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oo BS be Fecapias Z Personas .“ ® Pag 172 a 18? A y Was Blterapeuta como persona La persona del terapeuta En unr encuesta informal, hemos recibido las consabidas y . espetables respuestas a muestra pregunta gedimo seria su terapeuta ~ ideal?: capac, inteligente, prestigioso; todas cualidadesrelativas al desempeno como profesional. A continuacién, ante nueste {encia en preguotar, aparecieron requetimientos de un orden: personal: —Debe tener, por lo menos, 15 aiios més que yo. Quiero alguien de mi edad. —Tiene que ser una mujer: Yo prefiero wn hombre. —Debe tener sentido del humor —Debe ser una persone seria —Tiene que ser una buena persona. —Tiene que saber qué es estar casado. Para mil es importante que tenga hijo. —Necesito que sea de mi misma religién No me vendria bien que fuera una persona religiosa —Tiene que resultarme agradable para mirar ue sea un erudite Ou me haga preguntas. Que no me interrumpa cuando hablo: Que sea del misino origen émico. Que. sepa en carne propia lo que es ta’ soledacd. Acerca de todo esto queremos hablar. A riesgo de repetimos, — peroes lo central de fo que queremos ransmitir—, os terapeu- tas no podemos mas que estar enteros en el ejercicio de nuestra prictica profesional. Y, evidentemente, de esta manera nos visualizan los pacientes ‘Tradicionalmente, la cuesti6n personal se jugaba en ef ani- lisis die itico y en la supervisi6n, bajo la forma de contatrans- ferencis. Tanto el andlisis personal como la supervisién, apuntabar ” ‘ optimizar el principio de abstinencia: Ia vida personal del te- rapeuta y sus emociones debfan quedar lo mds de Ta consulta, ‘era posible ‘os enfoques interaccionales nos sumengen de Yieno en la relaci6n entee las personas. No todos los desarrollos en estos enfoques son uniformes. Desde nuestra propia posiciGn, exis, ‘encialy vivencial,creemos que todos aquellos aspectos ce nues- i's Persona que deben ser disociados en otros enfoques, pasan a Serna herramienta de trabajo, Esto no significa que tno comm ‘nique o muestre a los pacientes, en Forma in {08 de su vida o de su historia, Aunque pue sidera necesario 0 itil, \iscriminada, aspec- sde hacerlo si lo con- En los Ultima afos, al inerementarse el interés por cuestiones fntes marginales, —como las intervenciones sexistas, laeinicidad Como determinante de ciettos enfoques y eseotomas, la hhomofobia—. y otros temas, se ha evalorizado lo mis idiosineriien © ldeoldgico de los terapentas, poniendo en jaque las ideas acerca de la neutralidad. Los is shan demostrada que elhechode ser hombre-o mujer, no sdlonoes indiferene sino que 8 determinante, ideol6gicamente, en el encuentro con el otto, Lo mismo sucede con las aetitudes homofébicas, es decie, el rechano Visceral e intelectual, ala homosexualidad, Hay trabajos, como los publiendos en Ethnicity and Family Therapy compilado por Ménica Me Goldrick, que reve importanci lan ta de la pertenencia a grupos étnicos especificos. En uno de cllos se mencionan las diferencias entre cu Einicos, ssultas: il tro geupos: los que perteneci familias que habian realizado con- landeses catélicos, italianos, judios y negens, Seguin sus srupos de pertenencia y procedencia, habsa estilos diferentes fanto de relacionarse con los terapeutas, como entre los miem- bros de la familia, También se observaron distintas maneras de ‘hordar sus problemas, Los terapeutas responclian con mayor 0 menor comodidad, famitiaridad y distancia éptima, a su ver, Seaiin fueran sus propios origenes étnicos.' Por supuesto, In 78 ‘emicidad es uno de los tantos Factores intervinientes que se conjuga con las caracteristicas personales de cade terapeuta y de cada Famili Estos aspectos personales, experiencia de vi con el estilo del terapeuta y, a su ver, inciden directamente sobre su trabajo, Favorecen o dificultan, potencim o paratizan. Nunca estén ausentes, No podemos hacer como sino estuvieran, Todo esto se juega, una y otra vez, en el encuentro con el otto, Es inevitable sentir emociones cuando wno esta en contacto con personas, Hecho que también sucede en el consultorio, Faseina- Cién, disgusto, enojo, deleite, asco, miedo, sorpresa, curiosidad, Qué hacemos con ello? Podemas decidir no com Pacientes, pero no podemos ni debemos ignorarlo para nosotros ‘mismos. Con posterioridad a la consulta, puede ser material de rellexién, ya sean supervisién oen grupos de paves, El problema 8e nos presenta dentro de la consulta, ya que es altamente praba- ble que por mas que pretendamos disimular, nuestros sentimientos ¥ emociones se filiren a través de Ia comunicacidn analégica y sean percibidos, de alguna manera, por los pacientes. tb 'o5 tuvigramos, nos podriamos ver embatcadlos en tina guerra con inentes ala historia personal, ala alentomo actual, a laideologia, tienen que ver jando como si no Silo que hacemos es pretender seguir hosotros mismos, tratando de hacer a un lado esos pensamientos © sentimientos, que corren el peligro de convertirse en «tdxicos No se trata solo de emociones «negativas»; pueden ser igualmen ‘epernurbadores det trabajo, sentimientos «positivas» coma ta ad ‘miraci6n, el respeto, la fascinacién, el ca¥ifo oa Mastin Dice Mony Elkaim:

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