por
DISERTACIÓN
abril, 2013
UNIVERSIDAD DEL TURABO
La disertación de María de los Ángeles González Morales fue revisada y aprobada por los
Académicos Doctorales con las firmas de los miembros del comité se encuentra
Turabo.
por
Resumen
Rico con el objetivo de describir el perfil de esta población y explorar si éstas perciben su
uso de sustancias como una secuela de sus experiencias de abuso sexual. El perfil de las
literatura relevante para esta población. Sin embargo, a pesar de que las entrevistadas
sexual, menos de la mitad de ellas asoció su uso de sustancias sicoactivas con las
iv
sustancias constituye una manera de manejar estados emocionales negativos,
recordaron haber usado sustancias para aliviar o sobrellevar estas emociones negativas,
v
TABLA DE CONTENIDO
página
Lista de apéndices xi
Capítulo I. Introducción 1
Literatura relevante 17
Marco teórico 30
Preguntas de investigación 36
Objetivos 36
Justificación 37
Definición de términos 37
Población y muestra 40
Diseño de investigación 40
Instrumento de medición 42
Capítulo III 54
Resultados 54
Datos sociodemográficos 55
vi
Historial de abuso sexual 70
Capítulo IV 91
Conclusiones 95
Recomendaciones 97
Referencias 101
vii
LISTA DE GRÁFICAS
familiar 58
reproductivo 59
anual 61
Gráfica 13: Reporte de uso de sustancias por cada sustancia utilizada y por
Gráfica 14: Edad de inicio del consumo promedio reportado por cada sustancia 66
Gráfica 15: Total de años de consumo diario reportado por cada sustancia 67
viii
Gráfica 19: Duración del abuso sexual 74
comportamientos 87
ix
LISTA DE APÉNDICES
página
de investigación 137
x
Capítulo I
Introducción
2003, 2008). Los factores asociados al abuso y dependencia de drogas y alcohol en las
existencia de historial de abuso sexual como un elemento presente en una cantidad muy
significativa de los casos (Najavits, Weiss y Shaw, 1997; Cohen y Hien, 2006; González,
2011).
asociadas a una variedad de trastornos mentales subsecuentes entre los que se pueden
2001). De acuerdo al Centro para el Tratamiento del Abuso de Sustancias (CSAT, por
sus siglas en inglés, 2004), las guías clínicas para el tratamiento del abuso y dependencia
1
recuperación en Puerto Rico” pretende identificar y describir los antecedentes de abuso
La historia de las drogas en Puerto Rico está ligada al desarrollo del mismo tema
en los Estados Unidos. Hasta finales del siglo XIX las drogas y el alcohol se distribuían
y consumían para propósitos médicos y recreativos sin reglamentación alguna. Para 1909
el Congreso de los Estados Unidos aprobó leyes para prohibir el uso de opiáceos para
cualquier propósito que no fuera médico y en 1914 se aprobó la ley conocida como
Harrison Narcotics Act para regular la venta y uso de narcóticos (López, 2005).
En el año 1918 en Puerto Rico entró en vigor una ley que reglamentaba la
cañita. A pesar de que esta ley fue derogada en el año 1934, el período de la prohibición
sentó las bases para que la sociedad puertorriqueña comenzara a mirar al consumidor de
1969 se introdujo el concepto de “guerra contra las drogas” que apuntó al problema de las
drogas como uno de índole moral y legal. En 1970, el Congreso de los Estados Unidos
aprobó la ley conocida como Comprehensive Drug Abuse Prevention and Control Act
para convertir en delito grave la posesión de marihuana (Controlled Substance Act, 1970)
2
contra las drogas al firmar el National Security Decision Directive que clasificó el
problema de las drogas como uno de seguridad nacional (National Security Decision
Scarano (2000) indica que en Puerto Rico la política de “mano dura” contra las
drogas llegó con la administración del gobernador Pedro Roselló González en 1993 e
incluyó, por primera vez en la Isla, el uso de la Guardia Nacional para combatir el
trasiego de drogas ilegales. “El proyecto penepeista contra el crimen propone tomar por
zonas de bajos ingresos, como los residenciales públicos” (p. 991). Simultáneamente y a
del cerebro y que, como tal, requiere de un enfoque orientado al tratamiento (Leshner,
establecerse en Puerto Rico para la década de los 60. Desde esa época se observó un
interés y una participación de todos los sectores de la sociedad. Por parte del gobierno, se
(ASSMCA). Esta ley le otorgó fuerza jurídica al concepto de adicción como problema de
rehabilitación.
3
Esta Ley Orgánica deposita en la ASSMCA, la responsabilidad primaria de llevar
(ASSMCA, 2010).
(Ramírez, 2010).
sustancias han sido establecidos y operados por organizaciones de base comunitaria sin
fines de lucro (72%), mientras, las agencias privadas con fines de lucro operan cerca de
un 20% de las facilidades y el gobierno opera un 8%. Entre las agencias de base
tratamiento que ofrecen, el 67% de los servicios de agencias de base comunitaria son en
el nivel residencial, mientras el 63% de los servicios de las agencias privadas son
El debate público acerca de cuál sea el enfoque correcto para atender el problema
de la adicción a drogas en Puerto Rico ha sido abundante. Haciendo una breve revisión
de las opiniones expresadas por figuras influyentes del país se pueden observar desde
4
aquellos que defienden la eliminación de penalidades legales o legalización de las drogas
como el juez del Primer Circuito de Apelaciones Federales, Juan Torruellas y el profesor
2011) hasta aquellos que apoyan el uso de medicación para tratar las adicciones como el
valores morales. Entre estos se encuentran quienes fueron los dos principales candidatos
a la alcaldía de San Juan en las elecciones del 2008, Jorge Santini y Ferdinand Pérez (The
alternativa de la medicación. Así se observa en las posturas del Dr. José Vargas Vidot de
Merlos (Merlos, 2005). En la “Resolución para una Política Pública Salubrista sobre los
5
combinación efectiva de tratamientos farmacológicos con servicios psicosociales
necesitan.
Esta Resolución fue respaldada con la firma de los directivos del Colegio de Trabajadores
de Puerto Rico.
Rico no existe consenso acerca de cuáles puedan ser las mejores alternativas para atender
parece ser que algunos sectores miran al problema de la adicción desde la óptica de las
consecuencias que el uso y trasiego de drogas tienen sobre la seguridad de los ciudadanos
mientras que otros grupos enfatizan en las necesidades directas de la persona con
adicción.
dependencia de drogas y alcohol en Puerto Rico es otra de las circunstancias que dificulta
el obtener una idea clara del problema, su magnitud y sus particularidades. Esto obliga a
evaluar el tema utilizando, en gran medida, la información que se obtiene de los sistemas
6
de investigación e información norteamericanos que estudian el problema entre las
hispano más numeroso en los Estados Unidos con 4.1 millones de habitantes, después de
los mexicanos con 29.2 millones de habitantes. Hallazgos recientes muestran que 1.1
millón de hispanos en los Estados Unidos tienen necesidad de tratamiento para el abuso o
probabilidad de necesitar tratamiento por el uso de drogas ilegales que cualquier otro
grupo hispano en esa nación (Office of Applied Studies [OAS], 2010, 22 de abril).
en Puerto Rico: Encuesta de Hogares 2008 (ASSMCA, 2009a), para ese año la magnitud
personas) de la población general. El estudio que encuestó a 3,180 personas entre las
recibieron servicios especializados de tratamiento. Esto significa que “más del 90% de
las personas con dependencia al alcohol no recibieron ningún servicio especializado para
su condición” (p. 55). Así mismo, sólo el 24% de los dependientes de drogas recibieron
servicios especializados, o sea, “tres cuartas partes de las personas con dependencia a
Existen varios factores que explican por qué un número tan reducido de pacientes
7
estudio mostró que, de ese 90% de pacientes con dependencia al alcohol que no recibió
servicios, sólo el 24.1% reconoció tener un problema de consumo de alcohol. Del 76%
de los pacientes con dependencia a drogas que no recibió servicios, sólo el 31.1%
problema del acceso a los servicios indicando que en 39 de los 78 municipios del país
Por otra parte, las unidades de servicio disponibles en la Isla son menores a la
cantidad de clientes con necesidad y en búsqueda de servicios. Los tres sectores que
manejan las distintas facilidades de tratamiento operan de continuo con listas de espera
para ingreso que van desde los 7 hasta los 95 días (ASSMCA, 2002).
2,033 admisiones a tratamiento. Esto representa un 44% (1,676 pacientes) menos en sólo
seguro médico, tienen baja escolaridad y viven con un ingreso anual menor de $10,000
(ASSMCA, 2009a). Esto plantea limitaciones para cumplimentar los procesos de ingreso
a tratamientos ya que, una considerable cantidad ellos, requieren que el paciente cuente
mensualidades, recursos familiares de apoyo y esté hábil para realizar los trámites
8
La estigmatización de las personas con dependencia de sustancias también figura
adiestramiento en Puerto Rico para identificar las actitudes de estos hacia los pacientes de
adicción encontraron que los encuestados opinaban que la adicción es una condición
auto-infligida debido a flaquezas del carácter, que los adictos constituyen una carga para
los demás y que no pueden o no desean recibir ayuda. De acuerdo al estudio, estas
actitudes negativas resultan en que a estas personas se les nieguen estándares de cuidado
sustancias en el caso particular de las mujeres “el estigma y el prejuicio asociados al uso
2011).
se encuentra que en Puerto Rico los hombres reportan mayores tasas de abuso y
encuentra que los hombres presentaron un 17.8% de abuso de alcohol mientras las
reportaron un 8.0% frente a las mujeres con un 1.9%. Con relación al consumo de
drogas, los hombres informaron un 2.8% de abuso de drogas ante las mujeres que
9
indicaron un 1.0% y, referente a la dependencia de drogas, los hombres reportaron un
En las diferencias por sexo biológico también se encuentra que las mujeres son
juzgadas por la sociedad con mayor severidad y son más estigmatizadas que los hombres
[ATTC], 2006). El estigma social las hace resistirse a buscar ayuda para mantener oculto
Según Battaglia (2009), desde inicios del siglo XX las mujeres han sufrido
tratamiento que los hombres y han estado menos representadas que los varones en la
los varones y porque estas procuran mantener oculto su comportamiento por causa de la
Battaglia (2009) también indica que a las mujeres se les atribuye ser más difíciles
10
etiología y las consecuencias fisiológicas son factores que colocan en desventaja a
Rico y sus Municipios” (2009), los hombres presentan una incidencia mayor que las
estos, 848 (95%) fueron cometidos por varones y 46 (5%) fueron cometidos por mujeres.
Las mujeres que abusan o dependen de sustancias tienden a involucrarse en delitos menos
violentos como son el robo en las tiendas, fraudes y recibir o aceptar mercancía robada
(Forsythe & Adams, 2009). Si los varones dominan las estadísticas de crímenes
violentos y las mujeres disimulan su consumo de sustancias por causa del estigma social,
entonces, no sería extraño esperar que las mujeres con problemas de abuso y dependencia
de drogas puedan ser objeto de menor atención que los varones en lo que se refiere a
violentos que preocupa a la sociedad al tiempo que se esfuerzan por esconder su situación
Por las pasadas décadas la investigación ha documentado que las mujeres con
significativa, alguna historia de abuso sexual u otro tipo de maltrato anterior al desarrollo
del trastorno (Najavits et al., 1997; Amaro, 2003). El Centro de Tratamiento Residencial
de Mujeres de ASSMCA reportó entre sus clientes un 35.8% de mujeres con historial de
abuso sexual, un 11.3% de ellas con historial de maltrato emocional y un 5.7% con
11
En un estudio realizado con 1,181 usuarios de drogas de ambos sexos que se
abuso físico y sexual significativamente mayor que los varones (Finlinson, Oliver-Vélez,
Deren, Cant, Colón, Robles, et al., 2003). El 24.6% de las mujeres encuestadas informó
haber sido abusada físicamente por un familiar o persona significativa. Estas mostraron
1.8 mayor probabilidad de ser abusadas físicamente que los hombres. Un 36.7% de las
durante la niñez, frente a un 4.0% de los varones. El estudio también reveló que el haber
sido abusado físicamente por un miembro de la familia durante la niñez estuvo asociado
positivamente con la experiencia sexual no deseada durante la niñez. Los varones que
fueron abusados físicamente mostraron ser 7.7 veces más propensos a tener una
experiencia sexual no deseada antes de los 12 años de edad que aquellos que no habían
recibido abuso físico. La proporción en las mujeres fue de 5.1 más probabilidad.
físico es más frecuente que el abuso sexual en la población general. En los casos
investigados mediante referidos sobre maltrato a menores, el 38.8% de los casos fue en la
modalidad de negligencia, el 50.8% fue maltrato físico, 14.6 % fue emocional y el 12.0%
fue abuso sexual. No obstante, el abuso sexual en las mujeres parece estar más asociado
con una secuela de abuso o dependencia de sustancias que las otras modalidades de
maltrato.
En muestras clínicas, las tasas de por vida de los diagnósticos de trastornos por
ciento, comparado con una escala de 2 a 7 por ciento entre las mujeres que no
12
tenían ese historial. Otro estudio representativo con jóvenes adultas encontró que
43.5 por ciento de las mujeres que han sido víctimas de abuso sexual de niñas,
cumplían con los criterios para un trastorno de abuso de alcohol, mientras que los
criterios sólo los cumplían 8 por ciento de las que no habían sido víctimas de
que más directamente se asocia con la exposición a eventos traumáticos, está altamente
Najavits et al. (1997) afirman que entre un 30% a un 59% de las mujeres que
Indican, además, que la violación sexual es el evento perturbador que más puede llevar al
otro estudio, Najavits (2002a) dijo que entre un 55% a 99% de las mujeres que participan
abuso físico o sexual en la niñez, violencia doméstica o violación. Lee, Lyvers &
Edwards (2008) encontraron que los eventos de abuso sexual que incluyen penetración y
una menor edad de la víctima están directamente relacionados con una mayor
sintomatología depresiva.
Según Cohen y Hien (2006), el 80% de las mujeres que busca tratamiento para el
abuso de sustancias reportan historiales de violencia física, sexual o ambas. Los hombres
13
con trastornos de sustancias exhiben índices de dos a tres veces menores que las mujeres
(Najavits et al., 2009). Entre las mujeres encarceladas, siete de cada diez han sido
(CSAT, 2004).
El trastorno de estrés postraumático es común entre las personas que han sufrido
abuso sexual en la niñez. “Entre la gente con problemas por abuso de sustancias, los que
tienen historiales de abuso infantil están más propensos a cumplir con los criterios de
diagnóstico para PTSD… y el PTSD está asociado con resultados menos exitosos en el
tratamiento” (CSAT, 2000 p. 6). Además, las personas con PTSD tienden a abusar más
consentimiento de una de las partes o donde una de las partes no cuenta con la edad
parejas, por un extraño, por un conocido o por un familiar (CAVV, 2007, p. 5).
el informe titulado Perfil Estadístico: Año Fiscal 2005-2006, el CAVV (2007) informa
que los síntomas más comunes reportados por las personas atendidas fueron miedo o
14
temor (38.6%), ansiedad (30.5%), culpa (24.8%), depresión (24.4%), pesadillas (22.8),
2012 (Vera Rosado, 2013), se estima que en Puerto Rico ocurren más de 54 mil casos de
abuso sexual contra menores cada año. Apenas el 12% de estos casos son reportados a
las autoridades.
En este informe, el 86% de los casos reportados fueron mujeres. El 57% de los
esta agencia. El informe estimó que en Puerto Rico el 11% de los jóvenes de cuarto año
de escuela superior ha sido víctima de agresión sexual en algún momento de sus vidas.
(CAVV, 2007), el 83.3% de los casos atendidos en esa agencia fueron del sexo femenino,
los casos tenía 19 años de edad o menos al momento del abuso. En cuanto al momento
en que se reportó el incidente, el 71.3% de los casos se reportó dentro del primer año a
partir del suceso, 16.3% demoró entre dos a cinco años, un 9.0% tardó entre 5 a 15 años y
La atención para las personas que han sufrido abuso sexual requiere de servicios
intervención médica, por ejemplo, pudiera ser necesaria desde el nivel de las salas de
15
emergencias hospitalarias. El informe del CAVV (2006) reporta 1,055 casos de abuso
sexual que recibieron atención en salas de emergencias durante ese año. En comparación
con los casos atendidos en el año 2001 (597 casos), se observó un aumento de un 44%.
servicios para los síntomas emocionales y posibles trastornos mentales que podrían
que han probado ser efectivos para atender los síntomas asociados al síndrome de estrés
(EMDR, por sus siglas en inglés), terapia psicodinámica e hipnosis terapéutica, entre
Los modelos de psicoterapia para tratar el trauma por abuso sexual han
Jackson & Bonge, 2001) y grupales (Alexander, Neimeyer, Follette, Moore & Harter,
1989; CSAT, 2005). Las víctimas de abuso sexual con condiciones comórbidas como los
tiempo pero con distintos proveedores). No obstante, los tratamientos integrados (ambos
trastornos tratados simultáneamente por el mismo proveedor) parecen ser los más
16
Probablemente, el obstáculo principal para ofrecer servicios a estas víctimas
Salud Federal (CDC), sólo el 16% de los casos de violencia sexual son reportados
estimar que en la Isla ocurrieron durante este año alrededor de 18,000 casos, lo
De aquellas víctimas de abuso sexual que no reportan la agresión y, por ende, no reciben
probabilidad de ser revictimizadas por una sociedad que las estigmatiza y un sistema que
Literatura relevante
declaraban que la adicción era un problema de índole moral. Este planteamiento sostenía
que el uso excesivo de drogas o alcohol representaba una resistencia a cumplir los
teoría de que la adicción es una enfermedad crónica del cerebro (Leshner, 1997; Volkow,
Fowler & Wang, 2003) que incluye componentes de predisposición genética y factores
17
psicosociales (Peterson Sinclair & Summers, 2011). La adicción ahora es vista como el
estadio final de una serie de transiciones que van desde el uso inicial voluntario hasta la
todas las personas que consumen sustancias terminan abusando o dependiendo de ellas.
comportamiento que hace que el impulso normal que mueve a las personas hacia la
importantes para los aspectos del manejo y tratamiento. Cuando la persona adicta era
considerada como alguien que desafiaba o desatendía la ley o la moral pública, el manejo
debía ser uno punitivo. El propósito no era otro que sancionar al individuo por aquel
un castigo que pudiera rectificar la mala conducta o saldar la deuda con la sociedad
(Thombs, 1999).
18
Una vez establecida la visión de adicción como una enfermedad, necesariamente,
Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA, por sus siglas en inglés, 2010) en el
drogadicción:
2. No hay un solo tratamiento que sea apropiado para todas las personas.
19
8. El tratamiento de cada paciente debe ser evaluado continuamente y, de ser
cambio en su condición.
mentales.
adicción y por sí misma hace poco para cambiar el abuso de drogas a largo plazo.
enfermedades infecciosas.
Las diferencias por razón del sexo biológico tienen que ser consideradas en el
tratamiento de las adicciones. Desde una perspectiva biosicosocial, las mujeres tienen
características únicas en maneras que son relevantes al uso de sustancias, a los trastornos
Entre los hombres y las mujeres existen diferencias fisiológicas que no se pueden
desatender. Se ha encontrado que unas mismas sustancias activan zonas diferentes del
cerebro de acuerdo al sexo biológico del usuario (Sherman, 2006), que el procesamiento
20
Williams, 2002; Whitten, 2004), que el cerebro de las mujeres muestra mayor
sustancias como el alcohol haciéndolas más propensas a daños físicos (National Institute
on Alcohol Abuse and Alcoholism [NIAAA], 2004) y del hígado (OAS, 2005,
primer uso hasta la dependencia de heroína, cocaína y marihuana es más rápido en las
mujeres (Hanson, 2002) y son más propensas a morir por causa de la adicción (Najavits,
2002a).
sustancias entre los hombres y las mujeres. Estas prefieren sustancias distintas a los
hombres y las usan por razones diferentes y son más propensas que sus contrapartes del
ansiedad y los problemas del sueño. Las mujeres muestran una tendencia menor a usar
Swan (1997) indica que las mujeres parecen tener más trastornos depresivos
previos al uso de drogas y alcohol mientras que los hombres presentan una mayor
observan más trastornos mentales concurrentes con el abuso de sustancias que en los
sexos encontró que el 70% de las mujeres presentó algún trastorno afectivo o de ansiedad
frente a un 48% de los hombres. El 46% de las mujeres presentó PTSD frente a un 24%
de los hombres. Por su parte, Najt, Fusar-Poli y Brambilla (2011) sostienen que las
21
mujeres con trastorno bipolar tienen un riesgo mayor de alcoholismo que los varones con
mientras que las féminas presentaron mayor prevalencia de trastornos depresivos (Martin,
2003). Por otra parte, entre jóvenes adultos afroamericanos se encontró que las mujeres
varones (OAS, 2010, 21 de enero). Mientras tanto, entre envejecientes las mujeres
que el 35.1% de las mujeres informó tener historial de abuso sexual ante solo un 3.6% de
los hombres. Estas reportaron un 40.5% de síntomas severos de PTSD frente a un 25.7%
en los varones, un 31.0% de ellas indicó tener síntomas de depresión severa ante un
23.8% de los hombres mientras un 36.5% de las féminas dijo tener síntomas severos de
ansiedad frente a un 16.3% de los varones (Sosa-Zapata, Colón, Robles & Cabassa,
2007).
servicios de apoyo con mayor frecuencia que los varones y demuestran mayor conciencia
de los problemas asociados al uso de sustancias. Las recaídas de las mujeres se vinculan
más con emociones negativas, problemas interpersonales y respuestas impulsivas ante los
22
pensamientos relacionados con las sustancias, mientras que las recaídas de los hombres
tienen mayor relación con experiencias positivas (Stocker, 1998; Walitzer & Dearing,
2006).
Las mujeres suelen buscar más tratamientos para la adicción y responden mejor a
estos que los varones pero, a su vez, enfrentan más barreras para ingresar a los servicios.
Estas tienden a adoptar las conductas adictivas de sus parejas mientras que los hombres
no; son más propensas al aislamiento social, tienen más problemas emocionales,
menos apoyo de sus parejas al entrar a tratamientos, tienen menos recursos económicos y
sufren más incidentes de violencia que los hombres (Najavits, 2002a; Najavits & Lester,
tratamientos (CSAT, 2009a). De acuerdo a los datos publicados por NIDA (s. f.) acerca
desintoxica con éxito y se inscribe en un programa de tratamiento, son sus hijos los que
destaca que, ante el embarazo y la maternidad, las mujeres hispanas exhiben menor uso
Datos combinados del 2002 al 2007 en los Estados Unidos revelaron que el uso de
alcohol, cigarrillo y marihuana entre las mujeres de 18 a 44 años de edad fue mayor entre
23
aquellas que no estaban embarazadas y que no tenían niños bajo su cuidado. El consumo
Los mismos datos demostraron que, una vez ocurrido el nacimiento, el consumo de
sustancias retornaba. “A pesar de que la tendencia del uso de drogas en general comienza
a disminuir 3 meses antes del embarazo y sigue bajando a través de todo el período de
aquellas que sólo padecen trastornos de sustancias. También presentan un uso mayor de
los servicios de rehabilitación residenciales que son más restrictivos e intensos debido la
PTSD solamente, Najavits, Weiss y Shaw (1999) encontraron que las pacientes con
mayor cantidad de parejas con problemas de uso de drogas. En otros estudios que
compararon los mismos grupos (mujeres con ambos diagnósticos y mujeres con PTSD
que exhibían ambos diagnósticos (Najavits, Gotthardt, Weiss & Epstein, 2004) y mayor
24
presencia de ideas e intentos de suicidio y autoagresión (Harned, Najavits & Weiss,
2006).
abuso sexual y uso problemático de sustancias. Entre estos se encuentran las mujeres con
historial delictivo y/o en el sistema carcelario, las mujeres con historial de violencia
carcelarios para mujeres con abuso de sustancias en Estados Unidos, el 90% de las
participantes habían sufrido algún tipo de abuso a edad temprana. De ellas, el 90%
abusos de sustancias y sexual. Las personas que han sido víctimas de maltrato en la
que les pone en la situación de ser revictimizadas. Como consecuencia, estas personas se
Por su parte, entre las mujeres con orientación sexual al lesbianismo se reporta
mayor uso y dependencia de sustancias que entre las mujeres heterosexuales (CSAT,
2009a). En estudios realizados con mujeres lesbianas se informa que un 21% han sido
presentan entre 20% a 25% de uso fuerte de alcohol mientras las heterosexuales
presentan entre un 3% a 10%. Estas suelen ser más propensas al consumo de las drogas
que se usan en las fiestas como éctasy y ketamina (“party drugs”) y se estima que una
25
En la encuesta de hogares realizada por Gilman et al. (según se cita en Phelan,
Whitehead & Sutton, 2009) que incluyó 125 personas que reportaron comportamiento
homosexual en los pasados cinco años y 4,785 personas que reportaron comportamiento
que, entre las lesbianas, los trastornos concurrentes de abuso de sustancias y PTSD
los tratamientos de rehabilitación para adicción en mujeres con historias de abuso sexual
o PTSD se encuentra que éstas alcanzan menores resultados que las que tienen uno solo
tratamientos que habitualmente funcionan para otras mujeres con adicciones (Najavits,
2004b). En un estudio con 77 mujeres con ambos diagnósticos, Najavits et al. (2004)
medicación los más utilizados. En los tratamientos grupales el enfoque estaba dirigido
cocaína que recibieron tratamiento en el nivel ambulatorio se encontró que los que tenían
26
diagnósticos concurrentes de sustancias y PTSD presentaron un mayor impedimento para
diagnósticos de sustancias. Estos, además, mostraron una pobre mejoría en cuanto al uso
al., 2007).
69% de éstas tenían historial de abuso. Las que presentaban este historial no mejoraron
de modo equitativo en comparación con las que no habían sufrido abusos. Su progreso
pacientes con historial de abuso mostraron una peor condición psiquiátrica y una mayor
historial de abuso. Estos pacientes, a su vez, informaron haber tenido una mayor
de abuso, Clark y Young (2009) encontraron que aquellas que participaban mediando
alguna obligación de ley presentaron mejores resultados que aquellas que participaban
27
mejoría significativa en los indicadores de salud mental, uso de drogas, uso de alcohol y
síntomas de trauma.
historiales de sustancias y trauma (Harris, Fallot y Wolfson Berley, 2005) para identificar
señalaron cuatro factores de apoyo y tres obstáculos principales. Los factores que
con personas que les demuestran empatía y comprensión, (2) el desarrollo de auto-
espiritualidad. Por su parte, los obstáculos principales que identificaron fueron (1) las
batallas contra los estados de ánimo depresivos, (2) los hábitos y patrones de
para mujeres con trastornos de sustancias e historial de trauma sean exitosos, deben
trabajar con el desarrollo de destrezas para el manejo de las emociones negativas que con
significativas y enriquecedoras. Finalmente, los autores opinan que, para esta población
insuficiente.
28
uso de sustancias por parte de la sociedad, mayor acceso y participación de éstas en
mismas en los hogares. Este aumento se puntualiza en los resultados del estudio
Consulta Juvenil VII (ASSMCA, 2007). Entre los adolescentes de escuelas intermedia y
superior, un 56.3% de las féminas reportó uso de alcohol alguna vez en la vida frente a un
56.2% de los varones. De los que nunca antes habían usado alcohol, un 31.0% de las
jóvenes reportó inicio reciente contra un 26.5% de los varones. Sin embargo, en cuanto a
menor descontinuación que los varones (ASSMCA, 2007). Esto refleja que las
encuentra que en la muestra de 1990 al 1991 un 56.8% de las mujeres reportó uso de
alcohol alguna vez en la vida frente a un 60.3% de los varones. En la muestra de 2000 al
2002 un 57.3% de las féminas y un 59.7% de los varones reportaron uso de alcohol
alguna vez en la vida (ASSMCA, 2003). Con esto se observa un aumento consistente en
el consumo de alcohol en las mujeres a lo largo de las pasadas dos décadas. Desafiando
momento.
Una de las adicciones más comunes en las mujeres es la de medicamentos con o sin
29
Es más probable que se recete un medicamento de prescripción susceptible de ser
adolescentes de 12 a 17 años… es más probable que sean las mujeres… las que
2009, p. 12)
más jóvenes resultaría pertinente otorgar mayor prioridad a esta población en cuanto a
abuso exhiben condiciones muy particulares que las hacen ser consideradas como una
población especial (CSAT, 2009d) dentro del amplio grupo de los pacientes de
Marco teórico
Un por ciento considerable de las mujeres que padecen algún trastorno por el
al., 1997; Najavits, 2002a; Pirard et al., 2005), particularmente, ocurrido entre las edades
que comprenden la niñez y adolescencia (Price et al., 2001, Grayson & Nolen-Hoeksema,
trastornos de abuso de sustancias más severos, que han empezado a usarlas más
30
temprano y que las usan por razones distintas que el resto de los clientes. También
hacen que se resistan a aceptar ayuda, lo que les hace también más vulnerables a
Boyd (1993) encontró una correlación positiva entre la edad del primer incidente
de abuso sexual, la edad del primer episodio depresivo y la edad del primer consumo de
abuso sexual. El 67% de estos ocurrieron antes de que la víctima tuviera 17 años de
edad. La edad media del primer incidente de abuso sexual fue 19 años. El 70% de ellas
reportó al menos tres episodios depresivos de más de dos semanas de duración. Entre
estas, el 31% dijo que su primer episodio depresivo fue a la edad de 15 años, siendo la
media a los 21 años de edad. El 74% de las participantes en el estudio informó el inicio
del uso de drogas ilegales a los 16 años de edad y de alcohol a los 17 años de edad.
Tratando de explicar la evidente relación que existe entre los traumas debido a
trastornos mentales. Najavits et al. (1997) explican que la presencia de uno de estos
de cocaína y opiáceos muestra una mayor asociación con el PTSD que el alcohol y la
marihuana. El uso de estas sustancias, según indican, puede reflejar el intento de auto-
31
medicar el sufrimiento experimentado. Por otro lado, entre mujeres que habían sido
(2002) encontraron apoyo para la hipótesis de que estas consumen alcohol, en parte, para
auto-medicarse.
diagnóstico de PTSD usan sustancias como un esfuerzo para manejar o evitar los
síntomas que le afligen, tales como las memorias intrusivas; aliviar el dolor emocional
como el coraje o la tristeza; o las sensaciones físicas, tales como la agitación. La auto-
medicación con drogas y alcohol reduce o enmascara los síntomas proporcionando alivio
temporero al malestar físico y emocional asociado al PTSD, por esta razón, muchos
individuos inician y/o mantienen el consumo de las sustancias psicoactivas (Hien, Cohen
ser un modelo útil y viable para entender el uso problemático de drogas y alcohol entre
personas que tienen diagnósticos comórbidos como la depresión (Weiss, Griffin & Mirin,
1992), el insomnio (Brower, Aldrich, Robinson, Zucker & Greden, 2001), la fobia social
(Carrigan & Randall, 2003), los cambios hormonales y la menopausia (Corrente, 2003),
vulnerabilidades, esto es, las dificultades del individuo para regular sus afectos,
32
doloroso o a experimentar y/o controlar emociones cuando estas están ausentes o son
abuso sexual de niñas, usan alcohol para facilitar los encuentros sexuales con más
frecuencia de lo que lo hacen las otras mujeres… También son más propensas que
sus pares sin historiales de abuso a usar sustancias para aliviar el dolor… escapar
los disturbios familiares y calmar los temores… Las mujeres también podrían usar
sustancias para escapar de las memorias de abuso sexual… (CSAT, 2000, p. 6).
Reconocer que las mujeres con historial de abuso sexual recurren al consumo de
relacionados al tratamiento. Estas pacientes presentan perfiles clínicos más severos que
aquellas con un sólo diagnóstico. Cuanto mayor haya sido la duración del trauma, más
severos podrían ser los síntomas que provocan el uso de sustancias y, a su vez, los
traumas por violencia interpersonal durante la niñez provocan síntomas más severos que
aquellos ocasionados por accidentes o desastres naturales (Cohen & Hien, 2006).
Drake (2003), los modelos que se han utilizado tradicionalmente son el paralelo y el
separación histórica que ha existido entre los servicios de salud mental y los servicios de
33
abuso de sustancias. Cada uno de estos enfoques resulta en una variedad de dificultades
mismo proveedor atiende ambos problemas simultáneamente lo que reduce los obstáculos
tratamiento y las dificultades de manejo clínico ya que ambos trastornos son vistos como
han demostrado mayor efectividad que los paralelos y secuenciales, por lo que, han
comenzado a tener gran acogida entre los proveedores y a ser los más recomendados
(ATTC, 2006; Najavits, 2007). La evidencia sostiene que ambos trastornos pueden ser
Estos son:
34
relaciones. Es específico por género y enfatiza en la obtención de
empoderamiento.
y está traducido y adaptado para mujeres latinas. Enfoca en el impacto del trauma
modelo se diseñó para mujeres pero, posteriormente, se adaptó para las necesidades de
los varones que concurren con ambos diagnósticos (Najavits, et al., 2009).
35
“En busca de la seguridad” es un modelo centrado en el presente y su objetivo
Parte de la premisa de que, cuando una persona tiene ambos diagnósticos, la necesidad
clínica más urgente es establecer seguridad. Esta se refiere a seguridad del uso de las
amistades que usan drogas y seguridad de los síntomas extremos como la auto-agresión y
Preguntas de investigación
¿cuáles son los antecedentes de abuso sexual de las mujeres que participan de
sexual?
Objetivos
36
explorar si estas mujeres perciben su adicción como una secuela de la experiencia
de abuso sexual.
Justificación
aquellas que sólo exhiben una de estas dos condiciones. Los resultados de este estudio
servirán para:
Definición de términos
A los efectos de este estudio, se considerarán las siguientes definiciones para los
respectivos términos:
37
sexual entre parejas, por un extraño, por un conocido o por un familiar
de 22 julio de 1974, según enmendada, conocida como "Código Penal del Estado
Libre Asociado de Puerto Rico (Estado Libre Asociado de Puerto Rico [ELA],
2003, p. 4).
Menor: toda persona que no haya cumplido los 18 años de edad (ELA, 2003, p.7).
38
o recurrentes o problemas interpersonales causados o exacerbados por los efectos
Psiquiatría, 2003).
de conducta son suficientemente severos como para requerir ser internado en una
39
Capítulo II
Metodología
Población y muestra
centros de tratamiento residencial para la recuperación por adicción a drogas y/o alcohol
de la zona norte en Puerto Rico, que cumplieron los criterios clínicos para los
tenido experiencias de abuso sexual en algún momento de sus vidas. Las participantes
estuvieron entre las edades de 21 a 65 años de edad. Las mismas tenían al menos tres
entrevista. Este requisito tuvo el propósito de garantizar que las participantes ya hubieran
Diseño de investigación
40
Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio (2004), este enfoque se fundamenta más
perspectivas teóricas.
investigación poco estudiado, del cual aún se tienen dudas considerables o que,
Relapse and Prevention among Female Trauma Survivors” de Harris, Fallot y Wolfson
Berley (2005). Los autores explican que el objetivo del estudio fue explorar algunos
temas clave acerca del mantenimiento de la recuperación entre mujeres con trastornos
que les permitió obtener información útil para describir el fenómeno mencionado. A
estos diseños los fenómenos son observados tal y como se dan en su contexto natural para
41
luego analizarlos. Los sujetos de la investigación ya pertenecían al grupo a estudiarse por
autoselección. Además, el estudio fue uno de tipo transversal porque los datos se
Instrumento de medición
investigadora (véase Apéndice A). El mismo fue sometido a cinco profesionales con
tienen experiencia en los temas de adicciones y/o abuso sexual para la evaluación y
validación del instrumento. El formato de la entrevista consistió de tres partes: (1) datos
condiciones de salud mental y (3) relación percibida entre los historiales de sustancias y
efectos de establecer un perfil de los sujetos mientras que la tercera parte recopiló
pudieran ser consecuencia del proceso de entrevista. Esta no se consideró como parte de
participantes.
42
Validación del instrumento
sometió a validación. Se enviaron cartas para invitar a participar y consentir por escrito a
psicólogos o médicos) y experiencia en los temas de adicciones y/o abuso sexual y que
fungieron como jueces para la validación del instrumento (véase Apéndice B). Los
planilla preparada para esos fines (véase Apéndice C). Las recomendaciones de los
psicoactivas. En cada uno de los centros se coordinó una reunión con el director o
Ambos Centros seleccionados contaban con un psicólogo que atiende a las participantes
regularmente dentro de las facilidades como contratista o empleado regular y estos fueron
43
las medidas que se tomarían para garantizar la confidencialidad de la información, el
Para participar en el estudio las mujeres debían (1) estar entre las edades de 21 a
consumo de sustancias durante los pasados tres meses, (5) que no hubieran tenido
pasados seis meses, (6) que identificaran haber tenido experiencias de abuso sexual en
algún momento de sus vidas, (7) que no mostraran disfunción o impedimento cognitivo
les realizó una entrevista de cernimiento (Apéndice F) para corroborar que no tuvieran
alguno de los criterios de exclusión del estudio. A aquellas que cumplieron con todos los
requisitos de inclusión, se les tomó su consentimiento escrito para participar del estudio
(véase Apéndice G). Una vez firmado el consentimiento, estas mujeres pasaron a
integrar la muestra.
44
Los criterios de exclusión para participar en este estudio fueron:
la participante tuviera la edad determinada por ley para consentir sin que
sustancias psicoactivas,
tratamiento residencial,
Si había tenido algún intento de suicidio en algún momento durante los pasados
seis meses,
alguna condición mental en algún momento durante los pasados seis meses,
momento en su vida,
entrevista,
45
Si no tenía una cubierta de seguro médico vigente (en la eventualidad de que la
durante el proceso de orientación para el reclutamiento. Para esto se utilizó una planilla
investigadora.
El método que se utilizó para recopilar los datos fue una entrevista en profundidad
las mujeres que participaron en el estudio pero no formaron parte del análisis de los
o enlazaran los datos cuantitativos con los datos cualitativos para llegar a conclusiones.
Además, la recopilación de estos datos se diseñó de manera que introdujo los temas más
livianos al inicio de la entrevista para luego entrar en los temas más sensitivos en la
46
medida en que se iba construyendo un ambiente de empatía, seguridad y confianza con la
entrevistada.
Los datos cualitativos surgieron de las preguntas formuladas de modo abierto para
como aparecen redactadas (at verbatim) y en el estricto orden en que aparecen ubicadas
estas indicaron no entender con claridad lo que se les preguntaba. Para facilitar la
consistió en una planilla con las mismas preguntas en el mismo orden que el formulario
respuestas a ser registradas mediante el uso de marcas de cotejo. Las posibles respuestas
La entrevista terminó con una serie de preguntas para explorar el impacto que el
47
El consentimiento que las participantes firmaron, recogió la autorización para
salud mental del Estado Libre Asociado de Puerto Rico y del gobierno federal de los
Estados Unidos.
ha estado bajo la supervisión del Comité para la Ética en la Investigación (IRB por sus
investigadora y se mantiene en un archivo de metal con llave cuya copia sólo tiene la
48
Los resultados de este estudio ayudan a aumentar el conocimiento existente sobre
establecimiento de prácticas clínicas basadas en evidencia científica que sean afines a las
abuso sexual. A aquellas mujeres que participaron personalmente, les ayudó a considerar
con su historial de abuso sexual, de modo que, puedan integrar este asunto a sus
tratamientos de recuperación.
Reconociendo que la naturaleza del tema pudo evocar recuerdos que estimularan
información verbal y escrita que les ayudó a identificar señales que apuntaran a la posible
investigadora para atender a aquellas participantes que refirieron alguna situación que
Apéndice I).
inmediata a favor de la participante. Además, realizó contactos vía telefónica a través del
49
programa con cada una de las participantes diariamente durante los primeros siete días
posteriores a la entrevista para explorar posibles síntomas que se pudieran asociar con su
participación en este estudio. Se observaron las normas establecidas por el programa con
personal que tenía contacto directo con la participante. Estos fueron, específicamente, el
psicólogo o trabajador social de los Centros, para explorar indicadores que la participante
Centro y no abandonaría las facilidades del mismo hasta haber constatado que la
En caso de que se identificaran señales que pudieran ser objeto de atención clínica
una vez que la estudiante investigadora hubiera salido del Centro, se había acordado con
el personal del Centro que esta debería ser notificada a su teléfono celular a cualquier
hora del día o la noche para que pudiera coordinar de inmediato a través del programa la
intervención que resultara necesaria. La misma podría ser una visita de entrevista,
evaluación y/o intervención en crisis por parte de la estudiante investigadora quien es, a
50
estudiante investigadora hubiera asumido personalmente las gestiones de coordinación de
a cualquier otra participante que hubiera completado la entrevista. En caso de que una
estudio, se seleccionaron centros de tratamiento que cuentan con psicólogos que brindan
con ellos. Los psicólogos de ambos centros fueron informados de las fechas y horas en
que se realizaron las entrevistas con cada una de las participantes. El personal clínico que
51
población de mujeres con trastornos de sustancias que reciben tratamientos de
refirió malestar emocional significativo que describió como coraje intenso pero negó
ideas de hacerse daño, quitarse la vida, hacerle daño a otros o quitarles la vida, deseos de
trabajaron independientes de los datos cualitativos con el único propósito de obtener una
(datos sociodemográficos, historiales de sustancias, abuso sexual y salud mental) con los
52
datos cualitativos (relación percibida entre historiales de sustancias y abuso sexual). No
53
Capítulo III
Resultados
Puerto Rico” que pretende identificar y describir los antecedentes de abuso sexual en
consistió de 11 preguntas cerradas para indagar acerca del historial de abuso sexual de las
información acerca del historial de salud mental de las entrevistadas. La quinta parte
consistió de seis preguntas abiertas dirigidas a explorar la relación que las participantes
pudieran percibir entre su historial de abuso sexual y su uso de sustancias. La sexta parte
incluyó siete preguntas abiertas para explorar el impacto que el proceso de entrevista
de los datos de la investigación sino que fueron utilizados para explorar indicadores que
54
apuntaran a la presencia de posibles efectos adversos asociados con el contenido y
proceso de la entrevista. Los datos obtenidos para la investigación se dividieron en: (1)
datos sociodemográficos, (2) historial de uso de sustancias, (3) historial de abuso sexual,
(4) historial de condiciones de salud mental y (5) relación percibida entre el uso de
Datos sociodemográficos
información que ayuda a describir un perfil general de las participantes. Estos datos
Edad
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
26-35 años 36-45 años 46-55 años 56-65 años
mujeres con una edad promedio de 47.8 años. El 14.2% de ellas informó tener de 26 a 35
años de edad, el 28.6% indicó tener entre 36 a 45 años de edad, el 14.2% dijo tener entre
55
Gráfica 2: Descripción de las participantes distribuida por estado civil
Estado civil
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Nunca casada Casada Convivencia Separada Divorciada Viuda
consensual
casado mientras un 14.3% dijo estar legalmente casada. Ninguna de las participantes
Raza
50
40
30
20
10
0
Blanca Negra Otra
el 42.9 % dijo ser de otra raza y un 14.2% se describió como negra. Todas las
56
participantes que seleccionaron la alternativa de “otra” raza la definieron como
“trigueña”.
Origen nacional
120
100
80
60
40
20
0
Puertorriqueña Norteamericana Hispanoamericana
Estatus de vivienda
50
40
30
20
10
0
Vive con familiares Sin hogar Vivienda propia Vivienda alquilada
57
Con relación al estatus de vivienda, el 42.9% de las entrevistadas dijo vivir en la
casa de familiares, el 28.6% informó ser una persona sin hogar, el 14.3% indicó tener una
Composición familiar
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Vive con familiares Vive con hijos Vive sola Vive con pareja e
hijos
28.6% dijo vivir con sus hijos, el 14.3% dijo que vive con pareja e hijos y el 14.3%
indicó que vive sola. El 57.1% de las entrevistadas informó que la cantidad de personas
que vive en esas residencias se encuentra entre dos a cuatro individuos por unidad
residencial.
58
Gráfica 7: Descripción de las participantes distribuida por zona residencial
Zona residencial
100
50
0
Zona urbana Zona rural Area Area Isla
metropolitana
estudio dijo que su residencia está ubicada en una zona urbana y el 42.9% indicó que su
residencia está ubicada en una zona rural. Con relación al municipio en que viven, el
85.7% de las mujeres entrevistadas informó que vive en un municipio que pertenece a la
zona metropolitana, mientras el 14.3% dijo que vive en un municipio que no pertenece a
la zona metropolitana.
Historial reproductivo
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1-2 hijos 3-4 hijos 5-6 hijos 7-8 hijos 9-10 hijos
procreado entre uno a dos hijos, el 14.3% dijo haber procreado de tres a cuatro hijos y un
14.3% dijo haber procreado de nueve a diez hijos. El 57.1% reportó haber tenido al
59
menos un aborto. De estas, el 75% indicó que fueron abortos provocados
Nivel educativo
50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Elemental Intermedia Superior Grado
técnico/Universidad
60
Gráfica 10: Descripción de las participantes distribuida por ingreso anual
Ingreso anual
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
$0-$10,000 $10,001-$20,000 Más de $20,001
anual entre los $0 a $10,000. Un 14.3% dijo que su ingreso anual está entre los $10,001
y $20,000.
Gráfica 11: Descripción de las participantes distribuida por fuente de ingreso anual
70
60
50
40
30
20
10
0
Asistencia pública Pensión
61
El 71.4% de las participantes del estudio informó que sus ingresos provienen de
fondos para la asistencia pública. Mientras, el 28.6% de ellas indicó que sus ingresos
tratamiento.
Religión
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Católica Protestante
mientras el 14.3% dijo profesar la fe católica. Todas las participantes que dijeron
edad de 48 años, puertorriqueñas, nunca casadas y que han procreado entre uno a dos
62
hijos, que viven con familiares en las residencias de estos, mayormente en la zona urbana
del área metropolitana, con un nivel educativo de escuela superior o estudios posteriores,
desempleadas, con ingresos que las ubican bajo el nivel de pobreza y que profesan la fe
protestante.
sustancias tiene el propósito de: (1) establecer que las entrevistadas tienen un historial de
uso de sustancias y (2) describir de manera general y breve los tipos de sustancias
impactadas por el uso de las sustancias (Stilen, Carisse, Roget & Wandler, 2005). Las
áreas que evalúa son: condición médica, empleo y recursos de apoyo, uso de drogas, uso
pregunta acerca de la cantidad máxima utilizada por cada sustancia, las respuestas de las
confiable que se pudiera considerar para un estudio de investigación. Por esta razón, a
63
utilizadas, los datos obtenidos no serán presentados como parte de los hallazgos de esta
establecer un perfil que describa el historial de uso de sustancias de las mujeres que
participaron en el estudio.
Gráfica 13: Reporte de uso de sustancias por cada sustancia utilizada y por
Alcohol
Nicotina
Marihuana
Cocaína
Reporte de uso
Heroína
Meds. controlados
0 50 100 150
64
Entre las mujeres que participaron en el estudio de investigación, el 85.7% dijo
haber hecho uso de alcohol. El 67% de ellas informó haber tomado alcohol diariamente.
De las mujeres que conforman la muestra de este estudio, el 71.4% informó haber
hecho uso de cigarillos de nicotina. Un 80% de estas dijo que fumó cigarillos de nicotina
a diario.
diariamente.
El 57.1% de las mujeres entrevistadas en este estudio informó haber hecho uso de
hecho uso de la sustancia. De estas mujeres, el 100% indicó haber fumado crack
diariamente.
Por último, el 28.6% de las mujeres que participaron en el estudio reportó uso de
65
Gráfica 14: Edad de inicio del consumo promedio reportado por cada sustancia
Alcohol
Nicotina
Marihuana
Cocaína
Crack
Heroína
Meds. controlados
0 5 10 15 20 25 30 35
edad de inicio del consumo de cada sustancia, las participantes que reportaron consumo
de alcohol indicaron haber iniciado a una edad promedio de 15.4 años. Las mujeres
entrevistadas que dijeron haber consumido cigarillos de nicotina informaron una edad de
inicio promedio de 16.6 años. Aquellas que reportaron uso de marihuana, indicaron
De las mujeres entrevistadas en este estudio que informaron haber hecho uso de
cocaína, la edad de inicio promedio fue de 21.5 años. Aquellas que reportaron uso de
crack, indicaron una edad de inicio promedio de 29.5 años. Las mujeres que reportaron
haber consumido heroína informaron una edad de inicio promedio de 19.6 años.
66
tales como opiáceos y benzodiazepinas, dijeron haber iniciado el consumo a una edad
promedio de 20 años.
Gráfica 15: Total de años de consumo diario reportado por cada sustancia
Alcohol
Nicotina
Marihuana
Cocaína
Crack
Heroína
Meds. controlados
0 5 10 15 20 25
De las mujeres que formaron parte de este estudio, las que reportaron haber hecho
que reportaron haber fumado marihuana diariamente lo hicieron por un promedio de 7.3
años.
Las participantes que informaron haber hecho uso diario de cocaína sostuvieron
ese patrón de consumo durante un promedio de 16.2 años. Aquellas mujeres que
indicaron haber fumado crack diariamente lo hicieron por un promedio de 13.5 años. Las
entrevistadas que informaron uso diario de heroína exhibieron ese patrón de consumo
67
durante un promedio de 7 años. Por último, las mujeres que participaron en el estudio y
Olvidar recuerdos
dolorosos
Curiosidad
Presión de grupo
Relajarse
No estar triste
Violación sexual
0 10 20 30 40 50 60
por qué razón o razones creían que habían dado inicio al consumo de sustancias. De las
sustancias a varias razones. El 57.1% indicó que el ejemplo de sus padres influyó en el
hecho de que ellas consumieran sustancias. El 42.9% dijo haber recurrido al uso de
sustancias para olvidar recuerdos dolorosos. El 28.6% indicó que la curiosidad fue un
Mientras, el 28.6% de ellas dijo haber consumido sustancias como una alternativa para
68
sentirse triste. El 14.3% atribuyó su uso de sustancias directamente a un evento de abuso
42.9% indicó haber participado también en grupos de apoyo para personas con abuso o
dependencia de sustancias.
En resumen, el 100% de las entrevistadas reportó uso diario de, al menos, una
sustancia sicoactiva. Las sustancias más utilizadas por el grupo de participantes fueron el
alcohol, la marihuana y los cigarrillos de nicotina en más del 70% de las entrevistadas.
Entre un 40 y 60% de las participantes indicó consumir a diario cocaína, crack y heroína.
Entre las razones para iniciar el uso de sustancias, el 57.1% de estas tienen que
ver con el manejo de recuerdos o emociones (para relajarme, para no sentirme triste, para
olvidar recuerdos dolorosos, para manejar los efectos del abuso sexual). El 42.9% de las
grupo).
pesar de que estas permanecen en los tratamientos por un tiempo promedio que suele
69
estar entre los nueve a los doce meses, en promedio, no sostienen la abstinencia de
exploró con el propósito de: (1) establecer que las participantes tienen un historial de
abuso sexual y (2) describir de manera general en qué consiste ese evento que ellas
entrevista. El bienestar de las participantes se consideró una prioridad por encima del
historial de abuso sexual o en los momentos en que se observó una elevación del estado
pasó a la siguiente pregunta. Así se continuó sucesivamente hasta terminar con esta
70
palabras: “muchos”, “varios”, “unos cuantos”, “no recuerdo”, entre otras respuestas
ambiguas. Por esta razón, las respuestas obtenidas con relación a la cantidad de
limitaciones para obtener esta información no afectan los resultados de este estudio ya
que esta investigación no tiene el propósito de establecer una descripción exhaustiva del
Una situación similar se observó al preguntar cuál era la relación entre la víctima
cuándo se reportaron, la respuesta repetida fue “no recuerdo” en todos los casos en que
indicaron haberlo reportado alguna vez. Con respecto a la pregunta sobre a quién se
reportó, las respuestas apuntaron hacia amistades o familiares en todos los casos en que la
importante destacar que ninguna de las participantes que dijo haber reportado el abuso
sexual a alguien en algún momento hizo reporte de abuso a alguna agencia, organización
o institución que pudiera proveer algún servicio para la víctima o algún procesamiento
71
limitación para recopilar esta información no afecta los resultados de este estudio puesto
menos de 5 años
6 a 10 años
11 a 15 años
16 a 18 años
19 a 21 años
22 años o más
0 10 20 30 40 50
sexual se obtuvo que las participantes reportaron que la edad de inicio de los incidentes
fue como sigue: el 14.3% dijo que los incidentes de abuso sexual ocurrieron antes de que
ellas tuvieran cinco años de edad. El 42.9% informó que los incidentes se produjeron
cuando ellas estaban entre las edades de seis a diez años. El 14.3% indicó que ocurrieron
cuando tenían entre 16 a 18 años de edad y un 28.6% reportó que el abuso sexual ocurrió
72
Gráfica 18: Tipos de abuso sexual
Exponer(se)
desnudez
Tocar genitales
Sexo oral
Pornografía
Masturbación
Penetración
vaginal
Asalto con
violencia
0 10 20 30 40 50 60
abuso sexual. El 14.3% de las participantes informó haber tenido más de un incidente en
los que tuvieron que exponer su desnudez o tuvieron que observar la desnudez de otra
incidente en que alguien tocó sus genitales o le hizo tocar los genitales de esa persona de
manera forzada. El 28.6% de las participantes indicó haber tenido más de un incidente en
que se les hizo de manera forzada o se les obligó a hacerle sexo oral a alguien. El 14.3%
de las mujeres que participaron en el estudio dijo haber tenido más de un incidente en que
se les expuso a observar pornografía de manera forzada. El 14.3% indicó haber tenido
abuso con penetración vaginal. De ellas, el 50% indicó haber sufrido un solo incidente
73
de este tipo. Finalmente, el 42.9% de las participantes informó haber sufrido algún
incidente de asalto sexual con violencia. De ellas, el 66.7% indicó haber sufrido un solo
Exponer(se)
desnudez
Tocar genitales
Sexo oral
Pornografía
Masturbación
Penetración
vaginal
Asalto con
violencia
0 1 2 3 4 5
promedio de cuatro años, el ser tocada o ser obligada a tocar los genitales de otra persona
se prolongó por un promedio de 3.25 años y el ser obligada a hacer o recibir sexo oral
tuvo una duración promedio de 3.5 años. Mientras, el ser forzada a observar pornografía
prolongó por un promedio de cuatro años, el abuso sexual con penetración vaginal se
74
extendió por un promedio de 3.5 años y el asalto sexual con violencia se prolongó por un
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Recibió servicios No recibió servicios
incidente de abuso sexual, el 57.1% dijo que el abuso ocurrió en o antes de los diez años
de edad. Los incidentes de abuso sexual se prolongaron por un mínimo de tres años en
tienen un historial de trastornos de salud mental y (2) describir de manera general cuáles
son los diagnósticos mentales que tienen estas mujeres y (3) cuáles puedan ser algunas de
Ningún
diagnóstico
Depresión
PTSD
Trastornos
aprendizaje
0 10 20 30 40 50
76
De acuerdo a la información recopilada a través de la entrevista de investigación,
trastorno mental por un profesional de la salud. Mientras, el 42.9% informó haber sido
síndrome de estrés postraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) en algún momento por
profesional de la salud.
Depresión
PTSD
Trastornos
aprendizaje
0 20 40 60 80 100 120
el 100% de las participantes que reportaron haber tenido diagnóstico de algún tipo de
depresión indicó haber recibido algún tratamiento para la depresión. El 100% de las
77
entrevistadas que dijo haber recibido un diagnóstico de síndrome de estrés postraumático
(PTSD) informó haber recibido algún tratamiento y ninguna (0%) de las participantes que
informaron haber tenido algún diagnóstico de trastornos del aprendizaje indicó haber
tristeza
rec. perturbadores
desconfianza
pens. intrusivos
ansiedad
aislamiento
impulsividad
desesperanza
agresividad
vergüenza
culpa
ideas suicidas
irritabilidad
insomnio
pérdida de apetito
intentos suicidas
pesadillas
otras sensaciones
0 20 40 60 80 100
78
La entrevista de investigación exploró si las participantes habían experimentado
relacionados con alguno de los trastornos mentales que algún profesional de la salud
hubiera diagnosticado o sin tener algún diagnóstico de trastorno mental. A tales efectos,
traumáticas. Estas sensaciones se fueron mencionando una por una en el estricto orden
en que aparecen en el cuestionario para que las participantes indicaran si las habían
experimentado frecuentemente o no. Sus respuestas revelan que ellas han experimentado
diagnóstico de trastorno mental realizado por algún profesional de la salud a pesar de que
79
Relación percibida entre el uso de sustancias y el abuso sexual
se presenta a continuación.
Pregunta 1: ¿Piensas que existe una relación entre los eventos de abuso sexual y
tu uso de sustancias?
50
45
40
35
30
25
20
15
10
0
SI NO NO SE
El 42.9% de las participantes ofreció una respuesta afirmativa para indicar que
reconocen que existe alguna relación entre los eventos de abuso sexual y su uso de
sustancias. El 14.3% indicó que no cree que existe alguna relación. Mientras, el 42.9%
ofreció una respuesta ambigua para expresar que no sabe o que no lo ha considerado; por
80
ejemplo, “yo no tengo una contestación”, “no pensé” o “a veces lo he pensado pero no le
doy importancia”.
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Si recuerda No recuerda
abuso sexual. Por su parte, el 85.7% dijo recordar sentimientos asociados al abuso sexual
y estos son según se detalla: deseos de matar (33.3%), odio (33.3%), asco (33.3%),
deseos de morir (16.7%), culpa (16.7%), coraje (16.7%), deseos de venganza (16.7%).
sexual realizó expresiones verbales que sugieren que estos recuerdos son frecuentes y
actuales. Según indicaron, “me viene a la mente y es como si me pasara una película y la
vivo constantemente… como si me estuviera pasando”, “hay veces que pienso en eso
pero yo misma me doy terapia y me digo que no voy a pensar en eso”, “me vienen
81
Pregunta 3: ¿Recuerdas haber usado alguna sustancia para sobrellevar o aliviar
tristeza
rec.…
desconfianza
pens. intrusivos
ansiedad
aislamiento
impulsividad
desesperanza
agresividad
vergüenza
culpa
ideas suicidas
irritabilidad
insomnio
pérdida de…
intentos suicidas
pesadillas
otras…
0 20 40 60 80 100
82
En esta pregunta se utilizó la misma lista de 18 sensaciones que comúnmente se
asocian con el malestar emocional relacionado con las experiencias traumáticas que se
utilizaron en la sección anterior acerca del historial de salud mental. La lista que incluye
sensaciones o no. Las respuestas de las participantes revelaron que ellas hicieron uso de
(14.2%).
espontáneas como: “bueno, si estoy bebiendo casi todo el tiempo, todo eso tiene que ver”,
“si… para todo, yo bebía para todo… ese era mi refugio” y “claro, todas las veces...”
83
Pregunta 4: ¿Recuerdas haber sentido alivio de estas experiencias luego de haber
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Si experimentó alivio No experimentó alivio
El 85.7% de las participantes ofreció una respuesta afirmativa para expresar que
precisión en qué consistía esa sensación de alivio. Estas aseveraciones se pueden agrupar
en dos categorías: (1) la alteración de los pensamientos (57.1%) y (2) la alteración de los
Entre las respuestas que apuntaban al uso de sustancia con el objetivo de alterar
vacilar… te pone la cabeza en otra onda”, “cuando yo usaba marihuana era como que me
84
alcohol, en donde había droga… donde yo no tuviera tiempo para pensar ni poner los pies
Entre las respuestas que apuntaban al uso de sustancias con el propósito de alterar
estados emocionales se encontraron expresiones como: “uno siente como una supuesta
paz que no es verdadera… uno se siente como diferente… uno como que siente un
alivio… temporero…”, “era feliz” y “era alivio”. Algunas de las respuestas aludían al
hecho de que el alivio era temporero y que este no constituía una solución a los
problemas.
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Si re-experimentó No re-experimentó
85
suspendían el consumo de sustancias. Mientras, el 14.3% de las entrevistadas negó haber
Para los efectos de este estudio, estas experiencias se han categorizado en: (1)
recuerdo directo de algunos de los eventos de abuso sexual, ideas de matar a alguien y
hombres… hasta estar con una mujer por culpa de lo que me hicieron… las mujeres eran
buenas… yo pensaba que me iban a cuidar… quería estar con hombres para hacerles
Pregunta 6: Una vez que suspendías el consumo de sustancias por algún tiempo o
86
supervisado. Durante el proceso del tratamiento, estas disfrutan de pases periódicos en la
comunidad por tiempo limitado. Este tiempo puede variar entre uno a tres días por lo
regular.
80
70
60
50
40
30
20
10
0
Recurrencia No recurrencia No sabe
El 71.4% de las mujeres que participaron del estudio opinó afirmativamente como
en esta expresión: “Si, si… por eso es que yo siempre duraba como un mes… y siempre
volvía otra vez”. El 14.3% respondió en la negativa como demuestra esta aseveración:
“No. Lo hacía porque me gustaba, porque me daba la gana… sin excusas”. Mientras, el
87
daba con consumir… pero, en sí, las sensaciones… unos flashbacks que me daban… no
sé si me explico”.
siguiente expresión: “Cómo yo puedo hacer porque, todavía es la hora que yo veo a mis
familiares, por lo menos a mi primo… mis tíos… miro y todavía me queda esa cosa de
que algún día…algún día me las vas a tener que pagar. Yo no quiero odiar, yo sé que
tengo que perdonar. Yo perdono pero… ellos tienen que pagar de alguna forma. Yo
perdoné pero todavía yo les veo las caras y yo quisiera metérmeles por dentro… y
decirles todo porque te miran con esa cara tan carifrescos… como que yo no hice nada…
como que aquí no ha pasado nada... pero cada vez que los miro pienso que mi día va a
llegar y que yo me las voy a desquitar… ¡Yo pienso en tantas cosas! Soy bien
las describe como mujeres en etapa de adultez madura con una edad promedio de 48
años, puertorriqueñas, nunca casadas y que han procreado entre uno a dos hijos, que
viven con familiares en las residencias de estos, mayormente en la zona urbana del área
metropolitana, con un nivel educativo de, al menos, escuela superior, desempleadas, con
ingresos que las ubican bajo el nivel de pobreza y que profesan la fe protestante.
Estas tienen un historial general de uso de sustancias que las describe como
mujeres que hacen uso diario de, al menos, una sustancia sicoactiva. Ellas consideran
que las causas principales para el inicio de su consumo de sustancias se relacionan con el
88
esfuerzos para recuperarse del abuso y dependencia de sustancias mediante diferentes
niveles de tratamiento pero, a pesar de que permanecen en los tratamientos entre nueve a
doce meses, no sostienen la abstinencia de sustancias por un período mayor de uno a tres
meses.
Además, tienen un historial de abuso sexual que revela que el 85.7% de estas
los diez años de edad. Los incidentes de abuso sexual se prolongaron por un mínimo de
trastorno mental realizado por algún profesional de la salud a pesar de que el 100% de
Con respecto a la percepción que ellas tienen en cuanto a que exista alguna
relación entre su adicción y las historias de abuso sexual, se encontró que más de la mitad
sentimientos asociados al abuso sexual, el 100% dijo haber usado sustancias para
experimentaban como resultado de los recuerdos del abuso sexual, el 85.7% la las
89
emocionales dolorosos. Por su parte, el 71.4% de las mujeres entrevistadas dijo haber
recurrido a las sustancias posterior a haber logrado algún período de abstinencia como
90
Capítulo IV
objetivos de identificar y describir los antecedentes de abuso sexual de las mujeres que
residencial en Puerto Rico y explorar si estas mujeres perciben su adicción como una
que cumplieron con todos los criterios de inclusión para participar del estudio.
Los datos recopilados en esta investigación apuntan a que las participantes de este
estudio exhiben características que son congruentes con las que presenta la literatura en la
investigación con poblaciones similares (CSAT, 2009a). Por ejemplo, las mujeres
entrevistadas en este estudio no están casadas, tienen hijos, no tienen una vivienda propia,
viven con familiares, viven bajo el nivel de pobreza y sus ingresos provienen de
1993, CSAT, 2009c). Esto es consistente con los datos de ASSMCA (2007) que presenta
un 56.3% de uso de alcohol alguna vez en la vida entre las adolescentes de escuela
intermedia y superior con un 31.0% de ellas reportando inicio reciente. En este estudio,
el crack, la marihuana y el alcohol resultaron ser las sustancias utilizadas por el mayor
91
patrón de uso de sustancias que se prolongó por un promedio de 12 años siendo el
Las razones para iniciar el uso de sustancias también resultaron consistentes con
la literatura relevante para esta población. La muestra estudiada indicó que las razones
para olvidar recuerdos dolorosos. La literatura apoya ampliamente la idea de que el uso
de sustancias se inicia y/o se mantiene como una alternativa maladaptativa para manejar
Cohen & Campbell, 2005). Igualmente, más de la mitad de las participantes de este
tratamiento lo que apoya los hallazgos de Najavits et al. (2004) quien encontró, en una
modalidades diferentes.
sustancias por más de tres meses luego de haber terminado el tratamiento. Además,
la dependencia a sustancias en Puerto Rico, los datos obtenidos revelaron una consistente
92
similaridad con la literatura relevante estableciendo que estas participantes tienen
historiales de abuso sexual (Kilpatrick, et al., 1997, Najavits, 2002a; Pirard et al., 2005)
que remontan sus inicios a experiencias ocurridas antes de los diez años de edad en el
57.1% de los casos (Boyd, 1993; Price et al., 2001, Grayson & Nolen-Hoeksema, 2005;
Sacks et al., 2007). En el 85.7% de los casos, las mujeres que participaron en este estudio
fueron víctimas de múltiples incidentes como parte de un patrón de abuso sexual que se
Los tipos de abuso sexual que más sufrieron estas mujeres fueron el tocar o ser
vaginal (57.1%) y el asalto sexual con violencia (42.9%). El 85.7% de las mujeres
entrevistadas nunca recibió tratamientos de salud física o mental con relación al abuso
sexual. También, en el 85.7% de los casos, los agresores eran conocidos y familiares y,
Más de la mitad de las mujeres que participaron en el estudio presentaron una co-
trastornos del estado de ánimo (Sosa-Zapata, Colón, Robles & Cabassa, 2007, CSAT,
2009c). A pesar de que más del 40% de ellas dijo no haber recibido nunca un diagnóstico
Más del 70% de las participantes informó haber experimentado pensamientos intrusivos,
vergüenza frecuentemente. Así mismo, más de la mitad de las entrevistadas indicó haber
93
experimentado culpa, ideas suicidas, irritabilidad, insomnio y pérdida de apetito
frecuentemente.
pudieran tener respecto a su dependencia de sustancias como secuela del abuso sexual, se
encontró que el 57.1% de las razones a las que atribuyeron su adicción tiene que ver con
para olvidar recuerdos dolorosos, para manejar los efectos del abuso sexual). Sin
embargo, en lo relativo a percibir algún vínculo entre los eventos de abuso sexual y su
consumo de sustancias, el 42.9% de las mujeres entrevistadas entendió que existe una
relación entre el abuso sexual y su uso de sustancias, mientras, el 57.1% ofreció una
sexual. De estas, el 66.7% realizó expresiones verbales que reflejaron que estos
realizado por un profesional de la salud mental y revelaron haber hecho uso de sustancias
ellas indicó que había sentido alivio a esas experiencias mediante el consumo de
sustancias.
algunas de las experiencias emocionales dolorosas una vez que suspendían el consumo de
94
luego de haberse rehabilitado como consecuencia de re-experimentar las emociones
manejo de emociones negativas, sólo el 42.9% lo vinculó directamente con sus historias
de abuso sexual. Esto apunta a que menos de la mitad de ellas pensó que las emociones
negativas que han motivado su uso de sustancias tienen que ver con las historias de abuso
sexual. No obstante, identificaron que las historias de abuso sexual les han provocado
emociones negativas que, en muchos casos, son frecuentes y actuales. Aunque las
mujeres entrevistadas reconocieron que el consumo de drogas y/o alcohol tiene relación
Conclusiones
emocionales negativos. Sin embargo, sólo el 42.9% de ellas relacionó directamente estos
estados emocionales negativos con las historias de abuso sexual. Esto significa que, a
pesar de que estas mujeres vinculan sus estados emocionales negativos con su consumo
frecuentes y actuales de los eventos de abuso sexual, (3) recordaron haber usado
sustancias para aliviar o sobrellevar estas emociones negativas, (4) recordaron haber re-
95
experimentado las emociones negativas cuando suspendían el consumo de sustancias y
emociones. Sin embargo, menos de la mitad de ellas (42.9%), reportó percibir que su uso
muestra. El diseño inicial del estudio aspiraba a realizar diez entrevistas. No obstante,
participación que establecía que estas mujeres tenían que haber estado un mínimo de tres
en ese período. El propósito de este requisito era asegurar que las participantes
su rehabilitación.
información en cierta medida pero aseguró que ninguna de las mujeres entrevistadas
96
primera semana de haberse realizado la misma según se pudo constatar mediante los
Recomendaciones
mujeres con trastornos de abuso y dependencia de sustancias que reciben servicios para
general, existe una probabilidad significativa de que así sea. En aquellas participantes
a las experiencias del abuso sexual. Estos servicios deben considerar y admitir cuantas
los resultados de este estudio, más de la mitad de estas participantes no identifican que
exista alguna relación entre su trastorno adictivo y sus experiencias de abuso sexual.
Como consecuencia, es poco probable que ellas decidan procurar servicios para atender
las secuelas de los eventos de abuso sexual. Por consiguiente, pudiera ocurrir que estas
97
mujeres restaran importancia a sus historias de abuso sexual y no consideraran que es
sustancias y su historial de abuso sexual. Esto pudiera facilitar que estas mujeres
de sustancias.
tratando con personas que han sufrido vivencias traumáticas y que no identifican que
98
En segundo lugar, los resultados sugieren la necesidad de incluir intervenciones
dirigidas hacia la prevención y detección temprana del uso y abuso de sustancias como
parte de la atención a las mujeres y niñas que han sido víctimas de abuso sexual. Tomado
en cuenta que la aflicción que provoca el abuso sexual puede estimular la búsqueda de
alivio en las sustancias adictivas, las víctimas de abuso sexual deben ser consideradas
la incidencia de adicciones entre mujeres y niñas que han sido víctimas de abuso sexual.
investigaciones:
1. Estudios sobre el mismo tema que exploren una cantidad mayor de participantes,
recuperación residenciales en Puerto Rico para atender a las mujeres que tienen
3. Estudios que investiguen cuál pueda ser el índice de recurrencia en mujeres que
que no han recibido atención para sus historias de abuso sexual versus aquellas
que sí la recibieron,
4. Estudios que investiguen si existe alguna relación entre los tipos de abuso sexual
y la percepción que estas mujeres puedan tener de ellos con respecto a su uso
problemático de sustancias,
tienen las mujeres que han sido víctimas de abuso sexual y han recibido servicios
99
de salud física y mental temprana versus aquellas que no han recibido atención
alguna.
100
Referencias
Addiction Technology Transfer Center. (2006, verano). Women’s Issues are Complex.
Networker, 8(1), 3.
Alexander, P. C., Neimeyer, R. A., Follette, V. M., Moore, M. K. & Harter, S. (1989). A
Comparison of Group Treatment of Women Sexually Abused as Children.
Journal of Consulting and Clinical Psychology, 57, 479-483. Recuperado el 20 de
febrero de 2011 de, http://psycnet.apa.org
Amaro, H. (2003, enero). A Common Journey to Addiction: Women Addicts Often Share
a Troubling Distinction: A History of Abuse. Northeastern University Magazine.
Recuperado el 4 de abril de 2011 de,
http://www.northeastern.edu/magazine/0301/ field.html
101
Battaglia, E. (2009, 17 de febrero). A Short History of Female Addiction in America.
[Reseña del libro Substance and shadow: A history of women and addiction in the
United States].Drug and Alcohol Addiction Recovery Magazine. Recuperado el 3
de mayo de 2011 de, http://drugalcoholaddictionrecovery.com
Brower, K. J., Aldrich, M. S., Robinson, E. A., Zucker, R. A. & Greden, J. F. (2001,
marzo). Insomnia, Self-medication and Relapse to Alcoholism. American Journal
of Psychiatry, 158, 399-404. Recuperado el 23 de febrero de 2011 de,
http://ajp.psychiatryonline.org/ content/abstract/158/3/399
Butler Center for Research. (2000, abril). Addiction and Mental Illness. Research
Update. Recuperado el 25 de febrero de 2011 de,
http://www.hazelden.org/web/public/ document/ bcrup_0400.pdf
Center for Substance Abuse Treatment. (1999). Substance Abuse Treatment for Women
Offenders: Guide to Promising Practices. Technical Assistance Publication
Series: 23 (ed. rev.). Rockville, MD, EE. UU.
Center for Substance Abuse Treatment. (2000). Tratamiento de abuso de sustancias para
personas con historial de abuso y negligencia en la niñez. Serie de protocolo para
mejorar el tratamiento 36 (Caribbean Basin and Hispanic Addiction Technology
Transfer Center, Trads.). (ed. rev.). Rockville, MD, EE. UU.
Center for Substance Abuse Treatment. (2004). Substance Abuse Treatment for Persons
with Co-Occurring Disorders. Treatment Improvement Protocol 42 (ed. rev.).
Rockville, MD, EE. UU.
102
Center for Substance Abuse Treatment. (2005). Substance Abuse Treatment: Group
Therapy. Treatment Improvement Protocol 41 (ed. rev.). Rockville, MD, EE. UU.
Center for Substance Abuse Treatment. (2008). Substance Abuse Treatment and
Domestic Violence. Treatment Improvement Protocol 25. Rockville, MD, EE.
UU.
103
Cohen, L. R. & Hien, D. A. (2006, enero). Treatment Outcomes for Women with
Substance Abuse and PTSD Who Have Experienced Complex Trauma.
Psychiatric Services, 57, 1. Recuperado el 4 de noviembre de 2010, de
http://www.psychservices. psychiatryonline.org/cgi/reprint/57/1/100.pdf
Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico. (2009, 15 de abril). Resolución para una
política pública salubrista sobre los trastornos relacionados con el uso de
sustancias. San Juan, Puerto Rico. Recuperado el 3 de abril de 2011 de,
http://www.asppr.net/pdf
Controlled Substance Act. (1970). Comprehensive drug abuse prevention and control
act. Recuperado el 8 de noviembre de 2010, de http://www.justicelearning.org/
justice_timeline/Issues.aspx
Corrente, D. (2003, octubre). Holistic Hormonal Assessment in Women’s Addiction
Treatment. Counselor, 4(5), 32-35. Recuperado el 25 de febrero de 2011 de,
http://www. counselormagazine.com
Delgado, J.A. (2011, 16 de enero). Tema intocable en la Isla. El Nuevo Día. Recuperado
el 10 de febrero de 2011, de http://www.elnuevodia.com
Delgado, I. (2009, 1ro. de noviembre). El peligroso serrucho del abuelo. La Revista: El
Nuevo Día, p. 12.
Departamento de Salud: Unidad de Estadísticas e Investigación (2007, enero). Violencia
sexual en Puerto Rico. Recuperado el 14 de febrero de 2011, de
http://www.salud.gov.pr/
VictimasdeviolenciaCAVV/documenta/violenciasexualenPRfinal20marzo07.pdf
Estado Libre Asociado de Puerto Rico. (2003, 1o. de agosto). Ley 177: Ley para el
bienestar y la protección integral de la niñez. Recuperado el 15 de marzo de 2011
de, http://www. ceepur.org
Everitt, B. J. & Robbins, T. W. (2005, octubre). Neural Systems of Reinforcement for
Drug Addiction: From Actions to Habits to Compulsions. Nature Neuroscience,
8, 1481-1489. Recuperado el 4 de marzo de 2011 de,
http://www.nature.com/neuro/journal/v8/n11/full/ nn1579.html
Finlinson, H. A., Oliver-Vélez, D., Deren, S., Cant, J. G., Colón, H. M., Robles, R. R. et
al. (2003). Puerto Rican Drug Users’ Experiences of Physical and Sexual Abuse:
Comparisons Based on Gender and Developmental Stage. Violence against
Women, 9(7), 839-858.
Foa, E. B., Keane, T. M., Friedman, M. J. & Cohen, J. A. (Eds.). (2009). Effective
Treatments for PTSD: Practice Guidelines from the International Society for
Traumatic Stress Studies. (2a. ed.). New York. EE. UU.: The Guilford Press.
104
Forsythe, L & Adam, K. (2009, noviembre). Mental health, abuse, drug use and crime:
Does gender matter? Trends and Issues in Crime and Criminal Justice, 384 (1).
Recuperado el 10 de enero de 2011, de http://www.aic.gov.au/documents
García, H. A. (s.f.). La gran enciclopedia ilustrada: Historia de Puerto Rico. Recuperado
el 8 de noviembre de 2010, de
http://www.proyectossalonhogar.com/Enciclopedia_ lustrada/HistoriaPR5.htm
González, D. P. (2010). El impacto del trauma en la recuperación de la mujer. Simposio
efectuado en la Conferencia 2010: Estrategias efectivas de tratamiento para
mujeres con adicción a drogas. San Juan, P. R. Recuperado el 8 de marzo de 2011
de, http://cbattc.edu/Documentos/Conferencia2010/Panel3.pdf
González, D. P. (2011, febrero). El impacto del trauma en la recuperación de la mujer.
Dialogando, 6.
Goodman, A. (2009, agosto). The Neurobiological Development of Addiction: An
Overview. Psychiatric Times, 26(9), 1-14. Recuperado el 3 de noviembre de 2010
de, http://www. psychiatrictimes.com
Grayson, C. E. & Nolen-Hoeksema, S. (2005, abril). Motives to Drinking as Mediators
between Childhood Sexual Assault and Alcohol Problems in Adult Women.
Journal of Traumatic Stress, 18, 137-145. Recuperado el 20 de febrero de 2011
de, http://www.yale.edu/snhlab
Grella, C. E. (2009). Older Adults and Co-Occurring Disorders. Los Angeles, California:
Universidad de California, UCLA Integrated Substance Abuse Programs.
Hanson, G. R. (2002, mayo). In Drug Abuse, Gender Matters. A Collection of NIDA
Notes: Articles that Address Women and Sex/Gender Differences Research, 17(2),
43-44. Recuperado el 4 de noviembre de 2010 de,
http://www.nida.nih.gov/NIDA_notes/ NN0013.html
Harned, M. S., Najavits, L. M. & Weiss, R. D. (2006). Self-harm and Suicidal Behavior
in Women with Comorbid PTSD and Substance Dependence. The American
Journal on Addictions, (15). 392-995. Recuperado el 2 de septiembre de 2010 de,
http://seekingsafety.org/articles
Harris, M., Fallot, R. D. & Wolfson Berley, R. (2005, octubre). Qualitative Interviews on
Substance Abuse Relapse and Prevention Among Female Trauma Survivors.
Psychiatric Services. 56(10), 1292-1296. Recuperado el 3 de noviembre de 2010
de, http://ps. psychiatryonline.org
Hernández Sampieri, R., Fernández Collado, C. & Baptista Lucio, P. (2004).
Metodología de la investigación. (3ª. ed.). México, D. F.: McGraw Hill.
Hien, D., Cohen, L. & Campbell, A. (2005, septiembre). Is Traumatic Stress a
Vulnerability Factor for Women with Substance Use Disorders? Clinical
105
Psychology Review, 25, 813-823. Recuperado el 23 de febrero de 2011 de,
http://www.sciencedirect.com
Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (2010). Principios de tratamiento para la
drogadicción: Una guía basada en las investigaciones (2a. ed.) [Folleto]. EE.
UU.
Khantzian, E. J. (1997, enero-febrero). The Self-medication Hypothesis of Substance Use
Disorders. HarvRevPychiatry, 4(5), 287-289. Recuperado el 23 de febrero de
2011 de, http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/9385000
Kilpatrick, D. G., Acierno, R., Resnick, H. S., Saunders, B. E., Best, C. L. (1997,
octubre). A Two Year Longitudinal Analysis of the Relationship between Violent
Assault and Substance Abuse in Women. Journal of Consulting and Clinical
Psychology, 65, (5). Recuperado el 24 de febrero de 2011 de,
http://psycnet.apa.org
Lee, S., Lyvers, M. & Edwards, M. S. (2008). Childhood Sexual Abuse and Substance
Abuse in Relation to Depression and Coping. Humanities & Social Science
Papers. Recuperado el 10 de mayo de 2011 de,
http://epublications.bond.edu.au/hss_pubs/254
Leshner, A. I. (1997, 3 de octubre). Addiction is a Brain Disease and It Does Matter.
Science, 278, 5335. Recuperado el 8 de noviembre de 2010, de
www.sciencemag.org/cgi/ reprint/278/5335/45.pdf
López, A. M. (2005). Las cortes de drogas bajo el enfoque de justicia terapéutica:
Evaluación de programas en Puerto Rico. Recuperado el 8 de noviembre de 2010,
de http://www.law. arizona.edu/depts/upr_intj/LopezArticle.doc
Marlatt, G. A. (1985). Relapse Prevention: Theoretical Rationale and Overview of the
Model. En G. A. Marlatt & J. R. Gordon Eds.). Relapse Prevention. New York,
EE. UU.: The Guilford Press.
Martin, K. (2003, junio). Substance Abusing Adolescents Show Ethnic and Gender
Differences in Psychiatric Disorders. National Institute and Drug Abuse Archives,
18(1). Recuperado el 9 de mayo de 2011 de,
http://archives.drugabuse.gov/NIDA_notes/NNVol18N1/ Substance.html
Merlos, P. (2005, agosto). El tratamiento de la dependencia de opiáceos con
buprenorfina: La experiencia en Puerto Rico. Simposio efectuado en la Cuarta
Conferencia de Trabajo Social Forense. Universidad Interamericana, Bayamón,
Puerto Rico. Recuperado el 3 de abril de 2011 de,
http://www.ramajudicialpr/Miscel/Conferencia/PDF/18
Miranda, R., Meyerson, L. A., Long, P. J., Marx, B. P. & Simpson, S. M. (2002). Sexual
Assault and Alcohol Use: Exploring the Self-medication Hypothesis. Violence
and Victims, 17, 205-217. Recuperado el 23 de febrero de 2011 de,
http://www.ingentaconnect.com/ content/springer/vav/2002
106
Molnar, B. E., Buka, S. L. & Kessler, R. C. (2001). Child Sexual Abuse and Subsequent
Psychopathology: Results from the National Comorbidity Survey. American
Journal of Public Health, 91(5), 753-760. Recuperado el 4 de abril de 2011 de,
http//:ajph. aphapublications.org
Najavits, L. M. (2002a). A Woman’s Addiction Workbook: Your Guide to In-Depth
Healing. California, EE. UU.: New Harbinger Publications, Inc.
Najavits, L. M. (2002b). Seeking Safety: A Treatment Manual for PTSD and Substance
Abuse. New York, EE. UU.: The Guilford Press.
Najavits, L. M. (2004a). Assessment of Trauma, PTSD and Substance Use Disorder: A
practical guide. En J. P. Wilson & T. Keane (Eds.). Assessing Psychological
Trauma and PTSD. (2ª. Ed.), p. 466-491. New York: Guilford Press.
Najavits, L. M. (2004b). Treatment of Posttraumatic Stress Disorder and Substance
Abuse: Clinical Guidelines for Implementing Seeking Safety Therapy. Alcoholism
Treatment Quarterly, 22(1), 43-62. Recuperado el 2 de septiembre de 2010 de,
http://seekingsafety. org/articles
Najavits, L. M. (2007). Seeking Safety: An evidence-based model for substance abuse
and trauma/PTSD. En K.A. Witkiewitz & G.A. Marlatt (Eds.). Therapist's guide
to evidence based relapse prevention: Practical resources for the mental health
professional (pp. 141-167). San Diego: Elsevier Press.
Najavits, L. M., Gotthardt, S., Weiss, R. D. & Epstein, M. (2004, abril). Cognitive
Distortions in the Dual Diagnosis of PTSD and Substance Use Disorder.
Cognitive Therapy and Research, 28 (2), 159-172. Recuperado el 2 de septiembre
de 2010 de, http://seekingsafety. org/articles
Najavits, L. M., Harned, M. S., Gallop, R. J., Butler, S. F., Barber, J. P., Thase, M. E. et
al. (2007, mayo). Six-Month Treatment Outcomes of Cocaine-Dependent Patients
with and Without PTSD in a Multisite National Trial. Journal of Studies on
Alcohol and Drugs, 68, 353-361. Recuperado el 2 de septiembre de 2010 de,
http://www.seekingsafety.org/ articles
Najavits, L. M., Lester, K. M. (2008). Gender Differences in Cocaine Dependence. Drug
and Alcohol Dependence, 97, 190-194. Recuperado el 2 de septiembre de 2010
de, http://www.seekingsafety.org/ articles
Najavits, L. M., Ryngala, D., Back, S. E., Bolston, E., Mueser, K. T. & Brady, K. T.
(2008). Treatment for PTSD and Comorbid Disorder: A Review of the Literature.
En E. B. Foa, T. M. Keane, M. J. Friedman & J. Cohen (Eds.). Effective
Treatments for PTSD: Practice Guidelines from the International Society of
Traumatic Stress Studies (2a. ed). New York: Guilford Press.
Najavits, L. M., Schmitz, M., Johnson, K. M., Smith, C., North, T., Hamilton, N., et al.
(2009). Seeking Safety Therapy for Men: Clinical and Research Experiences In
Men and Addictions. N. Y., EE. UU.: Nova Science Publishers.
107
Najavits, L. M., Sullivan, T. P., Schmitz, M., Weiss, R. D., Catherine, S. N. & Lee, B. A.
(2004). Treatment Utilization by Women with PTSD and Substance Dependence.
The American Journal on Addictions, 13, 215-224. Recuperado el 2 de septiembre
de 2010 de, http://www.seekingsafety.org/articles
Najavits, L. M., Weiss, R. D. & Shaw, S. R. (1997). The Link between Posttraumatic
Stress Disorder and Substance Abuse in Women [Versión electrónica]. The
American Journal on Addictions, 6, [273-283].
Najavits, L. M., Weiss, R. D. & Shaw, S. R. (1999). A Clinical Profile of Women with
Posttraumatic Stress Disorder and Substance Dependence. Psychology of
Addictive Behavior, 13 (2), 98-104. Recuperado el 23 de febrero de 2011 de,
http://www. seekingsafety.org
Najt, P., Fusar-Poli, P. & Brambilla, P. (2011, 30 de abril). Co-Occurring Mental and
Substance Abuse Disorders: A review on the potential predictors and clinical
outcomes. Psychiatric Research, 186 (2), 159-164. Recuperado el 9 de mayo de
2011 de, http://www. sciencedirect.com
National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism. (2004, julio).Alcohol: An
Important Women’s Health Issue. Alcohol Alert, 62. Recuperado el 4 de marzo de
2011 de, http:// pubs.niaaa.nih.gov/publications/aa62/aa62.htm
National Institute on Drug Abuse. (2000, septiembre). Gender Differences in Drug Abuse
Risks and Treatment. A Collection of NIDA Notes: Articles that Address Women
and Sex/Gender Differences Research, 15(4), 61. Recuperado el 4 de noviembre
de 2010 de, http://www. nida.nih.gov/NIDA_notes/NN0013.html
National Institute on Drug Abuse. (s.f.). El embarazo y las tendencias de uso de drogas.
NIDA: InfoFacts. Recuperado el 17 de marzo de 2011 de,
http://nida.nih.gov/InfoFacts/ElEmb-Sp.html
National Security Decision Directive, NSDD 042, National Space Policy. (4 de julio de
1982). Recuperado el 8 de noviembre de 2010, de
http://www.fas.org/irp/offdocs/nsdd/ nsdd_042.htm
Office of Applied Studies: Substance Abuse and Mental Health Services Administration.
(2005, septiembre). Women in Substance Abuse Treatment: Results from the
Alcohol and Drug Services Study. Recuperado el 13 de marzo de 2011 de,
http://www.oas.samhsa.gov/womentx/WomenTx.htm
Office of Applied Studies: Substance Abuse and Mental Health Services Administration.
(2008, 21 de mayo). Substance Use among Women during Pregnancy and
Following Childbirth. The National Survey and Drug Use and Health Report.
Recuperado el 6 de noviembre de 2006 de,
http://oas.samhsa.gov/2K9/135/PregWoSubUse.cfm
108
Office of Applied Studies: Substance Abuse and Mental Health Services Administration.
(2008, 3 de junio). Women in Substance Abuse Treatment. Recuperado el 13 de
marzo de 2011 de, http://www.oas.samhsa.gov/womentx/WomenTx.htm
Office of Applied Studies: Substance Abuse and Mental Health Services Administration.
(2010, 21 de enero). Gender Differences among Black Treatment Admissions
Aged 18-25. The TEDS Report. Recuperado el 9 de mayo de 2011 de,
http://www.oas.samhsa.gov/2k10/224/224BlackTx2k10.htm
Office of Applied Studies. (2010, 22 de abril). Puerto Rican Admissions to Substance
Abuse Treatment. The TEDS Report. Rockville, MD, EE. UU.
Office of National Drug Control Policy (2007, marzo). Puerto Rico Profile of Drug
Indicators. Recuperado el 8 de agosto de 2010, de
http://www.whitehousedrugpolicy.gov
Ohlmeier, M. D., Peters, K., TeWildt, B. T., Zedler, M., Ziegenbein, M, Wiese, B., et al.
(2008 mayo - junio). Comorbidity of Alcohol and Substance Dependence with
ADHD. Journal of Alcohol and Alcoholism, 43(3), 300-304. Recuperado el 25 de
febrero de 2011 de, http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/18326548
Organización Mundial de la Salud. (2004). Neurociencia del consumo y dependencia de
sustancias psicoactivas. Recuperado el 15 de marzo de 2011 de,
http://www.who.int/ substance_abuse/publications/en/neuroscience_S.pdf
Peterson Sinclair, B & Summers, S. (2011). Drugs of Abuse. En T. L. King & M. L.
Brucker (Eds.). Pharmacology for Women’s Health (p. 199-227). Jones & Bartlett
Publishers. EE. UU. Recuperado el 17 de marzo de 2011 de,
http://www.books.google.com.pr
Phelan, J. E., Whitehead, N & Sutton, P. M. (2009). What Research Shows: NARTH’s
Response to the APA Claims on Homosexuality. Journal of Human Sexuality, 1,
53-87.
Pirard, S., Sharon, E., Kang, S. K., Angarita, G. A. & Gastfriend D. R. (2005).
Prevalence of Physical and Sexual Abuse among Substance Abuse Patients and
Impact on Treatment Outcomes. Drug and Alcohol Dependence, 78, 57-64.
Recuperado el 20 de febrero de 2011 de, http://www. sciencedirect.com
Price, J. L., Hilsenroth, M. J., Petretic-Jackson, P. A. & Bonge, D. (2001). A Review of
Individual Psychotherapy Outcomes for Adult Survivors of Childhood Sexual
Abuse. Clinical Psychology, 21, 1095-1121. Recuperado el 20 de febrero de 2011,
de la base de datos de Sciencedirect.
Ramírez, E. (1978). Consumo abusivo de sustancias en los países en vías de desarrollo.
Simposio efectuado en el Tercer Congreso de Comunidades Terapéuticas, Roma,
Italia. Recuperado el 3 de abril de 2011 de,
http://www.comunidadterapeuticacaribena.com/
imágenes/Consumo_abusivo_de_sustancias_en_los_paises_-_Copy.pdf
109
Ramírez, E. (1990, 27 de junio). El sistema de comunidades terapéuticas del Programa de
Salud Mental de Puerto Rico: Pasado, presente y futuro. Simposio efectuado en el
XVIII Congreso de la Sociedad Española de Psiquiatría. Salamanca, España.
Recuperado el 3 de abril de 2011 de, http://www.comunidadterapeuticacaribena.
com/ imágenes/El_sistema_de_cominidades_terap_uticas_del_programa_de_
sal_.pdf
Ramírez, E. (2010, octubre). El modelo caribeño de la comunidad terapéutica desde el
1961 hasta hoy y sus proyecciones futuras. Simposio efectuado en el Instituto de
la Federación Mundial de Comunidades Terapéuticas. Génova, Italia. Recuperado
el 3 de abril de 2011 de, http://www.comunidadterapeuticacaribena.com/
Rodríguez, W. (2011, febrero). Conferencia 2010: El impacto de la adicción a drogas en
la mujer. Dialogando, 1.
Sacks, J. Y., McKendrick, K. & Banks, S. (2008). The Impact of Early Trauma and
Abuse on Residential Substance Abuse Treatment Outcomes for Women. Journal
of Substance Abuse Treatment, 34, 90-100. Recuperado el 20 de febrero de 2011
de, http://www. sciencedirect.com
Scarano, F. A. (2000). Puerto Rico: Cinco siglos de historia (2a. ed.). México.: McGraw-
Hill.
Seepersad, R. & Maharajh, H. D., (2010, noviembre). Social and Clinical Profiling
Among Chronic Alcohol Dependent Men and Women Attending AA Groups In
Trinidad. International Journal of Clinical Medicine, 1, 54-63. Recuperado el 3
de mayo de 2011 de, http://www.scrip.org/journal/ijcm
Sherman, C. (2006, julio). Drugs Affect Men’s and Women’s Brains Differently. NIDA
Archives, 20(6). Recuperado el 4 de noviembre de 2010 de,
http://archives.drugabuse.gov/NIDA_ notes
Simpson, T. L. (2003). Childhood Sexual Abuse, PTSD and the Functional Roles of
Alcohol Use among Women Drinkers. Substance Use and Misuse, 38, 249-270.
Recuperado el 23 de febrero de 2011 de, http://informahealthcare.com/doi/pdf
Sosa-Zapata, I., Colón, H. M., Robles, R. R. & Cabassa, M. (2007, septiembre). Gender
Differences in Drug Use and Sexual Risk Behaviors among Non-Injecting Heroin
Users in Puerto Rico. Puerto Rico Health Services Journal, 26 (3), 205-211.
Recuperado el 13 de marzo de 2011 de http://
prhsj.rcm.upr.edu/index/php/prhsj/article/download/239/138
Stilen, P., Carisse, D., Roget, N. & Wandler, A. (2005). M.A.T.R.S. Planificación de
tratamiento utilizando el Índice de Severidad de Adicción (ISA): Haciendo útil la
recopilación de datos. Kansas City, MO: Centro de Transferencia de Tecnología
en Adicción de la Región Central, con residencia en la Universidad de Missouri,
Kansas City.
110
Stocker, S. (1998, noviembre). Men and Women in Drug Abuse Treatment Relapse at
Different Rates and for Different Reasons. A Collection of NIDA Notes: Articles
that Address Women and Sex/Gender Differences Research, 13(4), 71-72.
Recuperado el 4 de noviembre de 2010 de, http://www.
nida.nih.gov/NIDA_notes/NN0013.html
Swan, N. (1997, julio/agosto). Gender Affects Relationships between Drug Abuse and
Psychiatric Disorder. A Collection of NIDA Notes: Articles that Address Women
and Sex/Gender Differences Research, 12(4), 74-75. Recuperado el 4 de
noviembre de 2010 de, http://www. nida.nih.gov/NIDA_notes/NN0013.html
The Associated Press. (2008, 3 de junio). Santini y Ferdinand coinciden contra
medicación de la droga. Noticias Online. Recuperado el 10 de febrero de 2011, de
http://www. noticiasonline.com
Thombs, D. L. (1999). Introduction to Addictive Behaviors (2a. ed.). Nueva York, EE.
UU.: The Guilford Press.
Tornvall, K., Noordsy, D. L. & Drake, R. E. (2003). Integrated Treatment for Dual
Disorders. New York, EE. UU.: The Guilford Press.
Torres, R.C. (2010, 30 de enero). Toma fuerza la medicación. El Vocero. Recuperado el
11 de febrero de 2011, de http://el vocero.com/noticias
Torres, R.C. (2011, 25 de febrero). Optimistas ante una nueva oportunidad. El Vocero.
Recuperado el 3 de abril de 2011, de http://el vocero.com/noticias
Universidad de Puerto Rico. (2002). Datos y estadísticas de Puerto Rico y sus
municipios: Referidos investigados con fundamento por tipología 2001-2002
[Archivo de datos]. Recuperado el 4 de abril de 2011 del sitio Web de la
Universidad de Puerto Rico, http://www.tendenciaspr. uprrp.
edu/Poblacion/Maltrato_Menores/Referidos_ investigados_por_tipolog_a.htm
Universidad de Puerto Rico. (2009). Datos y estadísticas de Puerto Rico y sus
municipios: Violencia 2009 [Archivo de datos]. Recuperado el 14 de febrero de
2011 del sitio Web de la Universidad de Puerto Rico,
www.tendenciaspr.com/violencia/asesinatos/ hom_genero_edad.htm
Varas, N., Santiago, S., Neilands, T. B., Cintrón, F. & Malavé, S. (2010, 29 de junio).
Stigmatization of Illicit Drug Use among Puerto Rican Health Professionals in
Training. PR Health Science Journal. Recuperado el 9 de febrero de 2011, de
http://www.ncbi. nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2877284
Vera Rosado, I. (2013, 10 de abril). Sin control el abuso sexual a menores. El Vocero,
p.4.
111
Volkow, N. D., Fowler, J. S. & Wang, G. J. (2003, 15 de mayo). The Addicted Human
Brain: Insights from Imaging Studies. Journal of Clinical Investigation, 111 (10),
1444-1451. Recuperado el 17 de marzo de 2011 de,
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/ PMC155054
Walitzer, K. S. & Dearing, R. L. (2006). Gender Differences in Alcohol and Substance
Use Relapse. Clinical Psychology Review, 26, 128-148. Recuperado el 9 de mayo
de 2011 de,
http://www.genderbias.net/docs/resources/guideline/Genderdifferences.pdf
Weiss, R. D., Griffin, M. L. & Mirin, S. M. (1992). Drug Abuse as Self-medication for
Depression: An Empirical Study. American Journal of Drug and Alcohol Abuse,
18(2), 121-129. Recuperado el 25 de febrero de 2011 de,
http://informahealthcare.com/doi/pdf
Whitten, L. (2004, diciembre). Men and Women May Process Cocaine Cues Differently.
A Collection of NIDA Notes: Articles that Address Women and Sex/Gender
Differences Research, 19(4), 16-17. Recuperado el 4 de noviembre de 2010 de,
http://www. nida.nih.gov/NIDA_notes/NN0013.html
Williams, J. S. (2002, mayo). Cocaine’s Effects on Cerebral Blood Flow Differ between
Men and Women. A Collection of NIDA Notes: Articles that Address Women and
Sex/Gender Differences Research, 17(2), 49-50. Recuperado el 4 de noviembre de
2010 de, http://www. nida.nih.gov/NIDA_notes/NN0013.html
Yin, H. H. (2008). From Actions to Habits: Neuroadaptations Leading to Dependence.
Alcohol Research and Health, 31(8), 340-344. Recuperado el 4 de marzo de 2011
de, http://pubs.niaaa.nih.gov/publications/arh314/340-344.htm
112
Apéndice A
Código ___________________
ENTREVISTA DE INVESTIGACIÓN
Estudio de investigación:
Fecha: _______________________________
1. Datos sociodemográficos:
1.12. ¿Usted considera que su vivienda está ubicada en una zona urbana o rural?
113
1.14. ¿Cuál es su ocupación actual?
2. Historial de sustancias:
sustancias?
horas?
consumo de sustancias?
2.3.1. ¿Por cuánto tiempo en promedio (más o menos) usted permanece en los
tratamientos?
114
3.1.1. ¿Qué edad usted tenía cuando comenzaron los incidentes que considera de
abuso sexual?
3.1.6. ¿Alguna vez informó a alguien sobre los incidentes de abuso sexual?
3.1.7. ¿Cuánto tiempo después de los incidentes fue que usted lo informó?
3.2. ¿Qué servicios (si alguno) ha recibido relacionado a los incidentes de abuso
sexual?
5.1. ¿Piensa que existe alguna relación entre los eventos de abuso sexual y su uso de
sustancias?
115
5.2. ¿Recuerda algún o algunos sentimientos, pensamientos o sensaciones asociados
5.3. ¿Recuerda haber usado alguna sustancia para sobrellevar o aliviar alguna de estas
experiencias?
5.4. ¿Recuerda haber sentido alivio de estas experiencias luego de haber consumido
alguna sustancia?
consumo de sustancias?
5.6. Una vez que suspendía el consumo de sustancias por algún tiempo o se
¿Cuáles?
7.5. ¿Ha tenido ideas de hacerse daño o quitarse la vida durante la entrevista?
7.6. ¿Ha tenido ideas de hacerle daño o quitarle la vida a alguna persona durante la
entrevista?
7.7. ¿Entiende con claridad las recomendaciones a seguir en caso de que experimente
de esta entrevista?
116
Por favor, mencione las recomendaciones. Se repasarán y aclararán las
la entrevista.
117
Apéndice B
El mismo requiere ser validado de conformidad con los requisitos para este tipo de
118
Se agradecerá su respuesta a la brevedad que le sea posible. Puede devolver la planilla
personalmente.
Estudiante investigadora
119
CONSENTIMIENTO JUECES
_______________________________ _______________________________
_________________________________ ______________________________
__________________________________________ __________________
________________________________________ _____________________
___________________________________________________ _____________
120
Apéndice C
PLANILLA DE VALIDACIÓN
ENTREVISTA
1. Datos sociodemográficos:
1.1. Edad:
Comentario:
____________________________________________________________
_________________________________________________________________
______
Comentario:
____________________________________________________________
_________________________________________________________________
______
1.3. Raza:
Comentario:
____________________________________________________________
____________________________________________________________
121
puertorriqueña norteamericana hispanoamericana otro: _____
Comentario:
____________________________________________________________
_________________________________________________________________
1.5. Vivienda:
deambulante
Comentario:
____________________________________________________________
_____________________________________________________________
2. Comentario:
____________________________________________________________
_____________________________________________________________
-4 -8
Comentario:
____________________________________________________________
____________________________________________________________
-2 -4 -6 -8 -10
122
Comentario:
____________________________________________________________
Comentario:
____________________________________________________________
____________________________________________________________
2.4. Zona:
Comentario:
____________________________________________________________
____________________________________________________________
Comentario:
____________________________________________________________
2.6. Ocupación:
empleo pacial
Comentario:
____________________________________________________________
____________________________________________________________
- -$20,000 -$30,000
123
Comentario:
____________________________________________________________
familiar
Comentario:
____________________________________________________________
_________________________________________________________________
Comentario:
____________________________________________________________
____________________________________________________________
3. Historial de sustancias:
3.1. Drogas utilizadas, edad de inicio, via de consumo, frecuencia máxima, duración
Alcohol
Nicotina
Marihuana
Cocaína
124
Crack
Heroína
Inhalantes
Meds.
Controlados
recetados
Meds.
Controlados NO
recetados
Drogas de
diseño
Otras
Comentario:
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
125
3.2. Factores que motivaron el inicio del uso de sustancias
_________________________________________________________________
Comentario:
______________________________________________________________
_______________________________________________________________
3.3.1. Tolerancia:
3.3.2. Abstinencia:
Comentario:
___________________________________________________________________
____________________________________________________________________
3.4.2. -5 -10
126
3.4.3. -5 -10
3.4.4. -5 -10
Comentario:
____________________________________________________________
años
Comentario:
________________________________________________________________
_________________________________________________________________
otras prácticas:
_________________________________________________________________
Comentario:
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
-5 -10 -
127
Comentario:
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
4.4. Duración:
11 años o más
Comentario:
________________________________________________________________
_________________________________________________________________
Comentario:
________________________________________________________________
_________________________________________________________________
No se reportó Sí se reportó
Comentario:
____________________________________________________________
____________________________________________________________
128
11 años o más
Comentario:
________________________________________________________________
_________________________________________________________________
tricos
_________________________________________________________________
Comentario:
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
Depresión
Bipolaridad
Ansiedad
PTSD
Aprendizaje
ADD
ADHD
Comportamiento
Alimentarios
Sexuales
Identidad sexual
129
Personalidad
Otros
Comentario:
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
otros _________________________________________
Comentario:
_______________________________________________________________
________________________________________________________________
6.1. Percibe alguna relación entre los eventos de abuso sexual y el uso de sustancias:
6.2. Explique:
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
130
Comentario:
________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
131
Apéndice D
autorización para entrevistar participantes de su Centro para el estudio que realiza como
nivel residencial y las percepciones que puedan tener acerca de la adicción a drogas como
A las integrantes del estudio se les pedirá que participen de una entrevista que
en el manejo de la información se solicita que el Centro facilite un salón para realizar las
participar o abandonar el estudio en cualquier momento que desee, aún cuando ya haya
firmado el consentimiento para participar en este estudio y sin mediar explicación alguna,
utilizada estrictamente para propósitos del estudio y estará bajo la supervisión del Comité
132
para la Ética en la Investigación (IRB por sus siglas en inglés) de la Universidad del
Turabo.
investigadora por un término de cinco años. Al finalizar este período, la misma será
destruida en presencia de dos testigos. Si tuviera alguna duda o queja sobre los aspectos
éticos del estudio, puede comunicarse con el Comité de Ética de la Universidad del
Turabo llamando al (787) 745-4949, extensión 4126. La colaboración con este estudio
reconoce que este proceso pudiera evocar recuerdos que le hagan re-experimentar
información que les ayudará a contactarse con esta servidora, con la directora de
investigación y/o con alguna agencia que pueda atender una situación de emergencia que
que pudieran haber surgido como secuela de la entrevista. Se solicita que el Centro se
133
comprometa a informar a la estudiante investigadora acerca de cualquier efecto posterior
al período de una semana para actuar en conjunto a favor del bienestar de la participante.
entrevistar y comunicarse vía telefónica a través del Centro diariamente durante una
semana para seguimiento con las participantes que sean seleccionadas para el estudio.
________________________________________ _______________________________
____________________________________________ ________________________
___________________________________________________ __________________
_______________________________________________ _____________________
______________________________________________ _____________________
134
Apéndice E
Universidad del Turabo. El estudio lleva por título “Antecedentes de abuso sexual en
A las integrantes del estudio se les pedirá que participen de una entrevista que
numérico que se le asignará para garantizar el anonimato. Las entrevistas serán grabadas,
abandonar el estudio en cualquier momento que desee, sin mediar explicación alguna, y
utilizada estrictamente para propósitos del estudio y estará bajo la supervisión del Comité
para la Ética en la Investigación (IRB por sus siglas en inglés) de la Universidad del
Turabo.
135
Para ser elegible usted deberá ser una mujer entre las edades de 21 a 65 años de
dependencia a drogas y/o alcohol durante un período no menor de tres meses, entender
que ha tenido experiencias de abuso sexual y cumplir todos los restantes criterios de
elegibilidad mediante una entrevista de cernimiento. Al colaborar con este estudio estará
historial de abuso sexual. Si considera que usted pudiera ser elegible para participar de
este estudio y desea recibir una orientación en persona, comuníquese con el director o
136
Apéndice F
ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN
meses:
sustancias?
sustancias y no lo logra?
137
v. Que ocupa mucho tiempo en actividades relacionadas a
138
6. ¿Ha experimentado alguno de estos síntomas durante los pasados seis meses?
cosas
SI NO
SI NO
SI NO
daño
demás
NO
vida?
139
9. Observaciones de la entrevistadora sobre función cognitiva:
entrevista?
SI NO
140
Apéndice G
CONSENTIMIENTO INFORMADO
participación voluntaria en el estudio que realiza como requisito para obtener el grado
las percepciones que puedan tener acerca de la adicción a drogas como secuela de su
experiencia de abuso.
A las integrantes del estudio se les pedirá que participen de una entrevista que
además, en un medio de audio electrónico. Por tal razón, durante el proceso de entrevista
el código asignado.
abandonar el estudio en cualquier momento que desee, aún cuando ya haya firmado este
141
consecuencia para usted. La información recopilada será utilizada estrictamente para
propósitos del estudio y estará bajo la supervisión del Comité para la Ética en la
de cinco años. Al finalizar este período, toda la información (escrita y en audio) será
destruida en presencia de dos testigos. Si tuviera alguna duda o queja sobre los aspectos
éticos del estudio o sobre sus derechos como participante, puede comunicarse con el
4126. Al colaborar con este estudio estará ayudando a obtener información valiosa que
síntomas asociados a sus experiencias pasadas. A tales efectos, a usted y al personal del
con esta servidora, con la directora de investigación y/o con alguna agencia que pueda
atender una situación de emergencia que pudiera estar asociada a la participación en este
telefónica con usted y algún miembro del personal (preferiblemente personal clínico)
abuso y que pudieran haber surgido como secuela de la entrevista. Además, se acordará
142
con el programa que cualquier efecto posterior al período de una semana sea informado a
participante.
de audio y que sea contactada vía telefónica a través del programa para seguimiento
orientado sobre mis derechos como participante y se han respondido todas mis preguntas.
___________________________________________________
_____________ ____________________________________
___________________________________________________ __________________
_______________________________________________ _____________________
143
Firma de la Directora del Comité de Tesis Fecha
_______________________________________________ _____________________
144
Apéndice H
Código ___________________
ENTREVISTA)
Estudio de investigación:
Fecha: _______________________________
7. Datos sociodemográficos:
7.1. Edad:
viuda
7.3. Raza:
145
7.5. Vivienda:
deambulante
-4 -8
-2 -4 -6 -8 -10
7.10. Abortos:
7.12. Zona:
7.14. Ocupación:
146
7.15. Ingreso anual:
- -$20,000 -$30,000
apoyo familiar
8. Historial de sustancias:
8.1. Drogas utilizadas, edad de inicio, via de consumo, frecuencia máxima, duración
Alcohol
Nicotina (Cigarrillo)
Marihuana
Cocaína
Crack
147
Heroína
Inhalantes
Meds. Controlados
recetados
Meds. Controlados NO
recetados
Drogas de diseño
Otras (especificar)
148
8.3. Historial de tratamientos para la recuperación de sustancias:
8.3.1. -5 6-10
8.3.2. -5 -10
8.3.3. -5 -10
8.3.4. -5 -10
ser tocada o
tocar genitales
sexo oral
observar
pornografía
producir
pornografía
149
penetración
vaginal
masturbar o ser
masturbada
sodomía
asalto sexual
con violencia
otras prácticas
(especificar)
Otros: ________________________________________________________
Bipolaridad
Ansiedad
PTSD
Aprendizaje
ADD
ADHD
Comportamiento
Alimentarios
Sexuales
Identidad sexual
Personalidad
150
Otros
10.2. ¿Ha experimentado algunos de estos síntomas frecuentemente sin que se le haya
11.1. ¿Piensa que existe alguna relación entre los eventos de abuso sexual y su
uso de sustancias?
sé
Explique cuáles:
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
11.3. ¿Recuerda haber usado alguna sustancia para sobrellevar o aliviar alguna
de estas experiencias?
151
tristeza desesperanza insomnio pesadillas
Explique:
_______________________________________________________________
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
Explique:
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
11.6. Una vez que suspendía el consumo de sustancias por algún tiempo o se
152
Explique:
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
_________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
Cuáles:
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
SI NO Explique:
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
SI NO Explique:
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
153
7.5. ¿Ha tenido ideas de hacerse daño o quitarse la vida durante la entrevista?
SI NO Explique:
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
7.6. ¿Ha tenido ideas de hacerle daño o quitarle la vida a alguna persona durante la
entrevista?
SI NO Explique: _______________________________________
____________________________________________________________________
7.7. ¿Entiende con claridad las recomendaciones a seguir en caso de que experimente
de esta entrevista? SI NO
la entrevista.
154
Apéndice I
de salud mental.
investigación
Tel. (787)613-5908
155
2. Dra. Delia Patricia González
Tel. (787)529-3483
Tesis
Tel. (787)383-4747
Tel. 911
Tel. (787)754-2550
Tel. 1-800-981-1218
1-888-967-4357
También puede comunicarse con el proveedor de servicios de salud mental del Centro
varios de estos síntomas o si los observa en una de las participantes del Centro luego
ayuda pertinente.
156
Certifico que he sido orientado(a) y se han contestado mis preguntas. Me comprometo
a comunicarme con la estudiante investigadora y/o con cualquier otro recurso de ayuda
_______________________________________________ ________________________
__________________________________________________
Firma
_______________________________________________ ________________________
__________________________________________________
Firma
______________________________________________ ________________________
____________________________________________ _____________________
____________________________________________ _____________________
157