Está en la página 1de 347

POIRE

CORONA

BT600
P65
v. 1
1854-55

OOP751
tJß

LA TRIPLICE CORONA
DE LA B I E K A V E N T U J A D A V1BOEN

IH
LÂ TRIPLICE CORONA
D E LA BIENAVENTURADA VIRGEN

M i l l ^ i â l i S i i i i l i ©
TEJIDA DE SUS PRINCIPALES GRANDEZAS

DE EXCELENCIA, PODEH ¥ BONDAD,


T ENRIQUECIDA CON DIVERSAS I5DCSIR1AS PARA AMAR, HONRAS
Y SERVIR I ESTA S E Ñ O R A :

OBRA ESCRITA EN IDIOMA FRANCÉS

ras a?.
íe la eogptilit de lesas,

Y TRADUCIOS EN CASTELLANO

POR DON JUAN DE VILLASEÑOR Y ACUÑA,


Director de la Biblioteca religiosa.

CON LICENCIA DEL ORDINARIO

TOMO I. g
¿fiilli

MADRID:
IMPRENTA US U COJIPAMV M IMPKESORES V
A CARGO DE D. A. AV
1854. '
ADVERTE.NCIA D E L T R A D U C T O R .

Í N o es mi ánimo decir una palabra siquiera del m é -


rito de esta obra, del cual hablan suficientemente y
con sn acostumbrado acierto los sabios editores en la
prefación que se sigue á esta Advertencia. Solo i n -
tento explicar nna novedad que lie introducido en la
edición publicada p o r los monjes benedictinos de So-
lesmes, que es de la que me lie valido en esta t r a -
ducción. A impulsos sin duda del amor que todo cuer-
po tiene á los miembros eminentes d e l mismo, los sa-
bios individuos do aquella congregación intercalaron,
en la obra del erudito y piadoso jesuíta varias adicio-
nes ó aclaraciones escritas por la madre María Jacoba
Blouette de Blemur, religiosa de la misma Orden. Sin
negar y o l a importancia de algunas de estas adiciones
y reconociendo en todas la unción de quien las escri-
b i ó , be creído que si el libro del P. Poíré es una joya
tan preciosa como sus mismos editores manifiestan en
ainiUKV la prefación , no debe de añadírsele ninguna; otra
FONDO d r a , que aunque de valor y estimación, al cabo és
VALVBttJE TOMO I . B

• r íí V-

o e s ; s i
obra de otra mano y pudiera muy bien ó deslucir la
pieza primitiva, ú oscurecerla por su brillantez y pri-
mor Y ó fé que ni lo uno ni lo otro parece que cua- PREFACION DE LOS EDITORES FRANCESES.
dra á quien desentierra la joya ponderando su precio
v con deseo de que se admire y estime mas que cuan-
do salió de las manos del lapidario.
Ve aquí la razón por qué despuos de haber orna-
T
do luces de persona entendida y competente en la ma- l i i vez causara admiración el ver que se reimprima una
teria he juzgado que debia de suprimir en el texto obra publicada en 1643; y el olvido en que yace, hará aun
del escritor jesuíta los pasajes intercalados por los pa- mas inexplicable nuestra solicitud por sacarla á luz de nue-
dres benedictinos de Solesmes. Mas como po. otra vo. Ya contábamos con osla primera acogiJa del público,
parte reconozco lo que valen muchas de las a « cuando formamos el plan de dar una nueva edición de La
de la madre María Jacoba de Blemur, no queuc hiplice corona de la bienaventurada virgen María,ma-
dre de Dios; y sin embargo lejos de desalentarnos nos
privar de ellas á mis lectores, he ?»
sentimos con mayores bríos para llevar adelante nuestra
mejor poner al pié de cada página por vía de nota las
empresa.
quesean breves, y al fin de. tomo las,de aas exten-.
En efecto nos pareció que un libro que puede contri-
sion. A m i entender se conciba todo por este medio, buir á fundar sobre basas mas firmes la devoción á la
no se intercala en el texto original del P. Po.re n i n - Virgen santísima, 110 podía venir mas á propósito en un
guna producción extraña: no se omiten las refiexw- tiempo en que su culto, tan olvidado en Francia por muchos
nes á las veces muy luminosas y llenas de unción, años, se reanima con inesperado fervor y hace presagiar
de ¡a fervorosa benedictina; y colocándolas por vía nuevas ¡asreedes y una protección nueva en favor de nues-
3 notas al pié de las páginas 6 al fin del libro qu da tra patria de parte de aquella á (guien los trastornos polí-
enteramente al arbitrio del lector el leerlas o pasar- ticos no quitarán el título de reina de los franceses, así como
tampoco han podido los esfuerzos de la herejía arrebatarle
las por alto.
el de reina del cielo y de la tierra.
Las almas son arrastradas cada vez mas por un dichoso
impulso hacia la madre de las misericordias. ;Cuántos co-
razones que 110 conocían á Dios hace algunos años, viven
hoy con la vida déla gracia, porque María se dignó de
echarles una mirada de maternal ternura! Los líeles cele-
bran ahora las fiestas de la madre de Dios con un entusias-
mo y una confianza que recuerdan las edades de fé : el mes
de María, que al principio se solemnizaba como con misterio
eu algunos oratorios particulares ó capillas retiradas, se hace los fieles de todas clases, y de día en día se hace mas d o -
ya en los templos mas vastos y frecuentados con gran pom- minante é irresislible, se ilustre por medio del profundo
pa v majestad, y (le aquí adelante este culto formará parte estudio de las grandezas y bondades de esa reina augusla.
de 'las costumbres católicas. En la capital de la Francia En una palabra es necesario que se estudie y comprenda
emanan incesantemente prodigios de gracia del sagrado co- mejor el dogma de María , madre de Dios, reina del cíelo
razon de Maria, que ha escogido por centro de sus inllucn- y de la tierra, fuente de misericordia y columna de la igle-
cias la iglesia de nuestra señora de las Victorias, ese t r o - sia. La leche de los niños debe de reemplazarse con el pan
feo de nuestra antigua fé sobre la herejía. de los fuerles, y ya es liempo de mostrar que si nuestro
En todas parles se apiñan los fieles al rededor de la cá- amor á la comun madre tiene su origen en el agradecimien-
tedra sagrada, desde donde se pregonan las alabanzas de to que concebimos por sus beneficios, estriba juntamente en
liaría y se hacen públicos sus títulos á la confianza del toda la economía de nuestra santa religión, es decir, en el
mundo entero. Cada año, cada (lia, por decirlo así, se dan conjunto de verdades mas respetable y vaslo que es dado
á la estampa nuevos escritos, cuyo objeto es ensalzar á la al hombre conocer.
madre de Dios y desahogar los sentimientos de amor y g.a- Amar á Maria es un deber de toda criatura de Dios:
titud eu que rebosan los corazones. Las prácticas de devo- conocer á María es lener la seguridad de amarla siempre;
ción á María que cualquiera hubiese creído disminuidas ú pero al mismo tiempo es penelrar los divinos arcanos del
olvidadas, se han bocho mas preciosas que nunca para los misterio de la Encarnación, en el cual nos ha dado Dios el
hijos de la iglesia. El sanio escapulario se viste con mas medio de subir á él por la caridad. El dogma del hombre
fervor: la devocion del rosario se practica con mas piadoso Dios es la clave de todas las verdades que creidas y practi-
anhelo: las peregrinaciones á los santuarios de María sou bol- cadas nos conducen á nuestro fin: el dogma déla madre
inas frecuentes que nunca; y la medalla milagrosa adorna el de Dios nos da nuevas luces para comprender mejor el don
pecho de los que creen y muchas veces de los que 110 creen. maravilloso que el Verbo divino se dignó de hacernos de sí
Pero lo que da un testimouio aun mas releíanle del d i - mismo.
choso impulso con que los pueblos líeles son llevados hácia No basla pues para honrar á María cantar sus alabanzas
María, es el entusiasmo ardiente con que la saludan en el y dejarse llevar del encanto de su amor. En las cosas de la
misterio de su inmaculada concepción. Lafé, todavía libre, religión el sentimiento procede de la fé, y la fé necesitó di-
se anticipa donde quiera á la decisión solemne de la iglesia, latarse y acrecentarse siempre por la contemplación de las
y es de esperar que no se concluya el siglo sin que la santa verdades que nos revela. Dios ha hecho brillar su luz sobre
sede apostólica haya declarado como dogma la incomunica- nosotros á fin de que por nuestra parte la busquemos conti-
ble prerogaUva de la madre de Dios, pura é inmaculada en nuamente , y remunera siempre esta diligencia con nuevas
su origen, asi como es llena de gracia en su incremento y ilustraciones. Estudiemos las sagradas escritoras; medite-
consumación. mos los insignes testimonios que dan de Dios y de su ver-
¿Qué falta pues para el triunfo de María, á quien se dad ; penetremos la enseñanza de la iglesia, comentario vivo
rinden multiplicados homenajes siempre eu aumento? Una de aquel libro divino; examinemos sus oraciones, los es-
sola cosa, y es que el sentimiento que lleva hácia ella á critos de sus'doctores, las actas y monumenlos de su fé en
todos los entendimientos no piden otra cosa sino conocer
el discurso de los siglos; y bien pronto el dogma que ya nos mas v mas á Maria para amarla cada vez mas y consagrarse
arrebataba por un simple rayo vislumbrado, se hará un sol con mayor ahinco á su servicio, un libro semejante nos ha
esplendente ó inconmensurable que derrame su luz sobre parecido que era muy oportuno á la sazón y conveniente.
toda nuestra inteligencia y suministre á nuestro corazon un Cierto.es que no fallan obras piadosas y eruditas sobre
alimento de vida inagotable. la madre de Dios, y si se quisieran reimprimir ahora lodos
La comprensión de las verdades de la fe ha perdido al- los libros dignos dé figurar en el plan de una biblioteca
go entre nosotros por haber despreciado este estudio que mariana, fácilmente poilria subir su número á algunos mi-
vivifica. Los lugares comunes se han sustituido las mas ve- llares de volúmenes. Pero era preciso escoger una obra que
ces en lugar de la sólida doctrina, y se ha dado una parte reuniese en lo posible los rayos esparcidos en esas obras in-
excesiva al sentimiento, que abandonado á si mismo ó se numerables , cuya serie empieza en S. F.fren para llegar á
agota, ó se vuelve estéril. Demasiado se advierte ya esto en la época de S. Bernardo, continúa en la edad media reu-
muchos libros de devoción y en ciertos panegíricos pro- niendo en común consorcio á los escolásticos y á los mis-
nunciados á honra do María. Consideradas eslas obras por lieos , y se dilata al fin en esas grandes obras que los s i -
la superficie, parece que están llenas de vida; la expre- glos XVI y XVII produjeron en Francia, en Bélgica, en
sión admira á veces por lo atrevida y oportuna; pero se Alemania, en España y en Italia con un lujo tal, que solo
acerca el tiempo en que se hará cada ver. mas pobre la fór- la defensa y demostración especial de la creencia en la i n -
mula convencional: uno pretenderá todavía ser nuevo y no maculada concepción suministraron la materia de cien lo-
lo conseguirá sino á costa de hacerse singular: entonces será mos en folio. La tríplice corona consagrada á María por el
forzoso conocer que se iba por falso camino. P. Poiré, aunque no sea la última obra en fecha de lasque
Tiempo es pues de estudiar á fondo el dogma cristiano consideramos como dignas de tan alio objelo, nos ha pare-
en sus relaciones con la augusta madre de Dios. Asi nos lo cido que ofrece un resúmen sustancial de lodo lo mas mag-
dicta y nos lo prescribe como uu deber ya la sinceridad de nifico y luminoso que se ha publicado sobre la reina del
los homenajes que tributamos á esta señora, ya el deseo que cielo y de la tierra en el discurso de los siglos. Esta es la
todos los hijos de la iglesia deben sentir de transmitir á otras razón de haberla escogido para satisfacer la necesidad de
generaciones su amor á aquella á quien llamarán bien- sólida doctrina de que hablábamos poco há.
aventurada tollas las generaciones. Además dudamos que se encontraran hoy muchos hom-
Un libro exacto y profundo en su doctrina, vasto y por bres capaces de concebir un plan semejante al de este libro,
decirlo asi universal en su plan y en lodas sus partes, un muchos doctores bastante profundos en la ciencia para des-
libro empapado lodo en la piedad antigua, al mismo tiempo empeñarle con una facilidad y superioridad dignas de entrar
que ofrece el conjunto mas magnifico de las verdades leo- en parangón con las que mostró el humilde escritor cuyo
lógicas aplicado á su sublime o.bjeto, un libro cuyo estilo es nombre sepultado en el olvido tratamos de resucitar hoy.
anticuado sin duda, pero en el que resplandece la mas F.n todas las páginas de su libro se echa de ver con el
elevada poesia, un libro que se compuso antes que domi- acento de una piedad que felizmente es de todos los tiem-
nase en Francia la influencia janseniana, y que sale de en- pos, un gusto de ciencia teológica, una rique¡a y unafacili-
tre el polvo de las bibliotecas cuando lodos los corazones y
(™) ( «n )
dad de erudición, que nos trasladan á aquella época en que Sebastian Cramoisv á la piadosa duquesa de Aignillon. Por
la primera condicion pedida á quien quería escribir grave- esta edición damos la presente nuestra.
mente sobre materias religiosas, era la completa inteligencia F.l plan seguido por el P. Poiré en esta vastísima obra,
de las ciencias eclesiásticas. donde trataba de reunir las producciones mas ricas y
El P. Francisco Poiré nació en el año 1584 en Vesoul, elocuentes de todos los siglos en alabanza de María , cor-
ciudad de la católica provincia del Franco Condado, que respondió á la magnificencia del asunto. Como el objeto era
hasta nuestros dias ha conservado siempre vivos los vesti- ensalzar á la gran reina del ciclo y de la tierra, pensó el
gios del espíritu de fé. Francisco entró á la edad de diez y piadoso autor que la ofrenda de una corona era el homenaje
siete años en la compañía de Jesús, donde desde luego mas expresivo de sus sentimientos. Pero una corona sen-
fueron apreciados los singulares dones con que le habia fa- cilla no hubiera significado suficientemente la alta dignidad
vorecido el Espíritu Santo. Estuvo encargado sucesivamente de María. La iglesia en la tierra ciñe las sienes del vicario
de las cátedras de humanidades, filosofía y sagrada escri- de Jesucristo con tríplice corona para significar la plenitud
tura, y su mérito no tardó en abrirle el camino de las pre- del reino espiritual que él posee. María debía con mucha
lacias. Fué primero superior de la casa profesa de Nancy y mas razón de recibir los honores de la tiara, y con tanta
luego rector del colegio de León, y desempeñaba el mismo mas justicia cuanto que veneramos en ella tres calidades
cargo en el de Dole cuando el Señor le llamó á sí el 25 de principales en que se resumen todas sus grandezas, es á sa-
noviembre de 1637. ber, la excelencia, el poder y la bondad, la excelencia
La inclinación del P. Poiré era á las tareas de la l i - consiste en una prerogativa tan sublime, que no puede
teratura mística y ascética, y las acometió con lodos los au- concebirse sobre ella mas que la divinidad : esa inefable
xilios que le prestaban sus profundos conocimientos teoló- prerogativa es la maternidad divina. El poder de María pro-
gicos. Citaremos como monumentos de su ingenio en estas cede de su excelencia misma y no tiene limites: ella reina
materias su excelente Trillado de la ciencia de los san- despues de Dios y con Dios. la bondad es la pensión de esa
tos, publicado en 1638, y su Coleccion de meditaciones iufinita supremacía: la madre de Dios es por adopcion ma-
que salió á luz en 1641. dre de los hombres y empuña en sus manos el cetro de
Pero su obra mas importante, la que lleva mas fuerte- la misericordia. Excelencia, poder y bondad se unen por
mente estampado su sello, es la que hoy reimprimimos. El una tripla alianza en la augusta frente de María: tal es
P. Poiré, educado en un instituto que ha figurado siempre la diadema con que quiso adornarla el devoto y erudito
en primera línea desde su fundación para promover la de- autor.
voción y el amor á la reina de los cielos, merecía ser i n - Mas como el esplendor do una corona está en las joyas
térprete de los sentimientos de la compañía de Jesús. La que la forman, el P. Poiré se puso á buscar las piedras mas
tríplice corona de la bienaventurada virgen .Varía se preciosas pava hermosear sus tres diademas. El número ne-
publicó por primera vez en París en 1630 en tamaño de cesario para cada una estaba determinado en la profecía del
cuarto, que conservó en la segunda edición (1633). De allí discípulo amado, el cual nos dice que la mujer-misteriosa
á diez años se publicó la tercera en folio, que además de la cenia su cabeza con una corona de doce estrellas. Esco-
dedicatoria á la madre de Dios llevaba olra del impresor giendo pues los números tres y doce, que son sagrados,
compuso con maravilloso ario su obra entera, y vamos á
Confiéresele magníficamente la calidad de hija del padre ce-
ver que no le faltó materia.
lestial, y esa es la leicera estrella. La creación es una p a -
Lo primero que habia que hacer era formar la corona de ternidad: ¿y sobre qué ser la ejerció con mas munificencia
excelencia, es decir, medir la naturaleza y extensión de la el padre de todas las cosas? La adópeion es una segunda pa-
prerogativa de madre de Dios, que es el fundamento de to- ternidad : ¿v quién de nosotros ha sido adoptado mas es-
das las grandezas de María. Era necesario hurtar, digá- trechamente por el criador, que en cierto modo admite á
moslo asi, al cielo la nocion de estas doce, primeras estre- María en su augusta potencia de filiación?
llas, cuyo brillo reflecte en las que forman la segunda y
El Espirito Sanio hizo á María su verdadera esposa, y
tercera corona.
la hizo divinamente fecunda en la Encarnación. Para esa
El autor señala por primera estrella la eterna predesti- vocacion sublime la atavió con todas las riquezas de las vir-
nación de María para madre del hijo de Dios encarnado. El tudes y dones de su gracia, y difundiéndose en ella descu-
pensamiento de un hombre Dios estuvo eternamente presente brió en un grado inconmensurable los tesoros de perfección
á la santísima Trinidad; mas el hombre Dios supone una ma- que habia preparado. Esta calidad de esposa del Espíritu
dre en cuyas entrañas toma la naturaleza humana por obra del Santo es la cuarta estrella.
Espíritu Sanio. La relación del hijo á la madre es necesaria: La quinta resplandece en el conjuuto de las perfeccio-
la maternidad divina pues, en cuanto concebida y prepa- nes naturales que hacen de María la obra acabada del poder
rada en el entendimiento de Dios, asocia María á los planes de Dios, la maravilla de la creación: nobleza de origen,
eternos por medio de una predestinación que 110 tiene otra hermosura incomparable, inteligencia sublime, bondad que
superior que la de Jesucristo, á la que está unida insepara- se derrama sobre todas las criaturas.
blemente. Pero los dones de la gracia, cuya reunión forma la sexta
Pero antes de manifestarse al exterior esta predestina- estrella, son mucho mas sublimes en María, y Jos de la
ción inefable es anunciada y figurada por símbolos. Esta naturaleza no forman sino una imagen imperfecta. Esta
nueva relación de Maria con Jesucristo, que debe ser su gracia difundida en ella con tanta abundancia desde el ins-
hijo eu el tiempo como lo es del Padre en la eternidad, for- tante de su concepción , se acrecentó en una progresión que
ma la segunda estrella. Las figuras sacadas de los objetos el pensamiento del hombre no puede sondear, y vino á ser
insensibles se eligen en número de seis; á saber, la zarza en María el principio de un mérito que sobrepuja el de l o -
ardiendo, la vara de Aaron , el vellocino de (¡edeon, el dos los santos junios.
arca de la alianza, el trono de Salomon y la nube de Elias. La exención total del pecado nos descubre en la madre
Igualmente se sacan de la Escritura doce símbolos vivien- de Dios un grado de gloria que nosotros pecadores debemos
tes, que son Eva, Sara, Rebeca, María (la hermana de de proclamar con sania envidia como la séptima estrella do
Moisés), Asa, Jael, Judlt, Ester, Belsabée, Abigail, Mar- la primera corona. Esta armonía perfecta con la santidad
ta y por último la contemplativa María, hermana de Lázaro increada de Dios se manifiesta primeramente en la con-
como la anterior. cepción inmaculada de.Maria, la cual no estuvo sujeta á la
La madre de Dios predestinada y figurada fué al fin mancha del pecado original, y luego en la exención abso-
criada por la potencia divina en la plenitud de los tiempos. luta del pecado actual que nunca llegó á ella, ni alte-
ñas á los pies de ella; oimos á las naciones cristianas de
ró en lo mínimo la santidad creada con que resplandece.
ambos mundos. todas las cuales han erigido algún santua-
María es bendila enlre lodas las mujeres: esla es la oc-
rio augusto , donde resplandecen las muestras de los p r o -
tava estrella. Sobre ella no cayó la maldición de Eva: ben-
digios obrados por esta señora; oimos á las órdenes r e l i -
dita en su fecundidad virginal, bendila por la aclamación
giosas, que colmadas de gracias y mercedes á porfía son
de todos los seres que la celebran, llena todos los caracté-
otros tantos monumentos de las glorias de María y otras
res de bendición figurados en aquella tierra prometida que
tantas trompetas que publican sus alabanzas.
Dios amó, en el tabernáculo de la alianza en que descansó
Por último la duodécima estrella consiste en la reunión
su majestad en el desierto-.
de todas las perfecciones distribuidas á los diversos órdenes
f.a novena estrella nos muestra á María como reina y ma-
de la creación y acumuladas por la mano del mismo Dios en
dre de las virtudes. Los siete dones del Espíritu Santo han
aquella, á quieu escogió para madre de su hijo. El autorías
fijado su morada en el santuario del corazon de esa señora,
resume asi: la flor mas suave, la perla mas brillante , la
é igualmente residen allí los doce frutos de ese divino espí-
piedra preciosa mas relumbrante, la luna, el sol, el jardín de
ritu enumerados por el Apóstol. Las ocho bienaventuranzas
delicias, el templo de Dios, el mundo de Dios, el trono de
pregonadas por la boca misma del Salvador se cumplen y
Dios, el carro de Dios, la corona gloriosa de todos los
son coronadas en ella con magnificencia.
santos.
Las maravillas de la gloria que resplandecen en María,
Pasando en seguida el 1'. Poiré á la segunda diadema,
son significadas por la décima estrella: la gloria de su muer-
la del poder, en la cual brillan también doce estrellas ma-
te, que superó en suavidad y sosiego á la de los mas insig-
ravillosas, halla la primera en aquel glorioso poder que tuvo
nes amigos de Dios; la gloria de su asunción en cuerpo y
María de atraer el Verbo divino á la tierra por el ansia de
alma, que trae á la memoria la ascensión de su divino hijo;
sus deseos mas vehementes que los de lodos los patriarcas
la gloria de su triunfo , que puso en conmocíon á toda la
y profetas, por los celestiales atractivos de su suma santidad,
corle celestial; la gloría de su cuerpo que ilumina al ciclo
por su humildad profunda y sin igual, por la conformidad
con los rayos de su resplandor; la'gloria de su alma, que so-
con que accedió á la voluntad del Altísimo propuesta por el
brepuja en brillo y en perfecciones á todas las gerarquías
ángel, conformidad sin la cual uo debía de obrarse el mis-
angélicas; la gloría de su trono, que domina á lodo cuanto
terio de la encarnación.
no es Dios.
El poder de María se descubre también en que suministró
Según la predicción de la misma bendita Virgen todas
de su purísima sangre y de una manera inefable la materia de
las generaciones han de llamarla bienaventurada. La undé-
aquella carne que había de unirse al Verbo divino, y en
cima estrella figura este unánime concierto, en el cual oímos
que ejerció por su calidad de madre una autoridad real so-
sucesivamente á los gentiles, que vivieron en la expectación
bre el hijo de Dios encarnado; y esla es la segunda estrella.
del hijo de esta virgen, la cual debía-de dar á luz al liberta-
La tercera expresa estotra forma de poder que María
dor universal; oimos á los judíos, que esperaban babia de-
ejerció sobre el hijo de Dios y suyo criándole con sus cas-
salir de su linaje; oimos á los musulmanes, que siempre la
tos pechos y dirigiendo sus primeros pasos.
han venerado á pesar de las tinieblas de su infidelidad; o i -
Todos ios misterios de la esposa de los Cantares se
mos á los príncipes', que han tenido á honra poner sus coro-
cumplieron en María, esposa del Verbo divino, que se une loria atestigua la cuadrupla victoria que María ha alcanzado
á las almas fieles; y esla gloriosa unión de que participó de ellos. , „ __
IV
mas que todas las otras juntas-, la hizo participante del po-
1.a novena estrella de poder en la madre de Dios figura
der de aquel esposo celestial. Uonramosen este misterio la
el rico tesoro de que es dispensadora. Este tesoro inagota-
cuarta estrella.
ble se compone de las gracias de su hijo, de cuya distri-
Su hijo es llamado el padre del siglo futuro , el repara-
bución está encargada pasando todas por sus manos para lle-
dor del linaje humano. María se nos presenta en la quinta
gar á nosotros.
estrella de su poder participando con él de esos títulos glo-
El hombre Dios es establecido por su padre sobre un
riosos. Ella ofreció en el Calvario la victima que nos abría
tribunal, desde donde juzgará á los vivos y á los muertos.
por su sangre las puertas del cielo: ella padeció con el Re-
Al pié de este tribunal ejerce María el poder de abogada y
dentor y mezcló sus lágrimas con la sangre que corría de
medianera, simbolizado en la décima estrella: poder i n -
las llagas del hombre Dios. Si este por su muerte convirtió
menso , porque estriba en los derechos de una madre para
la bendición en maldición ; es porque María fué sustituida
con su hijo y eslá reconocido por el ternísimo corazon de
antes á Eva.
este hijo, que quisiera se salvasen todos los hombres.
El poder de María aparece en la sexta estrella en que
Antes de la encamación del Verbo Satanás era el prin-
el Verbo, que tomó para sí la calidad de cabeza de su igle-
cipe de este mundo, que se había somelido á él por el p e -
sia , la instituyó reina de ella y puso en sus manos el poder
cado. El hijo de María le destronó, y sentándose a la diestra
de propagar la fé en el mundo, destruir las herejías, dirigir
del Padre vino á ser rev del mundo redimido. Mana es la
á los apóstoles, alentar á los mártires, ilustrar á los pontí-
reina y señora soberana de é l , y toda la obra de Dios esta
fices , inspirar á los doctores. santificar á los confesores, sus-
sujela á sus leves: esta es la undécima estrella de poder.
citar las vírgenes y velar con solicitud sobre los fieles que
La duodécima v última de esta segunda corona es la
viven unidos con el vínculo conyugal.
omnipotencia de María. Su hijo por su unión con la persona
Pero María no es solo la reina de la iglesia. sino tam-
del Verbo entró en posesión del poder divino: nada se r e -
bién su poderosa protectora, V esla otra rama de su pódel-
siste á él v su operacion no conoce limites. Quiso que su
es figurada por la séptima estrella. Ella ama con un amor
madre participara, en cuanto es posible á una simple criatura ,
invencible á esa familia que forma el cuerpo de su hijo: por
de la fuerza irresistible que reside en é l : ve ahí por que
ella esla mano inmortal desafia todas las borrascas: ella es
resuena en lodos los siglos la fama de los prodigios de todas
la torre de David de donde cuelgan mil escudos y que pro-
clases obrados por María, y porqué todas las generaciones
tege para siempre la ciudad santa.
han esperado en ella con una esperanza nunca defraudada.
Y como la iglesia es también el ejército del Señor, María
A su vez parece la corona de bondad relumbrante con
investida do una poteslad de mando que se representa en la
sus doce piedras preciosas como las dos primeras, y el
octava estrella, se adelanta y sale al encuentro de lodos los
brillo de las estrellas que la componen, mas suave y apa-
enemigos que quieren detener la marcha de aquel ejército
cible á los ojos de los hombres, regocija los corazones de
invencible. Estos enemigos se dividen en cuatro clases, los
ellos y los dispone para recibir las emociones de una con-
demonios, los mágicos, los herejes y los blasfemos. La bis-
fianza invencible.
El primer aslro de estos representa la parte que Maria se confia á María por la oracion y una entrega absoluta. Esla
fué llama'da á tomar en la predestinación de los escogidos. liberalidad lanías veces experimentada es la cuarta estrella.
Su hijo es el principio de esta merced suma: el Padre hace El corazon de una princesa tan poderosa tiene á honra el
participante de ella á María de un modo inefable, salvando mostrar una señalada gratitud para con aquellos que se glo-
á todos aquellos en quienes ve con la semejanza de Jesu- rian de ser súbdilos suyos. ¡ Cuántos beneficios no ha otor-
cristo las señales de la adopcion materna de su muy ama- gado á las naciones que la servían como á su reina, míen-
da hija. Iras perseveraron fieles! ;Cuánto no ha hecho por las ciu-
Maria se llama la madre del amor hermoso, porque en dades que han solicitado su patrocinio y se han mostrado dig-
su corazon habita la caridad divina como en un centro: ella nas de él por su celo en confesar tan afortunada dependencial
desahoga en nosotros este amor y nos pare a la dilección Y ios emperadores y reyes, los capitanes y caudillos de
por mil medios propios de su ternura; de suerte que si ama- ejércitos que ha n puesto sus estados ó sus tropas bajo la
mos á Dios, lo debemos despues del Espíritu Santo á los egida de la Señora, ¿han visto jamás frustrada su confian-
desvelos é influencia de la Señora. Esta prerogativa de bon- za? ¿No les ha devuelto siempre Maria con usura lo que
dad es figurada por la seguuda estrella. ellos habían anticipado'? Esla gralitud de su corazon tan fiel
Nuestra poderosa reina tiene distinguidas mercedes para se cuenla por la sexla estrella de la corona de bondad.
aquellos á quienes cabe la honra de acercarse mas a ella. La séplíma la hallamos en esc precioso título de madre
Primeramente les proporciona el adelantar y medrar en la de misericordia que la iglesia aplica á María, y que esla
corle de su hijo: al lado de ella alcanzan un valimiento que amable reina se ha dignado de merecer por su conmisera-
todo lo consigue, y gusta de hacerlos participes desús mas ción hacia los pecadores. Sería inútil tratar de fijar limites
fiuas caricias. La historia de los sanios abunda en monu- á la misericordia de Maria: Dios extiende la suya sobre t o -
mentos de esta inefable amabilidad y cortesanía, que se r e - das sus obras, y ha querido que la madre de su hijo le
presenta por la tercera estrella. asistiese siempre en el ejercicio de esa divina prerogaliva.
La cuarla significa las atenciones y esmeros de toda La octava estrella es la calidad de protectora que María
clase que Maria se digna de mostrar á aquellos que han ha- ejerce con los suyos. Ella los defiende de los peligros del
llado el fácil camino de su corazon maternal. Ella se d i n cuerpo y los libra délos del alma; desbarata las estratage-
leita en disponerlo todo para llevarlos á la senda de su sal- mas de los espíritus de malicia; ahuyenta las tenlaciones; y
vación y perfección, como lo atestan los anales de la-santi- disipa las ilusiones que pudieran exlraviar á sus siervos del
dad en cada página. camino de la salvación.
¿Quién podrá decir hasta dónde llega la liberalidad de La madre de Dios es para las almas de sus hijos una
esta augusta soberana ? En el orden de la naturaleza se le maestra que los instruye en loda la doctrina de su hijo. Ella
ha pedido la salud, el feliz éxito de las empresas, el a u - los ejercita para que bagan lodos los adelantamientos que
mento y madurez de la inteligencia, la conservación de las desea Dios en sus escogidos: si yerran ó se descaminan,
familias próximas á extinguirse; y lodo se ha obtenido. En ella los corrige y los vuelve al camino. Este ministerio de
el órden de la gracia las virtudes, para cuya adquisición se solicitud está representado en la corona de bondad por la
había trabajado sin fruto, descienden de suyo al alma que novena estrella.
TOMO I . C
(xxn) (xxm)
F.l precioso lítalo de consoladora de los afligidos res- razones, dan á la obra del P. Poiré un carácter de origina-
plandece en la décima. ¡Cuántas angustias lia calmado Ma- lidad poco común. Es verdad que habiendo escrito el autor
ria I ¡ Cuánlos corazones oprimidos de dolor ban reco- antes de los grandes adelantamientos de la crítica moderna
brado por ella la tranquilidad y el consuelo! ¡ Cuánlos díó demasiada autoridad á cierlos escritos que se atribuían á
desesperados han dado cabida en su espíritu á la confianza, diversos padres de la iglesia, y que luego han resultado ser
asi que ella ba tenido por bien de lucir á manera de arco algo mas modernos. Esle inconveniente inevitable, que
iris enlre las borrascas de aquellas almas llagadas! es común igualmente á los sabios Baronio v Belarmíno, no
María refugio de pecadores: esla es la undécima esire- puede perjudicar á La tríplice corona de la bienaventu-
11a. En la anligua ley había ciudades de refugio: los genti- rada virgen María, asi como no ha destruido el mérito, ni
les tenían sus asilos; pero todos esos eran unos débiles sím- rebajado el valor de los Anales eclesiásticos y de las Con-
bolos de la seguridad que el pecador encuentra en los troversias , obras de aquellos dos cardenales esclarecidos.
brazos de María. Los rayos disparados por el Señor no pue- En libros de tamaña importancia son muchísimos y muy
den ya herirle, porque la madre de Dios toma su defensa incontestables los testimonios, para que pierdan algo de su
y le sirve de escudo. solidez porque resulten un poco mas modernos cierlos textos
La duodécima y última estrella de la corona de bopdad que el aulor alegaba como mas anliguos. El libro no por
significa el ministerio de amor que María ejerce en favor eso deja de ser lo que es, un monumenlo de la mas pro-
de sus hijos en la hora postrera. Ella es su poderoso auxilio funda erudición , así como un Irofco de la devocion mas ar-
en aquel lance terrible. El miedo natural de la muerte se diente y tierna á María santísima.
calma en el corazou del moribundo que siente cerca de sí á El P. Poiré después de haber coronado con tríplice dia-
una madre tan compasiva. Ella vela también para alejar de dema á la madre de Dios emplea lo restante de su obra en
sus favorecidos los peligros de la tremenda sorpresa que proponer á los fieles los deberes que los ligan con lan gran
llamamos muerte repenlina. Los asaltos que había preparado reina, y los homenajes que están obligados á tributarle.
el enemigo muy de anlemano para aquel inslante crítico, Esla parle enteramente práctica del libro es la consecuen-
tornan en confusion suya. Cuando el alma sale del cuerpo, cia de lo que antecede y abunda en doctrina y unción no
Maria la asiste ante el tribunal de su divino hijo, y si es menos que la primera. La gralilud á María es la conclusión
enviada aquella pobre alma al lugar de la expiación, la primordial que intima á sus lectores después de haberlos
madre de Jesús se digna de bajar allí muchas veces y de embelesado y arrebatado con la descripción de las tres coro-
mitigar con su amable presencia los rigores del destierro. nas de excelencia , poder y bondad, que adornan la frente
Tal es en conjunto osla magnifica composicion, en la de la madre de Dios.
que el aulor cumple superabundantemente lodo lo que pro- De esta gratitud se derivan la profunda estimación quo
mete. Los innumerables testimonios de los santos padres y deben de hacer los fieles de las grandezas y prerogativas de
doclores, una gran copia de beclios, lodos á cual mas inte- Maria; la confianza que tanto poder y tanla bondad engen-
resantes, acolados con una piadosa complacencia para ilus- dran en los corazones; el amor que les infunden lanías per-
trar la doctrina, un estilo sencillo y nalural, pero ricamente fecciones y beneficios; el celo para ganarle corazones; las
adornado, ua acento de piedad que enternece y roba los co- obras de misericordia que le hace lan gratas su amor á los
( XXIV )
\ ( xxv )
hombres; las acciones de gracias con que sus devotos des-
las Conferencias teológicas del P. d" Argentan. La buena
ahogan el agradecimiento en que rebosan; las prácticas de
acogida que eslos libros han tenido en los últimos años,
su culto que bajo variadas y graciosas formas hacen el re-
muestra que nuestro siglo sabe apreciar mejor las produc-
gocijo de la iglesia y la dicha de las almas piadosas; las
ciones del ingenio católico que los dos precedentes.
obras de mortificación, ofrecidas á la justicia de Dios en hon-
Sin embargo antes de sumergirse La tríplice Corona
ra de esta madre de misericordia y aceptadas por él con par-
de la bienaventurada virgen María en este naufragio uni-
ticular benevolencia; el ansia por imitar las virtudes de que
versal fué. objeto de la particular atención de una ilustre
María da ejemplo á los fieles de todas clases; el anhelo por
hija de San Benito, sor María Jacoba Blouette de Blcmur,
alistarse en las hermaudades y congregaciones erigidas para
religiosa primeramente del célebre monasterio de la Trini—
su servicio; y por último la solicitud en promover su glo-
dad"en Caen y luego del del Santísimo Sacramento en Pa-
ria por lodos los medios, porque la voluntad de Dios es que
rís. Esta piadosa y erudita monja intentó salvar del olvido
María sea alabada y ensalzada en el cíelo y en la tierra pol-
el libro del P. Poiré dándole otra forma y aun otro titulo
los siglos de los siglos.
y retocando su estilo; mas no consiguió su loable objeto.
Estas doce especies de homenajes, dictados por el reco-
Al reimprimir nosotros la obra del P. Poiré en su anti-
nocimiento á la madre de Dios, son la materia de oíros tan-
gua forma y con su mismo lilulo hemos creído que no de-
tos capítulos que el P. Poiré traía con gusto y adorna con
bíamos de privar á nuestros lectores de las importantes adi-
todas las galas suministradas por la ciencia y la piedad , y
ciones que compuso la madre María Jacoba de Blemur.
se terminan en una consagración de! autor y de la obra á la
Ofrecemos pues este libro al clero con la confianza de
augusta reina, cuyas grandezas y suma misericordia ha ce-
que hallará en él poderosos auxilios para instruir mas y mas
lebrado con tanta efusión.
á los fieles sobre las ventajas de la devocion á María y para
Un libro como este, publicado en una época en que el
reanimar los sentimientos de fé V de amor, que producirá
jansenismo 110 había resfriado la devocion, debía de ser re-
siempre la contemplación de las perfecciones de la coreden-
cibido muy favorablemente; y así lo prueban jas tres edi-
tora del linaje humano. Las glorías de María y la pará-
ciones que de él se hicieron , no obstante que era tan vo-
frasis de la Salve por San Alfonso de Ligorio han sido bien
luminoso. Es bien sabido que despues de 1643, en cuyo año
recibidas; pero no pueden de ningún modo compararse es-
se hizo la última edición , mudó de carácter la literatura
tos tiernos monumentos de la ciencia y la piedad del santo
religiosa. El siglo que aprobaba la Frecuente commion de
obispo con la Suma mariana que hoy sacamos nuevamente
Arnaldo y los Ensayos de Nicole, 110 podía tener mucha
á luz. Las comunidades religiosas hallarán también en ella
inclinación á aquellas obras dictadas por una fé ardiente y
un alimento sólido y sustancial de esa piedad hácia María,
una piadosa ternura. Pronto cayeron en el olvido lodos los
que forma el bien común de todos los institutos suscitados
libros anteriores á la irrupción del jansenismo: muchos
por Dios en la iglesia para la práctica de la perfección
perecieron y los demás quedaron sepultados entre el polvo
evangélica. Por último los simples fieles tendrán un tesoro
de las bibliotecas. Sin embargo varias obras de estas eran
riquísimo inagotable do luces y afectos, donde.podrán ir á
dignas de mejor suerle. como puede juzgarse boy despues
buscar nuevos molivos para darse al culto y á la imitación
de haberse reimpreso la Teología afectiva de Luis Bail y
de la virgen santísima. Tal ba sido nuestro objeto.
• ( x x v i ) ( xxvu)

Hemos sido escrupulosos en cuanto á la fidelidad de la Sin duda las convulsiones de la sociedad humana pue-
reimpresión, porque las obras de esla clase pueden anali- den ser largas y terribles en los dias en que vivimos; poro
zarse y criticarse; pero si se quieren reimprimir, su misma el Señor ha dado las naciones en herencia á su hijo, y por
originalidad impone respeto, y es menester guardarse de mas que hagan, no se sustraerán del poderío de ese domi-
estampar en ellas el sello de los tiempos posteriores; Nosotros nador supremo y por siempre bendito. El en su justicia las
al paso que reconocemos las imperfecciones de este libro, castigará y en su misericordia las salvará. Cuando sean lle-
confesamos ser incapaces de corregirle. gados los tiempos, María, estrella serena y pacifica de los
Séanos licilo ahora decir dos palabras acerca de los sen- mares, se levantará sobre el borrascoso piélago político, y
timientos con que ofrecemos de nuevo á la madre de Dios con su benéfica influencia se amansarán las olas embrave-
la tríplice corona que el fervoroso jesuila le tejió hace mas cidas. Entonces no habrá mas que una voz de reconoci-
de dos siglos. Estos sentimientos de ilimitada confianza en miento, que suba hácia la que aparecerá otra vez como el
el poder y bondad de la madre de Dios y de lo¡ hombres signo de, paz después de este nuevo diluvio. María es la cla-
son los que deseamos experimenten los católicos á cuyas ve de lo futuro, asi como es la reveladora de lo pasado.
manos llegare la presente obra. Si los que no son cristianos, se admiran de nuestras pa-
Los tiempos en que vivimos, son graves para'la suerte labras, y si nuestros pensamientos parecen singulares y exa-
futura del mundo: las sociedades humanas desquiciadas en gerados á los que siendo cristianos no comprenden todavía
sus cimientos están llamando una mano poderoso que las que el hijo de Dios hace lodas las cosas en este mundo para
siente otra vez sobre ellos. El hombre, llámese como se la gloría de su madre; no nos quejaremos. Pero tal es la es-
quiera, es de aquí adelante impotente para salvar lodo lo peranza que abrigamos en lo intimo de nuestro corazon: la
que está en peligro. Levantemos pues los ojos á lo alio é iglesia triunfará siempre de todos los obstáculos que se le
imploremos auxilio. El brazo de Dios 110 se ha abreviado: la ponen por delante: nunca será vencida; nunca prevalecerán
obra de sanar á todas las naciones de la tierra es ardua y contra ella las potestades del infierno. Triunfará hasta las
pide un gran esfuerzo; pero no es superior al poder de puertas de la eternidad, y la razón de este triunfo consiste
María. en que María es para siempre el auxilio de ios cristianos,
Si Dios salva al mundo (y le salvará); la salvación ven- auxilium christianorttm.
drá por María. Por ella extirpó el Señor las espinas del
gentilismo: por ella triunfó sucesivamente de lodas las h e - F r . Próspero «iieronger,
rejías ; y hoy porque el mal ha llegado al colmo, porque ABAD DB S0LE5MKS.

todas las verdades, todos los deberes y todos los derechos


están amenazados de un naufragio universal, ¿es esa una
razón para creer que no triunfarán otra vez Dios y su igle-
sia? Confesemos que hay materia para una importante y fa-
mosa victoria, y por eso nos parece que el Señor ha reser-
vado á María todo el honor de ella. Dios no se arredra por
las dificultades y obstáculos como los hombres.
DEDICATORIA DEL ACTOR

A LA M A D R E DE DIOS.

PERDONA, te r u e g o , oh princesa de la tierra y de, cie-


lo si he tenido la temeridad de tocar á tus excelen-
cias para hacerte una corona de ellas. En efecto
,- quién soy yo para labrar unas piezas tan peregrinas
como son tus regias grandezas? ¿ Y qué otra cosa he
hecho mas que sacar las estrellas del cielo para en-
gastarlas en la tierra? He faltado, lo confieso; pero
¿no te ofenderás si digo que ha sido mas por afecto
que de propósito v mas por respeto que por temeri-
dad? Acaso me dirás que he tenido demasiada pre-
sunción en mis fuerzas. Este cargo me seria insoporta-
ble , si por m i mismo me hubiera embarcado en ta-
maña empresa; mas ¿cómo había de negarme á las
repetidísimas y empeñadas instancias de tantas perso-
nas de honor? ¿No le acuerdas cuántas veces tus
amados hijos los muy respetables hermanos de la con-
gregación erigida en la noble ciudad de A v i ñ o n , una de
las mas esclarecidas cofradías que hay en toda Fran-
cia , me alegaron que los discursos pronunciados por
m i en su favor 110 eran ya míos, sino suyos, y que
ellos cargarían con la confusion que yo tenia motivo
d o temer si los extendía por escrito ? ¿ No lian llegado
al extremo de una amistosa coaccion, y no lian pro-
testado que en el caso de hacerme el reacio no les fal-
taban medios para o b l i g a r m e Á condescender por fuer-
za con su equitativa pretensión? Pero ¿ p o r q u é y o mal
aconsejado me canso en buscar justificación para con-
tigo? N o ; consiento e n ser culpable solamente por
tener u n nuevo m o t i v o de ofrecerte en satisfacción de
PLAN DEL AUTOR.
la culpa cometida m i c o r a z o n , m i alma , m i vida y
t o d o cuanto le pertenece ya por un m i l l ó n de t í t u -
l o s , y á fin de poder decir á pesar de la m u e r t e y
d e l infierno q u e seré todo de María en el liempo y
en la e t e r n i d a d .

I. E L Espíritu Santo le trazó en dos lugares de los


libros sagrados. E l primero está en el capítulo X I I del
Apocalipsis, donde se ve á una mujer rodeada de varios
símbolos misteriosos y con una corona de doce estrellas
en la cabeza, de la que salen tantas maravillas como r a -
yos. Esta mujer es la verdadera figura de l a madre de
Dios, como declararon San Epifanio ( 1 ) , San A m b r o -
sio ( 2 ) , San Agustín ( 5 ) , San Melodio ( 4 ) , San B e r n a r -
do ( S ) , San Bernardino de Sena (f>), SanAntonino ( 7 ) ,
Dionisio el Cartujo ( 8 ) y otros.

II. E l segundo está en el capitulo X X V del Eclesiás-


tico , donde despues de publicar diversas grandezas de la
Virgen santísima, como de aquella á quien la iglesia y
los santos padres atribuyen por derecho de participación

(L) SERMON, DE SANETA DE¡- (5) SCRM. TA SIGNUM MA-


NARA. gnwn.
(5! IN CAP. X I I APOCAL. (6) T O M . I , CONC. 6 1 , ART. I,
Í3Í U B . 4 DESYRNBOL. AD CA- C. 1.
LECLI., o . 4 . ( V ParleIV,UU:.« C.!0.
(I) ANUD ARELARA i n CAP. X I I (8) U B . 3 DE LAUDIBUS Vir-
APOC. G I N . , ART. 2 9 .
en precio como peregrina en invención. Yo haria escrú-
los privilegios de su muy amado hijo, que es la sabidu-
pulo de omitir sus preciosas palabras: ve aquí pues
ría increada y encarnada, la hace recopilar todas sus
las que dirige á la reina de los ángeles. • ¿Cuál habrá de
prerogativas, diciendo según la versión griega : Con tres
ser tu mérito, oh gran señora, cuando contrajiste una
cosas me adorné y me levanté hermosa delante de Dios y
unión tan firme y una amistad tan estrecha con Dios?
de los hombres (1).
i Cuál es tu favor y tu ventura! Dios habita contigo y tú
III. En estos dos admirables pasajes me ha pare-
con él. Tú le cortas un vestido de tu propia carne, y él
cido que el Espíritu Santo me ofrecía el plan de esta
te reviste de la gloria de su majestad. Tú cubres el sol
obra. Pero para amplificarle mas es necesario que tome
con una nube y te engalanas con el mismo sol. Y asi co-
yo un magnifico discurso que hace el elocuente San Am-
mo Dios obró una maravilla en la tierra haciendo que
brosio en el libro de la Instrucción de las Vírgenes (2),
una mujer llevase en su seno á un hombre que junta-
en donde explicando estas palabras del Cantar de los can-
mente fuese un sol, de la misma manera obró otra en el
tares : Salid y ved, hijas de Sion, al rey Salomon con la
ciclo haciendo que una mujer estuviese rodeada de Dios
corona con que le coronó su madre en el dia de su desposorio
mismo, que excede en claridad á m i l soles. Tú le coro-
y en el dia de ¡a alegría de su corazon (3); dice que la V i r -
naste y recíprocamente fuiste coronada por él. Levan-
gen coronó á su hijo, el rey de gloria, cuando le conci-
taos pues, hijas de Jerusaleu, venid á saludar á vuestra
bió , porque revistiéndole la túnica de nuestra humani-
reina y vedla coronada con l a diadema que le puso su
dad , por el mismo medio le puso en la cabeza una co-
hijo sobre la cabeza por honor. Admirad esa rica corona
rona de eterna benignidad, para que mediante la fé de
y decidnos si esa régia cabeza no merece ser coronada
las naciones fuese reconocido por cabeza de nuestro li-
de estrellas, supuesto que resplandece ella sola mas
naje. El abad Guerrico (4) dice lo mismo que San Am-
que todas las estrellas del firmamento, las cuales son
brosio; pero ó yo me equivoco, ó San Bernardo (Si),
mas honradas coronánddla que ella recibiendo seme-
maestro del mismo abad, pondera dignamente el bello
jante corona: Mas ¿por qué no ha de ceñir la corona de
pensamiento de aquellos dos grandes hombres, diciendo
estrellas, cuando el mismo sol le sirve de manto? ; Oh qué
que el príncipe del cielo viéndose así coronado no quiso
de maravillas se encuentran en esa corona estrellada!
ser vencido en liberalidad, sino que al mismo tiempo
¿Quién será el que nos descubra alguna parte de ella?
puso en la adorable cabeza de su madre inmaculada una
En mi pobre juicio esas doce estrellas nos representan
corona labrada por su propia mano y tan incomparable
bastante naturalmente doce grandezas ó prerogativas de
la madre de Dios. >

IV. Todo esto y aun mas dice este excelente doctor


t<) Kccli. xxv. ( i ) Serm. i ríe Assompt. francés, cuyo concepto viene tan adecuado á mi asunto,
¡2; Cap. 46. (S) Serm. i n Sig'num tna-
(3) Cantío, til, H-. gnurn.
(xxxiv) (xxxv)

que de ningún modo quiero apartarme de él. Bien os to, cuanto menos debia de apartarme de la figura ele-
verdad que fundándome en la autoridad de la virgen gida por m i y que el Espíritu Santo se complació en
madre, que nos ha dicho que su perfecta hermosura consagrar, si puede decirse asi, como se ve claramente
consiste en tres cosas, no presumo limitar mi discurso en los doce patriarcas antiguos, en las doce tribus, en
á un solo modo de privilegios, sino mostrar tres especies los doce títulos ó altares erigidos por Moisés, en las doce
de grandezas que parecen en ella como otras tantas pie- piedras que se sacaron del fondo del Jordán por orden
zas de la incomparable hermosura que llama la atención de Josué, en las doce piedras preciosas engastadas en el
de los ciudadanos del cielo y de la tierra. racional del sumo sacerdote, en los doce bueyes que
V. Y para decirlo mas claramente, m i intento es sostenían el mar de bronce, y en la mayor parle de los
presentarla en el teatro de honor con una tríplice corona utensilios del templo, en los doce leones que estaban á
en la cabeza, que denotará tres especies de perfección un lado del trono de Salomon, en los doce apóstoles, en
que posee ella en sumo grado; es ásaber, sus grandezas los doce cestos de sobras que se recogieron después de
de excelencia, de poder y de bondad. La primera corona alimentar Jesús al pueblo con cinco panes y dos peces, y
contendrá sus excelencias de naturaleza, de gracia y de mas particularmente aun en la santa ciudad de que h a -
g l o r i a ; la segunda representará su poder y sus influen- bla S. Juan en su Apocalipsis, donde vio doce funda-
cias en todo el cuerpo místico de la iglesia; la tercera mentos , doce puertas, doce estadios cuadrados, doce
los raros efectos de su sin igual bondad. La corona de piedras preciosas, doce frutos del árbol de vida y doce
excelencia bien entendida se tejerá con las prcrogativas m i l de cada t r i b u , que estaban señalados con la sangre
que le convienen á ella privativamente á cualquier otra, del cordero. Estas doce grandezas distribuidas en otros
siu decir de otra manera relación 4 nosotros. La corona tantos capítulos suministrarán ya doce á cada tratado,
de poder será como una muestra do la autoridad que y añadiendo á esto el discurso fundamental que prece-
Dios le dió sobre toda la iglesia en general, y de las ma- derá á todo como una antorcha, y la conclusión que por
ravillas que obra para conservarla y adelantarla. La co- via de resumen recopilará las obligaciones que tenemos
rona de bondad mirará mas particularmente álos devo- de amar, honrar y servir á la madre de Dios por todas es-
tos de la Virgen santa, que teniendo mas parle que los tas grandezas, resultará que cada tratado ba de compo-
otros en su buen afecto la tienen también mejor en sus nerse de catorce capítulos. Finalmente para promover en
mercedes y gracias. algún modo los loables sentimientos de aquellos que r e -
conozcan estar sumaríente obligados ala reina del cielo,
VI. Cada corona de estas se compondrá de doce gran- he unido á los tres anteriores un tratado entero , que
dezas como de doce estrellas, que serán en todo doce contiene la práctica de los reconocimientos debidos á
grandezas de excelencia, doce de poder y doce de bon- tantas grandezas.
dad. Me he fijado en este número con tanto mayor gus-
VII. Confieso que no he tenido valor de andar en
busca de grandes adornos para engalanar esta obra, mu-
cho mas cuando me persuado á que la simple manifes-
tación de tantas grandezas ha de agradar mas al lector
que todas las curiosidades con que pudieran hermo-
searse. Añádese que me fio tanto en el afecto que profesa
TRATADO PRIMERO.
á la madre de Dios, que creería hacerle un agravio si le
ofreciera otro cebo que su propia inclinación para ha-
cerle tomar gusto á las alabanzas de la que domina en sn
corazon. La reina del cielo es demasiado amable por si ORIGEN DE L A S C O R O N A S .
ouii.Jíiuipuh« • ... > l é i i i p TWIJ !••• -JI'I.'Í Í J H ® W V A
para que queramos hacerla amar por artificio. Por tanto
no habiendo en adelante nada que nos detenga, y tenien-
I . jVo bien hubo nacido en la tierra, ó por mejor
do la excelencia del asunto bastante virtud para conquis-
decir, no bien hubo bajado del cielo la majestad, madre
tar los corazones y cautivar los entendimientos, entre- de la excelencia, cuando al punto se vio cargada de co-
mos en el discurso de las grandezas de esta princesa in- ronas; en lo cual los que pensaron tributarle este honor,
comparable. tuvieron tanta mas razón, cuanto que las coronas no se
inventaron sino para servir de insignias do excelen-
cia y majestad. En efecto asi que empezó á conversar
entre los hombres y á ordenarlos acierto género de vida
social y común, dió la corona á los que tenían mas m é -
r i t o , haciéndolos llevar su librea y disfrutar sus favores.
Los primeros á quienes hizo partícipes, fueron los reyes
y príncipes, en cuyo semblante imprimió tales señales de
majestad y excelencia, que los que las vieron, no pudie-
ron menos de honrarlos y respetarlos. Estas coronas fue-
ron al principio doce rayos de luz que al parecer salían
de sus rostros, como se ve en los primeros reyes de
Italia (1), para hacerlos mas venerables á sus subditos
y dar á entender á estos que los que los gobernaban,
traían su origen del cielo.
II. Corramos un velo á estas invenciones poéticas para

(I) Virg., de Latino.


T0U0 I .
VII. Confieso que no he tenido valor de andar en
busca de grandes adornos para engalanar esta obra, mu-
cho mas cuando me persuado á que la simple manifes-
tación de tantas grandezas ha de agradar mas al lector
que todas las curiosidades con que pudieran hermo-
searse. Añádese que me fio tanto en el afecto que profesa
TRATADO PRIMERO.
á la madre de Dios, que creería hacerle un agravio si le
ofreciera otro cebo que su propia inclinación para ha-
cerle tomar gusto á las alabanzas de la que domina en su
corazon. La reina del cielo es demasiado amable por si ORIGEN DE L A S C O R O N A S .
ouii.Jíiuipuh« • ... - léínp n w i j íJltíSOTk
para que queramos hacerla amar por artificio. Por tanto
no habiendo en adelante nada que nos detenga, y tenien-
I. JVO bien hubo nacido en la tierra, ó por mejor
do la excelencia del asunto bastante virtud para conquis-
decir, no bien hubo bajado del cíelo la majestad, madre
tar los corazones y cautivar los entendimientos, entre- de la excelencia, cuando al punto se vio cargada de co-
mos en el discurso de las grandezas de esta princesa in- ronas; en lo cual los que pensaron tributarle este honor,
comparable. tuvieron lanía mas razón, cuanto que las coronas no se
inventaron sino para servir de insignias do excelen-
cia y majestad. En efecto asi que empezó á conversar
entre los hombres y á ordenarlos acierto género de vida
social y común, dió la corona á los que tenian mas m é -
r i t o , haciéndolos llevar su librea y disfrutar sus favores.
Los primeros á quienes hizo partícipes, fueron los reyes
y príncipes, en cuyo semblante imprimió tales señales de
majestad y excelencia, que los que las vieron, no pudie-
ron menos de honrarlos y respetarlos. Estas coronas fue-
ron al principio doce rayos de luz que al parecer salían
de sus rostros, como se ve en los primeros reyes de
Italia (1), para hacerlos mas venerables á sus subditos
y dar á entender á estos que los que los gobernaban,
traían su origen del cielo.
II. Corramos un velo á estas invenciones poéticas para

(I) Virg., di Latino.


TOUO I.
hacer ver la verdad. Es cosa cierta que solo Dios es la
eterna majestad, la soberana excelencia y la fuente de-
toda excelencia y majestad, á quien originariamente cor- DISCURSO FUNDAMENTAL DF.L TRATADO P R U E B O .
responden todas las coronas de grandeza. En cuanto este
monarca del universo. resolvió enviar á la tierra la ma-
jestad y sabiduría increada, es decir, su único hijo, le CAPÍTULO I.
coronó de gloria y honor, como enseña el real profeta, le
puso sobre todas las obras de sus manos, y le dió la
DEL TÍTULO DE MADRE DE DIOS, VERDADERO ORIGEN DE
potestad de hacer llevar la corona á quien le pareciese
TODAS LAS GRANDEZAS D E LA GLORIOSA VIRGEN MARIA.
bien, no solo, aquí en. la tierra, sino también en el cielo.
A vuestro parecer ¿por quién debia de principiar sino
por su madre, que le habia coronado con la diadema de E s muy verdadero este axioma del filósofo: que hablan-
nuestra humanidad? ¿Y qué cabeza mas digna de soste- do con propiedad, cada cosa es lo mejor y mas per-
ner, la corona podía encontrar entre las criaturas? Le fecto que hay en ella. De ahí proviene que aunque un rey
ciñió pues antes que á ninguna otra una corona com- sea al mismo tiempo d u q u e , marqués, conde y todo
puesta no de doce rayos de l u z , sino de doce hermosas cuanto se quiera, le llamamos simplemente el rey, p o r -
estrellas, cada una de las cuales difundía á su rededor que siendo esta calidad superior á las otras, las con-
m i l rayos de luz. Yo podría decir que por ese número tiene todas en perfección y cubre el resplandor de ellas,
doce, que es un número de perfección según S. Agus- ni mas ni menos que el sol el de las estrellas menores,
t í n ^ ) , S. Gregorio (2) y otros,debemos de entender todas Así sucede en la madre de Dios, á la cual desde que le
las perfecciones adecuadas i la calidad de madre, do hija damos este nombre, que es su título supereminente, hay
y de esposa de Dios, con que honró á la Virgen santísima. que convenir en que los demás no solo deben de rendirle
Sin embargo quiero- atenerme precisamente á este n ú - homenaje, sino que dependen de él como la luz del sol
mero., y entre todas las excelencias de Mariaesooger doce y el arroyo de la fuente. Este motivo me lia determinado
principales, que me parece le dan mas esplendor y majes- á tratar ante todo del excelentísimo titulo de madre de
tad] Estas serán doce muestras de grandeza, que la ensal- Dios y á poner al frente de todas sus grandezas la que
zarán sobre todas las simples criaturas y no convendrán á es origen y medida de todas las demás.
ninguna mas que á, ella. El asunto abundará en majestad^
y como.espero, en suavidad y dulzura: permítaseme so-
«j. I.—De la excelencia del lítalo de madre de Dios.
lamente que antes de entrar en él haga alguna breve.
aclaración del glorioso titulo de madre de Dios en forma
I. Pero ¿ piensas t ú , entendimiento l i m i t a d o , poder
de discurso preliminar.
penetrar las excelencias que se encierran en este título
esclarecido? ¿Crees tenerlas alas bastante fuertes para
¡ I j Lib. 3 de Doctr. christ. ¡2; Lib. 10 Moral.,c. 30. remontarte tan alto y los ojos bastante firmes para s u f r i r
c. 35, et in psalm. XXXVI- el resplandor do ese sol divino? ¿fio sabes que esas grao-
I ' . ! OKOT
asombra mas que el tratar de la madre de Dios, á causa
dezas que vas escudriñando, son mas alias que el cielo, de q ,e iendo la creencia común que sus grandezas son
mas profundas que los abismos, mas anchas que la re- fnexplicables, disgusta á aquellos dejante de qmeues s
gión del aire y tan largas como la misma eternidad? habla, que intente uno siquiera explicarlas. , N o vald. a
¿Prevel tú la confusion que va inseparablemente unida pues mi abandonar u n pensamiento tan temerario p w .
á un designio tan temerario? ¿No temes que acercán- U s e en tierra, admirar de lejos con Moisés la zarza que
dote mas de lo conveniente á la majestad seas oprimido arde en las llamas de la divinidad sin consumirse > ado-
de su gloria? ¿No tienes miedo de perderte en ese r ü r d o lo intimo del corazon y con un casto silencio el
Océano de maravillas y de ser sepultado en ese golfo de santuario de Dios lleno de prodigios celestiales
grandezas? ¿No consideras que los mas iluminados que- II Confieso que me encuentro muy perplejo, 5 mas
rubines y los mas abrasados serafines abaten sus alas en cuanto mas profundizo los sentimientos de los santos,
presencia de aquella de quien t ú quieres hablar, y no q u e m e manifiestan su desconfianza en punto a poder
se atreven á fijar la vista en su rostro? ¿Puedes ignorar declarar la excelencia de un título tan . » a r ^ e .
cómo temblaban los ingenios mas aventajados y los mas En efecto algunos de ellos como S. Anselmo (1) afir-
esclarecidos varones, cuando quisieron probar sus fuer- man que el pensar siquiera que la Virgen es madre de
zas en este punto? E l gran obispo de Neocesarea S. Gre- Z s es remontar el vuelo á toda la altura posible y tener
gorio Taumaturgo ( 1 ) , con ser tan elocuente é iluminado la ciática mas excelente en que pueda ocuparse el en-
de lo alto, no sabe encontrar palabras, y le parece que se nd miento despues de la majestad de Dios, o t p s como
embota su agudo entendimiento y que enmudece su elo- S. Gregorio de Neocesarea (2), á quien ya hemos citado,
cuencia cuando trata de hablar de esto. El sapientí- dicen clara v resueltamente que esa sola palabra sobre-
simo prelado de Salamina en Chipre San F.pifanío (2) se ¡ 5 todas las alabanzas que pueden tributarse a la Se-
dice infeliz y desgraciado por haber tenido la presunción
ñ
de mirar de hito en hito los brillantes rayos que despide °m Algunos hacen en esto, dice S. Bernardino de Se-
la reina del cielo de su majestuoso semillante: asegura na (3), lo mismo p r o p o r c i o n a d m e que hacemos cuando
que un pensamiento tan profundo y una contemplación „«eremos discurrir de Dios, porque por no conocer su
tan alta llenó de terror su alma, y que faltó poco para que naturaleza simpliclsima reunimos todas las perfeccione
su corazon se secara de espanto: sostiene que semejanto que se encuentran en las criaturas, y adornamos con ellasa
empresa es superior á las fuerzas humanas y que no ?adivinidad, añadiendo que tiene infinitas mas de qu
hay entendimiento, por mas perspicaz que sea, capaz de concebimos. De la misma manera juntan ^ ^ f ^ í f
llevarla al cabo, ni lengua que pueda hablar de ella como raras v peregrinas que hallan esparcidas por aca j acul a,
conviene. S. Bernardo (5), aunque regalado y favorecido ; dtcen que la que las posee todas con perfección e ,n-
especialmente por la Virgen santa, protesta que nada le

(?) Serm. 5. i n Annunt.


. 1} Serra. S io AnnuDt. i:t) Serm. i de Assunipl.
(i) Serm. de sanolis. Deip.
eomparablemente mas, es la madre de Dios. Otros hay madre de Dios: «Este es el tesoro p u r o , el ornamento y
como S. Juan Damasceno (1) y S. Ildefonso (2), que le- honor de la virginidad, el jarais» espiritual del segundo
vantan mas el tono y ponen mas alto su punto de vista, Vdam el retrete del matrimonio divino que se celebro
porque para hacer ver hasta dóude llega la honra de ser entre dos naturalezas, la cámara de la reconciliación
madre de Dios por la generación temporal, se propo- a e r i m l del mundo, el tálamo nupcial del Verbo eterno
nen nada menos que la idea de la generación eterna del la zarza ardiendo, pero no consumida por las llatüas del
Verbo , diciendo que asi como el hijo de Dios emana del celestial alumbramiento-, la hermosa nube qüe llevó en
entendimiento fecundo del eterno Padre con comunica- su seno al que está sentado sobre los querubines; el ve-
ción de su sustancia sin ninguna alteración ó división, llocino empapado en el grato roció del cielo de que se
de la misma manera nació temporalmente de Maria su hizo la túnica de nuestro divino pastor cuando vistió la
madre sin corrupción ni alteración de la integridad de librea de su oveja perdida; la esclava y la señora, la virgen
esta. Otros como santo Tomás (3) van todavía mas allá v í a madre juntamente, el puente por donde bajo a la
y parece que discurren mas elevadamente; porque por 'tierra el mismo D i o s ; la pieza de paño de que se trabajó
entre esa luz inaccesible observan que la Virgen habiendo la admirable vestidurade la unión hipostática, cuyo artí-
recibido l a honra de sor madre de Dios está unida á un fice es el Espíritu Santo, la mano lavirtud del Altísimo, la
término de infinita perfección; que asi es elevada en lana el despojo viejo de Adam, la trama la carne inmacu-
cierta manera al orden divino; y que por una consecuen- lada déla bienaventurada Virgen Maria, la lanzadera la
cia necesaria entra en posesion de una perfección infinita. incomprensible bondad de Dios que nos trajo la persona
I'ero no esperemos que digan mas, porque al cabo es inefable del V e r b o . ' ¿Quién ha oido hablar jamás de se-
preciso detenerse ala. mejante pieza? Antes que él Metodio ( I ) , primeramente
IV. Haria yo agravio á muchos eminentes persona- obispo de Olimpia en Licia y despues de Tiro en t e m c i a
jes únicamente devotos de la reina del cielo, si pasara en v mártir glorioso de Jesucristo, saludó á Mana de esta
silencio la bella invención que su devocion les sugirió. manera: .Nobilísima y deseada señora, t ú eres la antor-
En efecto como no hallaban camino para declarar la exce- cha de los fieles, la que encierras en t u seno al que lo con-
lencia del titulo de madrede Dios, se desviaron á un lado tiene todo v no puede ser contenido; la raíz de la primera
y procuraron decir por medio de diversas figuras enigmá- y mas bella flor del m u n d o , la madre del Criador de to-
ticas lo que pensaban. El arzobispo de Constanlinopla das las cosas, el alimento del padre y proveedor del u n i -
i roclo en la admirable arenga que pronunció delante del verso , la carroza animada del que sostiene todas las
concibo de Efeso el dia de la Natividad del Salvador, h a - cosas; la puerta por donde vino Dios á la tierra; el
ciendo manifestado no solo su dictamen particular, sino seno del que todt) lo contiene en su seno; la j e f d u r a
el sentimiento de toda la naturaleza, pinta asi á la sin mancilla del que está rodeado de l u z ; el pabellón del
Espíritu Santo , el horno que Dios omnipotente encendió
con las llamas de su divino amor.-
( J ) Oral. i . de nal. li. M a r á . ¡3) p i U .i , „ „„, ,
h 25
( i ) D e v i r g i n i l . el p a r t a n - J l ' ' *'rl" S

nono M a n » . (»). 0rSt. iti bipapan».


V. Despues de ellos S. Andrés de Jerusalen ( 1 ) , ar-
zobispo deCreta ó Candía, dirige á la Señora el apos- la flor incorruptible, la púrpura tejida de lo alto, la
trofe siguiente: .Dios te guarde, templo del Salvador, real vestidura, la diadema imperial, el trono de Dios, la
trono de una vida incorruptible, carro del sol rutilante, puerta del cielo, la reina del universo, la copa llena de
tierra única á propósito para producir el trigo de que nos la sabiduría divina, el retrete de la vida, la fuente pe-
alimentamos:; sagrada levadura que diste gusto á toda la renne de las santas ilustraciones.» Y concluye asi: «Me
descendencia do Adam y esponjaste la masa de que se faltan las palabras, y mis pensamientos son muy lángui-
hizo el verdadero pan de nuestras almas; arca honrosa dos para seguir las ansias de m i alma. • No obstante al
donde descansó Dios y donde se santificó la misma glo- poco tiempo recobra ánimo y prosigue en estos términos:
ria ; cantara de oro que contiene al quo hace dulce y «¿Qué te diré yo, santísima V i r g e n , madre de Dios, única
suave el maná y saca miel de la piedra en favor del pue- capaz de la sabiduría que subsiste en si misma y da vida
b o desagradecido; espejo espiritual de la santa contem- á todo lo demás? ¡ O santa V i r g e n , principio de nuestra
plación, por quien los profetas inspirados de lo alto vida y vida de los vivientes! ¡O vinculo que nos unes
figuraron la venida de Dios á la tierra., Aun dice mas en indisolublemente á Dios! ¡O reino asegurado por la
otro l u g a r ; ve aqui sus palabras: «Santa señora, tú eres fuerza de la gloria y del poder de aquel que está en tí!
el arcano incomprensible de la divina economía, á quien | 0 sagrado baluarte de los cristianos y asilo divino de
los angeles desean contemplar incesantemente; t ú eres el todos los que se refugian á tí!»
aposento admirable de un Dios anonadado, la tierra de- VI. No se arroba menos S. Epifanio (1) que el santo
seada que le hiciste bajar del cielo y le diste entrada en- obispo de Candía acabado de citar. «Yo te saludo, dice,
tre nosotros; tú eres el tesoro del misterio escondido honor de las virtudes, fanal donde se encierra la lámpara
antes de todos los siglos, el libro animado dondeel Verbo encendida con un fuego que no se apaga jamás y que es
del Padre eterno fue escrito por la pluma del Espíritu San- mas claro que el mismo sol; arca mística de la gloria,
to; el instrumento auténtico de la concordia celebrada en- vaso de oro que guardaste el maná llovido del ciclo; fuente
tre Dios y los hombres,., el monte de Sion donde se huelga inagotable de dulzura, mar espiritual de donde se sacó
la verdadera perla del m u n d o ; cielo brillante que encier-
e Señor; la columna de vida que conduces no al pueblo
ras áaquel á quien no puede contener el cielo; trono de
n i? r „ r ° de u n a luz perecedera • q - e alum- Dios mas resplandeciente que el de los querubines, nube
bras al erdadero israelita para llevarle al país de Ja en figura de columna, que tienes en ti al mismo Dios que
e r r V i r g i p a d e q u c se formó condujo antiguamente al pueblo por el desierto; reina
f S iLn ; ' e"»olde d
de la gloria, cielo, templo y asiento de la divinidad.«
segundo Adam. Eres agradable como Jerusalen v el
Sofronio ( 2 ) , intimo amigo del gran padreS. Gerónimo,
aroma que sale de tus vestidos, sobrepuja todas las' del.
cías del monte Líbano. T ú eres la cajVdel pe fume c
9,16 n o 50 w
* P o r a jamás; el óleo de la u E n s a n t J
( I ) Oral, do S. Deipara. Paula y á su hija sania Eusloquio,
( 3 ) A t r i b u y o á Sofronio con aunque liace cerca de mil años
(<) Serm. de Assumpl. ' a r i o s autores' graves el sermón que corro bajo e l nombre de San
de la Asunción, dedicado é sania Gerónimo, como consta por los
quia S. Ignacio (1). le llama un prodigio celestial y un
la llama con el esposo de los Cantares huerio cerrado (1),
espectáculo sagrado: S. Juan Crlsóstomo (2) un estu-
jardí n de delicias, donde están plantados todos los géneros
pendo milagro: S. Bernardina (5) el milagro de los m i -
de flores y aromas de las virtudes, y tan cerrado, que no
lagros: S. Juan Damasceno (4) nn abismo de milagros.
puede ser profanado por fraude ó asechanzas de nadie;
« | 0 milagros! ;O prodigios! exclama S. Agustín ( S ) :
fuente sellada eon el sello de la Trinidad, de donde
los derechos de la naturaleza son alterados: Dios nace
mana la fuente de la viday en cuya luz vemos toda luz.
en el hombre: la Virgen concibe por sola la palabra de
VII. Otros como S. Pedro Crisólogo, arzobispo de
Dios: se hace madre y persevera virgen: es madre; pero
Ravena ( 2 ) , sostienen que está poco versado en el conoci-
sin corrupción: es virgen; pero tiene un hijo: conserva
miento de la grandeza de Dios el que no sabe contemplar
su integridad; pero no por eso deja de sor fecunda; y el
con éxtasis la alteza de su santa madre. « ¿Qué es esto,
único entre los hijos de los hombres, que nace sin pe-
Dios verdadero? dice el santo. El cielo teme; los ángeles
cado , viene al mundo no por la concupiscencia de la
tiemblan; todas las criaturas están suspensas; la natu-
carne, sino por la obediencia del espíritu.» ' M i l a g r o ,
raleza no sabe dónde está; y no obstante enmedio de esa
dice S. Juan Damasceno ( 6 ) ; pero el mas nuevo de
conmocion general una doncella sola permanece sin te-
todos: una mujer fué encumbrada sobre los serafines á
m o r , y no solo hospeda á Dios en su seno, sino que á
medida que Dios se abatía por bajo de los ángeles.» « O
mas con una resolución sin igual le hace pagar la posada
Virgen santísima, dice S. Epifanio ( 7 ) , que paraste á
pidiéndole nada menos que el otorgamiento de una paz
todos los coros angélicos y los dejaste atónitos, porque
universal, la gloria para los habitantes del cielo, la gra-
á decir verdad es un prodigio enteramente extraordina-
cia para los pecadores de la tierra, la vida para los
rio en el cielo una mujer que estrecha á la luz en sus
muertos, el parentesco de los hombres eon los espíritus
brazos, un trono de querubines todo nuevo, el hijo de
bienaventurados y la unión de Dios con la carne. ¿Qué
una m u j e r , que es el padre de su madre, de la misma
os parece de esta confianza? •
manera que lo es de todos los siglos, el tálamo nupcial
VIH. Enmedio de este embelesamiento de los santos de la Virgen dispuesto para recibir al esposo celestial,
hallo á algunos mas atónitos que los otros, porque se que juntamente es su hijo y el hijo verdadero y único
quedan como embobados y no saben hacer mas que cla- de Dios.» «Abrid los oídos, dice S. Anselmo ( 8 ) , y pre-
m a r : ¡Maravilla! ¿Milagro! El gran patriarca de Antio- paraos á oír el gran caso que el Padre eterno hizo de la
bienaventurada Virgen, y el amor inestimable que mos-
tró hacia ella: porque ¿qué mas podía hacer á vuestro
disCUrsíis do S. Ildefonso sobre r u m genera et odoramcDta v i r t u -
.el mismo misterio y oíros l a - tum, sicque conclusas, ut ne-
gares ; pero confesándose des- sciat violari, ñeque c o r r u m p i u l -
de el principio poco versado en lins insidiarnm fraudibos; fons {I ) Epist. ad Joan. (5) Sermo H de tempore.
la lengua latina el a u l o r d e este signalus sigillo lotius Trinitatis, 21 SITUI, de bealá V i r g l n e . (6j Oral, t de Nalivit.
elocuente sermón, no puede d e - ex quo fons v i l ® manat, i n cujas 3) T o m o l . c o n c . C I , art. ) , i") Orai, de S. Deipara.
cirse que sea S. Gerónimo. tumine omne videmus lumen. c. (1. (8) De excellcnliá Virginis,
( 4 ) Veré h o r l u s delioiarum. (2) Sermo de A n n u n l . ( i ) Oral. 1 de nativitate B. c. 3.
hl qno cOTsití sunt universa tló- Virgin.
juicio? No tenia mas que un h i j o , en todo y por todo
rarlo la misma princesa llamada al consejo, y que por
igual á si y de la misma sustancia. ¿Creercís queel cariño
tan buenas razones tuvo comunicación de cuanto pasó
le llevó al extremo de querer tener ese hijo común con
en ella. «Yo no tendré reparo de decir (son sus palabras)
M a r í a , de suerte que fuese verdadero hijo de esta por
que la misma que pudo encerrar en sus entrañas al Ver-
naturaleza como lo es de él?»
bo divino, no puede decir, ni comprender plenamente
I X . En una palabra y para dejar al devoto lector
todo lo que hay de este misterio ( 1 ) . * Dejo á vuestra con-
con gana de repasar otra vez estas mismas grandezas,
sideración si el santo doctor, que tan celoso era de la
hallo A algunos que discurren acerca de ellas proporcio-
honra de la madre de Dios, pretendería rebajarla en
nalmente del mismo modo que hablamos de Dios, cuando
nada: tan lejos de eso, que al contrarío hablando en fa-
decimos (1) que es mas alto que toda a l t u r a , mas p r o -
vor de la verdad creyó hablar en favor de la Virgen,
fundo que toda profundidad, mas claro que toda luz,
cuyo mérito es tan relevante, que no puede compren-
mas resplandeciente que todo resplandor, mas fuerte que
derle ella misma; ni mas ni menos que nosotros no cree-
toda fortaleza, mas animoso que todo ánimo, mas h e r -
mos ofender á un hombre muy opulento, cuando deci-
moso que toda hermosura, mas veraz que toda verdad,
mos que tiene tantas riquezas , que él mismo no lo sabe.
mas grande que toda grandeza, mas poderoso que lodo
De esta manera la grandeza de Dios será inaccesible para
poder, mas rico que toda riqueza, mas sabio que toda
todo entendimiento criado, y quedará la gloria para
sabiduría, mas dulce que toda dulzura, mejor que toda
el Padre que tiene tal hija, para el Hijo que se preparó
bondad, mas justo que toda justicia: que es imposible
tai madre, y para el Espíritu Santo que de tal suer-
de imaginar, inefable, inexplicable, inaccesible, i n c o m -
te enriqueció y engalanó á su esposa; verificándose lo
prensible para nadie como no sea para él mismo (2). •
que S. Bernardino (2) lomó del Eclesiástico para aco-
* ¿Qué juzgáis, dice S. Bernardo ( 3 ) , que quiso significar
modarlo á la Virgen: que solo el que la hizo, pudo com-
el embajador del Altísimo cuando dijo á la Virgen : La
prender la alteza de su obra, y se reservó el perfecto
virtud del Altísimo te hará sombra? Tal vez la que
conocimiento de ella. ¿Quién será ahora el que oyendo
tuvo la dicha de experimentarlo y estar expuesta á los
hablar en tales términos á esos varones esclarecidos no
rayos de aquel sol d i v i n o , que la tenia á la sombra de
témala indagación de las grandezas de María? Por m i
su propia luz por una maravilla inaudita, pudiera de-
parte confieso francamente que desde luego desistiría de
clarárnoslo bien; pero fuera de la que mereció tener
ello, si m i ánimo no fuera seguir las huellas de los san-
parte en el secreto de la santísima Trinidad, que obró este
tos padres que tan dignamente hablaron de esta materia,
misterio en ella, no busquemos otra que pueda e x p l i -
mas bien que dejarme llevar de mis invenciones. Pero
carle, porque no la encontraremos. Y aun parece al gran
bajo la conducta de tan prudentes y experimentados p i -
padre S. Agustín que es mucho decir que pueda decla-
lotos no creo que deba de temer arriesgarme en el vasto

1 1 T e r t u l . sive N'ovatian., Trismeg'ut. i n P i m a n d r o etc. ' I I Tom. 9 operum sopra c . I . Tanta íait perfectio e j o s , u l
presb. r o m . , l i b . d e T r i n i ! . ( 3 ) Homil. i i n Jfúgu,t. uáqniñcal. solí Deo cognoscenda reservetur
( i ) Damasc. 1. I 6 d e ¡ , c . 8. ( S) Tom. 2, s e r a . 51, a r t . J , j a i t a i l l u d Eccli. I .

UMVBSIIU l í m m m
m M M ( t l W >
Océano de las excelencias de la reina del cielo, especial- mamos con mas gusto madre de Dios, porque este ca^
mente confiando como confio que el Espíritu Santo, gran lidad es la raiz y el origen de la otea.» Lo que este
piloto de la iglesia, que los dirigió á ellos, gobernará mi santo alega del título de señora del mundo, pode-
entendimiento y mi pluma en esta navegación, y que la mos ampliarlo á todas las demás excelencias, porque no
hermosa estrella del mar por quien trabajo, no me hay ninguna que no traiga de ahí su origen; de modo
abandonará en esta empresa, acometida tan solo por que después que la hemos considerado como un Océano
agradarla. inmenso de gracias., como una obra acabada de gloria,
como la honra del cíelo y de la tierra, el compendio de
g . II. — Que oí lítalo do madre de Dios es el origen y la medida de todai las las obras de Dios, la morada escogida de la beatísima
grandezas de la Virgen. Trinidad, el principio de nuestra dicha, la puerta del
cielo, la maravilla del mundo y todo lo que no puodo yo
I. Es necesario confesar que el evangelista S. Mateo decir, ni pensar, siempre hay que volver ahí como al
dijo una gran cosa de la Virgen santísima en estas pala- principio y confesar que todas esas excelencias depen-
bras: María, de quien nació Jim, Porque estas palabras den del titulo de madre de Dios.
son las que hasta ahora asombran á los hombres y los
ángeles, dice S. Bernardo (1), hacen bajar los ojos á Excelencia de Jesucristo.
todos y son el origen y la medida de todas las perfeccio-
nes que se encuentran en la Virgen. El mismo Jesús, II. ¿ Quién pues será el que para hacernos compren-
hijo de María, enseüó un día esta divina lección á sania der algo de las grandezas de María nos dé entrada en el
Catalina de Genova ( 2 ) , advirtiéndola de que cuando santo do los santos, es. decir, en el santuario del sagrado
rezase el Ave María, tomara por guia la palabra Jesús que corazon de Jesús? ¿Quién nos declarará las maravillas
se encuentra en ella, como laque debía de sugerirle los del misterio escondido abeterno en el mas oculto pensa-
sentimientos de honor, respeto y amor necesarios para miento del anciano de dias y en el propio seno del l'adre
hablar como conviene á tal señora. Santo Tomás (3) eterno para ser el objeto de la fé de los pueblos, el án-
nota muy oportunamente que en esta ocasion los evan- cora de sus esperanzas, la causa, de su salvación y el
gelistas, que supieron mejor que nadie las calidades do cumplimiento de la gloria de Dios en el mundo? ¿Quién
la santísima Virgen como secretarios de estado de su nos representará la gloria del Unigénito de Dios, lleno
hijo, no le dan por lo común otro título que el de ma- de gracia y de verdad, que fué mostrada al discípulo
dre de Jesús. «No ignoramos, dice S. Bernardino de Se- amado? ¿Quién nos explicará las palabras del hijo del
na (4) , que es una gran ventaja de nuestra buena madre trueno, que hasta ahora no ha entendido el mundo?
ser señora de todo cuanto Dios crió; sin embargo la lla- ¿Quién nos dará lección de ese Verbo que estaba en el
p r i n c i p i o en Dios y era Dios, por quien fueron hechas
todas las cosasy sin el cual no se hizo nada? ¿Quién nos
!3) Parí. 3 , q . í s . a r t . 3. hará comprender qué quiere decir un Dios que sostiene
(4) Tom. 1, serm. 52. á un hombre; un hombre que subsisto en Dios; un hoin-
bre que es Dios, y un Dios que es hombre; la obra s i n - misma santidad que hace á Dios santo y el santo do los
gular que Dios hizo y la única que tiene perfecta rela- santos; cómo es el centro, el círculo y la circunferencia
ción con la excelencia de su artifice; esa obra que es de todas las emanaciones de Dios fuera de sí y el trono de
el triunfo del amor, el tesoro de sabiduría y el milagro gloria y de grandeza donde la divinidad habita única y
de poder; esa obra que es el medio del ser criado y del corporalmente, como dice el Apóstol? ¿Quién nos abrirá
increado, donde Dios se encerró á si mismo para formar los tesoros de la sabiduría y de la ciencia que están
parte de su obra y para ensalzarla sobre todas las obras escondidos en el hombre Dios? ¿Quién nos c o m u n i -
de sus manos ; la escala misteriosa que une á la tierra cará nuevas de esos trabajos divinizados y de esos
con el cielo y al cielo con la tierra? ¿Quién nos hará su- prodigios humanizados, do esas acciones divinamente
bir los escalones de las perfecciones incomprensibles, que humanas y humanamente divinas que se encuentran en
se encuentran en una y o t r a naturaleza? ¿Quién nos ha- él solo? ¿Quién nos hará sondear los abismos de su gra-
blará dignamente de la filiación divina de Jesus, de su cia , de donde beben y beberán por siempre jamás los
supremo poder y de la eternidad de su imperio? ¿Quién escogidos do Dios? ¿Quién nos individuará todos los
nos dirá cómo conoceremos en él la majestad de la divi- efectos que ha producido en los santos en el cielo, y en
na esencia, la distinción de sus personas y la profundi- los justos y pecadores en la tierra? ¿Quién nos mostrará
dad de sus consejos? ¿Quién nos dirá cómo él es la sa- las maravillas de esta calidad, que no es otra que san-
biduría adorable, la palabra inefable, la imágen admi- tidad on todos sus usos?¿Quién nos hará ver al hermoso
rable del Padre eterno, s u Yerbo divino, por quien habla de los hermosos, al grande de los grandes, al bueno de
á si mismo y á sus criaturas, y la idea de todas las cosas los buenos, al esposo de las almas escogidas, al sumo
criadas; cómo emana de él sin dependencia ni indigen- pontífice de los hijos de la iglesia, al rey do la gloria y
cia; cómo tiene en sí la plenitud del ser increado; delicia del universo? A quien me participe estos arcanos,
cómo es un principio con él y por él de una persona d i - le prometo reciprocamente decirle maravillas inauditas
vina; cómo es la luz eterna de la luz eterna, luz en su de la madre de Dios, porque María no es otra que la
esencia y en su persona procedente como la luz y el es- digna madre de Jesús, asi como Jesús es el hijo adora-
plendor del Padre? ¿Quién nos dirá cómo según su h u - ble de María. Pero mientras no sepamos mas délo que se
manidad él es el principio y el ejemplar de la divinidad descubre con los ojos de la f é , no hay que extrañar si to-
creada para hablar con Dios mismo, que nos hace la do lo que se alega de esto titulo incomparable, es menos
honra de llamarnos dioses é hijos del Altísimo? ¿Quién que lo que desearíamos saber. En efecto, que queramos
nos dirá cómo en esta calidad recibió una nueva esencia que n o , por necesidad tenemos que rendirnos ante estas
en el seno de su madre por la operacion temporal del grandezas y reconocer humildemente que son cartas cer-
Espíritu Santo, á quien comunicaba como Dios en el radas para nosotrus. ¿A qué ángel dijo jamás Dios (son
seno de su Padre por u n a operacion eterna la esencia palabras de S. Pablo): T ú eres m i h i j o ; hoy te lio engen-
que es sin principio? ¿Quién nos dirá cómo él solo e n - drado? Y yo me atrevo á decir despues de é l : ¿A qué
tre todas las criaturas entra en el estado de la filiación ángel dijo jamás el Salvador: Tú eres m i madre y hoy
divina, no adoptiva, sino natural; cómo es santo por la me lias engendrado? El que 110 pueda responder á la
TOMO I. 2
primera pregunta, se encontrará bien embarazado para
en la investigación do las excelencias y grandezas de la
dar solucion á la segunda.
madre de Dios, y ella me hará acceder fácilmente á
111. Con la misma medida de las grandezas y exce-
concederle todo lo que convenga á la majestad de este
lencias de Jesús debe de medirse todo lo que se dice de
título y uo repugne ni á la fé que profesamos, ni i la
las grandezas y excelencias de María; porque si tiene'
recta razón que debemos de tomar por guia. Finalmente
fuerza para todos nosotros esto argumento de S. Pablo:
suplico al devoto lector que por esta misma regla tenga
que el que nos dió su propio h i j o , no tendrá nunoa va-
á bien'medir lo que se dirá de las prerogalivas de la
lor para negarnos ninguna cosa; mas la tiene sin c o m -
reina de los cielos, y no ser reacio en creerlo piadosa-
paración para María, á quien dió su hijo ole una manera
mente, en especial cuando lo vea fundado en la autori-
singularísima é incomunicable á nadie. Y si el Padre
dad de algún doctor fidedigno. No ignoro lo que dijo
debe demostrarse liberal con su h i j o , 110 debe descrío
S. Bernardo ( 1 ) ; es á saber, que la madre de Dios no
menos el Hijo con su madre. Esta es la regla de que se
necesita ser honrada con títulos y alabanzas que no le
sirvió hace mas de mil y cuatrocientos años S. Hipólito,
pertenecen, en atención á que tiene para suministrar su-
mártir y obispo de t'orlo cerca de liorna, diciendo (1)
ficientes y verdaderos materiales á los que intenten ha-
que el que nos mandó honrar padre y madre, para o b -
cer su panegírico. Pero también sé que es propio de
servar la ley que promulgó, no dejó de hacer lo quo pudo
un corazon amante y devoto de la Señora regocijarse
razonablemente para colmar de honores á- su madre. De
de todo el honor conveniente que se le tributa, como
esta reglase sirvió despuesel devoto S. Bernardo en su
debe hacer un hijo bien nacido por el que se rinde á su
carta á los canónigos de la iglesia de León ( 2 ) , donde
madre. Con esta persuasión voy á dar principio á las
sostiene que es gran poquedad de ánimo y no menos te-
grandezas de excelencia de la madre de Dios y con la
meridad negar á la madre de Dios cualquiera preroga-
esperanza de que el lector no las repasará jamás sin amar
tiva que se haya concedido i alguno de los santos. De esta
apasionadamente á la que tiene tantos atractivos para
regla se sirvió con énfasis inexplicable despues del uno y
ser amada, ó sin redoblar su afecto hacia ella, si es
autes del otro el gran arzobispo de Creta ( 3 ) , á quien oire-
que ya la ama.
mos muchas veces de aquí adelante pronunciar discursos
muy favorables á la madre de Dios, cuando dijo que
si Dios hizo algo en esta señora que no podamos ; u m - (4) Episl. í l l .
preuder nosotros, no debemos de maravillarnos, sino
achacarlo al misterio incomprensible quo se cumplió en
ella y que sobrepuja infinitas veces infinitamente toda
infinidad. De esta regla me serviré yo de aquí adelante

; I) Oral, de sanclítical. 13': Oral. 4 de dormil. B.


(2) Episl. 171. Virg-
cluye de tal suerte á la bienaventurada Virgen, que sin
ella le es imposible surtir su efecto. Por manera que
PRIMERA ESTRELLA Jesús y Alaria están inseparablemente unidos en punto
de predestinación, y asi como María no es otra que vir-
o g r a n d e z a «le la c o r o n a de e x c e l e n c i a d e la gen y madre de Dios en el proyecto inmutable de la
m u d r e d e Dio». eternidad, asi Jesús no se halla en él sino como lujo del
hombre, es decir, como hijo de la Virgen. Con efecto
supuesto que el estado de la predestinación del Salvador
se nos manifiesta solo por los sagrados oráculos del Es-
C A P I T U L O II. píritu Santo, es preciso decir con S. Agustín (1) que
el que niega que el hijo de Dios es predestinado, niega
QUE MARÍA ES LA PRIMOGÉNITA 1>E L A S S I M P L E S C R I A T U R A S al mismo tiempo que es hijo del hombre, y por consi-
POR E L D E R E C H O D E SLI P R E D E S T I N A C I O N ETERNA.
guiente el que dice con S. Pablo qne es predestinado,
tiene por necesidad que confesar que es hijo dei hombre,
A u n q u e poco antes liemos considerado el título de. es decir, hijo de Alaria por la descendencia de Abraham
madre de Dios como el tronco 6 la guia de un gran á r - y David, á quien sehizo la promesa del Mesías. La misma
bol, de donde nacen todas las ramas de las grandezas seguridad que tenemos de lo uno , tenemos de lo otro,
do la gloriosa Virgen: es necesario ir.mas allá y descu- por los mismos testigos, en los mismos lugares y por el
b r i r hasta la raíz de donde provienen el tronco y las ra- mismo espíritu de verdad. E l grave Tertuliano lo p u b l i -
mas, que es la predestinación eterna de la misma Virgen, có antiguamente en estos términos ( 2 ) : • A donde quiera
en razón de la cual la iglesia con S. Cipriano la llama que os volváis, es necesario que convengáis en que el que
vaso de elección, es d e c i r , una criatura singularmente es la semilla de David, tomó carne de María, y el que tomo
escogida por Dios para instrumento de las maravillas carnede Alaria,es de la semilla de D a v i d . . Lo miaño.en-
que debia de obrar asi en la tierra como en el ciclo. señan S. Justino mártir ( 5 ) , S. Ambrosio ( 4 ) , S. E p i -
fanio ( 5 ) , S. Gerónimo ( 6 ) , S. Andrés de Jerusalen ( / ) ,
§. 1. — Olio nuestro Sefior Jesucristo fué el terdadero modelo por el cual
el venerable Beda ( 8 ) , S. Pedro Damiano (9) y general-
Fue trazada la Virgen santísima. mente todos los santos padres asi griegos como latinos.
Lo mismo cantan todos los profetas, y lo mismo signifi-
I . Para la ilustración del derecho de primogenitura
de la madre de Dios hay que presuponer primeramente
( 1 ) Tract. 105 i n Joan. ( 6 ) I n cap. XI.Tsai.
que asi como ella no subsiste en el designio de Dios y
( 5 ) De carne Christi, c . 2 î . (1) Sermo 5 de. d o r m i t . B.
en el orden de las criaturas de otro modo que en calidad vire.
131 Apolog. î pro Christian,
de madre de Dios, según haré ver mas extensamente en el ( i ) Lib. î de Spir. Sand., (S) Lib. 4 . cap. 49 i n Luc.
c. 5. JOJ Sermo 3 de u a l l v i t a l »
discurso fundamental del tratado segundo; asimismo la
(5) Serin, de laudibus \ i r - B. Virg.
predestinación de nuestro Señor Jesucristo, de que habla ginis.
S. Pablo al principio de la epístola á los romanos , in-
1 23

la gracia y de la gloria. Pero no habiéndose resuelto la


can todas las antiguas figuras, como declararé mas á la
creadon de María hasta despues de
larga en el capitulo siguiente.
rlenrion del inunda v solamente para que sirviese ae
n. En segundo lugar hay que presuponer que no solo
mad e esposa y compañera al R e d e n t o r , es necesario
está incluida la predestinación de la Virgen santísima
en la de su h i j o , sino que esta es el modelo y patrón d e c i r n'o X . , u e ella le debe todo lo que es en os l e r -
de aquella. Para probar esta máxima sirve 110 solamente mh s de Ta naturaleza, de la gracia y de la gloria sino
la autoridad de la sania iglesia y de varios doctores re- 2 ué trazada sobre él como sobre e l original on
comendables, que atribuyen á la madre las mismas pala- , L i debe de tener l a mas exacta semejanza que quepa
bras empleadas por el E s p í r i t u Santo para representar- en una simple criatura. Por esta causa l a llama tantas
nos la elección eterna del Hijo , como se verá dentro de veces en los Cantares su h e r m a n a , toda hermosa y per-
poco, sino también la razón, la cual dicta que debía ella ecía, su amada esposa. Esa es la razón que le hace con-
de asemejársele en cuantoes permitido á una simple cria- fesar que ella sola en el m u n d o le h i r i ó el c o r a z ó n ) '
tura. Asi lo piden las calidades de h i j a , madre y esposa trajo a la tierra. Por eso puso en ella tantas perfecc on
de Dios, compañera y cooperadora del Salvador en la grandezas, queloscielos y la tierra se P "
obra de nuestra redención, gobernadora, medianera, mismo juzgaremos mucho mejor despues de haberla co-
abogada general y protectora de la iglesia, reina del tejado inas particularmente con su prototipo, según p r o -
universo, madre c o m ú n de todos los escogidos, y otras curaré hacer.
muchas que haré evidentes en los tratados sucesi-
vos. Asi l o requería el designio que Dios tenía de hacer , 1 _ QQC N M » Señor h e r i s t e por MI p r e d a c i ó n « e r d . « el
primogénito de lodas las criaturas.
dos obras acabadas do naturaleza, de gracia y de gloria.
Pero suponiendo tal cosa, l o que mas influye en m i en-
tendimiento para persuadirme esta v e r d a d , es m i Arme 1 E l apóstol S. Pablo l o dice en términos formales
opinion ( q u e dilucidaré al principio del tratado segun- en el capitulo p r i m e r o de su epístola á los colosenses; y
d o ) de que María no hubiera existido jamás si Dios no f u n l e muchils doctores enlienden estas palabras d i
se hubiese hecho h o m b r e , y por l o tanto que es una obra v 3 eterno en cuanlo D i o s ; no obstante^noso ros au-
hecha expresamente para el Verbo encarnado y no para torizados por todos los padres del concilio d e S ^ (l),
n i n g ú n otro fin que no esté subordinado á este. E n efec- norS Atanasio ( 2 ) , S. Anselmo ( 5 ) y el que bajo el
to una vez admitida tal creencia, hay que decir consi- S e de S. Gerónimo (4) escribió sobre este pasaje de
guientemente que no sucede con María lo que con las s S í o ! m e n t a r e m o s interpretarle de D i o s h e c h o h o m -
otras criaturas de nuestra especie, cuya producción fué bre 7 . a generación temporal. E l S a l v a d o «
concertada y determinada, á nuestro modo do concebir, atribuye este t i t u l o de honor en el capitulo M i l de los
antes que Dios previos?, ni la caidade Aclam, ni el reme-
dio q u e q u e r i a aplicar á e l l a , y que no dependen en su
producción de Dios hecho hombre en lo que toca á la na- (,) E p i s t . a d o m n e s tidales. (8. ¡ahunolocum.
turaleza , aunque deban de reconocerle por principio de (5) Seno- 8 c o n t r a a n a a o s . ' V, Ibid.
2i

Proverbios, donde según la versión de los Setenta segui-


da generalmente por todos los antiguos padres se llama por cuanto es su obra acabada y la pieza mas peregrina,
el principio de los caminos de Dios. Y de él lo entendie- mas excelente y mas cumplida que ha salido de sus divi-
ron S. Clemente papa ( 1 ) , s . Gregorio Nacianceno (2), nas manos. Así me lo persuade el texto tanto hebreo
S. Atanasio (3), s. Basilio ( 4 ) , S. Agustín ( 5 ) . S. Ciri- como griego de la Escritura en este lugar. Asi Job (1) le
lo (6), S. Gerónimo (7) y otros muchos doctores de los llama Behemoth, principio de las obras de Dios, porque
mas calificados ( 8 ) , quienes de común consentimiento ya entienda por Behemoth elefante, como opinan algu-
reconocieron que este elogio correspondía á la sabiduría nos , ya le tome por la ballena, como quieren otros, ó
encarnada. N'o quiero decir que se llame el primogénito verdaderamente el primer ángel, según la interpretación
de las criaturas ó lo quo es lo mismo el principio do los de S. Gregorio ( 2 ) , quiere decir que el elefante excede
caminos de Dios, porque haya sido el primero en el de- en corpulencia á todos los animales terrestres y la ba-
signio de Dios cuando resolvió criar el mundo, pues va llena á los acuáticos y que Lucifer es la obra mas exce-
estoy empeñado á demostrar al principio del tratado si- lente de Dios en cuanto á la naturaleza. En este mismo
guiente que Dios no pensó en él sino despucs de haber sentido reconoce S. Ambrosio (3) al Salvador como el
previsto la ruina general de nuestro linaje ocurrida por primogénito'de las criaturas y el principio do las obras
el pecado. Mucho menos quiero decir que le convenga de Dios, porque es el mas noble y mas sublime de
este nombre por haber sido criado el primero entre'los sus designios. Ye aqui lo que dice S. Anselmo de
hombres según el orden del tiempo, porque me desmen- él ( i ) : «Se llama el primogénito do toda criatura, por-
a f Escrituras del antiguo testamento, donde era que asi como el primogénito es el primero y el mas
prometido en medio de los años, es decir, después de considerable entre varios hermanos, de la misma ma-
pasados muchos siglos, y el nuevo testamento me con- nera la humanidad del Salvador tiene el primer lugar
vencería de falsedad. en cuanto á la dignidad entre todas las obras de Dios,
como que está destinada á sentarse en el trono de la
gloria en medio de los principados. » S. Pablo dijo cuanto
Primer ÜM por el cual el Salvador es el primogénito de toda habia que decir cuando manifestó que el Salvador tiene
criatura.
en si la plenitud de la divinidad, porque á esta palabra
todo lo que hay en el cielo y en la tierra y aun en los
lU. Pero quiero decir en primer lugar que es llamado infiernos, ha de doblarla rodilla. Este primogénito de
el primogénito de toda criatura y el principio de os ca- toda criatura, dice el mismo apóstol (S), es el que se
minos, es decir, de las obras ó de los designios de Dios, lleva la primacía en lodo y por todo. Es el sauto de los
santos, dice S. Gerónimo (0) despues del real profeta (7),
c (M Lib- 6 , Const, aposl., (S) L i b . i d e T r i n i t . , c . 12.
_ Ce) Lib. 5. Thesauri, cap. 4,
( 5 ) Oral. 4 de 'l'heolog. i e l 8.
( 3 ) Serra. 5 , 3 , i con Ira a - (1) Cap. X L . ( 5 ) Adcolos. I.
rianos. ¡a Mich., lib. 2. (2) Lib. 33 Moral, cap. 2S. ( 6 ) Episl. ad Suniam e l Fre-
(*) Lib. í c o n l r a E u n o n j i u m . ( « I V. Ferdinand, de Sala¿ar (3) Lib. de iulerpcllal. Job. tcllam.
in e u m l o c u m P r o v e r b i o r u m (4) In 1 cap. ad coloss. ( 7 ) Psalm. CXXXVU.
bres, qué millares de ángeles! ¡ Cuántos patriarcas, pro-
á quien Dios ha engrandecido sobre todas las cosas. Es
fetas, mártires, confesores y vírgenes! Mas en el orden
el monte alto, dice el mismo (1), que se eleva en medio de
de la unión hipostática no hay sino un solo Jesucristo,
otros infinitos; el monte donde David pone los ojos
único en el seno de su madre y único en el seno de su
para pedir el auxilio de arriba. Es el mar de donde na-
padre, el át gel del gran consejo, el profeta singu-
cen todos los ríos, dice S. Bernardo ( 2 ) , y la fuente de
lar ( 1 ) , el único dueño ( 2 ) , el apóstol por excelencia (3),
todos los bienes de que gozamos, de la limpieza del
el mártir sin parangón ( 4 ) , el cordero sin par ( o ) , que
cuerpo y del alma, de la rectitud d é l a voluntad, del
es la guia de las vírgenes.
entendimiento, de la ciencia, de la elocuencia, de todo.
Es el que Dios ungió, dice David ( 3 ) , sobre todos los
Segundo (¡lulo por el cual el Salvador es el primogénito de toda
reyes, sobre todos los profetas y sobre todos los sacer-
crialura.
dotes del mundo. Es el hermoso entre los hermosos; es
la misma hermosura; es el objeto que embelesa al cielo
y á la tierra. Acudamos á la casta esposa, y ella nos dirá III. En segundo lugar se llama el primogénito de
maravillas. Parécele tan bello y perfecto, que le consi- toda criatura, porque Dios las sujetó todas á él como
dera de pies á cabeza: dice que es el cedro entre los al primogénito de la casa, á quien propiamente corres-
árboles del Líbano, el naraujo éntrelos frutales, el cer- ponde la herencia y el dominio sobre sus hermanos. Se
vato entre los animales del campo, el lirio entre las llama el principio de los caminos y de las obras de Dios,
flores, la uva de Chipre entre las f r u t a s , el oro entre porque todas dependen de él y terminan en él como en
los metales, el sol entre los astros; en una palabra que el punto que es juntamente el principio y í l fin del
es deleitable y escogido entre millares. Habiéndole con- circulo. San Hilario me sugiere este pensamiento hacia
siderado un dia S. Bernardo mas particularmente, no el fin del libro duodécimo de la Trinidad, donde dice
pudo contenerse y manifestó su alegría con estas dulces que el Verbo encarnado se llama con justísima razón el
palabras ( 4 ) : «Vereis en torno del amado millares de principio de los caminos de Dios (es decir, el fin, pnes
millares y millones de millones; pero al remate de la así lo interpreta aquel gran padre), porque todos los
cuenta ninguno de ellos se acerca á sus perfecciones: no pasos que Dios dió antes de la Encarnación, se d i r i -
hay mas que un amado en el m u n d o , y es.este primero gían singularmente á é l ; cuando salió al encuentro de
que no tiene segundo, es el fénix, único en su especie. Adam, cuando se presentó para castigarle y echarle del
Porque si consideráis todas las demás obras de- Dios, paraíso, cuando fué recibido por Abrabam, cuando bajó
¡qué de estrellas vereis en el cielo, qué de plantas en la para contemplar de cerca las iniquidades de las ciudades
tierra, qué de aves en el aire, qué de peces en el agua, nefandas, cuando se dejó ver á Moisés en medio do la
qué do animales en los bosques, qué millares de hom- zarza ardiendo, cuando dió la ley en el monte Sínai, y

(ti Dentcr.XXViri. (í) l a d T i m o l . VI.


S) Mal. XXIII. 15) Apoca!. XIV.
I Lib. l í i n E z M h . c . X I V . ¡3¡ Psatm. X U V .
(3) Adheb. III.
•i) Serm. 13 i n C a n l i c . ¡4) S e n n . i t mtoRtac.
asi consecutivamente de lo demás, porque todas estas
acciones de Dios tenían alguna significación particular en r e r w v Ututo por el cual el Salvador es el primogénito de ¡oda
el misterio escondido del Verbo encarnado. Reparad (esta criatura.
bella comparación es de Teodoreto) que todas las sendas
van á dar al camino real, y juzgad por ahi que lo mismo IV. En tercer lugar es llamado el primogénito de
ni mas ni menos sucede con todas las profecías y figu- toda criatura, porque las restauró todas restituyéndo-
ras antiguas, que se terminan en Jesucristo (1). Por este les el lustre y honor que h tbian perdido, y porque fué
motivo se llama alfa y omega, dice Tertuliano (2). Esa hecho caudillo y rey de un nuevo pueblo adquirido con
es la causa, nota el Crisóstomo ( 5 ) , que hizo decir á san el precio de su saugie. Se llama el principio do los ca-
Pablo que Dios recapituló y compendió en él todas las minos ó de las obras de Dios, porque las restableció en
cosas. Esa es la razón, dice S. Cipriano (4), por qué le su prístino esplendor y aun en mejor estado que estaban
llama Isaias la palabra abreviada que Dios había prome- antes. Esa es tarazón por qué los Setenta leen: El Señor
tido hacer en medio de, la tierra (o). A vuestro pare- me crió el principio de sus caminos para sus caminos, es
cer ¿no fué con este motivo el clamar en el árbol de la decir, para la reparación de sus obras que liabia arrui-
cruz: Todo está consumado? Precisamenle como si hu- nado el pecado, según lo explican S. Cirilo de Alejan-
biera querido decir: se acabaron todas las sombras p a - dría ( 1 ) , S. Basilio (2), S. Ambrosio (5), S. Agustín (4),
sadas y transitorias; el segundo Adam ha sido formado S. Fulgencio ( 3 ) y los demás padres. ¿No tiene razón
de la tierra virgen; están ajustadas las capitulaciones de S. Atanasio cuando dice que es lo mismo que si habiendo
su matrimonio con la iglesia; la muerte del inocente caído prisioneros por su culpa los siervos de un p r i n -
Abel está concluida; Noé nada ahora en las aguas del d i - cipe, el hijo de este, enviado por su propio padre para
luvio; Abraham lia extendido el brazo y lévautado el rescatarlos del poder do sus enemigos, tomase en el ca-
cuchillo; Isaac está sobre la hoguera; Jacob va á pasar mino el traje de esclavo, y preguntado acerca de la causa
el Jordán; José es vendido á los infieles; la serpiente de de tal mudanza respondiese que su padre le habia disfra-
Moisés ha sido levantada; Sansón es la befa de sus ene- zado asi para su sorvicio y para el rescate de sus sier-
migos; Gedeon va á romper el cántaro de su cuerpo; Job vos? ¿No columbráis ya al padre del siglo futuro, de quien
es entregado al poder de Satanás; Jonás es arrojado al habla Isaias (6)? ¿No veis cómo Zaram antes de salir
m a r ; no falta ya mas que poner el sello áestas profecías del vientre do su madre (7) saca el brazo fuera para
y dar la última pincelada á estas pinturas por medio de manifestar, como dice S. Agustín ( 8 ) , que el Salvador,
mi muerte. Recibe, m i amada esposa, el espíritu que aunque,cabeza y reparador de los hombres, no vendría al
voy á entregar por darte la vida. mundo sino despucs de una buena parte de sus miem-
bros , quienes con todo no dejarían de recibir la vida y

( 1 ) Lib. de curandis g r a c o - (3 i Adephes. I. (i ) Loco citato. ( e ) Cap. I X .


r u i n affeclionibus, (4) 1,.2 contrajudíeos.art.3. (2 ) Loco cilalo. ( 1 ¡ Genes. X X X V I I I .
(2) Lib. de Riononiagia. (5) Cap. X . (3) l.ib. 1 d e . t i t e e . 7. ¡8) l.ib.deculechuandisru-
(4) Lib. I d e T r i n i ! . , c. U . dibus.
(5¡' Advorsús object, ariau.
el movimiento de él? ¿Veis cómo Jacobdespuesde haber l III.—Semejanza de la Virgen santísima con nuestro Señor Jesucristo, por
arrebatado á su hermano Esaú el derecho de primogeni- donde se manifiesta cómo aquella es la primogénita de las simples crialnras.
tura y despues de haber padecido en Mesopolamia todo
lo que un hombre de su condicion puedo padecer, I. N o , no es propio de la naturaleza, ni del arte, ni
vuelve á su casa en medio de dos cuadrillas que capita- aun de la gracia, según su modo ordinario de obrar, el
neaba? Pues es para mostrar, dice el mismo santo doc- hacer del primer golpe una obra acabada: es necesario
tor ( i ) , que no solo es el primogénito y la cabeza de que se ensayen antes en alguna obra de menos impor-
los que le lian precedido, sino también de las legiones tancia. l o s árboles antes de producir frutos, que son su
angélicas, á fin de que no haya mas que uu solo rey y obra superior, hacen sn aprendizaje echando flores,
una sola cabeza en este gran reino del universo. ¿No re- abriéndolas y cuajándolas. El aire antes de formar el cris-
conocéis á esovalienle Eliaciin, hijo de Elcías, prometido tal de roca se ejercita en formar el yelo. La tierra no
en Isaías ( 2 ) , á quien llama Dios su siervo por excelen- da los diamantes, rubíes y zafiros sin haberse empleado
cia, y á quien ha vestido la santa túnica, á quien ha ce- antes en hacer diamantes de Alenzon y piedras preciosas
ñido el talabarte do guerra, á quien hace llevar sobre de Alemania. El sol hace el alba autes del dia claro. El
sus espaldas la llave de la casa de David, á quien da la mismo Dios no formó del primer golpe el mundo tal
facultad de abrir sin que nadie pueda cerrar, y de cer- como está, sino que .se contentó con echar al principio
rar sin que nadie pueda a b r i r , á quien colma de honor una masa informe, perfeccionándola según la idea que
y gloria cargándole como el tronco de un sagrado trofeo tenia. Antes de darnos la ley de gracia abolió la ley de
con todos los despojos de los enemigos sojuzgados por Moisés como una pieza que no le cuadraba. Esto me hace
é l , ó como un astillero de arsenal con las armas y mue- esperar que nadie tendrá motivo de ofenderse si digo que
bles de la casa real? ¿No contempláis de lejos al vence- para hacer la obra capital, que arrobará á los espíritus
dor del Apocalipsis (5) coronado antes de pelear, que se criados mientras haya un Dios y una eternidad para con-
adelanta cuanto puede en el blanco corcel de su huma- templarle,y.queno es otra que nuestro Señor Jesucristo,
nidad para sojuzgar á los rebeldes y restituir á los suyos despues de muchos y diversos dibujos y modelos de an-
la libertad? Ea pues, salgan todos á recibirle y canten tiguas figuras hizo un primer en?avo de maestro con •
con David (4): Al vencedor en favor de los que mudarán de forme á la ¡dea que tenia de un hombre Dios, que fué
condicion y serán sacados de la esclavitud. Entonen todos la madre de este mismo Dios encarnado, semejante á su
con S. Gregorio Naciauceno (5) cánticos de alabanza al diseño cuanto puede serlo una simple criatura.
rey de la gloria, que con la punta de su espada con- II. Un excelente ingenio de la antigüedad ( I ) dijo, á
quistó el imperio del universo, reunió en si todas las mi ver con mucho acierto, hablando de la flor que llama-
cosas y las repuso todas en su lugar, porque es rey de mos campanilla, que fué un ensayo de la naturaleza
la gl5ria y digno de todo honor. cuando empezó á hacer el patrón de la azucena. En efecto

(() Ser. 3 io psalm. X X X V i . (4) Salmo XI.1V.


(S) Cap. X X U . (b) Orat. de Asoeosioqo Do- ( I ) .1'liü. lib. c. s.
(3j Cap. VI. rnini.
si le hubiera alado á aquella los filauientitos ó botones de cipe de quien ella es madre, y al Espíritu Santo de quien
oro que nacen de en medio de la azucena, lahubiera dado es esposa; y finalmente respondo de tener de mi parte
mas firmeza y laliubiera hecho mas abierta, podria pasar la voz de la autoridad de la iglesia, la cual sin dificultad
por una azucena. ¿Me atreveré yo á decir á imitación de apropia á la Virgen las palabras de Salomon alegadas
aquelriocloescritorquolaVírgensantísimanoes otra cosa mas arriba ( I ) para la predestinación eterna de su ama-
que un ensayo de Dios, cuando con la naturaleza empezó á dísimo hijo el rey de la gloria.
querer hacer un hombre Dios? Mas ¿por qué no he de
atreverme, supuesto que hay tantas semejanzas del uno Primer titulo por el cual la Virgen sumísima es la primogénita de las
con el otro? Protesto delante del cielo y de la tierra que simples criaturas.
de ningún modo intento apartarme del respeto que debo
á la majestad del Verbo encarnado, y que en esto como III. Digo pues que ella es l a primogénita de las sim-
en todo lo demás no quiero sentir sino como siente la ples criaturas por los mismos títulos que nos obligan á
iglesia católica. Atestiguo con su bondad q u j m i intento reconocer al Salvador por el primogénito de toda cria-
no es abatir su grandeza para ensalzar la de su madre, tura, empleados proporcionahueute y con la desigualdad
en la cual no, reconozco ninguna especie de divinidad y dependencia que se presupone siempre entre los dos;
subsistente, y por consiguiente la veo inferior á él hasta es decir, que lleva este titulo en primer lugar porque
el infinito. Sé muy bien que nunca me miraría ella con las aventaja á todas en dignidad, excelencia y perfec-
buenos ojos, si yo intentase realzarla en perjuicio del rey ción. S. Bernardo despues de haber considerado al hijo,
de la gloría, su veneradisinio hijo, junto ai cual se tiene según decía yo poco há, se pone á contemplar á la m a -
por un átomo pequeño y la imágen de una nada. Mi in- dre y le dice enajenado de júbilo y de contento: »Santa
tento es únicamente mostrar que salvo en todo la des- señora, t ú eres escogida como el sol; no hablo del sol
proporción causada por la persona divina del Salvador y material que uos alumbra, sino de aquel que le hizo y le
lo que le conviene despues de esta unión personal, que crió. El es escogido entre millares de hombres, y tú entre
pone siempre una distancia infinita entre él y todo lo millares de mujeres. El es escogido entre todo lo criado,
demás, la santísima Virgen se aproxima á sus grande- y t ú entre todo lo que él ha criado.« Por eso decia san
zas cuanto es posible á una simple criatura, y que fué Buenaventura (2) que aun cuando todos los santos lle-
trazada sobre él como sobre un patrón y una segunda gasen á crecer cuanto es posible, cada uno en su clase y
idea al mismo diseño que Dios hizo absterno. De nin- orden, no igualarían jamás las perfecciones de la madre
gún modo puedo hacerlo ver mejor que presentando el de Dios. La razón es porque la santidad, las gracias y
paralelo de su predestinación con la de su hijo y mos- las grandezas se distribuyeron de tal manera entre los
trando exactamente cómo el derecho de primogenitura santos, quecada uno de ellos llevó su parte, quién mas,-
que ella tiene sobre todas las criaturas, no es otro que quién menos; pero por lo que tocaá la suerte de la Vir-
una participación y una imitación del de su hijo. Ha-
ciendo esto creo sin duda realzar la majestad de aquel
i l ) Dominos creavit m e i n i - ¡i) I t t l d i s t . 4».
de quien es la primera obra capital; creo servir al prín-
tium viarum suaruui.
TOMO 1.
gen, es cosa aparte, porque 110 entra á la partición con trabajo de hojearlas y ved si no es cierto que así como
nadie, sino que entra con su hijo y mediante su hijo hablan de María desde el principio hasta el fin , de la
en la plenitud de la santidad, de las gracias y de las misma manera se compusieron para darla á conocer. En
grandezas da Dios. Esto me da luz para entender un d i - efecto el que quiera tener el gusto de seguir el consejo
cho de S. Agustín ( I ) , el cual la llama con admirable de este gran santo y registrar las sagradas páginas, ha-
énfasis la obra de un designio eterno, queriendo decir i, llará que si fué formado el nuevo y celestial Adam, es
de la tierra virgen, que no es otra que María; si es apo^
m i ver que si Dios hubiese habido menester de tiempo
sentado en el paraíso terrenal, este paraíso es la misma
como nosotros para formar en su entendimiento la idea
V i r g e n ; que la esposa que se le da, es María, la cual lleva
de una criatura tan noble y perfecta, no habría necesi-
con justo titulo el nombre de madre de los vivientes, de
tado menos que una eternidad.
que había abusado la antigua Eva haciéndose la madre
Segunda titulo por el cual la Virgin santísima es la primogénita de de los moribundos; si el justo Noé es llevado de las olas
las simples criaturas. impetuosas de los trabajos y tormentos, es con el arca,
es decir, con su bienaventurada madre, que le sirve de
IV. En segundo lugar puede ser llamada la primo- fiel compañera ; sí el inocente Isaac carga con la leña del
génita do las simples criaturas, porque es con su hijo sacrificio y va resueltamente á m o r i r , su buena madre
como el centro do ellas, y porque todas ellas la miran Sara consiente en todos los decretos de Dios; si Jacob
como á su blanco y su hito. Oigamos a S. Andrés de pasa el Jordán, no está lejos su hermosa Raquel.» En
Creta (2), y observemos cómo hablan de esta señora los una palabra es necesario concluir con S. Andrés de Je-
mas insignes santos. «Yo no la considero, dice,, (le otra rusalén ( I ) que ella es el tabernáculo misterioso cuyo
suerte que como la declaración de los abismos de la. i n - diseño fué dado por Dios, donde se cumplieron las a n -
comprensibilidad divina y como el objeto que Dios se tiguas y fueron arrojados al fuego los caracteres figu-
propuso antes de todos los siglos.» Quiere decir que rativos á la llegada de la verdad; que ella es el verda-
siendo Dios un abismo de grandezas enteramente incom- dero propiciatorio, al que miran sin apartar jamas la
prensible á nuestro r u d o entendimiento , hizo uiw cria- vista los dos querubines, símbolos de los dos testamen-
tura en la cual pudiésemos contemplar todas sus perfec- tos; que ella es la expectación de todos los siglos pasa-
ciones mejor proporcionadas á nuestra flaqueza. V con dos , la deseada de las naciones, el deseo do los collados
este motivo la tuvo desde el principio delante de los eternos, el cumplimiento de las promesas hechas a los
ojos juntamente con su hijo encarnado, como el fin y patriarcas y de los designios inmutables de Dios.
objeto de sus obras y el cumplimiento de las profecías
Tercer título por el cual la Virgen santísima es Iff ,primogénito de
y figuras antiguas. «No me creáis á m i , añado S. Ber- las simples criaturas.
nardo ( 3 ) ; mas creed las santas escrituras; tomaos «1
Y. En tercer lugar ella es la primogénita de las sim-
(1) Serjn» ile A n n u o l . ( 3 ) Sermo l i n Salve.
(2) Oral, de dormit. B. Virg. (<) Orat. 1 de dorniil. B. V.
pies criaturas por el derecho de su predestinación eterna,
tros sus influencias, c l f u e S ° s u c a l o r ; e l a i r c P e n s a b a
porque desde luego la miró Dios como á la reparadora
sofocarle mas bien que refrescarle, y asi de todas las piezas
de todas ellas y por consiguiente como la gloria y honor
constitutivas del universo, que propendían á un motín ge-
de todas. Eri este sentido puede decir María que Dios la
neral, si el autor de la naturaleza y su santa madre no
crió el principio de sus camiuos para sus caminos. En
hubiesen pueslo paz y restaurado por este medio al hom-
este sentido puede decir que fué preparada abeterno (1),
bre en su estado y honor. - Ve aquí otra manera como lo
ó según el testo originario, que fué enarbolada sobre la
cuenta el mismo santo (1): «Habiendo Dios amado al
torre de este muudo como una bandera (2) que denota
hombre desde el principio, deseó también ser amado y
la victoria ganada á Satanás y la fortaleza conquistada del
reconocido de él. La razón lo exigíaasí, especialmente con-
enemigo. Si oímos á S. Juan Damasceno y S. Anselmo;
siderando que de ahi dependía todo el bien y la dicha del
ellos nos contarán brevemente cómo pasó todo, mientras
hombre. Pues para que este fuese suavemente atraido al
se dice con mas extensión. Dios había hecho al hombre,
conocimiento y amor de su sumo bieu, que no quería aun
diceS. Juan Damasceno ( 5 ) , como mestizo entre las cria-
mostrársele á cara descubierta, tenía delante de si una
turas puramente intelectuales y las que son del todo ma-
infinidad de criaturas, todas las cuales debían de servirle
teriales, para que fuese como el lazo y el vinculo de la
de espejos y escalas para descubrir las perfecciones de su
buena inteligencia que debia de reinar entre ellas. Mas al
bienhechor y subir á amarle. F.1 desdichado por el con-
contrario, él por su culpa las puso en desavenencia y en
trario, falto de seso y de conducta, en vez de seguir su
un desorden lamentable, desorden que se enmendó al
camino y subir á su Criador se detuvo con las criatu-
cabo por la mediación de María, en cuyo vientre fueron
ras, poniendo en ellas su contento y felicidad, y por
reunidas las dos por el que las había hecho en un princi-
este medio rebajándose él de una manera singular y de-
pio, y allí se concluyeron sus diferencias y se ajustó y fir-
gradándolas al paso á ellas de su nobleza, que consistía
mó de ambas parles el tratado de paz. S. Anselmo hace
en que como imágenes y representaciones de su autor le
la misma narración en estos bellos términos (4):« Las cria-
llevasen y encaminasen en derechura á este. Asi todo es-
turas inferiores al hombre no le deben obediencia sino
taba en'desorden y confusion hasta que apareciendo
en cuanto él guarda lá sumisión y subordinación que
la Virgen como un astro favorable, el hombre que se
debeá Dios, porqueá medida que rompe sus vínculos,
había descarriado tan vergonzosamente, fué restituido
se desmandan ellas también y no quieren ya reconocerle.
al camino del conocimiento y amor de Dios, y por el
De esta manera al pecado del primer hombre había se-
mismo medio las criaturas, á quienes él hahia envilecido
guido una rebelión y levantamiento general de todas las
y deshonrado, fueron repuestas en sus primeros cargos
criaturas, resueltas á sacudir el yugo del respeto que le
y restauradas á su prístino esplendor, ¿Quién negará
debían, y á rebelarse contra él. Ya el sol indignado de
de aqni adelante que deben homenaje á la Señora y que
servir á un rebelde hacia ánimo de retirar su luz , los as-
están obligadas á reconocerla por su primogénita , su-
puesto que por ella les ha venido la dicha de ser res-

[í si thZ™"1'-,- ,
Abffllernoves,líalasum.
i3
i 4>)
0ral 1 dl!
De -excellenlia
"*»• Virg.
B-
(0 Cap. x n .
S9

tablecidas en su primer estado y recibir asi u n nuevo


* , _ Q » e ora propio de lo grande« , «oelenoiado Umadre de Di» el que
nacimiento?' tacanut J d i i : ; r „ b mucho «onifo aoles do So «mda al mondo.
VI. Bien conozco que estas consideraciones merecían
declararse nías ampliamente; sin embargo me excuso Iodo lo que es excelente, requiere tiempo y estudio.
de hacerlo aqui con tanto mas m o t i v o , cuanto que ten-
drán mas oportuna cabida en otro lugar de esta obra. , LO repito, todo lo que es excelente, pide tiempo,
Con efecto por lo que toca á las excelencias y grandezas estudio v ensayo : lo que Importa poco, se hace corriendo
de la Virgen, que forman el primer titulo de su derecho • p r i m e r antojo del artífice. La tierra produce c e r t e
de primogenilura, no se hablará de otro asunto en los fiore que no duran mas que un dia: as. las hace jugan-
tres tratados primeros. Respecto del segundo titulo, que do: ellas brotan, echan los capullos y se abren en una
la representa como el centro y el blanco de las obras de noche. A l contrarío los árboles que deben de resistir
Dios, emplearé todo el capitulo siguiente fuera de oirás los vientos y las heladas, crecen y medran enlámente y
diversas ocasiones que ocurran. Al tercero, que la mues- echan hondas raíces en la tierra. Los animales imperfec-
tra en calidad de reparadora de las obras de Dios, le re- tos se forman con Un solo encuentro fortuito de los ele-
servo su lugar en el tratado segundo. Ahora pasemos mentos alterados: los otros, cuanto mas perfectos son
adelante. mas tiempo y disposiciones exigen. Lo que se taco por
antojo, sigue la impetuosidad del ánimo: lo que se tra-
SEGUNDA ESTRELLA, baja p ra la eternidad, se prueba y examina muchas ve-
ce antes que agrade de todo punto. Bien se qne Dios
ó g r a n d e z a d e l a c o r o n a d e excelencia d e la no necesita tiempo, ni aprendizaje; pero nos importa
m a d r e d e Dios. qué gobierne con tiento nuestros rudos entendimientos,
I acomodándose á ellos les presente las cosas pieza
por pieza, se las muestre en diseño a,des de dar as por
C A P I T U L O III. acabadas,v con piezas materiales y visibles los haga com-
prenderla^ espirituales é invisibles. Agrégase que a lacx-
QUE DESDE EL PRINCIPIO DEL MUNDO FCE ANUNCIADA
Célencia de las cosas singulares es debido que se prome-
POR LOS PROFETAS V REPRESENTADA POR LAS FIGURAS
tan mucho tiempo antes de otorgarse ; de otra suerte es
ANTIGUAS.
tal nuestra disposición, que las menospreciaríamos. La
S I en el capítulo anterior hice ver á la Virgen santísima majestad del rey de la gloria requería que fuese anun-
como Un ensayo de Dios; fué solamente en comparación ciado y prediche muchos siglosantes de su venida, como
del Salvador, la primera pieza maestra del mundo, por- diceS Gerónimo ( i ) , y los oráculos profetices con toda
que en cuanto á lo demás no se puede negar que ella es
la segunda obra de primer órden de aquel gran maestro,
que antes de darla á luz se ensayó de m i l maneras, como
(i) i n cap. XXIX Isai*
se verá en el discurso siguiente.
S9

tablecidas en su primer estado y recibir asi u n nuevo


* , _ Q U 8 ora propio de la grandeza , ««lenoia do 1«madre de Di» el
nacimiento?- s
tae anut J d ) n.ncbo lien,]» « " » »t m d a al
* *
VI. Bien conozco que estas consideraciones merecían
declararse nías ampliamente; sin embargo me excuso lodo lo que es excelente, q u i e r e topo y estudio.
de hacerlo aquí con tanto mas m o t i v o , cuanto que ten-
drán mas oportuna cabida en otro lugar de esta obra. , LO repito, todo lo'que es excelente, pide tiempo,
Con efecto por lo que toca á las excelencias y grandezas estudio y ensayo : lo que importa poco, se hace corriendo
de la Virgen, que forman el primer titulo de su derecho • p r i m e r antojo del artífice. La tierra produce c e r t e
de primogenilura, no se hablará de otro asunto en los flore que no duran mas que un día: as. las hace jugan-
tres tratados primeros. Respecto del segundo titulo, que do: ellas brotan, echan los capullos y se abren en una
la representa como el centro y el blanco de las obras de noche. A l contrarío los árboles que deben de resistir
Dios, emplearé todo el capítulo siguiente fuera de oirás los vientos y las heladas, crecen y medran enlámente y
diversas ocasiones que ocurran. Al tercero, que la mues- echan hondas raíces en la tierra. Los animales imperfec-
tra en calidad de reparadora de las obras de Dios, le re- tos se forman con Un solo encuentro fortuito de los ele-
servo su lugar en el tratado segundo. Ahora pasemos mentos alterados: los otros, cuanto mas perfectos son
adelante. mas tiempo y disposiciones eligen. Lo que se hace p r
antojo, sigue la impetuosidad del ánimo: lo que se tra-
SEGUNDA ESTRELLA, baja p ra la eternidad, se prueba y examina muchas ve-
ce aillos que agrade de todo punto. Bien se qne Dio»
ó g r a n d e z a d e l a c o r o n a d e e x c e l e n c i a d e la no necesita tieinpo, ni aprendizaje; pero nos importa
m a d r e d e Dios. qué gobierne con tiento nuestros rudos entendimientos,
I acomodándose á ellos les presente las cosas pieza
por pieza, se las muestre en diseño a,des de dar as por
C A P I T U L O III. acabadas, v con piezas materiales y visibles los haga com-
p r e n d e r t e espirituales ó invisibles. Agrégase que a lacx-
QUE DESDE EL PRINCIPIO DEL MUNDO FCE ANUNCIADA
Célencia de las cosas singulares es debido que se prome-
POR LOS PROFETAS Y REPRESENTADA POR LAS FIGURAS
tan mucho tiempo antes de otorgarse ; de otra suerte es
ANTIGUAS.
tal nuestra disposición, que las menospreciaríamos. La
S I en el capítulo anterior hice ver á la Virgen santísima majestad del rey de la gloria requería que fuese anun-
como Un ensayo de Dios; fué solamente en comparación ciado y prediche muchos siglosantes de su venida, como
del Salvador, la primera pieza maestra del mundo, por- diceS Gerónimo ( 1 ) , y los oráculos profetices con toda
que en cuanto á lo demás no se puede negar que ella es
la segunda obra de primer órden de aquel gran maestro,
que antes de darla á luz se ensayó de m i l maneras, como
(!) In cap. XXIX Isai.
se verá en el discurso siguiente.
la autoridad del antiguo testamento le debían este res-
peto y honor. En las revelaciones de santa Brígida la llama el ángel el
regocijo y consuelo de los profetas, á quienes el Señor so-
II. ¿Osadmirais, díceSofronio ( 1 ) , de que tantos
lia presentar á menudo este objeto deseable para refrige-
ingenios se ejerciten en pregonar las grandezas de la
rar algún tanto sus espíritus cansados y abatidos por la
madre de Dios? Acordaos de que todo lo que puede ha-
continua representación de las desgracias que amenaza-
cer la tierra, es mucho menor que las alabanzas del cielo,
ban á sus naciones. Jorge, arzobispo de Nicomedia, es-
el cual no ha perdonado medio, ni ocasíon de honrar v
critor muy puntual y diligente de lo que pudo saber
realzar su mérito. Con efecto se han empleado en ello
acerca de la madre de Dios, dice (1) que aquellos se-
las roces divinas y angélicas, asi como las predicaciones
senta hombres de valor y de ejecución que guardan el le-
de los profetas y las figuras misteriosas de los patriar-
cho de Salomen, no son otros que los patriarcas, los
cas: los evangelistas la han dado á conocer: los espíritus
profetas y los demás grandes personajes de la antigüedad,
bienaventurados la han saludado: todo el mundo ha
que en todo tiempo tuvieron fijos los ojos de su con-
contribuido á esta obra. £1 Espíritu Santo la predijo por
templación en la Virgen María, verdadero tálamo n u p -
los profetas, dice S. Ildefonso ( 2 ) , la intimó por los
cial del Verbo encarnado.
oráculos, la dió á conocer por las figuras, la prometió
III. S. Bernardo por la tercera vez (2) considerando
por lo que precedió, y la cumplió por lo que se siguió
atentamente aquella mujer fuerte que Salomon buscaba
El mismo santo afirma en su primer sermón de la
con tanto ahínco, observa que cuando este sabio rey pre-
Asunción que á ella vienen á parar todas las prediccio-
guntaba ( 3 ) dónde la hallaría, no hablaba asi desesperan-
nes de los profetas y los enigmas de las Escrituras. No
zado de encontrarla, porque la tenia delante, sino para
os imaginéis, dice S. Bernardo ( 3 ) , que esta señora sea
mantener á todos en expectación de aquella mujer i n -
una obra hecha por acaso ó que haya sido escogida ca-
signe y hacerlos comprender que por necesidad había de
sualmente. Ella-Tue escogida abeterno y preparada para
venir de las últimas regiones de la tierra, es decir, que
Dios so o : después fué guardada por los ángeles, figura-
debía de ser una obra premeditada, preparada y espera-
da por los antiguos patriarcas y prometida por los pro-
da de antemano. «¿No veis, dice el santo, cómo viene de
fetas Y en otro lugar (4) sostiene que una de las p r i n -
lejos, pues Moisés, el gran legislador de los hebreos,
cipales gracias hechas por Dios á su pueblo fué que se
la vio tanto tiempo antes que ella viniera al mundo, en-
le prometiera la santa Virgen mucho tiempo antes de su
medio de la zarza que ardía y no se quemaba, y recono-
nacimiento y que descendiese de él. Con este gran
ció cómo la Virgen santísima se hallaría enmedio de las
siervo do la Virgen concuerda S. Andrés Cretense (3)
llamas de la divinidad sin que la ofendieran, y concebi-
que con tal m o m o la llama el ornamento de los profe-
ría sin ningún fuego de la concupiscencia? Reparad
tas y el asunto infaliblede los sagrados oráculos de D X
cerca de él á su hermano Aaron, cuya vara florece y de
pronto eelia botones, hojas y frutos sin ninguna corrup-

fjj ^ ~
,3) t a Orat. de oblalioneDeipa- (S) Hora, t ¡n Missus.
* " » • * ' " « « « • («) SermodeWUt.
r® in templo. (3) Proverb. X X X I .
cion anterior, verdadero símbolo de aquella que Sin al- ocupa la caridad: cuando las hijas de Jerusalen son con-
teración de su castidad produjo la única flor del campó vidadas para que vayan á ver al rey Salomen sentado
y el verdadero fruto de la vida. Admirad el vellocino de en su trono v adornado de la rica diadema con que le
Gcdeon empapado en un rocío milagroso, y al mismo coronó su madre en el dia de su boda y de la alegría de
tiempo figuraos aquel de quien decia David que bajaría su corazón. El profeta Isaías te veia con los ojos del al-
sin ruido como la lluvia sobre el vellocino y como el ma cuando exclamaba: Escuchad la maravilla que os
agua del cielo mas mansa sobre la tierra sedienta. Con- anuncio: una virgen concebirá, y saldrá una virgen de
siderad aquella maravillosa nueva de que Se pasmaba el la raíz de Jessé, v de ella se levantará una flor. Ezequiel
profeta Jeremías contemplando a una mujer en cinta de pensaba en t i cuando hablaba de la puerta oriental cer-
un hombre hecho á causa de la plenitud de la sabiduría rada para todos menos para el Dios de Israel. El santo
de que estaba lleno desde luego.» El santo doctor da m i i 1 profeta Daniel, verdadero varón de deseos, te llamo el
citó mas realce á estos pensamientos; pero como yo he de monte de maravillas, de donde fué sacada sin artificio
repasar la mayor parle de ellos, me basta por ahora ha- humano la piedra angular de la iglesia, que derribó
berlos apuntado ligeramente. la estátua de ÜaBúcÓdonosor. Tú eres el verdadero libro
IV. S. Andrés de Creta ( I ) y S. Germán, patriarca vivo, donde fué escrito el Verbo divino por la pluma del
de Constantinopla (2), indican muchos mas; pero t a m - Espíritu Santo. Tú eres el monte Sion, monte pingue y
bién lo hacen con mas rapidez. Vé aqni cómo habla el fértil donde el Señor sentó su morada. TÚ eres la tierra
primero á la bienaventurada Virgen: -Todos los intérpre- exenta de la común maldición, y de t i fué formado el
tes del Espíritu Santo, es decir, los profetas, lian hablado segundo Adam. Tú eres el vaso del ungüento precioso,
de t i , ósanta señora. Moisés, habiendo descubierto el pri- el aceite de la perfecta alegría, la flor que nunca se
mero la zana milagrosa, d i j o : Es preciso que yo me lle- marchita, la p ú r p u r a imperial, el trono de Dios Eú
gue á ver esta admirable Vision. De tí entendía tu abuelo una palabra t ú eres lo que nunca podre yo explicar,
David estas palabras dirigidas al Mesías prometido: Leván- ni los espíritus mas altos comprender.. Asi habla este
tate velozmente, Señor, t ú y el arca de t u santificación.
doctor. . ,' , „„ ,
Présente te tenia en su espíritu cuando decia: Toda la
V S Lorenzo Justiniano ( 1 ) , reuniendo después de
gloria de la hija del rey es de dentro, ¡qué bueno es estos padres las figuras y los caracteres antiguos que
verla con su vestido bordado y recamado de Oro! A significaron á la madre de Dios, la llama el tabernáculo
cada renglón del Cantar de los Cantares se te encuentra: y el arca del Testamento, el propiciatorio del templo, el
cuando subes del desierto como el humo de un perfume trono de Dios, la vara florecida, la nube ligera, el huer-
precioso; cuando se habla del tálamo místico de Salo- to cerrado, la fuente sellada, la puerta cerrada, la pa-
m ó n : sus columnas son de plata, el reclinatorio de oró, loma sin mancilla, la rosa olorosa, el clavel blanco , la
la grada por donde se sube, de p ú r p u r a ; el centi'tí le flor suavísima, el braserillo de los perfumes aromáticos,

(I) Orát. 1 dedOfmil. B. V . (í) Oral, de n í l i « . B. Virg. (1) De casto connubio Verbi et a n i m » , c . 9.
el olivo que reverdece, la viña f é r t i l , el ciprés enhiesto, la
Primera figura : la zarza ardiendo.
palmera cargada de fruto, el terebinto extendido, el cam-
po cubierto de ricas mieses, la tierra bendita, el alba de
la mañana, la antorcha brillante: llámala mas hermosa La primera será la zarza ardiendo de Moisés, de
que la luna, mas clara que el sol, mas pura que el oro quien dice la Escritura ( I ) que habiendo llevado el r e -
acrisolado, mas rara que las piedras preciosas, mas baño de su suegro Jetro al interior del desierto, asi que
suave que el bálsamo, mas preciada que las perlas, mas alzó la cabeza, vio en el monte lloreb una zarza que ar-
sabrosa que la m i e l , mas deleitable que toda música y día toda y no se quemaba. Entonces d i j o : Es preciso
toda armonía. que yo vaya á ver esta maravilla. S. Tcodoto, obispo de
Ancira en la Galacia ( 2 ) , Crisippo, presbítero de Jerusa-
VI. Por lo dicho hasta aqui podemos aprender que la
lem ( 3 ) , S. Gregorio Taumaturgo ( 4 ) , S. Gregorio ¡Sise-
Virgen santísima es representada en la Escritura por dos
no ( 5 ) , Teodoreto, el abad Ruperto, S. Buenaventura
clases de figuras: unas son muertas, es decir, sin alma
y otros varios doctores, sin hablar de los citados en el
ni razón como las que acabo de citar; las otras son ani-
párrafo anterior, juzgaron que aquella zarza milagrosa
madas y racionales, es d e c i r , son personas en quienes
era un verdadero diseño de la madre de Dios (6). Es
Dios trazó diversas perfecciones y en quien hizo los p r i -
cosa que deleita el leer en S. Gregorio de Ncocesarea (7)
meros rasguños de las singularidades que debían de r e u -
una plática familiar entre Dios y el ángel Gabriel, el
nirse en María, para darnos á entender que puso en
cual después de haber recibido el mandato de su sobe-
ella todas las bellezas, gracias y excelencias esparcidas
rano señor respteto de la buena nueva que debia traer
acá y acullá. La razón pide que digamos algo de unas y
al mundo, hace esta liumilde reflexión: -Pero ¿cómo
otras; pero en medio de tanta muchedumbre de figuras
podrá subsistir la Virgen en medio del fuego de la d i v i -
bastará escoger las que sean mas notables.
nidad? El irono de la majestad divina está todo ardiendo
en fuego y resplandor: ¿cómo pues impedirá María que
J. 11. — De (tei Dguras murrias por los cuales fué repreíeolaiia la madro ile la consuma? A esta dificultad responde Dios con pocas
Bios. n á saber, la u m de Moisés, la lara de Jaron y el rclloeino
palabras: «¿Con que has perdido, Gabriel, la memoria
de Gedeon.
del fuego que ardió en otro tiempo en el desierto? Pues
sábete que si el fuego se apoderó de la zarza, también
I . Me reservo proponer algunas en otro lugar ( I )
sin contar las que andan diseminadas en diversos pasa-
jes y con diferentes motivos: por ahora no elegiré mas
es e
que seis. I I ) Exod. 111. ' s e r i l í r de la iglesia cuando
( 2 ) Hoin. de Chrisli n a l i v i t . cania en su honor esla devola
ad synodum epbesinaru. anlilona: La zarza que Moisés
( 3 ) Scriu. de sanclis. Deip. vio sin quemarse, es l u v i r g i m -
( 4 ) Oral. 3 io AnüüDüal. dad conservada, ó sania madre
(1) Cap. 9 y 15.
' ( 5 ) Orat. I de Naliv. d e Dios. »
(G! Adición de la madre Ma- ( 7 1 En e l lugar cilado.
r id lamba de Blernur. — • V este
María será ocupada por la presencia de m i h i j o ; pero si dita que concibiese sin ningún menoscabo de sq yirgini-
aquel fuego que figuraba la bajada de mi fuego divino dad: he dicho poco, con acrecentamiento de ella. Moisés
sobre la tierra , sirvió mas bien para refrescar la zarza vió aquella maravilla en el monte del desierto, porque
que para reducirla á cenizas ; ¿qué debes de esperar de mi la madre de Dios está colocada en el lugar mas eminen-
divinidad, que será para ella un rocío refrigerante en te del desierto de este mundo. Dios estaba en medio de
vez de un fuego voraz!» «Ye aquí en lo que consiste la la zarza cuando habló á Moisés, como nota la Escritura,
maravilla, dice S. Gregorio Niseno ( i ) , La zarza alimen- y el Verbo divino en medio del cuerpo de la Virgen. Allí
ta el fuego sin ser consumida por é l , y la Virgen pro- formabaDios los planes de la libertad de su pueblo, como
duce el fuego y la luz y no recibe daño alguno.» sevióen'el hecho de haber llamado al punto á Moisés para
II. S. Teoduto, cilado poco liá y uno de los padres enviarle á Faraón: del mismo modo el Salvador trazaba
que defendieron con lanto valor la boura de la madre de nuestra redención en su retrete, y como dice David ( 1 ) ,
Dios en el concilio de Efeso, discurre sobre la misma obraba ya la salud enmedio de la t i e r r a , esdecir, en las
materia de esta suerte: «¿Qué estimas mas, la zarza a r - purísimas entrañas de la Virgen según la interpretación
diendo de Moisés ó el sagrado vientre de María? Quiero deS. Bernardo (2). Dios mismo fué quien canonizó aquel
que sepas que aquella no es mas que la figura de este. lugar llamándole una tierra santa y prohibiendo á Moi-
¿Qué quiere decir pues que habiéndose apoderado de sés que se acercara como no fuese con todo respeto, y
la zarza las llamas, no obstante el fuego se olvida de su nosotros veremos en estos discursos qué honor dió á la
naturaleza, alumbra y 110 consume, limpia y no hace Virgen santa y hasta dónde la ensalzó para colmarla de
niDgun daño? ¿Eres tan r u d o , que no comprendes el gloria y majestad. Por ú l t i m o el fuego prendió en la
misterio y no descubres bajo la corteza de esta figura á zarza, á quien llamaS. Teodoto vil arbusto: asi es que
la que es virgen y madre juntamente? Porque si Dios ordinariamente se arrastra por tierra y en decir del jlu.s-
habitando en una zarza comunica á esta tanto esplendor trc naturalista Plinío aleja de si á las serpientes, sobre
y gloria y puede conservarla intacta, ¿de qué luz y de todo cuando está en flor y en especial á las llamadas
qué pureza no llenaría á la gloriosa Virgen? ¿Cómo hemorrois y dipsas, que son peligrosísimas, porque la
juzgas que conservaría ó mas bien acrecentaría la i n - primera cuando muerde á u n o , le saca toda la sangre
tegridad de su cuerpo y de su alma?» El santo doctor sin que se pueda restañar, y la otra chupa el humor del
tiene razón para pensar que la llama de la divinidad del cuerpo y cansa indecible alteración en sus partes. Este
Salvador no solo fué inocente, sino muy ú t i l y honro- es 1111 símbolo excelente de la rara humildad de la madre
sa á la Virgen, como veremos despues mas extensa- de Dios y de la antipatía sin igual que tuvo á la infernal
mente. serpiente y á toda clase de vicios, particularmente al pe-
cado original, muy bien representado por esos dos ani-
III. Pasemos adelante y veamos que Moisés la llama
males venenosos, por cuanto quedamos por su ponzoña
una gran visión, porque en efecto fué un prodigio inau-

;( Orat. de Christi nativit. (i) Satm.LXXUI. (S) Serio. 1 Penlecost.


no menos debilitados que el que pierde toda la sangre , y santos padres. La vara de Aaron es la madre de Dios,
ardemos en una concupiscencia bestial, cuyos pernicio- llamada con este nombre por el profeta. Isaías,,, el cual
sos efectos sola la Virgen ignoró entre todas las simples dice ( I ) que saldría una virgen de la raíz de Jessé, Esa
criaturas. vara echa llores y frutos, que en sentir de S. Efrem y
S. Gerónimo ya citados no son otros que nuestro Señor
Segunda figura: la vara de Aaron.
Jesucristo, verdadera flor del campqy único fr.uto.do la
vida. Esa vara, dice el devoto San Bernardo, brota.sin
IV. De Moisés paso i su hermano Aaron y de la zar- ser regada ni puesta en tierra para: que; reciba la hume-
za del primero á la vara del segundo, que figura igual- dad de ella, porque la flor de Nazareth fué. concebi-
mente á la madre de Dios, como lo declararon á mas da sin ninguna especie de corrupción ó alteración, Se
de los doctores nombrados en el párrafo segundo San llena de jugo y se cubre de botones quedando secas to-
Efrem ( i ) , S. Ambrosio ( 2 ) , S. Gerónimo ( 3 ) , S. Pedro das las demás, porque ella sola recibe la gracia en la
Damiano ( 4 ) , S. Bernardo ( o ) y otros (6). Dice la his- común ruina y en la maldición general del mundo.
toria sagrada en el cap. X V I I del libro de los Números Es toda blanca, sin corteza ni nudo, dice S. Ambrosio,
que queriendo Dios contener las violentas murmuracio- para representar el candor y la integridad de la Virgen
nes del pueblo indómito y deseando dar un testimonio santísima, en quien no se halla ni nudo de pecado o r i -
auténtico de que él mismo y no otro habia escogido á ginal, ni corteza de pecado actual. Y ciertamente que
Aaron y á la tribu de Levi p a r a ofrecerle los sacrificios, tiene razón para comparar el pecado original al nudo,
mandó por su siervo Moisés que ai dia siguiente llevasen tanto porque nacen de él los otros pecados, á la manera
los principes de las doce t r i b u s cada uno su vara, y que que los árboles echan sus ramas por los nudos, cuanto
hiciese lo mismo Aaron, hermano de aquel caudillo: que por la deformidad y la dureza que quedan siempre en el
se grabase el nombre de los principes en sus varas respec- tronco en el sitio del n u d o , aunque se corte, asi como
tivas ; y que se pusiesen estas en el tabernáculo. Ejecu- nosotros no dejamos de sentir los perniciosos efectos del
tado asi, Moisés acompañado de Aaron y de los princi- pecado original, aunque se borre por el bautismo. La
pes del pueblo pasó al tabernáculo al dia siguiente, to- vara de Jessé, dice muy bien S. Pedro Damiano ( 2 ) , sale
mó las varas que habia dejado alli en manos de Dios, y de la raiz torcida de los patriarcas y profetas, aunque
todos juntos vieron los botones frescos en la de Aaron, ella sea alta y derecha como un j u n c o , sin nudo y sin
que se abrieron de pronto en presencia de ellos y se con- vástago ninguno de pecado- Iglesia, tierra dichosísima,
virtieron en Dores, hojas y frutos. Esta es la historia: exclama S. Gerónimo ( 5 ) , cuyo rey Jesucristo salió del
ve aqui el sentido de ella según la interpretación de los nobilísimo linaje y esclarecido tronco de Abraham , de
Isaac y de Jacob, libres y nobles, en razón de su inte-
gridad y de su virtud. Pero mucho mas noble é íncom-
((] Serra. de B. M. laudibus. ( 4 ) Sernio de Annunlial.
(5) En el lugar que se rilará ( 5 ) Uoui. ? ¡o jtílSSUS.
denlro de poco. ; 6 ) S. Bonavenl. i n laude ( i ; Cap. XI. (a) l n cap. IX Eccles.
(3) In caput X I I I Osee. B . Mari® Virg.
( S ) Serrao de Annuntial.
TOMO I . 4
parablettente toas libre es la gloriosa virgen María , qué quisedech. Aquella recibió una nueva bendición cerca
áale de ese tronco derecha como una Tara sin tener n i n - del arca de l a alianza , donde estuvo u n a noche sola-
gún boton al rededor de s í , sino solamente en su édpa lk mente, y la Virgen habiendo pasado doce años cerca
grata flor de los Cantarte. Esta Tara no tiene yema, dice del atea figurativa, como haré ¡ver en el capitulo V I , y
3. Bernardo ( 1 ) , y no obstante no deja de echar flores; muchos mas cerca de la verdadera arca figurada, salió
del mismo modo que María queda v i r g e h , y no obstan- con m i l millones de bendiciones. En aquella se obraron
te no deja de concebir: la hermosura de aquella no es casi en un instante tres maravillas i n a u d i t a s , á saber,
ofendida por la flor que sale de e l l a , n i la integridad que una vara seca echó botones, que estos se abrieron
de esta por el fruto de vida que produce. al punto en flores, y que las flores se convirtieron en
V: Aquella antigua vara era una rama de almendro, f r u t o s ; y en María se cumplieron tres prodigios celestia-
cómó l o manifestaron la flor y el f r u t o , para dar k les en un instante, pero muy diferentes que los ante-
«nténdef que asi como aquel árbol es la señal de que riores: una virgen concibió, Dios se hizo n i ñ o , veste
se aproxitoa á nosotros él sol en la époCa de la p r i m a - niño se formó y organizó en menos de nada. Con la vara
vera , el p r i m e r o que florece de todos los árboles y el de Aaron Moisés hizo salir milagrosamente agua del
ú l t i m o que se despoja de sus hojas, de la misma mane- peñasco, como se colige de lo que cuenta el capitulo X X
ra la Virgen dió la noticia cierta de la Venida del sol de do los N ú m e r o s , y mediante la vara misteriosa de que
j u s t i c i a , eéhó las flores de santidad desde el instante de h a b l o , salió del cielo antes mas d u r o que la peña la
su concepción y no perdió jamás el vigor, ni la lozaniá fuente de maravillas que regó toda la tierra. La vara
de espíritu en ninguna de sus acciones. La vara de Aa- de A a r o n , dice el sabio Abulense ( 1 ) , no decayó jamás
r o n , dijo el ángel á santa B r í g i d a ( 2 ) , se llenó prime- del houor que recibió de Dios, ni perdió nunca s u f r u -
ramente de medula y j u g o y despues echó las flores y to, qne se conservó cuidadosamente para memoria y ad-
los frutes de m a r a v i l l a : del tnismo modo la Virgen miración de la posteridad; y no sucederá jamás que la
santa fué primeramente llena del Espíritu Santo* y al Virgen sin par deje de ser colmada de honor y gloria
p u n t o echó la preciosa flor del jardín y dió el fruto es- por el f r u t o que p r o d u j o , el cual no le será arrebatado.
perado de las naciones, q u e no es otro que el bendito VI. Los doctores hebreos ( 2 ) dicen maravillas de la
Jesús. La vara de A a r o n , dice S. C i r i l o de JBr'uSalén ( 5 ) , vara de A a r o n : pero á ellos les toca l a prueba de su
hizo en una noche l o que los árboles hacen en muchos dicho. Cuentan que Adam teniendo siempre presente el
a ñ o s , y la Virgen hizo en u n instante l o que nunca se lugar de delicias de donde habia sido echado , al cabo
había hecho, n i se hará mas después de olla. Aquella, de algunos años de penitencia envió su hijo Seth á lá
continúa el santo, f u é hecha milagrosamente f é r t i l en puerta del paraíso para pedir á Dios perdón de su pe-
favor del sumo sacerdote f i g u r a t i v o , y esta para l a con- cado; y que el ángel que guardaba el E d é n , le dió una
sagración del sacerdote eterno segnn el orden de Mel- rama del árbol de la vida p a r a plantarla en la tierra,

(1) Sérifio t ¡o JfÜSus. (3) (Jalechos. U . (I) l n capile XVIINumero- ¡2) Simeón apud Gnlatinuui
r
¡t) l o serm. angélico, o. 44. ru¡n.' ffo.O, cap.iílt.
advirtiéndole que en cuanto el árbol nacido de ella co-
menzase á dar f r u t o s , bajarian las misericordias de Dios
sobre la descendencia de Adam, y el cielo hasta entonces
cerrado é inexorable á ios ruegos de los hombres se
abriría y enviaría sus bendiciones sobre la tierra. Aña-
den que Seth plantó aquella rama en el desierto donde
despues fué llamado Moisés'por Dios para que fuese á
librar á su pueblo: que creció y se hizo un árbol cor- ciño con la bienaventurada Virgen ^ ^ o p o too ^ o r
pulento , del cual cortó Moisés por orden de Dios la vara dar lo que está escrito en el capitulo \ 1 de los Jueces,
donde se dice que Dios escogió á Gedeon para q de -
que obró tantas maravillas en Egipto, que con este
truvera á los madianitas, y aunque ya le habí> dado una
motivo es llamada la vara de Dios y que es la misma
nrupha milagrosa v suficiente de la verdad de su pro
que la de Aarou de que hablamos. Dicen además que
sobre ese árbol puso Moisés la serpiente de bronce, y m"sa consumiendo el sacrificio con el fuego encendido
que de él cogió el madero arrojado á las aguas de Mará S E contacto de la vara de Gedeon . no obstante
para hacerlas dulces y potables. Finalmente deducen j este «toroso caudillo, reunidas sus tropas, no se con-
que ese árbol producirá admirables frutos á la venida tó con aquella señal, sino que pidió expresamen a
del Mesías, que servirán otra vez para quitar el amargor Dios auc solo cávese el rocío del cielo sobre e vellocino
de las aguas saladas y limpiar no solo el pecado del pri- Se tena S o por él en la era, quedando toda la tierra
mer hombre, sino todos ios que se hubiesen cometido i om asi sucedió la primera noche; y á la sigu.en-
basta entonces y se cometan mientras haya hombres en r v o v i ó á pedir que solo el vellocino
el mundo. ¿Quién no ve las bellas semejanzas que po- i ioda la tierra mojada del rocío; lo cual se verificó t a m -
drian sacarse de esta narración? Mas yo hago escrúpulo
de fundar las verdades de nuestra santa fé en las inven- j
b l
v V LOS santos padres descubren en este velloemri
ciones de ios rabinos, ni tampoco en otras muchas sim- una de las figuras mas expresivas de la madre de Dios,
plezas ó curiosidades profanas que pasan hoy por p r i - ' " d era imagen de bondad y h u m a n i d a J y g g r d o .
mores de ingenio; pero que en m i juicio rebajan y no despojo de mansedumbre pureza e inocen la d tina-
poco la grandeza de las ideas que debemos de tener de do á teñirse de grana á fin de que sirva para hacer el
las cosas santas y divinas. manto r al de la humanidad del Salvador. Con justísi-
mo motivo, dice S. Ambrosio ( 6 ) , es comparada la
Tercera figura : el vellocino de Gedcon.

VII. La tercera figura será el vellocino de Gedeon,


queS. Efrem ( I ) , S. Ambrosio ('2), S. Gerónimo (3), i « « ® » -
¿ l l r ^ f & r I V , Sermo (3 de K a t .

((; Sermo de B. V i r g . , 3) In Epilaphio S. Paul®. io naliv. B. M a r i » .


[2) Ser. 13 de n a l i v . Domioi.
3* TRATADO PRIMRRO.
LA TRÍPLICE CDRORA.

Virgen a l vellocino, del cual se hicieron vestiduras de sámente y sin el "


salud p a j a todas las naciones de la tierra; vellocino del en el sagrado seno de la \ irgen , 1 * * > predicadores
cual salió el cordero purísimo, que estando vestido .de | a m a lluvia fué derramada por la boca ü P^ ^ ^
lana, es. decir, de la carne do su madre, sirve de piel no con ese ^ f t ^ S i S á la manera del
para cubrir y abrigar las heridas de todo el mundo. El la palabra y el sonido de los prodigi
vellocino, difle S. Pedro Crisólogo ( 1 ) , aunque esté pe- • ¿ quecaesobi*«de«jjwjJ era conve_
gado al cuerpo, no se resiente de las pasiones, oi de l u P o r las canales sobre U t g ' 4
, m u n d o esa
las alteraciones de este: de la misma manera aunque la niente que las nubes qui¡> Uevasan i ha_
Virgen vivió en un cuerpo mortal y corruptible como el lluvia deseada, se de todos lo
nuestro, no obstante estuvo enteramente exenta de los bia dado, á saber q u e a n u n a m a d e ^ ^
vicios que el cuerpo trae por lo común consigo; lo cual que S e les había dicho en se rete J P m cumpüe-
hizo bajar el rocio celestial á sus entrañas virginales tejados lo que h a b í a n ^ tóda ,a t i e r r a
eorno sobre un vellocino blanco y l i m p i o , para que ron con Unto *aerto r A g J J ^ n 0 p a r ó ató,
siendo exprimido un día sobre el á'rbol de la cruz em- resonó el sonido d e ^ X g i ó su vellocino mojado
papase toda la tierra cou la deseada lluvia de la salva- sino que movido d e » » ¡0 a r a darnos á
ción. El vellocino de Gedeon se empapó primeramente y le exprimió llenando, M » . W u »
con el rocío del cielo quedando toda la tierra seca seguu entender, « K * c u m cmpapÓ

la propiedad de su nombre ( 2 ) , porque hallándose todo )a sabiduría y bondad de Dios, q sobre


ol mundo en escasez de gracia, la Virgen la recibió la
primera, asi como ella sola la habia atraído del cielo. V la tierra, do) mismo modo quen« ,
nótese que habiéndose mojado abundantemente el vello- hombres e n c e l ó P « 7 t s i C o s la ^ u n i d a d
cino, al otro dia toda la tierra sintió aquel rocio celes-
P « » o de á Gedecn fuese un
tial; lo que S. Bernardo explica muy oportunamente d i - f conveniencia de que la sena ^ ^
ciendo (o) que era cosa puesta en razón que la Virgen
sigQo de la libertad deJ j w g o • J ^ Ver „
recibiese la primera influencia del cielo v la plenitud de
Ja divinidad antes que fuésemos rociados cou ella nos-
otros, tierra seca y estéril. Con esto conviene la prole-
cía de David cuando dice: Bajará como la lluvia sobre
el vellocino y como la canal del tejado sobre la tierra-
(()' Serum i n naliv. M a r » .
porque el Verbo d i v i n o , que os esa lluvia voluntaria
reservada por Dios para fertilizar su heredad, cayó man-

e l » Paute.
LA TRIPLICE CORONA.
TRATA110 PRIMER". 8 "

S- 111—De íns olraí Iré. ligar» de la mifma M l n r a I r a . ¡ ^ M m ¡ y la Virgen, verdadera arca figurada por la antigua, tie-
la ¡ ^ , dol Irono de Salomo» r de la mil* de Elias. ne igualmente su longanimidad, su caridad y su mira
Si> •'>! ir; I * , JA ,.. , ' ',•' en Dios, que son como las tres dimensiones de su alma,
Primera figura: el arca de ¡a alianza.
muy perfectas en su especie y que sobrepujan todo lo
I. No tengo dificultad en persuadirme á que el arca lo qne se encuentra en las otras criaturas. Aquellas, di-
de la alianza era una figura de la madre de Dios, lan ce S. Gregorio Taumaturgo ( t ) , estaba cubierta de oro
ilustre i lo menos como cualquiera de las anteriores, asi fino por dentro y por fuera, y esta se halla enriquecida
porque los doctores antes alegados hacen mención de ella con el tesoro de toda santidad. Ciertamente si S. Geró-
cuanto por los grandes misterios que contiene, v los e W nimo pudo decir con verdad (2) que la esposa de Dios
lentes r a S g o s d e s e m e | a D z a q u „ h a y ^ ^ es una arca del testamento dorada por dentro y por
fuera, con mas razón debo de decirlo yo de aquella que
Con efecto, primeramente la antigua arca se guardaba en
es la incomparable y verdadera esposa sin par. «Aquella,
el lugar mas retirado del templo, que se llamaba el santo
dice S. Ildefonso ( 5 ) , tenia en si ó cerca de sí todos los
•de los santos, y allí mismo pasó muchos años la V i -
misterios mas recónditos de la antigua lev, y esta ha te-
gen verdadera arca figurada, según diré en el capítu-
nido todos los tesoros de la ciencia y de la sabiduría de
m i S l f * S. Pedro Da- Dios y todas las maravillas de la nueva ley: llevó en su
<*>>J Emmanuel construyó la nueva: aquel tuvo seno la ley de Dios y al Dios de la ley: tuvo mucho tiempo
por companero á Oliab, que significa mi pro. ccion junto i si al rey de la gloria , la delicia y el contento de
el Verbo «.acompañó del Espirito Santo, prime nri'n los santos, quiero decir , su amado h i j o ; ó si se quiere,
cipa custodio de la Virgen su esposa,' T aun todal llevó enmedio de su corazori la ley de Dios y tuvo junto á
Trinidad beatísima se empleó en aquella obra divina sí el verdadero pan de los ángeles que dió ai mundo, y la
consagrando este templo, preparando este aposen y flor de los hijos de los hombres.- Si se quiere mejor, diré
J e n « a n d o este tálamo nupcial para recibir al esposo que estas tres piezas fueron el símbolo de tres calidades
£ fe^ r r ' l r e . , 0 d 0 s l0S "ÍJ0S hom- peregrinas que poseyó ella singularmente, la sabiduría
bres. t i arca del antiguo testamento era hecha de nn*
figurada por las tablas de la ley, la rectitud por la vara
madera incorruptible para mostrar, como dice el mismo de Aaron y la misericordia por el maná; ó finalmente
anto cardenal, que aunque la Virgen descend a serán las muestras de tres especies de grandezas, de ex-
ronco corrompido por el pecado, habia sido no obstante
celencia, poder y bondad, que deben de ser la materia de
e cogida y preservada por el Espíritu Santo en rato
estos tres primeros tratados. Aquella eslaba cubierta y
oficio para que Dios la habia elegido.
como protegida por las alas de los querubines, y esta
II. El arca tenia su latitud, longitud y altura medi- se halla asistida y acompañada siempre de los espíritus
das con el codo humano, que es una medida perSá, bienaventurados. Aquella tenia una corona ó cornisa al

(1) Sermo de nativ. Virg. M - ) : Sermo I in Annuntiat. 'i) De p a r i a Virg,


( t j Ad Eustoch.[de virginit.
rededor, v esia se distingue p o r m i l victorias ganadas con- para ser presentada en los dias últimos y ajustar otra
tra los vicios v los enemigos de Dios, eomo se vera en vez la alianza entre Dios y aquel pueblo afligido; y esta
este tratado ft en el segundo ; y á mayor abundamiento por inspiración divina qué tuvieron los apóstoles, fué
tiene en-torno de si á sus amados h i j o s , á quienes encerrada bajo la losa de Getsemaní, de donde la sacaron
quiere como la corona de su gloria, valiéndome de las los ángeles para colocarla sobre un trono de gloria, y allí
palabras de Isaías (1). Aquella llevaba el nombre de glo- hace continuamente .el oficio de abogada reconciliando
ria de Dios, como se manifiesta por diferentes lugares de con Dios á los pecadores.
la Escritura, y esta tiene los ofectos de ella, según p o - IV. -No debo de olvidar el propiciatorio, porque es la
d r á verse mas particularmente en el capitulo X I I I . pieza principal de esta figura, y no sin motivo S. Meto-
III- Aquella tenia en sus cuatro esquinas unos anillos dio (I),.San Andrés de Candía ( 2 ) , S. Efrem (5) y otros
de oro, por los cuales se pasaban las varas que servían varios (4) llaman á la Virgen el propiciatorio de loda la
para transportarla, v esta tiene en sus potencias intelec- tierra. El propiciatorio era una lámina do oro fino que
tuales los dones del Espíritu Santo que la hacen dócil a cubría el arca de la alianza, y el alma de la Virgen san-
todos sus movimientos. Cuando aquella era levantada tísima no era mas que amor y caridad. El propiciatorio
para que la condujesen los levitas, decia Moisés: « L e - era el asiento de Dios y .el lugar donde reposaba, y la
vántate, Señor, y sean disipados tus enemigos, y huyan Virgen es llamada el trono de la divinidad en muchísi-
de t u presencia los que te aborrecen ;• y cuando era ba- mos pasajes de las obras délos santos padres (5). Desde
jada, decia: «Vuélvete, Señor, hácia la m u l t i t u d del el propiciatorio pronunciaba el Señor sus oráculos y
ejército de Israel (2). De la misma manera, dice S. 11er- manifestaba su voluntad á los hombres, y por medio de
"nardioo de Sena ( 3 ) , por la exaltación de la madre de la Virgen hemos sabido nosotros los pensamientos de paz
Dios se debilitan las fuerzas de nuestros enemigos, ycon quo él tenia, y el bien que nos deseaba. Los querubines
ella viene siempre á nosotros la misericordia de Dios. En estaban de rodillas sobre el propiciatorio, con los ojos
cuanto se presenta aquella, caen por tierra los aiuros de lijos en el arca.y adorando con temor, la majestad del que
Jericó y es destruido el ídolo de Dagon, y todos ios que residía allí ; y -los santos ángeles estaban do continuo en
se muestran irreverentes, son castigados de un modo tomo de la gloriosa Virgen mirándola como á la morada
ejemplar. Asi á la vista déla Virgen santisíma es vencida escogida de la majestad divina. El propiciatorio era el
ta resistencia de los corazones pertinaces, el demonio asilo comnn del pueblo escogido y el lugar á donde acu-
derrotado, v todos los que hablan de ella, caen en las día de todas partes para aplacar la ira divina, y la V i r -
manos de la justicia de Dios. Aquella fué encerrada por gen es el lugar de refugio á donde acuden todos los des-
el profeta Jeremías en el monte Nebo para que no la cendientes de Adani para alcanzar el perdón de sus c u l -
maltratasen los infieles, y desde entonces no la ha visto pas y volver á la gracia del Criador.
ningún m o r t a l , sino q u e se guarda en el mismo sitio
!) Orat. i n hvpapante. (5) Bonav,, Specul. H. Yirg.,
S) Ora!. 1 de dormi! B. Virs:. c . í ; Pclr.'BSlM.,'serm: denativ.;
(3) Ion. 3,sefiuo!l,art. l , 3) Orat. de laudibus M a r á . Aodr. Cretens, ora!. I de d o r m i -
(!) Cap.I.Xil- i) Epipti.,DelaudibusDeip. íione B. Virg. ele.
(2) Num. cap.X- cap.».
en sus acciones, la caridad para con el prójimo, el des-
Segunda figura: el Irono de Salomon.
precio del mundo y de si misma y la perseverancia en la
virtud Lo alto del trono era redondo por el respaldo
V. El trono de Salomon es también una excelente para representar la perfección de la gloria consumada de
figura de la madre de Dios en sentir de Ricardo de San la Virgen, de la que los santos padres nos dirán mara-
Victor ( 1 ) , S. Buenaventura ( 2 ) , San Autonino ( 3 ) , el villas en su lugar propio (J)-. ,. ,
abad Guerrico (4) y otros varios. Pero à mi parecer nin- VI En los extremos de las gradas había doce leones,
guno lo dice tan extensa y convenientemente como el de- seis á cada lado, que denotan á los doce aposteles en
voto S. Pedro Damiano ( 8 ) , el cual compuso un discurso contemplación de la santa señora y absortos en la con-
entero, de que solo haré un breve extracto. Primeramente sideración de sus heróicas virtudes. Los dos brazos que
aquel trono antiguo fué construido por el rey Salomon, sostenían el asiento, significaban la acción y la contem-
dice el santo, y el nuevo de que hablamos, por el verda- plación, sobre que estribó toda la vida de la Virgen.
dero pacífico Jesus, nuestra paz y nuestro mediador, co- \ 1 lado de cada brazo habia dos leones, uno de los cuales
mo lo llama S. Pablo. Aquel se hizo de marfil, en lo que representaba alángel Gabriely e l o t r o á S . Juan, guardian
representó el Espíritu Santo por las tres calidades del aquel del alma y estotro del cuerpo de la Señora, ambos
m a r f i l , á saber, la blancura, la solidez y la frialdad, tres leones bramadores y verdaderos hijos del trueno por ha-
singulares propiedades de la Virgen santísima, que son ber hecho resonar en el mundo las dos voces mas esfor-
su inocencia, su fortaleza y su castidad. Expresamente se zadas que se han oido nunca. La una llevaba la nueva
ha observado que aquel trono era grande y capaz; ¿y qué de la reparación de los hombres, y la otra la do la d i v i -
cosa hay mas capaz en el mundo que aquella que en- nidad del Verbo hecho carne. El historiador sagrado con-
cerró la plenitud déla divinidad?Considerad à los q u e r u - cluve diciendo para consuelo de los fieles siervos de la
bines, subid hasta los serafines, y no vereis nada seme- Virgen que en todos los reinos de la tierra no se oyo j a -
jante entre ellos: solo el artífice excede á su obra. Sa- más hablar de una pieza semejante. Esta palabra es tan
lomon cubrió su trono de arriba abajo de oro l i n o , señal verdadera como magnifica no menos para la gloria del
de la gracia santificante de que fué llena la madre de supremo artífice que para gran dicha de su obra, según
Dios, aun de la gracia sustancial de la divinidad de que se verá de manifiesto por los discursos de sus incompa-
fué revestida v adornada. Aquel rey subia al trono por seis rables grandezas. Ve aqui el resumen de lo que escribe
gradas, en que se figuraban las seis peregrinas disposi- mas á la larga este gran devoto de la madre de Dios.
ciones que reunió la Virgen para hacerse digna madre de
Dios, á saber, la meditación de las cosas celestiales en sus
Tercera figura: la nube de Eliai.
pensamientos, la discreción en sus pláticas, la justicia
VII. Finalmente la nube es un símbolo muy propio

(I) Sermode Annunl. H j Semi. I d e A n n u n l .


'i, Specul. c. 2. {»• Serro. 1 denat. B . V i t g .
fí) Parl.4,t. lB,o. 1. ;I ) Véase el cap. X I I .
nobé (se lee en él mismo libro) es el remedio de todos
para representar á la madre de Dios, porque en primer
lds rigores del invierno y de las estaciones mas incomo-
lugar su nacimiento es muy espiritual, en atención á que
das, y el nacimiento de la Virgen fué la medicina de to-
aunque sea formada de la tierra como los demás cuer-
dos los males producidos por el pecado del primer h o m -
pos materiales, lío obstante es como la quinta esencia do
bre. En la nube se descubre la magnificencia de Dios,
ella sacada por la acción delicadísima del sol, padre de
dice David ( 1 ) : pero incomparablemente mas en la V i r -
la luz y del calor. En cuanto á la Virgen María es verdad
gen Alaria, como haré ver hácia el fin de este tratado.
que liene un cuerpo de naturaleza corruptible y terrenaá
La nube, dice Salomon, se condensa y se forma en rocío
la manera de los nuestros; pero sacado de la sangre mas
p a r l a sabiduría de Dios, y á esta misma recurría el pro-
noble que hubo en la tierra , á saber, la de los patriar-
feta Isaias (2) para pedir qne produjese prontamente la
cas, profetas y antiguos reyes, como diré dentro de poco;
nube deseada, de donde debia de formarse el Salvador á
y fué por una operacion muy particular del Espíritu
manera de rocío. La nube, dice el santo Job, es el ves-
Santo, quien dio milagrosamente fortaleza y vigor á unos
tido del mar v las mantillas en que está envuelto; y la
cuerpos ya secos y consumidos de vejez. No bien se f o r -
Víi'oen Maria'¿no envolvió al Salvador del mundo, que
ma la nube en el seno de su madre la tierra, es levan-
es como un mar inmenso de donde se derivan todas las
tada en alto por la atracción de los suaves y benéficos
gracias?
rayos del sol su padre; y la Virgen apenas fué concebida
VIII. Por todas estas consideraciones y otras muclias
en el seno de la bienaventurada Ana su madre, cuando
el Espíritu Santo emplea con frecuencia la palabra nube en
Dios su padre la elevó á su semejanza perfectisima y á la
las sagradas escrituras para significar la madre de Dios.
mas sublime dignidad de que es capaz una criatura. La
De esta suerte S. Ambrosio (3), S. Gerónimo (-4), S. Ci-
mibeestá, entre la tierra y el cielo, y la Virgen entre Dios
rilo ( 5 ) , Procopio ( 6 ) , Eusebio de Ccsarea ( 7 ) , S. Ger-
y los hombres. La nube es atraída hacia arriba para ser-
mán de Constantinopla (8) y algunos otros entendieron
vir al sol su padre, para mitigar los ardores de este, r e -
de la Virgen la nube ligera de Isaías ( 9 ) , sobre la cual
frescar la tierra, fertilizarla)' cooperar á los principales
debia de subir el Salvador para hacer su entrada en
efectos que va produciendo en este mundo; y l a . V i r -
Egipto y derribar los falsos dioses de aquel pueblo idó-
gen es ensalzada para mitigar el fuego de la justa ira
latra. Es llamada nube ligera, dice S. Ambrosio ( 1 0 ) , á
de Dios, proteger á los hijos de Adam, servir de quitasol
causa de su virginidad, de la sincera intención que tuvo
álos pecadores y ayudar á los justos á obrar santamente.
siempre de agradar i Dios y de la generación del \ e r b o ,
La nube, dice el Eclesiástico ( 1 ) , es sacada de los tesó-
á quien concibió de una manera enteramente admirábley
ros de Dios como una de las principales maravillas de su
grandeza, y la Virgen según los santos padres no es
otra cosa que la maravilla del mundo sacada de los abis- ¡ I) Salm. LXVH. _ (¡O De deraonsl. evang. 1. n.

mos y de los tesoros de la bondad y poder de Dios. La


(3 S o r t e a d virg-etUb. °'(8)' Oral, de nal. B. V k S .

' 7 ? ? ' S t p X I X Isai m vlrg. e, 1»


[ í \ ibid psálffl. C X V l l l sermo 5.
-'(<•) Cap. SU!. ( 6 ) lo cap, XIX Isai.
celestial. Es llamada nube l i g e r a , dice Procopio en el lu-
Diversos doctores se han entretenido con esta figura y
gar ya citado, á causa del generoso desprecio que hizo
señaladamente el venerable Juan, patriarca quinquagè-
. de todas las cosas bajas y terrenas. Es llamada el carro
simo segundo de Jerusalen, quien le apropia con mucha
triunfal del Salvador, vencedor de los Ídolos de Egipto.,
felicidad a la Virgen en el libro de las Instituciones m o -
porque en brazos de la Virgen santísima fué llevado á
násticas, que muchos buenos autores reconocen como pro-
aquella región siendo niño pequeñito, cuando i su en-
ducción de aquel ejemplar prelado, aunque algunos m o -
trada derribó las imágenes délos falsos dioses. En rea-
dernos sostienen (1) no ser obrasuya. Pero importa poco
lidad los historiadores Rufino (1) y l'aladio (2) atestan
de quién sea, pues que consta que es de un autor grave
haber visto un templo en la Tebaida en las cercanías de
y antiguo y nos da motivo para muchas y excelentes
Hermópolis, donde habiendo entrado el Salvador, caye-
consideraciones. Notemos en primer lugar que aquella
ron por tierra todos los ídolos. S. Epifanio (3), S. An-
nube era muy pequeña: así era la madre' de Dios en la
drés de Creta (4) y otros varios comparan la Virgen á la
estimación que hacia de sí misma, aunque fuese muy
nube luminosa que condujo á los hijos de Israel por el
grande en el juicio de Dios. Demás no sin misterio es
desierto para llevarlos á la tierra prometida, según he
comparada aquella á la huella de un pié de hombre para
indicado antes. Lo mismo digo de la nube resplande-
significar que de esta nube celestial debía de formarse
ciente sobre la cual subió el hijo del hombre, según se
la sacratísima humanidad del Verbo encarnado. En ter-
lee en el capitulo XIV del Apocalipsis.
cer lugar aunque la nube de Elias tuvo su origen en el
IX. Pero todo bien considerado no encuentro quien mar, naturalmente pesado y amargo, no obstante dejó
represente tan naturalmente á la Virgen como la nube estas calidades á medida que fué atraída hácia arriba.
cilla de Elias, de que se habla en el libro I I I de los Re- Asi aunque la santa Virgen según el curso ordinario de
yes ( 3 ) , donde se dice que compadecido aquel profeta las obras de Dios debía de participar de la condícion las-
de la extraña miseria de su pueblo, á quien afligía hacia timosa de nuestro linaje, sin embargo desde el ins-
largo tiempo el hambre causada por una sequía extraor- tante de su concepción quedó completamente exenta de
dinaria , se dirigió á la cumbre del monte Carmelo y pro- toda suerte de pecado, de donde hubiera podido sacar
fundamente postrado para atraer la misericordia de Dios algua peso y amargor. Mas conviene recordar que la a n -
lauto oró y suplicó , que su criado á quien había puesto tigua nube no fué (al por su natural condícion; sino solo
de centinela, descubrió una nubecilla ancha como un por la influencia del sol, que desprendiéndola de las par-
paso, la que subiendo del mar y extendiéndose poco á tes terrenas de su elemento la atrajo á sí por la virtud de
poco en medio del aire trajo pronto una benéfica lluvia, sus suaves rayos, de la misma manera que la Virgen no
á que se siguió en el mismo dia la abundancia general. tuvo todas estas prerogativas por s i , sino por la bondad
de aquel que la sacó de la masa corrompida de los peca-
dores. A mayor abundamiento aunque la nube de Elias
m L i b . I , c . 7. (i) sermo I de d o r m i i . B.
( 2 ) ilistor. Laosiac., c. 5 i . Virg.
( 3 ) Sermo 1 de landibos (5) Cap. VH!.
María!.
( 1) Betlarm. De seriptor. ecctesiast.: Barón., A n n a l .
S
TOMO I .
habitantes que si tenían una firme confianza en Dios . I n -
fué muy pequeña al principio, no obstante se extendió defectiblemente recibiría,i auxilio del ciclo antes de la
en poco tiempo y cubrió toda la superficie de la tierra, noche En esto se puso 61 á orar con calor , y acabada la
en lo cual figuró perfectisimamente á la Virgen, que no oracion envió á observar desde la muralla como antes.
habiendo tenido casi apariencia durante su vida m o r - Esta vez volvió gozosísimo el mensajero diciendo que
tal no ha dejado de extender su dominio donde quiera habia visto muv lejos una fiübecilla. Entonces el santo
que es reconocido y adorado Dios. Por último aquella lleno del espíritu de Dios dijo: - Animo, hijos míos; sin
fué. el principio del regocijo público, á que se siguió el duda ese es el auxilio que os viene del ciclo. • Y asi fue,
refrigerio de los cuerpos y la fertilidad de la tierra, y fue porque en el mismo dia llegó Teudis, rey de los godos,
una señal de próxima abundancia; así también la nati- el que habiendo juntado sus fuerzas con las del valiente
vidad de la Virgen fué el principio de la salud y de toda Aecio hizo levantar repentinamente el cerco al enemigo.
la felicidad á que podíamos aspirar jamás. Tan cierto es que la nube es la mensajera ordinaria de
X. Finalmente para hacer refereucia de las historias - las buenas nuevas del cielo.
modernas á las antiguas, ¿quién no creerá que la n u -
be que en otro tiempo anunció la libertad de la c i u - S. IV.—De alguna» figura! viws y animadas que representaron i la madre de
dad de OrtoaoS, figuró verdaderamente á la gloriosa Dios, j primeramente de Eva, Sara y Rebeca.
Virgen , supuesto que fué una señal de la merced que
habia de hacer á sus hijos? Digolo con tanta mas proba- I Tendríais gusto en ver en el estudio de un pintor
bilidad, cuanto mas se asemeja el hecho al de Elias, y á un aprendiz que se ejercita en imitar todas las partes
porque aquella noble ciudad fué siempre sinceramente del cuerpo humano separadamente con las proporciones
devota de la madre de Dios. S. Gregorio Turonense y movimientos de cada una. E l se atormenta para sacar
cuenta en la historia de Francia (1) que estando Orleans un ojo que mira hácía arriba, otro que se inclina hácia
asediada y fuertemente estrechada por A t i l a , rey de los abajo, otros que miran á derecha ó á izquierda. Observa-
hunos, y no pudiendo los muros sufrir las terribles em- ríais que delante de él los hay de m i l maneras: unos están
bestidas'del enemigo, el pueblo lleno de pavor recurrió abiertos, otros cerrados, unos alegres, otros tristes; unos
á su santo obispo Agnano. Este bondadoso prelado m o - son modestos, otros atrevidos; unos están lánguidos,
vido á compasion los alentó primeramente, y habiéndoles otros apasionados de amor ó de odio, de ira y desespera-
infundido esperanza hizo que se pusieran en oracion j ción- en una palabra expresan todos los afectos del alma V
él se puso el primero. Al cabo de un ralo mandó que se todas las alteraciones del corazon. Después que ha adqui-
observase desde la m u r a l l a , y como los emisarios no rido alguna facilidad en esta parte, se pone á remedar los
descubriesen nada, hizo redoblar las oraciones con el diversos ademanes y movimientos del brazo y de la m a -
mismo éxito que antes. Por tercera vez se continuaron no, las diferentes posturas y pasos de la pierna y del pie.
las oraciones con mas fervor, y el obispo aseguró á los Cuando ha aprendido bien á contornear un ojo, redon-
dear una frente, afilar una nariz y asi de las demás partes,
pruebaá juntarlas y hacer una cara entera, luego me-
(1) l.ib. i , cap. i .
habitantes que si tenían una firme confianza en Dios . I n -
fué muy pequeña al principio, no obstante se extendió defectiblemente recibiría,i auxilio del ciclo antes de la
en poco tiempo y cubrió toda la superficie de la tierra, noche En esto se puso él á orar con calor , y acabada la
en lo cual figuró perfectisimamente á la Virgen, que no oracion envió á observar desde la muralla como antes.
habiendo tenido casi apariencia durante su vida m o r - Esta vez volvió gozosísimo el mensajero diciendo que
tal no ha dejado de extender su dominio donde quiera habia visto muv lejos una hubecilla. Entonces el santo
que es reconocido y adorado Dios. Por último aquella lleno del espíritu de Dios dijo: - Animo, hijW míos; sin
fué. el principio del regocijo público, á que se siguió el duda ese es el auxilio que os viene del cielo. • V asi fue,
refrigerio de los cuerpos y la fertilidad de la tierra, y fue porque en el mismo día llegó Teudis, rey de los godos,
una señal de próxima abundancia; asi también la nati- el que habiendo juntado sus fuerzas con las del valiente
vidad de la Virgen fué el principio de la salud y de toda Aecio hizo levantar repentinamente el cerco al enemigo.
la felicidad á que podíamos aspirar jamás. Tan cierto es que la nube es la mensajera ordinaria de
X. Finalmente para hacer refereucia de las historias - las buenas nuevas del cielo.
modernas á las antiguas, ¿quién no creerá que la n u -
be que en otro tiempo anunció la libertad de la c i u - S. IV.—Do alguna» figuras viws y animadas que representaron i la madre dt
dad de (MeaoS, figuró verdaderamente á la gloriosa Dios, j primeramente de Eva, Sara ; Rcbeea.
Virgen , supuesto que fué una señal de la merced que
había de hacer á sus hijos? Digolo con lanta mas proba- I Tendríais gusto en ver en el estudio de un pintor
bilidad , cuanto mas se asemeja el hecho al de Elias, y á un aprendiz que se ejercita en i m i t a r todas las partes
porque aquella noble, ciudad fué siempre sinceramente del cuerpo humano separadamente con las proporciones
devota de la madre de Dios. S. Gregorio Turonense y movimientos de cada una. E l se atormenta para sacar
cuenla en la historia de Francia (1) que estando Orleans un ojo que mira hacía arriba, otro que se inclina hácia
asediada y fuertemente estrechada por A t í l a , rey de los abajo, otros que miran á derecha ó á izquierda. Observa-
hunos, y no pudiendo los muros sufrir las terribles em- ríais que delante de él los hay de m i l maneras: unos están
bestidas del enemigo, el pueblo lleno de pavor recurrió abiertos, otros cerrados, unos alegres, otros tristes; unos
á su santo obispo Agnano. Este bondadoso prelado m o - son modestos, otros atrevidos; unos están lánguidos,
vido i compasion los alentó primeramente, y habiéndoles otros apasionados de amor ó de odio, de ira y desespera-
infundido esperanza hizo que se pusieran en oracion y ción- en una palabra expresan todos los afectos del alma V
él se puso el primero. Al cabo de un rato mandó que se todas las alteraciones del corazon. Después que ha adqui-
observase desde la m u r a l l a , y como los emisarios no rido alguna facilidad en esta parte, se pone á remedar los
descubriesen nada, hizo redoblar las oraciones con el diversos ademanes y movimientos del brazo y de la m a -
mismo éxito que antes. Por tercera vez se continuaron no, las diferentes posturas y pasos de la pierna y del pie.
las oraciones con mas fervor, y el obispo aseguró á los Cuando ha aprendido bien á contornear un ojo, redon-
dear una frente, afilar una nariz y asi de las demás partes,
pruebaá juntarlas y hacer una cara entera, luego me-
(I) l.ib. i , cap. i .
dio euerpo y por fia remata ia figura. Si habéis com-
prendido lo que hace un pintor con respecto á su apren-
Primera figura: Eva.
diz; no os costará mucha dificultad concebir cómo se
portó Dios con nosotros, porque antes de hacer ver al Cuatro semejanzas entre Eva y la virgen María: p r i m e r a el modo d o c r e a -
mundo la Virgen como una pieza maestra que debían de ción de Eva; s e g u n d a el fin de su creaeion ,- tercera el n o m b r o q u e Adam
le d i o ; cuarta las perfecciones de que íuó dotada.
imitar todos, nos puso en la mano el libro de las figuras
para que por él hiciéramos nuestro aprendizaje. Eran
diversas piezas esparcidas acá y acullá, cada una de las n . Eva será la p r i m e r a , supuesto que recibió de
cuales tenia algún lincamiento y representaba alguna Dios mismo la honra de ser criada y de representar á la
parte de aquel hermoso cuerpo, quién el o j o , quién la madre de Dios antes que las otras. Apenas se encontrará
frente, quién la mano; quién la mansedumbre, quién un solo padre de la iglesia entre los antiguos que no la
la caridad, quién el a m o r , quién la elección que Dios traiga á colacion cuando se trata de la madre de Dios;
hizo de ella, quién la alteza de sus méritos, quién la bien es verdad que los mas hablan de ella por oposicion,
grandeza de su poder; quién la mostraba de perfil, quién como haré ver en el tratado segundo, Dios mediante. Por
de l l e n o ; quién toscamente, quién le daba un aire ahora como no se trata de antitesis, sino mas bien de
mas parecido al natural: porque es cierto que hay no proporcion y armonía, solamente diré que si m i plan no
poca diferencia y desigualdad enlre estas figuras,"pues me llevara á dejar este discurso para mejor ocasion, ten-
las que hasta aqui se han puesto á la vista, son muertas dría materia para alargarme con conocimiento tocante á
é insensibles, y las que faltan, son vivas y animadas de esta figura, que desdo luego me suministra cuatro seme-
ciertas facciones naturales y atrevidas que'tienen mucha janzas señaladas. La primera se encuentra en el modo con
mas gracia que las primeras, y tanto mas cuanto que queDiosformó áestamnjcr, la primogénita de todas, por-
hay mas semejanza de una mujer á otra que de una vara que la hizo de la costilla de Adam cuando este se hallaba
ó un arca á una mujer. Espero pues hacer ver sin fas- sumergido en el sueño extático que el Señor le envió en
tidio en l o q u e resta de este capítulo, hasta una docena ocasion de grandísimos é importantísimos misterios. La
de mujeres antiguas, que fueron las verdaderas figuras segunda se conoce en el fin para que la crió Dios, á saber,
de la madre de Dios y en el rostro de las cuales se p o - para que sirviese de compañera al hombre y de coopera-
drán notar muchas bellas facciones del agraciado sem- d o r a l la propagación del linaje humano. La tercera se ad-
blante de la Virgen, que arrebata á los ángeles y á los vierte en el nombre que Adam le dio por expresa comision
hombres, salvo el confesar siempre que ella es única é de Dios llamándola E v a , que equivale á madre de los v i -
incomparable entre todas. vientes, según vemos en el capitulo 111 del sagrado libro
del Génesis. La cuarta se ve en las perfecciones con que el
autor de la naturaleza dotó á esta mujer, formada por sus
manos en el origen del mundo con intento de hacerla ci
modelo y dechado de las. de su sexo. Todos estos títulos
me darían abundantísima materia para entretenerme, si
no pensase hablar de ello en el tratado segundo, donde
de todos sus fieles b i j o s O = «
propondré como esdebido esta figorayla consideraré mas
despacio: en la mano del lector estarà buscar en aquel
este medio podemos esperar ser bien venidos ^ e r a g
lugar cuanto pueda desear; para lo cual serrirá además
Dios y salvar nuestras vidas y nuestras a l m ^ Por lavor
lo que se diga de las singulares partes y de las perfec-
a o pongas ningún reparo, para que estando bajo de t u
ciones naturales de la Virgen en el capitulo VI de este
amparo, teman ofendernos los egipcios, que son los fle-
tratado y en el V I I de la eminencia de su gracia.
món ¿s se junten mas fácilmente á nosotros Los santo
Segunda figura: Sara.
ángeles y nos auxilien en nnestras n e j t ó a t e
tengan lástima y compasión el l'adre, el H i j o y ei
S.ra significa - s o f i o n . Sara se díte hermana de Abraham por salvarlo la
vida.
í V r c e r paralelo consiste en la e s t e » fe-
m a d a norque S. Juan Damasceno afirma (2) que era
I I I . Sara viene despues de su madre y en sentir de
razmia'ble que la esterilidad concibiese y pariese ante
S. Juan Crisòstomo ( l ) y de S. Buenaventura (2) repre-
que la virginidad, á fin de que no se " e ^ f s ? _ ! n a f , g " ^ ^
senta también á la madre de Dios. Yo me contento con
los milagros al milagro mayor de. todos (3). Y S Juan
cuatro, paralelos, el primero de los cuales se oculta bajo
Crisó omo se enajena de gozo en el lugar atado a r r h a
el nombre de Sara que significa señora; no obstante no
™ ¿ que no sin designiohizo anticipadamente Dios
diré nada acerca de esto, porque merece un discurso
f u ™ u u a mujer estéril como Sara
entero, que se bailará al fin del tratado segundo. San
sino aue fué para acostumbrar nuestros ánimos a la con
Buenaventura opina que la palabra Sara significa tam-
S S L por medio de semejante ensayo de su
bién un carbón; lo cual acomoda á la ardiente caridad de

mmm
5 e «Si acontece, dice, que el j u d i o
la madre de Dios, añadiendo: «Bendito carbón, de donde
salió la llama celestial y d i v i n a , que no es otra que Je-
sucristo.- La segunda semejanza es laque el mismo santo
doctor funda en lo que está .escrito en el capitulo X X del

mmm
Génesis, donde se dice que estando Abraham en Gerara
con su mujer Sara le pidió con instancia que dijese ser
hermana suya; lo cual podia hacer ella sin mentir, como
manifiesta la misma escritura, en atención á que era su
prima hermana y por consiguiente su hermana según el
modo de hablar de los hebreos, estando segura de que Gabriel se sirvió del mismo ejemplo alegando a. la
por tal medio le salvaría la vida. El santo doctor se vale de
esta estratagema para con la Virgen diciéndole en nombre
Í3\ o r a t . l denati». B. V i r g .
( ! • specul., c. o. i"!."»«
( i , • Oral. 3denaUV.B.Virg.

( 1) Hom. W i n Genes. ( «) Speco). B . í . , c . 6. et 13.


*
Virgen santísima el caso de su prima Isabel, como si d i - esto y además cómo el cuerpo de Adam compuesto de
j e r a : «Tú deseas saber cómo se cumplirá lo que te a n u n - huesos, nervios, músculos, carne y tantas piezas dife-
cio , y yo te digo q u e el Espíritu Santo vendrá sobre ti rentes es formado de un poco de b a r r o , ¿como os a t r e -
y la v i r t u d del Altísimo te hará sombra.«No busques un veréis á negar que Dios que obró todas esas maravillas,
orden y d isposicion nat u ral donde todo es sobrenatn ral y di- pudo hacer concebir á una virgen?»
vino. -Se propone la preñez de l a m u j e r e s t é r i l , dices. A m - V . Orígenes presenta otros muchos ejemplos en con-
brosio ( 1 ) , para q u e no se ponga en duda la de la Virgen, firmación de esta v e r d a d , que podrá ver quien quiera
en ¡;tencion á q u e aquella no fué sino como un ensayo y en sus sabios escritos ( i ) . «El que pudo unirse a nuestra
un experimento de osta según S. Gregorio Niseno (2). naturaleza sin s u f r i r ninguna alteración ó cambio (es-
Bien merecen copiarse las palabras de oro del elocuente cribía mas do m i l años há M á x i m o , monje de Monte
prelado de Ravenaá este propósito ( 3 ) : «Dios, dice, para Casino) ( 2 ) , ¿no podra preservar do corrupción la inte-
dar mas realce y esplendor al parto de una virgen quiso gridad de su m a d r e ? . . h a V i r g e n , dice S. T i t o , o b i s p o de
que precediera el f r u t o de una m u j e r estéril y anciana, Bostra en la Siria, grave y antiguo doctor ( 3 ) , confiesa
que enteramente habia perdido la esperanzado ser m a - ingenuamente que Dios hizo cosas grandes y maravillo-
d r e , á fin d e q u e viendo reverdecer, rejuvenecerse y como sas en e l l a , pero no imposibles á s u omnipotencia.» «En
resucitar en favor del siervo un cuerpo ya seco y todo efecto ¿por qué han de ser imposibles para é l , dice
consumido de vejez, nadie dudase que podía conservarse S Ambrosio ( 4 ) , cuando vemos que ha obrado tantas
la flor de la virginidad con su f r u t o y que el título h o n - otras maravillas tan difíciles de creer como esta? Saco
roso de la castidad y el sello de la perfecta integridad a»ua de la peña con una vara; impidió que el hierro
podia permanecer intacto á la entrada y á la salida del se fuera á fondo; hizo andar á un hombre sobre el m a r ;
autor de la naturaleza.. S. Cirilo de Jerusalen en la ca- ¿v creeis que le cueste mas trabajo hacer concebir a
tequesís duodécima, despucs de haber convencido á los una viraen ?• S. Andrés, de Jerusalen dirigiéndose á María
gentiles con sus propios escritos, la emprende con los sobre e f mismo propósito le habla de esta suerte por
judíos y les propone el mísmoejemplo diciendo: «Vos- boca del ángel Gabriel ( 3 ) : «Me preguntas, Virgen santa,
otros no dudáis del parto de Sara, quo era anciana y cómo podrá ser lo que te anuncio. Dime primeramente
estéril; pues ¿'qué motivo tencís para dudar del de la cómo la vara de Aaron dió f r o t o ; cómo salió agua de la
Virgen? O negad los dos igualmente, ó concededlos i n - peña d u r a ; cómo ardió la zarza sin reducirse á cenizas,
distintamente, porque para Dios no es mas difícil el u n o porque yo no tengo que decirte mas. sino que el mismo
que el otro. Ved la vara que Moisés tiene en su mano y artífice que hizo en otro tiempo esas maravillas, debe de
la que Aaron lleva en la suya: aquella se convierte en ejecutar también la de que te hablo. Por el poder de el
una serpiente, y esta de seca que estaba, aparece c a c a d a debes de concebir no á la manera de tu p r i m a Isabel o
de flores y frutos. Despues que hayais considerado todo

(I) ITomil. I de diversis.


(i) Ccnlor. I , cap. 9.
íj Hom'deChrisUnatit. ( 3)
, ^ ^ (3) Adoap. I L u c .
de tu buena madre Ana , que conocieron á sus maridos,
lanzas de las dos ^ - ¡ J ^ S K :
sino de una manera singularmente extraordinaria y ex- está en sam * nos muestra la Mena u P ^
traordinariamente singular, quedando virgen despues del
d 9 l a m a d r e ^ ^ . K g S S . S t o de su
parto como lo eras antes.« "Lamadrede Dios, diceSan
mente en los c a p a o s <»» K n segundo lu-

sssisis
Germán de Constantinopla ( i ) , que tenia delante los
ejemplos de varias mujeres á quienes la esterilidad no
había impedido de concebir, las aventajó á todas en este
punto juntando la maternidad á la virginidad.» Conozco
que la suavidad de las sentencias de los santos padres
arrebata mi espíritu y le detiene mas de lo que fuera
necesario. Por esto quiero poner fin á la relación con
las sólidas palabras de Proclo, arzobispo de Constanti-
nopla (2): «Ve ahí unas pruebas irrecusables de la vir-
ginidad de la madre de Dios. Asi que cese toda contra-
dicción, y la Inz disipe las tinieblas de toda suerte de
errores, si aspiramos al reino délos cielos. »
VI. Ultimo paralelo: Sara no tuvo mas que un hijo;
pero valió por miliares de otros: fué la alegría de sus
padres, la dicha del universo y un manantial vivo de
bendiciones para todas las naciones de la tierra. «Con
Ü i l ü
S r - s i s : ;
mucha mas razón debemos de creer esto del verdadero
Isaac, hijode María, diceS. Gerónimo, esto es, de Jesús,
la alegría de su madre, el reparador del mundo, la fe-
licidad de todos los hijos de Adam y de los siglos f u -
turos. •
yordomo deAbraham, p a r i e co er e I ^ .
Tercer» figura : Rebeca.

VII. Rebeca merece juntarse con las dos anteriores,


porque S. Bernardo, i quien oiremos á continuación
de este discurso, reconoce que es verdadera figura de la
madre de Dios. Está puesto en razón empezar las seme-
Isaac. Esta sencillez agrado tanto a utos, q

(<) Oral- d e l a t m l a t . b e a t . (2) La toe o r » k i a Chiisti


Virg. nadv. c . XXIV Gen. et i n c. VU t '
le envió la que necesitaba Isaac, hijo de un gran santo
§ . ». — Be Haría, hermana de Moisés, de Asa ; de Jahel.
é intimo amigo 'sayo. Pues la Virgen santísima no se
casó mas que por disposición divina , como declararé mas P r i m e r a finura: María hermana de Moisés.
extensamente en el capitulo X I del tratado último.
1. Semejanza del nombre de María. II. Semejanza en la virginidad.
VIH. En cuarto lugar Rebeca, de quién volveré á ha-
Ilt. Semejanza en el cántico que cantaron ambas.
blar en otra ocasion ( 1 ) , no solo ejecutó las disposicio-
nes de Dios, sino que dió prueba de su aventajado en- 1. S. Ambrosio ( 1 ) , S. Gregorio Niseno ( 2 ) , S. Pedro
tendimiento cuando vistió con tanta propiedad á su Crisólogo ( 3 ) , S. Antonino ( 4 ) , Aponio (3) y algunos
amado Jacob las vestiduras'de su hermano Esaú y le otros reconocen á María, hermana de Moisés, por uñado
cubrió las manos y el cuello con pieles de cabrito para las antiguas figuras de la madre de Dios. La semejanza
proporcionarle el beneficio de la bendición de los p r i - consiste principalmente en tres puntos. El primero es el
mogénitos. Pero la Virgen santísima fué la que cumplió nombre augusto de Maria que llevaron las dos, la una
el misterio oculto debajo de esta figura. No se necesita por figura solamente y la otra en realidad y con verdad.
mas que oir á S. Bernardo, quien habla pertinentemente Los doctores antiguos y modernos ( 6 ) dan ordinaria-
de este asunto en su sermón 28 sobre el Cantar de los mente cinco significaciones principales á este precioso
cantares. «Conozco muy bien, dice, bajo de esa piel de nombre. En primer lugar dicen que equivale á señora.
cabrito, señal del pecado, la mano que no le cometió Ana, que significa la gracia (dice S. Juan Damasce-
jamás, y el cuello que nunca fué manchado con ningún no) ( 7 ) , pare á María, esto es, la señora, y con razón,
mal pensamiento que hubiese pasado del corazon á la porque fué la madre del criador del universo. «El nom-
boca. Sé además,oh m i bendito Salvador, que eres man- bre de Maria, dice Arnulfo de Chartres ( 8 ) , abad de
so por naturaleza y humilde de corazon, ungido con el Bonneval é intimo amigo de S- Bernardo, nos representa
aceite de alegría sobre todos tus compañeros. ¿De dón- el señorío que tuvo ella sobre todo lo criado, y aunque
de pues proviene que eres cubierto de velluda piel como haga alarde de ser sierva, esta servidumbre es mas. hon-
el agreste Esaú? ¿De quién es esa figura desapacible v rosa que todas las coronas del mundo. »S. Buenaventura
ese vestido extraño? Esas son, Señor, las pieles y las discurre largamente sobre este título ( 9 ) , y lo quese dirá
señales del antiguo pecador, cuya semejanza te dignaste acerca de él en mejor ocasion ( 1 0 ) , podrá bastar á quien
de tomar estando muy distante de la realidad. No es Re-
beca quien te ha compuesto así, sino « a r i a que te ha c u -
bierto de esta vestidura para que recibas una bendición (t) S u b flaem e x h o r t a ! , ad c . 5 : Epiplt., Orat. de laudibu»
virg. V i r g i n . : Bonavent., Spccol. B . V .
tanto mas excelente, cuanto es mas santa que Rcbeca ( i ) De v i r g i n i t . , c. 6. c . < 3 : C a o i s i u s , . M a r à l , c. ! :
aquella de quien eres hijo. En bue:::i hora tomaste prestada ¡ 3 1 S e r m . ! 4 2 , 146. S p i n e l l i l i d e B. V i r g . , c . 14, a . 11 :
U ) Part. 4 , l i t . 15, ò. U , Cornelius à L a p i d e i o c a p . X V
nuestra vestidura, porque es con intento de alcanzarnos
§ . -2. Exod.
la bendición. (5) Comment. 6 i n Cantica. ( 7 ) L. 4 Fidci orlbodox.
( 6 ) S. C h r y s o l o g . loco c i t a t o : ¡8) lie laúd. V i r g .
Hierou. D e n o m i n i b u s hebraicis: ( 9 ] Loco cilato.
Idiola, Contempi. d e B . Virgine, ( 4 0 ) Trat. 5 , 0 . 1 3 .
!< ) I r a t . 5 , cap. 5.
quiera instruirse. En segundo lugar significa maestra ó II. En cuartolugar significa estrella ó señora del mar.
la que enseña ( 1 ) ; de lo cual hablaré mas oportuna- Estrella, dice S. Buenaventura, porsu peregrina pureza,
mente en la figura de Jodií. En tercer lugar significa que mas bien se aumentó que se disminuyó por el na-
mar amargo. « M a r , dice el mismo S. Buenaventura, á cimiento del Verbo divino, el cual salió de ella como el
causa de la afluencia de las gracias de Dios representa- rayo de la estrella, según canta la iglesia con el devoto
das por el Salvador en el Evangelio bajo la figura de los S. Bcrnardo (1). Estrella por su rara hermosura y por
rios impetuosos?délos arroyos de agua viva que debían el fruto incomparable que sacan de su resplandor todos
de salir del pecho de los que creyesen en é l ; arroyos que los que navegan en el borrascoso mar de este mundo.
se ven correr de todas partes al seno de María, quien reci- S Bernardo y S. Buenaventura dicen mucho mas soDre
be la gracia de los patriarcas, de los profetas, de losapós- esto, y sus bellos pensamientos vendrán al caso en otra
toles y generalmente de todos los órdenes de la iglesia.» ocasion. . . , . ...
Mar amargo ya por la pena que le causamos cuando nos III. En quinto lugar la palabra María equivale a ilu-
pare con dolor, según demostraré en o t r o l u g a r ( 2 ) , ya por minada ó iluminante, porque ella ilumina a todo el
la muerte cruel de su hijo, ya con respecto á los demonios mundo por sus ejemplos, su misericordia y su gloria,
cuya ruina y muerte es, como el mar Rojo lo fué en otro según dice el mismo S. Buenaventura (2). Por sus ejem-
tiempo para los egipcios que perseguían al pueblo de plos, porque la iglesia canta de ella que su gloriosa
Dios. Esta significación no está muy distante de la que vida trajo la luz al mundo y que su excelente conver-
le da S. Epifanio ( 3 ) llamándola la mirra del m a r , p o r - sación difunde rayos de claridad sobre todas las iglesias
que la m i r r a simboliza la amargura. Por esto decía uno del orbe. Por su misericordia, porque el pueblo de Dios
de los mas devotos siervos de la Virgen ( 4 ) : «Si te sien- es conducido por su medio entre las tinieblas de esta
tes estimulado y aun ya medio ganado por los halagos vida como antiguamente por la nube de claridad que iba
de la carne; sumérgete de pronto en ése mar de amar- delante de Israel. Por la excelencia de su gloria, p o r -
gura, pronuncia ese nombre sacratísimo é indefectible- q u e podemos decir de ella lo que está escrito en el t i -
mente sabrás por experiencia que no por vano titulo bro del Eclesiástico ( ó ) , á saber, que el sol diiunae poi
lleva el nombre de María. • Si alguno juzgase que la voz todas partes los rayos de su luz y que su obra esta llena
mirra se empleó aqui para significar una especie de de la gloria del Señor. S. Epifanio añade a lo dicho una
piedra preciosa de que los antiguos acostumbraban ha- sexta significación exponiendo que el nombre de Mana
cer vasos de valor; diré de grado que tal vez por este equivale al de esperanza; lo que mostraremos mas opor-
motivo llamaría S. Buenaventura á la Virgen el escan- tunamente en el siguiente tratado al hablar del t i t u l o de
ciador del paraíso , como la que distribuye á las almas reparadora. Pero S. Ambrosio me sugiere una que no
buenas las delicias ordinarias del cielo. tiene igual: él es el único, que yo sepa, que la ha t o -
cado, y me costaría trabajo decir de dónde la deriva,

(3) Cap.XLll.
(1) I d i o t a , loco chato.
(!) Tral. t , e a p . t .
dulzura y suavidad. El devoto Idiota dice maravillas de
ni de quién la ha lomado. María, dice ( 1 ) , encontró un
este nombre ( 1 ) . « María, no temas (son sus palabras),
nombro que es particular de ella; porque quiere decir:
porque la santísima Trinidad te ha dado un nombre que
Dios ha nacido de m i linaje. Si queremos dejar correr osla
es sobre todo nombre despues del de tu amado hijo,
interpretación por respeto á aquel gran doctor; habrá
nombre en el cual ha de doblar la rodilla todo lo que
que confesar que despues del adorable nombre de Jesús
hay en el cielo, en la tierra y en el infierno, como en
no ha habido nunca otro mas apropiado, ni que me-
el suyo. Toda lengua pregone la gracia, la gloria y la
j o r corresponda á la cosa significada. A lo que añadiré
virtud deeste santo nombre, porque despues del de Jesús
para confirmar esle misterio la feliz ocurrencia del bien-
no hay otro de quien debamos de esperar la salvación.
aventurado Proclo, el cual sostiene (2) que Gabriel con-
Este nombre sobre todos los nombres que se pueden
siderado con propiedad equivale á Dios hecho hombre
pronunciar, pone en el buen camino á los descaminados,
para manifestar que todo lo perteneciente al misterio
sana á los enfermos, ilumina á los ciegos, penetra los
del Verbo encarnado había sido previsto y ordenado por
corazones insensibles, alienta á los tibios y flojos, con-
Dios en particular, hasta la pequeña circunstancia del
forta á los que pelean, y hace inútiles todos los esfuerzos
nombre del mensajero celestial.
del demonio. »
IV. De tantas maravillas escondidas en este nombre V. «Este nombre, dice S. Antonio de Padna (2), es
augusto tomaron los santos padres ocasíon de entrar en un estremecimiento para el corazon, un panal de miel
sus alabanzas y representarnos los incomparables efectos para la boca y una dulce armonía para el oido.» «Este
de él. El elocuente arzobispo de Ravena citado arriba nombre, dice S. Buenaventura ( 3 ) , á manera de fuente
dije haciendo alusión á María, hermana de Moisés y cristalina refrigeraal alma sedienta y la hace producir fru-
Aaron, y hablando de María, madre de Jesús:«Este nom- tos de justicia.». «Este nombre, dice Alberto Magno (4),
bre tiene sabor de profecía; es un nombre de salvación nos sostiene cuando somos asaltados de tentaciones.»«Es-
para los que han sido regenerados; os el lustre de las te nombre, dice S. Buenaventura (S), nosda.confianzaá
virtudes, el honor de la castidad, el sacrificio agradable la hora de la muerte, ahuyenta á nuestros enemigos
á Dios, la muestra de la hospitalidad, la morada de la invisibles y restituye la paz y la tranquilidad al alma.»
santidad: en una palabra el nombre de la madre de «No hay azar ni peligro de ningún género, dice S. Ansel-
Dios es un nombre enteramente maternal. «¡Oh grande! mo, dequeno libre este nombre (6).» «Asi ¿quémara-
i Oh bondadosa! ¡ Oh digna de alabanzas María! dice San villa es, dice Pedro de Blois (7) , que en toda la iglesia
Buenaventura (5) despues de S. Bernardo. No es posi- sea tan estimado este nombre, que los cristianos le
ble nombrarte sin inflamarse: no puede uno pensar imploren con tanto afecto, que doblen la rodilla en
en ti sin un gozo y un consuelo particular: nunca se
acuerdando ti los que te veneran, sin experimentar

( 1 j E n el l u g a r cilado. ( 5 ) In p s a l l e r i o .
( 2, D o m i n i o . 3 in q u a d r a g . (6) De excellent.Virg., c.6.
(I) De instit. v i r g . , c . 5. (3) S p e c u l . B. V i r g , c . 8 . t 3 ) tn psalier. Virg. ( "i ) Serm. 58.
(!) O r a l d e Christi n a t i r . in ( t i E n el l u g a r c i l a d o .
coDcll. e p h e s . TOMO I .
muchos doctores ( 1 ) y comunmenie todos los teólogos
que prueban su sentir de una manera ineluctable por
cuanto le oyen pronunciar, y que el f ^ f i í M la respuesta que la Señora dio al ángel cuando di]?:
todas partes sus súplicas y oraciones a l cielo a mane a «¿Cómo se hará esto que me anuncias, porque yo »p Co-
^ C e s t r e p S ^ NO puedo o l v i d ^ q u e ^ ^ nozco v a r ó n ? . Con este m o t i v p los santos le erige® u n
ma madre de Dios reveló á santa B n g ^ V g g j trofeo cargado de m i l r titulps hoDorilicps, O v m f
le decía, ha honrado de t a l suerte con su g i a c i a w resueltamente (2) que. ella fué q u i e j i . o f e e i o y d í d i c o las
noníe que es M a r í a , que al oírle los a n ^ *J- primicias .le la castidad y no puedo .sufrir que se rebaje
cijan y bendicen y dan gracias al que h t o en m . to M E esta v i r t u d dando precio y valor á o t r a : S. Ambrosio la
m i l l a de u n i r s u divinidad á nuestra h u m a n i d a d , as llama (5) la abanderada y l a maestra de la v i r g i n i d a d ,
Í de purgatorio no le oyen jamás sin c x p e i — S. Epifanio l a apellida (4) la princesa y el dechado de
algún alivio, al modo que el pobre enfermo o e 1 d u l c e todas las demás: S. Agustín (3). el honor, y S. Gregorio
y grata nueva de su curación : los angeles custodios^se Nacianceno la p r i m e r a de las vírgenes,(«.).: Sofronio el
¿non mas intimamente á aquellos a quien = están en espejo de la perfección virginal ( 7 ) : S. Juan Damasceno
cargados de g u a r d a r , y redoblan su ¿ la r e i n a , la madre y la gloria ( 8 ) : S. Ildefonso l a c u m -
los demonios tiemblan y se ven forzados bre v el ejemplar de las vírgenes ( 9 ) ; S. Buenaventura
y poner en libertad al alma que ya ^ t i n n íeestó la flor de la virginidad { 1 0 ) : S. Isidoro la capitana ( 1 1 ) :
garras: en una palabra no hay pecador por f S. Bernardo la prímiciera ( 1 2 ) : el devoto Idiota la c o r o -
de q u i e n no se aparte el d i a b l o , s i babvendo o i d o ^ m nela de las vírgenes ( 1 3 ) ; y la iglesia universal la llama
nombre hace propósito firme de dejar el pecado y de no á boca llena con S. Pedro Crisótogo la virgen de las v í r -
volver á cometerle mas. • . genes v l a virgen por excelencia.
VI. La segunda semejanza C0ns.se en querría, Añado á lo dicho arriba que en su incomparable v i r -
hermana de Moisés, es la primera en a a n t i g u a 1 y q« ginidad llevó á Maria , hermana de Moisés dos ventajas
abrazó la virginidad por estado. Asi lo e«senaii, los cuyo precio no puede d e c l a r a r s e , porque fue h u m i l d e y

Émmim^
doctores citados por mí al principio y lo prueba & . W *
gorio Niseno, tanto porque no se hace mcncion ^ u n »
de su marido en la sagrada e s c r i t u r a , « m e - p o r q u sim. (1) llfcph., sermo 5 de As- J 6 } In carmine, Tragffidiade
llevaría el nombre de él á usanza do las otras m * m j
no l a llamarían hermana de Moisés y de Aaran según se
la llama de ordinario. Pero la madre de » o s ; ta»«*bfc
porque además de profesar- aquella insigne v i r t u d J u e J .
p r i m e r a que hizo voto indisoluble deeila c o m o , »
S. Agustín ( 2 ) , S. Bernardo ( 5 ) , el abad Ruperto. (4),
de perpetua ^ ,„ | i t a B a é B . virg.

V [i S )I Hteresi 18. VWi ) De e c c>»


l e s i a s l . o f l i c i n ^.
3 [í\ Tract.-lÓ ín Joan, el ta " ^ C o S e m p U e B. V., c .
(,) n e v e l a t . 1 . 1 , c . 9. ( ) S e r m o in i l l u d : S i j n ®
c. U Luca).
De sancta v.rginitaie, ^ ' ü f í i B Canta.
t. 6.
fecunda; calidades que faltaron á aquella virgen antigua.
TRATADO PRIMERO.
S. Anselmo, hablando ( 1 ) de la sin igual virginidad do
nuestra señora, unida estrechamente á su profundísima verán dos pechos semejantes á los tuyos, es decir, la
h u m i l d a d , las compara á la muralla y al baluarte de una virginidad con !:¡ fecundidad: no se oirá decir jamás
fortaleza que se resguardan mutuamente; el baluarte que unos pechos llenos de lecherean de una madre y
guarnece la cortina, y la cortina defiende el baluarte: del de una virgen juntamente. En una palabra t ú eres la
mismo modo la humildad asegura la castidad, y esta sir- virgen singular, porque nadie te imitará, ni te ha servi-
ve de muro á aquella ( 2 ) . Discurriendo S. Bernardo do de ejemplar: eres la única en tu especie.»
acerca de la unión de la virginidad con la fecundidad VIII. La tercera semejanza consiste en el cántico que
dice ( 3 ) que eso es lo que hizo incomparable á la V i r - entonaron las dos: la primera cuando fué libertado el
gen , porque es muy cierto que estas dos calidades no pueblo de Dios por haberse tragado el mar á los egip-
se habían encontrado jamás reunidas antes de ella, ni se cios y con ellos la esperanza que tenían de reducir otra
encontraron despues. «Esta es la razón, dice el abad Ru- vez los israelitas á la servidumbre. ¡ Qué hermoso espec-
perto ( 4 ) , por que el esposo celestial la llama hermosa táculo ver á María cantando á la cabeza de las mujeres
por dos veces diciendo: ¡Cuán hermosa eres, amiga mía, judias el precioso motete, que se iee en el capitulo XV
cuan hermosa! Eres hermosa por t u virginidad y eres del Exodo! Mas icuán diferente cosa era oír á María
hermosa con motivo del hijo que pariste, porque en madre de Jesús, despues que so obró.on ella el misterio
nadie sino en tí se ha encontrado, ni se encontrará jamás de-la Encarnación y se empezó la obra de la reparación
esta doble hermosura.» Explicando en otro lugar ( S ) es- de los hombres, alabar y engrandecer al Señor en pre-
tas palabras del mismo esposo: Tus dos pechos como dos sencia dé su prima Isabel. Por lo cual mereció, el titulo
cervatillos mellizos; dice: «Nunca se han visto, ni se y nombre de profetisa, tan bien como aquella, y mejor,
según haré ver en el caffítulo X con mas oportunidad.

(t) S e r m . d e A s s n m p i . B. V. mirado esta disposición y ataba- Segunda figura: Axa,


' i Adición de la madre Ha- d o s u h u m i l d a d . En lin su v i r g i -
ría Jacoba de Blemur. — « S u c e - n i d a d f u é f e c u n d a : e s t e e s su
IX. Axa también fué figura déla madre de Dios en
de c o n m u c h í s i m a f r e c u e n c i a p r i v i l e g i o i n c o m u n i c a b l e , q p e la
q u e la v i r g i n i d a d , q u e es l a l i c r - hace uña copia del Padre e t e r - sentir des. "Bncnaventura ( I ) . De ella se.dice en el capí-
m o s u r á del alma y la.gloria del n o . E l l a e s p u r a V f e c u n d e orno tulo 1 del libro de los Jueces que haciendo Caleb la dis-
c u e r p o , se deja corromper con éste : su pureza' e s una imita-
Jas a l a b a n z a s , y q u e o f u s c a d a c o n c i ó n d e la d e Dias , su l e c u ü d i - tribución de las ciudades de Canaan mandó publicará
sus propias ventajas se hincha y dad u n a emanación d e l a ' d c é l , son de pregón que daria su hija Axa por mujer al que
e n s o b e r b e c e d e v a n i d a d ; p e r o la y pór un milagro q u e no tuvo j a -
Virgen santa estaba m u y d j s t a n - m a s semejante , es aladre y tomase la ciudad AeCaijatsefer, donde estaba la academia
te d e é s t e d e f e c t o , p o r q u e h i z o virgen.» de los cananeos. Esta promesa alentó á Otoniel, el cual
v o t o d e ser e s c l a v a c u a n d o le : :t J S ¡ r m o i n Signum '"<"-
hizo d e s e r v i r g e n , y a c e p t a n d o animado de la esperanza de poseer la mano dé aquella
gnum.
la d i g n i d a d d e m a d r e n o q u i s o ( i ) Lib. 1 i n C á n t i c a . doncella embistió tan denodadamente á Caijatsefer, que
d e j a r la c a l i d a d d e s i e r v a . T o d o s
h ) [ÍB. 3 in Caótica.
los padres de l a i g l e s i a h a n a d -

(1) Specul. B. V i r g . , c . ' ! 3 .


JG LI TRIPLICE CORONA. Tercera figura: lakel

la tomó'por asáltó. Caleb ffl x La tercera será .lahel, y S. Buenaventura nos su-
dnt-ir á su hija le (lió una tierra que no gasto a Otón el ministrará los rasgos de semejanza £
Í nu no era dé riego. No obstante aconsejo a su mujer iré ella v la bienaventurada Mrgen (1). En efecto si nos
fijamos en su nombre, .lahel quiere decir la que sube; y
e to es lo que principalmente admiran los angeles en la
:
madre de Dios ituandopreguntan
esa que sobe por el desierto como nube de incienso (2).
del délo que recibia oportunamente, y por abajo> con ® Si atendemos al buen olor que despiden a unay la o ra^
hermoso arroyo que dirigía su corriente haca la par Débora v Barac cantan en su cántico (3) que Jahe e»
nue se quería Si se atiende al nombre de A*a dice a i bendita entre las mujeres, y el ángel « ¡
^ naveTtura; significa hermosa, agraciada y n c a m e j mismo, pero con muy diferente motivo de la madre de
adornada; lo cual conviene admirablemente a l a » D os J hel libra al pueblo de las manos de Sisara capi-
orno se verá por los discursos que tratan de su per - S «el ejército de Canaan, por un singularrasso a^
ina hermosura (1) y de ios maravillosos a W j lor adormeciéndole en su tienda con una taza de leche y
gracia que recibió. A l á fué dada por mujer a Otomel travesándole las sienes con un clavo. de suerte q e
que significa Dios de m i C o m e n , y la virgen Marta.u caudillo cananeo juntó el sueño con l a j n u ^ s guii
por esposo al Espíritu Santo , qoe verdaderamente fue la expresiva frase déla Escritura; y la mad edeD.oscon
él Dios de su corazon, como diré en el Capitulo V Lo el clavo de una palabra penetrante y de una sant.dadter-
mas digno de notarse esqueMaria llevó en dote una ber- ble para el infierno atraviesa la cabeza ^ » a e r t r o e n e -
ra pingüe , regada por arriba y por abajo ; por arriba mígo? le quita el poder de hacernos mal, si queremo,
dice S. Buenaventura, por la divinidad de su hijo, y por escucharla á ella.
abaio por su humanidad; por arriba, porque le concibio
en espíritu antes de concebirle en su cuerpo, y por abajo, g TI.—De Judií, Esler y Betóabé.
norgue le llevó en ¿us entrañas; por arriba a causafle
h caridad de Dios, y por abajo á causa de la dd prójimo; Primera figura: JuJil.
por arriba por la contemplación, y por atejo por la ac-
ción; por arriba en el c i e l o , d o n d e e s t á ahora, y por abajo 1 Judft,' según refiere S. Buenaventura en diversos
en la tierra, donde vivió largos años y donde recibe al pre- , lu'ares re «sentó á la madre de Dios tan naturalmente
senté los honores debidos á la calidad de madre de Dio» S ninguna otra, como se comprueba por los preciosos
y señora del universo; por arriba por la gloria que po- p le s° que oro ondremos aquí. Judit era una mujer
see en el cielo, y por abajo por !a gracia que tuvoen
este mundo. Tierra santa, que tan felizmente fue regada
y que benefició tan largamente las bendiciones de Pife. ( » Specul.B./WS.,r,.«. (3) W -
(i)' Cafllic. v.

> (f)
agraciada si la hubo jamás (1) y dotada de incomparable
dió á S. José, y sin hablar de este perdió á Jesus, su
belleza; pero no se acercaba ni con mucho á la de la
hijo y su esposo, por un fuego excesivo de caridad, que
Virgen, de la cual trataré mas oportunamente en el ca-
le llevó á morir clavado en la cruz á la hora de m e -
pitulo VII. Judit hablaba con tanta elocuencia, sabidu-
diodía cuando trabajaba en la recolección de las a l -
ría y majestad, que quedaron sorprendidos los corte-
mas. Judit se retiró desde entonces con sus doncellas
sanos de Holofernes (2) y hubieron de confesar que no
á un aposento en la parte mas alta de su casa, y alli hizo
se podía encontrar otra tan juiciosa y tan agradable en
una vida solitaria siendo ejemplar de viudas virtuosa's; y
sus palabras. En el capitulo ya citado se presentará oca-
la madre de Dios despues de muerto su hijo hizo una
sion de hacer ver con qué verdad dice el esposo celes-
vida retirada conversando por lo común con S. Juan, á
tial alabando á la Virgen que sus labios son como venda
quien habia sido' encomendada, y con ei arcángel S. Ga-
de grana y su hablar dulce (5). Porahora bastará la con-
briel , su camarero, como observa el venerable Guerrico,
sideración de S. Buenaventura. Este santo doctor gus-
abad dé Igriy en Champaña ( 1 ) , con S. Ildefonso. A l l i
ta (4) de una manera particular la dulzura de las siete
la santa señora fué dechado de viudas ejemplares como
palabras que leemos en el Evangelio haber salido de la
lo habia sido de vírgenes y casadas. Judit pasó en el s i -
sagrada boca de nuestra señora como Siete chorros de
lencio y la humildad el resto de su vida hablando sola-
miel derretida. De estas palabras dos se pronunciaron en
mente cuando lo requerían la caridad y la necesidad , y
respuesta al ángel Gabriel; otras dos se dirigieron á su
solo se presentó en público para servir á Dios v libertar
prima Isabel, y tres á Dios. Las primeras fueron palabras
á su pueblo; y Maria amó de tal suerte estas dos virtu-
de castidad y humildad, las segundas de caridad y ver-
des, que nunca se la oyó hablar sino con las mismas con-
dad, y las terceras de acción de gracias, de queja y de
diciones, y su humildad fué tan ejemplar, que según
compasion. El quequiera saber mas, puede leer al santo
observación deS. Bernardo (2) siempre escogía el lugar
doctór y encontrará gran contentamiento. Judit fué el
mas Ínfimo. En efecto en el primer capitulo de los He-
espejo de las santas viudas, y en esto pienso detenerme
chos de los apóstoles se la pone la última cuando se re-
principalmente, no obstante que encontraré otra ocasion
fiere que Pedro y Andrés, Santiago y Juan y lodos los
para mostrar que nuestra señora tuvo en grado eminente
demás se entregaban con perseverancia á la oracion con
todas las bendicioues no solo de las vírgenes, sino de las
las mujeres que habían seguido al Salvador, y con María
casadas y viudas. Aqui no me apartaré,de Judii viuda,
madre de Jesus, no teniendo reparo de verse por bajo de
cuyos hechos y dichos mas señalados se aplicarán pun-
aquella de quien su hijo habia echado siete demonios,
tualmente á la madre de Dios.
como dice el santo doctor.
II. Judit perdió á su marido Manasés ea tiempo de
III. Judit fuera del tiempo que la necesidad le r o -
la siega de las cebadas, el cual murió de rtsultas de una
baba, empleaba todo el restante en la oracion y contem-
insolación que tomó á la hora de medíodk; y Maria per-
plación de las cosas celestiales; y la Virgen , dice S. Il-
defonso ( 3 ) , s i no estaba en su oratorio, que era su mo-
(1) Jodií v m . 13) Caolic. IV.
(íj Jodií X I . l í 5 Serm. ? doAssumpI. (31 SermoS de Assurapt.
(i) Specul. B. Virg., c. 6. (i) ecrm.inSisnummojmm.
rada o r d i n a r i a , andaba visitando los santos lugares de
las cercanías de J e r u s a l c u , donde su amadolujo habíade-
jado eslampadas las h u e l l a s de su dolorosa pasión, de su
gloriosa resurrección y d e su triunfante ascensión. > o
tenia otro consuelo en e s t e mundo que visitar aquellos propuesto á la nueva esposa de Jesucristo: S- Xn bros
santos lugares v r e g a r l o s con sus lágrimas ocupándose a reconoce (2) por la regla de santidad; y S. «deionso
en una altísima c o n t e m p l a c i ó n de los misterios que allí afirma ( 5 que con este motivo era honrada y respetada
se habían obrado. J u d i t desde luego dejó a un lado los umversalmente de todos.
atavíos de- la vanidad y todo lo que olía algo a galas, IV J u d i t penetró tan adentro en el retrete del es
profanidad y l u j o , reduciéndose á u n estado de m o - no o celestial V en la comunicación con Dios, que mere-
desta S i m p l i c i d a d : y M a r í a no se contento con esto ( I ) , ció ser la maestra de los maestros y délos ™ o s que
sino que vivió como u n dechado perfecto do l a pobreza gobernaban al pueblo escogido, como se refiere tega-
evangélica que su h i j o h a b i a enseñado, no teniendo mas S e en el capitulo V l i l de su h i s t o r i a ; y es dictamen
renta, n i mas provisión q u e l o que la largueza de las fieles de todos\os saütos padres que la f ^ ^ g j
acomodados s u m i n i s t r a b a para la manutención ordinaria tenido el conocimiento experimental de la mayor p a r t e
délas viudas d é l a iglesia naciente. Judit anadia a la dé los misterios de nuestra religión obtuvo la tara de
oración el avuno y l a mortificación continua llevando ser la regente de los doctores del universo como a 11*-
siempre el cilicio sobre s u cuerpo excepto las fiestas y las m el humilde I d i o t a ( » ) y S
lunas nuevas, que a q u e l pueblo celebraba con u n cu to clararles los admirables secretos de la econom a de nue
p a r t i c u l a r ; v á la m a d r e de Dios la llama el gran S. Ig- « edencion.El abad Ruperto despues de llamarla l a
nacio , patriarca de A n t i o q u í a ( 2 ) , la maestra de la peni- maestra de "os maestros le habla de esta manera ( 6 ) :
tencia que ella practicaba sin intermisión, y especialmente S 1 Tura porque los apóstoles fueron ensenados por
el a y u n o ; tomando apenas lo necesario para sustentar el ¡ l í o ritu Santo, hemos de creer que no tuvieron n e -
cuerpo. J u d i t en m e d i o de sus ejercicios se había gran- e s i d d l e tus lecciones'-Tan lejos de eso que mas bien
jeado tal fama y en p a r t i c u l a r de castidad, que nadie u voz fue para ellos la voz del E s p í r i t u Santo y de t u
por perdido que f u e s e , hablaba mal de ella ( 5 ) . « Si me aJad bo a aprendieron ellos cuanto necesitaban para
preguntas qué hizo l a V i r g e n santísima despues de la S S ser" de testimonio y confirmación de o que les
Ascensión de su h i j o , diceSófrodio ( i ) ; te responderé había enséSdO aquel divino maestro. ¿Por ventura p o r -
con resolución que v i v i ó virgen de cuerpo y alma con la ( aue los libros sagrados no hacen expresa mención de
fiel asistencia de dos ángeles, uno del cielo y otro de o creeremos que cuando se congregaron los apos-
la t i e r r a ; » es d e c i r , de S. Gabrirf y S. J u a n , y con tanta
f a m a , que el mismo s a n t o la llama en el propio lugar la
( „ Eplsl. ad Joan, seniorem. (M Contempla!, de B . V i r g . .

II) Canis. l i b . B, de B. V - , c. 1. 3) Judit VIH.


(J) Epist.ad Joan.seniorem. (») Epist. de Assorapl. Virg. cap. 8 circa médium.
por t u medio ha reducido á la nada nuestros enemigos.»
«Nuestros enemigos, dice el sauto doctor ( 1 ) , son los de-
toles para resolver la cuestión de las ceremonias legales,
monios, que aquella señor-a venció y derribó en tierra
no fuiste tú llamada al Consejo y que los representantes
cuando en si misma y en los demás quebrantó sus es-
dé la iglesia no se atrevieron á decidir aquella cuestión
fuerzos y anonadó su poder, según observó el devoto
sin consultar contigo, en cuyos labios residiasingular-
San Bernardo diciendo: «Tú eres aquella valerosa guer-
mente y en cuyo casto pecho se anidaba el Espíritu Santo?
rera, á cuya presencia sola huyen ios escuadrones del
Yo uo dudo de ningún modo que tú ocupaste el lugar
infierno.»J udit en razón de esta proeza sin igual fué ben-
mas eminente, que todos se informaron de ti y que r e -
dita de todo su pueblo y recibidacon públicas aclamacio-
cibieron tus palabras como otros tantos oráculos, aunque
nes y con títulos extraordinarios de honor. En efecto
no metieses mucho ruido. Mas aquellos principes de la
fué apellidada la gloria de Jerusalen, la alegriade Israel,
iglesia no ignoraban el elogio y . l a honra que te debías
la maravilla del pueblo de Dios; y la Virgen santísima,
de llevar por unánime confesion de lodos de haber des-
dice S. Buenaventura ( 2 ) , recibió bendiciones de la bea-
truido t ú sola todos los monstruos de herejía.» Asi ha-
tísima Trinidad, de las tres gerarquias y de los espíritus
bla el devoto y docto abad. S. Ambrosio observa al mis-
bienaventurados y de todos los órdenes de la iglesia, que
mo propósito ¡ 1) que no es maravilla que S. Juan como
va él enumerando á la larga. Finalmente los despojos de
águila real remontase tanto su vuelo y dejase á los otros
Holofernes fueron presentados á la valerosa J u d i t . lacual
tan atrás, si se atiende á que había estudiado mucho tiem-
fué tan noble y generosa, que no quiso tocarlos, sino
po en una buena escuela, queera la de la madre de Dios.
que los ofreció á Dios, á quien era debida la victoria,
Y el erudito Idiota afirma ( 2 ) que de la misma fuente
como anatema de o l v i d o , contentándose con que no se
sacóS. Lucas las particularidades de la encarnación, de
hablara jamás de ella siempre que se atribuyese la gloria
la infancia y de la educación del niño Jesús, referidas
al Dios de los ejércitos y al Señor de las victorias; y la
por él con tanta diligencia.
Virgen santa mejor instruida que Judit pone á los pies
V. Con lan excelentes preparativos fué dispuesta por dé su amado hijo todas las muestras de reconocimiento
Dios la santa Judit para ser la maravilla del mundo, la li- y todas las bendiciones que se le dan, viendo colmados
bertadora de su pueblo y la alegría pública cortando la sus deseos cuando únicamente él es honradoy glorificado.
cabeza al enemigo común Holofernes, que había sem-
brado el espanto entre los hombres mas valerosos y re- Segunda figura: Ester,
sueltos de Israel. S. Buenaventura nos hace reparar ( 5 )
que csle rasgo de semejanza se efectuó verdaderamente VI. Después de Judit debe Ester de contarse entre
en la gloriosa Virgen, á quien dirige en agradecimiento las figuras mas expresivas de la Virgen santísima. E l
las mismas palabras que los habitantes de Betnlia diri- mismo S. Buenaventura la da por tal y reduce á tres ca-
gieron á J u d i t : «El Señor te lia bendecido en su poder y

li) Specul.B. Virg., c. 12. (J) Ibidem.


<1 De instituí. V i r g . (3) Spetul. B. Virg., c. I ! .
t ) En el lugar citado.
vida tres hechos principales que sirvieron de diseño á la
pítalos principales las semejanzas que ¡ h
madre de Dios. Con efecto Betsabé fué en primer luga
tre ellas La primera está en el nombre ( 1 ) , porque to
madre de Salomon, u„a de Us principales figuras del
er » £ ¡Qoa la que está escondida ó la que es ensalzada,
Salvador como se comprobará mas largamente en d -
y una y otra acepción nos manifiestan ia alta con empl -
Je s ugares de. tratado segundo; y María fue madre
cion déla madre de Dios. La segunda — en la
del verdadero pacífico y del único que nos reconc,l,o
elección que hizo de ella el rey . suero a ta» a de u n
Dios. Betsabé por su diligencia e industria p u ^ J a | g £
comparable hermosura, porque la
na en las sienes de su hijo, como se refiere mas aiga
que ella despreció los adornos y perifollos de la > an dad
mente al principio del libro 111 de os R ye, > hemos
mujeril, contentándose con que Dios le b a b , a d o p a j e s
visto en el capitulo 1 de este tratado quejs.
por donde agradara tanto á aquel principe, el cu al la amo
Magno, S. Ambrosio y el abad Guerr.co nos declaiaban
mas que á todas sus otras mujeres y le pus eni la cabiza
cómo là Virgen santísima coronó al Salvador con su sa-
la real diadema. Esta es la elección admirable de a
3 i £ a humanidad á la manera de una diadema n «
gen de la que teudria mucho que decir, si no hubie e
y preciosamente guarnecida. Salomon honro de tal sue te
discurrido largamente en el capitulo an W « M r
á Betsabé asi por la obligación natural que le ton a, o
biese de hablar en otras ocasiones (o). La tercera m
mo por justo agradecimiento de la corona que 1c de-
siste en la libertad del pueblo de Dios proscripto y sen-
Z Z mando poner para su madre un trono a r n -
n i a l á muerte por las pérfidas maquinaciones de
mado al suyo, á fin que todo el mundo entendiese.«wto
S o y cruel Aman, siendo libertado por la condecía
la estimaba y cómo quería que luese respetada ; y es
¿ b l y prudente de Ester, como cuenta el sagrado tex-
pero la ocasion oportuna (1) para hacer ver qu el ca -
to (4) De la misma manera nuestra divina Ester, dice
vador procedió de la misma manera con sania ma-
S. buenaventura (S), encontró tan felizmente la vena de
dre, salvo la diferencia de la silla de Betsabea > U de a
los favores de-Dios, que no solamente:
virgen María, que es como de la noche al día, de la
la corona real, sino que alcanzo ademas .el P. don para
sombra á la luz ! de la nada á lo mas alto y encumbrado
todo su linaje, que era reo de lesa majestad j estaba con-
después de Dios.
denado á muerte eterna.

g Vil. be i b i g a i l , Harta < Magdalena.


Tercera figura: Betsabé-

Primera figura : Abújuil.


VII Betsabé merece ponerse en el lugar de las otras-
á juicio de s. An tonino (6), y me parece que hay en MI Singular humildad de A b i S a i l y do la madre de Dio,.

1. S. Buenaventura no olvidó entre las figuras de la


• ( , ) S p e c u l . B . V l r g . , c. 10. ( 3 ) Trat 2, cap. I y «
Vélase e l m i s m o S. B u e n a v e n t u r a . otros l a g a r e s .
Laus B. V l r g . , y S. B e r n a r d w o * E s t " c. JO y oe.p
: i j Cap. 12. § - 5- Y ' r a l . 4 . c a p . » •
" i S t f í i i ? ^ Í5I
diceS. Buenaventura ( 1 ) ; y María reprime la ira de
madre de Dios á Abigail, una de las mujeres mas p r u -
Dios con sus súplicas y merecimientos. Abigail aparta de
dentes y mas complacientes de la antigüedad ( 1 ) ; por lo
su marido un castigo temporal, y Maria hace revocar el
cual es digna do eterna memoria, y confieso que mere-
decreto de la eterna condenación. Abigail merece ser
cería una declaración m i s amplia de las excelentes rela-
bendecida por David , y María se hace digna de la bendi-
ciones de semejauza que tuvo con la Virgen, si m i pro-
ción de Dios.
pósito no me obligara á ser sucinto. Asi me contentaré
II. En conclusión David se prendó de tal,suerte de la
con tres paralelos: el primero se halla en el nombre de
prudencia y virtud de Abigail, que quiso casarse con ella
Abigail, es decir, el gozó dol padre, y en el capitulo
despues de viuda; en lo cual se manifestó de nuevo la
siguiente se verá bien el inestimable afecto del Padre
suma destreza de aquella m u j e r , acompañada de una h u -
eterno para con la bienaventurada Virgen, y el gozo que
mildad profundísima, porque cuando le llevaron la n o -
esta le causó. Abigail dió prueba de su rara prudencia y
ticia deque Duvid habia puesto los ojos en ella y la r o -
admirable cordura cuando David ofendido de la grosería
gaba que fueseá verle, respondió con singular modestia
y desagradecimiento de Nabal, marido de ella, pensó no
que no se desconocía tanto, que no viese bien que no le
dejar vivo nada de cuanto le pertenecía, en castigo de la
correspondía aquella honra; pero que iría con ellos de muy
descomedida respuesta que había dado á sus criados; mas
buenagana para ser la menor esclava de David y-lavar los
la prudente mujer salió á recibir al rey y le habló con tanto
pies de los siervos de su señar. ¿Dónde se ha visto nu nca
comedimiento y c o r d u r a , que el príncipe se aplacó y dijo
una cosa que mas naturalmente se parezca á la humildad
á Abigail: «Bendito sea el Señor Dios de Israel, que te
de la virgen Maria? Llévale el ángel la embajada del cielo
ha enviado hoy á m i encuentro, y benditas sean tus pa-
y la nuevade que Dios la ha elegido para su esposa, para
labras, y bendita t ú que me has estorbado hoy de i r á
madre de su hijo y para señora del universo, y la castí-
derramar sangre y vengarme por m i mano (2).« David
sima doncella no replica otra cosa sino que no se reco-
no solo figuró, sino que á mayor abundamiento profe-
noce buena mas que para.ser la humildísima sierva del
tizó un encuentro mas feliz sin comparación y mucho
Señor. ¿Qué especie de humildad es esta, dice S. Ber-
mas importante, cuando d i j o : «La misericordia y la ver-
nardo ( 2 ) , que no liene niuguu humo de vanidad por la
dad se encontraron; la justicia y la paz se besaron ( 5 ) ; .
honra que se le concede, ni se ensoberbece por la gloria
lo cual aconteció cuando la verdadera Abigail', la única
que recibe? Es elegida para madre de Dios y se califica
que podia aplacar al l'adre eterno justamente irritado
de esclava. Crccdine, esta es una señal no pequeña de
contra el pecador insensato, le salió al encuentro y reci-
santidad, porque asi como no es gran maravilla vér á
bió el admirable óscu lo de paz, es decir, el Verbo divino,
una persona humilde en el desprecio, así es una cosa ex-
como interpreta s u t i l , docta y devotamente S. Bernardo
celente la humildad que persevera en medio de las ma-
al principio de sus discursos sobre el libro de los Canta-
yores alabanzas y de los más distinguidos honores. «¡Ad-
res. Abigail aplaca á David con sus palabras y presentes,

(I) In l a u d e B. V i r g i n , y en (5) I. R e g . , y s i ; ; u ¡ e n l . (I) Specul., c. 12. i s) Hom. ' i» Missus.


oíros lugares q u e se c i t a r á n . (3) Salmo I.XXXIV. 7
TOSIO I .
mirable humildad de María! exclama S. Buenaventu- y hasta los dones del Espíritu Santo con que estaba ador-
ra ( t ) -. la saluda el arcángel, la llama llena de gracia, nada como una reina en el dia de su triunfo, debían de
le dice que el Espíritu Santo vendrá sobre ella, le pre- rendirle homenaje y pagarlo t r i b u t o , porque todas h a -
senta las patentes del rey del cielo, por las cuales es de- bían sido ennoblecidas por aquella ( I ) .
clarada madre de Dios y le da el primer lugar entre las
Segunda y HRtmfWtf > ?jjffiüfltt
simples criaturas: la honra con el titulo de señora j
reina del cielo y de la tierra; y no saca de ella otra res-
m . Concluiré el' disenso de las figuras con Marta y
puesta sino que es la esclava del Señor.» «Ved, dice el
Magdalena, y ya que estuvieran tan ínliipamerite unida?
elocuente S. Ambrosio ( 2 ) , cómo no ensalza su estado
por los vínculos de la sangre y de la caridad, también
despues de tantas magnificas promesas, sino que por tan estarán juntasen este tratado.S. Euquerio,arzobispo de
grande honra como recibe se contenta con decir que no León en Francia ( 2 ) , S. Ildefonso ( o ) , S. Anselmo (4),
sabe mas que obedecer á su Dios y señor.» Y en verdad S. Bernardo (8) y S. Bernardino ( 6 ) ias honran como a
era razonable que aquella que debia de parir al humilde dos retratos de los mas insignes de la madre de Dios, y lo
v manso por excelencia , vistiese su librea y tuviese el que e? mas, la iglesia las venera y las propone como
sabor de sus prendas. Esto-hace á S. Antonino ponde- tales á sus amados hijos. «Nuestros padres, dice el glo-
rar de tal suerte la humildad de la Virgen ( 5 ) , que en rioso S. Ildefonso ( 7 ) , instituyeron con grandísima dis-
comparación de ella no estima la de Abraham, que se creción que en memoria de la Virgen se leyese en la
llamaba polvo y ceniza, ni la de Job, que dccia que su iglesia el evangelio de estas dos hermanas, atendiendo á
vida era un torbellino de viento y nada mas, ni la de que desde que aquel á quien la Virgen preparó el templo
David, que quería ser tenido por un perro muerto ó por de su cuerpo consagrado por el Espíritu Santo y dedicado
una pulga i n ú t i l , ni la del Bautista, que teniendo oca- á perpetua virginidad, fué hospedado por aquellas do?
sión de pasar por el Mesías no quiso ser reputado masque mujeres y tratado con todo cariño , se distinguieron ellas
tanto y se hicieron tan recomendables á la posteridad,
por una voz débil y lánguida.-.»Sin embargo no juzguéis
que lian merecido ser honradas por los varones mas emi-
por eso , dice S. Ildefonso ( i ) , que cuandoaCwna f u »
nentes de nuestra religión y propuestas á los fieles como
el Señor miró á su humildad, quiera aprOfrtanse eSta vir-
dos modelos acabados de los dos géneros de vida en que
t u d : solamente quiere decir que el Señor la aüepto
se ejercita la santa iglesia según la forma dada por su
tal como se habia dignado de hacerla para servirse de
divino esposo. Marta como la mayor y encargada del go-
ella.» l'or m i parte despues de oír á éstos padres ue la bierno de la casa anduvo solicita para recibir á tal hués-
iglesia estoy pronto á conformarme con lo que dice el
abad Buperto; á saber, que la humildad de la Virgen
era tal, que todas sus otras virtudes, todas sus gracias
(!) L¡b. 1 i n Cautic. (5) Serroo 1 de Asrampt.
( 2 ) Hom.¡nAssumpl.ll.Virg. (0 1 Toiü. 2, conc. S I , a r l . 3,
¡ 3 i Sermo 5 de Ass<impl. cap. 3.
B. v i r g . (') e l l i g a r citado,
()) specul., c . i . ( 3 ¡ Part. 3 , t i t . 31, c. 3, §. " ( i ) ° S c r m . d e Assumpt. B. V .
(!) l.ib. l í n l L o c . l > ) - ' S e n n o S d e Assumpt.
ped segnn merecía y consagró en su persona la vida ac-
tiva: María acreditó la contemplativa manteniéndose sen-
piritu Santo parala encarnación del Verbo? i Qué gusto
tada á los pies del Salvador y escuchando atenta su di-
de Dios debió de tener aquella en cuyas entrañas se for-
vina palabra. Así con razón, dice S. Euquerio ya citado,
maba un cuerpo la sabiduría increada! Cuando ella que-
nos han representado los santos padres en el dia de la
ría, tenia la honra no solo de estar sentada á sus piés,
solemnidad de la madre de Dios aquellas dos nobles m u -
sino de hablarle mano á mano y de arrimar el oido á su
jeres que tan magníficamente lafigurarón, porque nunca
sacratísima boca: guardaba en su corazon como en un
ha tenido ella semejante en juntar los ejercicios de la
apartado retrete las palabras de los ángeles, de los pas-
una con los sentimientos de la otra. Ella recibió al Sal-
tores y de lós magos; peró con mucho mas cuidado las
vador incomparablemente mejor que Marta no sólo en su
de su amado hijo. Nadie saboreó jamás como ella la
casa, sino lo quees mas, en su vientre; lo parió, le tuvo
dulzura de su Dios; pero ¿qué maravilla es cuando l l e -
en sus brazos, le crió y le sirvió con mucha mayor d i l i -
vaba en sus entrañas la fuente de toda dulzura y la p e r -
gencia y cariño que Marta. Ella escuchó su palabra como
fección de una y otra vida? Ella se ocupaba en lo exte-
María; pero hizo mas, la conservó en su corazon y la
rior, y si no andaba solicita como Marta, pero sabia bien
guardó para dárnosla á conocer á su tiempo. Ella mere -
escoger la cosa únicamente necesaria con María. Ella
ció no solo ver al Salvador según su humanidad, sino
era singular en los ejercicios de la primera é inimitable
contemplar su divinidad mas claramente que nadie: en
en la quietud de la segunda. Ahora ha concluido el
una palabra escogió la mejor parte, que 110 le será q u i -
ministerio de Marta, porque va no anda atareada tras
tada. «Acordàos , dice S. Anselmo en el lugar citado,
de su hijo en estado de hombre pasible y mortal, su-
que la madre de Dios es en todo y por todo singular, y
puesto que los ángeles le sirven como á su señor i m p a -
en realidad se mostró tal en los ejercicios de una y otra
sible é inmortal. Ya no hay que h u i r de la persecución
vida, que nos diseñaron Marta y Magdalena. Nunca se de-
de Ilerodes , ni que temer el odio, ni la felonía de los j u -
dicó Marta á la vida activa mas dignamente en ninguna
díos. Se acabó la congoja de Marta; mas no la quietud
persona que en la de María: nunca se realzaron tanto
de María. Su condicion no ha terminado sino para me-
las contemplaciones de Magdalena como en el espíritu de
j o r a r , porque sus deseos no podían ser plenamente
la madre de Dios. Las otras reciben en su casa á los pe-
satisfechos en este lugar de miseria en que vivimos.»
regrinos : esta hospedó en su vientre al verdadero pere-
Hasta aquí S. Anselmo: bastan por ahora estas pocas pa-
grino del cielo y al heredero único de Dios. Las otras
labras, toda vez que hemos de verla cumplidamente en
cubren las carnes del desnudo con los vestidos que tie-
otras ocasiones (1) en los ejercicios de una y otra vida,
nen de sobra: esta vistió de su propia sustancia al hijo
i Oh qué verdad es que María escogió la mejor parte, de
de Dios.» Podría alargarme mas si quisiera; pero lo dejo
cualquiera manera que se tome! Ella escogió la mejor
para el capitulo I V del tratado segundo.
parte en su concepción inmaculada, la mejor en su na-
IV. Si la suerte de María es preferible á la de su cimiento privilegiado, la mejor en la embajada celestial,
hermana; ¿quién nos dirá la abundancia de suavidad
que esta alma escogida sintió ruando bajó á ella el ES-
(I) Cap. 6, -I, 8, 9 , 1 0 ; « a i . », cap. i .
del devoto Sinesio, obispo de Tolemaida,
la mejor pn sti vida angelical, la mejor en su mncrte, la la sabiduría increada es á u n tiempo h i j a , madre y h e r -
mejor en ¡ a t i e r r a , la mejor en el cielo, la mejor en Í a Í de la divinidad: Como estos privilegios de la rema
cuanto á la-gracia, la mejor por lo que mira á la gloria, de los ángeles son sin par, merecen a i U e p o n r e a o o
como ss verá én el discurso siguiente, donde aparecerá los otros despues de su elección eterna y de l a , figuias
siagular en sus excelencias é incomparable en sus gran- antiguas de que acabamos de tratar. Voy a dec. alguna
dezas. cosa acerca de ello: pero con la rendición de que por lo
que m ra al titulo de madre de Dios, baste lo dicho en el
TERCERA ESTRELLA, capítulo I I I y lo que habrá que decir todavía en el se-
gundo tratado.
0 g r a n d e z a d e l a c o r o n a d e e x c e l e n c i a d e la
m a d r e de Dios. h t e r . « $ ' por el ¡cout * í t a i . la «rg-n hija del P a t o « «

1 Los jurisconsultos distinguen dos especies de filia-


r o n , á saber, la natural, que es la verdadera, a o r i -
CAPITULO IV. ginaria y como la idea de la otra, y la que llaman legal
ó c h ^ y comunmente le darnos el nombre de adopcion
QUE ES LA HIJA AMADA DEL PADRE ETERNO.
la cual solamente lo es por imitación y semejanza. Pnn-
«piemos por esta.
Cuenta Diodoro Siculo en su historia que la madre de
Simandio, rey de Egipto, estaba representada en cslá- Tres fines ,m los «»les h*-muir, SeSor del « * * <*
tua sobre su sepulcro con una tríplice corona en la cabe-
za i la cual significaba que había sido hija de r e y , mujer „ . c o n mucha oportunidad nota Su c i n t o (1) que
de rey y madre de rey. Entre las alabanzas de santa Pul- por tres motivos principales, bajó el hijo de Dio del
quería se lee que era hija de emperador, hermana do délo á la tierra. El primero fué para extermm d P -
emperador y mujer de emperador: GalaPlacidia le lle- « L el secundo para destruir la muerte; j a
vó la ventaja de ser á mas madre de emperador, y en ?a h a c ^ h i j o s de adopcion que S Juan 1 «
efecto era hija de Teodosio el Grande, hermana de Ho-
L n - . n , diciendo: V á cuantos le recibieron, les dio po
n o r i o , mujer de Constancio y madre de Valentiniano.
Z f f S m m de Wos ^ ) . ESU
Pero W ha habido jamás o t r a , excepto la de que aquí
siderinon debe enternecernos é inflamar nuestros cora
tratamos, que haya llefado el titulo de hija de Dios,
zrnies en el amor de aquel de.quien y por quien hemos
madre de Dios y esposa de Dios juntamente. Este hono-
recibido esa merced inestimable.
rífica elogio te tributan en diversos lugares S. Ildefonso,
S. Bernardo, S. Buenaventura y otros muchos santos
padres llamándola l u j a del eterno Padre, madre del d i -
C a
vino Hijo y esposa del Espíritu Santo, tal vez á imitación ( , ) ' L i b . e i n Joan. c . M . . («) P'-
del devoto Sinesio, obispo de Tolemaida,
la mejor pn sti vida angelical, la mejor en su muerte, la i» sabiduría increada es á un tiempo hija, madre j her-
mejor en ia tierra, la mejor en el cielo, la mejor en S divinidad; Como csios privilegios de la rema
cuanto á la-gracia, la mejor por lo que mira á la gloria, de los ángeles son sin par, merecen a n t e p o n r e a o o
como 83 verá én el discurso siguiente, donde aparecerá los otros despues de su elección eterna y de la, figuias
siagular en sus excelencias é incomparable en sus gran- antiguas de que acabamos de tratar. \ o y a dec. alguna
dezas. cosa acerca de ello: pero con la cond.cion de que por lo
que m ra al titulo de madre de Dios, baste lo dicho en el
TERCERA ESTRELLA, capítulo I I I y lo que habrá que decir todavía en el se-
gundo tratado.
0 g r a n d e z a de l a corona de e x c e l e n c i a d e la
m a d r e de Dios. hter O * por el ¡ c o u t * í t a W d . la « r g - n U j . del P a t o -lema.

I Los jurisconsultos distinguen dos especies de filia-


ción, á saber, la natural, que es la verdadera, a ori-
CAPITULO IV. ginaria v como la idea de la otra, y la que llaman legal
ó c h ^ y comunmente le darnos el nombre de adopción
QUE ES LA HIJA AMADA DEL l'ADRE ETERNO.
la cual solamente lo es por imitación y semejanza. Pnn-
cipiemos por esta.
Cuenta Diodoro Siculo en su historia que la madre de
Simandio, rey de Egipto, estaba representada en cslá- Tres ¡hm ,m los «»les W nuesiro SeSor del «el» i b Itera.
tua sobre su sepulcro con una tríplice corona en la cabe-
za i la cual significaba que había sido hija de rey, mujer
„ . con mucha oportunidad nota S C M e M que
de rey y madre de rey. Entre las alabanzas de santa Pul-
por tres motivos principales, bajó el hijo de, pío del
quería se lee que era hija de emperador, hermana do
délo á la tierra. El primero fué para ex ermm ' -
emperador y mujer de emperador: GalaPlacidia le lle-
M d n - el secundo para destruir la muerte; y el tercero
vó la ventaja de ser á mas madre de emperador, y en
?a h a c ^ i i o s de adapción, que S. Juan 1 «
efecto era hija de Teodosio el Grande, hermana de Ho-
L n -. n , diciendo: V á cuantos le recibieron, les dio po
norio, mujer de Constancio y madre de Valentiniano.
Pero W ha habido jamás otra, excepto la de que aquí ZSRÍtm m de
tratamos, que haya llefado el titulo de hija de Dios, sideración debe enternecernos é inflamar nuestros cora
madre de Dios y esposa de Dios juntamente. Este bono- zmws en el amor de aquel de.quien y por quien hemos
rifico elogio te tributan en diversos lugares S. Ildefonso, recibido esa merced inestimable.
S. Bernardo, S. Buenaventura y otros muchos-santos
padres llamándola l u j a del eterno Padre, madre del di-
C a
vino Hijo y esposa del Espíritu Santo, tal vez á imitación (l) Lib.-9 i n Joan- c. 4 1 - . (*) P'-
cados con é l , nos reconocería indefectiblemente por
Cómo nuestro Señor adquirió d su padre muchos hijos de adopción. suyos ( 1 ) .

III. Mas para agradecerla mejor hay que presuponer Cómo somos verdaderamente hijos de Dios.

primeramente que no pudiendo Dios tener sino u n solo IV En segundo lugar hay que tener presente que
hijo ('hablando con p r o p i e d a d ) , á quien comunicase Siendo honrados con tal merced del c i e l o , somos llama-
su naturaleza y sustancia por una perfectisima identidad, dos hijos de Dios por buenas razones, porque umendose
su bondad que tiene una inclinación infinita á c o m u n i - á nuestras almas la sustancia divina del Espíritu Santo,
carse, halló un medio admirable para tener una prole seguii dice el A p ó s t o l , no por via de sustento como reci-
que excediese en número á las estrellas del ciclo y á las bimos al Salvador en él santísimo Sacramento , mas por
arenas del mar. A este electo envió su unigénito hijo á vía de regeneración; np es maravilla que seamos l l a m a -
la tierra intimándole que produjera muchos hijos-espi- dos hijos de Dios, pues nos engendra de esta suerte y
r i t u a l e s , los cuales fuesen por adopcion lo que él es por nos distribuye su propia sustancia. Recibimos este esta-
naturaleza, como dice S. Juan Damasceno ( i ) ; comisio'n do V este grado d i v i n o , dice S. Dionisio ( 2 ) , por un
cumplida tan dignamente por el hijo de Dios, que hay nacimiento ó mejor dicho por una generación divina.
motivo para bendecirle y darle gracias eternamente; Hablo de la que se efectúa en el santo b a u t i s m o , según
porque entre las otras fuentes de gracia que dejó á su atestan todos los padres. Este es el j u s t o motivo que
iglesia, instituyó u n sacramento cuyo peculiar efecto es arrebata de admiración á los escritores sagrados y a los
derramar en nuestras almas con la f e l á gracia de Dios, s a n t o s doctores, cuando van considerandola i n e x p i a b l e
la caridad y los otros hábitos celestiales y el mismo grandeza de tal merced. • D i o s nos h a d a d o , dice el
E s p í r i t u Santo, por quien somos marcados con el ca- príncipe de los apóstoles ( 3 ) , muy grandes y preciosas
rácter de Dios, recibidos y reconocidos por hijos suyos. promesas, para que por ellas seáis hechos participantes
Con efecto asi como S. Juan dice hablando del Sal- ile la naturaleza divina.» .Considerad, dice el discípulo
vador^) que su padre le selló con su sello y le hizo amado ( 4 ) , qué caridad nos lia dado el Padre queriendo
su liiji comunicándole su esencia abeterno , producién- que tengamos nombre de hijos de Dios y lo seamos.»
dole Dios como é l , omnipotente como é l , eterno como . - Dónde hav en el m u n d o , exclama el papa S. Grego-
é l , en lodo y por todo igual y consustancial á é l ; de la rio (3) una excelencia comparable á esta: que un
misma manera y guardada la debida proporcion im- hombre criado sea hecho el hijo de su criador? » - Es u n
primiendo en nuestras almas este sello real hizo una de- secreto admirable v u n don que sobrepuja á lodos los de-
claración auténtica de que mientras estuviésemos mar- m á s . dice S. Leon ( 6 ) , el que un hombre pueda 11a-

T Véase la adición de la (3) n Petr. o. I .


madre Maria J a c o b de Blemnr i 4; Joan

(I) Fidei orthodox. lib. i , (í¡ Cap. VI.


cap. l i . (í) Eccles. Uierarch., c. í .
mar su padre á Dios y que Dios le reconozca por su hijo. consiste en un estado de perseverancia en el « e r e « o
V. En tercer lugar es fácil de ver que aunque los de la v i r t u d , por medio de la cual va el a W a r e p r é e n -
libros sagrados y los doctores llamen adnpciou á esta ta'ndo en sí misma, en cuanto puede la mmoUi idad
filiación, como que verdaderamente hay una grandísima la eternidad de Dios. S. Agustín la coloca (1 en la
semejanza entre las dos, no obstante no se crea que se anión que nuestra voluntad tiene con la de Dios, de
verifica Jan solamente con algünas ceremonias exteriores suerte que no quiera inclinarse á otra cosa que a aque-
y con la simple aceptación del que reconoce á otro por llo que Dios ama, ni aborrecer mas que lo que le des-
h i j o , según acontece en las adopciones usadas entre los a l a d a . Parece que nuestro Señor mismo la puso en la
hombres. Aquí hay oíros muchos misterios, y sea dicho caridad. « A fin de que os asemejéis, dice ( 2 ) , a vuestro
en honor del gran padre de las misericordias: porque padre celestial, que alumbra igualmente al bueno y al
todo pasa con un enriquecimiento real y verdadero del
01
alma, á la cuál baja el Espíritu Santo trayendo consigo V i l ' 3 En* quinto lugar á las gracias anteriores se aña-
muy siugiilares y preciosos dones. «Según su misericor- de una protección tan especial que Dios dispensa á sus
d i a , diceS. Pablo, nos hizo salvos por el bautismo de. hiios, que la sagrada escritura parece no poder ex-
regeneración y renovación del Espíritu Santo ( i ) . > Y en plicarla dignamente; protección unida á tanta indus-
otro lugar: «El que resucitó á Jesucristo de entre los tria v diligencia, que quiere absolutamente que conhe-
muertos, vivificará también vuestros cuerpos mortales mos'en él para todas nuestras necesidades ( 4 ) , porque
por su espíritu que mora en vosotros (2). • basta que las sepa nuestro buen padre y que este bien
informado de todo lo que nos hace falta.
VI. En cuarto lugar por lo dicho arriba se ve fá-
VIII En sexto lugar de ahi se difunde en nuestros
cilmente la semejanza que .tenemos con Dios en calidad
corazones cierta dulzura de confianza que se siente me-
de hijos suyos, porque por su inefable bondad-nos ha
jor que se declara; confianza que- nos hace amar sin
hecho participantes de su naturaleza. Y por cuanto a
temor al que nos dispensa tanto bien v no tiene valor
mas.de la naturaleza, que es la misma en el padre y en
de despedirnos cuando le pedimos alguna cosa.•« i M
el h i j o , se hallan en la mayor parte ciertos otros rasgos
particulares en el rostro, el porte y el genio, por los
cuales tienen ios hijos mas semcjanzacon sus padres que „ , ,„„-,! IV TV por cuanto l e vercmosc'cmoes.»
con los otros hombres; no pudo permitir él padre ce- í , 1 Quiere decir el apóstol: aquí
lestial que nos faltasen tales señales. Esta es la razón 3 S ' c i o n de la m a d r e . « « - aunque . seamos^„feffife
por qué considerando que dependen en parte do nuestra
cooperación, uos exhorta con tanta frecuencia á que
procuremos adquirirlas para ser verdaderos hijos dé
nuestro padre. S. .Bernardo juzga que esta semejanza
i s g ! g s i l
• - -•*• — ir.nf aparece a u n l o q u e h w r . w W . na eomumeart ta claridad
Sabemos que c u a n d o « aparéele- cuerpo.»
(i) Ad i i t . m. tr) M w m . VHI,M. r e , seremos SemqanteS a «1. <*) VI-
María se llevó el derecho de primogenitura, como que
es aquella en quien Dios fijó los ojos antes que en n i n -
verdad que es para nosotros un gran motivo de confian- guna otra cuando resolvió diseñar sobre su htjo único
za , dice S. Agustín ( 1 ) , el ver que antes que tuviése- hijos de gracia y criaturas de adopción. Conforme a esta
mos resolución para abrir la boca y pedir, ya habíamos admirable idea fué trazada ella la primera, seguí, hice
recibido la merced de poder llamar nuestro padre á Dios; ver en el capitulo I I , de suerte que los iineamientos de e=te
porque ¿qué negará esle padre bondadoso á los que tan divino ejemplar fueron mas perfectamente imitados en
de cerca le pertenecen y tienen la honra de apellidarse ella sola que en todos los otros juntos. Ademas ella es
hijos suyos? > la única que desde el instante de su concepción paso a
IX. Finalmente todo lo expuesto arriba termina en la familia de Dios sin haber puesto nunca el pie en la
la suma dicha délos hijos de gracia, que no es otra que casa de Vdarn pecador; de manera que no ha sido n u n -
no derecho quo les da Dios al cielo como á. su propia ca mas que hija de adopción y heredera en primera linca
herencia; derecho que les está asegurado por cédula de de los bienes de su padre y criador. Esta es a m i ver la
nuestro señor Jesucristo registrada en la cancillería de razón por que Dios le dio el nombre de María aun antes
su iglesia, que es la columna y el fundamento de la que fuese concebida,'según notaron S. Gregorio Mse-
verdad ( 2 ) . No obstante el goce de esta dicha les está no ( 1 ) , S. Gerónimo (2) y algunos otros, para mostrar
reservado hasta que hayan llegado á la edad de perfec- que desde luego era ella su posesion privativa, que era
ción ( 5 ) y esten fuera de la menoría en que se hallan aun de su casa v q u e la reconocía por su hija amada; de
en esla vida bajo los elementos del mundo visible se- forma que si el elocuente prelado de Raveua tuvo razón
gún frase del aposlol S. Pablo ( i ) . Esto sin disputa es para escribir (5) que los títulos y escudos de armas
lo que quiere significar el discípulo amado', cuando d i - grabadas en las puertas de los palacios y de las casas de
ce (5) que ahora somos.hijos de Dios; pero que aun los grandes indican bien de quién son estas lincas, no
no aparece lo que hemos de ser : que cuando él apare- tengo yo menos motivo para decir que el nombre de
ciere , seremos semejantes á é l , por cuanto lo veremos María puesto por Dios á esta criatura aun antes que
como es. Debe de bastarnos tener un padre fiel para fuese concebida , dió á conocer bien que pertenecía al
lucrar nuestra.hacienda; qué no dejará él á su tiempo, Señor, el cual la bahía recibido en su familia por el titu-
si nosotros no le fallamos p r i m e r o , de ponérnosla en la lo de una adopcion que no tendrá jamás igual. Pero
mano y de abonarnos todos los frutos y réditos. lo principal tal vez es que recibió con lauta ventaja
X. Si por desgracia hubiese alguno que de lo dicho sobre todas las demás criaturas la gracia de esta
hasta aquí tomara ocasion de hacer menos caso de la adopcion, que no solamente llevó lo mejor y mas sa-
gracia que fué. otorgada á la bienaventurada Virgen, neado de la herencia de Dios su padre sino que
porque es tan común ; considere que no deja por eso de fué constituida como madre de todos sus hermanos, a
ser muy singular en la forma. Porque en primer lugar

(I) Hom. de Christ. nativit. (31 Sermo 151.


¡i) Hist. de o r l u Maria;.
¡ 4 ) Lib. 2 de serm. Domini (31 Ad ephes. rv.
i n monte, cap. 8. i) A d g a t a l . IV.
( 2 ) t ad Tiraot. ,111. (5) i Joan, ,111.
U De este tríplice vinculo que la une i n d i s o l u b l e -
quienes dio la p a r l e , siendo nombrada para administrar
mente con Jesús, nacen las tres relaciones que Uenecon
la hacienda de ellos y conservarles la herencia que les
D i o s , padre del mismo salvador y redentor. Por lo que
tocó por la regeneración celestial. Asi resulta que todos
m i r a al p r i m e r t i t u l o de madre de su lujo único , el
los hijos do adapción tienen parte en la elección que se
santo cardenal Pedro Damiano después de mostrar como
ha hecho de M a r i a , pues que no solamente es su her-r
Dios se halla de tres modos e n sus c r i a t u r a s , a saber,
mana mayor en cuanto hija primogénita de Dios, sino
por esencia, por acción y en algunas que no son de la
que además les sirvo de m a d r e , de aya, de t u t o r a y de
o r d i n a r i a capacidad de las otras, por a manifesta-
directora de lodos sus negocios.
ción d é l a s cosas f u t u r a s , añade que e n la .bienaventu-
rada madre do s u hijo está además por una cuarta m a -
l a dcl
s . H. Segundo (¡Uto f t r el cual « B u » * Padre eterno. nera, que es por identidad ( I ) . S. Bernardo lo explica
diciendo ( 2 ) que Dios uniéndose á todos los santos por
Relación que lo Virgen tiene con el Padre eterno en calidad de la u n i ó n de su voluntad se unió además á la carne de la
madre de JU hijo.
Virgen é hizo de su propia sustancia y de la de María _
á Jesucristo, el cual aunque toma u n a naturaleza del
I. A h o r a remontemos mas el vuelo y busquemos en padre v otra de l a m a d r e , no deja por eso de pertene-
los amorosos designios de nuestro Dios u n grado de filia- ce.' enteramente al padre y enteramente a la madre.
ción aun mas alto que el primero y mas parecido á la Esta u n i ó n es tan estrecha, que S. Basilio no tiene n i n -
que llamamos natural. Para poder declararla hay que gún .ep--.ro de decir ( 3 ) que la carne de a \irgen pa-
atender por necesidad á tres relaciones ó conexiones que reció digna de ser unida á la -divinidad del unigénito de
la virgen María tuvo con nuestro Señor Jesucristo. P r i - Dios. Bondad infinita-, ¡qué abismo de maravillas! La
meramente es su m a d r e , acerca de lo cual se discurrió carne de la madre es l a misma que la del h i j o : Ja del
largamente en el c a p i t u l o primero. En segundo lugar es hijo está u n i d a á s u d i v i n i d a d ; y l a divinidad del hijo
su hija por título de redención; l o cual dió motivo á no es otra que la del padre. ¿Qué nombre bailaremos
S. Bernardino de Sena para l l a m a r l a la hija primogénita ahora para explicar la relación que la Virgen madre tiene
del Redentor ( i ) . En tercer lugar es su esposa de una con el P a d r e eterno? ¿La llamaremos parentesco?,¿la lla-
manera especialisima é incomunicable á cualquier otra, maremos afinidad con santo Tomás ( í ) y algunos .otros
como se comprobará expresamente en el capitulo V del doctores? ¿Qué n a m b í * le daremos? Paréceme que vale
tratado segundo. Tal vez esta razón fué la que movió
m a s retirarse desde luego de este m a l paso antes que
al esclarecido mártir S. Ignacio para llamarla por lo co-
exponerse al peligro de naufragar.
m ú n en sus cartas Maria de Jesús, como que era toda
para Jesús y de Jesús en calidad do m a d r e , hija y espo-
sa á u n tiempo mismo.

( 3 ) Hom. d e h u m a n a ChrisU
geoeratione.
(!) T o m . i , s e r m . 51 , a r t . » , c . «.
fíelacion que la Virgen tiene con el Padre en calidad de hija de figura y enigma excediendo á las estrellas del cielo y á
su hijo. las arenas del mar. De suerte que desde entonces tenia
derecho de decir á Dios con el profeta Jeremías: «Tú eres
I I I . Si queremos considerarla en calidad de bija pri- mi padre, caudillo de mi virginidad ( 1 ) ; » porque desde
mogénita de Jesús; la podremos llamar la nieta del Pa- entonces estaba ya prometida ó á lo menos preparada á
dre eterno. su hijo único.
Este parentesco incomprensible enaltece de tal ma-
Relación que tiene como esposa de su hijo. nera á la Virgen santísima, que la hace hija de Dios no
solo por adopcion, como he declarado poco antes, sino
I V . Pero considerándola como esposa del Salvador, en cierto modo por naturaleza. La ley le concede este
que es lo que me he propuesto principalmente en este beneficio ( 2 ) , porque quiere que el padre tenga por
lugar, es preciso calificarla con el titulo de hija predi- hija á la nuera y llama natural este parentesco, p r o h i -
lecta del Padre eterno: por ventura será lo que ella biendo en consecuencia el matrimonio entre los cola-
misma quería decir en los Proverbios de Salomen: «El terales á proporcion del parentesco. El admirable san
Señor me poseyó en el principio de sus caminos (1);» Agustín dice en dos palabras todo cuanto puede decirse
porque la palabra poseer en el lenguaje de la sagrada en esta parte ( 3 ) : «Si el marido y la mujer no son mas
escritura significa con bastante propiedad tener un hijo que una carne, no podéis ni debeis tener á la mujer de
ó una hija. Asi hallamos en el capitulo IV del Génesis vuestro hijo sino como á vuestra propia hija. Y esta es
que habiendo Eva, la primera madre entre todas las de seguro la razón por qué el esposo llama tan á me-
mujeres, dado á luz el primer hijo nacido de madre nudo hermana á su esposa en los Cautares, y esta reci-
(Cain) dijo: • He poseído un hijo por la gracia de Dios.» procamente le llama su hermano, como que los dos per-
Y me parece que la Virgen lo dice aun con mayorclaridad tenecen á un mismo padre y aun no son mas que un
mas abajo [ % ) , porque donde nosotros leemos según la mismo cuerpo. El devoto emperador Mateo Cantacuzeno
versión de la Vulgata: «Con él estaba yo concertándolo to- dejó entre los frutos de su retiro y de su devocion á la
do;» el parafrasta caldeo vierte: «Yo estaba á su lado ali- virgen María unos excelentes comentarios sobrq el Can-
mentada como su querida b i j a ; » porque desde entonces tar de los Cantares, donde dice una expresión á este
me tenia ya como la que había 4e alcanzar la honra de propósito muy ventajosa á la Señora, porque hablando
emparentar con él en calidad de futura esposa de su hijo en la persona del Padre eterno la llama su hija amada y
único, destinada á hacerle compañía, á asistirle, ser- nacida de su propia sustancia ( 4 ) .
virle y hacerle padre de uua muchedumbre innumera- V. ¿No seria una empresa temeraria y presuntuosa
ble de hijos, que el patriarca Abraham viósolamente por

( i ) Jorem. lll,4. I. Q u i a 2 e t I. R e i . § . finali-


{2} N u r u s e t p r i v i l a filicc (3) Lib. í c o n t r . P e l a g . c . 61.
(4) P r o v e r b . V I H , 52. (2) P r o v e r b . V M , 30. loco s u n t . § . a l l t o i t a t . , i n s t i t u í , ( 4 ) In i t l u d : Equilalui meo
d e nuptiis, § . solut. malriin. assimilavi le e t c .
TOMO I .
no V en la confirmación de la misma bula. Pues allí
querer entrar ahora en conocimiento del amor inesti-
entre las pláticas que el ángel tuvo con ^bienaventurada
mable que el Padre eterno proteso á su h i j a unica en
viuda sobre las grandezas y excelencias de la madre de
razón de esto particular parentesco, de las canoas q w
Dios ( 1 ) , so hace una comparación del amor que Abra-
le hizo, de las singulares gracias con que previno sn
ham , padre de los creyentes, profesó á su hijo Isaac,
bendita alma, v querer comprender con nuestros debite
con el que el padre de todas las criaturas y padre del
pensamientos el amor reciproco y el respeto que tributó
Yerbo encarnado tuvo á su amada hija la virgen María.
à ¡al padre, el agradecimiento de tantos bienes que con-
Abraham, decía el ángel á santa Brígida, amó á su hijo
servata continuamente en su corazon? Confesemos in-
aun anles que fuese concebido asi que recibió la prome-
genuamente que hay arcanos que Dios no quiere pene-
sa de su nacimiento , y Dios amó á su hija abeterno con
tremos , sino únicamente que los veneremos, y conozca-
un amor que sobrepujó desmedidamente al que tuvo á
mos que la esposa reprime nuestra curiosidad diciendo:
las demás criaturas. Abraham no supo que el amor que
Mi secreto p a r a m i , m i secreto para m i ( i ) ; porque
tenia á Dios, debia de sor conocido de toda su descen-
son cartas cerradas y misterios escondidos para los
dencia y aun de todo el mundo por medio de aquel hijo
suyo; pero Dios supo muy bien que por medio de
" T Esto no obstante, supuesto que Dios mismo se su querida hija seria manifestada su infinita caridad á
dignó de hacernos la merced de revelarnos algo, creo todos los siglos venideros. Abraham veía bien que aquel
que no obraré contra la ley de este secreto m a n i f e s t o h i j o , aunque nacido de santo y legitimo matrimonio,
alaunas particularidades que el mismo esposo reve o un vendría al mundo con una especie de vergüenza; por el
dia á santa Brigida. Y porque m i designio es valerne contrario Dios recibía muy particular contento de la
para algunos otros asuntos del excelente libro de sus He- santidad y pureza de la concepción inmaculada de su
velaciones , será para m i una particular satisfacción que hijo único en aquella bija suya y de los hijos de gracia
el prudente y cauto lector esté bien enterado del mérito y adopcion que habían de provenir de los dos. Abraham
de él y sepa que fué visto v revisto diferentes veces ya no ignoraba que su propia sustaucia que comunicaba á
en vida de la santa, ya despues de su muerte siendo su hijo , debia de separarse de é l ; pero Dios conocía
examinado por doctísimos cardenales y muy sabios pre- perfectamente que la carne que su hijo sacase de María,
lados , entre los cuales la gran autoridad y prolunos no se separaría jamás de su divinidad y que la divinidad
ciencia del cardenal Torquemada, que le da elogios sin de su hijo era inseparable de la suya. Abraham juzgaba
igual, bastaría para desvanecer las dudas de los espu-us bien que el cuerpo que Isaac tomaba de él, seria redu-
desconfiados: que fué apreciado y recomendado por los cido á polvo algún día; pero Dios sabia incomparable-
padres del concilio de Constanza: en una palabra que mente mejor que el cuerpo de- su santísima hija seria
el papa Bonifacio I X hizo muy honorífica mención de ei exento de toda corrupción del mismo modo que el de
en la bula de canonización de santa Brígida, y Maru-

( 4) I n serm. angelico, c. 3.
„<) Isai. XXIV, 16.
su propio hijo. Abraham preparó una tienda á su hijo
antes que fuese concebido, y Dios mismo quiso ser la §. 1. — Que la bicDsrciiljrjda Tirgcn a verdaderamente apota del E»pr¡tl
tienda y la morada de su hija sin par. Abraham hizo Santo.
provisión de t r i g o , vino y aceite, que eran ios frutos de
la antigua bendición, antes del nacimiento de Isaac, y I. ¿Para qué me he de tomar el trabajo de probar
Dios antes de la concepción de su dulcísima hija la pro- esta verdad, cuando la pregonan unánimes todos los san-
veyó de una tríplice bendición muy diferente de la pri- tos padres y es la voz ordinaria de la iglesia católica?
mera , dándose á sí mismo que es el aceite y el princi- S. Ildefonso, S. Bernardo y S. Buenaventura lo dicen
pio de toda santidad, dándole su h i j o , que es el pan tantas veces, que maravilla. S. Germán, patriarca de
y el sustento de los ángeles, y su Espíritu Santo, que Constantinopla, la llama (1) con este motivo la esposa
es el vino que alegra el corazon del hombre. Me parece sin laciia ni defecto. Los otros la llaman al mismo pro-
que no hay que añadir nada á estos pensamientos divi- pósito el lecho regio y el tálamo nupcial del Espíritu
nos: pasemos á la tercera relación. Santo. S. Anselmo dice ( 2 ) : «El Espíritu Santo, el amor
y el vínculo del Padre y del l l í j o , aquel en quien y por
quien debe ser amado todo lo que queremos legíti-
CUARTA ESTRELLA mamente a m a r , bajó personalmente y en su propia sus-
tancia á la gloriosa Virgen, y escogiéndola por una g r a -
ó g r a n d e z a d e la c o r o n a d e e x c e l e n c i a d e la cia incomprensible con exclusión de toda otra criatura
m a d r e d e Dio». la hizo su esposa y por lo tanto la reina y la emperatriz
del universo.» S. Gregorio Niseno dice sutilmente según
su costumbre (5) que en el día de la Encarnación, día
CAPITULO V. m i l veces feliz para el cielo y la t i e r r a , el tálamo n u p -
cial no fué otro que la pureza de la sacratísima Virgen,
QUE ES LA ESPOSA DEL ESPÍRITU SANTO. exenta de todo pecado y de toda corrupción: que el pa-
bellón de este tálamo fué la virtud del Altísimo, el cual
cubrió con su sombra la virginidad de la castísima es-
D i c e el Sabio que es muy difícil de romper una cuerda
posa; y que la antorcha misteriosa fué el esplendor del
de tres dobleces ( 1 ) ; y la tríplice relación de la madre
Espirita Santo. S. Lorenzo Justiniano hace una obser-
de Dios á la beatísima Trinidad es un vinculo indisolu-
vación muy oportuna ( 4 ) ; á saber, que el glorioso san
ble y un nudo mas que gordiano, que no pueden des-
José sirvió á este designio como de diputado y comisio-
atar todas las potestades del infierno. Declaradas las dos
nado del Espíritu Santo para conservarle pura y limpia
primeras relaciones, solo me resta hablar de la tercera,
que es la que tuvo la Virgen con el Espíritu Santo.

( í ) Oral, tle prtescnl. B. V. ( 3 | Hora. 18 m Cantío,


i l Do o i c c l l e a l i a V i r g i n i - (4) De castooooanWO V o r -
(I) Eclesiastés, I V , 12. tat„ v. i . b l ot a a i u ® .
su propio hijo. Abraham preparó una tienda á su hijo
antes que fuese concebido, y Dios mismo quiso ser la §. 1. — Que la bioDsrciilarjda Tirgcn a «Toderamente es]>osa drl Escrito
tienda y la morada de su hija sin par. Abraham hizo Sanio.
provisión de t r i g o , vino y aceite, que eran ios frutos de
la antigua bendición, antes del nacimiento de Isaac, y I. ¿Para qué me he de tomar el trabajo de probar
Dios antes de la concepción de su dulcísima bija la pro- esta verdad, cuando la pregonan unánimes todos los san-
veyó de una tríplice bendición muy diferente de la pri- tos padres y es la voz ordinaria de la iglesia católica?
mera , dándose á sí mismo que es el aceite y el princi- S. Ildefonso, S. Bernardo y S. Buenaventura lo dicen
pio de toda santidad, dándole su h i j o , que es el pan tantas veces, que maravilla. S. Germán, patriarca de
y el sustento de los ángeles, y su Espíritu Santo, que Constantinopla, la llama ( I ) con este motivo la esposa
es el vino que alegra el corazon del hombre. Me parece sin taciia ni defecto. Los otros la llaman al mismo pro-
que no hay que añadir nada á estos pensamientos divi- pósito el lecho regio y el tálamo nupcial del Espíritu
nos: pasemos á la tercera relación. Srinto. S. Anselmo dice ( 2 ) : «El Espíritu Santo, el amor
y el vinculo del Padre y del H i j o , aquel en quien y por
quien debe ser amado todo lo que queremos legíti-
CUARTA ESTRELLA mamente a m a r , bajó personalmente y en su propia sus-
tancia á la gloriosa Virgen, y escogiéndola por una g r a -
ó g r a n d e z a d e la c o r o n a d e e x c e l e n c i a d e la cia incomprensible con exclusión de toda otra criatura
m a d r e d e Dio». la hizo su esposa y por lo tanto la reina y la emperatriz
del universo.» S. Gregorio Niseno dice sutilmente según
su costumbre (5) que en el dia de la Encarnación, día
CAPITULO V. m i l veces feliz para el cielo y la tierra, el tálamo n u p -
cial no fué otro que la pureza de la sacratísima Virgen,
QUE ES LA ESPOSA DEL ESPÍRITU SAXTO. exenta de todo pecado y de toda corrupción: que el pa-
bellón de este tálamo fué la virtud del Altísimo, el cual
cubrió con su sombra la virginidad de la castísima es-
D i c e el Sabio que es muy difícil de romper una cuerda
posa; y que la antorcha misteriosa fué el esplendor del
de tres dobleces ( 1 ) ; y la tríplice relación de la madre
Espirita Santo. S. Lorenzo Justiniano hace una obser-
de Dios á la beatísima Trinidad es un vinculo indisolu-
vación muy oportuna ( 4 ) ; á saber, que el glorioso san
ble y un nudo mas que gordiano, que no pueden des-
José sirvió á este designio como de diputado y comisio-
atar todas las potestades del infierno. Declaradas las dos
nado del Espíritu Santo para conservarle pura y limpia
primeras relaciones, solo me resta hablar de la tercera,
que es la que tuvo la Virgen con el Espíritu Santo.

( í ) Oral, de p r e s e n l . B. V. ( 3 | Hora. 18 m Canlic.


i l Do o i c c l l c a l i a V i r g i n i - (4) De castooooanWO V o r -
(1) Eclesiastés, I V , 12. tat„ ó. i . M ot g a r a « .
pudiera temer tu integridad, que al c o ^ o U j u e
su esposa y para ser como el ángel custodio del cuerpo por medió de esta concepción inmaculada te mlvas
de ella. Tertuliano ( 1 ) , Eusebio de Cesarea ( 2 ) , S. Epi- 5 1 pura y entera que antes.» Basta de este p u n t o : pa-
fanio (3) y S. Gregorio Nacíanceno (4) hacen hablar al ^ o s á los preparativos de sus divinos desposorios.
mismo Espíritu Santo en Isaías y ponen en su boca es-
tas palabras del profeta: - M e llegué á la profetisa, y
t ,1 Cómo el Espirito:Sanio pnfwó i I»
concibió y parió un hijo (3).» taese su dignísima esposa.
I I . Pero ¿qué cosa mas formal ni mas terminante
que el mensaje del celestial paraninfo, el cual asegu- I Si las doncellas escogidas en todas las provincias
ró á la Virgen (6) de parte de su soberano y señor que su etas a l cetro de Asnero para pasar una sola noche con
el Espíritu Santo vendría sobre ella y que la virtud del eran preparadas u n a ñ o ^ o n ^
Altísimo, que no es otra que el mismo espíritu divino, afeites y con todo el arte que podía sugerir a los pe f u -
le- liaría sombra poniéndola bajo de su manto r e a l , es m i l deseo de agradar á su soberano>; ¿no £ f a r »
decir, bajo de su protección, y dándole facultad de llevar mos de decir con mucha mas razón
su nombre y de llamarle su esposo para siempre? Lo habia de ser para siempre la esposa s i n par del-Espir t u
cual explica asi S. Bernardo ( 7 ) : «El Espíritu Santo le K ; pasó por todos los p r e p a r a « , v o s a d e c u a d o s tal
hará sombra, es decir, te confortará para resistir la luz majestad? ¿No habremos de confesar q ¡ » J g P « £
y el resplandor de la divinidad que se difundirá dentro Ranta fué el único que pudo sufragar a los gastos nece
de ti.»«No te inquietes, continúa el mismo santo doctor,
por saber de qué manera se obrará en t i este misterio,
porque el que lia de d i r i g i r esta obra divina, te servirá
S S T B S S l S t S 6 ^ . La Virgen.
de esposo y dueño y resguardará tu entendimiento de
S ellos 0 ) • hecha, anunciada y preparada por
su luz inaccesible, á fin que puedas m i r a r de hito en hito
S ESP 1 S to. Mas de ochocientos anos antes b a -
aquello á que no se atreverán á acercarse los demás.' «El
l a S e g u r a d o Dionisio Alejandrino (2) que el taber-
será con respecto á t i , según lo entiende el docto Eu-
náculo del Espíritu Santo, es decir, la virgen M a n a , no
timio ( 8 ) , lo mismo que una suave y benéfica nu-
halúa sido labrado por mano de hombre, sino que lo
be, la cual llegando á disolverse penetra insensiblemente
habia formado y afirmado el mismo Espíritu Santo: que
en las venas de la tierra y la hace f é r t i l sin perjudicarla
S h S s i d o e que en las entrañas de la bienaventu-
en ninguna manera.» «El te protegerá, como explica san
r^da V^r"en habia socorrido á la naturaleza ya medio
Agustín ( 9 ) , y te defenderá de tal suerte de todo lo que
muerta é^inca paz de concebir, el que al mismo tiempo
f a l a t o s a n t i f i c a d o y adornado de sus dones, e l q u e ha-

( 4) Lib. de T r i n i t . j s ) Loo. 1.
(2) L. 7 dedemonst. evang., | 7 ¡ Hom. 4 ¡o Slissm. t ,1» m - (í) Epist. advcrsns T a n l o m
c. 7. (8) I n L u c . : M a l d o n . i n i Mal.
(3) Iteres. 78. (9) Lib. quinquag. homil. r
sormo 2 1Q áfíKtM. «
i 4) Orat, ir> Pascha. hom. 44.
¡5 Isai.Vlfl.
bia formado su infancia y le babia servido de maestro y íiQcó con el titulo de santo é insigne doctor; San Juan
preceptor. Damasceno ( I ) , los emperadores de Oriente León, lla-
II. Pero cuando descubrió mucho mas particularmen- mado el sabio ( 2 ) , y Mateo Cantacuzeno ( 5 ) , los histo-
te sus amorosos cuidados y su industriosa diligencia, fué riadores Nicéforo ( 4 ) , Glicas (S) y otros muchísimos sin
cuando la llevó i la soledad para hablarle con el corazon hablar de los escritores modernos (6). Ye aqui los tér-
en la mano, como dice él mismo por el profeta Oseas (1) minos en que se expresa el Menologio de los griegos el
y como canta la iglesia ( 2 ) ; cuando le preparó una mora- dia 21 de noviembre: La celebridad de la entrada de la
da estable y fija en su propia casa ; cuando habiendo lle- madre de Dios en el templo cuando sus padres la lleva-
gado á la edad de tres años, sus padres que por dispo- ron á la edad de tres años según la promesa que habían
sición del cielo la habían consagrado á Dios en calidad hecho, y la presentaron á los sacerdotes, los cuales la
de nazarena aun antes que fuese concebida, la llevaron al recibieron y por disposición de Dios la hospedaron en el
templo para que sirviera à su divina majestad hasta que lugar mas retirado del templo, donde solo el sumo sacer-
ordenase otra cosa, y cuando fué como milagrosamente dote entraba una vez al año, y alli la permitieron hacer
recibida á fin de vivir doce años en el santuario del Se- una vida retirada y separada do los demás.«
ñ o r , donde no era dado á nadie entrar excepto al sumo
III. Si alguno no obstante la autoridad de tantos i n -
sacerdote y eso una vez al año solamente. Esta proposi-
signes varones quisieseaún hacerse el reácio; considere lo
ción pudiera parecér singular, si no estuviese tan autori-
que se lee en la escritura (7) de que nadie fuera del sumo
zada por el común consentimiento de losantiguos padres
sacerdote era admitido en el santuario, debe por ventura
de la iglesia, que seria notable temeridad negarla. Con
de entenderse é interpretarse del tiempo en que oficiaba
efecto asi lo enseñaron clara y distintamente el bienaven-
solamente una vez al año; acuérdese de lo que cuentan
turado Evodio, primer patriarca de Antioquia despues
Hegesipo (8), Eusebio de Cesarea.(9), S. Epifanio ( 1 0 ) y
de S. Pedro ( 5 ) , S. Gregorio Niscno ( 4 ) , S. Andrés de
S. Gerónimo ( 1 1 ) , que el privilegio de o r a r á veces en el
Jerusalen, arzobispo de Candía ( 5 ) , S. Germán, pa-
santo de los santos se concedió á Santiago llamado el
triarca de Constantinopla ( 6 ) , Jorge, arzobispo de ,\'i-
hermano de nuestro Salvador: reflexione sobre el estado
comedia ( 7 ) , Simeón Metafrasti ( 8 ) , á quien llaman
en que se hallaba entonces el pueblo judio despues de
ordinariamente los griegos el maestro honrándole á par
tantas guerras y revoluciones: piense que habiendo
de S. Juan Crisostomo, de S. Gregorio y de S. Basilio, y
sido demolido dos veces el templo, arrebatada el arca y
á quien el concilio de Florencia en su sesión séptima ca-
alteradas las mas de las antiguas ceremonias, no fue-

0 ) Ose. c. i t . (I) F i d e i o r l h o d o x . . c. 15. ta} VidcC.anis, i . I d e B . Y .


!5) O r a t . I de d o r m i i . B. V .
( 2 1 In tabernáculo suo h a b i - (G) O r a l , d e o b l a l i o n e B. V . t 2 ) Oral, d e h o c testo citata (-) t.evil. XVI.
t a r e feeit e a m . (1) Orat. de oblalione B. Ma- i n Menolop. g r a c o r u m . ( S ) L i b . 5.
(3) Inepist.apudNIcephor., rie. (3) In i l l u d . Cani. I I : I n l r o - ' 9 ) Hisl. e c l e s . , i . 2 , c . S3.
I . J . h i s t . , can. 23. d u x e l m e iu c l l l a m r i n a r i a m . ( 1 0 ) Hieres. 78.
(8) O r a l , d e o r l u 61 d o r m i i .
( 41 Orati In diurn natalia Ita« Deipans. ( » 1 L i b . 1 , b i s t . , c a p . 11. ( I I | Do s c r i p t o r . eocle».
•lili. (í) P a r t , 3 Annui.
ra gran maravilla que hubiese habido en este punto algu- criado ; entra en tu propia heredad y aguarda con gozo
na relajación: sopa que Dios, que habia hecho las leyes y v satisfacción la venida del Espíritu Santo, tu esposo,
ordenanzas, era superior á ellas y podia dispensar de al templo do tu c u e r p o ; espera en nombre de todos
esta á la madre de su h i j o ; porque asi lo entienden los los hijos de adopcion la embajada del celestial mensaje-
padres de quienes tenemos esta verdad: atienda á las ma- r o , la operacion de la virtud del Altísimo y la concep-
ravillas acaecidas en la concepción y natividad de la ción del hijo único de Dios.»
Virgen santísima, que eran mas que suficientes para ha- V ¡ Oh quién pudiera concebir lo que la sacratísima
cer entender á los sacerdotes que aquella niña tenia cier- Virgen hizo allí dentro por espacio de doce años! ¡Oh
ta grandeza y ventaja sobre el común de los creyentes; quién tuviese algun conocimiento del extremo de sus
lo cual se descubría aun en su rostro y continente. contemplaciones, del ansia de sus éxtasis, desús p l á t i -
En una palabra quiero que entienda que la mayor par- cas familiares con los espíritus bienaventurados, de sus
te de los autores arriba citados llegan á asegurar ( 1 ) que hacimientos de gracias, de sus adoraciones y h u m i l l a -
ordinariamente no tomaba la santa niña otro alimento ciones! ¡Oh quién pudiera comprender la'dulzura de tal
que el que le traían los ángeles. Mas ¿por qué lia de vida q ¡e según S. Germán mereció mas llevarse en los
parecemos singular, cuandosabemos que se concedieron altos' cielos que no acá en la tierra! ¡ Oh quién pudiera
semejantes y aun mas extraordinarios favores á varios contar las caricias que el Espíritu Santo hacia desde en-
santos, los cuales al cabo 110 son sino siervos • de aquel tonces á esta doncellita, á quien iba disponiendo para
de quien es madre la Virgen? que fuese dignísima esposa suya! ¡Oh quien pudiera de-
IV. Presupuesta esta verdad, me vienen ganas de clararnos lo que el ángel hizo entender á santa Brígida
saludar á la esposa futura del Espírítu Santo á su en- cuando le dijo ( 1 ) qne el Espíritu Santo estaba al r e -
trada en el templo con las dulces palabras que S. Ger- dedor de la Virgen lo mismo que una solicita abeja
mán pone en boca de Zacarías, padre de S. Juan Bautis- que desde por la mañana cerca el capullo aun no abier-
ta y tio de la Virgen, en esta solemnidad: > Entra enho- to de la rosa esperando que se abra con la fuerza de los
rabuena; entra, cumplimiento de m i profecía; entra, caros del sol! ¡ Oh quién pudiera explicarnos lo que r e -
efecto de las promesas del cíelo; entra, sello del testa- fie're en el mismo lugar; que el Espíritu Santo fue el
mento del Señor; entra, objeto y blanco de sus desig- horno donde fué metida la Virgen para disponerla a ser-
n i o s ; entra , llave de los misterios escondidos; entra, vir á los admirables designios de Dios! ¡ Oh quien fuera
punto de mira de todos los profetas; entra, paz de los capaz de entender lo que la misma señora revelo un día
desgraciados, concordia de las cosas desunidas, arrimo A aquella bienaventurada viuda ( 2 ) ; que e l l a e r a c o m o
de las que iban á arruinarse, renovación de las que ha- una nuez que va creciendo siempre hasta su madurez,
bían envejecido, claridad de los que estaban en tinieblas; dé suerte que á medida que se extiende la cascara, crece
entra, don peregrino y divino; entra, señora de todo lo en tamaño el hueso y ocupa todo el interior sin quedar

(1) Germán, constontinop.; Georg. inconced. loqia citatie. (11 Serm. angélico, o..«. <»)• HevA, BJ» * «
mismo va tocando, aunque enigmáticamente, cuando
ningún líueco; aSi á medida que ella crecía en edad y
descubriendo su corazon á su esposa le manifiesta lo
capacidad, el Espíritu Santo que la poseía, henchía toda
que lia cautivado sobre todo su cariño. • Hermana mía y
la capacidad de su alma! ¡ Oh quién nos diese la inteli-
esposa mía, le dice, l ú me has herido el corazon; • o como
gencia secreta de la expresión de S. Juan Damasceno,
expresa el texto o r i g i n a r i o : « t u me has robado el corazon
cuando dice ( 1 ) que fué plautada en la casa de Dios y
con uno de tus ojos v cou uno de tus cabellos que on-
que á manera de un olivo escogido díó fruto de toda vir-
dean sobre t u cuello ( ! ) . • S. Gerónimo juzga (2) que el
tud preparando su cuerpo y su alma para ser agradable
ojo que roba el corazon de este noble esposo, no es otro
morada del criador de todas las cosas! ¡Oh quién nos
que la pureza mas que angelical de la Virgen, porque
dijera con el devoto emperador Cantacuzeuo cómo fué
la virginidad, dice, es propiamente el ojo derecho de la
admitida en la bodega de los vinos generosos de su espo-
iglesia santa; ojo vivo, penetrante y agradable, pues
so y cómo bebió á satisfacción de aquella celestial mal-
el otro que está mas abatido y triste, es el del estado
vasia! Pero todos estos son secretos mas para admirados
del matrimonio. Hugo de S. Víctor quiere mas (5) que
que para comprendidos, y misterios que hay que vene-
sea la m i r a recta que el alma de la Virgen tuvo siem-
rar con un profundo y religioso silencio antes que pro-
pre puesta en su Dios, m i r a tan firme é invariable, que
fanarlos con nuestra tosca palabra.
no le aconteció jamás desviarse un tantico de ella. E l
abad Ruperto se persuade (-4) á que el cabello que o n -
I I I . — Oe las disposiciones qoe la virgen sama Uaria poso |.or su parir- pan dea sobre el cuello de la esposa, no es otro que la h u -
hacerse digna esposa del Espirita Santo. mildad, humildad en todo uniforme é igual como el ca-
bello, humildad que se aprecia menos que un cabello,
I . El Espíritu Santo, dice el abad Ruperto ( 2 ) , fué humildad mas flexible y manejable que un cabello, h u -
mas feliz en la perfección de la Virgen santísima que el mildad que tiene menos apariencia y ostentación que un
Padre eterno en la formacion del primer hombre y de la cabello, humildad que cubre el cuello donde está el
primera m u j e r , no porqué el Espíritu Sanio fuese mejor asiento de la obediencia, inclinándole á someterse á todos.
artífice que el Padre, sino porque el barro que le locó, Ve aqui á m i parecer tres cualidades muy notables y
era sin comparación mas a propósito para hacer una obra propias para conquistar el corazon del Espíritu Santo.
excelente que aquel de que fué formado Adarn. Esto se
verá claramente por las disposiciones que puso ella para Primera disposición: la humildad.
ser digna esposa del Espíritu Santo; de io cual tendría
yo mucho que decir, si no fuera porque en el tratado II Comienzo por la humildad, porque es el princi-
siguiente habré de hacer un discurso casi igual. Así
pio de toda v i r t u d , la que hospeda á las demás en el
pues escogeré solamente tres calidades singulares que él

(I) Caol. I V . (3) InenmlocamCantic.


( I ) r l d c i orthotl., I. i , o . 15 (1) Deoperib, Spiril. San«., Lil). 1 contra í o v i m a n . 1*1 M".
El a c r a , do a a t i ' . D. T i r g . ü k I , c. 43.
TKATADO PRIMERO.
w

tuvo de eso, que antes se abatió y humillo mas; de lo


alma , y retirándose ella desaparecen las otras inconti-
cual se asombra tanto S. Bernardo ( 1 ) , que no sabe ya
nenti , ó mejor porque la Virgen bienaventurada comen»
que decir viendo que á medida que es llamada madre de
por esta v i r t u d , como lo reveló ella misma un día a san-
Dios, ella se titula su sierva, y que en cuanto se habla
ta Matilde, habiendo pasado toda su vida y especialmen-
de enaltecerla, ella se abisma hasta el centro d e j a tierra.
te los años de la juventud con tan gran recato y tan
¡Oh santa virtud de la humildad! ¿Quién nos dirá si t n
poca estimación de si misma, que aunque aquellas con
honraste mas á esta señora por haberla enaltecido tanto
quienes conversaba, no mereciesen mirarla a causa de su
ó si recibiste mas honor de ella por haberte encontrado
incomparable dignidad, mrobstanieellasebacia siena de
en la que poseyó la dignidad de madre de Dios?
todas, de suerte que no le aconteció jamás preferirse a
nadie. Es una cosa preciosa delante de Dios una alma
Segunda disposición: ¡a virginidad.
cordialmente h u m i l d e , especialmente cuando la humil-
dad está acompañada de muchas raras y eminentes cali-
111 Un diamante do -pureza engastado en el oro de
dades , que con todo no son capaces de hacerla dejar su
la humildad es un presente digno del cielo. Por eso era
lunar Dios mismo no puede menos de amarla. Es una
conveniente, v es opinion de S. Bernardo ( 2 ) , que si Dios
concordia admirable, dice S. Bernardo ( 1 ) , y capaz de
podia ser alraido á la tierra por el olor de alguna virtud,
ganar el corazon de Dios, la que se efectúa en el alma
lo fuese por el suave aroma que se forma de la unión de
cuando la humildad apoya y recomienda la virginidad y
estas dos raras prendas. Convenia, dice el santo que la
esta sirve de ornamento á aquella. ¿Que sera pues,
que habla cnarbolado el estandarte de la virginidad (vir-
según dice el mismo santo en otro lugar ( 2 ) , si la hu-
tud qué era nueva en el m u n d o ) , fuese honrada con una
mildad está acompañada de todas las virtudes juntas,
embajada nueva y que no fuese escogido otro que un á n -
como sucedió á la Virgen santísima, verdadero espejo de
gel del cielo para ser enviado al ángel de la tierra. Estean-
perfección? ¿Hay trazas de que Dios pueda entonces
gel no es otro que Maria, pues en testimonio de S. Ba-
ocultar á una alma el exceso de su amor y de que no sea
silio (5) ó mejor dicho de la verdad misma no tuvo jamás
atraido por la suavidad de este perfume celestial? Pero
igualen esta virtud angélica. No os toméis el trabajo,
¿qué mas queréis cuando la iglesia pone en boca de la be-
dice muy bien su gran siervo S. Anselmo ( 4 ) , de buscar
ñora estas palabras: Siendo yo pequeña á mis ojos me lie
en la tierra ó en el cielo una pureza semejante a la de Ma-
granjeado el favor del soberano, ó por mejor decir (su-
ría: es una cosa muy puesta en razón que ella se aventa-
puesto que ella misma lo conliesa ingenuamente en su
je en pureza, pero mas de lo que podéis comprender, á
Cántico) el Señor ha mirado á la humildad y pequenez de
todas las otras criaturas, pues que el Padre eterno se
su sierva? Creeréis á lo menos que una embajada tan

magnilica como la que recibió del cielo, fue capaz de


ensoberbecerla y darle humos de vanidad. Tan lejos cs- (1, Scrm. 4 i n Missus. dì De coneeplu virginali,
Í ) Scrmo i n Annunt. o.
(3) Hom. de humana Chrisli
generai.
(1 ) Horn. 1 i n MOHO. (*) Serrao i de Assumpl.
tan recomendable á los ojos de los ciudadanos del cielo,
digna de hacerla madre de su hijo único, el Hijo la acep- que cautivó además el corazon y el cariño del rey de los
ta por tal y el Espirilu Santo se encariña y la toma por ángeles y le valió merecer una embajada, que no ha te-
esposa, todo para efectuar el admirable misterio de la nido ni tendrá nunca igual.
Encarnación.
IV. La tercera virtud que cautivó el amor del Espíri- tí.—Gracias incoaiparatte ipil el Espirito Santo otorgó 4 cata so esposa ea
favor ue stts desposorios,
tu Santo, fué esa mirada fija en él y esa palpitación de un
corazon que conliuuamente anhela por él. ¿Cómo babia I . Es menester confesar que no hay aprovechamiento
de dejar de amarla el Espíritu Santo, cuando una alma mas que en una alma buena, ni v i r t u d heroica mas que
hecha de esta suerte vale mas que un mundo entero? en un corazon varonil y generoso: por eso no hay como
Siempre se la vería buscar a Dios, i r á Dios, suspirar por entregarse a Dios una vez para siempre. La Virgen lo
Dios. Cuando estaba despierta, era por Dios: cuando dor- hizo tan en buena hora para s í , que ella misma no puede
mía, su corazon no dejaba de estar con Dios: si hablaba, decir lo que ganó, según ya he manifestado. S. Epifa-
era de Dios: si trabajaba, siempre con Dios: si andaba, nío sienta en los libros de recibo do la Virgen todas
era para buscar á Dios: si descansaba, era en Dios: oran- las riquezas del ciclo en dos solos artículos. Ella reci-
do , leyendo, ocupándose en servicio de su prójimo , va- bió, dice, ( i ) , por joyas y galas el Espirilu Santo y por
cando á si misma estaba mas absorta en Dios que los pensión el cielo con el paraíso, es decir, el p r r e o -
mas encumbrados espíritus del cielo. En una palabra v i - so titulo de señora y emperatriz del mur.do con todos
vía lo mismo que si no hubiera habido mas que Dios y sus derechos y pertenencias: de este titulo hablaré mas
ella. Yo á m i amado ( d i c e ) , y la vuelta de él hacia largamente en el capitulo X I U del tratado segundo. En
m i (1). No busquéis mas. S. Ambrosio advierte muy cuanto al Espíritu Santo, que recibió por joyas y galas
oportunamente (2) que estas palabras o las equivalentes: según el santo doctor, está claro que liando entenderse
Mi amado es de m i y yo de m i amado; se repiten tres sus dones y gracias, pues que tenia por esposo al mismo
veces en el Cantar de los Cantares (5) para dar á enten- Espirilu Santo. Sin querer anticipar aqui lo que he de
der que ella había buscado siempre á Dios en el princi- tratar en el capítulo V I I sobre la abundancia do las gra-
p i o , en el medio y en el fin de su v i d a , en sus pensa- cias que recibió, y los dones del Espíritu Santo que la
mientos, sus palabras y sus obras. acompañaron , me contentaré con decir que todos los es-
V. Ve aquí brevemente, para hablar con S. Bernar- píritus criados no pueden llegar á comprender la mag-
do ( 4 ) , una parte de los ricos atavíos de virtud con que' nitud de la gracia qué le fué dada en consideración á
la Virgen real había sido engalanada admirablemente así estas divinas bodas, y no quiero mas que anotar aqui ríe
en el cuerpo como en el alma; á lo que dió realce su i n - paso lo que dijeron S. Gorman de Constantinopla, So-
comparable hermosura, y esta preciosa concordia la hizo íronio de Jerusalcn y S. Bernardino de Sena. El primero

(4) Scrro. d e t a u d i b u s M a r i s .
(1) Cantío. VII. Í3! Cap. I I , V I v VH. TOMO 1- ®
(2) De Isaac, c. 8. (4 i Uom. -I in ¡lissus.
sé vale de tina comparación llena de énfasis y dice (1) .
que habiendo Dios resuelto recobrar su perla que habij
deroso para efectuarle en ti y por tí.» Hasta aquí san
caído en el lodo, purificó nuestra tierra en la persona de
Bernardíno.
la Virgen santísima por la inundación del Espíritu Santo.
El segundo protesta á la verdad que ignora la medida de '
Su virginidad recibe nuevo incremento.
esta gracia; pero por lo demás la deja conjeturar deque
habiendo quedado desde luego la Virgen en cinla no
solo del hijo de Dios, sino de todos los hijos 'de adop- : II. Añádase á lo que dicen estos santos, que su v i r -
cion, era conveniente que la recibiese para comunicarla 1 ginidad recibió tal incremento, que los ángeles queda-
ron confusos y avergonzados ai comparar su pureza con
á todos (2). El discurso del tercero me parece digno do
la de ella. Asi lo dice S. Buenaventura ( I ) : «No solo fué
perpetua memoria: véase aquí trasladado fielmente (5).
acendrada tu virginidad, oh Virgen santísima, por esta
• Para que el Padre eterno engendrase un hijo y un Dios
concepción inmaculada, sino enriquecida, ennoblecida,
igual á s í , no se necesitaban ningunas disposiciones pre-
acrecentada, sellada y consagrada.. Por estole dirige sari
vias, en atención á que esto le convenia por su propia
Juan Damasceno las siguientes palabras: «No temas la ve-
naturaleza, capaz de comunicarse por la vía del entendi- nida del Espíritu Santo sobre t í , oh santa señora, porque
miento á un Verbo que fuese consustancial é igual á él has leído en los sagrados libros qne es un fuego que todo
en todo y por todo. Mas para que una mujer concibiese á io abrasa y consume; pues te hará semejante á la zarza de
un Dios, fué preciso emplear disposiciones enteramente Moisés que arde sin consumirse, ó mas bien si quieres,
extraordinarias como para una obra milagrosa; porquefué te servirá de celestial rocío y de un refrigerio todo d i v i -
necesario enaltecerla á ella basla tal punto, que igua- no ( 2 ) . . «No temas, diceS. Gregorio Taumaturgo, por-
lara en cierto modo las grandezas de Dios por disposicio- i que el que está contigo, no es un esposo tomado entre
nes de gracia y perfecciones en alguna manera infinitas; los hombros, sino el Señor de toda santidad , el padre
cosa que estando fuera de paridad y de toda experiencia de la castidad, el autor de la integridad, el dador de la
está también fuera de la comprensión de todo espíritu libertad, el medianero de la salvación y el solicitador de
criado. Esto es lo que quiso dar á entender el ángel Ga- • la verdadera paz (5).«
briel cuando respondió al mismo tiempo á la pregunta y
á la admiración de la bienaventurada. Virgen, como si III. «Pero ¿qué motivo de temer podría haber para
1 el p u d o r , dice S. Ildefonso (4), donde la divinidad se
hubiera dicho: No me estreches m a s , si te parece, por-
une con la virginidad su hermana, donde el ángel es el
que confieso que ignoro lo que niepreguiúas : solo tengo
mediador, la fidelidad la que lleva la antorcha, l a ' c a r i -
quedecirte de parte del que ha de cumplir este misterio, .
dad el vinculo conyugal, la virtud la dote, la conciencia
que es tan grande para hacértele comprender como po-
el juez, Dios el fin y el principio de la unión, y la integri-
dad el fruto del matrimonio, donde la virgen se hace
madre y la madre queda virgen?-

(1) Orst.deKat.B.Virg. (3) Tom. 3. conc. SI. orí. t>


(») Eplít.deAisumpt.adPaul.
ii! Specai n. Y c. i . (31 Sermo 1 de A n i r a u l .
(') Oral. I d e l l a t i v . B . V l r j . (4) Be v i r g i n i l . U t í p ü r » .
nadre ( T ) , pues tienes la honra de contraer un paren-
r»í lleno de celestiales dulcedumbres. tesco que lio hubieras esperado jamás y que te eleva
sobre nosotros mas de lo que t ú misma comprendes; sin
IV ¿Qué quereis que os diga del exceso de con- embargo nos importa singularmente que no llegues a
tento interior v de la copia de celestiales dulcedumbres 'despreciarnos, en especial en aquella hora en que tiene
que sintió con la venida del Espíritu Sanio, D.osdctoda toda potestad de servirnos, en vista de que nunca fue el
dulzura v fuente viva de.lodos los contentamientos ver- ánimo de eso rev bondadoso darte un corazon desa-
daderos, con la concepción dei Verbo diva,o mdagrosa- n d a d o para con nosotros, sino solo alentar tu valor
menie encarnado en sus entrañas .y con la par lopacion v hacerte entender que de aqui adelante no debes >a tic-
de la-alegría que recibió el Padre eterno en el cumpli- sacar tu gloria de la tierra, supuesto que estás emparen-
miento de este misterio , cuagdo. afirma S. igusün ( \ ) tada con el cielo.
que fué tal, que sacó a l a Virgen como fuera de si y la dejo
sin poder e x p l i c a r l o ? ! i tal extremo llegan muchos coc-
a v — Cómo ti tollinas Irimfal «M»mUe »«
ieres, que no tienen reparo de decir que c-n este instan e ¿iviflos teptiorití.
de uua dicha eterna .para ella fué levantada en alas Ue
una contemplación tan sublime, que recibió la gracia
f Goteo nunca hubo una boda igual á la de que
de ver á las claras la esencia divina ( 2 ) . Pero de esto d.re
tratamos, tampoco se encontró jamás una concurrencia
algo en mejor oeasion, aunque acaso no nos corresponda
igual á esla, atendiendo á que no os posiblermag.nar.si'
peneirar mas en el conocimiento de las gracias y caricias
> ' na magnificencia parecida, á aquella en nne D i o s —
que se hicieron á esta sania señora en consideración de
es el esposo v el que desposa, el convidado y el que
sus desposorios-. . , onv da el banquee y el maestresala de el. Porqué s,
v Como quiera que sea, tengo firme confianza, olí bien el Salvador prometió á quien le.nmase ^ , que
Virgen gloriosa, de que no despreciarás los sentimientos vindrá á él v morará con él en compañía del Padre y del
del gozo publico que te presentamos de parte de toda nues- E ritu Santo (lo cual se verifica por ios efectos de a
tra naturaleza, la cual te dice con mas afecto como tam- ,-.vacía en el alma del justo-): s i n embargo no.nos fe dado
bién con mas motivo que dijeron los hermanos de Bebeci detenernos ahí en el hecho de que se trata, sino que hay
á s u buena hermana: . Hermana nuestra eres; crozas en que levantar nuestros pensamientos y concebir una ma-
m i l y m i l generaciones, y vence por medio de t u hijo a
nera do presencia y operacion do la santísima Trin,dad
todos tus enemigos (3). l'or lo demás aunque t u abuelo
mnv diferente de aquella. Siendo asi , M podra per-
David te advierta que olvides t u pueblo y la casa de tu
suadirse á que cuando .S. Epifanio llamaba a l a Virgen
sanísima esposa de ¡a beatísima Trinidad, lo en d
de un modo ordinario y común a las almas que están en

(i) SalmoXUV.lt ( í ) . Joan. XtV.


¿ t e t e « v a » »
§. I ex Alberto Magno: Dionys.
gracia de Dios ( i ) ? ¿Quien oyendo á los dos principes
de las escuelas, eslo es, á los doctores angélico y será-
tal: «Suploen m i carne, dice, lo que resla de los su-
fico ( 2 ) , llamarla triclinio de la augustísima Trinidad, no
frimientos de Cristo ( I ) » : no porque su pasión no fuese
so figurará alguna cosa mas sublime que todo cuanto
suficiente para rescatar millares de mundos, sino porque
pasa en el estado aun el mas eminente de la santidad?
en realidad quedabainútil para nosotros si no nos era apli-
¿Quién oyendo decir á S. Bernardo (3) y á S. Buenaven-
cada personalmente por los sacramentos y las obras meri-
tura (4) despues del celestial paraninfo: «El Señores
torias y satisfactorias, que sirven de sello y complemento
contigo, es decir, el Padre, señor de todas las cosas, de
por decirlo así á la pasicn del Salvador (2). Del mismo
quien concebiste al H i j o ; el Hijo, señor igualmente de
modo decimos que aunque la Trinidad sea infinita en
todo lo criado, á quien concebiste; y el Espíritu Santo,
todas sus perfecciones y no pueda recibir nada en si
no menos señor que el Padre y el H i j o , de quien conce-
misma, no obstante si la consideramos en cuanto puede
biste y por quien fué santificado tu vientre asi como
comunicarse al exterior, es capaz de alguna perfección
por el Padre y por el H i j o ; quién, repito, oyendo estas
sobrevinionte, que no rebaja de ningún modo la gran-
maravillas no pasa sobre todo lo que es de la naturaleza
deza de Dios. Si los instamos para que declaren en p a r -
y de la gracia para adorar á la Trinidad infinita de un
ticular en qué consiste ese complemento; nos dirán que
modo muy particular en el seno de la virgen María?
estriba en que no siendo fecunda la Trinidad divina mas
II. Hesiquio, presbítero ó según otros patriarca de que en dos personas, á sabor, el Padre y el Hijo, paro-
Jerusalen, que vivía m i l y doscientos años l i á , dijo, cia que el Espíritu Santo por un esfuerzo de su infinita
una expresión do la Virgen que lia ejercitado hasta bondad deseaba alguna comunicación de si m i s m o , la
ahora á los mejores ingenios, cuando la llamó comple- cual no pudiendo ser dentro de la misma Trinidad la bus-
mento ó remate de la' santísima Trinidad (o). ¿Por ven- có fuera. Asi á falto de poder comunicarse infinitamente
t u r a , dirá alguno de buenas á primeras, la adorable Tri- porque todas las criaturas son limitadas, escogió u n a á
nidad estaba imperfecta ó adolecía de algún defecto? ¿No quien se comunicó en cuanto ella fué capaz, y esa cria-
es un Océauo de grandezas, un abismo de perfecciones, tura es la bienaventurada virgen María.
la fuente y origen de toda bondad, de toda santidad y
III. Dirán además que así como por la generación
de todo ser? Pero vamos con tiento: es necesario com-
eterna del Verbo tiene el Padre una relación con ol Hijo
prender el verdadero sentido de aquelantiguo doctor (6).
Es verdad que la beatísima Trinidad es completísima é
infinitamente mas perfecta.de lo que podemos imaginar- j l ) Ad coloss.l, 21. píela. Puede decirse lambien
nos; pero esto puede explicarse por una frase del Após- (2) Adición de la madre iía~ que tenia en e l corazón u n celo
r í a J. de Blemur. «Repito que no infinito d e padecer por amor á
es porque ia pasión del Salvador su padre y odio al pecado toda
no sea m u y perfecta e n si mis- suerle de males y suplicios, aun-
(i) Orat. de S. Deipara. rna; mas el apóstol quiere decir que no debía de sufrir mas qué
( 5 ) Oral. 2 i n Mariam Dei-
(i) S. Tbom. opuse. 8 : S. que los- miembros padecen los sola la mtterle de c r u z : lodos los
param..-
Bonav. laüs r h y t h m i c a B. Virg. naos por los otros y por todo e l santos que padecen diferentes
(6 i Ilieron. de Florent. opiid
3} Sermo 3 i a Misius. cuerpo como él padeció por nos- persecuciones y nuevos l o r m e n -
Fcrdinand, de Salazar i n c'. VIH
i) Specul.B. V i r g . , c . 8. otros. El Salvador, dice l ' r i u i a - los on lodá la l i e r r a , suplou los
Proverb.
s i » , comenzó la pasión; pero no que Jesucristo padeció oa su. es-
!á acabó, y la iglesia la com- pirita.»
ningún lugar vacío, supuesto que su cuerpo , su alma
y el Hijo con el Padre y por la producción del -Espirita « m o r í , su entendimiento, su voluntad y todas sus
Santo el Padre y el Hijo tienen otra relación con el mis- Dolencias están llenas de .la divinidad?
mo Espíritu Santo, y este con ambos, como que es el P
? Si se me insta para que pase adelante y explique
amor y el vinculo de los dos;de la misma manera estas pormenor cómo se hallaron las tres personas divinas de
tres personas erau todavía capaces de una nueva relación una manera e s p e c i a l i c e n el sagrado vientre de U
asi como de un aumento de perfección que podía venir- virgen Maria; tendré siempre m i X
les de fuera; relación que les sobrevino en la genera- senté al principio; que esta manera es inefable. No ote-
ción temporal del Verbo divino, la que se efectué en el ante si se ha de decir algo, sé bien que no errare micn-
vientre de la virgen María, donde el Espíritu Santo en tras siga lo que nos enseñó el hijo único que esta en e
calidad de esposo llevó al cabo esta obra divina, que seno del Padre, cuando d i j o : -¿No creo.s que yo estoy en
podemos llamar con razón el compendio de todas las eí Padre y el Padreen mí ( 1 ) ? - Yo tengo firmemente que
obras y de todas las maravillas do Dios. no me apartaré de la regla de la fé cuando diga con S. H i -
IV. * Bien sé que de poco sirve el contradecir: asi no lario ( 1 : «Creo que el Padrp eslá en el Hijo y el Hijo en
ten n ode ningún modo intención de tocar afondo esta doc- el Padre por unidad do naturaleza, por potencia de ope-
trina para desacreditarla, sino de decir únicamente que ración. por igualdad do honor y por orden de naci-
en mi juicio todas esa's interpretaciones tienen mas suti- m i e n t o ' : lo mismo creo del Espíritu Santo en virtud del
leza que congruencia con el sentido y la intención de S q u e trae del Padre y del Hijo.» Diré m u e l t a -
aquel antiguo doctor, el cual no quiso expresar otra cosa m en te con el mismosatito ( 5 , que la P ^ U i d de la d j
sino que la Virgen estaba enteramente llena de la-santí- nidad que se halla en el Padre, en el Hijo v en d Espí-
sima Trinidad. Para convenir en esto no hay mas que ritu S , es causa de que el Padre esta en el 1,jo y en
traer á la memoria'su discurso, que es una compara- Espirilu Santo, el ¡lijo en el Padre y en el Esp.n u
ción del arca de Tioé con la Virgen, aplicada de esta Santo v el Espíritu Santo en ei Padre y en el lijo r que
. suerte. Aquella era el arca de los animales, y esta-es.el t o d 'a natura cza y la sustancia que hay en el uno esta
arca de la vida: aquella no contenía mas que criaturas entera i n i a l y perfectamente en los otros sin d.feren-
corruptibles, y esta trajo la vida incorruptible: aquella
tenia deutro a i justo Noé, y esta al padre y criador de odo punto inseparables las unas de las otras no lo son
N'oc: aquella tenia Ires altos y tres viviendas, y esta está m dé la naturaleza, divina, n i
toda llena de la beatísima Trinidad, porque el Padre Pasaré mas alláy diré con el angélico doctor (4) que es
le hace sombra , el Hijo está en sus entrañas, y el Espí- tas divinas personas están 1. una.en la
r i t u Santo se "halla alli como en su tálamo nupcial. la esencia divina, que se comuiiicamlauna a 1?
¿Quién no ve que éste complemento, ó para trasladar con de que son igualmente inseparables en razón de U re-
mas propiedad la palabra griega, esta plenitud deque
se trata, debe de tomarse pasivamente, y que cuando se
(3) lb¡d. 1.3.
llama á la Virgen toda la plenitud de la Trinidad, se ( i ) Joan. XIV, 10. ¡t) P a r t - I . q . 18, a t t . b.
quiere decir que está toda llena de ella sin que quode ¡S). DelriniW,I.S-
vinidad; este es nuestro bendito salvador y redentor, á .
laclónos personales, que no pueden subsistir , ni aun s i - quien se dé honor y gloria con el Padre y el Espíritu
quiera entenderse la una sin la otra, y en razón del o r i - Santo por los siglos de los siglos.
gen que la una trae de la otra de quien procedo; de
suerte que subsiste esencialmente unida á ella en una
perfectisima identidad de naturaleza. Diré con S. A m - QUISTA ESTRELLA
brosio (1) que la admirable obra de la encarnación fué
hecha individuamente por el Padre, el Hijo y el Espí-
ó g r a n d e z a <ie la c o r o n a «le excelencia d e 1«
r i t u Santo: que los tres se encontraron en las sagradas
m a d r e d e ])liw.
entrañas de la Virgen santísima para formar u n hombre
Dios, portento del cielo y de la tierra; y que no obstante
solo el Hijo encarnó á causa de que él solo se unió eu
calidad de término y supuesto á la naturaleza humana CAPITULO VI.
que tomó. «Asi por una imperfecta comparación, decía
S. Agustín ( 2 ) , vemos que cuando uno toca el laúd ó QUE SO TIENE IGUAL EN SUS PARTES PEREGRINAS Y CALIDADES
cualquier otro instrumento músico, el arte dirige la NATURALES.
mano y la mano pulsa las cuerdas; y bien que sean ab-
solutamente necesarias estas tres piezas; no obstante ni
E l divino esposo de los Cantares no acaba en tratándose
el arte, ni la mano dan el sonido que halaga al oído, sino
de alabar á su casta esposa. En el capítulo IV dice ma-
las cuerdas solamente (3).« «Así sucede, decía el docto
ravillas de ella y despues de muchas alabanzas añade:
cardenal Belarmio, cuando dos señores visten al rey
«Sin lo que está oculto por dentro:» como si dijera: «>"o
para algún acto solemne, ayudando él también, p o r -
pretendo hacer aquí un elogio de las relevantes prendas
que aunque los tres hacen laoperacion, solo el rey queda
que adornan t u alma y en que consiste t u principal
vestido con el manió real.« Esta es la maravilla que Dios
hermosura.» Los Setenta trasladan: «Fuera de lo que re-
obró y que nadie sino él pudo obrar para hacerse cono-
quiere silencio, porque no puedé declararse por pala-
cer y adorar en la Virgen santísima como en el templo y
bras. » El devoto emperador Mateo Cantacuzeno lo toma
santuario mas augusto qué ha escogido despues de aquel
por el glorioso titulo de la maternidad. «Este silencio,
donde se halla personalmente toda la pleriilud de la d i -
dice, no es otro que la manera inexplicable de t u parto;«
de suerte que quiere deducir que no hay en verdad pa-
labras con que pueda espresarse la dignidad de madre
\l) De Spiril. Sánelo, I. 3, tan bajas y familiares en un de Dios;, sin embargo de que aun prescindiendo de esta
cap. asunto lao elevado como el de calidad, no.dejaria la'Virgen de ser incomparable por
( 2 ) De ccclet. dogrnat. circa que tratamos; pero teniendo
principium. por maestro á uu tan insigne
sus raras prerogativas de naturaleza, de gracia y de
¡ 3 ) Adición de la niaire Mu- doctor como S. Agustín, parece gloria. Despues de haber declarado yo las-relaciones que
tin 1. de Dicniur. «A nosotros que no hav dificultad en se-
esta señora tiene coñ la-santísima Trinidad á consec.ueo-
nos.cpstaria traljajp «alemos de güirle.»
esta cspecic- do comparaciones
vinidad; este es nuestro bendito salvador y redentor, á .
lacióncs personales, que no pueden subsistir , ni aun s i - quien se dé honor y gloria con el Padre y el Espíritu
quiera entenderse la una sin la otra, y en razón del o r i - Santo por los siglos de los siglos.
gen que la una trae de la otra de quien procedo; de
suerte que subsiste esencialmente unida á ella en una
perfectisima identidad de naturaleza. Diré con S. A m - QUISTA ESTRELLA
brosio (1) que la admirable obra de la encarnación fué
hecha individuamente por el Padre, el Hijo y el Espí-
ó g r a n d e z a d e la c o r o n a d e excelencia d e 1«
r i t u Santo: que los tres se encontraron en las sagradas
m a d r e d e ])liw.
entrañas de la Virgen santísima para formar u n hombre
Dios, portento del cielo y de la tierra; y que no obstante
solo el Hijo encarnó á causa de que él solo se unió eu
calidad de término y supuesto á la naturaleza humana CAPITULO VI.
que tomó. «Asi por una imperfecta comparación, decía
S. Agustín ( 2 ) , vemos que cuando uno toca el laúd ó QUE SO TIENE IGUAL EN SUS PARTES PEREGRINAS Y CALIDADES
cualquier otro instrumento músico, el arte dirige la NATURALES.
mano y la mano pulsa las cuerdas; y bien que sean ab-
solutamente necesarias estas tres piezas; no obstante ni
E l divino esposo de los Cantares no acaba en tratándose
el arte, ni la mano dan el sonido que halaga al oído, sino
de alabar á su casta esposa. En el capítulo IV dice ma-
las cuerdas solamente (3).« «Así sucede, decía el docto
ravillas de ella y despues de muchas alabanzas añade:
cardenal Belarmio, cuando dos señores visten al rey
«Sin lo que está oculto por dentro:» como si dijera: «>"o
para algún acto solemne, ayudando él también, p o r -
pretendo hacer aquí un elogio de las relevantes prendas
que aunque los tres hacen laoperacion, solo el rey queda
que adornan t u alma y en que consiste t u principal
vestido con el manió real.« Esta es la maravilla que Dios
hermosura.» Los Setenta trasladan: «Fuera de lo que re-
obró y que nadie sino él pudo obrar para hacerse cono-
quiere silencio, porque no puedé declararse por pala-
cer y adorar en la Virgen santísima como en el templo y
bras. » El devoto emperador Mateo Cantacuzeno lo toma
santuario mas augusto qué ha escogido despues de aquel
por el glorioso titulo de la maternidad. «Este silencio,
donde se halla personalmente toda la pleriilud de la d i -
dice, no es otro que la manera inexplicable de t u parto;«
de suerte que quiere deducir que no hay en verdad pa-
labras con que pueda espresarse la dignidad de madre
\l) De Spiril. Sánelo, I. 3, tan bajas y familiares en un de Dios;, sin embargo de que aun prescindiendo de esta
cap. asunto lao elevado como el de calidad, no.dejaria la'Virgen de ser incomparable por
( 2 ) De ccclet. dogrnat. circa que tratamos; pero teniendo
principium. por maestro á uu tan insigne
sus raras prerogativas de naturaleza, de gracia y de
¡ 3 ) Adición de la niaire Mu- doctor como S. Agustín, parece gloria. Despues de haber declarado yo las-relaciones que
tin 1. de Biemir. «A nosotros que no hav dificultad en se- esta señora tiene coñ la-santísima Trinidad á consec.ueo-
nos.cpstaria trabajo «alemos de güirle.»
esta cspecic- do comparaciones
los santos padres y hasta con las sagradas f r i t u r a s que
cia del glorioso Ululo de madre de Dios, me Siento impe- todo lo «rande y elevado según ol mundo, que ha haüiao
lido á publicar aquellas tres especies de grandezas. La £ d i f creación hasta su concepción contribuyo a
razón pide que empiece por la naturaleza, porque es la
realzarla y ennoblecerla. Los sagrados anales a
basa v fundamento do. las oirás perfecciones, aunque mi
salió de la p r i m e » nobleza de la t ' e v r a y dc iid ó de
intención es pasar ligeramente y por encima y bacer ver
diez y nueve patriarcas antiguos, que fueron los pilaros
tan solo cuatro excelentes calidades de esta señora , que
y columnas do la ley natural hasta
son como los cuatro elementos .de que se componen to-
mos anales se ve cómo despues de este se acrecenX > s«
d a s las demás, á saber.su nobleza, su hermosura, su
nobleza por la descendencia de los patriarcas qu foeron
entendimiento, su bolla alma y su índole singular Me
en su tiempo la honra y el sosten del mundo y pobla
parece'que hablaré mas oportunamente de sus calidades
ron-cousus Hijos la nación escogida de Dios; como * »
sobrenaturales despues que baya sentado, este funda-
misma sanare recibió nueva gloria pasando por los p r o -
mento.
fetas, los jueces y los principes del pñeb o uo Israel y
1.—j)o la tüiúíza úe la mato dt Bi«. uniéndose á los sumos sacerdotes destinados por s u . « r
tado á conversar con Dios y tratar con él de gobierno
l No dudo que cuando la Virgen santísima confesó del mundo-, cómo en fin puede contar liasta f l o r e e
que Dios había obrado con ella grandes cosas , estaría reyes de cuienes desciende, y algunos de los cuales fue-
su pensamiento muy distante de su nobleza y de su dis- r o n ' e n su época la maravilla del inundo, los favoreci-
tinguida alcurnia. No obstante supuesto que el Espirito dos del cielo v ios espejos de santidad, de robgion y de
Santo la señaló tan cuidadosamente en las sagradas letras, verdadera grandeza para toda la posteridad. ¿QUe os p a -
v ya que es común sentir do todas las naciones que la rece de este aparato de magnificencia? ¿No bas ana ta
sangre ilustre de la nobleza lien« no sé que de particu- menor parte do lo que acabo de contar para hincha
lar v excelente que .pasí hasta el alma y le. m i unde por desmedidamente un corazon ambicioso y hacerle tocar 1
lo común inclinaciones y pensamientos mas elevados que cielo con la punta del dedo? Pues aunque la A irgen san-
lo* del común, temería hacerme acreedora censura si tísima baga menos caso de esto sin comparación que
hubiera oscurecido esta calidad suya, en especial vien- del misterioso ornamento do las virtudes no, o b e l a n *
do que salió tan aventajada en la distribución, que tiene derecho de apropiarse lo que dice el Ecles ^ u c o .
otro que quisiera envanecerse, tendría m i l timbres de .Que en todo pueblo, en toda gente tuvo la pr m u . a
gloria v honor con que llenar sus escudos. Con efecto que se arraigó en u n pueblo honrado: q u e s o e m n o
para abarcar mucho f p pocas palabras' diré, con S. A m - como cedro sobre el Líbano y como c i p r é s i e . e l monte
brosio (11, SJ Agustín ( 2 ) , S. Hilario (3), S. Boque- do Sion ( i ) • «Porque asi como estos arboles, dice ei
tío ( i ) , Honorio, obispo de Autuo ( 8 ) , . y generalmente cardenal Hugo comentando el mismo l u g a r , echan p r o -

(l) I.. 3 i n L o e . , e, 1. ¡i) Quies!. i n Hat.


(5) Deconseosu ovan?., I. i . i 5) In Con!. (1) Ecli.XXtY,«,10,10.11.
(3¡ Canon. í in Mal.
Ezequias, una probidad mas irreprensible que la de san
fundas raices, así también las de su nobleza se extendie- Joaquín y santa Ana; en una palabra que se desmienta
ron anchamente en la sangre de los caudillos del pueblo á S. Epifanio ( 1 ) , á S. Germán de. Consliintinopla (2), á
de Dios ( 1 ) . . Sergio de Hierápolís ( 5 ) , á S. Fulberto de Chartres (4),
II. Si alguno me quiere recordar el juicio de S. Ge- á S. Juan Damasceuo (5) y á los demás que la llaman la
rónimo ( 2 ) , quien sostiene que nuestra religión no sabe hija de los santos.
lo que es acepción de personas; que no atiende á la con- III. Eu tercer lugar si las leyes asi divinas como h u -
dición del nacimiento de los suyos, sino á sus almas y á manas dan á la mujer el derecho de participar del l u s -
las prendas iuteriorcs; que no distingue al noble del tre de su marido y hasta de su nobleza y grandeza; ¿quién
plebeyo mas que por las costumbres; en una palabra que podrá representar el lio w r y la gloria que redundaron á
la única nobleza delante de Dios consiste en ser ilustre la Virgen santísima de parte del Espíritu Santo, su es-
y recomendable por la virtud ; si me alega'á S. Ambro- poso invisible, y del ínclito patriarca S. José, su esposo
sio , el cual dice que no hay prosapia igual á la de la visible y su fiel compañero? Si los criados y cortesanos
virtud y de los antepasados virtuosos; sepa que por lo de un príncipe soberano merecen los títulos y distintivos
que mira á esto no 'se hallará una nobleza compa- de nobleza por el servicio que le hacen; ¿qué diremos do
rable con la de la madre de Dios , ya se atienda á sus aquella que por espacio de treinta y mas años estuvo
propias virtudes , ya se averigüen l i s de sus mayores. alistada la primera en el servicio del rey de los reyes?
En cuanto á las suyas bien se ve que no es este el lugar Pero mas que todo la calidad de madre de Dios le da tal
de tratar de.ellas; pero en cuanto á las de sus antepasa- .superioridad sobre cuanto parece grande en este mundo,
dos puedo decir que le pertenece 7 es suya toda la v i r - que no hay nobleza que no deba de rendirlo homenaje,
tud que hasta su tiempo ilustró al mundo. Y si no que según asegurad devoto cardenal Pedro Damiano (6). Y
se me muestre una penitencia mas larga y austera i¡uo S. Agustín ¿ice que asi como la nobleza del que nace de
la de Adam, una devocion mas antigua que la de Enos, la Virgen, depende en parte de la virginidad de su m a -
una inocencia mas pura que la de Enoch, una perseve- d r e , de la misma manera la principal nobleza de esta
rancia mas completa que la de N"oé, una piedad mas consiste en la divinidad del hijo que pare. Por último
sincera que la de Sem , una fé mas firme que la de S.. Ambrosio dice 011 pocas palabras lo que podría servir
Abraharn , una obediencia mas ciega que la de Isaac, u n de amplio tema gara un discurso muy extenso: -Hablas
corazon mas generoso que el de Booz, una mansedum- de nobleza; ¿y qué cosa hay mas noble on el mundo que
bre mas amable que la de David, una sabiduría mas la madre de Dios ( 7 ) ? .
profunda que la de Salomon, una religiosidad mas ver-
dadera que la de Josafal, un celo mas ardiente que el de
' (() Iteres. 79. ( 5) Oral, t de d o r m i t . B. V.
tJ] In psalm. XI.1V. (6) Sermo 2 d e hativit.
(3) Oral, de natal, v i r g . (7) De Virg. l i b . 9.
(1) Adición de ta madre ¡ta- santa iglesia se vale ahora de i t) Sermo de natl». B. Virg,
nal. de fílemur. «Mas porque esas mismas palabras en su uóru-
su modestia no la deió j a m i s bre v á su gloria.»
pensar en sus g r a n i t o s , la ( i ¡ Epist. ad Celantiam.
g. H—D« n gracia y Hermosura corporal. ejercen mejor sus funciones en cuerpos hermosos J'que
la gracia exterior da realce á la virtud. Po u l t i m . m e
1 Poco lia faltado para (pie dejara yo el discurso de te persuadido á que si ios santos padres hubiesen he ho
la hermosura corporal y de la gracia estertor de la ma- tan poco caso de esta calidad y no hubiesen creído que
dre-de Dios fiímdome en la sentencia del sab,o Salo- sirve notablemente para realzar la virtud, n u n c a , U b U ^
m o n , quien d i c # ) W es engañosa la gracia y vana la bieran apreciado tanto. Sin embargo S Juan Dama>-
hermosura, y en el dictamen del filosofo cristiano Boe- ceno llama con este motivo á la Virgen feS*"***!»
cio, el cual afirma (2) que la belleza pasa mas rápida- naturaleza lmmana (1). Jorge, arzobispo de.Mcomed a.
mente que la rosa de la primavera (ó). Pero por otra exclama (2): tOh la mas hermosa y agraciada eulre todas
parte me he acordado do que su esposo se digna do las hermosas! ;Oli Virgen santa, ornamento sin par de
alabarla por esta calidad llamándola hermosa y sm man- toda hermosura! Ricardo de S. Víctor la atajía porgue su
cilla ( i ) , hermosa de rostro, hermosa de cuerpo y aun rostro es angelical lo mismo que su alma (a), h , Grego-
mas hermosa de alma según la interpretación de R i - rio Nacíanceno lo confirma ( 4 ) , y dice ademas que en
cardo de S. Víctor ( S i ; y por este motivo es mas terrible materia de hermosura deja atrás á todas. Todos los d o c -
para los principes de las tinieblas. Me he acordado de lo tores dicen otro tanto ó mas, y aun algunos de elloslle-
que dice Hugo de S. Víctor (6); que esta alabanza es gan á sentar que cuando su cuerpo fué reunido a su
tanto mas admisible, cuanto que el que la da, no es ca- alma para ser aposentado en el cielo, pareció tan h e r -
paz de engañarse, es el autor de toda hermosura y el moso y tan bion proporcionado, que no hubo necesidad
juez de toda verdad; y que esto no es tan poco, pues se de corregirle ó reformarle al modo ordinario de os
jacta de amar á la que él hizo únicamente amable, y se otros, sino quese lo juzgó capaz de recibir según estaba,
gloria de ser amado de aquella á quien él mismo dié los dotes gloriosos y de vestir la estola de la inmorta-
amor. Heréflesiodádo sobre lo queescribe el antiguo pa- lidad.
negirista latino Pacato; que Dios' por lo común prepara
un hermoso aposento á las almas grandes, porque estas SU hermosura se descubre .en . las fiaras antiguas.

11 Pero porque no se crea que u n extremado afecto


(1) Proverb. X X X I . 30. quo a b a o d ü a d a , lema mocho»
)*\ De' corisolal. pililos; I. -3. atractivos. Tema opa suavidad 5
guió sus plumas para hacerla recomendable en toda
¡Si Adida,, de b madre M. «na majestad que la bacía amar suerte de perfecciones, es necesario considerar.que ade-
1. de ílíemur. »Nunca se v io ana y temer, y lo que »un.cn aba MI más de los historiadores que la pintan exactamente se-
criatura tan hermosa: estaba d o - valor, es que levantaba los c o -
lada tan ventajosauieiitH de esta razones a l)ios, wlun.lia san os gún fué en verdad ( b ) , la razón es tau favorable a lo que
calidad, que podía decirse sin pensamientos y engendraba cas-
menlir que la naturaleza había tos deseos.»
sido lan liberal para con ella co- í » Canf.iv.
m o la gracia: que su cuerpo no I3 De Lmmanucte, l i b . í -
era menos perfecto que su alma; i 'i I Serro. de assumpt. V trg. Vi On G ioCanl!' Dionys. Car,bus de laudib.
y que su h e r m o s u r a , a u n - lom. i . J ^ r c b r l s t o pa- V i ^ . « o eccles.

TOMO I .
han dicho los santos padres, que difícilmente les negará
un hombre de juicio el crédito que merecen. Con efecto
para no hacer mucho hincapié en las figutas antiguas
por las cuales fué trazada esta reina excelsa no tanto
s s » ! ' * « »
para imitar las perfecciones de ellas, cuanto para exce-
aposentarse en las mejillas, la modestia y
derlas y añadir otras muchas i las que poseyeron; para

I no decir que tai vez la intención principal del Espíritu

Santo, citando (lió á conocer á la posteridad las prendas po há un filósofo cristiano ( )• ^'0„„d ' Ul0S.
i n r i formar el cuerpo quo ba de consagra st, a i> » .
relevantes de aquellas nobles mujeres, fue realzar la her-
mosura de aquella á quien sirvieron do f i g u r a , como S n o ^ stante hago mas caso del
cuando los libros santos dicen de Rebeca que era moza miento de S Andrés de Jerusalen, quien llama a l a v . r
de muy buen parecer y virgen muy hermosa ( i ) ; de Ra- Ten tria una estatua labrada p o r l a mano misma de
quel (1) qae era hermosa dé rostro y de agraciado sem- C 91. V á la verdad no puedo figurarmep««e g »
blante; de Ester que era en extremo lien..osa y de lindo ? C l a m a n o en ella otro que
le-n v el primer modelo de toda v i r t u u , . el cual supnu a
rostro (3); y de Judii que era de aspeólo muy gracioso
y que parecía de incomparable belleza á. los ojos de to-
dos (1); fijemos solamente la consideración sobro aquel t&sssszss&gfc
que la formó en las dichosas entrañas de su madre esté-
r i l , esto es, el Espíritu Santo, porque por ahí será
fácil juzgar que tan digno artífice no pudo labrar sino
una obra excelentísima y señaladámeiite-con el designio,
que tenia de hacerla su casta esposa.
I I I . Léese con gusto en un precioso discurso que el
devoto Gerson pronunció mas de doscientos años'há en
la iglesia de S. Germán de París, cómo se presentó la
naturaleza al Espíritu Santo para reunir en esa su es-
posa las bollezas que habia esparcido en todas las criatu-
ras, y aun para hacerla partícipe de otras muchas que
hasta ella se habían guardado como ricos tesoros en las
arcas de sus ahorros. Coa no monos contentamiento se
lee cómo se le ofrecieron todas las virtudes para hacer
vina obea primorosa y acabada de aquella doncella amada
.. , - .- ai._.. • - -. .w
(i ) Boet., De consolai., lito: 4- M Orat. 2 de Assumpt.
II.') Q*M».XXR. (0. m Bíter y II.
(S) l b i d . X X I X , 17. (*) Jadit, VHl, 1; X, i .
01 " .1 OKOT
TRATADO PBiaBRO. 140
148 LA TRIPLICE CORONA,
sostenerle, criarle y alimentarle, en santificar todo el madre de su único hijo, como canta la iglesia, esto es, del
hombre mas hermoso, mas agraciado y mas completo
cuerpo que era liecho expresamente para él!
entre todos ios hijosde los hombres; ¿no habrá que con-
IV. A mas cuando considero que el cuerpo de la
fesar que debía de estar dotada de una hermosura mas
Virgen dobia de unirse por una unión eterna al alma
que humana? Porque el deoir que siendo su madre no
mas hermosa que Dios lia criado jamás después de la de
había de parecerse perfectamente á ella su hijo seria ha-
su hijo, no tengo ninguna dificultad en creer que debió
cerle un agravio que no pueden tolerar los que la hon-
de estar igualmente dotado de una hermosura muy
ran como deben, en atención á que nunca se han reunido
aventajada. De este parecer es S. Ambrosio cuando
tantas causas de una perfecta semejanza como aqui,
dice (1) que está bien que una casa hermosa tenga una
donde la Virgen Santísima es en cierto modo padre y
hermosa entrada: igualmente sanio Tomás cuando prue-
madre juntamente, habiendo contribuido ella sola todo
ba (2) que el cuerpo del primer hombre debía de ser muy
cuanto era necesario á la foruiacion del cuerpo de su
hermoso y proporcionado, porque en la producción del
amado hijo. Y asi supuesto que según el axioma del filó-
cuerpo humano, dice, Dios atiende no poco á las per-
sofo, en cada orden de criaturas debe de haber una que
fecciones que requiere el alma que ha de hospedarse
sea la primera y como el modelo dejas otras y en térmi-
en él, y a las acciones que ha de ejecutar. Do donde
nos de hermosura no puede baber un cuerpo mas perfec-
infiero que estando destinado.el cuerpo de la madre de
to que el de nuestro señor Jesucristo; es preciso confesar
Dios á juntarse con aquella hermosa alma y acompañar-
qne quien mas se acercó á él, fué su bienaventurada ma-
la en el ejercicio de los actos mas heroicos y divinos que
dre. S. Juan Damasceno considera admirablemente esta
se han practicado después de los dél príncipe de la glo-
razón cuando habla asi a l a Virgen santísima: -Tienes,
r i a , que llamamos divinamente humanos ó humana-
señora, una vida y por consiguiente una hermosura que
mente divinos, dobia de ser la hermosura misma de la
pasa las leves ordinarias de la naturaleza; de lo cual no
santidad corporal en frase de S. Gregorio de Neocesarea,
hay que admirarse, porque tú no la recibiste por ti, sino
ó como dice S. Basilio (3), una carne compuesta toda de
pwsDios, para quien fuiste hecha con miento de servir
santidad.
á i a salvación de todos los hombres y de cooperar al
cumplimiento del proyecto que Dios tema de la encar-
Siendo escogida María para madre del Salvador debía de ser aca-
nación del Verbo eteruó y de nuestra deificación. Tu
bada en hermosura.
¡apetito, no sabe lo que es sensualidad, sino que a ejem-
plo do ia razón misma sedimenta de sanios afectos;..así
V. Si pasamos mas allá de todas estas consideracio-
es que eres-el verdadero árbol 'de vida, que no puedes
nes para remontarnos á los altísimos designios de nues-
producir mas que buenos frutos, especialmente despues
tro Dios, el cual hizo á la Virgen únicamente para ser
de haber dado al mundo el fruto de vida, que no es
otro' que el Yerbo encarnado. Tus ojos están formados
pariírairar ! siémpfe:á..to a i l o j ^ t a t - C M t i a u a m e p t e f n o s
( O . D e virginib., lib. 1. (3) Homil. do humano Chri- en t u señor y tu Dios. T u s oídos estia acostumbrados
(») • Parir f ; q.'SY, art. 3. sli generatiSie.
Jbse, creo sin dificultad lo que dicen do el, y e s q u e m u ,
a la música délos ángeles y á las palabras del Esptal» 0 mas trataba y c o n v e r s é con ella, mas abrasadas
Santo, especialmente despaos que por ellas entro a sal- eran las llamas de castidad que se encendían en g - f t »
vación del mundo. Tu nariz no fes mas que para o er los ¿ ° Esto n o parecerá extraño al que tenga presente lo
suaves perfumés del esposo celestial, cuyo nombre-es que se cuenta de S. Elceario, Coode ds A ^ C -. d ^ a l
ungüento derramado. Tus labios no son mas que para aaardó perpetua continencia con su esposa sai.la D r f f i a,
alabar á Dios v estar pegados á los-de t u amado. Tu es quedurmiendo los dos en el mismo lecho cu momas
lengua derrama de continuo el néctar de las sanias pla- "se acercaba á ella, mas segura sentía su c a n d a d y
ticas Tu corazon no aspira mas que á.Diús, ni suspira menos temía los asaltos de la incontinencia. 1tor otra
mas que por Dios. T u vientre es la morada deaquel que parte santa Del filia llamaba á su casto f O ^ V t a ^
todo lo contieno y no puede ser contenido. Tus pechos custodio de su virginidad. Esta gracia de todo punte
son las fuentes de leche y miel, que amamantaron al extraordinaria difundía sobre los demás su apacible j
criador del universo. Tus.-manos -son el carro .de Dios. benéfica influencia, como ib experimento Alas.a, herma-
Tus rodillas son.el trono de los querubines,, donde des- na de aquella santa.
cansa su majestad. Tus piés fueron siempre alumbrados
Diversas razone, por que nuestra señora incitaba á la castidad.
por la luz de la ley divina y nunca cesaron de andar
basta que encontraste al esposo de las almas para traerr
l e á la tierra. En una palabra eres e l tálamo nupcial m volviendo á la ruina de la pureza, algonós se
d e l Espíritu'Santo;;eres un mar inmenso.de gracias; han dedicado á indagar la calidad oculta de donde p r o -
eres hermosísima y muy próxima á Dios.? Asi habla San cedía en ella este privilegio
Juan Damasceno ( 1 ) . -nado ( 2 ) que provenia del amortiguamiento del fuego
1 c oncupiscencia, de que trataré mas a b a p porque
M kmturá de la madréii DmmcUaba al amor de la castidad. extinguido en ella este foco de toda deshones .dad, no
era maravilla que fuese m.as á propósito para abatir que
V I . Por e l . discurso de este santo padre me veo corno para levantar la llama de la torpeza. Qu.en-ha creído (»)
«Misado á consentir en lo que han notado tantos escri- que mas bien era á caiis-i de su modestia suma de h
Mres graves ( 2 ) ; á saber,- que la hermosura de la Virgen gravedad v del recato.incomparable que manifestaba en
santísima era tal, que lejos de dar nunca,ocasion á n i » K o n v e ¿ c i o n . Quién se ha persuadido ( * *
pensamiento ó movimiento deshonesto servia por. el privilegio le provenía de una emanación de la gracia d .
contrarío de piibulo y cebo de la castidad. En particular Dios, que hallándose 1 « abundante*,« ella cxhaUba per
por lo que toca á su glorioso esposo el patriarca sao toda parles un bálsamo del paraíso y un olor celestial

nsmfe . . „ „
- ^ T T ^ m T ^ - .. n i :• :•<•= : 1. •-.,!• T d...! sb
, .. ,
10 k 3
.< -1) Surius sopfcmb. (») " '
(•«) Ola!. de nattfilat.beal. q . l . a r l . e, q. 1: Alox. jAtonfj.

gtí.;e.-J:.-fc.Thom. W 3^-3-,-.q.-'S.
de castidad. ¿ Por qué no he de decir también que siendo macionesde S. Agustín ( 1 ) , quien despues de esposo
su hermosura mas divina que h u m a n a , debían d e sor ce- celestial l a llama toda hermosa, toda agraciada, toda
lestiales v divinos los sentimientos que causaba en las gloriosa, sin mancilla , adornada de toda belleza y e n r i -
almas ? ¿Por q u é no he do decir de ella con mas razón q u e r i d a de toda santidad. ¿Qué mas puede decirse?
que S. Ju'an Damaseeno de u n h o m b r e v i r t u o s o ( I ) que
tenia l á v i r t u d por hermosura? Varios autores insig- §. III.—De su excelente enlendiinieolo..
nes ( 2 ) cuentan de S. Dionisio Areopagila, y él mismo
l o escribe ( 3 ) , que habiendo sido conducido á la presen- I. Un entendimiento excelente es lo mismo que las
cia de la Virgen santísima quedó tan deslumhrado con el dos calidades anteriores una espada de dos filos y una
resplandor de una majestad divina que salia de su ros- pieza para diversos usos, que juntándose c o n . l a malicia
t r o , que cayó en tierra, v vuelto a l cabo en si protes- le sirve para emprender muchos planes i n i c u o s ; pero
tó que si Pablo «o le hubiese enseñado otro Dios, á bien gobernado tiene una simpatía m u y estrecha con la
quien adoraba y en quien creía por lafé, firmemente hu- v i r t u d , de suerte que las mas veces una santidad e m i -
biera creído que l a divinidad no podía haber elegido nente se ha hallado acompañada do u n buen entendi-
otra morada en la tierra que el rostro de aquella santa miento. Pero dígase lo que se quiera de los demás, hay
señora. que confesar por muchas consideraciones m u y poderosas
VIII. Esta consideración hace exclamar á S. Ansel- que le tuvo la gloriosa madre de Dios. No quiero a l e -
m o ' - ^ ) : - Oh Virgen s a n t a , t u hermosura es tan peregri- gar otra vez la razón indicada mas a r r i b a , a saber, que
na, que cualquiera diría que no has sido formada más siendo su cuorpo m u y perfecto y como único en sil es-
que para ser mirada y p a r a robar los corazones de los pecie era digno de u n entendimiento singular y eminen-
que f i j a n la< vista en ti. ¡Oh V i r g e n únicnmente:admira- te Tampoco pienso detenerme e n decir que teniendo
bte-y admirablemente única ! » S. Epifanio m o n d o do la Dios designio de derramar una p l e n i t u d de gracias s.obre
misma consideración dice resueltamente ( 5 ) que se ella es m u y poco probable que quisiese favorecerla con
aventaja' 4 todos;.excepto Dios solo , en h e r m o s u r a ; que la hermosura: d e l cuerpo, que es cosa de tan poca i m -
excede á los querubines yserafines y a todos los espíri- portancia, y le negase l a prenda p r i n c i p a l y que debía
tus angélicos; y que es acabada en toda perfección de de honrarla , esto es, el entendimiento. También quiero
hermosura. A u n mas allá pasa S. Bernardo diciendo (6) p a s a r e n silencio que ella no tenia ninguna de esas
que la hermosura tanto de cuerpo como de alma do la incomodidades que embolan, la .perspicacia- de nuestras
• Virgen arrebató el cariño , del rey de la g l o r i á i P o r ú l t i - entendimientos, como:son las enfermedades o imperfec-
mo do ésta misma consideración nacen las extáticas aclá- ciones de los órgaiids corporales , las malas inclinacio-
IciiaolM m i ó m i •( o¿i)-, ifcq lab o i i i u l ü l nu w l - á q ;.chol n e s , los desórdenes, los vicios y cosas semejantes; p o r -
que como dice muy acertadamente S. Ildefonso ( 2 ) , el

' 1 ' De- Joanne Cicnobiarclia ( i ) l.ib. oraliooum.


epist, de trisagio. (5) i.Sermo ilo S. Deipara.
( ! ) Diooys.Carillas.etc. ... ¡ 6 } Homít. i super ¿ f e u s .
( J ) Episu ad S. Jwnaeffi. <0 m
5 5
43$. I.A~ W I P M C Í *»W»SA. «ATA-DO FKlíffiKO. '

Espíritu--.Santo l a había librado d e t o d i mancha é imper- diau ayudarla á subir á ese eminente grado <de^contem-
fección asi como hatee! fuego coh ol oro. Tengb consi- nlacion, es decir, u n conocimiento muy escalentettou
deraciones más poderosas sanadas dé la importóncía-de sn misma, de las- criaturas iuteleeluales, délos misten s
elección, de los mimfeterros y actos que debía de ejercer ocultos, de las acciones morales y basta como han juz-
según el orden del designio de Dios, que no podía llevar aado algunos.(l):, :de las cosas naturales, en cuanto le
al°cabo sin un entendimiento relevante'-, si alguno no £ n í e W d e í mismo modo le había dado un
prefiere decir ( l o cual seria sin ejemplo y sin razón) que dimiento capaz de guardar tantos bienes y habersUos
Dios hizo un continuo milagro, en ella, es decir, qüc prac- lucrar en el céntuplo. No olvidemos sus revelaciones
ticó obras de nn entendimiento eminente sin tenerle. Las casi continuas y las mas sublimes que ha habido jamas
obras de Dios son perfectas , y cuando quiere emplear á como lo pide la razón, por las cuales la llama 8 . Audrqs
alguno por estado en un oficio ó ministerio, á mas de de Candía ( 2 ) una fuente inagotable de revelaciones d i -
las gracias sobrevínientes, que son como los donesgra- anas y S: Lorenzo Justiiiiano dice (3) que debía de^o-
tuitos, le señala prendas estables y corrientes, que son brepu'jar las de los oíros santos ( i ) tanto como lagracia
los hábitos y las disposiciones permanentes y radicales recibida por ella excedía á las gracias que se les habían
para soportar las cargas de su estado, comunicado á ellos. Ahora bien es indudable
ttarittoq vn ra ¡onoiainobisnto M i h u r a i o q ift<9lM»»Dp •requerían un entendimiento claro, perspicazreflexivo
tíTir-j«» ¿aritisiiM'haliia mehe:sterfeúnenUn&mientlisolires<ttiéM' y elevado mas que todo lo que nos figuramos en ios tér-
para sus ahisimas conUmplaeiwcs. minos ordinarios del entendimiento. Y ya que traumo
S T v ¡ a contemplativa, no puedo callar respecta de
-aá ii» ¡ra oíiniV oinoí » ol'js.i9q yuni oqiSso oíobflflt'2
o ra cosa, que es como la segunda ala con que se
IJL ETI primer lugar pues no pnede negar nadio que
remonta á lo alto: quiero decir la lectura que fuera
antes que hubiese escogido ta ihejor parte de Magilale-
de la oracion era la ocupacion mas común de la sacra-
•ná , que es la quietud y el retiro, el cielo lá habiá eleg-
tisima Virgen, de suerte que por este medio h u l e r a
ido para ella y destinado á las cosas do la mas sublime
S todala'sania escritura, ^
contemplación que ha practicado jamás ningon espíritu;
do conocimiento M a s o de ella por otro lado; a lo cual
porque fuera de que nos lo aseguran lós santos ( i ) ,
Z habría llegado nuiica sin un entendimtento emmente
para salir de duda no hay sino creer ¡(ne es madre de
y proporcionado á tal conocimiento.
Dios, porquede ató® fácil inferir,según dicen muyopor-
tunamente. S. Bernardino de Sena y Alberto Maguo (2),
que así como á este efecto en el mismo punto en quo
fué santificada. Dios le dió todos los hábitos y conoci-
mientos intelectuales adecuados á su estado, <|he po-
:.1 l lü'lufall .2 i-hi-jL¡cbb:.v3l, V.JHJXI OtUpLig*-. ¡ij Á m b r - i lito. i deviwtt.1

( t i S.Eucher.lugdon. Ser- d e V i r s . s e r m . 4 : S. Anlonto.


m o de A s w m p t . ° • p . 3 , l i t . 1 5 , c . ( 9 e x Alberto
( l ) l i BIrtMiiWíiHTin f j f r i r t ¡ S M n o u s i u «6 •a«»
<k> IÜ
gion. El venerable Ruperto ñola sutilmente ( l ) que ella
l a Virgen sanlisiimtenia necesidad de mi aventajado entendimienU tuvo su tiempo para callar y su tiempo para hablar y
para hacer compañía á nuestro Señor. que asi como durante su silencio era el huerto cerrado
y la fuente sellada de los Cántaros, de la misma manera
I B ; En segundo lugar estaba destinada a liacer com- durante su magisterio embalsamaba el aire crtn el olor
pañía al hijo de Dios, es d e c i r , al fénix de los entendi- agradable de su huerto y regaba la campiña con las
mientos privilegiados y á aquel en quién estaban escon- aguas saludables do su doctrina. Decir ahora que hubie-
didos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia ra podido desempeñar esta comisión, tan importante á
de Dios, como dice S. Pablo ( 1 ) . Esto me baec decir la iglesia sin un entendimiento eminente es á mi juicio
que si ño hubiera habido proporción, .entre estos dos querer sostener que pudiera volar sin alas, mirar sin
entendimientos , por un lado hubiese sido desventajosa ojos y oír sin orejas.
la condicion del rey del cielo, porque habría carecido ' - - LI.UT>*ifj ú, ; i l u r ; - a s ' i q ÍU¡»MI ¿ ü c i i d i j l j orí o í é i . t
mucho tiempo de compañía y de conversación f o n ve- £'! entendimiento le era necesario para los actos heróicos de virtud.
niente á su grandeza, y por otro la Virgen, so fiel com-
pañera, habría sido sumamente digna de compasion V. Pongo en último lugar los actos heróicos y ex-
•por estar privada de l a capacidad necesaria, para com^ traordinarios de virtud que debía practicar; actos que
prenderlos admirables secretos que continuamente le sacan grandísima ventaja y mucha facilidad del entendi-
revelaba su h i j o , .á fin que un día hiciese partícipe de miento y del conocimiento con que es iluminada la vo-
ellos á l a posteridad. luntad del que los ejecuta, como se ve claramente en
los mas insignes-doetores y mas esclarecidos . varones de
leerá necesario un entendimiento eminente para ser maestra de la la iglesia , que juntaron á su entendimiento eminente.y
iglesia. á su exquisita doctrina una virtud no-menos extraordi-
naria y elevada sobre lo común. Bien pudiera yo alar-
IV. Con esta palabra me lie metido insensiblemente gar mas este discurso; pero me basta decir que si la
en el tercer Oficio de la madre de Dios, con que puede Virgen santísima hizo algún aprecio de todas estas pren-
reforzarse este discurso. En efecto el Señor la habia de- das naturales, fué únicamente para lener el medio do
jado á los apóstoles y discípulos, dice S. Anselmo (2), rendir con ellas homenaje al que honraba como al primer
para que les repitiese lo que él les habia enseñado y lo tronco de toda nobleza, al ejemplar de la perfecta her-
que habían aprendido del Espíritu Sanio, i quien ella mosura y al Señor de toda ciencia; porque la razón pide
comprendiáincpmparabléinente mejor quetortos aquellos. que pues todo, se ha hecho para él , redunden el honor
Dé aquí 'proviene'.que los santos ia llaman'maestra de y la gloria á él solo.
los apóstoles, y S. Ignacio (5)-máeslrá de' n u é s f e M i -

(I) De gloria ct h o n o r c filii b o m i n i s , l i b . S.


li) Ad cotos. I. (3) Epist. I .
(!) Deeic.Yirg.lib. i , c. 1.
tranquila; su lengua era discreta y recatada; su enten-
g K . _ D« su ytiVm w * - dimiento inclinado á la lectura y su mano acostum-

=5S5gl|t
brada a la limosna. Su trabajo iba acompañado de d i l i -
gencia , su conversación de pudor y su pensamiento de
intención recta. Estaba llena do bondad para con todos,
dé respeto para con sus superiores y de mansedumbre
para con sus iguales: eríi enemiga de la jactancia, ami-
* o i e , o . Esta S í Ä ga de la virtud y dócil á l a razón. Nunca ofendió á sus
arras de a santidad v la rapan«» á
padres ni con una mirada siquiera, ni tuvo palabras con
sus compañeras: nunca desdeñó á los simples, n i des-
preció á ios débiles, n i se apartó del trato de los p o -
bres. No se descubría ninguna altivez en sus ojos, ni
precipitación eu sus pláticas, ni indecencia en sus ac-

íSg^HS
ciones, ni libertad en sus ademanes, ni afectación en el
andar, ni en él cuerpo náda que fuese un tanto contra-
rio al espíritu, ni en el espíritu nada que se rebelase

HSSsÄgSSS
contra la razón. ¿Qué diré del rigor con que vivía, y de
la alegría con que. servia á todos, pues que en' uno y en
otro casi iba mas allá de las fuerzas de la naturaleza?
No tomaba .el descanso pór deleite, sino por necesidad,

mmm
fuera de que el sueño del euerpo no impedia la atención
del espíritu fijo siempre eu alguu pensamiento santo. Su
contento era estar bajo la conducta y dirección de otro,
bien que nadie vigilaba mas fiel y diligentemente so-
bre ella que ella misma, en atención á que no daba un.
solo paso que no fuese un acto de virtud. Y aunque es-
7
í Ä j S Ä r i S. Ambrosio, cuya caU- taba pronta á aprender de todos, no obstante se portaba
como si hubiese sido el ejemplar y el espejo de todos.
dad es muy eniioeote y su probidad muy conocida :
Por su comportamiento se ganó el cariño de sus parien-
véase io^que escribe acerca de las costumbres y de la
tes , la estimación de los extraños y la amistad del misn:
mo Dios. Además nunca so .'encontraba mejor acompá-
ñate que cuando estaba sola, porque eutonces gozaba
de la conversación de los ángeles y platicaba con los
J
profetas por medio de sus escritos : por lo comuu te-
fc—-itrttr-rH*l a l ' . W U '•! '- ".
nia pláticas celestiales con el arcángel S. Gabriel, á
v „ (í)
k 1
Do v i r g i n . l i b . 2.
(t) II Reg. XU, «o-
,60 L A TRIPLICE COROSA. rente del gran obispo de Salamina del mismo nombre,
protesta (1) haber empleado grandísima diligencia en
^»tsssssssp^ buscar todos los autores griegos antiguos que trataron
de la vida de la Virgen santísima, para escoger no tanto
le causase novedad el r a t a r > , aquello que podía admitirse por probabilidad, sino
tarados, lo que merecía una creencia firmo y cierta, y dice que
g á había sino
tomado; en lo cual no L Z m L castos
aprendió en los verdaderos escritos do ellos que no ha-
i S S S S S O ^ r ^ bía cosa mas agradable que la armonía con que existían
la benignidad y la gravedad de aquella tierna doncella,
porque así como obligaba á todos con la primera á que
la amasen, asi con la otra infundía en los que la veían,
un cierto respeto y reverencia, siendo la una sumamente
Espíritu Santo, afirma (1) haber .aoiuo
amable y la otra igualmente majestuosa. Sus oídos siem-
pre estaban abiertos para oir el bien; pero su boca por
lo común estaba cerrada sino cuando se trataba de las
alabanzas de Dios ó del servicio del prójimo. Y aunque
se hacia afable con todos y de una couversacion muy
viviente. También f - ' f ^ f i S ^ e l respeto que
sabrosa, sin embargo era con tal honestidad y recato,
que fácilmente se descubría en el color del rostro la
disposición interior de su alma. Estaba distante de toda
mínimo ni de palabra, ni de obra Todas; sm. iiw ostentación y de todo espíritu de artificio mas que el
cielo dista de la tierra; lo cual se veia naturalmente en
su continente y porte exterior, porque su traje erasiem-
pre sencillo, aunque aseada, y sin mas tinte ó color que
el natural de la lana. Cualquiera hubiese dicho que su
vestido era el de la modestia m i s m a , de suerte que se
ajustaba con la decencia de que estaba adornada inte-
riormente.
VI. Si queremos considerarla algo mas adelantada
en años; oigamos lo que dice S. Ignacio mártir y obispo
de Antioquia, columna de la iglesia en su tiempo.. M u -
chos autores graves (2) le atribuyen una carta escrita á

( O D? ¡nstituliooe , vita ct p s g j m . XC : Mnrc. M i c h a e l , p r e s -


moribus Miiriie. byltít'crotoñensis.'de virió illu-
12) S. B e m a r d . , Scrmo 7 i o s t r i b u s : Cauis. sa.'pe etc.
TOSIO I , 11
ñ y a m i l 4 in
., t m
nos hace ver la excelencia de su índole en las facciones
s Juan evangelista, de que no tendré reparo de servir-
de su rostro. «Era honesta y grave en todas las cosas,
me p o r q n e e a de quien quiera, hay que confesar que
d i c e ( l ) : hablaba muy poco y solamente de lo necesa-
S o r es antiguo y grave. Allí pintando a la \irgen
rio: escuchaba con gusto: era muy afable y respetuosa
con s s co ores laturales dice: .Siempre se la veia con-
para con todos. Eran muy ajenas de su carácter las r i -
tenta e L r e los trabajos, alegre en las aflicciones, gozo-
sotadas indecentes y los ímpetus de las pasiones mal
S I ® , servicial para con todos dispuesta a
refrenadas y especialmente de la ira. Su estatura era
ocuparse en favor de los que le daban algún d j j o
mediana ó mejor como dicen; algunos, regular y bien
sin que les pusiese jamás rostro tibio o i n d i t o w t t . Era
proporcionada: su.tez trigueña, sus cabellos rubios, sus
circunspecta en medio de la prosperidad y en todo se-
ojos garzos y brillantes, sus cejas graciosamente.redon-
S t e á si misma. Su corazon rebosaba de compás,oo
deadas, su nariz regular, sus labios delgados- y rojos,
5 Í o n 1 S atribulados, y era resuello para hacer
sus manos delgadas y bien formadas. Su porte era agra-
fren e á los vicios, constante en las canias empresas
dable, su semblante franco, su conversación humilde,
infatigable en el trabajo, invencible en la defensa de la
su traje limpio y aseado, pero siempre modesto y sin
otro color que el de la lana. • Asi habla este historiador
T I ^ a n Damasceno no dice casi nada que no según el testimonio de S. Epifanio.
hava tocado va alguno de los padres citados arriba; no
IX. Aquí podría yo hacer resallar las palabras de
obstónte sus palabras son tan halagüeña., q u j m j j -
estos grandes hombres; pero tanto por no apartarme
retenerse . ;Oué lenguaje usare y o , d i c e ( l ) , paraexpre
del respeto que les debo, como por cumplir la promesa
a T a S a v e d ^ de t u andar, la decencia de tu traje la
que he hecho al principio, me sujeto con gusto á no
gracia de tu rostro, la prudencia madura de tu - añadir una sola palabra.
La modestia de tu vestido apartaba de ti toda especie
í S e n s u a l i d a d . Tu andar sentado y ^ a v e era e n .
mi«o de toda frivolidad: tu conversación sel 1a j apaci (<) Lib. ! , c . as.
W ° H u i a s d e toda especie de familiaridad con os
bres, como lo atestigua el temor que se apodero de b al
& t i r s e t e =1 arcángel Gabriel - «gura humana >
babia nadie mas obediente y humilde que tu á pesar d&
tus altísimas contemplaciones. En una palabra un
desdijiste de la que debía de ser morada de la di

V1
V n f 'eI historiador Sicéforo representa la figura del
alma de la Virgen en los lineamíentos de su cuerpo y

i) O r a l , i d e n a l i v . B. V i r g i n i a .
mente en su nacimiento, es decir, en la primera san-
SEXTA ESTRELLA tificación de la madre de Dios, luego en su aprovecha-
miento, y por último la admiraremos en su perfección
ó g r a n d e z a «le la c o r o n a d e e x c e l e n c i a d e la al salir de esta vida. No será inoportuno echar despues
m a d r e de Bios. de estos discursos una ojeada hácia las gracias gratuitas
que le comunicó Dios por colmo, para que su alma no
dejase de ser enriquecida con todo género de p.erfec-
. ciones.
CAPITULO VII.
§. I. — De la «ceiencia de la primera ¡radicación de la madre de Dios.

QUE ES INCOMPARABLE EN GRACIAS Y MERECIMIENTOS.


1. Presupuesto que la Virgen santísima fué santifi-
cada en el instante de su conccpcion, como se verá mas
Reparando el real profeta que algunos se detenian de-
despacio en el capitulo siguiente, no trato aquí sino do
masiado en la consideración de las prendas exteriores
la excelencia de la gracia que recibió entonces de Dios.
de la esposa, que acabamos de describir, los convida
Los doctores no tienen reparo de decir quo excedió á la
prudentisimamentc á la contemplación de las perfeccio-
de los mayores santos y aun à la de los mas nobles es-
nes de su alma diciéndolcs que todo lo que La pintado
píritus del cielo. Asi lo enseñan el mártir Metodio ( 1 ) ,
de las calidades exteriores, no es nada en comparación
el cardenal Pedro Damiano (2) , S. Bernardo ( 5 ) , san
de lo de adentro, donde se halla toda la gloria, es decir,
Buenaventura ¡ 4 ) , S. Bernardino de Sena ( o ) , S. Anto-
toda la hermosura, nobleza y perfección de la hija del
nino ( 6 ) , Alberto Maguo (7) y otros muchos. Esto lo
rey ( I ) . • En verdad, dice S. Andrés de Jerusalen (2),
entiendo yo de la gracia que llamamos consumada, es
haríamos mal en quedarnos siempre en el vestíbulo,
decir, de "la que poseyeron á la hora de su muerte ó en
cuando somos convidados á entrar mas adentro con la
el dia mas claro de su perfección. Para la confirmación
madre del Verbo y pasar hasta el santuario de su sagra-
de esta verdad no encuentro nada mas elevado que el
do corazon para considerar las maravillas de gracia que
admirable discurso de David, quien la veia en espíritu
ha obrado Dios en ella; porque si tan hermoso es el ex-
en el salmo L X X X V I , como aseguran S. Atanasio (8),
terior que hemos contemplado hasta aquí, ¿qué se.á lo
S. Agustín(9),S. Ildefonso (10), Hesiquío ( 1 1 ) , S . Ger-
de dentro? .«Sin embargo creo que cualquiera conocerá
ser árdua empresa el querer discurrir de la gracia de
la madre de Dios, y que necesito de la misma gracia para
desempeñar dignamente el asunto. Por lo cual á fin de
i r . Oral. deDvpapanle. m Super . H t o s .
proceder con mas método haré ver esta gracia primera- IS^ Sermo ile naliv. B. Y i r g . ( 8 ! Episl. ad M a r e e l l i n u m .
3 ) Sermo de a q u œ d u c l u . ( 9 1 Scrmo 13 de temporo.
i j Sperali. B. Y . , c . 3 , 0 , 7 . ( 1 0 ) Sermo ó de Assumpt. c t
5 ) Scrmo i i n Salve. apud eumdera S. Ámbros.
(î) Oral. I ile d o r m i i . B. V. t ) p. 4 , l i t . 1 8 , c . 1 6 , § . 2 . ( I l ) Homi!. 1 de Deipara.
(I ) Salmo XLIV.
man d e Constantinopla ( i ) , Nicetas ( 2 ) y S. Bernar-
do ( 3 ) ; y esto es de l o que yo hago mas caso, porque santísima» que ve debajo de s i a J tonto»* n0
la ¡"lesia canta en lodo el orbe aquel salmo en honor
de la V i r g e n , y hoy en todos los pulpitos resuenan a
cada paso las partes de esc poema divino. Ve aquí S áotraparte q u i ^ c e r v = ^ M
cómo entona el poeta inspirado del E s p i n t u Santo su
cántico sagrado: « Sus fundamentos están sentados en ios
montes santos. • S. Gregorio explicando u n pasaje del pro- proposición; a >aber, que la v » t , ^
feta I s a i a s m u v parecido á esle ( 4 ) , donde s e dice que da concepción se aventajo en
en los últimos días estará preparado el monte de la mayores santos, del m u u d o y á lo» p u i u t i u

¿Stores»
casa del Señor en la cumbre de los montes y so elevara
sobre los collados, habla asi ( 5 ) : - E s t e m o n t e es la glo- ' I f Í É r q u e primeramente dice que el S a r a m a las
riosa V i r g e n , l a cual por la alteza de su elección sobre-
pujó todas las criaturas elegidas por Dios. Y á decir ver-
dad es preciso confesar que es u n monte sumamente
a l t o , porque para alcanzar á la concepción del Verbo
eterno fué necesario que levantase la punta de sus mé- ne i g u a l , que todos los ángeles
ritos sobre todos los coros de los ángeles.» S. Bcrnar-
d i n o , considerando las mismas palabras del profeta ) U l 0
" r n , - £ D donde infiere muy oportunamente
Isaias ( 6 ) , sostiene que meritoriamente excede la Virgen
á l o s montes mas altos, en atención á q u e la alteza de sus
gracias pasa por cima de- las almas mas privilegiadas,
que la extensión de sus méritos los abraza todos y que

EagsSgS
la firmeza de s u elección uo encuentra nada igual entre
todos los otros santos. Lo mismo pensaba S. Juan Da-
masceno cuando decía en un sermón de la natividad- de
lá Virgen santísima ( 7 ) : «Hoy empieza la salud del mun-
d o ; regocijáos., m o n t e s , es d e c i r , vosotras, almas ele-
vadas por la alteza de vuestra contemplación, porque
ya se descubre la c u m b r e del monte santo, que sobrepu-

d c 03,iv Vití;
(1) Orat.doador.zQt!a>B.V. (4) Isai. I I , » . „ , VWC r 4 f"3 ) S«B1» ' '
(31 I n I Reg. l i b . J , c . 4. di Dcesccll'»l•%lr8••c;,
- (.21 T h e s a u r . I . 3 , c. 1. te Sffeoal. B. M a r i ® , o-
( 3 ) Sermo 3 in v l g i l . Xativ, : (0) T o m . 3 , serin, i l .
Damián. ,.Sermo d c A o n u n t i a t . ..(•*> O r a l , t d e n a t i v . B. V i r § .
perior à todas las demás. De aquí se sigile que no pu- desde entonces como el asilo y el refugio común de lo-
diendo Dios amar sin hacer bien y que yendo siempre sus dos los pecadores, que habiéndose retirado de su m a -
mercedes á la par de su a m o r , como la Virgen ocupó jestad debian de recurrir á la Virgen para volver á é l , y
desde luego el primer lugar en su cariño, se llevó al dirigirse á la misma como á madre de todos los hijos de
mismo tiempo sus primeras gracias y sus mas singula- Dios v cooperadora de su salud: que la miraba como á
res favores. señora de todos sus bienes. «Asi en calidad de tal, dice
III. En segundo lugar asegura David que se han di- S. Buenaventura ( 1 ) , debia de ser privilegiada con una
cho cosas gloriosas de la ciudad de Dios, y yo añado que gracia tan copiosa, que hubiese para comunicarla gene-
también de la gracia que fué concedida á aquella señora, rosamente á todos.» Por eso dice muy bien Sofronio (2)
porque es inaudito con qué t r e n y comitiva entró en su y con él San Pedro Crisólogo, S. Bernardo y otros mu-
alma dicha gracia. Tened el gusto do verla andar en su chos que en esta ocasion es llamada y saludada llena
majestad, y advertiréis cómo está enriquecida con todos de gracia, porque la gracia se comunicó á los demás
Lis dones del Espíritu Santo y todas, las gracias gratui- sucesivamente y en parte; pero sobre María se derramó
tas de Dios, ataviada de todas las virtudes, pero tan r i - toda la plenitud de la gracia. Este modo de hablar d a á
camente , que no son casi nada las de los otros. La ve- conocer bien claramente que la entiende de su primera
réis acompañada de una promesa infalible de firmeza y santificación. El mismo S. Buenaventura distingue tres
perseverancia final, seguida de la justicia original, que especies de gracias ( 5 ) : la primera que es propia y pe-
ponía à sus pies todos los enemigos de la gracia, suje- culiar de nuestro señor Jesucristo; la segunda que con-
taba enteramente el cuerpo al alma, y hacia à esta sin viene á nuestra señora; y la tercera que es común á ios
disputa obediente á Dios, dotada anticipadamente del otros santos. A la primera la llama meritoriamente s u -
uso de la razón que recibió entonces no como una gra- perabundante, porque el Salvador debia de ser la p r i -
cia pasajera, sino como una concesion irrevocable para mera fuente de gracia, y era necesario que corriese tan
siempre, defendida de cierta impecabilidad que se exten- copiosamente, que hubiera para comunicarla á todos.
día generalmenteá toda clase de pecados, según mostra- A la segunda la llama gracia de prerogativa, porque era
ré por menor al fin de este capitulo y en el siguiente. necesario que fuese mas eminente que todas las otras
Y si puede juzgarse de la grandeza de un príncipe por la gracias como reservada á aquella que había de ser una
magnificencia de su corte y de su comitiva; ¿no se po- segunda fuente de gracia y que como madre debía de
drá decir que esa gracia que camina con tal tren, no es tener siempre blandísimas entrañas. A la tercera la cali-
comparable con la que recibieron los otros en cualquier fica con el nombre de suficiente, no porque no haya sido
punto de su vida que se los quiera considerar? al mismo tiempo muy eficaz, sino porque no siendo
causas universales, como lo es la madre de Dios, aque-
IV. En tercer lugar dice el profeta que aun cuando
el Señor la favoreció con esta gracia incomparable, se
acordará de Ralíab y do Babilonia que le conocen ', y que
tendrá presentes^ los extranjeros, y á T i r o , y al pueblo ( ! ) Specol. D. V i r . , c. 3. (3¡ In 3 d . 13, p. 3.
de los etíopes. Esto quiere decir que Dios la consideraba ( ! ) Sevmo de AsmimpV.
líos á quienes corresponde, pedia la razón que se conten- que es impasible, el hombre que es Dios y e Dio que
tasen con tener lo bastante para sí y para cumplir el es hombre, el hombre que está en Dios y el Dios que
Oficio que babian recibido por suerte como miembros está en el ¿ombre. Este es el hombre y el hombre que
particulares do la iglesia. Es necesario confesar que t o - nació de la Virgen, el que arrastra todo tras si porque
dos los demás, en cualquier orden ó grado que se en- • S do ella destinada á ser madre de Dios, todo le era
cuentren, n o s o n m a s que siervos, y q u e l a \ i r g e n , sien- debido , y la plenitud de las .gracias era enteramente
do la madre v señora, no debe de entrar á la parte con conveniente á su estado. -Todos los rios entran encimar
ellos, sino tener todo cuanto puede desear sin medula ni dice el Sabio, y sin embargo este no rebosa., Do la misma
limitación. Mas no nos apresuremos á pasar adelante, manera todas las gracias son recibidas en el alma de Ma-
porque pronto vendrá la ocasion oportuna. ría sin que excedan la dignidad de madre de Oíos. Acó -
dáos dice S. l'cdro Damiano ( 1 ) , de que os hablo de
IV En efecto continuando David alega la razón mas
aquella en quien habitó de intento nuestro benignísimo
natural á la par que mas eficaz de todas: ¿Por ventura
Señor á fin do hacerle todas las caricias imaginables; de
no dirá Sion: Hombre y hombre nació en ella? Lo cual
suerte que habiendo hecho todas las cosas buenas quiso
significa según el énfasis de la reduplicación hebraica:
que esta fuese la meior de todas, como que debía de ser
el°hombre sin igual. S. Agustín lo interpreta asi ( I ) : el
su santuario, su propiciatorio, su lugar de recreo y su
hombre que vivió delante de nosotros, y el que fue he-
mansión predilecta. ¿Os admirais de que este llenado
cho después. S. Juan Damasceno ( 2 ) : el hombre que es
gracia, dice S. Gregorio Taumaturgo ( 2 ) , cuando se en-
criador y criatura juntamente, mortal é inmortal-, visi-
cuentra en ella el tesoro de todas las gracias del
ble ó invisible, finito é infinito, es decir, el hombre quo
es eterno en el seno de su padre aun cuando sale tempo- mundo? .
ralmente del vientre de su madre, el hombre que alia VI Prosigue David y dice en quinto lugar que el
arriba es el rey de la gloria, mientras experimenta nues- mismo Altísimo l a ha fundado. Esta es la divisa que so
tras miserias en la tierra; el hombre que está sentado ve en letras de oro sobre jel frontispicio de esta santa
en el cielo sobre el trono de su majestad al mismo tiem- a s a , por donde pueden entender todos; que no hay que
po que es enclavado en la cruz; el hombre que vive al extrañar si este edificio es una maravilla del mundo,
mismo tiempo que espira; el hombre que todo lo puede pues el arquitecto del universo puso mano en él y grabo
nventras todo lo padece; el hombre que es adorado de por si mismo sus armas y su nombre. Pero especialmente
los ángeles mientras es ultrajado por los hombres; el se dice que echó los fundamentos de ella, para que na-
hombre que juzga á los que le condenan, que prepara die dude que la Virgen fué muy eminente en gracia
la vida á los que le dan la muerte, y que forma los pla- desde su primer instante. - El Verbo divino la amaba ya
nes de un inundo nuevo cuando el viejo parece que en el vientre de santa Ana, dice S. Lorenzo Justinia-
quiere acabar; es decir, el Dios que padece y el hombre

(O ln psalra. LXXXVI. ' fi> Crat 1 de dormí!. B. Y. (0 Samo de ¿«muí- (3) Sermo l de Annunt,
han tenido que pregonar sus mercedes y los portentos de
no ( 1 ) , y desde enlonces la honraba como á su madre
su bondad. S. Gerónimo traslada este lugar diciendo que
viéndola prevenida de una copiosísima bendición y digna
no se ove otra cosa en aquel sagrado palacio sino coros
de tener por maestro al Espíritu Santo.» De donde infiere
de música v conciertos armoniosos, los cuales indican
el angélico doctor ( 2 ) que aunque en el instante de su
que en ella'están todas las fuentes de Dios, es d e c i r , que
p r i m e r a santificación no tuviese todavía el t i t u l o y grado
por ella como por u n conducto celestial pasan todas las
de madre de D i o s , sin embargo pues que tenia el nom-
gracias que se comunican á los hombres. E l parafrasta
bramiento del cielo y la aprobación de la santísima T r i -
caldeo vierte que el motete de esos cantares divinos es
nidad , no podia estar dispuesta a recibir aquella honra
que de esta santa casa suben continuamente hacia el
sino por la p l e n i t u d de la gracia.
cielo toda suerte de alabanzas, no menos agradables a
Vil. E l profeta dice en sexto lugar que e l Señor r e -
Dios que los sacrificios que se le ofrecen, aunque o c u -
gistrará en las escrituras de los pueblos y de los p r í n -
pe,. el p r i m e r lugar entre los honores que se le t r i b u í a n
cipes el nombre de aquellos que han estado en ella. S u -
en la tierra. Por ú l t i m o según la interpretación de a l g u -
puesto pues que este gran arquitecto la edificó con á n i -
nos el Espíritu Santo quiere decir que lodo su amor esla
mo de hacer gala de ella y de celebrarla en la j u n l a de
en e l l a ; que las entrañas de su caridad son para ella ; y
todos los potables,del mundo y que está singularmento
que todos sus pensamientos y deseos se dirigen a ella.
destinada á hacer resplandecer la grandeza y excelencia
de su a r t í f i c e , ¿parecerá extraño que este haya empleado Estas alabanzas parecerían desmedidas, s i no se tratase de
toda su i n d u s t r i a y sabiduría, si es lícito decirlo asi? la que.está guardada en los tesoros de la predestinación
Con gusto me alargaría sobre esta materia; pero prefiero eterna para ser digna madre do DÍQS y Á quien por lo
detener aquí mí pluma para manifestar mas despacio en tanto está reservada uña gracia tan extraordinaria y una
el capitulo X I I I q u e Dios saca mas honra y gloria de la merced tan alta, que debe de estar dispuesta a reci-
V i r g e n santísima sola que de todas las demás criaturas b i r l a por todas las gracias de D i o s , lodos los favores
j u n t a s , y que en ella se descubren mas perfectamente del cielo y todas las caricias del Espíritu Santo.
que en estas los admirables rasgos de sus perfecciones
T¡r
divinas. S. I I . - D e l aumento de la #a<® <* Scn

VIII. E l profeta concluye a s i : «Ciertamente todos los


Nuestra señora pudo creen en gracia.
que moran en t í , viven en alegría.» De este versículo usa
particularmente la iglesia en el oficio de l a Virgen á fin de
I. ( 1 ) Mas á fin de hablar con órden y con f r u t o de las
manifestarnos q u é debemos de pensar y sentir acerca del
valimiento que l a reina de los ángeles tiene con Dios;
valimiento t a l , que nadie que la ha invocado, lia queda-
do descontento; al contrario cuantos han acudido á ella,
RRISTS,d¡ceetLSai,io.
va adelantando como luz que se la compara a la autora,
resplandece, y crece hasta el luna y al sol.»
dia perfecto. Si esla doctrina es

(l) Seroio de notiv. B. Vira. (3) r . 3 , q . 3 7 , 8 » . 6.


Dios se entregan en u n todo á 61 resueltas á servirle
increíbles medras de l a madre de Dios es preciso snle J e t lo que® cueste, pero con actos b e ^ o s . Porqn
todo poner por fundamento cierto que pudo crecer en
asi como suele acontecer que « » n » , ^ »
gracia v que con efecto medró toda su vida. Esta es la
mas en u n cuarto de hora paseándose a la orilla del mal
doctrina de los teólogos fundada en la sagrada escritura
Asentado j u n t o á su mostrador que u n P ^ «
y confirmada por la r a z ó n , porque habiendo sido toda
en ochenta años pasando y volviendo a pasa losAlgJ
su vida viadora como d e c i m o s , y no bienaventurada 1 0 8
corriendo tierras con m i l fatigas y P ^ , ' ^
todavía con una felicidad consumada estuvo siempre en
ma manera vemos en l a negociación "
estado de merecer y por consiguiente de crecer en gracia:
buena alma aprovecha mas en v i r t u d d p r o n t o que
v todo cuanto puede alegarse en c o n t r a r i o , a mas de
ella misma en cincuenta años ó que ot a n gualltiem
estar destituido de fundamento es antes en perjuicio que
po con obras o r d i n a r i a s , aunque ejecutadas con la gra
en honra y provecho de la madre de Dios.
la de Dios- La prueba de esta verdad es P i n t o n a en
los ejemplos de muchedumbre de santos , cuya minen e
El tráfico de la gracia es admirable. santidad se debió á alguna acción arrojada seguida
perpetuas conquistas dignas de a q u e l l a , que no se des
II. E n segundo l u g a r es muy conveniente que se- dice jamás.
pamos que no hay n i n g ú n tráfico en el mundo semejan-
te al de la gracia de Dios. La razón es primeramente Solo una alma esforzada aprovecha y medra.
por ser u n negocio q u e no necesita tiempo como los
otros, sino que se hace en u n instante. Es una semilla IV Para la mejor inteligencia de esto noto en c i f t r t o
d i v i n a , que prende, se a r r a i g a , b r o t a , echa llores y ho- l u ' a r que es tan noble la g r a c i a d o Dios d i l n n d u t e n
jas y da f r u t o al m i s m o tiempo. Demás lo admirable en nuestras a l m a s , que es cnpaz de doblarse á ca a a m e n
ella'cs que una obra q u e proviene de este p r i n c i p i o , me- ,me oroduce. Porque aunque el precio de las obras
rece no solo l a g l o r i a , sino un aumento do gracia pro- meritorias no deplnda tanto de los hábitos que hay
porcionado á la eficacia y vigor de dicha o b r a , en cousi- en el a l m a , como de la eficacia de l a gracia i m p u
deracion de la cual es dada. Este aumento le recibe el L y de esfuerzo de la voluntad prevenida y movida
alma en el acto y sin tardanza a l g u n a , porque Dios-; no por la misma gracia, como se ve claramente en g r a n d í -
menos liberal que r i c o en misericordia, paga, como sue- simos \ T a d o i 4 que aprovecharán en una hora mas que
le decirse, a l contado y asi que se le presenta la acción K S a d A n n L h o s a u o s ^ u n O l ^ ^ q n e
digna de p r e m i o . Mediante este incremento el alma se reciben continuamente las gracias do ^ f
enriquece con nuevos medios y por consiguiente queda olean sin intermisión en actos de v i r t u d ; no obstante no
dispuesta á producir actos mas relevantes que antes. puede negarse que cuando .os h á b i t o s ^ n e a m
en

III. En tercer l u g a r quisiera yo que se considerase en u n grado excelente, s i son animados de tuero
cuidadosamente una palabra dicha mas arriba como de i m p u r o do la gracia excitante á la m a n e , , d e ¿ *eMo
paso; á saber, que solo aprovechan y medran las buenas impetuoso, producen mas singulares efectos. As, sucede
almas, esto es, aquellas que suspirando solamente por
muchas veces que el hábito de la gracia que estaba antes TRATADO PRIMERO. 177
en el alma, crece al doble de lo que era por medio de un
Virgen, la cual hallo qne hizo admirables progresos en
acto generoso que produzca: asi también sucede todos
la virtud y extraordinaria adquisición de santidad medían-
los dias que un corazon bueno anda en poco tiempo mas
te las cuatro calidades ó condiciones de que acabo de ha-
camino que millares de los que ejecutan lentamente su
blar. Dos de ellas se explicarán muy pronto: en cuanto á
tarea; porque obliga á la bondad de Dios siempre fiel
su caudal, que no es otra cosa que la gracia de su primera
y que no puede ser vencido en liberalidad , á conce- santificación, he dicho bastante en el discurso anterior v
derle dones sobre dones, gracias sobre gracias y merce- respecto del tiempo que tuvo para negociar, habiendo vi-
des sobre mercedes, y mas que todo á empeñarle en gran- vido setenta y dos años por lo menos según la opiníon
des ocasiones y en empresas señaladas, por cuyo medio mas probable sin comprender los nueve meses que estu-
practicando todos los dias nuevos actos de virtud y nue- vo en las entrañas de santa Ana, basta esto para conje-
vas proezas se llena de honor, se ciñe muchos laure- turar si acumuló muchos méritos en una tan larga serie
les, se anima con sus propias hazañas, entra mas i n t i - de anos. Falta solamente hablar de la diligencia v de
mamente en el goce del favor y al cabo de la cuenta no la conducta que empleó en esta negociación, v de las
sabe él mismo lo que gana. Esta doctrina certísima es ocasiones en que se encontró para lucrar la gracia re-
enseñada por los santos padres y confirmada por la Escri- cibida.
t u r a , y se funda en la experiencia de lodos los gran-
des siervos de Dios, los cuales si se hicieron grandes,
Nuestra señora mereció sin intermisión.
fué por la práctica de este secreto. Sus ejemplos de-
berían de estimular nuestra flojedad, porque Dios no
VII. En cuanto á la diligencia y conducta diré en
pide mas que las ocasiones de adelantarnos.
dos palabras, pero dignas de considerarse despacio, que
V. Finalmente para hacer á manera de una recopila- mereció y por consiguiente que creció en gracia sin in-
ción de todo lo que va.dicho hasta aquí, considero que termisión ni interrupción durante toda su vida; de suer-
asi como un hombre puede hacerse muy rico con eslas te que poniendo obra sobre obra duplicaba por lo menos
cuatro cosas, gran capital, buena conducta, tiempo á sus gracias y méritos ácada acto que su santa alma eje-
propósito para negociar y algunas ocasiones oportunas, cutaba (1). Digo por lo menos, porque según el princi-
del mismo modo una alma llega á alcanzar grandísimos pio sentado mas arriba la piadosa creencia podria hacer-
merecimientos y una gracia relevante con otras cuatro la pasar mas allá, y no obstante estaría bien fundada.
cosas, que son una primera gracia santificante de eleva- Si se trata de explicar por menor mi dicho ; deseo que
en primer lugar se tengan en cuenta buen número de au-
do precio y muy superior á la ordinaria, un cuidado
tores, los cuales no exceptúan ni aun el tiempo del sue-
continuo de aprovechar, una larga vida pasada en los
no. Entre estos se encuentran S. Ambrosio ( 2 ) , Alberto
ejercicios de la santidad y la dicha de ser empleada por
Dios en varias ocasiones buenas, es decir, de hacer y pa-
decer grandes cosas por él.
VI. Presupuesta esta doctrina, paso á la sacratísima
U i ¡ a 3 (!) De vir
« j p « 8-'-»-
TOMO I , 12
me persuado fácilmente á que fuera f « « » » ^ ^
LA TRIPLICE CORONA.
<78
„ , . -„A ÍO\ « «enjardino deSena(3),
I ' S
el abad Ruperto> W >
I S p p S 0 ' ) - T
, .. o m bre que roas vivió,
E í i s t a w a s g ^ s
a tad casi continua que experimento* nosoro en rt
d e s . Basilio j . 1 1 ^ ^ || 0 q OS según la frase del salmis-
eiercicio de la virtud á causa de los asaltos que nos uan
porque
1:1 y sus días; f u e r o n J J J d e s la
'0da S V : K X e S bailarán muchos que nuestras malas costumbres y nuestras viciosas inclina-
verdadera vida del hombre, ASI cQS 6 cione de los ímpetus furiosos do la concupiscencia d
a
hayan vivido mas largo t e que ei P 1 las sorpresas y violencias .le nuestros enemigos invisible,
ninguno que hayan . ^ ^ „ ^ ¿ V ns días fueron n u e ios embi ten ocultamente y cara á cara y no nosde-
decir jamás de una simple mü>ra que em _ ian nunca en paz. Pero nada de esto debe de perjudicar
Henos y que todos l o s — - w j « J basla
á í a madre de Dios. la cual ignoró enteramente la resis-
picados santamente, es de la vngei de tencia que nuestra naturaleza depravada acostumbra
el breve sueño que lomaba, L r e s nos p u a! ejercicio de las virtudes: porque en cnanto a
virtud. Recuérdese ademas ^ se ñora os combates interiores el azote de Dios, que son las
i n s l a „ vivamente á que no neguemos a e tentaciones de los espíritus malignos, » • »
UN
I GU Í ?SSÍ a A aquel tabernáculo divino ( 1 ) , según ha.e ver en ot a
parte (2). En cuanto á las rebeldías .menores, estando
sea adecuada tanto al estaño > esl0 enteramente sujetos ala razón todos los movimientos del
como á la grandeza
asi, ¿qué cosa hay ymas
magnificenua
conven en de
par iijo
e la» > q cuerooy del a l i a , como mostraré en el capitulo signien-
e o sintió nunca el menor ímpetu de ellos sino que se
clinaba mas blandamente á la virtud que los. m s sen-
suales alas acciones naturales y al contentamiento de sus
apetitos desordenados.

gracia, p* Jaban * nucirá señora, oran c a n a r i a s .


0
os maravillosos adelantamientos.de a * ® ^ ,
TX Si á todas estas consideraciones añadimos las im-
C o l i j o que ^ . ^ S S e l S S í petuosidades de las gracias del cielo que sobreve n
las singulares disposiciones existentes en su alma; habrá

prensible para nuestros entendimientos. Por mi par

m Flagellumnonappropin- (t) Trat. 2 , c. 9 , S-


q u a b i l t a b e r n á c u l o ( l ' s a l m . XC1.
(,) DeB.V¡rS.,c.m,^ (M c'rthas. m ¡UuJ
*(?)' P. 4 , t . 1 5 , C. 2 0 , S - canl.v: i^Banmoelc.
(3) Tom. 2, serra. 51.
que confesar que ni aun los ángeles no podian seguirla,
y podremos figurárnosla lo mismo que una nave carga- nacimiento del mundo. Encuentro la entrada que ella
da de riquezas del Oriente, que navegando en alia mar hizo en el santuario (de que he tratado a r r i b a ) , donde
con viento en popa y á toda vela cámina con tal celeri- fué recibida de nuevo bajo la especialisima protección
dad , que se esconde á la vista de los presentes, sin que del Espíritu Santo, quien debia disponerla para que fue-
nada le haga resistencia. Navega, navega resueltamente, se su digna esposa, y donde desde luego fué engalanada
con nuevos atavíos de gracia y despucs enriquecida con-
sagrada nave, porque ya que nosotros no podemos se-
tinuamente con las mas exquisitas finezas de su futuro
guir tus huellas con nuestros débiles espiritus, nos bas-
esposo.
tará hacer que resuenen en la playa las acostumbradas
voces de j ú b i l o , que te asegurarán el gozo que sentimos
por tu dicha. Aprovechamiento de la Virgen santísima desde la encamación del
• Verbo.

Grandes ocasiones en que se encontró: primeramente desde el instante


de su concepción hasta la encarnación del Verbo. XI. En cuanto á la segunda época lo primero que
encuentro es la incomprensible encarnación del Verbo
divino en las virginales entrañas de María, de la que los
X. La cuarta cosa me detiene, á saber, las ocasiones
santos dicen maravillas. S. Gerónimo entre otros la com-
extraordinarias en que se encontró la Virgen santísima
para ( I ) A la cuadragésima segunda mansión del pueblo
casi todo el tiempo de su vida y que le ofrecieron los
de Israel cuando acampó junto al rio Jordán, porque el
medios de hacer tan grandes adelantamientos, que se
misterio de esta figura se c u m p l i ó , dice el santo doctor,
pierde el entendimiento humano en la indagación de
cuando el Salvador del mundo habiendo hecho hasta en-
ellos. Para decir algo de esta materia y para que mis tonces diferentes estaciones entre los antiguos patriarcas
lectores discurran mucho mas dividiré la vida de la V i r - se detuvo por fin junto al sagrado Jordán, es d e c i r , jun-
gen en tres épocas: la -primera comprende desde su i n - to á la gloriosa Virgen, que á manera de un rio hincha-
maculada concepción hasta la Anunciación: la segunda do rebosaba de las gracias del Espíritu Santo por todas
desde este dia hasta, la muerte de su santísimo hijo; y la partes. Si desde entonces y aun desde antes estaba llena
tercera desde entonces hasta el dia de su tránsito. En la de gracia, dice el elocuente S. Euquerio ( 2 ) ; ¿ quién p o -
primera muestro desde luego el instante de su primera drá siquiera pensar con qué abundancia la recibió cuan-
santificación, en el que recibió tesoros inestimables de do fué concebido Dios en sus entrañas? Si con la presen-
gracia, según hemos visto en el discurso anterior. En- cia de la bienaventurada V i r g e n , dice el venerable
cuentro el de su purísima natividad cuando fué dada Bcda ( 3 ) , fué llena su prima Isabel de una luz tan ex-
visiblemente al mundo como el principio de la felicidad
que esperaba, en que se duplicaron las gracias que había
recibido antes, en consideración del regocijo público y
de la venida de este hermoso dia, que no era tanto el
¡ I ) EpUt. ad Fabiolam de ( s ) Ad Evang, feria; I V , d o -
nacimiento de la madre de Dios en la tierra, como el re- quadraginta et daotius mansio- minie. IV advenifl?.
Dl
'us. ( 3 ) Homii. de Visita!.
1 8 3
TRATADO PRIMERO.

de creer de! sol de donde p r o c e d í a a q mucho


s» e«f fl ies
hay duda ninguna , dice S o t o n w ^ K £ n_

«empo antes que l a V i r g e n ^ J g ^ cnatul ,s,


comprablemente in .santa q u e t o de

porque asi a m e que Dios había delermi-


quien debía de t o f f i a r s e a c a r n e q cn

^ n i t H a K a r ^ ^ e i c i e l o y q u e l e h i z o

l^fililsa
que bajo a ella la , r a e » B a s preciosa

S 0
^ r a ' \ m l t í c as m r encumbrada que la alteza
que las.mismas g ac a s , m , a a loriosa por
y mas hermosa que a san flaü - ( ( s fne .
l a preroga iva de « ' ejercicios en que se
r
°n q eo c u a n t o puede decirse, no se
empleo; d n 0 o b s t a n t e para que mis
acerca a lo que es « W d e l a g r a c i a q„e
lectores conciban algo u i a ^
a l l i recibió entoncesJ f ^ R i m e r o es el autor
raciones do tres insignes ¡ « ' J í h a t e n i d o s i e m-

d e la glosa^or - n a r i : é l a q u e l pasaje del


pre en veneración • P » « « ^ , e s c d i c e quejpsé no
n l ¡
capitulo P ' . ' ^ f . ¿cspües q u e esta hubo concebido y pa- v,i h « i si la g r á c i l J« 1» V i ' ® » « '1"? , u í
»
conocio a M a t o uespura i & t pala.
r i d o al Verbo d i v i n o , expone q u e ^ M o a e , a J r a l i .
b r a s es que l o s é porque del

SSSIiSSs -irl 1
( I ) - r o m . 2 . s e r m . b l , a r i . •>,
(i)
'
P. 4 , tít. í r., c. 1".
Secm0 de Assninpl.
cap. 1.

S e r m o de Assnmpl. ad <l) tírt.«,«-»-


Paulam e l Eusloch.
m L
* TRIPLICE CORONA.

s . Atanasio lo habla enseñado antes que aquel santodoc


tor en estos términos ( 1 ) : .La llamamos llena de gracia Aprovechamiento de la Virgen desde la muerte del Salvador hasta su
porque fue llena de todas las gracias del cielo por u tránsito glorioso.
plenitud del Espintu Santo que bajó á ella; gracias nue
no ha de creerse que fueron como' transitorias en ella X I I I . De la tercera época, que es la que transcurrió
sino que la acompañaron mientras llevó en sus entrañé desde la ascensión de nuestro Señor hasta la asunción de
la Virgen á los cielos, no puedo decir otra cosa sino quo
el fruto de vida y aun hasta el fin de su mansión en la
se pasó en toda especie de ocasiones de las principales y
tierra. » A la verdad me parece que seria contrario á la
mas heroicas virtudes, en las entrevistas continuas de los
razón e incongruente creer que la Virgen hubiese de-
espíritus bienaventurados y de su amado h i j o , en los éx-
caído de sus merilos mientras criaba al hijo de Dios le
tasis de la mas elevada contemplación, en las llamas de
envolvía en las mantillas, le servia con tanto cariño' le
las mas fervorosas comuniones, en la visita ordinaria de
acompañaba en sus viajes, escuchaba sus admirables los santos lugares, en los actos gerárquicos de su celes;
P r 615 C n é l ; tial magisterio y de las divinas lecciones que daba á los
°r ' ° P u e s P° r 6 1 contrario
maestros del m u n d o , en la caritativa asistencia que
la.azon obliga a confesar que enlro los mas señalados
prestaba á la nueva iglesia del Salvador; en una palabra
e ere,eos de la vida activa y contemplativa llegó á tan
en la práctica ordinaria de las mas excelentes acciones
alto grado de merecimiento, que hizo exclamar á los án-
de que es capaz una simple criatura. Esto hizo decir á
geles atónitos: .¿Quién es esta que sube por el desierto
S. Lorenzo Justiniano ( t ) que es imposible explicar la
como vanta de humo de los aromas d e mirra y d í ,
vehemencia del amor de esta alma privilegiada, la efica-
cienso y de todo polvo de perfumero (2)?» Poraue el en„
cia de los santos deseos que abrasaban su corazon en en-
m e r a r a q u i l o s actos de f é , e s p e r a d , « f f i í S
cendida llama, y el ímpetu de los reiterados suspiros
dad.obediencia, resignación, paciencia, fortaleza, celo
que exhalaba al cielo; de suerte que para seguir el pen-
y todas las demás virtudes que subian de conlinuo de su
samiento de aquel ilustre santo necesitamos imaginar-
sagrado corazon como del altar de los perfumes, el decir
nos un globo de fuego, que habiéndose movido m u -
con que pureza y perfección l o , acompañaba, v el refe-
cho tiempo en el horno llega á romper la cárcel donde
r i r j u n os sus adelantamientos diarios es menos fácil que
estaba aprisionado por la fuerza, se lanza sin resistencia
contar las estrellas del cielo ó las arenas del mar X
alguna y con una celeridad incomparable atraviesa la re-
cosario aguardar á ver en el espejo de la esencia divina lo
gión baja y media del aire, y cuanto mas se aproxima á
que su majestad se sirva descubrirnos, y entre tanto decir
su lugar natural, mas aumenta su rapidez, de manera
sin cansarnos que es tres veces santo no solo en sí, sino
que excede á los vientos mas impetuosos. Esta es una
tosca imagen para ayudarnos á comprender cómo la ma-
del V e r h n U r P 0 S a ' Í 9 T ^ ^ fUera
PUeS
del \ e r b o encarnado el portento de toda santidad. dre de Dios, habiendo doblado siempre el paso durante

(<) Serrao de S. Dcipara. (,) C a t i l i c . m , «.

(l) Sermo de Assumpt.


su villa, iba cobrando nuevo vigora medida que se acer-
• 4 1, araría v de la gloria que ella
caba al cielo como á su lugar elemental, y cómo ha-
penetrar la ^ P U *
biendo excedido à todos de mucho tiempo atrás se exce-
recibió de Dios. - «No h g * , Q U e pueda h a -
día á si misma por medio de nuevos ejercicios de san- prenderla, dice S. Agust n ( ) , » * solo ¿e
tidad. Mar de ella como es debida d i n 0 d B Sena(2).

l i t . — D e la eleration "le ¡a gracia filial. conocerla perfectamente, » d i c e s . B ^ Buena,entu-


«La gracia de ^ ¿ X s* ' « l u r a l ® ' m * '
Testimonios de los sanios padres. r a ( 3 ) , fué muy verdadera en - u ¡ o n c S j un,y

en s u precio, muy n m e " m ^ c o p i o s a en la afiuen-


I . Ya no resta sino este último punto, si bien es provecliosa en » » f ^ J S muy agradable en la
el mas importante de todos y el mas difícil de ventilar. > i a d e l o s dones < W E s p n n t u ^ > fflny

Mamo su gracia final no al último impulso ó la última manifestación que de d t o » * £ acompañaron , y mo>
mocion efica:: de Dios, no al último consentimiento q íc guiar en los prmleg.o ^ U a J ^ ^ fue Uena
(lió al aviso del ciclo, sino á la perfección de su última gloriosa en el premio que a sigu ¡a> p u r a
gracia santificante, es decir, al estado y á la medida de de gracias por la • « f ^ l í r la posesion de la
la gracia que había en su alma á la hora de su tránsito inundación del E s p m t u s n t o | ¿ c o r d i a , p o r u f e c u n -
después de los aumentos continuos de que se lia hablado san'idad, por la ^ ' ^ S u c c i o n de los maestros
hasta aquí. De esta gracia, dicen los santos doctores didad de su vientr - p o r ' ins ^ p r l a 6 I , a -

maravillas, y no obstante les parece siempre que no han de la iglesia, el goce de « a v e n -


dicho nada. «Ella recibió la plenitud de la gracia,» dice nacion de la gloria de Dio» > P l l a l ü ó llena de gracia; el
S Ildefonso (1). «Es un abismo de gracias, dice san l a t i n i d a d la p o s e s o ,
Juan Damasceno (2) : sobrepuja á los quei ubines ; ex-
cede á los serafines ; nadie se acerca mas á Dios que
ella.- "Su gracia es infinita,» dice S. Epifanio (3). «El
privilegio de sus méritos es inexplicable,. diceS. Ber-
nardo (4). «3o hay entre los hombres, ni entre los ánge-
les, diceS. Anselmo, quien pueda declarar la elevación , S U l e n t e n d i ^ - ^ S f
do su gracia (8).» «La Virgen santísima es llamada mar.
dice Dionisio el Cartujo ( 6 ) , porque asi como nadie pue-
de contar las gotas del m a r , así también es imposible guro que se pasmaria de asomo ^^ d c de_

( I ) S e r m o 6 de A s s u m p t . (5) De e x c e l l e n l i á V i r g . , c . 3.
(Î O r a l , t de Haliv. B. V i r g . ( 6 ) . De l a u d i b o s V i r g . , 1- 3,
¡ 3 ) O r a l , d e S. M a r í a Deip. a r t . 30. ; 3 ) Specul.ll.V.,í, 5,0,1.
¡ i ) Sermo i de Assumpl. ,,> s e r m o de A s s u m p l .
\i| Tora.'.'«'00"'-
su villa, iba cobrando nuevo vigora medida que se acer-
• A 1, araria v de la gloria que ella
caba al cielo como á su lugar elemental, y cómo ha-
penetrar la ^ P U *
biendo excedido à todos de mucho tiempo atrás se exce- recibió de Dios. - «>o h g * , Q U e pueda h a -
día á si misma por medio de nuevos ejercicios de san- c e n d e r í a , dice S. Agust n ( ) , » * solo ¿e
tidad. blar de ella como es debida d i n 0 d B Sena(2).

111.—De la cleracion île ¡a gracia filial.


c o n o c e r l a perfectamente . d i c » ^ Buena «ntu-
«La gracia de ^ ¿ X s* ' « l u r a l c z a ' m ° y '
Testimonios de los santos padres. r a ( 3 ) , fué muy verdadera en su ¡ o n c S j U U iy

en s u precio, muy t ^ n é m m c o p i o s a e n l a a f l u e i . -
e
I . Ya no resta sino este último punto, si bien es provecliosa en » » f ^ J S m¿y " í
el mas importante de todos y el mas difícil de ventilar. > i a d e l o s dones «tol ttgn»» > fflny
Mamo su gracia final no al último impulso ó la úllima manifestación q u e d e e l a se „ , muj
mocion efica:: de Dios, no al último consentimiento q íc guiar en los privüeg.o que ^ J v i r g e n fue llena
dió al aviso del ciclo, sino á la perfección de su última gloriosa en el premio s u sab i d u r i a , por a
gracia santificante, es decir, al estado y á la medida de S a c i a s por la ' « f ^ l í r la posesion de la
la gracia que habia en su alma á la hora de su tránsito inundación del Espíritu ^ ^ „ ^ a , por lafecun-
después de los aumentos continuos de que se ha hablado san'idad, por la unción d e a ums d B 1()S ^ o s
hasta aqui. De esta gracia, dicen los santos doctores didad do su v i e n t r e , por j a inst ^ porlae»-
maravillas, y no obstante les parece siempre que no han de la iglesia, el goce de labienavcn-
dicho nada. «Ella recibió la plenitud de la gracia,» dice nacion de la gloria A ».o i j P ^ d c gracia; el

S Ildefonso ( I ) . -Es un abismo de gracias, dice san l a t i n i d a d la p o s e s o ,


Juan Damasceno (2) : sobrepuja á los quei ubines ; ex-
cede á los serafines ; nadie se acerca mas á Dios que
ella.- "Su gracia es infinita,• dice S. Epifanio (3). «El
privilegio de sus méritos es inexplicable,. diceS. Ber-
nardo (4). «No hay entre los hombres, ni entre los ánge-
les, (liceS. Anselmo, quien pueda declarar la elevación , entendí —
do su gracia (!>).» «La Virgen santísima es llamada mar.
dice Dionisio el Cartujo ( 6 ) , porque asi como nadie pue-
de contar las gotas del m a r , asi también es imposible guro que se pasmaria de asomo ^^ d c de_

( I ) S e r m o 6 do A s s u m p t . (5) D e e x c e l l e n t s V i r g . , c . 3 .
(Î Oral. I d e H a l i v . 11. V i r g . ( 6 V De l a u d i b u s V i r g - , 1- 3,
Í 3 ) O r a l , d e S. M a r i a Deip. a r t . 30. ;3) Specul.B.V-^6'«-1,
¡ i ) Sermo i de Assumpt. MI s e n n o de Assumpl.
\i| Tora, ' . » « r a o M .
traria enriquecida con ocho millones trescientos ochenta
y ocho mil seiscientos y ocho grados de gracia. A vuestro
parecer ¿ á dónde habria llegado al dia segundo, ó al ccn-
tésimo, ó en los últimos años y dias de su vida cuando
duplicaba casi á cada instante unas sumas imposibles de
quiera con tanta pasión á u n valido s u v o m ° ™ ' T
imaginar y aun menos de explicar? ¿No habria que l l e -
gar casi al infinito? Diré mucho mas, ya que vuestro
entendimiento empieza á pasmarse de asombro: los
tercera y as duplicando sucesivamente á cIda ent J aritméticos hacen ver á los que tienen paciencia para
vista la cantidad de la anterior Un escudo « h t oir sus cálculos, que el que colocase solamente veinte y
un guarismos seguidos, formaría u n número mayor que
los granos de arena necesarios para llenar toda la capa-
cidad del mundo desde la superficie de la tierra hasta la
concavidad del último cielo. Y yo digo sobre esto que
aun cuando se hubiesen puesto mas, no igualarían al nú-
meró de gracias do quo estaba llena el alma bienaventu-
rada de la Virgen en la hora de su tránsito según el

M »
cálculo muy razonable que he hecho.

IV. Este pensamiento me lleva á otro, que es de mu-


chos graves teólogos, los cuales por todas las considera-
ciones alegadas hasta aquí no tienen reparo de afirmar
que entonces poseía la Virgen sola ruos gracias que ten-
III. Aliora pasando á la materia de nue se (rain „ , „ drán jamás todos los bienaventurados juntos. Cuando el
supongo en primer lugar que la medida T i l ¡P docto P. Francisco Suarez, sacerdote de nuestra com-
gracia que se difunde en el alma T i n - 3 p n m e r a pañía y varón no menos conocido por su singular piedad
disposición por su parte r n n l í T . n . l ü °, S m n ¡ D g U D a que por su profunda doctrina, leia públicamente teolo-
gía, Martín Gutierrez, de quien hablaré en ótro lugar,
movido de la suma devocion que tenia á la madre de
Dios, animó á Suarez para que emprendiera la prueba
de esta proposicíon en el discurso de apertura de la fa-
no quiero tomar mas que v e S v l f r o ' T cultad de teología en la universidad de Salamanca. Este
raute las cuales haga encada i S "aí "amor ^ intento le salió tan felizmente, que la Virgen santísima
Dios solamente, aunque obrado m „ v ,i de no se desdeñó de dar las gracias al P. Gutierrez por seme-
jante rasgo de devocion, y el cielo fué tan propicio á esta
piadosa creencia, que la hizo abrazar despues á u n buen

sftst&SSSSS
número de doctores católicos ( 1 ) ; de suerte que hoy es
recibida con aplauso en las escuelas de teología y en las negación de 1c dicho sobre (a excelencia de la * * M * «•
congregaciones y hermandades, y esta devota doctrina Virgen jautísima.
ha resonado mil y m i l veces en todas las iglesias del
v . Por cuanto es de temer que una P l a t e a dicto
mundo Por mi me persuado fácilmente a que lodo es-
pi n ! I t o y medianamente afecto á la honra de are co tanta rapidez se pase fácilmente sin pen dentro
del cielo la abrazará sin repugnancia, a.^quiere er aten- de nuestras almas, para que baga alguna mella y eche
lamente y sin preocupación lo que va dicho hasta aquí profundas raices en ella desearía yo que t e t o tay*_
E u gracia: en segundo lugar si ^ n e siempre pr sedte
que se trata de la madre de Dios, es decir, de aquella
que escogió para hacer alarde de su magnificencia j a
quien enfalzó sobre lo ordinario mas de lo que los em-
pinados cedros del Líbano se elevan sobre " t a s .
arbustos: en tercer lugar si reflexiona
del mismo estandarte casi innumerables santas viudas )
afirman muchos insignes doctores : que el primer an 1
I d s cargadas de méritos que adquirieron con dila-
recibió mas gracias de Dios que todos los demás c p r -
Kdos trabaios v con heroicos actos do las virtudes.. Ycn-
tus puros y aun los hombres juntos, como que era el
d , £ después ¡odos los santos confesores, entre los que
rimero en su género, do, mismo modo que el sol
i S S o s los millares de santos y venerables pre a-
calidad de primer cuerpo luminoso tiene mas luz e so o dos uTe sellaron y sellan hoy todavía el mérito de su confe-
que todas las estrellas y fuegos del mundo juntos, en S n y a d S a d de su cargo pastoral con tantos trabajo
cuarto lugar si considera que ella es la única en su e -
mue tras d s " i n f a t i g a b l e c o n s t a n c i a . D e s c u b r í , l a m o
pecio v de todas las simples criaturas entra sola con
su saniisimo hijo en el orden de la unión personal qu K S i t e tropas de santos
sobrepuja incomparablemente en gracia y en gloria toao ' „ , , l n , ( r u t o s de su perseverancia en el servicio de Dios
cuanto podemos imaginaren los términos ordinarios d n el continuo ejercicio de su santidad. Venamos un
la santidad; v en quinto y último lugar si la toma como uTr de toda clase de personas y condicione^ cuya
una causa universal con su hijo, como l a m a r e y r g ohrhs de virtud embalsaman' con sus aromas las calles
de lTciudad santa. Despees de estos c a m i n a r , ^
de todos los escogidos y por consiguiente como una
el ejército victorioso de los santos m « l o s «
fuente de gracias donde deben de beber todos los derna,
son en tan gran número, que nombran a las j u e r as
sin que se seque nunca.
del infierno, v sus conquistas son tales, que sin haDiai
del resto de su vida solo ol esfuerzo de candad que h -
c ' t o n muriendo por Dios, es de tanta consideración que
sí se p ^ i c r a en un peso , p o * * ™ * « «
;i) Siiar. I. 2 i n 3 p „ d. 18, sec. i , cooc. 2.
las a cienes virtuosas do una dilatada v da de os de
más. Pero, Dios mió, ¿quién podra explicar lo que
traerían los santos apóstoles á este cumulo de gracias
§ . I V — D e la grandeza de sus mérito.
ellos que habiendo recibido las primicias del espíritu'
como dice S. Pablo, y habiendo llegado antes que sé
Dos especies de méritos.
abriesen los tesoros de los méritos del Salvador, recibie-
ron tantos como quisieron para tener qué distribuir co- 1. Supuesto que una simple criatura no puede subir
piosamente á todo el mundo? En seguida de estos ven- á mayor altura que á merecer ser madre de Dios, soy
dría la venerable antigüedad y el noble escuadrón de los de parecer de ventilar este punto antes que ningún otro
patriarcas y profetas, que por su longanimidad y cons- y ver sí la Virgen santísima pudo merecer tanta honra.
tancia tuvieron admirables provisiones de riquezas celes- Pero siendo la cuestión por u n lado muy importante
tiales, con que aumentarían al paso el acervo común de y por otro bastante difícil de resolver, juzgo que será
las gracias de la iglesia santa. ¿Qué diré de la milicia bueno aclarar antes algunos puntos, que de lo contrario
angélica y de un número sin número de espíritus puros, embarazarían en la prosecución del discurso. Presu-
cuyos méritos suben tan a l t o , que uno solo de ellos, el pongo pues primeramente que la sagrada escritura y los
primer serafín, podría según testimonio de muebos po- santos padres han dido motivo á los teólogos de dis-
ner tantas gracias como todos los demás ángeles y hom- tinguir dos especies de méritos, una de las cuales puede
bres juntos? Todo espíritu criado se pierde en el abis- llamarse-de justicia ó condignidad y otra de congruencia.
mo de este tesoro, cuando se le dice que es necesario to- Con el primero está Dios obligado por título de justicia
mar todas estas gracias y hacer de ellas una sola, por- á hacer ó dar algo en consideración del servicio que se le
que no puede comprender hasta donde llegan. No obs- presta ( 1 ) , de suerte que no le es permitido obrar de
tante despues de todo esto habrá que decir.- ve ahí un otra manera sin faltar no solo á su bondad , sino tam-
principio de la santidad de María. Con efecto aun- bién á su justicia. Con el segundo remunera las acciones
que esa gracia sea casi i n f i n i t a , sin embargo es gracia de virtuosas de sus criaturas sin obligación de justicia, sino
siervos. Mas aquí se trata de dar una gracia eminente, solo de congruencia. Y asi como el primer mérito está
.una gracia de prerogativa, en una palabra una gracia de fundado en la justicia de Dios, el segundo lo está en
madre de Dios, que sobrepuja incomparablemente todas su liberalidad ( 2 ) : una y otra obligan cada cual á su
las gracias de los siervos. T ú solo, Dios de infinita bon- manera. A mas de estas dos especies de méritos, que
dad , tu que enriqueces con ella á esa alma bienaventu- se toman proporcionalmente de lo que existe entre los
rada, la comprendes: á ti el honor y la gloria, que de hombres, hay otra tercera, á la cual tienen los teólogos
este modo nos hiciste conocer los bienes que posees en mucha menos consideración que á las otras dos y le dan
11 mismo. Con este motivo te.decimos : Grande, grande el nombro de mérito impropiamente , porque bien con-
y millares de millares de veces grande el señor de las siderada no se funda en ninguna acción ejecutada en
gracias y el Dios de las bendiciones.

( I ) S . T h o r n . p r i m a secundas, a r t . 4 . : S. Bonav. tn 4 d i s t . I B ,
q . ( 1 4 , a r t . 2 e l 151. UD. part. 1.
(í) S. T h o m . i n i , d i s t . 81,
TOMO I . I '
atención al premio que se le d a , sino solo por las bue- ó (lar lo que prometió, y en caso de negativa es llevado
nas calidades de la persona benemérita. Asi decimos ante los tribunales como violador de los derechos de la
comunmente que uno merece un olicio de consejero ó justicia; así Dios habiendo deseado de nosotros buenas
que es digno de ser presidente, aunque no baya hecho obras hechas con su gracia y habiéndonos prometido la
jamás nada á este propósito, y aunque no tenga ninguna remuneración de ellas, cuantas veces se las presentamos,
gana de serlo, sino solamente porque posee todas las do- decimos que por titulo de justicia debe lo que prometió
tes apetecibles en una persona de tal condicion. y que lo merecemos; pero cesando esta promesa no te-
II. En segundo lugar hay que suponer que todo mé- nemos ningún derecho de citarle por justicia.
rito que es rigurosamente de justicia, requiere por ne- III. En tercer lugar hay que notar ( I ) que no es nece-
cesidad dos condiciones: la primera es que en la obra sario sea tal la igualdad que existe entre la obra y el pre-
haya cierta suerte de igualdad con el premio que se le m i o , que por poco que se q u i t e , llegue á desaparecer
concede, y á falta de esto lo que Dios da en considera- como sucede entre dos cantidades, de las cuales una no
ción de algún servicio, mas bien equivale á congruencia excede á la otra en un solo punto. Basta que según las
que á cosa debida de justicia. La segunda condicion o? circunstancias concomitantes de la acción haya, moral-
que el Señor acepte la buena obra en calidad de merito- mente hablando, tal propcjrcion entre ella y el premio con
ria y le prometa el premio; porque siendo este soberano que es galardonada, que pueda decirse en verdad que es
señor enteramente independiente de nosotros y de nues- digna de tal premio. Asi decimos que el caballero que
tras acciones, no puede ser obligado mas que por si en la carrera de la sortija lia alcanzado alguna rica
m i s m o , es decir , sin que por su extrema é infinita bon- j o y a , la ha merecido de j u s t i c i a , aunque la haya ga-
dad consienta en ser obligado; lo cual hace aprobando nado con poco trabajo: de otra suerte habría que de-
voluntariamente nuestros cortos servicios hechos con su cir que por nuestras buenas obras no podíamos mere-
gracia y no do otra manera en calidad de obras merito- cer la gloria y la posesion de Dios; cosas que seguu con-
rias. En efecto abate su grandeza hasta querer celebrar fiesan S. Pablo (2) y los santos padres ( 5 ) , sobrepujan
contrato, sirviéndonos su palabra real de instrumento infinitamente todas las acciones meritorias de los justos.
auténtico y su verdad de testigo irrecusable; de modo IV. En cuarto lugar me parece que el mérito de jus-
que habiendo contratado así y habiendo intervenido su ticia llamado de condignidad no debe de limitarse á las
promesa, única quepuede ligarle, mediante alguna con- acciones que de si tienen una relación como natural con
dicion onerosa de nuestra parte, nos tomamos la liber- el galardón que se les da, sino que puede extenderse
tad , porque asi lo quiere é l , de decir que nos está obli- también á las que por su naturaleza no tienen esta r e -
gado y nos es deudor, hablando de la manera que pasan lación, mas solamente por la pura voluntad del que
las cosas entre los hombres; porque asi como entre nos-
otros cumplidas todas estas formalidades y empeñada por
un hombre su palabra, cuando aquel á quien ha hecho
( I ) S.Thora. prima seciind», (i) liad cor.,I\.
la promesa, ha puesto por obra l o q u e habían pactado am- q. ( 1 4 , a r t . 3.-. Bellarm. de j o s - (3) S. Alhanas. m v i l a b . A u -
bos, decimos que está recíprocamente obligado á hacer lific., 1.5., e. « . tonii.
rada Virgen tuvo para ser madre de Dios, incluye en su
extensión tantas gracias y mercedes extraordinarias, que
no pudo merecerlas todas (y no llevará á mal que asi
quiere darles tal premio, siempre que tengan por otra
. lo publiquemos). Sea dicho esto para gloria del que la
parte la igualdad de que se lia hablado mas arriba. La
previno por medio de tantas bendiciones de dulzura, del
razón de esto se toma de la libertad de Dios y de cual-
que le dió al principio una primera gracia tan abundan-
quier otra persona que de motu propio quiere po-
te, del que la eximió de todo pecado, le confino la j u s -
ner el precio á una acción; porque serla fuera del caso
ticia original ordenando perfectamente todos sus movi-
atarle de suerte las manos, que por necesidad estuviese
mientos, la confortó tantas veces con sus gracias excitan-
sujeto á una especie de acción sin tener medio de conce-
tes mucho mas eficaces de lo que permitían sus méritos
der el mismo galardón á otra. Asi por no separarme del
antecedentes, los cuales son otras tantas gracias gratui-
ejemplo que he propuesto, el rey por su mera voluntad
tas y provenientes de la mano liberal de aquel que la
promete la joya al que la merezca en la carrera de la
preeligió antes de todo mérito, como canta la iglesia. De
sortija, aunque esta acción no tenga otra relación con la
esta suerte podemos entender á los santos padres cuan-
jora que la que le da la voluntad del rey, el cual podría
do dicen que la honra de madre de Dios era superior a
galardonar con el mismo premio cualquier otra acción,
los méritos de nuestra señora, como cuando afirma San
con tal que esta fuese digna de él.
Agustín (1) que por este motivo se llama bienaventu-
V. Finalmente hay que convenir en que no obstante
rada á sí misma, no por su propio mérito, sino por la
todas las promesas de Dios y la igualdad de las buenas
bondad de aquel que escogió en ella su morada; y cuan-
obras que podamos poner para establecer el rigor de
do sostiene S. Fulgencio (2) que María mereció hospe-
justicia, no tenemos medio de pasar sin.ia liberalidad de
dar al Verbo encarnado no por los méritos humanos,
Dios, porque siempre es preciso que en esta serie de
sino por la dignidad de Dios solo, á quien concibio y
gracias y de buenas obras haya una primera gracia que
parió. . .
guie y dirija las demás; y esa gracia es tan superior á
VII. A consecuencia de esta primera proposieion
nuestras fuerzas, que por necesidad debe de ser tenida-
puedo decir que presupuestas las gracias gratuitas de
por un puro don y una gracia gratuita, sin que por eso
que acabo de hablar, para realzar el precio de sus obras
rebaje la dignidad del mérito siguiente 6 el rigor de la
por medio de su cooperación mereció en rigor de justi-
justicia. El concilio de Orange lo define en palabras muy
cia las admirables disposiciones que trajo para ser un
breves, pero muy claras y absolutas. «Es verdad, dice,
dia madre de Dios. La razón no es difícil de compren-
que Dios debe el galardón á las buenas obras cuando
der. en atención á que todas estas disposiciones están in-
se hacen; pero también lo es que hay una-gracia que no
cluidas en su propia santificación y por consiguiente no
debe, y que precede á aquellas obras para que- puedan
sobrepujan en manera alguna.el principio de donde pro-
hacerse.•

De qué manera mereció la Virgen sanlisima ser madre de Dios.


( ! ) Dial. 1 cónica pelag. , (2| De In.carn.clgralia,c.7

Vi. Presupuestas estas verdades, creo ser necesario


decir ante todo que la disposición que la bienaventu-
ció en rigor de justicias condignidad ser madre de
ceden y al cual son .debidas como premio, que es la gra-
Dios, no fué por falta de obras proporcionadas con a a
cia y la santidad que se halla en su bendita alma ( i ) .
to do este titulo, sino solo p o r q u e Dios no las liabi
VIII. Si se trata de pasar adelante y llegar mas de
cerca al glorioso título de madre de Dios; digo que abso- aceptado paráoste efecto, á lo menos q « e — s
que además si Dios hubiera querido poner fn cu, a t e
lutamente hablando no le mereció en rigor de justi-
irado de honor, indefectiblemente se le hubiese llevado
cia (2). La razón es porque no pudiendo subsistir el mé-
„ a por la elevación de sus méritos. Lo que mo da reso-
rito de justicia sin el favor particular de Dios, que con-
lucion para sentar esta prqppsic.cn, es en primer^ lugar
trata y acepta nuestras buenas obras en calidad de actos
lo que he discurrido hasta aquí de la mcompren b c
meritorios, según se ha dicho, no hallamos que las haya
grandeza de sus méritos: en segundo que aunque elI titu-
aprobado sino como dignas de un aumento de gracias y lo de madre de Dios sobrepujo toda la capacidad de
de l o q u e e s necesario para llevare! alma al goce del „„estros entendimientos, no obstante no es absoluta-
sumo bien, que es el colmo del galardón debido á todos mente infinito como el del hijo de D i o ^ n ^ o t o w n
nuestros méritos; de suerte que estando el grado de ma- limitación y á causa del término que incluye, del misino
dre de Dios enteramente fuera del precio que su ma- modo que ía gloria do los bienaventurados, aunque con
jestad puso á las acciones de santidad, no puede decirse " ceso de proporcion; por lo cual digo que no es incon-
que sea dado por justicia ó que se le pueda pedir por veniente que no puedan alcanzarle los méritos de una
este titulo. c i a t „ a , q s i eran ordenados y aceptados p o r D . o s p a a
IX. No obstante si el mérito de justicia ó de con- este efecto. En tercer lugar parece que la beatísima T n -
n dad que amaba con un amor indecible a la virgen Ma-
dignidad se tomara no por el que nace de las acciones
ría queriendo remunerarla do todos los modos po bl ,
virtuosas y loables, sino por el que se funda en las cali-
ten a alguna obligación de congruencia do darle este U -
dades relevantes de la persona que decimos ser digna
de algún honor ó de algún cargo; afirman sin dificul- S d e a manera mas noble que hubiese, que es p o -
tad muy buenos autores que la Virgen santísima fue dig- piamente la de que hablamos,
na madre de Dios; que de esta manera mereció este glo- Darte que no hubiese indecencia ni imposibilidad, como
rioso título de honor; que tuvo todo género de calida- seria dme 1 encontrarla. En cuarto lugar es necesario
des eminentes para cumplir dignamente este cargo; en míe demos por lo menos este sentido á la opimo,, de
una palabra que en ese sentido debemos de entender á m u c K o c m r c s notables, quienes dicen absolutamente
los santos padres cuando dicen maravillas del mérito de Zcr merecido María en lodo rigor de ,ns .cía.ser• m adre
la Virgen. de Dios Por u l t i m ó l a iglesia y los santos padres ba-
X. Por mi parte no veo medio de detenerme aquí, j a n tan abiertamente de su dignidad y m e n t ó , que no
sino que he de pasar adelante y decir con algunos in- e cosible ir mas allá, porque en el tiempo pascual can-
signes teólogos (5) que si la Virgen santísima no mere- tamos q u e h a resucitado el que ella mereció llevar, con-
S e n d o la excelencia de este himno en que no es una
(I) S. T h o m . p . 3. q u « s t . S, ( 5 ) S . T o m . e n e l l o g a r cHado. pa k a humana, sino una voz angélica oída primera-
arl. l l . a d : i , s u a r e í t . l.sec. 21 13) Suarcz en el l o g a r citado
« t púnelo 8, q. 3. concl. 8 ele.
mente en el ciclo. En otro tiempo decimos á Dios que' del Salvador en la obra de nuestra redención; que me-
la preparó por el Espíritu Santo para ser digna morada reció que todos los predestinados tomasen de sus gra-
de su hijo. S. Basilio afirma que la carne de Maña fué cias; que todas las elecciones, promociones y vocaciones
digna de uuirse á la divinidad del unigénito de Dios (1). particulares, especialmente de los escogidos, se hiciesen
S. Epifanio no puede sufrir la insolencia de algunos he- por su favor y en consideración á su santidad; que todas
rejes , que se habían atrevido á insultar á la Virgen, y las gracias y concesiones de Dios pasasen por sus ma-
dice (2): .¿Tan dejados están de la mano del Señor, que nos; y para abreviar que ella mereció todo cuauto p.ue-
se atreven á provocar á la que fué escogida entre milla- de obtenerse de Dios sin la gracia de la unión personal.
res y hallada digna de ser la morada del hijo de Dios?» La razón es porque la que mereció lo que es mas que
S. Gregorio papa dice enfálícamente (3) que ella elevó todo esto, no puede ser mal despachada por lo que es
la cumbre de sus méritos hasta el trono de la divini- menos. Ahora bien es cierto que todo lo que acabo de de-
dad. S. Agustín reconoce tanta santidad en la Virgen, cir, es mucho monos que el titulo de madre de Dios: por
que confiesa haber merecido ser escogida entre todas las consiguiente aquellos padres que tan francamente y con
demás (4). E l cardenal S. Pedro Damiano da el mismo tanto respeto le concedieron este, no le disputarían n u n -
privilegio á la gracia que se halló en ella (5). Yo pre- ca lo demás. En los tratados siguientes los oiremos ha-
sentaría muchedumbre de estos excelentes é irrecusables blar sobre todos estos puntos. Entretanto admiremos la
testigos, si no temiera alargar la prueba y hacer sospe- incomparable magnanimidad de María, que siendo tan
chár al devoto lector que desconfío algo de su cariño á la eminente en méritos no tiene mas blanco que el hacer-
madre de Dios. Solamente diré una palabra, yes que en se muy agradable á Dios y no se le da nada de ser
atención á q u e los santos hablan tan abiertamente y sin grande ó pequeña. S. Bernardo me hace reparar en
limitación de los' méritos de la Virgen sanlísimá, sería esto cuando dice (1): «María no busca el mérito, sino so-
temerario no darles toda la latitud que puedan tener lamente el agradar á Dios. • Corazon verdaderamente dig-
sus palabras según razón. no de la majestad divina y capaz de las mas señaladas
gracias del cíelo, aun cuando no tuviese otra disposi-
ción que esta.
De lo demás que mereció la Virgen santísima.

%. V.—lie las oirás gracias de la Virgen sanlisiroa' josperáhneuto (lesos


X I . En cuanto á lo demás les diré de una vez por gracias gratuitas.
abreviar que la V i r g e n mediante su aprovechamiento
diario mereció de la manera que acabo de declarar, ser
I . Llamo por ahora gracias gratuitas las que no se
señora y reina d e l universo, madre de los escogidos,
confieren propia y principalmente para la santifica-
cooperadora de la salvación de ellos, esposa y compañera
ción de aquel á quien son concedidas, sino que tienen

( J ) Hom. de humana Chrisli (3) IReg. c. I.


generatione. (4) Serm. 14 de l^mpore. ( 1 1 - Serui. de naliv. Marire.
•- ( » j Iteres. 78. (8) Serui. 2 de Assumpi.
tuvo derecho á todas las gracias de Dios, porque de su
su primera y peculiar relación con el bien y aprovecha-
vientre salieron como de u n Océano de divinidad las
miento de otro. Y aunque la Virgen 110 poseyéndolas no
fuentes de g r a c i a . . . Asi como en el principio del mundo,
hubiera sido por eso menos santa; sin embargo porque
dicen S.Bernardo, Alberto Magno y otros vanos, dio
son unos ornamentos muy adecuados á la excelencia de
Dios el nombre de mar á la gran congregación de las
la madre de Dios y con los queel Señor ha remunerado á
aguas, de la misma manera dió el nombre de Mana al
la mayor parte de sus mejores amigos por favor y fineza
cúmulo de todas las gracias. •
especial, no nos es permitido juzgar que la madre de
II Para tratar de algunas de ellas empezaremos por
gracia estuviese privada de ellos, sino que liemos de
el don de profecía. Es dictamen de varios padres anti-
persuadirnos á que los recibió en u n grado tanto mas
guos que la profetisa de quien se habla en el capitu-
eminente, cuanto que el titulo que lleva, eclipsa el de to-
lo V l l í de Isaías, no es olra que la bienaventurada A i r -
dos los otros santos. Bien sé que S. Pablo enseña ( I ) que
oen. Asi lo enseñan S. Basilio ( I ) , S. Cirilo ( 2 ) , san
Dios ha distribuido estas mercedes de suerte que muy
Gregorio Nacianceoo ( 3 ) , S. Gregorio Niseno ( 4 ) , san
pocos las reúnen todas, sino que uno ha sido dotado
Epifanio ( 5 ) , S. Gerónimo(6) y otros muchos. Y a u n -
del don de profecía, otro del don de hacer milagros, este
que en los libros inspirados por el Espíritu Santo no
del de lenguas, aquel del de la inteligencia de las santas
encontramos otra muestra de este don que el cántico
escrituras y asi de los demás. No obstante por lo que
quo entonó en su visita á santa Isabel; no obstante san
mira á la madre de Dios, es necesario apartar nuestro
Ambrosio explicando esc mismo cántico afirma que tan-
pensamiento de toda división. Su caso es privilegiado:
to como se aventaja la que le pronunció á todos los que
ella entra por todas partes, toma en todas partes y an-
tuvieron espíritu profético, otro tanto mas excelente es
tes que ningún otro y no parte con nadie. Asi lo dicen
el don recibido por ella que el de estos (7). El docto
todos los santos: asi lo pide la razón: asi lo declara el
abad Ruperto (8) la llama con esta ocasíon la profetisa
decreto del padre de la gracia. .Todas las gracias resplan-
de los profetas, porque dice que por su mérito fueron
decen en María, dice S. Buenaventura (2), como en quien
inspirados los profetas de Dios y porque sirvió de tema
tiene el seno muy capaz para recibirlas todas; por lo
á todos ellos.
cual podríamos darle el nombre de gracia.»«Entre los ta-
bernáculos de la gracia, dice S. Andrés de Jernsalen (3), Del discernimiento de espíritus.
no hay ninguno mas grande, ni mas excelente que este.»
«Ella cs la casa de recreo de Dios, dice S. Pedro Dainia-
III Sin duda que tuvo muy cabal discernimiento de
no (4), alhajada y adornada con todas las gracias ima-
espíritus; porque si por esto don lia de entenderse, co-
ginables." «No temo alionar, dice S. Bernardino (S), que

p i l e d e natlvllate Chrisli.
to verbo Isai c . v i l ! .
(ü) Iteres. 78.
Lib. 1 ¡n Isaiam.
(6) I n loemn Isaías cHatum.
Oral. 4?. . .
[I) I ad cor. X I I . í 31 S e r a . 1 de doral. B. V. ("i Luc. 1.
Do leslimoniis ex v e t e n
15) lopsaK.:Spccul.B.Virg., (4) Serm. d e Assumpl. (8) Lib. I i n Cant.
teslánicnlo conlra jodíeos, ca-
c. 3. (ij) Toin. I . s e r n i o 61.
mb juzgan algunos, un rayo (le luz celestial que penetra
los mas ocultos pensamientos y hace ver lo que pasa en
los corazones, aunque según el común sentir tie los ceroimiento de espíritus y una luz muy excelente para
padres y teólogos no so halló habitualmente y en cali- descubrir las asechanzas del enemigo.
dad de posesión estable y permanente en ningún otro
que en el hijo de Dios, no obstante no podemos dudar De los dones de [é, sabiduría y ciencia.

que el alma de la bienaventurada Virgen fuese iluminada


IV. Tampoco dudo que fué muy liberalmente dota-
muchas veces con él como con una luz que sobreviene,
da de todas las gracias destinadas á explicar con la pala-
especialmente si consideramos que tantos santos fueron
bra los misterios escondidos de nuestra religión, como
favorecidos con él por Dios con tanta frecuencia y libe-
son los dones de fé, de ciencia, de sabiduría y otros se-
ralidad. Si se prefiere entender por este don una luz in-
mejantes. Llamo don do fé u n a firmeza incontrastable
terior que ilumina al alma para discernir de qué espíri-
para tener v abrazar todo lo que la iglesia propone a
tu bueno ó malo proceden los pensamientos, los deseos
nuestra creencia, junto con la facilidad y eficacia para
y los impulsos del corazon; serla preciso haber perdido
declararlo á los demás acomodándose á su capacidad, de
el juicio para negar esta gracia á la madre de Dios. Con
suerte que se les manifieste que los testimonios de Dios,
efecto en c u a n t o á c l l a , además que no entró nunca en su
es decir, los misterios de nuestra creencia autorizados
corazon ningún o t r o espíritu que el Espíritu Santo, las
por la revelación d i v i n a , son enteramente dignos de
preguntas y réplicas que hizo al ángel Gabriel, obligaron
creerse. Esta gracia la debemos do conceder por toda
á S. Joan Damasceno á confesar ( i ) que todas sus pala-
razón á la que fué la principal columna de nuestra re
bras eran sacadas del tesoro de la sabiduría y dictadas
despues de su querido hijo. Lo mismo digo del don de
por el Espíritu Santo. Por lo que mira á los otros, pre-
ciencia y sabiduría, pues hay muy poca diferencia e n -
gunto si debiendo de ser la maestra de la iglesia y la
tre ellos y el don de fé que acabo de explicar.
regente de los apóstoles, no era muy razonable que
fuese llena superabundantemente de este don. S. Anto-
Del don de lenguas.
nino de Florencia me sugiere otra consideración, porque
recordando lo que fué respondido á S. Antonio cuando
V Otro tanto digo del don de lenguas, porque en-
vio oscurecido el aire por una nube de demonios y su-
contrándose la Señora con los apóstoles y discípulos el
po que solamente los verdaderos humildes podían l i -
día de Pentecostés, sería poco verisímil que el Espíritu
brarse de sus lazos, afirma que aun cuando no tuviéra-
Santo se hubiese pasado de largo cuando tan esplendido
mos otra prueba que su incomparable humildad, ba-
se mostraba con todos los demás, especialmente si se
bria que decir que recibió de Dios un perfectlsiino dis-
atiende á que este don de lenguas se comunicaba frecuen-
tisimamenteen el origen de la iglesia con la bajada visible
del Espíritu Santo aun á los que no estaban destinados
por oficio para doctores y predicadores. Considérese
(I) Oral. I de Assunipt. además que entonces se llegaban á ella diferentes per-
sonas tanto para ver á la madre de aquel en quien creían,
T de la que oian tantas maravillas, como para ser con-
firmados por ella en la fé; á lo que contribuía no poco SÉPTIMA ESTRELLA
que la Señora estuviese dotada de todo genero de gra-
cias y dones extraordinarios. ó grandeza d e la corona de excelencia de l a
m a d r e d e Dios.
Del don de milagros.

VI. No quiero decir menos de la potestad concedida


CAPITULO VIII.
á los santos para producir cxteriormente obras maravi-
llosas y capaces de asombrar á los que las ven ó las
oven, que es lo que llamamos don de milagros, sino QBE ES 1.A ( N I C A COMPLETAMENTE EXENTA DE TODO

que por las m i s m a s consideraciones arriba expuestas PECADO.

sostengo con el abad Ruperto ( 1 ) , Alberto Magno, san


Antonino (2) y o t r o s varios que le fué concedido, espe- Oueriendo yo tratar del privilegio de la madre de Dios
cialmente después de la ascensión de su liijo á los cielos, y que contiene la exención general de toda suerte de pe-
que muebas veces se valió este de ella asi como de los apos- cados, tendría mas motivo de temblar que el devoto san
tóles y discípulos para hacer nombrada su iglesia con Bernardo ( 1 ) , y podría decir con mucha mas razón que
tales hazañas. Nadie á mi juicio contradirá esto, si consi- S. Anselmo ( 2 ) que siendo el objeto de mis considera-
dera que semejante potestad fué conferida tan general- ciones y la materia de m i discurso una pureza que ex-
mente á los fieles siervos de Dios, que muy pocos han cede á "todo lo criado, tengo horror de m i mismo y de
dejado de obrar multiplicados milagros. S. Juan Damas- la enormidad de mis culpas y temo justamente ser r e -
ceno llama á M a r í a un abismo de prodigios ( 5 ) . yS. An- pulsado como indigno de ver la gloria de Dios, que tan
drés de Candía le da el nombre de tanmaturga ( 4 ) , y eso extraordinariamente aparece en este excelente privilegio.
por un poder q u e no puede disputársele; acerca de lo Pero por otra parle me siento alentado por las palabras
cual trataré mas largamente en el capítulo X I I I del tra- deS. Buenaventura, el cual afirma (5) que en cierto
tado segundo. Concluyo atestando con S. Atanasio (5) modo estamos obligados á hablar de sus excelencias poí-
que ella poseyó todas las gracias con que la liberalidad no hacernos culpables de ingratitud con el silencio. Si
de Dios puede adornar y enriquecer á una alma, y como puede ser disimulable á una persona de m i condicíon
á tal la saludo l l e n a de gracia con el mensajero celestial, manejar este asunto; nunca es .mejor ocasion que
pues fué la madre de ellas dando la vida por un prodi- despues de haber tratado de las gracias de la Virgen
gio de gracia al autor de la gracia. santísima por la conexion que hay entre estos dos p r i -
vilegios, pues es difícil conocer perfectamente el uno

(3) Sermo 1 de Nativit. ( 1 ) Hora. 3 i n »lissus. (3) P r o l o g , ad Speeul. B. V .


14) Sermo I d c A s s u m p l . ( 2 ) De e x c e l l c n t . V i r g . , e. 1 .
(6¡ Sermo d e Deipara 7.
T de la que oian tantas maravillas, como para ser con-
firmados por ella en la fé; á lo que contribuía no poco SÉPTIMA ESTRELLA
que la Señora estuviese dotada de todo genero de gra-
cias y dones extraordinarios. ó g r a n d e z a de l a c o r o n a de e x c e l e n c i a de l a
m a d r e de Oios.
Del don de milagros.

VI. No quiero decir menos de la potestad concedida


á los santos para producir exteriormente obras maravi-
CAPITULO VIII.
llosas y capaces (le asombrar á los que las ven ó las
QBE E 3 1.A Í N 1 C A COMPLETAMENTE EXENTA DE TODO
oven, que es lo que llamamos don de milagros, sino
PECADO.
que por las mismas consideraciones arriba expuestas
sostengo con el abad Ruperto ( 1 ) , Alberto Magno, san
Antonino (2) y otros varios que le fué concedido, espe- Oueriendo yo tratar del privilegio de la madre de Dios
cialmente después de la ascensión de su hijo á los cielos, y que contiene la exención general de toda suerte de pe-
que muchas veces se valió este de ella asi como de los apos- cados, tendría mas motivo de temblar que el devoto san
tóles y discípulos para hacer nombrada su iglesia con Bernardo ( 1 ) , y podría decir con mucha mas razón que
tales hazañas. Nadie á mi juicio contradirá esto, si consi- S. Anselmo (2) que siendo el objeto de mis considera-
dera que semejante potestad fué conferida tan general- ciones y la materia de mi discurso una pureza que ex-
mente á los fieles siervos de Dios, que muy pocos han cede á "todo lo criado, tengo horror de m i mismo y de
dejado de obrar multiplicados milagros. S. Juan Damas- la enormidad de mis culpas y temo justamente ser r e -
ceno llama á María un abismo de prodigios ( 5 ) . yS. An- pulsado como indigno de ver la gloria de Dios, que tan
drés de Candía le da el nombre de tanmaturga ( 4 ) , y eso extraordinariamente aparece en este excelente privilegio.
por un poder q u e no puede disputársele; acerca de lo Pero por otra parte me siento alentado por las palabras
cual trataré mas largamente en el capitulo XIII del tra- de S. Buenaventura, el cual afirma (5) que en cierto
tado segundo. Concluyo atestando con S. Atanasio (5) modo estamos obligados á hablar de sus excelencias poí-
que ella poseyó todas las gracias con que la liberalidad no hacernos culpables de ingratitud con el silencio. Si
de Dios puede adornar y enriquecer á una alma, y como puede ser disimulablc á una persona de mi condicion
á tal la saludo llena de gracia con el mensajero celestial, manejar este asunto; nunca es .mejor ocasion que
pues fué la madre de ellas dando la vida por un prodi- despues de haber tratado de las gracias de la Virgen
gio de gracia al autor de la gracia. santísima por la conexion que hay entre estos dos p r i -
vilegios, pues es difícil conocer perfectamente el uno

(3) SerroO I d e N a t i v i t . ( 1 ) Hora. 3 i n »lissus. (3) Prolog, ad Specul. B. V .


14) Sermo I d e A s s u n i p t . ( 2 ) De e x c e l l e n t . V i r g . , c. I .
(6¡ Sermo d e Deipara 7.
arsenal de la iglesia, el cual está pertrechado de todo
sin el otro. Mas como hay dos especies de pecado, el género de armas.
original y el actual, para no confundirlos haré ver an-
Primera prueba, sacada de la persona del Salvador.
tes cómo María fué exenta del primero, y despues mos-
traré que también lo fué del segundo: por Qii para dar
la última mano á este discurso iré hasta la fuente de II. Tomaré la primera prueba de la persona de
nuestro Señor Jesucristo , en cuya deshonra tornaría in-
donde le vino esa dicha.
defectiblemente que hubiese alguna mancha en la con-
cepción de su madre santísima. Hablando S. Pablo ( l ) d e l
1. — Qac la maitre de Dios luí escala del pecado original. redentor de los hombres sienta que convenía que tuvié-
semos tal pontífice entre nosotros, santo, inocente,
1. A vuestro .parecer ¿no tengo particular motivo inmaculado, segregado de los pecadores y ensalzado so-
de tomar á pechos con David (1) la limpieza de la casa bre los cielos. La expresión segregado de los pecadores
de Dios y emprender con interés la defensa de esta pre- merece considerarse cuidadosamente, en atención áque
rogativa , supuesto que la Virgen santísima se sirvió de nada dejó por hacer aquel cordero sin' mancilla para
revelará su fiel siervo Alfonso Rodríguez, coadjutor de apartarse del contagio general de los pecadores. Con
nuestra compañía, quien murió en la isla de Mallorca el este motivo eligió desde el principio un pueblo particu-
año 1617 y el ochenta y siete de su edad, que uno de lar entresacado.de las demás naciones, á quien dio su
los principales motivos de que se habia valido su amado librea y su insignia, para que con el tiempo no llegase
hijo para levantar este humilde instituto y honrarle á confundirse con los otros. En este escogimiento hizo
con su nombre, había sido para defender la inmaculada todavía nueva elección de ciertas personas de extraor-
dinaria virtud para nacer él de la descendencia de ellas:
concepción de la Señora? Despues de esto ¿no seria pre-
dejó á su pueblo mil símbolos y figuras de la pureza asi
ciso morirse de vergüenza si habiendo emprendido tra-
exterior como interior, que debía de ser mas notable en
tar de sus excelencias y grandezas pasase esta en silen-
él, é imprimió los vestigios de esta pureza en todas las
cio? Sin embargo porque muchos y buenos campeones
partes del templo, en la persona de los ministros, en
han hecho reconocer la verdad de esta revelación con
los sacrificios, en los utensilios y en lodo lo demás que
sus decididos esfuerzos y porque protegiendo Dios las pertenecía á su culto. ¿Y qué hombre de sano juicio po-
santas intenciones de mas de cieu escritores del mismo dría creer que tuviese el Señor tanto cuidado de las som-
instituto que han peleado por defenderla, sin hablar de bras y figuras y no hiciese caso de la verdad? ¿Quién se
otros casi innumerables que la han sostenido de viva voz, persuadiría á que hubiese obrado tantas maravillas para
este privilegio se halla hoy tan dilucidado, que muy po- hermosear su ciudad real, que hubiese conducido por
cas personas dudan de'él, paréceme que no se vitupera-
rá mi brevedad y que bastará proponer algunas pruebas
sólidas para la confirmación de esa verdad, sacadas del
{1 ) Ad hebr. V i l , 26.
TOMO I . 14
(!) Salmo XXV.
todas las calles manantiales de aguas cristalinas y vela- que se rinde á la madre, redunda en el hijo, así como
do tan esmeradamente sobre su conservación, y luego la deshonra que ella-recibe? Por último ¿á qué venia
hubiera permitido que la ciudad preparada por él abe- tanta limpieza en las vasijas de barro y de madera que
terno para su mansiou quedase sin una sola gola de no debían de servir mas que para los criados, dejan-
agua para refrescarse y que se hubiese dormido él al do al mismo tiempo pegada la grasa y . l a porquería en
amauecer el dia de la concepción de su bienaventurada la vajilla de oro que es para el uso del rey? Esto seria
madre cuando el enemigo estaba á las puertas y ponía precisamente lo mismo que decir que un gran princi-
las escalas para el asalto? pe había edificado un palacio para vivir con comodidad
y ostentar su magnificencia y que mucho tiempo antes
III. ¿Quién querrá decir que escogió él un trono
de ir á tomar posesion había mandado empedrar de
material mas brillante que el sol y que su trono anima-
mármol blanco las calles de la ciudad, vestir las tapias
do estaba lleno de suciedad é inmundicia? ¿Quién se
de preciosos tapices y adornar regiamente todo el trán-
imaginará que un templo corruptible había de estar lodo
sito dejando á la puerta de palacio un inmundo cenagal
revestido de oro fino; que al construirle no se oyó un
por el que le fuese preciso atravesar y meterse hasta
solo martillazo ; en una palabra que debia de ser toco las orejas.
santo y divino para contener una arca, figura de la sa-
grada humanidad de Jesucristo; y que el templo vivo IV. Ya oigo que se me responde que cuando entró
donde había de ser recibido este personalmente, fuese en su palacio el rey de la gloria, la gracia habia tomado
amasado de barro y edificado con la zambra y el desor- posesion de él mucho tiempo antes y quitado todo mal
den del pecado? ¿Quién ha oído jamás, decía gravemen- olor. Concedo; pero ¿cómo es posible me- imagine yo
te el ilustre S. Cirilo cuando combatía en defensa de que aquella á quien puede echarse en cara que fué tan
este templo divino en el concilio de Efeso ( 1 ) , que ha- sucia é inmunda, sea la inmaculada y dignísima madre
biendo edificado un arquitecto una casa para su morada, del muy digno é inmaculado hijo de Dios, según la llama
Orígenes (1)? Vosotros, lectores míos, no os acercais á
haya sido impedido de habitar en ella y obligado á ceder
la pureza de Dios y á su santidad, que le infunde una
el derecho de la misma á su enemigo? ¿l'uede caber en
aversión infinita al pecado: ¿no es verdad ? Sin embargo
un entendimiento racional la idea de que Dios hubiese
si el Señor, que según observación de S. Agustín (2)
prohibido antiguamente bajo pena de muerte que entra-
no deja jamás de hacer lo que la recia razón nos dicta
ra nadie, excepto el sumo sacerdote, en el santuario de
ser m e j o r , os hubiera consultado si le convenía unir su
un templo figurativo y que hubiese cedido voluntaria- divinidad á una carne que en otro tiempo hubiese es-
mente su verdadero y único santuario al espíritu de tado corrompida é inficionada por el pecado ( p o r q u e a l
impureza y deshonestidad? Sí no pudo impedirlo; ¿cómo cabo la carne del hijo es la de la madre); de veras ¿se
es omnipotente? Si pudo; ¿por qué no lo hizo, su- lo hubierais aconsejado? Mas aun; si hubiera estado en
puesto que como dice S. Gerónimo ( 2 ) , todo el honor

l) Hom. 6 ¡o conc. ephes. (I) Ad Eustoch


ÍHa. (1) Ilom. I ex variis. (J) Lib. 3 d e lib. arbit., c. 5.
vuestra mano criaros una madre á medida de vuestro
deseo; ¿habríais tenido tau poco respeto á ella otan mayor despues de Dios. • ¿Y quién dirá que la madre de
lioco cariño á vosotros mismos, que la hicierais tal, sien- Dios tuviese esta pureza si hubiera estado manchada con
do asi q u e según el dicho del Sabio (1) la honra y el des- la mancha infamo del pecado o r i g i n a l , cuya fealdad
doro de los padres redundan en los hijos? Y lo que no pintaré incontinenti? No sé de veras cómo puede p o -
nerse esto en duda, atendiendo á la máxima que sien-
habríais hecho vosotros con una chispa de razón que
tan comunmente los santos padres y los teólogos. Con
teneis, ¿juzgáis que lo hubiera hecho Dios siendo infi-
efecto en cuanto encuentran alguna indecencia en lo
nitamente sabio y bondadoso? Era preciso ó quo hubie-
que pertenece á la madre do Dios, basta para que no
se honrado á su "madre menos que vosotros honraríais
quieran oír hablar de ello en ninguna manera. En con-
á la vuestra, ó que hubiese tenido en menos su decoro
secuencia si se trata de mostrar que la concupiscencia
que vosotros el vuestro; lo cual es contrario á toda no tuvo dominio sobre ella; que su cuerpo no pasó pol-
razón. las leyes ordinarias y que estuvo exenta de la c o r r u p -
V. Oid por vuestra vida lo que dicen los santos á ción; que ella no experimentó los dolores ni las impure-
este propósito: «Cuando hablo del pecado, dice el in- zas del parto; al punto se tropieza con esta preciosa m á -
comparable S. Agustín ( 2 ) , guardaos de imaginar que xima, y no hay cosa mas convincente que la considera-
comprendo á la Virgen santísima.; porque sabemos por ción de que eso hubiera sido indecoroso á la madre del
otra p a r t e que tuvo tanta mas gracia para vencer todo divino Verbo é indigno de la purísima carne de que de-
género de pecados (nótese esto), cuanto que le cupo bia de tomar la suya el hijo de Dios hecho hombre. Esta
la h o n r a de concebir y parir á aquel que no ignoia- consideración detiene á todo entendimiento recto y no
mos haber estado sin pecado.» « N o , dice gravemente deja lugar á replicar. ¿ Y quién creerá que hubiese m e -
nos indecencia en verla marcada con el oprobio del pe-
S. C i p r i a n o , la justicia de Dios no permitía (esto es mu-
cado original, cien millones de veces mas feo y mas infa-
cho decir y no puedo decirse mas) que este vaso esco-
me que todas esas imperfecciones, las cuales subsisten
gido fuese manchado con los oprobios comunes, porque
al cabo sin pecado? Y si se le hubiese dado á escoger
habia u n a asombrosa desproporción entre ella y todos
entre ser exenta del pecado ó no ser reducida á polvo
los demás, y si bien la naturaleza ora la misma, no
despues de su muerte, ¿quién duda que ella hubiera
obstante ella no tenia nada de común con la culpa, ha aceptado la condicion común de los cuerpos antes que el
plenitud de la gracia era debida á la madre con una glo- pecado, v que el santo é inocente armiño se h u b i e r a a r -
ria superabundante, que la hizo sin igual tocante á ¡a rojado al fuego de todos los defectos naturales antes que
pureza del cuerpo y del alma.» S. Anselmo dice ( 5 ) : mancharse con la culpa y ser por un solo instante ene-
«Era de todo punto razonable que la Virgen tuviese una migo do su criador?
pureza t a n excelente, que no pudiera concebirse otra

VI. Asi queda resuelto este punto para gloria del


Salvador de nuestras almas, y créanle todos tan santo,
(O E c c l i . III. (3) DeconcepluV¡rg.,c. I ! . que no pudo sufrir el pecado en su carne, y tan buen
(S) l i o i i a t a r i e l g r a l i á , c . 36. hijo, quo no supo consentirle en su madre. «Mi señor y
m i rey, decia Betsabé á David ( 1 ) , los ojos de todo Is- pia divinidad, así lo estuvo la madre por la gracia de su
rael están vueltos hacia t i , para que les declares quién amado hijo. Por eso repárese que santa Isabel inspirada
debe de sentarse sobre tu trono después de t i ; y acaecerá divinamente los une en bendiciones cuando dice : "Ben-
que luego que el señor m i rey durmiere con sus padres, dita eres entre las mujeres y bendito es el fruto de t u
yo y m i hijo Salomon seremos tratados como pecadores
VIÜ V Pasemos á la calidad de reparadora, compañera
si dispones del trono en favor de otro.» Estas palabras
y coadjutora del Salvador en la obra de nuestro rescate,
hirieron en lo vivo el corazon de David, padre cariñoso
de que hablaré mas extensamente en el tratado segundo.
y rey amante de sus vasallos, en términos que mandó
;\-o descubramos ya el diseño que Dios hizo de ella desde
en el acto al profeta Natan y al sumo sacerdote Abiatar
el principio del mundo, cuando quiso que la compañera
que apresurasen la consagración y coronaciou de Salo-
v avuda que daba al primer hombre, fuese hecha á seme-
mon. ¿Y es creíble que el Padre eterno sintiera menos la
janza de este y que ambos gozasen de la justicia original?
deshonra de su unigénito y de la bienaventurada madre
y si la infinita bondad del Criador no pudo consentir que
de este que David la mancha de su amada esposa Bet-
Vdam y Eva, destinados para propagar nuestra especie por
sabé y de su buen hijo Salomon? No se hable mas de
la vianatural, fuesen criados en otro estado que el de ino-
esto: la idea sola de que María madre de Jesús fué pe-
cencia, ¿qué debemos de creer del Salvador y de su santa
cadora y que la mancha de su concepción no podía me-
madre que venían para reparar la culpa en que habían
nos de ser oprobiosa á su h i j o , es abominable y causa
caído aquellos precipitándonos á nosotros al mismo tiem-
horror.
p o ' S Bernardino de Sena cree (2) que este argumento
iene grandísima fuerza para todo el que quiera ceder a la
Segunda prueba, sacada de la persona de la Virgen sanlisima.
razón Por eso le empleó S. Andrés, el mas antiguo de los
anóstóles, según refiere Abdíasbabilonio (5). Con oferto
V I I . Paso del hijo á la madre, y parece que basta
dice que así como el primer Adán, fué formado de la
examinar los designios que tuvo Dios sobre ella, y el fin
tierra virgen y no sujeta todavía á maldición, as. tam-
á que la destinaba, para eximirla de lodo pecado. Ues-
bién el segundo nació de madre virgen , que no había
pccto del titulo de madre de Dios no tengo nada que aña-
estado jamás sujeta á la maldición.
dir á lo dicho, que es bastante, y todo lo mas podríamos
iv Pero ¿qué podría responderse a los santos doc-
conteníamos con las pocas, pero sólidas y convincentes
tores' que enseñan haber sido escogida con su hijo para
palabras de S. Agustín ( 2 ) ; es á saber, «que cual es el
librarnos de las desgracias que nos había causado el
hijo, tal es la madre;« entendiéndose todo con la pro-
pecado original? Ciertamente que hubiera sido una ex-
porción conveniente del uno al o t r o ; es decir, que asi
celente disposición para lograrlo el estar ella inficionada
como el hijo estuvo exento de todo pecado por su pro-

(3) L. I h i s l .
í I ) Luo. 1.
(I) t i l d e los Reyes I , 20 ( 2 ; S e r m o 10 ad fratres ¡A (2.) Tura, i i s e r m i « .
v 41. ' eremo.
de la misma mancha. El antiguo poeta Sedulio, cuyos
X. Y á propósito de lo que dice Hesiquio sobro que
versos lian tonillo tal precio ajuicio de la iglesia, que
fué destinada para abatir la insolencia de Satanás, es
h i inrliiitl.) algunos en.el santo sacrificio de la misa,
verdad que todos los santos padres lo enseñan con él, y lo
echó ni ¡:uvde esta razón diciendo: «Asi María, la honra
demostraré mejor en el tratado segundo. Pero entre tanto
d • Lis!! >r,'s, sale de Eva, y de un tronco viciado nace ruego al lector considere las palabras que dijo Dios á la
u i : linda rosa, ennobleciendo una nueva virgen el linaje serpiente, las cuales entienden comunmente los doctores
que la-antigua había llevado 4 la muerte.» L de la gloriosa Virgen. «Yo pondré, le dijo ( 1 ) , enemis-
Hosiquio la llama con este motivo ( I ) el ornamento tades entro ti y la mujer, entre tu descendencia)-la suya:
oxídente dii - nuestra naturaleza, la gloriado nuestra ella te quebrantará la cabeza, y tú pondrás asechanzas á
tierra, destinada á ocultar la afrenta de nuestra primera su calcañar. • Si lo consideramos cou atención; notare-
madre, á limpiar la mancha del primer padre y á abatir mos en estas palabras tres cosas muy importantes. La
la soberbia del que había perdido á ambos. No digo mas, primera es que dice Dios que pondrá enemistades usando
porque de esto hablaré expresamente en el capitulo VI según observación de S. Cipriano el número plural, el
dol tratado segundo. ¿Y qué se puede replicar á la doc- cual absolutamente implica toda especie de desunión y
desvio, sin concordia, ni paz, ni tregua alguna, para dar
trina de S. Juan Damasceno, el cual enseña (2) que la
á entender que ella fué la única que nunca tuvo que
bienaventurada Virgen empezó esta maravilla en el punto
ver nada con Satanás; pero que desdo el principio le
mismo de su concepción y que este dichoso instante fué
declaró guerra á muerte. En segundo lugar dice que le
el que levantó á nuestra naturaleza de su caida y la res-
quebrantará la cabeza, la cual no es otra cosa que el
tauró completamente? ¿Cómo se puede comprender des-
pecado original, porque asi como cuando la serpiente
pués de esto que su concepción fuese inficionada de la (yes observación de S. GregorioNacianceno) ha meti-
misma mancha de que venia á librarnos? Si los santos do la cabeza en algún agujero por pequeño que sea, fá-
padres que alegaré mas adelante, sacan un argumento cilmente introduce todo el cuerpo, de la misma manera
eficaz para probar que estuvo exenta de todo pecado ac- donde el espíritu maligno ha hecho entrar el pecado
tual, de que era destinada con su hijo á destruir el original, fácilmente da entrada á los actuales; ó si se
mismo pecado; ¿por qué hemos de tener reparo de de- quiere m e j o r , asi como cuando se ha quebrantado la
cir lo misino acerca del original? El devoto capellan de cabeza de una serpiente, el cuerpo bulle todavía algún
la Virgen S. Ildefonso no ignoraba la solidez de esta ra- tiempo, del mismo modo aunque el primer pecado sa-
zón, de que se valió en el excelente tratado escrito para cado ;de nuestros padres sea destruido en el santo sa-
defender la integridad de nuestra señora diciendo: «Sea cramento del bautismo, no dejamos de sentir sus reli-
pues cosa resuelta que estuvo libre y exenta de todo pe- quias , que sou las rebeldías y discordias que experi-
cado original la que no solo nos libró de la maldición, mentamos dentro de nosotros mismos, y los asaltos de la
sino que además nos trajo la bendición.»

(1J Oral. 1 d o B. T i r g . (i) Sermo. I de B a t i r . B. V. (1) Genos. 111.


concupiscencia, verdadera semilla del pecado original. es juntamente uno de los designios de Dios sobre ella,
capaz de ponernos de parte de su exención del pecado.
Pero ¿por que emplea ella el pié para esle oficio? ¿No
Dice pues con mucha sutileza el santo que Dios había pre-
será para dar á entender que hizo esta singular hazaña
parado á lasantisima Virgen exactamente como un lecho
al principio de su vida, de que es símbolo el píe? l o r
de descanso para reposar al salir de la molesta jornada de
último dice Dios que la serpiente pondrá asechanzas
la ruina délos ángeles y délos hombres, la cual (hablando
al calcañar de la mujer, como si hubiese dicho mas
á nuestro modo) le había dado tanto que hacer y cau-
claramente que la serpiente no la encontrará al prin- sado enojos sin número. ¿Y qué lecho de descanso, de-
cipio de su v i d a , ni aun la acometerá en su persona, cidme , hubiera sido si le hubiese encontrado sembrado
según haré ver en otro lugar ( 1 ) , sino que la sorpren- de las espinas del pecado original? ¿Hubiera sido á p r o -
derá en la persona de sus descendientes, que son sus pósito para conciliar un sueño dulce y agradable? Así
lujos espirituales representados por el calcañar. digamos mejor que ella fué la verdadera cama de Sa-
XI Figuraos ahora que habiendo estado uno algnn lomon sembrada de rosas sin espinas y perfumada con
tiempo bajo la férula del carcelero con esposas en las ma- celestiales aromas, donde no se encontró jamás nada que
nos V grillos en los pies y habiendo salido de la prisión desagradase en lo mínimo á su soberana majestad.
para ser marcado y marchar desterrado perpetuamente,
de allí á una hora se le levantase el destierro y fuese en-
Tercera prueba, sacada de la naturaleza del pecado original.
viado en el acto á la cárcel de donde salió, para dar liber-
tad á sus compañeros y sacarlos de allí. Figuraos el reci-
bimiento quo tendría, y el tratamiento que le daría el XIII. Este pecado de que hablamos tanto, bien m e -
alcaide en cuyo poder estaba poco antes. Por m i parte rece una prueba aparte. Quisiera tener el pincel muy
confieso que tengo dificultad en creer que si a Mrgen feliz para pintarle con sus vivos colores, y pondría á la
santísima hubiese estado u n solo instante bajo la tiranía vista un monstruo capaz de causar espanto á todo el que
de Satanás, no se lo hubiera echado m i l veces en cara le mirase. Ya que no puedo hacerlo, presentaré un bos-
este espíritu soberbio é insolente y a u n hubiera pasa- quejo, del que me valgo yo para concebir mas horror á
do á aplicar la afrenta á nuestro Salvador como a hijo de aquel. Paréceme que veo un monstruo en extremo hor-
una liberta suya. ¿Y quién no ve, sin q ^ J » ' « » rible, lanzado del infierno para que inficione al mundo
con su hediondez : lodos los demonios han contribuido
que no era conveniente que el demonio tuviese esta
ven j á hacerle : tan espantable es en su figura, tan terrible en
su forma y tan desapiadado en sus designios. Tiene
X I I ' En los tratados siguientes, donde lie de propo-
cien cabezas, todas diferentes, pero casi igualmente hor-
ner los otros títulos de la Virgen, considerare cuan
ribles: sus ojos parecen globos de fuego, sus dientes
compatibles son con toda especie de p e « d o s ^ i h o r a me
navajas afiladas, sus gargantas simas de muladar y sus
contento con solo un elogio de S. Pedro Damiano, que
garras garfios de hierro. De todas aquellas gargantas
salen unas nubes do humo tan pestilente, que oscure-
cen y corrompen el aire. En medio de su vientre se en-
(!) trat. 2, cap. 9. §•"•
y como en semilla es todos los pecados juntos, pues cor-
ciende un fuego griego, que destruye cuanto encuentra: rompida la raiz, por necesidad han de sentirse los
sus alaridos espantan á todo el m u n d o , al cual arroja frutos, las (lores, las hojas, las ramas y el trouco. Causa
en una horrenda caverna, que es el teatro de su carni- miedo el ver estas cabezas, las cuales arrojan todas b o -
cería. En una palabra es tan terrible, que nadie se esca- canadas infernales, porque es cierto que ni el diablo mis-
pa de su furia. Luego que los vuelve á lanzar á sus pri- mo es tan espantoso de m i r a r , ni las cloacas del infierno
siones , los embiste con los dientes y las garras, y desde tan hediondas como un solo pecado á la vista y al olfato
luego se tira á la cara, que desfigura enteramente susti- de Dios. El fuego griego que se enciende en su pecho, no
tuyendo en lugar de la forma humana la semejanza de es otra cosa que la maldita concupiscencia, primer
Satanás. Tira, arrastra, magulla, despedaza y no deja efecto del pecado, la cual, como dice el apóstol Santia-
nada sano. Hace sallar los ojos, taladra los oídos, chu pa go ( 1 ) , inflama la rueda de nuestro nacimiento infla-
los sesos y arranca el corazon: en una palabra es un in- mada ella del fuego infernal; es decir, que abrasa sin
intermisión la parle animal del hombre y le hace sentir
fierno empezado, porque no se puede pasar mas allá
su fuego y su humo mientras él corre esta vida mise-
para representar su crueldad.
rable. Este monstruo lo lleva todo por delante, porque
XIV. Ve ahí una pintura singular, aunque solo está nos aparta de la presencia do Dios, nos hace perder su
en bosquejo y no llega á la fealdad del original. Mas amistad, y la gracia de su adopcion con todos los dere-
porque no se figuren algunos que yo he hecho á manera chos que podíamos alegar á su herencia, la ventaja que
de una fantasma de las que se presentan á los niños á nuestro origen nos daba, y la honra que poseíamos
fin de asustarlos, consideraré las pinceladas una por una de ser hijos de Dios. La caverna tenebrosa á donde nos
y se verá que lo que he dicho, no es nada respecto de la confina, es el arrabal del infierno, donde estamos meti-
verdad, lie sentado lo primero que este monstruo era dos mientras perseveramos en el estado de desgracia de
concebido en el infierno y arrojado de allí para inficio- nuestro nacimiento. En cuanto á la crueldad que he d i -
nar el mundo. Antes que yo lo dijo el Sabio afirmando cho ejercía para con nosotros, ¡ojalá que nuestra propia
que por la envidia del diablo entró la muerte en el mun- experiencia no nos hiciese conocer que es tan cierta!
do (1). Este fué el primer ensayo y como el primer Pero i ahí llevamos las señales de ella desde los pies
hervor de su rabia, cuando empezó á desesperar contra hasta la cabeza: testigo nuestro entendimiento oscure -
Dios y hacerlo todo en despique de él. En efecto avanzó cido, nuestra voluntad inclinada á los bienes sensibles,
todos nuestros sentidos alterados, nuestro apetito rebe-
tanto por este primor arranque, que de un golpe intro-
lado contra la razón, esta contra el mandato de Dios y
dujo la muerte en el seno de Adam y de toda su descen-
sobre todo este hermoso rostro desfigurado, que no es
dencia. l i e dicho que tiene cien cabezas: estas son todos
otra cosa que convertida en semejanza de Satanás la se-
los pecados actuales, á los que da vida y origen, porquo
aunque este pecado no sea mas que uno en su natura-
leza , como enseñan los teólogos, no obstante eu poder

(I) Epist. catol. I I I . 6.

(I) Sabiduría, I I , Si.


queJsrDios hubiese dado á escoger á María entre ser
mejanza que traíamos con Dios. Asi define S. Dionisio
madre suya ó estar exenta del pecado original, sin d i -
Areopagita el pecado original, cuando le llama un habito
ficultad habría dejado ella el inestimable bien de tener
de desemejanza con Dios anexo al hombre desde su con- por su hijo al mismo Dios á fin de no ser marcada con
cepción (1). ' el sello de Satanás y de no vivir un solo instante en
X V . Acerca de esta figuray de las correspondencias re-, desgracia de su soberana majestad.
feridas por m i os pido j u s t i c i a , mis amados lectores, en XVI. Yo venero de lo intimo de m i corazon y con
favor de la Virgen santísima, porque ¿podréis conceder toda m i alma al doctor angélico; no obstante debo de
que Dios dejase poseer el alma de su santa madre por utt confesar que cuando leo las razones alegadas por él para
demonio tan furioso como el que habéis visto y 110 ha- probar la exención de lodo pecado actual, que sostiene
béis visto? Y diso que no le habéis visto, porque no esta con la iglesia haber sido otorgada á la madre de Dios,
en mi mano pintarle tal como es. Los santos padres con- me parece que tienen mucha mas fuerza para ahuyentar
fiesan unánimemente ( y todos los verdaderos lujos de la de ella el original. Todo su discurso se reduce á cuatro
iglesia y de la Virgen quisieran morir por esta verdad; razones: la primera es esta: cuando Dios por su miseri-
que nunca cometió ella un solo pecado venial; no obs- cordia elige á uno, no deja jamás de darle todas las
tante que esto no hubiera sido capaz de hacerla perder cosas necesarias para que cumpla su elección, según ase-
la amistad de Dios, ni su eminente santidad, mucho gura el Apóstol diciendo (1) que nos ha hecho ministros
menos la hubiera sujetado á la tiranía del demonio. ¿\ idóneos del nuevo testamento; es así que Dios había des-
os persuadiréis á que contrajese el pecado original, que tinado á esta señora para madre de su h i j o ; luego no se
debe de dudar que la completó en todas sus parles para
la hubiera hecho esclava del demonio y digna del odiode
que cumpliese su elección; lo cual no hubiera sucedido
su criador, la hubiera declarado pechera é infame y la
si la Virgen hubiese cometido algún pecado, porque
hubiera condenado á muerte y muerte eterna? El pensa-
como enseña el Sabio (2), los padres son la gloría de
miento solo de esta suma indecencia basta para hacer
sus hijos y por una relación de contrariedad la deshonra
saltar el corazon de los que honran á la madre de Dios.
de la madre hubiera pasado hasta el hijo. Asi se expli-
Por lo demás restablecida en gracia tan pronto como ca santo Tomás (5). Pero ó me engaña mucho m i dis-
queráis, siempre habrá sido, según acabo de decir, la curso, ó es preciso confesar que el hijo de Dios hubiera
bija amada del Padre, la madre del H i j o , la esposa del recibido mucho mayor deshonra si su santísima madre
Espíritu Santo, el santuario do Dios, la pieza maestra, se hubiese manchado con el pecado original, porque asi
el honor, el astro del m u n d o , la gloria de la tierra y como en las leyes civiles hay muchos delitos personales
del cielo. Y para que se vea hasta dónde llega esto, diré que no pasan hasta los hijos de los reos, y hay delitos
que á algunos graves y sabios doctores (2) les pareció tan
singular este hecho, que no tuvieron reparo de senlar

O l i a d cor/III. (3) P. 3, q. 21, a r l . 7.


(,) Eccl. b i e r . , c . 2. (le po=nit. q. 6: Anión. Cordob. 2) Proserb. XVII.
(í) Medina do oral. q. 1, e l l i b . I , q . Ilieolog., q. IN-
que infaman á la descendencia de estos, por ejemplo el
de lesa majestad, herejía y otros semejantes; de la lia!, lo mismo proporcionalmento lia do presumirse de
misma manera en la ley de Dios se dice del pecado ac- la madre. Tiene razón el santo doctor, porque los sa-
tual aun cuando fuese mortal, que el hijo no llevara la bios y las leyes mismas aseguran que los hijos no ha-
iniquidad de su padre (1); pero la malicia del original cen mas que una persona con sus padres, no tienen mas
es tal, que se va propagando de padre á hijo, do suerte que una voz, no son mas que un cuerpo y una carne.
que no bien el padre comunica la naturaleza a su lujo, Véase pues si el hijo de Dios que tenia mas unión con
cuando le transmite el oprobio y la infamia do este pe- su santa madre que ningún otro h i j o , podía consentir
cado. Por eso dice S. Ildefonso (2) que si la madre de que contrajese eíla la mancha original, la cual se acer-
Dios no hubiese sido santificada desde el principio, su caba tanto á é l , pues que amenazaba con la infec-
carne hubiera sido carne de pecado, y siendo tal, su mis- ción á su cuerpo y á su alma juntamente, Escuche-
mo hijo no hubiera estado exento de pecado como uni- mos solamente lo que dicen sobre esto dos doctores
do á una carne pecadora. No obstante este dictamen excelentes. E l primero es Arnulfo de Cbártres, quien
debe de entenderse prudentemente y con gran circuns- afirma ( í ) que la carne de Jesús y de Mariacs la mis-
pección, porque no quiere el santo decir absolutamente ma, el espíritu y el amor el mismo y que esta unidad
que si la madre de Dios hubiese contraído la mancha no recibe división; porque aunque de dos cosas se ha
del pecado original, debiera de haber participado de ella hecho una, no obstante despues de esa unión no se d i v i -
su hijo. Su nacimiento extraordinario le eximia mas que de ya : de donde se sigue que hablando correctamente,
suficientemente de él, y aun cuando no hubiera bastado, no se debe de decir que la gloria del hijo es común á la
le santificaba la divinidad con exclusión de todo pecado. madre, sino que es una misma gloria que corresponde
Pero quiere decir que era razonable que no solo el Sal- pro indiviso á los dos. El otro doctor es S. Anastasio S i -
vador fuese exento de él por esos dos títulos, sino que naita , patriarca de Constantinopla, quien habla de esta
el finjo del pecado, que pasa y corre de padre a hijo, manera ( 2 ) : «¿Habrá alguno, sea entre los hombres ó
fuese contenido en la persona misma de su madre, de verdaderamente enlre los demonios, que se atrevaá de-
suerte que no pudiera dudarse jamás de la inocencia cir que aquella cuya naturaleza es la misma que la de
de aquel que habia puesto como un dique para impedir Dios en cuanto á la carne, no fué hecha á la imágen y
que pasára adelante mucho tiempo antes de llegar semejanza del que nació de ella? Porque ¿cómo se podría
hasta él. llamar su madre no estando marcada con su marca y
habiendo defecto en esta semejanza?"
XVII. Santo Tomás saca su segunda prueba de la XVIII. I,a tercera razón de santo Tomás se saca de
unión que el hijo tiene con la madre, de quien toma la que Dios habitó en ella de un modo particular no solo
sustancia; unión ó por mejor decir unidad tan grande, poseyendo su alma, sino llenando sus sagradas entrañas.
que si el hijo no puede tener ninguna relación con Be- Mas el Sabio dice claramente (5) que «no entrará la sabi-

(1) Ezeq. XVIII. (!) De v i r g i a . B. Mari». I I ) DelaudibusVirg. (3) Subid I.


(S) Lib. 6 auagogicar. quajsl.
TOMO I . 1S
idiota y que interpretaba así las preciosas palabras de
duría en alma maligna, ni morará en cuerpo sometido á los Cantares citadas ya (1): «Tú eres toda hermosa en tu
pecados. • S. Bernardo explicando este pasaje dice que -la concepción, pneS que fuiste hecha con solo el designio
sabiduría buyo de la malicia y del pecado, porque sien- de ser el templo del Altísimo: tú eres hermosa no en
do la bondad y la santidad por esencia detesta el vicio parte, sino en todo y por todo, y nunca se ha observado,
tanto como ama la virtud, y que es imposible que la su- ni se observará en t i mancha alguna de pecado, ya ve-
ma pureza y la suma impureza habiten juntas.» ¿Qué nial, va mortal, va original. Ve aquí según m i pobre pa-
mayor infección en efecto que el pecado original, el cual recerlo que es ser toda l i m p i a ; no estar cubierta de la
arruina el alma y el cuerpo juntamente y se extiende mala lepra que devora é inficiona el cuerpo y el alma.
por todas las potencias del uno y del otro, según he he- X X . Una palabra no mas tengo que decir sobre la
cho ver antes? Asi pues nadie dude, dice muy bien san tercera prueba sacada de la naturaleza del pecado origi-
Anselmo (1), que el castísimo cuerpo y la santísima alma nal; á saber, que asi como le advertimos por sus efectos,
de la Virgen fueron preservados de toda mancha de pe- también donde estos no se manifiestan, tenemos bastan-
cado, como que debían de ser la morada donde había de te motivo para presumir la falta de la causa do que p r o -
habitar corporalmente su criador y el de todas las co- ceden. Vemos en invierno una'hermosa fuente, la cual
sas y unir el hombre, personalmente á si. saliendo á borbotones se derrama por diferentes arroyos
XIX. Santo Tomás concluye que es necesario eximir en toda la campiña; pasamos en estio por el mismo l u -
á la madre de Dios de todo pecado actual para dar auto- gar v encontramos secos los arroyos: ¿qué podemos de-
ridad á las palabras de su celestial esposo, que le dice cir sino que falta el agua á la fuente, supuesto que ya
en los Cantares ( 2 ) : «Toda eres hermosa, amiga mia, y no no corre como antes? En cuanto la corrompida fuente
hay mancilla en ti.» A este lugar le dan muchísima fuer- del pecado original se derramó sobre los hijos de Adam,
za los del partido contrario (3) por el respeto de la sus aguas envenenadas inundaron y malearon todas
iglesia que le usa y le apropia á nuestra señora; on tér- las potencias del alma sin dejar cosa alguna sana. ¿Qué
minos que le creen suficiente para hacer declarar que resta pues sino que no descubriendo ninguna señal de
aquella no cometió jamás pecado venial. Aquí debo de este estrago é inundación general en la Virgen santísima
confesar ingenuamente que no puedo comprender cómo digamos que nunca corrió en su bendita alma la fuente
por la fuerza de estas palabras verdaderas y autorizadas corrompida? En efecto vedla como el huerto cerrado,
se halla la Virgen limpia de todo pecado actual, sin que le que en todas partes aparece delicioso y presenta las ga-
quede siquiera la menor mancha, y no obstante nontiría las y la lozanía de una hermosa primavera. No vereis
cubierta de la laceria original desde los piés hasta la ca- nada seco,- ni marchito, ni mustio, asi como en todos los
beza, sin que esto disminuya su hermosura. Por mi parte otros no notareis nada entero. Quiero decir que vereis
prefiero dar oídos al humilde doctor que quiso pasar por por todas partes los favorables efectos que producía la

(I) De exceltenli» virgiDis. ¡ 3 ) Cajel. in eum loíoni (() Idiota i n conlemplat. V'irg. c. 3.
( S) Cant. IV. D. TIIOKIÍU.
gracia original, y por el contrario no advertiréis ninguna admirareis al advertir cómo este cuerpo de ejército se ha
huella del diente venenoso de la serpiente, nada de re- ido reforzando de edad en edad hasta nuestros dias, en
beldía en sus miembros, nada de oscuridad en su en- que tenemos la dicha de verle marchar victorioso bajo la
tendimiento, nada de desorden en sus afectos, nada de bandera de la inmaculada concepción y exceder en n ú -
corrupción en su cuerpo, nada de oprobioso en la con- mero de capitanes y soldados escogidos & las estrellas del
cepción del Verbo divino, nada de doloroso ó impuro firmamento.
en el parto: ¿qué mas se puede decir para convencer á Para cumplir satisfactoriamente m i promesa os s u -
quien esté resuelto á ceder á la razón? Si no obstante plico recordeis quo no sin justísima razón es comparada
advertimos en ella ciertos efectos, que nos parecen na- la Virgen en los Cantares á la aurora, á la luna y al
cer aun del primer pecado, como son los dolores corpo- sol en el mediodía, sino que es para dar á entender que
rales y la muerte; acordémonos de que su querido hijo el honor tributado ¿ olla por la iglesia tuvo su princi-
los sufrió sin pecado por el remedio del.pecado, Iiu pio, sus progresos y su consistencia. Dios lo ha dispues-
cuanto á la Virgen, dice muy bien Ricardo de S. Víc- to asi con amabilísima y no menos sabia providencia
tor (1), si veis que no estuvo exenta de semejantes efec- respecto de la mayor parte de las verdades de la fe y
especialmente del misterio «le la concepción de que tra-
tos en que se halla pena y dolor, sabed que los aceptó
tamos. Tres razones principales hallo yo, por las cuales
de muy buen grado para aumentar su corona y darnos
quiso el Señor que la verdad de este misterio se descu-
al mismo tiempo ejemplo de paciencia llevando con
briese precisamente á la manera del alba del día, la cual
tanta pureza el yugo de nuestra común miseria.
cuando empieza á despuntar ahuyenta insensiblemente
las tinieblas, hasta que adelantando poco á poco el sol
Cuarta prueba sacada de la autoridad de la iglesia universal, en su carrera llega por último al mediodía.

X X I . La lie reservado expresamente hasta aquí para, XXII La primera razón es la que alegan ordinaria-
que los que hubiesen puesto alguna especie de resisten- mente los teólogos diciendo que como la iglesia no esta-
cia á las otras pruebas, viendo parecer este escuadrón en ba fundada principalmente sobre nuestra señora, sino
orden de batalla que viene á retaguardia, no tengan ya sobre su divino h i j o , era conveniente que Dios que la
va iluminando de u n modo admirable v haciendo pare-
dificultad de rendirse á la razón. Vercis con satisfacción
cer su luz desde la cumbre de los montes, según canta
venir en hilera de diversos lugares una infinidad de va-
el profeta David ( 1 ) , ilustrase ante todo las verdades
lerosos combatientes armados y equipados ventajosa-
fundamentales do nuestra salvación y luego por una
mentc para formar un cuerpo terrible á las potestades
abundancia de su bondad nos hiciese ver con claridad
del infierno. Observareis cómo en todos ios siglos ha ha-
otras muchas, las cuales, aunque de menos trascenden-
bido espíritus rectos, recomendables en santidad y doc- cia encaminan nuestros entendimientos a conocerle me-
trina, que han peleado en defensa de esta verdad. Os

(1) De Emmanuele, I. S, c. 38. (1) Salmo LXXV.


t 0 s é irrecusables doctores, que han hecho

jor y amarle mas ardientemente. S. Fulberto, obispo de I o n de ella y la han «puesto para la
Chartres, propone la segunda razón diciendo (1) que no ,rnn atestan algunos autores de nota ( I ) que pieseu
sin designio se recató la venerable antigüedad de mani- % " l a í m o s de siglo en siglo D e ^ s p ^ n
festar claramente su sentir acerca de la pureza de la fácilmente saberlo los que quteran 1mer la prueba
Diré mas- que transcurrieren cercarie m ú j c m anos
concepción de la Virgen y que procedió asi por no dar
asidero alguno á los herejes, quienes empezaban ya i
m u r m u r a r y despues sostuvieron resueltamente que S r ^ s T s r . ^
HR-SSWSÍSSH
nuestro Señor Jesucristo no habia tenido en realidad,
sino solo en apariencia u n cuerpo semejante á los nues-
tros y que María no habia sido una m u j e r , sino un ángel
encarnado. Esto lo hubieran dicho con mas atrevimiento ¡ ^ s S K S s r v s a s g s
si en su tiempo se hubiese hablado de la Virgen en sen-
lo eme nos prueba grandemente la rcvelac on de san a
tido tan favorable como hablamos hoy. l)e la tercera ra-
nr da e , tue el primero que bailamos haya dudado
zón debemos de hacer mucho mas caso, porque nuestra
E — e % la pura conceptúen ^ g g g
señora misma se la declaró á santa Brígida, viuda de
1« contrario, fué el glorioso S. Anselmo uno de sús ma
acrisolada v i r t u d , hablándole un dia do esta suerte: -La
fieles v devotos siervos ( 2 ) ; lo cual aconteció poi P # 1
verdad es que yo f u i concebida sin pecado original; pero
sabe que la razón por qué no fué conocida tan pronto de
todos, es porque Dios quiso que asi como á la ley pro-
mulgada por m i hijo precedieran la ley natural con la U v s ' j ^ r x s s í B
elección voluntaria del bien y del mal y la ley escrita, la
cual ordenaba distintamente lo que se debia hacer y
o m i t i r , de la misma manera fué su voluntad que sus
mejores amigos dudasen de mi inmaculada concepción,
á fin que por este medio cada uno mostrase su celo has-
ta que se aclarara plenamente la verdad.« La realidad
de esta revelación se verá claramente por lo que diré á k ella con gran provecho de nuestra creencia, así tam-
continuación de m i discurso.
K X l l I . Primeramente es necesario confesar que aun-:
que Dios no ha permitido que esta verdad fuese tan cla-
ra y tan abiertamente pregonada en la iglesia desde el
p r i n c i p i o , no obstante en todas las edades ha habido san- (O Coccius, tam-1 Thesau- 1« C a r Deus h o m o , A . t,
r i . llb. 3: Salazar, de n p m a w - o. . 6 .
lata c o n c e p U o n e , c. H e t c .

(t) Serara i de orto V l r g . glaterra, la cual por contener noticias del origen y pro
greso de esta celebridad y otras muchas cosas dignas de
suyos á casarse con una doncella joven y de sobresaliente
saberse merece que hable yo algo mas extensamente de
ella. hermosura. Mas él era asombrosamente devoto do la ma-
dre de Dios, cuyo oficio rezaba todos los días; y ve aquí
Origen de la fiesta de la Concepción en Italia.
que llegado el de la boda y concluida la misa nupcial se
acuerda de que no h a b í a practicado aquel día su devoción
XXIV. Ante todo para que los hombres pelillosos que
á María santísima. Con esta idea despide á sus criados, y
se jactan de disputar de todo, no tengan motivo de des-
quedándose solo en la iglesia se postra ante el altar de
echar este documento, han de saber que á mas de un
la Virgen y se dispone á rezar las horas. Al llegará la-
buen número de doctores muy fidedignos (1) que se va-
antífona: Eres hermosa y agraciada, hija de Jerusalen;
len de él, todas las iglesias de España le leían en las
se le aparece la gloriosa Virgen acompañada de dos án-
lecciones de la fiesta de la Concepción antes de la refor-
geles, de los cuales el uno le coge de la mano derecha
ma del breviario romano hecha por el papa Pío Y y sus
y el otro de la izquierda. » Pues supuesto que confiesas,
sucesores, como practica aun hoy la órden de S. Fran-
le dijo María, que soy tan hermosa y agraciada, ¿cómo
cisco; y lo que es mas, el concilio de Cantorbery tenido
es que me has dejado por otra? En efecto ¿no soy mas
en el año 1320, que podía saber noticias de esta carta, la
hermosa que esa por quien me has despreciado?» El
recibe sin dificultad ( 2 ) . En ella cuenta S. Anselmo una
principe quedó parado al pronto; pero recobrándose un
cosa digna de mencionarse, que dice haber sucedido
poco replicó:-• Es verdad, señora, que tu hermosura y
cuando el rey Carlos tenía el cetro de Francia; y como
gracia exceden á cuanto puede imaginarse: los mismos
no especifica quién era este Carlos, nos vemos precisa-
ángeles no se acercan á ella. Pero ya que la falta está co-
dos á decir conjeturando por el tiempo y otras circuns-
metida, ¿cómo la repararé?» «Si tienes valor, repuso la
tancias que era uno de estos tres, ó Carlos el Calvo, ó
Virgen, para dejar por amor mio á la mujer por quien
Carlos el Gordo, ó Carlos el Simple; en lo cual no pue-
me has abandonado; me tendrás por esposa en el cielo;
de haber error de mas de sesenta años, porque compo-
y si celebras anualmente la fiesta de mi inmaculada con-
niendo el reinado de los tres juntos ese número, se sigue
cepción el dia 8 de diciembre y procuras hacer que la
que lo que refiere S. Anselmo, ocurrió desde el año 810
celebren los demás ; te prometo una preciosa corona en el
en que entró á reinar Carlos el Calvo, hasta el de 872 en
reino de mi hijo. > Dicho esto desapareció, y el principe
que acabó el reinado de Carlos el Simple. Dice pues que.
resolvió ocultarse por algún tiempo en un monasterio
el hermano del rey de Hungría (á quien no nombra), clé-
inmediato. Poco después so trasladó bajo la conducía de
rigo de profesión, fué forzado por importunaciones de los
la madre de Dios á Italia, donde fué elegido patriarca de
Aquileya y no dejó de celebrar todos los años la fiesta
que se le había recomendado, con grandísimo aparato y
( 1 ) Henric. Ganci., Baccon., ecclesia?, c. 8; Baronius nolis una solemne octava, empleando además con calor su va-
Tilomas <lc A r g e n t i n a , Capreo- ad roru. marlyrotog. Sdecemb. limiento para inducir á la mayor parte ile Jos obispos
l u s . Paludanus, brunos in 3 ;i Le cila Juan Bacon en el
dist. 3; Gers., Serillo do Conce- quodlib., 1. 3 , q , 13.
de Italia á que honraran del mismo modo á la Virgen.
pitone; Bosius, l i b . 9 de signis Siendo la persona tan calificada y la celebridad de la fies-
ta tao extraordinaria, y pasando todo esto á la vista de la
Carlos el Simple; y como era muy docto, compuso una
iglesia romana, no hay duda de que fué aprobada ó »
bella oracion de este misterio que se lee aun hoy (1 •), y
lo menos tolerada por la santa sede, y que esta aproba-
contribuyó cuanto pudo á la veneración de nuestra seño-
ción dio resolución á muchas iglesias para hacerlo asi
ra y á la celebración de su fiesta.
igualmente. También es de creer que habiendo cundido
al punto por todas partes la fama del santo prelado, los O r i j e n de la imsma en Inglaterra.
de Hungría informados de lo que pasaba, fueron de los
primeros á celebrar aquella fiesta. Lo que da margen á
X X V I . Unos cincuenta años despues siguieron la
esta creencia, es que en todo tiempo se han dedicado sin-
misma devoeion Francia é Inglaterra. Ve aquí en parte
gularmente al servicio y culto de María y además creen
el motivo de ello según la relación del mismo S. Ansel-
que la fiesta de la Concepción es antiquísima entre ellos.
mo en la citada carta. Habiendo subido hasta el cielo los
También hay mucha probabilidad de que el docto Idiota
pecados de los ingleses, Dios suscitó á Guillermo, du-
tomó oeasion de |o que veía en su tiempo, para escribir
que de Normandia, para que penetrara cu el reino de I n -
aquellas excelentes contemplaciones, en que habla de la
glaterra ; lo que hizo con tanta f o r t u n a , que le ocupó
inmaculada concepción mas expresamente que ninguno
con mucho provecho de los naturales, cuyas costumbres
de los que le precedieron, á fin de excitar mas y mas los
reformó muy pronto. En aquella sazón los de Transilva-
fieles al servicio de la reina de los cielos.
nia que pretendían el reino de Inglaterra, no pudiendo
tolerar que le hubiese ocupado un extranjero, levanta-
Origen de ta mism fiesta en Oriente. ron una poderosa armada para combatirle. Guillermo
advertido de lo que pasaba envió prontamente á Elsimo
X X V . Casi por el mismo tiempo , como es fácil de ó Elsino según unos y Elpino.según otros, abad del
conjeturar, pasó esta devoeion á Oriente. Es probable que monasterio de Reims, que era inglés de nación, varón
sucedió asi por la mucha comunicación que tenían con discretísimo y con opinion de santo, para que le refiriese
Italia, y por la noticia de- lo que había ocurrido al p r i n - lo que ocurría. El espíritu maligno no dejó de armarle
cipe de Hungría, cuya fama volaba de región en región asechanzas en el camino, porque suscitó una borrasca
tanto á causa de su esclarecida prosapia como de su e m i - tan espantosa, que todos creyeron ser perdidos; sin em-
nente santidad. Dios se sirvió grandemente para osle bargo Dios hizo que tornara todo en gloria suya. Con
efecto del emperador Leon, apellidado l'orfirogénito ó el efecto cuando los de la tripulación imploraban en alia
filósofo, que pudiera muy bien llamarse el restaurador voz la asistencia de la madre de Dios, ve aquí que apa-
d é l a piedad oriental. Este devoto emperador, de quien rece en el aire un venerable prelado ( e r a S. Nicolás),
hablaré mas addante con otro motivo ( 1 ) , empezó á reí- quien dice á Elsimo que iba de parte de María á prome-
par el año sexto de Carlos el Gordo y acabó en tiempo de terle sacarlos libres del peligro en que estaban, con tal

(1) Trat. i , c. * , S- (1 ) Barón, ad rom. m a r t y r o l . 8 dccemb.


que quisiera celebrar lodos los años la fiesta de su i n - Dios, que habia suplicado hasta entonces la suspensión
del juicio de aquel infeliz, y pregunta á los demonios
maculada concepción el dia 8 de diciembre. Habiendo
cómo tenian atrevimiento para tratar asi á su siervo. Ellos
aceptado gustosísimo el abad la preposición, de pron-
respondieron que habia sido cogido haciendo obras dig-
to se calmó el mar alborotado, y aquel contó en Ingla-
nas de muerte. 1.a madre de misericordia replicó que si
terra lo que habla visto y sabido. Cualquiera puede fi-
el alma del sacerdote pertcnecia de derecho á aquel
gurarse lo que contribuyó semejante suceso á despertar
cuyas obras hacia cuando fue cogido, era de ella sin dis-
la piedad de los ingleses para con la madre de Dios y á puta, pues que estaba rezando entonces su oficio. Al oír
promover 4a celebración de su fiesta: es indecible cuán- estas palabras desaparecieron los demonios, y la madre
to cooperó á esto el glorioso S. Anselmo, quien en cali- do Dios quedó señora del cuerpo con los ángeles que
dad de primado escribió de alli á unos treinta años la la acompañaban. Entonces librando á su cautivo de la
mencionada carta á todos los prelados de Inglaterra ex- muerte eterna que había merecido, y restituyéndole la
hortándolos con calor á celebrarla y diciéndoies cutre vida temporal le advirtió que en adelante se guardara de
otras cosas que el que ponía dificultad en guardarla, no cometer tal culpa, que le desagradaba en extremo; que
merecía ser tenido por siervo de María. Despucs inter- celebrara todos los años la fiesta de su concepción; y que
vinieron con su autoridad dos concilios de Inglaterra procurara hiciesen los demás lo mismo. Dicho esto, los
para hacer que se celebrase aun con mayor solemnidad. ángeles le cogieron de las manos y le pusieron en pié:
entonces la bondadosa señora le abrió paso por medio del
Origen de la misma en Francia.
rio deteniendo las aguas á un lado y á otro y le dejó
sano y salvo á la orilla desapareciendo despues. E l sa-
cerdote no sabia qué decir á su libertadora, ni qué h a -
X X V I I . Aunque los franceses no pudieran ignorarlo
cer en honra de ella. Por fin resolvió retirarse á una e r -
que había sucedido, p o r la vecindad de los normandos, m i t a , donde todos los años el dia de la Concepción hon-
sin embargo Dios que en todos tiempos ha mirado á este raba á la madre de Dios como mejor podía, persuadien-
reino con mucha t e r n u r a , no dejó de darle una ocasion do á cuantos iban á visitarle, à quo hiciesen lo mismo.
particular para honrar á su madre con los demás. Es
probable que sobrevino por esta misma época, pues que
S. Anselmo lo cuenta en el mismo lugar. « l ' n sacerdote
francés, dice, salió de s u parroquia con perversísimo in- Origen de la misma en España.
tenlo, y cuando volvía á su casa despues de haber come-
tido un adulterio en el lugar inmediato, se puso á rezar
X K V Í I I . Ile diferido hasta aqui el hablar de España
el oficio de nuestra señora como lo hacia todos los dias
por no estar tan cierto de en qué liempo sucedió lo que
por especial devoción. Apenas había principiado, cuando
cuenta Bernardino de Bustos, célebre doctor de la órdeu
ve venir una tropa de demonios, que volcando el barco en
de S. Francisco, en el oficio que compuso de la inmacu-
que surcaba el Sena, le echan á pique y le arrancan el
lada concepción y que fué aprobado por el papa Sixto IV,
alma del cuerpo: ya le habían atormentado reciamente
como diré luego. Cuenta pues en la lección cuarta de la
por espacio de tres dias . cuando se presenta la madre de
feria segunda de la mfraoctava que había en Toledo un dre de Dios ( 1 ) , y* ya las principales iglesias celebraban
arzobispo llamado D. Gonzalo, quien profesaba particu- con gran solemnidad la fiesta de la Concepción, cuando
larísima devocion á la madre de Dios, de suerte que esta permitió Dios que liácia el año 1150 se pusiese de por
se le aparecía siempre durante el santo sacrificio de la medio como para atajar los vuelos á esla devocion uno
misa. Sucedió que preparándose para decirla en el dia de los siervos mas favorecidos de la V i r g e n santísima,
propio de la Concepción, le trajo la Señora una precio- el devoto S. B e r n a r d o , quien en una carta escrita con
sa casulla blanca y le d i j o : «Sabe, hijo m í o , que yo fui mucho tuego hacia presente á los canónigos de su i g l e -
concebida sin pecado o r i g i n a l , y asi te ordeno que pon- sia de L e ó n , primada de las Galias, que no debían ha-
gas toda diligencia en hacer que so celebre mi fiesta.» El ber empezado á celebrar solemnemente aquella fiesta
arzobispo lo tomó con tanto calor, que movió á toda Es- Sin el consentimiento do la santa sede ( 2 ) . No puedo
paña á celebrar la Concepción, acerca de cuya devocion decir con verdad qué efecto p r o d u j o la amonestación de
compuso un tratado excelente. Si es permitido formar S. B e r n a r d o ; pero si aseguraré que la devocion del pue-
alguna conjetura acerca de esto; habrá que decir que lo blo cristiano se acrecentó de tal s u e r t e , que queriendo
que refiere bustos, aconteció antes del año 800 cuando el papa Sixto IV q u i t a r todos los escrúpulos que pudiera
los godos dominaban aun en España y la Galia narbo- haber en adelante para la celebración de l a misma tiesta,
nense tenia comuuicacion con e l l a , según aparece de y deseando por otra parte manifestar abiertamente cuál
las actas sinodales, las cuales atestan que. entonces los era el sentir de la iglesia, publicó una bula en el
obispos de dicha provincia concurrían al concilio de To- año I i ' t i , por la cual exhortaba á todos los fieles á ce-
ledo con los otros prelados de España, porque desde que lebrarla de alli en adelante, concediendo con la mayor
l a ocuparon los sarracenos ( l o que ocurrió por los años liberalidad indulgencias del tesoro de la iglesia á los que
de 8 0 0 ) , cesó aquella comunicación, y asi desde entonces
hubiera sido difícil á D. Gonzalo tratar con los prelados
españoles como antes. Digolo no obstante con la cláu-
(1) Es disimulable que el María , según puede verse entre
sula de que si por acaso me equivocase en esta con- zelo por las glorias religiosas de oíros escritos en las dos l a m i -
j e t u r a ó en las otras indicadas mas a r r i b a , m i ánimo es su patria hiciese al autor expre- nosas obras tituladas: Iispaña
sarse eo esla y oirás ocasiones primogénita del misterio de la
siempre ceder libremente á quien tenga mejores razones en términos qnc pacecé dar cier- purísima concepción de María
que yo. ta preferencia y superioridad ¡i por D. Antonio Lnpiano Zapata,
Francia sobre las oirás naciones y ililicia de la inmaculada con-
CO lo que m i r a al cullo y devo- cepción por l ' r . l'edro de Alba y
cion de la virgen Maria. Pero Astorga .. religioso franciscano
tampoco se extrañará que por (N. del T.J.
De cómo S. Bernardo se opuso i la celebración de esta fiesta y cómo
el mismo motivo y á fuer de cs- ( i ) Adición de la madre Ma-
se extendió despues esta por todo el mundo. ría Jacoba de fílemur. — «Ks
Biñol amante de los timbres v
asones del reino católico por muy probable qoe su profunda
excelencia reclami el traduc- veneración al sumo pontilicefué
tor de este libro en favor de la la que le obligó á proceder de
XXK. Así se introducta la devocion casi en todas
prioridad de España en la cele- esla sucrle, porque por otra par-
partes y especialmente en Francia por la inclinación p a r - bración pública del misterio de le era incomparable su piedad
ticular que ha tenido en todo tiempo á honrar á la I N - la inmaculada concepción dé1 Hácia la madre de Uios.»
argumento que muchos graves doctores y santos perso-
najes juzgaron de muchísima fuerza para probar efi-
la celebrasen. Y como algunos se hubiesen metido á cazmente por la fiesta de la natividad la santificación
glosar la bula del papa y á enseñar que debia de enten- de la Virgen en el vientre de su madre, según resulta
derse de la santificación de la madre de Dios no en el de los asertos de S. Ildefonso ( 1 ) , de S. Bernardo (2),
instante de su concepción, sino inmediatamente después, do Alberto Magno ( 5 ) , de santo Tomás ( 4 ) , de S. Bue-
interpuso de nuevo la autoridad apostólica y por tercera naventura (ü) y de otros m u c h o s , cuya autoridad es
bula (porque la segunda había sido solamente para con- preciosa y sus razones admisibles. Por lo demás ( y sea
ciliar los ánimos) pronunció sentencia de excomunión dicho de paso) yo no sé qué había hecho esta fiesta al
contra todos los que diesen en adelante tal interpreta- impío heresiarca l.utero; pero él manifestaba su o p i -
ción á la palabra concepción. De allí á poco tiempo el nion acerca do ella con palabras muy formales diciendo
mismo papa confirmó y enriqueció con indulgencias dos que ninguna fiesta detestaba mas que la del Corpus y la
oficios do la inmaculada concepción, compuesto el uno concepción de nuestra señora. ¡Cuánto distaba del modo
por Leonardo de Nogueroles y el otro por el citado Ber- de pensar del devoto S. Anselmo, quien enseñaba que
nardino Bustos, como se ve por las bulas expedidas á ninguna solemnidad debía do anteponerse á esta, la cual
este efecto, bien que despues el papa Pió V en vista habia dado principio á todas las demás!
del excesivo número de semejantes oficios se vió preci-
sado á ordenar que solamente se usase en la iglesia el Cómo la gloria de la inmaculada concepción se acrecentó por la
oficio d é l a natividad de nuestra señora, cambiando el oposición.
nombre de natividad en el de concepción. El querer
mostrar ahora cómo bendijo Dios lá santa intención de X X X I . E l deseo de evitar confusion y de seguir el
este buen papa seria, á m i ver trabajo perdido, porque discurso comenzado de la fiesta de la Concepción ha h e -
la experiencia manifiesta que el mundo se aficiona cada cho que yo omita muchas cosas dignas de memoria, en las
dia mas á propagar esta fiesta y que hoy es una de las que podemos reconocer por la sucesión de los siglos el
mayores que tenemos en loda la cristiandad. juicio que la iglesia ha formado siempre de la pureza de
X X X . Si acaso lo pareciese á alguno que me he ex- aquella; que es lo que me habia propuesto- al principio.
tendido demasiado sobre este asunto; le ruego conside- Pues para continuar m i camino decia mas arriba que
re que lo he hecho por babor juzgado ser esta la prueba habían pasado cerca de mil y cien años sin que hubiese
mas sólida que pueda proponerse en tal materia, por- nadie en la antigüedad que dijera claramente cosa alguna
que si la iglesia no tuviera que la concepción de la madre contra la purísima concepción; al contrarío que la habían
de Dios fué inmaculada, nunca intentaría celebrarla con
tanto júbilo, sino que como decía S. Ildefonso de la fiesta
de su natividad ( 1 ) , buscaría mas bien lágrimas para ( I ) De virginilale Mariee. ( i ) lbid.
( S ) Epist. 137 ad canonic. ( 5 ) l b i d . Añádanse a estos
llorar este dia y tinieblas para oscurecerle. Este es el el Alense, Ricardo, Oabriel, Ca-
higdun.
preoto, Palndano, Gregorio etc.
(3) ín 3 dist. 3.
TOMO I . 1G
(() Da virgioilate Mari®.
de ciencia y de devocion á la virgen Maria. En el s i -
autorizado en todos los siglos los hombres mas célebres
glo XV no buho mas que S. Antonino, arzobispo de Flo-
en santidad y doctrina; y que S. Anselmo fué el prime-
rencia: 110 liaré mención de los que siguieron á estos
ro que la contradijo claramente; sin embargo reparó
despues que salió de la cátedra do S. Pedro la aprobación
bastante este descuido, como be hecho ver en su lugar.
de esta fiesta á manera de un rayo de luz. En cuanto a
Aquel gran siervo de Dios vivía á fines del siglo X I , es
los susodichos, porque parece que hay justísimo motivo
decir, hácia el año 1080, en cuya época como la cele-
de admirarse, diré primeramente que si es verdad que
bración de la concepción inmaculada iba propagándose
fueron de esa opinión (en lo que no convengo aun del
por todo el orbe cristiano, la fama de semejante no-
t o d o ) , como eran verdaderos hijos de la iglesia, á la par
vedad movió á algunos doctores á tratar de propósito
quede nuestra señora, querían mas bien seguir el impul-
esta cuestión. No dejó de haber unos pocos hombres gran-
so de la iglesia romana que adelantarse áél. Además me
des que se pusieron en las filas de los que impugnaban
persuado á que todo fué dirigido y manejado por la
la purísima concepción.
bienaventurada madre de Dios, la cual siendo madre de
X X X I I . Y nótese que en aquellos primeros siglos en
boudad y enemiga de toda malignidad y viendo por otra
que se empezó á dudar formalmente de ella, los que ?.'
parte que su hijo quería; absolutamente que se aclarase
dice que con mas calor se inclinaron á negarla (porque
la verdad en su iglesia permitió que fuese contradicha
me reservo indagar hácia el lili de este discurso si es
por sus propios hijos, á fin de "que haciendo esta inda-
admisible todo lo que se ha dicho de ellos), fueion los
gación con intención santa, apareciese la verdad y Dios
siervos mas zelosos y devotos do la Virgen, es decir, en
no fuese ofendido por el encono de los impugnadores.
el siglo X I I el abad Ruperto (1) y S. Bernardo (2),
Quizá también lo permitió asi para que se examinara la
ambos insignes en doctrina y devocion, en el X I I I Ale-
cuostion con tanta mas diligencia, cuanto que sus mejo-
jandro de Hales y S. Alberto Magno (maestro de santo
res amigos se declaraban en cierto modo contra ella, á
Tomás), el cual tenia tanta influencia en su tiempo, que
' fin pie la verdad triunfante fuese indudable para ja pos-
con el peso de su autoridad indujo á la célebre universi-
teridad. Sea como quiera, exceptuados estos, casi todos
dad de Paris y á la escuela teológica de la Sorbona á dar
los demás arrebatados por la impetuosidad del torrente
un decreto contra la inmaculada concepción ( 5 ) , aunque
se mantuvieron firmes en pro de la solemnidad de esla
otros juzgan que SÍ movieron á hacerlo mas bien por
fiesta, que no podían ignorar era á lo menos tolerada
consideración á S. Bernardo. Inmediatamente despuesvi-
por la santa sede.
no el ángel de las escuelas santo Tomás, quien debia toda
X X X I I I . Pero á quien tiene la iglesia una obligación
lo que era á la madre de Dios, asi como Alberto Mag-
particularísima por su profunda ciencia junto con el va-
no su maestro, y S . Buenaventura, portento de unción,
lor invencible que mostró en la defensa de la verdad de
que hoy hacemos alarde, es á Juan Du«s, vulgarmen-
te llamado Escoto y por admiración el d o c t o r s u t i l , orna-
( i | Lib. I i n i l l u d Canlic.: ( 3 ) Albertos i n 3 disl. 3,
q. I , art. S.
mento de la Orden franciscana. En efecto como la facul-
Meliora s u a l ubera lua vino-
( 5 ) Epist. ad canon, lugdun. tad de la Sorbona estuviese poco resuelta acerca de este
e l alibi.
articulo no obstante el decreto que había dado, y como
continuasen los altercados y disputas entre los doctores,
permitiéndolo Dios asi para manifestar mejor la verdad,
aquel varón insigne, gloria de su siglo, fué llamado
concepción, que por.este medio mantiene el lustre y
por la Sorbona para oír su dictamen, según escriben al-
esplendor do esas corporaciones (1).
gunos autores de nota. Se dispuso pues á defender la
pureza de la concepción de María y lo hizo con tanto Principes que han sostenido el honor de la inmaculada Concepción.
acierto y con tanta solidez, que habiendo sido contradi-
cho con doscientos argumentos, respondió con tan
X X X V . So sería conveniente olvidar aqui 4 los i l u s -
asombrosa memoria, tan copiosa doctrina y tan extraor-
tres principes, que viendo el admirable consentimiento
dinaria erudición, que conquistó en esta lucha el título
de los doctores católicos para defender esta verdad q u i -
de victorioso. Esto triunfo vino tan á tiempo, que la
sieron teucr buena parte en la defensa de ella. Con efecto
distinguida facultad de París juzgó incontinenti que no
sin hablar del va nombrado emperador León tenemos
debía de tardar mas tiempo en abrazar la verdad me^ir
entro manos la pragmática que dió el rev D. Juan I de
conocida. Así con tanta sinceridad como-cordura revoco
\ragon el año 1394, en la q u e después de tratar de la ver-
el decreto dado algunos años antes y ordenó en el de 1346
dad de este misterio y de autorizarla con muchas y bue-
con todas las cláusulas ordinarias que de allí adelante
nas razones prohibe á todos sus vasallos bajo graves pe-
nadie enseñase lo contrario. Unos cuarenta años despues
nas de confiscación, destierro y otras defender de cual-
dió otro decreto, en que mandaba que nadie recibiese
quier manera la doctrina contraria ya en la predicación,
el grado de doctor en aquella facultad si no prometía
ya en las cátedras públicas ó de otro modo imponiéndo-
con juramento defender la purísima concepción de Ma-
les perpetuamente silencio. Lo mismo hizo cincuenta y
ría , cuya fiesta se obligó á celebrar anualmente.
siete años despues el rey D. Juan de Navarra, que pre-
sidia las cortes de Cataluña por Alfonso I I de A r a -
Universidades que juraron el articulo de la inmaculada concepción.
ron. En otra parte diré ( 2 ) lo que hicieron los señores
royes católicos para sostener el honor de la inmaculada
XNX1Y. Ya que hemos venido á parai al punto de
las universidades, conviene se sepa que, la de Colonia á
imitación de la de París se obligó hácía el año 1431 á no . - ídicion de la madre des m a y o r e s , á q u e son c o n v i -
) i nlemur — « E n e l año 165» dados todos los ponías as. latinos
dar mas á nadie el grado de maestro, si antes no juraba se restableció e n la c i u d a d d e c o m o franceses , a fin d e q u e
no defender ó enseñar nunca la opinion contraria, ni C»en u n a f u n d a c i ó n l l a m a d a presenten 6 cnvLenalSUnascO^
el Monte d e la inmaculada c o n - posiciones poéticas e n h o n o r d e
aun tenerla mentalmente, l.o mismo hizo la de Magun- c e p c i o n d e la santísima v i r g e n , la i n m a c u l a d a c o n c e p c i ó n . L a
cia cincuenta años despues y á poco tiempo la de A a - S m a d r e d e Dios. Todos los d i s p u t a y e l e x á m e n d e los pee-
mos la u n i v e r s i d a d de a n u o - m a s d u r a hasta la n o c l i e . > i c
lencia en España: para no tener que nombrarlas todas i l a c i n d a d f i a c e cantar á m ü k c a d i s t r i b u y e n los p r e m i o s según
diré que hoy las mas de las universidades católicas ha- las vísperas v la misa d e l a f e s - el m é r i t o ,
v i d a l e n l a ' i g l e s i a d e los f r a n - » La m i s m a c o s t u m b r e ^
cen el mismo juramento en honor de la inmaculada
c í s c a n o s , á donde asiste d e c e - observa en la c i u d a d d e Kuan
r e m o n i a la c o r p o r a c i o n . L a v i s - m e t r ó p o l i d e la p r o v i n c i a , y e n
pero y el día de la fiesta á l a s otros m u c h o s l i g a r e » . »
dos de la l a r d e se c e l e b r a u n a (i) T r a t . .1, e . 1 , •>•
jai,la e n el salón de tas I n c u l t a -
246 LA TRIPLICE CORONA.
„„, 1Ila , t e de lo que m i r a propiamente al cisma y á la
concepción, porque es cierto que hicieron con ese ob- S S l a U no deja de tener « U t f g »
jeto t i n t o como habrían trabajado por el sosten de su L a s oue tocan á la creencia católica; y a lo menos no
corona; de suerte que hoy no hay hijo de buena madre pueTe dudarse que tal fué el sentir de todos l o s a -
en España que no preste j u r a m e n t o de lidelidad á la dos de la iglesia que asistieron y aprobaron unánime
madre do Dios y j u r e defender esta verdad toda su vida: mente si a r t i c u l o . De allí á cuarenta y seis anos el
á mas en las casas no se ve otra cosa que letreros ™apa Inocencio V I I I aprobó u n instituto r e l i g o p^a
donde se dice que María es concebida sin pecado o r i g i - mujeres ( d e que hablaré en el capitulo X B ) baje o t o
nal. Á este propósito contaré solamente una cosa digna t u l do l a Concepción, y despues Alejand o V lu o H
de m e m o r i a , que aconteció en Sevilla hace algunos años. v León X en las bulas de confirmación de dicha oideu
Habiéndose atrevido cierto predicador i predicar contra L S n diversas veces de inmaculada ^
la inmaculada concepción, esta acción disgustó tanto á la Virgen El concilio de Trento convocado a los e n
todos, grandes y pequeños, que á instancia del cabildo a , ,! f a ñ o s protestó en oí decreto sobre el p e j j o or -
eclesiástico y secular se convidó á un famoso doctor á «ínal ( ! ) que no era su. ánimo comprender en e a la in
maculada madre de Dios: asi la llama. Paulo V prohv-
que subiera al p u l p i t o para sostener el honor de la Vir-
Wó f b u l a f o r m a l que se sostuviese la o p i m o n ^ t r a -
gen santísima: lo cual hizo con m u c h a satisfacción. Mas
ía ni en las lecciones, ni en las con rove s ^ ubi
no contenta la ciudad con haber reparado asi el honor
V mucho menos en los sermones. Gregorio \ \ extenuio
de la reina del ciclo le ofreció una rica tapicería estima-
, o r l í n brev la prohibición de su predecesor hasta a las
da en ochenta m i l ducados, donde estaban escritas es-
S S particulares. ¿ Qué mas se puede decir para con-
tas palabras con diamantes y otras piedras preciosas: g f f i E U i * Es cierto que este punto i m s e a
LA MADRE HE DIOS ES CONCEBIDA SIN PECADO ( 1 ) .
XXX.VI. Ya es tiempo de tocar r e t i r a d a ; pero será
despues do contemplar el principal escuadrón de la
iglesia, que va á hacer el ú l t i m o esfuerzo. Cerca dedos- autoridad suprema se haya
cientos años há ( p o r q u e fué el 17 de Setiembre del
de 1453) el concilio de Basilea en su sesión X X X V I de-
claró que la madre de Dios no habia contraído l a m a n - puede alegarse en adelante que no se haya dicho y
cha original y decretó que se guardase solemnemente la
^ X X X V t l " ' 1 A s f c o n c l u y o con unas palabras del E s p i r r
fiesta de su concepción. .No ignoro que la autoridad de
t u Santo que hablando delaesposa dice que sea alabada
este concilio es dudosa; pero también conviene saber
' engrandecida todo l o posible, porque es supeno te-
l é ^ a l a b a n z a s que pueden dársele. V S. Basilio

( I ) Adición de h madre SI. va de la Concepción en todo su


1. de .Blemur. — « Diré Je paso reino, habiendo pedido y obte-
que la piedad do nuestro voy nido para ello el consentimiento (1) Ses.V.
cristianísimo Luis XIV le ha mo- de la sania sede.»
vido á mandar celebrar la ocla-
Seleucia en la oracion de la Anunciación habla asi
los sabios abrigaban el mismo pensamiento hacia mu-
á la bienaventurada Virgen: «Desde que eres el tem-
chos meses y acaso muchos años sin haber tenido valor
plo verdaderamente digno de Dios, señora santísima
ó tiempo para darle á luz: entre otros el famosísimo A n -
y sagrada, templo embalsamado por todas partes con
tonino, lumbrera de la teología en nuestros dias y primer
celestiales aromas de pureza y santidad, por mas ex-
catedrático de la universidad de Salamanca. E l que lo
presiones sublimes y gloriosas que se digan de t i , asi
sostuvo en este teatro de h o n o r , lo había comunicado
como' no se apartará uno de la verdad, tampoco llegará
antes por cartas con el docto Suarez ( 1 ) , quien le res-
á la alteza de tus m é r i t o s , ni á la excelencia do tus
pondió que había mucho tiempo le parecía esta opinion
grandezas.»
bien fundada en la doctrina teológica, muy piadosa y
Quinta prueba , fundada en la opinión de los que tienen que la probable. Y si el lector tiene u n poco de paciencia, tal
bienaventurada virgen liaría u¡<¡ claramente á Dios en el instante vez juzgue que no estriba en tan débil fundamento como
de su concepción. creyera al principio.

X X X V I I I . Ya tenemos mas pruebas de las necesarias


Que la Virgen santísima vio d Dios algunas veces en su vida.
no solo para ganar á un corazon dócil, sino para conmo-
ver á un hombre resuelto. No obstante voy á tomarme
X X X I X . Con efecto no es de hoy el decir que nues-
la libertad de proponer otras d o s , no porque quiera yo
tra señora gozó de la clara visión de Dios á lo menos
colocarlas en el mismo lugar que las anteriores, ni daríes
algunas veccs en su vida. Asi lo enseñaron el abad R u -
igual crédito, sino porque ha habido doctores muv ca-
perto ( 2 ) , S. Bernardo ( 5 ) , S. Antonino ( 4 ) , Alberto
lificados, especialmente en nuestro siglo, á quienes ha
Magno ( 5 ) , S. Bernardino de Sena ( 6 ) , Dionisio el car-
escogido Dios para la aclaración de esta verdad, los cua-
tujo ( 7 ) , Juan Gerson ( 8 ) , el ya citado Suarez (9) y
les han cedido no poco á ellas. La primera prueba la saco
otros varios (10). Siendo esto así ( y es muy difícil des-
de lo que enseñan sobre que Dios favoreció á la Vir-
mentir á tantos hombres grandes que lo dicen), me pa-
gen santísima en el instante de su concepción con un
rece que hemos ganado en punto á la inmaculada con-
rayo de claro conocimiento de su soberana majestad: una
cepción: porque empezando por la excelente figura déla
vez averiguado esto, por necesidad habría que con-
mujer rodeada del s o l , que está en el capitulo X I I del
cluir que semejante estado era de todo punto incompa-
tible con el pecado. Hace algunos años un hombre de
mérito y de ciencia á j u i c i o de cuantos le conocieron, ( 1 ) Fcrdinand. de Salazar, ( 7 ) I n I). Dionys. de ccel.
predicó esta proposición en la fiesta de la dedicación de de immaculala coocept., c. 32. h i e r . , art. 18.
(2 ) L . 3 m Caüt. ( 8 ) Super Magnificut.
la santa capilla do Toledo á honra de la madre de Dios ( 9 ) T . 2, i n 3 p . , disp. 19.
(31 Hom. 4 snper Missus e l
hecha por el eminentísimo cardenal arzobispo I). Ber- in ¡Itud Apocal. Signurn nia- sect. 4.
gnum etc. (40) Ubertinus, 1.4 arboris v i -
nardo de Rojas, que estaba presente, asi como una m u -
( i ) P. 4 , t i l . 15, c . 17. § . 1. ta! c. 9: Medina, q . 27, a r t . 5:
chedumbre innumerable de personas distinguidas y doc- ¡ 5 ) M a r i a l i s c . 4 32 e l 1 4 9 y Villanova, serm. de resurrect.:
tas , que lo celebraron 0011 general, aplauso. Algunos de en otros muchos lugares. Vázquez etc.
(45) T. i , s. 51, art. 4, cap. 2.
TRATADO PRIMERO.

Apocalipsis, ¿qué pensáis, dice el sabio canciller de Pa- pando su salida por la primera claridad que abrió el día,
rís Juan Gcrsori, que quiera significar sino el verdadero derramó copiosamente sobre ti los hermosos rayos de so
sol de justicia que rodeaba a l a bienaventurada Virgen luz • ¿Por qué haremos los desdeñosos para honrar a ta
con rayos de su incomprensible claridad y despedía de madre de Dios cuando nos convidan y van delautc de nos-
cuando en cuando en su alma purísima luces brillantes otros los grandes santos? Esa claridad del amanecer de
y súbitas, por cuyo medio se dejaba ver á las claras, se- que habla S. Bernardo, ¿no podría ser muy bien el co-
gún sabemos sucedió á Moisés y á S. Pablo? O yo me nocimiento (lela mañana, deque tanto hablan nuestros
equivoco, prosigue, ó esto es lo que se representa en el teólogos despues de-S. Agustín, y que no es otra cosa que
cantar de amor por las idas y venidas del esposo celes- la visión clarísima de las criaturas en Dios? No intento
tial , que i las veces se deja detener por la esposa y a las con lodo violentar las palabras de estos doctores, m ha-
veces se muestra solamente y al punto desaparece. Va cerlos decir por fuerza que se concedio esa gracia a la
está asomado á la ventana mirando por entre las celo- bienaventurada Virgen en el instante de su concepción.
sías ; ya se escapa y se ausenta prontamente. S. Bernardo Sin embargo me parece que es fácil atraerlos por la razón,
explicando la interna figura ( ! ) lo había dicho casi tan porque en este punto mas que en ningún otro fue nues-
claramente como Gerson; pero sus palabras tienen lal tra señora el alba hermosa del día deseado, y la iglesia
energía y énfasis, que seria preciso considerarlas todas. en todas sus imágenes nos representa la concepción de
Oigámosle: «No sin mucha razón se dice que la Virgen María bajo del emblema de la mujer misteriosa rodeada
santísima está rodeada del sol, porque penetró mas de del sol, el cual no d'cjó de despedir los primeros rayos la
lo que es creíble el profundísimo abismo de la divina primera vez que la rodeó por todas partes.
sabiduría, de- suerte que puede decirse que fué absor- XLI. La segunda razón es que este despuntar del día
bida en la luz inaccesible cuanto puede serlo una cria- de la Virgen fué el principio de nuestra dicha y un r e -
tura, salvo launíon personal con Dios.. ¿Podríamos bus- gocijo Público para el universo, porque la santísima
car unos términos mas formales que estos para tener el Trinidad tomó muy grande parte en la fiesta, según he
consentimiento de este santo, supuesto que la clara v i - declarado arriba: t o m i s m o hicieron los santos angeles
sión de Dios es manifiestamente muy inferior á la unión por prever en esto un principio de la reparación de su.,
personal de que habla? silla« Todo nuestro mundo hubiera comprendido que
XL. También dice lo mismo de otra manera, pero en aquel instante comenzaba su b i e n , si 110 hubiese
siempre eficaz y enérgica, porque despues de demostrar perdido el conocimiento. Mas á lo menos los padres del
que en los sagrados libros es llamada la Virgen el alba limbo 110 dejaron de regocijarse cuando supieron la nue-
del día, añade: «A la verdad que con razón llevas , olí va. E11 cuanto á la Virgen, siendo su primera coronacion
santa señora, este nombre, pues gozas los efectos, por- í porque despues recibió una segunda corona en la con-
que el sol de justicia que debia de nacer de t i , antici- cepción del Verbo d i v i n o , y la tercera en el instante de
'su glorificación), era mas que razonable que participase
ventajosísimamente del común regocijo. Así es que u n
(() Serrn. d e v e r b i s A p o c a l . ; Mulitramicta solí. día manifestó á ¿aula Brígida que se apoderó de ella
la misma proporcion las ciencias y habitudes que le
convienen, y además los actos y operaciones que de ella
provienen, mas nobles; concluye que nuestra señora
252 LA TRIPLICE CORONA
tuvo sin d i f i c u l t a d , aunque por una gracia especialísi-
una alegría lan grande en el instante de s u primera san- m a , un conocimiento m u y perfecto no solo de las sus-
tificación y cuando s u bendita alma fué unida á su tancias corpóreas y espirituales, sino también de la bea-
c u e r p o , que ella misma no hubiera podido explicarlo. tísima T r i n i d a d y eso sin n i n g ú n i n t e r m e d i o : que tuvo
¿Y por qué no- ha de sernos p e r m i t i d o decir que este el conocimiento de las criaturas en Dios y en s i mismas,
contento inexplicable fué aquel de que dice el Apóstol que llamamos en las escuelas el conocimiento de la m a -
que ni el ojo le v i o , ni el oido l e o y ó , ni cupo en el en- ñana y de la tarde: en una palabra que alcanzó todas tes
tendimiento h u m a n o (1) ? gracias convenientes á esta calidad. Otro siervo y c o n -
XI,It. Además pues que la gloria nace de la gracia fidente de la s e ñ o r a , S. Bernardino de Sena, afirma ( i )
consumada, como l a rosa sale de su c a p u l l o , siendo ya que ella t u v o siete especies do conocimientos claros y
tal desde entonces l a gracia de la madre de Dios, según distintos, e s á s a b e r , de D i o s , de los espíritus p u r o s , de
hemos admitido hasta a q u í , ¿no era razonable que Dios los espíritus unidos á los cuerpos, de las cosas m a t e r i a -
que la retenía a u n en un estado pasible y m o r t a l , la hi- les, de aquellas que hay que evitar y de las que conviene
ciese ver á las c l a r a s , aunque de paso, el objeto de su abrazar, de los medios y regias para hacerlo, y que esto
amor eterno y el f r u t o de sus trabajos futuros auu fué por el derecho de su soberanía. Pero en otro lugar
cuando no h u b i e r a sido mas que para alentarla á s u f r i r - habla con una firmeza y resolución admirable diciendo
los alegremente ? que conoció todo lo que queda ya indicado, por el ex-
XLIII. Por ú l t i m o una de las pruebas mas sólidas de ceso do la gracia que fué comunicada de arriba á s u e n -
que se valen los doctores para concederle la gracia de que tendimiento , de suerte que atendiendo á su singular
vió á las claras y s i n velos á Dios en este m u n d o , se saca ciencia v contemplación podemos decididamente l l a m a r l a
del t i t u l o de s e ñ o r a y reina del universo. El docto Ger-. llenado gracias, más sin comparación que á S. Pablo,
son corrobora esta prueba ( 2 ) con la doctrina do san aunque fué arrebatado hasta el tercer cielo, porque aun
Dionisio respecto del orden gerárquico , ol cual se funda dado que todas las criaturas juntas fuesen otros tantos
al decir de él en q u e las potestades y virtudes superiores Pablos, no llegarían jamás al elevado conocimiento do
contienen en g r a d o eminente las perfecciones de las in - la Virgen, y porque s i el apóstol fué verdaderamente u n
feriores. De d o n d e saca este sabio doctor la consecuencia vaso de elección, Maria fué el vaso de la divinidad.
de que siendo l a c r i a t u r a en la tierra capaz de una y XL1V. Ve ahí el excelente v brioso discurso de san
otra felicidad, supuesto quo ha sido comuuicada á algu- Bernardo, del cual así como de los que hablaron antes
nos , habría poca probabilidad de negársela á la reina y de é l , colijo que supuesto que todas estas gracias y
señora del m u n d o . Alberto Magno habiendo sentado por
fundamento q u e e n t r e las cosas bien o r d e n a d a s , como
son todas las cosas de D i o s , á medida que alguna es (I) Tom. í , serm. 51, art. I , cap. 1.
mas alta, tiene también mas perfectas sos potencias y en

(I) t a d cor. I I . bet, 8 3 , U t l e r a E.


I i) Super Mayni f/cat,Alpba
mi intento quiere decir que los primeros teólogos se
conocimientos fueron comunicados á la madre de Dios
persuadieron á que habían hecho mucho mostrando que
en consideración de su regia dignidad y de su potestad
la madre de Dios estaba exenta del pecado original; pero
suprema sobre todas las criaturas sujetas a Dios y que
que había que detenerse ahí y no se descubría camino
entró en posesion do este titulo al principio de su uda,
alguno para pasar mas adelante. No obstante vinieron
pedia la razón que Dios lo luciese ver desde enton-
despues algunos que sondeando el vado y considerando
ces la extensión de su dominio, lo mismo que aseguran
los vestigios de la antigüedad se abrieron paso para ir
los doctores que el Señor dió incontinenti a Adam as
mas allá v eximirla de toda obligación de contraer d i -
especies de todas las criaturas que poma bajo sus orde-
cho pecado. Voy. á guiar á mi. lector por el camino
nes, ó infundió en el alma de los santos ángeles unas
que ellos encontraron, y luego le dejaré juzgar do la
imágenes mas puras de todo lo que estaba comprendido
salida.
en los limites de su ministerio y de su potestad, lero
no se olvide añadir que como hay una desproporción Primera presuposición.
casi inünita entre la madre y los siervos, también la hay
entre los conocimientos de la una y délos otros; des-
proporción que se descubre admirablemente por medio XLVI. Primeramente presuponen que el concierto
de esa clarísima visión que tuvo en Dios de todas las que Dios hizo con Adam y su descendencia, no compren-
criaturas de su dependencia, salvo la que tuvo de Dios día absolutamenteá toda la naturaleza humana, sino solo
por lo que mira á él mismo y para ser desde luego inci- á aquellos que Dios preveía desde entonces debían des-
tada á amarle con toda su alma, pues hacia mas caso cender do Adam antes que hubiese pecado. Esto lo ex-
del amor de ella que del de todas las criaturas juntas. plican algunos en términos de escuela diciendo que po-
demos considerar á Adam en cnanto principio natural
y en cuanto principio moral. Como principio natural
Sexla prueba, fundada en la doctrina que exinuá la madre de
Dios no solo del pecado original, sino aun de toda obhgacion de comprendía verdaderamente á todos los que lian tenido
conlruerle. y tendrán la naturaleza humana por su medio ó por sus
descendientes; pero en calidad de principio moral com-
X.LY Los valerosos conquistadores de los tiempos prendía solo á aquellos que Dios preveía debían descen-
pasados, que atravesaban los mares en busca de nuevos der de él cuando capituló con él antes que pecase. De
reinos ó mejor de nuevos mundos, como arribasen a las este principio deducen que los hombres que pudieran
islas Canarias llamadas Afortunadas y bailasen cerrado existir y no obstante no existirán jamás, no fueron re-
el mar é impedido el paso, levantaron dos columnas a la dimidos con la preciosa sangre del Salvador, porque no
orilla v grabaron en ellas estas palabras: onplus ultra. estaban comprendidos en la descendencia de Adam
Mas los capitanes impertérritos del último siglo forzaron cuando Dios trató con él. Dicen además que el conoci-
los malos pasos, borraron la primera palabra de aque ja miento que Dios tenia de esa descendencia, no era un
especie de cartel de desafio y solo dejaron como por di- conocimiento confuso y gener-d, sino una representa-
visa y muestra de su arrojo: Plus ullra. Esto aplicado á ción clara y distinta de todas las cabezas que entraban en
el trato. Asi lo enseña el angélico doctor ( 1 ) : «de otra
suerte, dice, habría que contesar que Dios no consi- examen sin descalabro y con aprobación, la han abraza-
gue llevar al cabo sus designios sino por casualidad; lo do muchos doctores calificados. Mas adelante se verá en
cual no puede oirse sin h o r r o r . . De donde infieren por este discurso que no es tan poco autorizada dicha con-
consecuencia necesaria que ninguno ha contraído la clusión como pudiera creerse. Con efecto leyendo aten-
mancha original sino aquellos que Dios preveía clara y tamente el decreto del concilio tridentino sobre el pe-
distintamente que debían descender un día de Adam an- cado original me parece que no solo no es contrario á
tes de su pecado. ella, sino que la confirma en gran manera, porque des-
pues de decir: «Si alguno afirma que la prevaricación
de Adam solamente perjudicó á él y 110 á su descenden-
Segunda tj tercera presuposición.
cia, y que perdió para él solo y no para nosotros la san-
XLVII. En segundo lugar presuponen que si Adam tidad ¡'justicia recibida de Dios, ó que contaminado él
no hubiera pecado, no se habría unido nunca el hijo de por el pecado de desobediencia solamente transmitió á
Dios á nuestra naturaleza, y que si no hubiera encar- todo el linaje humano la muerte y las penas corpora-
nado, María no solo no hubiese sido madre de Dios, les, mas no el pecado, que es la muerte del alma ; sea
sino que absolutamente no. habría existido y se habría anatema; conio que contradice al Apóstol que enseña:
quedado en el número de las criaturas solo posibles. «Por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y
Ahora 110 me quiero detener en esto, porque se p r o - por el pecado la muerte, y así pasó á todos los h o m -
bará con mas extensión al principio del tratado se- bres por aquel en quien todos pecaron ( 1 ) ; » añade
gundo. lo siguiente: «No obstante el santo concilio declara
que no essu intención comprender en este decreto, don-
X L V M . De estas tres proposiciones concluyen a su
de se trata del pecado original, á la bienaventurada
juicio eficazmente que la madre de Dios no tuvo nin-
é inmaculada virgen María, madre de Dios ( 2 ) . « De
guna obligación do i n c u r r i r en ia culpa original, en
aquí puedo colegirse que no intentando el concilio com-
atención á que solamente corresponde á la descendencia
prender á la Virgen en su decreto, donde declara que
de Adam pecador, en la que no está comprendida ella,
toda la descendencia de Adam contrajo el pecado o r i g i -
según queda discurrido. No quiero negar que esta con-
nal, da bien á entender que no estaba interesada perso-
clusión lia sido bastante contradicha é impugnada lo
nalmente en el concierto que Dios hizo al principio con el
mismo que todas las demás que se han enseñado como
primer hombre.
nuevas; pero nada realza tanto el denuedo do los que la
han defendido hasta a q u i , como la ventaja que han l l e - Los doctores que asistieron al concilio de Trento , son también
vado ásus contradictores, porque luego que se ha con- favorables.
siderado atentamente y se ha visto que salia siempre del
X ü X . En efecto me parece que podemos sacar una
fuerte conjetura para deducir que á lo menos aquel

(4) Par!. 1, q. 1 , a r t . I . 11) Aü rom. VI.


TOMO I .
l a honra de asistir al concilio tridentino en calidad de
santo concìlio, compuesto de los varones mas insignes del teólogo de la santa sede y al poco tiempo entro en la
orbe cristiano, no estuvo distante do esta opinion deque compañía de Jesús. Dejó una excelente epístola acerca
bailamos que f u é defendida formalmente por los que del pecado o r i g i n a l , donde sostiene la proposicion que
habiendo tenido la honra de hablar en aquellos estado be sentado.
generales de l a iglesia podían mejor qne n a d . e s a e u LI Despncs de los venerables doctores que parecie-
era el sentir de los padres. En este nnmero se cuenta e ron en aquel sacrosanto concilio, p o d r í a yo apuntar buen
digno Cornelio Musso, obispo d e B i t o n t o cuya an o n d a número de otros que los siguieron ( 1 ) , aunque no todos
fué tal en tan augusta asamblea, que se le encargo la co- defendieron del mismo modo esta proposición. Solamen-
misión de estender los decretos y cánones que alh s o l - te diré una cosa notable sobro el p a r t i c u l a r , y es que en
etaron. liste eminente varón sostuvo abiertamente 1 pre- el mes de enero de 1610 algunos doctores de la orden
posición que dejo enunciada, en los sabios comen anos de S Francisco, siempre invencibles en la defensa del
sobre l a epistola de S. Pablo ii los romanos. De e te n u - honor de la madre de D i o s , habiendo propuesto ciertas
mero podemos decir que fué Domingo de Soto . del or conclusiones tocante al misterio de la concepción en la
den de predicadores y uno d o l o s p r i m e r o s d o c t o r e s . t o ciudad de Toledo, en las que defendían qne nuestra se-
su t i e m p o , el cual en su excelente l i b r o de l a n a t u r i o a ñora no solo no había pecado en A d a m , sino qne a mas
y de la gracia alega el decreto del concilio y repite m u - no habia tenido ninguna obligación de contraer la m a n -
chas veces que no intenta tampoco comprender a a m a - cha o r i g i n a l , experimentaron al p r i n c i p i o alguna dificul-
dre de Dios en la ley de la transmisión del pecado o r i - t a d ' pero presentadas luego y examinadas sus conclu-
ginal del padre á los hijos. siones en el t r i b u n a l de la inquisición y enviadas a la ce-
L De este número fué L u i s de Carvajal, franciscano, lebre universidad de A l c a l á , salieron los doctores con
cuya singular ciencia y autoridad se manifestaron en honra propia y aun mas de la madre de D i o s , habiendo
aquel teatro de doctrina y santidad, y que en una exce- merecido todas sus proposiciones la aprobac.cn general
lente declamación á favor de la concepción inmaculada de una y otra corporacion, como se ve por la certifica-
declaraba que la ley del pecado original no había compren- ción que con fecha 22 de enero de dicho ano expidió
dido á la bienaventurada madre de Dios. Lo notable en Fernando de V i l l e g a s , secretario del consejo de Castilla,
este punto es qne habiendo encontrado él ciertos rígidos v por las declaraciones do los doctores de Alcala y espe-
censores, que se cebaron encarnizadamente en quince de cialmente del doctor Luis de Montes, r e d o r de aquella
sus proposiciones, no tocaron nunca á esta, y mas que insigne universidad. Asi rasados los primeros temores,
habiendo enviado su declamación á dos de las primeras cuando se vio que las universidades y el t r i b u n a l de la fe
universidades del m u n d o , las de Paris y A l c a l a , donde
so examinaron escrupulosamente todas aquellas p r o p o -
( i l r i i o l o v carnot. canonie., sa.depura conceptionepanel.31
siciones , el escrito no solo no tuvo censura a l g u n a , sino
de purilale Coñcepíionis, c , p . 8 U»i>u.
que fué juzgado por unanimidad conforme a la regla y 9 : Méndez dominicanos i n Virg. c o n c e d o n o , y oíros m u
de la creencia católica y lleno de doctrina y piedad, ue Marioli, 1. i , E. 3 4 , § . i : Loai- ch.simos.
este número fué también Francisco do L a t o r r e , que tuvo
aprobaban esta proposicion y le daban sus elogios, se
fueron tranquilizando mas y mas muchos doctores ca-
tólicos , y resonó la celebración de este privilegio do la servidumbre, debajo del cual habian pasado todos los
.Virgen en las cátedras de las universidades, singular- hijos de-Adam ( I ) . V subiendo á los primeros siglos,
mente de España y Portugal, y en los templos y otros sostiene Origenes que el silbo emponzoñado de la persua-
lugares públicos; de suerte que ahora se presenta con la sión dé la serpiente no llegó á ella (2). l)e allí á pocos
cabeza erguida sin ningún temor de los censores. años llegó á decir S. Cipriano que de ninguna manera
LlI. No obstante diré á mis lectores que no puedo era puesto en razón que aquel vaso de elección estuvie-
permitir que funden en lo que acabo de manifestar, un ra sujeto á las injurias do nuestro linaje, porque aunque
juicio poco favorable á esta opinion, concibiendo tal vez tuviese la- naturaleza común con los demás, nada tenia
que es. nueva é ignorada de la venerable antigüedad. So- qne ver con ellos en cuanto á la culpa (5). «¿A qué i n -
lamente les pido que tengan la paciencia de escuchar á tento , dice S. Ildefonso ( 4 ) , se nos quiere alegar la ley
alguno de los padres antiguos, verdaderas columnas de comuu de la naturaleza, cuando todo lo que habia en
la recta creencia, y conocerán que ó la sostuvieron cen ella, fué poseído por el Espíritu Santo, y Adam no llegó
palabras formales, ó á lo menos echaron los cimientos hasla ella?» Cuando S. Agustín habla, es oido con gus-
del edificio que levantaron los otros. S. Euquerio, arzo- te: tan agudas y sabias acostumbran ser sus palabras.
bispo de León de F r a n c i a , que vivió poco tiempo des- Pues véase lo que dice dirigiéndose á los maniqueos:
pues de S. Agustín, habiendo enseñado que nuestra se- • ¿F.u qué pensáis, infelices, que vais á buscar i n m u n -
ñora fué sola bendita entro todas las mujeres que ge- dicias en una casa que ha estado siempre cerrada y
mían oprimidas por el peso de la primera maldición, da donde nadie habitó jamás? Solo el dueño que la edificó,
la razón en estos t é r m i n o s : «La virgen no está suje- entró para tomar una vestidura y luego salió y la dejó
ta á esta ley, porque concibo y pare quedando virgen sin cerrada como antes ( 5 ) . »
dolores. Asi con justísima razón es bendita entre todas LUI. Con este motivo el poeta Sedulio la va compa-
las mujeres la que les trae la bendición y libra al mundo rando con el esposo de los Cantares á una hermosa azu-
de la maldición común (1).» S. Pedro Damiano dijo seis- cena ó á una rosa, la cual aunque nace entre espinas,
cientos años despues del santo prelado de León que la nada tiene de común con ellas, porque sus calidades so-
corrupción general no pudo llegar hasta la carne de Ma- lamente sou la lozanía y la suavidad. «Asi como en una
ría, aunque era sacada de la de Adam, sino que su ex- mata erizada de espinas, dice, se ve abrirse la rosa con
traordinaria pureza la hizo pasar á una hermosufa de su delicada hermosura, que no teniendo con que dañar
eterna luz (2). S, Lorenzo Justiniano afirmó cuatrocien- extiende su carmin para engalanar la mata de donde la
tos años mas adelante que María se libró del yugo de la cogemos (fi).

( 1 ) Ad Evang. dom. 4 A<i- (!) Sermo 3 d e n a t i v . B . M á - I ) In fascículo amoris, c . 1. ( 3 ) Orat. de Christi naliv.
tenlas. n®. I ) Se halla citado en el ( 4 ) De v i r g . D c i p a r a .
breviario de Quiñones aprobado ( 5 ) Tracl. de quinqué ba:rc-
por Clemente V i l , lee. 3 de la sibus, c. &.
Concepción. ( 6 ) Lib. i .
No menos graciosamente se expresa Artam de S. Víc-
tor mas de mil y cien años después, cuando dirige a la
Virgen estas palabras: . Y o te saludo, flor lozana, que
naciste en u n rosal de dolor: hija de un rosal lleno de
espinas, madre del Yerbo glorioso, bija, madre y flor
sin malicia. Nosotros somos el rosal lleno de espinas,
nacidos para eterna hoguera, espinas sobro otras espi-
nas: t ú eres sola l a que naces sobre los rosales espino-
sos , el compendio de las gracias divinas ( I ) . - _

SHEESSESFE*
S \nselmo usa la comparación de la castaña, que
está en medio de su erizo como en una fortaleza sin re-
cibir ningún daño (2). Pedro de Blois, clara lumbrera
de Inglaterra por los tiempos de S. Bernardo, la com-
para á las primicias, es decir, al puñado de espigas que
no entraban en la era para trillarlas con los haces, sino
que eran llevadas al templo y ofrecidas á Dios (3). S. Po-
dro Damiano la asemeja al cielo, á donde no alcanzan
paréccmc que basta lo que 1 someto pie-
las lluvias, ni las escarchas, ni género alguno de mal
ve,- que la P r t l ' ? a ° c e s u r f d e a J e s i a , sino al juicio
tiempo (4). S. Justino mártir la constituye como arbitro ñámente no solo a la censura oe fe no
de nuestras dispulas y la pone con el Salvador entre d e los m e j o r i n f o r m a d o s , n o es t a n n u ^ ^ ^
Dios y los que prevaricaron por la primera desobedien-
muchos varones venerables d é l a aniig _
cia '3). Dionisio Alejandrino, que florecía en el siglo ter-
cero, Ja llama la hija de la vida, desconocida de la insinúan á los J que S saldrá,,
muerte del alma, que hiere derechamente en el co- « t e privilegio de d a l s U l plácemes, Yir-
fiadoresentodoy por IOOO. « estuviste
razon á todos los hijos de Adam en cuanto son concebi-
dos en el vientre de sus madres ((i). S. Gregorio Tau- g en santísima , p o r q o e j y - f l f r J « J d e c i ,
libre del ruido y del mai 1i p y halla c x -
maturgo dice que fué escogida por la gracia para no sor exentade nuo.tra masa c rrompida qu ^
zambullida en la inmundicia y podre común (7). El de-
voto siervo de la Virgen S. J uan Damasceno nota que en puesta á la ira é mirarte como

(1) Prosa do A s s n m p t . ( 0 ) E p i s t . u d v e r s . Panlam


í J) l)o Concept., c. 4 . Samosnl., I . 2 B i b l i o t h . v e l c r u m
(4) S e r m . 1 do n a l i v . B . V l r « .
¡ 3j l ' c l r u s Bles., sermo 41. pal r u i n .
: 4) Sermo de naliv. B . Y i r g . ( 7 ) Sermo 1 d e A n n u n l .
(' o ¡ I n expos. Ddei de I r i n i t .
gacíon del pecado, bendito sea por todos los siglos el que
nace de estas proposiciones generales, parece que cobra
dignándose de eximirte de él enalteció y ennobleció para
mas fuerza, porque algunos doctores exceptúan expresa-
siempre nuestro linaje por t u medio.
mente al Salvador sin hablar de la Virgen, de quien no
se hubieran olvidado si hubiesen tenido que alegar al-
Respuesta á la primera objecion que se hace contra la inmaculada gún privilegio en su favor. «Toda carne, dice S. Hilario
concepción de la virgen María.
citado por S. Agustín en la obra ya mencionada, excep-
to aquella que nació sin pecado, aunque semejante á la
LV. A fin de no dejar ningún escrúpulo de concien- carne pecadora, ha nacido bajo el pecado original y la
cia y de aquietar los ánimos voy con gusto á aclarar al- ley del pecado.»
gunas de las principales dificultades, que al parecer
LVI. A estas objeciones respondo en primer lugar
contradicen la doctrina declarada hasta aquí, ilustrando
que los santos concilios y especialmente el de Trento
por este medio muchos pasajes que se encuentran en
comprendieron la fuerza de esas proposiciones universa-
los escritos de los santos padres. La primera y la funda-
les tan bien á lo menos como los que las alegan, y no
mental de todas es aquella proposicion general que se
por eso dejaron de dar cabida al privilegio que exime de
halla así en las santas escrituras como en los doctores
tales leyes generales al legislador, porque como dico
de la iglesia, por donde sabemos que todos generalmen-
muy oportunamente el jurisconsulto, si se halla alguna
te estuvieron sujetos á la maldición universal del pecado.
alhaja ó alguna finca que la razón demuestra que el que
Nadie lo dice en términos mas formales que S. Pablo, cu-
se obliga, no hubiera querido de ninguna manera hipo-
yas palabras son estas:«Por u n solo hombre entró el pe-
tecar especialmente, aquella alhaja ó finca no podrá ser
cado en este mundo, y por el pecado la muerte, y así
comprendida bajo la hipoteca general de todos y cada
pasó la muerte á todos los hombres por aquel en quien
uno de los bienes asi presentes como futuros hecha por
todos pecaron (1).» S. Ambrosio lo dice también muy
el hipotecante. ¿Y quién dirá que Dios quiso obligar á
claramente:« Es una cosa resuelta que ninguno de cuan-
su madre como una hipoteca especial para someterla al
tos son concebidos del hombre y de la mujer por la via
pecado y dar á Satanas un derecho adquirido sobre ella?
ordinaria, está exento de pecado, y por tanto que. el
La razón 110 puede consentirlo y mucho menos la bon-
que está libre y exento de é l , no viene al mundo por esa
dad de aquel benignísimo Señor. Así es que S. Agustín
via (2).» S. Agustín escribiendo contra Julián afirma (3)
no podiendo sufrir esta idea enseña expresamente ( 1 )
que tal es la regla de la creencia católica. Aunque yo
que de ningún modo convenía que la Virgen fuese com-
exhibiera una infinidad de pasajes, los otros no .pueden
prendida por lo que mira al pecado bajo la ley general
hablar mas formalmente que estos: así figúrese el lector
de la propagación de la naturaleza humana. V para que
que todos tienen el mismo lenguaje. La dificultad que
nadie pudiese dudar de su opinion, dice claramente (2)

{<1 Ad r o m . V , ( 2 . (3) Contra Julián., lib. 2. (Il In exposit. symboli et (2) Sermo de Aseumpt,
(i ) la Isaiam. orat. dominio.
los que la eximen no solo del pecado o r i g i n a l , sino
también de toda especio de obligación de contraerle,

mm
puede decirse que esas proposiciones generales se deben
de entender de los que estaban comprendidos en el con-
trato que Dios ajustó con el primer hombre antes que
pecase; lo cual no se verifica en la bienaventurada v i r -
gen María, cuyo diseño no se hizo hasta despues del pe-
cado v para'remedio del pecado.
I k n s s w s w w s . L1X. En último lugar digo que los santos doctores
a s J g g s K tienen razón para exceptuar únicamente al Salvador,
porque es el único 4 quien conviene esto por el derecho
de su nacimiento, el cual lleva dos títulos de exención:
el uno porque su carne está unida 4 la divinidad, y el
olro porque nació él por u n a vía extraordinaria, es de-
cir. de una virgen. Su santísima madre no puede aspi-
rará esos dos títulos; pero esto no rebaja en nada la gra-
cia del privilegio á que debo su exención. E l elocuente
S. Euquerio se vale formalmente de esta distinción. • El
W B K S W f l B í S f t » » tomo de t u cuerpo, dice á la Virgen ( 1 ) , la preciosa san-
gre que debe de derramar por la vida del mundo y aun por
t i . oh santa señora, porque la misma madre del Reden-
tor no está exenta por si de la antigua obligación del pe-
cado. . De la misma manera se ha de responder á las pa-
labras de los santos doctores, que á veces califican la
carne de nuestra señora con el nombre do carne pecadora
ó carne de pecado. Ve aquí los que se expresan en t é r -

gilIÉ
^ t u tercer l u g a r , presupuesta la opmion de
minos mas fuertes. «La carne de M a r í a , dice S. Fulgen-
cio ( 2 ) , concebida en pecado 4 la manera ordinaria, fué
verdaderamente carne de pecado, y de ella nació el hijo de
Dios con sola la semejanza del pecado » S. Ildefonso en el
libro en que defendió con tanta diligencia la virginidad y

( O Ester, XV , 1 3 , Concil. « W , canon, (O Scrmo d e n o t i v i t . tiá Christi, cap. 7,


¡i) Joan-, 1: Jacob-; 111; (i) De i n c a r n a t i o n e el g r a -
pasó por todos los rigores de la muerte, sin que por
eso tuviese nada que ver con Adam pecador, ni pudiese
ser sospechoso siquiera de que habia pecado.
la concepción inmaculada de la madre de Dios, habla de
esta suerte: « Aunque la bienaventurada virgen María
Respuesta á la tercera objecion.
hubiese nacido de una carne pecadora y aunque ella mis-
ma fuese una carne de pecado etc.» Supuesto que estos
LX1. En tercer lugar alegan á los santos padres, que
dos ilustres santos hablan en otra parte tan favorable-
dicen á veces que nuestra señora fué purificada, limpia
mente del privilegio y de la exención de la madre de Dios,
y otros términos semejantes; de donde deducen que era
hay que confesar por necesidad que llaman, carne de pe-
menester que estuviese manchada antes. A eso respondo
cado á la carne de nuestra señora , porque ella era tal
que no quieren decir otra cosa sino que estuvo toda
por la condicion general de su nacimiento y de su linaje,
limpia y exenta do impureza y que la abundancia de la
aunque por otro lado estuviese limpia por el privilegio y
gracia recibida por ella uo podia compadecerse con nin-
por el buen orden que habia puesto en ella el que debia
guna especie de impureza. Los mismos doctores afirman
unirse un dia á su carne,
que esta gracia le sobrevino por la venida del Espíritu
Santo cuando la concepción del Verbo : así lo enseñan
Respuesta á la segunda objecion.
S. Ildefonso ( 1 ) , S. Juan Damasceno ( 2 ) , S. A m b r o -
sio (3) y algunos otros. ¿Y tendrían el atrevimiento de
L X . En segundo lugar mezclan en el asunto á los san-
decir que la Señora había estado manchada é impura
tos padres, los cuales dicen que nuestra señora sufrió
hasta entonces? Esa sería una impiedad manifiesta, y
la ley común de la muerte corporal, porque era del n ú -
aun cuaudo llegasen á tal extremo, condenaría su error
mero de los descendientes de Adam; de donde sacan en
el mensajero del cielo que la llamó llena de gracia. De-
consecuencia que habiendo tenido ella parte en la muer-
más los mismos santos aseguran que el cuerpo de la
te , que es la semilla del pecado, debió de haber partici-
Virgen fué purificado por el mismo medio. Y ¡ qué! ¿no
pado al mismo tiempo del pecado. A esto respondo que
estaba ya mas puro que el cristal y que las estrellas del
murió en verdad como hija de Adam, porque la muerte
ciclo? Si los santos padres añaden á mayor abundamien-
es natural al hombro después del pecado del primer pa-
to, como hacen, que fué limpia de los pecados actuales,
dre. Si los santos doctores van mas allá (1) y dicen que-
de los vicios y de los movimientos de la concupiscencia;
la Virgen murió á causa del pecado de Adam; no
¿se ha de decir sin embargo que estuvo contaminada de
quieren decir otra cosa sino que por la desobedien-
todo eso? Y si S. Ambrosio dice lo mismo del Salvador;
cia de este fué privada lo mismo que los otros del bien
¿querrán también hacerle pasar p o r la lejía y ponerle
de la inmortalidad y del uso del fruto de vida, que no
entre los pecadores? Vé aquí las palabras del santo doc-
se nos debia por naturaleza, sin que por eso se con-
taminase con la desobediencia de Adam. En esto no
hay ninguna dificultad, pues está claro que el Salvador 1) De v i r g i n l t . B. Virg. (3) IoLucam.
S) Oral. 1 de d o r m i l . Dcip.

(I) A u g , i n psalm. X X X I V .
tor ( I V • carne de nuestro Salvador fue p u r g a d a juntamente. Esta respuesta está fundada en la sagrada
i fin de que naciese euun cuerpo enteramente semejan- escritura, en los santos padres y en la razón. Con efec-
te al de Adán, antes de su pecado. • Quede pues deter- to el real profeta dice admirablemente (1) que en el
minado que cuando dicen estos santos que nuestra se- Señor hay abundante redención, no solo porque tiene
ñora fué limpia y purificada, no presuponen ninguna unos almacenes que no pueden agotarse, sino porque
mancha n impureza en ella, sino solamente le dan una tiene diversos modos de redención para hacer diversa-
gracia tan extraordinaria, que ningún pecafc, ninguna mente participante de sus bienes á quien quiere y como
mancha, ningún vicio, ninguna •mperfecoon hubiera quiere. Así lo reconoció S. Dionisio cuando dijo (2) que
podido subsistir delante de ella. de la misma manera que hay una gracia de redención
que saca de la nada, es decir, del jiecado, al que ha
caído en él, asi también hay otra que impide de caer al
Respuesta á ta cuarta lÁjedm.
que no cae en la desgracia, y qne Dios distribuye tales
LKII. En cuarto lugar hacen jugar una batería que gracias según lo requieren su bondad y la calidad de los
tienen por muy terrible, y es el argumento sacado do que quiere rescatar; doctrina que dice ser conforme al
ede don de la Virgen santísima ; porque s; esto uo sentido y la intención de la Escritura. S. Agustín expli-
contrajo el pecado original (dicen ellos), sm rnot o =e cando estas palabras de David: Libraste mi alma de lo
predica que fué redimida con la prec.osa sangre de su mas profundo del infierno; asegura que el que se ha pre-
hijo, v mucho mas si no tuvo ella ninguna obligaciot i servado de una enfermedad peligrosa por el régimen de
contraerle. Sin embargo los santos doctores fiman un sabio médico, puede decirle libremente: «Me has li-
unánimes que nuestra señora gozó del beneficioJe brado de la enfermedad»; y que aquel por quien
la redención y mas ventajosamente que t o t e lo O ^ s . ha pagado otro la deuda cuando estaba á punto de ser
hasta ella en su cántico le llama claramente s u » l r a d í | preso, puede decir á su bienhechor: Me has libra-
Respondo que es muy cierto no solo que míe ira enoia do de la cárcel. Aun pasa mas adelante en el libro
fué redimida, sino que verdaderamente fue la hija. pri- de sus confesiones, porque atribuye á la gracia de
mogénita de la redención de su hijo, segun la ama an la redención del Salvador la preservación de todos los
Bernardino. Mas sostengo que para gozar de este bene- pecados que era capaz de cometer como hombre, y no
ficio no fué necesario que contrajese el pecado, ni aun tiene reparo de confesar que le fueron perdonados (3).
la obligación próxima que nos urge á nosotros en ca- Lo mismo dice de todos los pecados que hubiese come-
lidad de hijos de Adam pecador, sino que ba t a u e tido aquel á quien Dios cortó temprano el hilo de la
por naturaleza fuese capaz de contraerla; que es o que vida porque no cometiera mas (4).
se llama-en las escuelas una obligacion remota, de que
no puede eximirse todo el que es hombre y no es Dios
( I) Salmo C X X I X , 7 . e x p l i c a n s i l l u d : fíaptus esl ne
(í; üediviois nominib.,c.8. malitia mutaret ¡ñttUettum cjus
(31 L . S , c . 7. etc.
(1) [nepist. adrom. c.VIII, (t) De bono p e r s e v e r a n t e
habrá que confesar que su nacimiento extraordinario de
LXIII. Según esta doctrina digo que siendo nuestra
una madre estéril y de un padre ya anciano, la gracia
señora capaz por naturaleza de caer en -la desgracia ori-
de su primera justificación y el cúmulo de gracias por
ginal con los demás, fué preservada por los méritos del
medio de las cuales mereció ser digna madre de Dio,,
Salvador. Con efecto habiendo otorgado Dios Padre á
toda la cooperación que puso on la obra de la redención
su hijo la elección de una madre que no pareció en las
délos hombres, en una palabra todo cuanto se puede
ideas divinas hasta despues de la previsión del pecado y
decir ó imaginar de las mas exquisitas mercedes que hay
de la resolución de dar u n reparador á los hombres,
en ella sin excepción alguna, son otras tantas gracias de
concedió de consiguiente á l a Virgen por los méritos de
redención y reparación. Asi cuanto excede a todas las
su hijo la gracia de no haber sido designada antes, es
demás criaturas en gracias y méritos, tanto las aventaja
decir, en el instante en que hubiera contraido la obliga-
en redención, con tanto mas justo titulo es la hija del
ción próxima de participar del pecado del primer hombre
Redentor y tanto mas liberal y augustamente fué redi-
como los demás. De la m i s m a manera podemos decir
mida.
que en nosotros es una gracia especial y una gracia de
redención el no haber existido autes de la venida del
Respuesta á la quinta objeciou.
Salvador, en cuanto esta gracia acompaña necesaria-
mente la elección que se hizo de nosotros para el tiempo
«IV En último lugar se nos quisiera hacer creer
en que ahora vivimos. Vé ahí cómo la madre de Dios
que todos los antiguos padres y los doctores escolásti-
fué verdaderamente redimida con el modo mas noble y
cos mas calificados defendieron la doctrina contraria a
excelente de redención que se puede discurrir. Por eso
la inmaculada concepción. Pero respondo primeramente
decia S. Gerónimo que aquella señora habia recibido
que unas proposiciones tau atrevidas no se pueden sen-
una gracia de que estaban admirados los santos ángeles.
tar sin ofender á ia iglesia universal, que no so habría
No quiero detenerme a q u í ; mas deseo se sepa que
adelantado jamás á convidar con tanto carino a pueblo
ninguna criatura recibió nunca mas gracias de r e -
cristiano á celebrar esta fiesta, si hubiese creído tener
dención y reconciliación que olla: porque - presupuesto
por contrarios á los santos padres. Nunca los lugarte-
un principio certísimo de la toologia, á saber, que to-
nientes de Jesucristo hubieran impuesto silencio a la
das las gracias otorgadas p o r Dios en consideración de
otra opinion, si esta hubiese tenido á su favor la cor-
los méritos del Salvador son gracias de redención, aten-
riente de los doctores, cuyo consentimiento se ha toma-
to á que terminan todas en el lin principal de su venida
do siempre en la iglesia por la voz de la misma verdad
al m u n d o , que es la remisión de los pecados, la crea-
y por una señal indefectible de ia recta creencia. En se-
ción misma de la Virgen será una gracia de redención
gundo lugar respondo do que cualquiera que se tome
proveniente de los méritos de nuestro Señor; lo cual no
el trabajo de-confrontar los pasajes de los santos docto-
puedo decirse de nadie mas que de ella, que tuvo la
res que alegan, hallará que deben de interpretarse en
honra de ser su hija por u n título particular é incomu-
alguno de los sentidos indicados mas arriba o que se
nicable á ningún o t r o , según be indicado ya y haré
han sacado de ciertos ejemplares adulterados; porque
ver despacio al principio del tratado segundo. Además
1 8
TOMO I . •
el decir que unos hombres de ciencia y conciencia q u i -
racional ( i ) , y además Nicolás deS. Albano, escribien-
siesen falsificarlos es cosa que ni siquiera se iia de pen-
do al venerable y docto Pedro, abad de Celle ( 2 ) , que
sar. En tercer lugar puedo decir que tan lejos están los
vívia en tiempo del mismo santo, asegura que se dejó
santos padres de contradecir la doctrina do la inmacula-
ver despues de su muerte á un monje converso de Cla-
da concepción, que por el contrario se ve que la pre-
raval con un hábito blanco como la nieve, excepto que
gonaron de palabra y por escrito y la defendieron con
por bajo de la tetilla izquierda tenia una manchila negra
razones en el discurso de todos los siglos. Aun cuando
por haber escrito, según dijo, de diferente modo que
no tuviéramos otra muestra de esto que el sentir de la
debia acerca do la concepción de nuestra señora, y que de
iglesia, la cual entra en este partido cou tanto calor,
todo se (lió cuenta despues en un capitulo general de la
seria necesario confesar que ha sido continuado de
orden. Por lo que toca á Alejandro de Hales seria muy
padres á hijos y que nunca ha tenido ella creencia
difícil desmentir á algunos testigos fidedignos, quienes
contraria: en otro caso el Espíritu Santo que dirigió
aseguran que revocó al- fin lo que habia escrito, y que
las plumas de ellos, se hubiera contradicho á si mismo.
disponiéndose un dia para enseñar que nuestra señora
En cuarto lugar por lo que toca á los doctores que u'ó
había sido concebida en pecado se apoderó de él una
seiscientos años á esta parte parece han hablado mas
enfermedad repentina y tan recia que le hizo abrir los
claramente que los otros en favor de la opinion contra-
ojos; de modo que destruyó despues lo que bahía alega-
r i a , cuales son ai decir de los autores de la objecion el
do sobre el tercero de las sentencias en un tratado com-
abad Ruperto, S. Bernardo, Alejandro de Hales, Alber-
puesto sobre este versículo de los Cantares i Eres her-
to Magno, santo Tomás, S. Buenaventura, S. Vicente
mosa, amiga mia, y no hay mancha en tí. En fin espi-
Ferrer, S. Antonio de Padua y S. Bernardino de Sena,
ró pronunciando estas dulces palabras, que acostumbra-
sostengo que ó están adulterados los lugares que se nos
ba decir por devocion: Santísima Virgen, bondadosa
alegan , ó deben de entenderse do una concepción que
señora m i a , eres toda hermosa y agraciada, y nunca
precede á la infusión del alma, como se ve por la razón
hubo on ti ninguna mancha, ni original, ni actual. En
que los mas de ellos aducen, á saber, que lo que no
cuanto á Alberto Magno, S. Vicente Forrer, S. Antonio
es a u n , no es capaz de ser santificado; ó que propusie-
de Padua y S. Bernardino de Sena, ya que no tengo
ron esta doctrina con duda y desconfianza, en atención
tiempo de detenerme, daré al lector buenos fiadores,
á que todos enseñaron lo contrario en otros escritos; ó
que sostendrán que se les ha hecho decir cosas en que
que mudaron de parecer despues de haberlo pensada
110 pensaron nunca; antes bien enseñaron lo contrario.
maduramente y de haber aclarado mas el juicio de la
Tocante á S. Buenaventura es tan claro como el dia que
iglesia y de los padres que ios habían precedido) ó final-
habiendo registrado mas diligentemente los escritos de
mente que se fuerza el sentido de sus palabras para ha-
los santos padres defendió con ellos el honor de la i n -
cerlos decir lo que no pensaron.
LXV. En cuanto á S. Bernardo es claro que lodos
los mejores doctores escolásticos lo han entendido de la ! I ) Albcrl. i n 3 dist. 3 , M t . <>- i " 3 l l i s l - 3 • 1- ! • , " " •
concepción que se efectúa antes de la infusión del alma Bonav. ilild. art. I : Aleaste P- 3, i » ! laWr epístolas P e l n C e l -
q. 9. meiubr. i , a r l . 4 : S. Tboiu. leusis 9.
amantes de la paz y la unión y en sum grado h u m
maculada concepción. De santo Tomás de Aquino ¿qué des v obedientes á la iglesia, s, vieran el estado presen
se quiere que yo diga sino que los lugares erf que la ¡e de la cuestión, no solo no se harían r o g a r , sino que
defendió, están mas claros y mas Uriñes y que sus no tendrían bastantes voces para llamar inmacu ada
partidarios mas moderados y respetuosos prefieren re-
madre de Dios v su concepción, como lo ejecutan e el
couocerie por abogado antes que por contrario de la
l i o Para convidar á lodos á que los imitaran y para
purísima concepción?
desaprobar lo que en otro tiempo hubiesen dicho en
L X V I . Pero echémoslo á lo peor y concedamos que
contrario.
ese puñado de doctores fueron abiertamente favorables
al partido contrario, lis m u y fácil responder que esto
g. „ . _ Que la madre .le Dio* fué « « U '»-1» P E « d » 3clusl
-
les era disimulable en la época en que vivían, querien-
do Dios tal vez valerse de la oposicion de ellos para sa- I A s i como no hay mas que una madre de Dios
car la verdad. El temor que tenían á las novedades, el
respeto que profesaban á la iglesia romana, la cual no
había hablado a u n , y ellos querían seguir su impulso
y no anticiparse, la diversidad de los juicios que encon-
traban sobre una proposicion intrincada, las máximas Mámente anexas á la fragilidad de la - t u r a ^ — •
generales de la Escritura y de los sanios padres, entre v que necesitan r e c u r r i r á a m.sencord a « F *
las cuales no se descubría a u n la luz clara como se des- canzar el perdón de sus mperfecci s o r d n a n ^ EI
cubre h o y , los hacían recatados y hasta recelosos para concilio milevitano (1) y despues el tr.de,ot.no (2) eleva
a d m i t i r aquella creencia. Pero ahora que ha cambiado „ esta conclusión á decreto. Mas tamib.em se qo e £
el aspecto de las cosas, q u e la voz de las naciones re- gando de dichos concilios comprueba la cédula de exen
suena hasta el cielo, que p o r todas partes so nota una ion de l a bienaventurada Virgen asegurando .que tal es
poríia y competencia santa sobre quién celebrará esla el sentir de la ¡«lesla. Con efecto en el c o n c h o de Cler-
fiesla con mas pompa y majestad, que todos los prela- mon^bajo el pontificado de Urbano 11 ( 5 ) se determino
dos de la iglesia eslán acordes, que los romanos pontí- jmr coinun consentimiento de todos los padres a s * t n
fices 110 solo aprueban el alborozo p ú b l i c o , sino que á es 1 él que María no cometió pecauo jama . Bien mere
mayor abundamiento abren los tesoros de las satisfac- ceria su calidad que se recibiese este privilegio a o os
ciones de Jesucristo y de sus santos para excitar mas
y mas la dcvocion de los fieles, y tapan la boca á
todo el que trate de sugerir alguna especie en contrario,
que para un doctor que sostenga temblando la otraopi-
n i o n , hay m i l que predican y pregonan esta sin temor
y con aprobación general; parece que ya 110 es ocasion
(3) Vega 11b. U in trident.
de acotar á esos padres, los cuales siendo como eran (») Cap. 6 , 1 y 8.
cap.'18.
•S Ses. V I , can. ! 3 -
extremadamente celosos de la honra de la V i r g e n , muy
amantes de la paz y la unión y en sum grado hurn
maculada concepción. De santo Tomás de Aquino ¿qué des v obedientes á la iglesia, s, vieran el estado presen
se quiere que yo diga sino que los lugares erf que la ¡e de la cuestión, no solo no se h»riau r o g a r , sino que
defendió, están mas claros y mas lirmes y que sus no tendrían bastantes voces para llamar inmacu ada
partidarios mas moderados y respetuosos prefieren re- madre do Dios v su concepción, como lo ejecutan e e l
conocerle por abogado antes que por contrario de la l i o Para convidar á todos á que los imitaran y para
purísima concepción? desaprobar lo que en otro tiempo hubiesen dicho en
L X V I . Pero echémoslo á lo peor y concedamos que contrario.
ese puñado de doctores fueron abiertamente favorables
al partido contrario. Ks muy fácil responder que esto
g. „ . _ Que ta madre .le Dio* fué « c n U de lodo pecado a c t o ! .
les era disimulable en la época en que vivían, querien-
do Dios tal vez valerse de la oposicion de ellos para sa- I A s i como no hay mas que una madre de Dios
car la verdad. El temor que tenían á las novedades, el
respeto que profesaban á la iglesia romana, la cual rio
había hablado a u n , y ellos querían seguir su impuiso
y no anticiparse, la diversidad de los juicios que encon-
traban sobre una proposición intrincada, las máximas
Mámente anexas á la fragilidad de la - t u r a ^ — •
generales de la Escritura y de los santos padres, entre
v que necesitan r e c u r r i r á la nnsericord a í ® *
las cuales no se descubría a u n la luz clara como se des-
canzar el perdón de sus mperfecci s o r á ' i a n ^ EI
cubro h o y , los hacían recatados y hasta recelosos para concilio milevitano (1) y despues el tr.de,nt.no (2) eleva
a d m i t i r aquella creencia. Pero ahora que ha cambiado „ esta conclusión á decreto. Mas tamib.ein s que e £
el aspecto de las cosas, q u e la voz de las naciones re- gando de dichos concilios comprueba la cédula de exen
suena hasta el cielo, que p o r todas partes so nota una ¡ 0 „ de l a bienaventurada Virgen asegurando .que tal es
poríia y competencia santa sobre quién celebrará esla * entir de la ¡«lesia. Con efecto en el concilio de Cler-
fiesta con mas pompa y majestad, que todos los prela- m o n ^ b a j o el pontificado de Urbano 11 ( 5 ) se determino
dos de la iglesia eslán acordes, que los romanos pontí- ; T omun consentimiento de todos los padres a s * t n -
fices 110 solo aprueban el alborozo p ú b l i c o , sino que á es á él que María no cometió pecauo jama . B en mere
mayor abundamiento abren los tesoros de las satisfac- ceria su calidad que se recibiese este privilegio a o j
ciones de Jesucristo y de sus santos para excitar ¡aas
y mas la dcvocion do los fieles, y tapan la boca á
todo el que trate de sugerir alguna especie en contrario,
que para un doctor que sostenga temblando la otraopi-
n i o n , hay m i l que predican y pregonan esta sin temor
y con aprobación general; parece que ya 110 es ocasion
(3) Vega 11b. U in Irident.
de acotar á esos padres, los cuales siendo como eran ¡I) Cap. 6 , 1 y 8 .
cap.'18.
extremadamente celosos de la honra do la V i r g e n , muy •S Ses. V I , c a n . 13.
sidad. Orígenes ta llama inmaculada ( 1 ) : el segando con- Diversa! comparaciones de los santos padres.
cilio de Toledo dice lo mismo y además la llama sania.
A Teodoretono le parece esto bastante y quiere que se la n No se contentan con esto los doctores, sino que á
llame muy inmaculada (2). Sofronio dice que ella no sabe m 'nos suministran diversos símiles ó' c o m p a ñ a i o n *
loqueesmanclia y que. está muy distante de todo contagio L a pintarnos la suma pureza de la A irgen. S. Epifamo
del pecado (3). E u t i m i o sostiene que pierde el tiempo quien h omoara á una hermosa azucena, que se irguc lozana
busca algo que motejar en ella, porque es hermosísima n X e s ¡ñas sin que la lastimen ( i ) . S G r o g o r , e
esposa de Dios (4). S. Efren dice que está sin mancha y Neocesarea dice que asi como su cuerpo fu ma puto
perfectamente pura ( 5 ) . El sabio Idiota asegura que' ¿ el oro acrisolado, de la misma manera su a m a
su gloriosa alma nunca fué contaminada con ninguna ué mas blanca que la nieve (2).
mancha, vicio ó pecado y qoe no le falló ninguna per- conviene en que todas las vírgenes son verdaderos es
fección de belleza e s p i r i t u a l , de gracia ó de virtud (6).
«Por mi parte, dice S. Bernardo ( 7 ) , tengo que se der-
ramó sobre ella tal abundancia do bendición, que hubo
hastaute no solo para santificar su nacimiento, sino
también para eximirla de todo pecado en el resto de su
vida; lo cual no se creo que se haya concedido á ningún
otro nacido de mujer corno ella.» S. VicenteFerrer para fverdad
& y gracia
e deaDiost (4).gEn elsmismo
^ lugar
S la Bcom
quitar todo motivo de duda va especificando sus pensa-
mientos, palabras y obras, su alma y su cuerpo, y afir-
ma que de ninguna de sus facultades salió movimiento
alguno que pudiese desagradar en lo mas mínimo á la
soberana majestad; «de manera, dice, que prendado el
Espíritu Santo de tan peregrina hermosura compuso un
cantaren alabanza de ella diciendo: Eres toda hermosa,
s S i s i i r r ^ g » «
amiga m i a , y no hay mancha en ti (8).» Santo Tomás
conviene en este pasaje cuando sostiene que para verifi-
carle es necesario eximirla de toda culpa, según he hecho
ver mas arriba (9).

I ) i l o m i l . 3 in cap. 11 M a t . (5) Orat.detaudibusMario;. ;


1 ! Mari-I. 51 S e r m o d e N a t i » , ad a u -
3 ! I n cap. V . C a n l i c . (O; C o n t e m p i , c. t . I I ) Sermo de laúd. Marra. i» )
(31 Serm. de Assumpt. ' 7) Episl. 174.
( 4 1 Oral, i o a d o r a t i o n c zonaj (8) Serm. d e P u r i f l c . Sii Z & Ü S ? (6™* I n psalt. V i r g .
Deipare:. (0) P. 3 , q . S7¿ a r t . Ì . (4) Sermo d e A M u m p t .
rio d i v i n o , que no es otro que la gloriosa V i r g e n , hizo por dicha un mar inmenso de gracias, que conociendo
lo mismo que el unicornio, el.cual al decir del venera- el tesoro que llevaba, conservó sana y salva la nave de
ble ¡Beda (1) ahuyenta de su guarida por la suavidad de sus dos virginidades, la del cuerpo v la del alma. ¿Qué
su propio olor toda especie de infección de ponzoña. San mas puede decirse cuando los santos no le conceden me-
Bernardo habiéndola considerado vestida de su preciosa nos exención que á los ángeles con respecto al pecado?
vestidura, quiero decir, del sol, confiesa que después Sobre lo cual notó muy sabiamente S. Gregorio Tauma-
.de esto sería una gran locura ir á buscar oscuridad en turgo ( I ) que por este motivo mereció la embajada del
ella, ni aun la mas leve sombra ó alguna apariencia de t i - ángel, de quien era hermana en pureza. S. Juan Crisòs-
bieza (2). El mismo santo manifiesta la gallardía ordina- tomo da también la superioridad á la señora en su l i t u r -
ria de su ingenio alegorizando con la iglesia la casa de gia y la realza incomparablemente sobre los ángeles. En
Betania, donde fué hospedado el Salvador y tratado ca- una palabra santo Tomás la aproxima á Dios, y aquí hay
ritativamente por Marta y su hermana Maria, verdaderas que detenerse por necesidad, porque no se puede pasar
imágenes déla santa alianza que habían contraído en el mas adelante. En la tercera parte de su suma, cues-
alma de nuestra señora la vida activa y la contemplativa. tión 27, art. 5 se podrá ver el discurso que hace, don-
«Además, dice, advertid que no se hace mención algu- de sentando por fundamento que cnanto mas se acerca
na de Lázaro, que es la figura de la penitencia, porquo una cosa al principio de alguna perfección, sea la que
no permita Dios nos ocurra que se introdujese jamás en quiera, tanto mas saca de e l l a , concluye que habiendo
su alma ninguna inmundicia, para la cual necesitara de estado nuestra señora mas próxima que ninguna otra
escoba.» criatura á nuestro señor Jesucristo, verdadera fuente de
III. No nos faltan santos padres, que han dado vuelo toda pureza, no es maravilla que haya sacado mas que
a su ingenio para hacer los paralelos del alma y del los otros.
cuerpo de la madre do Dios con intento de demostrar Razones de /os santos padres.
que su alma no estuvo menos virgen de pecado que su
cuerpo de mancha. El sabio Ruperto se vale de esta IV. La autoridad de estos padres, siendo tales y
comparación ( o ) afirmando que no tuvo el pecado mas tantos, debería de bastar á cualquiera ; con todo me per-
entrada en el alma de la Virgen que el hombre dominio suado á que no llevarán á mal que dejando apartesu mé-
sobro su cuerpo. Antes dé él la había usado ya Venan- rito se examinen sus razones con mas libertad. Muchas
cio Honorato, que vivía casi en tiempo de S. Ildefon- sou las que alegan para la confirmación de este privile-
so ( 4 ) , y despues S. Juan Damasceno, cuyo pensamiento gio ; pero yo me contentaré con tocar algunas. Es cosa
bien merece citarse. Aludiendo á las palabras del ángel razonable ir siempre en derechura á la fuente de todos
que la saludó llena de gracia, dice (o) que ella encontró sus privilegios, que es el título de madre do Dios. San
Eloy, obispo de Noyon, que vivia en el siglo V I , dice re-

( 11 Salmo LXXVH. (* ) In exposilione symboli.


(2! Serm.iu Signummognum. (5) Oral. I de d o r m i i . B. V.
(3) Lib. t i u C a n t . ( 1) Sermo 3 de Annunl.
cado por u n privilegio singularísimo, pues que debia de
sueltamente ; 1 ) que por ninguna razón puedo ponerse ser la madre de la vida y de l a justicia que habia de a l -
ffl á ia que i — — canzar para lodos. Por ú l t i m o S. Buenaventura hace un
n i t u d del Espíritu Santo mereció ser la madre del auto resúmen de varias razones alegando ( I ) que María como
dé t o d a pureza. Pedro, abad de C l u n y , sut,fizando el abogada de los pecadores, gloria y corona de los justos,
m i s m o pensamiento, añade ( 2 ) que la razón no con- esposa de Dios, cámara de la santísima T r i n i d a d , tálamo
i n e que l a que tuvo la honra do ser el santuario de místico del verdadero Salomon nuestro salvador y r e -
( S r i t u S a n t o ! el lecho de descanso del Salvador y el dentor merecía la gracia de que el pecado no penetrase
í o n o d e la divinidad, haya sido o s c u r a s t e por ninguna en ella. Estas razones exigirían alguna mayor i l u s t r a -
n u b e de pecado, aunque se la suponga pequeñísima m ción; pero valdrá mas que cada uno las pese en su c r i -
a u n d e paso y c i m o volando. Hesiquio de Jernsalen h a - terio particular.
bla de esta suerte á la Virgen santísima ( 5 ) : «Porque
conservaste la integridad de tu cuerpo y - S g u a »
§. III.—(¡lie ios sanios padres dicen que la madre de Dios fué impecable v
inda mancha el tabernáculo de t u a l m a el Padre eterno cómo debe de entenderse esto.
,ará alianza contigo, el Espíritu Santo te defenderá y
e l W i o S c o de D o tomará nuestra carne en tus entra-
I. Los doctores no se contentan con pregonar que
a VÙ pasa mas allá Ricardo de S. V í c t o r , porque
nuestra señora no pecó jamás y la hacen pasar por i m -
dice absolutamente ( 4 ) que si ella no hubiera , , ta
pecable, no por naturaleza ( p o r q u e es claro que esto
solamente es propio de Dios y de Jesucristo nuestro r e -
dentor en razón de l a u n i ó n personal que tiene con Dios),
t i e n a e l formidable atleta S. A g u s t i n a u n enemtgo e sino por gracia y por p r i v i l e g i o , que la encumbró tanto,
Z a santísima diciéndolc: . B c u c h a ^ ^ u e , ^ dicen aquellos, que ni aun le dejó la facultad de pecar.
Hace cerca de quinientos años que Ricardo de S. V í c t o r
promovió el primero esta doctrina ( 2 ) . Los que le siguie-
ron, se dividieron en dos partidos, p o r q u e los unos ( 3 ) la
hacen gozar tranquilamente de este dereiÉo adquirido des-
J o c o respeto, tiene la honra de ser n u m a d r e : „que hay de el instante de su concepción, y los otros ( 4 ) no pasan
quo decir después de esto ( » ) ? • del tiempo en que concibió a l Verbo d i v i n o , que fué á
' v S. Bernardo, hijo querido do tan buena m j u i c i o de ellos el punto culminante de su felicidad. Ri-
dre alega otra razón y dice ( 6 ) que era # — cardo de S. Víctor lo dice expresamente con estas pala-
b l e q u e la Virgen tuviese una vida exenta de todo pe

( l ) In 3 disi. 3. (4) S. Thom. p. 3, q. S",


( ») Oral, de quinqué hicrc- f i In Cani. cap. i d . art. 4, et i n 3 dist. 3, q. 1, ari. S:
( i ) Homll. 2 in Parific. 13) Gabr. in 3, disi. 3, q. 5, S. Bonavent. art. í , q. 1: Alens.
sibus^
(i) Lib. 5, epist. i . ''••*• p . J, q. 9, m. 3, art. 1, j . ! .
. (6) Episl. IIN-
( 3 ) Orat. de S. Deipara,
( i ) De Emmanuel., C.Í6.
de Dios, añadiré que á fin de dar un sentido verdadero
á sus proposiciones podemos decir que aunque hablando
absolutamente y con r i g o r , pudo ella pecar no obstante
hij0de Dios ^ ^ ^ ^ S ^ t d ertonces de tal
todo pecado P r ^ ' J ' ^ ^ . J J l a v i r i u d de lo
todos los auxilios del cielo, eran lales los antemurales
que había levantado Dios en ella y al rededor de ella, que
moralmente no podia hacerlo y que en realidad era cosa
infalible que no lo liaría jamás. Este discurso me obliga
á pasar adelante y referir lo que he averiguado acer-
ca de los antemurales que había levantado Dios al r e -
dedor de la Virgen santísima para quitar al pecado t o -
da esperanza de acercarse á ella. Tocante á lo cual diré
que si hay algún medio humano por el que pueda h a -
cerse inexpugnable una plaza fuerte, parece que son ne-

mmm
cesarias tres cosas. La primera es la planta y naturaleza
del l u g s r , que pudiera ser tan ventajosa, que fuese i m -
posible minarla, asaltarla y sorprenderla, y no hubiese
medio de aproximarse á ella y asestar la artillería. La
segunda cosa son las fortificaciones bien entendidas con
sus castillos y baluartes flanqueados y defendidos , sus
T o „ D n ^ l a c t o > pemanente vision dei sumo casamatas, sus entradas y salidas, municiones deboca
bien Fuera dé L Ì p a n L que repugna e, q u e r e r s , y guerra, en una palabra con todos los medios de de-
ietór la voluntad en tales t é r m i n o s , que se le quite su fensa y lodo lo que el arte añade á la naturaleza en se-
mejante ocasion. La tercera y última es el vigor y la vi-
gilancia de los soldados y gente de armas contenidos en
l á s s . buena disciplina y diestros en todo género de ejercicios
merecer y de lucrar las gracias de Dios; y de aqu, re- militares. Intento representar el alma de la madre de
cibirla un daño que no p o d r a explicarse. Dios dolada de estas tres ventajas como una fortaleza
inaccesible al pecado y terrible á todos los enemigos de
Cómo puede H o m a r . « impecable nuestra señora. la gracia. S. Juan Damasceno me sugiere este pensa-
miento cuando la llama (1) una fortaleza mas santa que
U. Sin embargo por el respeto que debemos á los el montesina, y el doctor angélico me ha abierto el ca-
grandes teólogos que creyeron honrar en esto a la madre

; 1 ) Oral. 1 denaUv. B. Virtf., c. 3, q. 27, ari. 3.


(() Eu e\ lugar citado.
(l ì S u a r e z , Vázquez e l e . en ( »! Eccli.XS.ii-
instruido y hemos aprendido sus caprichos y rebeldías á
nuestra costa, no teniendo casi otro ejercicio desde que
empieza á alumbrarnos la primera centella de la razón,
mas amplia. masque el ordenarle ásu deber lo mejor que podemos.
De aquí inflero que el que estuviese libre de la i m p o r t u -
nidad causada por esto apetito depravado y como m u -
dado en su naturaleza , tendría una facilidad incompara-
de esta. ble para todo género de actos de virtud. Este es el pri-
vilegio de la madre de Dios quo voy examinando, y por
m. Comienzo por la planta y n a t u r a t o del lagar medio del cual sostengo que fué como repuesta en la
posesion del paraíso terrenal ó por lo menos en los de-

s l f e s s a s rechos que provenían de la justicia original que había

mmm
perdido el primer hombre. Todos los doctores citados al
principio de este párrafo me servirán de fiadores sin h a -
blar de los que acotaré, al fin do este discurso; y las r a -
zones que alegue, lo harán ver claramente. Me contento
con escoger algunos de los principales nombres que las
sagradas escrituras y los santos padres dan á ese ape-
tito desordenado; lo cual bastará para hacer confesar
que era mas que razonable que no le hubiese en la m a -
dre de D b s y para manifestarnos la dicha y la inde-
cible ventaja que le dio este privilegio para h u i r del v i -
cio y abrazar la v i r t u d .
l ' s u caza V su alimento. Es verdad que antes de p -
T d o del J m o r hombre este apetito tenia ya s « ^ Primera razón lomada de las palabras fomes, cebo etc.
c £ a l h i n q u e llamamos sensible, porque o, sen -d s
«on los que se le descubren como su objeto, peto es a IV. Empezando por las palabras fomes, fuego, ce-
C u n ordenados todos sus movimientos j u » no pa- bo etc., ¿no es una cosa lastimosa y digna de compasion
saban los limites de la recta razón, su seno a y aya^La ver á nuestra pobre naturaleza tan pronta á apegarse al
razón le soltaba la rienda y luego tiraba : en pecado por medio del bien sensible codiciado contra la
le gobernaba á s u gusto haciendo que todo ue e en or recta razón, como el cobo está dispuesto á encenderse en
den. Pero en cuanto la »'^ma razón ^ d o u de cuanto le toca una chispa y como se enciende la yesca en
ber negando la obediencia a Dio», el ape d o n e , o s cuanto da lumbres el pedernal? ¿Juzgáis que este esta-
do no causa lástima al salvador de nuestras almas, el
cual conoce mejor que nadie la miseria de los materia-
mos. Con efecto en diversos lugares de l a Escritura ( 1 )
y de ios santos padres se le da el n o m b r e de concupis-
" - ^ ^ • « S t f S f í S S i W S í
cencia para representar el deseo insaciable que tiene de
te disposición no es pecaüo ^ dp Tfen_
las satisfacciones sensuales, tras las que va siempre j a -
„ablando, según o de fino hubiera
deando como el camaleón anhela por el aire. Tocante
lo ( 1 ) ; no obstante e , nenes a l m a de la ma-
á esto no tengo m a s q u e una palabra que d e c i r , á sa-
, d ,0 de
m u y indecoroso par U ^ i .d J '
Dios adolecer de eslns ^C O D ^t r a r i a sp Q4r
dre jer ber, que h u b i e r a sido raro ver el alma de la purísima
' ^ i r t " d y T , r 3 a t P c o n í nnamente del luego, Virgen rodeada de esos lobos hambrientos y de esas san-
el pecado, si no se g u a r a a i » t Q ,Q o r d e n o guijuelas insaciables que g r i t a n de c o n t i n u o : Trae, trae.
Por oso dice . C,priano qoe e ¡ , s p ^ , e, y Se d i r á que eso seria indecoroso para la dignidad de
de modo que no hubiese BU |aconcep- madre de Dios. Es cierto, y esto me basta para creer que
sa „ t o d o c W r no l a d i s p e n s ^ h a s U desp ^^^ ^ ^ nunca existió en ella la concupiscencia.
cion del V e r b o d i v . n o , no ha) que ^ ^
Sarniento fué común a o tro» mu os „ la Tercera razón, lomada de la expresión ley de los miembros.
mas arriba. Ve aqu. l ^ ^ ^ o s d san ^
Virgen c c m c i ^ ^ — J e ! fuego original, VI. En tercer lugar se llama ley de los miembros
del Espíritu San o se e x c ¡ a a, q u e ie- y del pecado. Pero guardémonos de imaginar una ley
Desde entonces no h u b o en e i a p ^ civil ó alguna pragmática de un p r i n c i p e legitimo, p o r -
vantasc la cabeza contra d ) - U ^ ^ que no es nada de eso, sino la bárbara dominación do
ninguno q u eturba esuqn^ud . ¿ palabras del un tirano que quiere echar al señor natural; u n tirano
había ocupado »u a l m a y s u c J a Js> sin0 cuyas órdenes y estatutos no son mas que saquear y
mensajero c e l e s t a , a o l a abande no ^ robar, encarcelar y degollar, en lina palabra no o m i t i r
1 1
q u e la m i r o como s u P ^ ^ ^ santuari o y de su medio para llevar al cabo sus intentos á costa do la ha-
como s u templo , se ta» * o s o d ^ ^ ^ cienda, la honra y la vida de aquellos á quienes d o m i -
na. Y á la verdad que no procede de otra manera este
apetito b e s t i a l , el cual no tiene mas ley n i mas regla
- - R ^ R ^ K e L u p - e i , . que su gusto y sus movimientos desordenados. ¿Y con-
sentiremos que se aposente enmedlo del sagrado c o r a -
zon de la madre de Dios este t i r a n o , á quien S. B a s i -
Segunda r a s o n , lomada de la palabra concupiscencia.
lio llama un demonio nacido con nosotros para i m p e -
lernos continuamente á ¡oda suerte de males?
V Esta palabra me i,acó acordar de, un.
modo de Uamar la enfermedad general de que

(3) Ad r o m . V I e t VII: ad I I P e t r . I: I Joan. I I e l e .


ialat. V: ad colos. I I I : Jacob. I:
(I) Sea. V, cap. último. TOMO I . 19
C o r l a raxo», « W * * la « * P r « i o n ¡ ^ * la ^
IX. Con gusto suspenderé este discurso despues quo
VI, El elocuenic S. Ambrosio en un escrito que mis lectores oigan al apóstol S . P e d r o , el cual como
tenia el espíritu lleno de fuego y fervor, pinta á este ene-

mm
migo bajo la figura de un capitan enfurecido que levan-
ta todas nuestras potencias, las inflama y les pone las
armasen la mano contraía razón y contra Dios. «Itué-
goos, dice, muy amados mios, que os abstengáis de los
deseos carnales que combaten contra el alma (1). »Estos
deseos son los soldados amotinados de aquel antiguo ene-
lo liemos experimentado. E> claio que ua , migo, es decir, del apetito rebelado, que sale al encuentro
detenerme aqui mas tiempo, en vista de que loaos de todos olios resuelto á exterminar, si puede, la virtud,
o p a d r e s nos dicen que el silbe, de aque ponz - sin que quede señal ni vestigio de ella. En el nombre de
ñoso reptil no llegó jamás á la \ irgen sautuima. tan le Dios y por lo bien que quereis á su santa madre, decid-
jos estuvo de ser sorprendida por el. me ¿á qué fin es dar entrada á este rebelde on la ciudad
Quinta razón, tomada de la palabra pecado. de paz, que no sabe lo que es guerra en todos susalrcde-
dores y que moriria de disgusto si sintiera en sí el me-
VIII Además esta peste se llama con mucha fre- nor movimiento contra Dios? Así es que Ricardo de san
cuencia pecado en las sagradas letras no porque ver- Victor entiende de ella las palabras del real profeta
daderamente nos haga culpables y pcoador s como d e cuando dice (2) que Dios aleja de allí los ruidos basta
muy bien el concilio do Tiento en el los últimos términos de la tierra, que rompe los arcos,
porque trae su origen del pecado y nos incUn.a el »c quiebra las armas y hace pasar el escudo por el fuego.
congratulo con el docto Gerson, el cua noto u t i m •Porque ¿qué tierra es esa, dice aquel escritor, de quien
á este propósito que Dios tuvo l al miedo dequeeseap* Dios aloja toda guerra sino' la de que canta el mismo
sentase el pecado en el alma de su sanusima m a n - profeta: -La verdad nació de la tierra, tierra tres veces
que alejó de ella hasta la concupiscencia soio porqu dichosa por estar libre de los tumultos y alarmas y por
llevaba ¿1 nombre de tal. En efecto cuando c ns dei gozar de una plena paz (3)?»
esta señora como la casa y el templo del D i o s v i o, i g X. ¿Quién podrá decir el beneficio que recibió aqui
parece que le convienen las palabras del p Ofeta E z e ^ i aquella hermosa alma para ahuyentar de si toda suerte
tanto á lo menos como al templo material de Salomo». de pecados, si se atiende á que es certísimo que este ape-
Ve aqui, dice, la ley del templo del Señor sen a do sobr
el monte: todos sus términos no son Sino santidad v (3) Emmanuele c . i»
(1) IPetr. II, I I .
santidad la mas eminente. (S) Salino CXLV1I.
tito desmandado hierve siempre en malos y perniciosos
designios? ¿Y quién hay entre nosotros tan diligente y
amigo Jonatás, como una madre ama á su hijo único (1).»
advertido á quien no sorprenda muchas veces, tan (irme
A la verdad no sé si en la naturaleza hay nada mas apa-
y resuelto en el ejercicio de la v i r t u d á quien no afemi-
sionado que esto. Pues ruego al lector considere si n i n -
ne, tan animoso y esforzado á quien no derribe? Bien
guna madre tuvo nunca tanto motivo de amar á un hijo
aventurada aquella que para no correr estos riesgos vio
como María santísima á nuestro señor Jesucristo. Con
la paz en su alma y todos sus enemigos puestos á sus
efecto sin hablar de que para ella era hijo único de t o -
piés antes de nacer.
das maneras nota muy bien S. Anselmo (2) «que su ca-
riño no estaba repartido como el de las otras madres en
Segundo principio. que es el ejercicio de un ardentísimo amor de Dios. atención á que había reducido á uno el amor dividido
del padre y dé la madre. Añádase que este hijo le era
enteramente semejante, que es otro lazo de amor. Consi-
XI. Si esta primera gracia la hizo inaccesible al pe- dérese que ora el hermoso por excelencia y el bueno por
cado; la deque voy á hablar, mostrará que fué temible maravilla, el sabio sin par y el noble sin compañero y
á todos los satélites del infierno: me refiero-al continuo además el que le había hecho tantos bienes. Sépase que
ejercicio del amor de Dios, no lánguido y medio muer- el conocimiento que ella tenia de las perfecciones de su
to como por lo común existe en nosotros, sino vigoroso, hijo, excedía desmedidamente al que tienen las demás
ardiente y siempre fervoroso. So me'separaré del plan madres. Por último recuérdese que podía amarle sin te-
que establecí al principio; pero para continuarle mejor mor de exceso, porque él era un objeto infinitamente
haré ver cómo el Dios de los ejércitos construyó una for- amable do suyo; y por remate de cuenta mídase, si es
taleza de amor sobre el terreno que acabo de describir, posible, hasta "dónde llegó este amor en su primer gra-
para tener en sobresalto á todas las potestades de las t i - do, esto es, solamente en cuanto era natural.
nieblas. Si quereis tener el gusto de visitarla; rereis el
fuerte inferior del amor natural, el fuerte del medio .4nwr adquirido de la Virgen santísima.
del amor adquirido y el castillo del sobrenatural, los
tres ventajosamente defendidos.
XIII. Subamos después al amor adquirido, por el
cual entiendo el que se aumentó y creció en el sagrado
Amor natural de la Virgen santísima. corazon de la Virgen por espacio de treinta y cuatro años
que llevó, alimentó, siguió y acompañó á su divino hijo
por todas partes. En efecto una vez que el amor de las
XII. Empiezo por el amor natural. Queriendo el san- madres nace en sus entrañas y se fortifica á medida que
to rey David manifestar el extremado sentimiento que crece y se perfecciona el fruto de ellas, teniendo de
tenia por lamuerte de su intimo amigo Jonatás, y al mis- continuo presente la madre de Dios en su espíritu d u -
mo tiempo el cariño que lo profesaba, no halló palabras
mas expresivas que estas: - Y o te amaba, m i querido

(I) IIReg.I. (5) Deexcellcnl.. Virg., c. i .


• Amor sobrenatural de la Virgen aantUima.
rante nueve meses al único objeto de sus ans.as, conver-
saba desde entonces con él, sabiendo m u y bien que el co-

mmm
XIV Todo lo que acabo de decir, n o hubiera sido
nocía perfectamente todos los deseos de su corazon. Por
otra parte asi como todos los movimientos de Jesús en
el vientre do s u madre eran para esta otras punzadas y
estímulos de a m o r , asi también él por s u lado le daba

mmm
muestras infalibles de que oia todos los pasos de su co-
razon. ¡Cómo se acrecentó y fortaleció esle amor en to-
do el tiempo que le tuvo en su regazo y en sus brazos
l e envolvió e n mantillas, le d u r m i ó y le enseno a andar!
¡Qué suavidad y qué ternura sintió dándole do mamar y
recibiendo las caricias de aquel su Benjamín, mas her-
moso que l a misma hermosura y mas agraciado
la< »raoias d e l cielo! Proseguiré este discurso con otro
motivo ( 1 ) ; mas líguráos de antemano que le veis a la
edad de doce a ñ o s tan hermoso, tan a m a b l e , tan sabio
y con tanto atractivo, que embelesa y cauliva a lodos
"cuantos le ven y le oyen; y juzgad qué parte debe de
que

sslligfg
tenor su b u e n a madre en el cariño general que le pro-
fesan todos, cuando tiene tanta en las bendiciones que le
dan , en las caricias y «estas que le hacen, porque estas
son otras tantas flechas de amor que traspasan su aman-
tísimo cora:;on. ¿Hasta dónde juzgáis que llegara cuando
acompaña a l hombre hecho que lleva tras si las turbas,
que destila m i e l de su divina boca, que o b r a milagros
sin cuento, q u e explica una doctrina no oina jamas por
el pueblo, v que os aplaudido y aclamado por la m u -
c h e d u m b r e " prendada de él? Asi como olla es la u u i -
ca que sabe, hablando con propiedad, lo que el es y lo
que quiere, asi os la única capaz de amarlo.

( I) Trat. i , c. 4, $ . 3. (I) Oral, inliypapanle.


po, sino para redoblarle y acrecentarle hasta el fin sin Chartrcs, dice l o mismo que el santo arzobispo de T o l e -
ninguna interrupción. Es indecible cuánto le s i r f i ó para do; á saber, «que estando tan íntimamente unida á Dios,
esto el haber visto al principio de su vida el adorable quo es u n fuego voraz, por necesidad había do suceder
rostro de Dios, que los santos ángeles desean contemplar que lo que él es por naturaleza, llegase ella a s e r i o por
continuamente: porque asi como esla visión dichosísima gracia v por caridad ( 1 ) . • S. Bernardo considerándola ro-
extinguió en ella cualquier otra ansia, mereciendo su deada del sol, según se la pinta en el Apocalipsis, afirma
desprecio todo cuanto veía despues de haber visto á Dios, quo es imposible que no sea penetrada de los rayos mas
asi habiendo conocido el único objeto de sus deseos abrasadores de! amor divino, que 'despide por todas p a r -
verdaderamente digno de u n amor i n f i n i t o , á falta de po- tes el verdadero sol de justicia ( 2 ) . Estos santos padres
der abastecerle hizo cuanto puede hacer una criatura no se llevan otro fin que el de h a c e r n o s comprender e l
prevenida con una gracia del todo extraordinaria y dis- grado eminente de la contemplación continua de la V i r -
paró flechas tan inflamadas de amor contra el cielo, que gen , acompañada de u n ejercicio de amor de Dios nun-
Dios fué como precisado á amarla siempre mas y á ha- ca i n t e r r u m p i d o , por medio del cual iba siempre ele-
cerla crecer desmedidamente en gracia. Dios verdadero, vándose sobre s i misma y uniéndose de un modo i n c o m -
¿quien podrá pintar esto combate de amor entre el gran prensible al principio del amor santo. Si se m e pregunta
monarca del universo, que previene á una a l m a tal con cómo podía aquel espíritu estar siempre tirante sin aflo-
bendiciones inestimables, y esa misma alma, que hace un jar n i aun enmedio de las ocupaciones exteriores á que
esfuerzo de amor incomprensible á los ángeles? ¿Quién destinaba parte del d i a ; me contentaré con señalar con
podrá explicar cómo redoblando Dios sus gracias para no el dedo la zarza de Moisés que ardía sin quemarse, y
dejarse vencer por su c r i a t u r a , so inflamaba de nuevo diré con S. B e r n a r d o : «Descalzaos resueltamente de los
este corazon y reunia todas sus fuerzas para amar y ado- pensamientos bajos y o r d i n a r i o s , porque esta visión es
rar á su bienhechor? ¿Qué lengua, podrá declarar "hasta admirable, esta t i e r r a es toda santa, y Dios que conser-
dónde llegó al fin el incendio de este corazon seráfico vó la zarza enmedio de las llamas sin que te causasen
mediante los contiuuos impulsos y redoblados vuelos daño, da una fortaleza extraordinaria al espíritu de la
que subían sin cesar como globos de fuego de aquel hor- Virgen y sostiene su imaginación con todas sus poten-
no de a m o r ? Confesemos ingénitamente que no está en cias corporales y espirituales atrayéndolas á si con tanta
nuestra mano alcanzarlo, y contentémonos con saber algo suavidad, que esta ocupacion les parece enteramente na-
por lo que dejaron escrito los santos. tural.» No hay que admirarse de esto, porque hablamos
XV, San Ildefonso compara á este intento la Virgen de la madre de Dios, la cual habiendo tenido otros p r i -
santísima con el h i e r r o , el cual estando m u c h o tiempo vilegios mas relevantes q u e . e s t e , sería poco razonable
en la fragua sale hecho ascua, tan encendido y tan b r i - querer disputársele.
llante, que no parece sino que ha cambiado de naturale- XVI. Pasemos del fuego al agua y de l a acción del
za y se ha convertido en fuego ( 1 ) . S. Ivon, obispo de

11) Orat. ( de Assumpt. (l) Serioo de Nativit. (2) Serm. in Signum magnum.
uno á la violencia de la otra. Ve aqui cómo habla a A i r -
een santísima de la vehemencia do su amor en el libro Tercer principio, á saber, la protección exterior de Dios.

del Eclesiástico: - Y o soy como u n hilo del agua inmensa


de un r i o , yo como acequia de un rio y como acueducto XVIII Hay mas aun: se trata de ver las fuerzas des-
salí del paraíso (1). • Algunos tomando por nombre pro- t i n é " p a r a defender esta plaza, es ^ ^ Z
pio la palabra dioryx que la Yulgata ha trasladado del exterior de Dios; tercera ventaja de nuestro castillo que
griego, entienden que el rio llamado asi es el caudaloso f o inaccesible al pecado, leemos en e b r o d e o s
Eufrates, el cual aumenta sus aguas con las de otros ríos Cantares «iuc el rey Salomon confio la guarda del lecho
v se hincha en términos de romper los diques y destruir donde descansaba, áseseuta soldados dc l o s m a s ™ ^
las calzadas y cuanto puede oponerse á su corriente i m - de. Israel, todos con la espada ceñida y la p a n sana en
petuosa. A m i juicio n ida puede añadirse a lo que dice la mano Según la opiníon del docto Ruperto aquel lecho
en esta parte S. Agustín y despues de él S. Bernardo y o tro que la bienaventurada madre de Dios en cuyo
S. Buenaventura ( 2 ) ; á saber, que sería agraviarla d u - seno descansó nueve meses el verdadero rey de paz.
dar de que habiendo morado en ella el Dios de amor t q u e í s soldados tan diestros en la g ^ r r a r e p r ^ n an
a la milicia celestial, que Dios había ordenado al l ededor
nueve meses, no se hubiesen hecho sus entrañas entra-
de ella para librarla de las sorpresas nocturnas, poique
ñas de amor v su corazon no se hubiese convertido en
no debemos de dudar que estarían dispuestos por es-
afecto de caridad; de suerte que debemos de considerar
cuadrones rara defenderla de toda ocas.on mala, bao
i la Virgen no tanto como una alma inflamada de caridad,
Bernardo lo reconoció asi (1) diciendo que eso era para
cuanto como la caridad misma, que abrasa todo lo que
¡ o n ¿ se atreviese á entrar en el gabinete del p r t n -
e n c u e n t r a ¿ c ó m 0 b e m o s d c h a b l a r d c pecado con ' : j e ! cielo. S. Anselmo añade á mi intento que se ha
de tenerpo muy cierto que el cuerpo purísimo y e alma
un amor tan ardiente y encontrar tibieza entre tales ! ! S l i l e l a Vír-on madre fueron preservados de
incendios'? Porque lo que comunmente da entrada al r : " 0. el S U d e s a « o s ángeles como
pecado en nuestra alma y le mantiene, es la negligencia cámua eu que Había de hospedarse el rey de la glo-
y frialdad con que vivimos; pero en ese divino corazon ' a 2' « " « e al hombre en la unidad de una misma
no hay mas visos de tibieza que de hielo en medio de los S í oes bien sabido, dice, que hay la costumbre
volcanes de Sicilia. Concluyamos pues que es absoluta- ' im'a mente observada de que cuando el principe quiere
mente necesario dejar á un lado toda idea de pecado i, k m n a r t e , van delante sus guardias para reconocer
y decir á los engendros de la noche que si son osados ug g a dar las avenidas mientras él permanezca
de acercarse aquí, serán tan duramente recibidos, que allí * El mismo Señor lo dice á la Virgen bajo la figura
maldigan la hora de su temeraria empresa.

{2) Specol. V i r g . , c . 14. ( , , Serra. qui mecribílur: (i) De e s c e l l c n l . V i r g . , c. 3 .


(I) Boíl. X X I V , « .
L a a s Marice.
siempre, y mis ojos y m i corazon estarán allí todos los
dias (1). • David no contento con esto asegura que Dios
de Jerusalen por boca de Isaías. * Sofcre tus muros, Jc- guarda en persona el torreon de esta fortaleza y no r e -
rusalen (dice), puse guardas, que estarán continuamen- conoce otro gobernador de su mística Sion. S i se le pre-
te en vela de día y de noche ( 1 ) . » Aquí podomos no- gunta el motivo de esto; dirá que es para tenerla segura,
tar dos oficios do estos bienaventurados custodios, por- para mandar él mismo las guardias y poner las centine-
que á mas de defenderla como soldados cantau también las, para calmar los alborotos é impedir la alarma, para
como cantores celestiales entreteniendo de dia y de noche mantenerla siempre en suavísima paz. Tal vez deseará el
á esta princesa con santos pensamientos y alegrándola lector que hable yo mas claramente. No quede por eso:
con sus divinos cantares. Quizá fuese esto lo que que- escuchemos solamente con los oidos del corazon á S. Ber-
ría decir el mismo esposo cuando preguntaba:«¿Qué ve- nardo y S. Juan Damasceno. E l primero sostiene ( 2 ) que
rás en la Suiamita sino coros do escuadrones (2)?» Como Dios iba previniendo, dirigiendo y asistiendo de tal suer-
si dijera que la guardia real de la Virgen su esposa se te á la Virgen santísima, que no le aconteció jamás ha-
componía de invencibles soldados y de los primeros mú- cer elección de ninguna cosa ya para desearla, ya para
sicos de su santa capilla. Dios mío, ¡ que suave armonía huir de ella, que no se la hiciese ver antes la divina sa-
formaban aquellas tropas de guerreros y aquellos coros biduría. De aquí provino que ella amó siempre á Dios
de músicos ! ¡Cuan agradable era ver obrar á los unos y con tanta ansia como conoció que este quería ser amado
oir los conciertos de los otros! O por mejor decir ¡qué de ella. El segundo manifiesta cómo Dios iba continua-
grato era ver aquellas tropas aladas marchando en orden mente infundiendo en el entendimiento de la Señora san-
y cayendo sobre el enemigo al compás de sus voces é tos pensamientos, los cuales por su eficacia eran segui-
instrumentos, cantando las alabanzas del esposo y de la dos al punto de piadosos afectos y nobles resoluciones;
esposa sin dejar por eso de maniobrar! En el último ca- lo que era causa de que el pecado encontrase cerradas
pitulo del Cantar de los cantares, donde nosotros leemos todas las callejuelas. Los ojos de la Virgen siempre esta-
lámparas de fuego y de llamas, el emperador Mateo Can- ban levantados al Señor contemplando la luz inaccesible
tacuceno leía almenas de fuego, cuyas palabras explicaba donde habita; sus oidos abiertos para oir la voz de Dios
de la Virgen santísima diciendo que está rodeada de una y la armonía do su santa voluntad; su corazon suspiran-
compañía de espíritus resplandecientes como el fuego, do por el cielo; y así de las demás potencias tanto cor-
que no la abandonan jamás. porales como espirituales ( 5 ) . El docto Galatino añade
XIX. Mas guardaos de creer que el rey del cielo que una cosa muv notable ( 4 ) : no sé de veras de quién la t i e -
la había escogido para madre y esposa, se. fiase de tal ne; pero he leido algunos graves autores (3) que no po-
modo de la guarnición, que no estuviera siempre vigilan-
te. Asi lo había prometido al rey Salomon habiéndole fi-
guradamente del templo: • líe santificado esta casa que (1) III Res. I X , 3. ( 5 ) Canis. de B. V i r g . , I. I ,
(2) Seruio 5 ¡n Canlic. c. 13: Sala 2. i n c ! X X X I P r o -
has edificado á fin de establecer en ella m i nombre para verb., 11. 140, ele.
(3) Scrro. I <lc nal. B. V .
(4) De areanis, 1. 7.

(l) Cap.LXII, 6. (!) Cant. V I I , 1.


enemigos, la reconozcamos paca siempre por nuestra l i -
lien dificultad en recibirla como muy digna de crédito.
bertadora despucs de aquel á quien ella misma reconoce
Dice que María estaba dotada de un espíritu de profecía
por su protector y su salvador.
tan excelente, que preveía todo lo que pudiera haber al-
terado algún tanto su paz y perjudicado á la pureza de
su alma; de manera que cerraba los ojos al encontrarse
OCTAVA ESTRELLA
con objetos ilícitos ó indecentes; se tapaba los oídos por
no escuchar lo que no hubiera querido o í r ; no quena ó g r a n d e z a d e la c o r o n a d e e x c e l e n c i a d . l a
oler los olores lascivos, v asi de todas las demás cosas m a d r e d e Di«».
que hieren nuestros sentidos, que, son las primeras puer-
tas por donde acostumbra introducirse la muerte en
nuestras almas. Bien sé que S. Ambrosio no admitía el
testimonio de los demonios; pero tampoco ignoro que CAPITULO IX.
á veces exigia la confesien de ellos, especialmente cuan-
do tornaba en confusion suya. Ahora bien se los ha oído QUE ES SINGULARMENTE REND1TA.
afirmar muchas veces por boca de los energúmenos que
nunca tuvieron facultad ni poder de acercarse a la \ i r -
gen para darle algún asalto, según han hecho general- P e d r o de Blois, arcediano de Batonia y Lóndres y can-
ciller del primado de Inglaterra, hablando de la m a -
mente con todos los santos, sin que quisiese eximirse de
dre de Dios bajo la figura del lavadero de las ovejas, l l a -
esto el santo de los santos, que es el Verbo encarnado.
mado ordinariamente la piscina probática, cuyas aguas
Pero volveré á lomar el hilo de este discurso en el tra-
curaban loda clase de enfermedades despues que las agi-
tado segundo.
taba el ángel comisionado por Dios al efecto, dice sutil-
XX. Paréceme que basta esto para la confirmación de mente ( I ) que habiendo bajado el ángel del gran conse-
una verdad que debe de ser iududable para nosotros; á jo que no es otro que el Verbo d i v i n o , al seno de la
saber, que la Virgen santísima no cometió jamás ningún Virgen como á un lavadero celestial causó tres emociones
pecado. Pleguc á aquel que de tal suerte la ensalzo para muv notables. La primera fué la unión de nuestra natu-
su gloria y nuestro provecho, hacernos sentir los efectos raleza á su divina persona: la segunda fué la extinción
de la gracia superabundante con que la previno, y dar- del fuego de la concupiscencia; y la tercera la bendición
nos fortaleza contra los enemigos visibles é invisibles, que derramó abundantemente sobre la quebabia elegido
por quienes somos embestidos á derecha é izquierda, por para madre suya. Habiendo tratado de las dos primeras
delante y por detrás, en la prosperidad y en la adversi- _ en los capítulos anteriores me creo obligado por el orden
dad. de'dia y de noche, por nosotros y por nuestros mas de m i plan á hablar de la tercera, mucho mas cuando
íntimos amigos, en casa y en el campo, en lodo tiempo,
en todo lugar y en todo negocio, sin tregua ni descanso,
á fin de que habiendo conservado por su gracia el teso-
(i) Sermo l in Advenlu.
ro que llevamos en vasos de barro en medio de nuestros
enemigos, la reconozcamos paca siempre por nuestra l i -
lien dificultad en recibirla como muy digna de crédito.
bertadora despucs de aquel á quien ella misma reconoce
Dice que María estaba dotada de un espíritu de profecía
por su protector y su salvador.
tan excelente, que preveía todo lo que pudiera haber al-
terado algún tanto su paz y perjudicado á la pureza de
su alma; de manera que cerraba los ojos al encontrarse
OCTAVA ESTRELLA
con objetos ilícitos ó indecentes; se tapaba los oídos por
no escuchar lo que no hubiera querido o í r ; no quena ó g r a n d e z a d e la e o r o n a d e e x c e l e n c i a d . l a
oler los olores lascivos, v asi de todas las demás cosas m a d r e d e Di«».
que hieren nuestros sentidos, que son las primeras puer-
tas por donde acostumbra introducirse la muerte en
nuestras almas. Bien sé que S. Ambrosio no admitía el
testimonio de los demonios; pero tampoco ignoro que CAPITULO IX.
á veces exigia la confesien de ellos, especialmente cuan-
do tornaba en confusion suya. Ahora bien se los ha oído QUE ES SINGULARMENTE REND1TA.
afirmar muchas veces por boca de los energúmenos que
nunca tuvieron facultad ni poder de acercarse a la \ i r -
gen para darle algún asalto, según han hecho general- P e d r o de Blois, arcediano de Batonia y Lóndres y can-
ciller del primado de Inglaterra, hablando de la m a -
mente con todos los santos, sin que quisiese eximirse de
dre de Dios bajo la figura del lavadero de las ovejas, l l a -
esto el santo de los santos, que es el Verbo encarnado.
mado ordinariamente la piscina probática, cuyas aguas
Pero volveré á lomar el hilo de este discurso en el tra-
curaban loda clase de enfermedades despues que las agi-
tado segundo.
taba el ángel comisionado por Dios al efecto, dice sutil-
XX. Paréceme que basta esto para la confirmación de mente ( I ) que habiendo bajado el ángel del gran conse-
una verdad que debe de ser iududable para nosotros; á jo que no es otro que el Verbo d i v i n o , al seno de la
saber, que la Virgen santísima no cometió jamás ningún Virgen como á un lavadero celestial causó tres emociones
pecado. Pleguc á aquel que de tal suerte la ensalzo para muv notables. La primera fué la unión de nuestra natu-
su gloria y nuestro provecho, hacernos sentir los efectos raleza á su divina persona: la segunda fué la extinción
de la gracia superabundante con que la previno, y dar- del fuego de la concupiscencia; y la tercera la bendición
nos fortaleza contra los enemigos visibles é invisibles, que derramó abundantemente sobre la quebabia elegido
por quienes somos embestidos á derecha é izquierda, por para madre suya. Habiendo tratado de las dos primeras
delante y por detrás, en la prosperidad y en la adversi- _ en los capítulos anteriores me creo obligado por el orden
dad. de'dia y de noche, por nosotros y por nuestros mas de m i plan á hablar de la tercera, mucho mas cuando
íntimos amigos, en casa y en el campo, en lodo tiempo,
en todo lugar y en todo negocio, sin tregua ni descanso,
á fin de que habiendo conservado por su gracia el teso-
(i) Sermo l in Advenlu.
ro que llevamos en vasos de barro en medio de nuestros
la gracia y la bendición son hermanas carnales y compa-
ñeras inseparables. no bajando jamas la gracia al alma mildad, en su eminente caridad, en su amable bondad,
sin traer la bendición , ni la bendición sin atraer 6 con- en su diligente prontitud , en su perfecta liberalidad, en
servar la gracia. • su austera abstinencia y en su entera pureza.
II. Añado que es bendita en su elección, concepción,
§. I.—ibondaucia ile la bendición concedida á la madre de Dios y |il«i¡ di natividad y maternidad, en todos los misterios de su
lodo el discurso s i t i e n le. vida, de su muerto, de su resurrección y de su g l o r i f i -
cación: que es bendita en sus pensamientos, en sus i n -
1. Mucho habria de entretenerme yo aquí, si quisiera tenciones, en sus palabras, en su trato, en su r e t i r o , en
demostrar con algunos (1) que la Virgen santísima heredó la práctica de la vida activa y de la contemplativa, en
todas las bendiciones de sus autepasados Abraham, Isaac sus principios, progresos y fin: que es bendita en su
y Jacob, las que este buen anciano distribuyó á los doce memoria, entendimiento y voluntad, en sus sentidos in-
patriarcas sus hijos, las que Balaarn fué forzado á dar á teriores, en sus ojos, sus oídos y su boca, en su vientre,
los ejércitos de Israel, las que se concedieron á todas las en sus pechos, en sus manos, en sus piés y en sus r o -
mujeres ¡lustros de la antigüedad, en una palabra (odas dillas, gn todas las potencias y en todas las partes de su
las bendiciones de que se hace mención en el antiguo y cuerpo: que es bendita en ei fruto de su v i e n t r e , eu
eu el nuevo testamento, y que aventajó en ellas á todos ella misma, en sus antepasados, en sus parientes, en su
los personajes mencionados. Prefiero decir con ci devoto posteridad y en todo lo que dice relación á. ella: que es
S. Buenaventura ( 2 ) que fué bendita en la plenitud de la bendita en los eternos designios de Dios, en el vientre
gracia que recibió, en la muchedumbre de las misericor- de su madre sania Ana, en su mansión temporal sobre la
dias que confirió, en la dignidad de la persona á quien tierra y en el encumbrado asiento que ocupa en el cielo.
concibió, en la alteza de la gloria que posee: que es ben- III. Mas porque seria infinito detenerse en todas es-
dita de Dios, del Padre, del H i j o y del Espíritu Santo, las consideraciones y porque la mayor parte de ellas se
de los espíritus bienaventurados y de los hombres, de han de encontrar en otro l u g a r , me contentaré con es-
los ángeles, arcángeles, principados, potestades, v i r t u - coger tres privilegios en que es muy singular esta ben-
des, dominaciones, tronos, querubines, serafines, pa- dición, mostrando que nuestra señora fué muy avenía-
triarcas, profetas, apóstoles, mártires, confesores, ca- ¡adámenle bendita entre las mujeres, entre los justos y
sados , viudas y vírgenes y generalmente de toda clase de entre todas las criaturas.
personas, cualquiera que sea su estado y eondicíon: que
es bendita en cuanto por ella es glorificado Dios, los án- fj- 11. — (luí- la Virgeu Santísima fué singularmente bendito entre las mujeres.
geles se regocijan, los hombres son ensalzados y los de-
monios abatidos: que es bendita en su profundísima hu- I. Dice S. Buenaventura (1) que el glorioso arcán-
gel S. Gabriel colmó de bendición á la Virgen santísima

(1) Albert. Maso, ia Jfissus (í) Specul. B. V i r g . , c , 1»


«I. e l 13.
i i) Specul. B- V i r g . , c. 8.
TOMO I . 20
del Señor.» En estas cuatro significaciones trato de fun-
cuando la saludó con estas palabras: «Bendita eres entre
dar este discurso y hacer ver cómo la Virgen santísima
las mujeres.» E l í n c l i t o S . Atanasio tiene en tanto esta
fué bendita singularmente entre las mujeres de esas cua-
salutación, que afirma que resuena continuamente en el
tro maneras.
cielo v que l a iglesia nuestra madre aprendió de los es-
p í r i t u s bienaventurados á usarla en sus oraciones asi
La primera bendición de la madre de Dios es la exención de las
públicas como particulares ( i ) . Para d i s c u r r i r al caso maldiciones echadas i las mujeres.
acerca de ella noto con Alberto Magno que la palabra
bendición se emplea principalmente de cuatro maneras
II. Es voz común de lodos los santos padres que la
en la E s c r i t u r a ( 2 ) . Eu p r i m e r lugar significa l a libertad virgen María fué completamente libre do la común m a l -
do alguna desgracia. Asi dice el real profeta: «Bendijis- dición de las m u j e r e s ; y hay mas según testimonio de
te , S e ñ o r , tu t i e r r a » ; y eu la segunda parte del versículo S Buenaventura ( i ) , y es que la bendición de esta se-
declara el sentido de esta bendición añadiendo:«Apartas; . ñora atajó las maldiciones que babia atraido la primera
te la cautividad de Jacob ( 5 ) . » En segundo lugar significa
mujer al mundo, «l.a maldición de E v a , dice S. Agus-
fecundidad: de este modo bendijo Dios á los a n i m a l ^ tín ( 2 ) , se convirtió en la bendición de María.» Esto es
cuando los crió eu el principio del m u n d o , y el buen lo que a j u i c i o de S. Fulgencio quiso significar el arcán-
anciano Ragúel bendijo á su hija y al joven Tobías, r e - gel Gabriel cuando la llamó llena de gracia, porque e n -
cien casados, diciéndoles: «El Dios de A b r a l i a m , y e tonces lo dió á entender que no pasaba adelante el í m -
Dios de Isaac, y el Dios de Jacob sea con vosotros, y el petu de la ira de Dios y que p o r su respeto no hablaba
os j u n t e v cumpla en vosotros su bendición ( 4 ) . » Esta mas que de paz y amistad.
bendición se llama en el capitulo X L I X «leí Génesis ben- III. Pero descendiendo á particularidades, el abad
dición de pechos y de matriz. En tercer lugar es una Ruperto me hace advertir que no bien pecó la primera
abundancia general de lodo género de bienes. De esta mujer, la siguió el castigo y que á s u tríplice pecado
especie es la que dio el Señor á Abraliam después del opuso Dios una tríplice maldición. Con efecto porque dió
insigne acto de obediencia sabido de todos: la queco-, oidus y asenso al padre de la m u e r t e , cuando era antes
muiiicó á Laban á l a llegada de Jacob, á Putifar el egip- la madre de los vivientes, se volvió la madre de los
cio cuando fué á servirle José, y á Obededon al entrar el muertos y se le dijo por p r i m e r a r t i c u l o de su condena-
arca de la alianza. Por ú l l i m o es l o mismo que decir ala- ción : « M u l t i p l i c a r é tus dolores y tus preñeces ( 3 ) . Los
banza y aclamación pública ; en este sentido tomamos i» tedios, las flaquezas y debilidades te acompañarán: te
que cantaban las turbas cuando el Salvador entró triun- atormentarán los dolores del cuerpo y la hinchazón: los
fante en Jerusalen: «Bendito sea el que viene en nombre hijos que paras m u e r t o s , te a f l i g i r á n ; los lisiados y con-
trahechos te darán m u e r t e : los desnaturalizados y r e -
—'H—:' nfl» ' " '•»

(1) Sermo de sanctis. Llei- ( 3 ) Salmo L X X X I V , I . (I) Serm. 1 de Annont. (3) Genes. 111,1«.
par3. i 4) Tob. v n , 15. {?! Serm. de láttdlh. Mari®.
( 2 ) Super J/Ú.'UÍ.
esas incómodas preñeces, que son la primera pena del
pecado, porque aqui todo es celestial y divino, y así
bcldes te quitarán la vida.. Porque codició desordenada- como la madre de Dios, primera flor de la virginidad,
mente el fruto prohibido y recreó sensualmente con el quedó en cinta sin corrupción, del mismo modo es r a -
la vista y el gusto, fué castigada con las incomodidades zonable que lleve su carga sin peso ni incomodidad.
del parto y se le intimó esta sentencia: -Parirás con do- Nada mejor á mi parecer podía decir S. Fulgencio que
lo que dice á este propósito ( 1 ) ; á saber, que su vien-
lor ( 1 ) ; pero dolor tan agudo y fuerte, que te liara dar
tre no estaba mas cargado que su alma; que era aliviada
gritos espantosos y muchas veces .'e reducirá al ultimo
por el fruto de sus entrañas; y que era imposible que
aprieto: además t u parto será la imagen de la impureza
fuera agravada por la luz encerrada dentro de ella. E l
y corrupción de t u alma.» Por último porque no conten-
niño, dice S. Bernardo, la llevaba á ella mas bien que era
ta con haber pecado ella indujo á su mando á pecar, le
llevado por ella (2). Con efecto vedla por los montes de
fué dicho: • Estarás bajo la poteslad de turnando, y el Judea cuando mas molestada debía de estar: no anda,
tendrá dominio sobre ti (2). Además de que se debili- sino que corre; no corre, sino que vuela; no vuela, s i -
tará notablemente tu espíritu, que hubiera estado mas no que parece es llevada por las manos de los ángeles
Arme si no hubieses pecado, el suyo tomará un aire de ó que so ha vuelto tan ligera como el fuego desde que
superioridad y dominación sobre t i , de suerte que mu- arde en sus entrañas el fuego divino. -
chas veces te tratará no como á compañera, sino dura e
imperiosamente como á una esclava. - V é ahí como la V En Alaria no vereis señal ni vestigio de los dolo-
res del parto. «¿Y por qué se han de buscar, dice muy
culpa lleva siempre en pos de sí la pena y como de la
bien S. Cipriano ( ó ) , cuando los dolores del parto no son
amarga raíz del pecado no nacén nunca mas que frutos
mas que los ejecutores de la sentencia de Dios, el cual
de angustia.
jamás echa la culpa al inocente? » - Esos rigores, añade
IV. En medio de este diluvio de males y maldiciones S Gregorio Niseno ( 4 ) , eran buenos para la madre de
guardémonos de figurarnos á la madre de Dios sino como la muerte, no para ia de la vida, y el mensajero sola-
la verdadera arca de Noé que nada sobre las aguas, las mente habla de gozo, de gracia y de bendición. S. F u l -
que sirven solamente para elevarla mas y hacerla parecer gencio lo dice aun mejor á m i parecer ( 3 ) : que el que
siempre mas admirable en su singularidad. ' A s í lo pedia había venido á levantar al mundo de la calamidad en que
la razón, dice S. Eeon, atendiendo á que la concepción cayera, no pesaba á la que le liabia hospedado con
y el nacimiento del Salvador eran enteramente singula- tanto cariño y le había dado tan buen trato por espació
res (3).» "¿Y á qué asunto se ha de hablar de pena, dice de nueve meses. Confieso que causa lastima oír a la
Ricardo de S. Víctor ( 4 ) , donde no hay culpa?» Pero ha- pobre Rebeca con los dos mellizos que lleva en sus en-
blando en particular de las tres plagas que cayeron so- trañas. llenar la casa de lamentos. Pero ¿qué se ha de
bre la cabeza de la mujer desobediente, nos advierte san
Bernardo (3) que apartemos nuestro pensamiento de
( I ) De l a u d i b , V i r g . (4) llora. 3 in Cant.
(5) En el lugar citado.
H ) • En e l lugar citado.
(.1) Serm. de Nativ.
(() Genes. Ul, 10. (4) De Emman., I. 2. c. 58.
(5) lbid. (5) Sermo in Signum magn.
(3) Serm. 1 d e Nati».
i,incido por la naturaleza bien concertada, según atesta
hacer? Es preciso que tenga paciencia, ya que deseó s Vgustin, el doctor angélico despues de él nos asegura
con tanta impaciencia ser madre. En cuanto á María, flue no existió en la madre de Dios, como tampoco las

como solo concibió por la voluntad y obra del Espíritu ¿ras penas del primer pecado. De donde concluye que
Santo, no es extraño que no dé gritos y que esté exen- con justísima razón supo S. José el misterio de la E n -
ta de las inmundicias concomitantes del parto. Ni los carnación por conducto de la Virgen santísima y no
concilios ( 1 ) , ni los santos padres no consienten que
esta por aquel. - .. .
tengamos otra opinion de ella. «¡Cómo! dice S. Cenon, VU Dov fin á este primer discurso con un dicho
obispo de Verona ( 2 ) , ¿queréis figuraros la madre de muy notable del gran pontífice Alejandro I I I en un breve
Dios fatigada y postrada del parto, lánguida y abatida dirigido al soldán de Iconio en la Ucaoma. »Grande a
de fuerzas con las incomodidades ordinarias del alum- la verdad, dice, y muy digna de toda alabanza fue la
bramiento y d é l a lactancia? ¿Convendría esto al hijo ui bienaventurada virgen María, que fué hallada digna de
á la madre? El que habia venido para limpiar la inmun- llevar al medianero entre Dios y nosotros y que no tuvo
dicia y corrupción del m u n d o , no hnbiera consentido - igual, ni segunda entre las mujeres: porque concibió
jamás'una cosa semejante á su rededor.» S. Agustín dice sin vergüenza, parió sin dolor y pasó de esta vida a la
maravillas hablando á cierto maniqueo. -¿lías visto ja- otra sin corrupción, á fin de que se cumpliese entera-
más, le dice ( 5 ) , que los dorados rayos del sol que se- mente en ella la palabra del ángel y fuese hallada digna
can el barro de los caminos públicos, hayan sido man- no á medias, sino enteramente llena de gracia, y a hn
chados por él? Si no puede ser esto; ¿cómo te atreverás que Dios eterno, que quiso ser su hijo temporalmente,
á decir que el claro rayo de la luz eterna se haya empa- tributase á su madre el honor que había ordenado mu-
ñado.ó ensuciado algo al pasar por entre el cristal virgi- cho tiempo antes. •
nal? Dimc, infeliz, ¿dónde habia de haber contraído la
Virgen santísima impureza siendo mas pura que los án- La segunda bendición de la madre de Dios es la fecundidad.
geles? « S. Ildefonso llega á alirmar (4) que si hubiera
habido alguna indecencia en el parto de la Virgen, el VIH ¿Quién tendrá corazon para contemplar sin en-
qóe hubiese experimentado asi los efectos de la primera ternecerse ni verter lágrimas á la desconsolada hija de
maldición, no podia llevar el nombre de hijo natural de Jefté? Es una doncella como de unos diez y ocho anos y
Dios. Pero ya declaré en otra ocasion semejante el sen- se ve obligada á morir antes de tiempo por un voto i n -
tido que debé de tener esta proposicion. discreto de su precipitado padre. Ha pedido dos mese
VI. Ultimamente por lo que toca al dominio del ma- de plazo para llorar su virginidad, y ya llega este a su
rido y á la condicion de la mujer mas servil que honrosa, término. Ella los ha pasado con algunas fieles compane-
que es la tercera pensión del pecado y no un orden esta- ras contando sus cuitas á los montes y a los va les. Cual-
quiera la tomára por un verdadero retrato de la muerte,
porque se ha ajado, su hermosa tez, sus mejillas están
(!) Cóncil. t r u l l a n , , cao. 1». (í) E n el l u g a r lautas Veces cuidas, sus ojos apagados y medio m u e r t o , éu cuerpo
(tj S e r m o 3 de ívaliv. diado. '
(3) D e l u t r e s i b . 1 . 5 , 6 . 5.
extenuado, sus fuerzas abatidas, su continente lángui- nítud de la gracia y como virgen recibió una gloria i n -
do, su voz como de uu moribundo: parece que está en concebible, á saber, el gozar en cuerpo y en alma de la
el trance de la muerte. Si le preguntamos lo que hace; presencia corporal y espiritual del Salvador. »Fué singu-
nos responderá que está celebrando sus exequias en vi- larmente bendita entre las mujeres, diceS. Agustín, en
da. Asi se practicaba en lo antiguo con las vírgenes de no haber conocido varón y sin embargo haber concebido
la gentilidad que habían dejado el servicio de Júpiter uiio en sus entrañas.» «Fué singularmente bendita entre
para entrar en el mundo, según cuenta Estrabon, y en la las mujeres, dice S. Pedro Crisólogo ( 1 ) , en haber con-
escuela de l'itágoras con los que habían abandonado la servado el honor de la integridad y haber adquirido la
filosofía, como escribe Clemente Alejandrino (1). Si la gloria de la maternidad, en haber unido á la corona de
precisamos á hablar con mas claridad; nos dirá que llo- la virginidad la gracia de la fecundidad, en haber sido
madre por obra del Espíritu Santo sin dejar de ser la
ra su virginidad no por haberla perdido, porque es una
reina de las vírgenes.» «Fué singularmente bendita, dice
doncella muy casta y de fama bien sentada, sino por
el venerable Beda ( 2 ) , en haber sido madre y virgen jun-
la nota en que cree debe de incurrir entre los suyos,
tamente y haber tenido por hijo al mismo Dios; p r i v i -
porque no siente tanto el morir como el no tener pos-
legio debido únicamente á la virginidad fecunda.»
teridad ; lo cual repula por mayor desgracia que la mis-
ma muerte. Persuádese á que no quedará mas memoria X. F,1 devoto S. Bernardo trae un excelente discurso
de ella que sí no hubiera vivido, y se figura que incurri- sobro esta materia entre los que compuso sobre la em-
rá en el mayor oprobio conocido entre los de su nación, bajada del ángel Gabriel (5). Dice asi: «A la verdad es
esto es, l a esterilidad. Eso es lo que causa su indecible una condicion muy dura y un yugo muy pesado el de
dolor. las hijas de Eva, que han de padecer muchos males si
tienen descendencia, ó ser malditas si no la tienen. Se
I X . A decir verdad era tan ignominiosa entre los ju-
hallan colocadas entre dos desgracias, entre los dolores
díos la esterilidad, que los personajes mas santos la
por un lado y la maldición por otro. ¿A cuál de los dos
sentían vivísimamente. No quiero indagar a q u i s i tenían
te resolverás, oh prudente y casta Virgen"? ¿Escogerás
razón ó n o : bástame decir que no puede negarse que la
los dolores ó preferirás incurrir en la maldición? Por
fecundidad sea un bien; pero la desgracia está en que no
todas parles me veo angustiada, responde; pero quiero
puede adquirirse sino por la pérdida de otro incompa- mas incurrir en la maldición de la ley y permanecer vir-
rablemente mayor. Solo hay un fénix en el mundo y una gen que concebir con deleite para parir con dolor: por-
madre de Dios singular en todas sus grandezas, que me- que si bien descubro por un lado la maldición, es sin
reció tener descendencia sin perder su virginidad: * cosa peligro de pecado; pero por el otro incurro juntamente
sin ejemplo autes y despues de ella, dice S. Cipriano (2), en el pecado y la pena, fuera de que no es mas que una
y nueva inaudita la concordia y unión de la virgini- maldición legal, la que no quiere decir otra cosa que un
dad y la fecundidad. Asi como madre obluvo la ple-

(l) Sermoi3. (3J Hora. I i n i f i i s u s .


. .(l)-Stronut. í. (Í) Serm. de Nátívit. {»; Hora, ra Evang. M i s s . e s l .
vituperio y deshonra delante de los hombres, los cuales lianza en Dios? Ilesiquio, presbítero de Jerusalén, habla
me tendrán como inútil y como un árbol sin fruto. Pero c o m o extático de este misterio inefable. «¿Quién vio ú
poco me importa el vituperio de los hombres , con tal oyó jamás, dice, una cosa semejante? ¿Dónde está
que guarde la fé á mi Dios. Oh Virgen sania, ; qué pru- ei labrador que siegue sin haber arado n i sembrado?
dente eres! Pero no por eso eres menos dichosa. Acep- ¿Dónde está el viñador que vendimie sin haber plantado
tas voluntariamente la maldición de la ley por agradar ni cultivado la viña? ¿Dónde se ha visto correr un arro-
á aquel á quien únicamente deseas contentar; pero te yo que no se derivo de fuente ó manantial ( I ) ?»Pues esta
advierto que la maldición se convertirá en bendición y es la maravilla que tenemos á la vista, y el privilegio
la esterilidad en fecundidad. Asi disponte á recibir al que ponen en las nubes los santos padres confesando que
que debe de obrar en t i grandes cosas y que en vez de no han dicho nada después de alegar cuanto tenian que
la maldición de Israel te colmará de la bendición de to- decir.
das las naciones del mundo. Además no tengas ningún XI. Si hubiera alguno que quisiese rebajar el precio
miedo de esa fecundidad, porque no menoscabará tu de la fecundidad do la Virgen porque no parió mas que
integridad: concebirás verdaderamente-, pero sin pecado: un hijo; me contentaré con remitirle al discurso que
estarás en cinta; pero sin las incomodidades y acha- S. Epiíanio compuso expresamente para responder á este
pensainicnto (2). «La leona, dice, no tiene mas que
ques de la preñez: parirás; pero sin dolor: tendrás un
una carnada; poro pare un león que es el rey de los
hijo; pero sin conocer varón: serás madre del que tie-
animales, guardándole veinte y seis meses enteros en su
ne á Dios por padre, y esta prenda del amor paternal
vientre, de donde sale ya dispuesto para correr tras do
será la corona de tu castidad. En una palabra parirás
la presa, armado de dientes y garras, temible por su
un Dios como concebirás de Dios.» No puede decirse
rugido v sabiendo que él es el dueño y que todos tiem-
cosa mejor. ¡Oh qué perfectamente entendia la Virgen blan en"su presencia. ¿Y por qué he de tener yo dificul-
este secreto! exclamas. Anselmo ( i ) , i Olí qué bien sa- tad en llamar leona, á la Virgen, supuesto que las sagra-
bia que cuanto mas cuidadosamente guardase su casti- das escrituras llaman león á su hijo y nos le pintan
dad , mas abiertamente se acercaría á aquel que es cas- siguiendo á.su presa y mostrando ser rey en su porte,
tísimo y hasta la misma castidad. En cuanto la Señora en su modo do andar, en su rugido, en todo? Dicen
tomó la resolución de abrazar lo que juzgaba ser mas que nuestra señora no tuvo mas que un h i j o : es verdad;
agradable á su Criador, resolvió al mismo tiempo ha- pero es un león, un Dios que no há menester de segun-
cerse superior á la maldición de la ley y despreciarla do, porque debe de sorúuicamente único. Antiguamen-
por amor de aquel de quien sabia que estaba tan lleno te las emperatrices de Orieute parían en una. cámara
de bondad y sabiduría, que no permitiría le aconteciese llamada la púrpura porque estaba cubierta de ella de
á ella ningún mal por haber querido conformarse con arriba abajo, y el niño recien nacido tira recibido al
su mas perfecta voluntad. Y no se engañó, porque punto en la púrpura para recibir, digámoslo así, la inves-
¿quién se ha arrepentido jamás de haber puesto su con-

(1) p e e x i c l i c a t . V i r g - , c . 4. (i) Serm. í dasiUJCta Dcip. (4) Sen» «le Jaudib. Marte.
tidurade emperador. En cuanto á la sacratísima Virgen
confesamos que si Dios no hubiera atendido mas que al
mérito de ella, debía de haber parido en el cielo, v el tender que era agraciada generalmente con todas las
fruto de su vientre debía de haber sido colocado en el bendiciones propias de este sexo, que dividimos en las
trono de Dios: tan extraordinaria y singular en su es- tres clases de vírgenes, viudas y casadas. Estas tres cla-
pecie es esta fecundidad.» El mismo S. Epifanio ha- ses se figurau en el Evangelio por tres especies de tier-
blando del sagrado vientre de la madre incomparable la ras desigualmente fértiles: las unas producen ciento,
llama un segundo trono de los querubines (1), sobre el las otras sesenta y las otras treinta por uno: asi como
cual descansa la majestad de Dios, y si el que eslá'allá son diferentes en bondad y en producto, asi también lo
arriba, se llama el primero, es solo por el orden del son en la calidad de los frutos, habiéndolas bendecido
de diversa manera el divino labrador, y aunque cada una
tiempo, porque en cuanto al mérito esta señora le lleva
de ellas tiene motivo para estar contenta cou su suerte,
ventaja sin dificultad, como haré ver en el capitulo XV.
eso no quita que unas lleven ventaja á las otras. Los sa-
Faltan palabras á este santo doctor, el cual quisiera de-
grados libros atestan que la virginidad tuvo para ser
cir muclio mas de lo que dice; sin embargo afirma que
manifiesta una bendición tríplice, quiero decir la incor-
está mas alto que el cielo de los planetas y es mas res-
rupción de la carne, la libertad del cuerpo y del espíri-
plandeciente que el firmamento y mas capaz que el em- tu y la conversación con los ángeles. En decir del Sabio
píreo, supuesto que contuvo al que excede en extensión la incorrupción hace ser cercano á Dios (1); de suerte
áesta última esfera casi infinita en su magnitud. San que S. Juan en su Apocalipsis compone de este escua-
Gregorio Niseno dice unas cuantas palabras nada mas, drón blanco la comitiva ordinaria del cordero (2). La
que dan no poco que peusar; y es que respecto de todos libertad del cuerpo y del espíritu, que S. Pablo aprecia
los demás es maravilla cuando se halla un espíritu tan tanto en esta condícion de vida, suministra á las vírge-
puro, que quiera Dios habitar cu él con satisfacción; nes el medio de entregar su corazou todo entero al que
pero en la Virgen fué todo tan santo, que su mismo es legitimo poseedor de él. La conversación angélica fa-
cuerpo fué hecho diguísima morada del Espíritu Sauto. vorece su entrada en el cielo y las libra de los cuidados
y amarguras que atormentan á los otros por lo comuu.
La tercera bendición de la madre de Dios fué el acumular en si todas La viudez asimismo tiene sus bienes peculiares reco-
las gracias concedidas i las mujeres. mendados en la sagrada escritura, á saber, la propor-
ción de vacar á la oracion, la maceracion del cuerpo y
la práctica de las buenas obras. La primera está repre-
XII. Tertuliano nota con mucha oportunidad en el
sentada por la profetisa Ana ( 5 ) , que no se separa nun-
libro De celandis virgintbus que el ángel al saludar á la
ca del templo y se da á la oracion continua: la segunda
madre de Dios 110 le dijo que era bendita entre las vír-
está figurada en Judit (4), que no se quita jamás el ci-
genes, sino bendita entre las mujeres, para darle á en-

(0 de toudib. Mari®.
(0 Sap. v i , 20. (3) Loe. II.
(S) Apocal. x i v . (4) Judit IV,
licio sino en las fiestas y las neomenias; y la tercera en perfección disfrutó todos los privilegios de las viudas,
la viuda de Sarcpta ( 1 ) , que hospeda y trata con (anta aquella oracion tan continua, que ni aun por el sueño
caridad á Elias. La primera bendición no solo las hace era interrumpida, tan ferviente, que era laconfusion de
tomar de buena voluntad su viudez, sino que les paga los extáticos serafines, y tan llena de celestial dulcedum-
con muy crecidos intereses la perdida de sus maridos bre, que no parece sino que vivía ya en ol cielo; aquella
dándoles por esposo el mismo Dios. La segunda les sir- macerado» tan extremada de su cuerpo, que afirma san
ve de preservativo contra la memoria de los deleites Ambrosio ( I ) sobrepujaba las fuerzas humanas; aquel
pasados. La tercera hace su vida provechosa para el pró- ejercicio de buenas obras en el consuelo de los afligidos,
jimo y ejemplar á todos. Tampoco carece de bendición en el alivio de los menesterosos, en la instrucción de los
maestros y doctores del mondo, según hemos visto mas
el matrimonio, porque según testimonio do S. Agus-
arriba? Finalmente y ya que cogió las rosas del m a t r i -
tín ( 2 ) tiene por su porción la fecundidad y el sacra-
monio sin punzarse con sus espinas,¿quién nos mos-
mento. La fidelidad j u n t a á la reciproca amistad délos
trará cómo se aventajó á todas las simples criaturas en
casados aligera el yugo de su condición, mitiga sus mo-
la posesion de los. bienes peculiares de este estado, la
lestias y los hace sobrellevar el peso de su estado: la
fidelidad , la prole y todos los efectos del sacramento,
fecundidad les sirve de vínculo de mutuo afecto y los aunque sin sacramento, porque todavía no estaba insti-
halaga con una grata esperanza de inmortalidad: el sa- tuido? Estas prerogativas inexplicables la hacen sobresalir
cramento templa su fuego y los provee de todas las gra- singularmente entre las mujeres, es d e c i r , entre las v í r -
cias necesarias para cumplir sus deberes. genes mas sin comparación que las Ineses, Aguedas, Ce-
X I I Í . Bien puedo decir aqui con el Sabio que si m u - cilias y todas las otras, entre las viudas mas que las
chas mujeres allegaron riquezas , la Virgen las sobre- Brígidas, Catalinas, Isabeles y.otros espejos semejantes
pujó á todas ( 5 ) : porque ¿ quién nos dirá en qué grado de santidad, entre las casadas mas que las Clotildes, Ra-
poseyó la incorrupción, primer fruto de la virginidad,, degnndas, Blancas, Juanas y otras maravillas do la corte,
con qué libertad de corazon y de espíritu vivió ya en los antorchas de virtud y ornamento de piedad , todo para
doce años de mansión en el templo, ya en los treinta y tres gloria del esposo de las almas escogidas, honra del sexo
femenino y consuelo de los hijos de la iglesia, que son
que habitó con su hijo , ya eu el resto de su vida hasta su
al mismo tiempo los hijos de l;i reina de las bendiciones.
dichosísimo tránsito? ¿Quién nos hablará de la suavidad
de su conversación ordinaria con los ángeles, conversa-
ción que á nadie deberá de parecer extraña, supuesto que
la Señora trataba tan familiarmente con el rey de los án- IA cuarta bendición de la madre de Dios son las alabanzas privadas
geles? Eu una palabra ¿quién nos declarará la energía y las aclamaciones publicas.

délos términos con que la alaba.la iglesia llamándola


LA VIRGEN SINGULAR? ¿ D e q u i é n aprenderemos con qué XIV. Explicando l l a y m o n , obispo do Alberstadt,
el elogio de la Virgen de que he discurrido hasta aquí,

:0 niReg.,xyu. (3) P r o v e r b . X X X I , S9.


(i) De n u p t i i s . (I) De V i r g . . I . i .
seos al ciclo por medio de la contemplación de las cosas
celestiales)' que tienen purificada el alma, porque siem-
juzga ( I ) que sania Isabel, á quieti el Espíritu Santo se
pre es cierta esta proposicion de S. Juan Damasceno:
le dictó primeramente, tenia en su pensamiento cuando
que ella sobrepuja todos los conceptos de sus panegiris-
le pronunció , todas las mujeres mas excelentes de la
tas. Asi m i l y mil veces dichosos los Atanasios, los C i r i -
antigüedad y que comparándolas con la madre de Dios
los, los Damascenos, los Ildefonsos, los Anselmos, los
reconoció haber sido esta mas aventajadamente bendita
Bernardos y otros muchos , que consagraron su ingenio,
que Sara, Rebeca, J u d i t , Ester y todas las otras juntas.
su pluma y su lengua á las alabanzas de esta reina,
A m i entender quiere decir que juzgaba que esla Virgen
porque si hubiera algo que desear en este m u n d o , seria
singular no solo se liabia llevado el precio de las gracias
á mi ver el poder participar de esa dicha. Pero suspen-
de Dios sobre todas las mujeres antiguas que habian sido
damos aquí ol discurso y aguardemos á mejor ocasion ( i )
la honra de su siglo , sino que seria mas abiertamente
para hacer ver cómo se ha empleado todo el mundo en
alabada y premiada que todas las otras ; que su fama no
honrarla y publicar sus grandezas.
quedaría encerrada en la Judea como la de ellas , sino
que seria llevada á los pueblos desconocidos hasta los
$. III.—Que « singularmente bendita enlre los justos y los amigos de Dios.
confines del mundo, es decir, por donde quiera que fuese
oido el nombre de su hijo. El sabio Salomon pasa mas
I . No sería cosa admirable que la reina de los ánge-
adelante, porque hablando profèticamente dice que se
les fuese singularmente bendita entre las mujeres, si no
levantaron sus hijos y la aclamaron por beatísima, y
lo fuera igualmente enlre los j u s t o s , que son los amigos
también la alabó su esposo ( 2 ) , que es el Espíritu
de Dios. Do esto nos dau completa certeza el devoto
Santo. «A la verdad corresponde propiamente al Espíritu
Idiota, Sofronio de Jerusaleu, S. Juan Damasceno y
Santo, diceS. Ildefonso ( 5 ) , pelear por las grandezas
otros infinitos doctores. «En t í , Virgen sacratísima, le
de su esposa y á la virtud del Altísimo que la hizo á ella
dice el primero (2) , están reunidos todos los privile-
sombra.» Lo cual confirma S. Buenaventura diciendo (4)
gios délos santos. Ninguno de ellos puede ser comparado
que cualquiera que se inclina á alabar, bendecir y hon-
á tí, y por cima de ti no se halla mas que Dios solo.» El
rar á la Virgen, necesariamente debe ser movido por el
segundo no se contenta con eso, sino que afirma ( 3 )
Espíritu Santo, á quien solo corresponde ilustrar inte-
que asi como nadie .puedo llamarse bueno en compara-
riormente su alma y dirigir exleriormentesu lengua. «De
ción de Dios, del mismo modo ninguno es perfecto res-
suerte que no conviene á todos, dice S. Basilio de Se-
pecto de María, por encumbrado que esté en virtud y
leucia ( 3 ) , cantar las alabanzas de Maria, sino solo á
santidad. Pero el tercero se remonta lauto, que no hay
aquellos que son guiados de lo alto para hacerlo y que
ya medio de pasar mas allá, porque sostiene (4) que hay
tienen particularísimo afecto á la Señora. » Añade que esle
es el oficio de los que levantan sus pensamientos y de-

í 1 ) Cap. X I I . i 3 ) Serm. de Assurapt.


l i ) In Evang. Missus est. ( 2 ) Contempi. d e B . V . , c . i . ( 4 ) Scrino. 1 de nativ. B. V.
(i) Inpsatlerio.
i ) Proverb. X X X I , 28. ( 5) Oral, de Annunt. TOMO I . 21
; 3 ) l)c v i r g i n . B. Mari«.
seos al ciclo por medio de la contemplación de las cosas
celestiales)' que tienen purificada el alma, porque siem-
juzga ( I ) que sania Isabel, á quieti el Espíritu Santo se
pre es cierta esta proposicion de S. Juan Damasceno:
le dictó primeramente, tenia en su pensamiento cuando
que ella sobrepuja todos los conceptos de sus panegiris-
le pronunció , todas las mujeres mas excelentes de la
tas. Asi m i l y mil veces dichosos los Atanasios, los C i r i -
antigüedad y que comparándolas con la madre de Dios
los, los Damascenos, los Ildefonsos, los Anselmos, los
reconoció haber sido esta mas aventajadamente bendita
Bernardos y otros muchos , que consagraron su ingenio,
que Sara, Rebeca, J u d i t , Ester y todas las otras juntas.
su pluma y su lengua á las alabanzas de esta reina,
A m i entender quiere decir que juzgaba que esla Virgen
porque si hubiera algo que desear en este m u n d o , seria
singular no solo se liabia llevado el precio de las gracias
á mi ver el poder participar de esa dicha. Pero suspen-
de Dios sobre todas las mujeres antiguas que habian sido
damos aquí ol discurso y aguardemos á mejor ocasion ( i )
la honra de su siglo , sino que seria mas abiertamente
para hacer ver cómo se ha empleado todo el mundo en
alabada y premiada que todas las otras ; que su fama no
honrarla y publicar sus grandezas.
quedaría encerrada en la Judea como la de ellas , sino
que seria llevada á los pueblos desconocidos hasta los
$. III.—Que « singularmente bendita entre los justos y los amigos de Dios.
confines del mundo, es decir, por donde quiera que fuese
oido el nombre de su hijo. El sabio Salomon pasa mas
I . No sería cosa admirable que la reina de los ánge-
adelante, porque hablando profèticamente dice que se
les fuese singularmente bendita entre las mujeres, si no
levantaron sus hijos y la aclamaron por beatísima, y
lo fuera igualmente enlre los j u s t o s , que son los amigos
también la alabó su esposo ( 2 ) , que es el Espíritu
de Dios. Do esto nos dau completa certeza el devoto
Santo. «A la verdad corresponde propiamente al Espíritu
Idiota, Sofronio de Jerusaleu, S. Juan Damasceno y
Santo, diceS. Ildefonso ( 5 ) , pelear por las grandezas
otros infinitos doctores. «En t í , Virgen sacratísima, le
de su esposa y á la virtud del Altísimo que la hizo á ella
dice el primero (2) , están reunidos todos los privile-
sombra.» Lo cual confirma S. Buenaventura diciendo (4)
gios délos santos. Ninguno de ellos puede ser comparado
que cualquiera que se inclina á alabar, bendecir y hon-
á tí, y por cima de ti no se halla mas que Dios solo.» El
rar á la Virgen, necesariamente debe ser movido por el
segundo no se contenta con eso, sino que afirma ( 3 )
Espíritu Santo, á quien solo corresponde ilustrar inte-
que asi como nadie .puedo llamarse bueno en compara-
riormente su alma y dirigir exleriormentesu lengua. «De
ción de Dios, del mismo modo ninguno es perfecto res-
suerte que no conviene á todos, dice S. Basilio de Se-
pecto de María, por encumbrado que esté en virtud y
leucia ( 3 ) , cantar las alabanzas de Maria, sino solo á
santidad. Pero el tercero se remonta lauto, que no hay
aquellos que son guiados de lo alto para hacerlo y que
ya medio de pasar mas allá, porque sostiene (4) que hay
tienen particularísimo afecto á la Señora. » Añade que esle
es el oficio de los que levantan sus pensamientos y de-

í 1 ) Cap. X I I . i 3 ) Serm. de Assurapt.


l i ) In Evang. Missus est. ( 2 ) Contempi. d e B . V . , c . i . ( 4 ) Scrino. 1 de nativ. B. V.
(i) Iopsaltcrio.
i ) Proverb. X X X I , 28. ( 5) Oral, de Annunt. TOMO I . 21
; 3 ) l)c v i r g i n . B. Mari«.
infinita distancia entre todos los siervos de Dios y su
santísima madre. Después de esto no queda mas que
p r o r u m p i r en admiraciones, pasmarse y extasiarse. Y tal
! e S deJudea Ella íaé
vez seria lo mejor detenernos a q u i , especialmente si se E da T ' Píamente
atiende á lo que se l i a dicho poco antes de la ventaja que SrttoVn% V ' e r r V r ? r i d a > segu
" enseñan
rnard0 ( 2 ) Jl,r e de
la Virgen lleva en gracia ¿ todos los demás santos; gra- v C n n f 2 ' ' °" C o m e d i a (3)
y algunos o t r o s , porque el que los justos y amigos de
cia que es la m i s m a bendición ó que 110 puede estar Dios son representados por la tierra buena es una cosa
separada de ella. Cou lodo por no perjudicar á este dis-
curso reduciré brevemente á dos figuras l a ventaja de S 1 X S . T - ? « U 0 e n - n o me can-
s a a en demostrarlo. Con este motivo Dios en el a n t i -
esa bendición.
guo estamento y el Mesías en el nuevo se L T p a r a ? r t
cuentementc a l labrador, sus gracias y d o c T n a á a
buena s e m i l a > y c | d a s e „ liene d e ¿ J a a
El primer símbolo de la ventaja que la Virgen santísima lleva en
d
bendiciones á todos los justos, es ta tierra prometida a los israelitas. * a s a l ^ s , al cuidado diligente y á la fa'tiga del
que cultiva la tierra. Además entre esa muchedumbre y
II. l ' n docto intérprete del Cantar de los cantares, diversidad de tierras hay una únicamente q u e r f d a ¿
que vivía unos cuatrocientos años há y que p o r h u m i l - Dios y ingulans,mámente bendita, que es la sagrada é
dad se dio el n o m b r e de Guillermo el Pequeño, según inmaculada V i r g e n , como se verá por las semejanzas que
piensan algunos, acordándose de que á cada paso con- tiene con la tierra de bendición prometida tan reí eradas
a i l e r a f l
vida el real profeta al mundo bajo el n o m b r e de la tierra veces por Dios á su pueblo escogido. «
á cantar las alabanzas de Dios, distingue sutilmente tres
especies de tierra en la prefación de su libro. «Hay un d e l ^ l " 1 1 0 ? V e " t a j a d e l a t i e r r a P | " o m e t i d a s e debe
de sacar de su situación. No se olvidó de esto Moisés en
cántico, d i c e , q u e podemos llamar el cántico antiguo; su canuco (-4), ni tampoco el profeta Isaías ( 3 ) , que la
otro que debe de llamarse el cántico n u e v o , y otro que taan tierra a | t e ) p o r q „ e como dice el sabio Abulen-
es propiamente el cántico singular. E l primero es el de
la creación, al c u a l el profeta convida generalmente h T ' L e m T t e SOlOSObre las rc
S i o n o s circunve-
toda la t i e r r a , es d e c i r , todas las criaturas racionales, cina«, sino sobre todas las de nuestro h e m i s f e r i o , á
los ángeles y los hombres j u n t a m e n t e , porque tienen causa do que oslando en medio de la tierra habitada si
igual parte en este beneficio. El segundo es el de la re- se J i r a una linea recta sobre esta, se hallará-aquella so-
dención , al que son convidados todos los que han sido ad antan
S T ' - r f h á C Í a 61 0 r i c , U e
-T el Ponient
e,
redimidos de la t i e r r a , que no son otros que los h o m - ¡erra- An X
1tíS ^ ' * deci''' Sobre lodas
bres. El lercero es el de la santa maternidad y de la con- ievZ'-trT,1 encuentro la primera bendición
cepción del Verbo d i v i n o , que solamente puede ser can-
tado por aquella t i e r r a m i l veces dichosa, que brotó y Wefue c r i a d a , se vio sobre los monles mas altos, co-
produjo al Salvador del m u n d o , es d e c i r , la gloriosa Vir-
gen madre de D i o s , l a cual entona aparte s u cántico de
Hl Sera. (00 de tempere. (41 Exod. I
*: Sermo 3 ta a a S jí isaí ñ iv
«> Orat. de pneseot. B. V. [f j taíocu» d U l . Exodl.
Bernardino de Sena descuella en esto p u n t o manifes-
t a d o cómo la Virgen no pensaba en o t r a cosa que en
Dios, n i tenia otra ocupación que el amor y la consi-
deración del sumo bien. «Sus o j o s , d i c e , noveian nada
mas que la hermosura y las perfecciones del rey de la
gloria su esposo. Sus oidos estaban siempre abiertos
1 , 1
g S S » " " • para oir hablar de él y cerrados para todo lo demás. Su
ilpcia S Juan Damasceno.
paladar no podia saborear otra v i a n d a , n i s u olfato
V La scgunda ventaja de l a t i e r r a prometida c o n -
oler otro olor. Su única satisfacción era tener abrazado
siste en el goce de las influencias celestes, en el favora-
á su Dios y estrecharle intimamente con todo su afecto.»
ble aspecto del sol y de los astros y s o b r e t « ^ En una palabra no hay tanta correspondencia entre la
aguja y la estrella p o l a r , entré el hierro y el i m á n , e n -
entender al pueblo de Dios este privilegio de a t érra tre el sol v l a caléndula como babia entre Dios y el sa-
6
p m S a d e c i é n d o l e : ( 1 ) - U tierra¡lueontmsapOsee cratísimo corazon de María. Esta correspondencia era
no es como la t i e r r a de Egipto do donde saliste, en a la fuente viva de las bendiciones del cielo que c o n t i n u a -
nue d e r . e s de arrojada la semilla se conducen a i, mente se derramaban sobre ella.
de re ad o á manera de las nuestras, sino que es V En cuanto á la fertilidad de la t i e r r a prometida
montes v de vegas que espera la l l u v i a del cielo, la que es maravilloso lo que se escribe de ella. No sin mucha
S b r t u Dio visita siempre, y sus ojos están sobre razón Moisés en s u cántico echa en cara al pueblo de
e la de" d el p r i n c i p i o del año hasta el fin de el. - ¿Puede Dios la merced que iba á hacerle de llevarle como á ca-
nintarse mejor y con colores mas vivos la difusión per- ballo entre sus brazos á aquella mansión deliciosa , para
ne^ua de las bendiciones del ciclo sobre la gloriosa ma- queso alimentase do la grosura de la t i e r r a y de las
dre de Dios y el cuidado y cariño con que era Soberna bendiciones del cielo, porque iba á habitar en el lugar
" p r o v i d e n c i a mas que paternal de ^ Z T ^ Z
mas agradable del mundo ( 2 ) . Isaias le compara al
esta tanto gusto en gobernar a ninguna c r i s t a a cora
cuerno de la abundancia ó á u n vaso de aceite ( 3 ) . E l
en d i r i g i r á aquella preciosa a l m a , porque si D os 1 historiador Josefo_ le llama una comarca divina ( 4 ) , y
echaba miradas si n c e s a r , ella por su parte no eja ,
de tener continuamente los ojos fijos e n e ; d e ^
ré viada, ni conoceréesterili- árbol que da lodos los meses
nue podia decir singularmente lo que se lee on lo» U> dad Nunca dejó de obrar manzanas nuevas, estara siem-
tares: «Mi corazon es todo de m i amado el bien: no conocía la pereza ni pre cargada de llores, hojas y
mente él tiene siempre su pensamiento en u n ( 2 ) . » la desidia. v no pagó jamás al nuevos frutos.»
divino labrador con ingratitud I ) T. 2, serm. 52, a. 2, c. 3.
y sequedad. Esla tierra produjo ( ! ) txod.xv.
siempre en abundancia exccleo- ( 3 ) Isai. Y.
tes frutos, y mas fértil que el ( i ) Anliq. 1. 0.

O imL si.»», a.
todos cuantos le han visto, le ponen en las nubes. Aris-
teas dice en la historia de la traslación de los Setenta que
mucho menos m i pluma escribir lo que aquel concibe
sin hablar de las innumerables comodidades proporcio-
acerca de la fecundidad do la tierra singularmente ben-
nadas por el mar aquel lugar no carece de nada de cuanto
dita de Dios, que es la gloriosa virgen María; porque
puede hacer fértil y delicioso un terreno. En él eslan
¿cómo he de manifestar el número , la excelencia y el
reunidas todas las bendiciones de las otras tierras, las
mérito de sus pensamientos, palabras y obras, todas d i -
palmas de los idumeos, las sedas de los seres, los l i -
mones, melones y naranjas de los babilonios, los jardi- vinas, frutos dignos de un terreno tan pingüe y tan bien
nes de lasHcspérides, las cañas de azúcar del Brasil, las siluado, regado con tanta abundancia y favorecido en
flores de Enna, el maná de Calabria, las uvas de Chi- tal grado de las influencias celestes? ¿Cómo he de hacer
pre y de Corinto, los granos de Sicilia, el ámbar gris del ver la santa porfía que había entre la diligencia esmera-
Océano, la canela y las especias de Sabá, el bálsamo del da del labrador celestial y la bondad de esta tierra
Perú, los jugos y gomas de la A r a b i a , la caza de Can- benditísima? Baste decir que no se halla nada en nin-
día, los leones de la L i b i a , los camellos de la l'ersia, guna otra que no haya dado ella liberalisímamente á su
el marfil de la I n d i a , las minas del Septentrión y del dueño. En tiempo y sazón le ofreció la pureza de los á n -
Mediodía, el aire de las Atlántidas, los arroyos y ríos geles , la féde los patriarcas, la longanimidad de los p r o -
de Tesalia ; en una palabra allí se encuentra reunido por fetas, la plenitud de los apóstoles , la caridad de los
la mano liberal de Dios cuanto anda esparcido por las mártires, la fortaleza de los confesores, la fecundidad
demás regiones del orbe. Brocard que hizo un viaje de los casados , la continencia dé las viudas y la integri-
c-urioso á la tierra santa, dice que allí los frutos dad de las vírgenes. Pero sobre lodo esto le ofreció el
vienen abundantemente y con muy poco trabajo; que
fruto únicamente deseado del cíelo y largamente espe-
las vides y los árboles por la mayor parte dan dos ve-
rado de todas las naciones del m u n d o ; fruto que no
ces f r u t o ; y que las campiñas se parecen á los jardi-
tiene igual en todas las regiones alumbradas por el sol.
nes de otras provincias. Para abreviar diré que por la
muchedumbre de sus habitantes es fácil de conjeturar la VI. ¿No vemos ya aquel racimo de uvas escogido,
bondad del país, pues ateniéndonos á lo que dicen las que es llevado en unas parihuelas por los dos explora-
santas escrituras, resulta que antes de ocuparle Israel dores de la tierra santa? Desde luego que son Josué y
era habitado por siete naciones diversas; que tenia va- Caleb. S. Ambrosio ( t ) , S. Agustín ( 2 ) , S. Geróni-
rios reyes y principes; y que cuando David hizo el em- mo (3), S. Próspero ( 4 ) , el abad Ruperto ( 5 ) , y S. Ber-
padronamiento de sus vasallos, se halló que había Un nardo (6) le reconocen por una figura muy expresiva del
millón y quinientos m i l hombres en estado de tomar las Salvador del mundo, pisado á manera de un racimo en
armas; lo cual, computándolos por la cuarta parte del el lagar de la cruz y dado á la t i e r r a , según dice S. Gau-
pueblo según el cálculo ordinario, daria seis millones
de almas en una región no mas extensa que la Flandes.
Bien conozco que m i pensamiento no puede concebir y
( f ) Sermo "5 de S.Cipriano, (41 Part, t ' d o praclic., 8-
í 2 : Sermo 200 de lempore. (5) In cap. X I I I Num.
f
3 ) Ad Fabiolaoi i n mansio- (8) Sermo 4 i in Cani.
ne decima quinto.
„uicn alaba el esposo diciendo: -Tus labios son un panal
dencio, obispo de Brescia ( i ) , como el f r u t o delicioso dqe miel que destila, esposa mía: miel y loche debajo de
de que se alimentan y con q u e engordan los corazones de tu tegua ( 1 ) ; • aquella de quien dice S. Pedro D a m i a -
los Heles tanto en esta vida cuanto en la futura. Este „ o 2) que es la misma dulzura, por nadie paladeada
racimo de uvas está en medio de los dos testamentos, y meior w por ol que la ama, y quo el dulcísimo esposo
por él podemos juzgar fácilmente de la bondad de la tier- Te as almas bajé á ella con toda su d u l z u r a Esto es
r a de los vivos que nos lia sido preparada. muy fácil de experimentar, porque para probarlo no hay
V i l . llaria yo un agravio á l a tierra de bendición, si ol-
vidase el precioso nombre q u e la sagrada escritura le da m
V i i f Pero'despues de todas estas consideraciones
eu muchos lugares (2) llamándola tierra de leche y miel debo de confesar que hay una que arrebata m i entendi-
no solo por la abundancia de los bienes que produce, miento y me parece tan admirable como la que mas Ha-
sino por sus exquisitos pastos, por la variedad d e s ú s blo de L que apunta Moisés en su cántico diciendo (5)
flores que atraen á tantas abejas', de las que se encuen- que cuando el Altísimo dividía las naciones, cuando se-
tran enjambres donde q u i e r a , en el hueco de los ár- paraba los hijos de A d a m , fijó los límites de los pueblos
boles y en los agujeros de los peñascos, y especialmente se«un el número de los hijos de Israel; mas la porc.on
por la increible suavidad do sus frutos. Los historiado- C
e Señor es su pueblo, y ha tomado á lacob por su he,
res citados arriba y en particular Josefo y Brocard me redad estableciéndole en tierra preparada para M y ex-
serán fleles testigos. El primero atesta que hay palmas u ivamente propia suya. Esta es la dicha inexplicable do
tan llenas de m i e l , que se saca con solo estrujarlas con a madre de Dios v la primera fuente de sus bendiciones:
el pié. El segundo describe cierta fruta llamada manza- S e s a suerte m i l veces venturosa que lo toco cuando
nas del paraíso, que tienen la figura de u n huevo, sin Dtós haciendo en las ideas de su predestinación eterna
pepitas, unidas entre sí en gran cantidad como los granos el diseño de sus escogidos y el plan del empleo de sus
de uva de un racimo y formando uno dol tamaño de una ¡a uras la eligió particuiarisimamente para madre de
cesta: son tan dulces y sabrosas de comer, que con razón sn^inico h i j o , amada del cielo, objeto de su carino, su-
se cree fuese aquel árbol a l g ú n vástago del paraíso terre- S d sus g andes misericordias y segunda pieza aca-
nal. ¿Qué necesidad hayde que pase yo adelante, cuando bada de u bondad. Bendigan mil veces esta suerte todo
basta esta dulzura tan extraordinaria para trasladar nues- os q la aman; bendigan millares de m i l l a r e s ; e vec
tros pensamientos hacia aqueíla que dice en el libro del al que tan acertadamente lo dirigió para su gloria y para
Eclesiástico (3) que su espíritu es mas dulce que la miel bien de la madre de toda bendición.
y que los bienes que prepara á los suyos por herencia y
les da aquí de cuando en cuando por fruición anticipada,
exceden en dulzura á la obra de las abejas; aquella á
(3) Deulei . X X X I I .
(I) Canlic. IV.
¡í) Seruio d e Assonipt.

(1) Tral. 16. ler. VIH y X X X I I ele.


(2) Exoji. III y X V : Deu- ( 3 ) Eccll. XX1Y.
por espacio de siete dias y en el séptimo año, es decir,
todo el tiempo de su vida y mientras están en gracia. Con
El segundo símbolo de l a a n t o j a que l a Virgen santísima lleva en cuyo motivo es necesario que suban al monte de la santa
bendiciones a los o tros j u s t o s , es el tabernáculo de la alianza.
contemplación y que allí cojan el ramo de una vida ejem-
plar y laudable, las ramas de oliva, m i r t o , palma, sau-
IX. Sé por S. Bernardo qnc las tiendas ó tabernácu-
ce y del árbol frondoso, que son las obras de misericor-
los, como los llama la Escritura, son la figura de los jus-
dia, de templanza, de fortaleza, de castidad y general-
tos y de los amigos de Dios que peregrinan en la tierra;
mente de todas las demás virtudes. Es necesario que
porque las tiendas, dice el santo doctor, son páralos
estas cabañuelas se pongan en la parte mas alta ó bien
que trabajan ó pelean; ¿y no se ejercitan cu esto los jus-
tos durante su vida mortal? Las tiendas no tienen c i - á la entrada de las casas por el desprecio de todas las
mientos como las casas, sino que están hechas para tras- cosas terrenas y el fruto de las santas obras, con que
ladarlas á todas partes; ¿y no dice S. Pablo que los ami- los justos deben regocijar á los ángeles y dar ejemplo á
gos de Dios no tienen aquí morada fija, sino que van cuantos los ven. ¡Oh qué bueno es oir estos sonidos y
buscando la que los espera en el cielo? Las tiendas están estas voces de j ú b i l o ! ¡ Oh qué bueno es oler el olor do
cubiertas por arriba para preservar de las inclemencias estos perfumes y sacrificios ! ¡Oh qué bueno es ver estas
de! cielo a los que las habitan; y las buenas almas ¿no tiendas con lauto orden dispuestas á lo largo de la ciudad
están resguardadas de todo lo que pudiera ofenderlas, santa! ¡Oh qué gana me da de exclamar con aquel que
por la gracia y la protección de Dios? llugo de S. Yiclor contra su voluntad tuvo que bendecir al pueblo de Dios!
moralizando según su costumbre sobre el mandato dado ¡Qué hermosos son tus tabernáculos, Judá! ¡Qué agra-
al pueblo de Israel en el libro del Levitico para que ce- dables son tus tiendas, Israel! No parece sino que son
lebrara en el séptimo mes la fiesta de los tabernáculos unos sotos naturales, conservados y cultivados con sumo
durante siete dias, y levantara tiendas, y pusiera ramos cuidado en la falda de las mas risueñas colinas ó como
en las azoteas ó en las entradas de las casas, para que
vergeles situados en la corriente de las aguas, ó por lo
ofreciera victimas á Dios durante este tiempo y dieran
menos que son unas tiendas hechas y fijadas por la mano
señales de regocijo público celebrando banquetes y tocan-
de Dios.
do los clarines y trómpelas, todo con el intento de per-
petuar la memoria de su salida de Egipto y de los cua- X. El parafrasta jerosolimilano me sugiere aquí un
renia años que habían estado acampados en el desierto, pensamiento bello, pues en lugar de estas palabras:
dice ( 1 ) que lo mismo manda Dios á los justos; á sa- Como los tabernáculos que fijó el Señor; dice: Como el
ber, que armen tiendas ó mejor que ellos mismos se ha- tabernáculo de la alianza que has levantado en m i alma
gao verdaderas tiendas espirituales por los ejemplos de y al rededor del cual has dispuesto las tiendas de Israel.
sus virtudes y su santa conversación ; y esto ha de ser Con efecto es preciso confesar que los justos y los amigos
de Dios son verdaderamente otras tantas tiendas y pabe-
llones queridos de Dios, el cual los tiene bajo su protec-
ción ; tiendas que regocijan al cielo y á la tierra y donde
se encuentran escuadrones de angolés para el consuelo y
(I) Serrao 31.
13 llama S. Basilio ( 1 ) . Con efecto pues que nci exis-
aliento de los que están dentro; pero en medio de ellos
tió en la ¡dea de Dios, según haré ver eo o t r a p r t e ^ ,
se ve una tienda singularmente bendita, una cabañuela
' d p , D U e s de determinada la reparación del p r i m e r
celestial, un pabellón que no tiene otro i g u a l , en una
h o m b r e a n " puede decirse que laalcanzase
palabra un tabernáculo divino levantado con el fin de
mantener la alianza de llios con los hombres. No es i n -
vención mia el entender por este tabernáculo divino á la
sacratísima madre de Dios, sino que lo he aprendido de
S. Atanasio ( 1 ) , del Crisòstomo ( 2 ) , de S. Juan Damas- ¡as
c e n o ^ ) , do S. Agustín ( i ) , de S. Andrés de C a n d í a ^ ) , en el alma por m t ó i o del nuevo A d a m , con quien debía
do Jorge de Nicomedia (fi) y de otros varios autores gra- ser la reparadora de nuestro linaje. ,
ves ( 7 ) , quienes lo lomaron por una figura excelentísi- X I I . E í segundo lugar digo q u e no se omitió medio,

s¡§ís§1
ma de la virgen Maria, has semejanzas que bay entre el
uno y la o t r a , nos obligan á confesar que María lleva

mmmM
ventaja á los demás justos en ponto de las bendiciones;
que es lo que intento principalmente.
X I . En primer lugar tocante á la materia el ta-
bernáculo de- la alianza estaba construido de madera do
s e t i m , madera rara y preciosa, incorruptible y eterna,
cuando todos los demás se hacian de pieles ó se adere-
zaban con simples ramas de árboles propias para delei- mismo Dios había dado parlicul.u.snnameiieeld.sej
tar la vista un día y que al siguiente se arrojaban al
fuego. No diré aquí como algunos herejes que la Virgen
santísima tuvo un cuerpo de otra naturaleza que los
nuestros, porque sé que es uu error condenado p o r l a
iglesia ; pero no tengo dificultad de sostener que si bien
fué hija de Adam como uosotros, no fué de Adam el pe-

igüüÜ
cador, de suerte que tomase de él una carne pecadora
como nosotros, sino de Adam el j u s t o , de quien sacó
una carne purísima y compuesta loda de santidad como

d l r ^ S % ella á quien pudo hacerla tan grande y


tan rica.
( I ) Sermo de S. Deipara. (3) Oral,. I de Annuntiat.
( 2 ) Orat.deAnnuntiat. (6) Orat. dé oblal. Virg.
(7 ) S. Ildcphoos.,serm, 7 de ( „ De humana Chris» ge- (5) T r a i . 2 , cap. 2.
31 Orat. I de Naliv.
4) Senno de Assumpl. Assumpt. ele. nerat.
porque le escogió para este efecto, como veis y como ve-
XIII. En tercer lugar en cuanto al uso el tabernácu- reis aun mejor en el capitulo X I I I .
lo de Israel llevaba indecible ventaja á todos los demás XIV. Finalmente el tabernáculo de Silo y de Sion era
porque era la tienda y la morada de Dios, el lugar don- la única seguridad del pueblo hebreo, el refugio y asilo
de descansaba, donde era servido v adorado, donde m a - común de Israel y el gran sello de la alianza que Dios
nifestaba su voluntad, en una palabra donde todo cuan- había hecho con los judíos. Esta divina tienda era la
to se trataba, era santo, augusto y digno de Dios. Por que afirmaba á todas las demás cuando estaba en medio
este motivo todo se bendecía y se consagraba con la u n - ¿celias, la que infundía valor en los guerreros de Judá,
ción santa y misteriosa según el mandato dado á Moisés- laque ponia espanto á los enemigos y los derrotaba, la
por lo cual dijo el profeta David que Dios liabia santifi- que hacia que un solo hombre valiese tanto como ciento.
cado su tabernáculo. ¿Qué diré aquí de la madre de Por eso el real profeta, que tenia puesto su corazon en
Dios sino lo que dice S. Andrés deCaudia (1); á saber este tabernáculo, le llama tantas veces la fortaleza y el
que con justísima razón la llamamos bendita, pues ver- muro de Israel y le compara al unicornio, el cual hace
daderamente lo fué para ser tabernáculo digno de D i o s ' terrible su guarida para todos los animales de los con-
O lo que protesta S. Juau Damasceno ( 2 ) , que cuando tornos (1). Olí Virgen admirable, arca y pabellón de
se habla de ella, hay que echar en olvido el antiguo tes- Israel, ¿quién podrá explicar lo que vales para el pueblo
lamento, porque ella fué la morada y el palacio no solo cristiano y la confianza que este tiene en tí en todos sus
del poder y de las obras de Dios, sino de la esencia y de apuros y necesidades? Nunca, nunca comprenderá el en-
a misma persona de su hijo. Este es el privilegio que tendimiento humano los favorables efectos que experi-
tiene sobre las otras tiendas del pueblo escogido.- porque menta de tu protección. Tú eres el refugio de los afligi-
estas al cabo son para los actos ordinarios é indiferentes dos, la firmeza de los que vacilan, el aliento de los flacos,
o mismo que para los ejercicios de santidad, y buho un el arrimo del m u n d o , el vinculo de la alianza que Dios
tiempo en que las mas de ellas no servían sino para usos contrajo con nosotros. Sin ti no habría ni esperanza de
profanos y capaces de irritar á Dios; pero la bendición gracia, ni paz de duración, ni santidad segura. Pero pues
pecubar de la Virgen santísima es haber sido siempre lia de ofrecerse mejor ocasion en el tratado tercero para
santa y que en ella como en un tabernáculo divino fué hacer mis protestas de veneración y gratitud, me basta
Dios servido y adorado continuamente sin mezcla de ac- decir que no me admiro ya de que David pregonase
ción alguna, que n o s ; refiriera simplemente á honra v que ama Dios mas las puertas del tabernáculo de Sion
gloria de su soberana majestad. Almas rectas y en espe- que todas las tiendas de Jacob, en atención á que tu bon-
cial vosotras las que veneráis con particular devocion á dad sola le honra mas y atrae mas corazones á su servi-
a rema de los ángeles, adorad la infinita grandeza de cio que todos los otros santos j u n t o s .
Dios en este su atrio; dirigidle vuestras súplicas mañana
) larde en todo tiempo en esto tabernáculo sagrado,

(I) í a l u i o LXXV1I.

(l j Sermo de Aonuntial. (2) o r a l . I de n a t i r . B. Virg.


IV.—Que (S singularmente bendita enlre tojas lis criaturas.
como puede lo que aun no le es dado contemplar cara
á c a r a ( l ) . » El último le compara álacorteza de unagra-
I. Con razón dice el real profeta á Dios: «Tú abres tu
nada, la cual contiene y conserva una infinidad de gra-
mano y llenas de bendición á todo animal ( t ) , aunque
nos rojos maravillosamente dispuestos, bien que ellos no
•por lo' que á m i toca, hallo mas consuelo eu represen-
advierten el muro que los resguarda. Por aquí va san
tármele en sus criaturas con S. Hilario, obispo de l'oi-
Agustín descubriendo sutilmente la grandeza de Dios y
tiers, S. I'aseasio, diácono de la iglesia romana, S. Gre-
el sumo bien que hace á sus criaturas con tenerlas den-
gorio Magno, S. TeóQlo, patriarca de Antioquia, y otros
tro de si y hallarse dentro, porque toda la felicidad de
muchos padres antiguos. «No hay u n l u g a r , dice el p r i -
ellas consiste en que las tiene cerca de sí y nunca se
mero, donde no esté Dios: está en cielo, en los infier-
aparta de las mismas. De esta manera las conserva, t r a -
nos y mas allá de los mares: está dentro y fuera; de
baja en ellas y con ellas, las perfecciona y las bendice.
suerte que él no es contenido y contiene todas las co-
En esta señal le conoció el patriarca Jacob cuando des-
sas (2).» «La inefable grandeza de Dios, dice el segun-
perté del misterioso sueño que le habia embargado, y
do, penetra, llena y supera la profundidad de los infier-
por los admirables efectos que habia sentido, juzgó h a -
nos, la anchura de los mares y la extensión de la tier-
llarse presente la majestad en el lugar donde se habia
ra ( 5 ) . . «Siendo omnipotente como es, dice el tercero,
dormido (2).
de tal modo piensa en lo general, que no se le escapa
II. Ahora para hablar mas distintamente de esto y
nada de lo particular: está de tal suerte atento al bien de
al propio tiempo para hacer ver la ventaja que lleva en
cada uno, que cuida suficientemente de todos: rodéalo
bendiciones la virgen María á todas las criaturas, es nece-
extoriorde manera que no deja de llenar lo interior: go-
sario en primer lugar observar con santo Tomás (3) que
bierna en tales términos las cosas mas altas, que des-
Dios se baila en ellas y con ellas de tres maneras, es
ciende á cuidar de las mas bajas; está verdaderamente
decir, por su esencia, la cual no siéndomenos infinita
escondido en su naturaleza; pero se da á conocer por sus
por lo que mira á los lugares que respecto de la suce-
obras: los efectos que produce, le descubren, de suerte
sión délos tiempos, como dice S. Fulgencio, necesaria-
que los que le columbran, están lejos de comprenderte:
mente se ha de hallar en todas partes; por su presencia,
se deja ver por entre sus criaturas; pero es eu una luz
es decir, por el conocimiento perfectísimo que tiene de
oscura, cuya claridad disminuye en términos que no
todo lo que pasa en su estado; por su operacioñ soste-
deja de brillar á mauera de relámpagos: levanta el en-
niéndolas y llevándolas á su perfección de la manera que
tendimiento criado para que se eleve hasta él, y luego al
decia el maestro enviado del cielo, cuando se expresaba
punto le abate con temblor, para que se contente con ver
eu estos términos: «Mi padre obra hasta ahora, y yo obro
con él. En verdad en verdad os digo que el Hijo no p u e -

(I) Salmo C X L I V , 16. (3) De S p i r i l . Sanct., I . 1,


(J) De T r i n - , 1. 1. c. t í .

(1) M o r a l . 1. 16. c. 5. (3) P a r i . 1, q . 8 , a r t . 9 .


( Î ) Genes. X X V I I I .
TOMO I . 22
de hacer por sí cosa alguna sino lo que viere hacer al señor poderosísimo está poderosísimamente contigo, á
Padre, porque todo lo que ei Padre hiciere, lo hace tam- quien ha dado todo poder con él y cerca de él. El Señor
bién igualmente el Hijo (1).» Lo mismo debe de decirse sapientísimo está muy sabiamente contigo, en quien se
del Espíritu Santo según aquella regla de la teología, que hallan todos los tesoros de su ciencia y sabiduría de que
enseña que las obrasnd extra las hacen individuamente las es capaz una simple criatura. El Señor riquísimo está
tres personas de la beatísima Trinidad. En segundo lu- riquísimainente contigo, para quien son todas las rique-
gar es de notar que Dios se halla de tres modos parti- zas de su bondad y liberalidad. El Señor inmutabilísi-
culares en su criatura racional. La primera es una es- mo está inmutabilísimamente contigo, que eres el tro-
pecial protección con que la honra su majestad á conse- no de su gloria y el carro triunfal de su majestad. El
cuencia de la excelencia de su naturaleza y mucho mas de Señor bondadosísimo está bondadosisimamente contigo,
su virtud. Así decia á su fiel siervo el profeta Isaías: «No de quien recibimos todas las dulzuras de las misericordias
temas, porque estoy yo contigo (2).* De esta protección de Dios. El Señor justísimo estájuslísimamente contigo,
dicen maravillas S. Agustín (3) y los otros padres para por quien quebranta la cabeza de lodos sus enemigos y
despertar la confianza de los amigos de Dios. El segun- los tuyos. El Señor üdelisimo está fldelísimamente
do modo es la gracia, la cual pedia Salomon bajo el nom- contigo, con quien ha contraído firmísima alianza
bre de sabiduría cuando decia: «Envía tu sabiduría de para el bien y seguridad de sus criaturas. El Señor glo-
tus santos cielos y del trono de tu grandeza, para que riosísimo está gloriosísimamente contigo, sobre quien
esté conmigo y trabaje conmigo (4).» El tercero es una lia difundido los rayos mas brillantes de su gloria y
uuion muy estrecha que tiene con sus mas queridos grandeza. El Señor está contigo, es decir, el Padre de
amigos: los favorables efectos de esta unión solamente quien eres nobilísima hija, el Hijo de quien eres admira-
pueden ser declarados por los que los experimentan. No bilísima madré, el Espíritu Santo de quien eres amabi-
quiero locar ahora esotro inefable modo de que habla lísima esposa, loda la Trinidad beatísima, de quien eres
el profeta Baruc cuando dice: «Despues de esto fué humildísima sierva. El Señor está contigo como el sol
visto en la tierra y conversó con los hombres (5).» con el alba, la flor con su tronco, el rey con la reina su
I I I . Sobre todos estos diversos grados de presencia, esposa(1).» El Señor está contigo, le dice el arcángel
de unión y de comunicación de Dios con sus criaturas, Gabriel por la pluma de S. Agustín ( 2 ) ; pero mas exce-
de donde dependen todas las bendiciones que poseen y lentemente que conmigo, porque está en t u corazon y en
toda la dicha de que^ozan, el devotos. Buenaventura tu seno juntamente y posee tu angelical espíritu no me-
da la superioridad á la gloriosa Virgen, á quien habla nos que llena tus sacratísimas entrañas. Asi la bien-
de esta suerte: - E l Señor es contigo, ó santa señora: el aventurada Virgen es ensalzada sobre lodo lo criado; así
sobrepuja todos los estados de la iglesia militante y to-

(1) S. Juan V , <7 y 19. (4) Sap. I X , 10.


(2) Isoi. X L I . (5) Baruch. I I I , 38.
( I ) Specul. B. Vire. c . 8, .í) Sermo d e Xativ.
(3) Uedit. c. 38.
10 y 14.
que el profeta Zacarías v i ó , según refiere en el capitu-
lo VI: era un candclero todo de oro, y su lámpara sobre
das las gerarquías de la triunfante para ir a recibir i n - la cabeza de é l , v sus siete antorchas sobre él, y siete
mediatamente debajo de Dios una bendición singular con canales para las antorchas que estaban sobre su cabeza;
un privilegio de singularidad en todas sus bendiciones. y dos olivos sobre é l , uno á la derecha de la lampara
Tengamos la satisfacción de subir hasta la fuente de don- i- otro á la izquierda. I.a antorcha del medio, que estaba
de proceden, para adorar al benditísimo Jesús, verda- en la parte mas alta del candelera y era mucho mas ca-
dero principio de todas las bendiciones del mundo. paz que las otras, colocada sobre una concha o vaso de
oro en figura de tal, donde se recibía gran copia de
J . ?.—Do ta fuente Je todas estas bendiciones. aceite que por sus canales pasaba á las siete antorchas
susodichas para alimentarlas, según la interpretación de
I . S. Bernardo la descubre ( I ) y nos la hace tocar S Gerónimo y de ios mas sabios doctores hebreos y cris-
con el dedo, cuando explica la bienvenida que dio santa tianos, álo que él asegura, no era otra cosa que el Salva-
Isabel á su prima la Virgen diciéndole proféticamcnto: dor del m u n d o , de cuva plenitud hemos recibido todos,
Bendita eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu como dice el discípulo amado, y en quien liemos sido
vientre. Verdaderamente eres bendita entre las mujeres, bendecidos todos con las bendiciones del cielo por testi-
dice el santo doctor, y el fruto de t u vientre es bendito monio de S. Pablo (1). Es Jesús, digno fruto del vientre
entre todo lo c r i a d o ; pero no es este bendito á conse- de María, á quien colmó antes que á ningún otro de
cuencia de tus bendiciones, sino mas bien porque él es las bendiciones mas escogidas q u e trajera á la tierra
singularmente bendito, tienes tú mejor parle que otra II Asi digamos otra vez en honor del hijo y de la
ninguna en sus gracias y bendiciones. Ve ahí la verda- madre'con el devotoS. Buenaventura (2): Bendito sea
dera fuente, yes desatino buscar otra, porque esta no Jesús, fruto no solo del vientre, sino del espirito y
solo es el origen de las bendiciones de María, sino tam- consentimiento de María; fruto admirablemente noble
bién el principio de todas las bendiciones del mundo. por haber salido de la casa real de David, mas noble por
Esta es la fuente divina que antiguamente fue mostrada haber salido del sagrado vientre de Mana muy nob e
de lejos al patriarca Abraham (2), cuando Dios le pro- por haber bajado del seno adorable del etern. Padre
metió con juramento que multiplicaría su descendencia fruto delicioso en la hermosura de la fe, mas delicio o
como las estrellas del cielo y las arenas del mar y que en el olor de la esperanza y deliciosísimo en el fervor de
todas las naciones de la tierra serian benditas en su se- la caridad; fruto provechoso para la salud del mundo,
milla. Este es el celestial manantial de agua viva que el mas provechoso para los muchos hijos de salud que lia
abuelo del Mesías columbró cuando cantó: «Serán ben- producido, y provechosísimo para la conservación de
ditas en él todas las tribus de la tierra; todas las nacio-
nes le engrandecerán (5).» Esta es la misteriosa visión
( 2 ) Specul. B. V i r g . , c . 14,
,11 ) Kdcphes. 1.
16 y 16.

( 1 ) tíom. 4 i n Missut. (3) Salmo L X X I , 17.


(S) Genes. XXII.
estas preciosas prendas de la vida elerna; f r u t o abun-
dante en cuanto todos pueden alimentarse de é l , mas
abundante en cuanto puede hartarlos, abundantísimo en NOVENA ESTRELLA
cuanto no puede ser consumido; f r u t o de h u m i l d a d para
ó g r a n d e z a d e «a c o r o n a d e e x c e l e n c i a d e l a
abatir l a soberbia, fruto de caridad para combatir la en-
m a d r e d e Dios»
vidia, fruto de mansedumbre para sofocar la ira, f r u t o
de diligencia para estimular la pereza, f r u t o de liberali-
dad para echar fuera la avaricia, f r u t o de abstinencia
para r e p r i m i r la g u l a , fruto de continencia para dester- CAPITULO X.
rar la l u j u r i a , f r u t o de vida para b o r r a r los antiguos
pecados, para expiar los n u e v o s , para c u r a r la cul- QUE ES LA R E I N A D E LAS VIRTUDES.
pa o r i g i n a l , para sustentar el a l m a , para aplacar al
juez e n o j a d o , para librarse de las penas preparadas, E n vano buscaría yo un lugar mas oportuno para tratar
para despreciar las cosas temporales, para desear las de las virtudes de la Virgen santísima que despues de
eternas, para practicar la vida espiritual, p a r a l a m u l t i - haber hablado de la gracia, de quien son hijas aque-
plicación de la iglesia militante, reparación de las ruinas llas- pero será sin ánimo de e n g o l f a r m e en la materia
de la t r i u n f a n t e y adquisición de la vida perdurable. ó de meterme á d i s c u r r i r en particular de sus admira-
Bendito sea por siempre el árbol que dió tan buen fruto; bles v i r t u d e s , porque se necesitaría u n l i b r o entero
bendito sea el f r u t o cogido en un árbol tan bueno. Ben- para escribir no lo que h a y , n i lo que puede decirse
dito sea Jesús f r u t o de vida; bendita sea María árbol de sino lo que puede pasar para s a t i s f a c e r algún tanto al
vida por todo el tiempo que digamos con la esposa de lector. A h o r a me contentaré con decir dos palabras de
los Cantares: «A la sombra de. aquel á quien vo había la excelencia de sus virtudes en general; el que qmera
deseado, me senté, y su fruto d u l c e á m i garganta (1).» a l g u n a s particularidades, las encontrará esparcidas en
diversos lugares y especialmente en el ú l t i m o tratado,
capítulo de la imitación.
(O Caotic. n , 3.
J. I. - Qae la madr. de Dios fue verdaderamenle la reina de las virtudes.

I E l abad Teodoro llamado por los antiguos E s t u -


dita á cansa del monasterio de que era superior y que
vivía al p r i n c i p i o del siglo I X bajo los e m p e r a d o r e s j e o -
nomacos , do quienes recibió muchos maltratamien-
tos, discurrió m u y acertadamente á m i j u i c o cuando
dijo que se engañaría el que tuviese por una maldición
la esterilidad do santa A n a , porque fué mas bien l a se-
estas preciosas prendas de la vida eterna; f r u t o abun-
dante en cuanto todos pueden alimentarse de é l , mas
abundante en cuanto puede hartarlos, abundantísimo en NOVENA ESTRELLA
cuanto no puede ser consumido; f r u t o de h u m i l d a d para
ó g r a n d e z a d e «a c o r o n a d e e x c e l e n c i a d e l a
abatir l a soberbia, fruto de caridad para combatir la en-
m a d r e d e Dios.
vidia, fruto de mansedumbre para sofocar la ira, f r u t o
de diligencia para estimular la pereza, f r u t o de liberali-
dad para echar fuera la avaricia, f r u t o de abstinencia
para r e p r i m i r la g u l a , fruto de continencia para dester- CAPITULO X.
rar la l u j u r i a , f r u t o de vida para b o r r a r los antiguos
pecados, para expiar los n u e v o s , para c u r a r la cul- QUE ES LA R E I N A DF. LAS VIRTUDES.
pa o r i g i n a l , para sustentar el a l m a , para aplacar al
juez e n o j a d o , para librarse do las penas preparadas, E n vano buscaría yo un lugar mas oportuno para tratar
para despreciar las cosas temporales, para desear las de las virtudes de la Virgen santísima que despues de
eternas, para practicar la vida espiritual, p a r a l a m u l t i - haber hablado de la gracia, de quien son hijas aque-
plicación de la iglesia militante, reparación de las ruinas llas- pero será sin ánimo de e n g o l f a r m e en la materia
de la t r i u n f a n t e y adquisición de la vida perdurable. ó de meterme á d i s c u r r i r en particular de sus admira-
Bendito sea por siempre el árbol que dió tan buen fruto; bles v i r t u d e s , porque se necesitaría u n l i b r o entero
bendito sea el f r u t o cogido en un árbol tan bueno. Ben- para escribir no lo que h a y , n i lo que puede decirse
dito sea Jesús f r u t o de vida; bendita sea María árbol de sino lo que puede pasar para s a t i s f a c e r algún tanto al
vida por todo el tiempo que digamos con la esposa de lector. A h o r a me contentaré con decir dos palabras de
los Cantares: «A la sombra de aquel á quien vo habia la excelencia de sus virludes en general; el que qmera
deseado, me senté, y su fruto d u l c e á m i garganta (1).» a l g u n a s particularidades, las encontrará esparcidas en
diversos lugares y especialmente en el ú l t i m o tratado,
capitulo de la imitación.
(O Caotic, n , 3.
J. I. - Qae la toad» de Dios fue verdaderamente I» reina de las V,nades.

I E l abad Teodoro llamado por los antiguos E s t u -


dita á cansa del monasterio de que era superior y que
vivía al p r i n c i p i o del siglo I X bajo los e m p e r a d o r e s j e o -
nomacos , de quienes recibió muchos maltratamien-
tos, discurrió m u y acertadamente á m i j u i c o cuando
dijo que se engañaría el que tuviese por una maldición
la esterilidad do santa A n a , porque fué mas bien l a se-
nal de u n notable misterio. Antes de él S. Pedro Crisó- su tiempo el doctor universal ( 1 ) , el docto Guillermo el
logo habia propuesto el mismo pensamiento con estas
pequeño y otros muchos despues del mismo esposo de
palabras de oro ( 1 ) : . Aquella esterilidad no era maldi-
los Cantares (2) la comparan á un vistoso y ameno j a r -
ta, sino mística, porque el fruto que se esperaba de
din. Sofronio hablará por todos: «Cuanto se halló en
ella, solamente se dilataba; de suerte que el vientre de
ella, dice ( 3 ) , fué pureza, simplicidad, gracia, verdad,
santa Ana estaba cerrado por algún tiempo nada mas.
misericordia y justicia. Podemos llamarla con justísima
Por lo tanto pedia la razón que estuviese dispuesto de
antemano; que fuesen plantadas en él todas las virtudes; razou el huerto de recreo donde se encuentran todas las
y que con un largo discurso de años llegasen á madurez. especies de flores y todas las plantas mas agradables de
Aquella madre debia de igualar y aun sobrepujar á las las virtudes; huerto cerrado de tal suerte , que no pue-
mujeres mas fecundas con una hija singularmente ú n i - de ser asaltado, ni sorprendido por ningunas asechanzas
ca, en quien y con quien nacían todas las virtudes j u n - do los enemigos.»Venancio Fortunato, obispo de Poitiers
tas. Dichosa una y mil veces tal esterilidad, que prepa- y poeta muy aventajado del siglo V I , lo cantó en bellos
raba al mundo semejante fruto. > Este era la gloriosa v i r - versos, que traducidos en nuestro idioma vulgar dicen
gen María, a quien habia destinado Dios abeterno para asi ( i ) : «Tu honroso nombre vivirá en los siglos, y nues-
reina de las v i r t u d e s , madre del rey de las virtudes y tras voces bendecirán en todos tiempos y edades al artífi-
tesoro de toda santidad, como la llama S. Juan Damas- ce que formó una obra tan perfecta, la cual excede en
ceno (2). grandeza á todas las que hau de seguirla. Eres un teso-
ro inestimable, una hermosura singular, un conjunto
II. Los doctores usan de diversas imágenes para de gracias, un mundo de virtudes, cuyo lustre sobre-
figurárnosla tal. E l santo pontífice Inocencio I I I , si- puja todo el esplendor y loa de los espíritus mas nobles.
guiendo las huellas del esposo de los Cantares, la'ase- Tú eres una flor, el honor do las flores hermosas, mas
meja á un ejército en orden de batalla, que pone espanto blanca que la azucena, mas encarnada que la rosa, que
á todos los enemigos dé Dios (3). El caudillo de este naciendo en la tierra te abres en el cielo embalsamando
ejército es el m i s m o Dios; su lugarteniente es la cari- la una y el otro con tus santos aromas.»
dad; y la fé y la esperanza conducen la caballería, que Al esposo celestial que ha empezado este discurso,
se compone de los hábitos infusos. Las virtudes mora- le correspondería llevarnos por los cuadros de su jardín
les forman la infantería bajo la conducta de la pruden- y mostrarnos las flores exquisitas de todas las virtudes
cia. Las tropas de refuerzo son los dones del Espíritu que él mismo plantó en aquellos, i Qué gusto sería ver
Santo. S. Epifanio ( 4 ) , Ilesiquio ( S ) , S. Gerónimo (6), allí las rosas blancas y las encarnadas confundidas para
el abad Ruperto ( 7 ) , Honorio ( 8 ) , Alano apellidado en manifestar que la fecundidad y la virginidad estaban
unidas! i Qué satisfacción contemplar el clavel de su ca-
(1) Serm. 89. I l i ) Contra Jovin , 1. 2.
[l) Oral, i de dorroit. B. V. v 7 > til». 1 ¡n Cantío.
( 3) Serm. i de Assumpt. ( 8 ) Sobre e l lugar citado de
(4) Sermo de laudib. Virs. ( 1 ) Sobre el lugar citado de ;3) Sermo de Assumpt.
los Cant.
(6) Oral. 2 de Deip. los Cant. (4) De parlu V i r g . , lib. 1.
( 2 ) Cant. IV.
ridad, la peonía de su constancia, la violeta de su man- ma clara y limpia cuando prende en un madero seco y
sedumbre , la azucena de su inocencia , la caléndula do bien dispuesto, y la levanta mas derecha contra su cen-
su oracion, el tulipán de su resignación y hablando con tro que está arriba, de la misma manera el Espíritu
el divino jardinero , el ciprés de su pureza, el nardo de Santo habiendo hallado una hermosa alma y un corazon
su a m o r , el azafran de su celestial sabiduría, el cálamo generoso como el de María sobre todos los corazones del
aromático de su humildad , el cinamomo de su contem- mundo, obró maravillas de virtud y la condujo con sin-
plación , la mirra de su mortificación, el aloe de la i n - gulares medras hasta la cumbre de la perfección. Re-
tegridad de su vida y sus buenos ejemplos ( p o r q u e asi presentaría la elevación do su gracia, según he mostrado
explica el docto Alcuino todo lo que queda d i c h o ) , en mas arriba, la que á consecuencia do la concordia que
una palabra todas las flores y las virtudes angélicas que tenia con la caridad; servia á su alma de un principio
crecían en toda estación en aquel lugar delicioso gracias interior de continuos actos de virtudes heroicas y d i v i -
á las benéficas influencias del cielo. nas. Befcriria lo que se ha dicho de la prolcccíon parti-
III. Basta de enigmas: digamos clara y brevemente cularísima do Dios y de los reiterados golpes que reso-
que todas las virtudes de que era capaz la bendita alma naban á la puerta de aquel santo templo para convidar-
de la gloriosa virgen M a r í a , se encontraron en ella. Digo le á hacer actos de santidad dignos de la maj'estad allí
las virtudes teologales y morales, las adquiridas é infu- hospedada. Diria que siendo santo todo cuanto habia
sas, ya las que son tales por naturaleza, ya las que solo en olla, y no teniendo ninguno de esos impedimentos de
lo son accidentalmente; en una palabra todo cuanto la v i r t u d que experimentamos nosotros con gran perjui-
puede desearse para ennoblecer un corazon celestial. No cio nuestro, caminaba á la conquista de la virtud con
trato de probarlo, porque nadie duda de ello como no increíble rapidez y siempre mas ligera y vigorosa por
sean los impíos, con quienes nada tengo que ver. Digo medio de sus obras anteriores. Mostraría cómo todos los
además que la Señora tuvo esas mismas virtudes en el hábitos de virtud y santidad infundidos en su alma des-
grado mas alto y excelente que puede poseer una sim- de el principio, habiendo sido excelentes y habiéndose
ple criatura; que los actos de ellas que produjo, fueron aumentado despues por sus propíos efectos, no podían
los frutos mas distinguidos de v i r t u d que se han visto desdecir de si para producir actos comunes y bajos,
nunca despues de los de su h i j o ; que estuvieron adorna- sino que estaban obligados por toda razón de justicia á
dos de todas las circunstancias necesarias para hacerlos ejecutar hazañas dignas de su origen. Estas y otras tales
enteramente agradables á Dios; y especialmente que fue- consideraciones serian capaces á m i parecer de persua-
ron concebidos por la unión de los motivos mas rele- dir á quien quiera el precio incomparable de las v i r t u -
vantes y dignos de Dios que han procedido jamás de un des de la madre de Dios; pero me contento con acotar
espíritu criado. el testimonio de algunos doctores, que tienen su auto-
ridad y su mérito.
IV, Si se tratara aquí de alegar las pruebas; me val-
dría en primer lugar de u n bello simil de S. Gregorio V. El primero será el humilde I d i o t a , el cual habla
Niseno, el cual aunque á otro intento dice cuanto puedo en estos términos: • Oh Virgen mas que gloriosísima,
desear, es i saber, que asi como el fuego hace una l l a - Eres toda hermosa y no hay ninguna mancha en t i : eres
toda hermosa en cuanto al alma por la perfectísima her-
mosura de tus gracias y virtudes: eres toda hermosa en
antes por Alberto Magno, deque no hubo jamás virtudes
tu propia concepción, porque fuiste hecha únicamente
como las de la madre de Dios, que estando entre las de los
para ser el templo del Altísimo: eres toda hermosa en la
espíritus bienaventurados y las de los peregrinantes de la
encarnación del divinó Verbo, que es el esplendor de la
tierra tenían todas las perfecciones de unas y otras: por-
gloria del Padre. En ti se encontraron tantas bellezas
que estaban libres de contrariedad y de temor de altera-
como virtudes, y lo que es mas, te fueron concedidas
ción lo mismo que las de los ciudadanos del cielo, y
con mayor perfección que á ninguna otra simple criatu-
por otra parle eran meritorias de premio y galardón
ra , porque nunca tuviste semejante antes de t i , ni ven-
como las de los viadores de este mundo (1). Eutiquia-
drá detrás quien te imile de cerca. Todas las virtudes,
no, patriarca de Constantínopla, que vivía á principios
asi las que pertenecen á la vida contemplativa como las
del siglo V I , en la oracion que compuso acerca de la
que son propias de la activa, se unieron en t u santa al-
penitencia del insigne Teófilo, de quien hablaré en otra
ma y conspiraron juntas á hacerte la maravilla y el pas-
ocasion ( 2 ) , no dijo tanto ni con mucho, si se atiende
mo de las criaturas, porque las que sirven á la vida
á la cantidad de las palabras; pero si se pesan, estoy se-
activa, acendraron t u voluntad, y las otras iluminaron
guro de que harán caer de su lado la balanza. • La m a -
tu entendimiento con una luz á que no nos es dado as-
dre de Dios, toda santa y venerable, dice, merece toda
pirar. No te faltó la pureza de los ángeles, ni la pa-
especie de honor y alabanza, porque ella es la única
ciencia de los mártires, ni la abstinencia de los confeso-
casta, la única pura, la única limpia así de alma como
res, ni la inocencia y humildad de las vírgenes; en una
de cuerpo, la única que tiene confianza en Dios, y asi
palabra te llevaste la gloria de todas las virtudes, glo-
de todas las demás virtudes. San Juan Damasceno dijo
riosísima V i r g e n , y lo que es todavía mas, no las po-
despues lo mismo ( 3 ) , y mucho antes de los dos S. Gre-
seíste en cierta medianía, sino que las tuviste en su
gorio deNcocesarea (4). Me parece que estos eminentes
plenitud y perfección. Y sobre lodo esto, para que fue-
varones no podían pasar mas allá, ni el entendimiento
ras enteramente completa, se agregaron todas las
humano puede ponderar mas el mérito do la Virgen
prendas naturales, todas las gracias espirituales y todos
santísima que diciendo lo que dicen de Dios las sagra-
los dones celestiales que pueden ensalzar una alma al
das escrituras, á saber, que él es el solo bueno, el solo
grado mas alto de honor delante de Dios. Con ofccto
jnslo, el solo inmortal y así de los demás atributos.
hay tanta diferencia entre lus contemplaciones y éxtasis
Sobre lo cual ruego al lector que tenga paciencia hasta
y entre los conocimientos de los otros como entre la
que en el tratado segundo, capítulo V, párrafo 6 le
satisfacción del que bebe algún vino rico á medida de su
haga yo ver Dios mediante cómo y por qué atribuimos
deseo, y la de otro que se contenta con el olor (1). •
á la virgen María lo que corresponde solo á Dios.
VI. S. Antonino, arzobispo do Florencia, discur-
riendo acercado esto, hace la sutil observación, hecha ya

(1) Contempl. de B . V . , c . 2. (1) Parí. 4 , t i l . 1 9 , c. 17, (3) Oral. 2 de n a t l v . Virg.


§. 4. (4) Orat. 1 de Annnnt.
(2) Trat. i , c. 9 , $ . 8.
eran maltratadas en la tierra. En segundo lugar se pas-
g II. — Que era rawnable que la madre de Dios íaese lambien la madre man de verla subir cuando los demás bajan y ruedan
de las\ iñudes. casi todos hácia abajo. Solo la madre del Criador sube
de virtud en v i r t u d hasta alcanzar la plenitud de ellas.
Pero la maravilla principal es ver cómo sube, porque
I. De varias razones que podría yo proponer, esco-
va precisamente como varita de humo derecha, delgada
geré dos tan solamente y aun me contentaré con presen-
y perfumada; derecha por la sublimidad de su conver-
tarlas sin detenerme mas. Las saco de los dos oficios
saciou, delgada por la sutileza de su contemplación y
de la bienaventurada Virgen, los cuales son tan eminen-
perfumada con el agradable aroma de sus singulares vir-
tes , que era de todo punto imposible los desempeñase
tudes , por medio de las cuales atrae á todos en pos de
dignamente sin sobresalir muebo en todas las virtudes.
si. Dicen además los ángeles que este humo se exhala de
El primero es el de madre de Dios, donde terminan to-
los aromas de m i r r a y de incienso, es decir, do la devo-
das sus grandezas, asi como traen de abi su origen. Con
ción y la castidad, las dos virtudes que la penetraron y
efecto la razón no consentía, dice S. Justino mártir ( I ) ,
llenaron enteramente dentro y fuera, porque la castidad
que Dios escogiese para su hijo una madre, cuyas virtu-
poseyó su cuerpo y la devocion penetró su alma hacién-
des fuesen comunes y ordinarias, sino que era preciso
dola ambas digna madre de Dios. V porque no se creyese
se aventajase á todas las demás. A la verdad ¿no era con-
que estaba falta de las otras virtudes, añaden inconti-
gruente que el tálamo nupcial del esposo celestial estu-
nenti que este aroma se exhala de lodo polvo ó couipo-
viese sembrado de todas las flores del jardín de las v i r -
sicion de perfumero, porque no hay virtud que ella
tudes y perfumado con todos los aromas del paraíso?
no tuviese en muy alto grado. Dicen asimismo que para
Asi lo piensa el devoto S. Pedro Damiano, quien ex-
hacer mas grato el olor se redujeron á polvo estas sus-
plicando en un sermón de la Asunción estas palabras
tancias aromáticas, porque las virtudes de la Virgen no
de los Cantares: ¿Quién es esa que sube por el desierto
fueron blandas, delicadas y no sujetas á prueba, sino
como varita de humo que se exhala de los aromas de
fuertes, vigorosas y probadas en el crisol de las tri-
mirra y de incienso y de todo polvo de perfumero (2)?
bulaciones. Si se desea saber mas particularmente en
habla en estos términos: Pasmándose los ángeles de esta
qué tiempo fué perfumada su bendita alma con toda es-
maravilla que no se habia visto jamás, observan en p r i -
pecie de aromas; nos dirán los ángeles que fué cuando
mer lugar que viene del desierto, el cual 110 es otra cosa
se unieron todas las virtudes juntas para aderezar y per-
que la vasta extensión de este mundo, donde los hom-
fumar el tálamo nupcial del divino esposo.
bres suelen vivir como bestias y donde su principe Sata-
nás ejerce su poder sobre ellos: el mundo es una ver- II. ¡ A h ! si hubiera alguno que pudiese declararnos
dadera soledad de virtudes, las cuales se vieron for- el suave olor que difundieron aquellas ilustres hijas del
zadas á refugiarse en el cielo, su patria, porque ciclo, cuando bajaron todas en compañía á aquella bendi-
ta alma con sus vestidos perfumados y sus cofrecitos de
perfumes á hacer la cama misteriosa del rey de la gloria:
( 1 ) Lib.quaístionumrespon- (2) Cantic. I l l , 6.
siono 3d quest. 130. porque para atraerla del cielo á la tierra era necesario
caminoi se emplea en este lugar por las v i r t u d e s y aña
de que con justísima razón es llamado el Salvador el
principio de los caminos de Dios, porque l e estaba r e -
que esta fuese convertida en cielo por medio de seme-
servada l a prorogativa de las grandes v i r t u d e s ( I ) . Su-
jantes aromas. Mas ¿quién podrá decir cuál f u é el almiz-
puesto pues que por autoridad de la iglesia y con l a
cle y el ámbar que este principe celestial trajo consigo
aprobación de muchos doctores de nota hemos apropia-
cuando bajó en persona para descansar en el seno de la
do en el capitulo I I el mismo pasaje á la m a d r e de Dios
gloriosa Virgen? Asi como no hay nada en el universo
v que su divino hijo la hace gozar individuamente del d e -
que pueda igualarse á é l , asi tampoco no se ha olido
recho de primogenitura que él tiene sobre todas las cria-
jamás nada que se parezca á esos divinos aromas. Esto
turas; se sigue que le era debida la misma prerogativa
me hace pensar que si antes de este tiempo eran entera-
de las excelentes virtudes con la misma p r o p o r c i o n que
mente heroicas las virtudes de la V i r g e n , desdo enton-
ha de guardarse siempre del uno ai otro. Esta p r e r o g a -
ces fueron celestiales; si desde el principio regocijaban
tiva no significa solamente u n grado mas alto de v i r t u d ,
al cielo y á l a t i e r r a , entonces debieron arrebatarlos; si
sino que incluye el magisterio y como e l o r i g i n a l de l a
en los años anteriores á este feliz instante las habia he-
misma v i r t u d : en otro caso que se me haga comprender lo
cho angelicales su conversación ordinaria con los ánge-
que diceS. B e r n a r d o cuando l a s a l u d a d e e s t a s u e r t e : «Dios
les, despues del estrecho parentesco que contrajo con
D i o s , se hicieron divinas. Con efecto si no queremos f a l - te guarde, inventora de las virtudes y ciencia de las san-
tar notablemente al respeto debido, es preciso creer que tas ciencias. Te doy eslos nombres , porque así como el
asi como el que ha manejado m u c h o tiempo el almizcle, sol sobrepuja á todos los luminares del cielo por la p r e -
conserva también por mucho tiempo el olor de é l , y asi rogativa de su l u z , asi tú te aventajas á todas las criaturas
como el hierro sale hecho ascua del f u e g o , de la misma después de t u hijo por el esplendor de t u ciencia y v i r -
manera habiendo estado la Virgen unida á la. divinidad tud (2).» Lo cual declara el mismo santo de o t r a manera,
de u n modo extraordinario mientras tuvo a l Salvador en cuando muestra que ella tenia inmediatamente de Dios
sus entrañas, desde entonces sus actos respiraron un el conocimiento y el uso de las virtudes mas relevantes
cierto no sé qué de d i v i n o , y salió toda inflamada d e l que lo ordinario. Ve aquí cómo habla á la V i r g e n en l a ho-
horno de amor ( 1 ) . rnilla tercera sobre la embajada del ángel: «Oh V i r g e n
prudente y devota, ¿quién te habia enseñado que l a v i r -
III. Bien es que no debia de ser por este solo t i t u l o
ginidad f u e s e agradable á Dios? ¿En qué l e y , en qué
la reina de las v i r t u d e s ; porque además estaba obligada
parte de la j u s t i c i a , en qué lugar del viejo testamento
por el de modelo de las mismas virtudes, que acompaña
habías hallado que se mandase ó aconsejase vivir e s p i r í -
inseparablemente á l a calidad de madre de Dios. S. A m -
tualmentc en la carne y hacer una vida angelical en la
brosio explicando de la sabiduría encarnada estas pala-
tierra? ¿Dónde habias leído que las vírgenes cantarán u n
bras del capitulo V I I I de los Proverbios: «El Señor me
crió el principio de sus caminos;» observa que la voz

(1) D e f l d e t . 4 , c . 1. (S) Serm. i n Salve.


23
( I ) Adición de la madre Ha- hoguera en medio de su casto TOMO I .
ría Jacoba de Blemur. — «¿Y pecbo sin sentir e l ardor del
cómo habia de haberllevado una fuego ?»
cántico nuevo, y dónde habías aprendido que fuese nn
rasgo de valor honroso y meritorio mutilarse por el ejemplar de esas mismas virtudes y de todas las otras
reino de los cielos? De esto no tenias mandamiento, ni que no he nombrado. Si la idea que tenemos, ó mejor
consejo, ni ejemplo : solo la unción interior te enseñaba dicho, que Dios tiene de la humildad perfecta, pudiera
todas estas cosas y otras muchas, porque el Verbo de tomar cuerpo y conversar entre nosotros; figurémonos
Dios habia sido antes tu maestro que tu hijo, y había si es posible cómo llevaría los ojos y cómo hablaría; cuál
llenado tu alma de su conocimiento antes de tomar tu seria su modo de andar, su porte y continente y sus
carne.« ¿Puede hablarse mas claramente en favor de este ejercicios; qué estima haría de si misma; cómo honraría
parangón de virtudes? Y aunque S. Bernardo no habla á aquellos con quienes tratase; y así de sus demás pro-
sino de la virginidad, la razón pide que digamos lo mis- cederes. Hagamos lo mismo con la caridad: figurémonos
igualmente la obediencia, la pureza, la religión, la m o -
mo de sus demás excelentes virtudes y especialmente de
destia y todas esas otras hijas del cielo, y luego que ha-
las que exceden la comprensión de la ley antigua, como
yamos considerado bien todos sus ademanes y movi-
son su singular humildad, su voluntario desasimiento
mientos , digamos que la Virgen santísima, ¡dea de to-
de todas las cosas, su continua orac-íon y asi de otras
das las virtudes, no se portaba de otra manera cuando
muchas, de que se trató ya en el capítulo III.
vivía en la t i e r r a , que como harían aquellas si se disfra-
IV. Esta es la única razón que hizo decir à S. Buena- zasen de vírgenes.
ventura que justamente es llamada María, esto es, i l u -
minadora, porque iluminó á todo el mundo con los bri- V. ¡Oh qué bueno seria contemplar á esta santa
llantes ejemplos de sus incomparables virtudes. Esto su- familia bajo la conducta de l a caridad su buena madre
girió un bello pensamiento á santa Hildegarda, la cual y verlas conversar entre nosotros con ese traje! Pero ¿á
decía que la Virgen era la rica piedra preciosa, de donde qué vienen todos estos deseos, cuando tenemos un m o -
el Verbo divino habia sacado todas las virtudes del mismo delo mucho mas perfecto, porque se halla en la persona
modo que en el principio sacó el mundo del càos. Por eso de la madre de Dios, y cuando osos nobles hábitos con
la llamó S. Gregorio Taumaturgo el ejemplo acabado de ser virtudes no sabrían hacer mejor que hizo ella para
las personas piadosas ( 1 ). En una palabra esto movió al ponernos delante un retrato excelentísimo de toda v i r -
devoto Idiota á llamarla la idea y el modelo de la vida tud? Me refiero á S. Ambrosio, el cual no quiere tenga-
m o r a l , es decir, de la vida de las virtudes (2). La idea mos otra idea que esta; mas se contenta con que tenga-
no es otra cosa que la imágen en que fijamos nuestro mos á la vista la Virgen santísima para retratar en nos-
pensamiento cuando queremos hacer algo por ciencia y otros las virtudes mas perfectas. «Tened solamente el
arle. ¿Queremos saber lo que es María? Es verdadera- pensamiento fijo en este objeto, dice, y usad de este solo
mente una virgen humildísima, modesta, recomendable retrato de la virginidad y la vida de ¡a madre de Dios,
por su caridad y demás virtudes; es además la idea y el porque es la imágen completa de toda virtud , en la quo
tenéis medio de estudiar toda vuestra vida. Ahí vereis los
rasgos atrevidos de toda santidad: allí advertiréis lo que
( I ) O r a t . 2 ¡Ü A u n a n l . (2) C o n t e m p i , d e B. V . , c . I . tenéis que corregir y lo que os conviene evitar y abra-
zar. Y pues contribuye no poco el tener un buen maes-
sigo á S. Anselmo, el cual afirma que Maria nos ofreció
tro para animarse á aprender, no podéis esperar una
modelos de virtud en cierta manera mas apacibles y bu-
maestra mas ilustre, ni mas perfecta que la madre de
manos que su h i j o , pues aunque haya poca propor-
Dios.. Asi se expresa el santo y esclarecido arzobispo de ción entre la luz del sol y la de la l u n a , no obstante
Milán ( i ) . esta en cierto modo nos es mas grata, porque nuestra
VI. A lo cual no quiero añadir mas que tres cosas; vista la sufre mas fácilmente quo aquella. De la misma
pero de grandísimo peso. La primera es que Dios esco- manera tememos las virtudes del Salvador como mas
giendo á la Virgen para madre de su hijo se obligaba distantes de nosotros á causa de su excesivo resplandor
por el mismo medio á ensalzarla de tal manera en san- v de la conjunción qne tienen con su principio divino;
tidad, que pudieran atribuirse las incomparables virtu- al contrario tenemos mas valor para acercarnos á las de
des que se advertían en nuestro Señor, á la educación nuestra señora, porque la encontramos enteramente se-
que había recibido de ella, á lo menos mientras hacia mejante á nosotros. De aquí proviene que nos familia-
una vida oculta y no era aun conocido por hijo do Dios. rizamos mas con sus virtudes, porque nos parecen de
Esto me parece muy razonable en vista de que no ha- mejor recibo para nosotros. Esto no rebaja en nada e
biendo frecuentado el Salvador las aulas, no se podía honor que debemos al rey de las virtudes, porque al
achacar el honor de las singulares virtudes que se des- cabo todo redunda en él como origen de todas las virtu-
cubrían en é l , sino 4 su santísima madre y al glorioso des v él no pierde nada engrandeciendo tanto a su ma-
S. José. La segunda es que aunque los ejemplos de la dre'-al contrario gana toda la gratitud y reconocimiento
vida de nuestro Redentor exceden sobremanera á ios de que esta le tendrá y nosotros con ella y por amor de
su madre, no obstante podemos decir con verdad que ambos mientras sea llamada madre de Dios, madre de
nuestra señora llevó á su hijo la ventaja de haber enar- las virtudes y madre del rey de las virtudes.
bolado la primera el estandarte de las virtudes evangé-
licas no conocidas todavía, aunque el divino maestro les
dio después la última pincelada y como una nueva forma §. III. IJue la Virgen santísima lavo excelentemente lodos los dones y fruto»
divinizándolas todas en razón de la persona de quien del Espíritu Santo con las hienarettoranias.

procedían. La tercera es que asi como 110 podemos negar


que las virtudes del Salvador, como salían de un su- I La infinita caridad de nuestro buen padre 110 se
puesto divino y ocurrian en las ocasiones mas señala- satisfizo ( 1 ) con habernos dado virtudes para inclinar-
das, tenian también mas esplendor y apariencia que las nos á los actos honestos por nuestra propia elección y
de la V i r g e n , de la misma manera podemos decir con con nuestro libre albedrío ayudado de su gracia exci-
honor y respeto que estas tenian un no sé qué de mas tante, sino que además nos comuuicé liboralisimamente
apacible y mas proporcionado á nuestra capacidad que
aquellas. Lo digo tanto mas resueltamente, cuanto que

(I) S. Thorn., prima secand®, q . no.


(-1) D e v i r e i n i b . 1. S-
los dones del Espíritu Santo, cuyo oficio es sujetarnos
á las inspiraciones que nos vienen de este espíritu divi-
la razón tiene en nuestras almas á manera de ciertas i n -
no : porque asi como hay naves en el mar que no bogan
teligencias de que se vale para encaminarnos al bien, que
solamente á fuerza de remos, sino que han menester de
son las virtudes, así era razonable que el Espíritu Santo
velas y del impulso de los vientos, de la misma manera
tuviese también las suyas: estas son unas disposiciones
nuestros corazones reciben estos dos ímpetus y son im-
pelidos al bien no solo por el movimiento de la recta ra- interiores, permanentes y habituales que le sirven co-
zón y el esfuerzo de los hábitos virtuosos, sino también mo de entrada para movernos extraordinariamente: son
y mas eficazmente por la virtud del Espíritu Santo, el las mismas que los dones del Espíritu Santo, cuyas
cual hinchiendo las velas de nuestros corazones los en- mociones actuales llama espíritus el profeta Isaías (1),
dereza á largas jornadas al puerto de la perfección. Este porque son como los vientos que dan en las velas, y
refuerzo se nos da para dos ocasiones principalmente.- como los instrumentos del Espíritu Santo para las
la primera es porque ocurren muchas en que seria muy obras que practicamos por su secreta inspiración. Es-
flaca nuestra virtud para vencer las dificultades que se tos dones sou siete, á saber, don de sabiduría, de
presentasen. Con efecto lo mismo que vemos en las tra- ciencia, de entendimiento, de consejo, de piedad, de
gedias salir los dioses de las máquinas y de las nubes sin fortaleza y de temor de Dios, porque el Espíritu Santo
pensarlo el espectador, cuando el enredo ha llegado á tal debe llenar por medio de ellos toda la casa de nuestra
punto, que es imposible el desenlace sin la intervención alma con todas sus potencias, del mismo modo que en
de alguna deidad ; asi también nosotros hemos menester otro tiempo llenó aquella en que estaban congregados los
de una asistencia extraordinaria en las ocasiones en que
apóstoles; de suerte que no hay una potencia en nos-
nuestra virtud carecería de fortaleza y valor para salu-
otros que no este adornada de las disposiciones necesa-
de un aprieto. La segunda es porque sucede muchas ve-
rias para recibir esas mociones.
ces que Dios, que es dueño de sus gracias, mirando á
II. Pasando de los hábitos á los actos que proceden
alguno con ojos propicios, quiere adelantarle y hacerle
de ellos, asi como no todos son de u n temple, ni de un
llegar á un alto grado de santidad. Entonces no ahorra
las mociones del Espíritu Santo, las cuales le hacen an- precio, tampoco llevan el mismo nombre; porque si
dar á otro paso que las virtudes comunes. Este es el son ordinarios y comunes, según sucede á la mayor parte
parecer de algunos doctores muy versados en la direc- de los que principian, á causa de que están enredados
ción de las almas, quienes dicen que lo ordinario es ser con muchas iucUnaciones malas, ó á los que no tienen
gobernados los hombres por las virtudes y el principio gran fervor, nos contentamos con darles el nombre ge-
interior d é l a razón prevenida de la gracia; pero que neral de actos de virtud. Si pasan mas adelante y se
los santos y los siervos mas insignes íle Dios son guiados practican con gusto y contento, como vemos en los que
por los dones del Espíritu Santo, el cual en poco tiem- habiendo domado ya la resistencia de los vicios y de las
po los hace obrar con esta ayuda maravillas de v i r - costumbres inveteradas van por el camino de la virtud
tud. En lo que es de notar además que asi como lo mismo que por un frondoso prado; los llamamos

(I) Isai.LX.
dad quita el descaecimiento que acompaña por lo común
frutos del Espíritu Santo, porque han llegado á su ma-
á la tardanza de los bienes que esperamos. Asi por me-
durez y buen gusto y nos dan ya la satisfacción que es-
dio de estos cinco primeros frutos le tenemos ya como
peramos de un árbol plantado con trabajo, cuando pro-
fortificado en su tranquilidad por lo que mira a e l , sin
duce ya frutos sazonados y sabrosos. Y nótese que no
que nadie pueda alterarla. En cuanto á lo que esta a su
los damos el nombre de frutos simplemente, sino que
rededor, es decir, su p r ó j i m o , los cuatro siguientes le
decimos que son frutos del Espíritu Sanio, porque él
como fuente de amor y dulzura es quien derrama en ensanchan el alma, porque la bondad se apodera del co-
nuestras almas el gozo y el contento que se halla en la razon y le mueve á desear á otro todo género de bienes
práctica de las buenas obras, para quitarnos el gusto de alejando toda clase de amarguras: la benignidad le abre
los atractivos de la vida sensual y hacernos conocer por la mano y le hace practicar todo el bien que puede: la fe
experiencia que tenemos un corazon capaz de otras deli- reside en la lengua y le da la ingenuidad y sinceridad en
cias y placeres que los que nos son comunes con las todo lo que tiene que departir con los otros; por ultimo
bestias. Y aunque propiamente hablando haya tantos la mansedumbre le hace sobrellevar sin desabrimiento
frutos del Espíritu Santo como buenas obras hechas con los disgustos que le vienen de otro. Las potencias, que
alegría y contento; sin embargo el apóstol S. Pablo se deben estar debajo de é l , como decía Dios a Caín (1),
limitó á nombrar doce (1), que son caridad , gozo, paz, son contenidas y enfrenadas por los tres últimos frutos.
paciencia, longanimidad, bondad, benignidad , manse- Con efecto la modestia impide toda indecencia do los mo-
dumbre, f é , modestia, continencia y castidad, los cua- vimientos exteriores; la continencia contiene los inte-
les podríamos decir haber sido figurados por los f r u - riores cuando llegan á alterarse; y la castidad goza de
tos del árbol de vida, que maduran en diversas esta-
la paz v dulzura que le han granjeado la continencia
ciones según los doce meses del año (2). La razón es
y la "racía particular de Dios. Por donde se ve clara-
porque todos los demás pueden referirse á estos, ó á lo
mente que el Espíritu Santo mediante estos doce frutos
menos parece que son suficientes para mantener id hom-
difunde en el alma cierta serenidad, la cual -ahuyenta
bre en estado de paz, tranquilidad y gozo, ya se atienda á
las nieblas y nubes que quisieran oscurecerla.
Dios, ya se mire á si m i s m o , ya se incline á lo que está
á su rededor ó debajo de él. Por lo que toca á Dios y á 111 finalmente si estos actos son nobles y heroicos
él juntamente , la caridad le fija y le detiene en el sumo tanto á causa de las dificultades que se encuentran en las
bien; de donde se siguen necesariamente el gozo, qne es empresas árduas, cuanto por la generosidad con que se
el segundo fruto del Espíritu Santo, y la paz, que es el vencen , como sucede con la privación voluntaria de as
tercero y viene en auxilio del gozo para sentarle y comodidades y honras del m u n d o , la renuncia de todos
afirmarle. La paciencia le hace llevar mansamente y sin los deleites v delicias de la vida sensual, la elección de los
afligirse las contrariedades y desgracias: la longanimi- trabajos, del desprecio y de la confusion que van inse-

(4) Genes. IV.


(I) Ad gatat. V. (!) Apocal. cap. l i l i .
ñera con que ella procedió en esta ocasion; y veremos
parablemente unidas á la cruz y á la perfecta imitación
en esa hermosa alma la imágen de un laúd bien templa-
de Jesucristo, á la aceptación de las repulsas, del tedio
do , que siendo pulsado por una mano maestra da exce-
y de las penas que por lo común siguen á los que son
lentes armonias. Conoceremos cómo á proporcion que el
devorados del zelo de la justicia y de la salvación de
Espíritu Santo iba tocando cada uno de estos dones lo
sus prójimos; entonces los llamamos bienaventuranzas,
mismo que si fueran cuerdas dispuestas por é l , daban un
ya porque son unas pruebas indudables de ferventísima
sonido muy agradable, y bajo de esta suposición formare-
caridad, en que consiste la bienaventuranza de esta vida,
mos juicio de la dulce armonía que resultaba de esos di-
ya porque nos aproximan mas que todos los otros á la
ferentes tonos. La cuerda de la sabiduría, cuya propie-
vida perdurable, la cual pertenece especialmente á los
dad es perfeccionarnos en el conocimiento de las gran-
corazones generosos, en vista do que el reino de los cie-
dezas de Dios, excitar en nosotros una opiniou relevante
los desde el tiempo de S. Juan Bautista padece violencia,
de las cosas divinas y darnos una afición particular á
y los que se la hacen, le arrebatan, como dice el Salva-
conocerlas y saborearlas, resonaba ya cuando llegó el
dor ( i ) .
mensajero del cielo, porque el espíritu de la Virgen es-
IV. Perdone el benév olo lector si le he entretenido mu-
taba absorto en la mas alta contemplación que puede'
chísimo tiempo con este discurso, porque ha sido sola-
imaginarse: su conversación era de la merced que Dios
mente para aclarar algún tanto una materia de suyo muy
habia prometido hacer á los hombres librándolos de la
difícil y por lú común poco entendida. Vuelvo pues á la
desgracia en que habían caído, por medio del Verbo en-
madre de Dios, y comenzando por los dones del Espíritu
camado que vaticinaron los profetas. Despues se abisma-
Santo creo no habrá uno quo no se persuada firmemente
ba en el asombro causado por la comprensión de esa i n -
á quo habiendo sido aquella señora el templo y santua-
comprensible bondad y el anonadamiento de la adora-
rio del mismo Espíritu Santo y habiendo tenido la ple-
ble majestad de Dios, y descubría allí admirables tesoros
nitud de sus gracias por privilegio las recibió en toda
de sabiduría, poder y bondad, que inundaban su alma
perfección. Si no temiera ser prolijo, acometerla el pro-
de un torrente de dulcedumbre y la movían á amar,
barlos todos en particular; pero prefiero concretarme á
honrar y bendecir en nombre de todos al común bienhe-
un solo hecho de la bienaventurada Virgen para hacer
chor. En la misma época resonaba también el don de
ver la admirable correspondencia que tenia con é l , es
ciencia, que nos hace perfectos en las cosas criadas y nos
decir, cómo él la movia y estimulaba continuamente á las
inspira lo que debemos hacer de ellas asi por lo que tie-
grandes empresas y ella por su parte se dejaba llevar
nen de d i v i n o , como por lo que es propio suyo. Con
y era dócil á todas las disposiciones divinas, porque
efecto la Virgen por medio de este don comprendía me-
por aqui será fácil juzgar de lo demás, fio hablaré
jor que nadie el precio de las almas criadas á imágen de
pues siuo de la embajada del ángel Gabriel y de la ma-
Dios, que veía perecer por falta de un salvador. Esto la
hacia dar rienda suelta á sus afectos y decir con el p r o -
feta Isaías: . E n v í a , Señor, de la piedra del desierto al
monto de la hija de Sion el cordero dominador de la
(!) Mat. XI, 12.
S. Bernardo ( 1 ) , porque le dijo el ángel que era bendita
¡ierra (1).» Asi acudía al cielo con amorosas plegarias
entre las mujeres, cuando ella quería mas serlo entre las
pidiéndole que enviara prontamente el rocio y regase la
vírgenes.» «Se pasmó, dice S. l'edro Crisólogo ( 2 ) , de
tierra con la lluvia tanto tiempo esperada. Asi convida-
la entrada de la majestad del cielo, y tembló el templo de
ba á la misma tierra á que abriera sin tardanza su seno
su cuerpo y su alma con la llegada de Dios omnipotente.»
v brotara al salvador de las almas á manera de una plan-
El don de consejo, que nos hace tomar las resoluciones
ta celestial. A la llegada del divino mensajero se tocaron
convenientes así para gloria de Dios como para nuestro
todas las otras cuerdas, de que resultó un concierto a r -
bien, tanto en lo que toca á la vida activa como á la
moniosísimo. El don de entendimiento, por el cual
contemplativa , se dejó oir cuando hubo declarado
comprendemos los avisos interiores de Dios para que nos
el ángel que eí Espíritu Santo bajaría sobre la Virgen y
aprovechemos de ellos, hizo su deber cuando la Señora
que la virtud del Altísimo le haría sombra para preser-
esperó que el ángel insistiera en la demanda antes de res-
varla del deleite carnal y formar de su sangre mas pura
ponder. rumiando en su interior lo que le había dicho
el cuerpo purísimo del Salvador; que el que había de
este y pensando profundamente qué significaba aque-
ser concebido de esta manera extraordinaria, seria hijo
lla nueva inaudita; hasta tal punto que se turbo, es
de Dios, no por adopcion como los otros justos, sino
decir, se apoderó de su alma y de su cuerpo un santo
por la nnion de la naturaleza humana con la persona
temor. -Se pasmó, dice S. Ambrosio ( 2 ) , de ver a un
divina, de suerte que sería santo no por privilegio, sino
hombre en su aposento, siendo común en las doncellas
por la virtud de su sobrenatural concepción; que su p r i -
modestas sonrojarse á la menor palabra y con sola una
ma estéril había concebido un hijo en su vejez; que nada
mirada de los hombres.» «Se pasmó, dicen S. Agus-
había imposible para Dios, el cual pudiendo hacer todo
tín (3) y S. Gregorio Niseno ( 4 ) , por el singular afecto
lo que quiere y cumplir todo lo que promete, fácilmen-
que tenia á la virginidad, que deseaba conservar de todas
te haría que una virgen concibiese como una estéril.
maneras sin que comprendiese aun cómo sucedería. •
Oido esto, María inspirada por el Espíritu Santo median-
«Se pasmó, dice Antipater, obispo de Costra ( o ) , de
te el don de consejo resolvió echarse en brazos de la suma
verse sorprendida sola en ausencia de S. José, acordán-
bondad. El don de fortaleza, que nos hace acometer las
dose de que la primera mujer había sido engañada con
cosas árduas posponiendo todo temor humano, la forta-
un artificio semejante. - «Se pasmó al oír sus propias
leció y tranquilizó manteniéndola asida firmemente á la
alabanzas, porque según observación de S. Gregorio
verdad y fidelidad de Dios, el cual asi como habia anima-
p i r a una alma bien nacida es un bochorno el ser alabada
do á Abraham de una esperanza incontrastable, la hacia
cara á cara. «Se pasmó, dice Ilesiquio ( 6 ) , ácausa de la
pasar por cima de todo aquello que no comprendía para
grandeza y novedad de la embajada. • «Se pasmo, dice
agarrarse al áncora de las promesas infalibles del cielo.

i il kai \ v i i (4) Oral, de C h r l s t i nativ.


fj) L . i de V i r g i n . , e l (5) Oral, de S . Joanms na- (1) Serm. i n Sijnum m a - (5¡ Sermo U 3
gnu m.
''"[l?) sermo's de Annonl. " % ) Hom, i d e 8 . Deipara.
tísima para que tomara en ellas carne humana. ¿Qué se-
La piedad, que tiene la propiedad de darnos un cora- ria pues si repasase yo toda la vida de la Virgen para no-
zon de madre para con el prójimo, la enterneció al pun- tar su increíble aprovechamiento diario, debido á las
to é infundió en su alma una compasion sensible de los
gracias ordinarias del Espíritu Santo, y hacer ver á qué
males en que estábamos envueltos, de suerte que viendo
grado de santidad llegó? Nuestros ojos son muy débiles
que Dios la babia escogido para abrir la puerta de la sal-
y nuestros pensamientos muy bajos para penetrarlo.
vación y aliviar por su medio nuestras miserias ofreció
V. Por tanto paso á los frutos del mismo espíritu d i -
con gran fervor y mucha alegría interior todo aquello
vino. El papa S. Gregorio moralizando sobre los convites
con que pudiera contribuir por su parte, aunque hubie-
se de dar la vida como su hijo. Ultimamente el temor de y festejos con que mutua y alternativamente se obsequia-
Dios, cuyo oficio es sujetarnos al Señor , perfeccionó en ban los siete hijos de Job, acudiendo luego al fin de la se-
el último grado esta armonía sometiendo su corazon á la mana á casa de su buen padre, dice que estos banquetes
soberana majestad por una resignación absoluta á todos no representan otra cosa que las tiernas é inocentes cari-
los decretos del cielo. Con este motivo se llamó esclava cias que los hábitos de virtud y losdones del Espíritu San-
del Señor no teniéndose por suya, sino por cosa propia to se hacen unos á otros y al alma cada uno en su lugar,
de Dios, totalmente dedicada á su servicio, sin propósi- cuando produzcan sus dulces y sabrosos frutos, llamados
to de sustraerse de su obediencia, ni de apartarse de su por nosotros frutos del Espíritu Santo á causa de su pu-
casa, antes bien de emplear su vida en el cumplimiento reza y del contento interior que nos proporcionan ( t ) . San
de las disposiciones divinas, careciendo de voluntad p r o - Juan Crisòstomo ( 2 ) y S. Ambrosio (5) se entretuvieron
p i a , no estimando nada mas que su servidumbre, te- en describir el aparato y la alegría de semejantes convida-
niendo siempre los ojos puestos en su Señor para obede- dos; pero quien lo hizo con mas extensión, fué el venera-
cer la meuor señal que le hiciese, no pretendiendo sala- ble Pedro Celense ( 4 ) , el cual representa misticamente á
rio ni galardón alguno, sino solo la satisfacción y el con-
su espacio los diversos manjares servidos en esta mesa, el
tento de su Dios, en una palabra juzgándose obligada
órden de los convidados y especialmente la s i l l a , el d o -
no solo á servirle á é l , sino á todos los de su casa por
sel, el continente y majestad del rey de la gloria, primor
su amor. Bajo esta condicion y no de otro modo se re-
y principal ornamento del banquete, la vajilla de oro y
suelve á responder que se haga en ella según la palabra
plata, los conciertos y armonías angélicas y la demás
del ángel, como si hubiera dicho: Aunque no sea nece-
sario el consentimiento do una esclava, porque el dueño magnificencia regia, todo para probar el dicho de un rey
puede disponer de ella como quiera, y yo por esclava es- poderoso y de un gran sabio, el cual sienta que el alma
toy muy distante de merecer un bien tan grande; sin del hombre justo y aprovechado en la virtud está siem-
embargo pues que Dios lo quiere asi, hágase su volun- pre de bodas y en un banquete continuo. Si esto es ver-
tad; que á m i me parece bueno todo lo que á él le agra-
da. E l cielo 110 babia oido nunca una armonía tan suave
y grata como este solo acto: asi es que instantáneamen-
te hizo bajar el Verbo divino á las entrañas de María san- i l ! ?!ora.V • ' P c l r u s
Cellensis, De
t -; Homil. 15 i n Mal. conscienlia.
(3) In psalm. X X X V .
dad; no podemos dudar que habiéndose ejercitado per-
petuamente el alma de la gloriosa Virgen en las mas su-
blimes y excelentes virtudes cogió también sin intermi-
DECIMA ESTRELLA
sión los frutos muy sabrosos y exquisitos de una pleni-
tud de gozo y alegría interior.
ó grandeza de la corona de exeeieneia de la
VI Tampoco podemos dudar que estuvo siempre
m a d r e d e liiox.
practicando las arduas virtudes llamadas por nosotros
bienaventuranzas; porque como el designio de Dios era
levantarla á la cumbre del honor, le presentaba una tras
otra ocasiones proporcionadas á su designio, de suerte CAPITULO XI.
que encontrándose por lo común éntrelos laureles y las
palmas, sacaba bríos de sus propias conquistas para QUE ES LA MARAVILLA DE GLORIA.
aprovechar sin interrupción, dándole aliento sus uUimas
victorias para s u f r i r y acometer cosas árduas y trabajo-
sas en servicio y por la gloria de Dios. o desea con mas impaciencia el peregrino ausente
VII Permíteme, oh santa señora, que te diga con tu mucho tiempo de su patria volver á ver su casa y sus
devoto siervo Mateo Cautacuzeno que tu estatura, es hijos, que he deseado yo desde el principio llegar á este
decir, la habitud interior de lu alma, se asemeja entera- iliscurso, donde ha de pasarse muestra de las p r i n -
mente á la palma, la cual asi como siempre esta verde cipales grandezas de la madre de Dios. Con efecto es
así crece mientras le queda jugo y vida; pero en especial certísimo lo que dice Isaías ( 1 ) : que solamente en el
porque te remontas á lo alto sin dejarte abatir por nin- cielo se descubre la magnificencia de Dios nuestro Señor.
guna dificultad. Haz que podamos subir á esa palma para Allí veremos la elección que la Virgen hizo de la mejor
coger los frutos de una santa imitación y disponernos parle, como observa S. Bernardino de Sena ( 2 ) , en la
por este medio á entrar en las grandezas de tu gloria. claridad de la visión beatifica, en la calidad del goce de
Dios, cu la honra que tiene de acercarse á él mas que
ningún o t r o , en la eminencia de su asiento, en la pleni-
tud de su posesion, en la abundancia de su gloria i n -
comparable, que es el premio do sus singulares méritos;
y ve ahí las consideraciones porque la lie llamado la ma-
ravilla do gloria. Comencemos este discurso por los en-
sayos que hizo en el reino de la misma m u e r t e , que es
el paso primero y ordinario do los santos para llegar
á la felicidad.

- (i) Isai. xxxiu. (í) T.i,conc.5l,art.2,c.3.


TOMO I . 24
dad; no podemos dudar que habiéndose ejercitado per-
petuamente el alma de la gloriosa Virgen en las mas su-
blimes y excelentes virtudes cogió también sin intermi-
DECIMA ESTRELLA
sión los frutos muy sabrosos y exquisitos de una pleni-
tud de gozo y alegría interior.
ó grandeza de la corona de exeeieneia de la
VI Tampoco podemos dudar que estuvo siempre
m a d r e d e liiox.
practicando las arduas virtudes llamadas por nosotros
bienaventuranzas; porque como el designio de Dios era
levantarla á la cumbre del honor, le presentaba una tras
otra ocasiones proporcionadas á su designio, de suerte CAPITULO XI.
que encontrándose por lo común éntrelos laureles y las
palmas, sacaba bríos de sus propias conquistas para QUE ES LA MARAVILLA DE GLORIA.
aprovechar sin interrupción, dándole aliento sus uUimas
victorias para s u f r i r y acometer cosas árduas y trabajo-
sas en servicio y por la gloria de Dios. o desea con mas impaciencia el peregrino ausente
VII Permíteme, oh santa señora, que te diga con tu mucho tiempo de su patria volver á ver su casa y sus
devoto siervo Mateo Cautacuzeno que tu estatura, es hijos, que he deseado yo desde el principio llegar á este
decir, la habitud interior de tu alma, se asemeja entera- iliscurso, donde ha de pasarse muestra de las p r i n -
mente á la palma, la cual asi como siempre esta verde cipales grandezas de la madre de Dios. Con efecto es
asi crece mientras le queda jugo y vida; pero en especial certísimo lo que dice Isaías ( 1 ) : que solamente en el
porque te remontas á lo alto sin dejarte abatir por nin- cielo so descubre la magnificencia de Dios nuestro Señor.
guna dificultad. Haz que podamos subir á esa palma para Allí veremos la elección que la Virgen hizo de la mejor
coger los frutos de una santa imitación y disponernos parte, como observa S. Bernardino de Sena ( 2 ) , en la
por este medio á entrar en las grandezas de tu gloria. claridad de la visión beatifica, en la calidad del goce de
Oíos, en la honra que tiene de acercarse á él mas que
ningún o l r o , cu la eminencia de su asiento, en la pleni-
tud de su posesion, en la abundancia de su gloria i n -
comparable, que es el premio de sus singulares méritos;
y ve ahí las consideraciones porque la he llamado la ma-
ravilla de gloria. Comencemos este discurso por los en-
sayos que hizo en el reino de la misma m u e r t e , que es
el paso primero y ordinario de los santos para llegar
á la felicidad.

• (i) isai. X X X I I I . (í) T.í,tone.61,art.I,c.3.


TOMO I . 24
§. 1.—De los grandes privilegio! de iamnerle de la madre Dios. es preciosa delante de Dios según el real profeta, la de
la reina de los santos debía de ser do un precio y mérito
I . Bien sé que S. Epifanio ( 1 ) , llevado de cierto res- inestimable tanto para ella como para los suyos. Digo con
peto excesivo hacia la madre de Dios, tuvo reparo de el mismo S. Juan Damasceno (1) y con S. Andrés de
determinar que había sufrido las leyes ordinarias de la Candía (2) que era preciso que esta señora moderase
muerte; pero esto no debe do detenernos en vista de que los temores que tenemos de la m u e r t e , con el ejemplo
tal es la creencia de la iglesia católica fundada en la an- déla suya; y que tan lejos está de haberse rebajado su
tigua tradición, quo nos transmitieron S. Juan Damas- mérito por la muerto, que' al contrario podemos decir
ceno ( 2 ) , S. Epifanio, presbítero de Constantinopla (3), con toda razón que
S. Andrés de Candía ( 4 ) , S. Juvenal, patriarca de Jeru- II. El primer privilegio de su dichosísima muerte fué
sjilen ( 3 ) , y otros muchos graves autores (0) despues de la muerte misma. Le llamo privilegio, no porque quie-
S. Dionisio Areopagita, el cual cuenla sucintamente la ra yo significar por esta palabra que la muerto fué
historia de este feliz tránsito en el tercer capítulo de los propia y peculiar do olla, sino porque le fué otorgada
nombres divinos. Y á la verdad lo pedia asi la razón, cuando no podía recibirla sino como un rasgo señalado
porque era necesario que en esto como en lo demás de de cariño de su amado hijo para con ella. Para ilustrar
su vida se conformase á su divino hijo según observación este punto téngase presente que los doctores alegan diver-
de S. Agustín ( 7 ) , pues la muerte es cosa natural al sas razones por las cuales el Salvador, que amaba tan tier-
hombre y á mal andar una pena del pecado, que no namente á su madre, no le hizo la merced de escogerla
repugnó al mismo Dios y quo puedo subsistir sin peca- por compañera de su triunfante ascensión ó á lo menos
do. Era conveniente para rebatir á los herejes mani- de llevarla inmediatamente despues al cielo. S. Agustín
queos. y vaientinianos, quienes habían de atribuirle una afirma (5) que fué para que la iglesia militante no q u e -
naturaleza angélica, que se conociese por su muerte qué dase de pronto privada de la presencia del hijo y de la
su cuerpo y de consiguiente el de su hijo habían sido madre y sumergida por lo tanto en doble amargura. Asi
pasibles, de la misma naturaleza y calidad que los nues- vemos que á medida que el sol se traspone á otro hemis-
tros. Añádase que S Juan Damasceno (8) y S. Agus- ferio, aparece la luna para disminuir la pena que senti-
tín (9) dicen que siendo asi que la muerte de los santos mos por la desaparición de aquel hermoso astro. El abad
ltuperto enseña ( 4 ) que era muy conveniente que la vir-
gen María habitase aun algún tiempo en la tierra para
(1) Iteres. : s . mí!. Deiparffi ' 5 a u g . ele.: San ser maestra de la fé y ejemplar de las vírgenes y las viu-
(2) Serm. de dormit- n. \ ¡ r - Joan. Damfclc., o r a l . 1 de d o r -
gín. m i l . B. n r g .
(3) Ibid. 17/ S. August., serm. de
(4¡ lbid. Assumpl.
(5; ApudNiceplierom, I. 5 ! 8 | Initio o r a l . 2 de dormit.
l i i s t . , cap. i . B. Virg. (1) Serm. 1 de dormit. B. (3)Scrm.deAssumpt.Virs.,
(G¡ Sicephor., en el lugar (9] En e l serm. citado. > t. Opcr.
c i i . : Meta pitras!, de vil. et d o r - ( 4 ) Ilorn. 2 de Assumpt. B. (4) L i b . SI i n Cantic.: S. Ber.
^S10- nard., s e r m . 4 i n ilims.
de manera quo se dé la vida por mantenerla; porque si
unos se exponen á la muerte por la defensa de la f é , los
das. S. Anselmo piensa (1) que una de las razones prin- otros por la conservación de la castidad y asi de las d e -
cipales fué para que ella tuviese su triunfo particular, y más virtudes (lo cual llamamos con propiedad m o r i r
para que los honores que habian de tributarle en su por la justicia, qne comprende generalmente todas las
asunción, no quedasen oscurecidos y como eclipsados virtudes); ¿por qué no ha de haber quien vaya gustoso
por los de la ascensión de su hijo, l ' n doctor, á quien á la muerte por mantener la caridad ya sea en s i , ya en
me cuesta trabajo nombrar por la pena que causó en los otros?¿Y por qué no ha de ser de estos de quienes
su tiempo á la iglesia ( 2 ) , aunque al decir do algunos la decía el salvador del mundo que no hay mayor caridad
reparó por la debida penitencia, va mas allá y dice que que dar su vida por sus enemigos? Pero morir de amor
el Salvador lo dispuso asi expresamente para que el ó por amor es no tener otra causa próxima de la muerte
triunfo de su madre fuese en cierto modo mas augusto que el amor; es no solo morir en el seno del amor, sino
que el suyo propio no solo enviando á recibirla los es- por los esfuerzos y tretas y á manos del amor. Este p r i -
píritus bienaventurados acompañados de muchos santos, vilegio es el que sostengo haber sido otorgado á la bien-
cuyos cuerpos gloriosos realzaban no poco el aparato de aventurada madre de Dios; en lo cual no pienso seguir
su g l o r i a , sino asistiendo él mismo en persona para col- mi opiuion particular, sino el dictámen de muchos doc-
marla de gozo y honor. S. Pedro Damianp dice casi lo tores y testigos irrecusables. Con efecto asi hablaron
mismo en un sermón de la Asunción. Sea de esto lo que S. Juan Damasceno ( I ) , el abad Ruperto ( 2 ) , el abad
quiera, no hay duda de que ella tuvo la muerte por mer- Guerrico ( 3 ) , Alberto Magno, Dionisio el Cartujo (4) y
ced, especialmente habiéndola recibido de Dios del modo los mas de los teólogos ( 5 ) ; y también convienen en
mas dulce y apacible que se puede desear; lo cual me esto las revelaciones de santa Brígida ((>). Le llamo p r i -
lleva derechamente al segundo privilegio. vilegio en primer lugar porque juzgo que es la muerte
III. E l segundo privilegio de su muerte es la causa mas tranquila, honrosa y admirable que se puede dis-
próxima de la separación de su bendita alma y de su pu- currir. Con efecto confieso por m i parte que no puedo
rísimo cuerpo, que sostengo haberle acontecido por el es- ser del dictamen de aquellos ( 7 ) , que tienen tanto miedo
fuerzo de un eficacísimo acto de amor. Mas para proceder de suponer cualquier alteración en el cuerpo de la V i r -
como se debe en un asunto do tal trascendencia es necesa- gen, que falta poco para que la bagan impasible. Lejos
riosaber ante todo que hay una grandísima diferencia en- de ella esas molestas sensaciones que por lo común son
tre la significación de estas tres expresiones: morir en materia y pábulo de los vicios. Lejos de ella esos temo-
amor, morir por el amor y morir de amor ó por amor. Mo- res y recelos violentos, esos cuidados que devoran, esos
r i r en amor no quiere decir otra cosa, si bien se conside-
r a , sino morir on el hábito de la caridad ó á lo mas morir [1) Oral. s de dormit. B. ¡ 8 ) Suarez, t. S i n 3 p . ,
practicando un acto de amor. Morir por el amor es mo- Virg. disp. 21 , I ele.
(i) LH>. 5 i n Cantie. ( 6 ) L i b . 6 Revelal., c. 6S.
r i r por la defensa de la caridad de Dios ó del prójimo, (31 Sermo i de Assumpt. ( ^ ) Peza, Elucidarii B. V i r g . ,
(() De laudib. Virg., 1. i . trae!. 18, c; i .

(I) De excelleotiá Virgin., ( 2 ) Petr. Abailard.,Serm.de


C _V Assumpt. B. Virg.
odios enconados, esa ira terrible, esefrenesi, ese furor,
esa rabiosa desesperación y otros semejantes monstruos dos caminos por donde pueda asaltarnos la muerte,
de la naturaleza, que desfiguran el rostro no menos que porque es necesario que nos embista dentro de nosotros
perturban elcorazou; pero ¿por qué ha de parecer- mismos ó que nos tome por fuera. En cuanto á lo p r i -
nos singular que diga ella con el real profeta ( 1 ) : «Mi mero me acuerdo de haber luido en S. Isidoro ( I ) y en
corazon y m i carne se regocijaron en el Dios vivo ? ¿Por el venerable Beda (2) que algunos hombres temerarios
qué hemos de tener dificultad en confesar que su cuerpo enseñaron que la madre de Dios m u r i ó de muerte v i o -
por la simpatía que tenia con su alma, sintió los pode- lenta; pero tampoco ignoro que son desmentidos por
rosos estímulos y las suaves violencias del santo amor? todos y que la espada profética de Simeón en que se
¿Qué indecencia puede imaginarse en la sensación de ese apoyan, es levísimo fundamento para sentar una doctri-
fuego inocente y divino, que á veces inflama el corazon na de tamaña trascendencia. Por lo que toca á los p r i n -
purificado de los santos? ¿Quién podía desatar mas dig- cipios interiores, todos pueden referirse á tres, á saber,
namente que el amor divino el lazo con que estaba uni- la enfermedad, la violencia de alguna pasión y la vejez
da el alma de la Virgen á su cuerpo? En segundo l u - ó la consunción natural. Tocante á la vejez estoy seguro
gar le llamo privilegio, porque si esta gracia no fué pe- de que cualquiera que repase en su mente lo que queda
culiar de ella, por lo menos le fué común con muy po- dicho de la buena constitución do la sacratísima Virgen,
cas personas. Esta Virgen incomparable puede decir do quien considere que no se hace ninguna mención de ello
un modo muy excelente, si no singularmente lo que está en la historia de su vida y de su muerte y que los doc-
escrito en el libro de los Proverbios scgtin la versión de tores juzgau comunmente haber estado exenta de toda
los Setenta: Mis salidas son salidas de vida ( 2 ) ; no solo enfermedad; en una palabra quien recuerdo que M o i -
porque ella salió de esta vida para entrar en otra mejor sés (3) y Aaron (4) su hermano bajaron al sepulcro por
( l o cual conviene generalmente á todos los santos), sino solo el mandato de Dios sin haber sentido ningún mal
porque la muerte le fué causada por u n verdadero prin- ni achaque en toda su v i d a ; sin dificultad se persuadirá
cipio de vida, á saber, el amor divino. A ella le corres- á que la misma gracia fué otorgada á la madre de Dios.
ponde decir lo que está escrito en el capitulo primero Tampoco podemos creer que muriese de vejez, porque
de las Lamentaciones de Jeremías según el texlo origi- es poco probable que u n cuerpo tan bien formado y o r -
nal: «De lo alto envió fuego á mis huesos, y por este denado como el suyo estuviese consumido y fuese decré-
medio me separó y me atrajo á si»; porque su alma fué pito á la edad de sesenta y tres ó setenta y dos años,
desprendida de su cuerpo por la dulce violencia de un que son las dos opiniones mas admisibles en cuanto al
movimiento santamente amoroso. número de los que vivió en la tierra (5). Cuéntase que
la sibila de Cílmas singularmente querida de Apolo fué
IV. Y para entrar con empeño en la prueba de esta
verdad no encuentro, todo bien considerado, mas que

(I) De vita e l morle saocío- ( i ) Num. X X : Deuter. X .


ram, c. 68. (51 Véase á Cristov. de Cas-
(I) Salmo LXXX11I. Proverb. V I » . í i) la cap. I I Luc. t r o , Bist. Delpara;, c. iO, n. 18.
(3) Deuter. X X X I I , X X X I V .
convidada un d i a á pedirle alguna m e r c e d , y hallándose que se disolviese su c u e r p o , único obstáculo que la se-
entonces los d o s á orillas del mar, cogió ella un puñado paraba de s u amado, por eso anhelaba do continuo á
de arena y p i d i ó vivir tantos años corno granos tenia en esta disolución. Bien sé los ardientes deseos de m o r i r
l a mano. A l p u n t o le fué concedido; pero con la condi- que atormentaron á David, S . P a b l o , S. A g u s t í n , San
ción de que no viese jamás l a t i e r r a donde había nacido; M a r t i n , S. Gregorio y otros m u c h o s , y el disgusto que
de lo contrario m o r i r í a antes del tiempo señalado. De- sintieron viendo alargarse su vida. No ignoro que santa
cretada s u petición se marchó á Cumas, donde vivió tan Catalina de Génova, según se lee en la s u y a , estuvo dos
largos años, q u e hacia mucho tiempo le servia la vida de años enteros buscando la m u e r t e con la mente y el d e -
suplicio cuando recibió una carta donde se habia echado seo: que unas veces la llamaba i n h u m a n a y c r u e l porque
algo de greda, q u e era la tierra de su país. Apenas la abrió, se hacia sorda á sus llamamientos y ruegos, y otras m u -
se escapó su a l m a de la cárcel del cuerpo donde estaba daba de lenguaje y se ponia á a d u l a r l a llamándola h e r -
detenida por fuerza. Bien sé que esta es una ingeniosa mosa, amable, preciosa, su t r a n q u i l i d a d y su contento,
invención de l o s poetas, los cuales quisieron significar sus delicias v su a m o r , y diciendo que u n solo defecto se
con ella que siendo l a sibila de sana complexión y ha- notaba en ella, á saber, que estaba m u y p r o n t a para venir
biendo vivido siempre con buen régimen llegó á la edad á buscará los que huían de ella, y era poco propicia á los
decrépita. Sin d u d a hubiera gozado de este privilegio la que la deseaban con ansia. Bien he leido que santa T e -
V i r g e n s a n t í s i m a , si el cielo que la esperaba mucho há, resa de Jesús moría todos los dias porque no m o r í a : que
no hubiese anticipado su muerte condescendiendo con uno de sus mayores consuelos era o í r el r e l o j , porque le
los vehementes deseos que tenia ella de verse pronto parecía que se acercaba á.su fin: que no podía menos
u n i d a al sumo bien. E n cuanto á la violencia de alguna de pedir la m u e r t e , porque le era i m p o s i b l e hallar reme-
pasión desordenada basta lo que se ha dicho poco antes. dio viviendo. Pero también estoy cierto de que como los
Solo queda pues que el divino amor diese el golpe y pre- vehementes deseos que estos santos tenían de m o r i r , pro-
viniese aquella hermosa alma con una atracción tan sua- v e n í a n s o l a m e n t e de su gran amor á Dios y de la impacien-
ve á la par q u e fuerte, que no podiendo ella resistir cia por estar unidos á é l , habia mucha diferencia entre,
voló al cielo. los deseos que tenia la V i r g e n santísima de unirse a su
amado, y los de aquellos, porque habia tan poca c o m -
V. Aquí tengo gusto de detenerme algo para decla-
paración entre el amor de la una y el de los otros.
r a r mas particularmente la manera de esta muerte ex-
¡Cuántas veces dijo la Señora con la esposa do los Can-
traordinaria y los diversos grados de amor por donde se
tares ( 1 ) : "Muéstrame t ú , á quien ama mi a l m a , dónde
dispuso para ella. A este fin tráigase á la memoria lo
apacientas, dónde sesteas al m e d i o d í a ! - ¡ Cuántas veces
dicho en el capitulo V I I I , párrafo 5 aceita de su su-
pasaron sus deseos á desfallecimiento, que os el segundo
m a caridad y del puuto á que llegó en los últimos dias
grado por donde la dispuso el amor para la m u e r t e !
de su vida. Figurémonos que por entonces gozando de
ordinario de las visitas y amorosas caricias de su muy
quorido hijo deseaba vehementisimamente verse unida á
I) Canlic. 1 , 6 .
é l , y como sabia m u y bien que no podía ser esto sin
dose muy á menudo á recibir el santísimo y augusto
VI. ¡Cuántas veces dirigió á los espíritus bienaven-
turados que venían á visitarla, estas amorosas súplicas: sacramento del altar.
Conjúreos, hijas de Jerusalen, que si hallareis á mi V i l . Pero como á veces sucedo que lo que se toma
amado, le aviséis que desfallezco de amor ( 1 ) ! ¡ Cuántas para apagar la sed, la enciende mas, asi los refrigerios
veces dijo con la esposa desfallecida de amor: Sostened-, que usaba la reina de los ángeles para calmar su fuego
me con llores, cercadme de manzanas, porque desfa- interior, le servían como de pábulo ( I ) ; de suerte quo
llezco de amor (2) I O como leen los Setenta: Cercadme llegó por fin á caer en los desfallecimientos de amor, que
de ungüentos y perfumes. O según el testo original: Po- es el último grado de la suave violencia que la hizo pa-
ned vino cerca de mi. Con efecto así como cuando un en- decer el mismo a m o r , y el último golpe que le dió para
fermo es consumido de una liebre ardiente y está atormen- separar su bendita alma de su cuerpo. Paraque esto sea
tado de desgana y de repugnancia á los manjares, aun á mas inteligible, hay que notar que asi como en ol orden
aquellos quemas le gustaban antes, procuramos dis- natural el fuerte arrebata al débil y le convierte en su
traerle y recrearle algún tanto con vasos llenos de (lo- propia sustancia á fuerza de penetrarle é infundirle sus
res y yerbas olorosas, con las mejores frutas de la esta- calidades, según vemos en el fuego yon los otros cuerpos
ción y con el vino, que siempre eslá á mano sóbrela mesa cuya acción es mas vigorosa; de la misma manera acon-
para acudir á los desmayos y flaquezas de estómago; de tece en el orden sobrenatural. Con efecto habiendo una
la misma manera podemos figurarnos que aquella santa distancia infinita entre el Criador y la c r i a t u r a , á medi-
alma hacia cuanto podía para divertir su tedio : que se da que Dios trabaja en una alma y la hace sentir sus
recreaba con las llores de la santa palabra (5) y particu- impresiones, la atrae hacía arriba á fin de transmutarla
larmente con la memoria de aquellas que habla oido á en s i ; de suerte que tirándola Dios de u n lado y dete-
su divino hijo: que procuraba deleitarse con los frutos niéndola el cuerpo por otro, la pobre alma queda como
de las buenas obras y especialmente con la vista de los suspensa y le parece á cada paso que va á dejar el cuer-
lugares donde el Salvador había dejado estampadas las po. Así Icemos que S. Efreu, S. Francisco Javier, santa
huellas do su dolorosísima pasión ( 4 ) : que para confor- Teresa de Jesús y otros muchos, cuando eran estrecha-
tar su abatido corazon echaba mano del grato olor (5) dos de estos sentimientos amorosos, pedían con instan-
que por todas partes difundía la publicación del Evan- cia á Dios que se sirviese moderar tal fuego ó desatar
gelio de paz, y las buenas nuevas que recibía frecuente- los lazos que los ataban á su cuerpo, porque no podían
mente de los apóstoles: por fin que contra sus desfalle- sufrir mas tiempo aquel martirio de amor. Y si esos san-
cimientos usaba el vino que engendra vírgenes, acercán- tos con una centella de caridad que encendía sus pe-
chos, llegaban á tal desfallecimiento, que juzgaban no
poder mantenerse mas tiempo unidos al cuei-po; ¿qué
habremos de creer de la reina de los santos, la cual en
(4) Cantío. V, 8 : Guerric., Assumpt. et B. Brígitta. 1.5. Be-
Scrmo I do Assumpt. velal.. c. 61.
S) Cantío. 11,5. ( 5 ] Kupcrt. hacia e l fin del
31 Buperl. I. 5 i n Canile, lib. 1 in C3ntic. (I ) Sophron., Serm. de Assumpt. : Rupert. 1. 8. i n Caotic,
i) Ildephons., Serm. B de
el fuego de sus contemplaciones, en la intima comuni-
cación que tenia con la santísima T r i n i d a d , en sus éxta-
sis y deliquios amorosos arrojaba á manera de un vol- rar que fué S. Gabriel, el cual servia á la Señora de
can llamas do amor divino capaces de abrasar el cielo y camarero. Tal vez el bienaventurado arcángel le enseñó
la tierra? De seguro que si Dios no hubiera confortado por orden de Dios la corona que estaba preparada en el
milagrosamente aquel pecho sacrosanto, mucho tiempo cielo para la reina de los ángeles; lo cual no debe de
antes hubiese estallado; pero al cabo fué forzoso ceder á parecer increíble, porque la misma gracia se concedió á
la suave violencia del a m o r , y no hubo ya medio de otros muchos. Con efecto atestan las historias que se
hacerse sordo á los redoblados lamentos que la enamo- otorgó á S. Víctor soldado y á su mujer santa Corona (1),
rada señora dirigía al cielo. que padecieron martirio en Siria el día l a de mayo bajo
el imperio de Antonino. I.o mismo leemos de S. Vale-
Tercer privilegio. riano y santa Cecilia su esposa y de los cuarenta m á r t i -
res que murieron helados en u n estanque eu la ciudad
VIII. Y ve aquí el tercer privilegio de su muerte. de Sobaste en Armenia ( 2 ) , imperando Liciuio. ¿Y por
Con efecto si apenas hay sanio que 110 haya sido avisado qué había de negarse este privilegio á la madre de Dios?
antes del día y hora de su muerte, con mas razón debe- Por lo demás no cayó nunca la l l u v i a sobre la tierra se-
mos de juzgar que no se negaría esta gracia á quien se dienta do agua con mas oportunidad que llegó esta no-
aventajaba á todos ellos en santidad, especialmente si se ticia á oidos de la virgen María, la cual no suspiraba
atiende á que esta es la piadosa creencia de todos los por otra cosa que por el cielo y por la disolución de su
devotos de la incomparable Virgen, según observa Alberto cuerpo, único paso para arribar á aquel término.
Magno (1) y enseñó siempre la respetable antigüedad. Y
aunque sea difícil juzgar resueltamente respecto de la Cuarta privilegio.

persona escogida para esta embajada, con todo parece


muy fundada la conjetura de los que conceden tal hon- IX. El cuarto privilegio es el que refieren S. Juan
ra al ángel S. Gabriel ( 2 ) , ya por ser uno de los siete Damasceno ( 3 ) , Nicéforo (4),elMetafrasta ( o ) , Glicas (6)
primeros espíritus que están en la presencia de Dios v y otros según San Dionisio en el lugar arriba citado; á
son destinados á las comisiones mas importantes para el saber, que María fué asistida á la hora do su muerte de
gobierno del m u n d o , ya por haber sido preferido siem- la mas noble y lucida compañía que hubo jamás, por-
pre á los demás en lo relativo ála madre de Dios. Fuera de que sin contar los millares de millares de espíritus bien-
que por revelación de la misma Virgen ásanta Brígida (3) aventurados que rodeaban su lecho ( 7 ) , y sin hablar de
cuando dijo á esta que el ángel se le mostró según le ha- un buen número de santos que el Señor había llevado
bía visto ella otras muchas veces, no es difícil conjetu-

(() M a r t y r , rom. 15 malí. (,C) A n n a t . , part. 3.


m Sup. Missus., c. (09. vito e t d o r m i t . B. Virgin, ote. (2) S. Basil., hom. so. ( 7 ) S. Brigitta , i b i d . : So-
(3) Orat. ' i d e dormit. B. V. p l i r o n . , Serm. de Assumpt.: 1!-
(íl Melaphrast.inoral.de ' 3 ) Lib. 6 , c . 68.
i) Eecl.hist., I. 2 , e. 31. dephons-, serm. I de Assumpt.:
5) Oral, de vita et obitu B. Arnoldus abbas, De laudibus
Virg.' Virg.
igualmente atraído hacia arriba y hacia abajo con cade-
consigo al ciclo el dia de su Ascensión y que bajaron nas de oro. Tal estaba á mi parecer el corazon de la rei-
entonces para obsequiará su libertadora, según testilica na del amor, cuando porfiaban el cielo y la tierra sobre
S. Juan Damasceno, los que David llama principes de quién se le llevaría.
la tierra, S. Pablo columnas de la iglesia y S.Juan puer-
tas del cielo (los sanios apóstoles), se hallaron alli pre- Quinto privilegio.
sentes , conducidos como es muy probable por el minis-
terio de los ángeles y con ellos todos los que los asistian en X. Pero ánimo, que ya viene el Salvador en persona,
la publicación del Evangelio, y cuantos fieles so encon- á quien el sabio obispo de Marsella llama poderoso imán
traron en Jerusalen. ¿Quién podrá imaginar, dice san del cielo, y él arreglará estas disputas. Este es el quinto
Andrés de Candía ( l ) , los himnos de alabauza que en- privilegio del dichoso tránsito do la Virgen, autorizado
tonó entonces aquella santa tropa, las acciones de gra- por S. Juan Damasceno ( i ) y la respetable tradición (2)
cias á la beatísima Trinidad en que prorrumpieron, los y muy bien fundado en la razón. En cuanto la casta é
ardientes deseos do servir á Dios que inflamaron sus inocente paloma le vio venir para recibir su alma, hizo
corazones, las aclamaciones y aplausos á la Virgen san- el último esfuerzo de amor y le habló de esta suerte:
tisima, y sobre todo el regocijo de unos y las lágrimas «Verdaderamente en tus manos, veneradisimo hijo mió,
y lamentos de otros?Porque no puedo pasar aqui en si- debo yo de entregar m i alma: recíbela pues si quieres,
lencio la caritativa pugna que hubo entre los espíritus ya que por tu misericordia ha sido preservada de todo
bienaventurados por una parte y los miembros de la pecado. A t i igualmente y no á la tierra encomiendo m i
iglesia militante por la otra: aquellos la convidaban á que cuerpo, que te dignaste de hacer t u santuario. Llévame
fuese á recibir el galardón do sus afanes y el premio de contigo, te ruego, atento á que no puedo vivir mas sin
sus inestimables méritos, la llamaban la gloria de Jeru- tí, que eres el fruto de mis entrañas y la vida única de
salen y el honor de la ciudad celestial y le manifestaban mi corazon: cuida de estos pobres huérfanos y sírveles
la orden que tenían de su dueño y señor para no vol- de padre y madre: fortalece sus espiritas para que r e -
verse sin ella; y los pobres fieles se deshacían en lágri- ciban de tu mano m i partida; y por consideración á mí
mas y no podían contener los sollozos y suspiros: lla- derrama un mar de bendiciones sobre ellos y sobre to-
mábanla su sosten, su amparo, su consuelo, su dicha, dos los nuevos vástagos de tu iglesia. «Dijo, y extendien-
su vida, su maestra,-su refugio, su madre, su t o d o , y do sus manos sacrosantas y hendiciéndolos á todos (3)
le pedían ardientemente que pues ellos sabían muy bien
que eslabaeu su mano, no los abandonaseaun ó en caso
de hacerlo los llevase á todos en su compañía. Esta
pugna me recuerda una antigua pintura del a m o r , que | l ) Orat. 2 de dormit. 11. V. dormit. B. Virg. : Niccphor. Hist.
í 2 ) Sopliron., Serm. de As- lib. '2, c . 31.
se representaba suspendido entre el cielo y la tierra é sampt. : Gregor. T u r o » . , De (3) Damasc., Oral. 2 de d o r -
gloria mart., i . 2 , c. : llde- mit. V i r g . : Melaphrast-, Orat. de
phons., Serm. 3 de Assompt. : vita et d o r m i t . Virgin. : Nicepb.,
Mctaphrast,, Orat. de vita et Hist. i . Ï , c. 21.
¡l 1 Oral, de dormit. S. Mariœ Deipara.
sin dolores, tuviera también una muerte á correspon-
se volvió risueña hacia su amado hijo y le entregó el
dencia que pusiese el sello á todas las gracias recibidas
espíritu que había recibido de él. Con este golpe pensó
hasta allí de Dios. Detengamos por un instante, almas
morir de dolor la iglesia naciente. Daba lástima ver la
devotas, á ese espíritu que acaba de separarse del cuer-
aflicción y desconsuelo de los que juzgaban perderlo to-
po, para presentarle nuestras súplicas y deseos y decirle
do con aquella que ora el alivio de sus males y el leni-
con el elocuente Andrés de Jerusaleu ( 1 ) : .Vete en paz,
tivo de sus penas. Pero mientras los unos con el luto
pues Dios lo ha ordenado asi, y deja resueltamente la
en el corazon y el llanto en los ojos mostraban el senti-
tierra para aposentarte en el cielo. Sube por cima de
miento que les causara esta muerte, resonaba el aire
Elias y Henoc en el reino de vida, donde te regocijarás
con los cánticos de alegría y júbilo de los otros. Ven
eternamente con los ángeles. Recrea t u vista con la h e r -
(decían los escuadrones de espíritus bienaventurados),
mosura de aquel á quien llevaste en tus entrañas: sa-
ven, santa señora, á. la mansión de la felicidad eterna,
cíate de los deleites que no tienen fin: saborea los
donde eres esperada desde el principio del mundo. Ven,
torrentes do delicias celestiales y aplica tus labios á la
regocijo del cielo, porque el invierno ha pasado, se lian
fuente de la v i d a , que no es otra cosa que el mismo
desvanecido las nubes y las nieblas, y es llegada la épo-
Dios. Posee en realidad lo que esperaste: ve lo que
ca del gozo y del triunfo. Ven, porque eres toda hermosa
creíste; y recibo lo que mereciste. Entra en el gozo del
y en tí no hay mancha alguna: la suavidad do tus u i i -
paraíso , donde es adorado el Padre, glorificado el l l i j o ,
güeulos excede á-todos los perfumes del mundo.
y alabado y honrado el Espíritu Santo. Y vosotros, á n -
geles santos, llevad la ciudad del rey augusto al reino
Sexto privilegio.
ile felicidad y la verdadera arca de la alianza al santua-
rio de la Jerusaleu celestial: alojad en el cielo la puerta
X I . A. mi pesar tengo que suspender eslas admira-
del cielo y poned á la madre junto al hijo.»
bles aclamaciones; no obstante no interrumpamos el
discurso de los privilegios de la dichosa muerte de la Séptimo privilegio.
virgen María. El sexto es la incomparable serenidad y
dulzura de su muerte (1). ¡ Olí cuán cierto es que el mo- XII. Concluyamos estos privilegios por el lugar don-
rir en Dios y con Dios es un principio de felicidad i n - de espiró, que según dicen S. Juan Damasceno y va-
apreciable! Pero el morir con la muerte de la madre de ríos doctores graves (2), fué en la santa Sion en el ce-
Dios es el colmo de las mas lisonjeras esperanzas del náculo donde el cordero de Dios, bajado para borrar
mundo. Por lo demás (dicoS. Juan Damasccno en el los pecados del mundo, se habia inmolado él mismo en
lugar tantas veces citado) era una cosa razonable que
aquella que había concebido sin deleile sensual y parido
( 1 ¡ Orat. 2 de d o r m i t . S . Ma- Orat. de vita et dormit. Deipara?:
ría! Deiparce. Niceph., hist. 1. 2., e. 5 3 : Na-
( 2 ) Andr. Cretens., Oral. 1 zianz. seu A p o l l i n a r . , Tragíed. de
de dormil. 11. Virg.: Beda, De Christ. palieote etc.
(I) lldephons., Serni. -2 de vila el dormit. li. V . : Nicephor.,
loéis sanelis, c . 3.: Metaphrasl.,
Assumpt.: Melaphrast, O r a l . d e Hist. I . S , e . M . TOMO I . 2b
aras de su amor y se habia entregado á sus queridos
II.—Do las admirables singularidad» de su Asunción y de la gloria de su
discípulos para servirles de sustento, donde habia dado
triunfo.
la lev de caridad y dejado un ejemplo de humildad in-
comparable, doniie había tratado con los suyos despues I. San Juan Damasceno no sabe verdaderamente qué
de su resurrección permitiendo á santo Tomas que le nombre dará la muerte de la bienaventurada Virgen (1).
tocara para afirmar su f e , en una palabra en la iglesia Llámala un dulce sueño, u n tránsito al reino de paz,
primera v matriz del m u n d o , donde el Salvador mismo una aproximación á Dios , y después de escoger las pa-
habia ensenado v sacrificado, donde el Espíritu Santo labras mas lisonjeras que puede hallar, se dirige á la
habia bajado sobre los maestros y doctores de todo el misma Virgen en estos términos: «Santa señora, los án-
orbe, donde los santos apóstoles habian orado continua- geles honraron t u coronacion conduciéndote con indeci-
mente v con tanto fervor, y donde el discípulo amado ble magnificencia: los principes de las tinieblas no p u -
habia servido á la madre de su maestro Jesús según la dieron sufrir t u llegada; mas se retiraron á sus calabo-
solemne recomendación de este. zos como verdaderos pájaros nocturnos que son: el aire
fué bendecido y santificado por t u presencia; y el cíelo se
XIII. Concluyamos este discurso con un testimonio
regocijó con todos sus ángeles, que salieron á recibirte
deS. Juan Damásceno, ya que me ha suministrado ma-
con cánticos de júbilo diciendo: ¿Quién es esa que ca-
teriales para las partes mas importautes de él. -¿Quien
mina como el alba al levantarse, hermosa como la luna,
me hará la merced, esclamaré con este santo doctor, de escogida como el sol (2)?» Con estas palabras me da pié
darme entrada en esa sala regía, mas magnífica que las el santo doctor para decir algo de la grandeza del triunfo
de los grandes y potentados, para postrarme con toda (lela Virgen, donde aunque todo sea singular y ex-
libertad en ese sagrado pavimento que pisaron el \ e r b o traordinario , me comentaré con tocar tres singulari-
encarnado, su madre santísima y los mas ilustres mo- dades solamente.
radores del cielo , y para abrazar ese humilde lecho que
sirvió de escabcloála reina do los ángeles cuando subió a
la gloria inmortal? ¡Oh si pudiera yo entre este luto y Primera singularidad de este t r i u n f o .
regocijo introducirme insensiblemente para besar los
piés de m i bondadosa madre y regarlos con mis lágri- II. La primera es que lodos los habitantes del cielo
mas! ¡Cuántas bendicionas creería sacar de la fuente salieron y se dispusieron á hacer un recibimiento ade-
viva de la gracia! ¡Oh quién se hubiera hallado en cuado á la majestad de su reina. S. Bernardo ( 3 ) y san
aquella santa junta para inflamar su corazon en el amor Andrés cretense (4) lo dicen bien claramente y afirman
de los bienes eternos y desasirlo eficazmente del afec- que todas las legiones de la milicia de Dios se'pusieron
to de todas las cosas bajas y caducas ! Pero basta por «n orden para conducirla y acompañarla ( 5 ) . Mucho
ahora: ya llegaremos á tiempo para tributar el ultimo
obsequio á este sagrado depósito: entretanto dispon-
gámonos á seguir á su bendita alma que va á entrar en tiiril al
- 1 de do
™¡t' bcalB
( 3 ' Sermo i de Assurant.
el cielo. T j t - „ , ... ( i ) Oral. 1 de dormit. B. V.
Caot. 9. (6) Adición de l a madre II.
menos m o t i v o t e n e m o s de dudar respecto de las almas que voluntariamente le presentarían u n día sus coronas
bienaventuradas, que sin comparación le estaban mas y estados como pretendiendo depender de ella y tenerlas
obligadas q u e aquellos. Figurémonos pues con S. Gre- en feudo de su bondad, según se dirá mas largamente en
gorio de T o u r s (1) que la conducta de aquella admira- otro lugar (1). Las virtudes expresaban de diversas m a -
ble comitiva se dio al glorioso S. Miguel como a principe neras los prodigios que ella había obrado y debía de
déla corte celestial, el cual para hacer en todas maneras obrar en el mundo para promover la gloría de Dios. Las
inimitable este triunfo dividió el cielo en dos bandas, dominaciones la hacían reconocer por medio de las v i c -
la una de los ángeles y la otra de los hombres, y cada torias que había alcanzado ya y debía de alcanzar como
una en diferentes órdenes según las diversas libreas el único azote de los vicios y el terror de los enemigos
que debían de llevar, y las calidades de la señora a quien de Dios. Las potesiades con sus cetros, sus coronas y
habían de representar. Los ángeles iban los primeros las otras insignias de soberanía daban bastante á enten-
bajo el g u i ó n de la inocencia llevando cada cual algún der que la honraban como á reina de la tierra y del cielo.
geroglílico de la suma pureza de la madre de Dios: Entre estas y los tronos marchaba ella con un tren que
quién la denotaba con el oro acrisolado, quien con el no se puede explicar -, pero volveremos incontinenti á
unicornio ó el armiño, enemigo de toda suciedad, quien considerarla despacio, luego que hayamos referido lo que
con cualquiera d e esas figuras que nos han suministrado falta de la pompa triunfal. Los tronos por diversos e m -
los santos padres al hablar de la exención de Mana de blemas hacían ostentación del principio de la dicha de Ma-
todo pecado. Seguían los arcángeles, que como gober- ría y decían sin hablar que era el trono del Padre, el pa-
nadores de las provincias de este mundo llevaban los lacio del Hijo y el santuario del Espíritu Santo. Era de
distintivos do las que estaban encomendadas a su cui- ver cómo los querubines y serafines brillando por cima de
dado, dando á entender asi que todas ellas se recono- los demás trataban de realzar la eminente ciencia y la
cían tributarias de la Virgen santísima. Los principados abrasada caridad de la Virgen , porque con todas sus d i -
hacían lo mismo con los reinos que estaban sujetos a visas y motes hacían protestas públicas de que la suya no
ellos, y de antemano le mostraban los principes y revea era nada en comparación de la de ella.
n i . Despucs de todos estos espíritus alados venían
en buen órden los primeros frutos de la iglesia naciente,
/ . de B l e m u r . - «Leemos d e a l - sanio d e los sanios? quiero decir, los que ya habían subido de la tierra al
guoos s a n t o s q u e f u e r o n a c o m - qu.os no t r b u u r . a o a su m « U
paliados d e l o s a n g e l e s , los c u a - ñera en el d í a . d e su m u o i o cielo y habían empezado á ocupar las sillas vacantes de
l e s c a n t a b a n h i m n o s celestiales ¿Que r e d b i m i e n l o no le resullas de la rebelión antigua. Las vírgenes iban las
hasta e l l u g a r d e su s e p u l t u r a , ¿Que voces d e j í b i l o . que ™
como se c u e n t a del i l u s t r e san bauzas y q u é a r « M l a c e l e s ™
primeras como que tenían mas semejanza con la Virgen
M a r t i n y d e Lázaro . de q u i e n no se o r n a n e n t ó n w a - ¿ Q " por excelencia, y cada una de ellas llevaba por insignia
nos dice e l Evangelio q u e fue a g r a d a b l e c ^ e s v e r a o . 'iom- la azucena. Los mártires iban todos con una corona do
l l e v a d o a l s e n o de A b r a b a m p o r b r e s c o n f o n d r su> u n l i c o s
aquellos e s p í r i t u s b i e n a v e n t u - la músico ¡le l o a a o „ e es .
rados. Y s i los santos uo fueron ( i ) De gloria marlyrMJ,i.<.
p r i v a d o s d e e s l e h o n o r ; ¿qué no cap. 4.
(I) T r n t . 3 , o. 6 y t r a t . 4 , c a p . 8.
se baria c o a l a que es m a d r e del
l a u r e l e n la cabeza y una palma en la mano. Los confe- t i e r r a , máxime cuando Sofronio atesta que tal ha sido
sores t e n í a n sus aureolas con los oíros símbolos de su siempre el sentir de la iglesia. «La creencia común es,
confesíon y perseverancia. Los patriarcas y profetas se dice este doctor ( I ) , que el mismo Salvador salió á r e c i -
d i s t i n g u í a n p o r los ramos de oliva como por las fieles birla con semblante alegre y placentero y la condujo basta
p r u e b a s de s u rara fé y de su longanimidad, y todos su mismo t r o n o , donde la colocó cerca de s i : sí no
ellos b a j a b a n estas insignias de honor como echándolas ¿cómo podríamos probar que hubiese observado el p r e -
á los p i e s de s u reina y testificando por s u sumisión cepto de honrar padre y madre dado por él mismo?» Aña-
que l a r e c o n o c i a n por el espejo de las vírgenes, la coro- de Sofrouio que aun cuando el redentor del m u n d o no
na de l o s m á r t i r e s , la gloría de los confesores, el orna- hubiera tenido la inclinación que tenia á t r i b u t a r este ob-
mento y la h o n r a de los patriarcas y profetas. Se veían sequio á tal madre mas que todos los hijos de los hombres,
tantos c o r o s de música y de toda suerte de instrumentos debía hacerlo por su propia consideración, porque estaba
concertados c o m o escuadrones había, y la suavidad y empeñado en ello su honor , y el que daba á la V i r g e n
a r m o n í a de ellos era como preparada por Dios para ce- redundaba en é l , supuesto que la gloria de los padres es
lebrar l a e n t r a d a de s u madre en el cielo. la de los hijos. S. Bernardo no para a q u i , porque sos-
tiene que aquel hijo incomparable no se contentó con
Segunda singularidad. ser el ornamento y como el sol que alumbraba el t r i u n f o
de aquel dia feliz, sino que quiso á mas servir de escu-
IV. Y a q u e se m e ha escapado esta expresión, tiempo dero á su madre bienaventurada ( 2 ) .
es de q u e la consideremos como la singularidad mas no- V. S. Agustín dice ( 3 ) que la tenia de la mano,
t a b l e , a u n q u e es l a segunda, de su gloriosa asunción. dando este sentido al versículo 24 del salmo LXX1I,
Hubiéramosla visto con su querido hijo en medio de donde se lee: «Me tomaste de m i mano derecha, y me
a q u e l l a t r o p a celestial lo mismo que la luna entre las condujiste según tu v o l u n t a d , y me amparaste con g l o -
e s t r e l l a s ; pero l u n a mas clara que m i l soles, porque con ria;» obsequio hasta entonces inaudito y reservado para
respecto al ú n i c o sol de j u s t i c i a no tenia medida de res- aquella que habia de ser única en todos sus privilegios:
p l a n d o r y de g l o r i a . Digo con s u h i j o , porque la razón En realidad hizo tal impresión en los espíritus bienaven-
no c o n s i e n t e dudemos que este honró personalmente el turados, que todos ellos exclamaron: «¿Quién es esta
triunfo de s u saula m a d r e , pues si prometió á la que sube del desierto llena de delicias, apoyada sobre
bienaventurada Angela de Foliño , según se lee en su su amado (4)?» Y volvieron á exclamar: «¿Quién es esta
v i d a , q u e no se contentaría con que los ángeles la acom- que sube por el desierto como varita de h u m o de los
pañasen y sirviesen de escolta, sino que él mismo ven- aromas de m i r r a y de incienso y de todo polvo de p e r f u -
dría á b u s c a r l a para llevarla al cielo como á su muy que- mero (5)?» «¿Quién es esta, dice S. Bernardo ( 0 ) , y de
r i d a esposa; s i 110 negó esta merced á otras muchas al-
mas s a u t a s , c o m o es m u y creíble; dejo al j u i c i o del lector
si h a b r í a podido negarla á su amadísima madre, á su ( i ) Sermode Assampt. ¡4) Cantío.Vil!, 5.
(?) Sermo 4 de Assampt. (5) Ibid. ffl, 6.
esposa s i n p a r , á la que era la honra d e l cielo y de la ( 3 ) Sermo 35 de sanctis. (6) Sermo 4de Assumpt.
dónde puede venir á una mujer mortal tanta afluencia Tercera singularidad.
de delicias? ¿Qué quiere decir que nosotros mismos,
que somos inundados del torrente de delicias salido de VI. Mientras nosotros estamos parados, la Virgen si-
la presencia de Dios, no tenemos una cosa igual? ¿Cómo gue adelante, y sin que lo advirtamos, hace su entrada
puede ser que so encuentren unos tan ricos atavíos de- en el cielo. Henos aquí en el punto del recibimiento que
bajo del sol, donde no hay mas que trabajos y aflicción le hizo la beatísima Trinidad: última singularidad de su
de espíritu? ¿Qué diamantes son el d o n d e fecundidad triunfo. Dice S. Ambrosio ( I ) que cuando entró en el
engastado en el oro do la virginidad, la insignia de hu- cielo el emperador Teodosio, los ángeles diputados para
mildad , la rosa decaridad, el collar de misericordia, to- recibirle le preguntaron qué es lo quo habia hecho en el
das las riquezas de gracia y gloria reunidas para adornar mundo. Dios m i ó , ¡ qué respuestas tan cumplidas h u -
á una criatura que sube de un desierto ?»«¿Quién es esta, biera podido dar la Virgen á esta pregunta, si el decoro
dice San Ildefonso (1), quo sube como una varita de hubiese permitido detenerla á la puerta del cielo para
humo ? Es la vara salida de la raiz do Jessé, que es co- preguntarle tal cosa, ó mas bien si la modestia no la
mo un perfume compuesto de todos los polvos aromáti- hubiese impedido á ella de responder! ¡ Qué buen tema
os y abrasado en el /uego de la caridad. Vedla subir hubiera tenido su amado hijo para hacer el panegírico
como humo de incienso y holocausto d i v i n o , que lleva de tan digna madre! ¿Qué no hubiera podido decir de la
hasta el cielo el olor de sus singulares virtudes. Donde única que mereció darle nuestra naturaleza, llevarle en
se observará que el pasmo de los ángeles no se funda en su seno, criarle y servirle por tanto tiempo? ¿Qué no
la virginidad de la madre de Dios solamente, aunque es hubiera podido decir de la que despues de él fué el p r i n -
sin ejemplo, sino en la inmensidad de su gracia y de cipal instrumento de la reparación de los hombres, y
todas las virtudes juntas, que hicieron de ella una ver- á quien de consiguiente están obligados todos ellos por
dadera manzana de olor. Pero á medida que, ellos publi- babor sido restaurados en la gracia y por su eterna
can su pasmo, se oye responder á los heraldos del cielo: bienaventuranza? Pero una vez que su calidad no con-
Es la hermosa entre las hijas de Jerusalen; como si sentía tal pregunta y por otra parte eran bien conocidos
quisieran decir: No os admiréis: este es un hecho sin sus méritos, digamos mas bien que así que entró en el
ejemplar y sin consecuencia: es un honor que solo cor- cíelo, uno de los primeros arcángeles gritó cuanto pudo
responde á aquella por quieu Dios quiere vaciar las ar- en lenguaje celestial lo que decia antiguamente un he-
cas de su gloria y ostentar toda la magnificencia del raldo cuando salía de su palacio el rey de los escitas en
cielo. Oh Dios, ¡quéamoroso eres para con los que te las principales solemnidades: Todos se postren en tierra;
aman, y qué fiel para con los que te sirven! ¡De qué todos adoren la majestad. Despues do tributados es-
manera honras á los que te honran! ¿Y cómo nuestros tos primeros homenajes fué conducida la Señora á la
corazones están aun tan helados y tienen tan poco co- presencia de la santísima Trinidad. Entonces el padre de
nocimiento de un Dios tan bondadoso y tan grande?« las eternas misericordias inclinándose sobre el cuello de

(I) Sermo a de Assumpl, (I) Oral, i " tunero Thaodos.


su amada hija levantó los diques que habian contenido §. 111.—De ios admirables privilegios de su sagrado cuerpo.
hasta allí el ímpetu de su amor, para inundar de un gozo
inexplicable á aquella bendita alma y anegarla en el pié- I . Mientras la iglesia triunfante está de fiesta y re-
lago de sus inestimables delicias. Entonces la bondad gocijo según el privilegio de su nombre, el reducido r e -
del Espíritu Santo no siendo ya detenida por ninguna baño de Jerusalen, deshecho en llanto y lleno de amar-
consideración descubrió á su casia esposa la dicha de gura , se consuela lo mejor que puede, dice S. Juan Da-
tener tal esposo. Entonces el Hijo le manifestó que nada masceno ( I ) , con la prenda que le queda de su buena
le impedía de honrar á su madre según toda su vo- madre. Hay entre todos ellos una santa porl'ia sobro
luntad. Entonces la inmensa Trinidad hizo ver á toda, quién tendrá mas tiempo abrazados sus pies, quién los
la corte celestial los tesoros de gloria que tenia prepa- bañará mas con sus lágrimas, quién besará sus manos
rados abeterno para la que debía de ser la maravilla de mas despacio, quién tendrá la dicha do poseer alguna
gloria como era el prodigio de gracia. Entonces fué co- reliquia que haya tocado aquel sagrado cuerpo. Pero al
locada ella en su silla real, según diré inmediatamente, cabo hay que dar tregua á estos desahogos para practicar
y los ángeles primero y después las primicias del rebaño lo que es de justicia y celebrar las exequias de la madre
de Jesucristo se presentaron en hilera á hacerle reveren- de Dios.
cia, á poner sus coronas á los pies de ella y á recono- Primer privilegio.
cerla como á su señora y soberana (1).
Pero tal vez se ofenda el cielo de que yo intente tarta- II. Comenzaré la relación de sus privilegios por el de
mudear sobre aquello de que acaso no me es permitido la mas lucida y honrosa comitiva que se ha reunido
hablar, y porque quiero explicar con palabras huma- jamás, para lo cual procuraré no separarme del discur-
nas unos honores que son divinos, y medir con la vara so de S. Juan Damasceno. Este despues de todos los pa-
de m i corto entendimiento la majestad de ese triunfo. dres citados arriba (2) cuenta que lavado y amortajado de-
Virgen santa, si he faltado en esta parte, te pido per- centemente el sagrado cuerpo se encendieron cirios ben-
don: achácalo á la flaqueza de m i inteligencia, que se ditos al rededor del féretro y se empezaron á entonar
vale de toda la magnificencia que es capaz de imaginar, cánticos solemnes según el orden dispuesto por el Salva-
para hacer u n a peana á tu gloria y honrar tus grandezas. dor, haciendo los ángeles por otra parte resonar el aire
con su celestial armonía (3). Y á la manera que el rey
(1 ) Adteion de la madre M. ria enseñando á su hijo los v i r - David cuando quiso trasladar el arca de la alianza á la
J. de lílemur. — « Pero aunque ginales pechos que le amaman-
esta fiesta sea enteramente suya, taron . habla eficazmente en
podemos decir que también es nuestro favor: y como e l Hijo es
nuestra en c i e r t o m a n e r a , p o r - nuestro medianero para con el ( 1 ) Oral. 2 de dormit. Yirg.: c. 40: Audr. Creteus., Oraf. 2 de
que esa misma Virgen es nues- Padre, ella es nuestra protec- Melaphrast., Orat. de vila e l d o r m i t . Deipàra: c l c .
tra m a d r e , nuestra abogada y tora ante la majestad do su hijo, dormit.H.Virg.:Nicepiior.,Hist. (31 Sophron., Serrno de As-
medianera. Con efecto asi como j u n t o á quien reside yante quien I. 2, c. 22. sumpt.: S. Ildephons., Sermo de
el Hijo mostrando sus sagradas colmada de gracias y delicias 2) S. Dionys., De divin. Assumpt.: S. Joan. Oamasc.,
Hallas al Padre intercede pode- no cesa de rogar por los peca- nomin., 1. 3.: Invcnal, ayebiep. Oral. 2 d e d o r m i t . 11. Virg.
rosamente por nosolros, asi M á - dores.» jerosol. i n hisl. euthymiaca, 1.3,
su amada hija levantó los diques que habian contenido §. 111.—De los admirables privilegios de su sagrado cuerpo.
hasta allí el ímpetu de su amor, para inundar de un gozo
inexplicable á aquella bendita alma y anegarla en el pié- I . Mientras la iglesia triunfante está de fiesta y re-
lago de sus inestimables delicias. Entonces la bondad gocijo según el privilegio de su nombre, el reducido r e -
del Espíritu Santo no siendo ya detenida por ninguna baño de Jerusalen, deshecho en llanto y lleno de amar-
consideración descubrió á su casia esposa la dicha de gura , se consuela lo mejor que puede, dice S. Juan Da-
tener tal esposo. Entonces el Hijo le manifestó que nada masceno ( 1 ) , con la prenda que le queda de su buena
le impedia de honrar á su madre según toda su vo- madre. Hay entre todos ellos una santa porfía sobro
luntad. Entonces la inmensa Trinidad hizo ver á toda, quién tendrá mas tiempo abrazados sus pies, quién los
la corte celestial los tesoros de gloria que tenia prepa- bañará mas con sus lágrimas, quién besará sus manos
rados abeterno para la que debia de ser la maravilla de mas despacio, quién tendrá la dicha do poseer alguna
gloria como era el prodigio de gracia. Entonces fué co- reliquia que haya tocado aquel sagrado cuerpo. Pero al
locada ella en su silla real, según diré inmediatamente, cabo hay que dar tregua á estos desahogos para practicar
y los ángeles primero y después las primicias del rebaño lo que es de justicia y celebrar las exequias de ia madre
de Jesucristo se presentaron en hilera á hacerle reveren- de Dios.
cia, á poner sus coronas á los pies de ella y á recono- Primer privilegio.
cerla como á su señora y soberana (1).
Pero tal vez se ofenda el cielo de que yo intente tarta- II. Comenzaré la relación de sus privilegios por el de
mudear sobre aquello de que acaso 110 me es permitido la mas lucida y honrosa comitiva que se ha reunido
hablar, y porque quiero explicar con palabras huma- jamás, para lo cual procuraré no separarme del discur-
nas unos honores que son divinos, y medir con la vara so de S. Juan Damasceno. Este despues de todos los pa-
de mí corto entendimiento la majestad de ese triunfo. dres citados arriba (2) cuenta que lavado y amortajado de-
Virgen santa, si he faltado en esta parte, te pido per- centemente el sagrado cuerpo se encendieron cirios ben-
don: achácalo á la flaqueza de m i inteligencia, que se ditos al rededor del féretro y se empezaron á entonar
vale de toda la magnificencia que es capaz de imaginar, cánticos solemnes según el orden dispuesto por el Salva-
para hacer u n a peana á tu gloria y honrar tus grandezas. dor, haciendo los ángeles por otra parte resonar el aire
con su celestial armonía (3). Y á la manera que el rey
(1 ) Adición de la madre M. ría enseñando á su hijo los v i r - David cuando quiso trasladar el arca de la alianza á la
J. de lílemur. — « Pero aunque ginales pechos que le amaman-
esta fiesta sea enteramente suya, taron . habla eficazmente en
podemos decir que también es nuestro favor: y como e l Hijo es
nuestra en c i e r t a m a n e r a , p o r - nuestro medianero para con el ( I ) Oral. 2 de dormit. Virg.: c. 40: Andr. Crelens., Oral. 2 de
que esa misma Virgen es nues- I'adre, ella es nuestra protec- Melaphrast.. Orat. de vila et d o r m i t , lîeipara.- etc.
tra m a d r e , nuestra abogada y tora ante la majestad de su hijo, dormit.n.Virg.:Niceplior.,Hist. (31 Sophron., Seriuo de As-
medianera. Con efecto asi corno j u n t o á quien reside yante quien I. 2, c. î i . sumpt.: S. Ildepbons., Sermo de
el Hijo mostrando sus sagradas colmada de gracias* y delicias 2) S. Dionys., De divin. Assumpt.: S. Joan. Damasc.,
llagas al Padre intercede pode- no cesa de rogar por los peca- nomin., 1. 3.: Juvcnal, arehiep. Oral. 2 d e d o r m i t , li. Virg.
rosamente por nosotros, asi M a - dores.» jcrosol. i n hisl. eutbyrmaca, 1.3,
á honrar la pureza y la integridad, nunca las mereció
casa que habia edificado (1), mandó congregar á los sa-
ninguna criatura mejor que la virgen de las vírgenes, la
cerdotes, á los principes del pueblo y á las personas
cual según testimonio de S. Juan Damasceno (1) fue la
mas visibles de Jcrusalen, y entonces llevándola en hom-
castísima é inocentísima paloma que en aquel día salió
bros los sacerdotes y siguiendo detrás todo el pueblo,
del arca de su cárcel temporal para ir á respirar el aire
fué conducida al templo y colocada en el lugar prepara-
puro de la felicidad eterna y traernos de allí las buenas
do debajo del tabernáculo; asi en esta ocasion los prin-
nuevas de nuestra paz y nuestra reunión con Dios.
cipes de la iglesia y los primeros hombres del mundo
Stgundo privilegio.
recibieron sobre sus hombros el arca mística del nuevo
testamento para llevarla al sitio destinado. La distingui-
III. Luego que llegaron ios apóstoles y los que los
da comitiva tomó el camino del monte Olívete atravesan-
acompañaban al valle de Getsemani, donde el Salvador su-
do la ciudad con sumo orden y con singular compostu-
dára aguaysangre, y donde estaba preparado el sepulcro
ra y gravedad. Iban cantando solemnemente los salmos,
de la virgen Maria, pusieron su ligera carga sobre una
y los ángeles, aunque invisibles, tributaban todo gé-
mesa, y entonces no hubo grande ni pequeño que no
nero de honores y obsequios á aquel sagrado cuerpo,
quisiera besar por última vez aquel cuerpo y derramar
lie leído en S. Gregorio de l'ours (2) que hubo antigua-
sobre él las postreras lágrimas. Renovóse el llanto con
mente cerca de la ciudad de Clermont en la Auvernia
mas amargura y se exhalaron suspiros tanto mas hondos
una doncella de excelente virtud llamada Jorja, y ha-
y dolorosos, cuanto mas próximo estaba el instante de
biendo muerto, como se tratase de levantar el cadáver
separarse de aquella á quien habían amado tan tierna-
para conducirle á la iglesia, comenzaron á volar una
mente. Todos hubieran pasado allí gustosísimos el resto
bandada de palomas y la siguieron hasta el templo, en
de su vida; pero fué preciso dar tregua al sentimiento y
cuyo techo se posaron sin separarse de allí hasta que
encerrar el sagrado cuerpo en el sepulcro; hecho lo cual
se dio tierra al cuerpo. El mismo santo refiere (3) otra
tomaron la vuelta de Jerusalen 110 hablando de otra cosa
cosa aun mas maravillosa en la vida de santa Olalla, á
que de las alabanzas de la Virgen, de los singulares ejem-
saber, que en torno de su sepulcro hay tres árboles, los
plos que les habia dejado, y de las inestimables gracias
cuales por diciembre, que es cuando se celebra la fiesta
que habia recibido ella de Dios y por su medio todo el
de la santa, echan unas flores semejantes á las palomas,
mundo. Tal vez dirían como S. Andrés Cretense en su
blancas como la nieve, que embalsaman el aire con un
primera oracion sobre ei tránsito de la madre do Dios:
olor del paraíso y hacen esperar un buen año á todos
.¡Qué maravilla es esta que hemos visto encerrada en un
los habitantes de la comarca, porque si por desgracia
pequeño ataúd á la que llevó en sus entrañas al Dios
faltan, es para ellos un presagio certísimo do algún si-
del universo, el cual no puede ser contenido en ningún
niestro contratiempo. Y si las palomas están destinadas
lugar! ¡Qué maravilla que laque hospedó al Señor en su

!) II. Reg. VI. (3) De g l o r i o m a r t y r . , c. 31. (I) Oral. 1 de Assumpt.


¡) De gloria conf., o. 31.
seno y descansa sobre los querubines, haya sido encer- bernáculo de Dios y verdadera arca de la alianza hecha
rada poco antes en u n estrecho sepulcro! ¡Qué maravilla de una madera incorruptible. Le llamo incorruptible por
que hayan bajado los ángeles para honrar el tránsito gracia y privilegio solamente, porque en cuanto á la na-
de esta benditísima m u j e r , como en otro tiempo honra- turaleza tenia los mismos principios que los nuestros y
ron el instante déla encarnación del Yerbo en las entra- estaba sujeto á los mismos accidentes. Pero ¿cómo que-
ñas de la misma! ríamos que hubiese entrado en ella la corrupción, dice
IV. Mientras ellos prosiguen en sus amorosos lamen- S. Juan Damasceno, cuando en su seno se había aposen-
tos y se retiran tristes y abatidos, adelantémonos nos- tado la vida? Esto hubiera sido contra todo derecho y r a -
otros un poco para postrarnos con el corazon y con el zón y no podia convenir á un cuerpo que había llevado á
alma ante aquel sagrado sepulcro: no estaremos mucho Dios, como se expresa el santo. Andrés de Jerusalen, varón
tiempo sin ser testigos de las maravillas de Dios, segun- de singular mérito y excelente santidad y doctrina, sostie-
do privilegio del sacrosanto cuerpo de la Virgen. Con ne con resolución (1) «que la carnede la virgen Maria no
efecto atesta S. J u a n Damasceno con los padres susodi- padeció mas corrupción despnes de su muerte qne en
chos haber sacado de los archivos de la respetable tradi- la concepción y el parto del Verbo encarnado.» S. Ger-
ción que en cuanto se difundió por la ciudad de Jeru- mán, patriarca de Constantinopla, habla de esta suerte
salen la nueva de la muerte de la Virgen, concurrieron á la Señora (2): «Tu espíritu está vivo y gozando délos
á su sepulcro innumerables gentes, y que el Salvador frutos de la bienaventuranza eterna, y tu carne no pasó
hizo experimentar l a asistencia favorable de su ama- por las leyes del sepulcro para experimentar corrup-
disima madre á los q u e acudieron atraídos de la devo- ción.» S. Agustín emplea gran parte de su precioso ser-
ción. Con solo tocar el sepulcro como antes non el con- món sobre la asunción de la Virgen en probar esta
tacto de su cuerpo sacratísimo los ciegos recobraron la verdad. Ve aquí una breve muestra: «No negamos que
vista, los cojos echaron á andar, los sordos oyeron, sa- pasó bajo del yugo común de la muerte; pero de lo
naron los enfermos d e toda clase de enfermedades, y los que se trata es de saber si la prerogativa que tenia de
pecadores (que se sentían inmediatamente movidos ¿do- ser templo de Dios, podia permitir que la misma m u e r -
lor de sus culpas) recuperaron la completa salud de sus te la tuviese cautiva y bajo la esclavitud de la condicion
almas. En una palabra no hubo una persona que se vol- común reduciéndola á polvo y haciéndola pasto de los
viese de allí sin alcanzar alguna merced particular por gusanos. Porque asi como sabemos que su hijo y nues-
la intercesión de a q u e l l a á quien Dios quería honrar en tro Salvador no sufrió la sentencia del primer hombre en
el sepulcro. El m i s m o santo padre cita ejemplos; pero aquello que desdecía de la divinidad de su persona, asi-
no tengo espacio para detenerme. mismo hemos aprendido en la escuela cristiana á p r i v i -
legiar á su madre, cuya santidad y gracia fueron tales,
que mereció singularmente hospedar á Dios cuando vino
Tercer privilegio.

V. No me detengo, porque me espera el tercer privi-


legio, que es la incorrupción de este cueipo, digno ta- (i) Oral. 5 de dormit. Virg. (2) Hom. de d o r m i t . Vlrg.
al mundo. ¿Ignoramos por ventura que tiene un hijo
Cuarto privilegio.
omnipotente, el cual dijo de si ( I ) : «Toda potestad me
ha sido dada en el cielo y en la tierra? Y si quiso salvar
VI. El cuarto privilegio de este sagrado cuerpo es
la integridad de su madre cuando esta le concibió; ¿por
que inmediatamente fué reunido á su alma gloriosa para
qué no había-de querer conservarla despues de su trán-
ser transportado al cielo. S. Juan Damasceno lo asevera
sito impidiendo los malos efectos de la muerte? El que
en las dos oraciones que compuso sobre la asunción de
pudo conservar el sello de su virginidad naciendo de ella,
nuestra señora. E n l a p r i m e r a le dice asi: «Tu cuerpo in-
¿no tendría el poder ó carecería de la voluntad de pre-
maculado no quedó en la tierra; sino que fué llevado al
servarla de la corrupción despues de su muerte? Se trata
cielo, como que era el de la reina del universo y madre
del honor del uno y de la otra, porque la carne de Jesús
de Dios.» En el segundo atesta con los escritores a n t i -
es la de María, á la que tiene motivo de querer honrar y
guos ( I ) «que esto acaeció al tercer dia de su muerte y
glorificar no solo en su propia persona, sino en la de
conmuyjustarazón, porque era congruente que la que
su madre, porque es muy razonable que su trono y su
habia recibido en su seno al criador de todas las cosas,
tálamo nupcial se hallen donde está él, y que un tesoro
fuese recibida en los tabernáculos eternos; era preciso
tan precioso no se pierda en la tierra, sino que se guarde
que la hija amada entrase en la casa de su padre y que la
cuidadosamente en el cielo. Nunca afirmaría yo esto,
madre fuese reconocida como señora en el reino de su
si no formase una idea muy diferente de ese cuerpo sa-
hijo.» El famoso historiador Glicas lo confirma en la ter-
grado que del mío, el cual no tiene nada que pueda exi-
cera parte de sus Anales, diciendo que aunque la V i r -
mirle de la ley general de la corrupción. I'ero en cuan-
gen santísima estuvo sujeta á las leyes de la naturaleza
to al suyo, además de haber sido depositario do las gra-
en cuanto á la muerte y fué sepultada, no obstante ven-
cias mas señaladas de Dios, tenemos la promesa cierta
ció á la naturaleza, porque ni el sepulcro, ni la muerte no
que nos hizo de que quiere tener consigo á sus siervos y
pudieron impedir que ella saliese del duro sepulcro sin
ministros (-2). Y si seconcede estagracíaá los que le ha-
dejar mas prenda que sus sudarios á imitación de su
yan hecho algún servicio: ¿qué diremos de la que le crió,
hijo. El emperador León, apellidado comunmente el sa-
le sirvió y le asistió hasta la muerte? Si esta no está junto
bio ó el filósofo y excelente panegirista de la madre de
á él: ¿dónde habrá que ponerla? Si el Señor tiene tai cui-
Dios, en una oracion sobro su tránsito, que él llama sue-
dado de sus amigos, que impide que caiga u n solo ca-
ño á la manera de los otros autores griegos, le dirige
bello de la cabeza de ellos; si conservó sanos y salvos á
estas bellas palabras: «Oh Virgen santa, que alcanzaste el
los tres mancebos en el horno de Babilonia y á Daniel en
precio de las bendiciones de Dios, ¿qué es lo que has re-
el lago de los leones; ¿como habiade olvidarse de su ma-
cibido del único que es grande en todo cuanto hace?
dre, á quien otorgó gracias y mercedes incomparable-
mente mayores?» Asi se explica el esclarecido obispo de
Hipona.
. ( I ! Juvenal.,atchiep. j e r o s . , d o r m i t . B. V i r g . : Niceph., Hlst.
m hist. Enlhvmiaca , 1 . 3 . , c. 40: eccles., 1. 2, c . 23.
Metapbrast., Oral, de v i t a et
(I ) .Mai. XXVIII. (2) Joan. X I I .
Tono I . 26
¿Qué es lo que vemos? ¿Qué oslo que oímos? ¿Qué es-
muy oportuno cuando habla al- sepulcro de la sacratísi-
pectáculo tenemos delante de los ojos? Olí santa señora,
ma Virgen lo mismo que si este tuviera conocimiento y
verdadera arca de santificación, tálamo nupcial del es-
razon. • ¿Dónde está ahora, le d i c e ( l ) , oh sepulcro el mas
poso celestial, único trono de Dios, ¿no eres tú llevada
distinguido y santo que ha habido nunca despues del del
hoy al magnífico templo que edificaron allá arriba las
Salvador, dónde está el oro finísimo que los apóstoles de-
manos del Omnipotente? ¿No te ha ensalzado sobre to-
positaron en ti por sus manos? ¿Qué se ha hecho el ines-
dos los coros de los ángeles, á ti de quien tomo el la ves-
timable tesoro que recibiste? ¿Qué noticias me das de la
tidura de uucstra naturaleza y á quien honra ahora en
mesa mística y animada de proposicion? ¿Qué es del
t u persona? ¿No se ponen en orden los espíritus bien-
libro nuevo donde fué escrito el Verbo divino sin mano
aventurados para recibirte según tus méritos?. Asi habla
de hombre de una manera inefable? ¿Que del piélago de
aquel ínclito príncipe y devoto siervo de la Virgen, que
las gracias del cíelo? ¿Qué del manantial de las maravi-
me daría excelen te ocasion, si quisiera yo aprovecharla, de
llas de salud ? ¿Qué de la fuente de vida? ¿Qué (para ha-
describir el segundo recibimiento que tuvo nuestra rema
blar mas claramente) del amadísimo cuerpo de la bien-
en el cielo, cuando á los tres dias del primero su ben-
aventurada madre de Dios? Pero ¿para qué buscas (res-
dita alma acompañada nuevamente de la corle celestial y
ponde el sepulcro) á la que está viva en la casa de la
del rey de la gloria su amado hijo bajó al sepulcro para
muerte, y por qué me pides cuenta de ella, como si estu-
reunirse á su cuerpo, el cual dejados en el instante los
viera en mis facultades resistir á los mandatos divinos?
vestigios de la mortalidad apareció mas limpio que una
Verdaderamente me he desprendido de él muy á mi pe-
peria" oriental y m i l veces mas brillante que el sol y fue
sar; pero aunque me lia dejado, ha pagado bien su es-
á ocupar el trono que le estaba preparado, con un triun-
tancia, porque he heredado su mortaja, mas preciosa que
fo enteramente nuevo, que prefiero dejar á la conside-
todos los tesoros del mundo, me ha perfumado con un
ración del lector antes que oscurecerle con mis pala-
aroma celestial, me ha llenado de una v i r t u d divina, me
bras (1).
lia hecho un templo digno de todo honor y ha colocado
Quinto privilegio.
al rededor de m i un cuerpo de guardia escogido y sacado
de la milicia celestial. Desde entonces he venido'á ser el
VII. Pero antes de pisar adelante para contemplar las
terror de los demonios, el consuelo de los afligidos y el
restantes prerogativas de este sagrado cuerpo encuentro
asilo de los pecadores. Venid, acudid quien quiera que
la quinta eu el mismo sepulcro que acaba de dejar, por-
seáis, los que deseáis libraros de algún mal ó gozar de al-
que todas las gracias con que Dios favoreció aquella piedra
gún bien, porque Dios no ha puesto limites á sus l a r -
insensible, se le otorgaron únicamente por el deposito
guezas desde que yo recibí la fuente de gozo y la rica
que había tenido. Parécemeque'S. Juan Damasceuo esta
'ena de los tesoros celestiales.

( O S. A l t a n « . , liom. de son- de Assumpt, e l alii ^ a p o d


cliss! Deipara: Sophrou.. Serra. Crisloph. a Castro, Bist. Dupa
¡1) Oral. 2 de dormit. S. Mari®.
de Assutnpl.: S. Augusl., Seno. t » . o. 20, u. 10.
Sexto privilegio. IV. — De las excelencias incomparables de su sanlisima alma

Viu V i n i e n d o Analmente a l cuerpo glorioso de esta


I Cuenta H i n c m a r o , arzobispo de R c i m s , en la vida
reina t r i u n f a n t e , la última p r o r o g a t i v a de las que inten-
,ie su predecesor S. Remigio que llegado el día en que
to recopilar es que sobre todas las singulares calidades
había de ser bautizado el ilustre Clodovco, p r i m e r rey
l l a m a d a s de o r d i n a r i o dotes de los cuerpos gloriosos, de
cristiano de los franceses, el santo prelado para hacer
las que «ozó de un modo m u y excelente, el suyo tiene
mas solemne la ceremonia y atraer el corazón de. los f r a n -
u n cierto esplendor p a r t i c u l a r í s i m o é incomunicable a
cos al amor de la religión cristiana mando colgar las
ningún otro c o m o una participación del inefable que sale
calles desde el real palacio hasta la iglesia con os mas
del "cuerpo del Salvador; esplendor que ella poseo a titulo
ricos tapices que pudo haber á las manos con t e l a s d e
de madre de Dios como señal de l a dignidad real y del po-
seda y otras preciosas, sembrando el suelo de llores y
der absoluto q u e t i e u e en la c o r l o de su l u j o ; esplendor
verbas olorosas y perfumando además toda la carrera con
tan suave y deleitable, que c o m o mostrare en el capi-
'exquisitas aguas de olor. Cuando el rey salió con su cor-
tulo X U I una de las p r i m e r a s glorias accidentales do
te v acompañado del venerable obispo, a quien llevaba de
los bienaventurados es ver ese rostro que sobrepuja toda
a m a n o , no pudo menos de p r e g u n t a r l e : «Padre, ¿es
hermosura S. Bernardo lo dice claramente en estos t é r -
este el reino de que tanto me habéis hablado y que me
minos en el primer sermón de l a Asunción: «Hoy l a b o -
habéis prometido tantas veces?. A lo que replico el santo
riosa Virgen subiendo al cielo l i a colmado de gozo a los
« S e ñ o r , hay mucho que d e c i r ; e s t e n o e ^ n a s que e
moradores de aquellas regiones por un aumentó extraor-
principio del camino por donde se llega alia • Aquí
dinario de alegría, porque si el alma del Bautista sin-
tengo vo algún motivo para decir lo mismo de l a mate-
tiéndola solamente dentro d e l claustro materno salto
ria qu'o tratamos, p o r q u e bien pudiera suceder q u e h a -
de "ozo ¿cuál deberá de ser el regocijo de los que tienen
biendo alguno oido .antas grandezas de la madre de Dios
la dicha de oír su dulce voz, de ver su agraciadísimo
sé persuadiese á que ya no hay nada que decir y que 1 e-
semblante y de gozar de su b e n d i t a presencia? Por nues-
I s llegado á l a cumbre de sus excelencias. Pero esta-
tra parte no pensemos que es pequeño el motivo que
co m«Y lejos de eso. porque hasta ahora no hemos
hay para alegrarnos con e l l o s , porque todo el mundo
hecho otra cosa que c o n d u c i r l a al templo de la gloria,
siente los efectos de la gloria de María; pero especial-
donde ha de recibir el c ú m u l o de los honores eternos.
mente el rielo qué habitamos, en atención a que lia re-
Con efecto el santo a r z o b i s p o de Candía queriendo pre-
cibido un incremento inexplicable de claridad desde que
parar los ánimos para el discurso que hace de las gran-
se ha colocado la antorcha v i r g i n a l en el aparador emi-
de a de la V i r g e n , despues de decir que es detener-
nente ¡Oh faz adorable! ¡Oh rostro d i v i n o , que desean
se demasiado fuera sin entrar en el santo de los santos y
contemplar los ángeles! ¿Cuándo tendremos nosotros a
despues de hacerlos esperar que allí encontraran a go
dicha ¡le verte cara á cara y p a r t i c i p a r de la du cediim
ma grande que lo que han visto, les advierte q u e ante
bre que tu presencia d i f u n d e por lodo el ámbito del
W h p u r i f i q u e n sus labios con el contacto del carbón se-
paraiso?»
ráfico y sus entendimientos con una elevación de pensa-
miento y un animoso desprecio de todos los afectos t e r - te descubre mas perfección y grandeza en la divina esencia
renos y que sin u n a gracia muy particular de la misma que los mas encumbrados querubines y los mas abrasados
Virgen no pueden esperar ser admitidos á la indagación serafines. Esto es lo que significa S. Juan Crisòstomo
de sus grandezas ( 1 ) . Asi bajo de tú a m p a r o , oh santa cuando dice en su l i t u r g i a , que María es incomparable-
madre m i a , enlraré y o en ese santuario para considerar mente mas gloriosa que los serafines, y S . Lorenzo Justi-
las excelencias de la gloria que fué comunicada á tu san- uiano cuando afirma (1 ) que toda la felicidad que admira-
tísima a l m a , a u n q u e conozco muy bien que diré poquí- mos en los bienaventurados, se encuentra con grandísima
simo por no poder s u f r i r el resplandor de ella. Pero tal ventaja en Maria y que de ahí procede el pasmo de los an-
vez sea aun demasiado para m i , que debia de contentar- geles cuando preguntan quién es. S. Efren, discípulo de
me con postrarme á t u s piés sin tener la osadía de "levan- S. Basilio, dice (2) con el Crisòstomo que sin comparación
tar los ojos para m i r a r t e á la cara. excede en gloria á todos los bienaventurados: q u é es la
maravilla del mundo y superior i todas las otras maravi-
llas: en fin que es la corona de todos los santos; pero
Primera excelencia.
tan brillante que deslumhra á los que la m i r a n . S. Pedro
Damiano habla claramente y sostiene (5) que no solo
II. La primera excelencia de la gloria de la madre de
excede á cada uno de ellos en p a r t i c u l a r , sino à todos
Dios consiste en la u n i ó n de su bendita alma con la san-
en general; lo que equivale à decir que ella sola posee
tísima T r i n i d a d , p r i m e r a fuente de gloria. Con efecto
mas gloria esencial que todos los bienaventurados j u n -
apenas puso el pié en e l cielo, cuando Dios descorriendo
tos Y en realidad supuesto que ese mismo exceso esta
el velo que antes lo i m p e d i a , le manifestó en su divino
ya concertado en punto de la gracia, debe de ser una
rostro maravillas incomprensibles de su p o d e r , de su
cosa resuelta tocante á la gloria ( 4 ) . Este es el pare-
sabiduría y de su bondad. Mucho tendría yo que decir
sobre esto, si los discursos anteriores relativos A la in- r < T Scrmo I d e A s s u m p t . • c i e l o s , c o m o canta la i g l e s i a . y
mensidad de su gracia no me ahorraran una buena parto 4 O r a l , de laudibus V i r g . forma p o r si un c o r o separado,
3 Serm. d o Assumpt. donde es m a s h o n r a d o D i o , ,
del tiempo que debería de emplear en ello. Pero pre-
t Ad don de la madre Ma- donde r e m a c o n m a s g l o r i a y
supuesto que la gracia que recibimos en la presente vida ria J de Memur.-«Maria es u n donde descansa m a s d e l i c i o s a -
y que lucramos con nuestras buenas obras, no es otra cíelo n u e v o una l i e r r a n u e v a , m e n l e q u e en todas sus o t r a s
u n piélago d e g r a c i a . Pero c r i a t u r a s . E l l a sola p o r l a g r a o -
que la semilla de la g l o r i a y que esta se da en el rielo á q u i é n m e d i r á la a l t u r a de este deza q u e le es p e c u l i a r , m i r a a
1
proporcion de la g r a c i a , hay que inferir por necesidad " S U a n c h u r a d e esta t i e r r a las personas d . v m a s c o m o d e -
y la p r o f u n d i d a d d e osle vasto p e o . l i e n l e s d c las a d o r a l t e p r o -
que habiendo sido la gracia sin medida, la gloria lo es l d L L - > El conocimiento de él piedades de e l l a s , y e»le solo
a l mismo tiempo y p o r consiguiente que viendo á Dios, está r e s e r v a d o A Dios s o l o , q u e coro do la sacratísima V i r g e n
aunque esté muy distante de comprenderle, no obslan- la hizo t a n g r a n d e e n g r a c i a , en r i n d e m a s h o m e n a j e á la e s e n -
glo ™ . en poder v e n i n i s e r i c o r - eia y á las perfecciones d i v i n a s
I b : d i g o en e r a d a y e n g l o r i a , que lodos los angeles y e s c o i a -
p o r q u e ta g l o r i a c s s i i m p r e c o n - dos j u n t o s , y Dios a ama a e l l a
orn e á la g r a c i a . Ella es eiisal- sola m a s q u e a todos ; lo cual no
( I ) O r a l . I de d o r m i i . D e i p a r a . zada sobre todos los coros d e d i s m i n u y e su c a n d a d para coa
los ángeles en el r e i n o d e los , sus h i j o s . »
cer de S. Ildefonso, cuando dice ( 1 ) que asi como es i n - Pues ¿por qué-no he de aplicar con todo respeto á la
comparable lo que ella hizo é inefable lo que recibió, Virgen la bella observación que S. Gregorio >'iseno
del mismo modo es incomprensible el precio de la gloria hace en un discurso de la Ascension? A la llegada del
que mereció. Añade que para poder medirle seria nece- Salvador los ángeles que iban delante, no dijeron à los
sario saber antes de qué abundancia de gracia fué llena que estaban dentro: A b r i d vuestras puertas, príncipes
la que tuvo en su seno al a u t o r de la gracia y al Dios de del cielo; sino: Levantad vuestras p u e r t a s ; porque era
majestad cuando vino al m u n d o . S. Bernardo dicc (2) tan grande la majestad del que había de entrar ( y p r o - -
que "Si el ojo no v i o , n i el oido o y ó , n i el corazon huma- porcionalmente diremos de la que habia de e n t r a r ) , que
no comprendió lo que Dios tiene preparado para los no podía caber por las puertas ordinarias. « i Oh si nos
que le a m a n , es desatino q u e r e r explicar lo que prepa- fuera dado, exclama S. Ildefonso ( 1 ) , saber hasta qué
r ó para aquella que le engendró y lo amó sin compara- extremo de contento llegó ella h o y ! ¡Oh si pudiéramos
ción mas que todos; de lo c u a l no duda nadie ( 5 ) . » Las saborearla dulcedumbre del paraíso dondo fué recibida!
palabras de estos insignes santos rne hacen compren- ¡Oh si pudiéramos comprender los honores que le tribu-
der en algún modo un dicho m u y expresivo de un buen tó toda la corte celestial ! Si nos fuera permitido entrar
siervo de la reina del cielo, el bienaventurado Estanislao en el sagrado retrete de las grandezas que se le m o s -
de Koska, novicio de la compañía de Jesús. Preguntán- t r a r o n ; no cabria nuestro corazon de gozo y contento..
dole un dia su confesor qué le parecía de la fiesta de la Pero estos deseos son mas fáciles do tener que de c u m -
Asunción que se celebraba a l siguiente, respondió el p l i r , porque como observa S. Pedro Damiano (2) , solo
devoto novicio que en aquel dia había criado Dios una aquel que la ensalzó á esta gloria y ella quo la posee,
nueva gloria en el cielo para su santísima madre. Y á pueden explicarla. Por m i parlo no dudo q u e S. Agustín
decir verdad asi era preciso, porque debajo de la ado- habla á esto propósito con tanta franqueza como lo hizo
rable Trinidad no babia o l r a bastante para igualar á los á otro semejante, cuando da por cierto que aun la que
méritos de la madre de Dios y porque ella sola debia de recibió tanto h o n o r , no comprende hasta dónde se e x -
poseer por su parte mas que l a que el Señor habia cria- tiende. Así contentémonos con saber que es absorbida en-
do hasta entonces para todos los bienaventurados y aun teramente en el Océano do las grandezas divinas y que
que la que debia de criar hasta el fin de los siglos. por medio de la luz de gloria penetra mas que nadio
en la luz inaccesible de la divinidad para contemplar al
Padre en el H i j o , al Hijo en el Padre y al Espíritu Santo
en los dos, para reconocer la profundidad de los tesoros
( 1 ) Serm ' Oc Assunip!. eminente y glorioso que bafiia
f "2 ! Serm. 1 de Ar-sumpt. en el cielo", y la hizo .sentar á su de la ciencia de D i o s , para descubrir los misterios es-
_ ( 3 ) .«iciim líela madre Ma- derecha. para que pueda decir condidos abeterno v especialmente los de nuestra reden-
ria / . B l e m u r . — «Dichosa mil ella ahora con la esposa: « Me
veces esta sania señora yo cuan- senlé á ia sombra de aqnel á ción , la mayor parle de los cuales se cumplieron en ella
do recibe al Salvador en'su casa, quien yo habia deseado, y su
ya cuando él para pagar la hos- frulo dulce á mi garganta ( ' J.w
pitalidad la puso en el lugar mas

•) CIN ie. II, 5. (1) Serin, I de Assumpt. (2) Serm. de Assumpl.


rio y libre afuera en sus representaciones hace ver lo que
y con ella, para ser transformada de resplandor en res-
quiere á los que entran á gozar de su gloriosa presencia,
plandor por el espíritu do Dios y ser inundada del tor-
y les oculta lo quo le parece. Y aunque estas sean cartas
rente de delicias que sigue á esta posesion beatifica (1).
cerradas para nosotros, q u e no hablamos de estos mis-
terios escondidos sino como los ciegos discurren de los
Segunda excelencia.
colores; no obstante en cuanto nos es permitido ayudar-
nos de las santas escrituras, de la autoridad de la iglesia
III. La segunda excelencia de su gloria es mas
y de la razón para la inteligencia de estos arcanos, deci-
proporcionada á nuestra capacidad, porque mira á los
mos que para el complemento de la felicidad de cada
efectos que salen de Dios como primera causa é idea so-
bienaventurado es como necesario con una necesidad de
berana de todas las cosas, que son los escalones ordina-
congruencia quo obliga á Dios á su manera, especial-
rios por donde subimos á él. Para entender esto me-
mente en el cielo donde ostenta los tesoros de su gloria
jor hay que recordar lo que aprendimos en las aulas de
á sus fieles siervos, que estos no ignoren nada de lo quo
teología; á saber, que ios bienaventurados en la gloria no
corresponde á su estado: de otra suerte tendrían algún
ven solamente las perfecciones interiores de Dios, sino
deseo razonable no satisfecho, y de consiguiente seria
que además como él es un espejo clarísimo que r e -
defectuosa su felicidad. De modo que para completar en
presenta todo lo que lia sido, lo que es y lo que será,
un todo el contento de un principe bienaventurado Dios
descubren en Dios por entre su esencia fecunda las cosas
le hace ver todo lo que pasa en su reino; á un fundador
que pasan fuera de él. Es verdad que hay mucha dife-
de religión todo lo que pertenece á su orden; a u n padre
rencia entre este espejo divino, por decirlo asi, y los es-
lo que es de su familia; y á todos en particular las súpli-
pejos de que usamos en la tierra, porque siendo estos
cas que se les dirigen, y los diferentes resultados do los
naturalezas muertas, insensibles y sin libertad, nos re-
negocios que quiere llevar al cabo por interposición de
presentan por necesidad con debida proporcion todo lo
ellos, porque habiéndose aumentado indeciblemente su
que se les pone delante; pero sucede de muy diversa ma-
caridad asi como el poder que tienen de hacernos bien,
nera en Dios, que siendo un espejo intelectual, volunta-
requiere la razón que conozcan lo que pasa á nuestro r e -
dedor para ser movidos por este medio á proporcionar-
nos el auxilio de quo hemos menester en nuestras mise-
(11 Adición de la madre .Va- que comprenda cómo se trans- rias, y recibir la satisfacción que les redunda del buen
ria I. líe Blcmur.— n V no hay forma cu Dios una criatura quo éxito de los negocios que han manejado. Digo eslo sin
lengua n i aun de ángeles que le es tan iutiiua. Estas no son
pueda explicar la gloria de la palabras al airo : la grandeza do intención de limitar la magnificencia do Dios á lo que
madre de Dios, so divina consu- nuestra soberana no consiste en toca precisamente al estado de cada u n o , sino solo
mación en la persona del Padre la elección do las expresiones
que es su esposo, en ia persona con quo la debilidad humana para manifestar que no hay ninguno en el cielo, á quien
del Hijo de quien es verdadera procura celebrar sus alabanzas: no dé por lo menos este aumento do contento.
m a d r e , y en la persona del Es- son verdades fundadas en la sa-
p i r i l u Sanio cuyo templo y san- rada escritura v en la doctrina IV. Ve ahí el camino abierto para decir con seguri-
tuario es. No hay uu entendi- e los sautos padres.» dad que la Virgen descubre mas cosas en Dios que n i n -
miento tan perspicaz y luuiiuoso,
>• que conozca los efectos de sus misericordias sobre
auno (le los santos que hay en el cielo, y aun ve mas que nosotros, pues asi como siempre nos m i r a r a y tratara
Todos ellos j u n t o s , y para decirlo breve, que ve todo o con corazón m a t e r n a l , así debemos esperar por u n lado
que Dios m i s m o percibe con la ciencia que llamamos de que su vista nos sea siempre m u y favorable y por
visión, la c u a l no es otra cosa que el conoc.mien o otro evitar mediante esa misma consideración el hacer
que Dios tiene d e las cosas que han sido son o deben de en su preseucia ninguna cosa capaz de ofenderla.
ser en c u a l q u i e r a diferencia de tiempo ( 1 ) . La razón de
esto es la m i s m a que acabo de d e c i r , a saber, que refi- Tercera excelencia.
riéndose finalmente al c u m p l i m i e n t o de la predestinación
de los escogidos todo lo que ha s i d o , es y sera, no excede Y Paso á l a tercera excelencia, que m i r a á su g l o -
al estado de l a madre de D i o s , la cual (como diré mas ria accidental. Asi llamamos ciertos aumentos de gloria
t a c a m e n t e e n e l tratado segundo) fué escogida para me- que sobrevienen extraordinariamente á los santos ó son
dianera de l a salvación de todos los h o m b r e s , para ins- particularmente anexos á alguna suerte y condición de
trumento de s u predestinación, para reina y sonora so- personas. Digo y es verdad que hay ciertos aumentos de
berana de t o d o s los dominios de Dios, ^ c e p uo sola- gloría accidental, con que Dios se sirve favorecer a os
mente por h o n o r y deber los actos interiores del Salva- moradores del cielo; porque aunque la felicidad de ellos
d o r - porque siendo sin comparación superior a su madre sea u n estado invariable por lo que toca á l a g l o r i a esen-
en gloria v perfección, no es razonable que entre esta tan c i a l , sin embargo en lo que m i r a á la a c c i d e n t a l , como
adentro en el r e t r e t e del principe sin permiso de e . Pero Dios quiere infinitamente á sus santos-, les prepara üe
excepto eso r e p i t o que todo lo que esta P«sentó a la cuando en cuando nuevos motivos de regocijo ya descu-
inmutable e t e r n i d a d de Dios como que debe de ser en briéndoles algún feliz suceso respecto d e l incremento
cualquiera diversidad de t i e m p o , es conocido de l a b o - de s u h o n r a , en que todos están interesados, ya acrecen-
riosa V i r g e n a medida que fija los ojos en l a soberana tando su felicidad por los frutos de los buenos ejemplos
esencia de D i o s . A l o que pienso, el patriarca de C o n - v de las sanias instituciones que dejaron en este m u n d o ,
tantinopla S. Germán significo esto criando di o (2)- va i l u m i n a n d o sus almas según le place, con los rayos
. T u espíritu , santa señora, vive en toda eternidad Tu de una luz súbita y excitando en ellos algún ^ t r e m e c -
descubres l o d o , y tu vista se dirige al c — g mienlo extraordinario de alegría todo à medi.te de >u
todas las cosas. • No salgamos de aquí sin cons.dear la voluntad. En lo cual es claro que nadie excedo, ni aun
buena parte q u e tenemos en esta e x . e l e n c i a po que i u i iguala á la madre de Dios tanto á causa de l a u n i o n
debe de sernos indiferente el que seamos que tiene con el principio de todos estos contentamientos,
nuestra bondadosa m a d r e , que vea ella lo que pasa a como por s u eminentísima calidad, p o r q u e como causa
nuestro r e d e d o r , que sepa todas nuestras necesidades universal participa de derecho de todos los goces p a r t i -
c u l i r e s de los santos sin hablar de los que le convienen
á ella privativamente.
V I . Los otros aumentos de gloria accidental. se dan
( , ) Snarez . lomo í ¡h 3 P - , ( ) Se™- * * * s s " m | ' 1 ,
d . 21 , soc. 3 e l e .
quien considere lo que dice S. Anselmo, que todos los
como por estado; asi es que son estables y están destina-
tormentos de los santos mártires fueron leves en com-
dos á ciertos órdenes y condiciones particulares de los
paración de los dolores de la madre de Dios, y que no
santos y reservados para algunos servicios señalados que
los hubiera soportado sin una asistencia extraordinaria
se hicieron á Dios en esta vida. Tales son los premios dis-
de aquel con quien y por quien padecía ( i ) ; quien me-
tinguidos que llamamos aureolas de los santos mártires,
dite la observación de S. Ildefonso de q u e aunque su
de los doctores y do las vírgenes. He dicho mas de una
cuerpo no fué atravesado con la espada m a t e r i a l , su a l -
vez que la madre de Dios tiene la llave de todos los p r i -
ma fué traspasada con la espada espiritual de amor y de
vilegios y que entra por todas partes; y cuando so Ira-
bondad, tanto mas d u r a , cuanto las heridas del alma
tase de presentar las pruebas, pronto se ventilaría la
son mas penetrantes que las del cuerpo (2);-y que si le
cuestión. Con efecto respeclo do la corona de la virgi-
faltó á ella el verdugo, ella no falló al verdugo mante-
nidad nadie duda que alcanzó el premio de ella. La de
niéndose siempre ai pié de la cruz; quien examine lo
los doctores la adquirió también habiendo hecho el ofi-
que dice el venerable abad (iuerrico (5), quo desde que
cio de t a l , como he declarado mas arriba, especial-
parió al Salvador sufrió el martirio de un continuo des-
mente viendo lo que enseña el doctor angélico ( I ) ; que
fallecimiento; desfallecimiento de temor por las celadas
para conseguirla no hay ninguna necesidad de haber
que armaban á su hijo; desfallecimiento de dolor por
hecho profesión pública de predicar ó enseñar, sino
los tormentos imposibles de imaginar q u e le veia s u -
que basta haber explicado y declarado á los demás los
f r i r ; desfallecimiento de amor por estar separada del
misterios de la religión. Tal vez habría mas dificultad por
único objeto de sus ansias; quien pese en la balanza
lo que mira á la corona particular do los mártires, pre-
lo que dice S. Bernardo ( 4 ) ; á saber, que los clavos
suponiendo que no muriese de muerte violenta (2). Pero
con que fueron clavados los pies y las manos del hijo,
penetraban el corazon de la madre, y q u e la lanza que
hirió el costado del Salvador ya m u e r t o , traspasó el
l } I n i- dísl. 40. q. 3. art. 5. hijo en medio del tumulto de un
( 2 ; Adición lie la mire Ma- pueblo insolente? Razón tiene alma de la gloriosa Virgen haciendo tal herida de d o -
ría Jacoba de B'emur. — « M u - S. Bernardo d e llamarlamasque
eliisimos doctores alirman que m á r t i r , porque en aquella alma
adquirió la calidad de tal al pié afligida se encuentra la feria-
do la. cruz porque sintió todas leza y caridad de los mártires y la vida á manos de los enemigos compasion de s u hijo paciente V
las penas de su hijo : fué cruci- se viene en conceder que da mas uiza también por la operacioñ
ficada con é l , traspasada con que su vida dando la de su hijo
de la f é , habiéndoles concedido
el hijo de Dios otro m a r t i r i o me- S
el Padre, que i m p r i m í a eil ella
sus espinas, atravesada con sus por una profunda sumisión á la nos conocido c u la tierra ; pero la muerte de su hijo. Digamos
c l a v o s , y los arroyos da sangre voluntad del Padre. Todos l o ; mas distinguido en el cielo. pues que nosolo mereció la glo-
que salino de sus llagas, anega- amigos de Jesús que tuvieron la »En el tiempo de la doloroso ria de los m á r t i r e s , sino que
ban su corazon ea un toar de gracia de asistir á su muerte sin pasión de Jesucristo, fué .María fué adornada d e la aureola de
amargura. Cou efecto si es i:i- cuidarse del desprecio ni del fu- una madre de dolores, habiendo tal como reina de todos los m á r -
sufrible para una madre el ver ror de sus enemigos, adquirie- sido siempre conforme á lodos tires.»
morir en una cama á su iiijo, ron desde luego la gloriosa co- los eslados de su hijo. Jesús p a - ( ! ) D e e x c e l l e n t . V i r g . , c . 5.
honrado y sealido de lodos; roña del m a r t i r i o por una santa dece por decreto d e su eterno [ 2 ) Sermo 2 de Assuinpt.
¿cuáles serian los seulimientos participación de sus tormentos Padre y ú impulso de su propio | 3 ) Sermo de Assumpt.
do aquella inocente madre asis- y su muerte ; y esa es la razón celo, y la Virgen santísima por ( 4 ) Seroso i n Siynam mayn.
tiendo al cruel suplicio de su por qué ninguno de ellos perdió
l o r , que no hubiera sobrevivido un punto si no h u - cosas, fué hecho carne, y el Dios de la majestad, á
biese sido para sufrir aun mas: en una palabra quien quien no pueden contener los cielos, ni la tierra, se e n -
lea lo que escribe S. Lorenzo Justiniano ( I ) , que d u - cerró en las enlrañas de una virgen? Si concedeis que
rante la pasión de Jesucristo el corazon de María era este misterio es incomprensible; ¿cómo juzgáis que sea
un verdadero espejo de todos los dolores que aquel su- posible comprender el triunfo de la reina del mundo
fría, y una perfecta imagen de muerte; ¿podrá tener di- cuando fué ensalzada al cielo y se sentó en el trono de
ficultad en llamarla con esos mismos doctores márlir, gloria según el honor debido á la calidad de madre do
mas que m á r t i r y reina de los mártires? Todos estos do- Dios y según la grandeza conveniente á tal hijo? En vista
tes de gloría se harán aun mas visibles por lo que diré de esto intente quien quiera describir la elevación de la
acerca de la silla á que fué elevada. silla imperial de la reina de la gloria: yo por mi parte
no trato de arriesgarme, y me bastará trasladar lo que
los santos han dicho acerca de esto. Aun parecerá des-
§ . V.—lie la increíble elcracion de su irono real.
pues de oirlos que lian subido lauto , que á no ser por-
que hablan unos sautos y unos ilustres doctores, quizá
I . Apenas habrá un espíritu lan osado á quien S. Ber-
harían vacilar la creencia de los mas fieles siervos de
nardo (2) no ataje el vuelo, sí intenta hablar del recibi-
la Virgen.
miento q u e tuvo la madre de Dios, y de la elevación del
trono á que fué ensalzada; porque el santo quiere que 110
Nuestra señora es ensalzada sobre todos los santos.
tengamos en menos la inefable entrada de. la reina de los
ángeles en el cielo que la venida del rey de la gloria á la
1J. Nuestra madre la iglesia y los santos doctores
tierra. Ve aquí en qué términos habla de la una y de la
hablan de tres diversas maneras del asiento eminente
otra: «¿Por qué creeis que la iglesia santa en el día de la
que se dió á la madre de Dios. Primeramente lo hacen
asunción do la Virgen propone o! evangelio de aquella
en términos generales. Asi canta la iglesia que María fué
buena señora, que dio posada en su casaal Salvador (notad
ensalzada al reino de los cielos sobre todos los coros de
que lo entiende místicamente y que no habla de otro r e -
los ángeles: S. Bernardo y otros muchos santos ya cita-
cibimiento mas que del que le hizo la bienaventurada Vir-
dos la colocan sobre lodo lo que está debajo de Dios.
gen), sino para que la entrada del hijo nos conduzca á
«La Virgen, dice el melifluo doctor ( 1 ) , es recibida hoy
Ta de la madre y nos persuadamos á que es inexplicable
en la ciudad santa por aquel mismo á quien ella hos-
la segunda lo mismo que la primera? V á la verdad
pedó cuando bajó al castillo de este mundo. Pero ¿con
¿quién sería tau elocuente, aunque hablase la lengua de
qué honor, con qué regocijo y coii qué gloria pensáis
los ángeles, que pudiera declarar de qué manera acon-
que sea recibida? Asi como cuando él vino del cielo á la
teció que por la mauo omnipotente del Espíritu Santo y
tierra, ella le recibió en el lugar mas digno y honrosos
por la v i r t u d del Altísimo el Verbo que hizo tudas las

(1) De t r i o m p h a l i Clirisli (2) Sermo 1 de Assumpl. • ¡I) Sermo 1 de Assumpl.


ogone, c . 21.
TOMO I . 27
que había en el mundo, á saber, en el templo de sus sa-
doctor ( i ) , aplica á María aquellas palabras del real pro-
cratísimas entrañas ; de la misma manera cuando ella
feta: «Asistió la reina á tu derecha con vestidura dorada
subió de ia tierra al cielo, fué colocada en el lugar
y rodeada de variedad (2).» «Hoy la Virgen santísima,
preeminente.» Lo mismo dicen otros muchos que omito
dice S. Ildefonso ( 5 ) , es coronada en compañía de los
expresamente, los cuales fundándose en la razón hicie-
ángeles en el reino que le estaba preparado desde el
ron pasar por una màxima indudable que la madre do
principio del m u n d o : hoy está destinado su lugar á la
Dios forma en el cielo un orden aparte y tiene un asíento
derecha de Dios, según había cantado mucho há el sal-
particular inferior á la beatísima T r i n i d a d , pero inde-
mista. » S. Juan Damasceno no contento con esto la pone
ciblemente mas encumbrado que todos los asientos de
en la misma silla de su hijo como compañera do su
los otros bienaventurados.
bienaventuranza y reina del mismo reino. • E l rey,
dice ( 4 ) , te llevó á su retrete donde estás rodeada de los
Nuestra señora et colocada junto• á su hijo y sentada en el principados, bendecida de las potestades, honrada de
trono con él,
los tronos', ensalzada de los serafines como verdadera
madre por naturaleza y gracia del Señor del universo.
III. Mas cuando vengo á considerar la cosa de cerca y No fuiste arrebatada como Elias, ni menos aun subiste
examinar lo que escriben algunos insignes siervos de Dios como S. Pablo hasta el tercer cielo solamente, sino que
y celadores de su gloria, advierto que habían tan favo- llegaste hasta el trono real de t u hijo, donde contemplas
rablemente de la Virgen santa, que la ponen á la mano despacio su amabilísimo rostro y tratas familiarmente
dercéha del Salvador en un trono pegado al suyo, donde con él.« No la honra menos S. Agustín cuando dice ( 5 ) :
verdaderamente la colocan con su hijo bajo de un mis- •Pasaste los coros do los ángeles y llegaste hasta el trono
mo dosel y le dan lugar en el trono real de la adorable del rey soberano; porque el rey tu hijo te encumbró al
Trinidad (1). S. Atanasio, este esclarecido y antiguo mismo asiento donde él puso la humanidad que había
tomado de t i p i d i e n d o la razón que t ú que eres reina,
llegases á la misma cumbre de honor que el que fué e n -
¡ I ' Adición de, la madre Ma- c i S a l v a d o r a ia santísima Virgen gendrado de tí.» Sofronio dice lo mismo en el sermón de
ría Jaoiba de Blemur.—a Asegu- j u n i o á sí y á su derecha ? ¿No la Asunción dirigido á santa Paula y su hija sania Eus-
ran que íué colocada a la dere- era justo que la que siempre ha-
cha de su iiijo y que Ct cielo vió bía oslado al lado de Jesucristo toquio. «Este es el dia, dice, en que la gloriosa Virgen
en realidad lo que solo en figu- para padecer con é l , se hallase subió hasta lo.mas alto del cielo y se sentó en el trono
ra había pasado en la tierra, Cambien j u n t o á él en el cíelo
cuando yendo Betsabé á hacer para gozar Je la gloria y que real junto á su amado hijo.» Hablando S. Anselmo de la
una petición á Salomón. se le- asi como ella había tenido parte inestimable bondad que el Salvador usó para con su
vantó este d e su trono para re- en sus t o r m e n t o s , la tuviese
c i b i r á su madre V mandó que también en sus honores? Virgen santa madre, se expresa así ( 6 ) : «Salió á recibirla con
te pusiesén otro trono junto al s a n i a , ¡cou qué familiaridad
suyo á fin de hacerla sentar á estás con Dios! ¡Cuan cerca de
s u derecha. Si pues Salomon él te encuentras! ¡(Jné gracia
honró asi á s u m a d r e , ¿con tan grande ¡las hallado delante (I ) Oral, de S. Deipara. ¡ 4 0 Oral. I de d o r m i i B. V .
cnanto mas motivo habrá puesto éli» Salmo X L i V , 10. ( 5 i Serm. de Assumpt.
; 3 Serra. I de Ass. Virg. ' c, J De excellent. V i r g . , c . S.
millones de millones de ángeles, y haciéndola atravesar
á quien quiero sobre todo lo que hay de amable en el
todas las legiones de ellos y colocarse sobre los mismos
mundo, á quien honro y deseo con todo m i afecto. ¡Con
le hizo lugar junto á si en el trono de su gloria y al mis-
que ya te tengo y poseo ahora sin temor de perderte y
mo tiempo le dió u n poder absoluto sobre todas las
sin recelo de separarme jamás de ti 1 T ú serás eterna-
criaturas que le obedecen ( 1 ) . '
mente m i suerte, m i herencia, m i dicha, m i único, m i
I V . S. Pedro Damiano muy al principio del sermón todo.» Si de aquí queremos pasar á los sentimientos do
que compuso sobra la misma festividad, da vuelo á su alegría de que fué inundado todo el cielo; ¿dudaremos,
imaginación: desea que su lengua derrame torrentes de dice el mismo santo ( 1 ) , que los ciento y cuarenta y
palabras de o r o : suplica á la Virgen que aguce su en- cuatro mil cantores de la capilla real del cielo, quo
tendimiento, dirija su pluma y le iuspire un lenguaje están siempre delante del trono del cordero con sus ins-
rico y afluente: convida al sol para que despida una luz trumentos de música en la mano, no hicieron resonar
extraordinaria, p o r q u e este es, dice , el día dichosísimo hoy aquellas sagradas bóvedas con la armonía del nuevo
en que la Virgen incomparable sube hasta el trono del cántico que nadie puede cantar sino ellos, y que no sa-
eterno Padre y tomando asiento junto al de la beatísima lieron á recibir á la Virgen, que es una de las prudentes?
Trinidad llama hácia sí la atención de todos los bien- Pero ¿qué digo una? Es la primera entre las primeras y
aventurados. Dése á las palabras de estos santos el sen- laque está siempre al lado del cordero acompañándole
tido que se quiera; por m i me contento con haber des- á donde quiera que las otras van detrás de él.
empeñado en parle m i palabra y haberlos hecho hablar
delante de mis lectores: pues lo promeli, no aventuraré Nuestra señora es el trono de Dios.
mi juicio, bastándome considerar con S. Ildefonso cuál
fué el gozo del cielo en aquel dia. Y comenzando por
V. Para cumplir del todo m i promesa no me resta
María santísima, á quien principalmente correspondía
ya sino hacer ver que los santos afirman que la Virgen
esta fiesta ( 2 ) , ¿cuál fué á vuestro parecer la dilatación
misma, hablando con propiedad,es el verdadero trono
de su alma cuando se vio colocad? junto á aquel á quien
del rey de la gloria. El abad Guerrico lo dice mejor y
su corazon habia deseado tanto tiempo? Es probable que
mas claramente que ningún otro. «Guardaos de creer
le hablara en estos ó semejantes términos: "Oh veneradi-
(sonsos palabras) (2), que el ser recibido en el seno de
simo hijo m i ó , áncora de mis esperanzas, ¿qué cosa hay
Abraham sea una dicha comparable á la de ser reci-
en el cielo ó en la t i e r r a capaz de detenor m i corazón
bido en el seno de María, en vista de que el rey de
fuera de t í , que eres m í único bien, m i señor y m i Dios,
la gloría puso su trono en ella diciendo: Ven, elegida
mía. y yo pondré m i trono en lí.» N'o era posible pintar
mas natural y elegantemente la prerogativa de la gloria
(4) Adición de ¡a madre Ha- cante á su dependencia y i la
ría Jacoba de Blemur. — «Con soberanía de ella.»
efecto comunmente se la llama (3) S.IIdephons.,Serm.lde
nuestra señora, lo c u a l deoola
Assumpt-
el sentir de todos los Heles t o - ; l) Serm. 4 de Assumpt. (¡) Sermo 1 do Assunipt.
de esta bendita alma que llamándola el trono de Dios;
tronos: concedo que en los libros sagrados el alma del
porque esto es decir claramente que Dios no se comunica
justo se llama el asiento de la sabiduría ( 1 ) : también
á ningún santo con tanta plenitud y familiaridad como
permito que se diga que el cielo está lleno de sillas, que
á aquella en quien descansa especialmente. Bien sé que
no son sino los santos, y que Dios descansa en cada
prometió sillas á sus apóstoles para que juzgasen con
una de ellas acomodándose según la capacidad de sus
él (1), en consideración á que lo dejaron todo por amor
méritos; pero que no se dispute el derecho de la madre
de él. No ignoro lo que dijo (2) para alentar á sus solda-
de Dios, ni se piense en colocarla con el común de los
dos ; que los hará sentar victoriosos en su silla como él
santos. Con efecto sin hacerles agravio hay que confesar
se sentó despues de sus conquistas en el trono de su
que Dios tiene un trono señalado, cuya gloria es ensal-
eterno Padre. Mas asi como el mérito de la madre es muy
zada sobre todo cuanto existe en el cielo. Hablo de María
diferente del de los siervos, lo mismo sucede con el ga-
ensalzada de tal suerte sobre todos los coros de los án-
lardón. En efecto cuando dice que pondrá en ella su
geles, que á la madre nadie la precede sino el hijo, ni á
trono, es como si hablára de esta suerte: «Es muy po-
la reina se aventaja nadie mas que el r e y , ni á la media-
co , dulce madre m i a , que estés sentada junto á mi para
nera mas que el medianero.» Asi habla este insigne
juzgar conmigo: tú has de ser mi solio y yo he de descan-
siervo de la Virgen, y lo explica aun mas particular-
sar mas particularmente en t i , porque m i coulentoes
mente en el sermón siguiente cuando hace hablar al
hacerte comprender de un modo privilegiado al que es
Salvador de esta manera: «Yo te pondré como el solio
incomprensible. Tú me llevaste siendo pequeño en tu
de mi reino: en t i y por ti administraré la justicia: de
seno: t ú me llevarás inmenso é infinito tal como soy
tus sagradas manos recibiré ios memoriales de los hom-
ahora en tu espirito. Tú fuiste la posada del peregrino: tú
bres. Nadie me sirvió mas fielmente que tú en mi m e -
serás el palacio del rey. Tú fuiste la tienda de campaña
nor edad: razón es que yo te sirva mas que todos los
del que tenia aun que pelear: tú serás el carro triunfal del
otros en m i reino. Tú me diste la humanidad ; posee en
vencedor. Tú fuiste el tálamo nupcial del esposo encar-
pago mi divinidad: tu humildad se contentaba en otro
nado: t ú serás la silla del rey coronado.» ¡ Oh rey de la
tiempo con un beso de mí boca sin atreverse á pedirotra
gloria, qué cierto es que la santidad conviene á t u casa y
caricia; ahora recibirás de m i un beso eterno; pero de
que has puesto en ella buen orden! Porque al entrar allí
modo que pegando mis labios á los tuyos, uniré mi es-
por la primera vez aumentaste su gracia;-pero á la se-
píritu indisolublemente con el tuyo, porque he deseado
gunda la colmaste de ella. Allí nacisle como hombre;
tu hermosura con particularísimo ahinco , y me parece
aqni fuiste glorificado como Dios. Entonces la hiciste
que faltará siempre algo á m i gloria hasta que conozcas
un santuario de gracia; ahora la has hecho el trono de tu
plenamente el bien incomparable que quiero para ti.»
gloria. Quiero que haya algunos entre los espíritus bien-
Bendígante tus ángeles, oh rey de la gloria: la gloria de
aventurados, á quienes honramos con el glorioso titulo de
tu madre haga resplandecer aun mas la t u y a , y conozca
o

(I) Mal. XfX (I' Apoc. m . (4¡ Ssp. VII.


424 LA TRIPLICE CORONA.

todo el mundo que asi como no hay un hijo que se le lado del combate de los santos con Dios, porque como
parezca, tampoco hay una madre semejante á aquella á el secreto de ellos fué ocultarse y anonadarse en este
quien has honrado tanto (1). mundo por amor suyo, él por su parle pone en juego
admirables resortes para honrarlos y engrandecerlos en
la tierra y en el cielo. Asi prometió nuestro Señor á
UNDÉCIMA ESTRELLA Magdalena despues que esta puso i sus pies su honra y
su fama,'que se hablaría de ella en todo el ámbito del
ó g r a n d e z a d e l a c o r o n a d e e x c e l e n c i a d e la mundo: asi dió palabraá S. Antonio luego que se hubo
m a d r e de Dios. retirado al desierto, donde no veía mas que las fieras y
los demonios, de que le baria famoso en toda la tierra. I.a
misma promesa hizo á la mayor parte de los santos, y
fué sin comparación mas fiel en cumplir su palabra que
liberal en empeñarla. Esta es la máxima de estado que
CAPITULO XII.
mandó publicar en los tiempos antiguos por el profeta
que envió al sumo sacerdote l l e l i , diciendo que cual-
QUE HA SIDO T ES AUN RECONOCIDA 1 LLAMADA BIEN-
quiera que diere gloria al Señor, será glorificado, y los
AVENTURADA POR TODAS LAS GENERACIONES DE LA TIERRA.
que le desprecien, serán viles ( 1 ) . Esto se ve ccrtisima-
mente en la madre de Dios , que habiéndose abatido por
su amor mas que todas las criaturas fué primeramente
D e la misma manera que vemos salir del s o l , padre del
ensalzada en el cielo, como acabamos de v e r , y además
día, un rayo que va derechamente hasta encontrar un
recibió tanta honra en la tierra, que casi parece no h a -
cuerpo sólido y oscuro que le detenga, y luego como re-
ber tenido Dios otro pensamiento que buscar los medios
trocediendo difundo á su rededor la claridad; asi sabe-
de honrarla. No es esta una de las menores excelencias
mos que del rostro luminoso de Dios emana un rayo de
de la madre de Dios; por lo que veo que- para presen-
g l o r i a , que dando en derechura en lo mas intimo del al-
tarla como, es debido necesito el favor del uno y de la
ma de los bienaventurados ilustra sus entendimientos,
otra, es decir, del que s e complació en hacerla gloriosa
conforta y regocija sus voluntades y produce ensus cuer-
y de la que mereció este liotfor.
pos nnas calidades maravillosas que llamamos dotes glo-
riosos: de aíli se extiende al rededor llenando aun fuera $. 1.—Qae la mailre.de Dio?, segaa profetizó ella misma, fué llamada bieo-
de fama y de honor á aquellos á quienes Dios ha inten- aieuturada por todas ias generatioací.

tado glorificar, haciendo su nombre ilustre en la tierra


I El santo Job (2) y el profeta David ( 5 ) dicen uná-
como su mérito es conocido en el cielo. Este es el resul-
nimes que una vez habla Dios y no repite segunda vez la

(O I Res., t i , 30. (3! Salmo L X I , 15.


( 4 ) Véase ta adición de la que va puesta CD la nota 6 al jí) Job X X X I I I , H .
madre María Jacoba de Blemur fin del tomo.
424 LA TRIPLICE CORONA.

todo el mundo que asi como no hay un hijo que se le tado del combate de los santos con Dios, porque como
parezca, tampoco hay una madre semejante á aquella á el secreto de ellos fué ocultarse y anonadarse en este
quien has honrado tanto (1). mundo por amor Suyo, él por su parle pone en juego
admirables resortes para honrarlos y engrandecerlos en
la tierra y en el cielo. Asi prometió nuestro Señor á
UNDÉCIMA ESTRELLA Magdalena despues que esta puso á sus pies su honra y
su fama,'que se hablaría de ella en todo el ámbito del
ó g r a n d e z a d e l a c o r o n a de excelencia d e la mundo: asi dió palabraá S. Antonio luego que se hubo
m a d r e de Dios. retirado al desierto, donde no voiamas que las fieras y
los demonios, de que le baria famoso en toda la tierra. I.a
misma promesa hizo á la mayor parte de los santos, y
fué sin comparación mas fiel en cumplir su palabra que
liberal en empeñarla. Esta es la máxima de estado que
C A P I T U L O XII.
mandó publicar en los tiempos antiguos por el profeta
que envió al sumo sacerdote l l e l i , diciendo que cual-
QUE HA SIDO T ES AUN RECONOCIDA Y LLAMADA BIEN-
quiera que diere gloria al Señor, será glorificado, y los
AVENTURADA POR TODAS LAS GENERACIONES DE LA TIERRA.
que le desprecien, serán viles ( 1 ) . Esto se ve ccrtisima-
mente en la madre de Dios , que habiéndose abatido por
su amor mas que todas las criaturas fué primeramente
D e la misma manera quo vemos salir del s o l , padre del
ensalzada en el cielo, como acabamos de v e r , y además
d i a , un rayo que va derechamente hasta encontrar un
recibió tanta honra en la tierra, que casi parece no h a -
cuerpo sólido y oscuro que le detenga, y luego como re-
ber tenido Dios otro pensamiento que buscar los medios
trocediendo difundo á su rededor la claridad; asi sabe-
de honrarla. ?io es esta una de las menores excelencias
mos que del rostro luminoso de Dios emana un rayo de
de la madre de Dios; por lo que veo que- para presen-
g l o r i a , que dando en derechura en lo mas intimo del al-
tarla como, es debido necesito el favor del uno y de la
ma de los bienaventurados ilustra sus entendimientos,
otra, es decir, del que se complació en hacerla gloriosa
confortay regocija sus voluntades y produce ensus cuer-
y de la que mereció este liotfor.
pos unas calidades maravillosas que llamamos dotes glo-
riosos: de aíli se extiende al rededor llenando aun fuera $. l.-Oue la matade Dios, segnn proL-liJÓ ella misma, Caí llamada bien-
de fama y de honor á aquellos á quienes Dios ha inten- aventurada por todas ias generaciones.
tado glorificar, haciendo su nombre ilustre en la tierra
I El santo Job (2) y el profeta David ( 5 ) dicen uná-
como su mérito es conocido en el cielo. Este es el resul-
nimes que una vez habla Dios y no repite segunda vez la

(O I Res:., II, 30. (3) Salmo L X I , 15.


( 4 ) Véase la adición de la que va puesta en la nota 6 al jí) JobXXXin, H.
madre María Jacoba de Blemur fin del tomo.
misma cosa, como que su palabra es omnipotente y hace gos como hombres existen sobre la tierra (1).» Asi ha-
todo lo que significa. ¿Por qué no me será licito decir lo blaba aquel santo arzobispo de Toledo cerca de mil años
mismo proporcionalmente de la madre de Dios, supuesto hace.
que una palabra profética pronunciada una sola vez por II. Discurriendo S. Bernardo sobre el mismo asunlo
ella, es á saber, que todas las generaciones la dirian cas: quinientos años despues opinó que todas esas ge-
bienaventurada, fué tan eficaz, que se han visto sos neraciones que debian de llamarla bienaventurada, com-
efectos hasta en los últimos confines de la tierra y no prendían cuanto hay en el universo desde el mismo Dios
cesarán de verse hasta la postrer hora dei mundo? Por- hasta el orden mas infimo de las criaturas insensibles (2).
que apenas había pronunciado aquella expresión, se hizo Con efecto es verdad que el Padre eterno la llamó bien-
obedecer en todos los dominios de Dios lo mismo que aventurada deputando uno de los primeros principes de
si hubiera sido un rayo. Yo la llamo palabra profética su corte para traerle la primera embajada del mundo. El
con los mas insignes sanios y doctores, que la recibieron Hijo la reconoció por tal tributándolo el honor de que
como tal. De ese número son S. Basilio ( 1 ) , S. Cirilo (2), ya he hablado y de que hablaré en diversas ocasiones.
S. Epifanio (3) , y entre otros muchos merece ser oido El Espíritu Santo la honró cuanto es posible buscando
S. Ildefonso. «Escuchad, os ruego (diceeste santo), á con tanto empeño su amistad y declarándola por esposa
la madre y á la profetisa de Dios: mejor d i r é , escuchad ' suya. Los espíritus bienaventurados no podían faltar.á
á la evangelista. Escuchad vosotras, vírgenes, y no ha- este deber sabiendo la voluntad de su señor. «Todas las
ya mujer de cualquiera clase ó condicion que no oiga la gerarquíasde los ángeles, dice S. Atanasio (5), y las
singular humildad de la Virgen; y no me creáis si no de la iglesia militaulo te llaman bienaventurada, oh V i r -
veis palpablemente que ha acontecido punto por punto gen santa, y todos los comprendidos en ellas te dan mil
todo cuanto el espíritu da verdad predijo por ella. Dijo bendiciones levaulando sus manos en alto. Hacen reso-
que todas las generaciones la llamarían bienaventurada nar el cielo y la tierra con tus alabanzas dipiendo que
y lo dijo en un tiempo en que era couocida de muy po- eres bendita entre las mujeres y que es hendito el f r u -
cas personas y tan solamente en la Judea; pero lo dijo to de tu vientre. Estas son las aclamaciones del primer
con grandisima confianza y como estando muy cierta de coro compuesto de los serafines, querubines y tronos,
lo que había de suceder. Porque ¿no es verdad que todos espíritus extraordinariamente inflamados en el
todas las regiones alumbradas por el sol lo están igual- amor de Dios é iluminados con su conocimiento, por
mente con el conocimiento del Salvador, y que donde respeto del cual honran tu sagrado vientre que le llevó,
quiera que se habla i'.e Jesús, es también nombrada su y tus pechos que le criaron. La segunda gerarquia que
santa madre? Todas las lenguas y naciones del mundo comprende las dominaciones, las virtudes y las potes-
la llaman bienaventurada; de lo cual hay tantos testi- tades, hace lo mismo según su poder siguiendo siem-
pre el impulso de la primera. La tercera compuesta de

(I ) Sorm. S de ASsampt. (3) Serm de S. Del?


. ( I ) ID illnd felli. V i l i : Ac- (t¡ Ibid.
(!) Scrmo2inPenlccost
cessiai praphttimm. U) Userei. 78
III. El docto Teodoreto tomando otro camino dicc (1)
los principados, de ios arcángeles y de los ángeles cree que las generaciones de quienes la madre de Dios debe
tener una obligación m u y particular á honrarte, porque ser llamada bienaventurada por homenaje, son todas las
de este cuerpo fué escogido el embajador que te llevó naciones de la tierra, las cuales con palabras que no se
la credencial, y con él te dicen incesantemente : Dios te agotarán jamás en su boca, pregonarán la dicha que
salve, María llena de gracia; el Señor es contigo. A ella recibió y la que trajo. Y en efecto no hay región a l -
imitación suya nosotros tus menores siervos acá en la guna donde no sea conocida, ni lengua en que no se
tierra hacemos todo lo posible para pedir tu asistencia hayan cantado y se canten aun hoy sus alabanzas. Asi es
y publicar en todas partes que eres la señora y la reina que ha tenido en todas las partes del mundo excelentes
del universo.-S. Ildefonso ( I ) y S. Bernardo ( 2 ) aña- panegiristas, que han extendido su nombre y su fama
den que en confirmación de esta verdad el arcángel Ga- entre los pueblos. S. Juveual, S. Timoteo, Crisippo y
briel honró tanto á la V i r g e n , que cualquiera habría di- llesiqnio, presbíteros de Jerusalen, publicaron sus gran-
cho que quería adorarla no obstante la majestad eou qne dezas en la Palestina, S. Juan Crisòstomo en la Siria,
estos espíritus bienaventurados habían tratado hasta en- S; Andrés Candiota en Creta, S. Gregorio Taumaturgo
tonces con los hombres , porque habiendo hablado siem- en el Ponto en Asia, el bienaventurado mártir Metodío
pre en nombre de Dios no habían tenido reparo de re- en la Siria y la Fenicia, S. Cirilo de Alejandría en Egip-
cibir el honor debido á él solo. En fin S. Bernardo con- t o , S. Agustín y S. Fulgencio en Africa, S. Proclo v
cluye su discurso d i r i g i e n d o á la Virgen santísima estas S. Germán en Constantinopla, S. Buenaventura y San
palabras: «Es muy c i e r t o , santa señora , reina del cielo Bernardino en Italia, S. Lorenzo Justiuiano en el estado
v do la tierra, que todas las generaciones te llaman de Venccia, S. Gerónimo en I s t r i a , S. Bernardo en Fran-
bienaventurada, tanto las del cielo como las de la tierra, cia, S. Ildefonso en España, S. Anselmo en Inglaterra,
y con toda razón porque fuiste la madre de la vida y de S. Alberto y Buperlo en Alemania , S. Francisco Javier
la gloria para todos. Por tu medio los ángeles encuen- en el Japón , Mateo Ricci en la China y otros muchos
tran el motivo de t u regocijo, los justos alcanzan la glo- que no nombro por abreviar, en otros diversos reinos y
ria, y los pecadores esperan el perdón. No sin razón es- provincias donde es reconocida la madre de D i o s , p o r -
tan fijos en tí los ojos de todas las criaturas, porque que sus dominios en la tierra se extienden á' todas las
por t í , en ti y de t i reparó la mano del Omnipotente lo regiones que alumbra el sol.
que había criado.» E l devoto abad Guerrico sigue á su
IV. Teofilacto, arzobispo de los búlgaros, juzga (2)
maestro diciendo que es razonable que esta señora coja
que eslas generaciones deben de entenderse de toda la
las bendiciones que s e m b r ó , y pues esto fué en prove-
sucesión de hombres que han de seguirse de padres á
cho de todas las generaciones, pide el deber que todas
hijos hasta la consumación de los siglos. Muchos a u t o -
se lo paguen desde los espíritus mas elevados hasta las
res hacen ver cómo desde que salió de la boca de la ma-
mas ínfimas criaturas ( 3 ) .

i l ) I n cap. V I Canile, ad l i l i ¡2! lo cap. I Lue. : Maldona!.


(t) Serm. í de Assumpt. (3) Serm. I de Assumpl. verba : Una est columba etc. ibid.
( 2} Serm. i n Sign. magn.
afecto; bienaventurados los lugares que ha escogido pa-
dre de D i o s esta palabra profética, no han faltado en
ra ser venerada; bienaventurados todos los que la digan
ninguna edad personas eminentes en doctrina, santidad y
bienaventurada, porque ellos tendrán parte en su bien-
mérito q u e hayan puesto su conato en extender su fama.
aventuranza.
Y como vemos que por una particularísima merced de
VI. Quizá seria esto bastante para mostrar que todas
Dios resplandece en nuestros (lias mas que en ninguno
las generaciones la llamarán bienaventurada; no obstan-
de los siglos precedentes, debemos de esperar que cuan-
te quiero extenderme algo mas para consuelo del lector
to mas se acerque el mundo á su fin, mas en aumento
y entrando en mas particularidades hacer que toque con
irá la gloría de la Virgen santísima. En los discursos si-
el dedo la indudable verdad del oráculo profético ema-
guientes l o haré ver con mas extensión.
nado de la bendita boca de la madre de Dios.
V. Sin embargo me parece que no basta decir que
todas las generaciones la han llamado, la llaman y la
II. — Que fue reconocida y llamada bienaventurada por los oráculos de la
llamarán bienaventurada, porque no hay nada absoluta-
gentilidad.
mente en e l l a que no baya merecido su bendición y ala-
banza p a r t i c u l a r . Su vientre fué beatificado por haber
I. Mucho tiempo hace observó Clemente Alejandri-
concebido y llevado el fruto de vida, y sus pechos al
no (1) que Dios como padre común de todos los hom-
mismo tientpo por haber criado al Sajvador. Su cabeza
bres no ha dejado jamás de manifestarles en medio do
os coronada de doce estrellas; sus ojos de paloma, sus
la oscuridad que se causan ellos mismos por su vida
cabellos, sus mejillas, sus dientes, su cuello fueron
desordenada y bestial, algunos rayos de su iuz mas que
hace m u c h o tiempo elogiados singularmente por el sabio
suficientes para llevarlos al conocí míenlo de la verdad,
Salomon. E n una palabra todo desde los pies basta la
y^que en todas las edades ha suscitado personas que les
cabeza ha sido alabado. ¿Y qué será de las facultades de
han servido de antorchas para encaminarlos al puerto de
su alma, de su entendimiento, que es el verdadero san-
salvación. Con efecto sin hablar de los judíos, á quienes
tuario de Dios, de su voluntad, que es el único altar de
trató como á su pueblo escogido, los gentiles , aunque
los perfumes, de su memoria, cuyas imágenes son todas
rodeados de tinieblas por todas partes, tuvieron sus luces
como otros tantos mecheros del grau candelera de oro
particulares para conducirse por el camino recto de la
encendidos siempre en la presencia de Dios? Su dicha
virtud y la piedad. Me fijo ahora en las sibilas especial-
no se queda en ella, sino que ha de pasar á todos los
mente , porque los doctores de la iglesia se han valido
que le pertenecen. Asi bienaventurados los padres que
admirablemente de las predicciones de ellas en beneficio
la engendraron; bienaventurado el vientre que la llevó;
de la religión cristiana. Y no podemos ue^ar ( 2 ) que fué
bienaventurados los peohos que mamó; bienaventurados
particular providencia de Dios que los gentiles guarda-
los brazos que la sostuvieron; bienaventurados los que
la sirvieron y la vieron; bienaventurados los paños que
la c u b r i e r o n ; bienaventurado todo lo que tuvo contacto
con e l l a ; bienaventurada la tierra que la sostuvo; bien- ( ! ) • Slroraat., li'o. 6. I. < • S. A u g . , D e c i v i l . D e i , t . t S .
aventurados aquellos á quienes ella mira con particular 2) laetanl., Divin. instituí., o. ! 3 y oíros muchos.
sen con tanto cuidado unos libros , de que debíamos de queriendo violentar las leyes de la naturaleza, y una V i r -
sacar armas para impugnarlos; y entre otros el empera- gen parirá sin abrir su cláustro como había concebido
dor Augusto, principe muy instruido, que habiendo sin conocer varón. •
mandado fuesen revistos y examinados diligentemente La.cimeria, que tomó este nombre de una ciudad
por los hombres mas hábiles los metió en dos arcas do- próxima á Cumas en Italia, discurría do este modo:
radas y los Colocó debajo de la estatua de Apolo Palatino. « El principe soberano del dichoso imperio, descan-
Bien sé la disputa que hay entre los autores respecto del sando en el seno de la Virgen sin p a r , hace parecer
número de estas profetisas de la gentilidad, y no quiero en el aire una estrella brillante que atrae á los reyes
meterme á ventilarla: seguiré el camino mas trillado y magos del Oriente..
me uniré á los que cuentan hasta doce. Todas vivieron La samiota ó de Samotracia, donccllado singular her-
antes del nacimiento del Salvador, y algunas fueron an- mosura, que algunos creen haber sido la tan célebre
teriores á él cerca de dos mil años : asi es maravilla que ex- Pitonisa, de quien hablan Nicanor en la narración de las
plicasen tan claramente los misterios relativos á nuestro hazañas de Alejandro Magno y Erastótenes en ios anti-
Señor Jesucristo y á su madre. Para que mis lectores guos anales de los samiotas, dice lo siguiente:
tengan el gusto de oirías en nuestro idioma, voy á co-
«Parecerá en el cielo una estrella b r i l l a n t e , la cual
piar sus oráculos empezando por ia Sibila pérsica, bija
hará ver á los hombres el que siendo Dios se hizo lo
de Bcroso, la cual en tiempo del rey Ciro i b a áe ordina- que somos nosotros, y hará que sean adorados la ma-
rio vestida de una túnica de tela de oro y llevaba un dre y el hijo.»
velo blanco en la cabeza. Esta habla asi de la madre de La. de Cumas llamada Amaltea ó Doifobe por su pa-
Dios: dre Deifobo, hijo de Glauco, que pronunciaba sus orácu-
« El primogénito del Omnipotente y de la Virgen ma- los en I t a l i a , escribe de esta suerte:
dre entrará en su ciudad montado en un pollino llevando «Dios para tomar la vestidura de los hombres se
la realidad y el nombre de un principe manso para traer hospedará en el seno do una virgen, que es la casta en-
el hijo pródigo á su padre. • tre las hermosas y la hermosa entre las castas, porque
La libica, de quien dicen Eurípides y Teognis, poe- es el compendio de la obra de sus maDOs..
tas antiquísimos, que siempre se la veía con un som- La helespóntica ó troyana, de quien se sirvió con
brero de flores en la cabeza, se expresa asi: mucha frecuencia el antiguo filósofo Heráclilo, canta-
« Aquel que solo vivía antes de todo tiempo en sí, ba asi:
contemplando con satisfacción su esencia fecunda, des- «Nada hay comparable á lo que he visto: una v i r -
cansa en el senQ de la reina del mundo. Adora, ángel, á gen mas pura despues del parto, y el que nace eterna-
t u Dios: venera, hombre, á t u r e y . ' mente de Dios naciendo niño en un pobre establo. •
La dèlfica, que profetizaba antes del saqueo de la La frigia, que lo mas del tiempo andaba con la ca-
ciudad de Troya y servia de trujaman al oráculo dèlfico, bellera suelta y vestida de púrpura y que se cree ser
dice qtíe aquella Casandra que predijo al viejo Anquises todas sus
aventuras y la ruina de Troya, dccia:
«Dios endurecerá su brazo y extenderá su mano
TOMO I . 28
« E n medio do las estaciones y en él corazon de tos viendo templarse el aire y de lo mas alto de los cielos
años quiso Dios que bajase su hijo al mundo y que bajar el Verbo glorioso del Padre al seno de la Virgen
naciendo según había predieho el ángel, lavase las añe- escogida.«
jas manchas de los mortales.» II. A estos oráculos sublimes podemos añadir algún
otro, que Dios, padre de la verdad, sacó de l a i o c a del
La de E u r o p a , muy agraciada también de rostro y
padre de la mentira. El año del mundo tres m i l menos
siempre vestida de brocatel, dejó escrito lo siguiente en
dos como los argonautas hubiesen ganado la ciudad de
sus m e m o r i a s :
Cízico en el Helesponto, preguntaron al oráculo déjfico
« E l santo Verbo de Dios, imagen del Eterno, bajará
de qué manera agradecerían aquella victoria; y el de-
dando b r i n c o s á los sagrados montes , como se ve en la
monio que había tomado el nombre de Apolo, fué f o r -
primavera retozar á los cabritillos, para reparar su pri-
zado á darles la respuesta siguiente:
mera obra. »
«Escuchad, mortales, este mandato: adorad á un
La t i b u r t i n a ó de T i v o l i , cuya estatua se encontró á
solo Dios que gobierna el mundo y tiene en su mano el
la o r i l l a dol rio con un libro en la mano, pronunció
cielo y la tierra : apodérese de vuestros corazones u n
el oráculo siguiente:
santo temblor. Asi como una centella desprendida du
«Dios q u e no puede m e n t i r , me pone eslos versos
la nube atraviesa la región del aire mas veloz que el
en la boca y me hace anunciar el parto de una virgen,
viento, asi bajará á la tierra.el primogénito de la Virgen
la cual concibiendo en N'azarcth al mismo Dios pare no
é hijo de Dios vivo. Yo entiendo que se consagre para
lejos de Betlehem y queda virgen y madre. Mil veces di-
siempre el templo y el altar á esta virgen y á su frulo
chosa la doncella que toca , que besa y que da de mamar
sagrado ( L a conoceréis por el nombre de-María, porque
á u n niño tan divino.»
no se agotará jamás la fuente de sus dones).»
La a g r i p i n a , de quien tenemos monos conocimiento
III. Es verdad que.como nunca faltaron ardides á ese
que de las otras asi con respecto á su patria como en
antiguo forjador de malicia, al punto discurrió el me-
cuanto al lugar en que pronunció sus oráculos, profe-
dio de enmendar lo que habia dicho por fuerza en per-
tizaba en estos términos:
juicio suyo, porque les sugirió que aquello debia de
« A p r e n d e d , hijos de Adam, la maravilla de los si-
entenderse de la gran madre de los dioses (asi la llama-
glos: vereis en vuestros dias debajo de la vestidura mor-
ban los infelices ciegos sectarios de la idolatría); y esto
tal al a m a d o de Dios, al principio inmortal naciendo de
fué causa de que le dedícáran un templó soberbio. Pero
ana v i r g e n que no ha tenido jamás igual. «
el emperador Zcnon, no pudiendo consentir se hiciese
La babilónica, llamada también crilrea y muy famosa
por mas tiempo este agravio á la madre del único y ver-
asi por l a claridad de sus oráculos como por la integri-
dadero Dios, echó de allí á los demonios con sus efigies
dad de s u v i d a , habló tan claramente del Salvador y oe
é ¡dolos por los años de 474 é hizo consagrarle en h o -
s u santa madre, que casi se la podría tener por una evan-
nor de la inmaculada madre de Jesucristo.
gelista mas bien que por una profetisa. Oigamos lo que
IV. Explicando el docto mártir l'rocopio su creen-
diCl cía delante del juez Flaviano en una excelente arenga
« Tengo mi alma tocada de un impulso divn»
que le valió la corona del martirio , ecbó mano de la
respuesta que se dio en los tiempos antiguos á Jason, en que fuesen destruidos todos sus ídolos, y seria ruando
principe délos argonautas, cuando preguntó á Apolo una virgen habiendo parido y reclinado á s u niño en un
dólQoo á quien dedicaría el famoso templo edificado por pesebre se refugiase en Egipto. Esto lo notaron ellos con
él na Atenas. Es la siguiente trasladada con toda fideli- tanto cuidado, que conservaron la memoria por medio de
dad : «Cuidad de todo lo que pueda convidaros á la ho- unaímágen que representaba á una virgen postrada de-
nestidad de la v i r t u d . Mi deseo termina en tres: en un lantede un pesebre, sobreel cual estaba tendido un niño.
solo Dios que reina allá arriba, de quien el Verbo incor- Mas siendo preguntados por el rey Tolomeo los suceso-
ruptible concebido en el vientre de una virgen purísima res poco diligentes de aquellos sacerdotes sobre el signi-
atravesando el mundo como un arco de fuego arrebata- ficado que tenia dicha figura, no supieron responder
rá á los hombres para hacer con ellos un presente agra- otra cosa sino que era una prenda de sus antepasados.
dable á su padre. Este templo le pertenecerá, y su madre VI. Sauto Tomás refiere ( 1 ) con otros muchos (2)
tendrá por nombre María (1).» Pero la antigua serpiente que en el año 790 (los demás no concuerdan entera-
alucinó con tanta destreza á los pobres atenienses, que mente con esta cronología), imperando Constantino V I y
escondiéndoseles el verdadero sentido del oráculo dedi- su madre Irene, fué abierto u n sepulcro muy antiguo,
caron el templo á Minerva, diosa de la sabiduría , según en el cual se encontró un cadáver (alguuos pensaron
decían ellos. que era el de Platón) que tenia al cuello una plancha de
V. Atestan los historiadores ( 2 ) que Augusto de oro con esta inscripción: Cristo nacerá de una.virgen, y
vuelta en Roma después de terminadas las discordias yo creo en é l , y tú , sol, me verás otra vez en tiempo
civiles mandó erigir un altar en el Capitolio con esta ins- de Irene y Constantino. Por los años de 1201 de nuestro
c r i p c i ó n : ALTAR LEVANTADO A L PRIMOGÉNITO DE DIOS, en Señor Jesucristo, siendo romano pontífice Honorio 111,
el mismo lugar en que como juzgan algunos, por las se- emperador de Alemania Federico I I y rey de Castilla Don
ñas de los versos sibilinos habia visto en el aire a una Alfonso V I H , aconteció en las cercanías de la ciudad de
doncella con su niño en los brazos. Hoy dia los religio- Toledo que cavando un judio en una viña encontró en
sos de S. Francisco tienen allí un hermoso templo dedi- el hueco de una peña un libro antiguo, cuyas hojas eran
cado á nuestra señora bajo la advocación de -Ir« cvh con de corteza de árbol y que estaba escrito en lengua hebrea,
aquel motivo á lo que se cree. S. Epifanio en la vida de griega y latina. En él se hablaba de tresmundos, es decir,
Jeremías, Doroteo en su Sinopsis y otros cuentan que de tres edades ó mudanzas del mundo. En el principio
habiéndose refugiado aquel profeta temporalmente entre del tercero se leían estas palabras: . En el tercer mundo
los sacerdotes de los egipcios por h u i r del b á r b a r o furor el hijo de Dios nacerá de la virgen María y padecerá por
deNaburodonosor, les advirtió que llegaría el tiempo salvar á los hombres ( 3 ) . » Mas adelante hablaré de

(I) Secunda secunda.' i¡. S, c h r o n . : Canis., d e n . V.,1. ! , c . 7 .


( ( ) Mc'.apurust.apadSurium ;i) Barón., Apparat. a r l . 7 ad 3. (3) Zonaras v C a n i s . e u e l I t i -
8 j u l i i : H ' - ^ s «il e| l u . \ c¡U ii) Panl. Diac. , 1 . ? 3 : Sisib. gar c i t a d o : R o d . S a o r i . , l l i s l . I l i -
in C h r o n i c . : G e n e b r a r d . , l i b . 3 s p a n . , p a r í . 3 . c. 10.
pensamiento que tuvo de que seria arrancada una piedra
nuestra señora de C h a r t r e s . Mucho habría que decir so-
de la cantera sin mano de hombre, es decir, que el Me-
bre este punto; pero l o omito por no cansar al lector.
sias naceria de Israel, el cual era el peñasco escogido,
tj, III. _ i),iC IW reconocida y llamada bienaventurada por los judíos ;
pero por medio de una virgen y no de la manera o r d i -
mahometanos. naria; de suerte que consintió en criar el mundo por
amor del Mesias y. de su madre. En confirmación de esto
leemos en la profccia de Jeremías : '¿Puede ser invalida-
I . Muy grande debe de ser lá fuerza do la verdad,
do m i pacto con el dia y m i pacto con la noche, de m a -
cuando el odio no basta i impedir que pase por la b o a
nera que no baya dia ni noche á s u tiempo (1)'?» En l u -
de sus enemigos. Esta es la única razón por que aprecia-
gar de estas palabras leen los cabalistas hebreos: . S i no
mos los testimonios de e l l o s , y no con otro intento voy
hubiese sido el pació que he cóncerlado voluntariamente;
á acolar los de algunos judios posteriores al nacimiento
no habría establecido jamás el orden que.esiste entre el
del Salvador, porque e n cuanto á los que vivieron en
oielo y la tierra, el dia y la noche;» es decir, á juicio de
tiempos anteriores, y a se ha tratado en el capítulo III.
ellos: Si no hubiera sido por el amor de Maria y de su
También presentaré a l g u n o s mahometanos que hablaron
hijo Jesús; no habría consentido jamás en criar el mun-
en términos muy h o n r o s o s , no para hacer gala de sus
do. Volvamos al rabi Hacodin. Dice, este además que la
necedades y delirios , s i n o solamente para manifestar
Virgen santísima es comparada en la sagrada escritura
que no pudieron r e s i s t i r á la verdad y á su pesar tuvie-
á un armario ó á u n aparador; cuya ligura sienta que
ron que rendirle h o m e n a j e . Pedro Galatino, docto escri-
la toma de un pasaje del salmo LXXIX., y añado quo con
tor y brillante l u m b r e r a del orden do S. Francisco, insla
justa razón es comparada la madre del Mesías al apara-
vigorosamente á los j u d i o s (1) por la propia confesión
dor ó armario del paraíso; porque así como se pone
de sus rabinos y los h a c e confesar que muchos de ellos
el aparador en casa de los grandes para colocar los va-
menos preocupados ó m a s perspicaces que los otros ha-
sos de oro y plata y hacer ostentación de sus riquezas y
blaron muy ventajosamente de Jesucristo, verdadero y
magnificencia; de la misma manera la Virgen os el apa-
único Mesias, y de s u d i g n a madre Maria, citando entre
rador dispuesto por Dios para ostentar su gloria á. lodos
otros al que por respeto llaman Rabbahn Hacodin, que
los siglos venideros. El rabi Simeón aplica á la madre
quiere decir nuestro s a n t o maestro. Este doctor leseóse-
de Dios estas palabras del capitulo IV de los Cantares;
ña que antes que fuese criado el mundo, Dios habia pre-
?Eres toda hermosa, amiga m i a , y no hay en tí mancha.»
visto el pecado de A d a m con la maldición que debía cas-
Las memorias de Galatino suministrarán mas particula-
tigarle; lo cual le hacia vacilar y estar irresoluto sobre
ridades á quien tenga curiosidad de registrarlas: á m i
si criaría el m u n d o , c u y a pieza principal debia de ser el
me basta repetir que no os poco que unos hombres p o -
hombre. No obstante s u Verbo le hacia vivas instancias,
seídos de tanto odio contra nuestro Señor Jesucristo y
por cuya causa se r e s o l v i ó al cabo, especialmente por el

((,) Jerem. X X X I I I , s o .
(I) D e arcaoís, l i b .
su santísima madre y qus los maldicen mnclias vcccs al por la virtud de los exorcismos á dar á Dios la gloria
dia en sus sinagogas segun testimonio de S. Epilanio, debida y testimonio á la verdad?
no puedan sin embargo o p r i m i r de tal suerte la verdad, 111. Voy á concluir este discurso con la relación de
que no aparezca en sus propios escritos. una historia memorable que cita ol docto Santiago de
II. I.o mismo digo de los mahometanos, enemigos Valencia, obispo do Cristópolis, escribiendo sobre el ver-
jurados del nombre cristiano, y cuya impiedad no ha po- sículo cuarto del Mapifical. Dice que ocupando el papa
dido prevalecer contraía verdad en términos que su mis- Juan X X I I la silla de S. Pedro, llegó á la ciudad de
m o corifeo Mahoma no se haya visto forzado i publicar- Aviñon, donde residían entonces los romanos pontífices,
la en su Alcorán. Vé aqui cómo habla en un lugar del el hijo del rey de Armenia con muy buena intención,
mismo ( 1 ) : «Dios infundió su propia alma á María, la porque no traia otro ánimo que el de ver practicada la
mejor de todas las mujeres, á quien no tocó jamás nin- religión cristiana en su fuente y disponerse para recibir
gún h o m b r e , y la propuso con su hijo á todas las na- el santo bautismo. Acompañaba al papa cuando asistía
ciones como una maravilla excelentísima.» En otra parte este á los divinos oficios, á los sermones y á otros ejer-
afirma ( 2 ) que ella fue la mas pura y limpia que ha cicios de piedad y devocion; pero desgraciadamente y
existido jamás sin exceptuar á nadie, como que todas en mala hora para él se encontró el dia de la Concepción
sus intenciones se referían á Dios solo. Otra vez se diri- en una iglesia, donde el predicador tratando de aquel
ge á ella diciendo ( 5 ) : «Oh María, no hay duda de que misterio se esforzaba con calor á probar que nuestra se-
Dios te escogió, purificó y sacó de entre las demás para ! ñora había sido concebida en pecado. Este discurso ofen-
que seas la mas famosa de las mujeres que habrá en to- dió de tal suerte al principe de Armenia, que sin espe-
dos los siglos.» En otra parte le dice (4) que será llena rar el fin salió colérico de la iglesia y desde luego ordenó
de h o n o r en este mundo y en el otro. El Acates de este su viaje; y como el papa pasase á su palacio después de
falso profeta é insigne impostor, llamado Ebi llorayra, los divinos oficios, él lodo escandalizado no pudo con-
hombre de gran autoridad entre los mahometanos, ase- tenerse y dijo al padre santo que extrañaba cómo el r o -
gura haber sabido de su maestro que de lodos los hijos mano pontífice y los cardenales que estaban á su lado,
de A d a m no hay uno sobre quien Satanás no haya pues- habían podido sufrir, siendo los principes de la iglesia
to la mano , excepto María y su hijo, y además que y las columnas de la religión, que se pronunciara en su
entre los hombres hay muchos perfectos; pero que entre presencia semejante discurso, porque era muy cierto
las mujeres no se halló otra mas que María madre de que si entre ellos con ser mahometanos se hubiera atre-
Isé (asi llama á nuestro salvador y redentor.) ¿No os vido alguno á hablar do esa manera de nuestra señora
parece o í r á alguno de esos espíritus reprobos, que me- y aun de la madre de Mahoma, no se hubiese librado
tidos en el cuerpo de los posesos son forzados á veces de ser apedreado. Por donde podemos aprender el e m i -
nente lugar que la madre de Dios ocupa hasta entre
aquellos bárbaros sectarios.

(l) Azoara 31. (3) Azoara 8.


(!) Azoara 5. (4) Azoara 3.
quien diré dos palabras en el párrafo siguiente, la iglesia
S- Ooc fué reconocida j honrada por los magnato .del mundo.
de nuestra señora al otro lado del Tibor es una mues-
1
tra de la liberalidad y devocion do S. Calixto asi como
Hace mas de dos mil seiscientos años quo lo habia de la de Gregorio I I I , qué la reparó cuando amenazaba
profetizado el rey David diciendo : «Todos los ricos del ruina. Santa'María del Alma es u n testimonio de la pie-
pueblo correrán tras ti y desearán verte (1).» Asi enten- dad de Adriano V I ; santa María del Pórtico de la de
dieron e'ste lugar S. Atanasio (2), S. Juan Damasce- Gregorio V I I ; santa María de la Escuela griega de la de
no (5), S. Andrés de Creta (4) y otros muchos y lo que S. Dionisio; santa María de la Barquilla de Pascasio I ;
es mas la iglesia universal que le aplica á la Virgen santa María la nueva de Juan V I I ; santa María del Lago
santísima en el introito de la misa de la vigilia de" la de S. Silvestre; santa María de Aquiro de Anastasio; san-
Asunción. Y si la verdadera grandeza es la que nos acer- ta María del Campo santo en el valle del Vaticano de
ca mas á Dios, primer principia y último fin de toda León I V ; santa Maria de la Paz de Sixto I V ; y lo mismo
grandeza; tengo justo motivo para dar el primer lugar á de algunas otras. El zelo del papa S. Celestino I llevo al
los santos y á los amigos de Dios, como á los únicos que último punto la condenación del impío Nestorio, de quien
encontraron la verdadera grandeza. No obstante porque se hablará en otro lugar ( t ) , y no cesó hasta que hubo
degradado al h e r e s i a r c a y restablecido á la madre de Dios
necesitaría yo hacer un catálogo de todos los santos,
en el pacifico goce de todos sus títulos. Dios hizo ver
pues todos ellos fueron devotísimos de la sacratísima
cuán agradable lo era la devocion de S. Gregorio Migno
Virgen, hablaré de los grandes á juicio del mundo, r e -
á su santa madre, cuando contuvo el brazo de su j u s t i -
servándome el proponer los primeros en los tratados s i -
cia durante la procesión pública que se celebraba en
guientes, donde se me ofrecerá ocasion á cada paso.
Boma por pascua de Resurrección, y además hizo oír la
música do los ángeles, como diré mas oportunamente con
/.ss Papas denota de ¡a madre de Dios.
otro motivo (2). S. Gregorio I I I manifestó bastante su
piedad para con la Virgen ofreciendo una preciosa efigie
II. I.a razón pido quo comeucemos por los l'apas, do oro en la iglesia de nuestra señora del Pesebre. Los
lugartenientes de Dios en la tierra, porque todos los singulares sentimientos de Gregorio V i l se descubren en
graudes del mundo los conceden el lugar preeminente. sus epístolas, especialmente en las que escribió a la con-
Sin embargo, no pienso alargarme mucho en sus elogios desa Matilde. L o s sermones que tenemos de Inocencio I I I
por no detenerme demasiado. Su singular devocion á la para las fiestas de l a gloriosa Virgen, son otras tantas
madre de Dios se ha manifestado en muchas ocasiones y muestras irrecusables de su singular devocion. San
especialmente en levantar ó. reedificar buen número dé León IV á mas de muchos actos memorables que prac-
templos en-lfonor de ella. Dejando aparte á S. Sixto, de ticó en honra de Maria, ordenó la octava de la Asunción

(1) Salmo XLIV. (3) Oral. I de naliv. V i r g .


(í¡ S e r m o d e S . Deipara. (4) Oral, i de dormii. B. V. (l) Trat. 3 , c . 7 , (5) T r a i . 3, c . 1. § . 3-
oiendables en este punto. Espero tener mas espacio en
lie nuestra señora, que la iglesia lia celebrado desde su otro lugar para proponer las excelentes pruebas de la
tiempo. El afecto cordial de Urbano II pareció en laapro- singular devocion de los emperadores Constantino el
bacion del oficio de la Virgen, y la de Sixto IV, Paulo V grande, Toodosio el ¡Aven, Marciano, León, Zenon, Jus-
y Gregorio XV en la ampliación de los honores tributa- tiniano, Justino I I , Mauricio, lleraclio, Cario Magno,
dos á la inmaculada concepción. En una palabra de Luis el benigno, Basilio, León el sabio, Enrique I , los
Koma han emanado todas las congregaciones y cofradías dos Andrónicos, Mateo Cantacuzeno, Federico I I I y
erigidas en diversos lugares, todas las devociones apro- otros; de los reyes do Francia Clodoveo, Dagoberto, San
badas en la iglesia, que en esto como en todo lo demás Luis, Roberto, Cirios V , Luis X I , Carlos V I I I , Francis-
no podía establecer nada sin la santa sede, primer mó- co I , Cárlos IX y Luis X I I I ; de los reyes de España A l -
v i l de toda devocion verdadera. No hay mas que repasar fonso II, Jaime el Conquistador, los dos Felipes I I y III; de
la historia de Loreto y otros santuarios para descubrir los reves de Inglaterra S. Eduardo y Guillermo llamado
las muestras de la piedad de los sumos pontífices con el Conquistador; de los reyes de Portugal Juan I , Alfon-
respecto á la reina del cielo. Mas ¿por qué me he de de- so I , Fernando I y Alfonso V ; de Boleslao V y Uladis-
tener aquí, citando no es tan gran maravilla que hayan lao V, reyes de Polonia; deS. Esteban, rey de Hungría, y
sido devotos suyos como lo seria si hubieran podido sub- otros; de las emperatrices santa Elena, santa Pulquería,
sistir sin estar muy particularmente consagrados á ella? Eudoxia la jóven y santa Cunegnnda; de las reinas santa
Batilde de Fraucia, santa Margarita, santa Isabel de Hun-
Los prelados devotos de la madre de Dios. gría, santa Isabel de Portugal, Juana, princesa y regente
del mismo reino, Margarita de Austria, reina de España,
v muchedumbre de otros principes y princesas do igual
III. Menos aun me detendré en hablar de los otros
ó menos calidad queestos, cuyas almas viven en el cielo,
prelados de la iglesia, pues ya hemos visto hacia el fin
así como sus nombres son esclarecidos en la tierra. A
del párrafo primero que por el cuidado y diligencia de
cada paso hallaremos sus proezas: por ahora basta con
ellos se ha propagado el culto de la madre de Dios por
estas indicaciones.
todo el mundo y que la mayor parte han suministrado
las ricas estofas de las mas exquisitas alabanzas con que
V . - Q a i fué reconocida 5 aoorada por lodas las racione! j eo lodas lai
engalanamos á la reina del rielo en todos estos tratados. parles del mucáo.

Los principes y princesas devotos de la madre de Dios.


1, San Germán, patriarca de Constanlinopla, se alegra
de esto con todo su corazon cuando habla asi á la virgen
I V . Mas digno de admiración será el afecto filial con
María: «Bendita seas de todas las generaciones y benditas
que la han honrado los principes y princesas, por cuanto
sean en ti todas las naciones de la tierra, porque no hay
os mas difícil hacer resplandecer la piedad entre las a r -
un lugar en el mundo donde no se pregonen tus gracias,
mas y enmedio del tráfago mundano que conservarla en
ni región alguna donde t u bondad no haya producido
el manejo de las cosas santas y divinas; no obstante
es maravilla cómo muchos de ellos se hicieron rccc-
efecto. Aun aquellos qno no tenian ninguna noticia de ti,
mer santuario donde se veneró á la Virgen sanlisima, y
mientras estabas en la tierra, le dicen boy bienaventura-
se funda en los testimonios de Guillermo,arzobispo de
da (1). El abad Ruperto explicando aquel pasaje del ca- T i r o y canciller del reino de Jerusalen ( 1 ) , do Breidém-
pitulo VIH do los Cantares (2) , en que la esposa dice que bach," diáconojde Maguncia (2), y de Bartolomé do Salig-
el esposo Ja hizo guarda de la viña, nota que conviene nac, protonotario apostólico (ó). Diré aquí de paso y ya
muy bien i la Virgen, la cual dice de sí que su amado que se presenta la ocasion que se disputan esta p r i m a -
hijo y dulce esposo no se contentó con darle á guardar cía cuatro iglesias, porque á mas de la susodicha algu-
una viña, es decir, la iglesia de su nación, sino que en- nos autores de nota conceden esa gloria á una ciudad do
comendó á su cuidado y vigilancia todas las que hay en Trípoli, llamada hoy Tortosa y antiguamente Antarado,
todo el ámbito de la tierra, en atención á que ninguna donde dicen que el apóstol S. Pedro vendo á Antioquia
se tiene por segura si no está bajo su guarda y protec- edificó el primer templo consagrado á nuestra señora y
ción. Eso con todo no quita que en diversos lugares ten- dijo allí misa el primero. Tomás Valdense juzga (4) que
ga sus iglesias y santuarios particulares. Si el lector tie- este honor corresponde á nuestra señora del monle Car-
ne la paciencia de registrar algunos de los mas célebres; melo ó del Cármen, do que hablaré en el párrafo 76.
hallará que son tantos, q u e difícilmente se encontrará Por último los españoles le reclaman con calor para el
templo del Pilar, construido en Zaragoza por orden del
u n rincón de la tierra habitada donde no se apresuren
apóstol Santiago: ya hablaré mas particularmente do él
á rendirle homenaje y donde ella reciprocamente no dis-
al tratar de España. Dejo la resolución de esta disputa
tribuya con la mayor liberalidad sus gracias. Este dis-
al discreto y diligente lector y vuelvo á Jerusalen, capital
curso nos hará recorrer el universo; pero espero que nos
de la Palestina, de la que era menester que la virgen Ma-
cause algún consuelo cuando veamos honrada y glorifica-
ría tomase solemne posesion, habiendo morado tanto
da á nuestra buena madreen todo el orbe y reconozcamos tiempo a l l í , como lo hizo cuando santa Elena le edificó
las señales del imperio que le ha dado Dios. u n magnifico templo sobre su sepulcro en el valle de Jo-
safat ( 5 ) , según había hecho en Betlehem en los luga-
la tierra santa.—La casa de Naxareth. res donde parió y donde se anunció á los pastores la nue-
va del nacimiento del Salvador (6). Mucho tiempo des-
II. La razón exige que empecemos por la tierra san- pues, es decir, el año 8 5 0 , el emperador Justiniano le
ta así por ser el centro del mundo, como han dicho mu- erigió olro en la misma ciudad de Jerusalen, que se l l a -
mó nuestra señora la nueva, y cuya magnificencia des-
chos, cuanto porque es muy probable que allí la Virgen
cribe Procopio llamándola uno de los primeros edificios
tomó la primera posesiou del dominio que ejerce en la
tierra. Adricomioen la descripción de la tierra sania atri-
buye á la casa de Nazareth, que es la que>hoy llamamos
nuestra señora de Loreto, el honor de haber sido el pri-
(( ) Belli sacri, 1. 9, c. 6. 5 ) Kiceph. i . 8, c . 30.
(S) 12 j o l i i . 6 ; Beda, de locis sanctis,
(3) Tom: 7, c . t . c. 8: Nicepb.
(I ) Serm. de dormii. B. V. (2) I n Caalic. 1. <. (4) De sacram., I . 9, c . 48.
del mundo. Este autor añade dos cosas maravillosas, que
manifiestan b i e n cómo se complacía la reina del cielo en corporado de tal suerte en la misma tabla con el trans-
ser honrada en aquel lugar. Como se tratara de poner el curso del tiempo, que hubiera sido imposible borrarla.
techo y los arquitectos necesitasen cierta madera de una Cuentan los que la vieron (1), que manaba continua-
altura y grueso desmedidos que no podían encontrar, mente de ella un bálsamo tan suave y provechoso á toda
vino en su a u x i l i o la madre de Dios y los hizo descubrir clase de enfermos, que .había un concurso no interrum-
no lejos de a l l í un bosque de hermosísimos cedros como pido de cristianos, de turcos y de sarracenos y particu-
podían desearse para la armadura de la iglesia. La otra larmente en los días de [a Natividad y de la Asunción de
maravilla fué q u e como les faltara mármol para las co- la Virgen. Lo mas admirable era que por mas bálsamo
lumnas, ya p o r estar Jerusalen distante del m a r , ya por que se sacase, nunca disminuía. Habiendo quedado ciego
no haher en sus alrededores mas que piedras comunes, el soldán de Damasco en el año 1205, recurrió á este
les descubrió u n a cantera, de donde sacaron unaespecio bálsamo, con el que se untó lus ojos y recobró entera-
de mármol r o j o y de llamas que nunca se Labia visto en mente la vista; por cuyo beneficio se sintió obligado é
aquellos parajes. El emperador recibió de esto tanta sa- inspirado á fundar una lámpara de plata que ardiese
tisfacción, q u e no contento con haber fabricado el tem- continuamente delante de la íniágen de la Virgen. Asi lo
plo le dotó m u y espléndidamente para que se diese c u l - hizo dando para este efecto doce medidas de aceite al
to perpétuo á la Virgen. También levantó otro en el año. A l siguiente que fué el de 1204, acaeció una cosa
monte Olívete en honor de la misma señora, otro cu Je- mucho mas extraordinaria y que acrecentó sobremanera
ricó y otro á l a falda del monte Sinai, no habiendo p o - ol concepto de nuestra religión entre los sarracenos, por-
dido hacerlo e n la cumbre por los temerosos ruidos que que al rededor do la nativídad de la Virgen el aceite mi-
allí se oían. T o d o esto lo cuenta l'rocopío. lagroso que habia en el vaso, se halló convertido'en
carne y fué visto de muchas gentes que acudieron de
La Siria. todas partes.
El Asia menor.
I I I . Estando la Siria contigua á la Palestina y habien-
do sido en s u tiempo un plantel de santidad, no pueden IV. El mismo historiador atesta que en el año 542,
menos de encontrarse allí excelentes muestras de la an- cuando Justiniano reedificaba la ilustre ciudad de Antio-
tigua piedad h a c i a la reina del universo. A legua y media quía que había sido quemada por el impío Cosroas, l e -
de Damasco, q u e era la capital de la Siria, habia en lo vantó u n templo tan suntuoso y magnifico en honor de
antiguo un hermoso monasterio llamado Saidaneída, del la madre de Dios, que asegura no haber palabras para
que no ha quedado mas que una capillíta. Allí habia una ponderarlo. Los qne hayan leido la historia de S. Alejo,
milagrosa imagen de nuestra señora, llevada primera- recordarán el herm'oso templo que tenia la madre do
mente de Constantinopla á Jerusalen y donada despues Dios en la ciudad de Edesa, donde aquel gran siervo de
por un patriarca de esta ciudad á la abadesa de aquel
monasterio. L a ¡mágen pintada en una tabla se habla i n -
( t ) Arnold., abhas tabee. (i) Wcstmonas teriens., i n
apud. Barón, an. 870. flor. hist.
TOMO I . 29
Dios fue descubierto por la imágen de la misma Virgen quien muchas veces les alcanza la curación de sus enfer-
medades por medio del agua de aquella fuenle. A media
que habia en la puerta principal. S. Gorman de Cons-
legua de alli se ve el Cairo antiguo casi enteramente
tantinopla en una epístola que se leyó en el segundo
arruinado con una capilla subterránea, donde se cree
concilio do Nicea congregado para la defensa de las sa-
que vivió la Virgen algunos años. I.os que guardan aque-
gradas imágenes, cuenta q u e en Sozópolis, ciudad de la
llos lugares (son cristianos llamados coptos que habitan
Pisidia, habia una imágen de nuestra señora, de la que
en unas cuatrocientas casas), no han podido por su p o -
manaba ordinariamente u n aceite milagroso. En la vida breza adornar dicha capilla según les dictaba la devo-
de Teodoro, obispo de Anastasiópolis y abad de los ción.
sicootas (1), se refiere q u e habiéndose postrado esto pre-
lado delante de la imágen, salió el aceite con tal abun- Africa.
dancia, que le saltó á los ojos y lo llenó todo el rostro.
Maravilláronse sobremanera todos los presentes y salien- VI. Si de aquí pasamos al Africa; sabremos ( I )
do de !a capilla clamaron á una voz que Teodoro era que el emperador Jusliniano mandó edificar en la ciudad
un gran siervo de Dios y de su bendita madre. de Cartago un hermoso templo en honor de la madre de
Dios, al que dió su nombre llamándole justinianeo y con
El Egipto. su nombre todo el lustre que pudo, atribuyendo comun-
mente á nuestra señora las victorias que habia ganado á
•y. Habiendo estado nuestra señora en Egipto con los vándalos arrojados por él de Africa, asi como á los
su hijo, aunque fugitivo, ¿no habia de haber tomado p o - arríanos á quienes debilitó sobremanera. En olra par-
sesión de aquel pais y dejado algunos vestigios? Yo hallo te (2) hablaré do la muchedumbre que concurre á vene-
por lo menos tres hermosos templos celebrados en la rar á la madre tle Dios en l a capilla que tiene en la ciu-
antigüedad, el uno en l l e r m ó p o l i s ( 2 ) , el otro en Da- dad de Angola en la costa do A f r i c a , y de los mara-
mieta (3) y el tercero en Alejandría, edificado por San villosos auxilios que concede diariamente la Virgen á los
Pedro ( i ) , patriarca de esta ciudad y mártir glorioso do católicos en todas ocasiones. En Mozambique llamado
Jesucristo. En el gran Cairo so ve aun hoy día",un sitio antiguamente Praso, que es una isla pequeña de A f r i -
llamado la Malaria, donde hay una fuente milagrosa que ca al Oriente, veremos el famoso templo de nuestra se-
nuestra señora consiguió por sus oraciones cuando huyó ñora del Muro. Y aunque aquella vasta parle del mundo
á Egipto. Es antigua t r a d i c i ó n que la Virgen lavaba allí se baile hoy grandemente asolada, no puede dudarse que
comunmente los pañales del niño Jesús. A vecos se dice estuviese consagrada en un todo al servicio de la reina del
misa con licencia de los turcos, los cuales la conceden cielo cuando tenia los Ciprianos, los Agustinos, los Ful-
con gusto, porque también honran ¡C la madre de Dios, gencios y otros ilustres y santos prelados, que amaban y

( 1 ) Jorge , presbítero, y s u (3) Caois. 1. 5, c . 53. 11) Barón, año 5-34 ex P r o - (S) Trat. 2 , c. 7 , 3.
discípulo. 22 de ¡ffifll. ( 4) Barón, a l o 310. cop. de s d i ü c i i s Jusliniani.
( 2 ) Pallad.¡n Lausiaca.
á su vuelta edificó un templo á la Virgen, y luego se
veneraban con inefable devocion á la virgen María, y que
construyó otro en la ciudad de Calícut, á donde arribó
esta poseyese innumerables iglesias y santuarios.
el virey Gramma en el año 1498, como refiere el obispo
Osorio. Veremos otro templo muy antiguo en la costa de
Etiopia.
Comorin (1) y otro levantado poco lia, que se descubrí1
desde muy lejos en el puerto de Goa. Dedicáronle los
VII. Entremos en la Etiopia, donde asevera D. Fran- portugueses á la virgen María como á reina del mar y de
cisco Alvarez que encontraremos u n hermoso edificio en la tierra. En Meliapor, por otro nombre ciudad de santo
la ciudad de Chassumo llamado antes santa María de Tomás, fundada á lo que se cree sobre las ruinas de la
S i o n , porque la sagrada ara que se puso en el altar, fué antigua Salamína y sentadaá orillas del mar índico, des-
traída del monte Sion. Tiénese por cierto que fué de- . pues de ofrecer nuestras oraciones sobre el sepulcro de
dicado á, la madre de Dios por la reina de Caudacc; pero aquel santo apóstol saludaremos la capillíta de la glo-
es m u y difícil de creer que fuese aquella á cuyo eunuco riosa Virgen, delante de la cual acostumbraba el segun-
bautizó S. Felipe, según leemos en los Hechos de los do apóstol de las Indias S. Francisco Javier pasar las n o -
apóstoles. Por lo cual creeré mas bien que alguna de las ches enteras en oraciou: allí se le oyó muchas veces,
que sucedieron á dicha reina, dejó á la posteridad esa cuando era golpeado y maltratado por los demonios, im-
muestra de su devocion á la V i r g e n ; porque el geógrafo plorar el auxilio de la reina de los cielos gritando con
Eslrabon aQrma que el nombre de Candase era común á todas sus fuerzas: «Gloriosa señora, socórreme: ¿no me
todas las reinas de Etiopía como el do Faraón á los reyes ayudarás, m i buena señora?» En Malaca, que es una c i u -
de Egipto. Nótese de paso que los etiopes, aunque dad de los portugueses en el antiguo Quersoneso del olro
cismáticos, no dejan de ser muy devotos de la Virgen, á lado del Ganges, encontraremos u n gran hospital con
q u i e n han erigido templos en diversos lugares del reino, una iglesia primorosa dedicada á la santísima Virgen, á
si b i e n no tan antiguos como el de Chassumo. donde recurría ordinariamente el mismo S. Francisco.
En esta iglesia fué donde obtuvo de Dios la victoria que
La India oriental y algunos reinos.vecinos. ganaron los cristianos á los bárbaros aconeses. En esta
misma iglesia ofreció tres misas, cuando siendo asalta-
Kucstra señora de Melkpor. — Nuesira señora de Slalaca. — Nuestra señora
de Ternate ó de Uarra. do de una recia borrasca en su viaje á la China salvó
una nave portuguesa donde iba embarcado con el emba-
V I I I . Va que hemos avanzado l a n í o , soy de pare- jador del rey de Bongo, y una lancha también con quin-
cer q u e pasemos hasta la India. Primeramente sabremos ce personas que el viento habia traído de acá para allá
que de antiguo fué venerada la Virgen en la ciudad de durante tros días, pareciendo entre ellos todo ese tiempo
Crangauor (1) y que un rey de aquel país (los naturales y alentándolos, aunque en realidad estaba con los otros
creen fué uno de los tres que adoraron al Salvador)

(I) Novar-, Do oral, e l borts caoooie., c. a i .


(1) Osor., DegestísEmmanue!., l i b . I .
ios mas sabios de la provincia y explicaron los mismos
en la nave. Allí se retiraba de ordinario cuando tenia el mandarines ó sean los magistrados. La inscripción hecha
(»razón oprimido ó iba á acometer alguna empresa, de m i l doscientos cuarenta y tres años antes comenzaba por
cuyo éxito recelaba, para mayor gloria deDíos. Frente por la creación del mundo y comprendía todos los principa-
frente del puerto de Malaca visitaremos de paso una capi- les misterios de nuestra religión, y especialmente hacia
liita que es una isla desierta, á dondo el mismo santo hizo muv honorífica mención de ia virgen María, de l a e m b a -
retirar por tres dias á su compañero Juan Duro por h a - jadá del ángel, de la concepción y d é l a natividad del
ber tomado sin su noticia algún dinero de limosna de los Verbo encarnado. Con esto concuerda grandemente lo
portugueses para socorrer al padre en sus necesidades, que se lee en los libros de los reyes de la China; a sa-
y donde el mismo Duro vio junto al altar mayor á la b e r , que nuestra ley fué predicada el ano 994, que
Virgen sentada en una preciosa almohada y con el niño seria ciento y cuarenta antes de grabarse aque la^ ins-
Jesus.cn los brazos, que le llamaba bondadosamente hacia cripción. A mayor abundamiento el obispo del Japón
si: María santísima le recibió al cabo á pesar de la mala afirma haber encontrado en los archivos do Mel.apor que
cara que le había puesto un ralo en consideración de su de allí fueron enviados mas de m i l años liá predicadores
falta. En los arrabales de Teníate, que es la isla mas céle- á la China para que anunciaran la fé cristiana Hasta
bre entro las Molncas, saludaremos la iglesia de nuestra sabemos por testimonios auténticos que hubo a l h igle-
señora de B a r r a , donde fué á hospedarse Javier cuando sias fundadas desde el tiempo de santo Tomas Yo puedo
arribó a l l í , y de donde salía por lo común como de una decir con verdad que desde que los sacerdotes de la
fortaleza para ir á pelear contra el vicio y la impiedad r.ompañia de Jesús pusieron el pie en aquel remo flore-
dominantes en aquel pais. En una palabra y por abre- ciente, como deben la entrada en él á la Yirgen santísi-
viar los pueblos deSalseta, Goulan, Travancor, Maduré, ma despues de Dios, han hecho todo lo posible para que
Malabar, Pegú, Bengala, Pesquería y otros muchos an- todos la amen y veneren. La primera capilla que e r i -
tes bárbaros han aprendido hoy gracias á Dios á t r i b u - gieron , fué en la ciudad de Cianquin, en cuyo altar co-
tar á la Virgen el honor que recibe en los países mas locaron la imágen de la madre de Dios, que atrajo una
florecientes de la cristiandad. concurrencia no interrumpida de gente. Todos cuantos
entraban en la capilla, hasta los sacerdotes de los ídolos
La China. se postraban en tierra dando con la frente , en el sudo
para adorarla según la costumbre del país. Allí se vieron
IX. Juan Gonzalez atesta en el libro segundo, capi- libres los mismos religiosos de una calumnia muy atroz
tulo primero de su Historia de la China que los na- y peligrosa por la protección de la virgen M a n a , a quien
turales de aquel país tuvieron conocimiento de la r e l i - se habían encomendado: desde aquel punto separticron
gion cristiana desde el principio; lo cual so confirmó « n el día de la Asunción para Xanceo, donde la Señora
evidentemente por medio de una piedra de veinte y cua-
tro palmos de longitud que se encontró en la ciudad de
llensi el año 1G2S cavando la tierra. La tal piedra tenia (i) Nicol. T r i g a m i a - . h i s l . sinensis, lib. I , c.U.
una inscripción eu caractères chinescos, que leyeron
ob ó el primer milagro que se sepa haberse hecho en ] a
China. Con efecto alcanzó un feliz alumbramiento á n n , perdiciar ninguna ocasion de atraer al servicio de tan
mujer que temia extremadamente el parlo v e r i f i c ó buena madre el pueblo chino, muy capaz de tributarle
se este en el dia de la Presentación así que la m £ ± algún dia grandes honores.
a imagen de la Virgen en lugar de un Ídolo á q n T
raba v rezo siete veces el Padre nuestro y el Av M a r i E l Catay.
Quedo tan agradecida por aquel favor, J u t £
l a con su marido y toda su familia, l e s d enton X. Ponemos el Catay delrás de la China, porque
no dejo jamas de enviar todos los sábados alguno de l por mucho tiempo se creyó que formaban un mismo
reino; no obstante despues se ha averiguado que son di-
ferentes y se ha hallado el gran Catay tan deseado, por
otro nombre el reino de Jesús. Los que fueron hasta
En la ciudad de Scianto teniendo el virey y s u muíer
allá impelidos por el zelo de la casa de Dios, encontra-
ar cutísimos deseos de poseer una imagen de 2
ron el buen recibimiento que puede desearse de un prin-
V. gen los padres déla Compañía hallaron medio dé T cipe bárbaro, y cuentan entre otras cosas que se ven en
lisfaccrlos, y los dos prometieron venerarla todo fos sus templos imágenes de la V i r g e n , bien que son algo
día de su vida y hacerla venerar á los suyos Median diferentes de las nuestras, porque aquellos naturales po-
nen al lado de la Señora tres niños muy jiarecidos,
S S f ai la
garon t f ? *realf í Sde
h ciudad tCnCÍa
Pequin, donde fueron ios
rccib -: que según dicen, no son, ni significan mas que uno solo,
aunque representan tres. Es creíble que estos son vesti-
selio0/ v Z y SUS m ¡ U ¡ S l r ü S e x 1r a o ,
' d i Darí os ób- gios de la antigua posesion que la madre de Dios había
p r m e r P r0S,íme
S n '2 ' . 1 u c l e 0 Mecieron fué una
tomado de aquel reino, donde debemos de esperar que
mugen do Mana santísima, la que le pareció hecha
recibirá bien pronto el servicio y honor merecidos y que
snhnZ° y l a n maj,eSt"°Sa' 0 0
Podiendo sufrir et recobrará sus derechos.

ÍITASITvR-
resplandor que aquel rostro divino despedía, la ¿ r i ó
Es a , UC,,óta
! ! » sorprendida como
su hijo y la mando guardar incontinenti. El rey la había £1 Jopan.
adorado devotisimamente y lo había ofrecido incienso
Desde entonces los padres fueron siempre l l a n X t e X I . Los que han escrito del imperio del Japón (que
que habían dado al rey dioses vivos. l.a V i r g n T i z o q S es respecto del lugar por donde hemos empezado nues-
l u d i e r a n una casa como un palacio á un cuarto de e- tro viaje, el mas remoto de los descubiertos hasta aquí
S * > " * > '''''Rieran inmediatamente hácia Levante), atestiguan que antes que S. Francisco Ja-
habÍaD
voto í nnV ,7" POr vier , honrado por la santa sede con el título de apóstol
voto. En una palabra habiendo observado que la ma del Japón, llevase allá la religión cristiana, tenían y ado-
yor parte de los favores y triunfos obtenido po chos raban ya en sus templos á una mujer con un niño en los
desde s „ entrada en el reino habían ocurrido en os d as brazos, á quien recurrían especialmente en sus afliccio-
de alguna solemnidad de la Virgen, procuraron no des*- nes. Pero ahora honran con pleno conocimiento á aque-
lia de quien solo liabiao oido hablar como en sueño, y la
que invocaban antes en sus necesidades, es la misma que Portugal.
boy les infunde aliento en las persecuciones y constancia
X I I I . Me parece que ya es tiempo de venir á nuestra
en medio de los tormentos del martirio.
Europa, que es la parte del mundo que la Virgen mira
con mejores ojos y donde ella es mas conocida. Entre-
La India occidental. mos por Portugal, y veremos que aquí recibe grandísi-
mo honor. Ese elevado pico que se descubre desde lejos
X I I . Pasemos la linea divisoria que el papa Alejan- en la orilla del m a r , ha dado el nombre de Peñanegra á
dro V I trazo para separar y distinguir las conquistas de un lugar inmediato. La hermosa iglesia que se ve en la
los españoles de las de los portugueses. En esta nueva cumbre del monte, se llama nuestra señora de Nazareth,
cristiandad advertimos todas las notas de la iglesia primi- y tengo que decir cómo y en qué ocasion fué edificada.
tiva, especialmente en cuanto á la devoción de servir y
honrar á la madre de Dios. Veremos en Baya, Pcrnam-
Nuestra señora de Nazareth.—Nuestra seüora de Cirquera.
buco, I'alatininga y otras partes del Brasil, en Lima, el
Cuzco, Potosi, la Paz, Guamanga, Quito y otros mu- Por los años de 1130 Alfonso, primero de este nom-
chos lugares del P e r ú , en Chile, Córdoba, Tucumany bre y primer rey de Portugal, tenia á su servicio un ca-
otros parajes del Paraguay, en Cartagena, Panamá, ballero dotado de mucho valor y v i r t u d y llamado Fnas
T u n i a , Caxica y otros pueblos de la Nueva Granada, en de R o u p i n , el cual únicamente se divertía en la caza.
Méjico, Oajaca, Guadalajara, Puzcuara, Topozotlan, Este señor persiguiendo á rienda suelta un ciervo el día
Guatemala, Zacatecas y otras ciudades de Nueva España, de la exaltación de la santa cruz sin saber á dónde iba
en Manila, Zebú, Tailay, Dulac, Carigara, Tinogon y por la densa niebla que cubría toda la tierra, se encon-
cien otras ciudades, lugares y aldeas de las islas F i l i p i - tró de pronto en la punta de aquella peña, de donde á
nas , donde Satanás ejercía un imperio absoluto no hace no haberse detenido su caballo se hubiera precipitado en
aun ochenta años, lo mejor y mas excelente que se obser- el mar. Dios sabe si quedó pasmado al verse a l l í , y cuán
va en Europa. Y sin salir de mi plan descubriremos en de corazon le dió gracias por haberle preservado de un
todas partes templos dedicados al culto de la madre de peligro tan evidente. No obstante aun no estaba fuera do
Dios, cofradías erigidas para propagarle, en una pala- él, porque no podia ni volver atrás, ni ir adelante. E n -
bra toda suerte de honores y obsequios, es decir, ge- tonces mirando á la espalda vio una imágen de la Virgen,
neralmente todos aquellos que se le tributan on las ciu- con cuya ayuda y la del ángel bueno que había detenido
dades suyas de muy antiguo. Ella por su parte no solo su caballo, se lanzó hácia atrás con tanta fuerza, que
les concede todas las gracias y mercedes que dispensa en quedó señalada la peña con el espolazo que d i ó , como se
otras partes, sino que como á niños de pecho les hace ve aun el dia de hoy. No hablaré de las acciones de gra-
extraordinarias caricias para destetarlos asi mas fácil- cias que dió á la reina de los cielos: baste decir que
mente de sus antiguos errores. edificó en el mismo sitio una capillita bajo la advoca-
ción de nuestra señora de Nazareth. La causa de esta a d -
vocacion fué l a siguiente: habiéndose postrado Fuas de-
lante de la imagen para adorarla y habiéndola cogido
Nufiítra señora tle la L'J*.
eon sus manos tuvo curiosidad de leer el papel que es-
taba atado á l a misma, por donde supo que la imagen
XV. A pocas leguas do Lisboa entraremos en el fa-
era antiquísima y que desde el tiempo de los apóstoles
moso templo de nuestra señora de la Luz, cuyo origen
habia sido venerada en Nazareth : que encendida en
diré en pocas palabras. Reinando en Portugal Alfonso V ,
Oriente la persecución de los emperadores iconomacos,
habían visto muchos algunos fuegos ó luces en diversas
un monje griego llamado Cipriano la trajo de alli á un
partes sin saber la causa de ello, hasta que Pedro Martí-
monasterio de España titulado Garliñan cerca de M e t i -
nez que habia estado cautivo en Berbería, fué avisado
d a , donde obró muchos milagros hasta el año 7 ) 4 :
por la madre de Dios de que en cuanto recobrase por su
que despues habiendo entrado los moros en España,
protección la libertad, se fuera á un lugar cerca de L i s -
tuvo que refugiarse el rey D. Rodrigo en este monaste-
boa , donde oiría decir que se habían visto luces muchas
r i o , del que salió disfrazado con u n religioso llama-
veces, y que hiciera construir allí una capilla bajo la a d -
do Román llevándose al mismo tiempo aquella imagen
vocación de nuestra señora de la Luz. Apenas desapare-
con algunas reliquias de S. Bartolomé y S. Blas, y todo
ció la V i r g e n , se encontró Martínez en el sitio que se le
lo escondió en una cueva de esta peña. En el año 1577
habia indicado, y vid sobre una fuente inmediata una luz
el principe F e r n a n d o , hijo de Juan I , mandó edificar
parecida á una estrella: siguióla internándose en el bos-
un templo hermosísimo, que fué despues grandemen-
que hasta que se desvaneció. Entonces empezó á sepa-
te e n r i q u e c i d o , adornado y fortificado por la libera-
rar el ramaje y halló entro unas piedras una imagen de
lidad de L e o n o r , hija de Juan I I , y por las espléndi-
la Virgen de la altura de un p i e , vestida de una t ú n i -
das donaciones del rey Manuel. Hace algunos años se fa-
ca de raso blanco, tan intacta como si acabara de salir
bricó debajo de la iglesia una linda capilla en la misma
de las manos del artífice. En cuanto á la imágen nadie
cueva donde se habia hallado la iinágen. No hay un
ha podido saber jamás de qué era hecha, porque todos
hombre tan arrojado que no se estremezca mirando des-
los que tuvieron la curiosidad de indagarlo, ó quedaron
de la punta do este pico abajo: tan elevado está y tan
ciegos, ó fueron acometidos de alguna enfermedad r e -
azotado es de las olas. Todas estas noticias las recopiló
pentina. Martínez formó una enramada lo mejor que
el doctor Bernardo el bretón, monje ciSterciense, e n i a
pudo al rededor de la santa imágen, y habiendo vendido
crónica de s u orden.
su hacienda mandó construir una preciosa capilla, á don-
X I V . J u n t o al rio Duero notaremos la antigua igle- de concurre de todas partes mucha gente atraída de los
sia de nuestra señora del Carquere, á donde el devoto continuos milagros que allí se obran. María, mujer del rey
Egas de M o n i s , ayo de Alfonso I , hizo llevar á este prin- Manuel, escogió este santuario para su enterramiento;
cipe joven p a r a conseguir por la intercesión de María con cuyo motivo revistió el coro de un mármol exquisito
que se le despegaran los pies y se le enderezaran las pier- é hizo otros muchos presentes.
nas como sucedió. Ya hablaré de este suceso maravilloso
eu el tratado tercero.
Nueslra K i n Je Araliida.—Nuestra señora de la Peña.—Kuesiia señora desde Lisboa tros procesiones para dar culto á la madre
de la Guardia.—Nueslra señora del Cal.g. de Dios. No obstante estos tres templos ceden la palma
al de nuestra señora de las Virtudes, que está en la m i s -
XVI. Cerca ríe la embocadura del Tajo se ve de lejos m a diócesis. Es verdad que al principio no fué mas que
el hermoso templo de nuestra señora de Arabido, que una capillita erigida por un pastor á consecuencia de h a -
trac su nombre de la peña sobre que esta sentado, asi ber encontrado á un buey de rodillas delante de una imá-
como la provincia y la reforma de la orden de S. Fran- gen de la Virgen pendiente de la rama de un árbol; pero
cisco que tuvo allí principio. F r . Francisco de Gon- siendo despues frecuentado el l u g a r , la que le habia es-
zaga, general de ella y luego obispo de Mantua, r e - cogido obró tantas maravillas, que se levantó un hermo-
fiere en la historia de la fundación de aquella provin- sísimo templo llamado de nuestra señora do las Virtudes
cia que pasando á Portugal un comerciante inglés, iba con motivo de los continuos prodigios.
á -ser arrebatado por las olas embravecidas y estrellado
contra los escollos que hay en aquella embocadura, de Nueslra señora de Is Zana. — Nueslra señora de la Rosa. —Nueslra señora
donde no hubiera salido jamás, cuando se puso á buscar de las Espadillas. - Nueslra señora de la Estrella. —Nueslra señora do
la Cueva.
una imágen de la Virgen ante la cual rezaba sus devocio-
nes. Casi desesperado ya porque no podia hallarla, levantó X V I I I . Al poco tiempo de haber reconquistado G i -
los ojos á lo alto y vió en la cumbre del monte una luz, raldo sin miedo la ciudad de Evora ocupada por los mo-
que tuvo por de buen presagio y que creyó habia de ser- r o s , un pastor que guardaba sus ovejas en el sitio d o n -
virle de fanal. Y así fué, porque habiéndole sacado mila- de los portugueses habían construido la fortaleza, h a -
grosamente la Virgen de entre los escollos al amanecer del biéndose retirado á su chocil, vió una imágen de la
dia siguiente subió con sus compañeros hasta la cima Virgen santísima en medio de una zarza encendida,
del monte con intento de saber qué luz era la que habia mucho mas resplandeciente que las llamas de que esta-
visto la noche antes. Luego que llegó á la cima, descu- ba rodeada, á la manera que Dios se apareciera en otro
brió la imágen de la Virgen que habia traído de su pa- tiempo a Moisés sobre el monlc Horeb. Nunca se pudo
tria. Entonces empezaron á gritar todos á una voz: saber si la Virgen dijo ó no alguna cosa al pastor: lo
Milagro, milagro. Pero el comerciante movido de un sen- que está averiguado es que habiendo vendido este desde
timiento muy diferente que los demás vendió inmediata- •luego lo poco que tenia, escogió un reducido sitio en la
mente cuanto llevaba en la nave, edificó en el mismo sitio fortaleza, colocó alli la imágen como una prenda de la
una capilla en honor de la Virgen con u n eremitorio y pasó protección del cielo y se entregó enteramente al servicio
alli el resto de sus dias dedicado al servicio de la reina de de María. Piensan algunos que esta capilla fué la malriz
los cielos. de todas las iglesias que se edificaron después en el t e r -
XVII. En la misma diócesis de Lisboa veremos ritorio de Evora, y la madre de misericordia no tardó
otras tres iglesias muy celebres, á saber, nuestra señora mucho en hacer célebre aquel lugar con infinitos y no
de la Peña, nuestra señora de la Guardia y nuestra se- interrumpidos milagros. Hace ya mas de doscientos
ñora del Cabo, á donde se dirigen todos los domingos años que viendo Vázquez Perdigón, 'obispo de aquella
diócesis, cuan pequeño era la capilla para el concurso que es persuasión general de que la sostiene una mano
invisible.
que afluía de todas partes, hizo se edificara un monas-
terio, donde habitan los monjes deS. Gerónimo. Hablaré
con otro motivo ( 1 ) del sumo cariño que el rey Alfon- ííueslra señora ite Ceica.

so V profesaba á este santuario, llamado nuestra se-


ñora de la Zarza á causa de lo que había acontecido X X . En la diócesis de Coimbra á orillas del Mondego
al pastor. En Villaviciosa, residencia ordinaria de los y no lejos de un monasterio del Cister titulado Lorban
duques de Braganza, y en Peringel hay dos. iglesias de- hay una capilla de la Virgen llamada de Ceica, cuyo orí-
dicadas i la inmaculada coocepcion de María, y en d i - gen es enteramente prodigioso. Le contaré del mismo
versos lugares de la misma diócesis de Evora hay otros modo que consta en los archivos del monasterio ya c i -
santuarios muy célebres como nuestra señora de la Rosa, tado, y le Iraen el doctor Bernardo el bretón y los cronis-
nuestra señora de las Espadillas y nuestra señora de la tas portugueses. En tiempo que los moros tenían ocu-
Estrella, llamada así por la que se apareció allí mismo pada á España, había ciertos lugares donde se p e r m i -
á un pastor. Todos estos lugares son famosos por las tían á los cristianos los ejercicios de su religión, con tal
grandes y casi diarias maravillas que se obran en que pagasen tributo. De ese numero era Lorban, m o -
ellos. nasterio antiquísimo fundado desde la época de S. Beni-
to, á donde se retiraban muchas personas para vacar mas
X I X . En la diócesis de Larnego no hay cosa de mas
libremente á su salvación. Uno de los que renunciaron
celebridad que la iglesia de nuestra señora de la Cueva,
el m u n d o , fue el príncipe D. Juan, tio de D. Alfonso y
donde Dios ha hecho tantos milagros, que se necesita-
D. Ramiro, reyes de León, el cual antes de tomar tan
ría un libro entero para referirlos. Allí se ve todavía la
santa resolución habia hecho muchas proezas militares
cueva que da uombre á la iglesia y donde fué hallada la
y ganado señaladas victorias. A l cabo de algún tiempo,
imagen de nuestra señora. Compónesc de Cuatro peñas-
habiendo sido nombrado abad del monasterio, le dió su
cos grandes, que forman una bóveda con u n artificio
sobrino el rey D. Alfonso el principado de Montemayor
muy admirable. Lo que podría parecer increíble es que
tanto para sustentar á sus monjes como para mantener
estando antes tan bajo el medio de la bóveda, que llega-
á los soldados que eran necesarios, porque la plaza era
ba con la cabeza el sacerdote al decir misa, se ha eleva-
muy fuerte y de gran importancia. Pesaroso el diablo do
do insensiblemente la piedra que forma como la clave,
la santa empresa de este principe empezó á contrariarle
de suerte que ahora queda espacio'suficiente para alzar
y á despertar su genio marcial con motivo de un sugeto
la hostia despues de la consagración. En una palabra lo
que habiéndose hecho cristiano en Montemayor y habien-
que aumenta mas la maravilla es que estando separada de
do recibido muchos obsequios del abad Juan se escapó no
las otras esta piedra excesivamente gruesa y no pendien-
obstante á la corte del rey moro de Córdoba y obtuvo de él
do casi de nada, se mantiene Siempre f i r m e ; de manera
una compañía para volver á embestir la fortaleza de Mon-
temayor, cuyas, entradasy salidas sabia. A l a sazón se e n -
contraba allí el abad. El renegado llevó lo peor en varios
{'() T r a t . 3 , c a p . 7.
TOMO I . 30
reencuentros; mas al cabo resolvió tomar la fortaleza
por hambre y con efecto redujo los sitiados á tan apu- una eflg.e de madera de la santísima Virgen con una ra-
rada s i t u a c i ó n , que tomaron la resolución mas desespe- ya encarnada en el cuello en memoria de! beneficio re-
rada que puede oirse, porque determinaron matar á cibido, aunque aseguran algunos autores que la innigen
todas las mujeres y niños que habia en la fortaleza, á fin asi señalada como se ve hoy, le fué enviada del cielo
de libertarlos de la crueldad de los mahometanos , y Despues de haber vivido allí santamente algunos años
fue acometido de una grave enfermedad, durante la cual
hecho esto prender fuego a todas las cosas de precio.
le sirvieron y asistieron sus monjes de Lorban. Estos
Si bárbara fué la resolución; no fué menor la inhuma-
para enterrarle .mas honoríficamente quisieron trasla-
nidad con q u e la ejecutaron, porque el mismo abad se
darle a su monasterio; pero no les fué posible conse-
vió forzado á quitar la vida á una hermana y unos
g u i r l o , por donde conociendo que la virgen María lo
sobrinos q u e ténia consigo. Asi poseídos de furor
quena tener cerca de si tanto en muerte como en vida,
salieron d e l castillo y se arrojaron sobre los sarra- le enterraron en la capilla mandada edificar por él. Sus
cenos persiguiéndolos hasta quo se cansaron y se har- huesos extraordinariamente grandes , que se conservan,
taron de matanza. Aquella noche la pasaron en el manifiestan q u e era medio gigante.
campo p a r t e ocupados en coger el botin, parte en lamen-
tar su desgracia y la atrocidad que habían cometido. Al
rayar el alba vieron venir á ellos dos gínetes bien mon- Nuestra señora de los Bosques. - Nuestra señora de la Sierra. - Nuestra
tados, q u e saltando de gozo hacían resonar el aire con se.,ora del R l 0 . - Nuestra seffori de los Remedios. - Nuestra señora la
sus cánticos de alegría y que acercándose á ellos les Blanca.—X ueslra señora de Brangueria.-Nueslra señora de Jerusalon.

dieron p o r cierta una nueva bien satisfactoria: que Dios


milagrosamente habia restituido la vida á todos los que X X I . Bien merecía yo que se me hiciera un cargo si
ellos habían degollado el dia antes. Ninguno quiso creer- pasase en silencio la ciudad de Oporto, porque perlene-
l o á no q u e lo viesen por sus propios ojos; mas cuando ce á la madre de Dios. La iglesia mayor de ella, titulada
reconocieron á los que habian matado, y vieron que to- nuestra señora de los Bosques, está particularmente de-
dos tenían una'raya encarnada en el sitio del cuello dicada á la Virgen , y los peregrinos que concurren allí
donde habian sido heridos,, se convirtió la tristeza en de diferentes partes, muestran bien que gusta de ser
gozo y p o r todas partes no so oia otra cosa que accio- venerada en dicho santuario. La reina Malfada, mujer
nes de gracias y bendiciones á su divina majestad. El del rey Alfonso, no se hartaba de visitarla y hacerle
abad no d u d ó que aquella era una merced de la reina presentes ya por la majestad y belleza de la ímágen, ya
do los ángeles, dc.quien era devotísimo y á la que debía porque ella misma la habia encontrado en u n bosque,
ya otros muchos favores. Por esta causa se resolvió á donde se cree haber sido escondida cuando los godos
edificarle u n a capilla en el mismo lugar donde aquellos penetraron en España, y Portugal. E l templo está situado
caballeros le habian dado la buena nueva, con un ere- en la parte mas elevada de la ciudad donde antiguamen-
m i t o r i o p a r a consagrarse de allí adelante al servicio de te habia un fuerte; por lo que los habitantes de Oporto
Dios j de s u santa madre. Con este motivo mandó hacer no han querido otras armas que la reina del cielo sen-
tada entre dos torres para dar á entender que la tienen
t a r , y en todas partes se ve claramente que el cielo hace
por su torro, sa baluarte, su fuerte y su única defensa aprecio de las almas Cándidas y sencillas. H_abia una
después de Dios. buena mujer llamada Catalina, la cual habiendo ido á
X X I I . El deseo de abreviar me obliga a indicar l i - coger leña á un monte cercano mereció ser visitada de
geramente los santuarios de nuestra señora de la Sierra la madre de Dios, que le d i j o : Catalina, ¿quieres que
y del Rio cerca de Braganza, nuestra señora de los He- te ayude á hacer la carga? La buena vieja no hizo mucho
medios cerca de Algazilla, nuestra señora la Blanca y caso de las palabras de la Virgen; mas cuando se dispo-
nuestra señora de Brangueria en Braga y otros muchos. nía para marchar, se le presentó de nuevo la madre de
Diré dos palabras de nuestra señora de Jerusalen y de bondad para guiarla. Esto no obstante la mujer respon-
otra virgen de la Luz. Nuestra señora de Jerusalen no dió tan desabridamente como la vez primera diciendo
está lejos de Montecorvo, y se le dió aquel nombre por que sabia bien el camino. A la tercera vez la Virgen
haberse labrado su capilla á imitación de otra que había quiso volverle una llave que había perdido en el monte;
en Jerusalen y fué arrasada por los mahometanos. La V i r - pero Catalina no hizo mas sprecío que antes. A la cuar-
gen santísima sentida de que hubiese sido arruinada su ta volviendo la madre de Dios acompañada de santa
"asa dió el plan de estotra. Con efecto se apareció a una Marta y rodeada do una gran luz dió la llave á la mu-
mujer muda que estaba guardando ganado, y la mando j e r , la cogió de la mauo y le dijo que ella era la reina
que fuese á buscar de su parte i cierto sacerdote y le del cielo y asi que soltase la carga y la ayudase á cavar
diese á entender por señas que edificara una capilla a la tierra para buscar una fuente. En cuanto hubieron
nuestra señora de Jerusalen en u n sitio marcado, en trabajado u n poco, brotó una agua admirablemente cla-
prueba de lo cual recobraría ella el habla asi que eva- ra y cristalina; con lo que la vieja empezó á creer lo que
cuase su comision. El sacerdote habiendo comprendido le decia la Virgen. Entonces esta le dió orden de p u b l i -
lo que la buena mujer le quiso decir, se dispuso á se- car un milagro que habia de aprovechar á muchos. Ca-
guirla al sitio donde queria la Virgen se edificase la ca- talina se excusaba diciendo que se reirían de ella ; pero
pilla. Entonces la madre de Dios sin ser vista del sacer- sucedió todo al revés, porque habiendo llegado la noti-
dote guió á la muda é hizo trazar el recinto de la capilla: cia i oídos del obispo de Leiria y queriendo prender á la
en el mismo punto empezó á hablar la mujer; lo cual pobre mujer supo que había sanada un lisiado condu-
dió aliento al sacerdote para acabar la obra comenzada. cido por ella á la fuente y lavado con el agua milagrosa.
Pero la prueba mas firme que tenemos de la verdad de Esto hizo creer lo que contaha Catalina, y desde enton-
esta aparición, son las maravillas sin fin obradas allí •ces recobraron la salud infinitos enfermos. La vieja que
desde entonces. hasta su muerte fué mantenida por la caridad de algu-
nas señoras, está sepultada delante del altar de una ca-
pilla magnificentísima edificada en el mismo sitio.
Nueslia señora de la Luz.

XX1I1. E l origen de la capilla de nuestra señora de


la Luz que está junto á Cos, lugar de la diócesis de
Leiria-, tiene alguna semejanza con lo que acabo de con
y la colocó en esta iglesia en compañía de uno de sus
España. doce discípulos llamado Calocero, que fué el primero

que predicó en ella el año del Señor de 58. Es la prime-
Como los españoles tenemos de muy antiguo la des- ra que adoró esta v i l l a , y por la misma tradición se afir-
gracia do que los extraños ó por ignorancia, ó por emu- ma fué labrada, viviendo nuestra señora, por S. Níco-
lación hablen erradamente de nuestras cosas rebajando demus y colorida por S. Lucas, como consta de muchos
ú oscureciendo lo bueno y abultando lo malo; ha pare- autores. Renovóse esto santuario año de 1640.» Grande
cido mas conveniente al lustre y renombre del reino ca- fué la devoción que tuvieron siempre los vecinos de
tólico por excelencia dejar á un lado las diminutas y tal Madrid ácsta prodigiosa imagen, á quien visitó algunas
vez equivocadas noticias que el P. Poiré da de los san- veces el glorioso arzobispo de Toledo S. Ildefonso. Mas
tuarios mas famosos de nuestra señora en España, y habiendo hecho los moros irrupción en España, teme-
sustituir en su lugar otras mas amplias y exactas to- rosos ios vecinos y clero de la villa de que cayese la sa-
madas de una obra hoy bastante rara, que en el siglo grada imagen en poder de los bárbaros la ocultaron en
pasado escribió el P. Juan de Yillafañe, de la compañía un nicho del muro cercano, poniendo á sus dos lados
de Jesús, bajo este t í t u l o : Compendio histórico en que se dos velas encendidas, y luego cerraron el nicho con
da noticia de las milagrosas y devotas imágenes de la reina gruesa pared de cal y canto. Allí permaneció por espa-
de cielos y tierra María santísima, que se veneran en los cio de trescientos sesenta y nueve años, hasta que h a -
mas célebres santuarios de España. Empezaremos p o r la biendo recobrado á Madrid el rey D. Alonso V I por los
villa de Madrid como corte de nuestros monarcas y ca- de 1083 y restituido al culto cristiano la iglesia de santa
pital del reino. María, convertida en mezquita por los m o r o s , se pensó
en buscar la imágen de María santísima, de qué quedaba
Nueslra señora de la Almádena. — Nuestra señora .1« Atocha. — Nuestra uiia confusa noticia entre los fieles; á cuyo fin se dispu-
señora de la Flor de lis. — Noeslra señora del Alumbramiento. — Nuestra so implorar el auxilio del ciclo nueve diascon oraciones,
señora de los Angeles. — Nucslra señora del Buen Consejo. — Nuestra
señora de Couslantinopla. — Nuestra señora de la Misericordia. — Nuestra
ayunos, penitencias y limosnas. En el último diase hizo
señora de los Remedios. una procesión general al rededor de la muralla., y en lle-
gando al sitio donde estaba encerrada la piadosa imágen,
X X I V . Es tradición antiquísima en Madrid que se dividió de suyo el m u r o , y vieron todos el tesoro que
nuestra señora de la Aluiuileua fué traída desdo Jcrusalen buscaban: fué duplicado él portento, porque aun estaban
i España, y consta de una inscripción antigua que se lee' encendidas las dos velas que se pusieron junto á la
en la parroquia de santa María de esta corte, donde so imágen mas de tres siglos antes. A l día siguiente se tras-
venera la santa imagen, la cual se renovó con el templo ladó á su antigua iglesia siendo llevada en triunfo por
el año de 1640 y dice así: «Es tradición antiquísima que las principales calles do Madrid con real pompa y mag-
cuando el apóstol Santiago vino de Jcrusalen á prtdicar nificencia: los prelados conducían en andas la sagrada
á España, trajo la milagrosísima imagen que hoy lla- efigie. El rey quiso que se nombrase santa María la real
man de la Almudena, á esta coronada villa de Madrid de la Almudena por haberse aparecido prodigiosamente
cerca del almuden ó albóndiga de trigo. Ensanchado y diga que eran ángeles en figura de niños) cerca de la
enriquecido el templo por la piedad del monarca, man- iglesia de santa María, y haciendo por entretenimiento
dó este restablecer los canónigos reglares de S. Agustín, un agujero pequeño en una de sus paredes recien cons-
los cuales permanecieron mucho tiempo, hasta que por truida vieron que por él caía todo el trigo que cabía.
diversos sucesos se extinguieron y quedó la iglesia con- Admirados de tal novedad comenzaron á dar voces, y á
vertida en parroquia como continúa. Esta imagen es ellas acudieron muchos vecinos, los cuales pasmados
muy hermosa y en todo perfecta: su materia no se sabe del suceso inteutaron descubrir mas la pared y con poca
cuál sea, porque aunque es de madera, unos la hacen diligencia hallaron que por debajo de la iglesia (almuden
de cedro, otros de enebro, otros de otra materia orien- que había sido de los moros) se registraba un silo muy
tal no conocida: lo que se sabe es que la madera es capaz. De él sacaron tanto trigo, que bastó para socor-
olorosa é incorruptible, pues en tanto transcurso de siglos rer la necesidad. Bien se echa de ver l a piedad de Ma-
no ha recibido menoscabo ni diminución conservando ría para con sus hijos, y mas sí se considera que por
siempre el hermoso y refulgente barniz que se le puso mas de un siglo estuvo encerrado el trigo en tan oscuro
al principio en rostro y ropaje. lugar sin corrupción alguna. Los sitiados para dar á en-
Siempre ha sido grande la dcvocion de reyes y prin- tender al moro la abundancia que tenían, arrojaban
cipes , prelados y proceres y en general de todos los ha- trigo desde el muro á los sitiadores; con lo que desis-
bitantes de Madrid á nuestra señora de la Almudena, ha- tieron estos de su intento y levantaron el cerco.
biéndose distinguido mucho en su tiempo el glorioso No menos antigua y venerada que la anterior es la
S. Isidro labrador y su bienaventurada esposa santa Ma- imágen de nuestra señora de Atocha, no habiendo ins-
ría de la Cabeza. trumento cierto que demuestre su artífice, ni el modo
I.os milagros que ha obrado. Dios por intercesión, de con que vino á este país, flay quien creo (y asi lo dice
la sagrada imagen, no tienen cuento; pero me contentaré una tabla muy antigua pendiente en la iglesia de su ad-
con referir dos únicamente. El primero es que nunca se vocación) que es una de las copias sacadas por S. Lucas.
ha dejado pintar ni retratar de suerte que las pinturas y Primeramente estuvo en una ermita donde llamaban la
retratos salgan parecidos al original, por mas que lo vega; mas no consta dónde estuviese este sitio. Después
hayan intentado con gran empeño diversos pintores asi desocupada la villa de Madrid por los moros un caba-
naturales como extranjeros. E l segundo milagro es este: llero llamado Gracían ó García Itamírez edifico una ca-
puso cerco á Madrid el miramamolin Aben Juccf después pilla en el mismo lugar en queso reverencia la sagrada
de la victoria de Alarcos en el reinado de D. Alfonso IX imágen, no sin tener qne pelear antes con los moros,
ú V I I I según otros, y por no perder gente en el asalto que se oponían á la construcción de lo que ellos se figu-
intentó rendir la villa por hambre, pues sabia que fal- raban fortaleza v no ermita. La causa de haber determi-
taban á los cercados las vituallas. Estos acudieron á nado el devoto Gracian levantar esta nueva morada a la
nuestra señora de la Almudena para que los socorriese Virgen fué porque esta señora desapareció un día de la
en tal necesidad, como en efecto lo hizo por un modo antigua sin que se sepa cómo, y fué hallada entre unas
extraño. Andaban jugando unos niños (no falta quien yerbas llamadas por los del campo ballico, metida en
unas cueslecíllas que dominan la vega do Manzanares 4 Entre los muchos y asombrosos prodigios quo ha
la banda del norte en el mismo sitio donde hoy se ve- hecho Dios por esta imágen, voy á escoger tres. En el
nera. La iglesia de nuestra señora de Atocha fué do- año de 1395 padeció esta tierra una gran sequía ; por
nada al prior y canónigos reglares de santa Leocadia de lo que se determinó sacar en procesion pública á nues-
la vega de Toledo , quienes la sirvieron hasta el reinado tra señora de Atocha. Un turco que estaba cautivo en
de D. Alonso el Sabio, en cuyo tiempo se concedió á Madrid, admirado de tal novedad y curioso do saber
dichos canónigos ya seculares que la asistiesen por sí ó la causa la preguntó, y tuvo por respuesta que los fieles
por otros eclesiásticos. Por fin en el año de 1523 fué en- angustiados por la falta.de agua acudían á la madre de
tregada á la orden de predicadores. Dios suplicando que los socorriese. Al oir el turco estas
^ Acerca del nombre de Atocha con que es venerada palabras comenzó á reirse y hacer burla de la que l l a -
esta sagrada imagen , hay varios pareceres entre los a u - maba insensatez de los. cristianos, y añadió: «Si en esta
tores. Unos aseguran que viene de estar grabados en la ocasion lloviese; yo prometo dejar la ley de Mahoma y
talla los caracteres griegos Thcotooos, que quieren decir abrazar la de Cristo.» Decíalo muy satisfecho de que no
madre de Dios; por lo queso llamó nuesira señora de sucedería por estar el cielo sereno y no haber indicio ni
Teotocos, y corrompido el vocablo nuestra señora de pronóstico alguno de l l u v i a ; mas apenas había p r o n u n -
Atocos y por ú l t i m o de Atocha. Otros dicen que este ciado semejantes palabras, se levantaron nubes, se en-
nombre trac s u origen del silio donde Gradan Ramírez capotó el cielo y cayó copiosa lluvia que fertilizó los
halló á la V i r g e n , el que estaba poblado de una yerba campos. E l mahometano viendo el prodigio comenzó á
llamada atocha; y de ahí empezó el pueblo i apellidar decir á voces que quería ser cristiano; y con efecto des-
asiá nuesira señora. Oíros ¡y esta es la opinion mas co- pues de instruido en nuestra santa ley recibió el bautis-
mún y de mayor autoridad) sientan que el titulo de esta mo y tomó el nombre de Juan de Atocha, empleándose
imagen fué desde sus-principios nuestra señora de An- el resto de su vida en pedir limosna por Madrid para
tioquia , desde donde la trajo á España alguno de los aquel santuario. El Señor por intercesión de su pode-
discípulos de S. Pedro, y corrompiéndose poco 4 poco rosa madre bajo de esta advocación resucitó á un niño,
el vocablo vino á quedar en Atocha. Esta opinión se apo- hijo de unos cordoneros criados del r e y , que estaba ya
ya en una tabla que hay en la iglesia de nuestra señora y amortajado y próximo á ser enterrado. Esto sucedió en
dice asi: «S. Lucas envió imágenes á Antioquia, patria el año 1579. Tamben resucitó en el de 1622 á otro n i -
suya, al apóstol S. Pedro, y por eso se llamó (osla imá- ño que habia muerto de alferecía.
gen) nuesira señora de Antioquia por privilegios reales y Ya he dicho al hablar de la virgen de la Alinudcna
escrituras antiguas de cuatrocientos y quinientos años que despucs de conquistada la villa do Madrid por las ar-
atrás.» Esta milagrosa imagen es de madera no conoci- mas cristianas el rey D. Alonso V I hizo empeño de bus-
da; pero que en lo sólido é incorruptible manifiesta ser car aquella sagrada imágen; pero mientras parecía,
de materia preciosa, y se atribuye á especial providencia mandó pintar en la pared de la capilla mayor una ima-
de Dios que la talla no haya padecido detrimento alguno gen de María, á quien pusieron en la mano una flor de
después de tantos siglos. lis ó por arbitrio del p i n t o r , ó por lisonjear al monarca,
que estaba casado entonces con doña Constanza, hija
del rey Enrique I de Francia. Andando los tiempos se para él. Llegado á su casa refirió lo que le había pasado
hizo retablo en la capilla mayor y quedó detrás de él en á su esposa, y ambos determinaron hospedarla decente-
la misma pared aquella imágen, hasta que en el año mente. Pronto pagó la Virgen el hospedaje, porque es-
1623 se descubrió al i r á quitar unos tableros del reta- tando la mujer de parto y corriendo peligro de perecer,
blo con motivo de la solemnísima novena que la reina invocó juntamente con su marido el auxilio de la Señora
doña Isabel de Borbon mandó hacer á nuestra señora y lo"ró dar á luz con toda felicidad la criatura. De ahí
de la Almudena para implorar los divinos auxilios en su vino°la advocación de nuestra señora del Alumbramiento.
alumbramiento. Esta vista repentina é inesperada causó E l marido reconocido determinó labrar una capilla en el
satisfacción y ternura á todos, y llegando á noticia de monasterio de S. Martin, á donde fué trasladada proce-
la reina ordenó se sacase una copia y se le llevase. I.a sionalmente la sagrada imágen desde el convento de los
imágen tenia en la mano derecha una flor de lis de color Angeles con solemne pompa y concurrencia de toda la
de oro arrimada al pecho hasta descender mas abajo corte el dia 7 de abril de 1602. Se han obrado por su
del joyel; y por esta razón la comenzaron á llamar nues- intercesión muchos milagros.
tra señora de la Flor de lis. Esta imágen á los pocos años En el monasterio de S. Gerónimo en el Prado se ve-
de descubierta se • trasladó á los pies del templo y se co- neraba una imágen do nuestra señora, copia de la de
locó sobre la escalerilla déla puerta, donde se leia esta Guadalupe (de que se hablará mas adelante), primero
inscripción , si bien faltaban algunas palabras: «Esta sa- bajo la misma advocación y luego bajo la de los Angeles
grada imágen de nuestra señora de la Flor de lis estuvo por mandato del general de la orden, aunque el pueblo
pintada en la misma pared y oculta detrás del retablo continuó titulándola de Guadalupe. Esta imagen se labro
del altar mayor: descubrióse con una gustosa novedad por expresa orden de María santísima , l a cual se apare-
año de 1625 con ocasion de trasladar á él á nuestra se- ció repetidas veces á una monja de la Concepción gerom-
ñora de la Almudena. Despues el año de 1G5S se tras- ma de Madrid para instruirla de su voluntad. La religiosa
ladó y colocó en este sitio, sacándose entero de la pared dió cuenta á su confesor y al superior de la orden y es-
el espacio de ladrillo y yeso en que estaba pintada... etc.» tos despues de detenidas consultas y madura reflexión
conociendo que con efecto era esa la voluntad de la V i r -
En una capilla del antiguo monasterio de S. Martin
gen la pusieron por obra. . . . . , ,
de esta corte se veneraba la imágen de nuestra señora
En una capilla muy preciosa del colegio imperial de
del Alumbramiento, cuya historia es la siguiente. En el
la compañía do Jesús se venera la devota y milagrosa
año 1H98 pasando u n feligrés de aquella parroquia por
imágen de nuestra señora del Buen consejo, que no se
nna calle vió que un aleman llevaba una imágen de la
sabe por qué artífice fué labrada, ni en que región, si
Virgen con poca decencia y respeto, y movido de supe-
bien se tiene por verídico haber sido traída de las par-
r i o r impulso se la pidió con cortesía, ya que al parecer la
tes de Italia. Es tradición, que á esta sagrada imagen
apreciaba tan poco. E l aleman se resistió á cederla de
acudió el glorioso san Luis Gonzaga á pedir u n día cer-
balde, y el devoto español despues de mutuo convenio
cano á l a fiesta de la Asunción que le ilumínasela W -
le dió cincuenta maravedís por una alhaja de tanto valor
gen sobre la religión en qué debia de consagrarse a Dios
nos sobre la propiedad do' una joya de tanto precio. Al
por toda su vida, y que el angelical mancebo mereció
cabo de cuatro años se terminó el litigio cediendo las
oir de boca de María estas palabras: llijo, entra en la
partes su derecho en el juez de la causa Rodrigo de L u -
compañía Je Jesús. Este singular suceso dió motivo á que
jan , natural de Madrid, üna bija de este caballero tenia
l a santa imágen se apellidase nuestra señora del Buen
determinado ser religiosa en el mencionado convento de
consejo. Hasta la extinción de los regulares se le t r i -
Constantinopla, y al padre le pareció conveniente donar
butaron reverentes obsequios, siendo grandísimo el
al mismo la sagrada imágen enviándola con la futura
concurso y asistencia de gente á la capilla. Antigua-
monja. A su paso por Roma logró del sumo pontífice i n -
mente había una congregaeion de señoras principales,
numerables gracias, siendo muy particular y digna de
que practicaban loables y edificantes ejercicios todos los
mención la de que la.ímágen de nuestra señora de Cons-
jueves por la tarde, y á mas eu dia señalado acudían
tantinopla fuese heredera de todas las personas que mu-
con regalos y limosnas á las mujeres recogidas que v i -
rieran sin tenerlos cien pies á la redonda de la capilla
vían en comunidad, sirviéndoles por sus propias manos
donde se colocase. Habiéndose levantado una deshecha
el refresco y repartiéndoles chocolate, un real de á ocho
tormenta en el mar cuando la traían á España , los que
á cada una y varias prendas de ropa.
venian en la nave invocaron el patrocinio de esta señora y
En el convento de religiosas franciscas de la saluta- se libraron de la muerte qne parecía segura; y fué cosa
ción de nuestra señora (vulgarmente de Constantinopla), admirable que se apareció en el cielo á vista de todos el
que estuvo primero en el lugar de Rejas y después en la retrato mismo de esta imágen. D e a q u i provino que los
calle de la Almudcna de Madrid, se veneraba una m i l a - fielés comenzaran á tener á nuestra señora de Constanti-
grosa imagen de María santísima bajo la advocación de nopla por abogada de los navegantes invocándola en los
Constantinopla. La causa de habérsele dado este titulo es peligros del mar. Son muchos los que han experimen-
porque vino de aquella capital del imperio otomano, tarlo su protección en diferentes ocasiones, y de muy le-
donde por dos veces salvó milagrosamente del furor de joshan venido á darle gracias en su templo y ofrecerle
los turcos á un santo ermitaño que la veneraba en su e r - dones y presentes. Omito por l a brevedad muchos m i l a -
mita. El mismo se la trajo á Ñapóles su patria por no gros obrados' por Dios mediante la invocación de esta
parecerle prudente continuar expuesto á las tropelías y sagrada imágen, la cual parece, según so ha observado,
desafueros de aquella bárbara gente, y depositó su tesoro que despliega especialmente su liberalidad en grandes
en un convento de canónigos reglares. Mas como en una maravillas los martes del mes de marzo.
irrupción de los bárbaros tuviesen que h u i r los canóni-
Dentro del mismo convento de religiosas franciscas
gos, escondieron debajo de tierra la sagrada imágen.
de Constantinopla se veneraba otra milagrosa imágen de
Recobrado el reino por los cristianos, se fundó un m o -
nuestra señora bajo el t i t u l o d é l a Misericordia. Diósela
nasterio, de la- órden de S. Gerónimo en el sitio donde
en señal de amor la emperatriz doña Isabel, mujer de
aquella estaba oculta, sin que nadie tuviese noticia de
Cárlos V , á doña María de Flandes, la cual la trajo con-
que allí se encerraba tal tesoro. Mas Dios dispuso que se
tigo cuando vino á ser monja á dicho convento sito en-
descubriese por extraño modo, y entonces se entabló un
tonces en Rejas. Se han obrado muchos milagros por la
reñido pleito entre los canónigos y los monjes geronimia-
sitio donde podia ser mas obsequiada y servida. Años
intercesión de esta sagrada imagen, que es en especial
adelántese le construyó nueva capilla. Asi en Cuenca
abogada de las personas que piden acierto en la elección
como en Madrid ha obrado Dios por esta imágen i n n u -
de estado.
merables prodigios, ya resucitando muertos, ya sanando
En un monasterio de benedictinos fundado á la ori- enfermos, ya consolando á afligidos y atribulados.
lla del Mosa en la isla de Zelanda se veneraba una ima-
gen de nuestra señora con su divino hijo en los brazos,
Nuestra señora de Valverde.—.Vuestra señora de la Caridad de lllcscas.— .
de una tercia de largo, muy hermosa y algo morena. Nuestra señora de los Llanos.—Nuestra sonora do Monsalud.—Nuestra s e -
A l l i estuvo hasta que en las turbaciones del País Bajo ñora de la Oliva.—.Vuestra señora do Salceda.—Nuestra señora de Sope-
fué arruinada la abadía juntamente con otros monaste- tean.—Nuestra señora de Tejeda.—Nuoslra señora (leí Prado.—Nuestra
rios é iglesias: entonces vino á parar con una gran por- señora d o l Sagrario.
cion de madera á poder de u n hereje holandés. Hizo la
divina providencia que llegase a hospedarse en casa de X X V . Dejemos ya la corte y recorramos, aunque sea
este un hidalgo español, y como pidiera leña para calen- rápidamente, el antiguo territorio que se llamaba Castilla
tarse, el hereje lo sacó entre otros maderos una imagen la Nueva. En él se encuentran no pocos santuarios de la
de la Virgen. Afligióse sumamente el español, y aunque Virgen, de los que solo nombraremos los mas célobres.
hizo ademan de rescatarla de las llamas por la fuerza, A dos leguas de Madrid está sito el santuario dé nues-
considerando luego el peligro que corría, ochó mano de tra señora dé Valverde, que pcrlcncciaá la orden de p r e -
otro móvil menos espuesto y mas poderoso, y por dinero dicadores. Es tradición entre los moradores qtie está sa-
consiguió del hereje la entrega de aquella alhaja precio- grada imágen es una de las antiquísimas enviadas á Es-
sísima. Encuanto estuvo solo el español, se postró ante la paña por S. Pedro. La razón que apoya esta conjetura,
sagrada imagen é hizo voto de que si por intercesión de es que la Virgen de Valverde se parece mucho en las
ella le traia Dios con felicidad á España, ia depositaría en facciones á la de Atocha; do lo que se infiere haber sido
un convento de religiosos de la Merced, para que alli re- obra de una misma m a n o , y ya qúoda dicho que según
cibiese pública veneración. Lográronse sus deseos, pues la opinion mas común esta última fué labrada ó pinta-
desembarcó sano y salvo en el puerto de la Coruña, ha- da por S. Lucas. Cuando la invasión do los moros es-
biéndose librado él y cuantos le acompañaban de una condieron los naturales la imágen de nuestra señora de
furiosa borrasca. A l arzobispo de Santiago, que era uno Válverde en un pozo, donde permaneció por mas de qui-
de los navegantes, le pareció que esta imágen debia de nientos años. A i cabo de éste tiempo se apareció á unos
llamarse nuestra señora de los Remedios, porque todos pastores en el sitio que la iglesia ocupa ohora, habiendo
invocándola encontraban remedio en sus necesidades. sido conducida alli por ministerio angélico, según pia-
Desde la Coruña pasó el hidalgo á Cuenca, y en cumpli- dosamente puede' creerse. Llevada respetuosamente en
miento de su voto entregó al comendador de los mercena- andas al inmediato.lugar de Fucncarral, un dia al en-
rios la imágen de nuestra señora no sin contradicción de trar el sacristán en la iglesia reparó que Tallaba la san-
sus deudos y allegados. Luego por disposición del provin- ta imágen, y discurriendo qüe sería hurto dió cuenta
cial de Castilla fué trasladada al convento de Madrid comó TOMO I . 31
á los vecinos. Inmediatamente salieron estos á buscarla
veo obligado á omitirlos por no alargar esta relación.
y la encontraron en el lugar de donde la habian traido.
En el corazon de la Alcarria no lejos del lugar de
V o l v i é r o n l a á la iglesia; pero al apuntar el alba del s i -
Ilontova se levanta un alto monte que remata en un cer-
guiente d í a aseguró un pastor que la habla visto cami-
r o , el cual va poco á poco estrechándose hasta venir á for-
nar por el aire sobre u n hermoso arco azul parecicndole
mar una como punta. Pues sobre esta se admira el céle-
que iba v i v a ; y como se estuviese en observación, notó
bre santuario de nuestra señora de los Llanos, cuyo « r i -
que fué á ponerse entre las retamas en que se habia apa-
gen y artífice se ignoran, así como la época en que fué
recido. Entonces los de Fuencarral determinaron fabri-
escondida eu el monte, y por qué motivo y cuándo se des-
car allí m i s m o una capilla á María santísima, como se
cubrió. Lo único que se sabe es que un día se apareció
hizo. Grande fué la devoción de aquellos naturales y de
María santísima á un pastorcillo, cuyo ganado subia á
los de l o s lugares circunvecinos, y grandes también los
pacer por aquellos contornos, y le manifestó que allí es-
beneficios con que los pagó la bondad de la Virgen. En
taba enterrada su imagen y que era su voluntad se l a -
el reinado de Felipe I I se fundó en Valverde un con-
brase una iglesia en el mismo sitio, donde se pusiera
vento de dominicos, á los cuales fué entregada aquella
aquella á la pública veneración bajo el nombre de santa
sagrada imagen para mayor culto y decencia.
María de los Llanos. Hasta tercera, vez tuvo que apare-
A seis leguas de Madrid está la villa delllescas, bien
cerse la Virgen, porque el cura del lugar á quien se lo
conocida p o r el santuario donde se venera de muy anti-
contó todo el pastor, no quiso creerle. A l cabo depuesta
guo una ¡mágen de nuestra señora con el titulo de la
la incredulidad se dirigieron el párroco, el pastor y los
Caridad. Es tradición comunmente recibida que esta
vecinos al sitio indicado, y con efecto á pocas d i l i g e n -
imagen f u e hechura de S. Lúeas y que la trajeron á Es-
cias hallaron la sagrada imagen y la condujeron al lugar
paña los discípulos de S. Pedro. Dicese que la ermita
hasta que se labrase la capilla. Construida esta fué tras-
donde se veneraba, la fundó el glorioso S. Ildefonso por
ladada la sagrada ¡mágen, á quien pusieron capellanes
los años d e 630. Allí se conservó hasta que en el de 1300
propios hasta el año de 1483 en que el santuario fué
se fabricó u n nuevo templo, al qne fué trasladada la sa-
agregado al monasterio de gorónimos de Tendílla. Entre
grada imagen. Es gran maravilla que desde que se perdió
las circunstancias de esta ímágen la que mas llama la
Iilescas c o n Toledo hasta que se restauró, esto es, en el
atención es su pequeñez. pues según afirman los que la
espacio de trescientos treinta y seis años, no se atrevie-
han visto muchas veces, su altura es como el dedo peque-
sen los m o r o s á profanar el santuario de nuestra señora
ño de una mano mediana ó poco mayor; y con todo eso
de la Caridad, ni á impedir que.los cristianos fueran
sus facciones se distinguen primorosamente dispuestas,
á d a r p ú b l i c o culto y veneración á María santísima. La
y en todas manifiesta belleza superior á lo humano. En
villa agradecida á los muchos é insignes beneficios reci-
cuanto á los milagros que ha obrado, me contentaré con
bidos de l a bondadosa señora determinó on 1362 eri-
decir, porque no puedo estenderme á mas, que ha l i b r a -
girle u n templo mas capaz y magnifico. En todos t i e m -
do á muchos de tabardillos, tercianas perniciosas, apre-
pos ha obrado Dios grandes y estupendos prodigios por
turas)- males de corazon, garrotillo, perlesía, mal de
la intercesión de esta madre de misericordia: yo me
piedra, flujo de sangre y otras díTersas enfermedades;
lia dado pies y piernas á tullidos y cojos, brazos y manos
portentos con toda clase de personas y entre ellas con
á mancos, vista á ciegos, oido i sordos ; ha dejado bue-
los reyes de España I). Alfonso V i l y D. Alfonso V I I I .
nos áimuchos niños quebrados; ha sacado con bien de
siendo muy poderosa la protección de nuestra señora
apretados partos á muchas mujeres; en fin ha socorrido
para curar el mal de rabia asi en los hombres como en
á innumerables necesitados.
los animales, de que han ocurrido casos innumerables.
En la misma Alcarria se baila también el santuario A tres leguas de la imperial ciudad de Toledo está
de nuestra señora de Monsalud, que pertenece á ios la villa de Almonacid, principalmente esclarecida por el
monjes del Cister desde el año 1140. Según una relación santuario de nuestra señora de la Oliva. Nada se sabe de
manuscrita que se guarda en el archivo de aquel real la antigüedad y artífice de esta imágen; sin embargo so
monasterio, la piadosa reina Clotilde, mujer del rey'ar- discurre que fué labrada por los godos deSpucs que a b -
riano Amalarico, después de muchos maltratamientos y juraron sus errores y profesaron la fó católica en el ter-
vejámenes fué sentenciada por su bárbaro esposo á que cer concilio toledano. En tiempo de los moros la escon-
la llevasen á los ásperos montes de la Alcarria y desnu- dieron los fieles en las entrañas de la tierra, donde per-
dándola y atándola á un árbol la dejasen expuesta á la maneció mas de seis siglos, hasta que por los años
inclemencia del cielo y á la ferocidad de las bestiás. Mas de 1350 se apareció la Virgen á un pastorcillo en los con-
la inocente y calumniada reina invocó á l a Virgen san- tornos de Almonacid y le descubrió el sitio donde estaba
tísima, de quien era devota, y halló consuelo, salud y escondida su imágen. Como los vecinos no quisiesen
vida, porque las fieras que estaban dispuestas á devorar- darle crédito, María santísima se le apareció de nuevo y
la, so volvieron liumauas y le proporcionaron pieles con cogiéndole el cayado de las manos h i r i ó blandamente la
que cubrirse y carnes con que alimentarse. Además se le tierra é hizo brotar un verde y frondoso olivo. Al mismo
apareció Maria y le predijo lodo lo que había de acon- tiempo le mandó volver al lugar á anunciar á los vecinos
tecer asi con respecto á su libertad como á la fundación que cavando al pie de aquel olivo hallarían la imágen de
de un monasterio de monjes cisterciensos. En reconocí-, nuestra señora, y para mas evidentes señas de ser verdad
míenlo de tantas mercedes mandó la Virgen á aquella añadió que á la entrada del pueblo encontraría el entierro
princesa que edificase un templo y pusiese una iniágeñ de u n niño, que tocase al difunto con el cayado, y que
de la Señora. Asi so hizo puntualmente, y el católico le restituiría la vida, declarando el resucitado ser cier-
Childeberto, hermano de Clotíldo, cuando supo por ella to todo cuanto el pastor habia dicho. Todo pasó asi al
todo lo acontecido, mandó, construir la ermita y una pie de la letra, y los vecinos tan reconocidos como ad-
imagen de piedra, la cual ( y es digno de observarse) mirados despues de adorar á la imágen determinaron
continuó recibiendo culto y adoración do los cristiano^ labrarle una ermita pequeña al principio y de no muy
en so santuario aun durante la dominación de los m o - perfecta arquitectura, hasta que años adolanlose edi-
ros. En el año 1140, como ya queda dicho, 11. Alfonso ficó la suntuosa iglesia de tres naves. Allí fué traslada-
el emperador fundó un monasterio de bernardos, al cual da solemnemente nuestra señora el día 26 de abril
donó el santuario do Monsalud. l'or la intercesión de esta de 1620. No tienen cuento los milagros obrados por la
sagrada imágeu lia haclto Dios muchos y estupendos intercesión de la santísima Virgen: muchos de ellos
constan de los lienzos que penden de las paredes de sn En el valle de Solaníllos, á doce leguas de Madrid y
templo. Es tradición que la primitiva oliva (de la cual siete de Alcalá de Henares, exísle u n monasterio muy
queda hoy un renuevo) destilaba u n aceile maravilloso célebre llamado de nuestra señora de Sopetran, cuyas
en cantidad suficiente para mantener encendida la lám- vicisitudes han sido tantas, que no son para contadas en
para de la santa imágcn y que ungiéndose con él los este lugar. Acerca de la etimología de su nombre y del
dolientes los miembros enfermos quedaban muchos origen de la capilla se dice bastante, aunque muy en
sanos. compendio, en una relación antigua que se halla escrita
Nuestra señora de la Salceda, santuario famosísimo en una tabla del monasterio de benedictinos fundado allí
en toda España, está entré las villas de Tendilla y Pe- también. Dice así: -Nuestro señor y nuestro redentor
ñalber, en la Alcarria. Su origen es el siguiente. Estan- Jesucristo entre otros muchos lugares que él estableció
do en u n a cacería dos caballeros de la orden de S. Jnan en la tierra, á donde la Virgen sagrada su madre fuese
fueron sorprendidos por una furiosa tempestad, y cuan- honrada y servida de los cristianos, tuvo por bien de
do 110 sabian dóndo guarecerse, ni qué camino tomar, ni elegir esta santa casa por u n maravilloso milagro que
podían gobernar los caballos, que se habían metido en en ella mostró en el infante moro Petran ó Hali Maimón,
un espeso bosque de sauces, ve aquí que entre las r a - hijo del rey de Toledo, el Cual como se tornase cristia-
mas de n n árbol de estos descubren una hermosa luz. no, hizo allí una pequeña capilla en nombre de nuestra
A l principio creyeron proviniese de algún rayo que h u - señora y suyo, como ella se lo mandó, y asi la llamó tem-
biera caído en el sauce; pero acercándose mas vieron que plo de nuestra señora santa .María $ de su siervo Petran,
quien despedía aquella luz, era una imágen pequeña de de donde el pueblo la llama santa María de Sopetran.»
la V i r g e n . Es de advertir que ellos en tan apurado tran- Vuelto de Roma Petran, que de infante moro se había
ce se habían encomendado de todas veras á esta señora. convertido en ermitaño, fabricó una pequeña capilla ó
Despues de adorará María santísima y agradecer el be- por mejor decir choza, donde colocó una imágen d é l a
neficio recibido determinaron como mas conveniente la- Virgen hecha á pincel junto á la higuera en que se le
brar en aquel mismo sitio una ermita y colocar en ella la apareció esta madre de misericordia. Con ayuda de los fie-
sagrada imágen, á quien se comenzó á llamar nuestra les que acudían allí llevados de su devocion, dio ensanche
señora de la Salceda por haber sido hallada en un sau- á la capilla, la cual mandó aumentar mas el rey D. Alon-
ce y p o r la abundancia de tales árboles que hay en los so VI. E l motivo de esta piadosa determinación del m o -
contornos. Andando el tiempo se resfrió poco á poco la narca castellano fué que viéndose acometido por un oso
devocion.á esta imágen, basta que por disposición sin corpulento en una cacería y encontrándose solo y falto
duda del cielo vino á parar el santuario á. poder de de fuerzas para vencer á la fiera, imploró el auxilio do
la religión de S. Francisco. Desde entonces ha ido cre- María, y no bien lo hubo hecho, cuando cobrando n u e -
ciendo ol edificio y se ha aumentado la devocion á nues- vos brios puso el oso á sus pies y le corló la cabeza con
tra señora de la Salceda. Los muchos milagros obrados su cuchillo de monte. Andando los tiempos se fabricó
por su intercesión están dibujados en la circunferencia una iglesia mas suntuosa, que fue entregada á los monjes
de la iglesia. de S. Benito. Por los años de 1454 hubo mudanza en la
imagen, pnes estando la pintura tan deteriorada, que tra señora del Prado todos los lugares déla jurisdicción,
solo se distinguían unas confusas lineas, el que entonces y al llegar á darle vista se ordena la precesión y se co-
era abad del monasterio, encargó á un famoso escultor mienzan á cantar las letanías, que concluyen á la entrada
flamenco que labrara otra imagen de talla. Son muchos tJel templo. Poco antes de llegar á el salen el «apellan
los milagros que ha obrado nuestra señora de Sopetran m a y o r , el alguacil mayor y u n regidor de la v i l l a , é i n -
asi con los que van á venerar su sagrada imagen, como corporados con los alcaldes del lugar entran hasta las
con los que se bañan en el agua de la fuente santa, en gradas del altar mayor, en donde después de decir la
que según tradición bautizó ella misma por su mano al oracion de nuestra señora los mismos alcaldes ofrecen á
infante moro Pelran. la imágen por mano del capellan mayor una como man-
En un valle cercano al pueblo de Garavalla en el ga de cruz, quitada la cubierta de arriba, rasa ( y por
obispado de Cuenca está el santuario de nuestra señora eso tal vez se le da el nombre de monda), toda fabricada
de Tejeda, fundado con motivo de haberse aparecido Ma- de cerilla muy delgada de varios colores, y por corona-
ría santísima á un pastor durante ocho noches por los ción suele llevar las armas de la villa ú otra empresa tam-
años de 1598 mandando que el obispo de aquella dióce- bién de la misma materia. Sucédense los lugares unos á
sis le la&rase un templo y trajese religiosos trinitarios otros en esta piadosa demostración, en que se suele
para servirle. Así se hizo, y la Virgen agradecida ha der- gastar toda la mañana: la tarde se pasa en festivas acla-
ramado liberalmente sus beneficios sobre los que acuden maciones, bailes y otros divertimientos. Muchas de estas
á venerarla en este santuario. mondas se ven pendientes de los arcos de las tres naves
En la noble y antigua villa de Talavera de la Iteina, de la iglesia, y otras se gastan en el culto de nuestra
arzobispado de Toledo, se venera con extraordinaria de- señora.
voción y culto la prodigiosa imagen de nuestra señora del En la santa iglesia catedral de Toledo se venera una
Prado, cuyo nombre parece se le dió por el muy ameno prodigiosa imágen de nuestra señora bajo la advocación
y frondoso sitio en que se labró el santuario. Nada se del Sagrario, que es de las mas célebres de España asi
sabe do la antigüedad y artífice de esta imagen , ni del p o r su autigüed'ad como por sus muchos estupendos mi-
modo y tiempo en que comenzó á ser venerada en Ta- l a n o s y también por la suntuosidad y grandeza de la
lavera. El templo es suntuoso, y el altar de la Virgen está capilla donde está colocada. Presúmese por conjeturas
ricamente adornado y alumbrado por muchas lámparas que es una de las mas antiguas de nuestra patria, a u n -
de plata de gran peso y valor. La devoción de aquellos que de cierto no se sabe nada: lo que por tradición ha
habitantos y de los de todos los pueblos circunvecinos se llegado de padres á hijos hasta los tiempos presentes es
manifiesta de una manera inequívoca con romerías y que cuando Maria santísima bajó del cielo acompañada
fiestas muy lucidas, siendo famosísima no solo en aque- de innumerables espíritus angélicos á regalar y vestir
lla tierra, sino en toda España la fiesta que llaman de una preciosa casulla á su* capellan S. Ildefonso, echo
las mondas, cuyo origen antiquísimo y significación se también los brazos á esta imágen suya, que entonces es-
ignoran. E l modo como se celebran es este: uno de los taba colocada en el altar mayor, y juntamente puso sus
días de pascua de Resurrección van al santuario de nues- sagrados pies en una piedra que se venera en la misma
iglesia, y aun se asegura que dejó impresa su plañía en que muchos años antes de la pérdida de España y entra-
aquella piedra. Mientras los moros ocuparon á Toledo, da de los agarenos se veneraba esta santa imágen en un
estuvo escondida en un pozo la sagrada imagen, basta pueblo de Andalucía ( n o se sabe su n o m b r e ) , donde
que restaurada l a ciudad por Alfonso V I y recibiendo al- estuvo hasta despues déla infausta batalla del Guadalete.
gunas personas aviso del cielo se descubrió el sitio donde Dos caballeros audaluces determinaron abandonar su país
estaba oculto t a n rico tesoro, se trasladó la santa ima- llevándose la imágen de María, para que no la profanasen
gen con gran reverencia á la catedral y se puso sobre el los moros. Con efecto lo hicieron así y vinieron á parar
altar mayor. Despucs de muchos años se colocó sobre la á un campo de la jurisdicción de Aleonada, lugar dis-
puerta de la capilla llamada del Sagrario, y por fin el tante dos leguas de Carríon. Aquí la escondieron deba-
cardenal Rojas, arzobispo de la misma diócesis, mandó jo de tierra por 110 poder llevarla mas consigo, y aquí
labrar la suntuosa espilla actual, toda de jaspes y már- permaneció oculta según juicio prudente cerca de cuatro-
moles hasta el pavimento. Es grandísima la devocion cientos años, al cabo de los cuales salió ella misma del
de los toledanos á la Virgen del Sagrario, y no se la han seno de la tierra y se descubrió á un labrador de los con-
profesado m e n o r nuestros monarcas, mandando alguno tornos. Noticiosos del suceso los de Aleonada fueron á
de ellos que las banderas de sus ejércitos se bendijesen adorar á la sagrada imágen aparecida, que se hallaba r o -
delante de la santa imágen y que se estampase esta en el deada de matorrales y luces encendidas por ministerio an-
estandarte real. Si se hubiesen notado y oscrilo los mila- gélico, y la condujeron á una délas iglesias de la villa.
gros que ha obrado Dios por intercesión de su santísima Mas sucedió que el señor del lugar no pudiéndo recabar
madre bajo la advocación del Sagrario; se podrían lle- de sus vasallos con razones que le ayudasen con ciertas
nar muchas páginas de este libro. cantidades recurrió á la fuerza y llegó en su desatentado
enojo hasta querer forzar las puertas de la iglesia, donde
Nuestra señora de Aleonada. — Nuestra señora del Camino.—Nuestra
señora de la Casiia. — Nuestra señora de Caslilviejo.—Nuestra señora de se habían refugiado aquellos, fio pudiendo conseguirlo
FuenrJsla.— Nuestra señora del llenar.—Nuestra señora de luíosla.— mandó pegar fuego á las puertas del templo. Entonces la
Nuestra señora de S. Lorenzo. —Nuestra señora del Poro.—Nueslra señora
del Prado.—Nuestra señora del Sagrario.— Nucsiraseño'rá la Vulnérala —
Virgen indignada del sacrilego desacato se elevó por sí
Santa Maila de Nieva. — Nuestra señora de la Peña de Francia.—Nuestra misma, se salió por una vidriera ó claraboya y fué á
señora do la Ponerla.—Nuestra señora del Bisco. — Nueslra señora del parar á media legua de A m p u d i a , donde se apareció á
Rosario.— Nuestra señora de la Ve«a.—Nuestra señora de Vajilla.—
Nueslra señora de las Virtudes. un pastor v le mandó anunciar su llegada á los vecinos
de la villa. Estos no lo creyeron hasta que volvió el pas-
X X V I . De Castilla la Nueva pasemos á las provincias tor segunda vez comprobando la certeza de l a noticia con
situadas en el territorio conocido bajo el nombre de Cas- el milagro obrado en é l , pues antes era tuerto y ahora
tilla la Vieja. En los términos de la antigua y noble villa veía bien con entrambos ojos. Entonces salieron y halla-
de Ampudía, enclavada en el obispado de Patencia, aun- ron la sagrada imágen sobre una piedra donde esta fun-
que con territorio separado y jurisdicción casi episcopal, dada hoy la capilla mayor de su santuario: trasladáron-
está el santuario de nuestra señora de Aleonada. Sea la en solemne procesión á. la villa mientras se lo erigía
lo que quiera de su antiquísimo origen, hay noticia de 1111 templo en el mismo sitio, El señor do Aleonada 111-
tentó pleito á los de Ampudia sobre la restitución de la gojados aquellos vecinos acudieron á implorar el auxilio
Virgen santísima, y aunque le ganó en el tribunal ecle- divino. Entre los que mas clamaron al cielo en demanda
siástico de Palcncia, la Señora manifestó bien á las claras de socorro, se distinguió Catalina de la Cruz, mujer vir-
que no quería ser trasladada á su antiguo santuario; tuosa y de probada paciencia, la que mereció ser visita-
porque al moverse los bueyes del carro donde liabia sido da por María santísima. En efecto el día 10 de mayo del
colocada para su traslación, reventaron, y la misma ima- año susodicho mientras ella se deshacía en lágrimas y
gen se volvió á su trono. Con este raro acontecimiento suspiros en el campo, víó al pie de una retama una imá-
conocieron todos ser la voluntad del Altísimo que no se gen muy pequeña de la Virgen, la cual le manifestó que
moviese de Ampudia la santa imagen. A mas de estos sus súplicas habían sido oidas y que la voluntad del cíe-
dos notables milagros son muchos los que ha obrado el lo era se fabrícase allí una ermita, donde fuese venerada
Señor por la intercesión de nuestra señora de Aleo- aquella santa imágen. Acudieron los vecinos de Alaejos,
nada. vieron el prodigio y por de pronto fabricaron con cuatro
A principios del siglo X V I apacentando un pastor su maderos y otros materiales una casita ( d e donde vínola
rebaño en los campos cercanos de la ciudad de León, se advocación de nuestra señora) ; y aunque fabricada una
le apareció la Virgen santísima, que traía consigo una capilla mas espaciosa , fué trasladada á ella María santísi-
devota imágen suya, y le mandó ir á la ciudad y decir ma , no quiso permanecer a l l í , sino que á la mañana s i -
al obispo que colocara en lugar decente aquella imágen. guiente se la halló en su primera morada. Luego so edi-
Obedeció el pastor y se apresuró el prelado á averiguar ficó allí mismo una capilla dejando en medio la casita..
por sí mismo el prodigio, y hallando ser cierto, trataron Díccsc que la retama donde apareció esta santa imágen,
de levantar una ermita eu aquel sitio. Cuánta fuese la quedó tan dulce, que recreaba el.paladar de quien la to-
devocion de los leoneses y de los pueblos comarcanos á maba; también la tierra que está delante del trono de
nuestra señora del Camino (cuyo titulo se le dió por ha- la " í r g e n , despide gran fragancia, y echada en cual-
ber sido la aparición cerca del camino real), no hay para quier licor y 'bebida con fé ba obrado y obra muchos
qué ponderarlo. Años adelante se construyó otra iglesia prodigios. Resplandcco especialmente la v i r t u d de esta
mas capaz y hermosa, que es la que hoy"subsiste, en- santa imágen en sanar quebrados.
riquecida por los M e s devotos con muchas y costosas Demoliendo los vecinos de Medina de ltíoseco su an-
alhajas, ornamentos y lámparas. Los milagros obrados tiguo castillo ( n o se sabe en q u é año) hallaron entre las
por la intercesión de esta santa Imágen han sido tantos, ruinas una devota imágen de la virgen María, á quien
que ha habido precisión de quitar muchas veces los cua- por esa .razón -comenzaron á. titular nuestra señora del
dros donde estaban representados los antiguos, para co- Castillo viejo y después por abreviación de Castilviejo. Y
locar los mas modernos; de lo contrario la iglesia con eflmo les pareciese que agradaría mas á la Virgen santí-
ser tan capaz no hubiera podido contenerlos á no poner- sima quedarse en el m i s m o s i t i o , resolvieron edificar una
se- unos sobre otros. iglesia, que es en la q u e hoy se venera. Son muchos los
Por los años de H 9 0 se vio afligida de una larga se- beneficios que le deben sus devotos; pero ha habido c u l -
quía la villa de Alaejos en Castilla; con cuyo motivo acon- pable incuria en anotarlos para memoria.
La imagen de nuestra señora de la Fuencisla, á quien tencia del rey Felipe I I I , su real familia y corte. Entre
veneran muy singularmente los segoviaDOS, es según so los muchos milagros que se refieren de nuestra señora
dice una de las mas antiguas y milagrosas de. Castilla la de la Fuencisla, es muy singular el que se observa cuan-
Vieja. Dase por cierto quo la trajo á España en tiempo de do es trasladada desde su santuario á la iglesia cate-
los apóstoles S. Gerotco, primer obispo de Segovia, y co- dral en tiempo de alguna calamidad ó necesidad pública;
locada entre unas peñas fuera de la ciudad, que llamaban pues en el mismo punto que sale por la puerta de su igle-
de las Fuentecillas, recibió culto y veneración hasta la sia, aparece en el aire una estrella, que acompaña á la
entrada de los moros en España. Entonces la escondió un santa imágen hasta la catedral y á la vuelta desde esta
beneficiado de aquella santa iglesia en las bóvedas de San hasta el santuario, permaneciendo sobre aquel templo los
G i l , de donde fué sacada despues de la restauración, nueve dias de la novena.
sin que se sepa de cierto cuándo ni cómo fué el descu- Poco hay de cierto y averiguado tocante á la historia
brimiento. Al principio se colocó sobre la puerta prin- de nuestra señora del Henar, que se venera en su san-
cipal de la iglesia catedral; mas por los años de 1230 tuario distante una legua do la villa de Cuellar; sin em-
fué restituida á los peñascos de la Fuencisla, siendo bargo se tiene que de muy antiguo era reverenciada de
el motivo de la traslación el siguiente hecho prodigioso. los pueblos comarcanos y que su origen es el mismo que
Vivía en Segovia una j u d i a , á quien aborrecían los de el de nuestra señora de la Fuencisla. Por revelación d i -
su secta por parécerles inclinada á la religión cristiana, vina que tuvieron los tres santos hermanos F r u t o s , V a -
y con el fin de perderla la acusaron de adulterio. Pro- lentín y Engracia, fué escondida la sagrada imágen en
bado el delito con testigos falsos fué condenada á ser el valle del Henar por los años de 714 al aproximarse los
precipitada de u n alto peñasco, que entonces se llamaba bárbaros. En el de 1380 se apareció á un pastorcillo
Peña Gragera y hoy de la Fuencisla. Subió la mujer á lo María santísima en forma de una señora muy hermosa,
mas alto del risco, y cuando la iban á despeñar, se vol- y mandando llamar al padre de este (cuya incredulidad
vió hacia la iglesia catedral, sobre cuya puerta veía la tuvo que vencer con restituir al hijo el uso de un brazo,
imágon de nuestra señora, y dijo con devocion y ternura de que era manco) les dijo que cavaran y debajo de unas
á la Virgen que la amparara pues le constaba su inocen- losas hallarían la imágen de la Virgen del llenar, la cual
cia, y que sí quedaba ilesa del suplicio, prometía hacerse había de ponerse en una casita hasta que se labrase ma-
cristiana y bautizarse. Cayó entonces precipitada hasta lo yor templo. Puntualmente lo hicieron asi los dos pasto-
mas profundo del valle, y cuando juzgaban todos que. res edificando en el mismo sitio una casita, de donde
so habría hecho pedazos, la hallaron sin lqsion y confe- mostró la Virgen por dos milagros que no quería salir. Allí
sando que debía la vida á nuestra señora de la Fuencis- estuvo hasta que en 1644 se labró' á expensas de los fieles
la. Agradecida á la visible protección del cíelo pidió ins- la suntuosa capilla que hoy tiene. Es digna de particu-
truirse en los dogmas de nuestra sacrosanta religión y lar mención la fuente del c i r i o , que brotó de la cueva
recibir el bautismo, como lo efectuó. En el año de 1598 donde el pastor halló la santa imágen: so llama del cirio
se comenzó á edificar una nueva y suntuosa iglesia, á la entre otras razones porque el ángel dió á S. Frutos co-
que fué trasladada la sagrada imágen en 1613 con asis- mo seña del sitio que hallaría u n cirio ardiendo, y p o r -
que cuando la escondieron, dejaron otro encendido y asi
gun tradición durante la dominación do los agarenos.
se encontró al tiempo del descubrimiento pasados ocho-
Libre ya España, se apareció á un pastorciilo y fué co-
cientos y sesenta años. La Virgen es llevada anualmen-
locada sobre una puerta en el sitio donde estuvo despues
te en solemnísima procesión el domingo inmediato á la
el convento de S. Agustín. Como fuese en aumento la
fiesta de S. Mateo, arrimándose á las andas y aun yendo
devocion de los fieles, se la trasladó a una ermita de
debajo de ellas muchedumbre de enfermos de todas cla- S. Lorenzo (y de aquí le vino el nombre), sita en el mis-
ses: al llegar á dicha fuente obra por lo común dos ó mo terreno donde hoy so ve su hermosa iglesia. La edi-
tres milagros. ficación de esta se debe al siguiente suceso milagroso.
Estando de. caza el rey D. Sancho el Bravo en las cer- Habiendo conseguido D. Pedro N i ñ o , merino mayor y
canías de Zamora por los años de 1290, salió de impro- regidor de Valladolid, que una hija suya muy querida
visó una perdiz de u n cerro, y como el principe soltase sanase de una peligrosa enfermedad por el contacto del
luego en su seguimiento uno de los aleones , el ave se manto de nuestra señora determinó quedarse con este y
refugió á una iniesta ó retama no muy lejana. Acudió sustituir otro en su lugar. Mas sucedió que la hija e m -
D . Sancho presuroso, y estando ya muy cerca vió que pezó á tratar con menos decoro aquella alhaja prodigio-
entre las ramas de la iniesta resplandecía con luz clarí- sa; de que enojada al parecer María santísima quiso
sima una imagen de la Virgen: que la perdiz estaba al •castigar á la irreverente señora, y una vez que tenía el
manto en la mano para cosas de su entretenimiento, fué
pie de aquella sin temer al aleon con tal defensora ; y
-acometida de tan recio accidente, que la privó en un ins-
que los perros de caza se habian quedado parados. El
tante del habla, del movimiento y de la vida. Acudió el
rey vuelto en si del pasmo que tan extraordinario suceso
padre en cuanto lo supo, á donde estaba su hija ya d i -
le causara, se bajó del caballo y arrodillado adoró y dió
f u n t a , y teniendo por cierto que la causa de esta repen-
gracias á Maria santísima. Determinó desde luego erigir
tina mqerte había sido la piadosa superchería que queda
una suntuosa iglesia en aquel mismo sitio, y mientras, ya mencionada, hizo promesa de edificar una iglesia á
tanto dispuso se colocara la sagrada imagen en el tem- nuestra señora de S. Lorenzo si su hija volvía á la vida.
plo de S. Antoliu. A este fin y también para que se po- La reina del cielo escuchó benévola las súplicas de este
blase aquel lugar, entonces desierto y erial, libró un padre afligido, y él cumplió con creces su promesa.
privilegio en Valladolid á 1 d e agosto del año 1290,
en que concedía á nuestra señora de la Iniesta doce va-,
En la misma ciudad de Valladolid se venera también
salios'que no pagaran tributo á su corona, sino al san-
la antiquísima y milagrosa imagen de nuestra señora
tuario de la Virgen. D. Fernando el Emplazado, h i -
del Pozo. Llamóso antes de la Cabeza por haber inclinado
jo de D. Sancho, confirmó y aumentó este privilegio la suya para confirmar el testimonio de uua pobre m u -
añadiendo otros ocho vasallos á los doce, los cuales se j e r , de quien se había,burlado un mancebo sin querer
llamarori desde eso tiempo los veinte libertados de nues- c u m p l i r despues la palabra dada de casamiento. Luego
tra señora de Iniesta. se tituló del Pozo, porque por su intercesión se salvó
La imagen de nuestra señora de S. Lorenzo, que se un niño que había caído en un pozo.
venera en ¡a ciudad de Válladoiid,-estuvo escondida se- Allíinismo también se revcrencíauna imagen de nues-
TO.MO I . 52
t r a señora del Prado, llamada asi por estar el santuario trunientos del desagravio; para lo cual se dirigieron á
en u n prado ó campo. Por los años de 14-40 se hizo d o - los ilustres poseedores de la sagrada imágen, y esforzan-
n a c i ó n de la ermita á los monjes de S. Gerónimo , que do sus razones é interponiendo algún poderoso influjo
fundaron un monasterio. lograron la donacion apetecida. La corte residente en-
En la iglesia catedral de dicha ciudad se da culto á tonces en Tordcsillas, el obispo y ambos cabildos de V a -
u n a imagen de nuestra señora del Sagrario, que se ha- lladolid y las personas mas principales de la ciudad
l l ó en el hueco de una pared en la capilla de S. Mi- pretendieron festejar el recibimiento de la sagrada i m á -
g u e l de la misma iglesia el dia 15 de marzo del año gen y echaron el resto para obsequiar y desagraviar á la
que habia sido objeto del sacrilego furor de los herejes.
de 1602. , . .
No se podia cerrar mejor el catalogo de las imáge- Omito por la brevedad hablar de los muchos milagros
nes de nuestra señora veneradas en Valladolid que refi- que ha obrado Dios medíante la intercesión de santa
r i e n d o la lastimosa historia de la que se titula santa María la Vulncrata, reverenciada con tierna piedad filial
M a r í a la Vulnérala. Esta devota imagen era venerada en el seminario inglés de Valladolid.
e n la iglesia catedral de Cádiz por los años 1396 cuando A cinco leguas de la ciudad de Segovia en la villa de
l o s ingleses la sitiaron y tomaron saqueando lo sagrado santa Maria la real de Nieva se venera una imágen de
y l o profano: entraron también en la catedral, á donde nuestra señora, que se titula santa María de Nieva por
se habían refugiado muchos vecinos, y mofándose y ha- haber sido su aparecimiento cerca del lugar del mismo
ciendo escarnio de lo qno estos acataban y reverencia- nombre: también es llamada nuestra señora do la Sotc-r-
b a n , sacaron á la plaza pública la imágen do la Virgen. raña por haber sido encontrada debajo de tierra. Supó-
A l l í la vilipendiaron con fingidas adoraciones, luego sa- nese antiquísima, aunque no so sabe nada de cierto, y
caron las espadas y le dieron muchas cuchilladas, con se cree que fué escondida por los fieles cuando e n -
q u e separaron los brazos hasta los codos: también afea- traron en España los agarenos. Sea de esto lo que se
r o n el hermoso rostro de nuestra señora con siete heri- quiera, en el año 1392 se apareció María santísima á un
das sin perdonar al divino niño, á quien ultrajaron igual- pobre pastor y le mandó i r á buscar al obispo de Sego-
mente y arrancaron de los brazos de su madre. Retirados via para decirle que sacase de entre las piedras de aquel
los ingleses de la plaza, todos los vecinos quisieron re- sitio una imágen suya y le erigiese un altar. Asi lo hizo
sarcir" tan sacrilego ultraje; pero se esmeraron especial- el prelado , si bien fué menester que María le diese
mente el adelantado de Castilla y su mujer la condesa prenda antes de creer la relación del sencillo pastor.
de santa Gadea, los cuales consiguieron que el cabildo Descubierta la sagrada imágen, se edificó allí mismo una
de Cádiz les donase .la profanada imágen. Con ella se capilla que so amplió mas después, y en el año 1399 se
f i n i e r o n á Madrid y la colocaron en su oratorio. Mas la hizo donacion de este santuario á la religión de santo
reina del cielo, que quería ser desagraviada por ingleses Domingo. Es grande el culto y veneración que tributan
católicos, ya que el ultraje había venido de herejes de la á santa María de Nieva los pueblos comarcanos, y la se-
misma nación, dispuso que los alumnos del seminario l ñora los ha recompensado superabundantemente con
inglés de la compañía de Jesús quisiesen hacerse ins- grandes muestras de su misericordia.
ber de dónde le vino. Los otros cuatro milagros fueron
La prodigiosa imagen de nuestra señora de la Peña obrados en favor de los otros descubridores, que cura-
da Francia es venerada en la sierra de este nombre, que ron de diversas dolencias. A l punto se trató de fabricar
dista doce leguas de la ciudad de Salamanca. Apenas decente morada á la reina de los cielos. Despues se l a -
hay noticia de la antigüedad de esta imagen, y solo se bró iglesia, cuyo altar mayor ocupa lo que antes fué e r -
conjetura que l a trajo de Francia á España el empera- mita , y andando los tiempos se hizo donacion del san-
dor Cario Maguo: despues se tiene por verisímil que al- tuario á la orden de predicadores. Son innumerables y
gunos devotos españoles ó franceses la escondieron por singularísimos los prodigios que ha hecho Dios por la
librarla de los insultos de los moros. En cuanto 4 su. intercesión de nuestra señora de la Peña de Francia.
descubrimiento ve aqui en resumen lo que refieren los au- En la iglesia del convento de S. Antonio, orden de
tores. Un piadoso francés, llamado Simón, que se liabia franciscos descalzos, de la ciudad de Avila, se venera una
retirado al convento de la tercera orden de S. Francisco milagrosa imagen de la Concepción con el título de nues-
en París por huir del mundo y de las peligrosas impor- tra señora de la Portería, porque estuvo primeramente
tunaciones de sus parientes, oyó una noche que le de- colocada en la portería del mismo convento. Esta ima-
c í a u n a v o z d e l c i e l o : S i m ó n , vele á la Peña de Francia gen debe su existencia á una curación milagrosa que
á las parles del pimiento y allí hallarás la irnágm de la María santísima obró con el artífice que la pintó; por-
gloriosa virgen María. Simón despues de cerciorado de que como el virtuoso y devoto lego Fr. Luis de S. José
que era tal la disposición de lo alto se partió con la li- importunase con sus instancias al pintor á fin de que
cencia y bendición de su guardian en busca de la Peña hiciese la imagen, y el pintor se disculpase justamente
de Francia, y al cabo de muchas fatigas y dillgeocias con las pertinaces tercianas que le reducían á guardar
logró descubrir aquel sitio. Uua vez establecido en la cama, Fr. Luis introducido en el aposento del enfermo
alta sierra que tiene ese nombre en España , procuró al- sin saberse cómo, ni por dónde (porque la familia estaba
prevenida para no dejarle entrar) le prometió rogar á
canzar del cielo por medio de oraciones y plegarias que
Dios mediante la intercesión de María por su pronta cu-
le fuese manifestado el lugar donde estaba oculla la
ración si quería pintar la imagen. F.l pintor prometió ha-
imagen de María, i" con efecto á la tercera. noche se le
cerlo si recobraba la salud por favor del cielo, y con efec-
apareció la bondadosísima señora, y le dijo que cavara
to á la mañana siguiente se halló tan restablecido, que
entre aquella peña, donde hallaría la imagen quebusca-
pudo poner manos á la obra á los pocos días.
b a , y á la cual había de hacer una decente morada.
Buscó Simón cinco hombres en S. Martin del Castañar, Como á siete leguas de la susodicha ciudad de Avila
los que a ejemplo de él comenzaron á cavar en la peña está el santuario de nuestra señora del Risco. Descu-
y por premio de su trabajo hallaron la imagen de Ma- brióla un sencillo cabrero, que buscando á una cabra
ría con su hijo en los brazos. Generosa en estremo la de su hato despeñada de un risco vió en una cueva viví-
Virgen con los que la sirven, obró en aquel mismo día simos resplandores y oyó una voz que le decía fuese 4
cinco milagros, seguirse cuenta..El primero, fué que la villa de Villatoro y avisase como en aquel risco y cue-
Simón sanó de una herida causada por una pedrada que va estaba una imagen dé nuestra señora. Acudieron los
recibió una noche en la misma Peña de Francia si» sa-
vecinos, trasladaron respetuosamente la imagen á la guno mas curioso ú osado que se atreviese á desen-
v i l l a , y despues de edificada una ermita la volvieron a volver un sutilísimo cendal, dentro del cual hallaron
( ¡ oh prodigio singular!) una hermosa imágen de María
su sitio p r i m e r o . Mas adelante se hizo donacion del san-
con su divino hijo en los brazos. Ea virtud de lo pac-
tuario á los ermitaños do S. Agustín. Esta santa imagen,
tado se quedó el obispo con tan preciosa j o y a , si bien
que es de las que llaman de los Dolores y de talla pri-
fué preciso echar luego suertes por tros veces á causa de
morosamente labrada, ha obrado raros y estupendos
las reclamaciones de algunos oficiales. Mas también el
milagros asi en los tiempos antiguos como en los mo-
cielo significó por este medio ser su voluntad que el ve-
dernos. nerable prelado poseyese la imágen de la Virgen santí-
En el convento de predicadores de la ciudad de Rio- sima. Con feliz navegación aportaron á España, y el obis-
seco se venera una portentosa imágen de nuestra señora po se encaminó á Berlanga, donde fundó u n convento
del Rosario , trasladada allí desde Rerlanga. Es admira- de su orden, y en él depositó la imágen tan milagrosa-
ble el aparecimiento é invención de esta santa imagen. mente hallada. Mas trasladado el convento a Rioseco
Por los años de 1541 navegaba con rumbo á España el también lo fué la imágen de nuestra señora, que con el
obispo de Panamá D. Fr. Tomás de Berlanga, que venia título del Rosario excitó la devocion de los fieles y los
en ánimo de renunciar la mitra y retirarse á algnn con- favoreció con singulares prodigios que fuera prolijo enu-
vento dé s u orden de santo Domingo , cuando levantán- merar. Sin embargo no son de omitir dos. cosas extraor-
dose una recia y temerosa borrasca, determinó revestirse dinarias de ella-, la una que suelo mudar semblantes, en
de sus sagradas vestiduras y exhortar á los navegantes á especial en la semana santa; y la otra que jamas la han
dolor y c o n t r i c i ó n . Ilizolo asi, y luego hincado de ro- sacado de su santuario por alguna necesidad publica que
dillas comenzó las letanías de la Virgen. Al pronto se
no haya sido esta remediada.
alborotó m a s el mar y se encresparon las olas, formán- En el lugar de Villabona cerca do llaro en Castilla
dose una tan alta como una torre, que amenazaba caer la Vieja, se venera nuestra señora de la vega de l l a r o ,
sobre la nave. En medio de aquel promontorio de agua que según tradición fué llevada de la vega de Granada
divisó la tripulación un bulto que no sabia lo que era. p o r algunos cristianos despucs de la rota de D . Rodrigo.
Creíanse ya todos perdidos, y en tal conflicto invocaron Es cosa maravillosa que luego quo sacan a esta santa
el nombre de María, á cuya invocación so quebró la imágen de su iglesia y la ponen en lugar patente donde
ola en espumas arrojando hácia un costado de la nave bendiga los campos, cesan los vientos fríos a quo esta
una caja pequeña de madera (que era el bulto que se sujeta la vega de l l a r o , y empiezan á soplar otros mas
había divisado). Disputaron el obispo y el capilan de la
templados. .
nave (este llevado de la codicia) sobre á quién había de
Un la Mata de Montcagudo, lugar del reino de León,
pertenecer el objeto hallado. Al fin se acordó que si era
está el santuario do nuestra señora de Velilla, cuya pro-
cosa sagrada , quedase para el obispo, y si otra alhaja
digiosa imagen fué hallada por u n hidalgo del mismo
cualquiera, para el capitan. En seguida se abrió la caja,
de cuyo i n t e r i o r salieron tan vivos rayos de luz, que des- lugar entre unas ruinas. .
En el convento de trinitarios calzados de la vilta fle
lumhraron á los circunstantes. Hubo sin embargo al-
Arévalo se venera la imagen de nuestra señora de las
Virtudes, de la cual no so tiene noticia alguna Ha aparecido en un árbol de esa especie. Primeramente
obrado muchos y singulares milagros, y el beato Simón poseyeron este santuario los obispos de Alava y luego
u
° J a s • l a s l r e y ornamento de la orden de la santísi- los de Calahorra , hasta que fué donado á los monjes de
ma Trinidad, recibió no pocos favores de esta sagrada S. Gerónimo.
b
imagen. Reinando en España Alonso V I I I el emperador, con-
duelan unos hombres en u n carro una ¡mágen de la
Virgen santísima para que se venerase en tierra de Cam-
S e ñ m
" Castejon.—Nuestraseñor» pos; pero Dios por sus ocultos juicios dispuso que al
d . la Estrella.—Nuestra leflorala real del C o p o . - N ú e s , „ s e , ; 0 , a £ llegar como á tres leguas de la ciudad de santo Domingo
real de tiajera. — Nuestra señora de Valvanori.
de la Calzada se parase el carro sin querer los bueyes
pasar adelante á pesar de aguijonearlos los conductores;
En el arzobispado de Burgos, jurisdicción del valle antes bien se abrió la caja en que ¡ba guardada la sagra-
de Buelna y términos del lugar de Barros, está situado da imágen , la cual so puso sobre' u n espino cercano.
el santuario de nuestra señora de Caldas. Acerca de la Divulgado el «suceso prodigioso y sabido por el rey,
antigüedad de esla imagen, á quien se deben muchos y mandó este labrará sus expensas la iglesia donde es hoy
portentosos milagros, del artífice que la hizo, cómo reverenciada María santísima, incluyendo en su recinto
vino a aquellas montañas, y si fué aparecida ó se labró el espino: también añadió un hospital que sirviese al
de proposito para colocarla allí, no hay noticia alguna propio tiempo de albergue para los peregrinos.
La ermita estuvo primeramente al cuidado de un e r m i -
taño; mas en el año de 1G03 fué donada á los frailes de Un día que el rey D. García de Navarra andaba á caza
santo Domingo. por la ribera del rio Najerilla, se internó en unos espe-
sos matorrales, y con gran admiración descubrió una
Entre las villas de Anguiano , Ortigosa y Nieva en la cueva llena de claridad y resplandor, á beneficio de la
Itioja se venora en lo alto de ia sierra la imagen de nues- cual pudo entrar, y halló un altar y sobre él una i m á -
tra sonora de Castejon, de cuyo origen no se tienen n o - gen de la Virgen y una efigie del arcángel S. Gabriel
ticias, aunque su traje y calzado de serrana dan á en- con una jarra de azucenas en la m a n o ; al pie del altar
tender ser antiquísima. Antes bobo monasterio de mon- había una campana de mediano peso. El rey despues de
jes que cuidaban del santuario; pero habiéndole aban- satisfecha su devocion salió do la cueva con propósito de
donado por lo frío y fragoso del terreno, D. Sancho el erigir en aquel sitio un monasterio de benedictinos, para
deseado le donó al obispo é iglesia de Calahorra. que fuesen perpetuos capellanes de la reina de los ánge-
Tan escasas como de las dos imágenes anteriores son les. Asi lo hizo con efecto, y estos Tueron los principios
las noticias que se tienen de la de nuestra señora de la Es- del real monasterio de nuestra señora de Nájera.
trella cuyo santuario está situado á media legua de la
En u n valle de la Itioja, que antes se*llamó de las
villa de Bnones. Por tradición antigua y memorias que
Veneras y l u j g o Valvanera por la corrupción del vo-
se conservan en el archivo del convento, consta que a n -
cablo , está el santuario de nuestra señora de V a l -
tes se llamo nuestra señora de la Encina por haberse vanera. La antigüedad de esla sagrada imágen es tan-
t a , que los aulores no pudiendo hacerla constar por
intercesión de la virgen de Valvanera, los cuales son
testimonios auténticos están divididos en opiniones, y
tantos , que corre impreso un libro de ellos.
unos quieren que fuese fabricada por mano de los .ánge-
les y colocada milagrosamente en el tronco de un roble
Nuestra señora Ge Aranzazu.-Nuéslra señora de Begoñi.-Nucslra seño-
en donde apareció despucs, y otros pretenden que fué
ra de la Encina.—Nuestra señora de ÁraceH.-.Nuestra señora del V1-
obra de S. Lucas y que la envió á España el principe de Ilar.—Nuestra señora del Camino.—Nuestra señora de Codos.-Nuestra so-
los apóstoles con S. Onésimo y S. Ceroteo, discípulos ñoradelás Maravillas.—Nuestra señora de Roncésvalles—Nuestra señora
del Sagrario.—Nuestra señora do l'suc.
de S. Pablo. Estos predicando la fé llegaron á los montes
llamados despues Distercios, y en el país de Morí en el
En el año 1409 un pastor guipuzcoano llamado Ro-
valle Yenario colocaron la imágen de nuestra señora.
drigo Balzátegui, natural do l í r i b a r r i , jurisdicción de:
Sea de esto lo que se q u i e r a , la prodigiosa imágen de
Oñate, estaba guardando su rebaño en las laderas del
nuestra señora de Valvauera gozaba ya de gran nombra-
monte Alona, cuando se le antojó deslizarse por las ver-
dla y era venerada con devoto culto por aquellos na-
tientes hasta tocar lo mas profundo y fragoso de u n hor-
turales desde tiempos muy remotos. Cupido la incur-
rible barranco. Luego que sentó los pies en terreno se-
sión de los moros un piadoso ermitaño la escondió guro, tendió la vista y descubrió á larga distancia un
juntamente con un cofrecillo de las mas insigues reli- verde espino, entro cuyas ramas se divisaba un bulto al
quias en un roble cóncavo. Abatida la pujanza maho- parecer de persona humana. Llegóse á aquel sitio no sin
metana, hubo en los montes Distorcios un hombre lla- dificultad y vió que el bulto era una imágen muy her-
mado Munio ó Ñuño Oñez, natural de Montenegro, que mosa, la cual teniaun bellísimo niño en su brazo. V como
dejando la mala vida de salteador de caminos por la de la señora no respondiese á ninguna de las preguntas de
penitente se retiró á una cueva. Despues de algunos años Rodrigo; vino á conocer este que era una imagen de la
de penitencia y recogimiento mereció el fervoroso er- virgen Maria con el niño Jesús; do lo cual admirado so-
mitaño le revelara Dios el sitio donde encontraría ocul- bremanera el pastor dijo en su idioma nativo, que era
ta una hermosa imágen de la Virgen, dándole por señas el vascuence: ¡Aranzazu! que en castellano quiere decir:
que hallaría al pío del roble una clara fuente y dentro ¡Vos en el espino! De aqui provino el Ulularse esla sa-
de él uu enjambre, de abejas. Asi sucedió puntualmente, grada imágen nuestra señora de Aranzazu. Vuelto al-
y postrado Munio ante la sagrada imágen la adoró y la gún tanto eu si el pastor corrió á su casa á dar cuenta
á sus padres y deudos de' lo sucedido, y cerciorados
dejó expuesta á la veneración de los pueblos en el mis-
estos por sus propios ojos de que era verdadera la re.a-
mo árbol, hasta que se fabricó una ermita pequeña pa-
cion de Rodrigo se partieron á Oñate, para que los ca-
ra alojarla. Mas adelante como creciese la. devoción de
bildos eclesiástico y secular de la villa resolviesen lo mas
los fieles y se multiplicasen los milagros obrados por
conveniente. Acudieron también los vecinos de ella al
nuestra señora, se labró otra iglesia mas capaz.y entra-
sitio de la aparición despues de vencida su incredulidad
ron á servirla canónigos reglares de S. Agustín y por
Jalla de estos los hijos del patriarca S. Benito. Sería ta- v quedaron no menos sorprendidos que alborozados por
rea prolija referir los milagros que ha heghp - Dios por el hallaz«ó. Nuestra señora de Aranzazu quiso conceder
á aquellos pueblos por primicias de sus favores una co-
piosa lluvia iras larga y porfiada sequia. Los de Oñate boy colocada. Nuestros monarcas y entre ellos el glorio-
agradecidos determinaron fabricar una ermita pequeña so emperador Cárlos V tuvieron gran devocion á esta
en el sillo mismo donde estaba el espino, para colocar la milagrosa imágen.
sagrada imágen. Algunos años despues se labró u n con- Ilubo en lo antiguo en Navarra no lejos de la ciudad
vento, que poblaron los religiosos de la Merced para de Coreila una villa llamada Araceli y luego por cor-
asistir y dar culto decente á aqpella. El santuario de rupción Araciel, la que andando los tiempos vino á a r -
Aranzazu pasó de unas religiones á otras hasta v e n i r i ruinarse, sin que quedase mas que la iglesia parroquial
parar á la orden de S. Francisco de la provincia do Can- dedicada á santa Lucia. En este templo pues se obser-
tabria. Son muchísimos los milagros que ha obrado D i o s vaba que al dar algún golpe se oia debajo de tierra al
por intercesión de la Virgen bajo la advocación de lado de la epístola junto á la grada del presbiterio u n
Aranzazu. ruido con ecos, que deuolaba haber allí algún hueco ó
concavidad subterránea. Llevado de la curiosidad D. Gre-
Es muy célebre el santuario de nuestra señora de
gorio Serrano, capellán de dicha iglesia, quiso en el
Begoña, contiguo á la villa de Bilbao, quees la poblacion
año lGGi registrar lo que habia, y prevenido con el
mas rica y floreciente del señorío de Vizcaya. Según la
santo sacrificio de la misa que celebró, comenzó á cavar
tradición esta sagrada imágen se apareció en u n a e n c i -
en el sitio á que correspondía el eco; mas á los pocos gol-
na, y como los naturales quisiesen erigirle templo unos
pes oyó una voz clara de hombre que ledljo: «Nose can-
en el sitio mismo de la aparición, y otros en lo mas
se, señor Serrano, en cavar; que no hay para V. sitió ta-
alto de la montaña, habiendo prevalecido este segundo
blas viejas.» Pasmado quedó el sacerdote al oir estas pa-
dictamen, se acopiaron los materiales para dar p r i n c i -
labras , porque no había en la iglesia persona alguna, ni
pio á la fábrica. Pero antes de poner manos á la obra se
fuera vio á uadie que pudiese haberlas dicho, aunque
oyó una voz clara que decia: Begoña; cuya palabra signi-
salió á la puerta con presteza. De allí á diez años, como
fica en castellano: Estése el pie quedo. Asi h u b o que
continuasen los ecos, se dispuso que dos alhamíes regis-
desistir del proyecto, y mas cuando á la mañana siguien- .
trasen y procurasen averiguar la causa de ellos, y halla-
te se hallaron trasladados al sitio de la aparición todos:
ron en un nicho labrado en la piedra uua imágen de
los materiales acopiados. Edificóse pues el templo donde
nuestra señora. Se sacó de allí con docencia y fué condu-
hoy se ve, al principio pequeño y pobre; pero despues
cida á la iglesia de nuestra señora del Rosario, hasta que
se amplió y enriqueció con alhajas, lámparas de plata y
se le labró nueva y proporcionada capilla én el sitió
muchas y preciosas joyas. Asisten á este santuario como
donde hoy s3 venera. Se le dio el titulo de nuestra se-
beneficiados suyos el prior y cabildo de las parroquias
ñora de Araceli por resolución del obispo de Tarazoua
unidas de Bilbao.
en razón de haberse descubierto en la parroquia de la
En una colina cerca de la villa de Arciniega en las
villa que antiguamente llevó aquel nombre. Son muchas
Encartaciones de Vizcaya se venera á nuestra señora de
las maravillas que ha obrado el Señor en favor de los
la Encina, porque según se asegura, se apareció en u n a
que han acudido á implorar con fervor esta sauta
encina en el sitio inmediato á la iglesia, donde se halla
imágen.
En las cercanías de la susodicha ciudad de Corella se piona. Habiéndose levantado unamuy recia borrasca, fué
rencra nuestra señora del Villar. En cuanto á esta santa preciso arrojar al m a r gran parte de la carga y entre
imágen, que es muy antigua y milagrosa, solo se sabe otras cosas la cajita en que venían las dos coronas; mas
por tradición que se apareció en los montes de Argenzon nuestra señora la enderezó liácia las costas de Cantabria,
propios de la villa del V i l l a r ; por lo cual se le dio este y cogiéndola algunos moradores del puerto sin tocarla
título. Despues se arruinó la villa y quedó convertida en siquiera la remitieron á Pamplona.
un campo desierto, el cual vino á sor propiedad do Co- La imágen de nuestra señora de Codés se venera en
rella. Entre otros muchos milagros obrados por nues- los términos del reino de Navarra y diócesis do Calahor- .
tra señora del T i l l a r s e refiere que en el año 1684 como ra al pie de las altas y escabrosas peñas de Zoar. Dicese
hubiese mucha langosta en los campos, sacaron á la que se veneraba en u n a antigua ciudad de Cantábria, s i -
Virgen en procesión, y en cuanto se dijo una misa en el tuada cerca de la de Logroño, y cuando la destruyó Leo-
altar de nuestra señora colocada á vista del campo, so- vigildo, algunas personas piadosas la cogieron y fueron
brevinieron aires tan retios y tan copiosa lluvia, que no á esconderla en la montaña de Torralba. No se sabe el
solo pereció la langosta, sino que se ahogó la semilla, y tiempo, ni el modo c o m o so apareció esta sagrada i m á -
de entonces acá no so ha experimentado semejante plaga. gen, aunque se conjetura que fué por los años de 1330.
Luego que apareció, se fundó junto á la ermita de nues-
La noble ciudad de Pamplona, capital del reino de
tra señora u n l u g a r c i l l o llamado Codés; de donde vino
Navarra, posee una milagrosa imágen de nuestra seño-
la advocación á la imagen. Son muchos los milagros
ra del Camino, que por maravilloso modo vino á su p o -
obrados por su intercesión.
der. Venerábase en la ciudad de A l f a r o ; mas en el
año 1478 la santa imágen abandonó la ermita y apare- En el convento de agustinas recoletas de Pamplona
ció en la parroquia de S. Saturnino de Pamplona sobre se venera nuestra señora do las Maravillas, cuya imágen
una viga próxima al aliar mayor. Alegráronse los de fué hallada de u n m o d o extraordinario por F r . Juan de
Pamplona tanto como se entristecieron los de Alfaro, y Jesús y S. Joaquín, religioso lego de los carmelitas des-
entablado litigio consiguieron estos se sentenciase á su calzos y varón m u y espiritual, el cnal la llevó á dicho
favor restituyéndoseles la posesion de la sagrada i m a - convento y la regaló á las madres. Pero lo maravilloso es
gen. Mas esta apenas fué trasladada á su primitivo tem- que habiendo sido, conducida la imágen á Madrid para
plo, en aquella misma noche le abandonó y se volvió á que la retocase un diestro p i n t o r , cuando se recibió en
Pamplona y la vio F r . Juan, declaró que era la nuestra
Pamplona apareciendo en el mismo sitio que la vez p r i -
señora que" él Sabia visto en olra ocasion sobre l a capi-
mera. Entonces cedieron de su pretensión los de Alfaro.
lla mavor de la iglesia de su convento. Para apellidarla
Aunque esta imágen ha obrado muchos milagros, nada
de las Maravillas concurrieron dos justas razones: la p r i -
se halla escrito de ellos; sin embargo en Pamplona es
mera las muchas maravillas que acontecieron al tiempo
público un suceso raro y milagroso. Un devoto de la
de su manifestación, y l a segunda fué una inspiración san-
Virgen remiiia do Indias dos coronas de oro en una caja, ta del cielo (á lo que puede creerse), para que la priora de
en la que puso este sobrescrito: Para nuestra señora del las agustinas mandara escribir los nombres de las imáge -
Camino venerada en la parroquia de S. Saturnino de Pam-
nes mas conocidas de España para sacar por suerte el
que hubiese de ponerse á esta, y lo tocó el ya citado. se hace subir al tiempo de los apóstoles. Mas lo que se
Uno de los santuarios mas célebres y antiguos que sabe por instrumentos auténticos, es que cuando los
tiene la Virgen en España, es el de nuestra señora de moros invadieron segunda vez el reino de Navarra en
Roncesvaltes, aunque no se sabe nada de su origen, ni tiempo de D. García Iñiguez, el obispo y canónigos de
del artífice que la labró, ni del tiempo y lugar. En cuan- aquella iglesia se llevaron esta sagrada imagen y la g u a r -
to á la aparición se cuenta que unos pastores que guar- daron en el monasterio de Leire; Restituida la catedral
daban sus ganados por las asperezas de los montes Piri- a su antiguo sitio también lo fué nuestra señora del Sa-
grario , a quien entonces se dió este nombre por el s i -
neos, notaron q ue todos los sábados por la noche se dejaba
tio que ocupó dentro y en el cuerpo inferior del sagrario
ver un ciervo de raro esplendor y claridad, el cual
Primeramente se llamó nuestra señora de Pamplona, lne-
en cada una de sus astas tenia á manera de una antorcha
-go nuestra señora de los Reyes y sania María la blanca
m.uy resplandeciente: al mismo tiempo oian j u n t o á una
Los naturales de aquella ciudad tienen mucha devocion
fuente que brotaba do entre las peñas, una música al
con esta imágen, de quien han recibido siempre singu-
parecer celestial de cantores angélicos, los cuales ento- lares y multiplicados favores.
naban la Salve; y concluida esta oracioti cesaba la m ú -
sica y desaparecía el ciervo. Repitióse varias veces la En un lugar de Navarra que se llama santa María de
visión, y avisados muchos de las inmediaciones para L í u a , se venera la imágen de nuestra señora de I x u e
que fuesen testigos de ella, se cercioraron de que la rela- la cual fué descubierta por un pastor. Había notado este
ción dol pastor era verdadera punto por punto. Con esto que una paloma hacia frecuentes entradas y salidas en la
se determinaron á desmontar el terreno donde aparecía concavidad de una peña, y aunque pretendió espantarla
la visión, y cavando j u n t o á la fuente hallaron un arco de allí por diversos medios, uo lo pudo conseguir De-
de piedra, dentro del cual habia una concavidad á ma- termino pues registrar aquel sitio por mas que ofreciese
nera de nicho y en él una imagen de nuestra señora con dificultades, y habiendo penetrado en lo interior de la
su santísimo hijo de gran hermosura y proporcion. Le- concavidad, descubrió una imágen de nuestra señora v á
vantóse un templo á poca distancia dol sitio en q u e h a - sus pies la paloma. Grande fué la admiración y ternura
bia aparecido la imagen, la cual fué.venerada allí hasta del pastor, que corrió á llamar á los vecinos de las i n -
mediaciones. Estos acudieron solícitos y quedaron no
que el rey D. Sancho el fuerte construyó otro mas sun-
menos admirados y 'enternecidos, y despues de confe-
tuoso. Fueron puestos por capellanes de nuestra señora
renciar entre si sobre el sitio donde debería de edificarse
los canónigos reglares de S. Agustiñ. ¿Quién duda que
una ermita á nuestra señora, prevaleció el dictamen de
han sido muchos los milagros que ha obrado Dios por
los que querían se ensanchara el sitio y se hiciera una
esta sagrada imagen? Pero la incuria de ios hombres ó
iglesia capaz y decente. Como María santísima empezase
la calamidad de los tiempos ha hecho que la mayor parte a hacer muchos y singulares prodigios, los vecinos del
queden ignorados. antiguo lugar, atraídos de la celestial influencia de la Se-
En la iglesia catedral de Pamplona se venera una ñora, se vinieron á habitar allí cerca y fundaron tina
imágea de nuestra.señora del Sagrario, cuya antigüedad nueva poblacion que se llamó santa María de Usua

TOMO I . 3 3
fresco. En fin ya se pusieron donde podían ofender á los
Nuestra señora del Rej Casto. —Núeslra señora de Cgv.idonp.—Nucslr» nuestros, que estaban en la entrada de la cueva, y desde
señora de 1a terca. - N ú e s l r a señora del Crisis!. - N u e s t r a señora de la allí comenzaron á arrojar una espesa granizada de d a r -
Encina. — Nuestra señora de la íranquera. — Nuestra señora de 1 « dos y saetas. Entonces fué cuando compadecida María
Ermitas. — Nuestra señora de los Ojos grandes.
del trabajo y riesgo de sus devotos dió principio á los
prodigios disponiendo que las armas arrojadizas dispa-
En la ciudad de Oviedo, antigua corte de los reyes de radas por los bárbaros en vez de ofender á los cristianos
León y hoy capital del principado de Asturias, se venera se volviesen contra olios, y como eran tantas, hacían u n
una imagen muy devota y milagrosa de la V i r g e n , llama- estrago espantoso. Grandemente se admiraron de este ex-
da del Bey Casto por haber sido compañera inseparable traordinario suceso los de uno y otro bando; pero con la
de II. Alonso I I de León'.el Casto, quien debió á la pro- diferencia que los cristianos cobraron mas brio y los
tección de esta señora sus señalados triunfos. No se sabe moros aterrados y sin aliento empezaron á retirarse y
nada de cierto acerca de la antigüedad y origen de esta por fin se dieron á huir sin orden ni concierto. Salió
imágen. Pelayo con los suyos en seguimiento de los fugitivos, de
A la parte oriental de los últimos términos del prin- los cuales perecieron muchos y entre ellos Alcaman. No
cipado de Asturias hay una cueva formada por la misma paró aquí el descalabro de los moros, debido sin duda á
la protección de nuestra señora de Covadonga, porque
naturaleza, que se llama Covadonga á causa de ser larga
habiendo querido el grueso de su ejército (que según
ó dilatada. En ella se veneraba una devota imagen de
algunos autores llegaba á sesenta mil hombres) buscar
nuestra señora, cuando los moros derramándose desde
su seguridad en el monte Ausena, se desgajó este y se-
Africa por toda España penetraron en las montañas de
pultó en sus ruinas aquella muchedumbre de bárbaros.
Asturias para desbaratar las reliquias de los cristianos
Lo primero que hizo el caudillo cristiano fué i r á rendir
que se habían refugiado allí como en su último baluar- homenaje á María santísima, á quien debía tan famosa
te. Era caudillo de ellos 1). Pelavo, príncipe de sangre victoria: despues procuró adornar y distinguir aquel
r e a l , el que no juzgando prudente aguardar en campo santuario, en lo que le imitaron otros reyes sus suceso-
raso con su ejército compuesto de unos mil hombres al de res y especialmente D. Alonso el Casto, en cuyo tiempo
los sarracenos que constaba por lo menos de cien m i l , so se amplió la iglesia. En los siglos posteriores se ha m u -
replegó hacia CovadoDga confiando ya en la aspereza, del dado y extendido el espacio de la cueva de suerte que no
terreno, ya principalmente en la poderosa protección de se sabe la capacidad que tenia en tiempo de D. Pelayo,
María. Y no quedaron defraudadas sus esperanzas, como confundiéndose la noticia con los dos lemplos en que lioy
veremos. Embistieron los moros con gran coraje irrita- se divide el santuario y en que están colocadas dos imá-
dos de que u n puñado de hombres hnbiesen despreciado genes dé María. Los devotos de la una y de la otra dis-
la intimación de Alcaman, capitan general del ejército in- putan sobre cuál de ellas es la primitiva y la que prote-
fiel y los nuestros disparaban saetas y arrojaban gruesas gió tan poderosamente á D. Pelayo, si bien la común
piedras v troncos-de árboles con que desbarataban las filas tradición milita por la que se adora en el templo supe-
enemigas. Mas los moros avanzaban reemplazando a los
hombres que caian muertos ó heridos, con otros de r e -
vara y cuarta y por otras media vara nada mas. Se ha
r i o r , á la que se dirigen los majestuosos cultos diarios observado que siendo de tanta grandeza está máquina de
y otras solemnes funciones doladas por los reyes de León, piedra y estando tendida á manera de vela en un plano
La iglesia de Covadouga es colegial con un abad (dig- sobre otra peña firme, cualquiera persona, aunque ten-
nidad de la catedral de Oviedo), un p r i o r , un preben- ga tan poca fuerza como un niño, con facilidad la mue-
dado de olicio, varios canónigos y otros ministros inte- ve y menea de una parte á otra. Y no se diga que esto
riores. Son muchos los milagros obrados por la santa procede de estar con gran proporcion en el equilibrio,
imagen, como lo prueban los votos colgados de las pare- porque es experiencia general que algunas veces ya por
des del santuario. la mañana, ya por la tarde se resiste, y aunque quie-
Cerca de la villa de M u j i a , en el arzobispado de San- ran menearla muchos hombres juntos, no pueden. Oirás
cosas bien singulares se refieren de esta piedra, que
tiago , está el santuario de nuestra señora de la Barca,,
omito por la brevedad; mas el curioso podrá verlas en el
acerca de cuya imagen es tradición inmemorial y constan-
Compendio histórico del P. Villafañe. No son infrecuentes
te en todos aquellos pueblos cercanos que vino de países
los prodigios que ha obrado y obra Dios por esta iniá-
extranjeros embarcada en una barca de piedra con timón
| gen, especialmente en favor de los navegantes y pesca-
y vela de la misma materia y paró en un peñasco casi
dores. Afirman personas de autoridad así eclesiásticas
inmediato á donde llega el mar. Luego que algunos pai- como seculares haber observado en el rostro de la sagra-
sanos registrando lo que había en la barca vieron que da imagen que unas veces aparece triste, oirás alegre, ya
debajo de ella había una imágen de la Virgen santísima sereno, ya turbado. También hay experiencia de que
coa su divino hijo en la mano derecha y un cetro en la cuando se la quiere restaurar, nunca se mantiene el co-
izquierda, avisaron á la justicia y al cura de Mujia. lor que quiere dársele, sino que le despide ella de si.
Díispues de conferenciado el caso determinaron trasladar, Tíénese por tradición entre los naturales que debajo del
á la iglesia parroquial la imagen de María, como lo hi- altar donde se veneraba la imágen, manaba una fuente
cieron; pero á la mañana siguiente fué hallada esta cu de aceite que servia para cebo de la lámpara encendida
el mismo peñasco donde habia aparecido; por lo que co- delante de aquella; prodigio que cesó cuando un codi-
nociendo ser la voluntad del cielo que fuese venerada allí cioso ermitaño empezó á lucrarse vendiendo el aceile.
la Virgen, se erigió con presteza una capilla, quedespues Parece indicio de este prodigio el verse hoy en el mismo
fué ampliada y enriquecida con alhajas. Cerca de di- sitio uu escaso manantial de agua, con el cual sale á TO-
cha capilla se registran tres piedras grandes, que acredi- COS mezclada alguna gota de aceite.
tan la fé humana con que se cree lo que va dicho. La
primera en figura de barca, según las conslruian los an- En el término de Villanueva como á cuatro leguas de
tiguos , tiene ocho varas y medía de largo y siete y media la ciudad, de Orense se reverencia la imágen de nuestra
de ancho. La segunda representa la figura de un timón señora del Cristal. Se llama asi, porque con extraña ma-
de nave de tamaño proporcionado. La tercera imita la ravilla está formada en lo interior de un cilindro de cris-
figura de una vela de buque y tiene de circunferencia tal sólido, de poco mas de Ires dedos en a l t o , registrán-
ocho varas' y tros cuartas, siendo su grueso desigual, dose la Imagen de nuestra señora por dos lados de la m í ¡ -
pues 'por partes'mide dos varas menos cuarta, por otras
siglos habían transcurrido despues de este suceso, cuan-
ma suerte que es, con las manos puestas delante del pe-
do los templarios, señores del pueblo, determinaron des-
cho, el manto azul y el vestido encarnado, aunque las
montar el terreno y empezaron á cortar encinas, entre
facciones del rostro 110 se divisan muy perfectas. Acerca
ellas la que ocultaba la sagrada ¡mágen, la cual por este
de su invención se sabe que en el año 1 GliO un labrador raro modo quiso manifestarse á aquellos naturales. I n -
encontró en el campo el susodicho cristal y sin hacer mu- mediatamente se fabricó en el mismo sitio una capilla,
cho caso de él so le metió en la faldriquera y siguió tra- que por ser de corta extensión para tanto vecindario y
bajando: á poco tiempo advirtió que el cristal le iba pe- tan crecido concurso de devotos hubo de ampliarse. Por
sando tanto, que no le dejaba moverse, y espantado de fin se fabricó el templo actual, tan hermoso y capaz, que
tan extraordinario suceso le arrojó al suelo. Mas al dia compile con muchas catedrales de España. Son innume-
siguiente pasó una pastorcilla, y encontrando el cristal rables los prodigios que ha obrado Dios por la interce-
se fué derecha al cura de Villanueva para que le exami- sión de nuestra sonora de la Encina.
nara. Este habiendo contemplado despacio la maravilla
En la villa de la Franquera, obispado de T u y , se ve-
y dado cuenta al obispo de Orense la expuso á la venera-
nera nuestra señora de la Franquera, asi titulada por ha-
ción pública. Acudieron gentes de los lugares comarca-
berse aparecido según tradición en el mismo lugar. Nada
nos , y la noticia se extendió hasta la corle, en términos
se sabe de cierto acerca del modo y tiempo de la apari-
que el rey Felipe I V quiso ver la' imagen y cerciorarse ción de esta sagrada imágen, como ni tampoco de su a u -
de si era obra del arte ó efecto sobrenatural de causa t o r , ni del lugar de donde v i n o , si bien se asegura es an-
prodigiosa. A este fin los mas diestros artífices y lapida- tiquísima. Siempre ha dispensado á sus devotos singu-
rios registraron con gran cuidado el cristal, y hechas las lares beneficios.
experiencias necesarias depusieron todos unánimes y con-
E l santuario de nuestra señora de las Ermitas está
formes que no podía haberse formado naturalmente la
en el obispado de Astorga por el lado que el reino de Ga-
imágen por ser sólido el cristal y todo de una pieza sin
licia confina con la provincia de León y con Portugal.
aparecer hendedura, ni señal la mas mínima de ella. De
Nada se sabe de la antigüedad y origen de esta imágen:
orden do S. M. se restituyo la imágen.á Galicia y se le la- únicamente es tradición que fué escondida en tiempo de
bró una capilla hermosa y capaz do piedra de sillería. los moros como á un tiro de piedra del lugar donde hoy
En lo que mas prodigiosa se ha mostrado nuestra señora está el santuario, basta que años adelante la descu-
del Cristal, es. en alcanzar sucesión á los casados. brieron por u n modo extraordinario unos vaqueros- E r i -
Es tradición universal y conslante en el pais del Vier- gióse allí una ermita y.se dió á nuestra señora el t i t u l o
zo que cuando santo Toribio, obispo de Astorga, fuéá de las Ermitas por las muchas que había á distancia de
visitar los santos lugares, trajo de vuelta entre otras u n cuarto de legua. El obispo de Astorga D. Alonso de
preciosas reliquias una imagen de nuestra señora, la que Mcsina y Tobar mandó labrar otra iglesia mas capaz,
colocó en su iglesia catedral. Allí permaneció hasta el agiadecido al beneficio que la Virgen le babia dispensa-
do restituyéndole la salud en una enfermedad desespera-
año 71-4, en que para preservarla de los insultos y
da y apareciéndosele sobre el lecho, según aseguró él
profanaciones de los invasores fué escondida en una cor-
pulenta encina junto al lugar de Ponferrada. Casi tres
siempre. D. F r . Nicolás de Madrid, varón insigne en ar-
Concluyo la sucinta relación de los santuarios de
quitectura como lo muestra el panteón del Escorial, y
María santísima en Aragón con la historia de nuestra
que de prior de este real monasterio pasó á la silla Ve
señora del Pilar, que se guarda en el archivo de la santa
Astorga, añadió al cuerpo de la iglesia de nuestra señora iglesia metropolitana de Zaragoza y se atribuye con
de las Ermitas la capilla mayor con media naranja y cru- gravísimos fundamentos al santo obispo" de la misma
cero ; y el Señor le premió llevándole á morir al mismo ciudad Tayou, elegido en el séptimo -concilio toledano
santuario. Son muchos los milagros que lia obrado Dios por los años de 646. Y como uno de los timbres mas glo-
por la intercesión de esta santa imagen. riosos no ya de Zaragoza y Aragón , sino do la España
En la iglesia catedral de Lugo se venera nuestra entera es la venida de la Virgen santísima en carne
señora de los Ojos grandes desde los tiempos apostólicos mortal á nuestro suelo, voy á copiar este auténtico d o -
según la tradición. Esta prodigiosa imagen se llamó prime- cumento. Dice así:
ro nuestra señora de L u g o , despues santa María de la Vic-
«A gloria y alabanza de la santa T r i n i d a d , Padre,
toria y últimamente nuestra señora de los Ojos grandes,
»Hijo y Espíritu Santo, que es un verdadero Señor, trino
porque los tiene vivos , alegres y grandes. Los reyes de »y uno, y para promulgar los beneficios y excelencias
León y Galicia le profesaron suma devocion. Se cuentan •de la abogada del género h u m a n o , madre del hijo
muchos y singulares milagros de esta imágen. »del Altísimo, anunciamos á todos los fieles con narra-
»cion verídica' y fiel de la manera que tuvo principio
Nuestra ífáora de la Concepción de Molina—>Nuestra señora de la »desde el exordio de la cristiana religión la cámara ó
Misericordia.—Nuestra señora del Pilar. •basílica de santa María del Pilar de la ciudad de Zara-
»goza y s u iglesia, y consiguientemente disponemos dar
En termino del lugar de Zillas, señorío de Moli- »á la noticia de los fieles algunas pocas de las muchas
na y camino real de Madrid á Zaragoza, se venera en »maravillas que han llegado á nuestra noticia y ha obra-
una iglesia antiquísima una imágen de bulto con el titu- »do el hijo de la Virgen, por las súplicas y méritos de su
lo de la Concepción, que según tradición trae sn origen • »madre.
desde el tiempo de Santiago ó sus discípulos. Se le dio
»Después de la pasión y resurrección de nuestro sal-
este título por la devocion que en todo el señorío se pro-
»vador y señor Jesucristo y de su ascensión al cielo con
fesa al misterio de la Concepción. El Santuario de que se
»precioso vuelo quedó la purísima Virgen encomendada
trata, es muy frecuentado de toda clase de personas, que
acuden á implorar la protección de la Virgen en sus e n - »á S. Juan virgen, y Creciendo el n ú m e r o de los díscipu-
fermedades y trabajos. »los en Judea por la predicación y milagros de los após-
»toles rabiaba la perfidia de algunos judíos y conmo-
En un santuario distante como tres cuartos de legua »viendo una cruelísima persecución contra la grande
de Borja, ciudad de Aragón, y en la montaña llamada la »iglesia de C r i s t o , apedreando á S. Eslevan, quitaron
Muela se da culto á una imágen de nuestra señora de la
»no menos la vida á otros. Por lo cual les dijeron los
Misericordia, acerca de la cual no consla nada de p a r -
»apóstoles: »A vosotros'convenia que primero o s p r e d i -
ticular.
•cásemos la palabra de Dios; mas porque la rechazás-
»teis y os hicisteis indignos de la vida eterna, veis como »los ya dichos fieles, unos fatigados de la oracion y con-
»nosotros nos vamos á predicar á los gentiles.» Asi sa- »templacion y los demás entregados al sueño, en la mis-
»liendo por todo el mundo según el mandato de Cristo »ma hora de la media noche oyó el bienaventurado
»predicaron el Evangelio á toda criatura, cada uno se- •apóstol voces de ángeles que cantaban: Are, ¡Varia ijra-
• g u n su suerte: A l salir de Judea cada uno recibiá los •tia plena; como si con suave imitatorio comenzasen el
»consejos y hendieion de la misma bendita y gloriosa »oficio de maitines de la Virgen. Y poniéndose al ins-
»A ; irgen. Entretanto por revelación del Espíritu Santo al »tante de rodillas vió á la Virgen madre de Cristo entre
»bienaventurado Jacobo el mayor, hermano de S. Juan, »dos coros de millares de ángeles, que estaba sobre u n
• h i j o del Zebedeo, le fué mandado por Cristo que cuanto »pilar de mármol. E l concento de la celestial milicia de
•antes llegase i las partes de España á predicar la pa- •los ángeles acabó el oficio de los maitines de la Virgen
»iabra do Dios. Y el apóstol al punto yendo á ver á la •con el verso Benedicamm Domino, el cual fenecido el
»Virgen , besándola las manos le pidió con piadosas lá- •rostro piadosísimo de la bienaventurada virgen María
»grimas su licencia y bendición , á quien habló asi la •con gran dulzura llamó al santo apóstol y le d i j o : Ve
• a q u í , Jacobo h i j o , el lugar señalado y diputado á m i
• V i r g e n : V e , hijo m i ó , y cumple ol mandato de t u
«honor, en el cual por t u industria se me ha de edificar
»maestro, y por él te ruego que luego que llegues á una
•iglesia en memoria mia. Mira pues este pilar en que
»ciudad de España, en donde convertirás á la fé mayor
»bago asiento, porque mí hijo y t u maestro le ha e n -
»número de hombres, allí edifiques uua iglesia en rnemo-
»viado aqui de lo alto por manos de los ángeles, en
• r i a m í a , como te lo mostraré. Saliendo pues el bieuaven-
»cuyo sitio edificarás capilla y pondrás a l t a r , y en tal
• t u r a d o Santiago de Jerusalem vino predicando á las Es- •lugar principalmente la v i r t u d del Altísimo por mis
»pañas, .y pasando por las Asturias vino á la ciudad de •ruegos y en reverencia mia obrará milagros y admira-
»Oviodo, en donde convirtió uno á la f é , y después en- »bles maravillas, es á saber, en aquellos que i m p l o r a -
»trando en Galicia habló á los de la ciudad del Padrón: »rán m i auxilio en sus necesidades. Perseverará esto p i -
»de allí dándose prisa, pasando por Castilla, que se llama •lar en este lugar basta el fin del m u n d o , y nunca falta-
»España mayor, vino á la menor España que se llama •ráu en esla ciudad quienes reverencien á Cristo. Enton-
» A r a g ó n , en aquella regiou que so apellida Celtiberia, »ces el apóstol Santiago, alegre con mucho regocijo,
»donde está sita la ciudad de Zaragoza á la ribera del »dando innumerables gracias á Cristo las mismas dio a
»rio Ebro. Allí pues Santiago predicando muchos dias »su madre. Y luego de repente la .celestial compañía de
»convirtió á Cristo ocho varones , con los cuales tratau- »los ángeles tomando á la señora de los ciclos la volvie-
»do todos los dias del reino de Dios salía de parte de r o n á la ciudad de Jerusalen y la dejaron en su retiro.
»noche por razón de la quietud á la ribera del rio al l u - -Este es aquel ejército de los ángeles quo envío Dios á
•gar donde se arrojaban las pajas. Allí pues despues de •la Virgen en la misma hora que concibió á Cristo, para
•que la guardasen y acompañasen en lodos sus caminos
»algún sueño dándose á laoracion so apartaban de las
»y "uariiasen sin lesión al niño. El bienaventurado Jacobo
»turbaciones dclos hombres y de las molestias de los gen-
•alegráudose de tan admirable visión y consuelo luego
»tí los; cuando veis aqui quepasados algunos dias al punto
»de l a inedia noche estando el bienaventurado Jacobo con
•comenzó á edificar allí iglesia, ayudándole los que habia-
•convertido á la fé. Tiene la dicha basílica como ocho- se ha mirado y reconocido por todas parles, y no hay en
•pasos de ancho y diez y seísde largo y en la frente hácia toda ella la señjl mas leve de que le haya llegado la car-
•el Ebro el dicho pilar con su altar. Para el servicio de coma, ni de que so haya gastado nada; cosa bien asom-
•aquella el bienaventurado Jacobo ordenó de presbítero á brosa habiendo pasado tantos siglos. Tiene muy gracioso
el rostro y notablemente modesto; pero el color no pue-
»uno de los dichos discípulos el mas idóneo, y consa-
de definirse , porque aunque se ve claramente que es
»grando la sobredicha iglesia y dejando en paz á los pia-
algo morena, parece también que quiere parecerse á
•dosos cristianos se volvió á Judca predicando la palabra
jaspe. El niño Jesús está en los brazos de su dulcísima
»del Señor. Puso por titulo á la iglesia santa Maria del
madre enteramente desnudo, en una postura y con uu
•Pilar. Esta es la primera iglesia del mundo dedicada por
semblante muy agradable. En la mano izquierda l i e -
»manos apostólicas en honra de la Virgen. Esta es la cá- no un pájaro como que le aprieta para que no se lé va-
•mara angélica fabricada desde el origen de la iglesia. ya , y el bracito derecho extendido sobre el pecho de la
»Este es el palacio sacratísimo que muchas veces lia v¡- Virgen asiéndole con lamanecila el manto. Nuestra se-
»sitado la Virgen, en el cual se ha visto muchas veces la ñora es muy pequeña por la simétrica proporcion con
»madre de Dios cantar los salmos de mailines acompa- el cuerpo, y está coronada con corona real. Su ropaje
»ñada de coros de ángeles, y en que á la verdad por i n - es de talla tan bien labrada como puede discurrirse; le
»tercesion de la Virgen muchos reciben beneficios y se llega hasta los pies y está ceñido con una correa descu-
•obran muchos milagros, concediéndolo nuestro señor briendo las extremidades de los zapatos, que son muy
•Jesucristo , que con el Padre y el Espíritu Santo vive y puntiagudos. E l manto baja desde los hombros hasta
»reina por infinitos siglos. Amen.» igualar con la túníea, y al modo que el niño le tiene
asido con la manecila por la parle del pecho, la Virgen
Hasta aquí el documento sacado del archivo de la
con la mano derecha tiene asida por delante la otra parle
santa iglesia de Zaragoza. Ahora añadiremos algunas
del manto, de manera que descubre el pecho y la ropa
otras circunstancias ya tocante á la columna , ya locante
por abajo lo bastante para quedar el simulacro airosísimo
á la Imagen. La columna es de jaspe y de poco mas de
y con una perfección tan agraciada como no se ha visto
dos varas de alto: antes estaba toda ella cubierta de
en ninguna otra imágen de nuestra señora. Queda dicho
bronce bien labrado, y solo quedaba un espacio redon- que la capilla de la Virgen tiene solo ocho paéos de a n -
do poco mayor que la palma de la mano, donde ponían cho y diez y seis de largo, y así duró basta que con el
los devotos sus labios. Ahora está todo el pilar cubierto tiempo se dilató y engrandeció el templo tanto eu fábrica
de plata bien labrada, quedando Solo descubierta en for- como en riqueza. En el año 1644 sucedió que abriendo
ma de ovalo una parte bastante para que los que llegan, zanja para asegurar la reja de plata ofrecida por el prín-
puedan besar la columna. La materia de la sania imagen, cipe I). Baltasar, hijo de F e l i p e I V , se encontraron m u -
que está inmediatamente fija sobre el jaspe sin basa ni chas conchas y bordones, insignias del apóstol Santiago,
moldura alguna, es madera: tinos quieren que sea de semejantes en todo á las que se hallan eu Clavijo, Ju-
pinabete, otros de cedro; pero no es fácil la resolución. bera, Amaya , entre Duero y Miño y otras partes. Final-
Como le mudan con tanta frecuencia los mantos y joyas,
menie hoy so ve la ostenlosa fábrica del nuevo templo de ma asistía todas las noches á los maitines que se canta-
nuestra señora del P i l a r , á que se trasladó el santísimo ban en la iglesia mayor; yendo una noche á la hora que
sacramento en el año 1718. Toda ella puede dividirse en solía, oyó al llegar á la puerta de la iglesia que se e n -
tres partes: la p r i m e r a , que es la exterior, sirve para tonaba con música suave y celestial el Te fíeum. A l
todo ol pueblo: la segunda, que es la que fabricó San- pronto se afligió creyendo que se habia dormido y llega-
tiago , está cerrada con una reja de h i e r r o , y en ella no ba tarde; mas luego se le ofreció la duda de que siendo
se permite entrar m u j e r alguna, y mientras duran las oficio de feria el del día siguiente, no se podia cantar
misas tampoco entra ningún hombre seglar sino las per- Te Deum. Entró en el templo y reparó con admiración
sonas reales; y la tercera, donde está la santa imágen, se que todo él lucia con extraordinaria claridad; pero
halla incluida dentro de la segunda reja y cerrada con cómo ponderar su pasmo cuando vio y conoció con luz
sobrenatural que tanto resplandor procedía de m u l t i -
una barandilla de plata. A q u i solo entran sacerdotes y
tud de espíritus aogélicos vestidos de blancos ropajes
eso con gran veneración, y hay un altar donde Santiago
y divididos en dos coros uniformes, con hachas en las
dijo misa según tradición , sin que baya memoria de ha-
manos v distribuidos en el espacio que hay desde el
ber celebrado ningún otro sacerdote. Las misas se dicen
altar ma'yor hasta el cuerpo de la iglesia? Llegáronso
en otro altar que está fuera de la reja de plata. Las per-
al sacerdote algunos de estos espíritus, lo pusieron
sonas á quienes por singularísimo favor se concede que una hacha en la mano v le mandaron subir al altar m a -
lleguen á besar la mano de nuestra señora, comun- yor. Asi lo hizo, y en llegando á él vió sentada en un
mente hacen antes dos cosas, reconciliarse si les r e - trono de sublime grandeza á una hermosísima señora
muerde de algo la conciencia, y descalzarse en la sacris- con una corona de inestimable precio, despidiendo de
tía. No se permite á ninguna mujer, por gran señora que sí una luz tan refulgente, que en su comparación no
sea, pasar de la puerta de la sacristía adentro. Si se eran nada los resplandores de ios espíritus: acompa-
hubiesen de referir todos los milagros que ha obrado ñábanla dos venerables ancianos. E l sacerdote quedo
Dios por la intercesión de María santísima en su imágen enajenado en términos que no sabia l o que le pasaba,
del Pilar: serian bastantes para llenar grandes volú- cuando María le preguntó con indecible suavidad si la
menes. conocía. El respondió que no se atrevía á decir quien
fuese; pero que sus interiores afectos la declaraban bien.
NuMIra señora de la Cinto. — Nuestra señora de Monserrat. — Nuestra se- Entonces la Señora manifestó quién era y dijo que aque-
ñora de la Asunción. — Nuestra señwa de los Desamparados. —Nuestra llos dos ancianos eran S. Pedro y S. Pablo: que le v i s i -
señora del l'uig. taba en pago de su tierna devocion; y que para dar una
prenda de su amor á la iglesia y á los vecinos de T o r -
En la iglesia catedral de Tortosa se venera una cinta tosa les dejaba la cinta de que estaba ceñida y que ha-
traída por la misma reina de los cielos, como consta de bia sido tejida por sus manos. Con efecto la M r g e n se
la tradición y á mas de las lecciones del oficio divino que l a desciñó v la colocó sobre el altar. Y como al sacer-
usaba de tiempo m u y antiguo aquella santa iglesia. D í - dote se le ofreciese el reparo de que dificultarían dar
cese en estas lecciones que un sacerdote de Tortosa dado
todo á la contemplación y muy devoto de María santísi-
una suave y armoniosa música. Este suceso extraordina-
rio se repilió en los sábados siguientes, y habiendo acu-
crédito áaquel favor extraordinario, satisfizo la benig-
dido el cura del l u g a r , á cuyos oidos habia llegado la
nísima señora diciendo que el presidente dé la iglesia
noticia, pudo dar testimonio de que la relación de los
estaba en el coro y lo veia todo, y que él y el sacerdote
pastores era verídica. Se participó lo que pasaba al obis-
darían testimonio. Con esto desapareció. Desde entonces
po de Manresa y Vich , que persuadiéndose á que tan
guarda y venera la santa iglesia deTortosa la preciosa
raras demostraciones daban á entender algún prodigio
cinta ó ceñidor, cuya materia es seda y su hechura una
ordenó una devota procesión desde Aulesa á un e m p i -
redecilla sutil y artificiosamente labrada, Sin que se vea
nado risco del monte, en cuya punía encontraron una
en ella nudo alguno. Son muchísimos y muy singulares
cueva y dentro de ella una imágen de bulto de la Virgen
los beneficios que ha dispensado el Señor por la interce-
santísima con su divino hijo en los brazos. Era esta
sión de su santísima madre bajo el título de la Cinta; pero
imágen l a q u e escondiera el obispo de Barcelona ciento
especialmente han experimentado y experimentan esta
y sesenta y tres años antes. Se trató de llevar á nuestra
celestial influencia las mujeres preñadas. Asi es que
señora á Manresa; pero por uu nuevo prodigio al llegar
cuando las reinas do España están próximas al tiempo
la procesion al sitio donde hoy está el monasterio , ni el
del alumbramiento, escribe el rey á la iglesia de Toríosa
obispo, ni los que le acompañaban , no pudieron pasar
pidiendo la milagrosa cinta, y viene uu canónigo á
adelante pareciendo que todos estaban pegados al suelo
traerla á la corte y aplicarla á la reina.
según quedaron de inmobles. Conoció pues el prelado
Es celebérrimo no solo en España, sino fuera do que la voluntad del cielo era que no saliese do allí la
ella el santuario de nuestra señora de Monserral, edifi- sagrada imágen, y asi dispuso fabricar u n a capilla, cuya
cado en la montaña del mismo nombre, la cual tiene al asistencia y servicio se encomendó al c u r a de Aulesa.
norte el obispado de Vich y al occidente la ciudad do Desde aquel punto comenzó á obrar nuestra señora de
Tarragona, de la que dista como doce leguas : por el Monserrat multiplicados milagros. Pasados algunas años
mediodía m i r a a Barcelona, de la cual está separada se erigió el santuario en monasterio de religiosas I g n e -
siete leguas, y por oriente al mar Mediterráneo. La dictinas , y mas tarde entraron á poseerle monjes de la
imagen que allí se venera, es de las mas antiguas, tanto misma orden, siendo trasladadas aquellas á Barcelona.
que se dice haber sido trabajada por S. Lucas y traída Entre los muchos personajes que han visitado este fa-
por los discípulos de S. Pedro á la ciudad de Barce- moso santuario, merecen particular mención S. Pedro
lona, donde recibió culto bajo el titulo de jerosolimi- Nolasco y S . Ignacio de Loyola. De muchos y apartados
tana en razón de haber venido de Jerusalen. Cuando países concurren gran número de peregrinos, en quienes
los moros penetraron en Cataluña y llegaron á poner causa raros efectos la vista de la sagrada irnágen, p o r -
cerco á Barcelona, Pedro, obispo de esta ciudad , sacó que unos so sienten tan trocados, que se echan á los pies
la santa imágen y la llevó á la montaña de Monserrat, del confesor, aunque no tuviesen ánimo de confesarse;
pareciéndole que por ser inaccesible era el asilo mas se- otros casi desesperados cobran confianza en Dios y se
guro. Allí permaneció hasta el año de 880, en que unos .conforman con su divina voluntad; oíros enteramente
pastores de Aulesa vieron un sábado al anochecer i l u m i - TOMO I . 34
nado el monte con desacostumbrada claridad y oyeron
dados á las vanidades del mundo y á las cosas terrenas Asunción que la villa de Elche posee hoy. Despues se
lo han dejado todo y se han refugiado en el puerto se- procuró labrar una decente capilla, la que fué tan del
guro déla religión.F.l querer apuntar todos los milagros agrado de nuestra señora, que según antiguas tradiciones
que ha obrado esta santa imagen desde que se descubrió habiendo sido trasladada á la iglesia mayor se volvió por
en la montaña de Monserrat, fuera querer un imposible, dos veces á su domicilio primero. Son innumerables los
prodigios que ha obrado Dios por la intercesión de nues-
pues ni todos se saben, ni los que se han anotado, sopue-
tra señora de la Asunción.
den aun reducir á compendio.
En la villa de Elche entre Orihuela y Alicante se En el año 1400 habia en Valencia una cofradía cou
venera una hermosísima imagen de la Virgen con el nombre de monte do piedad, cuyo instituto era recoger
titulo de la Asunción, cuya venida á dicha villa es los niños desamparados de la ciudad y su comarca para
mantenerlos y educarlos: también recogían á los pere-
di°na de referirse. El día 29 de diciembre de 13,0
grinos y pasajeros desvalidos. Habiendo determinado en
salló u n soldado de la torre que llamaban Cabo de Alpip,
dicho año poner la cofradía bajo la protección y amparo
á guardar y reconocer la costa y se encontró en la pla-
de la virgen María, trataban de buscar un artífice dies-
ya con un hombre vestido de marinero, al cual se lle-
tro que labrase una primorosa imagen, cuando llegaron
gó para examinar quién era. El supuesto marinero, hom-
á hospedarse en la casa de la hermandad tres mancebos
b r e de garbosa estatura, do agraciado rostro y de un con- en traje y apariencia de peregrinos, los cuales informa-
tinente tal que alejaba toda sospecha, se adelanto al sol- dos do la determinación do los cofrades se brindaron
dado y con corteses razones le suplicó llevase á Elche el como diestros en ia escultura á labrar la imagen de la
arca sobre que él estaba sentado, supuesto que tenia ca- madre de Dios, con tal quo los dejasen solos por tres
ballo y sabia el camino. El soldado se excusó con el de- dias en una pieza retirada. Aceptáronse las condiciones
ber de su empleo, lo incómodo de la hora y la desigual- y se aprontaron á los mancebos los materiales necesarios
dad de las fuerzas de su caballo para transportar tanto y comida suficiente para tres dias. Mas como al cuarto
poso; mas el conocido insistió con tales razones y per- no pareciesen los peregrinos, n i se oyese ruido alguno
suadió con tanta habilidad, que hubo de rendirse el en su aposento, se determinó forzar la puerta, y abierta
soldado, el cual acomodando el arca sobre su caballo se encontró una hermosa imágen de María tan p r i m o r o -
tomó el camino de Elche. Y entrando en la villa a cosa samente labrada, que mostraba bien haber sido ángeles
de las cuatro de la mañana vio que todas las casas y aun y no hombres los artífices. En el mismo instante una
las iglesias estaban cerradas; por lo que pensaba va en mujer ciega y tullida que vivía dentro de la casa, quedó
sana y con vista. La sagrada imágen se colocó en lugar
marcharse del pueblo cuando advirtió que salía luz de a
público y decente, donde pudiera ser venerada, y la c i u -
ermita de S. Sebastian, entonces hospital. Llame* a ta
dad de Valencia en acuerdo de 18 de marzo de 1007 d e -
puerta, v saliendo & abrir dos' beatas que asistían a los en-
terminó reconocerla y honrarla por su patrona y del
fermos, les dejó el arca en depósito. Luego que amane-
reino. En el mismo año fué solemnemente trasladada
ció, avisados los de justicia acudieron con alguna genio
nuestra señora á la magnifica capilla donde hoy se venera,
del pueblo al hospital, y el presbítero Juan Mena abrió
el arca, donde so halló la imagen de nuestra señora ue
que está, adhercnte á la iglesia catedral. Entre los m u -
chos milagros que ha obrado esta santa imágen, mere-
cen referirse dos de los mas raros y principales. El uno ros si glos de la iglesia etc. • Desde este antiquísimo tiem-
es que siempre que hay alguo cadáver desamparado, la po fué venerada de los cristianos nuestra señora del
imágen inclina ya á l a diestra, ya á la siniestra la azucena Puig, hasta que perdida la famosa batalla del Guadalele
que tiene en la mano derecha, conociéndose por ahí hácia por los godos, los que le daban inmediatamente culto en
qué paraje está el difunto. El segundo prodigio es que aquel santuario, la escondieron en las entrañas de la
cuando hay algún desamparado ó algún reo do muerte, tierra. Asi estuvo oculta por mas de cinco siglos, y hacia
una do las lámparas que arden dolante de la Virgen, por el año de 1230, teniendo puesto cerco á la ciudad de V a -
lencia el esclarecido rey D. Jaime de Aragón, vino á des-
bien limpia y atizada que esté, se va eclipsando poco á
cubrirse por maravilloso modo el sitio donde so encer-
poco, y el aceite se vuelve, si es desamparado, de color
raba tan preciosa jova. Cupo á S. Pedro Nolasco, presen-
negro, y si ajusticiado, de color de sangre, hasta que
te entonces en el ejército, la dicha do hallar y sacar por
se apaga del todo.
sus manos la sagrada imágen, la cual se colocó en la ca-
A dos leguas de l a susodicha ciudad de Valencia está
pilla de un fuerte levantado para contener á los moros.
el santuario de la célebre y prodigiosa imágen titulada Luego que volvió el rey D. Jaime á Valencia acabadas las
de nuestra seüora dol Puig, acerca de cuyo origen es de córtes de Zaragoza, hizo donacion del collado ó monte
mucho peso para la verdad histórica un breve expedido donde se habia hallado la imágen con todo su territorio
por Benedicto X l l l (Pedro de Luna) en el año 1407, diez á la religión de nuestra señora de la Merced y mando fa-
antes de haber sido depuesto por el concilio constancien- bricar allí un templo. Desde entonces comenzo nuestra
se. Dice pues el breve: «Por lo cual trayendo á la me- señora á obrar grandes maravillas en favor do sus devo-
moria el haber ido muchas veces á visitar aquel sagrado tos va en necesidades públicas, ya en las particulares,
templo en culto de la beatísima virgen María despues que con lo cual ha ido creciendo la devocion á la prodigiosa
ascendimos á la dignidad y oficio apostólico (aunque con imágen no solo entre los valencianos, sino enlre todos
desiguales méritos), en donde lleno elcorazon de no pe- los españoles. Nuestra señora del Puig es patrona de la
queña alegría contemplábamos con ojos atentos y ánimo ciudad y reino de Valencia.
reverente el rostro do la santísima Virgen, hermosísimo
entre los hijos de los hombres, cuya imágen somos i n -
formados (según mencionan los hechos y escritos de los Nu.-:ra » I o n de Graeia.-Nueítra w«M» <c 1 " Angiistias.-Nuestra se-
ñ e n do 1., Fuente sania- Nuestra señora de Vlllavieiosa.-Nuestra »»ora
fieles de los siglos pasados) haber sido hecha y fabricada
del Aoligua.—Nuestra señora de la Kslrella.-Nueüra señora de la
por manos do ángeles y por ministerio de los mismos
Granada.—Nuestra señora del Keposo -Nuestra señora de los Royes.
celestiales espíritus haber sido trasladada del lugar san-
to de Getsemaní, e n que estuvo sepultado el sagrado
cuerpo de María, á esta felicísima costa del mar y en ella En la villa do Caudete, que en lo antiguo perteneció
ser con indubitable fé venerada de los pueblos, que con al reino de Valencia y despues al de Murcia, se venera
gran frecuencia de todas partes acudían desde los prime- la milagrosa imágen de nuestra señora de Gracia, la cual
según tradicio'i fué traída del monasterio de Montecasi-
no en Italia, arruinado por un duque de Benevento, a
53b

i c i o s á todos los que solicitan con viva fé el remedio de


las partes de España, y habiendo desembarcado el diáco- sus necesidades p o r la intercesión de nuestra señora de
no q u e la conducía en l a A l o v a , hoy A l i c a n t e , cuando
llegó a l término de Cándete y t e r r i t o r i o de los Santos, lluego que la ciudad do Granada sacudió el yugo
no q u i s o el caballo pasar adelante n i por halagos, n i por mahometano, algunos fieles devotos fabricaron extramu-
amenazas. Determinó pues el diácono encaminarse á un ros por la bandaque m i r a f r e n t e a Sierra nevada, una e -
s a n t u a r i o que se descubría p r ó x i m o , y halló que era un m i t a bajo la advocación de nuestra señora de las A n g u s -
m o n a s t e r i o de S. Benito, y conociendo ser voluntad del tias, s i bien no habia en ella simulacro que represen ase
cielo q u e se quedase allí la santa imágen, l a entregó al los dolores y amarguras de María. Creciendo a de uon
abad F r . Rodulfo. En este monasterio se le erigió capilla, y el concurso, comenzaron á tratar los mas asistentes a
en q u e f u é venerada basta l a época de l a i r r u p c i ó n de los a capilla de lo conveniente que seria labrar u n a i m a -
moros. Entonces los monjes la escondieron en las en- gen de nuestra señora de las Angustias. Mas el Seno sa-
trañas de la tierra dentro del recinto del monasterio. Pa- tisfecho de estos piadosos deseos, d i s p u s o que l a ideada
sados ciento setentav dos años ó sea corriendo el de 1414 i m á g e n corriese i cargo de su providencia.. Una noche
según l a común tradición, se apareció María santísima á reparó el santero que entre los demás devetos entro u n a
u n p a s t o r c i l l o y le mandó decir á la justicia deCaudete señora decentemente cubierta, acompañada y al parecei
que en el campo saguntino y t e r r i t o r i o de los Santos ha- servida de dos gallardos y airosos jóvenes, y se encamino
l l a r í a n una prodigiosa imágen de l a Señora, á quien ha- al altar, donde se acomodó como para orar a t e n t a ) de-
bían de reconocer por su tutelar y patrona. Para mayor vota A poco rato advirtió el santero que no parecían
c r é d i t o d é l a embajada hizo la V i r g e n que el pastor, man- los dos mancebos sin saber él cómo ó por donde habían
co de n a c i m i e n t o , sanase de repente. Hallada l a imágen salido d é l a e r m i t a ; pero no hizo misterio persuadién-
como y en el sitio en que habia indicado nuestra señora, dose á que distraído en o l r a cosa no l o habría echado d i
f u é conducida con gran veneración á la p a r r o q u i a de ver. Mas ya era m u y entrada la noche, y l a señora p r o -
santa Catalina; pero al dia siguiente se volvió al l u - longaba ¡a o r a c í o n : parecióle pues al santero que era
gar d o n d e fué hallada; por lo cual determinaron ambos cosa de rogarla q u e saliese para cerrar la ermita, y acer-
cabildos fabricar una capilla allí mismo. Una circuns- cándose con urbanidad h a l l ó que la q u e j u z g ^ p e r s o
t a n c i a particular se observa en esta sagrada imágen, na viviente, era una primorosa y celestial efitfc de Ma .a
y es q u e á la espalda de la silla donde está sentada, hay santísima Offll el cuerpo difunto de su divino h i j o l o s
una tabla ajustada con clavos, la cual oculta un vacíoó brazos. Luego que el santero so recobro de l a a d m i r a -
seno de la V i r g e n , donde se cree tiene reservado algún ción y pasmo tan n a t u r a l y adoró la sagrada imagen
secreto para tiempos venideros. Algunos obispos de salió á dar cuenta de lo sucedido. Ya era precsocolocai
O r i h u e l a han pensado a b r i r el secreto; pero no se han á nuestra señora en sitio mas capaz y decente é media-
d e t e r m i n a d o , habiendo desistido alguno de s u intento tamente se trató de dilatar el templo, P ^ que
después de ir exprofeso al santuario con artífice á pro- tribuveron en gran parte las c u a n t i o s a s l i m o ñas de lo
pósito y mandar bajar la imágen de su t r o n o . Dios ha devotos. Por fin el arzobispo D. Pedro Baca de Castro >
favorecido frecuentemente con muchos y grandes bene-
Quiñones la erigió en iglesia p a r r o q u i a l , y en el año 1609 r i a muchas veces este pensamiento con nuestra señora
construido el hermoso y capaz templo que hoy se ve se antes de ponerle por obra. E l l o es que una noche entro
colocaron en la capilla antigua de las Angustias el santí- en la e r m i t a , tomó del altar la imagen con el mayor
respeto y se encaminó hácia la ciudad de Córdoba. Quiso
simo .sacramento y la pila bautismal. Es grandísima la
el cielo que no se echase menos tan pronto la imagen;
devocion que los habitantes de Granada y pueblos de
con lo que pudo el vaquero llegar á la dehesa de. las G a -
este antiguo reino profesan á nuestra señora do las An-
monosas, j u r i s d i c c i ó n ya de C ó r d o b a : allí cncontro
gustias, la cual se lo paga con muchos y singulares be-
amo á quien s e r v i r , y morada, aunque pobre y h u m i l d e ,
neficios.
para l a V i r g e n en el tronco de u n alcornoque. Desde l u e -
F u e r a de los muros de l a ciudad do Córdoba en una go comenzó á frecuentar aquel sitio procurando i r solo
hermosa y m u y rica capilla se venera la imagen de nues- v obsequiaba á s u señora con fervorosas ansias. E n esto
tra señora de la Fuente santa, titulada asi por haberse ios de Yillavicíosa que habían echado menos la sagra-
aparecido cerca de una fuente. Nada mas se sabe de da imágen , deputaron algunos vecinos para que fuesen
ella. en busca del vaquero , á q u i e n por haber desaparecido
En la v i l l a do Yillavicíosa, reino do P o r t u g a l , ciertos hacían autor del sacrilego h u r t o . Le encontraron en efec-
hambres piadosos ocultaron una devota imagen de la to cuando estaba adorando á la V i r g e n en el tronco d e l
V i r g e n , como sucedió en tantas otras partes, para p r e - á r b o l ; por lo cual no p u d o negar, dado que hubiera sido
servarla de l a sacrilega profanación do los mahometanos. ese su á n i m o , n i escaparse. Le prendieron p u e s , cogie-
Audando el t i e m p o , como unos jornaleros cavasen en ron la santa imágen y tomaron la vuelta de su país.
el c a m p o , descubrieron u n hoyo del que salían clarísi- Llegados allí se formó causa al v a q u e r o , e l cual lúe sen-
mos rayos do luz acompañados de una suavidad y olor tenciado á m u e r t e do horca. La víspera de ejecutar-
se la sentencia el inocente se dirigió á M a n a santísima y
celestial. Los vecinos del lugar mas cercano informados
mas con lágrimas que con palabras le di,o que bien
del suceso acudieron ai s i t i o , y observando lo mismo se
sabia que su delito (si podia llamarse t a l ) no era otro que
determinaroná cavar á m a y o r p r o f u n d i d a d ; pero no hubo
h a b e r s e compadecido de l o olvidada q u e estaba su santa
necesidad de que ahondaran mucho para encontrar nna
K n en aquel país y haber querido llevarla á o re. on-
c i j a de plomo y dentro de ella una imagen de nuestra
de fuese ma reverenciada: asi pues la suplicaba que le
señora. Labráronlo nueva capilla, y desde luego acudie- s o c o r r i e r e n tan grande aprieto. No lardó la madre de
ron los pueblos comarcanos con gran devocion y fé á ve- b o r d a d en m i r a r por su devoto, pues con m a r a ñ o s o
nerarla. Mas p o r efecto de la inconstancia h u m a n a se fué modo el S e ñ o r , á ruego sin duda de M a n a saco a1 va-
resfriando poco á poco la devocion en términos que ape- l e r e do l a cárcel y con l a santa imagen l e trasladó al
nas acudía alguna que otra persona á la e r m i t a , y á lo S o s tio de las Gamonosas en Córdoba. Cuan o en
sumo concurrían los ganaderos que apacentaban sus r e - S a l otro día en la cárcel los ministros de justicia y
baños en los contornos. Un vaquero condolido del aban- s e encontiSron sin el r e o , quedaron pasmados; pero
dono de la sania iuiágen empezó á d i s c u r r i r si sería con- q u é p o t ó ponderar su asombro cuando corriendo a
veniente sacarla de aquel país y llevarla á otro donde t u -
viese mas veneración y culto. Es de creer que consuita-
l a e r m i t a , en donde creían haberse refugiado a q u e l , vie- c i u d a d , no se atrevieron á tocar á la sagrada imagen
r o n que también habia desaparecido la imagen?Resol- atemorizados con los rayos de l u z que despedía; mas para
v i e r o n pues volver á buscarla por el m i s m o c a m i n o , y nu^ cristianos no pudieran adorarla, determinaron
dirigiéndose á Córdoba le hallaron en el m i s m o sitio que levantar u n paredón tan fuerte y a l t o , que les i m p -
l a vez primera. Aprisionado el vaquero y tomada la san- S ¡ 4"a Asi lo h i c i e r o n , aunque no lograron s u
t a imagen, emprendieron con toda diligencia la vuelta de f n t e n t e , T o r q u e quiso Dios que ^ « o r
s u pais por llegar cuanto antes; pero el ú l t i m o dia de «na f i a r a vidriera se v ese la imagen de M a n a , t yo
j o r n a d a cuando creian estar al fin de su v i a j o , se halla-
r o n todos al pie del alcornoque donde el vaquero habia
colocado á nuestra señora. Conocieron p u e s , aunque
t a r d e , que la voluntad de esta era quedarse a l l í y que
l i a b i a n agraviado al pobre p a s t o r ; y asi d e t e r m i n a r o n
regresar á su país donando a l vaquero las armas y caba-
l l o s y el dinero que llevaban, para que labrase una e r - 2 « V cuando marchó á Alemania a combatí a
m i t a á María santísima. Se labró en efecto y se colocó
e n ella á nuestra señora de V i l l a v i c i o s a , q u e desde en-
tonces ha obrado grandes prodigios y uno de ellos el l i -
b r a r a aquellos pueblos de todo mal contagioso. Años
adelante un pastor de Antequcra h u r t ó la sagrada i m a - majestuosa capilla de l a catedral de Badajoz ; otra en a
g e n y con todo sigilo la llevó á u n hospital situado en Troaui de anta Catalina de Lisboa; otra en la cate-
u n o de los arrabales de su palria. Afligiéronse los c o r d o -
beses de esta desgracia, como es de d i s c u r r i r ; pero no
p u d i e r o n averiguar el paradero de su tesoro, hasta que
d e a l l í a dos años habiendo entrado por casualidad u n
v e c i n o de Córdoba á rezar en la iglesia de d i c h o hospital
d e s c u b r i ó entre otras imágenes l a de nuestra señora de
Villaviciosa. A l instante dió parte al deán de l a santa
BsssxssszsxZr
i g l e s i a de Córdoba y este á su cabildo, y practicadas las ' " t i S S S « a. » • » " - S m - w »
diligencias convenientes se recuperó la imagen y fué tras-
ladada con solemne pompa á su antiguo santuario. En él
e s t u v o hasta que por la piedad de u n r i c o labrador se
iS^SÍSSSS^^
edificó u n templo mas capaz y ostentoso. t S B S S f e í E í S
En la iglesia mayor de Sevilla se venera nuestra
señora del A n t i g u a , cuyo nombre es razonóle s u misma
muchos y poderosos intercesores; pero el padre
autígüedad. Cuando los moros se apoderaron de aquella
del Reposo, por otro nombre la virgen de Norabuena le
paristeis. E l p r i m e r t i t u l o parece que se le dio el vene-
muerto se mantenía inflexible. Entonces por último r a b l e sacerdote Fernando de Contreras, el cual pedia r e -
recurso se valieron del venerable sacerdote Fernando de poso á nuestra señora en una enfermedad do pecho que
Contreras, varón m u y famoso por su v i r t u d en Sevilla, le traia muy apretado, y con efecto lo alcanzó arrojando
el cual tuvo una conferencia j u n t o á l a catedral con el una culebra de mas de u n palmo. La advocación de
rabuena le paristeis procedo de u n estupendo caso quo
inexorable caballero. Este cada vez mas obstinado y con
sucedió á u n j u d í o . Acostumbraba este i r a hacer como
muestras de impaciente se levantó y d i j o : «l'adre Con-
que oraba delante de l a santa i m á g e u ; pero en realidad
t r e r a s , pídame lodo cuanto quisiere, y yo lo liaré; pe-
para decirlo: Noramala U paristeis. Mas un día cuando
r o eso no lo he de hacer.» Viendo el sacerdote aquella
quiso levantarse para salir del t e m p l o , no pudo m o v e r -
obstinación replicó sin alterarse interior n i exteriormen-
se ni auu cuando varios hombres informados d e l s u -
t c : « Pues ya que se ofrece á hacer lo que yo le dijere, ceso por el mismo j u d í o intentaron echarle de a l l í , no
vaya V . , a l l i enfrente está nuestra señora d é l a Estrella; pudieron. F u é forzoso dar cuenta al santo o f i c i o , el
récele una salve y vuelva luego acá.» No pudo negarse cual envió ministros que le prendieran y condujcrau al
el caballero á obedecer después de la palabra que habia t r i b u n a l . A l l i confesó s u delito y fué juzgado y senten-
d a d o , y así se fué á rezar la salve; mas apenas pronun- ciado como merecía; pero él l l o r ó y detestó su g r a v í s i m a
ció las primeras palabras, reparó que la Virgen le mira- culpa pidiendo que le concediesen la v i d a ; i o c u a l lo fue
ba con rostro m u y severo y enojado como si le r e p r e n - otorgado. Luego que se divulgó por Sevilla l a noticia
diera por no haber condescendido con la petición del de l o acontecido, concurrieron á porfía los fieles a ado-
sacerdote. Levantóse pues temblando y se fué derecho á rar la santa i m á g e n , á quien decían á g r i t o s : Norabuena
donde estaba este, diciéndole: - P a d r e Contreras, yo le paristeis. Este elogioso hizo universal eu la c i u d a d , y
p e r d o n o : haga lo que quisiere, porque nuestra señora aun so añade que llegó la noticia á liorna y q u e i n f o r -
está m u y enojada.» E l sacerdote le abrazó con singular mado el padre santo expidió b u l a concediendo muchas
ternura y se fué con él á casa del j u e z , ante el cual d e - indulgencias á los que dijesen con devocion estas pala-
bras delante de la sania i m á g e n : Enhorabuena le parnés.
claró que se apartaba de la causa y perdonaba al m a t a -
Por s u intercesión l i a obrado Dios muchos m i l a g r o s .
•dor de s u hijo.
En dicha ciudad de Sevilla se veneran algunas i m á -
E n t r o otros grandes beneficios que debe Sevilla al
genes con el t i t u l o de nuestra señora de la Granada, una
ínclito r o v S . F e r n a n d o , uno de los mas singulares es
en la parroquia de S. Román, otra en el convento de
haber dejado como vinculadas á aquella santa iglesia tres
S. Agustín extramuros y otra de muy antiguo en la c a -
imágenes do María santísima: la una que fue siempre
tedral. A q u i se colocó años despues una imagen de p o r - continua compañera de sos empresas, era do plata y cs-
celana de la virgen de la Granada; mas conociendo el c a - • taba sentada con su divino hijo en los brazos: hoy se
bildo que era materia delicada y frágil mandó pintar en venera eu medio del retablo de l a capilla m a y o r de la
tabla otra enteramente semejante á la de porcelana, y catedral. La otra labrada de m a r f i l y como de dos pal-
esa es la que se ha levantado con el principal nombre de
nuestra señora de la Granada.
En la misma catedral se da culto á nuestra señora
mos de largo con el niño también en los brazos la aco- fuese llevada en t r i u n f o la p r i m e r a de dichas imágenes,
m o d a b a e l santo rey en el arzón de la silla de su caballo como se efectuó con regia pompa. Muchísimos milagros
cuando b a b i a de pelear contra los m o r o s : ahora dicen ha obrado Dios por la intercesión de nuestra señora de
que se g u a r d a en el tesoro de las reliquias de aquella los lleves
santa i g l e s i a . Pero la mas célebre y venerada es la que Es "célebre en U e r e n a , ciudad de Extremadura el
con n o m b r e de nuestra señora de los Reyes recibe culto santuario de nuestra señora de la Granada, que debe
p ú b l i c o e n capilla aparte, donde se conserva i n c o r r u p t o su origen al suceso siguiente. Por los anos de 1241 se
el c u e r p o del santo rey. Acerca de l a antigüedad y o r i - hallaba en el sitio de aquella ciudad el maestre de San-
gen de esta imagen no se sabe nada de c i e r t o ; pero la tiago D. PelayoPcrez Correa, q u i e n tenia por capel au a
u n ejemplar religioso de su orden. llallAndose este en
t r a d i c i ó n común de Sevilla le da el siguiente: S. F e r -
fervorosa contemplación en u n b o s q u e s e l e a p a r e c o
nando, á quien se habia aparecido María santísima, de-
Maria santísima llena de luz y resplandor o n u n a g r a -
seaba t e n e r una copia de la reina del cielo parecida al
nada en la mano y le mandó decir de su parte a l maes-
o r i g i n a l según la idea que él conservaba de la visión;
tre que confiase en Dios y en l a protección de la Seño-
p e r o a u n q u e llamó á los artífices mas primorosos del
ra ; que sin duda vencería á los m o r o s ; y que en señal
r e i n o , s i e m p r e hallaba gran desemejanza e n t r e las i m á - de l a victoria le daba aquella g r a n a d a , s.endo o u n ad
genes h e c h a s por estos y la que él tenia vivamente r e - de su hijo que se edificase u n templo en honra suya y
tratada e n su fantasía. En esto llegaron á palacio dos a l i se Colocase l a imágen traída por ella en preni as de
apuestos mancebos, que declararon ser artífices dies- su amor. Desapareció la v i s i ó n , y el virtuoso saco,doto
t r o s y ofrecieron labrar una efigie de la V i r g e n en todo reparó que entre las ramas de u n granado se dejaba er
p a r e c i d a á las señas que daba el r e y ; para lo cual p i - una mágen do nuestra señora sentada con el n.no i -
dieron t r e s dias do término y u n aposento separado s u s y una granada en la mano. Dió aviso a maestre de
d o n d e p u d i e s e n trabajar. Pasados los tres dias entró el l o aue pasaba, y este despucs de conseguida la victoria
rey e n e l aposento y halló l a imágen m u y parecida al K S ^ a b r i c ó u n templo « * « f » « J *
o r i g i n a l q u e habia visto; pero no encontró á los man- E n t r e los singulares milagros obrados por esta s a r t a
cebos ; c o n lo que se persuadió á que habían sido ánge- imá»en merece referirse el que hizo con e y a j a l a d o
les los artífices. Esto hizo que tuviese singularísima de- . V n Pui'.vn en cuvo favor se renovó el p r o d i g i o
v o c i ó n c o n la misteriosa i m á g e n , á quien para dar una d e p a r a r s e el ¿m X dias de Josué dando asi
m u e s t r a nunca vista de su amor y respeto señaló cama-
r e r a , m a y o r d o m o , gentileshombrcs, capellanes, reyes lunar á que fuesen desbaratados los moros. Agradecido
de a r m a s y guardias, repartiendo estos oficios entre las °ma tre erigió una iglesia con el t i t u l o do nuesUa se-
personas reales, grandes y señoras de su corte. Como
ñora Deten tu día,
el s a n t o rey confesaba que debia la conquista de Se-
v i l l a á Maria santísima en sus imágenes de los Reyes y
d e l A n t i g u a , quiso que el día de su entrada pública
en la c i u d a d conquistada ( 2 2 de diciembre de 1248) nuestra sonora de Guadalupe, i , * * b
prodigiosa imagen es grande según el lestimonio de
los autores propios y extraños, los cuales aseguran que
fué m u y venerada en Roma por el insigne doctor de la nigua los ruegos de su devoto, y cuando llegaron los
iglesia S. Gregorio papa, y aun dicen que es la misma sacerdotes para llevarse el cadáver del joven y darle se-
que e l santo pontífice sacó en procesión por las calles p u l t u r a , ve aquí que con asombro de todos se levanta
de la capital del mundo cristiano en tiempo de una mor- el difunto y pide á su padre le lleve al lugar donde se
tífera peste. Cuando S. Leandro estuvo en R o m a , recibió le había aparecido María. Entonces refirió el pastor á los
entro otros señalados presentes del esclarecido papa la presentes lo que le había acontecido en el bosque, y no
inestimable imagen de nuestra señora, que había este les fué difícil creer una relación afianzada con tan estu-
adorado por muchos años en su oratorio. De vuelta á pendo prodigio. Así determinaron cumplir la voluntad
España ya empezaron á experimentarse en la travesía de María santísima anunciada por tal mensajero; y en-
las benéficas influencias de ia que es llamada justamente caminándose al sitio señalado comenzaron á cavar y á
la estrella del m a r , porque habiéndose levantado una poca profundidad hallaron una hermosa Imágen de nues-
f u r i o s a borrasca, de repente abonanzó el tiempo en tra señora que había estado encerrada en aquella cueva
c u a n t o s . Leandro y los demás sacerdotes hicieron oracion unos seiscientos y once años según la relación que
á M a r í a santísima. Arribados á tierra por los años de G00, acompañaba. En cumplimiento de la voluntad de la
trató S. Leandro do conducir la sagrada imágen á Se- Virgen se trató de erigir una capilla, que fué pobre y
v i l l a , donde fué recibida con gran solemnidad y singu- humilde al principio; pero dilatándose á medida que
l a r í s i m o regocijo. A l l í se veneró hasta la entrada de los crecía la dcvocion, llegó á ser un suntuoso y riquísimo
moros : entonces algunos devotos se la llevaron consigo santuario , á quien los reyes, principes y magnates han
para l i b r a r l a del furor agareno y fueron á esconderla en hecho en diferentes tiempos pingües donaciones. Men-
una cueva en una áspera montaña de donde nace el rio ciouaré entre otras muchísimas tres alhajas debidas á la
l l a m a d o despues Guadalupe. Por los años de 1326 bajo munificencia del gran r e y D . Felipe I I : la una es una
el reinado de D. Alonso X I se apareció ]Maria santí- lámpara de grandísimo precio regalada por haber alcan-
sima á u n pastor de Cáccres en el término de Talavera zado milagrosamente el principe D. Carlos la salud. La
obrando antes el prodigio de resucitarlo una vaca, á otra es aquel fanal vistoso y extraordinario por su gran-
q u i e n buscaba y halló muerta. La Virgen le mandó ir á deza y rara hechura que se lomó de la galera capitana, á
decir á, los de Cáceres que en el mismo sitio donde había cuyo bordo iba el gran bajá cuando la batalla de Le-
encontrado él la vaca muerta, hallarían tina preciosa panto. La tercera es una primorosa custodia, que ha sido
imagen suya, á la cual era su voluntad se le erigiese siempre la admiración de los inteligentes. Este santua-
una capilla. Partióse el pastor sin tardanza para Cáceres, rio estuvo á cargo de clérigos 1 seculares algunos años,
y al entrar en su casa supo la muerte de su hijo. Afligió- hasta que en el reinado de D. Juan I se dió á los m o n -
se como era natural; pero no desmayó, sino q u e recur- jes de S. Gerónimo. Es grandísima la devoción á nues-
r i ó á María implorando su poderoso auxilio en aquel tra señora de Guadalupe y no se limita á sola España,
duro trance. La que es consuelo de afligidos, oyó be- sino que traspasa los términos del reino: los milagros
obrados por la intercesión de esta sagrada imágen son
estupendos y no tienen cuento: las alhajas, joyas y o r -
tomo 1. 35
namcnlos, con que la piedad de principes, prelados y la veneración del lugar donde eslá situada y las ex-
otros devotos ha enriquecido este celebérrimo santua- traordinarias maravillas que ha obrado allí Dios, que por
r i o , son tantos y de tanto precio y p r i m o r , que reque- la grandiosidad del edificio. Fué construida hace mas
rían una relación especial.. de ciento y cuarenta años con la siguiente ocasion, que se
tiene por una tradición común de los vecinos de la con-
tigua aldea l ' E t e l l e , los cuales lo oyeron decir á sus pa-
El Bearn y la Navarra.
dres. Apacentando unos pastores sus ganados en unos
fíueslra señora do Sarranco. riscos á orillas del rio (¡ave, que nace en los Pirineos
y atraviesa todo el Bearn, divisaron una luz en el mis-
X X V I I . En las montañas del Bearn, diócesis de Ole- mo sitio donde está hoy el altar mayor de la capilla, y
ron y jurisdicción del parlamento de Navarra, no lejos del corriendo hácia ella encontraron una hermosa imagen de
reino do Aragón hay un santuario llamado comunmente nuestra señora. Contado el suceso en el lugar, resolvie-
nuestra señora de Sarrance y habitado por los canónigos ron preparar una caplllita donde colocar aquella milagro-
premonstratenses. Hace mas de cuatrocientos años que sa iraágen, y no pareciendo á propósito-el sitio donde
concurrían de todas partes infinitas personas á este lu- habia sido hallada, á causa de los riscos, se levantó una
gar, donde se han obrado muchos milagros hasta en las especie de oratorio al otro lado del Cave, que se ve aun
personas de los reyes de Aragón y Navarra. Estos se ahora al extremo del puenle. Mas cuantas veces se quiso
mostraron tan devotos del santuario, que edificaron una colocar allí á la imágen, otras lanías se volvía á su
habitación para cuando fuesen allá en peregrinación. El silio p r i m e r o ; señal evidente de que Dios le habia esco-
templo de nuestra señora está situado al pie de un monte gido para que fuese venerada allí su santa madre. Ha-
a l t o , rodeado de otros muchos de tan asombrosa eleva- llóse medio de levantar en el mismo paraje una capilla, y
ción , que se necesita un dia por lo menos para llegar á al punto se abrió una fuente de tan copiosas gracias y
la cumbre del mas bajo, ha antigua devocion se ha dis- se despertó tal dcvocion, que acudía muchedumbre de
minuido sobre manera desde que la reina Juana des- gentes de todas partes. Muchos luego que llegaban á la
terró del Bearn la religión católica hace unos cincuenta vista de la capilla, concluían de rodillas su peregrina-
a ñ o s ; pero ahora empieza á retoñar por la diligencia ción con nna vela encendida en la mano para rendir ho-
y zelo de nuestro glorioso é invencible monarca L u i s , el menaje á la reina del cielo y de la tierra. Esto continuó
cual habiendo llevado á aquel pais sus armas victoriosas y fué en aumento hasta que el conde Mongominery como
ha restaurado la piedad. u n demonio desatado entró con sus impíos soldados en
el Bearn, donde destruyó todos los santuarios. La vene-
rada capilla do Betaram fué saqueada por él y sus t r o -
Nueslra seüora de Bcuram.
pas, y solo quedaron en pie las paredes que resistieron
al fuego. Mientras permaneció arruinada, se veían or-
X X V I I I . En la diócesis de Lascar en dicho país del
dinariamente por la noche grandes luces en lo interior
Bearn hay una capilla bajo la advocación de nuestra so-
como si hubiera habido muchas lámparas y cirios encen-
ñora del Calvario de Betaram, mucho mas notable por
namcnlos, con que la piedad de principes, prelados y la veneración del lugar donde eslá situada y las ex-
otros devotos ha enriquecido este celebérrimo santua- traordinarias maravillas que ha obrado allí Dios, que por
r i o , son tantos y de tanto precio y p r i m o r , que reque- la grandiosidad del edificio. Fué construida hace mas
rían una relación especial.. de ciento y cuarenta años con la siguiente ocasion, que se
tiene por una tradición común de los vecinos de la con-
tigua aldea l ' E t e l l e , los cuales lo oyeron decir á sus pa-
El Bearn y la Navarra.
dres. Apacentando unos pastores sus ganados en unos
fíueslra señora do Sarranco. riscos á orillas del rio (¡ave, que nace en los Pirineos
y atraviesa todo el Bearn, divisaron una luz en el mis-
X X V I I . En las montañas del Bearn, diócesis de Ole- mo sitio donde está hoy el altar mayor de la capilla, y
ron y jurisdicción del parlamento de Navarra, no lejos del corriendo hácia ella encontraron una hermosa imagen de
reino do Aragón hay un santuario llamado comunmente nuestra señora. Contado el suceso en el lugar, resolvie-
nuestra señora de Sarrance y habitado por los canónigos ron preparar una caplllita donde colocar aquella milagro-
premonstratenses. Hace mas de cuatrocientos años que sa iraágen, y no pareciendo á propósito-el sitio donde
concurrían de todas partes infinitas personas á este lu- habia sido hallada, á causa de los riscos, se levantó una
gar, donde se han obrado muchos milagros hasta en las especie de oratorio al otro lado del Cave, que se ve aun
personas de los reyes de Aragón y Navarra. Estos se ahora al extremo del puenle. Mas cuantas veces se quiso
mostraron tan devotos del santuario, que edificaron una colocar allí á la imágen, otras lanías se volvía á su
habitación para cuando fuesen allá en peregrinación. El silio p r i m e r o ; señal evidente de que Dios le habia esco-
templo de nuestra señora está situado al pie de un monte gido para que fuese venerada allí su santa madre. Ha-
a l t o , rodeado de otros muchos de tan asombrosa eleva- llóse medio de levantar en el mismo paraje una capilla, y
ción , que se necesita un dia por lo menos para llegar á al punto se abrió una fuente de tan copiosas gracias y
la cumbre del mas bajo, ha antigua devocion se ha dis- se despertó tal dcvocion, que acudía muchedumbre de
minuido sobre manera desde que la reina Juana des- gentes de todas partes. Muchos luego que llegaban á la
terró del Bearn la religión católica hace unos cincuenta vista de la capilla, concluían de rodillas su peregrina-
a ñ o s ; pero ahora empieza á retoñar por la diligencia ción con nna vela encendida en la mano para rendir ho-
y zelo de nuestro glorioso é invencible monarca L u i s , el menaje á la reina del cielo y de la tierra. Esto continuó
cual habiendo llevado á aquel pais sus armas victoriosas y fué en aumento hasta que el conde Mongominery como
ha restaurado la piedad. u n demonio desatado entró con sus impíos soldados en
el Bearn, donde destruyó todos los santuarios. La vene-
rada capilla do Betaram fué saqueada por él y sus t r o -
Nueslra seüora de Bcuram.
pas, y solo quedaron en pie las paredes que resistieron
al fuego. Mientras permaneció arruinada, se veían or-
X X V I I I . En la diócesis de Lascar en dicho país del
dinariamente por la noche grandes luces en lo interior
Bearn hay una capilla bajo la advocación de nuestra so-
como si hubiera habido muchas lámparas y cirios encen-
ñora del Calvario de Betaram, mucho mas notable por
drdds y se oían cánticos armoniosos, hasta que por la d i - de se ve representado el santo sepulcro. Aquel calva-
ligencia d e l obispo de Lascar Juan de Saleltes, prelado rio es devotísimo, y no hay corazon por empedernido
de insigne piedad y doctrina, fué reparada la capilla y que sea, que no se conmueva y enternezca á su vis-
se volvió á celebrar el santo sacrificio en el año 1615. ta. En los riscos de dicho monte se ven muchas ermitas,
•Entonces fué cuando la antorcha de la devocion apa- á donde se retiran asi los peregrinos como los sacerdotes
gada por la herejía se encendió otra vez mas viva y b r i - residentes en la casa, que viven en cuerpo de comunidad
llante que antes, y las fuentes de gracias que se habian muy ordenada, cuando quieren vacar á los ejercicios es-
secado, comenzaron á correr mas abundantes que nun- pirituales. Voy á poner aquí dos observaciones hechas
ca. Esto movió al arzobispo metropolitano de Auch por un respetable magistrado, que me las ha comuni-
Leonardo do Trappes á ir á visitarla al año siguiente, cado verbalmente. 1.a primera es que el rio Cave, que
llevando con grandísima devocion una imágen de nues- desde su nacimiento hasta que desemboca en el Adur
tra señora acompañado de muchos eclesiásticos y mon- ( son por lo menos tres jornadas) es tan rápido, que n u n -
jes de la abadía de Saint-Pé, orden d e S . Benito, que ca ha podido navegarse, luego que se acerca á la capilla
distaba u n a legua: allí se ordenó la procesión, y el p r e - y hasta que pasa de ella, camina con una corriente muy
lado revestido se puso en marcha siguiéndole su clero, mansa y sosegada, como si se detuviera para honrar el
toda la nobleza católica del pais é innumerable muche- lugar donde es adorada la reina del cielo y de la tierra.
dumbre de gente del pueblo, que acudió de todas las par- La otra es que la parroquia de la Estrella, donde está
roquias circunvecinas con cruces y estandartes y hacia situada, fué la única que se mantuvo en la religión ca-
resonar el aire con himnos y cánticos en honor de la glo- tólica durante todas las turbaciones y discordias del
riosa madre de T)ios para confusion, de los herejes. E l Bearn, sin que nadie se haya hecho jamás hugonote no
dignísimo arzobispo celebró el santo sacrificio con ejem- obstante las persecuciones que muchos padecieron á este
plar devocion y colocó la imágen quellevaba, en el altar fin por espacio de cincuenta y mas años, debiéndose á la
mayor donde se ve aun el dia de hoy en lugar de la p r i - Virgen santísima la perseverancia de sus devotos feligre-
mera, que fué llevada por un buen sacerdote al pueblo ses en la fé. En Navarra iremos á visitar principalmente
mas inmediato de España cuando la entrada de Mongom- la antigua é insigne iglesia de nuestra señora de ¡"¡ago-
mery. E l arzobispo de Auch en testimonio de la devocion ra, de la que hablaré ¡después tratando de la orden de la
que tuvo siempre á este santuario, dejó señalada en su flor do Lis.
testamento la renta suficiente para que se mantuviese en- Francia.
cendida noche y dia una lámpara ante la mencionada
imágen; lo que cumplieron fielmente sus herederos. X X I X . Pasemos ahora á Francia, donde somos es-
Cultivada esta devocion por algunos años y creciendo de perados mucho há, como quo es el reino cristianísimo,
dia en día el concurso del pueblo, u n virtuoso sacerdote el pueblo querido del cíelo y la nación siempre ama-
que fué llamado en 1621 para encargarse de este san- da de la madre de Dios. Sarda Brígida vió un dia que el
t u a r i o , mandó construir en la cumbre del monte un vía bienaventurado apóstol de Francia S. Dionisio recurría á
crucís y una capilla con dos celditas á los lados, don- la reina del cielo suplicándola con instancia que se s i r -
léstial señora que lo haría con mucho gusto, con tal que
viese socorrer al reino por el cual había trabajado él tan- tuviese á bien guardar sus alforjas mientras ella iba
to en otro tiempo. También oyó á María santísima que con toda diligencia á llevar el mensaje. Aceptada la con-
recibía con toda benignidad las súplicas del glorioso dición por la bondadosa María, corrió la muchacha en
protector de Francia y trataba con su divino hijo las co- busca de su padre, el cual no menos sencillo que su
sas de los franceses, que por entonces estaban empeña- hija fué á'hacer la proposición á los concejales. Estos le
dos en cruda y calamitosa guerra con los ingleses. enviaron enhoramala, y el buen hombre á vista de tal
Sin duda hacia ella el mismo oficio eslos tiempos pasa- recibimiento se marchó al cartipo á contárselo a su hija,
dos cuando se veía claramente que peleaba en favor de quien despues de dar cuenta á la madre de Dios fue en-
nuestro buen rey I.uis, dechado de monarcas, y aun en cardada nuevamente de la misma comision; pero la m u -
todas épocas ha mostrado un cariño mny cordial para chacha uo se apresuró tanto á ejecutarla, que no regis-
con este reino floreciente, podiendo decir nosotros fran- trara antes sus provisiones para partirlas con su padre,
camente que se ha movido á hacerlo tanto por su incom- que le bahía pedido de comer. V como todo se dirigía
parable bondad como por la fidelidad y devoción con por particularísima providencia del cielo, que quena h a -
que l a han servido los franceses. Así lo veremos recor- cerle testigo y pregonero á un tiempo de la maravilla
riendo algunos de los principales santuarios. Empece- sucedida , en lugar de u n pedazo de pan moreno en-
mos por la Gascuña como la provincia mas cercana del contró la muchacha un sabroso pan blanco, el cual
Bearn, y bailaremos insignes muestras de la antigua pie- enajenada de júbilo llevó á su padre y este en dere-
dad hácia la reina del cielo. chura á los concejales sin haberle locado. Difundida la
noticia del milagro por todo el pueblo, el cura párroco
líucsira señora de Garazon. mostró á los concejales que seria peligroso rehusar la
honra y la merced con que brindaba á la villa la rema
Este santuario está á seis leguas de Tarbes, capital de del cielo. Así resolvieron trasladarse al sitio donde se h a -
la provincia de Bigorra, junto á la frontera del Bearn, bía aparecido la Virgen para plantar la c r u z , y con l i -
en la diócesis do Auch. Hace unos ciento y veinte años mosnas de los devotos se edificó primero una capillita y
que se echaron los primeros cimientos, y se tiene de l u c o una iglesia muy hermosa. Los milagros obrados
padres á hijos que la ocasion fué la siguiente. Una m u - desde entonces sin interrupción y especialmente £ u los
chacha que guardaba ovejas en un páramo, en medio del enfermos fueron tales y tantos, que se dio a la V . r » el
cual se construyó después la capilla, estaba sentada título de nuestra señora de la Curación ; y corrompién-
j u n t o á una fuente (cubierta hoy bajo de una bóveda con- dose el vocablo francés guérim que significa eso, vino a
tigua al pie del altar m a y o r ) , cuando se le apareció la titularse nuestra señora de Garazon. En la ciudad epis-
madre de Dios y la mandó que por conducto de su padre copal de ltodez se habla mucho de nuestra señora del
avisase á los concejales deMontcleon, villa distante de Posscr cu va imagen muchas veces trasladada se volvía
allí una legua, para que edificaran en aquel mismo sitio ú encontrar siempre en el sitio donde primeramente fue
u n templo en honor suyo. La muchacha no se sorpren- bailada.
dió tanto, que no tuviera ánimo para responder á la ce-
Nuestra reñora Jo Ra,-aroador.-Nuestra señora la Arrodillada.-Nuestri
seaora de C,Snac. - Núes,ra seño,, de Ih„:e-Fa¡e. - b J Nuestra señora de los Folianlinos.—Sueslra señora de Gimont.— Nuestra
Buen encuentro. señora de Bordeiés.
X X X . En Cabors visitaremos la antigua iglesia co-
legial de Rocamador, llamada asi en memoria de san' A cinco leguas de Tolosa tenemos á nuestra señora
A m a d o r , marido de santa Verónica, que habitó a K m de los Foliantinos, llamada también nuestra señora de la
tiempo en aquella región. La iglesia empezó á hacerse Caridad, que está en la iglesia dolos monjes del mismo
celebre por las muchas maravillas allí obradas hacia el titulo debajo del campanario. Esta casa era antes una aba-
ano 114(1: Hugo Farsy, canónigo de León en la Picardía día del Cister; mas hoy es la matriz de la congregación de
que vivía por el mismo tiempo, dejó escritos hasta los foliantinos bajo la regla de S. Bernardo. A l l í se han
ciento veinte y siete de aquellos milagros. obrado muchos milagros; pero se cuenta especialmente
A media legua de Agde saludaremos á nuestra se- que habiendo salido de Feuillaotcasi todos los habitan-
ñora llamada la Arrodillada, poseída por los menores ca- tes para reñir con los de Berat, aldea inmediata, por
puchinos, en los estados délos vizcondes de Arpajon á ciertas disputas sobre limites, los monjes del Cister sa-
nuestra señora de Cignac, en el Agonés á nuestra se- " caron al mismo tiempo la imágen de nuestra señora
ñora do Ilaute-Faie, y cerca de Agen, capital de dicha para sosegar los ánimos. Entonces se observó con ge-
provincia, a nuestra señora del Buen encuentro, á don- neral asombro que la Virgen vertió muchas y gruesas
de se hace célehre peregrinación parecida en algún modo lágrimas. Llegados los monjes al lugar de la refriega co-
a las de Loreto y Monserrat. En aquella capillita hay locaron la oligie en medio de los dos partidos y empeza-
una imagen de barro hallada hará unos ciento y veinte ron á cantar. Unos y otros combatientes respondieron á
anos por las señas que dió un buey, el cual lamia casi las alabanzas de nuestra señora, la cual tocó en tales
sin cesar cierto sitio entre unas zarzas. El vaquero d e - términos los corazones de aquella muchedumbre i r r i -
seoso de saber lo que allí había, descubrió i a imágen tada , que eft vez de vonir á las manos se abrazaron y
do la madre de Dios, la cogió , y en cuanto llegó á su ajuslaron una concordia que se ha cumplido siempre des-
casa, se la regaló á su madre. La buena mujer la encerró de entonces. A l punto se notó tina mudanza en el sem-
en una arca con ánimo de enseñársela al cura- pero blante de nuestra señora, que se volvió muy risueño. A
cuando trató de sacarla, se encontró sin nada. Despues cinco ó seis leguas de Feuillant está nuestra señora de
de buscarla por aquí y por allí le pareció lo mas breve Gimont en una iglesia del Cister, donde se habla tam-
volver al sitio donde la había encontrado su h i j o , y con bién de muchos milagros que ha obrado Dios por la i n -
efecto estaba allí y en la misma actitud que la vez p r i - tercesión de la Virgen santísima.
mera. Por aquí conocieron claramente que la reina del X X X I . No quiero hablar de nuestra señora de Aucb r
cielo había escogido dicho sitio para ser venerada eu él, ni de otros muchos y magníficos templos dedicados en
y asi determinaron ciertas personas devolas erigir una diversas partos á la Señora por ser cosa muy común en
capilla, que es servida ahora por los religiosos de la ter- Francia, y me contentaré con indicar una particularidad
cera orden de S. Francisco. del aquel'arzobispado, y es que todas las iglesias ca-
tedrales de él á mas de otras ¡nflnitas están dedicadas á
uuestra señora. En Burdeos se ven'las señales d é l a sin-
antes de la apostasía del infamo L u l e r o é iba predicando
gular piedad de Leoncio, arzobispo décimolereio do
nenitencía, haciéndola él mismo m u y austera y a n u n -
aquella ciudad, el c u a l , como canta en sus versos el doc-
ciando la proximidad de la ira de Dios. Llegado a la G u i e ,
t o obispo de I'oitiers, reedificó una iglesia arruinada de.
na fué á parar por inspiración divina a u n paraje ue
resultas de un incendio, habiéndola hermoseado mas de
l a costa, vulgarmente llamado el Captallat de B u c h , y do
l o que estaba antes, y'la consagró á la madre de Dios.
improviso vió dos buques impelidos por la corriente
En la iglesia de S. Andrés veremos la bella capilla de
contra los bajíos. Entonces se puso de rodil.as y a i m i -
nuestra señora, construida por el cardenal de Surdis,
tación de S. Gerónimo hizo la señal de la cruz en la a r e -
arzobispo de Burdeos, donde hoy se obran infinitos m i l a -
na pidiendo á Dios salvase á los que estaban en i n m i n e n -
gros. A orillas del Carona corra de S. Macario entro
te peligro de perecer. A l punto f u é oída su oracion, y se
ciertos bosquccillos hay una bonita capilla bajo la advo-
sosegó el m a r alborotado á presencia do un buen n u m e -
cación de nuestra señora de Bórdeles, que poseen los pa-
ro de personas. A l mismo tiempo, ya fuesen reliqdias de
dres Celestinos. Dicese que fué edificada p o r una señora
algunos náufragos, ya se debiese tal vez á u n milagro el
de Camlala á consecuencia de u n voto que habla hecho, y
m a r arrojó á la o r i l l a una imágen de l a
q u e al p u n t o so abrieron copiosas fuentes de gracias
ma: el buen religioso la recogió, y l l e v á n d o l a a punta
celestiales, cuya corriente i n t e r r u m p i d a por las arterias
que cae al mar, levantó una capilla que se ve aun en los
de los herejes se ha restablecido hace unos cinco años,
finares. Quiso que fuese de madera
como se manifiesta por una rolaclon r e d e n impresa.
cilmente de un lugar á o t r o , porque las bor asea: y os
Nuestra señora Je Poillers. —Nuestra señera de nublosa.—Nuestra vientos mueven continuamente aquellos
señora de i l u d í . do los montes y elevando los valles. D c s d e e n ! a s a q n d
lugar haestado siempre en gran v e n e r a c . « y losWa. me-
XXXI. A dos leguas de la ciudad episcopal de Acqs
ros por lo común van á rezar allí antes de embarcarse
en la Gascuña hace unos diez años que se encontró m i -
Se i n n ta o que no han experimentado nunca la mano
lagrosamente en la p a r r o q u i a deBnglosa una imagen de
f m ia K s -piratas y corsarios a no
nuestra señora, la cual fué trasladada con solemne pom-
tos años que ancló u n barco ingles p a r a ^ W g
pa á la Iglesia donde ahora está. La reina de los ángeles
alhalas de aquel santuario. Pero para que se vea el oy
para premiar la devorion do aquella comarca ha conce-
c o de Dios y cómo se siguió inmediatamente el cas tgo
d i d o mercedes y hecho maravillas.
al delUo^ habiendo vuelto á bordo con algunos ornanm -
La capilla de nuestra señora de Buch tiene ciertas par-
tos de i"lesia los que habían bajado a t i e r r a , no Bien
ticularidades que merecen saberse. Está en lós pinares de
tomaron viento, el barco dio contra los
l a Guiena en u n sitio tan agreste y horrible, quéapenas
el tiempo estaba sereno, hizo agua y s ^ i P i q u e ^
puede encontrarse o t r o i g u a l . S u o r i g e u es el siguiente:
F r . T o m á s , fraile franciscano, á quien apellidaban o r d i - vista del santuario donde se había cometido aquella fe
nariamente el santo, y que con m u c h a justicia puede lla- choría ( 1 ) . • ''-
marse el profeta de nuestros males, corría el m u n d o poco
,1) Afel» * madre SI. J. ¿e Blemur-Es peligrosísimo
La iglesia de nuestra señora de la Grande de Poiliers
F.n Clermont veremos la insigne iglesia de nuestra
se fundó con este motivo: estando un mancebo á punto
señora, que es un monumento de la singular piedad de
de pecar con una ramera, preguntó á esta cómo se lla-
S. Avilo, obispo de Clermont, y de S. Gregorio, cuadra-
maba, y oyendo que María la apartó al punto de su lado,
gésimo prelado de la misma iglesia, que la reslauro con
y Dios lo tocó de tal manera el corazon, que eu adelante
mas esplendor del que tenia antes que la arruinasen e
fué un modelo de castidad. En" memoria de esta mudanza,
incendiasen los normandos por los años de 855. También
tan repentina so levantó una capilla y luego un hermoso
veremos la antigua iglesia de nuestra señora del Puerto,
templo en el sitio donde estaba la casa de aquel mancebo.
célebre en la historia de Auvernia. Cerca de la misma
ciudad de Clermont hallaremos de paso á nuestra señora
Nuestra señora de ta Boissiero.—Nuestra señora de la Vassiriero.-Nues-
del Puy de Dome, que está en una eminencia al modo de
Ira señora de Clermont.
la mayor parto de los santuarios y ermitas.
X X X I I I . En el Lemosin encontraremos la capilla de
Nuestra señora del Puy.
nuestra señora de la Boissiere, de la que hablaré en el
tratado segundo (1). En las montañas de Auvernia cerca
de Montdor á media legua do Besse saludaremos á nues- En Velaj; visitaremos la ilustre iglesia de nuestra se-
tra señora de Vassiviere, y la muchedumbre de gente que ñora del Puy, fundada por S. Evodio, séptimo obispo de
acude de todas partes, nos dará una completa seguridad aquella ciudad; iglesia que fué la madre de muchos san-
asi de la santidad del lugar como de los auxilios que se tos pa-tores, visitada con frecuencia por los sanios, los
reciben do la madre de Dios. Es tradición q „ c cuando papas, los prelados, los emperadores y los royes, enri-
los ingleses devastaban la provincia de Auvernia el año quecida con muchos tesoros y distinguida con impor-
de m í , no quedó de Vassiviere mas «iré una tapia vieja tantes privilegios. No tendría yo jamás excusa, si pasara
con una ventana á manera de nicho, donde se conservó en silencio el origen de este portentoso santuario des-
milagrosamente la imagen de nuestra señora. Despues pues de haber indagado el de otros muchos menos con-
habiendo empezado a ser conocida por las maravillas que siderables. S. Jorge, primer arzobispo de Velay, sem-
obro Dios, se trató de sacarla para conducirla á la-igle- brando muy á menudo en sus sermones las alaban-
sia de Besse; poro se la hallaba siempre en el sitio donde zas de la madre de Dios atraía á muchos á amarla y ser-
ahora esta y donde se le erigió primeramente un orato- virla. Entro otras hubo una mujer del lugar de Vila,
rio pequeño y luego una buena iglesia. La historia de atormentada hacia mucho tiempo de una fiebre molestí-
nuestra señora de Vassiviere con veinte y ocho milagros sima que parecía incurable, sí no hubiera venido en su
jurídicamente probadosse imprimióen León el año 1615 auxilio la madre de Dios; pero una noche hizo que sus
criados la llevasen al monte de Anís, donde encontrando
una piedra ancha v cuadrada como un aliar quiso des-
granjearse, l „ enemistad do la sueltamente sos asravios.» • cansar, y de improviso se quedó dormida. Entonces la
madre de D i o s porque tiene un (|) Cap. 9, «. 10 u ú m 6 Virgen le manifestó que en aquel sitio quería ser venera-
lujo omnipotente que venga r e -
da; que se lo avisase al obispo Jorge; y que en prueba de
su palabra Inmediatamente recobrarla ella la'salud. Ha-
nuevo nuestra señora y la manda hablar al obispo Evodio
biéndose recogido la mnjer se encontró completamente
déla manera que he dicho antes. El santo prelado para
sana; lo ctial le sirvió de poderoso estimulo para ir á
proceder con mas madurez en un asunto de lanta i m -
contar sin tardanza al santo prelado lo quo le había
portancia congrega á su clero y pueblo, y despues de pro-
ocurrido. Al puntoeste acompañado de algunos eclesiás-
poner lo que le habia sido ordenado, los exhorta á qne
ticos se dirigió al sitio, donde se obró una segunda ma-
se entreguen á la oracion y la penitencia durante tres
ravilla para comprobar la primera, porque habiendo lle-
días. Entretanto u n ángel le asegura ser aquella la vo-
gado á la cumbre del monte vieron el lugar donde está
luntad de la Virgen, y transcurridos los tres días va el
ahora la iglesia de nuestra señora, todo cubierto de nie-
obispo con los suyos en procesión al sitio señalado, don-
ve, aunque era el dia U de julio. A u n hubo mas: un
de todos desde el mas grande hasta el mas pequeño son
ciervo arrojándose á la nieve hizo u n agujero como si
colmados de infinitas dulcedumbres celestiales y el san-
trazara el recinto de la iglesia que debia de edificarse
"to prelado mas que los otros. Este, abrasado su corazon
alli, y hecho esto desapareció. S. Jorge se postró en tier-
en llamas divinas, predijo abiertamente que Dios oiría
ra y ordenó en el acto que siguiendo las huellas del cier-
allí con gusto las oraciones de los fieles devotos; que
vo se ccrcase.el recinto con una fuerte valla.así para que
otorgaría muchas mercedes; y que de todas las partes de
no fuese profanado, como también para que lo que no
la cristiandad acudirían en peregrinación. Para no o m i t i r
pudiese emprenderse por entonces, se dejara para mejor
ninguna diligencia en u n caso tan importante empren-
tiempo; porque el honor de hacer esta obra estaba re-
de un viaje á"Roma á fin de conferenciar sobre su p r o -
servado á S. Evodio, quien por los años de 221 recibió
yecto con S. Calixto, que ocupaba entonces la cátedra de
orden de la madre de Dios de edificarle una iglesia en el
S. Pedro! Aprobado^todo por o! papa, el obispo se volvió
lugar señalado y trasladar alli la silla episcopal de Velay.
á su patria yjpuso manos á la obra, y para que esta no
La voluntad de la Virgen santísima le fué comunicada
se alargase,hizo',levantar una tienda de campaña junto á
por una señora muy virtuosa tullida de todos sqs
la fábrica y alli liabitó hasta la conclusión con inexplica-
miembros, que habitaba en Ceissac, baronía contigua al
ble contento interior.
Puy y dependiente de los vizcondes de Polígnac; por lo
Acabada la iglesia marchó otra vez á Roma á fin de
que se cree quo descendía de esta ilustre y antigua casa.
obtener del papa licencia para consagrarla según la cos-
Aquella señora no teniendo otro consuelo en sus males
tumbre observada entonces; pero apenas habia andado
que la dulce memoria de las grandes misericordias de la
u n cuarto de legua, cuando vió venir hácia si dos vene-
reina del cielo recurría muchísimas veces á ella; pero
rables ancianos vestidos de blanco, los cuales dijeron
una entre otras despues de haber orado con mucho fervor
eran enviados del padre santo para traer ricos tesoros de
se quedó dormida: entonces se le apareció la madre de
su parte al obispo del Puy y á su compañero. Los tesoros
Dios y le dijo que mandára la trasladasen á la peña de
eran dos cofrccitos llenos de reliquias que los dos ancia-
Anis junto]al sitio cercado con una valla por orden de
nos le entregaron |en el acto, mandando que se descal-
S. Jorge, y que allí recuperaría completamente la salud.
zaran v asi los llevasen hasta el templo nuevamente
Inmediatamente es llevada á aquel sitio; se le aparece de
erigido! Nosotros, añadieron/nos adelantaremos para lie-
nos los tolosanos mandaron dorar de arriba abajo aquel
templo y le consagraron á la madre de Dios. Cerca de la
gar los primeros, y á fin de que no tengáis cuidado to-
embocadura del Ileraultestá nuestra señora de Gran, in-
cante á la dedicación, sabed qne acaba de ser consagra-
signe en milagros: fué edificada porS. Severo mas d e m i l
do por los ángeles, en señal de lo cual encontrareis á la
años há y reparada por el condestable de Montmorenry
vuelta cerradas las puertas de la iglesia como, estaban
con u n convento de capuchinos, quienes han recopila-
cuandoos marchásteis; pero á vuestra llegada se abrirán
do esta historia. En Nímes se ven las ruinas de una so-
y se tocarán las campanas por si solas, la iglesia parecerá
berbia catedral, monumento del espíritu sacrilego de los
una ascua por las muchas velas y cirios encendidos, y
herejes modernos, cuyo principal conato ha sido siem-
el santo crisma de q u e han usado los ángeles en la con-
pre destruir los templos levanlados por sus antepasados.
sagración de la iglesia, estará todavía reciento sobre el
Lo mismo hicieron en la ciudad de Mompeller, dondo
altar y las paredes. Según habían predícho, así sucedió
habia una iglesia y una imágen de nuestra señora tan cé-
puntualmente, y todos experimentaron el gozo que
lebre por las muchas curaciones que se hacían, que
de imaginar á vista de tantas mercedes del cielo. Aunque
cuando los enfermos llamaban á los médicos, la cantinela
la iglesia de nuestra señora del Puv fué muy célebre á
ordinaria de estos era que acudieran á. nuestra señora
causa de los milagros que se obraban antes que fuese ve-
de Mompeller, y lo decían no por devocion que tuviesen
nerada la imágeu q u e ahora hay; sin embargo es cierto
á la Virgen, sino como en despique de que la Señora les
que dosde entonces so aumentaron portentosamente el
quitaba los parroquianos. Esta ciudad fué desde tiem-
concurso y la devocion del pueblo. Hay grandes conjetu-
pos antiguos feudataria de la madre de Dios, como so
ras para creer que osta imagen es la misma que Jeremías
descubrió el año 1627; porque habiendo encontrado u n
mandó labrar de madera de selin y que el soldán de
canónigo en su estudio una medalla de piala mohosa y
Egipto donó á S. L u i s , rey de Francia, el cual la regaló
habiéndola limpiado un poco conoció por la inscripción
á la iglesia de nuestra señora del Puy en el año 1233 do
lo que después lia venido á ser indudable, á saber, que
vuelta de su viaje a Ultramar. Si alguno desea informar-
las antiguas armas de la ciudad de Mompeller eran una
se mas particularmente de esto; puede leer los autores
Virgen con su hijo en los brazos sobre u n roel de gules.
que han .escrito la historia de la imágen venerada én di-
No obstante fué tan grande la insolencia de los herejes
cho santuario ( I ) .
despues que ocuparon la ciudad, que derribaron la imá-
gen de la Virgen y dejaron solo el roel. Habiendo sabi-
I.a Dorada.—-Nuestra señora de Gran.—Xncslra ssSora do ilompoller. do lo qne pasaba, el iluslrísimo Fenouillet, digno obis-
po de Mompeller, predicó un excelente sermón sobre
X X X I V . Pasando al Langüedoc veremos en la no- este asunto la dominica primera de adviento, á que se
ble ciudad de Tolosa la antigua iglesia de la Dorada, que siguió una aclamación pública y una deliberación del
fué templo de J ú p i t e r según unos ó de la diosa Palas ayuntamiento para reponer á la Virgen en la posesion
como parece mas verisímil. Habiéndose hecho cristia- de sus derechos y de su antiguo dominio; de suerte que
se mudaron todas las armas de la ciudad, y hasía en el
TOXIO I . 36

(l) OJo GisStcus, D. Virginls Aniciensis, 1. 5, c. 7, 8 y 0.


templo de los herejes entró la madre de Dios por buéh
vuelto muchas veces la vida á los niños que liabian n a -
presagio de que pronto seria la señora absoluta de él.
cido m u e r t o s , ó á lo menos los ha hecho recibir el
Nuestra señora de Gracia. agua del bautismo: cerca deDraguiñan nuestra señora
de Betlehem, edificada por uno que habiendo visitado
los santos lugares se obligó por voto formal á construir
X X X I V . La Provenza se gloría merecidamente de te-
una capilla en honor de la Virgen bajo esa advocación
ner á nuestra señora de Gracia, cuyo origen es el s i -
en el sitio que hallase mas parecido á la casa de Bet-
guiente según la antigua tradición confirmada por una
lehem.
bula del papa León X , que concedió muchas indulgencias
á aquel santuario como año y medio despues de su fun- De la opulenta y devota ciudad de Marsella no pue-
dación. El dia deS. Lorenzo, 10 de agosto del año 1519, do hablar sino como de una verdadera Parlenópolis ó
ciudad de la V i r g e n , cuyas armas se encuentran casi
la virgen María acompañada del arcángel S. Miguel y
en todas partes tanto dentro como fuera. Con efecto
de S. Bernardo se apareció en el campo á Juan de la
sin hablar de una m u l t i t u d de monasterios de uno y
Baume, hombre piadosísimo, y le mandó decir de su par-
otro sexo consagrados á ella la iglesia mayor está dedi-
te al clero y común de Catignac que fuesen en procesion
cada á la nativídad de nuestra señora, y otra á su triun-
al uioule Vardaille y edificasen allí una iglesia bajo la
fante asunción. En S. Martin hay una capilla muy con-
advocación de nuestra señora de Gracia, porque quería currida bajo la advocación de nuestra señora del Buen
dispensar muchas gracias y mercedes á los que la invO - parto. A un cuarto de legua déla ciudad nuestra señora
caseu en aquel lugar. La procesion se hizo en el siguiente de la Guardia, que es como el castillo y la defensa de
mes de setiembre y dia d é l a exaltación de la santa cruz; Marsella. El gran concurso de gente, particularmente en
el templo se edificó poco despues. La madre de Dios ha la víspera y ol día de la Asuncion, atesta bastante la san-
cumplido dignamente su promesa, en especial de trein- tidad del lugar. En la falda de esta colina está nuestra
ta años á esta parte; de suerte que los efectos pueden ser- señora de la Veauno, antes monasterio de religiosas,
vir de señal cierta de la verdad de la aparición. donde aconteció un hecho memorable : habiendo abor-
dado unos piratas berberiscos, las monjas de común
acuerdo se cortaron las narices por conservar su hones-
Nuestra señora de la Silla.—Nuestra señora de la Vida.—Nuestra señora
de Bellchem Ce. tidad. Paso de intento en silencio otros muchos ; pero
sé lo que debo á la gloriosa memoria de S. L u i s , el
cual á su vuelta de la tierra santa fundó un convento
También tiéaé en k f x la iglesia de los mínimos de
de carmelitas bajo la advocación de nuestra señora de
S. Francisco de Paula, donde hay una milagrosa i m a - Esgalades. Tampoco debo de omitir la iglesia de nuestra
gen de nuestra señora sentada, de donde tomó el nom- señora de la Piedad dedicada á la virgen María en la isla
bre de nuestra señora de la S i l l a : fué restituida allí en de Lerins por Aldeberto, abad del antiguo monasterio
él año 1321 desde S. Salvador como á su antigua casa que hay allí.
que la habían hecho abandonar tas guerras civiles. En
Venasque se halla nuestra señora de la V i d a , que ha
Nuestra señora de Don.— Nuestra sonora del Buen consejo.— Nuestra
señora del Milagro.—Nuestra señora de la Esperan/.«.—Nuestra señora Nuestra señora de Monldevcrgnes. - Nuestra señora la Morona ó do
de la Flor de lis. Nasaretb.

X X X V . Entremos ahora en el condado venesino, don- A una legua corta de Aviñon se encuentra nuestra
de encontraremos muestras muy insignes de la devocion señora do Montdcvcrgnes, cuya capilla arruinada fué
á Alaria santísima. La noble ciudad de Aviñon, donde he reedificada despues por el señor del lugar, y al punto le
trabajado esta obrilla en honra de la V i r g e n , es como pagó la Virgen su cordial devocion dando una bendición
su centro: asi que reconoce á la madre de Dios por su general á todo el territorio.
principal protectora, de quien ha sido especialisimá- La capilla de nuestra señora de Nazareth , por otro
mente devota en todo tiempo. Con particularidad es ve- t i t u l o la Morena á causa del color aceitunado de la
nerada en la catedral, á donde concurre gente á todas imágen, está en Barroux , diócesis de Vaison, y es ve-
horas, v k a v muchas personas que por nada en el mun- nerable tanto por su antigüedad cuanto por las grandes
do dejarían "de visitarla diariamente. Esta iglesia, llama- y diarias maravillas obradas allí y por la señalada victo-
da vulgarmente nuestra señora de Don, ya por haberla ria que alcanzó de los impíos iconoclastas do nuestra
tenido m u c h o tiempo los monjes benedictinos, que an- época. Durante las primeras turbaciones del condado
teponen á s u nombre el titulo de don, ya porque la co- venesino los herejes habiendo ocupado el lugar y cas-
lina donde está asentada, se llamaba en lo antiguo la tillo de Barroux encendieron una gran hoguera, á la
peña de A n d ó n y hoy la peña do D o n , fué fundada por que arrojaron todos los papeles y títulos de la iglesia y
santa M a r t a , como aparece délas bulas de los papas y de la capilla con las imágenes de madera y demás que
señaladamente de Sixto I V , y desde entonces adquirió encontraron. Tuvieron el gusto, que les costó luego
celebridad por los muchos milagros obrados en diversas bien caro, de ver reducidas á cenizas todas las imágenes
épocas. Habiendo sido arruinada después por los sarra- de los santos, excepto la de la gloriosísima V i r g e n , que
cenos , la restauró Carió Magno y la repuso en el estado nunca pudieron consumir las llamas á pesar de los es-
en que ahora la vemos, dotándola con munificencia fuerzos de aquellos hombres sacrilegos, si bien quedó
para celebrar perpetuamente los divinos oficios. A mas rajada por algunas partes. Sosegadas las turbulencias,
de esta y de muchos conventos, cuyos templos están to- fué colocada la efigie en su l u g a r , á donde acude á ve-
dos dedicados á la madre de Dios, hay otra iglesia co- nerarla innumerable muchedumbre de todas partes á
legial y p a r r o q u i a l al mismo t i e m p o , titulada nuestra consecuencia de los frecuentes milagros que se hacen
señora la P r i n c i p a l , y otros varios santuarios milagrosos por la intercesión de la madre de misericordia y en es-
como nuestra señora del Buen consejo , nuestra señora pecial con los que padecen epilepsia, vahídos, fluxiones
del M i l a g r o , nuestra señora de la Esperanza, nuestra á la garganta y otras enfermedades semejantes. Lo co-
señora de la Flor de lis etc. m ú n es que los enfermos coníurran á la capilla en las
cinco principales festividades de la Virgen , y ha suce-
dido muchas veces que al entrar en el territorio de Bar-
roux ó cuando estaban rezando en la capilla, sentían por
la última vez violentos ataques de sus enfermedades y
de allí adelante so veian libres de ellas para siempre. ría por Elbon, señor de Berry é hijo de Lamberto, uno
También ha solido acontecer que han resucitado les de los que se encontraron con Cario Magno en la jornada
niños que habían nacido muertos, ó á lo menos han dado de Roncesvalles. Despues se restauró por los años de 1093
bastantes señales de vida para recibir con el bautismo la y fué dedicada por Urbano I I . Han sido tantos los m i l a -
herencia de los hijos de Dios. gros obrados a l l í , que la iglesia de Bourges hace aun
boy conmemoracion de ellos el dia último de mayo. Me-
Nuestra seüora de los Llanos,—Nuestra señora de la Isla. — Muestra se- rece referirse el que ocurrió hacia el año 1202, de que
ñora de llonteagudo.— Nuestra señora del Burgo de Dios. fué testigo ocular el autor del Espejo de las hislorm, hom-
bre fidedigno que lo dejó por escrito.
XXXVI. En el Delílnado á mas de las insignes iglesias Una buena mujer postrada delante de la imagen de
de Emhrun,Grenoble , üie y otras es visitada por m u - la Virgen, que era de piedra, se encomendaba fervorosa-
chas personas la de nuestra señora de los Llanos cerca mente á la reina del cielo, cuando ve llegar dos hombres
do Sancti-Spiritus, que está en medio de una hermosa y furiosos é impíos que empezaron no solo á mofarse de
fértil campiña y pertenece á las monjas de S. Benito. A ella, sino á blasfemar do la madre de Dios y ultrajarla
una legua corta de Viena so ve la iglesia de nuestra se- atrozmente hasta el punto de tirarle una piedra que par-
ñora de la Isla, donde se ha despertado poco há. la de- tió el brazo del niño Jesús; Los que estaban presentes,
voción desde que los padres de la eompañia de Jesús, de vieron al instante salir sangre de la herida, y el impío
quien es ahora, la tienen en mejor estado que antes. que la había causado, cayó muerto en el sitio. Querién-
Pasando el Ródano y entrando en el Vivares veremos qué dosele llevar su compañero, se apoderó de él el espíritu
gran devocíon profesan los habitantes de Tournon á maligno: al otro dia m u r i ó y fué á dar c u e n t j á Dios de
nuestra señora de Montcaguilo venerada en una capilla ¡odas sus maldades. Entretanto cundió la noticia de este
del colegio de la misma compañía, á doude concurren milagro y se llenó la iglesia de gente de todas condicio-
gi.ates d i diversas parles, y los votos que se ven en el nes, que acudieron de diversos puntos á ver lo que había
altar do la Virgen, son señales infalibles de los benefi- pasado. Entonces delante de aquella muchedumbre ocur-
cios recibidos. En el Forez cerca de S. Germán Laval rió una cosa todavía mas milagrosa que lo que dejo r e -
en midió de u n í dilatada pradera hay una iglesia de ferido: la imagen con sus mismas manos rompió un co-
nuestra señara muy concurrida de los fieles, que van de llar que tenía, y rasgó el vestido hasta descubrir el seno
todas partes ya on procesión, ya por devocíon particular, como detestando l a impiedad del sacrilego que habia te-
espíiulmenie para conseguir la lluvia y el buen tiempo nido la.avilaulez de insultar á su amado hijo. No es de-
necesario á la madurez de los frutos de la tierra. cible, cuánto contribuyó esto i renovar la d.cvocion de
todos los pueblos comarcanos, ni el respeto quede allí,
En Berry cerca de Bdurges y á orillas del Indro so
adelante se tuvo á aquel l u g a r , donde la madre de Dios
ve la antigua abadía de nuestra señora del Burgo do
daba muestras, tan evidentes de .su presencia y de su cari-
Dios, de la que dependen cuarenta y tres priora tos: aho-
ño maternaL
ra es colegiala. Fué fundada en honor de la virgen M a -
Nueslra señora de Fourvlere. — Nuestra señora de l ' U e - B j r b e . —
Nuestra señora de Valflorido etc.

En la populosa y floreciente ciudad de León á mas


de la antiquísima iglesia de nuestra señora de Fourvie-
re , que está situada en la parte mas alta y donde se lia
aumentado grandemente la dcvocion de algunos años
acá, veremos muchas iglesias, capillas y conventos de-
dicados á la gloriosa Virgen, y particularmente en la
iglesia de la Trinidad, de la compañía de Jesús, hay una
l e , que ahora tienen tos mínimos.
capilla muy linda de nuestra señora de Monteagudo, á
donde concurre con gran devocion el pueblo leonés y
donde experimenta frecuentemente la favorable asisten-
cia de la emperatriz de los cielos. A un cuarto de legua
de la ciudad está la antigua abadía de nuestra señora
de l'Ile-Barbe, fuudada por el emperador Cario Magno y
distinguida por el concurso y la devociou de los habi-
— I g É ^ a a p G s s
n u e s t r a s e ñ o r a d e G r a c i a , q p e es

tantes de la comarca. A siete leguas de León está el cé-


lebre santuario de nuestra señora de Valflorido, al que
se dio este nombre porque la imágen de la Virgen, colo-
cada en el altar mayor de la capilla, fué hallada por
unos pastores en el mismo sitio entre unas retamas que
estaban floridas por Navidad. Visitando yo esta capilla
supe un milagro que merece referirse. sa ya en razón do losi d « si(lo ^ e r t a d a la ciudad
Hace años que habiendo ¡do á rezar un mudo á nues- de época antigua, ya ¡ | r naoei , 5 Í 5 , se-
tra señora do Valflorido quedo curado milagrosamente y r i a n t e la » ' l r C e " t h i v o de i g l e s i a de nuestra se-
despues de concluida la novena de la Virgen pudo ha-
ñora y lo contorna a de haber mcen-
blar con expedición. No paró ahí la maravilla, porque
h r a todos l«s ^ o _Los su ^ P u c¡u(b(j y ,os
habiendo hecho voto de que si conseguía el uso de la
lengua íria todos los años por la misma época á tributar
sus homenajes á la Virgen en la capilla de Valflori-
do , si deja pasar la época sin i r , al punto pierde el habla
y no la recobra hasta que cumple su promesa. Esto le
ha sucedido ya algunas veces á causa de estar cerrado el
m m m
minaron r e c u r r i r á los divinos. Encaminanse á la iglesia detengo algo en esta capilla para contarte una cosa de
de nuestra señora, hacen una procesion general c°on la mucho consuelo que sucedió á fines del año 1031. Ha-
sagrada imagen y la suplican con fervorosas instancias biendo cometido un caballero la vileza de seducir a una
que se digne do socorrerlos en aquella extrema necesi-
monja y sacarla de su convento, la llevaba á cierto lugar
dad. La bondadosa madre siempre vigilante sobre los su-
que tenían convenido. A.1 entrar en un bosque les salie-
yos no jlejo de o í r á los de Dijon: apenas había salido la
ron tres ladrones, y como el caballero quisiese defender-
procesion, empezaron á ceder los suizos , á los tres d i «
se uno de los malhechores le dió con el arcabuz cu la
entraron en tratos con los sitiados y levantando el cerco
cabeza y le dejó muerto. Cayó con él la monja que lleva-
se retiraron á su país. Habiendo ocurrido este suceso
maravilloso dos dias antes de la Virgen de setiembre, los ba á la grupa de su caballo, y los ladrones comenzaron a
dijoneses hicieron voto de guardar perpetua ni m, te la me- registrarla: despues de quitarle cuanto tenia, le pregun-
moria de el y celebrar el dia G del mismo mes una pro- taron quién era y de dónde venia. Ella que llevaba con-
cesión solemne con la imagen de nuestra señora de sigo uua imagen de nuestra señora de Eslang y que la
«nena esperanza dando gracias á su libertadora por tan había sacado del pecho en cuanto vio el peligro, confeso
señalado beneficio. '''l'orian ingenuamente su delito añadiendo que conocía ser digna
de" toda suerte de maltratamientos. Uno de los saltea-
dores se movió á compasion y preguuto a la desaten-
e
los S Í f " " " U e S l r a m a n ° 6 S l A ' n c o r P° r arnos*con tada monja si quería volver al convento que infamemen-
ios que van en peregnnac.on a nuestra señora de Esta,,, te había abandonado. La monja respondió que so había
distante dos leguas de aquella ciudad. Diré en pocas pa- becho indigna de tal beneficio y que en caso que le acon-
abras el origen de esta devocion, que empezó eQP 1 teciese esa dicha, la contaría por una de las mas singu-
ano 15„1 Un vaquero que guardaba su gánalo en la lares mercedes que había recibido del cielo, y una de las
c u m b r e a«, m o , l l e d o n d e c s ü a h o r a , , - • ¿
que podía esperar de la divina misericordia. E ladrón a
un buey se desviaba de ordinario á pastar en cierto sitío
puso á la grupa del caballo y la condujo al convento
S í l t Z T P f , b f. W ® . Porque cuanto ma aconsejándola que otra vez fuera mas prudente y hones-
so le ahuyentaba de allt, mas porfiaba por volver Lo ta. La jóven que se deshacía en llanto, admirando por
mas admirable es que después de estar paciendo un dia un lado la infinita bondad de Dios y por otro la súbita
entero la yerba estaba mas espesa. Esta „¿vedad hizo so - mudanza de aquel hombre, discurría interiormente como
pechar al pastor que liabia algo de extraordinario y le podría pagar un servicio tan extraordinario. La amorosa
entraron ganas de cavarla tierra en aquel paraje: h i - madre de Dios que la guiaba, le sugirió al punto uno.
as
, < e n c o n t r ó una efigie pequeña do la'Virgen for- Con efecto quitándose la monja la imagen de nuestra se-
mada de barro, que tomó al punió con grandísimo rego- ñora, que llevaba al cuello, se la presento al ladrón como
j o la puso en u n árbol, donde fué venerada primera- su mas rica joya y como la señora á quien debía su l i -
mente por los campesinosy aldeanos de la comarca y bertad y toda la esperanza de salvación que le quedaba.
luego por muchas personas que acudieron de [odas par- El ladrón cogió la imagen y corrió a galope en busca de
tes con la noticia del milagro. su compañero. Pero fué admirable la mudanza de su co-
X X X I X . Ten paciencia, lector amado, y perdona si le
S73

donde fué asado en unas p a r r i l l a s el apóstol de Francia


S Dionisio. Esta fué una de las piadosas empresas de
razón en cuanto recibió aquella preciosa efigie, porque
Childeberto I , hijo y sucesor de Clodoveo por os anos
todo el camino sintió tan fuertes impulsos de mudar
de !>22, según escribe el poeta Venancio F o r t u n a t o , obis-
de condicion y conoció tan claramente su infeliz estado,
po de Poitiers; y está averiguado que la iglesia fue d e -
que no pudo descansar basta que tomó la firme resolu-
dicada á la gloriosa m a d r e de Dios. Despues el rey 1 o -
ción de buscar los medios para asegurar su salvación. En
b e r t o , hijo de Hugo Capelo, comenzo otra vez el plan
fin el cielo le tocó con tanta vehemencia, que el hombre
de ella, que fué continuado por s u h i j o E n r i q u e I - y por
hubo de rendirse y separándose de sus cómplices se di-
sus sucesores Felipe I , L u i s el Gordo y L u i s el Joven y
rigió al santuario de nuestra señora de Estang dándole
concluido en el reinado de F e l i p e A u g u s t o , llamado t a m -
gracias entre lágrimas y suspiros por sus misericordias
bién D i o s d a d o y el conquistador.
y confesándose perpetuamente su siervo. A u n cuarto de
La iglesia de nuestra señora de los Campos es mas
legua de Anxonne es visitada desde tiempos antiguos
antigua que l a de París, á l o menos en cuanto a su p r i -
nuestra señora de la Calzada, llamada asi por una g r a n -
m e r a f u n d a c i ó n , porque se sabe que era u n templo de
de y hermosa calzada que coge desde Auxonne hasta la
M e r c u r i o ó de Cores según o t r o s , y que habiendo obrado
capilla de la V i r g e n , donde muchos han encontrado a l i -
S. Dionisio u n m i l a g r o en é l , desposeyó p a l » siempre a
vio asi en sus enfermedades corporales como en sus n e -
los demonios y l e dedicó a l verdadero Dios y a l a g o -
cesidades espirituales.
riosa virgen María. Andrés Favin afirma en su H i s t o -
ria de Navarra que S. D i o n i s i o viniendo de las Gal,as
Nuestra señora de París. —Nuestra señora de los Campos.
aio allí la imagen de la V i r g e n con el n m o Jesús en
tesrod l i a s , según se acostumbraba p i n t a r l a en la iglesia
XXXVIII. Dirijámonos á la ¡lustre ciudad de París, p r i S a y qoe por aquel p r i m e r retrato se hizo otro
donde encontraremos por todas partes vestigios do la an- en una Piedra cuadrada como de u n P i e de diámetro,
tigua devocion de aqnel pueblo á la reina de los cielos. e s m a l t a d a v pintada de vivos colores , la cual se ve aun
Asi dice el monje Abbou en la relación del cerco de Pa- bov e s t a d a en otra p i e d r a mayor fuera de la iglesia
rís por los normandos que esta ciudad fué dedicada á la r n S s e ñ o r a délos Campos al lado del septentrión
Virgen santísima desde los tiempos mas remotos. La f u ñ o a cementerio p e q u e ñ o , sogun atésta l a i n s c n p -
iglesia de nuestra señora se eleva sobre los demás e d i - S que hav a l pie de l a m i s m a piedra. Anade que esta
ficios como el cedro del Líbano sobre los otros árboles. p i n t u r a fué "la p r i m e r a sacada por el original cle S Dio-
E l que quiera conocer la grandiosidad, belleza y majes- n i s i o v que por el mismo so hizo una efigie de b u l t o , l a
tad de este templo, puede consultar al devoto y d i l i g e n - cua? se trasladó despues á la iglesia catedra de núes ra
te Santiago du Breul en sus Antigüedades de París. señora de que acabo de h a b l a r , y so coloco en la nave
A l l í concurren todos los días muchedumbre de fieles atraí- n avor ' donde os venerada hasta ahora como la patrona
dos de los milagros que ordinariamente se obran, y q u e p r i n c i p a l de la ciudad de I'aris. Esta iglesia de núes ra
interrumpidos durante algunos años se han renovado señora dé los Campos f u é reedificada con sus capillas
poco hace. Fué primeramente edificado este templo j u n -
to á la iglesia de S. Dionisio del Paso en el sitio
soterraneas, que vulgarmente se llaman la bóveda bajo siempre a una orden tan santa. A este fin escribió al
el feliz reinado de Roberto I : hoy es de los carmelitas superior de ella, y díó á los monjes el palacio de Gcn-
que ocupan el convento de la Encarnación. t i l l y eerca do París; pero de alli á algunos días r e -
currió al monarca el prior nombrado pidiendo el pala-
La sania « p i l l a de P a r i s . - N u t s l n soüora de Valverde. cio abandonado de Valverde, porque tenia buenos aires,
estaba en bellísimo sitio y ademas era muy espacioso.
X X X I X . En el patio de palacio y sitio donde estaba en E l rey puso alguna dificultad al principio, alegando que
otro tiempo la antigua capilla de nuestra señora de la ya se'habia dado i otros religiosos y que rió1 habían p o -
Estrella, el rey S. Luis mandó construir en el año 1-242 dido habitarle porque los demonios los inquietaban y
la santa capilla, á donde se llevaron procesionalmcnte los. traían á mal traer; pero como el prior respondiese
las sagradas reliquias que habia mandado traer de u l - que mediante la gracia de Dios y la asistencia de su santa
t r a m a r ; y no hay duda ninguna de que la Virgen santí- madre, bajo cuya protección se habian puesto, espera-
sima, á quien pertenecía aquel l u g a r , ha retenido el ban que los espíritus malignos no tuviesen ningún poder
mismo derecho que antes le asistía. sobre ellos; el rey con el parecer de su consejo otorgó
En el año de 1239 edificó el mismo santo rey la la petición diciéndoles qne fuesen en nombre de Dios y
cartuja de nuestra señora de Valverde, que estaba en el do la virgen María, en quien habían puesto su confianza
arrabal de S. Germán , donde existia el antiguo palacio y que les infundía tanlo animo.
de los reyes do Francia. E l motivo fué este. Habia antes E l 21 de noviembre del año de 1251 entró el prior
en aquel mismo lugar u n espíritu maligno llamado co- en la Casa de Valverde con sus monjes, que estuvieron
munmente el diablo de Valverde, el cual por permisión continuamente en oracion por tres días y tres noches
de Dios atormentaba y afligía sobremanera á los t r a n - haciendo procesión por toda la casa y suplicando á nues-
seúntes, porque á mas de los gritos horribles con que tro Señor por la intercesión de su sacratísima madre, á
espantaba a la gente, no pasaba nadie que no fuese las- quien habian elegido por patrona, se sirviese echar de
timado. Por este motivo la puerta de la universidad se allí aquella turba de diablos, para que en adelante fuese
llamo la puerta del infierno, y aun hoy vemos que la servido y glorificado en dicha casa. Durante estos tres
calle que va de la universidad á nuestra señora de los días u n monje, sus criados y algunos habitantes de las
Campos, conserva el nombre de calle del Infierno. B u s - inmediaciones oyeron truenos y u n estruendo espantoso,
cando un remedio á esta calamidad, declaró i los p a r i - vieron nieblas y una humareda que oscurecían y corrom-
sienses una monja, á quien se creía favorecida del don pían el aire, y sintieron temblor de tierra -. de manera
de profecía , que si querían verse libres do la i m p o r t u - que algunos criados cayeron malos: tan duro se les h a -
nación de aquel demonio, era preciso edificasen en el cia á los espíritus malignos el abandonar aquel delicio-
mismo sitio u n monasterio de cartujos. Habiendo l l e - so asilo. Pero al cabo habiéndose mantenido firmes los
gado este consejo á noticia del r e y S . L u i s , se decidió monjes, se vieron aquellos forzados á h u i r y salieron
con todo empeño á ponerle por obra; á lo cual contri- de la casa como densas nubes de humo de un hedor
buyó no poco el gran afecto que habia profesado insoportable. No son para contar las acciones de gracias
que los monjes dieron á Dios y á l a gloriosa Virgen , y TRATADO PRIMERO.
los festejos públicos, en que tomó buena parte S. Luis,
que no se cansaba de bendecir y glorificar a l Señor.
Nuestra sebera de U Caridad. - Nueslra señora de la « H e de los Osos.
Va entonces se empezó á edificar con todas v e r a s , y
acabada la iglesia con suma presteza, se celebraron por
XL. Pasando p o r la calle de Jardines tal vez os mo-
p r i m e r a vez los divinos oficios el dia de la Asunción del
verá u n a santa curiosidad á ver el priorato u hospital
año de 1324 en agradecimiento de los insignes benefi-
conventual de nuestra señora de la C a n d a d , cuya f u n -
cios recibidos de la santísima madre de Dios. Desde e n -
dación ocurrió de esta suerte según Santiago d n - B r e u
tonces principió el pueblo de París á cobrar afición á
enT u s Antigüedades de París. E l año 1290, q u i n t o del
aquel santuario, donde se obraron despues muchos m i -
reinado de Felipe e l h e r m o s o , b i e l a la fiesta de Pascua
lagros.
u n j u d i o que vivía e n el sitio donde ahora esta el con-
E l señor de Joinville afirma en su H i s t o r i a de san
v e n t o , convino con u n a pobre m u j e r en dar e una can-
Luis que cuando volvían de la tierra s a n t a , estando una
íidad de dinero con la condicion de q«« ella l e entrega a
mañana en la cama Argonnes, uno de los caballeros
la hostia que recibiese en la comumon. Habiéndosela
mas poderosos d é l a Provenza, como l e diese el sol en
evado l a m u j e r , e l j u d í o hizo todo l o que pudiera ha-
l a cara, m a n d ó á un escudero que tapase el agujero por
cer u n demonio p a r a i n s u l t a r l a , porque p r i m e r a m c n l e l a
donde entraba el sol. Habiendo el escudero sacado el
a avesó diferentes veces con u n c o r t a p l u m a s y ueg
cuerpo fuera de la nave para c u m p l i r el mandato de su
con u n clavo, sobre el cual descargaba martillazos. En
señor, le falló el pie y cayó al mar. Entretanto caminaba
cguWa la azotó de u n modo singular, y viendo que l a
l a nave á toda vela, sin que nadie advirtiese l a desgracia
hostia derramaba sangre con abundancia l a arrojo al
que habia sucedido; pero á poco tiempo pasó el barco
fuego con f u r i a . L a hostia salió ilesa y empozo a revolc-
en que iba el señor de Joinville, el cual so a d m i r ó m u -
ar po el aposento; lo cual encendió de ta manera en
cho de v e r á u n hombre encima del agua, que no se ayu-
i « \ aouel infeliz que cogió u n cuchillo de cocina y
daba u i con pies, n i con manos lo mismo que si fuera de
l e u c r l a pedazos. Pero no habiéndole salido bien
piedra. A l punto mandó que lo socorrieran, y habién-
este sacrileso i n t e n t o , la aló en el l u g a r mas asqueroso
dole recogido en s u nave, supo del mismo escudero qne
d é l a casa, y como estaba tan frenético,-lomo una lanza
al caer se habia encomendado á nuestra señora de V a l -
v se fué á embestir á l a hostia. Entonces se abrió en esta
Terde y que esta madre bondadosa le cogió por un
"un agujero, del q u e manó un c b o r r i l o de s a n g r e ; mas
hombro y le sostuvo encima del agua hasta que llegaron
Z ¡ o r eso se aplacó la r a b i a de aquel corazón de t gre;
á auxiliarle ( I ) .
al contrario poseído de nuevo f u r o r echo la hostia en
u n a caldera de agua h i r v i e n d o . La hostia sal,o también
(1) Adición de la madre M. nómgos r e g l a r e s d e a q u e l l a i l u s -
1. de Blemur. — « E n la abadía Iré casa. Esle es uno d e los victoriosa de esta p r u e b a , porque habiendo teñido en
r e a l de S. Víctor está la santa santuarios d o n d e mas v e n e r a d a
sansre toda el agua de l a caldera se, lanzó milagrosa-
.capilla de nuestra f e n o r a . d e la es la V i r g e n y d o n d e e l l a d i s -
Buena n u e v a debajo d e t i e r r a , y t r i b u y e m a s l i b e r a luiente s u s mente 1 á la a r r i b a dejando al j u d i o tan fuera de si que
l a c o n s e r v a n m u y b i e n los c a - faYores.» n i aun pudo pensar en encubrir su abominable crimen.
Asi es que fué preso y quemado vivo para empezar a
T «"
TOMO I .
sentir en esta v,da el fuegode Iadivina justicia', que debe
de abrasarlo eternamente en la otra. Su casa fué "on Ana de Bretaña, que fué esposa de dos reyes esclarecidos,
fiscada y dada á los hermanos de la Caridad por Feli e Cirios VIII v Luis X I I , dió el palacio viejo de Nigeon al
el hermoso, y allí se edificó una iglesia bajo la advoca- glorioso S. Francisco de Paula, para que fundara un con-
vento de su orden y una iglesia de la Virgen. En la a -
1 1 ' ! ,n"Cftra SeÑOra d e l a Caridai1 • P e r o dema- dea de Haubervilliers concurre gran gentío a la capilla
siado estrecha como toda la casa, se ensanchó y reedifi-
de nuestra señora de las Virtudes; titulo que le batí va-
có de nueva planta y se hizo la dedicación el dia 13 do
mayo del año 1408. 0 lido los estupendos portentos obrados allí: los principales
A una esquina de la calle de los Osos se ve una ima- se pueden ver en las pinturas que adornan la capilla.
gen de nuestra señora, delante.de la cual hay costum- También oiremos hablar de nuestra señora de Chol-
bre de colgar todos los años un tapiz y quemar un les fundada por la reina Batilde, mujer del rey Clodo-
árbol de pólvora. Esto procede do que en el año 1418 vco II- de nuestra señora do l.oggchamp, llamada de la
un bribón que salia de una casa inmediata después de Humildad do nuestra señora y fundada por la beata Isa-
haber perdido el dinero y cuanto tenia, hasta los vestidos bel de Francia, hermana de S. Luis; de nuestra señora
de Longpont, donde hay un priorato de la orden de
f a " a t a -í a < l a á l a imagen, de cuya herida salió a!
S Benito; y de nuestra señora de Hierre, titulada asi
punto gran cantidad de sangre. Tero la justicia divina
no tardo en hacerle pagar su delito, porque fué atado á por un riachuelo del mismo nombre, á cuya orilla está
un poste y asolado desde las seis de la mañana hasta asentada; de nuestra señora de Footel, de nuestra se-
que se le salieron las tripas á fuerza do golpes Igual- ñora de Boloña, mandada construir en la aldea de
mente son célebres la capilla de nuestra señora do Loreto Menntz cerca de Saint-Cloud por los vecinos de París y
que esta en el Temple, la de nuestra señora do Montser- otros que habían ido en peregrinación a núes ra señora
rat que está en Santiago del Hospital, la de nuestra seño- do Boloña en la Picardía; de nuestra señora de Gracia,
ra de la Alegría, que está en el Espíritu Santo, y la do q u e está fuera de la puerta de S. Antonio y es délos
nuestra señora del Buen parto, que está en S. Esteban religiosos de la tercera orden de S. Francisco; de nues-
de los griegos. tra señora de Vincennes , donde hay dos imágenes de la
Virgen á las que el pueblo de París tiene gran devocion
XLI No saldríamos jamás de esta populosa y devo-
desde el r e t a l o do Luis el jóven y Felipe Augusto qu^
Ü q u i s i é r a m o s v i s i , a >' '«dos los santuarios y
fueron sus fundadores; do nuestra señora de Malnoue,
lugare, donde es venerada la Virgen; pero aun es mas
qu está á cuatro leguas de París; de nuestra sonora de
notable que por cualquier lado que salgamos de París,
Ar-enteuil, de nuestra señora de Maubuisson, que se lla-
no hallaremos mas que capillas y oratorios dedicados en
madla real; do nuestra señora de la Buena nueva que es
honor suyo. En la calle de S. Dionisio de Francia, donde
un-, raDiila de S. V i c t o r ; de nuestra señora de los Mi-
ante» había un bosque, está la capilla de nuestra señora
fle los Bosques, contigua á la iglesia de santa Oportuna: T r o s , q u e está en el claustro de la iglesia de S Mauro
cerca de Chaillot la iglesia de los mínimos, que se llama do los fosos. Sobre el altar donde está e sepulcro d
nuestra señora dé Todas las gracias. La devota princesa S Babolino, primer abad de este monasterio hay u n ,
imágen déla Virgen, que se cree haber sido hecha mila-
Modesta: el pozo desde entonces se llama de los santos
grasamente por una mano invisible, cuando se disponía fuertes. Con estos excelentes ejemplos de fortaleza y
á labrarla el escultor Rumoldo. Me veo en la precisión valor echó la religión cristiana tan profundas raices en
do o m i t i r otros muchos santuarios por no molestar al el corazon de los chartrenses, que enviaron una emba-
lector. A diez leguas de París cerca de Senlis en Valoís jada á Jerusalen donde estaba la Virgen, para manifes-
se ve la imagen de nuestra señora de la Victoria, que el tarle su antigua dcvocíon y cómo el rey Prisco le había
rey Felipe Augusto mandó construir por los años de 1214 entregado el señorío de su ciudad. De ahí provino que
despues de haber terminado felizmente las guerras con despues fué nombrada muchas veces y ella misma se t i -
los ingleses y flamencos: en agradecimiento añadió la tuló señora de Chartres. E n cuanto á la iglesia que e s »
renta necesaria para mantener dos lámparas de plata de- ahora en la antigua cueva, aseguran algunos haber sido
lante de la santa imágen. edificada por la regia munificencia de Cárlos el Calvo
hácia el año 870: otros atribuyen este honor a S. F u l -
Nuestra señora de Cliartre's. — Nuestra señora de la Brescbe.
berto, obispo de Chartres, quien dicen la erigió por os
KLII. En la Beauce iremos á ver á nuestra señora años de 1000 de nuestra redención con el auxilio de las
de Chartres, cuyo n o m b r e es célebre no solo en toda espléndidas dádivas del rey Canuto de Inglaterra, al que
Francia, sino aun entre las naciones extranjeras. Sebas- movió coa sus instancias el arzobispo de Cantorbery
tian R o u i l l a r d , escritor instruido y diligente, compuso Edclvod. Croo mas verisímil que S. Fulberto solamente
la historia de esta imágen, sacada en la mayor parte de la restauró y reparó. Por fin habiendo depositado el em-
los archivos de Chartres. Es antigua tradición que la perador Cario Magno en Aquisgran la santa túnica de la
imágen venerada allí fué labrada en el bosque sagrado gloriosa Virgen con otras varias reliquias, su nieto Car-
que había en las llanuras de la Beauce, y por consenti- los el Calvo la trasladó á Francia y se la regaló a la igle-
miento del rey Prisco y de los principes y señores del sia de Chartres. Los milagros que ha obrado Dios por
reino colocada en la cueva donde celebraban sus sacri- ella en diversas ocasiones y especialmente en la contur-
ficios por mano de los druidas (los sacerdotes y sabios bación de la ciudad de Chartres, los refiere muy a la
de los antiguos galos) unos cíen años antes del naci- larga Sebastian Rouillard en su Parténice. En la misma
miento del Salvador en honor de la virgen que había de se ve también la capilla de nuestra señora de la Brcsche,
p a r i r , cuyo misterio habían sabido por los oráculos s i - de la que hablaré mas oportunamente en el tratado t e r -
bilinos. Despues S. l'otenciano, enviado alas Galías por cero discurriendo acerca de la conservación de Char-
S. Pedro conS. Albino y S. Edoaldo, movió á los druidas tres.
y á los pueblos chartrenses, por otra parte bien dispuestos,
Nuestra señora de I.» Buena nueva. - Nuestra señora de Clery.
áque recibieran el bautismo : bendijo el altar y la imágen
con las ceremonias religiosas y convirtió la cueva en igle-
sia. E l presidente Quiríno que gobernaba la provincia en XLI11. En Orleans la iglesia parroquial de nuestra se-
nombre del emperador, habiendo sabido lo que pasaba, ñora de la Buena nueva es una muestra de la piedad del
mandó arrojar en un pozo contiguo al altar de la Virgen rey Roberto, el cual la mandó construir en el mismo
á muchos cristianos y entre ellos á una doncella llamada
l u g a r donde r e c i b i ó la buena nueva de que se babia li -
Saludaremos á nuestra señora de la Encina cerca de
brado de la m u e r t e su padre Hugo Capelo, A dos leguas
Sablé, donde María santísima ha mostrado de doce años
cortas de allí el rey Luis XI fundó el santuario de
acá que se complacía on ser venerada y obsequiada. Vé
nuestra señora de Clery y tenia mas devocion á él que i
aqui cómo aconteció la ¡ « a : en medio de un páramo,
todos los otros. A s í es que quiso ser enterrado alli á los
donde por lo común no so veian mas que ganados y pas-
pies de la V i r g e n , en quien únicamente tenia toda su
tores, habia una capilla desierta y arruinada con una
esperanza despues de Dios. Se han obrado grandes m i -
imágen vieja y bastante mal hecha de la Virgen. Un hom-
l a g r o s ; pero el siguiente es muy singular asi por lo.ex-
bre rico que tenia u n hijo contrahecho,.no queriendo
t r a o r d i n a r i o como porque es perpetuo. Delante de la sa-
verle á su lado porque le daba pena y enojo, le e n -
grada imagen hay u n cirio grande sujeto con una gruesa
tregó á una mujer del campo para que le criara : esta
cadena do h i e r r o , a l que Dios ha dado la virtud de que
nodriza llevaba algunas veces su ganado á los alrededo-
si estando en p e l i g r o de muerte algún peregrino ya en
res de la capilla. Un dia se sintió interiormente impeli-
t i e r r a , ya en el m a r hace voto de ir á nuestra señora de
da á entrar en ella con el niño que tenia en los brazos,
Clery para librarse do él, el cirio da una ó dos vueltas
y habiéndose arrodillado oró á la Virgen y le dijo r o n
con u n r u i d o tan f u e r t e , que los habitantes de la ciu-
mucha simplicidad que no cessria de importunarla has-
dad corren al p u n t o á la iglesia y le ven girar sin ayuda
ta que sanase su niño. Continuó sus súplicas por espa-
de n a d i e ; cosa q u e no pueden hacer diez hombres j u n -
cio de unas seis semanas, y al cabo de ellas estando una
tos. Mas de cien veces se ha hecho información dé esto
mañana en la capilla orando de lo intimo de su cora-
y se ha hallado s i e m p r e que el movimiento se ejecutaba
zon, vid que el niño se l u é i a enderezado sin que le que-
á la misma hora q u e se pronunciaba el voto, llace mas
dara ningún rastro de su primitiva deformidad. Al prin-
de seiscientos años que era célebre en milagros nuestra
cipio le cosió trabajo creer lo que veia y cerciorarse de
señora do A v e n o n , según consta por la recopilación que
que aquel niño era el suyo, y á no haber observado a l -
hizo de ellos el canónigo de León nugo Farsy.
gunas facciones y considerado qne estaban los dos solos
en la capilla se habría persuadido á que era olro niño
Nuestra señora de A n l i l l i o r s . — Nu-stra señora de Bohuird. — Nuestra puesto en lugar suyo. A I fin después de examinarlo aten-
señora de la Encina Nuestra señora de la Cabeza del puonlc.
tamente no i o quedó duda alguna. Extendida por el l u -
gar la noticia del m i l a g r o , todos corrieron á la capilla,
X L I V . En el A n j o u ofreceremos primeramente nues- donde en menos de seis meses se obraron otros diez m i -
tras oraciones á la virgen de Ardilliers ó Argilliers según lagros insignes. Habiéndose probado estos auténticamente
algunos. Su n o m b r e es ilustre en toda Francia ya por la y creciendo de dia en dia la devocion del pueblo á aquel
devocion que alli se observa, ya por una fuente que cura santuario, el mariscal do Bois Dauphin, agradecido á la
toda clase de enfermedades. Cerca de laciudad do Angers merced que María santísima le hacia de querer habitar
veremos á nuestra señora de Behuard, donde se han obra- en sus estados (do lo cual no podia esperar mas qne fe-
do muchos milagros desde muy antiguo, según aparece licidades), mandó edificar una hermosa iglesia donde es-
de la historia de L u i s XI. taba la capilla, con hospedería para los peregrinos.
Ahora concurren alli los devotos de Angers, del Mans,
do Duretal, de la Fleche y de toda la comarca. Se llama
nuestra señora de la Encina á causa', según creo, de
que hay cerca de la capilla una encina corpulenta.
En la Fleche visitaremos la iglesia de nuestra señora X L V L En Sormandia
titulada de la Cabeza del puente, á donde concurren dia- n u o concurso que ^ V de Francia,
riamente muchas personas y en particular estudiantes. de las iglesias mas i l j g » » J J g * de „ m

De cuando en cuando se hacen alli algunos milagros, Visitaremos asimismo las iglesias , res de csla

aunque no se d i v u l g u e n , como lo atestan los votos col- , otras muchas, )' veremo. en ¡ ^ ¡ ^ AoDÍe
p r o v i n c i a s a n t u a r i o s consagrados a i a »
gados al rededor del a l t a r .
I d e cuando e n cuando P - ^ ^ / J ^ observa en

Nuestra señora do Ñames ó d e l Buen socorro.—Nuestra señora de la Asis- satisfacción W ^ S S Í Í K « * contigua á la c i u -


tencia.—Xueslra señora de! Unen puerto.

s w í ^ ^ s ^ J S S
X L V . En Bretaña veremos la magoifica-catedral de
Nao tes. El obispo S. F é l i x la dedicó á los apóstoles san
Pedro y S. Pablo; pero habiéndola destruido los norman-
dos, el principe deBretañaAlano,apellidadoBarbatorci-
SU a l u m b r a m i e n t o A tr^le,u lnsaños ,a pr0 .
da, que los subyugó gloriosamente el año 937, la reedi-
Gcó mas hermosa de lo que era antes, bajo el titulo de ñora déla Ayuda, a donde.se J W rca como

nuestra señora del Buen socorro, porque á la Virgen cesión de los v ^ n o s e la c y ¿ ^ ^ ^ ^


después de Dios atribuía los triunfos de sus armas. En al asilo comuu de todo aquel P d- , uua
el arrabal de la noble y antigua ciudad de Renues se va una provincia pequeña c o n « n a a ^ ^
á visitar á nuestra señora de la Asistencia, la.cual se
iglesita de nuestra seno.a 6 ü uue . |q ^
muestra propicia á toda clase de personas y especialmen-
r r ^ S ^ S i o a e . o s m a l e s que.es
te á los niños que nacen muertos. En la capilla de nues-
tra señora del Buen puerto en Dol se ven muchos votos atormentao(i).
- o r a ¿ e | Büsqti?.—^Nuestra señora
al rededor del altar, debidos los mas á la.gratitud de los Nuestra señora do B o l o ñ a . - N u o s t r a M ^ ^ ^ ^ d0 Medil)pueW8._
que han sido asistidos por la Virgen enmedio de las bor- de Biache.—Nuestra señora do Joi-- K¡.ora det[0y0n.

rascas ó en otros peligros del mar (1). Nuestra señora de Amiens

r. i « . « f l K veremos tantos santuarios de-

(I) Véase al ¡iti d e l t o m o l a B l e m u r , que se pone en la ñola C.


a d i c i ó n d e l a m a d r e M . J. d e _ — — T ~ - T „„csiTal On d e l t o m o en la
886 587

dantes bendiciones temporales y cspi.Mtunles La irañgen

É ^ p w s & m
Se
ta o 1 ' v "°,ra dB B 0 l 0 Ü a f
"° cJil¡M
d a por Cto? ¡ S S K ^ S S

S " « - tradición qoS en' e S S nf lel esta historia, á la c a s a del caba lero, )
u f a e n una nave p o r el ministerto de los ángeles v re volvió la imagen á B o l o ñ a p o r tercera vez. A l l í estuvo
dur nt e v n e )• dos años con toda la contradicción qu
1 oponer á su restauración; pero en el
marca, sino de los países mas remotos r a, ca Se I W habiendo mandado el ilusivísimo Claudio D o r -
m y , obispo de Boldña, reedificar l ^ a p ^ e nu^^se-
ño a arruinada por los ingleses, monseno J U c u o , t o n
tellier, su sucesor en el obispado y b r e d e o de sus
ritos v singular dcvocion á M a n a santísima la trastaflO
su nación, _(jus va estaba i n f i c i o n a d
con toda s l e m n i d a d y gran

C U a l borozado el día 30 de marzo de 16*0. Uestaniad,. esta


fué restablecida i n m f i f i s ^ f
P m 7
recibió desde entonces la v e n e r a l „ v T

¿ r e s de la torcera ó r -

e n c i n a punta hay dos ángeles, que son como los pilotos

de
En el mismo condado de Boloña oiremos hablar déla

sdevotos.s ^ s
Cerca déla ciudad
Sd S
e P e « q
t «

cas; á otras dos leguas, p e r o p o r


nuestra señora de M e d i o p u e n , euj o « ^ ^
han sido referidos por F r . Juan te
de mínimos. Dice que llevando u n pastor
á apacentar s u rebañojuntoá las lagunas que Labia don-
de hoy están las praderas de Hamelet, descubrió inopi-
nadamente u n a imágen de la V i r g e n , y habiéndola ense- y naturales de las cercanías de Laon. El mayor era señor
nado primero á unos vecinos y l u e g o á otras personas de Arpe y el segundo de Marchois (ambos estados con-
que acudieron á verla, todos juzgaron que la madre dé servan .aun los mismos nombres), y el tercero no tenia
Dios quería s e r venerada y servida en aquel lugar. Se estado alguno. Habiendo curado de las heridas que r e -
erigió pues s i principio una capilla quedespués se en- cibieron en aquel reencuentro por defender su liber-
sanchó considerablemente, y en el a ñ o 1012 fué edificada tad y habiéndose hecho recomendables tanto por su
de nuevo y puesta en el estado en q u e hoy la vemos. En valor como por su nobleza fueron enviados al Cairo y pre-
Amiens esta la iglesia de nuestra s e ñ o r a , tan afamada sentados al soldán, el cual al pronto los trató con suma
por su hermosura como por las gracias que dispensa la aspereza: luego se le antojó ganarlos para Mahoma; á
reina del cielo á los que acuden á invocarla. La de nues- cuyo efecto mandó meterlos en un calabozo y ponerlos á
tra señora do N o y o n es igualmente célebre por las mis- pan y agua haciendo que los tentáran algunos morabitos
mas consideraciones (1). ysacerdotes de su secta. Por último les envió su hija
Ismeria, doncella hermosa y bien instruida en su falsa ley,
Nuejtta señora do fcaoo.—Nueslr»seíora do la Alegría. la que despues de sostener muchas disputas fue vencida
por los graves razonamientos y la constancia de los ca-
El mismo escritor empleó gran diligencia para dar balleros, haciéndole particularmente impresión la vida y
a la posteridad algunas noticias de las maravillas que las alabanzas que le contaron de la virgen María, madre
había obrado Dios hasta su tiempo en nuestra señora de de nuestro señor Jesucristo, cuya imágen deseó ver.
Laon de donde era canónigo. Despues continuaron por El hermano mayor sin pensar á qué se obligaba (por-
muchos anos basta la erección de la capilla y l u c o her- que según es de p r e s u m i r , el espíritu de Dios guiaba
mosa iglesia de nuestra señora de la Alegría, antigua pe- entonces su lengua), le prometió mostrarle una; mas no
regr.nac.on de nuestros-reyes y uno de los santuarios pudiendo cumplirla promesa, él y sus hermanos r e c u r -
mas concurridos de Europa. Su origen es muy prodigio- rieron á Dios y á la gloriosa Virgen. A la noche siguien-
so, y en la sucesión de los tiempos no han cesado los m i - te halló.á su lado una efigie déla madre de Dios, que se
lagros. Bo.ssat escribió la historia de este santuario, déla cree ser la misma que se ve aun hoy en la iglesia de
que vamos a d a r aquí un resumen. Por los años de 1154 nuestra señora de la Alegría: la santa imágen despedía u n
los ascalomtas hicieron caer á los hospitalarios recien olor suavísimo y difundía una gran luz por lodo el cala-
instituidos en u n a celada que les habían armado. Entre bozo donde estaban cautivos los tres hermanos. Además
los prisioneros había tres caballeros picardos, hermanos les pareció oír un concierto armonioso, que no podía
ser sino música de los ángeles, de que quedaron a d m i -
rados: aquella noche la pasaron con mucho consuelo.
A l otro día habiendo vuelto la princesa Ismeria al cala-
mídri va Hn d d ,0 U0en h
' "<*» E - bozo fué testigo de todas aquellas maravillas; lo que
causó tal mudanza en su corazon, que en vez de conver-
tir á los cautivos fué ella convertida y ganada á nuestro
te. Desde entonces ha obrado infinitos milagros y ha sido
Señor. Se llevó la imágen á su habitación, y honrándola
venerada por los muchos devotos que concurren de t o -
de mil maneras recibía tanto consuelo y alegría, que no
dos los países de Europa. El gozo que produjeron tan-
podía separarse de ella. A la noche siguiente se ^ a p a r e -
tos sucesos, lo valió desde entonces el título de nuestra
ció nuestra señora y le declaró que ella libraría á los ca-
señora de la Alegría, con el que se ha quedado.
balleros del cautiverio y seria honrada con su nombre.
En cuanto amaneció, Ismeriacon toda resolución y con
sumo gozo habiendo recogido sus joyas y algún di- Nueslra sedera del Esjiino.-Nueslra «ñora da Reims.-Nueslra seíora
nero sefuéen derechura al calabozo, que milagrosamen- de Avenay. •Nuéilra sofera de Prele.-Nueslra seíora de Mercliiney.

te encontró abierto, llamó á los caballeros y les mani-


festó su determinación. Partiéronse todos juntos, y atra- X L V I I I . En la Champaña á una legua do Chalons-sur-
Marne veremos la bella iglesia de nuestra señora del Es-
vesando el Cairo sin ser descubiertos llegaron á la orilla
pino , cuyo título se le dió por haberse visto la primera
de un brazo del N i l o , donde se presentó un gallardo
vez esla milagrosa imágen sobre un espino, donde fue
mancebo, el cual los pasó prontamente en un barqui-
venerada algún tiempo hasta que se le edificó una ca-
cbuelo y al punto desapareció. Desde alli caminaron de
pilla.
noche tres horas, y hallándose cansada Ismeria pidió á
los caballeros que descansasen, lliciéronlo asi, y cuando En Reims so ve la magnífica catedral de nuestra se-
dormían lodos cuatro, fueron milagrosamente traslada- ñora, tan célebre por su grandiosidad y hermosura como
dos cerca do la casa paterna de los caballeros, y recono- por las maravillas obradas allí. Según el docto historia-
ciendo ellos el sitio marcharon sin tardanza hácia el cas- dor de Reims fué primeramento edificada por S. Nicasio,
tillo. Ismeria por seguirlos apresuradamente dejó olvida- arzobispo de la misma ciudad, junto al palacio de don-
da la imagen de la Virgen cerca de una fuente, cuya agua de salió el rey Clodoveo para ser bautizado por S. Re-
rebasó sobre laimágen: desde entonces esta agua cura migio. S. Nicasio, que tenia costumbre do i r á orar en
las liebres y otras varias enfermedades. el templo de la Virgen edificado por é l , luego que los
vándalos ocuparon la ciudad y pasaron á cuchillo una
No es decible el gozo que tuvieron los padres de los buena parte de sus habitantes, se fué derecho á la puerta
caballeros cuando los vieron de vuelta, y especialmente de la misma iglesia con su querida hermana la virgen
cuando supieron lo que les habia acaecido en casa de santa E u t r o p i a , consagrada á Dios y dotada de todas
Ismeria y los beneficios que le debían. Despues de los las virtudes, para no entregar su alma al Señor s i -
cumplidos regulares la princesa fué presentada al obispo no delante de la imágen de María. A l l í estaban can-
de Laon, quien la bautizó y le puso por nombre María. tando los dos las divinas alabanzas cuando llegaron los
Quedóse en la casa con la madre de los caballeros, que bárbaros. A l tiempo de cortar estos la cabeza al santo
era una señora muy virtuosa y respetable, y allí vivió el obispo decia aquellas palabras del salmo GXVUI: Ádhte-
re<to de sus diascon gran castidad y piedad. Los caballe- >il pavimento anima mea. Cayó la cabeza al suelo, y acabó
ros mandaron edificar una iglesia en un sitio donde se le «I versículo diciendo distintamente: Vivifica me secun-
cayó á Ismeria la imagen de las manos por un peso mara- dan terbum tum. La hermosura de santa Eutropia cstu-
villoso, y nuestra señora fué trasladada alli solemnemen-
regia, sola spes homimnn, sola fiducia, noilrorm crimimm
expugna vitia et patríhorninm nos reconcilia. Amen (1).

TO para arrebatarle la palma del m a r t i r i o ; pero ella se La iglesia de nuestra señora de Avenay , que es m o -
mostró tan animosa, que los bárbaros cansados de sus nasterio de monjas benedictinas entre Reims y Clialons,
inútiles tentativas la unieron á su hermano en la muerte fué célebre desde la antigüedad por diversas maravillas
como lo habia estado en vida por la mas intima ca- que ha obrado allí la Virgen. En Bassigny se habla de
nuestra señora de Prelc, que está cerca de Saínt-Gen-
ridad. , . ,.
gonx, y de nuestra señora de Merchiney, que está como
Desde entonces empezó Dios á multiplicar las mara-
á una legua de Chaumont.
v i l l a s ; l o cual fué causa de que el esclarecido llmcmaro,
arzobispo después de Reims, ensanchase mas de la mi-
tad aquella insigne iglesia y la hermosease de tal suerte, ( 1 ) I.o cual traducido en fiama de los homares, destruye
que corre parejas con las mas magniDcas de Francia. nuestro idioma quiere decir : Oh los vicios de nuestros pecados y
virgen de las vírgenes, oh regia reconcilíanos con el padre di los
Antes de salir de ella tengo que participar al lector una
virgen, sola esperanza y con- hombres (!s\ del T . }.
cosa d i " n a de saberse. Fuera del coro hay un cuadro
bastante a n t i g u o , escrito en letras góticas y asegurado
cuidadosamente á u n pilar con abrazaderas de hierro,
donde se dise que cierto personaje de Roma muy de-
voto d e j a V i r g e n santísima le rezaba lodos los días mu-
chas oraciones y particularmente la salutación angélica.
U n día estando en oracion, se le apareció nuestra seño-
ra y lo d i j o entre otras cosas que le eran agradables sus
rezos; pero que hubiera deseado que él saludase á su
madre santa Ana. A esto respondió el devoto siervo de
María q u e no sabia qué oracion decir. «Cuando reces
el Ave, -Varia, repuso la Virgen (lo cual debes hacer con
frecuencia por el gusto que tongo en oír esa oracion),
y l l e g u e s á l a s p a l a b r a s : El benedictas frticlus ventris luí;
a ñ a d e l a s s i g u i e n t e s : El benedicta sil sancla Annamler
lúa, ex qua sine macula caro lúa processil virgínea (i).
Luego proseguirás Sancla Varia hasta el fin. • En el mis-
m o cuadro se halla escrita esta devota oracion , que mis
lectores se alegrarán de saber: O virgo virginm, o virgo

11 ) Tuesto e n romance r " a c i r : Y bendita sea tu madre son- TOMO I.


i n t e l i g e n c i a de los que no cono- la Ana, de la que saM a > man-
een l a lengua l a t i n a , quiero d e - chalu carne virginal..*. He-1-*;
NOTAS.

A.

Minera de asta adopción celestial.

IV. En segundo lugar es necesario saber que esla adopción


celestial se verifica por medio del Espíritu Sanio, que es difun-
dido en nuestras almas con lodos sus dones. Estoes lo que en-
tiende el Apóstol cuando dice las memorables palabras si-
guientes: «Porque 110 habéis recibido el espíritu de servidum-
bre para vivir olí a vez con temor, sino que habéis recibida el
espíritu de adopcion de hijos, por el cual clamamos: Abba
¡padre); porque el mismo Espíritu da testimonio A nuestro
espíritu de que somos hijos de Dios ( l ) . » Y en olro lugar:
«Y por cuanto vosotros sois hijos, ha enviado Dios ú vuestros
corazones el espíritu de su hijo, que clama: Abba (pa-
dre) (2).» Esla adopcion se hace por la unidad con Jesu-
cristo : asi es una especie de generación por la voluntad como
la de los hombres que adoptan hijos; pero excede ¡i lodo
ejemplo, porque se hace por la incorporacion en el hijo natu-
ral. Por lo tanto hay motivo pura decir que somos hijos de
Dios y en calidad de tales nos da Dios el espíritu de su hijo,
es decir, el Espíritu Sanio, obrando de la misma manera que
en Jesucristo y haciéndonos ejecutar las mismas acciones
que ¡i é l , Abba, mi pudre. La palabra padre su expresa en
hebreo y en griego, lo primero porque es el padre de los j u -
díos)' de los gentiles: lo segundo porque el Espíritu Sanio
nos hace orar con gemidos inefables; lo tercero por,¡no los
hijos acarician á su padre y le halagan con osle nnmbse.-do

(1¡ Adrprn. V l l l , ! 5 , 1 3 . - (S| Aú jalat,'IV. OÍ


NOTAS.
ternura. Abba es un nomWdo dignidad, y padre es un nom-
b r e d e n a t u r a l e z a ( D e la madre Varia Jacoba de ¡¡lémur.). nagia, panagia. E l m a e s t r o ,le e d r e m o m a s ofrecíla eli p a o y e l
Z c i p c comía un pedazo: despees bebía un trago de vino y
B- daba ensobrante á L o s los oficiales fesoándo es larga . a
toda suene de bendiciones. Hah.endo indagado n uci os
Orije» de h fiesta Je la Asunción. origen de esta ceremonia, un e s c r . l o r W o d e r n o d ce o s
l e n i c e n el Reloj de los griegos: sos .ene c p , > «
La fiesta de la Asunción do nuestra señora, que podemos on los santos apóstoles v que después de. la mu«te de nuet
llamar la corona de todas las demás fiestas que la iglesia ce-
lebra en honor de ella, es una de las mas antiguas, como se
conjetura por una carta de Sofronio á santa Paula y su liija.
El autor era contemporáneo (lo S. Gerónimo, á quien muchos
atribuyen aquel escrito. Es verdad que Hicéforo refiere qué el
emperador Mauricio hizo celebrar esta fiesta por lodo su im-
perio ; pero no ha de entenderse esto de sil primera institu-
ción , sino do un edicto del príncipe para introducirla en
Oriente como ya lo estaba en la iglesia latina. La octava la
anadió el papa" Lcon IV, que había sido hijo de S. Benito an-
tes de ser padre de lodos los fieles. Movióse á esta devocion
aquel pontífice para pagar el beneficio que la ciudad de Ro-
Sáesssxsa^i
C « n i al cenáculo (álos tres días de aquel suceso , un
ma había recibido de la poderosa reina do los cielos, cuando
S p acucaban osla santa costumbre tapare c o m £
la libró de un espantable basilisco. El venerable Pedro, abad
,1 „i ta madre de D os rodeada de luz y de y o
de Cluny, cuenta otra maravilla muy averiguada en su tiem-
po : d saber, que las velas que se encendieron en la iglesia
de anta María la mayor la víspera de osla solemne fiesta, se
encontraron al concluir el día siguiente tan enleras como
cuando se encendieron , y eso que habían ardido veinte y cua-
tro horas. Jorge Codino, diligente historiador del imperio
griego. cila una costumbre nolablo que se observaba en la
"corle de ConslanliñOpla. Al acabar de comer entraban dos
® 5 a y a i l l o s .pie tu divino hijo quiso honrar con
oficiales en la sala, y al punió se levantaba el emperador sos-
teniéndole dos pajes por debajo de los brazos para que se el Utuío de hermanos, suyos, segnn sabemos por el santo
mantuviese firme y ejecutase con respeto la ceremonia si- EV
p S Í Ü ' n o era justo que habiendo sido coronada nuestra
guiente. Un oficial llevaba vino en una copa de oro con una
servilleta. y el otro un plato de-oro con un pedazo de pan
llamado panagia: al acercarse hadan una profunda reveren-
cia al emperador, v esle por su parto se. inclinaba ante el pan
y o! vino misteriosos, mientras gritaban los asistentes: Pa- conducta después de su gloriosa r A p W
i-imtti m e t Subir ú su eterno Padre les manifestó su po-
L S 1 s r i í n i l de ¿star Cernemente con ellos y con'sus
50TAS.
r 1 1 ','" m o l l v o grandísimo consuelo para los hijo,
la cuidado singular y una bondad dulcísima. Pero me aparto de
T? '»adre de Diosen particular y para toda u
£ * * » en general que se dignase la Virgen de ns r las mi raí asunto. En otro lugar hablaremos de los importantísimos
servicios que hizo á la iglesia: ahora fijémonos en nuestro mis-
Z l ü t l t í prometernos su asisten L terio y veamos cómo favorece la Virgen santísima álos que
tasU el fin de los siglos. Ks verdad q u e ella tiene algún ín- veneran su triunfo.
teres , porque participa del cetro de su hijo de un modo sin-
g r : los dos tiene, l o s m i s m o s dominios, los .„¡TmossX Venancio Fortunato, antiguo poeta eclesiástico, compuso
«1 himno O gloriosa domina, cuyas primeras palabras denotan
C n
tente'. de 7 " ' ? ° 'a diferencia de
1«« C e L t el ensalzamiento de nuestra augusta reina y le agradan tanto,
que dio una insigne prueba de ello. La relación que voy 4 ha-
cer, está sacada de la crónica de S. Francisco en el ano de
1222, á los quince de la fundación de esta orden. Suce-
dió pues que descando saber el guardian del convento de
Alanguer en Portugal qué himno de los que usa la iglesia
agradaba mas á la Virgen santísima, ordenó al novicio mas
estimado en su corto rebaño se lo preguntase á la madre
de Dios. Quedó sorprendido el mancebo de este mandato;

SzSSrSsSs M ™ « " » " P . - — ¿ « s i ?


pero no se atrevió á contradecir i su superior, ni aun a exa-
minar si era razonable la obediencia que le había impuesto.
Echóse á los pies de una imigen de nuestra señora de la Mise-
ricordia y le hizo la pregunta propuesta por su superior. I.a
Virgen le respondió con suma bondad que era el himno O glo-
riosa domina; á lo cual replicó elnovieío: Señora, supuesto que
me has concedido una gracia que yo no me hubiera atrevido i
•esperar, permíteme te haga presente una pena que atormenta
m i corazón, y es que mi superior tomará tu respuesta por
un sueño mió y no ia eicerá. Pues bien , dijo la bondadosísima
señora, consiento en calmar tu congoja y en darte una prueba
t i ángel que iiislrnia á sania Bri«id.i
que te librará de toda sospecha: ve á buscar a ese guardian

asasB^WSE tan severo y díle de mi parte que para justificar mi palabra y


la tuya venga aquí ahora con su comunidad y vera en mi
' brazo derecho á mi amado hijo, que hasta el presente ha des-
cansado en el izquierdo. Diciendo esto le pasó de un brazo al
otro á vista del devoto novicio, el cual enajenado de gozo cor-

I p i M ro 4 referir al guardian lo sucedido no pndiendo ponderar


bastante la incomparable bondad de la reina del universo
No menos admirable es lo que voy á contar, sacado del Me-
nologio de S. Benito y que pertenece singularmente a la
fiesta de la Asunción de nuestra señora. Mientras la reina Isa-
bel, tari famosa por la persecución contra los católicos, gober- peras, que son continuadas por aquella ¡lustre comunidad;
naba la Inglaterra, entraron de drden suya los herejes en el pero con un canlo tan dulce y armonioso, que no hubo jamás
monasterio de Maja en llibernia poseídos de ciego Turar: los una música tan deleitable. Cada mártir tenia una raya encar-
cuarenta monjes que allí inoraban, viendo que 110 era p a t i t a nada al rededor del cuello, una corona en la cabeza y una pal-
la actitud de los sectarios y queriendo morir al pie del aliar ma en la mano, y con esla figura majestuosa cantaron el ofi-
se juntaron delante del santísimo sacramento, donde espe- cio de la reina de los mártires en presencia del devoto ei-
raron la consumación de su holocausto con una constancia dig- llerero. que estaba absorto de semejante prodigio. Concluidas
na del espíritu que los animaba; de suerte que hallándolos las vísperas, los monjes volvieron ásn estado anterior y des-
los calvinistas en tal disposición les cortaron la cabeza y los cansaron segunda TCZ en el Señor.
dejaron anegados en su propia sangre. Durante esta cruel tra-
gedia estaba fuera del monasterio si eillcrero y no volvió hasta Este milagro metió mucho ruido en la Hibernia, y cierta-
que ya se habían marchado los herejes. ¡Cuál seria su turba- mente puede contarse como uno de los mas singulares que
ción cuando encontró el monasterio abandonado v sin nin- han acontecido en la iglesia de Dios. Por él vemos que el hijo y
guno de sus hermanos! Al punto sospechó que los herejes la madre miden sus favores por nuestras necesidades y que es-
habían pasado por allí; pero no le quedó duda alguna cuando tando los irlandeses vacilantes en la fé, era necesario con-
descubrió toda la dichosa comunidad tendida en el suelo v na- fortarlos con alguna eficaz medicina.
dando en un lago de sangre y el coro do la iglesia conver- Digamos dos palabras de la piedad deS. Esteban, rey de
tido cu 1111 matadero. Lo único que pudo hacer en tan lamen- Hungría, para con la madre de Dios, á quien veneraba de todo
tables circunstancias, fué derramar lágrimas sobre los santos corazon, pero particularmente en calidad de soberana: se ale-
mártires, envidiar la suerte de ellos y lamentarse de su propia graba tanto de sus grandezas y le tenia tanto respeto, que man-
desgracia: eran tan dolorosos sus gemidos y tan tiernos sus dó la llamasen la gran señora en lodo su reino; y con efecto
lamentos, que hubieran- causado compasion á las almas mas nadie era osado de pronunciar el santo nombre de Mana sino
endurecidas. Lo que iuas aumentaba su pena, era el no poder hincado de rodillas. En las conversaciones familiares no se
celebrar el oficio de la Asunción, eu cuya vigilia so estaba por pronunciaba jamás por no rebajarle: en su logar se decía nues-
ser solo para cantar vísperas, y porque'com'o dice la Escritura, tra señora ó nneslia buena señora. Mas porque nuestro Señor
la música y las lágrimas no hacen buena pareja. Arrodillóse pues prueba á sus amigos para coronar su paciencia, sobrevinieron
y clamó en la amargura de su corazon: Va sabes, Virgen sa- muchas desgracias á aquel santo rey: perdió todos sus lujos,
cratisimii. nuestra única señora y protectora, con qué esme- fué acometido de diversas enfermedades y amenazado de re-
ro. zelo y amor has sido honrada siempre en esta casa. con beldes v conjurados contra su persona y reino. F.s verdad que
ijité reverencia se han celebiado todas tus fiestas; ¿porqué era mas de la Virgen qne de él después de haberse ofrecido so-
pues permites que quede sin celebrarse la gran solemnidad de lemnemente .poniendo SU corona y cetro y todo su poder en
hoy.' Estaba tan conmovido, que la. madre de Dios se lomó el manos de la reina del ciclo y queriendo ser reputado única-
trabajo de consolarle de una manera que será la admiración de mente por uno de sus humildísimos siervos.
todos los siglos, Oye primeramente sonar las campanas del En esto sucedió que el emperador Conrado, principo am-
monasteno.siu que nadie las locase, y luego ve levantarse del bicioso , resolvió conquistar la Hungría y ocuparla á la fuerza
suelo todos los cuerpos muertos.de los sanios mártires cogien- cohonestando un hecho tan poco cristiano cor, algunos razones
do cada uno su cabeza y poniéndola en su sitio natural: en de estado. El re» Esteban supo que. todas tas tropas del impe-
seguida se colocan en sus asientos y el abad culona las vís- rio estaban va en" las fronteras de su reino y que se adelantaban
á jornadas dobles para sorprenderle; pero lejos de sobrecoger-
« de terror con ten fatal nueva dio las órdenes oportunas del otro mundo? ¿En qué estado le encuentras? ¿Qué buscas
para poner un dique á aquel torrente, y sabiendo que el reino aquí ? Aquella alma le participó que había padecido las terribles
pertenecía a la madre de Dios se postró delante de su imá J penas del purgatorio; pero que en la noche de aquella gran fes-
tividad la madre de Dios había pedido su libertad y la de
Heu'v T , r e V C ° r a C Í ° " : " S i 1 U Í e r c s ' s c S o r a ^ r a n a d e l otros muchos y que habia satado del purgatorio mas almas que
S ' , q u e u n a p a r l e d e l u s d 0 " l i " ¡ <« «a asolada las que había entonces en la ciudad de Roma. Como la otra mu-
por los enemigos y deslrmdo este nuevo plantel de tu adorabi- jer tuviese dificultad en creer las palabras de la difunta, le dijo
lísimo hijo Jesucristo; te ruego no permitas que se impute esto esta que al cabo de un año las confirmaría con su muerte: y en
" f * c o n , a n z a * » l » protección, sino á disposición de tu efecto descansó en Dios según la predicción.
voluntad: s, el pastor ha merecido algim castigo por sus peca-
Concluyamos el discurso do esta fiesta disponiéndonos para
dos que pague él solo la pena, y no consientas, si | 0 u o n e s
alabar mil y mil veces á la reina que es objeto de ella. Un dia
por bien. que las inocentes ovejas sean afligidas por su causa..
reveló á sania Gertrudis quo cuantas palabras pronuncian los
Levantóse y salió á campaña con las Iropas que pudo reunir
fieles en honra suya, son otros tantos florones de oro que siem-
p mendoso el a la cabeza con un valor invencible: pero apenas
bran en su ropaje; pero que ella los recibe solo para pagárselo
hab a andado media jornada, un correo le trajo la noticia do la
con usura y ponerlos en estado de comparecer ante su divino
retirada del ejerció imperial por haber recibido los generales
hijo y todos los santos de un modo mas agradable, de suerte
orden de volver á Alemania. Sin duda este orden fué c o "
que las personas interesadas ó desinteresadas hallan igualmen-
da de arnba porque el emperador no tuvo conocimiento de
te ventaja. Las unas la sirven sin otra mira que la de agradar-
ella. Es verdad que se sometió y que sinceramente arrepen-
la : las otras que no son tan desprendidas, lo hacen con la espe-
tido abandono desde entonces sus proyectos. v el sanio rey Ro-
ranza de que las proteja. Y sin duda lo hará : basta poner sus
be,„o euarcnla y dos añós su pueblo con "mucha sabiduría
intereses en manos do ella, porque nada perecc en las de una
y piedad. En fin quiso Dios coronar sus buenas obras coa una
madre tan buena y poderosa (Adición de la madre¡t. J. de
muerte preciosa el dia mismo de la Asunción de nuestra seilora
Blemur).
según los vehementes deseos que habla tenido siempre de
celebrar el triunfo de la Virgen con los espíritus bienaventu-
rados y entregó el alma al Criador con unos sentimientos de C-
piedad que admiraron á lodo el reino.
S. Pedro Da miaño refiere una historia tan célebre en la ciu- En el obispado de Saint-Bríeux y distrito de Gouello tene-
dad de Roma, que para conservar la memoria de ella se grabó mos á nuestra señora de la Cuna. Los naturales del país crean
con miras de oro en una labia de mármol blanco colocada por tradición que en olro tiempo fueron honrados con la cuna
ai lado del aliar mayor de la iglesia de nueslra señora del Pór- de la madre de Dios, en memoria de lo cual lodos los años se
tico. Dice pues que en el año 10/2 una mujer de Roma vió en- llevaban á una especie de altar que habia quedado de las rui-
tre los que asistían al oficio ,1c la Asunción , á una amiga suya nas de la antigua capilla , frutos de la tierra, lino, piezas de
que halua muerto hacia algún tiempo. Sorprendida sobrema- hilo y cosas semejantes, queriendo la Virgen ser venerada
nera de uu encuentro tan inesperado miraba atentamente i conloantes en aquel lugar. En el año 1034 sucedió que paseán-
aquella mujer y no podia dar crédito á lo que veia: conclui- d ose un hidalgo llamado Felipe de llalegoetcon su mujer Clau-
dos los divinos oficios rompo porenlre la gente, se acerca á ella dia de Barrin por el bosque donde estaban las ruinas de aquel
y le pregunta si no es fulana. La misma, respondió la difunta. edificio, distante solamente un cuarto de legua de su hacienda
Pues ¿ como te presentas coi, los vivos. repuso la otra, siendo de I.ostang. como hablasen de an negocio ¡|ue los traia dis-
agua v le restituyó sano y salvo i la ribera con admiración de
NOTAS.

gustados, hicieron voto de que si les saliu á medida de su deseo


por la intercesión de la madre de Dios, reedificarían la capilla;
lo cual aconteció asi al poco tiempo. ¡No fueron infieles á su

T,n0ttTSSmase"
promesa los dos esposos, sino que con toda diligencia procu-
raron reedificar.á sus expensas y*fcon auxilio de sus amigos la
casa de nuestra señora. El altar mayor está dedicado á la ma-
cada a r t i c u l o ! Adición de la madre !H. J. deBlemur).
dre de Dios, y los otros dos á sus dichosos padres S. Joaquín y
santa Ana. E l piadoso hidalgo nombró sacristan de la capilla á D-
un hijo suyo, 110 pareciéndole nada humilde ni bajo cuando se
trata de servir á la reina del ciclo y de la tierra. Desde entonces Nuestra wiior» de la Oelürímáa.
las ofrendas de los devotos se emplean en adornar el santuario,
que se halla en muy buen estado. Todos los dias se dicen mu-
chas misas: se hacen novenas ; y las procesiones de las parro-
quias de la comarca van alli anualmente el dia de la nalividad
de nuestra señora, que es la fiesta titular. g S s K s w s r t a s s s s
Su Santidad ha concedido indulgencia plenaria á los fieles K o C t o segundo obispo de Bayeux, y la destruyeron los
RegnoDerio, ' E e s t e lastimoso estado subsistió
que la visiten en tal dia, y Dios para premiar la piedad de los
devotos otorga infinitas gracias á los que recurren á su sacratí-
sima madre. Hablo como de una época presente y de una expe-
riencia del día, cuyos testigos están vivos; pero aunque nuestra
señora derrama sus beneficios sobre toda clase de personas,
parece 110 obstante que son privilegiados los niños, como que se
aproximan mas á su purísima infancia. Habiendo caído al agua
muchas de estas Criaturas inocentes y habiéndolos encomenda-
do sus padres á nuestra señora de la (¡una, salieron salvos y sin
ningún daño. Eslaudo enfermo de una apostema en la gargan-
ta, que se juzgaba mortal, el hijo mayor de Gregorio Italegocl,
de edad do tres años, experimentó la eficacia de la intercesión
de la Virgen , porque apenas el padre hizo un voló por el,.se
reventó la . apostema y quedó curado el niño. Al dia siguiente
fué á cumplir el voto con una vela en la mano, y daba gusto
ver al tierno peregrino andar á pie un cuarto de legua para dar
gracias á su poderosa libertadora.
A los dos años estando el mismo niño con veinte y seis
personas en una barca en el rió Trigtiicr, se fué esta á pique, y
solo él y una mujer embarazada se libraron de aquel gran peli- S . S 3 ' « . a. 1..« * M M » « * - » ' » "
gro por la protección de nuestra señora de la Cuna , á quien se
encomendó de todo corazon : 1111a mano invisible le sacó del
de !os que ponen su confianza en el nmW u, • , y todas las parroquias y comunidades religiosas pagan anual-
mente este tributo á la madre de Dios. Sor Lorenza de lindos,
5 abadesa del real monasterio déla santísima Trinidad de Caen,
¡ » ^ í E S S r ^ ofreció á nuestra señora su casa, su persona y sus religiosas
durante una enfermedad contagiosa que afligía á lodo el país:
fué tan gratad la Virgen la piedad de la abadesa, que dispen-
só á su comunidad una protección que podría pasar por mila-
grosa. Desde que hizo el voto, no dejaba la abadesa de enviar
todos los años á la capilla el dia de nuestra señora de los Do-
lores los capellanes y criados de la abadía, para que renova-
sen su homenaje á. la" Virgen, y remitía alguna dádiva. Ge-
neralmente tenían comunion todas las personas que moraban
en el monasterio, hasta las edneandas, y puede decirse que
aquella buena abadesa dejó esta devoción como en herencia
á sus monjas.
Hizo erigir una hermosísima capilla bajo la advocación de
nuestra señora de los Angeles, donde so reza el oficio déla
• « » • » » " i n w i SaSES s noche en invierno, y en lo restante del año las religiosas hacen
frecuentes visitas á la madre de Dios. (Adición de la madre Ma-
ría Jacoba de Blemur).

E.

Kuestra señora- de Soissms.

Seria necesario un larguísimo discurso para tratar de las


maravillas de nuestra señora do Soíssons, abadía de monjas
' benedictinas, donde existe una sandalia de la Virgen santísi-
ma que obra muchos milagros. Fué fundada' en el año 658
por san Drausino, y desde entonces acá ha sido siempre favo-
3 manfedecjralli , „ w 5¡ „ virgen s e a p i a S ™
recida por la madre de Dios con mocho consuelo de las
á <1 ie afortunadas religiosas que vivan bajo de su dependencia. F.1
r d ^ d o Z Í T 7 " " ' A n d a d o s , « ñ o r a hubíM
atoS F11 ' ° ' " I T P'' 1 " 1 ' desaparecieron todos los P. D. Miguel Gorman. monjo muy docto de la «mgrogaeion
ratones. El avaro convertido cumplió fiel,nenie su nrome« de S. Mauro, ha publicado osla historia; yo no citaré mas
que un solo ejemplo entre muchos quo trae para manifestar con
qué particular'conato mira la Virgen por esta casa.
S á S P r • vcr,f el
do Ro'oorfo Cenalís, Habiendo.saqueado los calvinistas la ciudad do-'Soíssons en
Ob,.¡.o de Av ranchos, y en el P. Fossard. re,¡ i o s o |y¿ ü 0 ¡ s c i i l o >
el año 1667 y queriendo abolir el sacrosanto sacrificio do la
misa y la veneración de los santos, derribaron las iglesias,
na. AHÍ acude,, e a proccs.on fes habitadles de fiain y B W
destruyeron los aliares, profanaron los ornamentos y vasos
sagrados, hicieron pedazos las imágenes, quemaron las reli-
quias de los santos y cometieron todo género de crueldades
contra los eclesiásticos.. Solo la abadia de nuestra señora se
libró del furor do los herejes porci valimiento de la princesa-
Catalina de Borbon, hermana del de Condé, que era la abade- INDICE.
sa. No podiendo los frenéticos sectarios hacer daño á nuestra
señora (porque se lo había prohibido el príncipe pena de la
vida; cercaron con guardias el monasterio, para que nadie se
escapase. Mas los soldados que estaban de centinela por la
noche solían oír un estrépito de armas v veian guerreros per-
trechados de armas blancas, que al parecer rondaban por las ta- Páginas.
pias de la abadia para degollarlos. Contáronlo á sus capitanes
v
los cuales se quejaron á l a abadesa, que habitaba entonces Advertencia del traductor
en el palacio episcopal para evitar que los sectarios prendie- Prefación de los editores franceses Vil
sen luego a las iglesias restantes y cometiesen aun mavores Dedicatoria • XXIX
desórdenes en la ciudad. L a princesa que sabia lo contrario,
Plan del autor XXXI
les aseguro que no había ningún hombre en la abadía excep-
to algunos eclesiásticos viejos é incapaces para tomar las ar-
mas. Mas al instante se los mandó salir. Entretanto los sol-
dados continuaban viendo p o r la noche guerreros armados, y TRATADO PlilMERO.
los Oficiales entraron á registrare! monasterio, donde no en-
contraron a nadie; délo c u a l quedaron en extremo corridos. OR1CEN DE LAS CORONAS.
A la noche siguiente se asustaron los centinelas mas que
las anteriores, y ni uno siquiera se alrevió á quedarse en el
cuerpo de guardia. El dia rie la Anunciación de nuestra se- Discurso fundamental del tratado primero I
ñora salieron los herejes de la ciudad sin saber quién los ' Capítulo I . Del titulo de madre de Dios, verda-
collana, no conociendo ó n o queriendo conocer el poder de la
dero origen de todas las grandezas de la gloriosa
capitana de los ejércitos de l a iglesia. t.a abadesa que pensaba
virgen María 3
de diversa manera y conoció bien que se debía á aquella la sus-
<j. I. I)c la excelencia del Ululo de madre de Dios. 3
pirada libertad, mandó componer una antífona y una oracion.
que se rezan todos los días en la iglesia en acción de gracias II. Que el titulo de madre de Dios es el origen

por lamaflo beneficio, y el d i a de la Anunciación se caula so- y la medida de todas las grandezas de la Virgen. 14

lemnemente ai fin déla misa con repique de campanas.

PRIMERA ESTRELLA Ó GRANDEZA DE LA CORONA DE EXCELEN-


Hugo Farsy trata extensamente la liistoria 'de esla santa
CIA DE LA MADRE DE DIOS.
fasa. asi como las maravillas de nuestra señora de I.aou, de
laque se cree .que era canónigo {Adición de la madre ¡Uaría
Jacoba de B/emur). Capítulo II. Que María es la primogénita de las
simples criaturas por el derecho de su predes-
20
tinación eterna
TOMO I . 39
destruyeron los aliares, profanaron los ornamentos y vasos
sagrados, hicieron pedazos las imágenes, quemaron las reli-
quias de los santos y cometieron todo género de crueldades
contra los eclesiásticos.. Solo la abadia de nuestra señora se
libro del furor do los herejes porci valimiento de la princesa-
Catalina de Borbotta hermana del de Condé, que era la abade- INDICE.
sa. No podiendo los frenéticos sectarios hacer daño á nuestra
sonora (porque so lo liabia prohibido el principe pena de la
Vida, cercaron con guardias el monasterio, para que nadie se
escapase. Mas los soldados que estaban de centinela por la
noche soban oír un estrépito de armas v veinn guerreros per-
trechados de armas blancas, que al parecer rondaban por las ta- Páginas.
pias de la abadia para degollarlos. Contáronlo á sus capitanes
los cuales se quejaron á l a abadesa, que habitaba entonces Advertencia del traductor V
en el palacio episcopal para evitar que los sectarios prendie- Prefación de los editores franceses VII
sen luego a las iglesias restantes y cometiesen aun mayores Dedicatoria • XXIX
desordenes en la ciudad. L a princesa que sabia lo contrario,
Plan del autor XXXI
les aseguro que no lubia n i n g ú n hombre en la abadia excep-
to algunos eclesiásticos viejos é incapaces para tomar las ar-
mas. Mas al instante se los mandó salir. Entretanto los sol-
dados continuaban viendo p o r la noche guerreros armados, y TRATADO PRIMERO.
los ohe, ales entraron á registrare! monasterio, donde no en-
contraron a nadie; délo c u a l quedaron en extremo corridos. ORIOEN DE LAS CORONAS.
A la noche siguiente se asustaron los centinelas mas que
las anteriores, y ni uno siquiera se atrevió á quedarse en el
cuerpo de guardia. El dia rie la Anunciación de nuestra se- Discurso fundamental del tratado primero 1
ñora salieron los herejes de la ciudad sin saber quién los ' Capítulo I . Del titulo de madre de Dios, verda-
collana, no conociendo ó 110 queriendo conocer el poder de la
dero origen de todas las grandezas de la gloriosa
capitana de los ejércitos de l a iglesia. La abadesa que pensaba
virgen Maria 3
de diversa manera y conoció bien que se debia á aquella la sus-
<j. I. I)e la excelencia del Ululo de madre de Dios. 3
pirada libertad, mandó componer una antifona y una orarion,
que se rezan lodos los días la iglesia en acción de gracias II. Que el Ululo de madre de Dios es el origen

por tamaño beneficio, y ci d i a de la Anunciación se canta so- y la medida de ¡odas las grandezas de la Virgen. 14

lemnemente al fin déla misa con repique de campanas.

PRIMERA ESTRELLA Ó GRANDF.ZA DE LA CORONA DF. EXCELEN-


Hugo Farsy trata extensamente la liistoria 'de este sania
CIA DE LA MADRE DE DIOS.
casa, asi como las maravillas de nuestra señora de Laou, de
laque se cree .que era canónigo {Adición de la madre ¡Uaría
Jacoba de B/emur). Capitulo II. Quo María es la primogénita de las
simples criaturas por el derecho de su predes-
20
tinación eterna
TOMO I . 39
TERCERA ESTRELLA Ó GRANDEZA DE LA CORONA DE EXCE-
J. I. Que nuestro señor Jesucristo fué el verdadero
LENCIA DE LA MADRE DE DIOS.
modelo por el cuál fué trazada la Virgen santísima. ->0
II. Que nuestro señor Jesucristo por su predesti-
nación eterna es el primogénito de todas las cria- Capitulo IV. Que es la hija amada del Padre
102
turas 25 eterno - • •
III. Semejanza de la Virgen santísima con nues- I. Primer titulo por el cual es llamada la Urgen

tro señor Jesucristo, por donde se manifiesta cómo hija del Padre eterno • • 105

aquella es la primogénita de las simples criaturas. 31 $. II. Segundo Ululo por el cual es llamada la Vir-
gen lija del Padre eterno. / . . •*

SEGUNDA ESTRELLA O GRANDEZA DE LA CORONA DE EXCE-


«SABIA ESTRELLA Ó GRANDEZA DE LA CORONA DE EXCELEN-
LENCIA DE LA MADRE DE DIOS.
CIA DE 1.A MADRE HE DIOS.

Capitulo III. Que desde el principio del mundo


Capitulo V. Que es la esposa del Espíritu Santo. 116
fué anunciada por los profetas y representada
J¡. I. Que la bienaventurada Virgen es verdadera-
por las figuras antiguas 38
mente esposa del Espíritu Santo "7
$. I. Que era propio de la grandeza y excelencia de
II. Cómo el Espíritu Santo preparó á la gloriosa
la madre de Dios el que fuese anunciada y figurada
virgen María para que fuese su dignísima esposa. 119
mucho antes de su venida al mundo 39
g. I I I . De las disposiciones que- la virgen santa Ma-
II. De tres figuras muertas por las cuales fué
ría puso por su parle para hacerse digna esposa del
representada la madre de Dios; á saber, la
Espíritu Santo . ' . ' " . ' ' 124
zurza de Moisés, la vara de Aaron y el vellocino
g. iv. Gracias incomparables que el Espíritu Santo
de Gedeon 44
" otorgó á esta su esposa en favor de sus desposorios. 129
<j. I I I . De otras tres figuras de la misma naturaleza,
V. Cómo la beatísima Trinidad concurrió de mi
á saber, del arca de la alianza, del trono de Sa-
modo inefable á estos divinos desposorios 133
lomón y de la nube de Ellas 56
$. I V . De algunas figuras vivas y animadas que re-
presentaron á la madre de Dios, y primeramente de QUINTA ESTRELLA Ó GRANDEZA DE l.A CORONA DE EXCELEN-
Eva, Sara y Rebeca 67 CIA DE LA MADRE DE DIOS.
S. V . De María, hermana de Moisés, de Axa y de
Jahel 77
Capitulo V I . Que no tiene igual en sus partes pe-
$. V I . De Judit, Ester y Betsabé 87
regrinas y calidades naturales 159
VII. De Abigail. Marta y Magdalena 93'
<¡. 1. De la nobleza de la madre de Dios 140
II. De su gracia y hermosura corporal U4
¡j. I I I . De su excelente entendimiento 153 OCTAVA ESTRELLA 6 GRANDEZA DE LA CORONA DE EXCELEN-
g. I V . De su excelente índole. CIA DE LA MADRE DE DIOS.

Capitulo I X . Que es singularmente bendita. . . . 303


SEXTA ESTRELLA Ó GRANDEZA DE LA CORONA DE EXCELENCIA
g. I. Abundancia de la bendición concedida á la ma-
DE LA MADRE DE DIOS.
dre deDios y plan detodo el discurso siguiente. . . 304
g. I I . Que la Virgen santísima fué singularmente ben-
Capitulo V I I . Que es incomparable en gracias y
dita entre las mujeres ; • • 50S
merecimientos. . : 104 g. I I I . Que es singularmente bendita entre los justos
$. I. De la excelencia de la primera santificación de y los amigos de Dios • •
la madre de Dios 1 ,¡3 g. I V . Que es singularmente bendita entre todas las
§. I I . De! aumento de la gracia en la Virgen san- criaturas
tísima 175 g. V . De la fuente de todas estas bendiciones. . . . o*u
III. De la elevación de su gracia final I8(¡
$. I V . De la grandeza de sus méritos 193
NOVENA ESTRELLA Ó GRANDEZA DE LA CORONA DE "EXCE-
V. De las otras gracias de la Virgen sunlisima
LENCIA DE LA MADRE DE DIOS.
y especialmente de sus gracias gratuitas 201

Capitulo X. - Que es la reina de las virtudes. . . • 343


SEPTIMA ESTRELLA Ó GRANDEZA I1E LA CORONA DE EXCELEN- g. I . Que la madre de Dios fué verdaderamente la
CIA DE LA MADRE DE DIOS. reina de tus virtudes • 343

g. I I . Que era razonable que la madre de Dios fuese

Capitulo V I I I . Que es la única completamente " también la madre de las virtudes 3S0
exenta de t o d o pecado 207 g. I I I . Que la Virgen santísima luto excelentemente
g. I. Que la madre de Dios fué exenta del pecado todos jos dones y frutos del Espirita Santo con las
original, 208 bienaventuranzas '
g. I I . Que la madre de Dios fué exenta de todo pe-
cado actual 277 '
DÉCIMA ESTRELLA Ó GRANDEZA DE LA CORONA DE EXCE-
III. Que los santos padres dicen que la madre de
LENCIA DE LA MADRE DE DIOS.
Dios fué impecable, y cómo debe de entenderse
eslo 284
Capitulo X I . Que es la maravilla de gloria. . . . " 309
§. I. De los grandes privilegios de la muerte de la
madre de Dios 570
§. II. De las admirables singularidades de su Asun- INDICE. 3

ción y de la gloría de su triunfo 537 f j


§. I I I . De los admirables privilegios de su sagrado
c"erP° I,a I n d i a o c c i d e n t a l
. . 393
§. I V . De las excelencias incomparables de su santí- Portugal
sima alma wg. España í;"
S- V . De ta increíble elevación de su trono rea!. . . 4K¡ El Bearn y la Navarra

-593
NOTAS J

UNDÉCIMA ESTRELLA Ó GRANDEZA DE LA CORONA DE EXCE-


LENCIA DE LA MADRE DE DIUS.

Capitulo XII. Que l i a s i d o y es a u n reconocida


y l l a m a d a b i e n a v e n t u r a d a p o r todas las g e n e r a -
^ ciones d e l a t i e r r a . . . . 42í F I N D E L TOMO P R I M E R O .
S- I- Que la madre de Dios, según profetizó ella
misma, fué llamada bienaventurada por todas lus
generaciones í 2 3

II. Que fué reconocida y llamada bienaventurada


por los oráculos de la gentilidad "T .•. . 431
S- I I I . Que fué reconocida y llamada bienaventurada
por los judíos y mahometanos igg
IV. Que fué reconocida y honrada por los mag-
nates del mimdo ^a
§• V . Que fué reconocida y honrada por todas las
naciones y en todas las partes del mundo 445
L a t i e r r a santa /(íc
L a S i
™ .'! ! ! 448
E l Asia menor
E l E
g¡Pío .t|j0
Africa 431
E l l
°Pia 432
L a l u d i a oriental 433
La China m

También podría gustarte