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SIGUIENTES:
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espiran a la vida celestial), que hace cualitativamente distinto el hoy del ayer,
el futuro del presente, y que, sobre todo, garantiza la permanencia de nuestra
identidad, de nuestro yo, en todo el acorde este recorrido. Si nuestro ser viene
comprendido por nosotros como vacio de ser, y si, por otra parte, nuestra
naturaleza es la de quien está llamando y tiene la potencialidad de llenar este
vacío (al menos en vía atencional), se puede decir que la norma fundamental
de nuestro existir será la de ser en toda circunstancia de nuestra existencia un
ser tensinamente dirigido a la realización de su plenitud de ser. Y,
recíprocamente, la violación de esta norma fundamental será evidente en
nuestro no ser fíales a esta "potencialidad " implícita en nuestro ser.
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Es necesario distinguir entre Orden Jurídico, que se refiere a aspectos y
conductas de la vida social regulados por el Derecho, y Ordenamiento jurídico,
que es el sistema de normas vigentes que rigen un determinado territorio.
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La doctrina del derecho natural más en su valor práctico que teórico, resulta
fácil destacar como cualquier acepción de "naturaleza" bien puede resultar
funcional para el objetivo indicado. Cualquiera que sea, en efecto, el significado
que se quiera dar a la idea de naturaleza, queda claro que hace referencia a
una dimensión sobre la cual no tenemos posibilidad de obrar, sino que, por el
contrario, nos domina o, al menos, nos condiciona, constituyendo para nosotros
el horizonte posible de pensar la justicia.
Referirse a la naturaleza implica, por ello, referirse a una dimensión, que sea
cual sea el modo como venga en entendida constituye un límite objetivo a la
voluntad del hombre, y, en particular, a la voluntad de quien detenta el poder.
1- La biológico-naturalista,
2- La teológica.
3- La racionalista.
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En cuanto teóricamente ingenuo aunque solo sea porque la pretendida
"simplicidad" de la naturaleza y de su derecho puede ser entendida en formas
dramáticamente autenticas e irreconciliables: existe toda una tradición que
viene desde los sofistas y llega hasta el Marqués de Sade y otros, que
clasifican como primer precepto "natural" aquel que reconoce al más fuerte
todo derecho sobre el más débil, el iusnaturalismo "naturalista" posee una
atracción profunda y constituye uno de los pocos puntos de contacto entre la
tradición occidental y la oriental, que ha reconocido siempre a la naturaleza
como madre un relieve primario.
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Según la tercera perspectiva, aquella del así llamado iusnaturalismo racional o
moderno, que comúnmente se considera inaugurada por la gran personalidad
de Hugo Grocio, no puede considerarse como fundamento del derecho natural
ni la naturaleza en el sentido general, físico, del término, ni la voluntad
divina(sobre la estrecha identidad de la cual, después de la reforma
protestante, es decir, de pues de la crisis del universalismo cristiano medieval,
ya no existe más la posibilidad de pronunciarse con seguridad, sino la
naturaleza especifica del ser del hombre, la cual es propia de todos los seres
humanos: la razón, entendida como la facultad calculante, es decir, de
establecer relaciones.
La razón une allí donde la religión, la nacionalidad, las costumbres, dividen; ella
habla el mismo lenguaje a todos los hombres y a todos dirige los mismo
preceptos. El iusnaturalismo se transforma propiamente en un ius-racionalismo,
que obtiene un inmenso éxito en la época moderna hasta el advenimiento del
historicismo, y que constituye el presupuesto conceptual de la codificación
decimonónica del derecho positivo.
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La idea de que toda referencia al derecho natural comporte una anticuada y
antihistórica perspectiva metafísica es suficiente para retraer a muchos juristas
de definirse como iusnaturalista. Tiene poco relieve el hecho de que lo que se
considera anticuado no es propiamente la metafísica en cuanto tal, sino su
deformación que ha sido tomada por metafísica por buena parte de la filosofía
contemporánea. De este dato de hecho resulta la característica fragilidad de la
cultura jurídica contemporánea, que ha sabido liberarse del formalismo, que ha
sabido denunciar los límites del estatalismo jurídico, pero que en el plano
metodológico conserva una ambigüedad, ligada todavía a un no precisado
primado de la "ley", que si no es entendida positivamente como la mera
voluntad del legislador, no es identidad con aquellas instancias fundamentales
de justicia que son el hard core del iusnaturalismo.
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e)-La Historicidad del Derecho Natural
Es verdad, por otra parte, sin embargo, que junto a ésta, que hemos dicho que
es la concepción tradicional y más venerada del derecho natural, ser considera
también tradicional. Hablo de la teoría del así llamado derecho natural
dinámico, históricamente variable, aquel que gira sobre el hecho de que el
hombre mismo está sujeto a un desarrollo y en su misma conciencia es
histórico.
Ahora bien, por una parte, se ha dicho que la instancia en la historicidad del
hombre es sin duda correcta dentro de un discurso histórico, sociológico,
psicológico o antropológico, en síntesis, dentro de las ciencias humanas, pero
que resulta vana desde una perspectiva rigurosamente filosófica.
CONCEPTO 1
Derecho Natural
CONCEPTO 2
El Derecho Natural
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BIBLIOGRAFIAS