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10 - Julio de 2001
Código de ética: Las sociedades progresistas tienen siste- res meiji en Japón a finales del Siglo XIX, Mustafá Kemal en
mas más rigurosos de ética que las sociedades tradicionales. Turquía después de 1923, los líderes de la Revolución Silencio-
En este contexto, pudiera referirme a la problemática historia de sa en Quebec en los años ’60 y los líderes españoles, aquellos
Haití. La principal religión en Haití es el vudú, que carece de políticos, intelectuales, tecnócratas, el clero, los militares, los
código de ética. La vida es controlada por cientos de espíritus, empresarios y los sindicalistas que hicieron posible la transi-
y la religión se concentra en cómo agradarles. ción a la democracia antes y después de la muerte de Franco. En
Sentido de justicia: En sociedades propensas al progreso, términos culturales, la España actual difiere profundamente de
especialmente las sociedades occidentales, el sentido de la jus- la España de 1950.
ticia y el juego limpio está más desarrollado, en parte debido a En estos y otros casos de modernización, las políticas eco-
un sentido generalizado de comunidad y un código de ética nómicas de libre mercado han desempeñado un papel positi-
más riguroso. vo, abriendo oportunidades para la gente a la que anteriormen-
Autoridad: Se encuentra dispersada en las sociedades pro- te se le había negado el acceso a sistemas cerrados controlados
gresistas, especialmente en Occidente. En las sociedades re- por pequeños grupos de empresarios favorecidos, políticos y
sistentes la autoridad está concentrada, sin un sistema de con- funcionarios. La democracia también ha abierto oportunida-
trapesos, y a menudo es como una licencia. des para las masas excluidas del poder político. Pero si la gen-
te continúa con los valores y las actitudes tradicionales, el re-
Secularismo: Todos los países avanzados son seculares. La
sultado podría ser la frustración y la desilusión, a despecho de
religión no penetra profundamente en la esfera civil de las so-
las nuevas oportunidades.
ciedades, aunque la gente puede ser muy religiosa, como en
Estados Unidos. En muchos países resistentes, la religión si- Ya hemos mencionado la nueva onda de intelectuales lati-
gue teniendo una profunda influencia en la vida civil. noamericanos que están promoviendo la autocrítica y el cam-
bio cultural como elementos indispensables para la transforma-
En las sociedades seculares se alienta la innovación, la hete-
ción de la región. También hay un creciente número de latinoa-
rodoxia y el espíritu empresarial. En las sociedades no secula-
mericanos que promueven el cambio a través de iniciativas prác-
res impera la ortodoxia.
ticas y concretas.
Durante mucho tiempo, el relativismo cultural –la idea de
Octavio Mavila fue por mucho tiempo agente de la compañía
que todas las culturas son iguales, de que no se puede evaluar
Honda en Perú. Mavila, hombre de origen humilde y campeón
las culturas desde afuera– dominó el pensamiento de los inte-
del motociclismo en su juventud, llegó a donde está hoy por su
lectuales del mundo. Pero el relativismo cultural ha resultado
propio esfuerzo. Ahora, bien entrado en los 70, ha visitado
ser un mito: ciertas culturas promueven el bienestar humano y
Japón varias veces. Hace 10 años llegó a la conclusión de que
el progreso más que otras. la única diferencia significativa entre Japón y Perú es que los
Otro mito es el de los economistas: Si las señales de las polí- niños japoneses aprenden valores progresistas, mientras que
ticas económicas son correctas, todo el mundo responde de la los niños peruanos aprenden valores que crean obstáculos
misma forma, independientemente de los factores culturales. para el progreso. En 1990 creó el Instituto del Desarrollo Huma-
Este mito quedó en evidencia por los sobresalientes logros de no (INDEHU), en Lima, para promover los Diez Mandamientos
algunos grupos étnicos minoritarios en sociedades del Desarrollo: orden, limpieza, puntualidad, responsabilidad,
multiculturales: los chinos en Tailandia, Malasia, Indonesia y deseo de mejorar, honestidad, respeto por los derechos de otros,
Estados Unidos; los japoneses en Perú, Brasil y Estados Unidos, respeto por las leyes y reglamentos, amor al trabajo, dedicación
y los vascos en España, Chile y otros países latinoamericanos. al ahorro y a la inversión. A lo largo de la última década, más de
El otro mito, tal como mencioné al comienzo, es según el dos millones de jóvenes peruanos han tomado parte en cursos
cual el llamado “imperialismo” es la causa del subdesarrollo patrocinados por el INDEHU, el cual ha captado casi la totali-
en Africa, Latinoamérica y algunas regiones de Asia. En pala- dad de sus fondos en fuentes internas. Ahora otros países,
bras del experto Bernard Lewis, del Medio Oriente: “Cuando entre ellos México y Nicaragua, están aprendiendo de los Diez
un pueblo se percata de que las cosas están saliendo mal, hay Mandamientos del Desarrollo.
dos preguntas que se pueden hacer. Una es: ‘¿Qué hicimos En sus esfuerzos por fortalecer una cultura latinoamericana
mal?’y la otra ‘¿Quién nos hizo esto?’. La segunda conduce a progresista, el rector Luis Ugalde enfatiza la importancia de
teorías de conspiraciones y paranoia. La primera lleva a otra reforzar los valores que promueven las escuelas y la iglesia en
línea de pensamiento: ¿Cómo podemos corregir esto? la vida cotidiana. El padre Ugalde apoya campañas contra la
Quiero repetir que, hasta donde sé, la cultura no es genética corrupción y a favor del mérito y la ética del trabajo en el gobier-
y puede cambiar. Obviamente, los valores y las actitudes tra- no, las empresas y las profesiones.
dicionales tienen una influencia poderosa sobre las generacio- El 3 de marzo de 1998, la Organización de Estados America-
nes y a lo largo de siglos. Pero hay casos en los que la cultura nos adoptó la Convención Interamericana contra la Corrup-
ha sido modificada por un liderazgo político e intelectual com- ción, un documento de 14 páginas que había sido ratificado por
prometido con una concepción moderna del mundo: Los líde- 13 países para finales de 1998. Pocas personas esperan que la