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1 José Bravo Ugarte: Historia Sucinta de Michoacán, Morelia, Mich, México, Editorial Jus. S.A, 1970, p. 15
2 Ibíd. 25
3 Ibíd. p. 30
Las Encomiendas, corregimientos y alcaldías mayores de Michoacán aparecen
en los siglos XVI y XVII. Poco tiempo después, lo hacen todas las instituciones
regionales, pues ellas eran necesarias para la evolución política de los espacios
novohispanos. “…Los corregimientos y alcaldías mayores, como centros locales de
gobierno. Las encomiendas, como indispensables entonces para el sustento y arraigo
de los españoles, y para la protección y civilización de los indios” 4.
Las reformas que la Corona española realizó en el siglo XVIII en sus posesiones
americanas están relacionadas con la política reformista general que la dinastía de los
Borbones llevó a cabo en todo ámbito de la monarquía española que se inspiro en la
idea de recuperación política de España. El principio de las medidas reformistas
coincide en el tiempo con un cambio significativo en la monarquía española, en el punto
de partida en el que se da el ascenso al trono de la dinastía de los Borbones. 6 A los
gobernantes borbones los caracterizó su espíritu modernizador, ilustrado, reformista. El
imperio, decaído económicamente por las guerras de sucesión y las pérdidas de sus
dominios en Flandes e Italia a fines del siglo XVII. Lo que se derivo en una etapa de
crisis tanto administrativa como fiscal. La realidad histórica demandaba, pues, una
4 Ibíd. p 208
5 Áurea Commons: Las Intendencias de la Nueva España, México, UNAM, p. 1
6 Horst Pietschmann: Las reformas borbónicas y el sistema de intendencias en Nueva España Un estudio político-
administrativo , México, Fondo de Cultura Económica, 1996, p 13
adecuación del Imperio al nuevo orden mundial mediante la modernización de sus
estructuras de poder y mando 7. Los reinados de Felipe V (1701- 1746) y Fernando VI
(1746-1759) promovieron constantes reformas en los ámbitos económico, político y
administrativo de la península ibérica.8
El colonialismo, llevado hasta sus límites por España, hizo despertar en la conciencia
de algunos súbditos americanos un sentimiento nacionalista; en un momento en el cual,
se reafirmaban la confianza en la grandeza y en la riqueza de éstas tierra, y en un
tiempo de autosuficiencia económica. Para muchos la metrópoli, lejos de alentar el
desarrollo económico de la Colonia, únicamente explotaba sus riquezas.
Carlos Juárez indica, que durante el siglo XVIII la Corona Española diseñó una
serie de reformas tendientes a modernizar sus precarias estructuras económicas,
sociales y políticas, para tratar de equilibrar su desarrollo a la par de Inglaterra y
Francia preferentemente10. La política reformista emprendida por Carlos III tuvo como
eje central aprovechar al máximo las riquezas económicas extraídas de sus vastos
dominios americanos, en especial, de la Nueva España, considerada como la colonia
americana más próspera de la Corona Española.
La crisis política que envolvió a la Nueva España en los últimos años del siglo
XVIII, y que tuvo sus momentos más críticos en la primera década del siglo XIX, ha sido
vista por varios autores como un resultado del crecimiento económico que experimentó
el reino por esos años. Las transformaciones que sufrió el virreinato a raíz de la
implantación de las reformas borbónicas trastocaron las estructuras políticas
tradicionales.
11 Ibíd., p. 86
12 Florescano y Gil Sánchez…..
La revolución francesa es la evidencia práctica de la evolución cultural, económica y
política que Europa venía experimentando desde principios del siglo XVIII y que se
manifiesta el 14 de julio de 1879. En la concatenación de hechos nadie podría pensar
que una acción derivada de este suceso después de tres décadas la traería a la
América española su independencia.
Por otra parte, en el ámbito económico americano, las colonias españolas hacia
mediados del siglo XVIII atravesaban por una época de prosperidad y bonanza basada
principalmente en riqueza mineral y en el desarrollo de la ganadería y la agricultura;
situación que le permitía a la corona española el derroche en la corte y el
financiamiento de sus conflictos bélicos con otras naciones europeas. La exacción por
14
otra parte de la corona se agudizó con la llegada de los borbones al trono español.
13 Guerra, François
14 Pietschmann 13-14
15 Ídem.
energías en los dominios coloniales, siguiendo el modelo del colonialismo británico 16”.
No se trataba tan sólo de una simple voluntad renovadora, sino de tendencias
económicas generales que presionaban a los gobernantes para tratar de cerrar la
brecha con las monarquías que habían ya iniciado su conversión en potencias
industriales, con gobiernos centralizados, autoritarios y eficientes. Desde una
perspectiva general, las reformas fueron mucho más que una simple perspectiva
general, las reformas fueron mucho más que un simple conjunto de medidas
casuísticas.”17.
16 Felipe Castro Gutierrez: Nueva ley y nuevo rey: Reformas Borbónicas y rebelión popular en Nueva España,
México, Colegio de Michoacán, 1996, p. 96.
17 Ídem.
18 Iván Franco; Op. Cit, p. 52.
19 María Ofelia Mendoza Briones y Martha Teherán: “Repercusiones de la política borbónica”, en Historia
General de Michoacán (Coordinado por Enrique Florescano), Vol. II, México, Gobierno del Estado de Michoacán,
1989, pp. 218
20 Ibíd., p., 219
reorganización de los sistemas de recaudación fiscal y la Real Hacienda, y el
21
establecimiento de los monopolios estatales del tabaco y la pólvora.
La estancia del general José de Gálvez fue concebida como un medio para
trastocar todos los poderes establecidos o considerados inútiles al proyecto estatal de
Carlos III, fueran estas de corporaciones. Los alcaldes mayores eran uno de estos. Su
rigurosidad y sed implacable por someter a una fiscalía estricta a los alcaldes mayores,
debido a la corrupta práctica en que incurrían de ocultar tributarios, propicio que en
menos de cinco años la captación tributaria estatal se duplicase y hasta triplicase en
algunas regiones de la colonia.26
21 Ídem, p. 40
22 Ibíd.
23 Ibíd.
24 Iván Franco; Op. Cit., p. 52
25 Ídem, p. 45.
26 Ídem, p. 48
núcleos poderosos asentados en las ciudades y villas de la región: hacendados,
comerciantes y clero alto. Sin embargo, a todos ellos les afecto la creciente fiscalidad
27
borbónica a partir de la segunda mitad del siglo.
27 Ídem, p. 54
28 Ídem, p. 55
29 J. Bravo Ugarte; Op. cit. pp. 86-87
Laguna; Jacona y Zamora, con sus agregados de Tlazazalca y Chilchota; colima;
Tancítaro y Pinzándaro, con Motines de Oro y el agregado de Zinagua y La Huacana:
Güimeo y Sirándaro; Jiquilpan y Peribán, con su agregado de Tingüindín y la de
Valladolid y Pátzcuaro.30 De esta manera, la Intendencia de Valladolid quedo dividida en
10 alcaldías mayores, ocupando el territorio en el que hoy se encuentra el estado de
Michoacán. 31
30 Gabriel Silva Mandujano, “La pugna por la capitalidad en la Provincia de Michoacán durante la época colonial”
en Tzintzun, Núm. 13, Instituto de Investigaciones Históricas/ Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,
Morelia, Michoacán, México, Enero- Junio de 1991, P. 32
31 Áurea Commons; Op. Cit., p.58
32 Ibíd., p. 220
33 Ídem
34 Gabriel Silva; Op. Cti., p. 32.
los fueros, títulos y privilegios heredados de los Habsburgo 35 Las autoridades
reformistas entendían muy bien la influencia del poder diocesano, por eso se
preocuparon por fortalecer a la autoridad civil de la zona. Incluso cuando Valladolid fue
sede prematura de la potestad religiosa, el ayuntamiento vallisoletano empezó a ser
reconocido como un órgano afín a la política real hasta que los borbones asumieron el
trono español.36
Ahora bien, se hace muy fuerte la figura del intendente, clave fundamental para
entender a los actuales representantes del gobierno; los intendentes tenían como
función el cuidar que sus jefes subalternos fueran de origen español, peninsulares o
criollos, pero de preferencia los primeros, según la intención inicial del reformismo
administrativo. Era su obligación mantener a los naturales de su jurisdicción en buen
orden, obediencia y civilidad, y su nombramiento correspondía por sí solo y por tiempo
de su voluntad al intendente nombrado en la provincia. 38 Las funciones de los
intendentes variaron en las distintas épocas y en los lugares donde se implementaron.
El intendente es en un principio un funcionario que dirige la administración de la
Hacienda,39 además de que concentraría el poder, a partir de entonces, con mayor
fuerza y en un territorio más amplio que el de las antiguas alcaldías; bajo su mando
quedaron supeditados todos los funcionarios de la administración colonial que operaba
en la región; el carácter de su investidura le permitiría hacer frente, en caso necesario,
al poder de los cabildos civil y eclesiástico.40
35 Ídem
36 Iván Franco; Op. Cit. ,p. 45
37 Ibíd., p. 222
38 Ibíd., p. 105
39 Áurea Commons; Op. Cit., p. 1
40 Gabriel Silva; Op. Cit., p. 32
Los subdelegados, a diferencia de los antiguos alcaldes, tuvieron un sueldo fijo,
se les prohibió el comercio y quedaron bajo la supervisión y mandado directamente del
intendente. En este nivel de la organización política, así como las milicias recientemente
creadas, fueron incorporados, miembros de las familias locales. 41Por ello, para el caso
del ayuntamiento de Valladolid tenemos que hasta antes de 1808 un grupo de
personas, miembros de la oligarquía local y encabezadas por una familia Huarte, desde
años atrás controlaba los principales cargos.42
41 Ibíd., p. 158.
42 Sergio García Ávila: “El ayuntamiento de Valladolid de Michoacán y los vaivenes de la guerra”, en Cabildos,
Repúblicas y ayuntamientos Constitucionales, en la Independencia de México, (Moisés Guzmán Pérez, coordinador),
Morelia, Michoacán, México, Instituto de Investigaciones Históricas/ Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo/ Congreso del Estado de Michoacán de Ocampo, 2009.
43 Áurea Commons; Op. Cit., p. 152.
44 Franco Cáceres, Op. Cit., p. 72
45 Áurea Commons; Op. Cit., p. 152
46 Idem.
decir, conformaron oligarquías regionales. Por lo que el proceso de centralización-
centralización del poder, que representaban las reformas borbónicas se sintieron como
un yugo en las colonias americanas. Tiempo después con los prestamos forzosos que
los americanos hacen a la madre patria a través de la Real Cédula de Consolidación de
Vales Reales en 1804, el descontento aflora de nueva cuenta en toda la Nueva
España.
La primera formulada por dos miembros del cabildo de la ciudad de México: José
Primo de Verdad y el regidor honorario Juan Francisco Azcárate, quienes proponían
crear una junta provisional para gobernar la Nueva España a nombre de Fernando VII.
La propuesta era apoyada por otros criollos como el merqués de Uluapa miembro del
cabildo, el marqués Rayas, el conde Medina, el conde Regla. El oidor criollo Jacobo
Villarrutia y fray Melchor de Talamantes.52
55 Es importante señalar que se celebraron otras tres reuniones más, una el 31 de agosto, las otras del 1 y 9 de
septiembre. Después de la primera reunión llegaron a la Ciudad de México dos comisionaros
56 Guerra, François-Xavier, Op. Cit., p. 191. El procedimiento electoral tenía dos niveles, primero votaban los
ayuntamientos de las ciudades principales para elegir tres individuos entre los cuales se sorteaban después uno, el
segundo paso era que el virrey, o el gobernador con el real acuerdo repetía a partir de estos nombres el proceso: se
designaba una terna, de la cual se sorteaba de nuevo un nombre, que se convertía así en el diputado del reino ante la
provincia a la Junta Central. El diputado recibía entonces de los diferentes ayuntamientos sus poderes y sus
instrucciones.
Nueva España las ciudades que participaron elecciones fueron: México, Puebla,
Veracruz, Yucatán, Oaxaca, Michoacán, Guanajuato, San Luis Potosí, Guadalajara,
Zacatecas, Tabasco, Querétaro, Tlaxcala, Nuevo León y Nuevo Santader. Fueron
electos 22 diputados mexicanos entre los que se encontraba José Miguel Guridí y
Alcocer, José Miguel Ramos Arizpe, Cayetano de Foncerrada, Antonio Joaquín Pérez y
Martínez entre otros.
En cada provincia habría una junta superior compuesta del capitán general, el
intendente, los cuales serían nombrados por el rey, y nueve vocales elegidos en la
provincia. Los elegidos deberían tener bienes o arraigo y ser naturales de la provincia o
haber tenido en ella diez años de vecindad y estar adornados de las demás cualidades
58
requeridas para ser diputados a Cortes.
57 Nattie Lee Benson: La diputación provincial y federalismo mexicano, México, El Colegio de México/
Universidad Nacional Autónoma de México, 1994, p. 21.
58 Idem.
59 Nattie Lee Benson; Op. Cit., p. 30
de Inquisición y otorgó la libertad de prensa. Algo muy importante era que dicho
documento establecía un gobierno representativo en tres niveles: la municipalidad, la
provincia y el imperio.60
A partir de 1821 es posible hablar de México como una nueva nación, autónoma
y soberana, que forma parte de la comunidad internacional 64. En el aspecto político, el
Plan de Iguala había dado forma, principalmente, a los deseos de los monárquicos,
quienes, adoptando las tradiciones liberales que estaban poniéndose en boga en la
península Ibérica, aspiraban a una monarquía constitucional moderada incluyese las
medidas necesarias para una forma limitada de gobierno representativo. También había
diferencias de opinión entre los republicanos, relativas principalmente al papel a
desempeñar por el Gobierno nacional. Algunos eran partidarios de un sistema similar al
de los Estados Unidos, en el que los estados soberanos y libres pudiesen
desenvolverse de acuerdo con sus necesidades y recursos locales y regionales. 65
67 Ibíd. p. 20
68 José Bravo Hugarte: Historia Sucinta… pp. 154-170
dividido, para mejorar administración en 4 departamentos, 22 partidos y 63
municipalidades. 69
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69 Gerardo Díaz Sánchez: “Los vaivenes del proyecto republicano 1824-1855”, en Historia de Michoacán,
(Enrique Florescano, coordinador), México, Gobierno del estado de Michoacán, 1989, Tomo III, pp. 3-10.
70 M. O. Briones y M. Teherán; Op. cit. pp. 218
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