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1.
2. Respetar todas las condiciones sociales, considerando la dignidad y
el valor intrínseco del hombre.
3. Respetar el carácter, el amor propio, las opiniones, las inclinaciones, los
caprichos, los usos y costumbres, y aun los defectos físicos y morales de todas
las personas.
4. Adaptarse con naturalidad en todas las situaciones sociales.
5. Elegir siempre la mejor oportunidad para cada acción y cada palabra, de
manera que jamás se produzcan en los demás impresiones desagradables.
6. Evitar palabras molestas, observaciones, faltas de delicadeza, descorteses o
demasiado personales.
7. No se debe hablar sin descanso, lo que equivale una descortesía hacia los
demás, y menos acompañar nuestra charla con gestos que revelan un aspecto
pretencioso.
8. Poseer tacto es no hacer preguntas indiscretas, lo que nos hará parecer
excesivamente curiosos y disgustar a nuestro interlocutor; por otra parte,
ciertas preguntas denotan falta de delicadeza.
9. La persona de tacto tiene consideración con el amor propio de los demás en
forma natural y sencilla, no hiriendo sus sentimientos con respecto a su
talento, éxito o posición social y económica.
10. Durante una conversación no se debe hacer comentarios
sobre historia, ciencia, cultura o arte cuando no se conoce el grado
de conocimiento de las personas que escuchan.
11. Es necesario contemplar en los demás las diferentes situaciones en que se
encuentren observando siempre una conducta que sea propia de cada uno,
como por ejemplo, al que se encuentra afligido no se le dice algo que pueda
aumentar su aflicción.
12. Comportase según la edad, la condición personal y social.
13. Tratar a los demás como uno mismo desea ser tratado.
Los buenos modales y el saber estar se rigen por pautas de conducta, que son
claves para cohesionar los grupos sociales y fomentar una
buena comunicación entre los miembros de la sociedad.
Según los expertos en lenguaje corporal, siempre debe darse la mano derecha
(salvo las excepciones, como las personas zurdas). Hay que extender por completo
la palma de la mano, dejando el dedo pulgar hacia arriba y estirar el brazo en ángulo
recto-abierto, es decir, unos 120º aproximadamente. Ni extendido en su totalidad,
con el brazo totalmente recto, ni sin apenas estirar el brazo; con el brazo
prácticamente pegado al cuerpo.
Una vez juntas ambas manos, se debe cerrar la mano envolviendo la mano de la
persona a la que saludamos, de forma firme, pero sin hacer daño. Cerrando los
dedos en torno a su palma. El apretón debe ser corto (de poco tiempo, unos
segundos) pero firme y decidido. Entre conocidos los apretones suelen ser de mayor
duración. Se puede hacer un pequeño gesto de "agitación"; es decir, subir y bajar
las manos ligeramente de forma rápida.
Los apretones de manos deben tener "la fuerza" suficiente. Ni flojos, que parezca
demasiado débil, tímido o desconfiado; ni demasiado fuerte, que de sensación de
superioridad, de fuerza o de posición dominante.
Ni que decir tiene que la mano debe permanecer limpia, y en la medida de lo posible,
seca. Hay ocasiones en que dar una mano húmeda produce una desagradable
sensación. Si padece un problema de este tipo pruebe con un poco de tiza o talco
para evitar esta humedad, o un tratamiento médico adecuado.
El que inicia el saludo suele ser el que marca el tiempo de duración del apretón de
manos. Usted solamente deberá "seguirle". Aunque siempre se puede hacer alguna
maniobra sutil si el saludo se prolonga en exceso.
Al dar mano hay que tener también contacto visual con la persona y, en la medida
de lo posible, esbozar una buena sonrisa o, al menos, un gesto agradable.
Diríamos que si, aunque la realidad nos muestra que no. Para empezar, para dar la
mano a una mujer, ella debe ser la que inicie el gesto o saludo. El caballero
"completará" la acción tendiendo su mano para el saludo.
1.
2. Se presenta la persona de menor jerarquía a la de mayor.
3. La persona más joven es presentada a la de más edad.
4. El hombre se presenta a la mujer, como excepción las mujeres son
presentadas a reyes, príncipes e infantes.
5. Para presentar al cónyuge se debe usar la expresión "mi marido", "mi mujer",
pero nunca "mi señora" o "mi esposo".
6. Lo habitual es que se presenten:
6. Se dice de forma clara los nombres y los apellidos y la función de las personas
que se presentan. Éstas saludan dándose la mano.
7. En los actos oficiales los asistentes son presentados a la autoridad que
preside.
8. Si en una reunión no hay otra persona que haga la presentación, puede hacerlo
uno mismo dando nombre y apellido y en su caso la función que realiza cuando
se trata de relaciones profesionales.
9. Para las presentaciones, el hombre cuando está sentado, siempre se pondrá
de pie; la mujer debe hacerlo cuando la presenten a otra mujer de mayor rango
o edad, o a una personalidad de gran relevancia.
10. Cuando caminando por la calle, o en un acto social, se está en compañía de
alguien y se acerca algún conocido para saludar lo correcto es presentarlo a la
persona que se acompaña
¿Qué hacemos cuando nos presentan? Dar la mano, un beso, un abrazo, una
reverencia...
Pero llegados a este punto, ¿ qué hacemos ?. Damos la mano, nos damos un beso
o simplemente nos damos un abrazo.
Los hombres a las mujeres las suelen dar la mano (que ellas ofrecen), y hacen un
pequeño ademán de besarla (el besamanos ya está totalmente en desuso).
Tampoco es raro ver que se dan dos besos, si el ambiente es algo más íntimo y
menos protocolario (aunque en ambientes muy protocolarios también se ven, pero
no con tanta frecuencia).