos que existen entre padres e hijos, y que se extiende a otros
familiares como hermanos, así como entre abuelos y nietos.
Este tipo de amor se categoriza como familiar porque se refiere a esos sentimientos de cariño
y apego que se genera entre los integrantes de una familia y que se caracterizan por ser fuertes
e inquebrantables.
El amor filial se debe cultivar, cuidar, respetar y valorar. Es importante recordar que el amor
que siente un padre o madre hacia un hijo es único, puro, inmedible e inalterable. De la misma
manera ocurre entre hijos y padres.
El amor filial es inquebrantable y duradero a lo largo de los años sin perder intensidad, más
allá de las circunstancias.

Por ejemplo, una madre siempre ve a sus hijos como sus tesoros más grandes en la vida y por
ellos son capaces de darlo todo más allá del sacrificio que eso implique.

No obstante, a lo largo de la vida se pueden presentar un sin fin de circunstancias que afectan
de manera negativa a este sentimiento. Los seres humanos somos individuos únicos, se
pueden compartir muchas características físicas y personales, pero no existen dos personas
exactamente iguales.

REFLEXIONA

1. ¿Tienes la fuerza para amarte a ti mismo, de convertirte en el ser que estás llamado a ser?

2. ¿Te atreverías a hacer de tu vida una obra magistral digna de las manos que te crearon?

3. Elabora de manera creativa un producto (cartelera, pendón, obra de teatro,… etc.) donde
se evidencie la importancia del valor del amor.

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