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secreto de la felicidad, que la encuentra en la satisfacción que ofrecen las pequeñas cosas, de
manera relajada y en consonancia con la comunidad, el medioambiente, el orden cívico y el
bienestar en general. Ese secreto que hace que cuando viajamos a Dinamarca todos pensemos
"Qué maravilla, qué armonía, qué bien se debe de vivir aquí". Y no, no es una sensación, sino
una realidad.
Así que no hay más que escaparse tres o cuatro días, encontrar un vuelo barato que ofrezca
alguna de las compañías low cost que vuelan a Copenhague, y poner de nuestra parte para
empaparnos del ritmo danés. Recorriendo sus calles, visitando sus monumentos, paseando por
sus parques, rodeando sus plazas y fotografiando sus colores, sin dejar nunca de olvidarnos de
la hora y las prisas en bares, cafeterías y restaurantes. Pero eso sí, si vas pensando en un
destino económico quizá éste no sea el plan que andas buscando.
Para que conozcas Copenhague como es debido no tienes más que prestar atención a los
puntos de interés que aquí te vamos a describir, pero si consigues dejar todo un día para
simplemente vivir su calle y apreciar su modo de vida, mejor que mejor.
La Sirenita de Copenhague
Amalienborg Plads
La Iglesia de Mármol
En danés se conoce como Frederiks Kirke (la iglesia de Federico) y puedes llegar a ella desde
Amalienborg paseando por la calle Frederiksgade. Es una iglesia luterana que impresiona, fue
proyectada en estilo Rococó pero terminó siendo de estilo Barroco, pues su construcción llevó
más de 130 años y se terminó a finales del siglo XIX. Se puede visitar por dentro e incluso se
puede subir a su bóveda en horas puntuales.
Copenhague, AMALIENBORG
El Castillo de Rosenborg
Desde la Iglesia de Mármol se puede caminar hasta los jardines de Kongens Have, donde se
encuentra el Castillo de Rosenborg. Un edificio que parece sacado de un cuento, que fue
construido como palacio en el siglo XVII, y que llama la atención con su edificación en ladrillo
rojo y sus torres en color verde. En su interior guarda un museo que repasa la corona danesa
del siglo XV al siglo XIX.
La Rundetårn
Es la Torre Redonda de Copenhague y puedes llegar a ella dando un corto paseo desde el
Castillo de Rosenborg. Desde fuera no es especialmente bonita, pero lo mejor es fijarse en su
arquitectura y en las vistas que ofrece desde lo más alto. La construcción es del siglo XVII y una
rampa que gira en espiral te lleva hasta sus 35 metros de altura. A veces además ofrece
exposiciones temporales.
La calle Strøget
La calle comercial más famosa de Copenhague es Strøget, una calle peatonal que está a cinco
minutos andando desde la Rundetårn. Strøget ha sido tradicionalmente la calle de las tiendas y
hay quien defiende que es la calle peatonal más larga de Europa. Strøget en realidad no es una
calle, sino una red de calles, y aquí encontrarás desde las tiendas danesas más prestigiosas y
algunas firmas de lujo, hasta las populares y omnipresentes cadenas internacionales. Es una
buena zona también para buscar un café donde nunca faltará el ambiente.