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BORRADOR DIALOGO HERACLES

Yo soy Heracles hijo de Zeus y Alcmena, soy un semidiós


bisnieto de Perseo. Muchos también me llamaban Hércules, soy
el último de los hijos de Zeus que engendro con mortales, fui
una de las infidelidades de mi padre Zeus, como venganza a
las infidelidades Hera conspiraba contra mí a menudo.
Nací luego que mi padre tomara la forma del esposo de mi
madre (Anfitrión de Tebas) pues había salido a la guerra contra
Atenas, Anfitrión volvió más tarde de que mi padre tomara su
forma y engendrara gemelos. En esa noche cuando yo y mi
hermano nacimos Hera hizo un trato con mi padre Zeus el cual
decía que el primer niño que se descendiente de Perseo y que
naciera primero sería un gran rey.
Una vez que Zeus hizo el trato, Hera corrió a la casa de mi
madre para ralentizar su parto, al mismo tiempo que adelantó
el parto de su hermana la cual tuvo a mi primo Euristeo
prematuramente, haciendo así que fuera el rey
Luego mi hermano y yo nacimos yo siendo un semidiós y mi
hermano un mortal
Fui bautizado Heracles en un intento fallido de aplacar a Hera.
Hera intentando matarme envió 2 serpientes cuando dormía
pero yo con mi increíble fuerza jugué con ellas como simples
juguetes
En mi edad adulta crecí sano y fuerte y a mis diez ocho años
perseguí al león de Citerón por 50 días el cual había hecho
estragos en la región, lo mate y después me vestí con él. Como
recompensa el rey Creonte me dio la mano de su hija con la
cual tuve tres hijos, Hera celosa hace que me vuelva loco, en
ese ataque de locura Hera me hace alucinar que mi familia son
enemigos y sin piedad los mato. Al despertad veo lo ocurrido y
siento un terrible dolor al ver a mi familia muerta y decidí no
vivir más con mi esposa, en acción de penitencia el oráculo me
dijo que hiciera 10 trabajos que dispusiera Euristeo (o eso creía
creía) yo odiaba a Euristeo porque él era el hombre que había
robado mi derecho a gobernar.
MIS 12 TRABAJOS
1 El león de Nemea
Mi primer trabajo fue cazar al león de Nemea el cual era hijo
de Orto y Equidna, el león tenía una piel tan dura que ninguna
arma podía herirlo. Como ninguna arma me servía para cazarlo
con mis manos lo estrangulé y luego me vestí con su piel
porque era invulnerable a todas las armas
2 La hidra de Lerma
Acabar con este animal fue el trabajo que me impuso Euristeo,
el monstruo era hijo de Tifón y Equidna fue criado por Hera
para enfrentarme, era una serpiente con innumerables cabezas
que se reproducían al ser cortadas y que exhalaban un aliento
mortal. Para matar al monstruo necesite de la ayuda de mi
sobrino Yolao el cual mientras yo cortaba las cabezas el
quemaba los cuellos para que no crecieran más cabezas.
Cuando fui a presentar las cabezas a Euristeo no tomo como
legitimo el trabajo porque había tenido ayuda de mi sobrino así
que debía hacer otro trabajo
3 El jabalí de Erimanto
En esta ocasión tenía que traer vivo al jabalí de Erimanto el
cual era un enorme jabalí el cual devastaba los bosques de
Erimanto, perseguí el animal hasta agotarlo en una zona
nevada allí lo ate y lo lleve Euristeo
4 Las yeguas de Diomedes
Para realizar este trabajo debí desplazarme hasta tracia
donde debía llevar a las yeguas de Diomedes las cuales se
alimentaban de carne humana les di de comer a su propio
dueño y dejaron de comer carne humana.
5 El cinturón de Hipólita
Para regalárselo a su hija, Euristeo me pidió que le entregara
el cinturón de Hipólita la reina de las amazonas, las amazonas
eran mujeres guerreras que vivían honrando a Ares el cual les
regalo el cinturón el cual utilizaba Hipólita.
Al llegar al puerto de la isla la cual vivían las amazonas, las
amazonas nos recibieron con banquetes y festejos, al instante
que vi a Hipólita me enamore y ella de mí, como prenda de
nuestro amor Hipólita me regalo el cinturón.
Hera disfrazada de amazona inicio una disputa entre mis
guerreros y las amazonas y tuve que matar a Hipólita, con el
corazón roto me fui de allí
6 La cierva de Cerina
Mi sexto trabajo consistió en traer viva una de las cinco ciervas
pezuñas de bronce consagradas por Artemisa las cuales 4
habían sido capturadas por Artemisa y la otra cierva fue
auxiliada por Hera para mi prueba. No podía dañarla porque
era un delito ante la ley de una
Diosa, la perseguí durante un año seguido hasta que le di un
flechazo entre la cavidad del hueso y el musculo que no hizo
derramar ninguna gota de sangre.
7 El toro de Creta El séptimo trabajo que me impuso Euristeo
fue traer vivo al toro de Creta el toro de Creta era un toro el
cual el rey de creta había prometido sacrificar en nombre de
Poseidón, en ese momento un hermoso toro salió del mar así
que el rey en vez de sacrificar ese toro sacrifico su mejor toro
no conforme Poseidón volvió loca.
8. Los bueyes de Geríones
Geriones era hijo de Crisaor y Calírroe. Tenía tres cabezas, seis
brazos y tres cuerpos unidos por la cintura, además se le
consideraba el hombre más fuerte del mundo. Poseía en la isla
de Eritia, una manada de bueyes rojos que eran pastoreados
por un hijo de Ares llamado Euritón y por el perro bicéfalo. Hera
intentó disgregar el ganado, con un abejorro, muy cerca ya de
mi hogar sin embargo pude llegar sano y salvo a mi hogar en
Micena. Euristeo, sorprendido por mi regreso, sacrificó todo el
ganado en honor a Hera.
9 El can Cérbero

Cérbero era un perro con tres cabezas y cola de serpiente que


guardaba la entrada del Hades. El héroe debía llevar al can a
Micenas.
Para prepararse para este trabajo tuve que ser iniciado en los
misterios de Eleusis. Eumolpo le informó de que el dios de los
infiernos le permitiría llevarse al perro si conseguía dominarlo
sin ayuda de armas.
Ante la presencia del soberano del Hades, me concedió
permiso para llevarme al animal. Como había prometido,
atrapé al animal con mis manos y lo lleve a Micenas.
10. Las manzanas de oro del jardín de las Hespérides
Me encomendaron robar las manzanas de oro que nacían de un
árbol regalado por Gea, a Hera, con motivo de su
matrimonio con Zeus. Estas manzanas áureas proporcionaban
la inmortalidad. La diosa había plantado el árbol en un jardín
divino que se hallaba en la ladera del monte Atlas. Las
Hespérides se encargaban de cuidar el árbol. Para proteger el
árbol y vigilar los posibles hurtos de las Hespérides, Hera situó
al dragón Ladón junto al árbol.
Cuando pasé por el Cáucaso libere a Prometeo, en
agradecimiento Prometeo me aconsejó que no arrancase las
manzanas con mis propias manos. Una vez en el jardín de las
Hespérides, siguiendo el consejo de Prometeo, le pedí a Atlante
que cogiese las manzanas, mientras él sujetaba la bóveda
terrestre en lugar del titán. Cuando Atlante tuvo las manzanas,
me dijo, que él mismo llevaría las manzanas a Micenas. Utilicé
mi astucia, me mostré de acuerdo, pero le pedí al titán que
sujetase durante un momento la bóveda mientras yo colocaba
una almohada para estar más cómodo. Una vez que el cándido
titán tomó de nuevo el peso sobre sus hombros, cogí las
manzanas y salí corriendo.
11. Los establos de Augías
Augías poseía un rebaño de animales que ni enfermaban, ni
mal parían. Por eso su número era gigantesco. Pero jamás
había limpiado sus establos, por lo que el país se veía infectado
por un hedor insoportable, además no se podía cultivar debido
a la gruesa capa de estiércol que cubría la tierra.
Yo le prometí a Augías limpiar sus establos en un solo día, si a
cambio me daba la décima parte de su ganado o me entregaba
parte de su reino según otras versiones.
Una vez cerrado el trato, fui ayudado por de Yolao derribe las
paredes de los establos y después desvie las corrientes de los
ríos Alfeo y Peneo, que con sus aguas arrastraron el estiércol.
Sin embargo Augias se negó a pagarme, por lo que más tarde
le declaró la guerra.
12. Las aves del lago Estínfalo
Después Euristeo me mandó expulsar del lago Estínfalo a unas
aves con pico, garras y plumas de bronce. Atacaban a los
humanos lanzándoles desde el aire sus plumas de bronce.
Habían crecido tanto en número que resultaban una verdadera
plaga para los países vecinos.
La dificultad consistía, en hacerlas salir del tupido bosque que
rodeaba la zona pantanosa de Arcadia donde las aves
habitaban. Así que las hice salir con ayuda de unas castañuelas
que me dio Atenea y que habían sido elaboradas por Hefasto.
Cuando las aves levantaron el vuelo abatí un gran número. Las
que se salvaron huyeron hacia el mar Negro, donde más tarde
las encontraron los argonautas.
MI MUERTE
Las continuas infidelidades desesperaron a Deyanira, quien
finalmente sucumbió al ofrecimiento del centauro Neso, y
cuando me encapriché de la joven Yole, tuvo Deyanira tal
pánico a que la repudiase que decidió impregnar una de mis
camisas con el ungüento que le indicó el centauro Neso. Yo
sentí un profundo dolor cuando me puse la camisa, intenté
quitármela, pero no podía. Intenté quitármela con tamaña
fuerza que acabé por arrancarme la piel, dejando al descubierto
mis huesos. Deyanira se suicidó al ver con sus propios ojos lo
que había provocado.
Decidí que me quemaran en una pira, y así mi cuerpo mortal
pereció. Al llegar al Olimpo, me reconcilié al fin con Hera, y
volví a tener otra esposa: Hebe

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