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Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

Chapter · October 2012

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Ignacio sanchez-cubillo Daniel Adrover-Roig


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Neuropsicología de la
cognición social y
la autoconciencia

Ignacio Sánchez-Cubillo
Javier Tirapu Ustárroz
Daniel Adrover-Roig
Neuropsicología de la cognición
social y la autoconciencia

Ignacio Sánchez-Cubillo
Javier Tirapu Ustárroz
Daniel Adrover-Roig

Cognición social requiere tener la capacidad de formarnos una representación


interna de la vida mental de las otras personas. Daniel Dennett
[2] ha llamado a esto la inexcusable competitividad en el mun-
Introducción do de las cosas vivas. Para Dennett, la tarea que afronta cual-
quier organismo puede considerarse como una especie de ver-
‘Durante el día, los miembros más selectos de la tribu se entre- sión del juego infantil del escondite: buscamos lo que
gaban a unos rituales de habilidad lingüística en busca de un necesitamos y nos escondemos de aquellos que necesitan lo
status superior y –al menos en el caso de los varones– de unas que tenemos. Para ello debemos saber qué es lo que necesita-
mayores oportunidades sexuales. De noche, se reunían en la mos (algo muy sujeto a diferencias individuales) y debemos co-
playa en torno a unas hogueras y tomaban zumos fermentados nocer lo que otros desean –para lo cual debemos crearnos una
mientras conversaban y practicaban ceremonias tribales.’ ¿Una teoría de la mente (ToM) del otro–. Éste es el origen adaptativo
asamblea de aborígenes australianos? No, es la reunión anual de la cognición social.
de un congreso de medicina. En el siglo xix, el psicólogo Franz Brentano [3] dividió el uni-
Para Elkhonon Goldberg [1], la cognición social se encuentra verso en dos tipos de entes: los que poseen intencionalidad y
estrechamente relacionada con la supervivencia, ya que, para los que no. Los primeros tienen iniciativa, poseen fines y nece-
tener éxito en una interacción con otros miembros del grupo, sidades; los segundos sólo obedecen las leyes físicas. Los hu-
no sólo debemos planificar un plan de acción propio, sino que manos somos, para Dennett, sistemas intencionales. A lo largo
también debemos tener una idea de la naturaleza de los deseos de nuestra historia evolutiva comenzamos preguntándonos a
y planes de los demás. Suponemos que cuando la tierra se fue nosotros mismos si el tigre deseaba comernos, para seguir pre-
desertizando los bienes comenzaron a ser limitados, lo que lle- guntando –desde una perspectiva animista– si los ríos querían
varía a que varios individuos compitieran por un mismo bien alcanzar los mares o qué deseaban de nosotros las nubes como
(por ejemplo, el alimento). De este modo, no sólo era necesario agradecimiento por la lluvia que les habíamos pedido y nos
prever las consecuencias de las propias acciones, sino que tam- concedieron. La característica fundamental de la actitud inten-
bién comenzó a ser importante prever las consecuencias de las cional es la de tratar a una entidad como un agente –atribuyén-
acciones de los demás, para anticiparnos a ellos. Para esto, se dole creencias y deseos– para tratar de predecir sus acciones.

3
I. Sánchez-Cubillo, ET AL

Así, los seres humanos acaban ordenando el mundo en dos o que, a causa de su propia suficiencia, no necesite de ella, no
clases diferentes, lo que Dennett ha denominado psicología es más parte de la ciudad, sino que es una bestia o un dios’.
popular y física popular. Un jugador de baloncesto se mueve El ser humano ha basado su éxito evolutivo en el desarrollo
porque desea moverse (psicología popular), pero una pelota se de su cerebro, un cerebro que aprende y se modifica a sí mis-
mueve sólo si la impulsas (física popular). Las personas con mo cada día de nuestras vidas. Pero ¿qué hace que nuestro
afectación de la cognición social serían buenos físicos popula- cerebro sea tan eficaz? Tal vez podríamos señalar algunos hitos
res (sistematizadores) y malos psicólogos populares (empatiza- que nos confieren esta capacidad inusitada para aprender: la
dores) por un déficit en dicha cognición social. imitación, la predicción, la capacidad de hacer simulaciones
Por lo tanto, la capacidad de intuir los estados mentales de dentro de nuestra propia cabeza y nuestro gran cerebro social.
otras personas ocurre fundamental en las interacciones socia- La soledad es un enemigo silencioso e invisible que de forma
les. Desde un punto de vista evolucionista, la eclosión de la lenta e insidiosa va empobreciendo las conexiones neuronales.
ToM iría unida a la capacidad de engaño, para así confundir al Las relaciones interpersonales son tan importantes como el
otro sobre mis pensamientos y deseos, lo que me permitirá lo- ejercicio físico, la estimulación cognitiva o una dieta equilibra-
grar (o acceder a) lo que deseo. Algunos autores, como los es- da. El cerebro humano va entretejiendo sus neuronas con el
tudiosos del autismo Christopher Frith y su esposa Uta Frith, y contacto con nuestros congéneres o, en su defecto, con algún
posteriormente Goldberg, han afirmado que este es un atribu- animal al que el ser humano ha conseguido domesticar. ¿Con
to específicamente humano. No obstante, tanto estudios clási- cuántas personas ha interaccionado usted hoy?, ¿cuántas con-
cos [4] como trabajos recientes muestran que al menos los versaciones ha imaginado dentro de su cabeza?, ¿ha imagina-
chimpancés parecen compartir esta capacidad para el engaño do (creado una imagen mental) la cara de enfado o alegría de
con el ser humano. ¿NOMBRES? Núñez y Rivière exponen su interlocutor aunque haya mantenido una conversación por
ejemplos de engaño encontrados en la conducta de dos chim- teléfono?, ¿sufre con el sufrimiento ajeno?
pancés. En esta línea se ha observado que los chimpancés tra- Por tanto, una de las características evolutivas esenciales del
tan de engañar sistemáticamente; por ejemplo, una cría de ser humano es la capacidad para interactuar socialmente. Así, al
chimpancé simuló que estaba siendo atacada por un adoles- igual que ocurre en otros primates, las capacidades sociales
cente para lograr que su madre le permitiera mamar. Por tanto, constituyen una de las funciones que en mayor medida determi-
podemos deducir que la ToM se halla presente en algunos pri- nan el éxito en la adaptación al entorno [5]. Sin embargo, las
mates no humanos, aunque no haya alcanzado la complejidad capacidades, o, mejor dicho, las conductas sociales, no son ex-
que se da en nuestra especie. clusivas de los primates; desde insectos hasta aves, múltiples es-
Aristóteles, al igual que Platón respecto al origen y constitu- pecies manifiestan conductas de interacción entre sus individuos.
ción de la sociedad, mantenía la teoría de la ‘sociabilidad natu- A pesar de ello, se reconoce que la máxima expresión evolutiva
ral’ del ser humano: el ser humano es un animal social (zóon de la conducta social corresponde a los seres humanos [6].
politikón), es decir, un ser que necesita de los otros de su espe- El interés por los fenómenos sociales ha provocado a lo lar-
cie para sobrevivir; no es posible pensar que el individuo sea go de la historia el desarrollo de disciplinas de conocimiento
anterior a la sociedad, que la sociedad sea el resultado de una propias (sociología, psicología social, sociobiología, etc.), que
convención establecida entre individuos que vivían indepen- tratan de describir y explicar la naturaleza social del ser humano
dientemente unos de otros en estado natural: ‘La ciudad es desde diferentes perspectivas. Como parte del desarrollo natu-
asimismo por naturaleza anterior a la familia y a cada uno de ral del conocimiento, la neurociencia se ha incorporado a estas
nosotros’. El todo, argumenta Aristóteles, es anterior a las par- disciplinas que contemplan lo social como objeto central de
tes; destruido lo corporal, nos dice, no habrá ‘ni pie ni mano a estudio, en su caso, desde el interés por las bases cerebrales de
no ser en sentido equívoco’. El ejemplo que toma como refe- la conducta social [7]. Sin embargo, la neurociencia de la cog-
rencia sugiere una interpretación organicista de lo social, en nición social se despega de los problemas de la psicología social
la que se recalca la dependencia del individuo con respecto a la y de la filosofía y, partiendo de una visión asentada en la falsa
sociedad: ‘Es pues manifiesto que la ciudad es por naturaleza dicotomía cerebro-mente, intenta buscar el hilo que entreteje
anterior al individuo, pues si el individuo no puede de por sí la experiencia social con el funcionamiento cerebral.
bastarse a sí mismo, deberá estar con el todo político en la El término ‘cognición social’ se ha definido, en un sentido
misma relación que las otras partes lo están con su respectivo amplio, como aquellos aspectos de la vida mental que permi-
todo. El que sea incapaz de entrar en esta participación común, ten y forman la experiencia social. La cognición social puede

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Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

definirse como un proceso neurobiológico [8], psicológico y so- dificar voluntariamente, y, por otra, capacidades adquiridas,
cial, por medio del cual se perciben, se reconocen y se evalúan contextuales y volitivas, que incluyen las ideas de ‘autorregula-
los eventos sociales, para construir una representación del am- ción’ del comportamiento y de las emociones. El primer grupo
biente de interacción de los individuos [9] y, posteriormente, (emociones básicas, reconocimiento de estímulos sociales, con-
generar el comportamiento social, es decir, la respuesta más dicionamiento clásico y operante, etc.) incluye capacidades so-
adecuada según la circunstancia particular. Se relaciona con as- ciales compartidas con animales inferiores, mientras que el se-
pectos que van desde la percepción social –estadio inicial que gundo (emociones ‘morales’ o secundarias, mentalización, toma
evalúa las intenciones de los demás a través de su conducta de decisiones, etc.) incluye procesos que nos diferencian esen-
(dirección de la mirada y movimiento corporal)– hasta el estilo cialmente de otras criaturas. Como señala Adolphs, la cogni-
atribucional (cómo se explica la conducta de otras personas) ción social es un proceso complejo en el que existen mecanis-
[10]. Así, la cognición social debe entenderse como la habilidad mos para percibir, procesar y evaluar los estímulos, lo que per-
de construir representaciones de las relaciones entre uno mis- mite una representación del entorno social. Regiones del lóbulo
mo y los otros, y de usar flexiblemente esas representaciones temporal, como el giro fusiforme y el surco temporal superior,
para guiar el comportamiento social. trabajan junto con un grupo de estructuras en el que se inclu-
Actualmente, la cognición social es un campo de estudio yen la amígdala, la corteza orbitofrontal, la circunvolución del
que carece de modelos teóricos completos, holísticos y detalla- cíngulo (anterior y posterior) y la corteza somatosensorial dere-
dos. Por un lado, existe un buen número de trabajos experi- cha. Este sistema procesa la información para enviarla a un sis-
mentales que investigan sobre procesos discretos que se englo- tema efector compuesto de estructuras tales como los ganglios
ban bajo la cognición social (como el reconocimiento de basales, la corteza motora y el hipotálamo, que permiten la
expresiones faciales o la imitación) y, por otro, existen algunas emisión de una conducta social (Fig. 1).
propuestas generales de qué debiera incluir un modelo de cog- En esta línea, Frith y Frith dividen los procesos de cognición
nición social. Mientras que los primeros carecen de la articula- social en implícitos y explícitos. Los primeros son automáticos y
ción en un sistema explicativo general, las segundas carecen de sin control posible, y los segundos, conscientes y controlados
la concreción y especificidad necesarias para resultar modelos [15]. Algunos ejemplos del primer grupo los componen funcio-
teóricos sólidos. En cualquier caso, existe un acuerdo en que la nes como el seguimiento de la mirada [16,17], la imitación in-
cognición social es un sistema de procesamiento de informa- voluntaria o ‘efecto camaleón’ [18] e incluso algunos procesos
ción que se nutre de múltiples funciones más básicas para dar estrechamente vinculados a la ToM, como la toma de perspec-
como resultado la conducta social [11-13]. tiva visual (Fig. 2) [19,20]. En la segunda categoría se incluyen
Así, en este capítulo trataremos de dar una visión global del procesos de la ToM más complejos, como el conocimiento de lo
estado de la cuestión, desde los componentes más básicos de que sabe el otro o mentalización y el uso del conocimiento se-
la cognición social hasta los más complejos. Para ello, comen- mántico y episódico. Para Frith y Frith la mentalización revela
zaremos presentando algunos modelos generales relevantes de un sistema con tres componentes consistentemente activados
cara a enmarcar y agrupar los resultados de los estudios expe- durante las tareas de ToM. La corteza prefrontal medial se en-
rimentales. A continuación se revisan aquellos componentes de cargaría de diferenciar las representaciones de estados menta-
la cognición social que se consideran en la mayor parte de los les de las representaciones físicas (inanimadas), el surco tempo-
modelos generales y que forman el grueso del capítulo. Final- ral superior (sobre todo derecho) sería la base de la detección
mente, expondremos los aspectos clínicos de las alteraciones del movimiento o de la predicción de la conducta del otro,
de la cognición social, incluyendo los procedimientos de eva- mientras que el polo temporal estaría implicado en el acceso al
luación más extendidos. conocimiento social, de tal manera que se accede a las expe-
riencias pasadas para dotar de significado semántico y emocio-
nal al material presentado.
Modelos generales de cognición social Aunque se considera que son funciones independientes, la
frontera entre ambos grupos de procesos es difusa, ya que se
Ralph Adolphs [14] sugiere la existencia de dos grandes grupos influyen mutuamente e interactúan entre sí. Frith sugiere que los
de procesos que forman la conducta social. Por una parte, los procesos automáticos tienen la función de interferir, de influir
relacionados con mecanismos ‘cognitivamente impenetrables’, sobre la conducta consciente y favorecer la sintonía con los de-
es decir, procesos automáticos, innatos, que no podemos mo- más [15]. Como ejemplo propone la atención conjunta, que guía

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I. Sánchez-Cubillo, ET AL

Cognición
Estímulos Conducta
Procesamiento Emoción
social
Motivación

Corteza Amígdala
Cabeza motora,
sensorial orbitofrontal, cingulado,
ganglios basales,
y de asociación somatosensorial
hipotálamo
(giro fusiforme y STS) derecha

Percepción social Cognición social Conducta social

Figura 1
Modelo de cognición social de Ralph Adolphs [14].

de un modo automático la atención hacia donde atiende el inter- procesos automáticos y los controlados es el que subyace a la
locutor [22], de modo que nos permite aprender sobre el mundo conducta social final que observamos [24,25].
del otro. Otro ejemplo es la imitación automática de los movi- La propuesta de ¿Baron-Cohen et al O LAWSON ET AL?
mientos de los demás, que genera una disposición favorable ha- [26] se relaciona con la existencia de dos dimensiones psicoló-
cia el imitado, siempre y cuando se mantenga de forma incons- gicas: la empatía y la sistematización. La empatía da sentido al
ciente [23]. En general, se resalta el valor prosocial de los procesos comportamiento de otros, en la medida en que permite identi-
automáticos, que sitúan al individuo en disposición permanente ficar las emociones y los pensamientos ajenos para emitir res-
de colaborar con su entorno, de un modo u otro [15]. puestas adecuadas; puede considerarse como un sistema abier-
Estos procesos automáticos prosociales pueden verse influi- to, dispuesto a evaluar cambios y contingencias y a ser flexible
dos por procesos conscientes, como ocurre, por ejemplo, en la en sus posibilidades de acción. La sistematización está confor-
reducción de la disonancia cognitiva, razonamiento consciente mada por los procesos de análisis y construcción de sistemas
que se realiza para disminuir el malestar (automático) que pro- frente a sucesos que no tienen relación con el mundo social, es
duce una conducta propia que atenta contra nuestro principio decir, sin agente humano; es un sistema cerrado que aplica re-
de justicia social. Por otra parte, existen procesos automáticos, glas específicas y espera y propone regularidades en las situa-
como los prejuicios hacia miembros de grupos ajenos, que no ciones analizadas [27].
son prosociales y que deben constreñirse por razonamientos Ambas dimensiones son independientes (el aumento de una
conscientes y controlados. De este modo, el juego entre los no supone el aumento o disminución de la otra) y parecen ex-

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Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

Piaget Perspectiva
del niño

Perspectiva
de Piaget

El niño

Figura 2
Tarea de toma de perspectiva visual. Adaptado de [21].

presarse de forma diferente en mujeres y hombres. Las prime- paró la ejecución en pruebas de funciones ejecutivas y los resul-
ras son más propensas a la empatía, y los segundos, a la siste- tados en cuestionarios de empatía en pacientes afectados por
matización. Su interacción (o la falta de ella) ayuda a identificar daño cerebral frontal, daño cerebral parietal y sujetos controles
diferentes tipos de mente o de interpretación e interacción con sanos. Cuando el daño cerebral era frontal, fuera derecho o
el medio: un cerebro balanceado entre la sistematización y la izquierdo, se observó una afectación de la empatía tanto cog-
empatía; un cerebro extremadamente empático; un cerebro nitiva como emocional. Cuando la lesión afectaba al lóbulo pa-
extremadamente sistemático y cerebros empáticos y sistemáti- rietal derecho la empatía también se vio afectada. Aunque este
cos, respectivamente [27]. último dato no se ha comunicado en otros estudios, no olvide-
Otros autores han establecido la interesante diferenciación mos que el hemisferio derecho se ha relacionado con la cogni-
entre empatía cognitiva y empatía emocional. La primera foca- ción social [31,32]. El estudio concluyó que las respuestas em-
lizaría su atención en los procesos cognitivos relacionados con páticas requieren de la integración de procesos cognitivos y
la capacidad para adquirir el punto de vista del otro, desde la emocionales, y que la región medial de la corteza prefrontal
perspectiva más clásica de la ToM como las creencias de primer desempeña un papel crucial en la red implicada en la empatía.
y segundo orden [28]. La segunda haría referencia a la empatía En un trabajo previo [33] este mismo grupo estableció una in-
propiamente dicha, ya que la definen como la capacidad para teresante diferencia al observar que los pacientes con afecta-
reaccionar emocionalmente ante las experiencias de los otros ción dorsolateral exhibían una baja empatía relacionada con su
[29]. En el trabajo de Simone Shamay-Tsoory et al [30], se com- inflexibilidad cognitiva, mientras que los afectados por lesión

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I. Sánchez-Cubillo, ET AL

ventromedial presentaban alteración en las tareas de ToM rela- vos sociales y afectivos. Una de sus premisas básicas es que no
cionadas con el reconocimiento afectivo y la conducta social. puede comprenderse la conducta social sin entender las rela-
Satpute y Lieberman proponen un modelo de trabajo de la ciones entre aspectos como la cognición social y los fenómenos
cognición social en el que denominan ‘sistemas reflejos’ a los afectivos. Así, propone un marco general denominado flujo de
procesos automáticos y ‘sistemas reflexivos’ a los controlados procesamiento socioemocional (del inglés social-emotional
[34]. El sistema reflejo se encarga de la información automáti- processing stream), referido al ‘conjunto de procesos psicológi-
ca y no precisa de ningún tipo de esfuerzo; es de aprendizaje cos y neurales que codifican aferencias sociales y emocional-
lento, pero opera con rapidez y se encuentra en interacción mente relevantes, representan su significado y guían las res-
bidireccional con el ambiente. Las áreas relacionadas con el puestas a estos’ [36].
sistema reflejo son la corteza prefrontal orbital, los ganglios Este modelo jerárquico consta de cinco constructos que en-
basales, la amígdala, la corteza temporal lateral y el cíngulo globan procesos diversos. De forma resumida, el modelo pro-
dorsal anterior. El sistema reflexivo se encarga de la informa- puesto por Ochsner sugiere que, en primer lugar, se establecen
ción simbólica, que incluye datos contradictorios, casos espe- los valores socioafectivos de los estímulos y de las posibles res-
ciales y excepciones. Es de aprendizaje rápido, pero de acción puestas, mediante condicionamiento. El conjunto de asociacio-
lenta, y requiere pensamiento y esfuerzos explícitos; se relacio- nes resultante será lo que haga que interpretemos el mundo
na con la emisión de habla interna, la cual se experimenta subjetivamente, moldeando nuestros gustos, preferencias, acti-
como autoinstrucciones. Las áreas relacionadas con este pro- tudes, etc. Estos aprendizajes sirven para, en un segundo mo-
cesamiento son la corteza prefrontal lateral, el lóbulo temporal mento, reconocer y responder a los estímulos sociales que se
medial, el parietal posterior, el polo rostral, el prefrontal me- perciben, y aquí se incluye el reconocimiento de movimiento
dial y el dorsomedial [34]. biológico y de claves no verbales, como las expresiones faciales
El procesamiento dual permite la emisión de respuestas in- y vocales. No se trata únicamente de reconocimiento percepti-
mediatas (automáticas) o procesadas, según se requiera en la vo, sino que al objeto percibido se añade la información socio-
interacción; estas últimas se producen sólo si existe motivación afectiva aprendida (la valencia). Un tercer momento del proce-
y no hay distracción en otro proceso [35]. Así, las personas in- so incluye la inferencia de bajo nivel, la experiencia en la propia
fieren de manera automática rasgos de personalidad de los de- piel de lo que percibimos (empatía, neuronas espejo, etc.), con-
más a través de sus conductas; la corrección de estas inferen- sistente en la generación de estados emocionales y somestési-
cias, si son erróneas, es un proceso controlado que depende de cos que imitan las emociones y movimientos percibidos, de
la intención de la persona [35]. cara a sintonizarnos con el entorno y facilitar respuestas adap-
Este enfoque sugiere que, para la comprensión de las bases tativas. En un cuarto paso, se puede realizar una inferencia de
neurales de la percepción social, ToM y otros procesos relacio- alto nivel, que incluye la comprensión simbólica de lo que ob-
nados, sería conveniente valorar si dichas funciones operan de servamos, considerando el contexto y la información semántica
un modo automático o controlado. Así, conocer si una tarea y episódica que poseemos, para matizar la información entran-
de ToM concreta se apoya en procesos simbólicos o no puede te y dar respuestas más adaptativas a estímulos ambiguos. Fi-
aportar información sobre el tipo de manipulación que influye nalmente, existe la capacidad para regular nuestras respuestas
en la ejecución de dicha tarea. Por otra parte, ciertas tareas ante lo que hemos percibido/inferido, bien mediante nuestras
pueden experimentar un aprendizaje, de modo que lo que en capacidades lógicas, mnésicas y atencionales, bien mediante la
un inicio era una tarea que exigía operar de un modo controla- reasignación de valencias a los estímulos, bien mediante una
do, con la práctica puede convertirse en una tarea automática. combinación de ambas, con el objetivo de flexibilizar y adaptar
De este modo, tareas que en un principio generan activación nuestras respuestas al máximo (Fig. 3).
en áreas del sistema reflexivo pueden dejar de hacerlo y co- Este modelo general tiene fundamentalmente dos virtudes:
menzar a activar zonas del sistema reflejo. Este cambio relacio- por un lado, considera la mayor parte de los procesos cogniti-
nado con el aprendizaje puede estar detrás de contradicciones vos y afectivos que la investigación básica incluye dentro del
en estudios sobre la base neural de la ToM y otras funciones constructo cognición social; por otra parte, agrupa los distintos
relacionadas con la cognición social [34]. procesos descritos y los articula en una corriente, en un proceso
En otro nivel de análisis, independiente de la distinción au- más global, de manera que proporciona un lugar en el todo
tomático-controlado, Kevin Ochsner se centra en la falta de para los diversos datos que la investigación ha ido aportando.
articulación entre los ingentes datos sobre los procesos cogniti- En nuestra opinión la limitación principal de este modelo es

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Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

Adquisición de valencias
y respuestas socioafectivas

Percepción y respuestas
ante estímulos socioafectivos

Inferencia de bajo nivel, Inferencia Regulación


‘simulación encarnada’ de alto nivel sensible al contexto

Figura 3
Diagrama del modelo de flujo de procesamiento socioemocional. Modificado de [36].

plantear que aspectos como la empatía pueden considerarse La amígdala es una de las principales estructuras en la ad-
de bajo nivel y la ToM cognitiva de alto nivel, con lo que se es- quisición, almacenamiento y expresión del condicionamiento
tablece con la denominación de ‘bajo y alto’ una jerarquía don- de estímulos y respuestas socioafectivas, mediante la potencia-
de parece que los procesos cognitivos son más complejos que ción a largo plazo [37]. El condicionamiento del miedo ha sido
los procesos cognitivos-emocionales, lo que puede ser discuti- el que en mayor medida se ha relacionado con esta estructura
ble (¿qué resulta más complejo: saber lo que otro sabe o sentir [37-42], aunque también se ha hallado evidencia de condicio-
lo que otro siente?). A continuación se revisan resumidamente namiento de emociones positivas [43,44].
los distintos procesos básicos de la cognición social, mante- La amígdala recibe una gran cantidad de información sen-
niendo de forma laxa el modelo de Ochsner [36] como modo sorial ya procesada (expresiones faciales, dirección de la mira-
de organizar la información. da, posturas y movimientos corporales, así como inputs auditi-
vos de sonidos vocales y entonaciones concretas). Además, a
través del núcleo basal alcanza estructuras corticales para mo-
Adquisición de las propiedades dular el procesamiento de dicha información sensorial. No so-
socioafectivas de los estímulos lamente envía aferencias a áreas de asociación, sino también a
zonas corticales primarias. Esto le permitiría influir en los in-
La forma en que aprendemos el valor afectivo de los estímulos puts sensoriales en estadios tempranos del procesamiento,
es mediante el aprendizaje asociativo entre un estímulo condi- sesgando la información entrante a favor de la más significati-
cionado y un estímulo incondicionado, que genera una res- va emocionalmente [44]. Esta función se ha equiparado a un
puesta (emocional) condicionada. Esta asociación permite que sistema de vigilancia de estímulos afectivamente relevantes
el estímulo condicionado genere esa misma respuesta en au- [36,45]. Su núcleo central establece conexiones con el tronco
sencia del estímulo incondicionado. Aunque puede existir del encéfalo y el hipotálamo, en lo que se interpreta como una
aprendizaje asociativo no emocional (por ejemplo, un timbre se herramienta para activar y modular las manifestaciones auto-
asocia con la aparición de una luz azul), cuando se asocia a una nómicas y endocrinas de la emoción, respectivamente. Tam-
respuesta emocional, el estímulo condicionado adquiere un va- bién posee conexiones con el área ventral del estriado, de
lor afectivo (básicamente, apetitivo o aversivo). modo que puede acceder a elementos subcorticales del siste-

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I. Sánchez-Cubillo, ET AL

ma motor e influir en las acciones, expresiones faciales, postu- y la percepción del movimiento biológico es independiente del
ras, etc. Por último, interactúa significativamente con la forma- reconocimiento de otros tipos de movimiento [53].
ción hipocámpica, de modo que puede trabajar con información La percepción de claves sociales ocurre desde estadios inicia-
almacenada en áreas corticales (por ejemplo, con la experiencia les de la vida, donde, por ejemplo, los bebés ya dirigen su mi-
pasada) [46]. rada de forma preferente hacia los ojos de los adultos. Existen
Las lesiones de la amígdala disminuyen la capacidad para ciertos estímulos que tienen una relevancia natural para nues-
establecer condicionamientos nuevos [39], aunque es impor- tro cerebro, concretamente para la amígdala, que modula el
tante señalar que no hacen desaparecer el repertorio conduc- trabajo de otras áreas del cerebro de cara a aumentar el proce-
tual del sujeto lesionado [47]. Más bien, parece que las con- samiento de estímulos biológicamente relevantes. Si bien la
ductas concretas no se elicitan de un modo apropiado al amígdala reconoce la necesidad de obtener más información
contexto, cuando dicho contexto contiene elementos emocio- de ellos, no parece realizar una labor de reconocimiento pro-
nalmente significativos [44]. Dado que una de las funciones piamente dicha [44,45]. Este reconocimiento se ha relacionado
básicas de la amígdala parece ser la de obtener más informa- con regiones de las cortezas parietal y temporal, aunque la lo-
ción de estímulos ambiguos (por ejemplo, los ojos del interlo- calización específica parece depender de la clase de estímulo
cutor), su lesión produce una reducción de la orientación de la percibido [54,55].
atención hacia ellos [45]. Uno de los estímulos más salientes es el movimiento bioló-
Aunque la amígdala es una parte esencial en la formación gico en general, que suele aportar una información vital para
de aprendizajes emocionales, no es la única estructura que par- la supervivencia básica y la adaptación al entorno social. Los
ticipa en esta labor. Ésta parece implicada en el condiciona- seres animados se distinguen por poseer articulaciones, y ellas
miento cuando éste está basado en un único estímulo. Cuando les permiten realizar movimientos que no se observan en la
el condicionamiento es más complejo –por ejemplo, condicio- mayor parte de los objetos no animados. La percepción de
namiento del contexto, donde hay múltiples estímulos–, el pa- este tipo de movimiento parece estar relacionado con regiones
pel del hipocampo y de la corteza perirrinal resulta fundamen- parietales inferiores y, especialmente, con el surco temporal
tal. Al parecer, colaboran en el almacenamiento a medio plazo superior [53]. Este tipo de percepción resulta esencial a la hora
del aprendizaje, incluyendo todos los elementos del complejo de entender la comunicación no verbal que emiten ciertas pos-
contexto en el que se ha adquirido. Por otro lado, el vermis turas y movimientos.
cerebeloso también parece desempeñar un papel en el mante- Otra clave social relevante es la mirada de los demás, que
nimiento del aprendizaje asociativo, al menos en animales también se procesa en el surco temporal superior [56]. Las prin-
[37,41]. Por último, existe una buena cantidad de literatura que cipales funciones de percibir correctamente la mirada del otro
asigna al cuerpo estriado un papel similar al de la amígdala, son saber a qué está atendiendo (mediante la dirección de su
pero en el procesamiento de recompensas y estímulos apetiti- vista) y cuál es su estado emocional (mediante el movimiento
vos [44,48-51]. muscular alrededor de los ojos) [57]. La primera tiene un papel
en la identificación de las intenciones del otro, y la segunda
forma parte del proceso más general de reconocimiento de la
Percepción de estímulos socioafectivos expresión facial, en el que los ojos, sin duda, constituyen la
mayor fuente de datos [58].
Los seres sociales observan permanentemente el entorno social La capacidad de reconocer emociones en el rostro es una
en el que se encuentran, de cara a obtener el máximo de infor- función compleja que depende básicamente del tipo de emo-
mación sobre la situación y poder dar una respuesta eficiente ción que se esté percibiendo. En un reciente metaanálisis [59]
en términos adaptativos. La percepción de claves sociales inclu- se comparó la actividad cerebral al observar distintas expresio-
ye fundamentalmente la detección e interpretación de movi- nes emocionales frente a expresiones neutras. La activación
miento biológico y el reconocimiento de expresiones emocio- diferencial sugiere que la percepción y el reconocimiento de la
nales en el rostro y de la prosodia en la voz. Este tipo de expresión de alegría están relacionados con la amígdala bilate-
estímulos tienen un significado socioafectivo tan relevante para ralmente, con el giro fusiforme izquierdo y con el cíngulo ante-
el cerebro humano que se han desarrollado procesos específi- rior derecho. Los rostros tristes activan la amígdala derecha y el
cos para ellos. Así, el reconocimiento de rostros es una capaci- giro lingual izquierdo. El miedo se asoció con la actividad bila-
dad disociada de la identificación de expresiones faciales [52], teral amigdalina y con las circunvoluciones fusiforme y frontal

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Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

medial. La percepción de rostros que expresan ira activa la ínsu- dríamos en la piel del sujeto observado y nos imaginamos (si-
la izquierda y el giro occipital inferior derecho, mientras que en mulamos) el estado mental que tendríamos si realizáramos las
el asco se activaron ambas ínsulas, el tálamo derecho y la cir- acciones observadas. Mediante introspección accederíamos a
cunvolución fusiforme izquierda. De este modo, aunque en este estado mental subjetivo y lo atribuiríamos, por analogía,
estudios lesionales se ha relacionado el déficit de reconoci- a la mente del otro [63].
miento de expresiones emocionales con el hemisferio derecho Estas ideas se aproximan al concepto de ToM, que se co-
[60], la cuestión resulta más complicada: la percepción de la mentará más adelante. Sin embargo, los niños de 1 año son
emoción en rostros es un proceso que implica una red distribui- capaces de entender las intenciones de los demás, antes de
da en diferentes áreas, que contribuyen selectivamente en dis- que sean capaces de establecer una auténtica ToM del otro.
tintos momentos y que además interactúan entre sí [17]. De este modo, Gergely y Csibra [63,64] proponen la existencia
Retomando una visión más general, la identificación de cla- de una ‘postura teleológica’ (del inglés teleological stance) in-
ves sociales tiene la función de alertar sobre la valencia positiva cluso en niños de 1 año, que les permitiría esta comprensión
o negativa de dichos estímulos. Ciertos estímulos pueden tener sin necesidad de mentalizar. Su teoría se centra en el mecanis-
un valor emocional genéticamente programado y ser universa- mo específico que aplica el niño para identificar ciertos aspec-
les, como ocurre con las seis emociones básicas, que funcionan tos del estado actual y futuro de la situación y emplearlos para
como estímulos incondicionados, pero muchas otras claves ad- explicar las conductas dirigidas a metas del otro. Consistiría en
quieren su valencia gracias al aprendizaje asociativo descrito la aplicación de un esquema de interpretación de la realidad
previamente (por ejemplo, los modales). Sin embargo, además que establece una relación entre la acción observada, el estado
de servir como estímulo incondicionado y estímulo condiciona- futuro (meta) y los límites de la situación concreta. De este
do, tanto la percepción del movimiento como el reconocimien- modo, se atribuyen metas a las acciones y no deseos a sujetos
to de las expresiones faciales del otro tienen otra función bási- agentes, de modo que no es necesaria la comprensión de es-
ca: la comprensión de las intenciones de los demás y la tados mentales.
atribución de estados mentales. El fascinante descubrimiento del sistema de neuronas espejo
–neuronas de la corteza premotora (y otras zonas corticales)
que se activan cuando realizamos un movimiento concreto y
La inferencia de bajo nivel, la imitación y la empatía también cuando percibimos en el otro un movimiento similar–
[65,66] ayuda a entender las diferencias entre la comprensión
Los procesos de inferencia de bajo nivel podrían ser el nexo de las intenciones/metas del otro, la imitación y la ToM.
entre la percepción de estímulos sociales y la inferencia de alto Las neuronas espejo permiten experimentar en uno mismo
nivel (ToM); ‘alto’ y ‘bajo’ nivel se entienden como procesos la acción que estamos observando. Teniendo en cuenta que el
simbólicos y no simbólicos, respectivamente [36]. La idea básica esquema de la acción observada (que ya está en nuestro reper-
es que, para entender lo que está ocurriendo en el cerebro de torio conductual) incluye la meta de la acción concreta, la
otra persona, ayuda experimentar en el propio cuerpo lo que el mera contemplación de parte del esquema motor nos condu-
otro está viviendo. Bajo este grupo de procesos se incluye la ce directamente a conocer el objetivo de dicha acción. Deno-
comprensión de las intenciones del otro percibiendo su movi- minar a esta meta ‘intención’ es una cuestión terminológica
miento, así como la capacidad para sentir uno mismo las emo- que puede llevar a pensar que estamos tratando con atribucio-
ciones que se observan en el otro (esto es, la empatía). nes mentales (ToM), pero en realidad no se trataría de un pro-
Existen varias corrientes teóricas para acercarse a la cuestión ceso de inferencia [67].
de cómo comprendemos las intenciones de los demás. Las pro- Por otro lado, la imitación no es el proceso de aprendizaje
puestas ‘modularistas’ [61] sugieren que los estímulos sociales por observación (por ejemplo, aprender a ejecutar unos pasos
(por ejemplo, la dirección de la mirada de otro hacia una cho- de baile), sino más bien un forma de ‘reflejo social’ (del inglés,
colatina) activan un mecanismo que identifica dicho estímulo social mirroring), en la que realizamos o simulamos mental-
con un contenido específico (por ejemplo, la meta de tener la mente los mismos movimientos que otro, nos sincronizamos;
chocolatina), lo que se representa con un contenido mental del estas acciones son algo que ya existe en nuestro repertorio con-
sujeto observado (por ejemplo, deseo). Las teorías ‘simulacio- ductual (y no como los pasos de baile). Este reflejo social tam-
nistas’ [62] postulan que descubrimos las intenciones del otro bién existe en monos, mientras que el aprendizaje por observa-
mediante procesos de identificación o imitación. Así, nos pon- ción no. Así, y dado que los monos sí tienen neuronas espejo

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I. Sánchez-Cubillo, ET AL

–pero no realizan este último tipo de aprendizaje–, se asume sabe cuál es la conducta adecuada cuando un individuo desea
que la imitación como forma de identificarse, de mimetizarse parecer un buen perdedor (esto es, empática, alegrándose por
con el otro, es el ‘reflejo social’ [68]. La imitación, en este sen- el otro).
tido, requiere el funcionamiento de neuronas espejo, pero tam- En este grupo de procesos se encuentra fundamentalmente
bién la presencia de estímulos que impulsen a actuar (algo que la capacidad para mentalizar o establecer una ToM. Este térmi-
dichas neuronas no hacen per se). no, acuñado por Premack y Woodruff [4], se refiere a la capaci-
Además de la comprensión de las intenciones del otro, entre dad para atribuir estados mentales a otros organismos de cara
los procesos de inferencia de bajo nivel se incluye la empatía a explicar y predecir su conducta. Otros vocablos sinónimos son
[69]. Este constructo hace referencia a las reacciones emocio- la mentalización, la atribución de estados mentales, la toma de
nales que se producen en la persona como consecuencia de perspectiva intencional, la conciencia reflexiva [75] y la empatía
percibir (o imaginar) un estado afectivo en el otro [70]. La em- cognitiva [70]. Según Dennett, la ToM implica poseer creencias
patía parece ser el proceso mediante el que procesamos ciertos sobre las creencias del otro. Estas creencias son independientes
estímulos (principalmente emociones percibidas) como estímu- de las propias (aunque puedan ser iguales) y además permiten
los incondicionados que nos generan una respuesta vegetativa explicar y predecir conductas (y, eventualmente, responder en
automática [71]. Se ha sugerido que la empatía debe funcionar consecuencia) [76]. Probablemente el paradigma más emplea-
con el mismo tipo de mecanismo que ocurre en la imitación/ do en la valoración de la ToM es el de falsas creencias; por
reflejo social, que implica un ciclo de percepción-acción, susti- ejemplo, en el test de transferencia inesperada, uno de los per-
tuyendo la acción por la emoción [72], pero aún no se conocen sonajes guarda una chocolatina en una caja y después sale de
realmente los mecanismos específicos de esta ‘imitación emo- la habitación. Otro personaje mueve el dulce a otra caja y se le
cional’ [73]. Parece que la ínsula desempeña un papel funda- pregunta al evaluado dónde buscará el primer personaje la
mental en la conversión de estímulos percibidos en estados chocolatina. Hasta los 4 años, el niño señala la caja en la que él
emocionales [74], aunque no resulta sencillo distinguir las par- sabe que está la chocolatina, no en la que cree que está el per-
tes de percepción y de generación emocional del proceso em- sonaje que se ha marchado. A partir de esa edad la tarea se
pático. De este modo, no es descabellado pensar en la existen- resuelve sin dificultad [77].
cia de neuronas espejo que se activen cuando se perciba y Existen básicamente tres corrientes que investigan las carac-
también cuando se genere la misma emoción. De todas for- terísticas de la ToM. En primer lugar, la teoría de la teoría (de la
mas, esto es un hallazgo que aún no se ha realizado. mente), cuyo nombre proviene de considerar que el niño va
Volviendo a la perspectiva general, se postula la existencia desarrollando una serie de principios (o teorías) sobre el funcio-
de procesos bottom-up, en los que el estímulo es el que guía la namiento de la mente, al igual que lo hace la ciencia. Henry
conducta y que permiten la representación del estado emocio- Wellman [78] sugiere que el niño desarrolla en primer lugar
nal y de las metas de los demás. representaciones sobre los deseos (por ejemplo, el niño piensa
que X quiere chocolate) y posteriormente las representaciones
sobre los pensamientos (por ejemplo, el niño piensa que X cree
La inferencia de alto nivel o teoría de la mente que la chocolatina está en otra caja). Según este autor, este
desarrollo surge de la necesidad del niño de entender el signifi-
La necesidad de proponer procesos de inferencia simbólicos, cado de múltiples palabras del lenguaje (deseos, gustos, inten-
que se despeguen del estímulo, proviene de la existencia de ciones, etc.), al igual que sucede con la ciencia, que trata de
estímulos sociales que resultan ambiguos per se, y que requie- comprender la realidad circundante.
ren un procesamiento mayor para entender la realidad. Un La segunda corriente, denominada módulo innato, postula
buen ejemplo de ello es el momento en el que se nombra a la que la ToM debe ser un módulo cognitivo especificado innata-
ganadora del concurso de Miss Universo. En él se ve a dos mu- mente y su precursor sería el juego simbólico. El juego simbóli-
jeres expresar alegría con el rostro y los gestos, y a una mujer co reflejaría la capacidad de comprender no sólo los objetos y
expresar tristeza (e incluso desolación). Sin embargo, la que los eventos, sino también la comprensión de la propia cogni-
llora no es la que está triste, y las que sonríen no son las que ción. Pero el mecanismo no sería la formación de principios
están contentas. Sólo se puede comprender la situación real- explicativos (o teorías, como sugiere la teoría de la teoría), sino
mente si se integra la información sobre cómo funciona el con- el procesamiento de información que contrasta condiciones ve-
curso, se conoce qué objetivos tienen las participantes y se rificables [79].

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Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

La tercera corriente o simulacionista sugiere que la ToM ocu- Las evidencias sugieren también una independencia de la
rre mediante el mismo proceso por el cual entendemos las in- memoria y la ToM [86,89,91-94]. Sin embargo, existen proce-
tenciones de los demás (ver apartado anterior). El niño iría de- sos de memoria que no se han considerado en dichos trabajos,
sarrollando la capacidad de imaginar en el juego simbólico, como la memoria autobiográfica. En este sentido, Stuss y An-
evolucionando hacia la imaginación de estados mentales en el derson [95] sugieren que la ToM podría requerir el uso de las
otro. Este enfoque no se centra en los mecanismos implicados, experiencias previas (memoria autobiográfica) para inferir esta-
simplemente propone que mentalizar es imaginarse a uno mis- dos mentales en el otro. Estudios recientes de metaanálisis y de
mo en el lugar del otro y simplemente leer los propios estados neuroimagen apoyan esta idea, al hallar bases neuronales co-
mentales (introspección) que van apareciendo ante la situación munes entre ambas capacidades [96,97]. Esta idea se basa en
concreta. Así, se puede saber qué piensa, quiere, sabe o siente que si deseamos saber qué siente o piensa otro en una deter-
el otro. Lógicamente, este enfoque afirma que mentalizar im- minada situación, será más sencillo si previamente hemos vivi-
plica creer que la mente del otro es similar a la propia [80]. do una experiencia similar. Por el contrario, cuanto más alejada
Esta última corriente incluye un buen número de trabajos está la experiencia del otro de la nuestra propia, más difícil será
que relacionan la mentalización con el funcionamiento de las realizar la inferencia correctamente.
neuronas espejo [81,82], en el sentido de que podemos enten- Respecto a las estructuras neuronales implicadas en la ToM,
der los estados mentales de los demás sobre la base de nues- muy resumidamente, se han propuesto tres áreas fundamenta-
tros propios estados mentales. El sistema de neuronas espejo les: los polos temporales, el surco temporal superior y la corteza
nos permitiría experimentar las mismas emociones que siente el prefrontal medial [ 98].
otro. Sin embargo, este contagio emocional no resulta suficien-
te para inferir la causa de la emoción, es decir, para explicar la
representación simbólica que supone ciertas tareas de ToM, y, Sistemas de regulación sensible al contexto
por lo tanto, es sólo un paso previo a la ToM [83-85].
Una de las formas de conocer un mecanismo cognitivo es Ochsner [36] postula tres tipos de regulación de la conducta
analizar con qué otros procesos no está relacionado, es decir, en función del contexto. Un primer tipo sería la ‘regulación
de qué otros mecanismos se disocia. Una de las primeras diso- basada en aspectos descriptivos’, que emplea el conocimien-
ciaciones de la ToM se observó con los procesos lingüísticos. to verbal obtenido de las inferencias de alto nivel, el lengua-
Baron-Cohen et al observaron que niños autistas eran incapa- je, la memoria, la atención y el control cognitivo en general
ces de realizar las tareas de ToM, pero presentaban un nivel de para reinterpretar y revalorar el significado de los estímulos
comprensión verbal y de denominación normales [86]. También socioafectivos percibidos [99-101]. Básicamente se refiere al
se ha disociado de la capacidad para producir proposiciones empleo de las funciones ejecutivas ‘frías’ para, mediante la
gramaticales [87]. Es posible que los aspectos lingüísticos de la lógica verbal, interpretar correctamente lo que los estímulos
comunicación no sean necesarios para la ToM. En cambio, sí se ambiguos indican; por ejemplo, cuando un amigo nos con-
han referido alteraciones de la comunicación como predictoras testa con agresividad a un saludo, pero sabemos que acaba
de rendimiento en ToM; por ejemplo, Happé observó que los de ser despedido, reinterpretamos su respuesta hacia noso-
niños que no podían establecer metarrepresentaciones eran los tros no como una agresión, sino como consecuencia de su
mismos que no comprendían la intención comunicativa del situación, y así podemos dar una respuesta más apropiada a
emisor, en forma de metáforas o ironía [88]. De este modo, su intención (que no es realmente agredirnos). Esta regula-
parece que los procesos comunicativos relacionados con la ción está basada en la descripción mental de estímulos afec-
mentalización son de naturaleza no lingüística. tivos y se realiza desde un procesamiento ‘racional’, ‘lógico’
Por otro lado, son varios los estudios que sugieren una diso- y ‘verbal’, conceptos estrechamente relacionados con el de
ciación entre la ToM y las funciones ejecutivas (al menos, las funciones ejecutivas frías, más relacionadas con la corteza
denominadas ‘frías’). Aunque el constructo funciones ejecuti- dorsolateral.
vas es muy amplio y no se han referido disociaciones entre ToM El segundo tipo de regulación sería la que se basa en los
y todas las pruebas que las valoran, sí que se han hallado do- resultados de las acciones/estímulos, que funcionaría reapren-
bles disociaciones con, al menos, el test de clasificación de tar- diendo y revalorando las contingencias entre estímulos/accio-
jetas de Wisconsin, el FAS ¿DESARROLLAR SIGLAS?, el test nes y sus resultados afectivos. Procesaría la información basán-
de Stroop y el Trail Making Test [89-92]. dose en la experiencia de las consecuencias afectivas de los

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I. Sánchez-Cubillo, ET AL

estímulos, actualizando la valencia positiva o negativa de di- conducta y de trastorno orgánico de la personalidad [115-117].
chos estímulos, como ocurre, por ejemplo, en la extinción del En este grupo se incluyen básicamente la desinhibición, la apa-
miedo condicionado [102,103]. Este tipo de regulación es el tía, la agresividad y la labilidad emocional. Las alteraciones de
que está más relacionado con el concepto de ‘marcadores so- conducta pueden englobarse bajo el epígrafe ‘trastornos en la
máticos’ [104,105] y con las funciones de la corteza orbitofron- cognición social’ si se considera la naturaleza socioemocional
tal [46,106-110]. La corteza orbitofrontal recibe importantes de dichas patologías. Esto es especialmente coherente en el
proyecciones de la amígdala y de los polos temporales, espe- caso de la desinhibición y de la apatía. Sin embargo, la natura-
cialmente en comparación con el resto de la corteza prefrontal leza de la agresividad y de la labilidad emocional parece encon-
[111]. A diferencia de la corteza dorsolateral, recibe informa- trarse más alejada de las capacidades sociales y más próxima a
ción de casi todos los aspectos del ambiente tanto externo problemas en emociones más básicas [118]. Por otro lado, no
como interno. Esta riqueza de conexiones permite su papel de todas las patologías que afectan a las emociones tienen una
modulador y de regulador de la conducta emocional en rela- relación, al menos aparentemente, con la cognición social (por
ción con los rápidos cambios que ocurren en el contexto social. ejemplo, depresión, manía).
Por otra parte, gracias a sus eferencias hacia el hipotálamo y Uno de los retos de la neuropsicología es el de conocer las
áreas motoras (cabeza del caudado, área tegmental ventral) es relaciones entre la conducta (síntomas clínicos, ejecución en
capaz de influir en la modulación hormonal y conductual de las tareas), los procesos cognitivos y los sustratos neurales. Esta
emociones [46]. labor no está exenta de riesgos, entre otros, el de confundirlos
Un tercer tipo de regulación, ‘basado en las elecciones’, se- entre sí (por ejemplo, funciones frontales por funciones ejecu-
ría el resultado de una combinación de las dos formas anterio- tivas) o el de considerar una relación lineal entre una alteración
res, e implica sopesar el valor relativo de varias opciones para orgánica, un déficit cognitivo y una manifestación conductual.
elegir entre ganancias a corto plazo frente a largo plazo. El Para evitar estos errores y para abordar distintos niveles de aná-
concepto más evidentemente relacionado con esta regulación lisis al mismo tiempo, resulta útil el diagrama de modelos cau-
es la capacidad para posponer gratificaciones [112]. Esta capa- sales de Morton y Frith [119]. En él se consideran los tres niveles
cidad se ha estudiado mediante diversas tareas que implican el y las posibles relaciones entre ellos en distintos tipos de trastor-
juego entre los sistemas ejecutivos ‘cálidos’ y ‘fríos’ como la nos (Fig. 4). Se presentan tres formas de generación de sínto-
Columbia Card Task [113] o la tarea de ‘descuento por tiempo’ mas clínicos:
[114], en las que es necesario elegir entre una recompensa pe- • Caso A: una alteración orgánica unitaria que genera défi-
queña a corto plazo frente a una mayor a largo plazo. cits en varios procesos cognitivos, que a su vez provocan
diversos síntomas (por ejemplo, en el síndrome X frágil).
• Caso B: varias causas biológicas generan un déficit cogniti-
Aspectos clínicos de las alteraciones en cognición social vo definitorio con manifestaciones conductuales diferentes
(por ejemplo, autismo).
Existen múltiples patologías con afectación neurológica que se • Caso C: una alteración definida por sus características con-
acompañan de alteraciones en la cognición social. En las pato- ductuales, pero que posee causas biológicas y característi-
logías del cerebro normalmente desarrollado (daño cerebral cas cognitivas múltiples (por ejemplo, la apatía) [120].
adquirido, demencia, etc.), la aparición de estos trastornos de-
pende por completo de que se afecten los sistemas neurales Las alteraciones de conducta pueden adscribirse a las tres posi-
responsables de la cognición social. Así, ciertas lesiones cere- bilidades; por ejemplo, la apatía puede considerarse un rasgo
brales y algunos tipos de demencia presentarán estos proble- conductual definitorio, pero puede poseer diversas causas cog-
mas, aunque otros no lo harán. Por otra parte, en otros tras- nitivas y biológicas (caso C). No obstante, también puede con-
tornos, como los del espectro autista o la psicopatía, las siderarse que se trata no de un único síntoma, sino de un sín-
alteraciones de la cognición social resultan centrales y práctica- drome, con características conductuales múltiples, que a su vez
mente todos los miembros de dichas categorías presentan es- provienen de diversos procesos cognitivos afectados (caso A), o
tos déficits, en mayor o menor grado. bien de una afectación cognitiva unitaria (caso B). Esta confu-
En el daño cerebral adquirido los correlatos clínicos de las sión proviene, al menos en parte, de la falta de definición es-
alteraciones en las capacidades sociales y emocionales se co- tricta y operativa de la sintomatología de las alteraciones de
rresponden con los conceptos (equivalentes) de alteraciones de conducta [115].

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Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

a) b) c)

O O O O O Nivel biológico

C C C C C Nivel cognitivo

S S S S S Nivel conductual

Figura 4
Diagrama de modelos causales de Morton y Frith [119]. C: proceso cognitivo; O: orgánico; S: conducta o síntoma. Modificado de [120].

Comenzando por la conducta, estos trastornos presentan haya omitido el papel de los procesos de la amígdala en la ge-
una serie de síntomas, de pobre definición operativa, que se neración de conductas desinhibidas. Esto es especialmente in-
resumen en la tabla I. Estos listados de conductas no aparecen teresante si se considera que la amígdala y la corteza orbito-
de forma sistemática y completa en los pacientes con el diag- frontal comparten un mismo circuito [46,130].
nóstico de cada subtipo concreto, sino que más bien se trata de De este modo, la desinhibición sería un conglomerado de
todos los síntomas que ‘pueden’ aparecer en estas personas. síntomas, que son generados por alteraciones de diversos pro-
Así, si un síndrome es un conjunto de síntomas estable, que cesos cognitivos, que a su vez se asientan en estructuras neura-
aparece de forma completa en la mayor parte de los casos, les múltiples. Esto encaja con la opción C del diagrama de Mor-
podemos preguntarnos hasta qué punto debemos considerar ton (Fig. 4), excepto porque no se trata de un solo síntoma ni
las alteraciones de conducta realmente como síndromes. de un síndrome unitario. Lo que es unitario es la categoría diag-
La clínica de la desinhibición incluye múltiples síntomas que nóstica (trastorno orgánico de personalidad subtipo desinhibi-
parecen tener como punto de unión la inadecuación social do), pero, como ya se ha mencionado, no las características
[118,121-129]. La falta de consistencia en los aspectos concep- conductuales que incluye.
tuales del ‘síndrome desinhibido’ se evidencia, entre otros fac- La figura 5 muestra el diagrama del modelo de Ochsner
tores, en la inclusión de síntomas no específicos, como la agre- [36], que el autor plantea como proceso cognitivo, modificado
sividad, la labilidad emocional o la perseveración, que comparten en este capítulo para exponer la perspectiva conductual. Estas
con otras patologías. figuras sólo pretenden ser un ejemplo de cómo habría que
En el caso de la desinhibición, se ha relacionado su clínica ‘despiezar’ la conducta del paciente desinhibido, con los dis-
con la disfunción de la corteza orbitofrontal. Cummings añade tintos síntomas originándose en procesos cognitivos diversos,
que no sólo las lesiones de esta zona, sino también los daños y no necesariamente una propuesta real de lo que ocurre en
en el circuito al que pertenece, generan la misma clínica este trastorno. La afectación en un paciente determinado pue-
[130,131]. Es posible que se hayan desatendido otras zonas de ser idiosincrásica y única, dependiendo del grado y permu-
cerebrales de más difícil acceso para la neuroimagen funcional, tación de los procesos deficitarios. Esto contribuye a explicar la
como la amígdala [44], y se haya prestado más atención a las gran variabilidad en la presentación clínica de la desinhibición
zonas más visibles (corteza orbitofrontal), de manera que se [118].

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I. Sánchez-Cubillo, ET AL

Tabla I. Características clínicas de los síndromes desinhibido, apático y disejecutivo.

Síndrome desinhibido u orbitofrontal Síndrome apático o del cíngulo anterior Síndrome disejecutivo o dorsolateral

Infantilismo, jocosidad Ausencia de conductas espontáneas No selecciona la información pertinente


Impulsividad y falta de control de instintos Ausencia de cogniciones o pensamientos No mantiene y manipula información
Pseudopsicopatía Falta de fluidez de ideas Rigidez cognitiva
Egocentrismo Falta de iniciativa No planifica
Expresión y petición de afecto inapropiadas Falta de reactividad emocional Genera pocas soluciones para un problema
Irritabilidad, agresividad Mutismo acinético Apatía
Rigidez cognitiva o ‘cabezonería’ AFECTACIÓN COGNITIVO-CONDUCTUAL Dificultad para prestar atención a dos estímulos
Distractibilidad y déficits de interferencia ‘POR DEFECTO’ simultáneamente (ejecución dual)
Síndrome de dependencia ambiental Atención selectiva y alternante
Déficits en habilidades sociales Poca fluidez verbal
Comunicación no verbal inadecuada Dificultad para secuenciar y ordenar temporalmente los
Contenido socialmente inapropiado del discurso acontecimientos
Insensibilidad a las consecuencias futuras Falta de coordinación en secuencias motoras alternantes
Incumplimiento de normas sociales o de reglas Afectación de la memoria prospectiva y de la metamemoria
Falta de inhibición de esquemas o acciones en Recuerdo de la información autobiográfica (lesión derecha)
curso Afasia transcortical motora (lesión izquierda)
Perseveración Pobreza en el razonamiento
Labilidad o inestabilidad emocional Dificultades para el razonamiento analógico
AFECTACIÓN PREDOMINANTEMENTE Dificultades para encontrar patrones cognitivos
CONDUCTUAL ‘POR EXCESO’ AFECTACIÓN MÁS COGNITIVA ‘POR DESORGANIZACIÓN’

El caso de la apatía resulta aún más complejo. Su descrip- Como se ha mencionado antes, existen múltiples trastor-
ción sintomatológica no es profusa, y se limita fundamental- nos en los que la afectación de la cognición social constituye
mente a resaltar la multiplicidad de esferas en las que desapa- un elemento esencial. Una de las primeras patologías en ser
recen fenómenos: conducta, cognición y emoción [123,132, asociadas con estos procesos fue el autismo [86]. En el clásico
133-137]. Este trastorno ha recibido una atención muy escasa estudio de Baron-Cohen et al se observó un déficit en la ca-
por parte de la investigación neuropsicológica, especialmente si pacidad para inferir conocimiento en el otro, resultado que se
se considera su relevancia clínica [138], y no existen propuestas ha replicado en múltiples estudios posteriores [146,147-149].
explicativas concretas, seguramente por la enorme dificultad Sin embargo, éste no ha sido el único proceso de cognición
que entraña la investigación de fenómenos conductuales, cog- social afectado en el autismo. Se han descrito consistente-
nitivos y afectivos que, literalmente, ‘brillan por su ausencia’. El mente alteraciones en la identificación de expresiones emo-
avance del conocimiento aún no permite, por lo tanto, asignar cionales mediante la percepción de la zona ocular [58,150] y
la apatía a un déficit o grupo de déficits neuropsicológicos es- de rostros [9,151], alteraciones en la capacidad para sentir
pecíficos. empatía [152-154], entender las intenciones e imitar a los de-
Entre el grupo de las demencias, la que destaca por presen- más [84,155,156] y en la regulación emocional [46]. Existen
tar alteraciones en la cognición social es la variante frontal de la otras propuestas para explicar otras alteraciones típicas del
demencia frontotemporal [139]. En ella se han descrito déficits autismo aparte de la clásica tríada (déficits en comunicación,
en el reconocimiento de expresiones emocionales, especial- socialización e imaginación [157]), como la teoría de coheren-
mente de las emociones negativas, en la empatía y en la men- cia central débil [158], aunque su exposición excede los obje-
talización [91,140-144]. Estos hallazgos contribuyen a explicar tivos de este capítulo. En cualquier caso, lo importante es re-
las dificultades en la interacción social que presentan estos pa- marcar que la afectación de los procesos de cognición social
cientes. Aunque en otras demencias puede darse igualmente resulta central en los abordajes explicativos contemporáneos
este tipo de síntomas, éstos son característicos de la variante del autismo.
frontal de la demencia frontotemporal debido a las áreas córti- El trastorno antisocial de la personalidad, o psicopatía, tam-
co-subcorticales que degenera [145]. bién se ha relacionado con alteraciones en varios procesos de

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Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

No condicionamiento emocional

Agnosia afectiva
(visual, auditiva, etc.)

Disfunción ejecutiva /
Rigidez cognitiva, Impulsividad,
Falta de empatía, no adecuación al otro, no reaprendizaje
egocentrismo no comprensión, de valencias,
entorno social complejo dificultad aplazar
gratificaciones

Figura 5
Diagrama del nivel conductual aplicado al modelo de flujo de procesamiento socioemocional de Ochsner (2008) ¿QUIERE DECIR [36]?.

cognición social. Quizá el más comúnmente observado sea el Evaluación de la cognición social
déficit en la capacidad para sentir empatía [159,160,161], aun-
que la dificultad en la autorregulación emocional también se ha En aras de intentar ordenar la información sobre el tema plan-
descrito como un déficit central del trastorno [126,162,163]. teamos diferentes niveles de complejidad en la cognición social
Otro déficit referido, aunque menos comúnmente, es el del re- y en las pruebas de evaluación de ésta.
conocimiento de expresiones emocionales [164]. Sin embargo,
es importante señalar la correcta capacidad de estas personas Reconocimiento facial de emociones
para mentalizar [70]. Es decir, la persona antisocial es capaz de El reconocimiento facial de emociones parece guardar más re-
saber lo que otros piensan y sienten, aunque eso no le genera lación con estructuras como la amígdala, sobre todo cuando se
la emoción empática. De este modo, la observación clínica de refiere a expresiones de emociones básicas como el miedo o el
que el psicópata entiende a los demás, pero utiliza este conoci- asco. Para la valoración del reconocimiento de expresiones fa-
miento para aprovecharse de ello, se puede relacionar con este ciales de estas emociones básicas se pueden emplear los mate-
hallazgo. riales incluidos en [174].
Otra de las patologías, psiquiátrica esta vez, en la que se han La amígdala parece desempeñar un papel importante en las
observado déficits en la cognición social es en las psicosis, bien emociones y la conducta social, ya que su principal cometido
esquizofrenia, bien primeros episodios [165]. Posiblemente el sería ‘convertir’ las representaciones perceptuales en cognición
primer autor en relacionar ciertos síntomas de la esquizofrenia y conducta al dotar de valor emocional y social a dichos estímu-
con déficits en ToM fue Christopher Frith, quien centró su aten- los. Los estudios en humanos con lesión en la amígdala han
ción en el déficit en ToM de estos pacientes como fuente expli- demostrado la implicación de ésta en el reconocimiento de ex-
cativa de síntomas positivos [166]. Además de este déficit, re- presiones faciales de emociones, especialmente del miedo, por
ferido en múltiples trabajos [75,167-172], se han señalado lo que podemos afirmar que la amígdala tiene un papel crucial
déficits en otros procesos de cognición social como el recono- en el reconocimiento e identificación de las emociones. Ade-
cimiento de expresiones emocionales [36,170,173] o la percep- más, algunos trabajos han señalado la participación de la amíg-
ción del movimiento [169]. dala en el reconocimiento de la prosodia emocional, particular-

17
I. Sánchez-Cubillo, ET AL

¿Y la sorpresa?

dmPFC +Amígdala, –vmPFC


Sorpresa negativa
dACC

Ínsula
rACC

sgACC –Amígdala, +vmPFC


vmPFC Sorpresa positiva

Amígdala

Figura 6 Figura 7
Bases cerebrales de las emociones básicas. Bases cerebrales de la sorpresa.

mente de las expresiones de ira y miedo [175,176]. Sin embargo, tarea de comprensión de creencias falsas (tarea de Sally y Ana).
otros estudios no han podido replicar estos hallazgos [177]. En En este test, el niño ve a Sally (una muñeca) que esconde una
términos generales podemos afirmar que los estudios lesiona- canica en su cesta y se va; a continuación Ana cambia la canica
les han encontrado dificultades en el reconocimiento facial de a su propia caja. Al niño se le hacen preguntas de control de la
emociones, como consecuencia de daño cerebral amigdalino memoria y la pregunta clave del test, que es: ‘¿Dónde buscará
bilateral. Algunos las han encontrado para el miedo [178] Sally la canica?’. Estos autores [86] encontraron que el 80% de
mientras que otros lo han hecho extensivo a otras emociones su muestra de niños con autismo contestó incorrectamente
negativas como el asco, la rabia o la tristeza. Aunque estos (que Sally miraría en la caja, donde estaba realmente la canica).
datos pueden generar cierto debate, parece plausible afirmar Por el contrario, la mayor parte de los niños normales de 4
que la amígdala reconoce el peligro y la amenaza con el fin de años, así como el 86% de un grupo de niños con síndrome de
procesar los estímulos y ayudarnos a resolver la ambigüedad Down, contestó correctamente que Sally miraría en la cesta,
del ambiente para poner en marcha conductas de retirada. Sin creyendo de modo equivocado que la canica estaría allí. Se
embargo, una visión pormenorizada de las bases cerebrales de consideró que este descubrimiento era la evidencia de un défi-
las emociones básicas nos lleva a situar diferentes emociones cit específico del autismo, el pensar sobre pensamientos del
en distintas localizaciones (Figs. 6 y 7). otro, esto es, ‘mentalizar’. Con esta tarea Baron-Cohen et al
lograron ‘rebajar’ sensiblemente la edad de ejecución, de for-
Creencias de primer y segundo orden ma que la mayoría de los niños de 4 años lograba resolver sin
Desde que Wimmer y Perner [179] idearon su test de compren- dificultad la tarea, así como los niños con retraso mental ligero
sión de creencias falsas (maxi task), ésta ha sido la prueba más y los niños con síndrome de Down. Sin embargo, los niños con
utilizada para determinar la ToM. Según estos autores, la mayo- autismo fracasaban en su ejecución, incluso los que presenta-
ría de los niños de 6 años realizaban sin dificultad esta tarea, ban un cociente intelectual normal. Posteriormente, numero-
mientras que a los 4 años la hacían al azar. Unos años más sos estudios han confirmado y extendido estos resultados
tarde, Perner et al [180] simplificaron la tarea inicial de creen- [181,182]. En un trabajo de metaanálisis llevado a cabo por
cias falsas y, con esta nueva versión, los niños entre 3,5 y 4 años Wellman et al [183] sobre el desarrollo de la ToM, que incluía
lograban realizarla. Baron-Cohen et al [86] idearon una nueva 77 artículos de investigación compuestos por 177 estudios di-

18
Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

ferentes, se ha encontrado que en esos trabajos se utilizan 591 cionamiento ejecutivo. Sin embargo, en población adulta con
condiciones de creencias falsas. Consideran los autores que la daño cerebral es fácil encontrar que la ejecución mejora cuan-
investigación de ToM no se reduce a la ejecución de tareas de do se simplifican las historias o cuando se utiliza un formato
creencias falsas, aunque reconocen que estas tareas ocupan un visual. En cuanto al sustrato neuroanatómico de las tareas con
lugar central en la investigación de la ToM. componente verbal o visual, Gallagher y Frith [195] han infor-
Otro tipo de tareas que entrañan una mayor dificultad son mado de que en tareas visuales o verbales que requieren la
las denominadas creencias de segundo orden, entre las que atribución de estados emocionales se activa una red específica
resulta paradigmática la historia del heladero: de áreas corticales que muestra un incremento de activación en
Es un día caluroso de verano. Juan y María están sentados la región temporoparietal bilateral y en el giro prefrontal medial
en el parque cuando ven llegar una furgoneta de helados. (la corteza paracingulada), lo que demuestra que la activación
Como no llevan dinero encima, María decide ir a buscar la car- de esta área es independiente del tipo de tarea.
tera a su casa. El heladero le asegura que esperará en el par- Para Scholl y Leslie [196], la ToM sería una capacidad modu-
que, pero al cabo de unos minutos Juan ve que el heladero lar que puede adquirirse de formas diferenciadas, pero en el
arranca la furgoneta para irse. Al preguntarle dónde va, el he- fondo de la cuestión se encuentra la idea de un módulo gené-
ladero contesta que se marcha a la zona de la iglesia porque en ticamente determinado que se activa debido a los estímulos
el parque apenas hay gente. Cuando el heladero va conducien- ambientales (como ocurriría, por ejemplo, con el lenguaje) o
do camino de la iglesia, María lo ve desde la puerta de su casa bien como una propiedad o habilidad sin una base innata: una
y le pregunta dónde va. Así, María también se entera de que capacidad ‘cognitivamente penetrable’ por el aprendizaje o la
estará en la iglesia. Por su parte, Juan, que no sabe que María inducción. En contraposición a la hipótesis del módulo innato
ha hablado con el heladero, va a buscar a María a su casa, pero para la ToM que señalan estos autores, han surgido modelos
no la encuentra. El marido de María le dice a Juan que ella se que plantean una relación entre el módulo para la ToM y otras
ha ido a comprar un helado. Pregunta: ¿dónde piensa Juan que habilidades cognitivas de carácter más general que se pueden
María habrá ido a buscar al heladero? centrar en dos grandes líneas [77,197]: una basada en el razo-
En nuestra opinión, existe una estrecha relación entre la eje- namiento y la comprensión de los estados mentales (muy rela-
cución en estas pruebas y la memoria de trabajo, no sólo por la cionada con el concepto de memoria de trabajo) y la que de-
relación temporal que existe entre la maduración de las áreas fiende la relación entre la ejecución en las de creencias de
cerebrales implicadas en la memoria operativa y la ejecución en primer y segundo orden y el control ejecutivo.
este tipo de tareas, sino también porque en nuestros trabajos La idea que sostiene que la ToM para falsas creencias es un
preliminares con pacientes con daño cerebral observamos que proceso específico que ocurre en un lugar concreto de nuestro
pacientes con grave afectación del sistema ejecutivo central no cerebro es una hipótesis que requiere una mayor evidencia ex-
pueden resolver estas tareas por dificultades en el registro, ac- perimental. Por supuesto que si un diseño de tales tareas en
tualización, mantenimiento o inhibición de la información. Al- población adulta con diferentes patologías logra encontrar
gunos trabajos en esta línea vienen a corroborar que cuando una disociación entre la ejecución en pruebas de falsa creencia
las tareas de ToM incrementan la carga en la memoria operati- y en pruebas de lenguaje, memoria operativa o funciones eje-
va o en funciones ejecutivas los resultados decaen significativa- cutivas, podremos comenzar a creer en el ‘módulo específico
mente [184-192]. Sin embargo, otros autores plantean que el para las falsas creencias’ dentro de la complejidad que abarca
razonamiento implicado en las creencias dependen de un pro- la ToM.
ceso modular específico para este tipo de tareas [193]. En esta
misma línea argumental, Rowe et al [92] estudiaron a 16 pa- Comunicaciones metafóricas e historias extrañas: ironía,
cientes con lesión frontal izquierda y 15 con lesión frontal dere- mentira y mentira piadosa
cha a los que pasaron pruebas de funciones ejecutivas y creen- Las historias extrañas de Happé [148] se crearon inicialmente
cias de primer y segundo orden, para concluir que no existe para evaluar la habilidad de los niños autistas a la hora de atri-
relación entre este tipo de pruebas y señalar la modularidad de buir intenciones a los demás. Un ejemplo de estas historias son
la ToM (aunque observan una afectación en la prueba de dígi- las de ironía, mentira y mentira piadosa. En cada una de las
tos). Otros autores [194], basándose en el estudio de un caso historias el personaje dice algo que no debía entenderse en
único, sostienen que la ToM se halla afectada por daño en la sentido literal, y se solicita al sujeto una explicación de por qué
amígdala izquierda sin afectación en pruebas que miden fun- el personaje afirma eso.

19
I. Sánchez-Cubillo, ET AL

A continuación se exponen tres ejemplos de historias extrañas: la ejecución de niños normales de la ejecución en niños afecta-
• Ironía: un niño/a está mirando a un grupo de niños que se dos por el síndrome de Asperger [198].
cuentan cosas y se ríen. Se acerca y les pregunta: ‘¿Puedo En esta prueba, los sujetos deben leer 10 historias en las que
jugar con vosotros?’. Uno de los niños se gira y le dice: ‘Sí, el protagonista ‘mete la pata’ en distintas situaciones sociales y
claro. Cuando las vacas vuelen, jugarás’. 10 historias de control de tipo ‘aséptico’. Una de las historias de
Pregunta de comprensión: ¿es verdad lo que dice el niño? faux pas es la siguiente:
Pregunta de justificación: ¿por qué dice eso? Julia compró a su amiga Esther un jarrón de cristal como
• Mentira: aparecen dos niños, uno con un bote lleno de ca- regalo de bodas. Esther hizo una gran boda y había tal cantidad
ramelos. El otro le pregunta: ‘¿Me das un caramelo?’, y el de regalos que le fue imposible llevar la cuenta de qué le había
otro niño responde, escondiendo los caramelos tras la es- regalado cada invitado. Un año después, Julia estaba cenando
palda: ‘No, es que no me queda ninguno’. en casa de Esther. A Julia se le cayó una botella de vino sin querer
Pregunta de comprensión: ¿es verdad lo que dice el niño? sobre el jarrón de cristal y este se hizo añicos. ‘Lo siento mucho.
Pregunta de justificación: ¿por qué dice eso? He roto el jarrón’, dijo Julia. ‘No te preocupes’, dijo Esther, ‘nun-
• Mentira piadosa: tía Amelia ha venido a visitar a Pedro. Pe- ca me gustó; alguien me lo regaló por mi boda’. ¿Ha dicho al-
dro quiere mucho a su tía, pero hoy lleva un nuevo peinado guien algo que no debería haber dicho, o algo inoportuno?
que Pedro encuentra muy feo. Pedro cree que su tía está Si la respuesta es afirmativa, habría que preguntar: ¿quién ha
horrorosa con este pelo y que le quedaba mucho mejor el dicho algo que no debería haber dicho, o algo inoportuno? ¿Por
que llevaba antes. Pero cuando tía Amelia le pregunta a qué no lo debería haber dicho o por qué ha sido inoportuno?
Pedro: ‘¿Qué te parece mi nuevo peinado?’, Pedro dice: ¿Por qué crees que lo dijo? ¿Se acordaba Esther de que Julia
‘¡Oh! ¡Estás muy guapa!’. le había regalado el jarrón? ¿Cómo crees que se sintió Julia?
Pregunta: ¿por qué le dice eso Pedro? Preguntas control: en la historia, ¿qué le regaló Julia a Esther
por su boda? ¿Cómo se rompió el jarrón?
Frith y Happé [148,158] plantean que este tipo de historias nos Como se puede observar, estas historias resultan algo más
sitúan en un tercer nivel de complejidad en la ToM, ya que estas complejas, y se insiste en la capacidad del sujeto para haber
historias se centran en la capacidad para extraer un significado comprendido la situación y su capacidad para ponerse en el
en función de un contexto social particular, lo que conllevaría la lugar de los diferentes protagonistas de la historia. Además, las
necesidad de una ‘coherencia central o global’ que debe supe- preguntas control pretenden corregir los errores que podrían
rar la literalidad para generar un significado determinado en un ser atribuibles a fallos en la memoria de trabajo.
contexto concreto. Para estos autores, este déficit en la cohe- Otros trabajos han planteado la sensibilidad de esta prueba
rencia central sería más universal y persistente que la inhabili- en pacientes con daño frontal [94], en pacientes con lesiones
dad para atribuir estados mentales (falsas creencias). bilaterales de la amígdala [199], en la demencia frontotemporal
Estudios con tomografía por emisión de positrones han de- [143] y en sujetos afectados por epilepsia frontal [200]. Sin em-
mostrado que este tipo de tareas producen un incremento del bargo, otros trabajos han planteado que las lesiones frontales
flujo cerebral en el giro frontal medial izquierdo (área de Brod- mediales no afectan a la ejecución en este tipo de tareas, aun-
mann 8) [147] y una activación significativa en la corteza cingu- que reconocen que las respuestas del paciente estudiado en
lada posterior. En una revisión más reciente llevada a cabo por este caso único demuestran ‘cierta falta de empatía con los per-
Frith y Frith [24] se postula que la corteza frontal medial sería la sonajes’ [89]. Como veremos posteriormente, no es casual que
encargada de diferenciar las representaciones de estados men- este paciente ¿A QUÉ PACIENTE SE REFIERE? presentara
tales de la representación de situaciones físicas, la región tem- también una afectación en la región ventromedial de la corteza
poral superior sería la responsable de la detección y anticipa- prefrontal. En esta misma línea un interesante trabajo que pre-
ción de la conducta del otro y los polos temporales guardaría tende evaluar la ToM en sujetos con trastorno de la personali-
más relación con el acceso al conocimiento social del argumen- dad antisocial concluye que los sujetos antisociales pueden cap-
to de la historia. tar y comprender las historia de faux pas, pero se observa que
estas historias no provocan ningún impacto emocional, es decir,
Las meteduras de pata (faux pas) los sujetos pueden definir lo que siente el personaje, pero no
En 1999, el grupo de Baron-Cohen propuso un nuevo test para podrían sentir lo que siente dicho personaje (empatía) [201].
la valoración de la ‘sensibilidad social’ que permitía diferenciar Milders et al estudiaron a 17 pacientes afectados por traumatis-

20
Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

mos craneoencefálicos graves en los que hallaron afectada su Otros estudios han explorado la ejecución diferencial de cier-
habilidad para detectar meteduras de pata, y no encontraron tos perfiles en esta prueba. Así, un estudio [205] refiere que la
relación entre este aspecto y los problemas conductuales [202]. ejecución en esta prueba no diferencia a un grupo de psicópa-
MacPherson establece la diferenciación entre funciones ejecuti- tas de la población normal y concluye que estos sujetos no ten-
vas y memoria de trabajo, por un lado (que relaciona con la drían problemas en aspectos relacionados con la ToM como
corteza prefrontal dorsolateral), y tareas de toma de decisiones, función y con la amígdala como estructura, con lo que se asume
meteduras de pata y reconocimiento emocional, por otro (que como cierto que esta prueba valora la activación de esta estruc-
relaciona con la corteza frontal ventromedial), y concluyó que tura cerebral y que es una buena prueba para evaluar ToM (nin-
en el envejecimiento normal se produce una afectación de las guna de estas dos afirmaciones tiene por qué ser cierta). En otro
primeras funciones y no así de estas últimas (aunque es discuti- interesante y reciente estudio del grupo de Baron-Cohen [206],
ble la localización que hace de las funciones cerebrales) [203]. se estudió a padres de niños con diagnóstico de síndrome de
Asperger con el test de los ojos, y se encontró que los varones
La expresión emocional a través de la mirada controles muestran una mayor activación en el giro frontal infe-
Otro ejercicio usado en las evaluaciones de la ToM es el test de rior izquierdo que las mujeres controles, mientras que los padres
los ojos de Baron-Cohen [150]. Esta prueba consta de 28 foto- y madres presentan una mayor activación en esta área. En el
grafías en la versión para niños y 38 en la de adultos, y en ellas análisis posterior se concluye que un patrón de activación muje-
se observan las miradas de hombres y mujeres que expresan un res más que hombres y hombres más que madres y padres (es-
sentimiento o pensamiento. Cada fotografía tiene cuatro res- tos por igual) puede observarse en el giro temporal medial iz-
puestas posibles que aparecen en la pantalla y el sujeto debe quierdo y la corteza prefrontal dorsolateral izquierda. El
elegir la más adecuada. Según el propio Baron-Cohen [150], resultado más importante de este estudio es que las diferencias
existen pocas pruebas para valorar la cognición social en adul- que se observan entre hombres y mujeres controles no se obser-
tos con inteligencia normal, pero que pueden presentar dificul- van entre padres y madres de niños con síndrome de Asperger.
tades en el dominio personal y social. En este sentido, se trata-
ría de un test más complejo y ‘avanzado’ en la medida en que Empatía y juicio moral
valora aspectos emocionales complejos y que surgen en la inte- Un aspecto que ha suscitado gran debate y polémica entre los
racción social, además de que el sujeto debe ponerse en ‘el estudiosos de la conducta humana, y que está relacionado con
lugar de la otra persona’. En este sentido el autor propone que la ToM, son los juicios éticos o los denominados dilemas mora-
esta prueba es una tarea compleja ya que el sujeto debe cono- les, como el conocido ‘dilema del prisionero’. En nuestro pro-
cer el significado de un léxico complejo que hace referencia a tocolo de evaluación de la ToM hemos optado por el dilema
emociones y sentimientos; basándose en la expresión de los del tren:
ojos, el sujeto debe ‘completar’ la expresión facial acompañan- Un vagón de tren se dirige sin control hacia un grupo de
te a la mirada y debe identificar la emoción que le genera esa cinco operarios que realizan obras de mantenimiento en la vía.
expresión determinada (empatía). Como señala el propio autor, Todos ellos morirán aplastados por la máquina si no encontra-
una limitación del test es que se trata de fotografías con expre- mos una solución. Usted tiene la posibilidad de apretar un bo-
siones estáticas de los ojos, lo que resta validez ecológica a la tón que activará un cambio de agujas y desviará el tren hacia
prueba. Otra limitación importante puede ser la calidad de los otra vía donde se encuentra un trabajador realizando obras de
actores elegidos para fotografiar las expresiones emocionales, reparación. El vagón mataría a este hombre, pero los otros cin-
ya que no sabemos si lo hacen ‘sintiendo la emoción o aparen- co se salvarían. ¿Pulsaría el botón?
tando sentirla’ (no sería igual interpretar una emoción expresa- Ahora vamos a por otra versión del mismo dilema:
da por Sean Penn o por Sylvester Stallone). Usted se halla sobre un paso elevado que cruza sobre la vía
En cuanto a la relación existente entre la ejecución del test y situado en un punto vertical entre la vía y las cinco personas.
‘la mente en los ojos’ y las estructuras cerebrales, Platek y Kee- Un señor con aspecto desaliñado y con pintas de estar bebido
nan [204], aplicando la resonancia magnética funcional (RMf), se encuentra a su lado. Una manera de frenar al ‘vagón asesi-
observan una activación de las regiones frontales bilaterales, no’ consiste en empujar al señor para que caiga sobre la vía
sobre todo en el giro frontal medial bilateral, en el giro tempo- y resulte atropellado, lo que provocará que el maquinista re-
ral superior izquierdo, en el polo temporal y en el giro frontal accione, frene el tren y salve las cinco vidas. ¿Le daría un em-
superior medial. pujón?

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I. Sánchez-Cubillo, ET AL

8
2

3 7
1

4 6 4

Figura 8
1: giro frontal medial; 2: circunvolución cingulada posterior; 3: surco temporal superior; 4: corteza orbitofrontal ventral; 5: polo temporal; 6: amígdala; 7: corteza pre-
frontal dorsolateral; 8: lóbulo parietal.

Lo más probable es que los sujetos contesten ‘sí’ al primer yor activación en el giro frontal medial y en el giro angular bila-
planteamiento y ‘no’ al segundo, lo que pone en un primer teral. De hecho, algunos estudios han relacionado estas áreas
plano el problema de la empatía, ya que la clave parece ser la cerebrales con la emoción. Sin embargo, las áreas relacionadas
idea de aplicar nuestra acción sobre un ser inanimado, como con memoria de trabajo se hallan menos activas en la condición
un botón, o sobre un ser animado, como un ser humano. Ade- moral personal (frontal derecha dorsolateral y parietal bilate-
más, cuando los sujetos responden que no empujarían al señor, ral). En otro estudio [209], también con RMf y en el que se
les planteamos qué harían si los cinco sujetos que se hallan en presentaban al sujeto historias simples o con contenido neutro
la vía son sus seres más queridos, lo que logra, en la mayoría de o contenido moral, se destaca el incremento de la actividad en
los casos, modificar la orientación de sus respuestas. el polo frontal y temporal, en el giro frontal medial, en el cere-
Esta distinción entre juicios personales e impersonales es re- belo derecho, en el surco temporal superior, en la corteza orbi-
levante en el estudio de la ToM dado su carácter evolutivo, tofrontal izquierda y en el globo pálido. En otra variante de
tanto ontogenético como filogenético. Las observaciones en estos estudios, en los que se enfrenta a los sujetos con tareas
grandes simios sugieren que nuestros ancestros vivían las rela- que implican juicios morales o emociones básicas como el asco,
ciones sociales guiados por emociones tales como la empatía, se observó gran activación en la corteza orbitofrontal medial
la ira, la gratitud o los celos [207]. Cuando nos referimos a este para los juicios morales y activación lateral orbital izquierda y de
razonamiento moral estamos haciendo referencia a aspectos la amígdala izquierda para la condición ‘emocional básica’. Es-
que implican abstracción e introspección. Aspectos como la tos trabajos sugieren una activación de la corteza orbitofrontal
empatía pueden contener componentes en los que una situa- en el procesamiento de información que implica juicios sociales
ción determinada activa un estado visceral de ‘verme yo en esa y carga emocional. Un tercer estudio de este mismo grupo des-
situación, como sujeto activo’ (por posible activación de memo- cubrió un patrón similar de respuestas ante la visión de escenas
rias episódicas que guarden relación con la situación planteada) con carga moral (abandono de niños, agresiones físicas, etc.).
y ese cambio visceral produce una activación emocional. La corteza frontal medial y las regiones del cingulado posterior
Recientes estudios han utilizado neuroimagen funcional también se activaban en otro estudio con RMf donde se valora-
para el estudio de los juicios morales. En una investigación con ba la empatía y la compasión [210]. Otro reciente trabajo ha
RMf, y basándose en este tipo de dilemas morales, se observó relacionado la corteza frontal (más la izquierda que la derecha)
[208] que en la ‘condición moral personal’ se produce una ma- con el razonamiento social [211]. Völlm et al [212] establecen

22
Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

Tabla II. Estructuras relacionadas con el ‘cerebro moral’.

Proceso cognitivo/tarea Estructuras relacionadas

Reconocimiento facial de emociones Amígdala

Creencias de primer y segundo orden Amígdala y corteza prefrontal dorsolateral

Historias de ironía, mentira y mentira piadosa Giros frontal medial izquierdo y cingulado posterior

Faux pas Cortezas prefrontal dorsolateral y orbitofrontal

Giro frontal medial, cingulado posterior, surco temporal superior, corteza orbitofrontal, polo
Empatía y cognición social
temporal, amígdala, corteza prefrontal dorsolateral y lóbulo parietal

una diferenciación entre pruebas de ToM y pruebas de empa- relacionados con el ‘cerebro moral’ y su sustrato neural. De lo
tía, y llegan a la conclusión de que ToM y empatía se relacionan que no hay duda es de la existencia de un solapamiento entre
con una compleja red neural. Las áreas de activación común las regiones implicadas en la ToM y en los juicios morales, lo
son la corteza prefrontal medial, la encrucijada temporoparietal que nos hace pensar en que éstos son una parte de la ToM.
y el polo temporal. Las pruebas de ToM incrementan la activa-
ción en la corteza orbital lateral, el giro frontal medio y el giro
temporal superior. Sin embargo, las tareas de empatía activa- Cuestionarios
rían el paracingulado anterior, el cingulado posterior y la amíg-
dala (regiones implicadas en el procesamiento emocional). Interpersonal Reactivity Index
Como se puede observar en la figura 8, múltiples regiones se Los instrumentos de evaluación de la empatía disposicional que
han asociado al ‘cerebro moral’. más se han utilizado en la investigación internacional son la
Un resultado paradójico es el encontrado por el propio gru- Hogan Empathy Scale [214], el Questionnaire Measure of Emo-
po de Greene [213] cuando compara los dilemas ‘fáciles’, como tional Empathy (QMEE) [215] y el Interpersonal Reactivity Index
el del tren, con otros como el que plantea una situación bélica (IRI) [216]. El QMEE fue desarrollado como una medida de em-
en la que los enemigos amenazan con matar a tu hijo si no patía emocional y el HES puede considerarse como una medida
delatas dónde se esconden los habitantes del pueblo, o dilemas más cognitiva [217]. Por otra parte, Davis [216,218,219] plan-
más sencillos como si permitirías que una joven matase a su tea que el concepto de empatía debe considerarse como un
hijo no deseado que acaba de nacer. En ambos casos existe un conjunto de constructos y no como un concepto unidimensio-
conflicto que activa la corteza cingulada anterior, como en el nal. Basado en este planteamiento, desarrolló el IRI [29]. Carey
paradigma Stroop, y una activación de la corteza prefrontal et al [220] realizaron un estudio en el que verificaron la natura-
dorsolateral en el caso del ‘niño en la guerra’, además de un leza multidimensional y la composición de los factores de la
aumento de la latencia de respuesta. Aunque no resulta fácil escala con una muestra de estudiantes. El análisis factorial mos-
explicar esta activación de la corteza prefrontal dorsolateral en tró una estructura del IRI formada por cuatro dimensiones inde-
un dilema moral ‘duro’, es posible que para este tipo de dile- pendientes de siete ítems cada una:
mas exijamos más recursos cognitivos para solucionar el pro- • Fantasía. Denotaba la tendencia de los sujetos a identificar-
blema e intentemos plantearnos qué ‘nos piden las emociones’ se con personajes ficticios como personajes de libros y pelí-
y qué es ‘lo socialmente correcto’, algo que no ocurre en el culas.
caso del ‘infanticidio’, en el que damos por hecho que eso no • Toma de perspectiva. Contenía ítems que reflejaban la ten-
se debe hacer. Realmente estas diferentes variantes en los dile- dencia o habilidad de los sujetos para adoptar la perspecti-
mas morales nos plantean el hecho de que nos encontramos va o el punto de vista de otras personas.
ante un tema sumamente complejo y muy dependiente de va- • Preocupación empática. Contenía ítems que evaluaban la
riables individuales en las que se valoran aspectos tan relevan- tendencia de los sujetos a experimentar sentimientos de
tes como el beneficio logrado, el daño infringido o la familiari- compasión y preocupación hacia otros.
dad de los implicados. En la tabla II se resumen algunos procesos • Malestar personal. Incluía ítems que indicaban que los suje-

23
I. Sánchez-Cubillo, ET AL

tos experimentaban sentimientos de incomodidad y ansie- sólo tienen sentido enmarcadas en una relación social), conte-
dad cuando eran testigos de experiencias negativas de otros. nido en el cual está especializada, según la propuesta de Adol-
phs et al [224].
Interpersonal Perception Task [221] En la amígdala se lleva a cabo la valoración del contenido
Esta prueba comprende 30 escenas de vídeo sobre diferentes emocional de los estímulos perceptivos [8], ya que interfiere en
interacciones sociales. A los sujetos se les pide que realicen jui- procesos de memoria, atención y toma de decisiones relaciona-
cios sobre las diferentes interacciones que se establecen entre das con la interacción social [14], mientras es regulada por la
las personas representadas. Concretamente se evalúan cinco corteza prefrontal, la cual inhibe su respuesta cuando lo consi-
dominios de la cognición social: posición social, grado de inti- dera necesario [14].
midad, parentesco, competencia y engaño. Cada uno de estos El conocimiento sobre la intervención de la amígdala en el
aspectos se representa en seis escenarios diferentes. A cada comportamiento social puede rastrearse hasta los experimentos
escenario le precede una pregunta sobre la relación entre las de Kluver y Bucy en 1939 [8], aunque los grandes avances respec-
personas representadas, seguida de dos o tres opciones de res- to a ésta se han presentado gracias a los estudios de LeDoux [8],
puesta. Este instrumento evalúa diferentes dimensiones de la particularmente sobre el miedo. La amígdala orienta la atención
cognición social como la percepción de aspectos no verbales de hacia los estímulos potencialmente peligrosos y se activa con rapi-
la interacción social, incluyendo la expresión facial y el lenguaje dez sin necesidad de que exista conciencia de su presencia [14].
corporal, o el significado social de las afirmaciones. También se encuentra documentada su participación en el
proceso de reforzamiento en relación con las propiedades del
Batería MATRICS estímulo [34]; la regulación de la información que recibe la cor-
Otro instrumento que evalúa de forma global la cognición so- teza sensorial y, especialmente, en la retroalimentación del pro-
cial, seleccionado por el proyecto MATRICS para medir ese dé- ceso atencional en la corteza visual [14], ya que envía referen-
ficit en la esquizofrenia, es el Mayer-Salovey-Caruso Emotional cias a estas áreas antes de que haya realizado la representación
Intelligence Test (MSCEIT) [222]. Este instrumento se diseñó bá- cortical del estímulo [8]; la reinterpretación de las situaciones,
sicamente para medir inteligencia emocional. Ésta puede defi- al permitir cambiar la valoración inicial asignada y de esta for-
nirse como la habilidad para percibir las emociones y sentimien- ma generar una respuesta distinta, lo que puede relacionarse
tos tanto propios como de los demás, para discriminar entre con aspectos como la confianza que puede tenerse en una per-
éstos, y para usar esta información como guía de los propios sona con sólo mirar su rostro [14] y el reconocimiento de las
pensamientos y acciones. El MSCEIT es un test de 141 ítems emociones a partir de la expresión facial [9].
que evalúan cómo la gente actúa y resuelve problemas emocio-
nales en ocho tareas divididas en cuatro clases de habilidades: Cuerpo estriado ventral
percepción de emociones, integración de las emociones para Se activa con aspectos motivacionales del atractivo de un rostro
facilitar el pensamiento, comprensión de las emociones y ma- y se relaciona con el comportamiento moral [14].
nejo de las emociones para promover el crecimiento personal.
Giro fusiforme y giro temporal superior
El giro fusiforme, también llamado occipitotemporal medial
Paisaje cerebral de la cognición social (parte del giro lateral del lóbulo temporal) o área fusiforme de
rostros [225], procesa propiedades estructurales y estáticas
Un proceso tan sumamente complejo como la cognición social de las caras [14].
y que atañe a tantos aspectos interrelacionados es lógico que En conjunto con la amígdala y el hipocampo, se activa ante
no se encuentre confinado a un área cerebral específica, sino la presentación de rostros que expresan miedo [226], lo que
que sean muchas las regiones implicadas. A continuación se sugiere un circuito de procesamiento de información en la que
resumen las principales. estos últimos recuperan memorias emocionales guardadas en
el área fusiforme de rostros. De esta forma, colabora con la iden-
Amígdala tificación de estados emocionales y, por lo tanto, con la elabo-
Participa en el procesamiento de emociones básicas (ante la ración de ToM.
presencia de estímulos ambientales, no de aquellos generados El giro temporal superior también está involucrado en el proce-
por imágenes mentales) [223] y de emociones sociales (que samiento de la expresión facial (especialmente de la mirada) y la

24
Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

percepción de la voz, y además se relaciona con el comportamien- Corteza prefrontal ventromedial


to moral [14,227] y los déficits atribucionales en el autismo [10]. Se considera el centro de la comprensión de los sentimientos
de otras personas y, por lo tanto, el eje de la empatía [230]; se
Corteza somatosensorial encarga de otorgar el valor emocional a los actos que ejecuta la
En ella se realiza la representación perceptual del estímulo [14], corteza dorsolateral y de realizar la representación emocional
lo que permite tener un panorama de lo que sucede en el cuer- de las metas en ausencia del desencadenante inmediato y ‘visi-
po [104], para enviar información a la corteza prefrontal y así ble’ [8]. Se considera que aquí se estructura la memoria de
tomar decisiones conscientes. trabajo emocional, la cual interactúa con la memoria de trabajo
convencional [8], pero incluye los componentes emocionales
Polo temporal de las metas y los procesos de toma de decisiones. Es un punto
Participa en procesos de ToM [223], elaboración de juicios mo- de asociación entre las situaciones complejas y el estado biorre-
rales simples, rememoración de eventos autobiográficos con gulador del individuo [105], para lo cual integra las categorías
contenido emocional y, en conjunto con la ínsula y el precúneo, de eventos que se han guardado en las cortezas asociativas
forma un circuito de atribución emocional [227]. (memoria de trabajo), las estructuras efectoras de la respuesta
emocional (que se encuentran en el tallo cerebral) y las áreas
Circunvolución del cíngulo encargadas de la representación de los sentimientos (que inclu-
Provee la información necesaria para que se realice el control yen la ínsula, la corteza parietal y el cíngulo) [223]. Debido a lo
consciente de la emoción [228] y el comportamiento moral anterior, se considera que es clave en la hipótesis del marcador
[14], a través de la recuperación de información y la imagina- somático [104]. Una lesión en esta área se relaciona con dife-
ción de situaciones emocionales [228]. Su lesión puede generar rentes tipos de dificultades en el funcionamiento social y emo-
mutismo acinético, forma extrema de pérdida de la motivación cional, incluyendo la interpretación de marcadores somáticos o
para la acción y que parece estar relacionado con la monitori- emocionales [8,14] que se utilizan para guiar la conducta en
zación y detección de errores y respuestas ante situaciones con- situaciones específicas.
flictivas (Adolphs, 2001) ¿A QUÉ REFERENCIA BIBLIOGRÁ-
FICA SE REFIERE?. Corteza prefrontal dorsomedial
En esta área se realiza la codificación de información social,
Ínsula para ser recordada con posterioridad [101], mientras que el
Su localización como parte del lóbulo temporal le facilita las mismo proceso, pero con información no social, se lleva a cabo
conexiones con el sistema límbico (incluyen hipocampo, área en el hipocampo.
entorrinal y amígdala), al que integra con zonas somatosenso-
riales [225] con las que interviene en la interpretación de signos Corteza orbitofrontal
emocionales evidentes, lo que facilita la empatía [225]. Esta Esta área se encarga de inhibir aquellos estímulos emocionales
función, más la relacionada con la manipulación de la informa- negativos que se consideran irrelevantes para una determinada
ción para interpretar la expresión facial, hace que la ínsula sea situación [223,231] y de emitir respuestas ante la transgresión
un área importante en la ToM [225]. Es un sistema de inspec- de normas morales [227]. Se ha observado que lesiones en esta
ción interoceptiva que cartografía incesantemente el estado del área dificultan la identificación de equivocaciones sociales y la
cuerpo y un lugar de memoria de experiencias somáticas inten- acción de las neuronas espejo [14]. La empatía afectiva parte
sas unidas a emociones básicas como el asco y otras emociones del reconocimiento de lo que la otra persona piensa o siente en
aversivas viscerales [229]. función de su expresión facial, a partir del cual se genera un
estado emocional propio, correspondiente con el supuesta-
Corteza prefrontal medial mente experimentado por la otra persona [230].
Junto con la corteza orbitofrontal, se encarga de regular la con-
ducta en casos de cooperación social, comportamiento moral y Corteza orbitofrontal lateral
agresión social –se activa con la transgresión de las normas– (área de Brodmann 47) o giro frontal inferior
[14]. Participa de manera activa en la elaboración de ToM Es necesaria para evaluar la relevancia contextual de información
[9,223] y se relaciona con la interacción de sistemas motores, emocional para la toma de decisiones [231]. Participa además en
emocionales, atencionales y de memoria de trabajo [104]. la expresión de ira o rabia y la respuesta de inhibición [223].

25
I. Sánchez-Cubillo, ET AL

Discusión lóbulos frontales responden a lo dimensional posiblemente


porque sus períodos de plasticidad cerebral son más amplios y
El concepto de ToM se refiere a la habilidad para comprender esto les hace ser más susceptibles a las experiencias y al am-
y predecir la conducta de otras personas, sus conocimientos, biente. Si un sujeto tiene una lesión en la región occipital cono-
intenciones y creencias. Dentro de este cajón de sastre se re- cida como V4, dejará de percibir los colores (acromatopsia),
cogen aspectos metacognitivos como la interpretación de pero no diremos que ve ‘un poco el verde o el azul’. Sin embar-
emociones básicas, la capacidad de captar el discurso metafó- go, cuando se produce una afectación frontal no decimos que
rico, las mentiras o la ironía, la posibilidad de interpretar emo- el sujeto ha perdido totalmente las funciones ejecutivas, sino
ciones sociales complejas a través de la mirada o la cognición que nuestras referencias se tornan más matizables, más parcia-
social y la empatía. Demasiados aspectos para una única rea- les o más dimensionales. Estas habilidades metacognitivas más
lidad que nos hace sospechar la posibilidad de que estemos complejas emergen con la maduración cerebral, fruto del desa-
haciendo referencia a niveles de complejidad diferenciados rrollo individual (experiencia), a través del cual un sujeto logra
dentro de un mismo concepto. De forma resumida podemos una representación de sí mismo (autoconciencia) y de los de-
afirmar que la cognición social recoge tres aspectos funda- más (ToM) [233,234]. En este mismo sentido podríamos afir-
mentales: mar que los procesos cognitivos se tornan más complejos cuan-
• La percepción de las expresiones emocionales. do las redes neurales implicadas abarcan a un número más
• La línea inspirada en la primatología y en el estudio del au- amplio de regiones y circuitos. Aunque poseemos distintos mo-
tismo que ha centrado sus investigaciones en la capacidad delos y explicaciones sobre los contenidos de la ToM, no hemos
para atribuir deseos, intenciones y creencias a otros. sabido combinarlas; así obtenemos soluciones imprecisas y par-
• La relacionada con la cognición social y la empatía, que ciales a un problema complejo. Es por esto que parece adecua-
trata de explicar aspectos cognitivos y emocionales que nos do combinar los distintos modelos e hipótesis para obtener una
permiten ‘ponernos en el lugar del otro’ y que se centrarían aproximación optimizada a procesos cognitivos complejos
en pruebas como los dilemas morales. como el que nos ocupa.
Este tipo de trabajos presentan varios problemas ‘prácticos’
Como señala Adolphs [232], la cognición social es un proceso que conviene señalar:
complejo en el que existen mecanismos para percibir, procesar • La delimitación de las regiones cerebrales lesionadas.
y evaluar los estímulos, lo que permite una representación del • Los instrumentos de medida seleccionados.
entorno social. Regiones del lóbulo temporal, tales como el • La capacidad de ‘mentalizar’ que poseía el individuo antes
giro fusiforme y el surco temporal superior, trabajan junto con de la lesión.
un grupo de estructuras entre las que se incluye la amígdala, la • La división entre la ToM cognitiva y emocional sólo es un
corteza orbitofrontal, el cingulado anterior y posterior y la cor- ordenamiento hecho para acercarnos al objeto que desea-
teza somatosensorial derecha. Este sistema procesa la informa- mos observar y no una propiedad del objeto.
ción para enviar la información a un sistema efector compues-
to de estructuras como los ganglios basales, la corteza motora Cuando establecemos la diferenciación entre cognitivo y emo-
y el hipotálamo, que permiten la emisión de una conducta so- cional es sólo una diferencia artificial. Lo primero se utiliza para
cial (Fig. 1). hacer referencia al procesamiento de la información y lo segun-
Como ocurre siempre que nos referimos a funciones cogni- do a los aspectos emocionales y afectivos. En este sentido, re-
tivas de alto nivel o metacogniciones, no resulta adecuado sulta muy difícil precisar si cada individuo realiza una tarea de
plantear que los niños autistas o con síndrome de Asperger no las propuestas apoyándose sólo en aspectos emocionales o
tienen ninguna ToM y que, por el contrario, nosotros tenemos sólo en aspectos cognitivos, ya que esto dependerá de factores
‘toda la teoría de la mente’. Cuando nos desplazamos en el tales como su historia personal, que de alguna manera ha mo-
cerebro de las regiones posteriores hacia las anteriores, obser- dulado sus conexiones sinápticas. Otro aspecto relevante es
vamos que lo categorial se va tornando, de forma sutil pero que algunas pruebas de ironía o mentira pueden responderse
implacable, en dimensional. Cuando las funciones son más bá- por similitud con situaciones que el sujeto recuerda y que son
sicas y responden a períodos o ventanas de plasticidad más re- previas al daño cerebral; por ejemplo, un paciente de nuestro
ducidos, desde un punto de vista filogenético, lo categorial servicio afirma que le gusta la fotografía por deducción, ya que
cobra más sentido (Fig. 9). Sin embargo, observemos que los antes del accidente le gustaba, por lo que deduce que le debe

26
Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

Redes neurales Modularidad

Dimensional Categorial

Figura 9
Lo dimensional y lo categorial en el cerebro.

seguir gustando. Parece, pues, que es importante diferenciar la ventromedial; quizá porque sus conexiones con la amígdala y
ejecución en estas pruebas entre individuos con alteraciones otras estructuras límbicas cumple un papel esencial en las con-
del desarrollo como el autismo o el síndrome Asperger y sujetos ductas mediadas por aspectos emocionales y motivacionales
con daño cerebral adquirido. [236]. Sin embargo, la corteza frontal dorsolateral sólo se vería
Evidentemente, existe un sistema neural complejo implicado implicada en tareas que requieran una gran carga para la me-
en la ToM. La amígdala parece desempeñar un rol importante moria operativa o de trabajo, como las creencias de segundo
en el procesamiento emocional de los objetos y de los rostros; orden [94].
el lóbulo temporal izquierdo cumple un papel fundamental en El estudio de la ToM nos sitúa, además, sobre el controverti-
el lenguaje, que a su vez parece soportar un rol destacado en la do tema de la inteligencia emocional/social y la inteligencia
sintaxis y en el significado de las falsas creencias; los lóbulos cognitiva. El concepto de inteligencia emocional y social reco-
frontales se encargarían del funcionamiento ejecutivo implica- ge, básicamente, los siguientes componentes [237]:
do en la resolución de las tareas y las áreas no frontales del he- • La capacidad de ser consciente y de expresar las emociones
misferio derecho se encargarían del procesamiento de aspectos propias.
no sintácticos y de los aspectos visuoespaciales de la memoria • La habilidad de ser conscientes de los sentimientos de los
de trabajo [235]. Otros autores [87] observan que la afecta- otros y establecer relaciones interpersonales.
ción en aspectos gramaticales en pacientes con daño cerebral • La capacidad para regular los estados emocionales.
no afecta a la ToM. • La posibilidad de solventar los problemas de naturaleza per-
Sea como fuere, existe un gran consenso en señalar la re- sonal e interpersonal que se nos planteen.
gión frontal como crucial para la ToM. Algunos autores indican • La capacidad de interactuar con el entorno para gene-
que la corteza frontal desempeña un rol crítico en las tareas de rar emociones positivas que nos sirvan como automotiva-
ToM tales como el engaño y, sobre todo, la corteza frontal doras.

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I. Sánchez-Cubillo, ET AL

Como podemos ver, este concepto de inteligencia emocional sis se encontraría en el vértice de la pirámide, ya que su come-
va unido al de inteligencia social y ésta comparte algunos as- tido sería controlar la propia actividad mental, representar las
pectos con la ToM (y otros aspectos con el concepto de funcio- experiencias actuales en relación con las previas, utilizar el co-
nes ejecutivas o con la hipótesis del marcador somático). Ya en nocimiento adquirido para resolver situaciones novedosas o
1920 Thorndike [238] definió la inteligencia social como la ca- guiar la toma de decisiones para el futuro. Para Prigatano [241],
pacidad de percibir los propios estados mentales y el de los la autoconciencia es la capacidad de percibirse a uno mismo en
otros para actuar de forma optimizada de acuerdo con dicha ‘términos relativamente objetivos manteniendo un sentido de
información. subjetividad’. Sirva como ejemplo la lectura de este capítulo.
Así, la ToM puede compartir cierto paralelismo con el con- Necesitamos saber que nuestra comprensión de éste se acerca
cepto de funciones ejecutivas, en el que, por un lado, se descri- a la de otros lectores, pero, al mismo tiempo, es preciso poseer
be un componente más cognitivo (en la ToM serían las creen- una interpretación personal del capítulo. Ésta es la paradoja de
cias de primer y segundo orden y en las funciones ejecutivas la la autoconciencia. Por una parte, precisamos percibir el mundo
memoria de trabajo o los procesos de planificación) y, por otro, de una forma similar a la percepción de los demás y, por otra,
un componente más emocional (en las funciones ejecutivas se- necesitamos un sentido de interpretación privada, subjetiva y
ría el marcador somático ligado a la toma de decisiones y en la única de la experiencia. Este aspecto de la autoconciencia (a
ToM aspectos como los dilemas morales). En ambos casos los partir de ahora conciencia SE SIGUE HABLANDO MÁS
procesos cognitivos podrían considerarse ‘puramente’ cortica- ADELANTE DE AUTOCONCIENCIA) implica un proceso cog-
les (prefrontal dorsolateral) y los aspectos más emocionales nitivo a la vez que un estado emocional.
participarían de un sustrato neural en el que se verían implica- Evidentemente nos referimos al ser consciente, pero además
das regiones como el sistema límbico, la ínsula (en la que se nos acercamos a una propiedad emergente del cerebro, ya que
representarían los estados corporales) y el sector prefrontal este nivel sólo puede alcanzarse en cerebros filogenéticamente
ventromedial (como región de yuxtaposición entre los procesos más evolucionados [242,243]. En este sentido, es importante
emocionales y cognitivos). Así, podemos establecer un conti- que no rehuyamos situar la autoconciencia en el cerebro por
nuo entre la inteligencia cognitiva y emocional (entendida ser un proceso mental de alta complejidad; simplemente debe-
como funciones ejecutivas y marcador somático) y la ToM y la mos situarlo en el espacio adecuado, y este espacio no es otro
empatía como la base de la inteligencia social. que la corteza prefrontal.
No debemos olvidar que la mayoría de los estudios sobre El sistema neural crítico para la autoconciencia se halla en
neuroimagen y ToM ha intentado examinar este proceso men- las cortezas prefrontales, ya que la posición neuroanatómica de
tal desde una perspectiva unidireccional. Se ha analizado el éstas favorece este propósito por las siguientes razones [104]:
efecto de ciertos estímulos en la mente o el cerebro de una • Recibe señales procedentes de todas las regiones sensoria-
persona, pero la interacción social en la que nos encontramos les en las que se forman las imágenes que constituyen
inmersos es necesariamente bidireccional. Para ello deberemos nuestros pensamientos, incluyendo las cortezas somato-
comprender que en la cognición social no sólo se hallan implica- sensoriales e insulares, en las que se representan los esta-
dos procesos en los que no sólo los pensamientos, sentimientos dos corporales pasados y actuales.
o creencias son transmitidos de un cerebro a otro, y qué efecto • Recibe señales desde varios sectores biorreguladores del ce-
producen en éste, sino también cómo ese cerebro está produ- rebro, entre los que se encuentran los núcleos neurotrans-
ciendo al mismo tiempo sus propios procesos para influir en la misores del tallo cerebral y del prosencéfalo basal, así como
mente del otro: ésta es la cognición social más ‘ecológica’. la amígdala, el cíngulo anterior y el hipotálamo.
• Representa categorizaciones de las situaciones en las que el
organismo se ha visto implicado, clasificaciones de las con-
Autoconciencia tingencias de nuestra experiencia vital. Las zonas de con-
vergencia localizadas en la corteza prefrontal son, así, el
Stuss y Benson [239,240] definieron la autoconciencia como un depósito de representaciones disposicionales para las con-
atributo humano que no solamente permite la conciencia de tingencias adecuadamente categorizadas y únicas de nues-
uno mismo, sino que también permite captar la posición de tra experiencia vital.
uno mismo en su entorno social. En una organización jerárqui-
ca de las funciones mentales, esta autoconciencia o autoanáli- Así pues, la corteza prefrontal resulta ser una zona de conver-

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Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

gencia o yuxtaposición entre procesos cognitivos y emociona- artículo. Sin embargo, esta conciencia central no es equipara-
les, entre nuestro mundo interno y externo, de tal manera que ble a la autoconciencia, ya que no accede al pasado y no se
actúa como un depósito de representaciones de disposiciones proyecta al futuro. Por otro lado, el tipo complejo de concien-
del organismo para las experiencias adecuadamente categori- cia, a la que denomina conciencia ampliada o extendida, otor-
zadas y únicas de nuestro devenir vital. Dicho de otro modo, ga al organismo una sensación elaborada de ser (una identi-
generamos un concepto de nosotros mismos, de lo que necesi- dad) y sitúa al individuo en un punto de su devenir
tamos y de lo que somos para guiar nuestra conducta hacia la autobiográfico, consciente del pasado vivido y del futuro anti-
búsqueda de esas necesidades. En este sentido, parece eviden- cipado a la vez que conocedor del mundo que lo circunda.
te que, para que surja la autoconciencia, se precisa información La clave de la conciencia ampliada radica en su organiza-
de señales procedentes del exterior o de nuestros propios pen- ción. Los recuerdos autobiográficos son ‘objetos’ y el cerebro
samientos (que también son imágenes), se necesita tener acce- los trata como tales, de manera que permite que cada uno de
so a la información previamente categorizada (posiblemente el ellos acceda al aquí y el ahora (generan conciencia central). En
criterio de categorización se base en la valencia emocional de otras palabras, la conciencia ampliada es la consecuencia de
las experiencias) y, a partir de aquí, creamos representaciones dos capacidades: primera, la capacidad de retener registros
que se convierten en disposiciones que son únicas, porque se de experiencias; segunda, la capacidad de reactivar esos regis-
basan en nuestra experiencia vital (que también es única). tros de tal modo que, como objetos, generan una sensación de
Desde esta perspectiva, para Stuss [244] las alteraciones de la ‘ser yo el que conozco’.
conciencia relacionadas con lesiones la corteza prefrontal pre- Por ello, la conciencia ampliada es la capacidad de ser
sentan algunas peculiaridades que debemos tener en cuenta: consciente de un ámbito amplio de entidades y sucesos,
• Las alteraciones de conciencia frontal están asociadas con de manera que se genera un sentido de perspectiva indi-
el ‘yo’ y se manifiestan de forma genérica en el funciona- vidual. Así pues, podemos afirmar que producimos pul-
miento conductual más que cognitivo. sos de experiencia consciente para un objetivo, pero, al
• Estas alteraciones pueden aparecer sin presencia de déficits mismo tiempo, creamos un conjunto acompañante de re-
cognitivos o sensoriales e incluso con un cociente intelec- cuerdos autobiográficos reactivos. Sin tales recuerdos no
tual intacto. tendríamos sensación de pasado ni de futuro, no existiría
• Parece posible un fraccionamiento de la conciencia en rela- continuidad histórica (autoconciencia). La experiencia
ción con conexiones específicas entre el lóbulo frontal y consciente es una necesidad cimentadora, ya que el pre-
otras regiones específicas. sente, el pasado y el futuro acceden a la experiencia
• Las funciones ejecutivas son importantes, ya que son fun- consciente y, sin embargo, sin autoconciencia la expe-
ciones más específicamente frontales, por lo que su afecta- riencia del aquí y el ahora no tendría la resonancia del
ción puede estar asociada con la alteración de la conciencia pasado y del futuro. Es decir, sin experiencia consciente
de los déficits en el funcionamiento conductual. no puede haber autoconciencia. ¡OJO! ESTE PÁRRAFO SE
• La autoconciencia es algo más que el mero conocimiento, REPITE EN LA PÁGINA 34
es la capacidad de reflexionar sobre las implicaciones de Para examinar la base neuroanatómica de la conciencia am-
este conocimiento. pliada, Damasio [246] sugiere un espacio de imágenes en el
• La autoconciencia no sólo se refiere al pasado y al presente, que se yuxtaponen los contenidos mentales de la experiencia
sino que también acaba proyectándose al futuro. En este consciente con un espacio de disponibilidad en el que los re-
sentido, nosotros plantearíamos que la conciencia no es cuerdos disponibles contienen registros de conocimiento implí-
sólo conocimiento, ya que no hay implicaciones del conoci- cito. Los elementos clave de la autoconciencia son los que se
miento si éste no se impregna de una valencia emocional. corresponden con nuestra identidad, con nuestras experiencias
pasadas y futuras. Para este autor, la autoconciencia es un pro-
Damasio [245,246] propuso la división de la conciencia entre ceso de activación coordinada y exhibición de los recuerdos
conciencia central y conciencia ampliada o extendida. La prime- personales, situados en una red ubicua. Los elementos esencia-
ra proporciona al organismo la sensación de ser en un momen- les surgen de una red que se activa incesantemente y que se
to (ahora) y en un lugar (aquí). El alcance de la conciencia cen- localiza en las zonas de convergencia, situadas en las cortezas
tral es el aquí y el ahora, por lo que presenta ciertas similitudes superiores temporales y frontales, así como en los núcleos sub-
con la experiencia consciente señalada anteriormente en este corticales como los de la amígdala. La activación coordinada de

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I. Sánchez-Cubillo, ET AL

esta red ubicua está pautada por diversos núcleos talámicos, recuerdo de hechos y eventos de nuestra vida, además de la
mientras que el mantenimiento de los componentes reiterados planificación del futuro. La memoria episódica es autorreferen-
durante períodos de tiempo más amplios exige el apoyo de la cial y autobiográfica: un registro de las experiencias que vivi-
corteza prefrontal. En este sentido, Edelman y Tononi [247] mos, que codifica selectivamente la información espacial/tem-
afirman que la conciencia de orden superior (que presupone la poral concerniente a ellas y su dimensión emocional y afectiva,
existencia de una conciencia primaria) viene acompañada de integrando así los procesos perceptuales ‘qué’, ‘dónde’ y ‘cuán-
un sentido de la propia identidad y de la capacidad explícita de do’. Sobre todo, la memoria episódica y la conciencia autonoé-
construir escenas pasadas y futuras. Como mínimo requiere, tica consisten en el proceso mismo de evocar información so-
pues, una capacidad semántica y, en su forma más desarrolla- bre el pasado para planificar y enfocar la conducta hacia futuro.
da, una capacidad lingüística. Podríamos afirmar que una propiedad implícita de la memoria
El tema de la autoconciencia es central en la teoría neuro­ episódica es la llamada ‘cronestesia’: ‘Una forma de conscien-
psicológica. La conciencia, entre otros aspectos, se relaciona cia que permite a los individuos pensar sobre el tiempo subje-
con la memoria, y esta relación ha llevado a la distinción entre tivo en el cual viven y que les permite “viajar mentalmente” en
conciencia autonoética y conciencia noética [248]. La concien- tal tiempo’ [252]. El autor comenta que, de acuerdo con las
cia noética se asocia con la memoria semántica. Se refiere a la leyes físicas, el fluido del tiempo es irreversible; sin embargo,
conciencia del pasado relacionada con la vivencia o sentimiento ‘la excepción singular es proporcionada por la capacidad hu-
de familiaridad o de ‘conocer’ (knowing). La conciencia auto- mana de recordar acontecimientos pasados’ [252], a lo que
noética se relaciona con la memoria episódica. Se refiere a la nosotros añadiríamos la capacidad de imaginar acontecimien-
conciencia del pasado concebida como el autorrecuerdo en el tos futuros.
proceso de reactivación de los acontecimientos vividos. Es la En cuanto al sustrato neuroanatómico de la conciencia au-
conciencia relacionada con el proceso de ‘recordar’, activo y tonoética y de la cronestesia, ambas se han puesto en relación
personal (remembering o self-recollection). La primera es evo- con la corteza prefrontal [253-256]. La evidencia clínica sugiere
lutivamente más antigua y, de algún modo, se relaciona con el que lesiones en el cerebro derecho anterior afectan a ambas
sistema de memoria semántica. La conciencia noética es el re- conciencias con mayor preservación de la memoria semántica
sultado de la interacción entre la experiencia presente y la me- (conciencia noética). De hecho, algunos estudios con neuro-
moria del individuo relacionada con el conocimiento (saber). La imagen funcional han comparado las redes neurales que se
conciencia noética es el resultado de acceder al propio pasado, activan cuando a un sujeto se le proporciona información auto-
pero en términos de ‘conocer’ y no de ‘recordar’. Sin embargo, biográfica o información ficticia, y han evidenciado que los re-
la conciencia autonoética es filogenéticamente más reciente y cuerdos autobiográficos activan la amígdala derecha y la corte-
se sustenta en la memoria episódica, por lo que permite ‘reex- za prefrontal ventral derecha [257,258].
perienciar’ nuestro pasado a la vez que tiene posibilidades de Estos diferentes modelos de autoconciencia (Stuss, Dama-
proyectarnos hacia el futuro. Cuando recordamos el pasado sio, Tulving) difieren en el modo de acercarse a esta realidad tan
somos autonoéticamente conscientes de que ése es nuestro compleja como es el ‘yo’, aunque aportan dos hechos funda-
pasado. Esta conciencia autonoética incluye, pero trasciende, la mentales para establecer un discurso basado en las neurocien-
conciencia noética [249-251]. cias. Por un lado, intentan situar la autoconciencia en el cere-
Ambas conciencias están determinadas por las propiedades bro para romper así la dicotomía cerebro-mente en el acto más
de cada cerebro individual (por lo que presentarían una gran complejo y sublime de la especie humana; por otro lado, y
variabilidad intersujeto) y por su estado fisiológico en un mo- cuando más complejo es el objeto de nuestro estudio, los cons-
mento determinado. La autoconciencia significa poseer una tructos hipotéticos son más frecuentes, debido a que las expli-
experiencia particular que depende tanto del estado general de caciones son más distales (no se pueden ceñir al funcionamien-
la conciencia (del estar) como de la estimulación interna y ex- to de las neuronas) y las propiedades del objeto son emergentes
terna que es particular y única. A estos conceptos de concien- (al alcanzar cierto nivel de complejidad no pueden explicarse
cia, Tulving [252] ha añadido recientemente el término de cro- exclusivamente mediante modelos que satisfacen al nivel ante-
nestesia, para referirse a la capacidad neurocognitiva de rior). De todos modos, convendremos en que algunas capaci-
expresar la conciencia del individuo en una dimensión tempo- dades relacionadas con nuestro funcionamiento cerebral per-
ral, en relación con su propia existencia y la de los demás (tiem- miten explicar algunos rasgos distintivos de la condición
po subjetivo). En este sentido, la cronestesia haría referencia al humana, como la capacidad de anticipar el futuro, de actuar en

30
Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

Tabla III. Naturaleza de la alteración de la conciencia y niveles de procesamiento, modificado de [259].

Naturaleza de la falta Información Implicación Integración


de conciencia Nivel 1 Nivel 2 neuropsicológico Nivel 3 emocional

1: el paciente no tiene información 1: el paciente no puede tomar el ‘yo como objeto’ 1: no hay implicaciones emocionales
2: el paciente no tiene conocimientos 2: el paciente no puede comprender la
I: técnicos para comprender el significado información
FALTA DE CONCIENCIA de la información 3: el paciente no puede retener o recordar la
3: ¿es la anosognosia un síntoma? información
4: arousal insuficiente para la conciencia
1: no existen alteraciones en el nivel de 1: el paciente no puede comprender o abstraer de 1: el paciente conoce (pero no soporta)
II:
información la información sus consecuencias y/o implicaciones el impacto de la información, por lo
MINIMIZACIÓN
que la ‘reduce’ a niveles de tolerancia
1: no existen alteraciones en el nivel de 1: no se detectan alteraciones neuropsicológicas 1: el paciente no puede creer la
III: información que expliquen el problema información, es demasiado estresante
NEGACIÓN y la expulsa de su experiencia
consciente

un mundo social complejo, el conocimiento de uno mismo y el la conducta es elicitada y observada. Para Weinstein, la nega-
de los demás y el control sobre la propia existencia. ción debe entenderse como una pérdida de insight y está rela-
Otros autores como Langer y Padrone [259] han planteado cionada con la confabulación, la mentira, la desorientación
la falta de conciencia en función de tres niveles básicos de simbólica (denomina así a las respuestas del paciente cuando le
procesamiento de la información, como son el conocimiento, preguntan para qué acude a tratamiento y responde que por
la implicación y la integración o, dicho de otra forma, un nivel estrés, por ejemplo). Además, Weinstein plantea la importancia
de recogida de información, otro neuropsicológico y otro emo- de los factores de personalidad premórbidos para comprender
cional (Tabla III). Así, la falta de conciencia para un aspecto los mecanismos de negación, además de la presencia de cono-
específico se puede producir porque el sujeto no recibe infor- cimiento implícito. En este sentido, los mecanismos de nega-
mación o esta información se halla degradada, o bien porque ción son adaptativos en la medida que representan y explican
no puede comprender el significado de la información (por la incapacidad el paciente y le otorgan un sentido de realidad.
ejemplo, se ha demostrado que los alcohólicos presentan difi- Prigatano, a su vez, plantea que la conciencia de un déficit se
cultades en el procesamiento de rostros que expresan algunas debe a diversos factores que afectan a niveles superiores de
emociones básicas, como la tristeza). En cuanto a la implica- integración cerebral. En este sentido, los pacientes con lesión
ción, el sujeto no puede tomar el ‘yo’ como objeto, no puede cerebral parece que tienen afectada la capacidad cognitiva para
comprender la implicación del déficit (tal vez porque no cono- evaluar el feedback que reciben de su entorno y que les indica
cía la implicación de la función premórbidamente), no puede sus limitaciones funcionales. Además, y aunque reciban infor-
retener o recordar la información, o tal vez el arousal para la mación de la limitación de su propio cuerpo y del feedback del
conciencia es insuficiente. entorno, ellos persisten en mantener cierta actitud de indife-
Prigatano [241] ha estudiado la alteración de la conciencia rencia ante esta información. Así, recientes estudios parecen
de los déficits en pacientes afectados de daño cerebral, toman- demostrar que la ínsula tendría un papel importante en la con-
do como base los trabajos pioneros de Weinstein en los años ciencia de los estados afectivos, tal vez porque la información
cincuenta. Para este último autor la manera en que los pacien- de tales estados afectivos se produce mediante la cartografía
tes se adaptan y representan simbólicamente (término con con- cerebral de los estados corporales asociados a dichos estados
notaciones dinámicas) sus déficits está determinada por una emocionales. Karnath et al, a su vez, demostraron [260] que los
serie de factores como son el tipo, la gravedad y la localización pacientes neurológicos con anosognosia de la hemiplejía y
de la afectación cerebral; la naturaleza de la incapacidad; el afectación sensitivomotora presentan afectación frontal, de la
significado que puede tener ese déficit relacionado con los va- ínsula y parietal, mientras que los pacientes con trastornos mo-
lores y experiencias premórbidas del sujeto y el medio en el cual tores conversivos muestran afectación en los ganglios basales y

31
I. Sánchez-Cubillo, ET AL

el tálamo, y que dicha actividad mejora cuando el paciente re- y, sin embargo, sin autoconciencia la experiencia del aquí
cibe tratamiento. En un paradigma think/no think, para evaluar y el ahora no tendría la resonancia del pasado y del futu-
las regiones cerebrales que se activan para la supresión de me- ro. Es decir, sin experiencia consciente y sin memoria no
morias no deseadas, Anderson et al [126] observaron una hipe- puede haber autoconciencia. ¡OJO! ESTE PÁRRAFO SE RE-
ractivación de la corteza prefrontal dorsolateral, ventrolateral y PITE EN LA PÁGINA 31
del cíngulo anterior (posiblemente más relacionada con proce- En cuanto a la relación entre funciones ejecutivas y nega-
sos de inhibición del recuerdo), así como una hipoactivación ción, consideramos que los procesos puramente cognitivos o
hipocámpica (asociada a procesos de consolidación). fríos, relacionados con las funciones ejecutivas, se pueden en-
Salmon et al [261] estudiaron la alteración de la conciencia contrar más conectados con los aspectos cognitivos implicados
de los déficits en pacientes con demencia leve y moderada, y en el insight, como la actualización del conocimiento sobre
establecieron una relación entre la afectación de la conciencia nuestra propia conducta, o la flexibilidad cognitiva, que nos
de sus déficits funcionales y la hipoperfusión en regiones pa- permite cambiar nuestros criterios en función del feedback re-
rahipocámpicas y orbitofrontal derecha. Schmitz et al [262], cibido. Es decir, se encontrarían más unidos al concepto de co-
tras una revisión de varios estudios, apoyan también la hipóte- nocimiento de lo que nos sucede. Sin embargo, existe un com-
sis de la afectación frontal derecha en pacientes con autocon- ponente cognitivo-emocional necesario para que se produzca
ciencia pobre. el insight y el sujeto pueda derribar sus mecanismos defensivos
Para autores como Rinn [263], la negación observada en pa- (cuando decimos defensivos no optamos por la visión dinámi-
cientes alcohólicos se encontraría más relacionada con los défi- ca, ya que consideramos que toda conducta tiene un correlato
cits cognitivos y formarían parte de éstos, y no tanto de un cerebral). En este sentido los trabajos de Verdejo-García y Be-
mecanismo de defensa del yo. En este sentido, se puede plan- chara [264], entre otros, han dejado patente la relación existen-
tear que la negación es la consecuencia de un fallo en las bases te entre los procesos de toma de decisiones y la hipótesis del
neurales que soportan el insight y la empatía. Para Rinn, la ne- marcador somático con las conductas adictivas. El paradigma
gación se asociaría a la rigidez cognitiva, la pobreza de pensa- de la Iowa Gambling Task ha puesto de relieve que los sujetos
miento o la falta de habilidades para afrontar situaciones com- adictos tienen afectados los procesos de toma de decisiones; se
plejas, es decir, a las funciones ejecutivas. Sin embargo, es dejan guiar por el refuerzo inmediato y obvian las consecuen-
conveniente señalar que los estudios en adictos son todavía es- cias a largo plazo del consumo. Además, sabemos que este
casos y presentan problemas metodológicos importantes, pero proceso es el resultado de la yuxtaposición de procesos cogni-
los trabajos sobre insight en la esquizofrenia han encontrado tivos con emociones y que esta yuxtaposición se lleva a cabo en
resultados discrepantes entre ejecución en tareas cognitivas e la corteza prefrontal ventromedial. En esta línea de argumenta-
insight. En los trabajos sobre negación en adictos se han descu- ción es interesante que los sujetos con afectación ventromedial
bierto relaciones entre memoria y negación, funciones ejecuti- parecen tener afectada su empatía, ya que en los dilemas mo-
vas y negación y entre velocidad de procesamiento y negación. rales tienden a hacer juicios utilitaristas y muestran cierta inca-
Ahora el problema reside en encontrar las relaciones entre estas pacidad para empatizar (la empatía debe entenderse como un
funciones cognitivas y los mecanismos de negación. proceso cognitivo-emocional) con su víctima. Por último, es
En cuanto a la relación entre memoria y negación, he- destacable el trabajo de Lombardo et al [265], que señala una
mos de comprender que la autoconciencia es la capaci- relación entre la activación del sector ventromedial y el autoco-
dad de ser consciente de un ámbito amplio de entidades nocimiento, por lo que ya tendríamos un nexo de unión entre
y sucesos, de manera que se genera un sentido de pers- las funciones ejecutivas cálidas y la autoconciencia e insight.
pectiva individual y de continuidad espacio-temporal. En cuanto a la velocidad de procesamiento y la negación,
Por lo tanto, podemos afirmar que producimos pulsos de este dato es posible que esté reflejando que los sujetos adictos
experiencia consciente para un objetivo, pero, al mismo encuentran afectada su velocidad para captar la información
tiempo, creamos un conjunto acompañante de recuerdos que llega del exterior, lo que produce una degradación del in-
autobiográficos reactivos. Sin tales recuerdos no tendría- put que llega al cerebro, así como la conectividad entre diferen-
mos sensación de pasado ni de futuro, y no existiría con- tes regiones, aspecto que es fundamental para crear una ima-
tinuidad histórica (autoconciencia). La experiencia cons- gen global coherente y unificada de nosotros mismos y del
ciente es una necesidad cimentadora, ya que el presente, mundo que nos rodea. Este aspecto puede estar relacionado
el pasado y el futuro acceden a la experiencia consciente, con la afectación de la sustancia blanca.

32
Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

En un reciente trabajo, Goldstein et al [266] plantean que la ya que las funciones cognitivas afectadas guardan relación con
negación observada en diferentes patologías como la adicción funciones asociadas a estas estructuras y con la capacidad de
o los trastornos de la conducta alimentaria puede reflejar un monitorización de la conducta para comparar el resultado ob-
disfunción de los circuitos neurales implicados en el insight y la tenido con el deseado. Otro aspecto que dificulta la conciencia
autoconciencia. Para ello revisan la literatura existente sobre de los déficits es la instauración lenta e insidiosa de ellos, lo que
insight en la adicción e integran esta perspectiva con el rol de permite al cerebro producir una adaptación paulatina al cam-
la ínsula en la interocepción, autoconciencia y ansia (del inglés bio, que pasa inadvertida, como cuando nos vemos todos los
craving); el cingulado anterior en la monitorización de la con- días en el espejo y no percibimos el cambio en nuestro rostro
ducta y la selección de la respuesta (desventajosa a largo plazo con el paso del tiempo (sí cuando lo vemos en fotografías). De
en la adicción) y el estriado dorsal en la formación de hábitos y hecho, es muy frecuente que los pacientes sean conscientes de
estímulos relacionados con el consumo que predicen la con- los déficits cognitivos cuando se han rehabilitado, y entonces
ducta emocional de forma implícita. Cuando nos referimos al puedan percibir la mejoría cognitiva, que es ostensible en la
insight debemos tener presentes los siguientes aspectos: mayoría tras un tiempo prolongado de abstinencia.
• Somatosensorial: sentimiento de un estado particular, inde- Los conceptos de autoconciencia e interocepción son funda-
pendientemente de poseer conocimiento explícito de ese mentales para comprender la adicción a drogas y la interven-
estado. ción, por lo que debemos plantear los circuitos neurales impli-
• Emocional: el sujeto puede comprender las implicaciones cados. Así, anormalidades en la ínsula y regiones mediales de la
de esa situación, también separado del conocimiento fac- corteza prefrontal (cíngulo anterior, orbitofrontal y regiones
tual. subcorticales, incluido el cuerpo estriado) se han puesto en re-
• Cognitivo: consciencia de sus pensamientos. lación con la formación de hábitos, procesos de inhibición, sa-
liencia del estímulo, neuroadaptaciones en la memoria, etc.,
Si relacionamos estos aspectos con las alteraciones del insight afectando así a la interocepción, la autoconciencia y el insight.
en sujetos adictos, observamos que los estímulos interoceptivos La ínsula contiene representaciones interoceptivas a modo
son vividos con una gran valencia emocional y motivacional, lo de representación del estado del cuerpo, para lo que se en-
que podría encontrarse relacionado en las conductas de cra- cuentra bien relacionada con estructuras como la amígdala y
ving ya que el cerebro ‘leería’ los estímulos que llegan del cuer- el estriado. La ínsula integra la información de otras regiones
po como alarmas que señalan una ‘necesidad máxima’. Ello cerebrales como la corteza prefrontal orbital, dorsolateral y el
activa el nivel de arousal y se pondrían en marcha las conductas cíngulo anterior. Asimismo la ínsula se ha relacionado con la
instrumentales para la consecución de la conducta necesaria. conciencia interoceptiva y emocional, la empatía y la conducta
Siguiendo el modelo clásico de Stuss y Benson [240], esta acti- social cooperativa. De hecho, es importante señalar que en el
vación, impulso o drive dependería de estructuras frontobasa- cíngulo anterior y en la ínsula se hallan las neuronas de Von
les y estructuras como el cíngulo anterior y la ínsula. Esta valo- Economo, neuronas que sólo se encuentran en especies cola-
ración motivacional de las señales corporales depende además boradoras y con estructura social como los chimpancés, los
del equilibrio homeostático del individuo, ya que el sistema delfines o los elefantes [267-270]. Además, la muerte de estas
debe evaluar los riesgos y beneficios de satisfacer la necesidad neuronas se relaciona con pérdida de conciencia emocional y
‘solicitada por su cuerpo’. En los adictos esta valoración de ven- con las alteraciones de conducta en las demencias frontotem-
tajas y beneficios tendería a subestimar los riesgos a favor de porales.
los beneficios y de la satisfacción inmediata (relacionado con Una de las preguntas que nos hacemos es qué tienen en
los procesos de toma de decisiones y la hipótesis del marcador común y en qué difieren los resultados en la narrativa que se
somático). Este error en la valoración puede relacionarse con produce en los pacientes por la falta de autoconciencia. Algu-
afectación frontal ventromedial. De hecho, algunos estudios nos autores plantean que tanto la mentira como la fabulación,
demuestran que los sujetos con alta reactividad emocional pre- la negación e incluso el delirio son parte de un eje dimensional
sentan un alto grado de conciencia de los cambios fisiológicos que podíamos denominar el eje del autoengaño. Trivers [271]
que se producen en su cuerpo. Finalmente parece existir rela- sugirió una ingeniosa explicación de la evolución del autoenga-
ción entre la conciencia o insight de los déficits cognitivos y el ño. Según él, en la vida cotidiana existen muchas situaciones
funcionamiento intelectual general. Este último aspecto puede en las que necesitamos mentir. En esta línea, otras investigacio-
encontrarse relacionado con la corteza prefrontal dorsolateral, nes, como las de Eckman [272], han demostrado que los men-

33
I. Sánchez-Cubillo, ET AL

Tabla IV. Aspectos comunes y diferenciales entre la mentira, la fabulación, la negación y la falta de conciencia.

Criterio Mentira Confabulación Negación Falta de conciencia

Psicopatología No Sí Sí/no Sí

Intencionalidad Sí No Sí No

Conciencia Sí No No No

Tipo de conocimiento Explícito Implícito Implícito No existe

Ocurrencia en normales Sí No Sí No

Función Engañar Completar narrativa personal Autoengaño No tiene

Premeditación Sí No No No

Acceso a la verdad Sí No Sí No

Plausibilidad Sí Sí/no Sí Sí

Receptor El otro Yo/el otro Yo/el otro Yo/el otro

Afectación neuropsicológica No Sí No Sí

Conocimiento Sabe que sabe No sabe que no sabe No sabe que sabe No sabe que no sabe

Corteza prefrontal Corteza prefrontal ventromedial


Corteza prefrontal
Localización ventromedial y orbitofrontal, Relación interhemisférica y corteza prefrontal dorsolateral
dorsolateral y cíngulo anterior
cerebro basal anterior derecha, tálamo e ínsula

tirosos, a menos que tengan mucha práctica, casi siempre se hemisferios cerebrales y en nuestra necesidad de crear una sen-
delatan con una sonrisa poco natural, una expresión de tensión sación de coherencia y continuidad en nuestras vidas. Es bien
o un falso tono de voz que los demás pueden detectar. Esto se conocido que el cerebro consta de dos mitades simétricas, cada
debe a que el sistema límbico (involuntario y propenso a decir una de las cuales se encuentra especializada en diferentes ca-
la verdad) controla las expresiones espontáneas, mientras que pacidades mentales; la asimetría cerebral más notable corres-
las expresiones faciales que desplegamos cuando mentimos ponde al lenguaje. Además de estas divisiones conocidas de
están controladas por la corteza (que no es sólo responsable funcionamiento, Ramachandran sugiere que existe una dife-
del control voluntario, sino que también es el lugar donde se rencia aún más fundamental entre los estilos cognitivos de los
inventan las mentiras). Para Trivers, este problema tiene una dos hemisferios, lo que puede contribuir a explicar las modali-
solución: para mentir eficazmente a otra persona primero hay dades de negación y de falta de conciencia. Por otra parte,
que mentirse a sí mismo. Si creemos que lo que afirmamos es Duffy [274] señala que la negación que pueden manifestar al-
cierto, nuestras expresiones serán auténticas, sin rastro de fin- gunos pacientes afectados por abuso crónico de alcohol no
gimiento. Sin embargo, esta afirmación encierra una contra- tiene por qué interpretarse como la consecuencia de una de-
dicción interna, ya que contradice el propósito del autoenga- fensa maladaptativa del yo, sino como una manifestación de
ño: un autoengaño implica que en algún momento puede los efectos neurotóxicos del alcohol.
tenerse acceso a la verdad; si no, el autoengaño dejaría de ser En cualquier momento de la vida, el cerebro puede verse
adaptativo. abrumado por una cascada continua de información que debe
Una manera de eludir este problema la plantea Ramachan- ser incorporada a una perspectiva coherente de la imagen pro-
dran [273], cuando señala que una creencia no es necesaria- pia y de lo que los demás esperan de uno. Para poder generar
mente unitaria: es posible que el autoengaño se encuentre en acciones coherentes o para mantener un status quo determina-
el hemisferio izquierdo, mientras que el hemisferio derecho do, el cerebro debe disponer de algún mecanismo que permita
continúa ‘sabiendo’ la verdad. Para este autor, la clave del au- cribar esta información y ordenarla en un esquema de creen-
toengaño se encuentra en la división del trabajo entre los dos cias estable y con consistencia interna. De esto se encarga el

34
Neuropsicología de la cognición social y la autoconciencia

hemisferio izquierdo, de integrar la información en la imagen 7. Beer JS, Mitchell JP, Ochsner KN. Special issue: multiple perspectives
previa del yo. ¿Qué ocurre cuando una información sobre la on the psychological and neural bases of social cognition. Brain Res
propia conducta no encaja en el guión establecido? El hemisfe- 2006; 1079: 1-3.
8. Butman J, Allegri RF. A cognição social e o córtex cerebral. Psicología:
rio izquierdo prescinde por completo de esa información, o
Reflexão e Crítica 2001; 14: 275-9.
bien, para mantener la estabilidad, la distorsiona para hacerla 9. Adolphs R, Sears L, Piven J. Abnormal processing of social information
encajar en el marco preexistente. Lejos de ser defectos adapta- from faces in autism. J Cogn Neurosci 2001; 13: 232-40.
tivos, estos mecanismos cotidianos de defensa impiden que el 10. Pelphrey K, Adolphs R, Morris JP. Neuroanatomical substrates of social
cerebro se vea abocado a la incoherencia y a la falta de direc- cognition dysfunction in autism. Ment Retard Dev Disabil Res Rev
2004; 10: 259-71.
ción por las múltiples posibilidades combinatorias de los guio-
11. Beer JS, Ochsner KN. Social cognition: a multi level analysis. Brain Res
nes que pueden escribirse con el material que recoge nuestra
2006; 1079: 98-105.
experiencia. El inconveniente es que uno se miente a sí mismo 12. Mitchell JP. Mentalizing and Marr: An information processing ap-
y a los demás, pero este precio resulta barato y asumible com- proach to the study of social cognition. Brain Res 2006; 1079: 66-75.
parado con la coherencia y estabilidad que adquiere el sistema 13. Moll J, Zahn R, De Oliveira-Souza R, Krueger F, Grafman J. Opinion:
en su conjunto. the neural basis of human moral cognition. Nat Rev Neurosci 2005; 6:
799-809.
Las estrategias de adaptación empleadas por los dos hemis-
14. Adolphs R. Cognitive neuroscience of human social behaviour. Nat
ferios son básicamente diferentes. La tarea del hemisferio iz- Rev Neurosci 2003; 4: 165-78.
quierdo consiste en crear un sistema de creencias, un modelo, y 15. Frith CD, Frith U. Implicit and explicit processes in social cognition.
encajar toda nueva experiencia en ese sistema de creencias. Al Neuron 2008; 60: 503-10.
encontrar una información que atenta contra ese sistema de 16. Goossens BMA, Dekleva M, Reader SM, Sterck EHM, Bolhuis JJ. Gaze
following in monkeys is modulated by observed facial expressions.
creencias recurre a la negación: reprime e inventa una historia
Anim Behav 2008; 75: 1673-81.
que permita mantener el status quo. Sin embargo, la estrate-
17. Vuilleumier P, Pourtois G. Distributed and interactive brain mecha-
gia del hemisferio derecho consiste en actuar poniendo en tela nisms during emotion face perception: evidence from functional neu-
de juicio ese status quo y buscar inconsistencias globales. Cuan- roimaging. Neuropsychologia 2007; 45: 174-94.
do la información anómala alcanza cierto umbral, el hemisferio 18. Chartrand TL, Bargh JA. The chameleon effect: the perception-be-
derecho realiza una revisión global del modelo; es decir, el he- havior link and social interaction. J Pers Soc Psychol 1999; 76: 893-
910.
misferio derecho impone un cambio de paradigma. Este umbral
19. Piaget J, Inhelder B. The child’s conception of space. London: Routledge
es específico para cada individuo y depende de aspectos tan dis- and Paul Kegan; 1948.
pares como los rasgos de personalidad o el tipo de experiencia. 20. Samson D, Apperly IA, Braithwaite JJ, Andrews BJ. Seeing it your way:
En este sentido, sería pertinente resumir algunos aspectos cognitive processes underlying visual perspective taking. In Vosniadou
fenomenológicos y epistemológicos sobre la negación, la men- S, Kayser D, Protopapas A, eds. Proceedings of EuroCogSci 07: The
European Cognitive Science Conference: Lawrence Erlbaum Associ-
tira y la fabulación (Tabla IV).
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