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TERRESTRE
1. El Tratado de Lima estableció en su artículo segundo: que “la frontera entre
los territorios del Perú y de Chile, partirá de un punto de la costa que se
denominará “Concordia”, distante diez kilómetros al Norte del puente del Río
Lluta, para seguir hacia el Oriente paralela a la vía de la sección chilena del
Ferrocarril de Arica a La Paz y distante diez kilómetros de ella...”
2. Se tiene conocimiento que desde la instalación de las torres de enfilación, en
1970, para materializar el paralelo geográfico que pasa por el Hito Número
UNO, Chile habría venido ejerciendo una serie de acciones orientadas a
modificar el límite terrestre, entre el Hito UNO y la línea de baja marea;
para lo cual, basándose en el Acta del 69, consideraría que se ha establecido
una nueva línea limítrofe, la cual pasa por el paralelo geográfico del Hito
UNO y sustituiría la línea establecida por la Comisión de Límites en 1930.
CONCLUSIONES
- La frontera terrestre, entre Perú y Chile, desde el punto “concordia” donde
llega al Mar, fue clara y definitivamente establecida por la Comisión Mixta de
Límites peruano-chilena, en 1930.
- El Acta suscrita por una Comisión Mixta en 69, encargada de verificar la
posición del Hito Uno y señalar el límite marítimo, no ha cambiado el límite de la
frontera terrestre entre los dos países.
- Chile está queriendo sorprender, en esta oportunidad, mediante una
interpretación sin fundamento jurídico, pretendiendo adjudicarse soberanía
sobre una pequeña área de territorio peruano de 3,7 hectáreas, amparándose en
el fallo de la Corte Internacional de Justicia el cual utilizó el paralelo
geográfico del Hito Uno, para proyectarlo hacia el mar hasta alcanzar la línea de
bajamar, a fin de determinar el inicio del límite marítimo entre ambos países, el
mismo que ha quedado desplazado hacia el Norte del incio de la frontera
terrestre en el Punto Concordia.
Lima, 28 agosto 2014
Calmte® Jorge Brousset Barrios
Plebiscito no realizado
En 1894 se cumplieron los diez años de ratificado el tratado de Ancón, por lo que
debía procederse al plebiscito contemplado. La renuencia de Chile a la realización
del plebiscito se había mantenido firme en los últimos años, y en 1886 ofreció pagar
20 millones de soles a condición de que no se realizara. En 1898, se firmó un
protocolo de arbitraje con el Perú, conocido como Billinghurst-Latorre. Se
realizaron diversas consultas a la Corona española que actuó como arbitro, entre
ellas la de quienes debían votar de realizarse el plebiscito. Chile pretendía que solo
votaran los residentes chilenos en ambas provincias peruanas. Chile no ratificó aquel
tratado. Los peruanos lucharon para que se reconocieran sus derechos, lo cual llevo
a Chile a ejecutar una política de hostigamiento contra estos.
Disposición al plebiscito
Al asumir la presidencia de Chile, Arturo Alessandri Palma, se mostró dispuesto a
reiniciar los contactos diplomáticos con el Perú; las primeras tratativas no tuvieron
éxito, hasta que fue aceptado el ofrecimiento de la mediación por parte de los
Estados Unidos. El Perú nombró a Melitón Porras y Chile a Carlos Aldunate para
encabezar las negociaciones. Ambos países firmaron en Washington el protocolo de
arbitraje el 20 de julio de 1922.
El laudo Coolidge
El 4 de marzo de 1925, el Perú conoció el fallo Cooldge. Este no solo declaraba el
plebiscito, sino que ordenaba que podían votar residentes peruanos y chilenos que
tuviesen no menos de dos años de residencia en la zona, todo ello contado a apartir
del 20 de julio de 1922, fecha del protocolo Porras-Aldunate. También lo podían
hacer los nacidos en Tacna y Arica, que era los que tenían el derecho a decidir la
suerte de aquellos territorios.
El presidente de los Estados Unidos estableció que le plebiscito se llevara a cabo
bajo autoridad neutral, mas no neutralizó la zona plebiscitaria.
La propuesta Kellog
El secretario de Estado estadounidense Frank B. Kellog propuso el 30 de noviembre
de 1926 que Chile y Perú cedieran a Bolivia a perpetuidad las provincias de Tacna y
Arica. El Perú rechazó la propuesta Kellog, declarando improcedente esa fórmula,
pues si el plebiscito no se había realizado era por culpa de Chile, y en la práctica
aquellos territorios debían volver al Perú.
Tratado de Lima
Después de descartada la propuesta Kellog, se pusieron en debate varias fórmulas.
Las negociaciones llevaron a la firma del tratado el 3 de junio de 1929 que, entre
otros aspectos, consagró la participación de las provincias en disputa: el Perú
recuperaba Tacna y Chile retenía Arica. Un protocolo adicional, firmado el mismo
día, estipuló que ni Chile ni el Perú podían hacer cesión de dichos territorios si previo
acuerdo entre ellos.