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TRANSICIÓN POLÍTICA DE LA INTEDENCIA DE VALLADOLID A

LA FORMACIÓN DEL ESTADO DE MICHOACÁN 1786-1830

I.- La intendencia de Valladolid. Procesos y problemáticas político-institucionales

Michoacán no es una región geográfica – geomórfica-, con límites naturales. Fue


creado, como unidad histórica y política prehispánica, por el Estado Tarasco de
Michhuacan, que rebasaba en todas la direcciones los límites actuales del Estado de
Michoacán. Limita al norte con los estados de Guanajuato y Querétaro, al este con
el estado de México, al sur con Guerrero al suroeste con el Océano Pacífico y el
noroeste con Colima y Jalisco. Cubre una superficie de 58,585 km², depende en el
relieve de su suelo de dos amplias unidades orogénicas: la Cordillera Neo-Volcánica y
la Sierra Madre del Sur, las cuales, junto con la Depresión Austral o del Balsas, que las
separa, y las planicies que tienen exteriormente, forman las cinco grandes regiones
geomórficas mexicanas a que pertenece el territorio michoacano. 1

La organización política y territorial de la Nueva España y, consecuente la de


Michoacán, fueron establecidos por numerosas cédulas reales que se implementaron
de acuerdo a las disposiciones españolas, guiadas por la estructura que se mantenía
en España, de las que existen varios cedularios y, sobre todo, el oficial de la
‘Recopilación de las Leyes de los Reinos de las Indias’ (Madrid, 1681) 2.

En un primer momento, se decidió organizar el territorio que acababa de caer en


manos de la Corona española por medio de las “encomiendas” que tenían como fin
controlar a la población residente. Las encomiendas se rigieron al principio por las
‘Ordenanzas de buen gobierno’ (1524) de Cortés y posteriormente por otras
manifestaciones de control político que codificó la Recopilación de 1680 3”.

1 José Bravo Ugarte: Historia Sucinta de Michoacán, Morelia, Mich, México, Editorial Jus. S.A, 1970, p. 15
2 Ibíd. 25
3 Ibíd. p. 30
Las Encomiendas, corregimientos y alcaldías mayores de Michoacán aparecen
en los siglos XVI y XVII. Poco tiempo después, lo hacen todas las instituciones
regionales, pues ellas eran necesarias para la evolución política de los espacios
novohispanos. “…Los corregimientos y alcaldías mayores, como centros locales de
gobierno. Las encomiendas, como indispensables entonces para el sustento y arraigo
de los españoles, y para la protección y civilización de los indios” 4.

Posteriormente, se tomaron en cuenta las divisiones territoriales indígenas en


reinos, a los que se dividieron en provincias y gobernaciones; otra división fue la
eclesiástica: arzobispos obispados, etc., y las provincias de evangelización que abarcan
diferentes regiones encomendadas a las órdenes religiosas. La división territorial
administrativa-judicial determinada por las jurisdicciones de las Audiencias de México y
Guadalajara, subdivididas a su vez en corregimientos, alcaldías y gobiernos. 5

Paulatinamente, se fueron transformando las condiciones a través de las cuales


España subordinaba a sus colonias americanas. Las nacientes formas de control
administrativo, económico y político fueron ejerciendo un mayor control en la Nueva
España y con ello el surgimiento de nuevas instituciones que no dejaban de evolucionar
continuamente, respecto de sus funciones y representantes.

Las reformas que la Corona española realizó en el siglo XVIII en sus posesiones
americanas están relacionadas con la política reformista general que la dinastía de los
Borbones llevó a cabo en todo ámbito de la monarquía española que se inspiro en la
idea de recuperación política de España. El principio de las medidas reformistas
coincide en el tiempo con un cambio significativo en la monarquía española, en el punto
de partida en el que se da el ascenso al trono de la dinastía de los Borbones. 6 A los
gobernantes borbones los caracterizó su espíritu modernizador, ilustrado, reformista. El
imperio, decaído económicamente por las guerras de sucesión y las pérdidas de sus
dominios en Flandes e Italia a fines del siglo XVII. Lo que se derivo en una etapa de
crisis tanto administrativa como fiscal. La realidad histórica demandaba, pues, una

4 Ibíd. p 208
5 Áurea Commons: Las Intendencias de la Nueva España, México, UNAM, p. 1
6 Horst Pietschmann: Las reformas borbónicas y el sistema de intendencias en Nueva España Un estudio político-
administrativo , México, Fondo de Cultura Económica, 1996, p 13
adecuación del Imperio al nuevo orden mundial mediante la modernización de sus
estructuras de poder y mando 7. Los reinados de Felipe V (1701- 1746) y Fernando VI
(1746-1759) promovieron constantes reformas en los ámbitos económico, político y
administrativo de la península ibérica.8

El colonialismo, llevado hasta sus límites por España, hizo despertar en la conciencia
de algunos súbditos americanos un sentimiento nacionalista; en un momento en el cual,
se reafirmaban la confianza en la grandeza y en la riqueza de éstas tierra, y en un
tiempo de autosuficiencia económica. Para muchos la metrópoli, lejos de alentar el
desarrollo económico de la Colonia, únicamente explotaba sus riquezas.

La política regalista, encaminada a debilitar a las grandes instituciones coloniales, se


intensificó en los primeros años del siglo XIX, y la más afectada fue la iglesia, quien
recibió un fuerte golpe al decretarse la Real Cédula sobre enajenación de bienes raíces
y cobro de capitales de capellanías y obras pías para la consolidación de vales reales 9,
el 26 diciembre de 1804. Ya en 1798, Carlos IV había aplicado tal medida en la Madre
Patria y creado la Real Caja de Consolidación por Pragmática-Sanción de 30 de agosto
de 1800.

Carlos Juárez indica, que durante el siglo XVIII la Corona Española diseñó una
serie de reformas tendientes a modernizar sus precarias estructuras económicas,
sociales y políticas, para tratar de equilibrar su desarrollo a la par de Inglaterra y
Francia preferentemente10. La política reformista emprendida por Carlos III tuvo como
eje central aprovechar al máximo las riquezas económicas extraídas de sus vastos
dominios americanos, en especial, de la Nueva España, considerada como la colonia
americana más próspera de la Corona Española.

Sucediendo, importantes cambios en la política, la sociedad y la economía. Se


comienza hacer más fuerte las nuevas estructuras en cuanto a las divisiones en la
7 Iván Franco Cáceres: La Intendencia de Valladolid de Michoacán: 1786-1808, Reforma administrativa y exacción
fiscal en una región de la Nueva España, México, Instituto Michoacano de Cultura/ Fondo de Cultura Económica,
2001, p. 37
8 Ídem.
9 Juárez Nieto, La oligarquía y el poder
10 Carlos Juárez Nieto: El proceso político en la Intendencia de Valladolid de Michoacán 1808-1821, México,
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo/ Instituto de Investigaciones Históricas, 2008, p. 19
forma de consolidar el territorio para un mejor manejo, no solo administrativo, sino
social. Es el momento en el cual surgen las Intendencias, una de las raíces más
importantes para la conformación del Estado michoacano en la actualidad.
Paralelamente comienzan a surgir los problemas en cuanto a ideologías encontradas
en el funcionamiento y administración de la Nueva España por parte de los criollos, ya
que pretendían apoderarse de más economía y política. Destinadas las intendencias a
la recuperación económica de la Monarquía, Carlos III puso ya en 1691 un
superintendente en cada una de las provincias de España; más la estructura
fundamental de aquellas se debió a los borbones, apremiadas por los gastos
dispendiosos de sus guerras. Las intendencias fueron una superestructura
administrativa, sobrepuesta al organismo del gobierno ya existente en la Metrópoli y en
sus reinos de ultramar.11 La intendencia de Valladolid, las jurisdicciones y territorios que
comprendió su distrito, fueron señalados por los comisionados de la Junta erigida en la
Capital en ese propósito.

La crisis política que envolvió a la Nueva España en los últimos años del siglo
XVIII, y que tuvo sus momentos más críticos en la primera década del siglo XIX, ha sido
vista por varios autores como un resultado del crecimiento económico que experimentó
el reino por esos años. Las transformaciones que sufrió el virreinato a raíz de la
implantación de las reformas borbónicas trastocaron las estructuras políticas
tradicionales.

Las trasformaciones políticas, administrativas y económicas provocaron un desajuste


social que, al no encontrar vías políticas que le dieran solución institucional y desatar
otros procesos que hicieran más evidentes las contradicciones del sistema, dieron paso
a la vía revolucionaria que incendió el país en 1810. 12 Esta postura define la idea de que
todo cambio político y económico acelerado puede ocasionar enormes y graves
desequilibrios sociales, situación que obliga, una última instancia, al reacomodo de las
fuerzas que actúan en la sociedad.

11 Ibíd., p. 86
12 Florescano y Gil Sánchez…..
La revolución francesa es la evidencia práctica de la evolución cultural, económica y
política que Europa venía experimentando desde principios del siglo XVIII y que se
manifiesta el 14 de julio de 1879. En la concatenación de hechos nadie podría pensar
que una acción derivada de este suceso después de tres décadas la traería a la
América española su independencia.

La población española por su vecindad limítrofe con Francia se encontraba al


pendiente de todo lo acontecido en esa nación, y de los modelos que seguía; esto a
través de la prensa escrita, de reuniones sociales, tertulias, viajes a Francia, de la
información que proporcionaban los franceses avecinados en las fronteras españolas y
la lectura de obras francesas. A su vez, las colonias americanas, recibían la información
por la vía española, ya por la prensa escrita, por la migración de militares, intelectuales
y políticos peninsulares a las colonias españolas.13

Por otra parte, en el ámbito económico americano, las colonias españolas hacia
mediados del siglo XVIII atravesaban por una época de prosperidad y bonanza basada
principalmente en riqueza mineral y en el desarrollo de la ganadería y la agricultura;
situación que le permitía a la corona española el derroche en la corte y el
financiamiento de sus conflictos bélicos con otras naciones europeas. La exacción por
14
otra parte de la corona se agudizó con la llegada de los borbones al trono español.

Las reformas implementadas por los monarcas Borbones se inclinaron por


racionalizar los métodos de administración económica y burocrática, aplicando una
serie de disposiciones, como lo fueron: la supresión del sistema de flotas (1748), la
libertad de comercio entre las colonias (1765), la autorización a las potencias neutrales
para intercambiar productos con cualquier región de América (1766) y el debilitamiento
del monopolio comercial ejercido secularmente por Sevilla y Cádiz, al autorizar la
apertura de nuevos puertos y consulados de comerciantes 15.

Las nuevas disposiciones comenzaron a tomar forma en la década de 1760 ya


que, los ministros reformistas de la dinastía borbónica se decidieron a volcar sus

13 Guerra, François
14 Pietschmann 13-14
15 Ídem.
energías en los dominios coloniales, siguiendo el modelo del colonialismo británico 16”.
No se trataba tan sólo de una simple voluntad renovadora, sino de tendencias
económicas generales que presionaban a los gobernantes para tratar de cerrar la
brecha con las monarquías que habían ya iniciado su conversión en potencias
industriales, con gobiernos centralizados, autoritarios y eficientes. Desde una
perspectiva general, las reformas fueron mucho más que una simple perspectiva
general, las reformas fueron mucho más que un simple conjunto de medidas
casuísticas.”17.

Por ello, el proceso reformista estatal también implicó la creación de actores y


grupos sociales que luego tomaron su propia dinámica como el sector militar de
Michoacán. El rey Carlos III determinó entonces introducir una reforma total en su
aparato defensivo y cedió las atribuciones organizativas a su cuerpo de ministros
reformista.18

Esta nueva realidad exigió la creación de un aparato de gobierno que controlara


la región. Tradicionalmente el gobierno había descansado en los alcaldes de los
partidos, sometidos a la autoridad más alta del alcalde mayor, que residía en Pátzcuaro
y que acordaba con el virrey 19. Las cuentas del rey no relacionadas con los pueblos de
indios las llevaban los comerciantes y hacendados, que cobraban las alcabalas, bulas y
contribuciones especiales.20

La visita de José de Gálvez (1765-1769) determinó un profundo cambio del


rumbo económico y administrativo novohispano. Las reformas impulsadas en su calidad
de visitador plenipotenciario implicaron la reorganización de la producción minera, el
inicio de la apertura comercial, el principio del fin del sistema de alcaldías mayores, la
trasformación de los cabildos españoles existentes en las ciudades coloniales, la

16 Felipe Castro Gutierrez: Nueva ley y nuevo rey: Reformas Borbónicas y rebelión popular en Nueva España,
México, Colegio de Michoacán, 1996, p. 96.
17 Ídem.
18 Iván Franco; Op. Cit, p. 52.
19 María Ofelia Mendoza Briones y Martha Teherán: “Repercusiones de la política borbónica”, en Historia
General de Michoacán (Coordinado por Enrique Florescano), Vol. II, México, Gobierno del Estado de Michoacán,
1989, pp. 218
20 Ibíd., p., 219
reorganización de los sistemas de recaudación fiscal y la Real Hacienda, y el
21
establecimiento de los monopolios estatales del tabaco y la pólvora.

Una de las primeras acciones reformistas efectuadas por el visitador José de


Gálvez, que efectuó los intereses de una de las corporaciones más poderosas, el
Consulado de Comerciantes, fue la aprobación y aplicación de un nuevo régimen para
el cobro de alcabalas. Lo que derivo que comerciantes ligados al Consulado de la
ciudad de México perdieran el control administrativo de un privilegio que detentaban
desde 174722. La Iglesia y comerciantes se oponían a estas reformas ya que
expresaban básicamente su malestar contra cualquier cambio que implicara reducir sus
redes de intereses patrimoniales en la colonia. 23

La introducción del nuevo sistema recolector de alcabalas generó inconformidad


creciente dentro del propio gremio de productores y comerciantes, particularmente en la
provincia de Michoacán.24 Las acciones reformistas no se iniciaron estrictamente con la
presencia del intendente. Tampoco efectuaron única y exclusivamente al sector
religioso.25

La estancia del general José de Gálvez fue concebida como un medio para
trastocar todos los poderes establecidos o considerados inútiles al proyecto estatal de
Carlos III, fueran estas de corporaciones. Los alcaldes mayores eran uno de estos. Su
rigurosidad y sed implacable por someter a una fiscalía estricta a los alcaldes mayores,
debido a la corrupta práctica en que incurrían de ocultar tributarios, propicio que en
menos de cinco años la captación tributaria estatal se duplicase y hasta triplicase en
algunas regiones de la colonia.26

Las administraciones civiles y eclesiásticas al arranque del siglo XVIII en la


provincia mayor y el obispado de Michoacán vivieron momentos bonancibles en la
economía y en el provecho de la población. El crecimiento tendió a favorecer a los

21 Ídem, p. 40
22 Ibíd.
23 Ibíd.
24 Iván Franco; Op. Cit., p. 52
25 Ídem, p. 45.
26 Ídem, p. 48
núcleos poderosos asentados en las ciudades y villas de la región: hacendados,
comerciantes y clero alto. Sin embargo, a todos ellos les afecto la creciente fiscalidad
27
borbónica a partir de la segunda mitad del siglo.

También la política agraria virreinal del siglo XVIII tendió, en lo general, a


beneficiar a los hacendados y comerciantes. En cambio, la población indígena vivió una
serie continua de perjuicios a sus costumbres y forma de vida comunales. El desarrollo
de cultivos comerciales como el añil o el algodón, el fomento de ganadería menor y
mayor, así como el impulso que recibió la actividad minera, auspiciaron la formación de
nuevas oligarquías de origen peninsular y criollo por todo el territorio de la provincia de
Michoacán. La presión que sobre todos los terrenos comunales ejerció el avance de
propiedades españolas expulso a muchos indígenas a sus tierras comunales y ejidales.
Estos buscaron acomodos en las ciudades y centros mineros del bajío, o bien en el
interior de las mismas haciendas y ranchos que se extendieron por la región central.

El aumento de las actividades agrícolas y comerciales trajo consigo la


constitución de las alianzas sociales (económicas, matrimoniales y demás) entre estos
grupos, que alimentaron el sentimiento regionalista en la región auspiciado por la Iglesia
local durante siglos.28 Los cambios introducidos por la creación de la intendencia
afectaron la economía y el conjunto de la sociedad. En primer lugar, el fisco se hizo
mucho más abarcador y gravoso. Al ejercer directamente la corona el control fiscal fue
más difícil evadir los pagos. Además, los impuestos aumentaron: fueron mayores para
las grandes empresas agroganaderas que sacaban de la región productos como el
algodón, el añil, el trigo o el azúcar. 29

En 1787 se implantó en Nueva España el sistema de intendencias que venían a


reforzar las medidas metropolitanas de concentración del poder y el control
administrativo. Entre las doce intendencias que se crearon se encontraba la de
Valladolid de Michoacán. Esta se integró con las siguientes alcaldías mayores, las
cuales pasaron a ser subdelegaciones: Charo; Zitácuaro; Tlalpujahua; Cuitzeo de la

27 Ídem, p. 54
28 Ídem, p. 55
29 J. Bravo Ugarte; Op. cit. pp. 86-87
Laguna; Jacona y Zamora, con sus agregados de Tlazazalca y Chilchota; colima;
Tancítaro y Pinzándaro, con Motines de Oro y el agregado de Zinagua y La Huacana:
Güimeo y Sirándaro; Jiquilpan y Peribán, con su agregado de Tingüindín y la de
Valladolid y Pátzcuaro.30 De esta manera, la Intendencia de Valladolid quedo dividida en
10 alcaldías mayores, ocupando el territorio en el que hoy se encuentra el estado de
Michoacán. 31

La creación de la intendencia de Valladolid, que culminó la primera etapa en la


formación de un gobierno provincial. Se rigió por la Real Ordenanza de intendentes de
1786. Privilegió los intereses del rey por sobre los de la sociedad, del fomento de la
provincia y de su antiguo brazo eclesiástico. Provocó en la provincia diversas
manifestaciones de rechazo. Este gobierno provincial es el antecedente más antiguo de
la organización política actual del estado de Michoacán. 32 En general, había muy pocos
funcionarios reales y por lo tanto las cuentas de Valladolid se llevaban directamente en
México, los asuntos que trascendían el ámbito de la jurisdicción local eran expuestos en
la Audiencia de México.33

De tal manera que en el año de 1779 se nombraron los alcaldes corregidores en


las provincias de la Nueva España donde antes no existían, como Michoacán, y
Pátzcuaro aprovechó esa coyuntura para tratar nuevamente de establecer la residencia
de dicho funcionario en su plaza, en lugar de Valladolid.

Pátzcuaro se convirtió en una subdelegación más, mientras que Valladolid fue


designada la capital, poniéndose fin con esta medida al largo y centenario conflicto. La
decisión de la Corona se fundamentó en que esta ciudad era sede de uno de los
obispados más ricos del virreinato y se mostraba ya como el principal centro urbano y
económico de la región.34 El utilitarismo y funcionalismo de los Borbones triunfaba sobre

30 Gabriel Silva Mandujano, “La pugna por la capitalidad en la Provincia de Michoacán durante la época colonial”
en Tzintzun, Núm. 13, Instituto de Investigaciones Históricas/ Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,
Morelia, Michoacán, México, Enero- Junio de 1991, P. 32
31 Áurea Commons; Op. Cit., p.58
32 Ibíd., p. 220
33 Ídem
34 Gabriel Silva; Op. Cti., p. 32.
los fueros, títulos y privilegios heredados de los Habsburgo 35 Las autoridades
reformistas entendían muy bien la influencia del poder diocesano, por eso se
preocuparon por fortalecer a la autoridad civil de la zona. Incluso cuando Valladolid fue
sede prematura de la potestad religiosa, el ayuntamiento vallisoletano empezó a ser
reconocido como un órgano afín a la política real hasta que los borbones asumieron el
trono español.36

De este modo, con la creación de la Intendencia se dio otro paso adelante en la


centralización del poder, pues terminaron por fundirse en una misma autoridad todas las
funciones de justicia, fomento, hacienda y guerra. Quedando supeditados bajo el
mando del intendente todos los funcionarios de la administración colonial que operaban
la región.37

Ahora bien, se hace muy fuerte la figura del intendente, clave fundamental para
entender a los actuales representantes del gobierno; los intendentes tenían como
función el cuidar que sus jefes subalternos fueran de origen español, peninsulares o
criollos, pero de preferencia los primeros, según la intención inicial del reformismo
administrativo. Era su obligación mantener a los naturales de su jurisdicción en buen
orden, obediencia y civilidad, y su nombramiento correspondía por sí solo y por tiempo
de su voluntad al intendente nombrado en la provincia. 38 Las funciones de los
intendentes variaron en las distintas épocas y en los lugares donde se implementaron.
El intendente es en un principio un funcionario que dirige la administración de la
Hacienda,39 además de que concentraría el poder, a partir de entonces, con mayor
fuerza y en un territorio más amplio que el de las antiguas alcaldías; bajo su mando
quedaron supeditados todos los funcionarios de la administración colonial que operaba
en la región; el carácter de su investidura le permitiría hacer frente, en caso necesario,
al poder de los cabildos civil y eclesiástico.40

35 Ídem
36 Iván Franco; Op. Cit. ,p. 45
37 Ibíd., p. 222
38 Ibíd., p. 105
39 Áurea Commons; Op. Cit., p. 1
40 Gabriel Silva; Op. Cit., p. 32
Los subdelegados, a diferencia de los antiguos alcaldes, tuvieron un sueldo fijo,
se les prohibió el comercio y quedaron bajo la supervisión y mandado directamente del
intendente. En este nivel de la organización política, así como las milicias recientemente
creadas, fueron incorporados, miembros de las familias locales. 41Por ello, para el caso
del ayuntamiento de Valladolid tenemos que hasta antes de 1808 un grupo de
personas, miembros de la oligarquía local y encabezadas por una familia Huarte, desde
años atrás controlaba los principales cargos.42

Fue nombrado como primer intendente de Valladolid don Antonio de Riaño y


Bárcena, con el cual principió el desarrollo de esta intendencia. Al cambiarse la
organización gubernativa lo designaron intendente de Valladolid, por lo cual fue el
primer funcionario con este título en Michoacán.43 Integró ese grupo destacado de de
peninsulares que impulsaron la innovación de los métodos de gobierno de la Nueva
España. Fue uno de los cinco militares que el ministro José de Gálvez eligió para crear
las 12 intendencias novohispanas de 1786. 44 Segundo intendente de Valladolid, se
nombro a don Felipe Díaz Ortega, el cual desplegó gran actividad, incrementando todos
los ramos. Murió en 1810 en el desempeño de su cargo. 45

Posteriormente ocupó su lugar don Manuel Merino Moreno de 1811- 1820, a


quien le tocaría todos los problemas de la Guerra de Independencia. El cuarto y último
intendente de Valladolid don Ramón Huarte, quien duro en su cargo muy poco tiempo,
ya que la consumación de la independencia su nombramiento fue cambiado por el jefe
político de la provincia de 1821.46

Dichas disposiciones no fueron del agrado de la sociedad novohispana, ya que


había logrado con el paso del tiempo ejercer el poder en sus regiones de origen, es

41 Ibíd., p. 158.
42 Sergio García Ávila: “El ayuntamiento de Valladolid de Michoacán y los vaivenes de la guerra”, en Cabildos,
Repúblicas y ayuntamientos Constitucionales, en la Independencia de México, (Moisés Guzmán Pérez, coordinador),
Morelia, Michoacán, México, Instituto de Investigaciones Históricas/ Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo/ Congreso del Estado de Michoacán de Ocampo, 2009.
43 Áurea Commons; Op. Cit., p. 152.
44 Franco Cáceres, Op. Cit., p. 72
45 Áurea Commons; Op. Cit., p. 152
46 Idem.
decir, conformaron oligarquías regionales. Por lo que el proceso de centralización-
centralización del poder, que representaban las reformas borbónicas se sintieron como
un yugo en las colonias americanas. Tiempo después con los prestamos forzosos que
los americanos hacen a la madre patria a través de la Real Cédula de Consolidación de
Vales Reales en 1804, el descontento aflora de nueva cuenta en toda la Nueva
España.

El tiempo seguía transcurriendo, en 1808 la vecina Francia se encontraba en un


proceso de expansión sobre Europa encabezado por Napoleón. En España el rey
Carlos IV, quien hubo de abdicar el trona favor de su hijo el príncipe Fernando VII, quien
era aclamado por el pueblo. Esto sucedió el 19 de marzo de ese año en Aranjuarez. La
abdicación del rey no fue del agrado de Napoleón, por lo que envió al mariscal Murat a
Madrid para obligar a Carlos IV a declara nula la abdicación; al tiempo que conducía
con engaños al príncipe a Bayona, así como a sus padres. El 5 de mayo Fernando
cedió la corona a su padre y éste al emperador. 47

Cuando los habitantes españoles se enteraron de la abdicación Fernando VII, la


burocracia, la nobleza, el clero y el ejército, en un principio aceptaban el nuevo orden;
más no el pueblo.48Este se levantó en armas contra los franceses y buscó la forma de
organizar el gobierno de España dodo que al quedar vacío el trono se mantenía la duda
de quién iba a gobernar.49

No debemos dejar de mencionar que entre la sociedad española y el rey existía


un pacto. En base a las teorías sociales de gobierno que circulaban por Europa:; la
libertad e igualdad constituían el estado natural del hombre, éste al unirse con otros
hombres para integrar una comunidad cedieron su autoridad por contrato a un
soberano, quien los gobernaría buscando el bienestar de la comunidad. 50 Cuando se da
la abdicación de Fernando VII, al no haber un rey que gobernara para el bienestar de
los hombres quedó roto el pacto, por lo tanto la autoridad que se había cedido al
gobernante volvía a manos de los hombres.

47 Torre de la, Villar, Ernesto, La independencia de México 78


48 Rodriguez O., Jaime E., “La independencia de México” 582
49 Guerra Francois 122
50 Hale, Charles p.50
El pueblo español como autoridad que era después de romperse el pacto decide
integrar juntas regionales para gobernar las provincias, entre las que destacan la de
Aranjuez, Sevilla, Junta Central Gubernativa del Reino, que gobernaría en lugar y
nombre del rey, como depositaria de la autoridad soberana. 51

Por su parte los americanos al igual que los españoles no escapaban al


sobresalto de los secesos acaecidos en la madre patria, la noticia de la abdicación
arriba a la Nueva España el 19 de julio de 1808. El hecho desconcertó a las autoridades
coloniales que no sabían que procesos eran los necesarios para fortalecer a la Nueva
España en esos momentos de incertidumbre.

La primera formulada por dos miembros del cabildo de la ciudad de México: José
Primo de Verdad y el regidor honorario Juan Francisco Azcárate, quienes proponían
crear una junta provisional para gobernar la Nueva España a nombre de Fernando VII.
La propuesta era apoyada por otros criollos como el merqués de Uluapa miembro del
cabildo, el marqués Rayas, el conde Medina, el conde Regla. El oidor criollo Jacobo
Villarrutia y fray Melchor de Talamantes.52

La propuesta fue presentada al virrey Iturrigaray el 19 de julio de 1808, en el cual


se decía que la ciudad de México se mantuviera bajo el mando del virrey, en la
dominación y representación del rey. Lo que constituía una reafirmación precisa y clara
de loa soberanía conforme a la tradición corporativa española: “por su ausencia o
impedimento del rey, reside la soberanía representada en todo el reino y las clases que
lo formaban, y con más particularidad en los tribunales superiores que gobiernan y
administran justicia y los cuerpos que llevan la voz pública”. 53

La segunda propuesta la apoyaban la mayor parte de los miembros


conservadores de la audiencioa y de la élite, consistía en esperar y observar lo que
acaecía en España. Con la tercera propuesta simpatizaban otros miembros de la
audiencia y de la élite, la cual consistía en reconocer la junta de Sevilla como la
representante legitima del rey.54
51 Guerra., 141
52 Anna, Timothy, La caída del gobierno. 61
53 Ana T., 61
54 Anna, T. 58
El 9 de agosto de 1808 Iturrigaray convocó a una Junta General del Reino,
integrada por 86 miembros de los diferentes cuerpos gubernamentales establecidos en
la Nueva España como lo era la Real Audiencia de México, el arzobispo y el Cabildo
Catedral, el Tribunal de la Inquisición, el Consulado de la Capital, la nobleza, el clero,
gobernadores la República de Indios y el Ayuntamiento en la que se incluía la
participación del virrey; lo que convenció a los peninsulares de Iturrigaray simpatizaba
con la propuesta criolla, que bajo su perspectiva era la búsqueda de la independencia. 55

En las colonias americanas, la elección de diputados se retrasó debido a lo


confuso que resultaban algunos términos. Un ejemplo de ello era elección de
representantes por provincias, las cuales no existían como tal en América. Las
elecciones comenzaron en la primavera de 1809 y el representante electo por la Nueva
España fue Miguel de Lardizábal, quien en esos momentos ya se encontraba en la
madre patria.

En la Nueva España no todo era la selección provincial, aunque en aparente


calma los criollos comenzaron a conspirar en contra del gobierno virreinal, tal como
sucede en Valladolid en diciembre de 1809. Fue descubierta una conspiración que
pretendía conformar una Junta de Gobierno Central similar a las de España, con la que
se buscaba autonomía de estos territorios; la conspiración se encontraba encabezada
por Mariano Michelena y García Obeso.

En febrero de 1810, la Regencia situada en Cádiz convocó a reunión de Cortes,


en la que se incluía a los americanos. El decreto con las instrucciones de
representantes llegó a la Ciudad de México el 16 de mayo de 1810. 56 La corona y sus
territorios americanos comenzaron de nuevo con el proceso. Para el territorio de la

55 Es importante señalar que se celebraron otras tres reuniones más, una el 31 de agosto, las otras del 1 y 9 de
septiembre. Después de la primera reunión llegaron a la Ciudad de México dos comisionaros
56 Guerra, François-Xavier, Op. Cit., p. 191. El procedimiento electoral tenía dos niveles, primero votaban los
ayuntamientos de las ciudades principales para elegir tres individuos entre los cuales se sorteaban después uno, el
segundo paso era que el virrey, o el gobernador con el real acuerdo repetía a partir de estos nombres el proceso: se
designaba una terna, de la cual se sorteaba de nuevo un nombre, que se convertía así en el diputado del reino ante la
provincia a la Junta Central. El diputado recibía entonces de los diferentes ayuntamientos sus poderes y sus
instrucciones.
Nueva España las ciudades que participaron elecciones fueron: México, Puebla,
Veracruz, Yucatán, Oaxaca, Michoacán, Guanajuato, San Luis Potosí, Guadalajara,
Zacatecas, Tabasco, Querétaro, Tlaxcala, Nuevo León y Nuevo Santader. Fueron
electos 22 diputados mexicanos entre los que se encontraba José Miguel Guridí y
Alcocer, José Miguel Ramos Arizpe, Cayetano de Foncerrada, Antonio Joaquín Pérez y
Martínez entre otros.

Es de suma importancia hacer referencia al puente que se construyó entre la


Intendencia y los Estados como tales, hablamos aquí de las Diputaciones Provinciales
que, fue la institución más interesante, entre las establecidas por la Constitución
española de 1812. Su origen se encuentra en las juntas provisionales que surgieron en
toda España en 1808 a raíz de la emboscada napoleónica en que cayeron Carlos IV y
Fernando VII.57

En cada provincia habría una junta superior compuesta del capitán general, el
intendente, los cuales serían nombrados por el rey, y nueve vocales elegidos en la
provincia. Los elegidos deberían tener bienes o arraigo y ser naturales de la provincia o
haber tenido en ella diez años de vecindad y estar adornados de las demás cualidades
58
requeridas para ser diputados a Cortes.

En el nuevo sistema de gobierno que implantaba la Constitución de 1812 no se


incluía un virrey. El jefe político era el único funcionario ejecutivo de toda la provincia o
intendencia en que la diputación provincial tenía jurisdicción y era directamente
responsable ante el ministro de asuntos de ultramar, que residía en España. 59 La
Constitución de 1812, podemos definirla como el conjunto de normas que regirían a la
sociedad española a partir de la promulgación, incluidas las colonias españolas. Fue
jurada el 19 de marzo de ese año, en ella se proclamaba la soberanía nacional, es
decir, poder de gobernar recaía en la nación, se limitaba la monarquía absoluta
convirtiéndola en constitucional, en ella el Estado adoptaba la religión católica y dividió
el poder en tres partes: en Legislativo, ejecutivo y Judicial, además suprimió el Tribunal

57 Nattie Lee Benson: La diputación provincial y federalismo mexicano, México, El Colegio de México/
Universidad Nacional Autónoma de México, 1994, p. 21.
58 Idem.
59 Nattie Lee Benson; Op. Cit., p. 30
de Inquisición y otorgó la libertad de prensa. Algo muy importante era que dicho
documento establecía un gobierno representativo en tres niveles: la municipalidad, la
provincia y el imperio.60

El ayuntamiento fue un órgano establecido por los conquistadores, constituido


como única forma de representación de la población durante la época colonial y cuyos
integrantes solían comprar el cargo, dicha acción se encontraba aprobada por la
corona, lo que con el paso del tiempo originó la constitución, las oligarquías regionales
hereditarias.61 Mientras los ayuntamientos constitucionales eran de tipo electivo y se
establecieron según los parámetros que establecía la Constitución gaditana.

El ayuntamiento que establecía la constitución de Constitución de Cádiz, era un


gobierno para el interior de los pueblos que tuvieran una población de mil almas en
adelante, compuesto por alcaldes, los regidores y un procurador síndico y presidios por
el jefe político, donde lo hubiere. Las funciones de los ayuntamientos constitucionales
eran: auxiliar al alcalde en lo que pertenecían a la seguridad de las personas y bienes
de los vecino, la administración e inversión de los caudales de propios y arbitrios, cuidar
de todas las escuelas de primeras letras, y de los demás establecimientos de
educación, cuidar de los hospitales y hospicios, promover la agricultura, la industria y el
comercio según la localidad y circunstancia de los pueblos. Los ayuntamientos
desempeñaban sus funciones bajo la inspección de la diputación provincial, a quien
rendirían cuenta justificada cada año de los caudales públicos recaudados e
invertidos.62

Por lo que podemos decir que el ayuntamiento organizó el gobierno de los


pequeños pueblos, mientras que la diputación según las regiones determinadas
constituidas por ciudades, pueblos y villas, algo similar a lo que hoy es el gobierno de
los municipios y el gobierno estatal.

La Constitución de Cádiz fue jurada en la Nueva España el 30 de septiembre de


1812, cabe resaltar que la aplicación de este documento trastocó varios órganos de

60 Rodriguez O. Jaime., Op. Cit., p. 594


61 Vázquez, Josefina Zoraida., Op. Cit., p. 21
62 Tena Ramírez, Felipe, Las leyes fundamentales de México 1808-1979, Editorial Porrúa, 1957, pp. 96-97
gobierno, sobre todo en lo que concierne a la implantación de la diputación provincial,
ya que ésta a través de la Cortes abolió la figura del virrey, quien quedó como Jefe
político; al tiempo que trasformó a la audiencia en un cuerpo casi administrativo, en un
tribunal superior y se dividió el imperio español en provincias que trataban directamente
con el gobierno central de España. Lo más importante era que el documento daba a la
Nueva España y demás territorios un trato de igualdad. 63

A la par de la promulgación de la Constitución de Cádiz, el movimiento armado


se encontraba en su etapa más sólida, José María Morelos sigue al frente del
movimiento armado. En 1813 se instaura el Congreso de Chilpancingo y con ello las
bases para hacer la declaración de los Sentimientos de la Nación y más tarde en
octubre del mismo año se promulga la Constitución de Apatzingán.

A partir de 1821 es posible hablar de México como una nueva nación, autónoma
y soberana, que forma parte de la comunidad internacional 64. En el aspecto político, el
Plan de Iguala había dado forma, principalmente, a los deseos de los monárquicos,
quienes, adoptando las tradiciones liberales que estaban poniéndose en boga en la
península Ibérica, aspiraban a una monarquía constitucional moderada incluyese las
medidas necesarias para una forma limitada de gobierno representativo. También había
diferencias de opinión entre los republicanos, relativas principalmente al papel a
desempeñar por el Gobierno nacional. Algunos eran partidarios de un sistema similar al
de los Estados Unidos, en el que los estados soberanos y libres pudiesen
desenvolverse de acuerdo con sus necesidades y recursos locales y regionales. 65

Bajo estas condiciones se iniciaba la vida independiente de Michoacán


(anteriormente la intendencia de Valladolid), que durante las primeras décadas del
México independiente estuvo, como el resto del país enfrentando constantes cambios
pues así lo exigía la nueva nación que se estaba formando. 66

63 Rodríguez O., Jaime., E., Op. Cit., p. 545.


64 Luis Gonzalez y Gonzalez: “El periodo formativo” en: Historia mínima de México, (Cosío Villegas, Daniel,
Coordinador), México, El Colegio de México, 1981, pp. 78-95.
65, Michael P. Costeloe.: La primera República Federal de México (1824- 1835), México, Fondo de Cultura
Económica, 1983, pp. 19
66 Ídem.
Después de la caída de Iturbide se estableció un gobierno de tres personas,
Celestino Negrete, Nicolás Bravo y Guadalupe Victoria, quienes convocaron a un
Congreso para que elaborara la primera Constitución política mexicana. En tanto en la
provincia de Michoacán, Ramón Huarte era destituido de su cargo, Antonio de Castro
fue designado jefe político de provincia la provincia de Michoacán. 67

La Guerra de Independencia, culminó sin sus mejores hombres. Valladolid fue


tomada por Iturbide el 22 de mayo de 1821. Se confirió en propiedad a D. Ramón
Huarte, alcalde primero constitucional de Valladolid, el cargo que desempeñaba
interinamente de “intendente y jefe político superior”, y con tal carácter presidio la Junta
Provincial, instalada el 1 de febrero de 1822, conforme al decreto general el 11 de
noviembre de 1821. Anticipándose el Acta Constitutiva de 31 de enero de 1824, el
Congreso Constituyente Mexicano dio desde el día 8 del mismo mes y año una “Ley
para establecer las legislaturas Constituyentes particulares que han sido declaradas
Estados de la Federación Mexicana”. Entre esas provincias estaba la de Michoacán,
cuya legislatura o Congreso Constituyente. Formándole, conforme a la atada ley, 11
diputados: Pedro Villaseñor, Agustín Aguilar, José María Rayón, Manuel de la Torre
Lloreda, José María Jiménez, Manuel González, José Morales, José Salgado e Isidro
Huarte. Y el 19 de julio de 1825 decretó la “Constitución Política del Estado Libre
Federado de Michoacán”68.

La vida independiente comenzó con la creación del Estado de Michoacán, al


expedirse el Acta Constitutiva de la Federación, el 31 de enero de 1824. Se instalo el
Congreso Local Constituyente, el 6 de abril del mismo año. En el artículo 5º. De la
Constitución Federal de 1824, Michoacán se incluyó como parte integrante de la
Federación, en calidad de estado. En 1824, según lo establecido en el Acta
Constitutiva de la Federación, la provincia de Michoacán pasó a formar parte de los 17
estados que conforman la primera República Federal y el 15 de marzo de 1825 de
acuerdo a los dispuesto por el primer congreso constituyente estatal el territorio fue

67 Ibíd. p. 20
68 José Bravo Hugarte: Historia Sucinta… pp. 154-170
dividido, para mejorar administración en 4 departamentos, 22 partidos y 63
municipalidades. 69

El primer congreso constitucional se instaló el 6 de agosto de 1825 y el 13


nombró como primer gobernador del estado al licenciado Antonio de Castro, criollo,
descendiente de prósperos terratenientes y comerciantes. El cargo de vice-gobernador
recayó en don José Trinidad Salgado ranchero originario de Los Reyes. Uno de los
primeros pasos del gobierno fue la organización del poder judicial de acuerdo a las
70
normas constitucionales y la reestructuración de las autoridades a nivel regional.

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69 Gerardo Díaz Sánchez: “Los vaivenes del proyecto republicano 1824-1855”, en Historia de Michoacán,
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70 M. O. Briones y M. Teherán; Op. cit. pp. 218
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