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TEMA 6.

- LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA: GALILEO

El concepto de revolución científica se asocia a la transformación de la sociedad occidental


de medieval en moderna, iniciada en el siglo XVII con la publicación de la obra de Copérnico. La
Revolución Científica es uno de los grandes acontecimientos que definen al mundo moderno.
Culmina con la obra de Newton, pasando por las aportaciones, entre otros, de Galileo y Kepler.
La transformación denominada “revolución científica” ha sido el resultado de un cambio de
mentalidad hacia la naturaleza que desembocó en un nuevo pensamiento científico. En tiempos de
Galileo, la física adquirió el estatus de modelo de ciencia, modelo que debería seguir todo saber que
quisiera alcanzar la categoría de conocimiento científico. La tarea de la ciencia del siglo XVII fue
encontrar técnicas precisas para tener el control racional de la experiencia y mostrar cómo conceptos
matemáticos se pueden utilizar para explicar los fenómenos naturales.

Cuando Kepler y Galileo defendieron la hipótesis heliocéntrica, se inició la gran revolución


científica del Renacimiento que acaba con el paradigma aristotélico-ptolomeico que había dominado
el saber científico desde la antigüedad.

Las razones por las cuales se inició esta revolución que implico un cambio de paradigma,
fueron, en primer lugar, que el sistema antiguo resultaba cada vez más insuficiente para explicar los
hechos y en segundo lugar, que la revolución retomó las ideas del pitagorismo y el platonismo cuya
fuerza había resurgido durante el Renacimiento. Esta influencia es notable en Kepler y aparece
también, en menor medida, en Galileo.

Para los aristotélicos, las matemáticas eran una ciencia secundaria que no resultaba útil a los
efectos de interpretar la realidad dada su naturaleza abstracta. Pero muchos científicos renacentistas
de la talla de Da Vinci y Galileo, por inspiración platónico-pitagórica, consideraban que las
matemáticas eran el lenguaje mismo de la realidad. Gracias a la utilización de la observación
rigurosa, de las matemáticas como instrumento de descripción de los hechos observados y gracias
también al influjo y las influencias de la física prearistotélica y del atomismo logró quebrarse la sólida
estructura hegemónica del modelo aristotélico-ptolomeico.

Fue entonces el renacimiento del platonismo y el pitagorismo lo que favoreció e impulsó la


revolución científica. Aunque por cierto, otros factores como los descubrimientos geográficos,
también influyeron en tanto ponían en duda la labor de Ptolomeo como geógrafo y cartógrafo. La
imagen del planeta comenzaba a cambiar y se cuestionaba también el mapa celeste, indispensable
para la navegación.

La revolución científica fue un largo proceso creativo que supuso una transformación en tres
áreas esenciales: la imagen del universo, la concepción de la ciencia y la metodología científica.
Naturalmente, no fueron pocas las consecuencias ideológicas y religiosas de todos estos cambios.

TEXTO:
“Persistiendo, pues, en su primera decisión de desprestigiarme a mí y a mis cosas por todos
los medios posibles, sabiendo cómo yo en mis trabajos de astronomía y de filosofía sostengo, sobre
la constitución de las partes del mundo, que el Sol, sin cambiar de lugar, permanece ubicado en el
centro de las revoluciones de las esferas celestes, y que la Tierra que se mueve sobre sí misma, gira
en torno a él; y además oyendo que voy confirmando tal posición, no sólo refutando los argumentos
de Ptolomeo y de Aristóteles, sino aportando otros muchos en su contra, y especialmente algunos
referidos a los efectos naturales, cuyas causas tal vez no puedan explicarse de otra forma, y otros
astronómicos dependientes del conjunto de los recientes descubrimientos celestes, los cuales
claramente refutan el sistema ptolemaico y concuerdan y confirman admirablemente esta posición; y
tal vez desconcertados por la reconocida verdad de otras proposiciones afirmadas por mí, distintas
de las comúnmente sostenidas, y desconfiando ya de su defensa, mientras permaneciesen en el
campo filosófico, se han decidido a intentar proteger las falacias de sus discurso con la capa de una
fingida religión y con la autoridad de las Sagradas Escrituras, utilizadas por ellos con poca
inteligencia, para la refutación de razonamientos ni entendidos ni conocidos” (GALILEO, Carta a
Cristina de Lorena, trad. M. González, Madrid, Alianza, 1987, pp. 64-65).
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AUTOR:
Galileo es un físico italiano de los siglos XVI y XVII que defendió la teoría heliocéntrica y el
nuevo método científico basado en la experimentación y en la utilización del lenguaje matemático.
Galileo encarna el ansia de libertad de investigación de la comunidad científica frente a la tutela de
la Iglesia, una Iglesia que siente amenazada su autoridad doctrinal y temporal. La defensa del
heliocentrismo como verdad empírica le llevó a un proceso inquisitorial que le condenó a la
abjuración de sus teorías, a la reclusión y al silencio.

TEMA O EL PROBLEMA DEL TEXTO:

Galileo se queja en este texto de que los partidarios de la cosmovisión aristotélico-


ptolomaica del universo -paradigma científico de la visión cristiana del mundo- intentan acallarlo y
desacreditar su persona y la teoría heliocéntrica que ha conseguido demostrar mediante la
utilización del método experimental, alegando argumentos religiosos, dado que los hechos le dan la
razón.

IDEAS PRINCIPALES:

Los defensores de la cosmovisión antigua, incapaces de defender sus concepciones


racionalmente, procuran desprestigiar a Galileo y sus teorías apoyándose en la religión y en
las Sagradas Escrituras.

Galileo refuta la teoría de Ptolomeo y de Aristóteles con observaciones astronómicas y con


argumentos físicos que confirman la teoría heliocéntrica y el movimiento terrestre .

RELACIÓN ENTRE LAS IDEAS:

Galileo señala y defiende los conceptos fundamentales de la nueva astronomía copernicana:


el heliocentrismo y el movimiento terrestre. Asegura también que ha logrado refutar y superar las
teorías de Ptolomeo y de Aristóteles con pruebas científicas que confirman la nueva cosmovisión.

Finalmente, concluye expresando su descontento porque los defensores del geocentrismo se


escudan en la religión y en las Escrituras para rechazar la cosmovisión moderna a falta de mejores
argumentos.

EXPLICACIÓN DE LAS IDEAS:

La primera idea del texto expresa el enfrentamiento existente en la época de Galileo entre
los partidarios del geocentrismo y los de la ciencia moderna. Este enfrentamiento tuvo consecuencias
trágicas, como la muerte en la hoguera de Giordano Bruno o el proceso inquisitorial que sufrió
Galileo, por el que fue obligado a retractarse públicamente del heliocentrismo. Para comprender esta
polémica hay que tener en cuenta que, en la época del texto (1615), la cosmovisión aristotélica,
levemente matizada por Ptolomeo se había convertido en la verdad oficial de la Iglesia católica a
nivel cosmológico entre otras cosas porque ofrecía al creyente un escenario sencillo con el que
ilustrar las grandes verdades teológicas al tiempo que concordaba con el sentido común: El hombre
en el centro de la creación y Dios más allá de las esferas como la causa principal del hombre y del
cosmos. Sin embargo, el avance de las observaciones astronómicas sobre el movimiento errático de
los planetas obligaron a los defensores de la teoría geocéntrica a realizar ajustes muy complicados
en el sistema para poder seguir manteniéndolo. Se imponía, por tanto, la necesidad de simplificar el
sistema. Fue lo que hizo Copérnico al situar al Sol en el centro del Universo.

Ya fuera por pura operatividad o porque lo creyeran realmente así, el hecho es que el modo
copernicano de calcular fue generalizándose entre los astrónomos europeos, muchos de los cuales
empezaron a tomar partido abierto por las nuevas teorías, caso de Galileo.

Galileo afirma que las observaciones astronómicas a través del telescopio (fases de Venus,
satélites de Júpiter, manchas solares y la rugosidad de la superficie lunar) son inexplicables desde la
imagen aristotélica del mundo supralunar, perfecto, con solo nueve astros girando alrededor de la
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Tierra en esferas cristalinas, y que el heliocentrismo y el movimiento de la Tierra son teorías
definitivamente comprobadas.

En este texto, Galileo defiende que la filosofía -que en su época incluía lo que hoy llamamos
"física"- es un campo propio de la razón humana y no de la fe. De ahí que, al final del texto, se
lamente de que sus enemigos hagan un mal uso de la religión y de las Sagradas Escrituras, pues las
utilizan en una polémica donde solo la razón y sus argumentos deben actuar. Por ello, los acusa de
ignorantes y de encubrir las falacias de sus teorías con la autoridad de la Biblia. Estos enemigos son
ciertos jesuitas con los que Galileo entró en agria polémica acerca de la naturaleza de los cometas,
las causas de las mareas y la prioridad en el descubrimiento de las manchas solares.

El resultado del enfrentamiento ya lo conocemos: Galileo tuvo que abjurar de sus teorías y
tuvo que comprometerse también a no defender públicamente el copernicanismo, al no contar con el
favor de su otrora amigo el Papa Urbano VIII. Pero para poner las cosas en su sitio el mismo año de
la muerte de Galileo nace Newton, quien acabará de completar la cosmovisión por la que tanto luchó
Galileo y un siglo después, la Ilustración pondrá a Galileo como ejemplo de perseverancia y fidelidad
a la verdad.

Galileo va a proponer un modelo mecanicista para entender el Cosmos en el que las causas
final, formal o sustancial aristotélicas son sustituidas por la causa motriz o eficiente. Este modelo
rompe con el modelo biológico aristotélico que se enseñaba oficialmente en las Universidades y con
el modelo hermético aportado por Giordano Bruno, que era el que se enseñaba en la clandestinidad.
Según Galileo el Universo se entiende como una máquina regida por leyes matemáticas en cuyo
centro está Dios.

En contra de lo que pensaba la Iglesia, Galileo planteaba una teoría del Universo fiel al
catolicismo defendiendo que la Biblia era la fuente de toda verdad dándole al hombre verdades
ciertas para él que, sin embargo, no eran de tipo científico.

Para concluir, sólo decir que Galileo es un pensador moderno. La modernidad de su


pensamiento radica, precisamente, en su defensa de la razón y en la importancia que concedía a la
experimentación y a la utilización del lenguaje matemático en la investigación científica.

VIGENCIA ACTUAL DE LAS IDEAS DEL AUTOR:

Podemos considerar plenamente vigente la idea de Galileo de que debe haber una
separación total entre religión y ciencia sobre la base de que los argumentos de una y otra disciplina
se sitúan en planos distintos: la Ciencia en el ámbito de la razón, la religión en el ámbito de la fe., en
los ámbitos de la fe y de la razón, respectivamente. De este modo se evitarían intromisiones
injustificadas y se garantizaría la independencia de esas dos fuentes de conocimiento. .

Pero a lo largo de la historia posterior a Galileo la Iglesia ha seguido enfrentándose con otras
teorías científicas novedosas: por ejemplo, el evolucionismo de Darwin. En la actualidad, aunque el
Papa Juan Pablo II reconoció en 1992 el error cometido con Galileo, las autoridades eclesiásticas
rechazan por razones morales algunos de los últimos avances de la genética (como la clonación o la
investigación con células madre embrionarias.

Por otro lado, en cierto sentido, hoy en día la ciencia se ha situado en el lugar que en tiempo
de Galileo ocupaba el dogma religioso: la mayoría de la gente es incapaz de comprender o incluso
desconoce por completo las teorías científicas vigentes y, a pesar de ello, considera que la ciencia
ofrece verdades indudables, conocimientos definitivos e irrefutables. Así, la ciencia ha pasado a
llenar parte del espacio perdido por la fe pero convirtiéndose en un saber igual de dogmático que
aquella.

En todo caso, parecemos estar muy alejados del ideal galileano de un conocimiento
plenamente racional que ayude a la humanidad en su vida cotidiana y que nos acerque a la
comprensión del universo. El triunfo de la ciencia y el enorme valor que le concedemos tiene que ver
más con los avances técnicos que gracias a ella hemos logrado que con el puro conocimiento teórico.

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