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Históricaniente.

la retórica fue adquiriendo connotaciones negaiivas a medida que se iba


desvinculando de la filosofia con la que 1'1aión y Aristóteles la Iiabian fecundado. Reliabilitarla
significaba. üiite todo, devolverla al sitio que ocupaba dentro del Corpus filosófico en el
pensamiento de Platón y Aristóleles. Muchas disciplinas, qiic han aspirado vanamente a verdades
apodicticas sólo contienen opiniones verosímiles. plausibles; por tanto, sus argumentaciones
dehcn permanecer «abiertas» a una continua discusión y revisión. El aiige de los medios de
comunicación de masas y de la vida democrática en un creciente número de países explican los
esfuerzos qiie se están realizando en la segunda mitad de este siglo desde inúltiples direcciones
para reliabilitar la retdrica clásica como arte de persuasión, porqiic «en las sociedades
contemporárieas. los métodos para obtener la adhesión vuelven a tener una gran actualidad;
diríamos más, la tienen en un grado superior a ninguna etapa anlerior de la historia)) '. Aunque
quizá demasiado lentamente, el pensamiento occidental de esta segunda mitad del siglo xx ha
venido rehabilitando esta parie de la lógica arislot8lica ', que es necesaria, segun AristóteIcs ', no
sólo para la vida prkctica (decisión, eIecci6n). sino para la fundamentación de los primeros
principios del saber. En efecto. la rehabilitacinn actual de la retórica es debida sobre todo a
filósofos, aunque paradójicamente fuesen éstos qtuenes la denostaron diirante dos mil anos. Para
muchm fil6sofos, hoy la retórica es un

Históricaniente. la retórica fue adquiriendo connotaciones negaiivas a medida que se iba


desvinculando de la filosofia con la que 1'1aión y Aristóteles la Iiabian fecundado. Reliabilitarla
significaba. üiite todo, devolverla al sitio que ocupaba dentro del Corpus filosófico en el
pensamiento de Platón y Aristóleles. Muchas disciplinas, qiic han aspirado vanamente a verdades
apodicticas sólo contienen opiniones verosímiles. plausibles; por tanto, sus argumentaciones
dehcn permanecer «abiertas» a una continua discusión y revisión. El aiige de los medios de
comunicación de masas y de la vida democrática en un creciente número de países explican los
esfuerzos qiie se están realizando en la segunda mitad de este siglo desde inúltiples direcciones
para reliabilitar la retdrica clásica como arte de persuasión, porqiic «en las sociedades
contemporárieas. los métodos para obtener la adhesión vuelven a tener una gran actualidad;
diríamos más, la tienen en un grado superior a ninguna etapa anlerior de la historia)) '. Aunque
quizá demasiado lentamente, el pensamiento occidental de esta segunda mitad del siglo xx ha
venido rehabilitando esta parie de la lógica arislot8lica ', que es necesaria, segun AristóteIcs ', no
sólo para la vida prkctica (decisión, eIecci6n). sino para la fundamentación de los primeros
principios del saber. En efecto. la rehabilitacinn actual de la retórica es debida sobre todo a
filósofos, aunque paradójicamente fuesen éstos qtuenes la denostaron diirante dos mil anos. Para
muchm fil6sofos, hoy la retórica es un

Históricaniente. la retórica fue adquiriendo connotaciones negaiivas a medida que se iba


desvinculando de la filosofia con la que 1'1aión y Aristóteles la Iiabian fecundado. Reliabilitarla
significaba. üiite todo, devolverla al sitio que ocupaba dentro del Corpus filosófico en el
pensamiento de Platón y Aristóleles. Muchas disciplinas, qiic han aspirado vanamente a verdades
apodicticas sólo contienen opiniones verosímiles. plausibles; por tanto, sus argumentaciones
dehcn permanecer «abiertas» a una continua discusión y revisión. El aiige de los medios de
comunicación de masas y de la vida democrática en un creciente número de países explican los
esfuerzos qiie se están realizando en la segunda mitad de este siglo desde inúltiples direcciones
para reliabilitar la retdrica clásica como arte de persuasión, porqiic «en las sociedades
contemporárieas. los métodos para obtener la adhesión vuelven a tener una gran actualidad;
diríamos más, la tienen en un grado superior a ninguna etapa anlerior de la historia)) '. Aunque
quizá demasiado lentamente, el pensamiento occidental de esta segunda mitad del siglo xx ha
venido rehabilitando esta parie de la lógica arislot8lica ', que es necesaria, segun AristóteIcs ', no
sólo para la vida prkctica (decisión, eIecci6n). sino para la fundamentación de los primeros
principios del saber. En efecto. la rehabilitacinn actual de la retórica es debida sobre todo a
filósofos, aunque paradójicamente fuesen éstos qtuenes la denostaron diirante dos mil anos. Para
muchm fil6sofos, hoy la retórica es un

Históricaniente. la retórica fue adquiriendo connotaciones negaiivas a medida que se iba


desvinculando de la filosofia con la que 1'1aión y Aristóteles la Iiabian fecundado. Reliabilitarla
significaba. üiite todo, devolverla al sitio que ocupaba dentro del Corpus filosófico en el
pensamiento de Platón y Aristóleles. Muchas disciplinas, qiic han aspirado vanamente a verdades
apodicticas sólo contienen opiniones verosímiles. plausibles; por tanto, sus argumentaciones
dehcn permanecer «abiertas» a una continua discusión y revisión. El aiige de los medios de
comunicación de masas y de la vida democrática en un creciente número de países explican los
esfuerzos qiie se están realizando en la segunda mitad de este siglo desde inúltiples direcciones
para reliabilitar la retdrica clásica como arte de persuasión, porqiic «en las sociedades
contemporárieas. los métodos para obtener la adhesión vuelven a tener una gran actualidad;
diríamos más, la tienen en un grado superior a ninguna etapa anlerior de la historia)) '. Aunque
quizá demasiado lentamente, el pensamiento occidental de esta segunda mitad del siglo xx ha
venido rehabilitando esta parie de la lógica arislot8lica ', que es necesaria, segun AristóteIcs ', no
sólo para la vida prkctica (decisión, eIecci6n). sino para la fundamentación de los primeros
principios del saber. En efecto. la rehabilitacinn actual de la retórica es debida sobre todo a
filósofos, aunque paradójicamente fuesen éstos qtuenes la denostaron diirante dos mil anos. Para
muchm fil6sofos, hoy la retórica es unHistóricaniente. la retórica fue adquiriendo connotaciones
negaiivas a medida que se iba desvinculando de la filosofia con la que 1'1aión y Aristóteles la
Iiabian fecundado. Reliabilitarla significaba. üiite todo, devolverla al sitio que ocupaba dentro del
Corpus filosófico en el pensamiento de Platón y Aristóleles. Muchas disciplinas, qiic han aspirado
vanamente a verdades apodicticas sólo contienen opiniones verosímiles. plausibles; por tanto, sus
argumentaciones dehcn permanecer «abiertas» a una continua discusión y revisión. El aiige de los
medios de comunicación de masas y de la vida democrática en un creciente número de países
explican los esfuerzos qiie se están realizando en la segunda mitad de este siglo desde inúltiples
direcciones para reliabilitar la retdrica clásica como arte de persuasión, porqiic «en las sociedades
contemporárieas. los métodos para obtener la adhesión vuelven a tener una gran actualidad;
diríamos más, la tienen en un grado superior a ninguna etapa anlerior de la historia)) '. Aunque
quizá demasiado lentamente, el pensamiento occidental de esta segunda mitad del siglo xx ha
venido rehabilitando esta parie de la lógica arislot8lica ', que es necesaria, segun AristóteIcs ', no
sólo para la vida prkctica (decisión, eIecci6n). sino para la fundamentación de los primeros
principios del saber. En efecto. la rehabilitacinn actual de la retórica es debida sobre todo a
filósofos, aunque paradójicamente fuesen éstos qtuenes la denostaron diirante dos mil anos. Para
muchm fil6sofos, hoy la retórica es unHistóricaniente. la retórica fue adquiriendo connotaciones
negaiivas a medida que se iba desvinculando de la filosofia con la que 1'1aión y Aristóteles la
Iiabian fecundado. Reliabilitarla significaba. üiite todo, devolverla al sitio que ocupaba dentro del
Corpus filosófico en el pensamiento de Platón y Aristóleles. Muchas disciplinas, qiic han aspirado
vanamente a verdades apodicticas sólo contienen opiniones verosímiles. plausibles; por tanto, sus
argumentaciones dehcn permanecer «abiertas» a una continua discusión y revisión. El aiige de los
medios de comunicación de masas y de la vida democrática en un creciente número de países
explican los esfuerzos qiie se están realizando en la segunda mitad de este siglo desde inúltiples
direcciones para reliabilitar la retdrica clásica como arte de persuasión, porqiic «en las sociedades
contemporárieas. los métodos para obtener la adhesión vuelven a tener una gran actualidad;
diríamos más, la tienen en un grado superior a ninguna etapa anlerior de la historia)) '. Aunque
quizá demasiado lentamente, el pensamiento occidental de esta segunda mitad del siglo xx ha
venido rehabilitando esta parie de la lógica arislot8lica ', que es necesaria, segun AristóteIcs ', no
sólo para la vida prkctica (decisión, eIecci6n). sino para la fundamentación de los primeros
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filósofos, aunque paradójicamente fuesen éstos qtuenes la denostaron diirante dos mil anos. Para
muchm fil6sofos, hoy la retórica es unHistóricaniente. la retórica fue adquiriendo connotaciones
negaiivas a medida que se iba desvinculando de la filosofia con la que 1'1aión y Aristóteles la
Iiabian fecundado. Reliabilitarla significaba. üiite todo, devolverla al sitio que ocupaba dentro del
Corpus filosófico en el pensamiento de Platón y Aristóleles. Muchas disciplinas, qiic han aspirado
vanamente a verdades apodicticas sólo contienen opiniones verosímiles. plausibles; por tanto, sus
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explican los esfuerzos qiie se están realizando en la segunda mitad de este siglo desde inúltiples
direcciones para reliabilitar la retdrica clásica como arte de persuasión, porqiic «en las sociedades
contemporárieas. los métodos para obtener la adhesión vuelven a tener una gran actualidad;
diríamos más, la tienen en un grado superior a ninguna etapa anlerior de la historia)) '. Aunque
quizá demasiado lentamente, el pensamiento occidental de esta segunda mitad del siglo xx ha
venido rehabilitando esta parie de la lógica arislot8lica ', que es necesaria, segun AristóteIcs ', no
sólo para la vida prkctica (decisión, eIecci6n). sino para la fundamentación de los primeros
principios del saber. En efecto. la rehabilitacinn actual de la retórica es debida sobre todo a
filósofos, aunque paradójicamente fuesen éstos qtuenes la denostaron diirante dos mil anos. Para
muchm fil6sofos, hoy la retórica es unHistóricaniente. la retórica fue adquiriendo connotaciones
negaiivas a medida que se iba desvinculando de la filosofia con la que 1'1aión y Aristóteles la
Iiabian fecundado. Reliabilitarla significaba. üiite todo, devolverla al sitio que ocupaba dentro del
Corpus filosófico en el pensamiento de Platón y Aristóleles. Muchas disciplinas, qiic han aspirado
vanamente a verdades apodicticas sólo contienen opiniones verosímiles. plausibles; por tanto, sus
argumentaciones dehcn permanecer «abiertas» a una continua discusión y revisión. El aiige de los
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explican los esfuerzos qiie se están realizando en la segunda mitad de este siglo desde inúltiples
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diríamos más, la tienen en un grado superior a ninguna etapa anlerior de la historia)) '. Aunque
quizá demasiado lentamente, el pensamiento occidental de esta segunda mitad del siglo xx ha
venido rehabilitando esta parie de la lógica arislot8lica ', que es necesaria, segun AristóteIcs ', no
sólo para la vida prkctica (decisión, eIecci6n). sino para la fundamentación de los primeros
principios del saber. En efecto. la rehabilitacinn actual de la retórica es debida sobre todo a
filósofos, aunque paradójicamente fuesen éstos qtuenes la denostaron diirante dos mil anos. Para
muchm fil6sofos, hoy la retórica es un

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