Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Desarrollo de la Oración
(Lector 1:) Bienvenidos a este espacio de oración. Ante nosotros se encuentra representado simbólicamente,
con esta imagen del Corazón de Jesús, la cruz y estas pulseras atadas cada uno de los alumnos que recibiremos
en este ciclo escolar.
En este momento de oración queremos ponernos en manos de Dios para que nos ilumine y aliente en la misión
que como docentes nos corresponde para hacer posible un mundo mejor, el mundo más justo, fraterno y
solidario que soñamos, la CASA COMÚN para todos.
El profeta Isaías ya soñaba con este mundo donde todos vivieran en comunión y armonía. Escuchemos
una actualización de las palabras del profeta Isaías.
(Lector 2 lee la adaptación del texto de Isaías «El mundo soñado») (Se puede dejar música de fondo, ojos
cerrados)
(Tras su lectura, el lector 1 dirá:) Queremos contribuir desde nuestra tarea educativa a hacer posible esta tierra
nueva que soñamos, este mundo más justo, fraterno y solidario. Para hacerlo, vamos a hacer un pequeño gesto
simbólico. Os iréis levantando ordenadamente en silencio orante, para cortar un trozo de este lazo. La idea es
que al final no quede ningún trozo de lazo sobre la cruz porque os lo habéis llevado entre todos.
Esa pulsera o trozo de listón que cada uno tome simbolizará a los alumnos y la tarea que cada uno tiene para
realizar al durante el presente ciclo escolar que estamos iniciando, conscientes de que está en nuestras manos
el poder hacer algo, el poder influir en algo en nuestros destinatarios para ayudarlos, transformarlos y que ellos
a su vez, Sean justos en un mundo injusto; sean leales en una tierra donde la lealtad no abunda… Y así, con la
ayuda de Dios, harán posible que viva el ser humano con el ser humano; esta es la parte que a cada uno nos
toca hacer con nuestra labor educativa y que, si no hacemos, nadie la hará por nosotros.
(Lector 1:)
Estamos llamados a ser en común, a vivir en comunión, a colaborar con otros para empezar a hacer posible lo
imposible, la CASA COMÚN. Cuando vivimos y somos en común, preocupados los unos de los otros, colaborando
con los otros se produce el milagro, todos y todas puedan vivir con la dignidad de los hijos de Dios.
Durante ese tiempo, anotar su nombre en el ladrillo que se les entregó, después levantarse en silencio y tocar
la cruz de madera y colocar su «ladrillo»,
de tal manera que entre todos formemos la silueta de una casa alrededor de la cruz. De esta manera
mostraremos nuestro compromiso personal para hacer posible con nuestra colaboración la CASA COMÚN, un
mundo más justo, fraterno y solidario, por lo menos en lo que dependa de nosotros.
(Cuando todos hayan dejado su
ladrillo, el lector 1 dirá:) Para terminar vamos a rezar juntos, tomados de la mano, la oración que Jesús nos
enseñó, y después de rezarla nos daremos un abrazo de paz y de bienvenida: Padre nuestro…
RECURSOS
PULSERAS
Listón
tijeras
Plumones
Lectores
Cañón
Ladrillos
Masking
Música
Bocina
Se les solicita que conformen dos círculos cerrados, uno quedará dentro del otro. Utilizando
música de fondo (para ello se requiere un reproductor de música), los alumnos se
tomarán de la mano y los círculos comenzarán a girar y se pararán, cuando la música cese,
dejando un alumno frente a otro.
Una vez parados, cada pareja tendrá que presentarse y dar respuesta a una pregunta que
se planteen mutuamente: Nombre completo, el grado en el que estarán en este ciclo, dos
cualidades que posean. A continuación, la música continuará y los círculos volverán a girar,
cuantas veces estimemos oportuno.