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Sanchez - Carmen-04-11-2010-Ineficacia Accion Resolutoria y Accion0rescisoria
Sanchez - Carmen-04-11-2010-Ineficacia Accion Resolutoria y Accion0rescisoria
A) NULIDAD
B) ANULABILIDAD
C) RESOLUCIÓN
D) RESCISIÓN
2.- RESOLUCIÓN
A) PRESUPUESTOS DE APLICACIÓN
B) PLAZO
C) EFECTOS
D) RESOLUCIÓN DE BIENES
MUEBLES, Y CONCRETAMENTE DE BIENES
MUEBLES A PLAZO
E) RESOLUCIÓN DE BIENES
INMUEBLES
F) ARRAS
G) DIFICULTADES DE RESOLUCIÓN
DE LOS CONTRATOS TRAS LA NUEVA LEY
CONCURSAL
H) EXCEPCIÓN DE INCUMPLIMIENTO
CONTRACTUAL
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3.- RESCISIÓN
A) PRESUPUESTOS
B) EFECTOS
C) PLAZO
D) DIFERENCIAS NULIDAD Y
RESCISIÓN
E) ACCION PAULIANA
- 1.-PRESUPUESTOS
- 2.-PLAZO
- 3.-EFECTOS
- 4.-PRESUNCIONES
F) SUPUESTOS ESPECÍFICOS DE
LESIÓN
G) LA RESCISIÓN EN MATERIA
CONCURSAL
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1.INEFICACIA DE LOS CONTRATOS,
SUPUESTOS
A) CONTRATO NULO
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El contrato nulo absoluto y radicalmente es la máxima sanción que
el ordenamiento preceptúa, porque niega al negocio la posibilidad de
producir consecuencias jurídicas: quod nullum est, nullum efectum
producit.
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La restitución ha de ser in natura, no obstante, según el artículo 1307
cuando el obligado por la declaración de nulidad a la devolución de la cosa
no pueda devolverla por haberse perdido, deberá restituir los frutos
percibidos y el valor que tenía la cosa cuando se perdió con los intereses
desde la misma fecha. ( Entendiendo la doctrina que debe referirse a los
supuestos en que la cosa se pierda por culpa del obligado).
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demanda en base a un contrato nulo absolutamente; lo mismo que la
acción, la excepción es imprescriptible.
B) CONTRATO ANULABLE
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Los efectos son los mismos que los de la nulidad, salvo que no rige
el artículo 1305 y 1306 para las causas torpes o que constituyan delito o
falta, y cuando la nulidad proceda de la incapacidad de uno de los
contratantes, no estará obligado el incapaz a restituir sino en cuanto se
enriqueció con la cosa o precio que recibiera.
C) RESOLUCIÓN
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1) Cuando ambas partes celebran un negocio jurídico extintivo de la
relación, nos encontraríamos con un contrato extintivo o disentimiento
mutuo.
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La terminación de la relación obligatoria por la sola y libre voluntad de
una de las partes puede tener su fundamento en la atribución ex lege de la
facultad de extinguir la relación, como en los supuestos mencionados o en
la concesión de dicha facultad por el negocio jurídico constitutivo de la
obligación.
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Como hemos manifestado la resolución de las relaciones obligatorias
puede comprenderse en dos grandes tipos: la resolución por
incumplimiento de las obligaciones o por la imposibilidad sobrevenida de
alguna de ellas y la resolución por la desaparición de la base del negocio
cuando tiene lugar una excesiva onerosidad sobrevenida de la prestación o
la frustración del fin del negocio.
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La prestación es posible e idónea para satisfacer el interés del acreedor,
pero hay una clara voluntad de no cumplir que se denota a través de actos u
omisiones del deudor. No ha cumplido y ha revelado con sus acciones que
no tiene intención de hacerlo.
A) PRESUPUESTOS
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Por obligaciones recíprocas se entiende aquellas en las cuales los dos
sujetos de la relación se encuentran obligados, resultando ambas partes
titulares de los derechos de crédito, con carácter recíproco. Reciprocidad de
las prestaciones estipuladas en el mismo así como su exigibilidad.
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por la jurisprudencia es el de una manifestación de voluntad de no cumplir,
que puede ser expresa o simplemente tácita cuando tal conclusión se
presuma, porque la conducta del deudor determine una expectativa o una
objetiva probabilidad de una continuación futura del resultado del no
cumplimiento.
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Por ejemplo, cuando un promotor renueva las cambiales, y el
constructor se retrasa, discutiéndose quién ha incumplido, la Jurisprudencia
ha entendido que es el promotor pues el hecho de renovar las cambiales ha
determinado un retraso en el pago.
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voluntad deliberadamente rebelde al cumplimiento de la que hemos
hablado.
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B) PLAZO
C) EFECTOS
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no existe incumplimiento del contrato y se acciona para resolverlo en base
a un temor fundado de que el comprador no cumplirá y que la cosa a
restituir, en consecuencia, no se devolverá. En los casos en que el precio
aplazado esté garantizado o el comprador lo afiance al instar la resolución
el vendedor, quedaría sin efecto dicho artículo.
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lo hubiere, podrá exigir el vendedor además, la indemnización que en
derecho proceda.
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forma alternativa, de forma que se pretenda en un primer momento el
cumplimiento en forma extrajudicial, y ante la actitud de la parte contraria
se opte finalmente por ejercer ante los tribunales la acción resolutoria con
todas sus consecuencias.
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se consideran indispensables, entre ellos, fundamentalmente, el de que
quien insta la resolución haya cumplido las obligaciones que le
correspondían.(En este sentido se pronuncia la sentencia del TS de 26 de
enero de 1996).
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- Que el comprador haya incumplido de forma trascendente la
obligación de pago que le incumbía.
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El requerimiento constituye, pues, la frontera entre la posibilidad de
cumplimiento y pervivencia del contrato y la de su resolución e ineficacia
contractual. De forma, que la jurisprudencia ha reconocido, la necesaria
concurrencia del requerimiento como trámite necesario, condición sine qua
non para que tenga lugar la resolución del contrato de bienes inmuebles.
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Se cuestiona si puede ejercitarse el requerimiento judicial a través de
demanda, y aunque un sector doctrinal lo admite, se daría una
incongruencia, pues en la demanda se peticiona que se declare la resolución
judicial tomando como base ese previo requerimiento.
F) ARRAS
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- Penitenciales que son las que parece contemplar el artículo 1454,
concebidas de manera de multa o pena, correlativa al derecho de las
partes de desistir, a su arbitrio, del contrato; son un medio lícito de
desistir las partes del contrato mediante la pérdida o restitución doblada.
La cantidad de dinero que es entregada por una de las partes a la otra
permite a ambos contratantes desligarse posteriormente del contrato ya
perfeccionado, allanándose quien entregó las arras, a perderlas, o, quien
las recibió, a devolverlas duplicadas.
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de las Sala Primera del Tribunal Supremo : 675/1999, de 23 de julio de
1999 RJ Ar.6096; 1264/1998 de 31 de diciembre de 1998, R.J. Ar. 9733
entre otras.
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Debemos hacer un inciso en relación a las dificultades de resolver los
contratos con la nueva Ley Concursal.
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Por otro lado, esta regla de mantenimiento de la vigencia de los
contratos a pesar de la declaración del concurso no puede desvirtuarse por
la voluntad de las partes, ya que LC establece que se tendrán por no puestas
las cláusulas que establezcan la facultad de resolución o extinción del
contrato por la sola causa de la declaración del concurso de cualquiera de
las partes (art. 61, 3LC), salvo los supuestos especiales previstos en el
artículo 63LC.
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supuestos, cuando la otra parte hubiera sido declarada en
concurso.”
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gravemente perturbadora para el concursado, y por ello para sus
acreedores.
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exigir su cumplimiento, aún existiendo causa legal o contractual de
resolución, en interés del concurso.
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no recibir la misma en su momento puede suspender la ejecución (art.
1467).
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por la parte contraria, así sentencias de 12 (RJ 1991, 1547) y 9 de julio de 1991 , 27
de marzo del mismo año (RJ 1991, 2451), y otras de 10 de mayo de 1989 , 24 de
octubre de 1986 y 13 de mayo de 1985 (RJ 1985, 2388). En cambio la «exceptio non
rite adimpleti contractus» se centra no en el incumplimiento relevante antes expuesto
sino en un cumplimiento defectuoso que también exige las notas de entidad y
trascendencia en relación con la finalidad perseguida, haciéndola impropia para
satisfacer el interés de la parte contraria; dicha doctrina sobre el cumplimiento
obligacional defectuoso, aunque no está regulada expresamente en nuestro
ordenamiento jurídico, sí está implícitamente admitida en los arts. 1157, 1100,
apartado final, y 1154 del Código Civil (LEG 1889, 27) y recogida en las Sentencias
de 19 de noviembre de 1971 (RJ 1971, 4906), 18 abril 1979 (RJ 1979, 1406), 14 junio
1980 (RJ 1980, 3299) y 13 mayo 1985 (RJ 1985, 2388). Hemos de destacar las
distintas consecuencias de este incumplimiento según la entidad de este, así solo
cuando lo mal realizado u omitido aparezca de suficiente entidad en relación con lo
bien ejecutado corresponderá la acción resolutoria del art. 1124 CC (LEG 1889, 27),
mientras que cuando el interés del comitente quede satisfecho a pesar de este
cumplimiento defectuoso, las exigencias de la buena fe y el principio de conservación
del contrato nos conducirán a la vía reparatoria, bien a través de la realización de las
operaciones correctoras precisas, bien a través de la consiguiente reducción del
precio, así sentencia del TS de 27 de marzo de 1991 (RJ 1991, 2451)”.
3.-LA RESCISIÓN
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perjudicado carezca de otro recurso legal para obtener la reparación del
perjuicio.”
A) SUPUESTOS
Han de ser contratos que el representante legal pudo llevar a cabo sin
necesidad de autorización judicial, puesto que el artículo 1296 excluye de
la rescisión los contratos celebrados con autorización judicial.
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Estos contratos son rescindibles porque pueden suponer un obstáculo
para la efectividad de la sentencia. Por ejemplo, si se enajena la cosa cuya
propiedad está en litigio, el vencedor en el pleito corre el riesgo de que la
ejecución de la sentencia que ordene entregársela sea imposible por haber
pasado a poder de tercero.
B) PRESUPUESTOS
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imposibilidad de reintegrar las cosas al patrimonio del deudor en el estado
preexistente a la celebración del negocio fraudulento, debiendo consistir en
el valor objetivo del bien al tiempo de producirse la enajenación a favor del
tercero de buena fe que impide su devolución.
C) EFECTOS
D) PLAZO
Es necesario preguntarse :
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Esta pregunta es muy difícil de contestar y probablemente tenga un
origen histórico.
F) LA ACCIÓN PAULIANA
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coloquen en una situación de insolvencia patrimonial para pagar sus deudas
o cumplir sus obligaciones.
1.) PRESUPUESTOS
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-La existencia de un crédito por parte del accionante contra el dueño
de la cosa enajenada.
-La realización de un acto por virtud del cual salga ésta del
patrimonio del que la enajena.
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El carácter perjudicial y fraudulento del acto (eventos damni y
consilium fraudes, respectivamente) debe probarse por el acreedor. La
prueba del perjuicio, es decir, de que no quedan bienes libres para
satisfacerse después del acto, puede hacerse en el mismo juicio en que se
actúe la acción pauliana.
Sin embargo, sigue siendo un hecho negativo de difícil prueba. Por eso,
es aconsejable un embargo anterior que resulte infructuoso.
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exigibles al tiempo de la enajenación fraudulenta, deberá valorarse pues las
circunstancias concurrentes en cada caso.
2) PRESUNCIONES
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El artículo 1297 Cc sienta dos presunciones muy importantes de fraude.
3) PLAZO
4) EFECTOS
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Por ejemplo, el deudor enajena fraudulentamente o dona una cosa
que vale 6000 euros y el acreedor perjudicado lo es por 600 euros. La
ineficacia de la enajenación o donación se declara en la parte que no exceda
de 600 euros.
Para evitarlas, debe fingirse que, una vez firme la sentencia que da
lugar a la ineficacia del acto, el bien entra en el patrimonio del deudor
aunque permanezca en poder del tercero. Es decir, que ese tercero está
obligado a soportar la satisfacción forzosa de los acreedores del deudor,
hasta el límite en que haya sido declarado el perjuicio, sobre aquel mismo
bien. O que siendo imposible la restitución in natura, deba el acreedor ser
resarcido de los daños y perjuicios.
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supone conceder un privilegio para el cobro que no se asienta en ningún
precepto. Si el bien retorna (total o parcialmente) al patrimonio del deudor,
o se finge como si retornase, ello constituye una garantía genérica de todos
los acreedores, por lo que el privilegiado, aunque no haya actuado la
pauliana, podrá cobrase sobre él con preferencia a otros.
Por otro lado, son rescindibles según el artículo 1292 Cc los pagos
hechos en estado de insolvencia por cuentas de obligaciones a cuyo
cumplimiento no podía ser obligado el deudor al tiempo de hacerlos, por
ejemplo obligación moral, una deuda de juego, los pagos anticipados.
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ejemplo usufructo o uso, su aportación a una sociedad y la remisión de
deudas.
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- La constitución de garantías reales a favor de obligaciones
preexistentes o de las nuevas contraídas en sustitución de aquéllas.
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Es criterio jurisprudencial que los requisitos de la acción especial de
reintegración concursal son :
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El origen histórico de la rescisión por lesión se encuentra en un texto
contenido en la compilación de Justiniano.
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O también el ejemplo de deudas por impuestos, en que el titular
aparejador entrega la finca no urbanizable para pago de dichas deudas, y
con posterioridad hay una modificación urbanística y la finca se convierte
en urbana pudiendo edificarse en la misma, aumentando así el valor de la
finca, en este supuesto se entendió que existía un ánimo de liberalidad,
pues el deudor conocía los créditos municipales, y conocía que existía un
procedimiento de apremio para su cobro y era conocedor el deudor de las
consecuencias de la vía de apremio, que se limitaba al realizar el valor del
bien afectado, asimismo era conocedor de las condiciones urbanísticas y la
valoración del solar, por haber tomado la iniciativa de la cesión. (S TSJ
Catalunya Sala civil, de 4-7-1990).
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RENOVACIÓN
Los contratos por regla general tienen carácter temporal, por lo que
llegados el término o se extinguen o se renuevan. La renovación consiste en
que no va a ser el primitivo contrato el que va a seguir rigiendo sino uno
nuevo, que puede acomodarse o celebrarse con sujeción a las circunstancias
anteriores o con nuevas circunstancias. La renovación, en sentido jurídico,
es una variación del contrato en relación a las condiciones del plazo y
precio que pueden ser iguales o distintas a las que precedían.
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El problema se plantea con el preaviso que se pacta en muchos casos
para la renovación contractual, y si el mismo es abusivo o no, siendo
significativa la sentencia de Audiencia Provincial de Córdoba, sección 3º,
de 6 de noviembre de 2007, AC 2008\270 que determina :
“…razón por la cual el auténtico interés del debate radica en determinar la validez o nulidad (en este
caso concreto) de la cláusula de prórroga o renovación en la que se establece: "Una vez vencido el plazo
contractual, y no habiendo sido denunciado el contrato por ninguna de las partes, se producirá la
prórroga o tácita reconducción del mismo, por períodos de duración igual al plazo contractual".
Centrémonos, por lo tanto, en este aspecto de la cuestión; máxime cuando la indemnización solicitada
por la empresa de mantenimiento (predisponente de la referida cláusula) está porcentualmente calculada
sobre parte sustancial del precio correspondiente a dicha prórroga (junio de 2005, fecha de la última
factura abonada por la comunidad demandada, hasta abril de 2009, fecha de expiración de la prórroga
en cuestión).
SEGUNDO
Planteada así la cuestión, claro es que la misma se reconduce a determinar si la referida cláusula
predispuesta y efectivamente impuesta en el citado contrato, y cuyo íntegro contenido hace referencia a
un plazo de preaviso ("Si alguna de las partes desea dar por terminado el contrato a la extinción del
período contractual o de cualquiera de sus prórrogas deberá, necesariamente, comunicarlo por medio de
carta certificada con acuse de recibo a la otra parte contratante, por lo menos con un trimestre de
antelación al vencimiento del período contractual o de la prórroga en curso"), es una cláusula abusiva
por ser contraria a la buena fe y justo equilibrio entre los derechos y obligaciones de las partes o causar,
en perjuicio del consumidor, un desequilibrio importante de los derechos y obligaciones de las partes que
se deriven del contrato (arts. 10-1-c y 10 bis 1 de L.G.D.C.U. [ RCL 1984, 1906] ).
La naturaleza del contrato efectivamente concertado entre las partes, el contenido propio y usual del
mismo entre particulares sin posición de predominio alguna, es en definitiva relevante según la propia
L.G.D.C.U. para comparativamente determinar si la concreta cláusula altera abusivamente dicho
contenido usual en perjuicio del consumidor adherente.
Pues bien, en este sentido se ha de tener presente que el denominado contrato de mantenimiento de
ascensor participa de las características del contrato de obra y del de arrendamiento de servicios, pues
por un lado se contrata a una determinada persona o empresa, en atención a sus peculiares
conocimientos o disponibilidad de medios, para que preste un servicio genérico consistente en tener el
ascensor en buen uso, mientras que por otro, dicha empresa cada vez que interviene en el mantenimiento
concreto de la máquina realiza una prestación que cabe incluir en el contrato de obra (SS.A.P. Alicante
de 22 de febrero de 1994 y Zaragoza de 10 de julio y 4 de octubre de 1993). Por ello, como participa de
la naturaleza de ambas figuras contractuales, debe considerarse posible la resolución unilateral por
parte del arrendatario, pues así se admite en ambos casos, ya que el arrendamientos de servicios, al
haberse celebrado en atención a las características personales o profesionales de quien deba prestarlo,
es un contrato "intuito personae" que, por tanto, puede ser resuelto unilateralmente por quien ya no
encuentra ventaja alguna en tales circunstancias ( STS de 30 de marzo de 1992 [ RJ 1992, 2306] );
mientras que para el caso concreto del arrendamiento de obra, el art. 1594 del CC ( LEG 1889, 27)
autoriza expresamente el desistimiento unilateral del dueño de la obra por su sola voluntad
indemnizando al contratista por los gastos, trabajo y utilidad que pudiera obtener de ella.
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Y es que lo esencial en este sentido, tal y como recuerda la, SAP. de Asturias de 24 de octubre de 2006
( JUR 2007, 46317) , es no tanto que se prevea una prórroga por un plazo más o menos largo, sino que
no se conceda al consumidor la oportunidad real de desvincularse del contrato oponiéndose a su
prórroga automática, pues esa mera posibilidad de prórroga en sí misma no es abusiva, sino sólo en el
modo de establecerse, y por ello es por lo que la, SAPrimera I-1) de L.G.D.C.U. señala, que tendrá el
carácter de abusiva la cláusula que prevea la prórroga automática de un contrato de duración
determinada si el consumidor no se manifiesta en contra, "fijando un límite que no permita de manera
efectiva al consumidor manifestar su voluntad de no prorrogarlo ".
La fijación de ese límite es, por tanto, esencial a los efectos que aquí nos ocupan, y así se ha
entendido que es subsumible en dicha prohibición legal, tanto la cláusula que imponga al consumidor
manifestarse en contra de la prórroga en un plazo excesivamente lejano de la conclusión del contrato
(pues con lejanía temporal el consumidor no se encuentra en condiciones de valorar si desea o no
mantener la relación negocial), como aquella otra que imponga al consumidor un plazo muy restringido
para manifestar su deseo de no prorrogar dando valor positivo al silencio como manifestación de
consentimiento para una nueva duración.
Nada de ello apreciamos que concurra en el presente caso; en el cual la cláusula tiene un carácter
bilateral, y el establecimiento de un plazo de preaviso de tres meses, amen de ser acorde a la propia
estructura empresarial que necesita la entidad mantenedora, es razonablemente conforme a la duración
por cinco años del concreto contrato que nos ocupa, máxime cuando como criterio interpretativo
podemos acudir a la propia voluntad del legislador, y más concretamente, con criterio meramente
comparativo, a la regulación del propio contrato de agencia, en la cual es el caso que en el art. 25-2
de Ley 12/1992 ( RCL 1992, 1216) se contempla un plazo de preaviso de un mes para cada año de
vigencia del contrato con un máximo de seis meses; y aquí, tal y como antes expusimos, ya habían
transcurrido en total seis años de contrato.”
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