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¿Qué son los huesos y qué hacen?

Los huesos proporcionan sostén a nuestros cuerpos y ayudan a darles forma. Aunque sean
muy ligeros, los huesos son lo bastantes resistentes como para soportar todo nuestro peso.

Los huesos también protegen los órganos de nuestros cuerpos. El cráneo nos protege
el cerebro y conforma la estructura de la cara. La médula espinal, un canal de intercambio de
mensajes entre el cerebro y el cuerpo, está protegida por la columna vertebral (o espina
dorsal). Las costillas forman la caja torácica, que alberga el corazóny los pulmones en su
interior, y la pelvis ayuda a proteger la vejiga, parte de los intestinos y, en las mujeres,
los órganos reproductores.

Los huesos están compuestos por un armazón proteico de colágeno, junto con un mineral
llamado fosfato cálcico, que confiere resistencia y dureza al armazón. Los huesos almacenan
calcio, un mineral que pueden liberar en el torrente sanguíneo cuando esta sustancia es
necesaria en otras partes del cuerpo. Las cantidades de ciertas vitaminas y minerales que
ingieres, sobre todo la vitamina D y el calcio, afectan directamente a la cantidad de calcio que
almacenas en los huesos.

Los huesos están compuestos por dos tipos de tejido óseo:

1. El hueso compacto (o hueso cortical) es la parte sólida, dura y más externa del hueso.
Tiene el aspecto del marfil y es sumamente resistente. Su interior está lleno de
orificios y canales, atravesados por vasos sanguíneos y nervios.

2. El hueso esponjoso, que se parece a una esponja, se encuentra dentro del hueso
compacto. Está formado por un entramado en forma una malla compuesto por
pequeños trozos de hueso llamados trabéculas óseas. Aquí es donde se encuentra la
médula ósea.

En este hueso blando, es donde se fabrican la mayoría de las células que componen la sangre.
La médula ósea contiene células madre, que fabrican los glóbulos rojos de la sangre y las
plaquetas, así como algunos tipos de glóbulos blancos. Los glóbulos rojos transportan oxígeno
a los tejidos corporales, y las plaquetas contribuyen al proceso de coagulación cuando alguien
se hace un corte u otro tipo de herida. Los glóbulos blancos ayudan al cuerpo a luchar contra
las infecciones.

Los huesos se mantienen unidos a otros huesos a través de unas largas tiras fibrosas llamadas
ligamentos: El cartílago, una sustancia flexible y elástica que contienen las articulaciones,
sujeta los huesos y los protege en los puntos donde varios huesos friccionan entre sí.

¿Cómo crecen los huesos?

Los huesos de los niños y los de los adolescentes jóvenes son más pequeños que los de los
adultos y contienen cartílago de crecimiento, también conocido como "placa de crecimiento" o
"placa epifisaria. Estas placas están compuestas por células cartilaginosas que se multiplican,
creciendo en longitud y convirtiéndose, más adelante, en hueso mineralizado y duro. Estas
placas de crecimiento son fáciles de detectar en una radiografía. Puesto que las niñas maduran
antes que los niños, sus placas de crecimiento se transforman en hueso duro antes que en los
niños.

La construcción ósea se prolonga durante toda la vida, ya que el cuerpo renueva y reconstruye
constantemente al tejido vivo de los huesos. Los huesos contienen tres tipos de células:
1. los osteoblastos, que fabrican huesos nuevos y ayudan a reparar las lesiones óseas

2. los osteocitos, células de hueso maduro que ayudan a continuar con la formación de
nuevos huesos

3. los osteoclastos, que rompen o descomponen el tejido óseo para ayudar a esculpirlo y
a darle forma

¿Qué son los músculos y qué hacen?

Los músculos tiran de las articulaciones, lo que nos permite movernos. También ayudan al
cuerpo a desempeñar funciones como masticar alimentos y transportarlos a través del sistema
digestivo.

Incluso cuando estamos sentados y completamente quietos, hay músculos de nuestro cuerpo
que están en constante movimiento. Los músculos ayudan a latir al corazón, a que el tórax se
expanda y se contraiga mientras respiramos y a que los vasos sanguíneos regulen la tensión
arterial y el riego sanguíneo por todo el cuerpo. Cuando sonreímos o hablamos, los músculos
nos ayudan a comunicarnos, y, cuando hacemos ejercicio, nos ayudan a mantenernos sanos y
en forma.

Los seres humanos disponemos de tres tipos de músculos:

1. Los músculos esqueléticos están unidos a los huesos a través de tendones fibrosos,
como en las piernas, los brazos y la cara. Los músculos esqueléticos también se llaman
"estriados" porque están compuestos por fibras que poseen franjas o estrías
horizontales cuando se ven al microscopio. Estos músculos mantienen unido al
esqueleto, dan forma al cuerpo y lo ayudan en los movimientos cotidianos (también se
conocen como "músculos voluntarios", porque podemos controlar conscientemente
sus movimientos). Este tipo de músculo se puede contraer (acortar o tensar) rápida y
enérgicamente, pero se cansa con facilidad.

2. Los músculos lisos o involuntarios también están formados por fibras, pero este tipo
de músculo tiene un aspecto liso en vez de estriado. No podemos controlar
conscientemente los movimientos de los músculos lisos; contrariamente, están
controlados automáticamente por el sistema nervioso (motivo por el que también
reciben el nombre de "involuntarios"). Las paredes del estómago y de los intestinos
son ejemplos de músculos lisos, que ayudan a descomponer los alimentos y a
trasportarlos por el sistema digestivo. También hay músculos lisos en las paredes de
los vasos sanguíneos; se encargan de tensarlas o aflojarlas para influir sobre el riego
sanguíneo, lo que ayudar a controlar la tensión arterial. Los músculos lisos tardan más
tiempo en contraerse que los esqueléticos, pero pueden permanecer contraídos
durante más tiempo porque no se cansan tan fácilmente.

3. El músculo cardíaco se encuentra en el corazón. Las paredes de las cavidades


cardíacas están compuestas casi completamente por fibras musculares. El músculo
cardíaco también es un músculo de tipo involuntario. Sus contracciones, rítmicas y
enérgicas, expulsan la sangre del corazón mientras late.

¿Cómo funcionan los músculos?

Los movimientos que hacen los músculos están coordinados y controlados por el cerebro y el
sistema nervioso. Los músculos involuntarios están controlados por estructuras que se
encuentran en las profundidades del cerebro y en la parte superior de la médula espinal, lo
que se conoce como "tronco cerebral". Los músculos voluntarios están controlados por las
partes del cerebro conocidas como la corteza cerebral motora y el cerebelo:

Cuando decides moverte, la corteza motora envía una señal eléctrica, a través de la médula
espinal y de los nervios periféricos, a los músculos, haciendo que estos se contraigan. La
corteza motora de la parte derecha del cerebro controla los músculos de la parte izquierda del
cuerpo y viceversa.

El cerebelo coordina los movimientos musculares que dirige la corteza motora. Los sensores de
los músculos y de las articulaciones envían mensajes de retroalimentación a través de los
nervios periféricos para indicar al cerebelo y a otras partes del cerebro dónde y cómo se está
moviendo el brazo o la pierna y en qué posición se encuentra. Esta retroalimentación permite
que hagamos movimientos fluidos y coordinados. Si quieres levantar un brazo, el cerebro envía
un mensaje a los músculos del brazo, y este se mueve. Cuando corres, participa una mayor
cantidad de mensajes cerebrales, porque hay muchos músculos que deben trabajar al unísono
o de forma encadenada.

Los músculos mueven distintas partes del cuerpo contrayéndose y relajándose. Los músculos
pueden tirar de los huesos, pero no pueden llevarlos de nuevo a su posición inicial. Por eso,
trabajan en pares de flexores y extensores. El flexor se contrae para doblar una extremidad en
una articulación. Luego, una vez completado el movimiento, el flexor se relaja y el extensor se
contrae para extender o estirar el miembro en la misma articulación. Por ejemplo, el bíceps, un
músculo ubicado en la parte superior y anterior del brazo, es un flexor, mientras que el tríceps,
ubicado en la parte superior y posterior del brazo, es un extensor. Cuando doblamos el brazo a
la altura del codo, el bíceps se contrae. Luego el bíceps se relaja y el tríceps se contrae para
enderezar el codo y estirar el brazo.

¿Qué son las articulaciones y qué hacen?

Las articulaciones son las uniones entre huesos. Hacen que el esqueleto sea flexible; sin ellas,
el movimiento sería imposible.

Las articulaciones permiten que nuestro cuerpo se mueva de muchas maneras. Algunas de
ellas se abren y se cierran como si fueran bisagras (por ejemplo, las rodillas y los codos),
mientras que otras permiten hacer movimientos más complejos. El hombro o la articulación de
la cadera, por ejemplo, nos permite hacer movimientos hacia adelante, hacia atrás, laterales y
de rotación.

Las articulaciones se clasifican según su amplitud de movimiento:

 Las articulaciones inmóviles o fibrosas no se mueven. La bóveda craneal, por ejemplo,


está formada por placas óseas; aunque se muevan ligeramente durante el nacimiento
para fusionarse más adelante cuando el cráneo deje de crecer, luego permanecen
inmóviles. Entre los bordes de estas placas, hay uniones, o articulaciones, de tejido
fibroso. Las articulaciones fibrosas también mantienen los dientes fijos en la
mandíbula.

 Las articulaciones semimóviles o cartilaginosas se mueven muy poco. Están unidas


por cartílago, como en la columna vertebral. Cada una de las vértebras de la columna
se mueve con respecto a la vértebra superior e inferior y, conjuntamente, estos
movimientos dan flexibilidad a la columna vertebral.
 Las articulaciones móviles o sinoviales se mueven en muchas direcciones. Las
principales articulaciones del cuerpo, como las de la cadera, los hombros, los codos, las
rodillas, las muñecas y los tobillos, son móviles. Están llenas de líquido sinovial, que
actúa a modo de lubricante para ayudar a las articulaciones a moverse con facilidad.

Hay tres tipos de articulaciones móviles que desempeñan un papel importante en el


movimiento voluntario:

1. Las articulaciones en bisagra solo permiten el movimiento en una dirección, como las
rodillas y los codos.

2. Las articulaciones en pivote (o trocoides) permiten el movimiento giratorio o de


rotación, como cuando la cabeza gira de un lado a otro.

3. Las articulaciones esféricas son las que permiten la mayor libertad de movimiento. Las
caderas y los hombros tienen este tipo de articulación, donde el extremo redondo de
un hueso largo encaja en el hueco de otro hueso.

Qué son las articulaciones

Los puntos donde dos elementos


esqueléticos contactan se
denominan articulaciones. Las dos
categorías generales de
articulaciones son:

1. Aquellas en las que los


elementos esqueléticos quedan
separados por una
cavidad (articulaciones sinoviales).

2. Aquellas en las que no hay


cavidad y los componentes se
mantienen unidos por tejido
conjuntivo (articulaciones sólidas).

Los vasos sanguíneos que irrigan una


articulación y los nervios que inervan
los músculos que actúan sobre la
articulación suelen aportar ramas
articulares a esa articulación.

Articulaciones sinoviales

Las articulaciones sinoviales son conexiones entre componentes esqueléticos en las que los
elementos implicados se encuentran separados por una estrecha cavidad articular. Además
de incluir una cavidad articular, estas articulaciones tienen varios rasgos característicos.
En primer lugar, una capa de cartílago, habitualmente cartílago hialino, cubre las superficies
articulares de los elementos esqueléticos. En otras palabras, las superficies óseas no contactan
normalmente entre sí de forma directa. Como consecuencia, cuando se ven estas
articulaciones en radiografías normales, un amplio intervalo parece separar los huesos
adyacentes, porque el cartílago que cubre las superficies articulares es más transparente a los
rayos X que el hueso.

Una segunda característica de las articulaciones sinoviales es la presencia de una cápsula


articular consistente en una membrana sinovial interna y una membrana fibrosa externa:

 La membrana sinovial se fija a los márgenes de las superficies articulares en la


interfase entre el cartílago y el hueso, y envuelve la cavidad articular. La membrana
sinovial está altamente vascularizada y produce líquido sinovial, que se acumula en la
cavidad articular y proporciona lubricación a las superficies articulares. También
aparecen sacos cerrados de membrana sinovial fuera de las articulaciones, donde
forman bolsas sinoviales o vainas tendinosas. Las bolsas se interponen a menudo entre
estructurahttps://tienda.elsevier.es/gray-anatomia-para-estudiantes-
9788490228425.html#panel1s como tendones y hueso, tendones y articulaciones, o
piel y hueso, y reducen la fricción de una estructura al moverse sobre otra. Las vainas
tendinosas rodean los tendones y también disminuyen la fricción.

 La membrana fibrosa está formada por tejido conjuntivo denso y rodea y estabiliza la
articulación. Partes de la membrana fibrosa pueden verse engrosadas para formar
ligamentos, que estabilizan aún más la articulación. Los ligamentos externos a la
cápsula suelen aportar un refuerzo adicional.

Imagen: A. Características principales de una articulación sinovial. B. Estructuras asociadas a


las articulaciones sinoviales.

Otro rasgo común, pero no universal, de las articulaciones sinoviales es la presencia de


estructuras adicionales dentro del área englobada por la cápsula o membrana sinovial, tales
como discos articulares (habitualmente compuestos de fibrocartílago), almohadillas grasas y
tendones. Los discos articulares absorben las fuerzas de compresión, ajustan los cambios en
el contorno de las superficies articulares durante los movimientos y aumentan el rango de
movimientos que se pueden producir en las articulaciones. Las almohadillas grasas suelen
encontrarse entre la membrana sinovial y la cápsula y entran y salen de estas zonas a medida
que el contorno articular cambia durante el movimiento. Las áreas redundantes de membrana
sinovial y de membrana fi brosa permiten mayor movilidad en las articulaciones.

Tipos específicos de articulaciones sinoviales

 Articulaciones planas, que permiten movimientos de deslizamiento cuando un hueso


se desplaza sobre la superficie de otro (p. ej., en la articulación acromioclavicular).

 Articulaciones en bisagra, que permiten el desplazamiento en torno a un eje


transversal a la articulación; regulan movimientos de flexión y extensión (p. ej., de la
articulación del codo [humerocubital])

 Articulaciones en pivote, que permiten el movimiento en torno a un eje que atraviesa


en sentido longitudinal la diáfisis del hueso; regula la rotación (p. ej., en la articulación
atlantoaxial).

 Articulaciones bicondíleas, que permiten principalmente el movimiento en torno a un


eje, con rotación limitada en torno a un segundo eje; formadas por dos cóndilos
convexos que se articulan con superficies cóncavas o planas (p. ej., en la rodilla).

 Articulaciones condíleas (elipsoides), que permiten el movimiento en torno a dos ejes


que se hallan en ángulo recto uno respecto del otro; regulan movimientos de flexión,
extensión, abducción y circunducción (p. ej., en la articulación de la muñeca).

 Articulaciones en silla de montar, que permiten el movimiento en torno a dos ejes


que se hallan en ángulo recto uno respecto del otro; las superficies articulares tienen
forma de silla de montar; regulan movimientos de flexión, extensión, abducción,
aducción y circunducción (p. ej., en la articulación carpometacarpiana del pulgar).

 Articulaciones esféricas (glenoideas), que permiten el movimiento en torno a


múltiples ejes; regulan movimientos de flexión, extensión, abducción, aducción,
circunducción y rotación (p. ej., en la articulación de la cadera).

Articulaciones sólidas
Las
articulaciones sólidas son conexiones entre elementos esqueléticos en las que las superficies
adyacentes están unidas entre sí, ya sea por tejido conjuntivo fibroso o por
cartílago, habitualmente fibrocartílago. Los movimientos en estas articulaciones son más
restringidos que en las articulaciones sinoviales.

Las articulaciones fibrosas incluyen suturas, gonfosis y sindesmosis:

 Las suturas se ven únicamente en el cráneo, donde los huesos adyacentes están
unidos por una fina capa de tejido conjuntivo denominado ligamento sutural.

 Las gonfosis sólo se sitúan entre los dientes y el hueso adyacente; en estas
articulaciones, fibras cortas de tejido colágeno en el ligamento periodontal discurren
entre la raíz dentaria y la cavidad ósea.

 Las sindesmosis son articulaciones en las que dos huesos adyacentes están unidos por
un ligamento, por ejemplo, el ligamento amarillo, que conecta las láminas vertebrales
adyacentes, o por una membrana interósea, la cual une, por ejemplo, el radio y el
cúbito en el antebrazo.
Las articulaciones cartilaginosas incluyen las sincondrosis y las sínfisis:

 Las sincondrosis aparecen donde dos centros de osificación de un hueso en desarrollo


permanecen separados por una capa de cartílago, por ejemplo, el cartílago de
crecimiento entre la epífisis y la diáfisis de los huesos largos en crecimiento, estas
articulaciones permiten el crecimiento óseo y eventualmente se osifican por completo.

 Las sínfisis surgen donde dos huesos separados se interconectan por cartílago, la
mayoría de estos tipos de articulaciones aparecen en la línea media e incluyen la
sínfisis del pubis entre los dos huesos coxales y los discos intervertebrales entre las
vértebras adyacentes.

La estructura de una articulación

Resúmenes

Las articulaciones, en
particular las
articulaciones en bisagra
como el hombro y la
rodilla, son estructuras
complejas formadas por
hueso, músculos,
membrana sinovial,
cartílago y ligamentos,
que están diseñados para
soportar peso y movilizar
el cuerpo a través del
espacio. La rodilla está
compuesta por el fémur
(hueso del muslo), en la
parte superior, y la tibia
(hueso de la espinilla) y el peroné en la parte inferior. La rótula se desliza a través de un surco
poco profundo en la parte frontal de la porción inferior del fémur. Los ligamentos y tendones
se conectan a los tres huesos de la rodilla, los cuales están contenidos en la cápsula de la
articulación (membrana sinovial) y son amortiguados por el cartílago.

ARTICULACIONES

La artrología es el estudio de las articulaciones (uniones) entre huesos, las cuales también
suelen llamarse coyunturas. Dichas articulaciones pueden ser inmóviles, ligeramente móviles o
libremente móviles, y se conocen respectivamente como sinartrosis, anfiartrosis y hidartrosis
(articulaciones sinoviales).

CALSIFICACIÓN DE LAS ARTICULACIONES

Con base en su estructura y el material que las une, las articulaciones suelen clasificarse en
fibrosas, cartilaginosas y sinoviales. Estas categorías pueden combinarse como sigue:

§ Articulaciones fibrosas.

Estas articulaciones no tiene una cavidad. Los huesos son unidos por tejido fibroso.

El término sindesmosis se refiere a las articulaciones con un tejido fibroso como medio unitivo
el cual permite movimiento ligero. La unión normal de los ejes de los sobrehuesos y el hueso
de la caña del caballo es un ejemplo de sindesmosis.

Sutura es la unión entre los huesos del cráneo los cuales son unidos por tejido fibroso de
temprana edad pero pueden osificarse después de la madurez.

Gonfosis es la articulación de los dientes en sus cavidades de la mandíbula y el maxilar


(o premaxilar en los no rumiantes).

§ Articulaciones cartilaginosas.

Estas articulaciones tampoco tienen una cavidad. Los huesos son unidos por cartílago.

Sincondrosis (articulación de cartílago hialino) es la articulación inmóvil en la cual el


medio initivo es cartílago. La unión de la diáfisis y la epifisis de un hueso
inmaduro ejemplifica este tipo de articulación.

Las sínfisis (articulaciones fibrocartilaginosas) (ciertas articulaciones de la línea medial) están


unidas por discos aplanados de fibrocartílago, como se observa entre huesos pélvicos
adyacentes y entre los cuerpos de vértebras adyacentes.

Sinostosis es una articulación en la cual el medio unitivo es hueso. Este tipo de articulación
puede ser un desarrollo normal o patológico de otros tipos de articulaciones. La osificación
normal del cartílogo epifisiario de un hueso largo produce una sinostosis.

§ Articulaciones sinoviales (diartrodiales)

La disposición general de muchas articulaciones sinoviales bastante similar, comprende las


superficies articulares, los cartílagos articulares, la cápsula y los ligamentos.

Las superficies articulares son capas especializadas de tejido óseo compacto, frente a otras
iguales del hueso que concurre en la articulación.

El cartílago articular es una capa de cartílago hialino que cubre una superficie articular. El
periostio cubre el resto del hueso.

La cavidad articular es un espacio virtual entre huesos adyacentes, y está rodeada por la
cápsula articular.

La cápsula consta de dos capas:


La más profunda es la membrana sinovial, en forma de manguito, de textura delicada, a base
de tejido conectivo especializado, el cual sobresale de los bordes de los cartílagos articulares
de los huesos adyacentes, pero sin cubrirlos. Esta membrana secreta el líquido sinovial, de
consistencia aceitosa, que sirven para lubricar la articulación. La superficie interna de la
membrana sinovial suele aumentar debido a la existencia de los llamados pliegues sinoviales,
los cuales normalmente contienen almohaditas de grasa que protegen la cavidad articular.

Los ligamentos son bandas de tejido conectivo que salvan la distancia de uno a otro hueso. Se
denominan de acuerdo con su situación respecto a la cápsula de la articulación.

Los ligamentos intracapsulares (intraarticulares), como su nombre indica, se hallan dentro de


las articulaciones, incluidos en la cápsula articular. Se puede citar como ejemplos los
ligamentos cruzados de la rodilla posterior y los que reúnen entre sí los huesos de carpo y
tarso. Los ligamentos extracapsulares (periarticulares), fuera de la cápsula son:

Ligamentos colaterales, situados en las caras medial y lateral de la articulación.

Ligamentos anteriores y posteriores, situados delante y detrás de la misma.

Ligamentos anulares, alrededor de la articulación, de modo que sus fibras rodean, refuerzan y
protegen las cápsulas.

MOVIMIENTOS DE LAS ARTICULACIONES

Las hidartrosis (articulaciones verdaderas) pueden realizar los siguientes movimientos: flexión,
extensión, hiperextensión, rotación, aducción, abducción y circundicción.

La flexión se refiere al movimiento en el plano sagital, mediante el cual disminuye el ángulo


entre los segmentos que forman la articulación. El caballo puede flexionar el carpo (rodilla) al
levantar las patas delanteras.

La extensión es el movimiento antagónico de la flexión, también en el plano sagital y con


aumento del ángulo entre los segmentos que forman la articulación.

La hiperextención se refiere al movimiento por el cual el ángulo entre los segmentos excede
los 180 grados (va más allá de la línea recta). En algunos casos la hiperextensión se llama
también flexión dorsal.

La rotación consiste en el movimiento de torsión de un segmento alrededor de su propio eje.

El movimiento de negar con la cabeza es acaso el mejor ejemplo de rotación.

La aducción se refiere al movimiento de una extremidad hacia el plano medial.

La abducción, por el contrario, es el movimiento por el cual un miembro se aleja de su plano


medial.

Circundicción es el movimiento que resulta de una combinación de los anteriores, definido


como el de una extremidad que describe un cono y el extremo de la misma describe un circulo.

§ Tipos de articulaciones sinoviales.


Las articulaciones sinoviales (diartrodiales) se clasifican según el tipo de superficie articular y
los movimientos posibles. En las articulaciones simples intervienen sólo dos huesos dentro de
la misma cápsula articular. Entre los tipos de articulaciones sinoviales que se encuentran
comúnmente en los animales domésticos se incluyen: gínglimo, artrodial, trocoides y esferoide
(enartrodial). Otros tipos de articulación, hallados especialmente en el perro, son condiloide,
elipsoide y de encaje recíproco.

Las articulaciones ginglimoides (en bisagra) se mueven sólo en el plano sagital. Los
movimientos posibles en este tipo de articulación son los de flexión y extensión y, en algunos
casos, de hiperextensión. La articulación del menudillo es un buen ejemplo de ginglimo.

Las articulaciones artrodiales (planas) tienen sólo un ligero movimientos de deslizamiento


entre superficies opuestas relativamente planas, tales superficies se denominan facetas. Las
articulaciones entre los huesos carpianos adyacentes son ejemplos de las
articulaciones artrodiales.

Una articulación trocoide (de pivote) es aquella en la cual existe movimiento giratorio
alrededor de un eje.

Las articulaciones esferoides (enartrodiales o de cojinete esférico) permiten movimientos en


casi cualquier dirección.

La articulación de encaje recíproco tiene superficies que recuerdan una silla de montar inglesa
o plana. Permite todo tipo de movimientos excepto el de rotación.

La articulación carpometacarpiana del pulgar del pulgar del hombre es el mejor ejemplo,
aunque las articulaciones interfalángicas del perro algunas veces se clasifican como de encaje
recíproco.

ARTICULACIONES DEL ESQUELETO DE TRONCO Y CABEZA

Las articulaciones de la cabeza son en general del tipo de sutura, o sea que los huesos
adyacentes se unen con intermedio de tejido fibroso. En la edad adulta este tejido se osifica,
de modo que el conjunto es todo el hueso. Las fontanelas (zonas blandas del cráneo), propias
de la cabeza de los niños, constituyen ejemplos de lugares ocupados por tejido fibroso de
conexión entre huesos adyacentes.

La primera articulación móvil a lo largo del esqueleto axial es la temporomandibular, entre la


mandibular y el hueso temporal. Esta articulación consta de dos superficies articulares, una en
el cráneo y la otra en la mandíbula, con placa cartilaginosa (disco o menisco
articular) intermedia.

Las costillas se unen a la columna vertebral por dos articulaciones distintas: una entre la
cabeza costal y la depresión situada entre dos cuerpos de vértebras adyacentes, y otra entre la
faceta articular a corta distancia de la cabeza costal y la faceta correspondiente de la apófisis
transversa de la vértebra con el mismo número que la costilla. La primera de estas dos
articulaciones es del tipo de pivote, en tanto la segunda del tipo artrodial.

Los extremos ventrales de las primeras costillas se unen directamente al esternón por piezas
de cartílago conocidas como cartílagos costales.
Después de estas primeras costillas vienen otras cuyos cartílagos no se unen directamente al
esternón, sino que lo hacen a los cartílagos procedentes, por lo que se llaman
costillas esternales.

Las costillas flotantes no tienen conexión propia con el esternón; siempre que un animal posea
un par supernumerario de costilla, su carácter será seguramente flotante.

ARTICULACIONES DEL ESQUELETO DE LAS EXTREMIDADES

§ Articulaciones del miembro anterior.

La escápula (llamada también omóplato) no está en verdadera conexión articular con la caja
ósea del tórax; se mantiene en posición sujeta por músculos y ligamentos, tipo de unión
conocido como sinsarcosis.

La articulación propia del hombro (escapulo-humeral) es de tipo esferoide (enartrodial o de


bola y cuenca), lo que permite toda clase de movimientos, incluso el de rotación. Sin embargo,
en los animales domésticos la disposición de los músculos del hombro limita prácticamente los
movimientos a una acción de bisagra en el plano sagital.

Los músculos que rodean la articulación del hombro en todos los sentidos actúan con eficacia
como ligamentos, con la ventaja adicional de poderse contraer y distender, lo que favorece la
movilidad articular.

La articulación del codo es un verdadero gínglimo (bisagra) formado por los cóndilos (especie
de extremidad en forma de canilla o carrete) del húmero, que unen los extremos proximales
del radio y cubito.

El carpo (rodilla anterior) es una articulación compleja que no sólo permite la flexión y
extensión entre el radio y la fila proximal de huesos carpianos, sino entre esta fila y la distal. La
articulación absorbe en conjunto muchos impactos cuya fuerza se reparte entre
las ortrodias de los distintos huesos del carpo, unidos por ligamentos cortos.

La capa fibrosa de la cápsula articular del carpo es muy elástica; es una especie de manguito
que se extiende desde el radio al metacarpo, dentro del cual se encierran los huesos del carpo.
Sin embargo, la membrana sinovial forma tres sacos
distintos: radiocarpiano, intercarpiano y carpometacarpiano.

En el caballo hay normalmente poco movimiento entre los huesos metacarpianos largos (de la
canilla).

En los rumiantes domésticos, el tercero y cuarto metacarpianos se funden en un solo


hueso canillar, de modo que la única articulación verdadera en esta zona es una artrodial entre
el carpo y el metacarpo. En el perro y el cerdo, los huesos metacarpianos son de tamaño
aproximadamente igual, de modo que hay uniones artrodiales entre metacarpianos
adyacentes, así como entre carpianos y metacarpianos. La articulación del menudillo
(metacarpofalánfica) está formada por el extremo distal del metacarpo y el extremo proximal
de la primera falange y los dos sesamoideos proximales.

La articulación del bolillo (interfalángica distal) está formada por la segunda y tercera falanges
y el hueso sesamoideo distal (navicular). Esta articulación está principalmente a nivel del casco
o uña, y esencialmente del tipo de gínglimo.
La articulación de la cadera (articulación coxofemoral) es el mejor ejemplo de una
articulación enartrodial (cabeza y cavidad).

La articulación rotuliana corresponde a la rodilla humana; como ella está formada por los
cóndilos del extremo distal del fémur, separados de la extremidad proximal de la tibia por dos
cartílagos semilunares (meniscos). Cada menisco tiene forma de media luna y grosor
descendente en las porciones más hondas, para así amoldarse a la superficie de la tibia, y
cierta concavidad en la cara superior para encajar con el cóndilo respectivo del fémur.

La articulación del tarso (llamada vulgarmente corvejón) es tan compleja como el carpo y
forma un gínglimo entre el extremo distal de la tibia y el hueso tarsal tibial (correspondiente al
astrágalo humano). Esta porción articular se mantiene unida por fuertes ligamentos colaterales
del casco.

PATOLOGÍA DE LAS ARTICULACIONES Y ESTRUCTURAS AFINES

Puesto que las articulaciones diartrodiales tienen el movimiento como principal función, todo
impedimento al mismo se considera patológico. Las afecciones articulares pueden ser debidas
a traumatismos, infecciones o inflamaciones.

Entre los traumatismos articulares se incluyen las luxaciones, fracturas, esguinces y heridas
cortantes o punzantes. La luxación articular, llamada también dislocación, ocurre cuando uno o
más segmentos de la articulación salen de su lugar anatómico. La luxación casi siempre tiene
por consecuencia la distensión o rotura de ligamentos y, en casos extremos, incluso puede ser
desagarrada la cápsula.

Las fracturas óseas pueden asentar en uno o más segmentos de los que forman una
articulación. En los animales jóvenes, la fractura puede ser simplemente una separación de
la epifisis con respecto a la diáfisis, cerca de la zona articular o incluida en la misma. Estas
fracturas son difíciles de reducir (poner los fragmentos en la alineación correcta), así como de
inmovilizar después de la reducción, debido a lo corto de por lo menos uno de los segmentos
separado.

Los cortes como los causados por alambre de púas pueden ser penetrantes en una
articulación, con pérdida de líquido sinovial. El resultado de este accidente, llamado
articulaciones abiertas; a veces es malo por las dificultades de tratamiento. Debe considerarse
que el peligro no deriva de la salida de líquido sinovial, sino de la infección de la cavidad
articular. La sinovia, en efecto, es un medio propicio para la multiplicación bacteriana, además
de que las abundantes fosas de la mayoría de cápsulas articulares dificultan el drenaje y el
tratamiento correcto. Siempre queda el riesgo de lesión permanente del cartílago articular
como consecuencia de la infección.

Las infecciones de las articulaciones pueden resultar de heridas, como se acaba de señalar, o la
infección puede llegar a la zona articular llevada por las corrientes sanguíneas o linfáticas. La
erisipela de los porcinos y la artropatía de los potrillos son dos enfermedades que
frecuentemente provocan infecciones articulares. En estas circunstancias la afección deberá
tratarse por vía general más que local.

La artritis es inflamación de una articulación, con edema y dolor, y generalmente acompaña a


las lesiones mencionadas. Además, después de golpes, caídas y rozaduras, la inflamación
articular aparece sin infección; si no se complica el caso, la recuperación suele ser rápida y
fácil.

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