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“EN UNA COLOMBIA EN CRISIS LA SOLUCIÓN SOMOS TODOS”

¿Qué es una crisis?

Crisis es un cambio negativo, una situación complicada, difícil e inestable durante un


proceso. En algunos casos también hace referencia a una situación de carestía y/o
escasez.

Una situación de crisis puede referirse a todos los ámbitos como, por ejemplo crisis
económica, crisis política, crisis convulsiva, crisis ambiental y crisis humanitarias

Crisis Política

Se refiere a la carencia de equilibrio en el orden político. Un Estado o sistema


internacional es visto como inestable o sufre de inestabilidad si es propenso a un
conflicto bélico a gran escala u otros cambios disruptivos. En un sistema político, la
inestabilidad o crisis se refiere a la posibilidad de que el sistema fracasará a causa de
una revolución o por una guerra civil.

Falta de orden en el sistema político y la sociedad, desequilibrios en el enfoque macro


socio-político de un país o una región.

Crisis Política en COLOMBIA

Si algo caracteriza la crisis política colombiana, inducida por la financiación de las


campañas electorales con dineros del narcotráfico, es la gran incertidumbre sobre la
veracidad de los hechos que la configuran, la ausencia de credibilidad sobre acusados y
acusadores así como la desconfianza generalizada en torno a los intereses clientelares,
privados, económicos y partidistas de quienes intervienen en ella de manera directa, o
quienes la usufructúan para derivar de allí beneficios secundarios. Como punto de
partida podría afirmarse que la crisis actual es el resultado de la superposición y el
encadenamiento de viejos procesos políticos sociales no resueltos o pospuestos y nuevas
realidades generadas por la dinámica de la misma crisis; unos de orden doméstico y
otros de corte internacional, influidos por los fenómenos de la globalización y la
finalización de la guerra fría. Dada la complejidad y la multilateralidad de la crisis, que
combina viejos problemas leídos con nuevos códigos y nuevas realidades interpretadas
con esquemas tradicionales, la propuesta es la de adoptar como punto de partida lo que
significó el proceso político que desemboco en la Constituyente de 1991, así como la
incidencia que algunas de las instituciones introducidas en la Carta, pudieron haber
tenido sobre el desenvolvimiento de la situación actual. A su vez y para mayor claridad
expositiva, en este texto se abordaran separadamente tres dimensiones o aspectos de
la misma: las crisis no resueltas en las tramas de intermediación política, los aspectos
internacionales que la enmarcan y los escenarios previsibles de su desenvolvimiento.

Colombia actualmente está atravesando por una gran problemática y uno de los hechos
más impactantes en los últimos a nivel político, social y económico, situación que ha
generado secuelas y consecuencias nada favorables al país. A esto se le ha denominado
como la “PARAPOLITICA”. Muchos se preguntan ¿Qué es la “PARAPOLITICA?. No
tenemos un concepto claro a cerca del tema, pero desde nuestro punto de vista podemos
decir que es la “filtración de personas corruptas al servicio de grupos al margen de la
ley en la política nacional”. Ustedes se preguntaran: ¿Con que fin estos grupos se
adentran o inmiscuyen en los asuntos políticos del país?. Lo anterior debe ser por la
necesidad que ellos tienen de impulsar una revuelta o revolución para dominar el sistema
político del país y tener control sobre el territorio colombiano. Pero, ¿Cómo se expande
este virus de la PARAPOLITICA?. Los grupos ilegales armados negocian y contratan
políticos, ellos les brindan apoyo y seguridad en sus campañas electorales, incluso
eliminan o acaban con su competencia. Cuando son elegidos en los cargos estos con
dineros y finanzas estatales (corrupción) les dan ayudas económicas a los grupos al
margen de la ley. En la política colombiana se necesita hacer una limpieza estructural
que tenga como objetivo acabar con la corrupción y debemos concientizarnos al saber
elegir nuestros candidatos pues le hacemos un gran daño a la nación. De lo dicho,
podemos afirmar que debido a este problema Colombia se ha quedado estancada en el
desarrollo social y económico. Para finalizar, concluimos que, esta crisis nos afecta a
todos, puesto que por la corrupción se disminuye y perjudica la imagen del país.

Con todo lo polémico y controversial que puede resultar este tema, me atrevo
a exponer mi punto de vista sobre el mismo.
Desde hace varios años se ha venido dando esta situación en la política nacional y local,
pero me da la impresión de que en la actualidad las evidencias son más notorias, cosa
que a todo colombiano le debe preocupar.

Para nadie es un secreto que Colombia ha sido gobernada desde siempre, por familias
que se instalan en el poder y a dedo escogen a sus sucesores, refrendados por
nosotros (constituyente primario), que con toda la ignorancia del caso (eso sí, con la
mejor intención), vamos a las urnas a depositar nuestro voto, por el candidato que más
demagogia tenga. Aquí no cuentan las capacidades para gobernar, para administrar, para
sacar adelante al país, al departamento o al municipio. Lo importante es tener al padrino
que generalmente es un amigo, un familiar, o un gamonal rancio, que con sus artimañas
ha logrado apoderarse de nuestras conciencias, por lo que tiene la seguridad de negociar
con nuestros votos. (Yo te pongo en la presidencia de la república, en la gobernación del
departamento, en la alcaldía del municipio, o en el puesto legislativo que quieras, pero si
me das lo que exijo.)

A parte de este gamonal capacitado, formado y especializado en corrupción, capaz de


comprar entes como la Registraduría, entre otros, aparecen los empresarios
encargados de capitalizar la campaña (inversión), y luego recoger los jugosos dividendos,
o ganancias, para ser más exacto. En otras palabras, la política colombiana, desde hace
mucho rato se desvió del objetivo principal, para convertirse en una gran empresa.

Lo que preocupa más en la actualidad es que estos personajes con ideas y buenas
propuestas, desaparecieron, quedando únicamente la ineptitud (por decirlo de algún
modo), que tiene el camino expedito para seguir en el poder, utilizando sin ningún
escrúpulo, pudor, o asomo de vergüenza, todo tipo de artimañas, al carecer de
argumentos.

Los embarrados de corrupción hasta el cuello, ahora hablan de honestidad, claridad y


pulcritud. Los que frente a un tema específico, en el pasado dijeron NO, ahora en el
presente, frente al mismo tema dicen SÍ. Lo que para algunos en el pasado fue su tema
bandera, ahora esta misma propuesta no sirve.

Es tan despreciable y degradada la actual forma de hacer política, que podríamos


pensar, en un inminente riesgo de salir de la mediocridad para pasar al caos total.Dividir
la sociedad colombiana mediante el odio es una de las estrategias de moda, con la cual
se le hace mucho daño al país, porque primero están los intereses personales que las
necesidades del pueblo. Parece que estuviéramos retrocediendo hacia el odio partidista

del siglo pasado.

¿Pero, qué podemos esperar de candidatos, con rabo de paja y sin una gota de
vergüenza? ¿Será que el que ayer no hizo, hoy sí puede hacer? Me temo que no.

Las únicas preocupadas por los macroproblemas que se avecinan son las comunidades
que de una manera responsable, se están oponiendo a la explotación minera, por el grave
daño ambiental que se genera, mientras los gobiernos expiden licencias a diestra y
siniestra, a las multinacionales para que acaben con el ecosistema. Los profesores que
luchan con paros justificados para que la educación pública no desaparezca. Los
campesinos que exigen tierras y créditos para que su estadía en el campo sea sostenible.
Y así todos los gremios, luchando por algo que es obligación del Estado. Pero los
candidatos no dan muestras de comprometerse a trabajar por una patria más justa. Solo
para el DANE, Colombia marcha sobre ruedas, tapando las falencias de los malgobiernos,
que no parecen tener fin.

Colombianos, es el momento para entender que Colombia atraviesa por una de las peores
crisis políticas de los últimos años, con una sociedad polarizada que raya con el fanatismo.
Depongamos los odios y las rencillas políticas. Entendamos que estos ídolos a los que
defendemos con capa y espada, jamás se jugarán el pellejo por nosotros. En nosotros está
el futuro de la Nación. Sin fanatismos ni apasionamientos, pensemos con cabeza fría, que
es lo que más le conviene a nuestra querida Colombia.

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