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TERRITORIO INDÍGENA, UN DERECHO DESDE EL PENSAMIENTO OCCIDENTAL.

“Análisis a partir de las problemáticas territoriales del resguardo indígena de san


Lorenzo”.

Carlos Mario Calvo Largo1

Resumen. Este trabajo socio jurídico tiene como eje principal describir la concepción
de territorio que maneja el Estado, el pensamiento occidental y los pueblos indígenas,
específicamente el Resguardo indígena de San Lorenzo del municipio de Riosucio
Caldas, abordado como un estudio de caso sobre su problemática territorial que
permite dimensionar como las normas, las políticas Estatales y la jurisprudencia esta
transversalizadas desde su creación e interpretación por una visión occidentalizada del
mundo, considerada hegemónica o única donde no cabe la sabiduría indígena y
termina siendo el foco principal de todas las vulneraciones de los derechos de los
pueblos indígenas en Colombia.

Abstrac:

Sumario: 1. Introducción. 2. Concepción y derecho al territorio, una construcción


occidental. 3. Concepciones del derecho al territorio, un acercamiento general a los
planteamientos y realidades de los pueblos indígenas. 4. Configuración del derecho al
territorio indígena en la jurisprudencial de la corte constitucional. 5. concepción de
territorio para el resguardo indígena de San Lorenzo. 6. Problemática territorial para el
resguardo indígena de San Lorenzo, contexto y retos. 6.1. Aspectos históricos. 6.2.
Afectación territorial.6.3. Situación actual del derecho territorial. 6.4. Amenazas
subyacentes por la falta de título territorial colectivo. 7. Aspectos normativos sobre el
derecho al territorio. 8. Conclusiones. 9. Bibliografía.

1
Indígena de la Etnia Embera Chamí del departamento de Caldas, municipio de Riosucio, resguardo Nuestra
Señora Candelaria de la Montaña.
Palabras Claves: Tierra, Territorio Indígena, Derecho Mayor, Ley de Origen, Derecho
Propio, Saber Ancestral, indígena, pensamiento occidental.

1. INTRODUCCIÓN.

En el siglo XXI cuando se considera que la discriminación, la xenofobia, el racismo ha


terminado o que el proceso de colonización quedo en el siglo XVIII para los pueblos
indígenas, se halla un mundo con paralelos donde se considera que el pensamiento del
mundo occidentalizado o de la sociedad de occidente es superior a la sabiduría de las
ancestros de los pueblos indígenas y que estas poblaciones son barreras para la
modernidad y el desarrollo, que hay que entrar a reeducar y posiblemente a segregar a
espacios donde solo convivan dichos pueblos para evitar su contacto, esta situación es
principal factor de vulneración de derechos de los pueblos indígenas, dado que la
sociedad y el Estado no han comprendido en que radica el reconocimiento y respeto
del otro y por ende su lucha por el territorio bajo la propia concepción es rechazada y
criminalizada por el supuesto pensamiento moderno que no comprende la
trascendencia de la relación que existe entre el indígena y su territorio, llevando la
discusión a un escenario jurídico ligado al positivismo y a unas políticas de Estado
evolucionistas y de desarrollo económico que no reconocen que el pensamiento
ancestral es ley para cada pueblo y que la existencia de su identidad depende de la
conservación de su espacio sagrado, o sea de su territorio.

Esta relación indisoluble entre indígena, territorio y su concepción del mundo,


comparada con el pensamiento occidental desde el punto de vista normativo,
jurisprudencial, socio jurídico y político es el eje central de este trabajo, haciendo
énfasis en cuál es la concepción de territorio que manejan cada uno de los actores
inmersos en el conflicto, sus fundamentos y la visión que está marcando la línea de
interpretación jurídica al momento de resolver los caso concretos, situación que se
analiza a partir de la problemática territorial del Resguardo Indígena de San Lorenzo,
pueblo Embera Chamí ubicado en jurisdicción del municipio de Riosucio Caldas.
El texto parte por comprender cuál es la concepción de territorio que establece el
pensamiento occidentalizado, sus fundamentos con asiento en las políticas mundiales
de crecimiento económico y la transversalización de esta visión por todas las normas e
iniciativas de los Estados que pretendan alcanzar su estatus de desarrollado,
comprendiendo así que el territorio es igual a tierra, o sea, aquella porción de espacio
que es susceptible de ser apropiada o destinada para la implementación de proyectos o
iniciativas de carácter económico, alejando de este concepto cualquier relación
espiritual o sentimiento que genere un vínculo entre quien la habita y su entorno y por
ende el desconocimiento de derecho fundamental que recae sobre el territorio para los
pueblos indígenas y primando en las interpretaciones de la norma, el aspecto
económico que reviste los espacios ocupados por los pueblos indígenas.

La descripción del pensamiento occidental es comparada a través del acercamiento


investigativo que se ha hecho sobre el territorio bajo criterios más cercanos a los
pueblos, encontrando claras diferencias y la dificultad para que haya consenso entre
ambos pensamientos sin que se deje de considerar a los pueblos indígenas como un
obstáculo para el desarrollo; esas visiones del mundo que compiten y chocan
finalmente se encuentran en escenarios jurídicos donde la norma deja de ser literal o
abstracta y se llena de contenido que depende de la institución que entra a definir o
resolver el conflicto, en la mayoría de los casos la Corte Constitucional que desde sus
inicios emitió pronunciamientos en aras de interpretar la visión indígena y generar
protección al territorio, sentencias de la cuales se hace referencia en aras de ilustrar la
posición de quien para Colombia es el máximo intérprete de la constitución y las
normas, decisiones que marcan con claridad que concepción de territorio vienen
asumiendo el máximo tribunal.

Teniendo elementos para juzgar la concepción del mundo occidental sobre el territorio
se pasa a abordar un asunto central del artículo, relacionado con la concepción de
territorio para el resguardo indígena de San Lorenzo y su problemática territorial; el
primero abordado desde la cosmovisión y cosmogonía de la comunidad representada
en sus mayores y médicos tradicionales y la segunda desde el contexto histórico para
dimensionar que la lucha y resistencia de los pueblos indígenas no es del nuevo siglo y
que para esta comunidad viene siendo un ataque sistemático desde las normas y
decisiones políticas en contra del territorio y por consiguiente sobre su existencia como
pueblo indígena.

Un último y fundamental asunto que se aborda es el aspecto normativo del derecho al


territorio, exposición que tiene cuatro elementos, el primero que tiene que ver con el
reconocimiento constitucional que se le da a la existencia de la diversidad étnica,
principio rector de las interpretaciones constitucionales y pilar para la defensa de la
concepción indígena; el segundo tiene que ver con el sentido que se le da al termino
territorio y tierra dentro de la constitución; el tercero hace referencia a las normas
internacionales, en las cuales se encuentran los primeros elementos claros para la
defensa del territorio desde la concepción indígena, siendo estos instrumentos los más
utilizados en la Corte Constitucional para fundamentar sus decisiones y que han
permitido suspender las actividades económicas a gran escala dentro de los territorios
indígenas; y el cuarto elemento que ilustra sobre las normas expedidas por el gobierno,
leyes o decretos que regulan la legalización de tierras de resguardos indígenas en
Colombia, encontrando entre ellas, el decreto 2333 de 2014, como el más significativo
en materia de territorio, no por los procedimiento que establece para la protección
jurídica de los territorios ancestrales, sino por el reconocimiento jurídico que se le da a
la relación existente entre el indígena y su territorio y al derecho mayor y ley de origen,
asuntos que se esperan puedan ayudar a dimensionar que el mundo no es
unidimensional y que a nivel jurídico existen pluralidad de visiones, de sistemas y de
interpretaciones.

Territorio indígena, un derecho desde el pensamiento occidental es entonces un


abordaje socio jurídico desde la construcción conceptual de un pueblo indígena que
con claridad permite ver como el pensamiento occidental es que el viene determinando
la función e interpretación que se le debe dar a las normas cuando se trata de reclamar
derechos territoriales indígenas.
2. CONCEPCION Y DERECHO AL TERRITORIO, UNA CONSTRUCCION
OCCIDENTAL.
Para occidente las concepciones del territorio son construcciones sociales, políticas,
económicas y culturales, que según Antonie Libert Amico (2011)2, son “visiones que
compiten, dialogan y chocan”; esta realidad se plantea como punto de inicio desde el
cual se evidencia que es un concepto que solo se explica a partir de las dinámicas de
una sociedad y profundamente de su modelo económico, por lo tanto en esta primera
parte se establecerá que factores en Colombia están direccionando o determinando la
concepción de territorio y como esa visión es ajena a la realidad de los pueblos
indígenas.

Uno de las factores más influyentes en la determinación del territorio ha sido el discurso
de desarrollo, considerándolo como “crecimiento, evolución, maduración” (Antonie
Libert Amico, 2011) y este a su vez tiene un origen en el “darwinismo social, cuyas
ideas clasifican los pueblos en una secuencia evolucionista de salvajes a barbaros a
civilizados” (Ferguson, 1997)3, considerando así que las aspiraciones humanas tiene
que dirigirse bajos esos postulados, ideales que se relacionan con los objetivos
normativos de la ley 89 de 1890, denominado, Por la cual se determina la manera
como deben ser gobernados los salvajes que vayan reduciéndose a la vida civilizada
(declarado inconstitucional), ley que fue creada por el Estado “para promover dos
cosas, primero, la Civilización (entendida como la enseñanza de la moral cristiana y la
occidentalización de su cultura) de los indios” (Camacho, 2002)4 y la segunda, como
consecuencia de que ya no eran indios por la civilidad, consistió en lograr la división de
los resguardos, legalizando su venta en subasta pública por medio de la ley 5 de 1905
(Camacho 2002). Redacción propia.

2
En Dialógicas del Territorio: Un marco conceptual hacia la construcción del posdesarrollo, tesis de maestría,
Universidad de Chapingo, México 2011:53.
3
Enhttps://books.google.com.co/books?id=NueOngvzwK0C&pg=PA150&lpg=PA150&dq=test:+anthropology+and+i
ts+evil+twin+development+in+the+constitution+of+a+discipline&source=bl&ots=bQff3vx0q&sig=0tMWq_EHMNyp
145Kj6Ayrycco4&hl=es&sa=X&ei=_Pz6VIvCAaBsQSCpYCwAQ&ved=0CBsQ6AEwAA#v=onepage&q&f=false.
4
Estado y Pueblos Indígenas en el siglo XX, la política indigenista entre 1886 y 1991, Revista Credencial Historia,
Edición 146, Bogotá Febrero de 2002; tomado de
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/febrero2002/estado.htm
Durante el siglo XX, se genera una política económica que busca introducir el “discurso
de desarrollo como parámetro universal para medir el relativo atraso o progreso de los
demás pueblos del planeta” (Viola, 2000)5, así lo expresó el “presidente de Estado
Unidos, Harry Truman, en su discurso en 1949 sobre la necesidad del desarrollo,
convirtiendo repentinamente a dos millones de personas en subdesarrollados” (Antonie,
2011), esta concepción del mundo se apegó o asemejó conceptualmente a crecimiento
económico (Ferguson, 1997), por lo tanto todas las medidas estatales estaban
encaminadas bajo esa lógica y toda política que se implementará debía satisfacer las
necesidades del mercado; Porto Goncalves6 (2009), “argumenta que no fue el
colonialismo simplemente que devasto los pueblos y las culturas en todo el globo, sino
la imposición del Estado, que ya había destruido los pueblos dentro de Europa,
aduciendo así que el Estado era necesario para la expansión del Mercantilismo”,
garantizando que “la política estatal se fuera concentrando de manera creciente en
generar capital y condiciones para que las empresas públicas se privatizarán y el
Estado se enfocara en producir un estado de confianza para la inversión privada”
(Antoine, 2011).

Estas condiciones políticas y económicas finalmente se materializan sobre el territorio y


le dan contenido; la tesis propuesta por Antoine Libert Amico (2011) afirma que el
“Estado, como impulsor del desarrollo, busca producir el territorio como espacio
abstracto mediante sus políticas de desarrollo territorial”, considerando el espacio
abstracto como lo plantea (Wilson, 2009)7 “un espacio social alienado, planeado y
producido por el Estado en concordancia con una realidad tecnocrática reductiva, que
subordina la vida cotidiana a la imperativa dual del crecimiento económico y la
reducción de las diferencias políticas y culturales”, estas ideas se ven plasmadas en los
proyectos de desarrollo que implementan los Estados, entre ellos el Plan Puebla
Panama, que ha sido considerado por el Banco Mundial como la redefinición de “una

5
La crisis del desarrollo y el surgimiento de la antropología del desarrollo, en Antropología del desarrollo: Teoría y
estudios etnográficos en América Latina, Universidad de Barcelona, Paidós 2000, pp 9 – 53.
6
Porto Goncalves, Carlos Walter, del Desarrollo a la Autonomia: La Reinvención de los Territorios; en América en
Movimiento, 445, Agencia Latinoamericana de Información, Junio de 2009 pp 10-13. Tomado de:
http://alainet.org/images/alai445w.pdf.
7
Wilson, Japhy (2009) Abstract space and the plan puebla Panama: A Lefebvrean critique of regional development
in southern in Mexico University of Manchester: unpublished PhD Thesis.
nueva Geografía Económica”, donde se define una “visión del desarrollo territorial que
se enfoca en el impulso prioritario de ciertos polos de desarrollo, espacios de interés
particular para el interés global” (Antonie , 2011), dichas concepciones del mundo y del
territorio son las que finalmente están direccionando los fines de los Estados, es la
mano invisible de la economía o del mercado la que determina como y para que se
implementa una norma o un proyecto, comprendiendo el territorio como un objeto o
instrumento netamente económico desprovisto de concepciones comunitarias y alejado
de la cosmovisión de los pueblos indígenas.

Otra forma de entender la concepción de territorio adoptada por el Estado, bajo la línea
de análisis que se viene desarrollando, es la que plantea Adriana Cubillos García8
(2011), quien define al territorio como un “espacio de reserva”, ligado a la economía
política del espacio, puntualmente considera que “las necesidades y transformaciones
inducidas por la reestructuración capitalista de los últimos años del siglo XX, ocasionan
una diferenciación y refuncionalización de los territorios. Dichos acontecimientos
impulsan a partir de la década de los setenta, una reorganización espacial en la que
territorios olvidados y poco importantes, pasan a ser considerados estratégicos dentro
de los nuevos esquemas de promoción del desarrollo. Así es posible identificar un tipo
de espacio denominado Espacio de Reserva, que experimenta una serie de
transformaciones relacionadas con un proceso de incorporación a las dinámicas
internacionales de acumulación”; aquí se plantea al territorio como un lugar que debe
estar a disposición del capital, estratégico para implementar proyectos de comercio y
de expansión “que permitan la explotación de recursos antes ignorados”, de igual forma
se considera que los espacios de reserva son caracterizados porque son territorios
marginados, con pocas oportunidades laborales, con conflictos sociales graves, con
baja competitiva y fundamentalmente “con alta disponibilidad de uno o varios recursos
naturales” (Cubillos, 2011); dichas características en mucho son observadas en los
pueblos indígenas, dado que su ubicación dentro del territorio nacional en zonas
geoestratégicas para el mercado los pone en la mira de todos los actores económicos y

8
Cubillos García, Adriana, Los Espacios de Reserva en la Nueva Fase Capitalista: Reflexiones Teóricas. En Planes
Geoestratégicos, desplazamientos y migraciones forzadas en el área del proyecto de desarrollo e integración de
Mesoamérica, SPECHF México, Universidad de los Andes, Venezuela, Universidad de Antioquia, 2011, pp 93 – 107.
bélicos, quienes ven allí el fortín más importante para sus aspiraciones expansionistas
y de poder; Cubillos (2011) afirma que el continente Americano es un espacio de
reserva donde ya se está implementando todo lo necesario para su intervención a
través del Plan Puebla Panama, la interconexión económica de todo el continente, el
impulso de megaproyectos de infraestructura y tratados de libre comercio; por su parte
la “Consultoría para los derechos humanos y el desplazamiento (CODHES) en su
informe del año 2002 señaló que los mapas de los territorios indígenas y de las
comunidad negras desplazadas durante la década de los años noventa en Colombia
coinciden en gran parte, con aquellos trazados por los grandes proyectos de
infraestructura y que comprometen gran parte de la biodiversidad y riquezas del suelo,
y coinciden también con los cultivos ilícitos y de la lucha armada”(Zapata, 2011)9; Este
informe actualmente marcaría iguales o peores resultados, con lo que queda
comprobado que la visión de territorio que está implementando el Estado Colombiano
hace parte de las dinámicas internacionales del desarrollo económico y no le interesa,
ni el interesará las visiones de los pueblos indígenas, que como se expondrá más
adelante riñe o choca con la instrumentalización que la economía le ha dado al
espacio (territorio).

Martínez (2010)10 plantea una serie de elementos que permiten concretar la concepción
que el Estado tiene del territorio; afirma “que para la sociedad mayoritaria,
representada en el Estado, el territorio tiene fundamentalmente un carácter material y
es comprendido como aquel espacio físico que le pertenece”, aduce que bajo esta
visión el Estado divide lo espacial de lo espiritual, o sea que “habla de los recursos del
territorio y del territorio mismo como un recurso, entendido fundamentalmente en
términos económicos” (ibídem), contrario a los pueblos indígenas donde es indivisible
el territorio de su forma de vida y el valor más importante se da en términos de la
espiritualidad; los otros criterios que manifiesta el Estado para desconocer la
concepción de los pueblos indígenas sobre su territorio se evidencian en su discurso
donde aduce que las características de vida de los pueblos indígenas representan un

9
Zapata Jiménez, Myriam, Planes geoestratégicos, desplazamiento y representaciones sociales del desplazamiento
forzado en Colombia, 2011, pp 329-335.
10
Martinez, Zamora, luisz olmedo, Visiones con-partidas del territorio en un mundo dividido, el caso de la visión
indígena y la del Estado, Universidad Nacional de Colombia, 2010.
atraso para el país y no están en la lógica de desarrollo que plantea el Estado,
(ibídem), redacción propia.

Puntualmente, Martinez (2010), evidencia una serie de situaciones donde deja claro
que el Estado Colombiano ha asumido una visión económica del territorio desprovista
de cualquier concepción social, apegada al discurso de desarrollo y a las medidas
normativas y políticas que se han implementado a nivel mundial, las cuales se
expresan en:

El ordenamiento territorial a través de mapas de usos del suelo por medio de


información técnica, una visión desde arriba.

La planificación del territorio bajo una dimensión temporal, donde sea más veloz la
producción, acumulación y el tiempo necesario para desplazarse.

Reformas normativas y políticas para la disminución de las barreras físicas,


administrativas, políticas, ambientales o culturales a los flujos de capital.

El territorio asumido como suelo, art 6 ley 388 de 1997, donde el ordenamiento
territorial parte de la función uso, ocupación y manejo del suelo, definiendo el territorio
como un objeto del cual se puede disponer en función de algo o de alguien.

Las teorías analizadas permiten extraer una serie de conclusiones sobre cuál es la
visión o concepción que el Estado colombiano ha adoptado del territorio; dichas
construcciones se pueden expresar de la siguiente forma:

El Estado – Nación es una construcción de pensamiento occidental que se rige por las
dinámicas mundiales de la economía en especial por el modelo de desarrollo, discurso
que determina el crecimiento de un Estado y muy especialmente el pensamiento que
se debe implementar en la población como hegemónico o único; así el territorio es
considerado como objeto o instrumento para lograr la acumulación y expansión de
riquezas y bienes.

El territorio desde la visión occidental es fragmentado en la medida de hay separación


entre la forma de vida de la población y su entorno, por ello las normas sobre
ordenamiento territorial lo denominan como suelo, concepto lineal, desprovisto de
cualquier concepción comunitaria y cuyo valor se da a través de medios técnicos de
conocimiento.

El territorio es medido, pensado y delimitado desde occidente a través de


representaciones geométricas y de mapas desde donde se valora la función del
espacio, otorgándole unos objetivos dependiendo de su ubicación y de las condiciones
naturales, direccionando el uso de cada suelo en función de la economía nacional y del
modelo económico mundial.

Finalmente se recalca que las decisiones de los Estado están determinados por
economías de otros Estados que los han denominado potencias o desarrollados; estos
son los que determinan como se debe observar el territorio, que función se le debe dar
y a qué proyectos se debe adherir una nación para lograr el desarrollo, así en el caso
del Estado Colombiano, le ha correspondido adaptarse a normas internacionales como
los tratados de libre comercio, el Plan Puebla Panama, el Proyecto de integración de
Mesoamérica y otros que buscan intervenir los espacios más alejados de la geografía
en el entendido de que son lugares que tienen una gran riqueza natural y mineral que
permite que el país y todos los Estados aliados puedan emerger económicamente
como países desarrollados; dichos proyectos solo observan al territorio como un
recurso para explotar sin importar que en su mayoría son espacios habitados por
poblaciones que comprenden al territorio como un todo, sin el cual no se podrán
garantizar otros derechos que atienden a la dignidad de hombre, en el caso de análisis,
a la dignidad de los pueblos indígenas.

3. CONCEPCIONES DEL DERECHO AL TERRITORIO, UN ACERCAMIENTO


GENERAL A LOS PLANTEAMIENTOS Y REALIDADES DE LOS PUEBLOS
INDÍGENAS.

Acabamos de mostrar algunas líneas que permiten interpretar o entender cuál es la


concepción que el Estado Colombiano tiene que asumir del territorio y los fundamentos
que utilizan para adelantar sus políticas, claramente determinadas por la economía
global.
A continuación el propósito es mostrar algunas teorías o resultados investigativos o de
instituciones que se han acercado un poco a comprender la visión que las
comunidades indígenas tienen de su territorio, las cuales permiten ir comparando la
distancia que existe entre el pensamiento occidental y las concepciones propias
indígenas y como estas no son valoradas por la economía global y aquellas son
mostradas como hegemónicas, lógicas y coherentes con la “modernidad”.

En el contexto de pueblos indígenas es necesario que se tenga claridad sobre las


diferencias entre tierra y territorio; Herreño (2004)11 expone que “la noción de tierra es
un concepto amplio y ambiguo que termina denominando simplemente un bien
representado en un espacio geográfico delimitado, susceptible de propiedad privada o
colectiva y al que se le asigna múltiples usos, la mayoría de explotación económica”,
así queda evidenciado en las normas vigentes del ordenamiento territorial, donde la
tierra es igual al termino suelo, o sea, a un lugar que se puede limitar, cuantificar y
valorar en términos económicos, puntualmente bajo una interpretación propia, la tierra
sería aquel instrumento que es utilizado como medio o fin para un Estado, una política
o una comunidad que consideran pueden disponer sin que ello genere repercusiones
en el entorno o en lo espiritual.

Por su parte el territorio según Herreño, representa una “relación estrecha con las
formas culturales de apropiación material y simbólica de las tierras que pueblos
originarios han habitado históricamente”, esto afirma que es un espacio que tiene
mucho significado, por una parte por que brinda los medios de subsistencia y de forma
concomitante genera los soportes para que los pueblos indígenas desarrollen su
identidad y su visión del mundo; además de permitir que puedan lograr el ejercicio de
su autonomía que se materializa con la delimitación de su territorio para permitir su
defensa frente al Estado, a otras instituciones y el alcance de los planes de vida de
cada comunidad. (Redacción propia).

Esta breve exposición concluye porque las comunidades indígenas hablan de derecho
al territorio y no del derecho a la tierra, visión occidental que separa el suelo de los

11
Herreño Hernandez, Angel Libardo, Evolución Política y legal del concepto de territorio ancestral indígena en
Colombia, Revista el Otro Derecho, numero 313-32, Bogota, Agosto 2004.
recursos que existen allí y de cualquier concepción simbólica o espiritual que le den los
pueblos indígenas12 (Martinez, 2010), por lo tanto, lo pertinente tratándose de
indígenas es referirse al termino territorio.

Para dimensionar este concepto se expondrá a diferentes autores, investigadores o


instituciones que han estudiado el término en un contexto de indígenas; para ello es
necesario partir de lo que expone Aylwin (2002)13 quien hace una reseña de la
ocupación histórica de los indígenas en latino América y afirma que desde los primeros
tiempos las comunidades le daban un significado amplio al territorio, comprendiendo no
solo la superficie, sino, todo lo que existe allí, puntualmente consagra que “el territorio
era considerado sagrado por los indígenas siendo ella identificada en muchas culturas
como una madre” y termina afirmando que “de acuerdo a este concepto, el territorio y
los recursos naturales debían ser cuidados y protegidos para las siguientes
generaciones”; del mismo modo se halla el testo Palabra Dulce, Aire de vida de la
ONIC14, donde analizan los problemas territoriales de los pueblos indígenas y en
especial el concepto de territorio, puntualmente redactan las palabras de una indígena
que nos permite comprender a profundidad cual es el fundamento de la defensa del
territorio, afirmando que:

“no solo se vive en el territorio y del territorio, se vive sobre el territorio… hoy
puedo existir como indígena en este mundo y pararme a hablar ante ustedes,
gracias a que mis abuelos pensaron en mi aún sin saber que yo existiría, se
preocuparon de donde comería y como viviría yo, por eso conservaron los
bosques, los peces, los espíritus, los ríos; para que yo y mi familia pudiéramos
existir, por eso es mi obligación cuidar nuestro territorio, para que las nuevas
generaciones tengan un lugar en el cual puedan vivir al igual que yo y mi familia”

12
Martinez Zamora, luisz Olmedo, Visiones Con-partidas del territorio en un mundo dividido, El caso de la Visión
indígena y la del Estado, Universidad Nacional, Bogota 2010. PP 52.
13
Aylwin O, José, Coordinador del programa de derechos indígenas del instituto de estudios indígenas de la
universidad de la frontera, Temuco, Chile, en el derecho de los pueblos indígenas a la tierra y al territorio en
América Latina: Antecedentes Históricos y tendencias actuales, octubre de 2002.
14
Palabra Dulce, Aire de Vida”, Forjando caminos para la pervivencia de los pueblos indígenas en Riesgo de
Extinción en Colombia, Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, Bogotá, 2010-2011. Pp 44.
Esta concepción propia de la mujer indígena permite entrelazar los conceptos y darle
contexto a lo pretendido que radica en dar puntos claves para reconocer la diferente
concepción que tiene la sociedad occidentalizada y los pueblos indígenas del territorio.

Palabra Dulce entrega más elementos distanciadores de la concepción Estatal, ya que


se afirma que dentro del territorio “los árboles y las plantas son sus farmacias, los ríos
son sus carretera, los animales y minerales son los espíritus de sus familiares”, dejando
claro que es el elemento fundamental para la existencia de un pueblo indígena y por lo
tanto cualquier alteración a un solo factor que lo integra está generando desequilibrio
para el pueblo que lo habita.

Houghton15 por su parte argumenta que “el territorio no se limita únicamente a una
ocupación y apropiación del bosque y sus recursos, pues la trama de las relaciones
sociales trasciende el nivel empírico y lleva a que las técnicas y estrategias de manejo
del medio ambiente no se puedan entender sin los aspectos simbólicos a los que están
asociadas y que se articulan con otras dimensiones que la ciencia occidental no
reconoce”; Martínez16 (2010) asevera que el “territorio está constituido por un todo,
único indisoluble, entrelazados por la sociedad, la naturaleza y el mundo espiritual,
lugar de los ancestros y hogar de los espíritus, amos de lo existe, que a su vez son la
naturaleza espiritualizada” y por ultimo Duque17 (2012) afirma que el “comportamiento
social y territorial de los pueblos indígenas se sustenta en complejas creencias,
configuradas por un fuerte nexo establecido entre su devenir personal y la entidad
saprahumana, de carácter simbólico-ritual que existe en todo lo que nos rodea”. Estos
autores terminan de configurar lo que es el territorio para un pueblo indígena dejando
claro que no se trata simplemente de que un espacio sea ocupado y definido por quien
lo habita, dado que si la comunidad indígena lo define como madre tierra, quiere decir
que es el territorio quien define a sus ocupantes, por ello la comunidad no puede
disponer de la madre tierra, es ésta la que pone a disposición del indígena todo lo

15
Houghton, Juan, Estado del derecho a la tierra y al territorio de los pueblos indígenas en Colombia, Observatorio
Indígena de seguimiento a políticas públicas y derechos étnicos, CECOIN. PP 178.
16
Martínez Zamora, luisz Olmedo, Visiones Con-partidas del territorio en un mundo dividido, El caso de la Visión
indígena y la del Estado, Universidad Nacional, Bogotá 2010. PP 52.
17
Duque Cañas, Juan Pablo, Territorios indígenas y Estado, a propósito de la Sierra Nevada de Santa Martha,
Universidad Nacional, Bogotá, 2012.
necesario pasando por lo espiritual a lo físico y convirtiéndose en una unidad de tal
forma que cuando se habla del territorio esta inserto el indígena y por ende no es
posible concebir indígena sin territorio o territorio sin indígena.

Los autores citados permitan extraer conclusiones importantes de acuerdo al propósito


del texto, una de ellas es configurar que los pueblos indígenas no separan su vida del
territorio, que representa el todo, esto es, su autonomía, su cultura, su subsistencia, su
espiritualidad y su identidad, además que el territorio es considerado desde la
espiritualidad como un ser vivo, como la madre y por ende, contrario a antropólogos, no
es la comunidad la que le da contenido al territorio, sino, el territorio el que determina la
cosmovisión y cosmogonía de la comunidad partiendo de la ley de origen que
establece que el territorio es anterior al hombre y que ya tiene sus propias leyes, las
cuales deben ser respetadas por el indígena para evitar su destrucción.

Dando un poco de claridad sobre las distintas visiones del territorio en lo que concierne
a la sociología o antropología necesaria para el texto, se pasara a articular estos
conceptos con la parte jurídica, especialmente con la concepción o visión de territorio
indígena que ha desarrollado la Corte constitucional en su jurisprudencia, en aras de
determinar si materialmente ha primado la visión del territorio de los pueblos indígena o
por el contrario mantienen una concepción orientada por las creencias del mundo
occidental.

4. CONFIGURACIÓN DEL DERECHO AL TERRITORIO INDIGENA EN LA


JURISPRUDENCIAL DE LA CORTE CONSTITUCIONAL.

El propósito no radica en determinar la línea jurisprudencial, sino, en hacer una


aproximación a los pronunciamientos de la Corte Constitucional cuando el conflicto ha
tenido que ver con la importancia del territorio para la comunidad indígena.

Cabe resaltar que antes de entrar el nuevo siglo, se generó un espacio trascendental
para los pueblos indígenas en Colombia, tiene que ver con la participación de líderes
indígenas en la constituyente, hecho que precedió a la promulgación de la constitución
de 1991 y con ella artículos que concretaron nuevos espacios y derechos para la lucha
de los pueblos indígenas; es así como los constituyentes indígenas lograron que la
carta magna se cimentara sobre principios que enaltecen y promueven las garantías
para la diversidad étnica y cultural, con ello reconocieron que el Estado Colombiano
está conformado por diversos pueblos y culturas, asunto que le permitió a los pueblos
indígenas promover su concepción de territorio y exigir que sea respetado y valorado
como riqueza cultural del pueblo Colombiano.

Así mismo, con la promulgación de la constitución nació la Corte Constitucional con la


función principal de velar por el cumplimiento de sus mandatos, entre ellos, generar
espacios de interpretación de los derechos de los pueblos indígenas, convirtiéndose en
el escenario que en los últimos 20 años ha permitido visibilizar las violaciones de los
derechos de los indígenas y exigir al Estado que responda por el abondo histórico y
sistemático de las comunidades; además con su jurisprudencia ha resuelto conflictos
donde los pueblos indígenas exigen el respeto de su territorio, exponiendo teorías que
se acercan a la concepción propia de los pueblos o tomando los conceptos
directamente de la comunidad para fundamentar sus decisiones. Inclusive considerada
el espacio donde se concretiza el derecho bajo la interpretación de la norma aplicada a
los conflictos de los pueblos, aspecto que se pasa a evidenciar.

La Corte Constitucional dentro de su jurisprudencia expone que el territorio indígena


para cada pueblo es fundamental ya que de él depende el disfrute de otros derechos y
recalca que entre el indígena y su entorno existe una relación espiritual que va más allá
de lo material. Esta postura la encontramos en sus variados pronunciamientos a saber.

En la sentencia T 188 de 1993, cuyo magistrado ponente fue Eduardo Cifuentes


muñoz, la Corte Constitucional realiza sus primeros pronunciamientos marcando una
línea de interpretación de lo que se consagra en el artículo 7 Constitucional y lo que
sería en adelante el entendimiento sobre la concepción y derecho al territorio para los
pueblos indígenas; en esta oportunidad, frente a la solicitud que hacia la comunidad
indígena de Paso Ancho en jurisdicción del municipio de Ortega en el Tolima al
INCORA para que los constituyera como resguardo indígena, afirmó la Corte que:
“El derecho de propiedad colectiva ejercido sobre los territorios indígenas reviste
una importancia esencial para las culturas y valores espirituales de los pueblos
aborígenes. Se resalta la especial relación de las comunidades indígenas con los
territorios que ocupan, no sólo por ser éstos su principal medio de subsistencia
sino además porque constituyen un elemento integrante de la cosmovisión y la
religiosidad de los pueblos aborígenes. El derecho fundamental a la propiedad
colectiva de los grupos étnicos lleva implícito, dada la protección constitucional del
principio de diversidad étnica y cultural, un derecho a la constitución de resguardos
en cabeza de las comunidades indígenas”. (subrayado fuera de texto).

Esta interpretación de la necesidad del territorio para los pueblos indígenas permitió
conceder el derecho a la comunidad accionante y abrir el espacio para una realidad
jurídica dentro del derecho Colombiano que era desconocida e irracional dentro de la
doctrina y la dogmática jurídica claramente marcada por el positivismo y las leyes
civiles.

En el mismo año se generan dos sentencias, la T 405, Magistrado ponente Hernando


Herrera Vergara y la T 257 cuyo magistrado ponente fue Alejandro Martínez Caballero;
en estas sentencias se analiza la concepción o derecho al territorio desde las normas
internacionales, específicamente con énfasis en el convenio 169 de la OIT ratificada en
Colombia por la ley 21 de 1991, cuyo logro más evidente ha sido instaurar la consulta
previa; en estos pronunciamientos la Corte Constitucional resalta que “los territorios
indígenas revisten una esencial importancia para las culturas y valores espirituales de
los pueblos aborígenes”, aspecto consagrado en las normas de la OIT; sin embargo
sus decisiones no son tan acertadas, específicamente en la T 405 ya que fue una
acción en contra de ministerio de defensa y la Mision Aerea de los Estados Unidos por
la instalación de bases militares Norte Americanas al interior del resguardo de
Monochoa pertenecientes al pueblo Huitoto y muinane del Amazonas en donde la
Corte Constitucional a pesar de resaltar la importancia del territorio para la comunidad
termina afirmando que “Mientras que el interés de la comunidad se funda en el derecho
de propiedad y al mantenimiento de su integridad étnica y cultural, el interés de todo el
pueblo colombiano y en concreto del Estado está respaldado y fundamentado en el
derecho a la soberanía nacional y en la necesaria conservación del orden público y la
garantía fundamental de la seguridad de los habitantes del territorio colombiano en su
vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades”, decisión que finalmente
desconoció la cosmovisión del pueblo indígena y primo el concepto de tierra, o sea,
que la instalación de las bases militares no generaba ningún desequilibrio para la
comunidad y se sustentaba el exterminio para un pueblo bajo la premisa de promover
la seguridad del Estado y desconocer la materialidad de la comunidad.

En el año de 1997 se genera un nuevo pronunciamiento a través de la sentencia SU


039, como resultado de una acción de tutela que promueve el pueblo "U'wa" contra la
Sociedad Occidental de Colombia, Inc., Ecopetrol y el INDERENA por tramitar una
licencia ambiental requerida para poder adelantar exploraciones sísmicas, en desarrollo
del proyecto conocido como "EXPLOTACION SISMICA BLOQUE SAMORE", que le
permitiría constatar la existencia de pozos o yacimientos petroleros, en una zona que
comprende los municipios de Saravena, Tame y Fortul en el departamento de Arauca,
Cubará en el departamento de Boyacá, y Toledo en el departamento Norte de
Santander, con una extensión aproximada de 208.934 hectáreas, dentro de la cual se
encontraban resguardos indígenas y parques naturales; en esta oportunidad la Corte
constitucional parte de una realidad jurídica que se plasmó en las líneas de su
jurisprudencia afirmando que “la comunidad indígena había dejado de ser una realidad
fáctica y legal para ser sujeto de derechos fundamentales”, quedando claro en lo
jurídico que los derechos de los pueblos indígenas no se determinan por cada
individuo, sino, de forma colectiva y ello debe comprender el territorio.

Sobre el caso concreto tratándose de explotación de recursos naturales dentro del


territorio, la Corte recoge el convenio 169 de la OIT para determinar que la forma de
preservar la integralidad de la comunidad se materializa a través del derecho
fundamental de participación por medio de la consulta previa, asunto que en el fondo
entra a garantizar los derechos de los pueblos indígenas pero por conexidad con otros
derechos, situación que no permite efectividad de las garantías para la subsistencia de
la comunidad; así lo evidencia el alto tribunal en la sentencia de análisis donde afirma
que:
“La explotación de los recursos naturales en los territorios indígenas hace
necesario armonizar dos intereses contrapuestos: Es decir, que debe buscarse un
equilibrio o balance entre el desarrollo económico del país que exige la
explotación de dichos recursos y la preservación de dicha integridad que es
condición para la subsistencia del grupo humano indígena”. (Subrayado fuera de
texto).

Esta conclusión denota que concepción de territorio ha adoptado el alto tribunal,


inclinada por las premisas del pensamiento de occidente, donde está primando el
discurso y las políticas del llamado “desarrollo económico” y para articularlo con los
pueblos indígenas lo han denominado el “desarrollo sostenible”, conceptos y formas
de vida que en nada representan el pensamiento de un pueblo indígena. Esta
sentencia abre la puerta jurídica para dos cosas que se contraponen; la primera
tiene que ver con que la Corte Constitucional acepta que el territorio hace parte de
la integralidad del indígena, pero al mismo tiempo permite jurídicamente que dentro
del territorio se pueda desarrollar un proyecto de explotación de recursos naturales
previo cumplimiento de la consulta previa, y la segunda tiene que ver con que se
argumente que los derechos al territorio se garantizan nuevamente con la consulta
previa, olvidando que cada derecho de la comunidad es fundamental, que no actúan
por conexidad y que un proceso de consulta o de participación no garantiza el
respeto de los derechos del territorio.

Los U'wa en el trámite de la sentencia dejaron plasmado cuál era su concepción


sobre el territorio, afirmando que:

“Los bienes del mundo físico han sido creados por un ser supremo (Sira-
Dios) que es su verdadero dueño. Por lo tanto, estos no pertenecen a
ningún hombre y deben ser conservados y administrados según las leyes de
la naturaleza, conforme a los mandatos de Dios-Sira; Los "U'wa" son los
guardianes del ecosistema cuya conservación es de interés de la
comunidad, sin que interese el provecho personal; Queremos que se tenga
en cuenta nuestra forma de concebir el mundo y que se respeten los
preceptos normativos nacionales e internacionales que tutelan los derechos
de los pueblos indígenas”.

Con esta breve pero trasncendal cita queda claro cómo se considera que el territorio no
es para disposición del indígena, que su obligación es ser guardianes de él; sin
embargo la Corte Constitucional en su decisión no considera que se vulnere el derecho
al territorio, simplemente que se está vulnerando el derecho a la participación de la
comunidad por medio de la consulta previa y que posterior a dicho trámite se podrá
determinar que elementos de la comunidad pueden salir afectados, sometiendo a la
comunidad a una negociación bajo las premisas de las empresas y de funcionarios que
no dimensionan el pensar del indígena y el contexto de cada pueblo.

En el año 2003 aparece una nueva sentencia, considerada hito en el marco de la


jurisprudencia relacionada con el territorio y con el desarrollo de la consulta previa, la
SU 383, cuyo magistrado ponente Alvaro Tafur Galvis analizó la acción incoada por la
Organización de los Pueblos Indígenas de la Amazonía Colombiana OPIAC quienes
consideraron vulnerados sus derechos por los accionados al ordenar y autorizar la
fumigación de cultivos ilegales, en sus territorios.

Esta sentencia recoge investigaciones de instituciones de educación superior y de


profesores entorno a la concepción de vida que tienen diversos pueblos, en especial
los del sur del país, en ello radica su dimensión, en visibilizar el pensamientos propio,
aunque para la decisión tenga más peso jurídico el derecho a la consulta previa, que
como se advirtió ha sido un instrumento para defender el derecho al territorio para los
pueblos indígenas, pero no ha trascendido, dado que la Corte a excepción del
pronunciamiento del año de 1993 sentencia T 188, no ha entrado a garantizar de forma
directa el derecho fundamental al territorio y los derechos del territorio; así queda
evidenciado en las acciones de los líderes indígenas, quienes exigen que una
multinacional se vaya del territorio dando los argumentos propios y el alto tribunal
termina sometiendo a la comunidad a un proceso de consulta, cuando el pueblo
indígena ya ha dicho que no quiere afectaciones a su territorio, a su cultura, a su
autonomía y a su forma de vida provocados por un proyecto, intervención o extracción
de recursos naturales.
Los aspectos más relevantes de esta sentencia radican en la conceptualización que
aportan para dimensionar la concepción de territorio para una comunidad indígena, sin
que esta sea adoptada por la Corte Constitucional o se refiera a su pensamiento,
simplemente para llenar de contenido una decisión que en el fondo no materializa los
derechos los pueblos indígenas; un concepto importante que integra la Corte a su
sentencia es la del profesor e investigador de la Universidad Nacional, Juan Alvaro
Echeverri, quien define el vocablo territorio, atendiendo a la cosmovisión indígena así:

“Entonces tenemos que el territorio es un espacio y es un proceso que lleva


a la configuración de una palabra de ley, entendida como palabra de consejo,
educación. Ese espacio no es necesariamente un espacio geográfico
marcado por afloramientos rocosos, quebradas, lomas, cananguchales,
pozos, barrancos. Ese espacio geográfico es memoria, es efectivamente
escritura de ese proceso de creación que está ocurriendo todo el tiempo: en
la crianza de los hijos, en las relaciones sociales, en la resolución de
problemas, en la curación de las enfermedades18”.

Este concepto es similar a las largas citas que realiza la Corte Constitucional en esta
sentencia; sin embargo su decisión final frente a un asunto como la fumigación de la
coca, planta sagrada para estos pueblos, en nada recoge tan largos y profundos
conceptos, ya que termina reiterando que se ha vulnerado el derecho a la consulta
previa y por ende ordena dicho procedimiento “con la finalidad de llegar a un
acuerdo o lograr el consentimiento acerca de las medidas propuestas”, con plena
observancia de los principios y reglas contenidos en el Convenio 169 de la OIT,
aprobado por la Ley 21 de 1991.

Después de varios años, se encuentra que en el 2011 se realizaron varios


pronunciamientos que tienen relación con el derecho al territorio; así en la sentencia T
282 la Corte se limitó a decir que el territorio está definido en la constitución política y
en los convenios internacionales, sin que se pueda determinar que el alto tribunal haya
adoptado la concepción de los pueblos indígenas, pero si a plena vista que se limitó a

18
Juan Alvaro Echeverri, Reflexiones sobre el concepto de territorio y ordenamiento territorial indígena, en
Territorialidad indígena, obra citada página 175.
ser garante de la consulta previa; igual situación ocurrió en la sentencia T 601 donde el
territorio fue definido como entidad territorial y se refirió a los derechos consagrados por
tal calidad en el artículo 330 de la Constitución.

En la sentencia T 698 de 2011 es donde se vuelven a tomar elementos más precisos y


propios sobre la concepción de territorio; puntualmente se rescata la consagración de
que el territorio o propiedad colectiva es un “derecho fundamental; advierte que el
“significado que tiene el territorio para las comunidades indígenas, como elemento que
constituye un aspecto esencial de su cosmovisión y religiosidad y es la base de su
subsistencia”19; se reitera una realidad jurídica que predicó en sus primeras sentencias
al precisar que “el contenido, la titularidad y el alcance del derecho a la propiedad
colectiva sobre estos territorios fue dada mucho antes de aceptar el carácter
iusfundamental de la consulta previa”20; cita la interpretación dada por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos donde se dice que:

“[…] La estrecha relación que los indígenas mantienen con la tierra debe ser
reconocida y comprendida como la base fundamental de sus culturas, su vida
espiritual, su integridad y su supervivencia económica. Para las comunidades
indígenas la relación con la tierra no es meramente una cuestión de posesión y
producción sino un elemento material y espiritual del que deben gozar
plenamente, inclusive para preservar su legado cultural y transmitirlo a las
generaciones futuras”.

visión que según la Corte Constitucional contrasta con la de la cultura occidental, para
la que el territorio es un concepto que gira en torno al espacio físico poblado en el que
la sociedad se relaciona, coopera y compite entre sí, y sobre el que se ejerce dominio.

La conclusión de esta sentencia es tutelar los derechos del Resguardo Indígena de


Cañamomo del Municipio de Riosucio Caldas, ordenando que se prohibiera el

19
Dijo la Corte en la sentencia SU-510 de 1998: “La propiedad colectiva que las comunidades indígenas ejercen
sobre sus resguardos y territorios tiene el carácter de derecho fundamental, no sólo porque tales territorios
constituyen su principal medio de subsistencia sino, también, porque forman parte de su cosmovisión y
religiosidad”.
20
Como se expondrá a continuación, el carácter fundamental del derecho al territorio colectivo fue reconocido a
través de la Sentencia T-188 de 1993. La Corte solo le reconoció ese carácter a la consulta previa en 1997, a través
de la Sentencia SU-039 de ese año.
funcionamiento de una ante de COMCEL que estaba dentro del territorio ancestral en
un predio privado hasta tanto no se agotara el proceso de consulta previa.

Como última sentencia se encuentra la T 379 de 2014 cuya petición es de titular el


resguardo indígena Marimba Tuparro del Vichada; en esta decisión la Corte
Constitucional aplica la concepción de territorio esgrimida por su misma jurisprudencia
y por las normas internacionales afirmando que “para los pueblos indígenas su
concepto de territorio es dinámico, pues para ellos comprende, como indica la doctrina,
“todo espacio que es actualmente imprescindible para que un pueblo indígena acceda
a los recursos naturales que hacen posible su reproducción material y espiritual, según
sus características propias de organización productiva y social”; bajo este argumento
concluye que dicha concepción solo se materializa en el momento que el Estado le
reconoce a las comunidades indígenas y tribales un territorio colectivo en el que
desarrollen su cultura y su proyecto de vida.

Finalmente de las sentencias descritas se pueden extraer conclusiones importantes de


acuerdo al propósito planteado.

Como primer elemento a destacar es que la Corte Constitucional ha permitido avanzar


en el reconocimiento de los derechos territoriales de los pueblos indígenas, sin
embargo se ha limitado a observar los problemas de forma que tiene la efectividad de
la Consulta previa y no ha valorado a fondo los conceptos o concepciones que tiene la
comunidad indígena de su territorio; por ello en sus decisiones no se encuentra que su
conclusión sea simplemente no permitir la realización del proyecto dentro del territorio
indígena, sin que los somete a mas tramites como los de la consulta previa, bajo el
argumento de que no se conocen los daños o afectaciones que pueden sufrir, cuando
dentro de su fallo se hallan todos los elementos, investigativos y doctrinarios que
afirman que cualquier intervención dentro de cada pueblo altera sus patrones culturales
y su territorio.
Sobre la concepción de territorio que adopta la Corte Constitucional se infiere que
manejan un aspecto discrecional en torno a la economía nacional y eso obliga a que
sus decisiones como quedó demostrado permitan el avance de proyectos de
explotación de recursos naturales, previo a la realización de la consulta previa, bajo el
argumento de que se pueden intervenir los territorios indígenas siempre que se
establezcan rutas que no deterioren las aspectos culturales de la comunidad, asunto
que bajo la mirada indígena y los conceptos de la misma Corte Constitucional, los
territorios indígenas no son objeto de dominio, ni de disposición y los indígenas son
protectores, guardianes de ese medio para la existencia de las generaciones venideras.
Otro asunto a destacar se refiere a que los derechos de pueblos indígenas son
considerados fundamentales, por ende el territorio, es un derecho fundamental y en
consideración a que los indígenas lo definen como madre, quiere decir que también es
sujeto de derechos, aspecto que la Corte Constitucional hasta ahora no ha reconocido
a pesar de las constantes investigaciones y muestras culturales de ello; además la
Corte somete dichos derechos que serían de exigibilidad inmediata a los procesos de
consulta previa, que como se ha advertido ha sido fundamental, pero es justo que no
siga siendo el conexo para defender el territorio, siendo un elemento esencial de la
identidad de un pueblo indígena.

5. CONCEPCION DE TERRITORIO PARA EL RESGUARDO INDÍGENA DE SAN


LORENZO.

Para realizar el proceso comparativo frente al pensamiento occidental, a los


investigadores que se han acercado al pensamiento de los pueblos indígenas y a las
conclusiones de la Corte Constitucional, se propone exponer la concepción que tiene el
reguardo indígena de San Lorenzo sobre el territorio, como un ejercicio académico que
permita dar a conocer la visión de esta comunidad y tener elementos conceptuales
para la defensa jurídica de su territorio. Para recoger la información se realizó
conversatorio y entrevistas con los mayores, líderes y médicos tradicionales de este
resguardo.

El resguardo indígena de San Lorenzo se encuentra ubicado en jurisdicción del


municipio de Riosucio y Supia, departamento de Caldas, su población actual es de
12.400 indígenas pertenecientes a la etnia Embera Chamí, esta estructurado bajo la
figura de resguardo indígena, cuentan con procesos fuertes, guiados por un
gobernador indígena, una junta directiva, un consejo de gobierno y como máxima
autoridad la asamblea general que se realiza cada seis meses, además con unas áreas
y secretarias que permiten avanzar con los procesos organizativos del cabildo; en lo
que tiene que ver con territorio la comunidad ha plasmado parte de su pensamiento en
el PLAN DE VIDA, documento que trascribe el pensamiento de la comunidad y lo
proyecta para la pervivencia comunitaria.

En el plan de vida está consagrado que la población indígena salió “del Valle de
Aburra, para continuar por las orillas del río Magdalena hasta la desembocadura del río
Guarinó y de allí hasta Sonsón (Antioquia), hasta llegar a Arma en Aguadas, de este
lugar se desplazaron por el río Cauca hasta encontrar la desembocadura del río Supía,
por cuya orilla subieron hasta el sitio de Murillo (Supía), desde allí se posesionaron de
los territorios que hoy constituyen el Resguardo Indígena de San Lorenzo”.

Dentro del plan de vida de este resguardo se encuentran elementos importantes que
permiten ir aproximando su concepción de territorio; afirman que “el territorio es la
“pacha mama” que dio origen a la existencia de nuestros ancestros, conservación de
nuestra cultura e identidad propia”, consideran que “las montañas y demás elementos
al interior del territorio permiten la existencia de sus ancestros, son bienes colectivos,
heredados a las presentes y futuras generaciones, por lo tanto es considerado un
lugar sagrado y gozan de respeto como fuentes de visión milenaria y fortalecimiento
espiritual”, estableciendo con ello que son herederos de ese espacio y sabiduría con la
obligación de ser guardianes de esos mandatos superiores de protección del territorio y
determinando bajo esta visión que el territorio es anterior a los ancestros, a la
existencia del indígena y ya tiene consagrada sus propias leyes.

En conversatorio con mayores de este resguardo compuesto por quienes fueron


gobernadores y por actuales médicos tradicionales se extraen conclusiones
importantes, entre ellas las enunciadas por el mayor Jose Silvio Tapasco, quien afirma
que “el territorio para este cabildo es el principio fundamental de la vida, dado que es
quien da todos los elementos para la existencia del indígena”, por su parte el ex
gobernador Benigno Bueno, dice que “el territorio es vivo, siente y por ello cualquier
intervención, extracción trae desenlaces o afectaciones naturales para la comunidad”,
de igual forma, el ex gobernador Eliberto Gañan manifiesta que el territorio es el
elemento vital para la comunidad, bajo una visión propia que no tiene límites y
considera su territorio como todo el espacio por donde la comunidad se puede mover y
practicar la siembra y su cultura; manifiestan que dentro de su territorio hay espacios
con una energía especial, compuesto por cerros que son guardianes espirituales que
irradian su energía a todo el territorio y que se unen integralmente a todos los
elementos de la naturales, agua, fuego, aire y tierra, además establecen que la madre
tierra manifiesta su disgusto con el abuso de sus elementales bajo los efectos naturales
como huracanes, temblores, deslizamientos, avalanchas, calor, lluvia y cambios
repentinos que expulsan la energía de la madre tierra, recordando que la comunidad
depende de ella y el bienestar de todos obedece al buen manejo que se le dé al
territorio y que cada indígena respete las leyes de la madre tierra, considerada ley de
origen.

Los mayores manifiestan que bajo su pensamiento, no es correcto ni se permitirá que


el territorio sea abusado por empresas, proyectos o intervenciones que alteren las
leyes de la naturaleza o modifiquen la relación o el pensamiento del indígena con su
territorio; para explicar esta trascendental decisión, se pasa a exponer la concepción
espiritual del territorio para este resguardo indígena desde los médicos tradicionales,
asunto que permite integrar todo lo dicho por los mayores y darle coherencia y contexto
a la visión del pueblo indígena demostrando porque la comunidad exige los derechos
de su territorio y al territorio enmarcados en reclamar lo que el estado ha denominado
subsuelo, suelo, y aire o espacio.

Para realizar la exposición o descripción espiritual de la concepción de territorio ha de


tenerse en cuenta como parámetros interpretativos unos principios que son el
fundamento del existir indígena para este resguardo, los cuales son nombrados en
muchos espacios académicos y jurídicos, sin que se comprenda su dimensión en el
contexto de este pueblo; se trata del DERECHO MAYOR Y LEY DE ORIGEN,
representando para la comunidad el poder explicar su pensamiento y forma de vida.
Este trabajo se realizó bajo la guía del mayor y maestro Maurico Gañan, quien aporta a
este trabajo enviado por el padre creador y la madre tierra, considerando así que es la
madre naturaleza la que pone a disposición su sabiduría; antes de iniciar la entrevista
fue necesario compartir la medicina (ambil de tabaco) dado que se requiere permiso del
padre universal y de la madre tierra para compartir este conocimiento y de acuerdo al
maestro, para que el resultado de esta investigación cumpla sus objetivos de fortalecer
el pensamiento propio y retribuir al territorio lo que se ha permitido conocer.

La medicina empezó su trabajo y permitió dimensionar y llevar al escrito el mensaje de


los ancestros, sabiduría que se espera sea pueda articular con el pensamiento
occidental en el marco del respeto de la diferencia y en considerar que la visión
indígena no debe ser considerada opuesta a los ideales del desarrollo, sino como aquel
espacio que busca garantizar la existencia para las generaciones venideras, indígenas
o no indígenas.

Los ancestros cuentan a través del Mayor Mauricio que para el Embera Chami de este
Resguardo al principio toda era oscuridad y agua, ya había vida, existían seres que
pensaban y soñaban y a través de ese pensar y ese soñar se encontraron, vieron que
sus pensamientos eran iguales, esos seres eran femenino y masculino, llamados Dachi
Nabe y Dachi Ankore, ese sueño que consistía en crear un mundo duro nueve mil
millones de siglos para que amaneciera, para que naciera la tierra, en ese nacimiento
llegaron tres hijos, llamados Karagabi, a quien se le dio la tarea de construir el mundo
de arriba, o sea del suelo hacia arriba, el sistema solar, la vía láctea, las
constelaciones, el cosmos, todo; otro hijo fue Karagabi, a quien se le dio la
responsabilidad de crear y cuidar el mundo de abajo, el mundo que hay debajo de las
lagunas, de los ríos, debajo de las cuevas, de las piedras, de los volcanes, todo lo que
hay debajo del suelo; luego nace una niña, mujer, Phaphkore, ella por ser mujer, le
entregaron la misión de construir todos los seres que hay sobre la tierra, las montañas,
cerros, lagunas, pasando muchos años. Los seres espirituales o creadores
consideraron que les hacía falta mucho para ver terminada la obra, pero como ya eran
ancianos, le dejaron la tarea a los tres hijos, que terminaran ellos, entonces los dos
anciano caminaron, caminaron hasta llegar al cerro más alto y se convirtieron, Dachi
Nabe en la luna, llamada Edeco y Dachi Ankore en el sol llamado Umatau, con ello
apareció el tiempo, la noche con Edeco y el día con Umatau, desde allí ellos dijeron
que iban a guiar, por ello se dice que el embera Chami es la memoria de la madre y el
pensamiento del padre; ellos observaron que hacía falta la creación del ser humano,
del Embera, por ello de uno árbol llamado el Okendo o el Genene, del corazón de ese
árbol, Karagabi dibujo la figura del Embera, Tutruika deposito allí una bola de barro
para que los cubriera y Ankore que es mujer sabia, hecho aire y agua en la coronilla, en
las articulaciones y ahí fue cuando se volvió gente, siendo el Embera Gente del Árbol
de Agua, traducción del árbol Oquendo.

Así quedaron distribuidos los tres mundos para el embera, o sea el territorio, mundo de
arriba que se relaciona con lo celeste, mundo de abajo que se relaciona con el
inframundo y el mundo del medio que se relaciona con el Embera, todos son
importantes, no hay ni bueno ni malo, cada uno tiene su función, siendo tarea del
Embera preservar cada mundo y cada elemento que lo constituye, preservar los
animales, las plantas, el territorio, todo lo que existe en su espacio, si él abusa en el
uso o desperdicio de los elementos de la naturaleza, genera desequilibrio.

Cada mundo tiene su función, el mundo de abajo sostiene a los demás mundos, da
vida y energía, el mundo del medio le proporciona todo al embera siendo su casa, su
hogar, su madre ya que todo lo que necesita está allí, si quiere aprender de la medicina
tiene las plantas, los animales, los árboles, los ríos, las piedras, las cuevas, las
montañas; si es alimentación, le da la yuca, el plátano, el maíz, los animales, el agua; si
es la identidad, también la entrega y dependiendo del uso que se le dé permite la
autonomía, allí están representados todos los principios para el Embera, Unidad,
Territorio, Cultura y Autonomía; el mundo de arriba, le da al embera el pensamiento, el
aire, lo espiritual, la sabiduría, la energía, es el espacio que se observa para la siembra,
para la educación, para el vivir, para las ceremonias, por ello están las fases de la luna,
las direcciones del sol, las constelaciones, el tiempo, determina el actuar del indígena,
la hora de dormir, de trabajar, de cortar los árboles, de coger los frutos, de recibir
medicina, genera la lluvia, el aire, la luz, los truenos y la sombra, es quien determina el
diario vivir del indígena.

Se considera que al embera desde su creación se le entregó una tarea de cuidar de los
tres mundos y usar solo el que se le concedió, o sea el mundo del medio, espacio
sagrado que lo pario y que le da todo para su vida, su compromiso es cuidar y
preservar cada mundo de acuerdo a su función, cuidar los animales, las plantas, los
ríos, toda la naturaleza, preservar el aire, promover la sabiduría de sus padres, educar
de acuerdo a esos principios y no generar desequilibrio en ningún mundo; se considera
que no tiene permiso para intervenir en el mundo de arriba, ni el mundo de abajo y su
desobediencia, descuido o desprotección le traerá graves consecuencias en su vida,
por ello su oposición a que el mundo occidental quiera intervenir esos espacios
sagrados, en especial con la minería, considerando que con ello están deteriorando las
bases de la existencia humana.

El mundo de Tutruika es fundamental para la existencia humana, es la base, los


cimientos del mundo, lo mantiene en equilibrio, es quien lo sostiene y a la ves hospeda
unos espíritus muy fuertes, unos seres que tienen vida para el Embera, solo que se
manifiesta de distintas formas, se trata de los minerales, estos nacieron después de la
existencia de la mujer Embera, de las abuelas, quienes por ley de origen tenían un
tarea que era sembrar y su primera siembra se dio a través de su primer menstruación,
la cual fue inicialmente de color verde, pasando a azul, después a amarilla, café hasta
llegar a ser roja, con ella se le dio vida a las esmeraldas, al oro, al petróleo y los demás
minerales en sus distintos colores, siendo hijos de la mujer Embera. Para los ancestros,
cuando hoy bajo el discurso del progreso se habla de sostener la economía mundial
socavando las entrañas del territorio para extraer esos elementos, representa en el
pensamiento de los mayores incomodar, es como cuando se genera un
desplazamiento de nuestro propios hijos, generando dolor y este a su vez
resentimiento, odio, desembocando en enfermedad; cuando son sacados no se sienten
a gusto en este espacio que no es el mundo que les corresponde a ellos, por ello lo que
hoy se ve como calentamiento global, la problemática climática, los conflictos sociales,
las guerras, la pobreza, la enfermedad es producto de esa extracción que hemos
sacado de la tierra, por ejemplo la energía que existe en los aparatos, celulares,
computadores, le pertenece al mundo de abajo y al encontrarse con la energía de
arriba genera un caos, un corto circuito al que sobrevivirá solo aquel que esté
preparado para eso.

En el mundo de abajo también existen otros seres que se comunican con el mundo del
medio a través de los remolinos de los ríos, estos llevan oxígeno y alimento a esos
seres, que a su vez están siendo contaminados cuando se arroja basura, las aguas
negras, la sangre de aborto y los químicos, afectándolos gravemente ya que también
son gentes, tienen ojos y empiezan a nacer ciegos y ya no pueden hacer su tarea de
mantener el equilibrio, empezando la tierra a tambalear, por eso al embera se le
entregó su casa y nunca se le indicó que empezaran a cavar para subsistir, dado que
su mundo tenía toda para la vida y no necesita nada de abajo ni de arriba, si es para
generar combustible hay otras formas como la solar, la que da el viento, la que da el
agua, pero sin represar dado que los mayores dicen que los ríos son como las
serpientes, nacen en las montañas, atraviesan el territorio hasta llegar al mar y por
donde ella pasa, el agua refresca esas tierras para que haya vida en las plantas, en los
animales y en la gente, por ello cuando se corta por represa genera muerte y
enfermedad como el conflicto social y cuando muere la tierra es porque se vuelve
estéril, ya no produce, finalmente se presenta la des-humanización del ser humano,
girando únicamente entorno a una actividad económica mediante la extracción y
solamente se encierra en ese mundo, se vuelve un ser que ya no siente esa relación
con el territorio, con la vida, deja de ser persona, sus valores ya no están ahí.

El mundo de Karagabi enseña la vital relación que hay entre los tres mundos,
(territorio) y el Embera, indicando que la estructura del ser humano y del territorio es
una espiral, por ello, el ser humano tiene coronilla en forma de espiral que permite
comunicación con el mundo de arriba, con los seres espirituales, es el pensamiento y a
través de las plantas de los pies, del coxis y las palmas de la manos en otra espiral se
comunican con el mundo de abajo, y el centro del cuerpo donde está el corazón y el
ombligo es la relación vital con el mundo del medio, con la función de generar el
balance entre ambos mundos energéticos o espirituales; en el territorio también existen
esos tres espacios representados en las montañas, cuyo pico tiene la relación con el
mundo de arriba, los valles o mesetas son los que mantiene la armonía con todos los
seres de este espacio, mundo del medio, y lo que hay en las lagunas, en las cuevas es
lo que nos relaciona con el mundo de abajo.

Un cerro es un abuelo, es una casa de los ancestros, de los grandes espiritus y así se
construyeron las primeras casas el embera, cuya estructura constaba de un techo en
forma de pico de cerro, un espacio medio sin divisiones que era donde el indígena
dormía, enseñaba, curaba, practicaba su cultura, tejía y tenía a su familia y un espacio
inferior compuesto por cuatro pilares, palos o cimientos que soportan toda la estructura,
los cuales representaban los cuatro elementales, tierra, aire, fuego y agua; esta
construcción dentro de la cosmovisión del pueblo Embera representa los tres mundos,
representa su territorio y por ser hijos de los espíritus el cuerpo del Embera también
lleva consigo esta estructura recordando así que el indígena Chamí es uno con el
territorio, que es representación de su territorio y que su composición y existencia tiene
un vínculo directo, inseparable y vital con sus mundos.

Para el Embera el mundo de arriba de Karagabi ha sido perturbado, por ello exigen sus
derechos como guardianes de sus mundos, dicen los ancestros que este espacio es de
los espíritus, de las aves y cuando en los cerros entierran antenas de energía o de
comunicaciones para traer el progreso (visión occidental) esto es molestar la casa de
los abuelos, es como si al Embera le taladraran la cabeza, eso es lo que le hacen al
territorio, generando enfermedad espiritual, entonces con esas antenas y satélites que
el hombre pone en el espacio generan un corto circuito porque empieza a bloquear el
movimiento armonioso de la energía, del espacio espiritual y por ende el Embera ya no
reciben esas vibraciones del mundo espiritual, sino que ya es lo que el ser humano
manipula, inventa, alejando al indígena del espíritu, ya no se hace el ejercicio de mirar
los tiempos de la luna, de mirar las constelaciones, de las estrellas por que el Embera
está mirando otra energía, el televisor, escuchando la radio y el celular, todo porque los
estados y la economía creersen dueños del espacio, pero ello no crearon el espacio,
solamente lo están invadiendo y después le hacen pensar al Embera que tiene que
pagar por utilizarlo.
El pensamiento occidental lo que hace es destruir y cuando la madre tierra empiece a
tambalear porque han acabado con el soporte, con los cimientos, con el mundo de
abajo, entenderán que con los millones de dólares que han adquirido no podrán
solucionar el mal que han ocasionado a su casa, a su vida, a su existencia; dicen los
ancestros que todavía se sostiene por la existencia, lucha y resistencia del embera que
encarna esa tarea de cuidar el territorio y de los no indígenas que han dimensionado la
necesidad de proteger la madre tierra, de lo contrario ya hubieran acabado con todo.

Dentro de esta concepción de territorio para el pueblo Embera es necesario que se


tenga en cuenta el espiral como forma de vida circular que va creciendo, por ello el
indígena se relaciona con todo lo que existe, el espiral está en cada mundo y en el ser
humano, sale de él y va uniendo todos los componentes de su territorio, por ello la
relación que existe con los animales, las plantas, los cerros, los ríos, lagunas y para
esta comunidad una muy importante que se refiere a estar cerca al séptimo pilar del
mundo, llamado Nevado del Ruiz, es un abuelo de la creación del planeta; así la
comunidad considera que no es azar de la vida estar ubicados en este territorio, es una
disposición espiritual poder tener el espacio que habitan.

Finalmente el mayor Mauricio trasmite el mensaje de los padres, de los espíritus sobre
la ley origen afirmando que está escrita en la madre tierra, que se refiere a los
mandatos que desde la creación se le dio al Embera de proteger, que es la función que
se le ha dado a cada mundo, que está en cada ser vivo al otorgándole un fin para su
existencia y cada uno entrega sus códigos, su función, su uso, su muerte; es ley
porque es un mandato de los ancestros, de los padres dándole a cada cosa un uso y
un fin, sin que le sea posible al Embera modificar esas leyes, situación que se
materializa en los usos y costumbres de cada pueblo, está escrita en cada indígena
siempre que conserve su identidad y la trasformación o abuso de esta ley trae
consecuencias para el pueblo. Por su parte el derecho mayor es el derecho a la vida
indígena, es el derecho al territorio, son los derechos que han dado los ancestros al
indígena y actualmente están representados en los mayores de la comunidad, en los
médicos, en los abuelos, quienes trasmiten esa sabiduría a través de los
conversatorios y encuentros comunitarios para que las nuevas generaciones conozcan
la ley de origen, la identidad, los usos y costumbres, la relación con el territorio, la vida,
la creación y la obligación de cada uno de luchar y resistir para que esa sabiduría
ancestral y derecho mayor por ser hijos de los espíritus, ser hijos del árbol de agua no
se pierda jamás.

El derecho propio se dice que es la lucha de los pueblos indígenas por materializar en
la actualidad a través de las normas inventados por los Estados, la ley de origen y el
derecho mayor, las cuales se pueden consultar en las normas nacionales e
internacionales que se han acercado a reconocer y proteger este pensamiento y forma
de vida, y al interior del resguardo, corresponde a aquellas normas creadas por la
comunidad para regular el uso del mundo que se le ha concedido al indígena y orientar
los principios y mandatos para evitar que el Embera rompa la ley de origen y pretenda
causar daño a los mundo prohibidos por el ser humano.

Esta es la cosmovisión y cosmogonía de este pueblo indígena, descendientes de


Sonsones (de Sonson Antioquia) y que por efecto de la colonia ocuparon estos
territorios de Turzagas, de la familia Chami21; su visión de territorio queda plasmada de
acuerdo a los ancestros con el propósito de que sea conocida, respetada por el
pensamiento occidental y refleje la distancia que existen entre diferentes culturas sobre
el territorio, para la comunidad, vital para su existencia, para otro pensamiento,
instrumento o medio para el desarrollo económico, encontrando como problemática que
esta última visión se cimenta sobre bases hegemónicas y únicas, pretendiendo ser la
visión correcta de interpretar el mundo, desconociendo la alteridad, la diferencia, la
historia y la existencia de pueblos indígenas donde su territorio son ellos mismos y
cada afectación a esa realidad, está poniendo en peligro al pueblo Embera de San
Lorenzo.

6. PROBLEMATICA TERRITORIAL DEL RESGUARDO INDÍGENA DE SAN


LORENZO, CONTEXTO Y RETOS.

21
Tapasco, Jose Silvio, reseña histórica de mi pueblo, resguardo indígena de San Lorenzo, Riosucio Caldas, 2000. Pp
25.
El hecho de haber plasmado lo que significa el territorio para esta comunidad, permite
evidenciar cual es la problemática de este resguardo, teniendo como referencia esa
relación intrínseca e indisoluble del indígena con su entorno; específicamente se
abordará lo que se puede considerar el problema mayor para este resguardo indígena
que consiste en la existencia de propiedad privada dentro del territorio y la omisión del
Estado de Sanear y entregar lo que la comunidad considera ancestral; finalmente se
expondrá las amenazas actuales que se mantienen sobre los derechos del territorio y al
territorio.

6.1. Aspectos históricos:

De acuerdo al mayor Silvio Tapaco, el territorio que hoy es considerado resguardo


indígena de San Lorenzo, fue tierra de Turzagas de origen Chamí, antes y después de
la conquista; provenientes de Arma, del pueblo de Sonson, por ello llamados
Sansones, aproximadamente se dice que llegaron a estos territorios de Supia y
Riosucio en el año de 1598. En 1627 llegó el oidor Lesmes de Espinoza y Sarabia, que
venía de la corona española a resolver el problema territorial de los Turzagas, Cumbas,
Pirzas y Sonsones, quienes ya habían pasado por un proceso a aculturación a través
de los sacerdotes o religiosos y del sometimiento para que adoptaran una lengua
nueva y abandonaran las prácticas religiosas consideradas de brujería; así el 22 de
Marzo de 1627, Lesmes, hace entrega de las tierras del resguardo San Lorenzo a 5
familias, Tapascos, Gañan, Lengua, Blandón y Andica, considerado el primer título
entregado en el distrito de Supia a los pobladores de este territorio de San Lorenzo 22.

Esta comunidad perdió sus títulos o documento que acreditaba la entrega que hizó
Lesmes de Espinoza en 1627, por ello los líderes de este cabildo con la ayuda de Luis
Javier Caicedo23 realizaron la búsqueda de esos archivos, encontrando la escritura
093 del 12 de agosto de 1889, donde se reconocen las delimitaciones del territorio que
Lesmes de Espinoza realizara en 1627, también se encontró el documento
reconstructivo del título original de 1836, el cual fue elevado a escritura pública No 506

22
Tapasco, José Silvio, Reseña histórica de mi pueblo, Resguardo Indígena de San Lorenzo, Riosucio Caldas, 2010.
Pp 23.
23
Caicedo, Luis Javier, Abogado, asesor de este resguardo para la recopilación de los títulos del territorio.
de 1920 y por ultimo evidencian el hallazgo de la escritura 600 de 1990 que se refiere
al título original de 1627,24 documentos que tienen su importancia para la comunidad
dado que reconoce la existencia de su pueblo como indígena y determina el territorio
que les fue entregado; títulos que la comunidad exige sean reconocidos por el Estado,
dado que como se expondrá, fueron desconocidos en 1943, al declarar inexistente esta
comunidad y por ende su territorio, fuente de la problemática mayor del resguardo.

6.2. Afectación territorial.

Con la promulgación de la ley 89 de 1890, cuyo propósito era que en el término de 50


años ya no existieran indígenas en el Estado Colombiano, bajo la premisa de ser
considerados sociedades incipientes y que en nada contribuían al desarrollo de país se
abrió el espacio para que el gobierno en posteriores años expidiera normas con el
objetivo de disolver resguardos indígenas, asunto que se logró con la expedición de la
ley 19 de 1927, la cual ordena disolver todos los resguardos indígenas del país 25, ley
que permitió que en el año de 1939 siendo “Jorge Gartner de la Cuesta, oriundo de
Riosucio Caldas, Ministro de la Economía Nacional” 26se expidiera el decreto 2454, por
el cual se ordenó disolver el resguardo indígena de San Lorenzo y repartirlo en lotes
entre sus habitantes, “bajo recomendaciones del abogado de la división de resguardos
quien opina que esa labor debe empezar por el departamento de Caldas y
especialmente por el Resguardo de San Lorenzo, ubicado en el municipio de
Riosucio.”27 De igual forma cita Luis Javier en su trabajo que San Lorenzo fue escogido
como piloto para ser disuelto ya que “el antropólogo Luis Duque Gomez al visitar esta
parcialidad en 1940, observó que el resguardo estaba íntegramente en posesión de los
indígenas, habiendo logrado el cabildo impedir eficazmente el ingreso de mestizos y
blancos, al tiempo que ejercía una autoridad incontestable entre los comuneros”28

24
Tapasco, José Silvio, Reseña histórica de mi pueblo, Resguardo Indígena de San Lorenzo, Riosucio Caldas, 2010.
25
Luis Javier Caicedo, Los Títulos de San Lorenzo, Recopilación y estudio de los títulos de propiedad del resguardo
indígena de San Lorenzo, Riosucio y Supia Caldas, con miras al saneamiento integral del territorio, Cabildo indígena
de San Lorenzo, Riosucio Caldas 2011.
26
Ibídem, pp 22.
27
Ibidem. Pp 22.
28
Ibidem. Pp 23.
De acuerdo al mayor Silvio Tapasco, antes de la declaratoria de inexistencia de
indígenas en el territorio, los políticos realizaron todo tipo de actividades donde
buscaban convencer a la comunidad que lo mejor para el progreso era que el
resguardo se dividiera, que no hubiera más propiedad colectiva, dado que traía atraso y
por lo tanto era necesario que cada uno tuviera su propiedad individual, así logran que
por “medio del decreto No 61 de Enero de 1940 se ordenara la resolución N 1 del 20
de Mayo de 1943, que define la partición del territorio, trabajado entre los comuneros
elevados a la vida civil a partir de la fecha, procediendo a hacer los estudios pertinentes
para entregarle a cada familia su parcela con su respectivo documento de propiedad 29”
individual.

6.3. Situación actual del derecho territorial.

Los acontecimientos históricos trajeron graves consecuencias para este resguardo


dado que al desconocer su existencia fueron cambiadas las autoridades tradicionales
por la de los politiqueros y posicionaron las juntas de acción comunal, utilizadas para
debilitar los procesos organizativos30 y posicionar en la comunidad la idea o
pensamiento de propiedad particular, individual o privada; problema que fue abordado
por los lideres indígena en busca de rescatar lo propio y restablecer el orden o
equilibro, retomando los procesos después de 40 años de sometimiento a las normas
civiles en el año de 1985 en cabeza del mayor Silvio Tapasco, siendo el primero
Gobernador, logrando sumar jóvenes que quisieran reivindicar sus derechos y con ellos
exigir al gobierno que los reconociera nuevamente como resguardo, situación que se
dio con la Resolución 010 del 29 de Julio de 2000.

Esta resolución fue un logro para la comunidad, sin embargo, el Estado no reconoció la
totalidad del territorio que había delimitado Lesmes de Espinosa en el año de 1627 y
que posteriormente fuera protocolizada por las escrituras públicas referenciadas,
además, lo que hicieron con la resolución fue englobar varios predios del territorio pero
de forma discontinua, o sea un resguardo constituido por globos a los que tampoco se

29
Tapasco, José Silvio, Reseña histórica de mi pueblo, Resguardo Indígena de San Lorenzo, Riosucio Caldas, 2010.
Pp 44.
30
Sentencia de la Corte Constitucional -------------------------
les canceló la matricula inmobiliaria individual y por lo tanto no existe un certificado de
tradición único del resguardo, existen varios predios con la descripción de haber sido
titulados al resguardo; anterior a esta resolución del INCORA, la comunidad venia
protegiendo sus derechos territoriales por medio del decreto 1130 del 05 de Mayo de
1960 emitido por el Ministerio de Agricultura, que establece que el territorio ancestral de
San Lorenzo quedaba considerado como reserva indígena por ser terreno baldío
susceptible de ser parcelado entre los miembros del resguardo.

Actualmente, el territorio ancestral de San Lorenzo está constituido jurídicamente, en


una parte por la resolución del INCORA del 2000 y otra por la reserva indígena
consagrada en el decreto de 1960, lo que quiere decir que no hay un reconocimiento
total y jurídico sobre el territorio o propiedad colectiva del resguardo de San Lorenzo,
declarado inexistente en 1943.

Adicionalmente, con la declaración de inexistente se dio paso jurídico a la propiedad


privada, encontrando dentro del territorio un gran número de Escrituras públicas que
datan de 1943 en adelante, de las cuales no se conoce si tiene debidamente su
propietario inscrito, también se hallan personas que no son indígenas, que si tienen su
título privado con propietario inscrito y no comparten la visión de territorio de la
comunidad; para mitigar este asunto los gobernadores hicieron el trabajo comunitario
de concientizar sobre sus raíces y lograron que aquellos comuneros indígenas que
tenían escritura pública la entregaran al cabildo para proceder al saneamiento ante el
INCODER, teniendo como resultado más de 300 escrituras públicas entregadas de
forma voluntaria y con la intensión de fortalecer la propiedad colectiva, sin embargo el
cabildo por falta de conocimiento o acompañamiento nunca hizo el tramite jurídico para
que el negocio quedara completo, reportando actualmente altos montos de deuda por
impuesto de predial y el cobro constante a los comuneros por este concepto.

Advierte el mayor Silvio que bajo la realidad de que la comunidad pretendía tener
propiedad colectiva se procedió a tramitar la escritura por la Notaria para que el predio
quedara a nombre del Resguardo indígena, encontrando que el funcionario asevero
que no era posible, “porque no era permitido en Colombia que la persona se quedara
sin ninguna propiedad que garantizara su subsistencia”, interpretación errada a pesar
de que los lideres le explicaron que no se trataba de que el resguardo se quedara con
la parcela, pues el comunero seguía siendo su “dueño” bajo la figura de propiedad
colectiva.

Sobre el proceso de saneamiento como forma de legalizar el resguardo indígena se


tiene que los gobernadores de este cabildo en el año 2014 radicaron una solicitud ante
el INCODER para que procedieran al análisis de la problemática territorial e iniciaran
las labores de saneamiento, encontrando como respuesta una visita para el mes de
diciembre de 2014, diligencia que nunca se hizo y que actualmente la comunidad sigue
esperando.

Bajo esta realidad los líderes indígenas han tenido un sinnúmero de dificultades entre
ellas que jurídicamente la propiedad privada limita el ejercicio de autonomía o de
gobierno propio, no permite el desarrollo del plan de vida, no permite la protección del
territorio dado que los foráneos aprovechan que el predio no esté sometido a las reglas
indígenas para la extracción de minerales, para la ejecución de proyectos o
monocultivos a gran escala, se fracciona la ley de origen, el derecho mayor, rompe el
espiral de vida de la comunidad, no fluye la energía de la madre tierra lo que
desemboca en conflictos intra comunitarios, violencia, perdida de la cultura,
enfermedad, pleitos jurídicos con el sistema jurídico ordinario, manipulación de los
politiqueros en aras de generar división, promover la propiedad privada y generar un
escenario de inseguridad jurídica territorial, ocasionando en muchos caso que los
líderes indígenas tengan que acudir a las vías de hechos para la defensa de su
territorio y asumir la posibilidad de que sean criminalizados, estigmatizados y juzgados
por el derecho ordinario al estar reclamando un derecho fundamental para su
comunidad.

6.4. Amenazas subyacentes por la falta de título territorial colectivo.

Aunado a todo lo anterior aparece el Estado con sus normas y sus instituciones a
generar más afectaciones a la comunidad, estableciendo sitios en la parte alta del
resguardo susceptibles de ser entregados en concesión a través de títulos mineros a
particulares; dice Nora Patricia, coordinadora del área de Territorio del resguardo que
actualmente hay cinco títulos mineros dentro de lo que corresponde al territorio
ancestral del resguardo indígena de San Lorenzo, aunque no los han empezado a
explotar, afirma la líder que se genera temor por el eventual inicio de actividades
mineras y que dicha zona es donde está la reserva natural más importante para la
comunidad, donde nace el agua que alimenta a la población, donde está la flora y
fauna, las montañas y por ende, donde está la vida y subsistencia de este resguardo
indígena.

Esta realidad que enfrenta el resguardo indígena de San Lorenzo reitera la difícil
confrontación con el Estado donde ha primado su visión de la tierra y el deseo de
políticos miembros de altos cargos de disolver los resguardos indígenas en Colombia,
empezando por este cabildo que era el fortín hasta la entrada del nuevo siglo de los
partidos políticos tradicionales, quienes abusaban de la humildad de esta población y
les inculcaban que la existencia de resguardos indígenas era un atraso para sus
familias; además se debe resaltar que durante 40 años, desde la declaratoria de
inexistencia de este resguardo lograron modificar las costumbres, su cosmovisión y
cosmogonía, le inculcaron a las nuevas generaciones que era vergonzoso ser indígena,
por ello hoy el problema de identidad, dado que los que hoy son adultos fueron
formados bajo la figura de campesinos y no de indígenas, situación que en materia de
territorio represento identificar su parcela como propia o privada y no como un bien
colectivo y lo más grave perder la concepción de territorio, esa relación con la madre
tierra que es retomada después del año 2000 con la ayuda de los mayores y médicos
tradicionales, quienes a través de las ceremonias y conversatorios, o sea la oralidad
fueron entregando la sabiduría a los jóvenes para que reviviera el amor por lo propio y
el apego al territorio.

La lucha de este resguardo es por la reconstrucción de su pasado, defensa y relación


con el territorio y de su identidad, que se las quito el Estado con sus políticas de
exclusión, el conflicto, con el señalamiento de que la comunidad pertenecía a la
guerrilla y el modelo occidental de educación, de cultura, de salud y de pensamiento
donde prima lo particular o individual y donde siguen considerando a los pueblos
ancestrales como atrasados y como un obstáculo para el desarrollo de los Estados.
A pesar de todo esto, dice el mayor Silvio, “nos arrebataron muchas cosas, nuestra
lengua, nuestra cultura, pero no nos pudieron quitar la sangre que nos está retornando
al origen”, con estas palabras se indica como el resguardo indígena de San Lorenzo ha
logrado su construcción como pueblo, siendo hoy un cabildo que se destaca en el país
por su muestra cultural, por sus prácticas tradicionales, el respeto por sus mayores, el
aporte a la medicina tradicionales con una escuela de médicos que ya cuenta con 22
médicos al servicio de la organización indígena y otros en proceso de formación, un
liderazgo amplio y participativo, escuela de líderes, procesos con la mujer, con los
jóvenes, con la guardia indígena, un proceso de aplicación de justicia basado en los
principio propios y que a pesar de sus falencias y falta de apoyo estatal está siendo
eficiente, propositivo y posicionado en sus procedimientos y formas de sanación, así
mismo en materia de territorio los médicos tradicionales han venido uniendo los
vínculos con los espíritus a través de los rituales, los pagamentos, las armonización y la
siembra de guardianes en las montañas y espacios sagrados del territorio, aspecto que
permite restablecer el equilibrio, el dialogo con los padres espirituales, con los abuelos
y que esos espíritus regresen a cuidar de su pueblo, a sus hijos y permitan que el
trabajo que hacen los líderes se armonice con esa sabiduría olvidada y la comunidad
vuelva a considerar que el territorio es su madre. Este trabajo de protección territorial
que hacen los médicos tradicionales ha sido tan importante para la comunidad que los
actores armados ya lo observaron como un obstáculo, razón por la cual en el mes de
Mayo de 2015 asesinaron a un mayor médico y su hijo aprendiz miembros de este
resguardo y familia del actual gobernador porque estaban haciendo un trabajo espiritual
por el territorio en jurisdicción de otro municipio.

La problemática territorial expuesta se debe mirar de forma integral, como un asunto


que afecta todas las prácticas del resguardo indígena y que es radicalmente diferente a
la visión occidental y del Estado, siendo el eje del conflicto entre ambas culturas, pero
con ventajas por parte del Estado quien utiliza las normas para afirmar que el subsuelo
le pertenece a la nación y por ende la comunidad no se puede oponer a su extracción o
lo que tiene que ver con el espectro electromagnético que está reglamentado su uso;
así la comunidad termina siendo señalada y juzgada sin más prejuicios que la
oposición al desarrollo y la economía del Estado y sus líderes como las barreras al
control territorial que buscan distintos actores.

El mayor Silvio termina su aporte a esta parte del documento afirmando que:

“Nuestra lucha a puesto muertes, sin embargo es lo mínimo, hay cosas más duras que
hemos tenido que enfrentar y solo espero que antes de mi muerte se cumpla el sueño
con el que iniciamos, de ver saneado y reconocido el territorio ancestral de San
Lorenzo”.

7. ASPECTOS NORMATIVOS SOBRE EL DERECHO AL TERRITORIO.

El análisis normativo que se pretende, radica en evidenciar aquellas normas que de su


literalidad e interpretación integral se desprende la posibilidad de garantizar el derecho
al territorio bajo la concepción que tiene la comunidad indígena, advirtiendo que el
sistema jurídico nacional y sus instituciones están regidas por el pensamiento
occidental donde la tierra cumple fines distintos a los comunitarios y por ello su
dificultad para que jurídicamente se pueda reclamar el derecho al territorio, teniendo
como evidencia las sentencias de la Corte Constitucional que si bien han permitido
visibilizar la problemática de los pueblos indígenas, no ha sido concreta a la hora de
proteger el territorio, bajo el entendido de que es posible un desarrollo sostenible, o
sea, bajo las lógicas de crecimiento económico que según el alto tribunal, no se le
puede negar al país.

La constitución política consagra en su artículo 7 un principio fundamental que permite


abordar la visión de la comunidad como un mandato a proteger, así se infiere de su
literalidad al establecer que “el Estado reconoce y protege la diversidad étnica de la
nación Colombiana”, interpretación que no se queda solo en ofrecer medios para
cultura de las comunidades, sino en reconocer que la población Colombiana está
conformada por distintos pueblos o comunidades, se trata de reconocer que existe el
otro, que existe la diferencia de pensamiento y de vida, que hay indígenas que tienen
su propia concepción y por lo tanto ese reconocimiento no puede ser retorica para el
ordenamiento jurídico y sus decisiones, tiene que convertirse en acciones afirmativas
de ese derecho como lo establece el segundo elemento del articulo cuando dice que se
deberá proteger esa diversidad étnica, garantía que para los pueblos indígenas solo se
logra si el Estado reconoce que la concepción de territorio es fundamental para la
pervivencia de cada pueblo indígena y por ende cierra toda posibilidad para que dentro
de dichos territorios se realicen proyectos extractivista o que cambien el pensamiento
de la población.

Este artículo constitucional es el principal recurso para los pueblos indígenas en


defensa de su territorio, necesitando al interior de los resguardos que haya mayor
apropiación, que la comunidad dimensione la garantía que tiene a su favor y que lo
lleven jurídicamente a las distintas instituciones, además que las Universidades
propongan espacios donde quede claro que significa reconocer al otro como diferente y
de qué forma se entra a proteger esa diferencia, partiendo de una humilde
interpretación que le dé sentido a la existencia de los pueblos indígenas; se requiere
que la Corte Constitucional, institución con mayor peso interpretativo, considere que la
diversidad étnica en materia de territorio, no se garantiza con la Consulta previa, es
necesario que se dé un paso mayor, donde al territorio indígena se le garanticen sus
derechos y se prohíba su intervención, solo así se podrá considerar que el Estado y
sus instituciones están reconociendo y protegiendo la diversidad étnica en Colombia.

Dejando como precedente estos mandatos constitucionales se pasa a referir otras


normas del mis texto y de leyes que dan precisión sobre lo que el Estado comprende
por territorio y por tierras.

Para el Estado, su comprensión de territorio está definida en la Constitución Política,


capitulo 4 “del territorio” artículos 101 y 102, donde queda establecido como un
concepto político y de soberanía que se refiere en si a Colombia, a sus límites y a su
composición, entre otros, por el Subsuelo, el espacio aéreo y el espectro
electromagnético; el artículo 102 dice, “El territorio, con los bienes públicos que de él
forman parte, pertenecen a la nación”, asunto que se confirma en él artículo 332 al
establecer que “El Estado es propietario del subsuelo y de los recursos naturales no
renovables, sin perjuicio de los derechos adquiridos…”. Estas disposiciones normativas
explican la utilización del término tierras en otros artículos de la constitución y en las
leyes posteriores, así se consagra en el artículo 63 al determinar que las “tierras” de
resguardos indígenas son imprescriptibles, inembargables e inalienables, en el artículo
65, dice que se tendrá prioridad en cuanto a alimentos, a la adecuación de “tierras”, el
artículo 150 dispone como funciones del congreso, entre ellas, numeral 18, “dictar las
normas sobre apropiación o adjudicación y recuperación de “tierras” baldías”,
finalmente en el artículo 331 se dice que la corporación autónoma regional del rio
grande del magdalena tendrá dentro de sus funciones …”la adecuación y la
conservación de tierras”; con estas precisiones normativas se concreta la distinción
entre territorio y tierra para el Estado, el primero como un concepto político de
soberanía y el segundo sobre el cual se materializan las normas, las políticas y las
acciones institucionales.

Bajo esta línea interpretativa se hayan normas que mantienen la postura de la


constitución, así quedó establecido en la ley 160 de 1994 y en el decreto 2164 de 1995
que disponen lo pertinente para la titulación de tierras y no de territorios, en iguales
condiciones en la ley 388 de 1997 con sus reformas, donde se refieren al ordenamiento
del suelo o del “territorio”, actualmente se encuentra la misma expresión de “tierra” en
la ley 1753, plan nacional de desarrollo con la misma función que se dio
constitucionalmente en 1991, de estar a disposición de las necesidades del Estado y de
la población.

En la constitución, articulo 246, 286, siguientes y 330, y en las normas, ley 388,
aparece mencionado el término “territorio” pero no en función de reconocer el sentido
que tiene el concepto para los pueblos indígenas, sino en referencia a la constitución
de entidades territoriales indígenas, o sea a su división político administrativa y de
ordenamiento del territorio o del suelo bajo la concepción del Estado, por ello estas
disposiciones están ubicadas en la Constitución en el titulo XI “de la organización
territorial”; allí el artículo 286 dice “son entidades territoriales los departamentos, los
distritos y los territorios indígenas”, de igual forma el 246 dice que los pueblos
indígenas podrán aplicar justicia “dentro de su ámbito territorial”, lo que indica que son
disposiciones que se refieren a los limites, a la división de competencias y políticas,
pero no a la concepción de territorio para la comunidad donde es el indígena quien
puede disponer de acuerdo a la ley de origen y el derecho mayor, de su entorno, de
sus mundos y de su vida cultural, situación que también se evidencia en la resolución
010 del 2000 del INCORA por la cual se da el carácter de legal al resguardo indígena
de San Lorenzo determinando en el artículo 7 que “los terrenos que por esta resolución
se conviertan en resguardos indígenas , no incluyen las aguas que por él corren, que
según el código civil son de uso público, las cuales continúan teniendo el mimo
carácter, de conformidad con las normas legales vigentes” y agrega “el resguardo
indígena que se constituye, queda sujeto a todas las disposiciones legales sobre
protección y manejo de recursos naturales renovables” o sea bajo los mandatos legales
que están establecidos sobre dichos recursos, que para la comunidad son sagrados.

Esta exposición de normas constitucionales permite dar claridad sobre la función que
le otorga el Estado al término territorio y tierra, concluyendo que el primero lo utiliza en
términos políticos para referirse a entidades territoriales, a Colombia con sus límites y
composición y no a la concepción de la comunidad indígena y el segundo al espacio
que es susceptible de repartir, entregar u ordenar; de allí la dificultad jurídica para la
defensa del territorio, quedando el articulo 7 como aquella disposición con más
amplitud interpretativa y el escenario de la Corte Constitucional que si puede armonizar
las normas con los principios constitucionales y las realidades de los pueblos
indígenas.

A nivel internacional se encuentran tratados, convenios o declaraciones que se han


referido al derecho territorial de los pueblos indígenas y a la vez han sido el
fundamento para la consulta previa, para la interpretación de los principios y para
posicionar conceptos importantes que terminan siendo decisivos en las acciones que
conoce la Corte Constitucional o en los conceptos que emiten las distintas instituciones
del Estado, siendo pertinente hacer referencia a ellos en lo que tiene que ver con el
derecho al territorio, dado que con más precisión se acercan a la visión del pueblo
indígena y no se tiene la dificulta analizada con las disposiciones constitucionales, ya
que el término “territorio” es utilizado con un enfoque socio jurídico y antropológico y no
político o de división administrativa.

Dentro de estas normas reconocidas por el Estado Colombiano se tiene el convenio


169 de la OIT, llevado a la ley 21 de 1991, cuyo articulado es el que más cita la Corte
Constitucional y las instituciones estatales para fundamentar sus actos administrativos
y la creación de leyes; este convenio tiene su importancia dado estable conceptos e
instauro la consulta previa en Colombia para cuando se iba a intervenir en los territorios
indígenas a través de proyectos, leyes o actos administrativos, logrando frenar
temporalmente algunos proyectos de alto impacto cultural y natural, pero sin cerrar las
puertas a estos procesos de la economía global.

Los normas de este convenio relacionadas con el territorio se encuentran en los


artículos séptimo (7) que dispone que los pueblos indígenas tienen el derecho de
decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo y a las tierras;
ya en la parte II establece conceptos y derechos precisos del articulo 13 al 19,
determinando que el Estado deberá respetar la importancia espiritual que para cada
pueblo reviste su relación con el territorio, y determina que el territorio para el indígena
representa aquel espacio que ancestralmente ha ocupado o que ha sido el lugar donde
desarrolla su cultura y tradiciones, en lo relacionado con los minerales dice en el
artículo 15 que a los pueblos indígenas se les protegerá el interés especial que reza
sobre los recursos naturales, teniendo el derecho a utilizarlos, administrarlos y cuidar
de ellos, y en lo que tiene que ver con los recursos del subsuelo afirma que “en caso de
que pertenezca al Estado la propiedad de los minerales o de los recursos del subsuelo,
o tenga derechos sobre otros recursos existentes en las tierras, los gobiernos deberán
establecer o mantener procedimientos con miras a consultar a los pueblos interesados,
a fin de determinar si los intereses de esos pueblos serían perjudicados, y en qué
medida, antes de emprender o autorizar cualquier programa de prospección o
explotación de los recursos existentes en sus tierras” (subrayado fuera de texto), estas
normas permiten un avance para la protección del territorio, quedando un asunto a
disposición de los Estados que tiene que ver con los recursos del subsuelo, minerales
que son una amenaza latente para cada pueblo y que el convenio permite su
extracción siempre que se consulte con la comunidad, procedimiento que ni la Corte
Constitucional ha determinado con claridad, ya que frente a una negativa del resguardo
para la extracción se entiende que la empresa y el Estado ya hizo la consulta
procediendo la intervención bajo el argumento de que dichos minerales le pertenecen a
la nación y el pueblo indígena no se puede oponer, terminando el proceso en vías de
hecho por la defensa de su territorio.

Otro instrumento internacional importante es la declaración de la Naciones Unidas


sobre los derechos de los pueblos indígenas, específicamente lo estipulado en los
artículos 25 y 26 que resalta el derecho que les asiste a las comunidades de proteger
su relación espiritual con el territorio y las garantías para la conservación del territorio
que ancestralmente han ocupado; esta declaración analizada integral permite avanzar
jurídicamente en las garantías para la existencia de los pueblos indígenas.

A nivel nacional se han expedido normas de carácter procedimental con el objetivo de


determinar la forma de constituir, ampliar, sanear o reestructurar resguardos indígenas
cuya efectividad ha dependido de la voluntad política y de la disposición presupuestal;
sus fundamentos están enmarcados en las normas constitucionales, aspecto que indica
una línea de contenido para la legalización de tierras de resguardos indígenas.

La ley 160 de 1994, de reforma agraria y desarrollo rural es la que establece en el


capítulo XIV, articulo 85 y siguientes lo atinente a los resguardos indígenas, su
necesidad de tierras y requisitos para su consolidación; en el año 1995 se expide el
decreto 2164, por medio del cual se reglamenta el Capítulo XIV de la Ley 160 de 1994
en lo relacionado con la dotación y titulación de tierras a las comunidades indígenas
para la constitución, reestructuración, ampliación y saneamiento de los Resguardos
Indígenas en el territorio nacional, normas que están vigentes, pero que como se
advirtió carecen de efectividad, por ello la solicitud que hizo el resguardo indígena de
San Lorenzo para el saneamiento solo tuvo como respuesta una posible visita para
finales del año 2014, que iniciaría el trámite, pero que a la fecha no se ha concretado,
procediendo el estudio concreto del caso para determinar acciones jurídicas frente a la
falta de respuesta y operatividad del INCODER.
El procedimiento que establece el decreto para constituir, reestructurar, ampliar y
sanear resguardos indígenas está consagrado en el capítulo III, artículo 7 y siguientes,
donde dice que el trámite inicia con la solicitud de la comunidad que posteriormente
será visitada de acuerdo a la programación anual y apropiación presupuestal,
seguidamente se realizará un estudio y entrega de plano del territorio, remitiéndolo al
ministerio del interior para su concepto y finalmente emitir la resolución que define la
solicitud elevada por las autoridades indígenas; este trámite no tiene tiempo perentorio
o una obligación clara del INCODER para resolver las solicitudes elevadas,
estableciendo como requisito claro la disponibilidad presupuestal del Estado,
argumento que según los líderes de este resguardo ha sido la excusa de la entidad
durante todos estos años.

Finalmente en materia de producción normativa de carácter nacional aparece un


decreto en el mes de diciembre de 2014, el cual proporciona por primera vez un
enfoque normativo que parece reconocer los derechos del territorio bajo la visión de los
pueblos indígenas, asunto que representa un avance significativo sobre la linea que
estableció la Constitución Política; esta norma es el resultado de la lucha y resistencia
de los pueblos manifestada a través de la minga nacional que se adelantó en el año
2013 saliendo a las vías nacionales para reclamarle al Estado el respeto a la
autonomía y protección de los territorios indígenas, resultando de ello, el decreto para
la autonomía de los pueblos, número 1953 y el que referimos, 2333 de diciembre de
2014.

Este último decreto se denomina “Por el cual se establecen los mecanismos para la
efectiva protección y seguridad jurídica de las tierras y territorios ocupados o poseídos
ancestralmente y/o tradicionalmente por los pueblos indígenas acorde con lo dispuesto
en los artículos 13 y 14 del Convenio número 169 de la OIT, y se adicionan los
artículos 13, 16 y 19 del Decreto número 2664 de 1994”; el enfoque diferencial y
posible garantía del respeto de la visión indígena de su territorio se encuentra en sus
principios que consagran celeridad en los procesos de protección de la posesión de las
tierras y territorios ancestrales y o tradicionales, reconocimiento, respeto y protección
por parte del Estado sobre la relación especial de los pueblos indígenas con su
territorio, respeto a la ley de origen, ley natural, derecho mayor o derecho propio de los
pueblos indígenas y protección de la identidad territorial o ancestral; estos elementos
vinculantes dentro de la norma dan dos pasos importantes a nivel nacional, uno es
proteger la relación vital entre el indígena y su territorio y el segundo es respetar los
principales principios de un pueblo indígena como lo son la ley de origen y el derecho
mayor, o sea reconocer y ofrecer garantías para la cosmovisión del indígena, aspectos
que dan instrumentos para la defensa jurídica o como lo dice la norma, para la
protección jurídica de las tierras y territorios

La protección y seguridad jurídica se puede materializar en dos vías, una es que se


garantice la titulación colectiva de los territorios habitados por los pueblos indígenas y
la segunda radica en la posibilidad de blindar los territorios para que no sean adquiridos
por terceros y para cerrar el paso a los proyectos extractivistas bajo el fundamento de
desproteger y no garantizar la concepción de la comunidad de su territorio sin la
necesidad de acudir a la consulta previa o cualquier otro mecanismo jurídico.

El trámite es similar al establecido en el decreto 2164 de 1995 pero con diferentes


principios y medidas, entre ellas la posibilidad de revocar de forma directa las
resoluciones que hayan sido entregadas por la adjudicación de baldios y notificación a
las notarías y oficinas de instrumentos públicos para la correspondiente anotación en
los distintos folios de predios que se encuentre dentro del territorio solicitado para
protección y evitar así su negociación en detrimento de la comunidad.

Este decreto en el marco del problema territorial que enfrente el resguardo indígena de
San Lorenzo, permite avanzar transitoriamente en medidas de seguridad jurídica del
territorio mientras se le da tramite al proceso de saneamiento ya solicitado.

Las normas referidas dan luces frente a cómo abordar el derecho del territorio y al
territorio de los pueblos indígenas, siendo necesario que se activen las vías jurídicas y
la fortaleza comunitaria en aras de generar un real impacto en el sistema jurídico
nacional y al no encontrar respuesta, acudir a los mecanismos internacionales que den
cabida al pensamiento de los pueblos indígenas.
Como apuntes finales sobre los aspectos normativos se resalta que las normas
internacionales y la jurisprudencia de la Corte Constitucional se debe articular a los
mandatos constitucionales y a las leyes nacionales para poder generar la defensa
jurídica, de otra forma como se advirtió, la Constitución maneja un enfoque político del
territorio y entra a definir el espacio que ocupa los pueblos indígenas como tierras,
situación que desconoce de gran forma la diversidad étnica y la concepción del pueblo
indígena y por ello el termino territorio se lo reserva el Estado para cuando está
hablando de soberanía, de los recursos que le pertenecen a la nación o los de uso
público.

Las normas internacionales han venido aliviando las luchas de los pueblos indígenas
con sus disposiciones que al ser ratificadas por Colombia terminan siendo vinculantes
para el ordenamiento jurídico, siendo necesario que se ahonde en ellas, dado que allí
hay parámetros interpretativos de la visión indígena y han comprendido mejor lo que
representa el territorio para el pueblo indígena.

Finalmente se resalta las virtudes del decreto 2333 de 2014 que se ha alejado de la
línea constitucional en cuanto a lo político y se ha acercado al principio del artículo 7, al
reconocer y proteger la diversidad étnica, emitiendo una norma de seguridad jurídica de
las tierras y territorios indígenas con una visión que por primera vez tiene en cuenta la
concepción del pueblo indígena o por lo menos propone como parámetros
interpretativos la ley de origen y el derecho mayor, elementos que dan amplitud a
cualquier argumento jurídico y dan vida legal a la sabiduría de los mayores de los
pueblos indígenas.

8. CONCLUSIONES.

El recorrido que se ha expuesto permite abordar asuntos generales que dejan abierta la
discusión de si el Estado Colombiano realmente es garante del reconocimiento de la
diversidad étnica o como se evidencio, sus leyes y políticas están transversalizadas por
la economía mundial y el discurso de desarrollo que desconoce la concepción de
territorio de los pueblos indígenas.
De gran modo el Estado desde su conformación ha tenido una visión tecnocrática del
mundo y con ella ha querido exterminar cualquier otra forma de pensamiento que sea
opuesta al capital y al dominio territorial, asunto que soportan los pueblos indígenas al
querer ejercer su autonomía que representa poder auto determinar su propio desarrollo
y forma de vida, considerado dañino para la Nación y un obstáculo para el crecimiento
económico; esta visión del territorio del pensamiento occidentalizado donde es
considerado un simple instrumento, medio u objeto de libre disposición es claramente
vulnerante de los derechos de los pueblos indígenas y cada día avanza como una
imposición para las comunidades, llevándolas a pensar que su sabiduría es
vergonzosa frente al discurso de desarrollo, promoviendo la pérdida de identidad y la
relación que se tienen con el territorio, en palabras de los mayores, llevando al indígena
a dejar de ser persona y a des-humanizar su existencia, convirtiéndolos en objetos de
un pensamiento que es ajeno a sus raíces, a sus espíritus y al mundo que se les fue
concedido.

Por su parte la Corte Constitucional ha dado elementos importantes para la defensa del
derecho al territorio, ha conceptualizado la concepción o importancia que reviste para
los pueblos indígenas, decisiones que la comunidad resalta en sus apreciaciones dado
que es el alto tribunal que más avanzado en la interpretación de los derechos
colectivos, sin embargo al dimensionar lo que representa el territorio para cada
comunidad se considera que es necesario que este tribunal de un paso soñado por el
indígena, consistente en reconocer que el territorio tiene derechos y que para la
comunidad es fundamental su protección, tomando decisiones que contemplen la
prohibición de ejecutar proyectos extractivistas y de explotación de recursos naturales
dentro de resguardos indígenas sin más trámites que el hecho de conocer la
concepción del pueblo afectado, motivación que se da desde que la comunidad activa
las acciones constitucionales y no como lo ha postulado la Corte, que solo se conoce
con posterioridad de una Consulta previa, cuando la oportunidad de defensa ha
perecido.

Bajo una crítica propia, la Consulta previa puede estar sometida a modificaciones por
intereses políticos y por lo tanto en el futuro no es garante de la defensa territorial,
además por que actualmente es un mecanismo transitorio de protección que ha puesto
al Estado a adelantar procesos con los distintos pueblos y ha paralizado la intervención
dentro de los territorios, colocando a la comunidad a negociar sus propios derechos sin
una debida preparación y sin la capacidad de concertación o negociación que si tienen
las instituciones y las empresas a través de unas personas que terminan convenciendo
al indígena bajo los argumentos del desarrollo de la comunidad y la conveniencia de su
intervención para solucionar las necesidades de la población.

Bajo este análisis una determinación jurídica y política que si garantiza los derechos de
los pueblos consiste en darle el estatus de derecho fundamental al territorio y proceder
como lo han hecho otros Estados al promulgar los derechos de la madre tierra,
entendiendo así que para el indígena, su territorio está vivo, es su madre y de él
depende la existencia de la humanidad; sería un alcance jurídico que tendría protección
inmediata y definitiva y no podría someterse a los procesos de consulta previa como si
actuara por conexidad.

Las normas analizadas dan algunos elementos conceptuales e interpretativos que


permiten ir generando acciones bajo dichos postulados, donde se resalta la unión entre
el indígena y su territorio y el carácter de fundamental, resaltando de estas, el decreto
2333 de 2014, el cual permite brindar protección y seguridad jurídica a los territorios
indígenas en lo que concierne a la titulación colectiva, pero no queda claro el porvenir
de los pueblos indígenas frente a los recursos naturales y minerales del subsuelo,
considerados con vigencia actual de propiedad de la nación y no de los pueblos
indígenas.

Por último se resalta la importancia jurídica del dialogo con los mayores del resguardo
indígena de San Lorenzo dado que su sabiduría y mensajes de los padres permitieron
comprender y plasmar su pensamiento en este artículo, con el objetivo de servir de
interpretación y sustento jurídico al momento de iniciar acciones jurídicas por parte del
pueblo indígena, considerando que ley no es únicamente la construcción de una
institución creada por los Estados para esos fines, sino que también lo es los mandatos
que desde sus orígenes ha establecido el territorio, como dicen los mayores, la ley está
escrita en la madre, asunto que no se comprende sino logramos desaprender todas
aquellas lógicas enseñadas desde el pensamiento occidental, donde solo existe lo que
se puede percibir, medir o cuantificar y el conocimiento proviene de los libros, de los
títulos, de los grandes señores y no de los mayores que para la comunidad no se trata
de que sean inteligentes, sino de su sabiduría que consiste en enseñar el buen vivir
con su territorio, saber que lo adquirieron de sus ancestros con la obligación de
protegerlo y entregarlo a las nuevas generaciones de este mundo.

La sabiduría fue entregada con el permiso de la madre tierra, de los grandes espíritus y
con la guía de la medicina propia, adquiriendo una gran responsabilidad que consiste
en darle un buen manejo y corresponder con esa posibilidad de acceder a un saber que
es anterior al hombre y del cual depende la existencia de un pueblo indígena.

9. BIBLIOGRAFIA.

Economía y territorio en américa latina y el caribe. Desigualdades y políticas, comisión


económica para américa latina y el caribe, CEPAL, SANTIAGO DE CHILE, marzo de
2009.

Otro referente.

Planes geoestratégicos, desplazamientos y migraciones forzadas en el área del


proyecto de desarrollo e integración de Mesoamérica, seminario permanente de
estudios chicanos y de fronteras SPECHF, DEAS-INAH (Mexíco), centro de estudios de
fronteras e integración CEFI, universidad de los andes, (Venezuela). Departamento de
trabajo social, facultad de ciencias sociales y humanas, universidad de Antioquia
(Colombia). 2011.

Antoine libert amico.

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