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PRESEMINARIO DE SÉNECA
FECHA: 11/04/18
AUTOR: JEAN EYVIND JIMÉNEZ SÁNCHEZ
PROFESORA: CAROLINA ANDREA MONTOYA
“Por qué suceden desgracias a los hombres buenos, si existe una providencia”2
es la pregunta que le realiza Lucilio3 a Séneca en Sobre la Providencia y será el tema
central del tratado u opúsculo en el que se responderá en un corpus o esquema más o
menos general.
1
Este texto abordará las temáticas planteadas a partir del tratado Sobre la providencia de L. Anneo
Séneca
2
Ibíd. 1.1
3
El cordobés dirigirá otras dos obras al mismo destinatario; estas son: Epístolas Morales y Cuestiones
Naturales.
4
Esta organización en su mayoría la realiza Carmen Codoñer en su pequeña Introducción de Sobre la
providencia (Véase: Codoñer. Diálogos, Introducción de Sobre la providencia.2006. Pág. 3)
5
“Principio, introducción, preámbulo de una obra literaria, especialmente la primera parte del discurso
oratorio, cuyo objetivo es preparar la atención y el ánimo de los oyentes.” RAE
6
Esta triada permeará gran parte del opúsculo
2
7
Garret. Teología sistemática, Vol. 1, Pág 339.
8
Para confrontar esta definición la RAE la denomina como: “Cuidado que Dios tiene de la creación y
de sus criaturas.”
9
Parte de este texto llega hasta nosotros a través de Aulo Gelio y su obra Noches Áticas
10
Noches aticas Aulo gelio 339 cap VII y cft diálogos platon
11
Sobre la providencia, 2,1
12
Dios ha impuesto pruebas sobre él, lo ejercita para que haga evidente su virtud y se de cuenta de qué
es capaz y cómo las soporta.
3
13
Cualquiera que esta sea: material o inmaterial.
14
Cualidad del que sobresale.
15
EN 1102a16-17
16
Boeri, Los filósofos estoicos, 2014 Pág. 644-652
17
Ibíd, Pág 645
18
Segundo apartado de nuestro esquema general.
19
Es una lástima como Paul Veyne lo hace notar en su Introducción de Sobre la providencia que Séneca
no hablara de cómo conciliar la existencia de la providencia y del mal (véase: Veyne, Séneca y el
estoicismo, 1993 Pág.216.
20
Tercer apartado de nuestro esquema general.
4
una herida o la amputación de un miembro; suceden estas a aquellos que las quieren
para su fortalecimiento en la virtud y acontecen tanto a buenos como a malos21.
Séneca, luego de hablar que el esfuerzo castiga, incita o estimula a los mejores
y antes de citar la Metamorofosis de Ovidio y hacer su apología al suicidio parece tomar
una postura determinista22:
Los primeros estoicos que hablaron del determinismo fueron Crisipo, Epicteto
y Cleantes. Teniendo en cuenta: si todo tiene una causa necesaria ¿Somos moralmente
responsables de nuestros actos? La respuesta a esta pregunta compaginara aportes de
los tres estoicos anteriormente mencionados. Determinarán que la libertad24 no existe
sin destino, es decir, están íntimamente ligadas: la libertad consiste entonces en el
dirimir, facultad única del ser humano, que esta supeditada a las concesiones que el
hado o destino conceda.25
Séneca se alejará un poco de ello: sí, concebirá la libertad ligada al destino, pero
como sumisión, ofrecimiento y abandono al mismo; en otras palabras, se encausará a
21
Cuarto apartado de nuestro esquema general donde Séneca pone cinco ejemplos en los cuales la
fortuna buscaba rivales dignos para la gloria ante inmensos sufrimientos y los encontró: Mucio, Fabricio,
Rutilo, Régulo y Sócrates.
22
Según la RAE “Doctrina según la cual todos los acontecimientos, y en particular las acciones humanas,
están unidos y determinados por la cadena de acontecimientos anteriores.”
23
Ibíd. 5,8.
24
Se establecerá aquí -hasta nuevo aviso en el texto- la utilización de la palabra libertad, como libertad
moral, es decir, la responsabilidad que tenemos como seres humanos de nuestros actos sean estos buenos
o malos.
25
Boeri, Los filósofos estoicos, 2014 Pág 712-717.
5
Dios pues Dios es la libertad y la fuente del hado o destino. Permitirá por lo tanto la
‘monarquía del destino’.26
26
Posada. Séneca y su pensamiento, 1995 Núm. 140 Pág. 16,17.
27
Quinto apartado de nuestro esquema general.
28
Parentesco con el final de la Apología de Sócrates a la muerte.
29
Ibid. 6,3.
30
Esta libertad como aquella que nos sustrae del sufrimiento.
31
Veyne, Séneca y el estoicismo, 1993 Pág.216.
6
Bibliografía:
Fuente: