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Juan francisco linares escribió sobre estos postulados en su escrito “competencia y los
postulados de la permisión” , donde básicamente cuestiona por qué se parte del criterio
de la incompetencia si el estado al ser una persona jurídica no debería sustraer su
participación, postula que la regla debe ser la competencia y la excepción la
incompetencia. Es decir que será incompetente si así se lo establece.
Como regla general la delegación no procede a menos que así lo autorice una norma. Sin embargo,
debido a que esto podría ir contra la eficacia de actuación del órgano, solo basta que haya un acto
expreso que delegue esta competencia.
Ante este suceso, El señor Blancó acudió ante los tribunales con la finalidad de que se declarase al
Estado responsable subsidiario de los daños, partiendo del fundamento contenido en los artículos
1382 al 1384 del Código Civil. El conflicto tuvo gran peso por lo que el Tribunal de Controversias
atribuyó la jurisdicción del caso a los Tribunales Administrativos.
Impacto de este fallo en materia de Responsabilidad: Hasta antes de 1873, el Estado solo era
responsable por los daños y perjuicios ocasionados en las relaciones contractuales o de
intervención legislativa, por lo que, el estado era irresponsable en las relaciones
extracontractuales.
En el Fallo Blancó, se establece por primera vez la responsabilidad extracontractual por parte del
estado, creándose así la relación Estado – Particulares.
Esto es así por cuanto el Tribunal de Conflictos, al fallar a favor del señor Blancó, reconoció que las
acciones que causen un perjuicio por parte de las personas físicas que realizan una actividad para
el estado, ya sean o no dentro de una relación contractual, son causal de responsabilidad por
parte del estado.
Pelletier consideraba que, al ser la confiscación de los periódicos ordenada por un General, en
calidad de Comandante de Estado de Sitio, es decir un representante del poder público, la
responsabilidad recaería en el gobierno, quien era quien era el que delegaba esas funciones.
Impacto de este fallo en Materia de Responsabilidad: El Tribunal Civil de Senilis Fijó la distinción
entre la culpa personal y la falla en el servicio.
Derecho Administrativo I Clase del 28 de agosto de 2019
Culpa Personal: es entendida como aquella que se desprende completamente del servicio, que el
juez ordinario es competente para comprobarla, sin que con ello se valore el funcionamiento
mismo de la administración.
Esta culpa personal se deja a cargo del autor, es decir que la reparación de los daños la debe
soportar el que realizó la acción, ya que este fue quien se extralimitó en el cumplimiento de sus
deberes.
Falla en el Servicio: Esta falta es un hecho del agente tan ligado al servicio que su evaluación por
parte del juez común hace implícita la apreciación del funcionamiento del servicio.
Si la falla se dio en el servicio, el estado es quien debe soportar la reparación de los daños, es decir
que se da en cuestiones ligadas a la administración.
La doctrina pensaba en esa época que “la responsabilidad de la administración o la del agente no
se acumulan; no sólo no son responsables solidariamente, sino tampoco lo son al mismo tiempo y
debido al mismo hecho” (M. Hauriou, La jurisprudence administrative de 1892 à 1928).
El fallo Anguet aporta a este principio una primera excepción, aún tímida, pero que abre la vía al
fallo Lemonnier de 1918 y a la jurisprudencia llamada del “cúmulo de responsabilidades”.
El Consejo de Estado admite, en efecto, que si la causa directa y material del accidente era la falta
personal de los agentes, aquella falta sólo habría sido posible por una falta del servicio: la oficina
había sido cerrada antes de la hora reglamentaria y antes de que el señor Anguet hubiese
terminado sus operaciones. La existencia de esta falta del servicio es suficiente para hacer a la
administración responsable del daño.