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Cuadernos de Trabajo Social 155N: 0214-0314

2001, 14: 29-43

Acción intercultural y trabajo social


Octavio VÁZQUEZ AGUADO*

Resumen Abstract
En el presente trabajo reflexionamos sobre las Al Ibis pape,; wereflectabovtimplications thaI
implicaciones de la acción intercultural para el intercultural action has in Social Work. From fhe
Trabajo Social. Partiendo de una diferenciación distinction between the concepts ‘multicultura-
entre los términos mulficulturalidad e interculf u- lity” and ‘interculturality”, we try to approach the
ralidad, planteamos el abordaje de la diferencia difference liRe a central element for Ihe develop-
como un elemento cenfral para el desarrollo de la n,enf of intercultural action. Also, eje considered
acción intercultural. Así mismo, consideramos that it is essential fo take care of the nature of its
que es imprescindible atender a la naturaleza de process, because it suppose a way of having
suproceso en la medida que supone una toma de conscience about the diversity of Iba societyand
conciencia sobre la diversidad existente en la so- a positive valuafion of it. Oespif e the exposed
bedad y una valoración positiva de la misma, lo thing, we did not exclude fhe consideration from
que no excluye la consideración de su potencia- its conflicting potentialify, as ejelí as froro the Ii-
lidad conflictiva así como de los limites que plan- mifs that raises its development.
tea su desarrollo.

E
l concepto de educación inter- Aunque se ha empleado como sinó-
cultural, interculturalismo o in- nimo de multiculturalídad y multicultu-
terculturalidad es relativamente ralísmo, en realidad se trata de mane-
reciente. De acuerdo con HUSÉN Y ras diferentes de abordar la diversidad
OPPER (1984> surgió en los Esta- cultural existente sobre un territorio.
dos Unidos a finales de los 60 y se GARCíA GARRIDO (1995) para expre-
desarrolló en los 70. Su origen se vin- sar su idea de la interculturalidad se va-
cula a los movimientos de derechos le de las diferencias que establece con
humanos y de minorías étnicas exis- el multiculturalismo: esta tendencia re-
tentes en este país que reivindicaban conoce la existencia de una sociedad
un tratamiento de la diferencia y la in- plural y diversa, la defiende y conside-
corporación de la misma al sistema ra que es necesaria la intervención pa-
educativo, como bien señala JORDÁN ra lograr su preservación. Sin embargo,
(1996>. Fue un movimiento de rechazo no implica una “relación convivencial”
al asimilacionismo reinante en el sis- entre varias culturas que sí defiende la
tema educativo norteamericano que interculturalidad. FLECHA (1994> preci-
imponía una educación monocultural sa aún más las diferencias entre ambos
(GARRETA, 1998>. conceptos: imita el de multículturalis-

- Profesor Titular de Trabalo social de la EuT5 de la universidad de Huelva.

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mo al simple reconocimiento de la di- tre los componentes de la misma. Sin


versidad cultural sobre un territorio, y embargo, lo intercultural implica una
la interculturalídad seria una forma de relación dinámica entre las culturas
intervención sobre esa diversidad que presentes, lo que genera reacomo-
pone el énfasis en la relación entre las dos y ajustes constantes”. Exige diá-
culturas, lo que la distingue del plurí- logo. En consecuencia, el abordaje de
culturalismo que, como forma de in- realidades diferentes requiere de es-
tervención, 0pta por la defensa de la trategias también diferentes. Nosotros
identidad de cada cultura y no por la optamos por el término intercultural,
relación. interculturalídad o interculturalísmo
La diferencia entre estos concep- entendido como una forma de inter-
tos no es caprichosa como hemos po- venir que pone el énfasis en la rela-
dido observar. Obedece a maneras ción entre las culturas, que muestra
distintas de enfocar la realidad plural un respeto por la diversidad cultural,
que existe en las sociedades y, por acentuando la interrelación y no limi-
tanto, obedece a objetivos y plantea- tando su actuación a programas com-
mientos diferentes. Pero esta distin- pensatorios destinados a paliar el fra-
ción tiene también una base material. caso escolar de las minorías (García y
El término multícultural, acuñado en Sáez, 1998>. Dotemos de contenido a
los Estados Unidos y empleado en el este concepto a partir del análisis de
mundo anglosajón, obedece a la lec- la diversidad como núcleo central de
tura realizada sobre la diversidad exis- la interculturalidad.
tente en este Dais IMLINfl¿, 1997). Las
minorías —negros, hispanos, indios—
tienen un peso significativo en el con- 1. La diferencia como
junto total de la población existiendo elemento central de la
además un solo idioma y una cultura educación intercultural
dominante que se impone al resto.
Mientras que en la Europa continen- El elemento central sobre el que
tal, donde se acuña el término inter- descansa la existencia de la educación
cultural, las minorías tienen un peso intercultural es la diferencia, la cons-
menor y existe una diversidad mayor tatación en la sociedad y en el siste-
de partida, es decir, no hay un idioma ma educativo de la presencia de suje-
y una cultura dominante como ocurre tos diferentes a la mayoría. Esta
en el mundo anglosajón (GIDE, 1998: presencia cuestiona la lógica de la es-
112>. Según JULIANO (1993> el mo- cuela como institución, centrada en la
delo de educación multicultural es es- reproducción social y en la legitima-
tático. Alude a la conformación de una ción del discurso dominante sobre
sociedad con la aportación de diver- otros minoritarios. Plantea cómo ha-
sas culturas pero como un mosaico cer posible el respeto a la diversidad
sin interrelación. Reconoce la exis- y su consideración incluso como un
tencia de la diversidad pero estable- valor Aquí se ubíca la contradicción
ce límites, a veces infranqueables, en- más importante a la que se enfrenta la

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educación intercultural porque su des- rencia, bien por considerar que todos
arrollo, más allá de una simple moda los sujetos son efectivamente igua-
o de una exigencia legislativa, cues- les, o que lo serán en la medida que
tiona la lógica interna del sistema edu- se asemejarán a los modelos más
cativo (y con ello, a la sociedad> para avanzados de cultura. Puede recono-
plantear la necesidad de una nueva cer, asi mismo, la igualdad entre to-
forma de relación entre mayorías y mi- das las culturas ya que sirven para
norías, cómo hacer posible la coexis- ordenar el comportamiento de las
tencia pacífica sobre un mismo terri- personas y sus relaciones con el en-
torio de diversas culturas con derecho torno, esto es, proporcionan a los su-
a mantener su presencia y, al mismo jetos criterios de orden que impiden
tiempo, ordenar la convivencia entre la proliferación del caos. En este sen-
las mismas. Por tanto, definir la edu- tido, la igualdad de las culturas viene
cación intercultural exige una previa establecida por su finalidad: todas
reflexión sobre el concepto de dife- persiguen idéntico fin, lo que no im-
rencia y cómo la misma se convierte pide la posibilidad de su ordena-
en desigualdad. miento. Ambas concepciones de la
La simple evocación del término di- igualdad descansan en presupuestos
ferencia implica el establecimiento de teóricos ya desfasados: por un lado,
una comparación. Si afirmamos que el evolucionismo unilineal del siglo
algo o alguien es diferente estamos XIX que defendía que todas las so-
señalando que es diferente respecto a ciedades atraviesan las mismas eta-
alguien. La constatación de esta dife- pas de desarrollo hasta alcanzar la ci-
rencia coníleva, además, una toma de vilización, encarnada por el mundo
conciencia tanto de uno mismo y del occidental. Por otro, el relativismo
grupo al que pertenece como del otro. cultural de origen funcionalista que
La lectura que hacemos de este otro defiende la diversidad de culturas se-
es siempre en clave personal, es de- paradas con la finalidad de su con-
cir, percibimos su diferencia porque no servacíon.
es como nosotros. Cuando no existe contacto cultu-
¿Cómo podemos abordar la dife- ral, cuando se supone que los espa-
rencia? En el abordaje de la diferen- cios y los territorios son homogéne-
cia podemos constatar, de manera os, la concepción relativista valdría
simplificada, la existencia de dos para explicar la diversidad. Sin em-
posturas aparentemente ajenas entre bargo, como tal homogeneidad no
si pero, como trataremos de poner de existe, la concepción de que todos
manifiesto, que coinciden en la legi- somos iguales descansa en la adap-
timación social de la mayoría en de- tación de la(s) minoría(s) al modelo
trimento de la minoría. La primera de dominante en el territorio donde se
estas concepciones alude a que to- hallen. Corresponde, por tanto, ajos
dos somos iguales y, la segunda, a denominados como diferentes hacer
que somos diferentes. La primera de el esfuerzo de adaptación y cambio
ellas niega la existencia de la dife- al modelo hegemónico en el espacío

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donde están. No es posible la crítica ser y existir se oculta una idealización


porque el modelo dominante se con- de los modelos dominantes porque la
sidera que funciona de manera ade- defensa de la diferencia se realiza en
cuada. La consecuencia general de base a la oposición a estos modelos,
esta concepción de la diferencia es que se consideran como válidos y uni-
bien clara: el predominio absoluto de versales; una defensa de la pluralidad
una cultura sobre las demás. Cual- que se mira desde el paternalismo y
quiera que desee su participación desde la protección, puesto que la di-
social debe seguir los cánones do- versidad, estimada como un valor no
minantes, con la consiguiente repro- puede sino preservarse, negando así
ducción social de las diferencias que el carácter dinámico que preside todo
tienen a convertírse en desigualda- proceso de identidad; un reconoci-
des en la medida que no sólo existen miento de la diversidad que se hace
elementos étnicos en la definición de desde las claves de la mayoría, ínter-
mayorías/minorías, sino también ele- pretándose las diferencias de las mi-
mentos de clase y género. Es decir, norías siempre en función del discurso
es falso sostener que es posible la hegemónico. Sin embargo, esta con-
igualdad entre personas étnicamen- cepción de la diferencia obvía también
te diferentes porque ésta es sólo una que la desigualdad existente en las so-
dimensión que explica la desigual- ciedades no sólo descansa en la exis-
dad. Necesitamos releer la realidad tencia de rasgos diacríticos, sino que
incorporando otros referentes como se conjuga con elementos de clase y
son el género y la clase social para género como ya hemos dicho. Portan-
explicarnos por qué es imposible lo- to, las diferencias no se establecen en-
grar la pretendida equiparación que tre grupos étnicos sino entre personas
sostiene la afirmación de que todos con una identidad determinada, con
somos iguales. una lectura de género y con una posi-
Frente a esta concepción imposible ción de clase en la estructura social.
de la igualdad, que no es incompatible Todos aquellos discursos de la di-
con el reconocimiento de derechos y ferencia que no contemplen estos tres
deberes idénticos para todos los suje- elementos están esencializando la
tos presentes en un territorio determi- identidad, cosificándola. Poner única-
nado, se localiza otra alternativa que mente el acento en la diversidad étni-
sostiene justamente lo contrario: que ca y cultural es perjudicar a los miem-
todos somos diferentes. Esta concep- bros de las minorías puesto que “las
ción de la diferencia, aunque descan- diferencias culturales sólo podrán ser
sa en otros postulados, tiene el mismo elaboradas libremente y democrática-
efecto de preservar y asegurar la re- mente medidas sobre la base de la
producción social de la desigualdad, el igualdad social” (ERASER, 1995:46>, y
dominio del grupo mayoritario sobre ello es imprescindible para que la di-
los minoritarios. Sosteniendo un prin- versidad cultural se plantee como un
cifro tan saludable como el de que to- universo alternativo (LERENA, 1989>.
das las identidades tienen derecho a Defendamos pues la diversidad, pero

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no reduzcamos su análisis a la mera tana definida por tres características


constatación de las diferencias étni- ordenadas según nivel de concreción:
cas. Introduzcamos otras dimensiones
en el análisis para descubrir cómo la ie) Toma de conciencia de la
diversidad se trasviste en desigualdad. pluralidad existente y del derecho
Ello nos facilitará, por un lado, el es- que asiste a cada cultura a su
tudio de la reproducción social en tor- existencia ya su desarrollo en
no a la desigualdad y, por otro, el aná- plena igualdad (MUÑOZ, 1992).
lisis de las diferencias culturales
tomando como partida el carácter di- Es el punto de partida inicial para
námico de las mismas. entender qué es la acción intercultu-
ral, como ya hemos señalado. Se tra-
ta de constatar la diversidad que se
convierte en objeto de estudio y ac-
2- Elementos presentes
tuación. Sin embargo, el reconoci-
en la acción miento de esta existencia es conflicti-
intercultural vo puesto que es necesario especificar
más qué se entiende por “derecho a
Decíamos anteriormente que par-
existir” y en “plena igualdad”.
ticipábamos de la educación inter-
Cuando explicábamos las dos con-
cultural como una forma de interven-
cepciones de la diferencia insistíamos
ción frente a la diversidad existente
en dos riesgos principales: por un la-
en un territorio y espacío. ¿En qué
do, la tendencia a la cosífícación de
consiste esta forma de intervención?
cada cultura, esto es, deben preser-
Veámoslo a partir de los elementos
varse a lo largo del tiempo como un
centrales que están presentes en la
valor positivo, que enriquece la plura-
misma: la naturaleza del proceso, los
lidad, como un elemento a conservar
destinatarios y agentes de la acción
para que no se pierda, como si fuera
intercultural, las finalidades u objeti-
algo en extinción. Esta concepción
vos que se persiguen y los limites que
niega el derecho de cada identidad a
la acotan.
cambiar Le resta su carácter dinámi-
co y conflictivo en la medida que, al in-
2.1. La naturaleza del proceso
terior de cada una de ellas, los sujetos
La constatación de la diversidad interaccionan con la finalidad de im-
sobre un territorio es condición im- poner una determinada lectura de la
prescindible para el desarrollo de la realidad. Si consideramos que las cul-
acción intercultural. Tomar conciencia turas e identidades deben mantener-
de esta pluralidad, de los problemas y se tal cual, estamos negando el dere-
beneficios que aporta, es el punto de cho a su existencia porque la misma
partida para plantearnos la naturaleza implica dinamismo, cambio y ruptura.
del proceso a seguir ya que condicio- Por otro lado, insistíamos en que el
nará a los agentes y a los objetivos fi- análisis de la diversidad no puede abs-
nales a alcanzar. Esta naturaleza es- traerse de la relación que mantiene

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con otros componentes de la realidad esa identidad, y no, por irreal e impo-
como son la clase social y el género. sible, como la constatación de un he-
No podemos desmembrar la existen- cho empírico que sostiene la igualdad.
cia de las culturas de las posiciones
que ocupan los sujetos que la viven en 2~) Valoración positiva de la diversidad
la estructura social. Son estas perso-
nas las que vehículizan la cultura y la JARES (1995) estima que la edu-
identidad. Sí afirmamos el derecho a cación intercultural es una respuesta
la existencia de cada cultura no po- generada al reflexionar en clave posi-
demos condenar a sus participantes a tiva sobre la diversidad multicultural y
ocupar siempre las posiciones inferio- multíétnica del género humano. Con-
res en el seno de la sociedad. Las cul- siderar que la presencia de grupos mi-
turas tienen derecho a existir, pero no noritarios o subgrupos en el seno de
podemos negarle su dinámica de las sociedades contribuyen a la trans-
cambio y transformación. formación de toda la sociedad en sen-
Tampoco podemos abstraemos de tido positivo, supone aceptar que la
las condiciones desiguales presentes dinámica de cambio está presente en
en el contexto multicultural. Nuestras su seno, Ahora bien, no se trata de una
sociedades son y han sido siempre di- tendencia que afecte únicamente a los
versas, pero no hay relaciones equita- grupos minoritarios, sino también al
tivas e igualitarias entre los diferentes conjunto de la sociedad. Sí la presen-
grupos que las constituyen. Existe un cia de estos grupos es positiva y be-
grupo mayoritario que impone su visión neficiosa es porque las aportaciones
de la realidad y sus reglas de juego. que pueden hacer a la mayoría son sa-
Posee el poder de objetivar la realidad ludables. Aceptar este principio impli-
y de definir quién es diferente y por ca ir más allá de una simple declara-
qué. Por el contrario, las minorías es- ción de buenas intenciones. Supone,
tán sometidas a este discurso domi- por un lado, facilitar esos espacios de
nante que les exige una adaptación encuentros para que la fecundación
continua al mismo. El equilibrio entre tenga lugar; por otro lado, supone el
ambas posiciones desiguales no resi- desarrollo de una actitud abierta por
de en lograr un intercambio posible en parte de la mayoría. No cabe ninguna
términos de plena igualdad y equiva- duda que los cambios se producen en
lencia, reside en el derecho que asiste toda los grupos, aunque la velocidad
a cada identidad a su reproducción y y la intensidad de los mismos no al-
transformación. Las sociedades plura- cancen el mismo grado en todos ellos.
les y desiguales han de arbitrar espa- La dificultad estriba en establecer la
cios comunes para el encuentro y es- velocidad de los mismos, la participa-
pacios privados para la producción y ción de los sujetos en su desarrollo y
reproducción de las identidades. Por el límite a partir de cual el cambio no
tanto, entendemos la igualdad como el se acepta porque implica una ruptura
derecho que asiste a las personas di- de las claves identitarias fundamenta-
ferentes a ser como son y a mantener les. Encontrar el equilibrio, entonces,

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entre la dinámica de cambio y la diná- cambio. Queremos decir que no todas


mica de reproducción. las aportaciones que realicen las mi-
Una valoración positiva de la diver- norias a la mayoría y viceversa serán
sidad y sus aportaciones es uno de los igual de gozosas y celebradas. Exis-
rasgos distintivos de la acción inter- ten limites, fronteras que no se deben
cultural. No se conforme con constatar traspasar, y zonas sensibles que no se
la diferencia, sino que la misma es en- deben abordar Para que el conflicto
riquecedora. Esta intención dota de sea positivo, genere la posibilidad de
sentido a la interculutarlidad porque de- cambio y no provoque una reacción
clara un objetivo que afecta al conjun- defensiva, se necesita un adiestra-
to de la sociedad. Para que las aporta- miento y unas habilidades que la ac-
ciones sean positivas han de darse los ción intercultural debe proporcionar
espacios de encuentro, de relación y En definitiva, que el proceso de la
profundizar en el conocimiento del otro acción intercultural está atravesado
en la medida que mejoramos nuestro por tres elementos —reconocimiento,
autoconocimiento. Queremos decir que valoración positiva y conflicto— que
no basta una afirmación genérica posi- imprimen un determinado carácter
tiva, sino una disposición y un entre- Respetar la naturaleza de estos ele-
namiento adecuados para que el en- mentos como hemos intentado expo-
cuentro sea fecundo. ner aquí, es fundamental para que la
interculturalidad traspase la esfera de
38) Conflictividad los principios y se ajuste a la realidad
social.
El colectivo AMANI (1998: 17> en- ¿En que consistiría el proceso de
tiende que esta diversidad cultural y la acción intercultural? Señalemos tres
los encuentros en los que se eviden- visiones del mismo para poner de ma-
cian son conflictivos, por lo que es ne- nifiesto sus elementos principales:
cesario abordar el desarrollo de estos “Un proceso dinámico que pretende
conflictos, su génesis y sus conse- concienciar positivamente al ciudada-
cuencias. no para aceptar la diversidad cultural
Se trata de una realidad consus- y la interdependencia que ello supone
tancíal a los contactos producidos en como algo propio, asumiendo la ne-
torno a la diversidad. Cualquier pro- cesidad de orientar el pensamiento y
ceso de cambio al interior de los gru- la política hacia la sistematización de
pos es conflictivo en la medida que su- dicho proceso, a fin de hacer posible
pone desafiar las reglas establecidas. la evolución hacia un nuevo y más en-
Por esta razón, los cambios no deben riquecedor concepto de sociedad y
ni acelerarse ni imponerse; deben ciudadanía” (CONSEJO DE EUROPA,
ajustarse al ritmo que impongan sus 1993).
protagonistas para ser aceptados. El Consejo de Europa a finales de
Ahora bien, el conflicto no sólo esté los años 70 fue uno de los primeros or-
implícito en la posibilidad de cambiar, ganismos oficiales de este ámbito te-
lo está también en la resistencia al rritorial que se preocupó por definir qué

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es la educación intercultural. La defi- Para SORIANO Y PÉREZ (1999:


nición que nos da sitúa como horizon- 109-110), la educación intercultural
te la elaboración de un nuevo concep- vendría definida porque pretende
“...

to de sociedad y ciudadanía. Por tanto, conseguir en todos los alumnos a tra-


como proceso, la acción intercultural vés de cualquier área y ámbito currí-
se nutre de una aceptación y valora- cular una sólida competencia cultural,
ción positiva de la diversidad, pero mediante la adopción de actitudes y
orienta este reconocimiento hacia la aptitudes que capaciten para la rela-
definición de una nueva sociedad. Nos ción social. Cabria mencionar entre
parece importante esta aportación por- éstas, la capacidad en la propia co-
que subraya, de manera indirecta, un munidad y conocer otras comunida-
elemento central: el carácter plural de des, la capacidad para criticar cons-
las sociedades europeas que se acen- tructivamente los aspectos negativos
tuará en el futuro. Por tanto, la inter- de cualquier cultura y a su vez la dis-
culturalidad pretende ser una nueva posición para enríquecerse de todo
forma de vivir las relaciones interétní- elemento cultural positivo... Se puede
cas en los contextos diversos. Se tra- indicar, pues, que se trata de un pro-
taría de un adiestramiento presente pa- ceso estructurado diseñado para acre-
ra encarar mejor un futuro inevitable. centar la comprensión, la aceptación
Desde este punto de vista, el proceso y las relaciones constructivas entre
de la acción intercultural estaría defi- personas de diferentes culturas”.
nido por la elaboración de ese nuevo Las personas protagonistas de la
concepto de sociedad y ciudadanía. acción intercultural estarían definidas
MEDINAY DOMINGUEZ (1999:69- por el desarrollo de una competencia
72) nos definen la interculturalidad en intercultural que les capacitará para el
los siguientes términos: “La educación desarrollo de la interacción social en
intercultural es un proceso de inter- una sociedad plural. Esta capacitación
cambio, reciprocidad e interiorización coníleva, no sólo una habilidad para
de los aspectos más representativos negociar e intercambiar significados
y fecundos de las culturas, de su evo- culturales, sino un entrenamiento en
lución y de su síntesis permanente, poner de manifiesto aquellos aspec-
mediante la que se logra una forma tos positivos y negativos presentes en
nueva de avanzar y de sentírse ante la cada una de las identidades. Como
realidad social y las demás personas”. sostiene JARES (1995>, la educación
Esta definición de la acción inter- intercultural tiene una lectura positiva
cultural nos aporta el elemento central en la medida que pretende divulgar y
a partir del cual poder desarrollar la ac- dar a conocer los elementos presen-
ción intercultural: la posibilidad de tes en cada una de las culturas para
desarrollar intercambios entre las di- que sean respetados y valorados. Pe-
ferentes culturas y, por tanto, entre las ro tiene también una lectura negativa
personas que las viven. Este inter- en la medida que ha de permitir el
cambio facilitará una nueva forma de cuestionamiento de aquellos aspectos
participar en la realidad social. menos acertados.

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Podríamos decir que el proceso in- dad merece mucha menos atención.
tercultural nos debe permitir alcanzar Quizás porque la presencia de grupos
una nueva forma de vivir las relaciones minoritarios, fundamentalmente inmi-
entre los sujetos diferentes. Para ello, grantes, es todavia muy reducida y vin-
es fundamental que los ciudadanos culada al mundo del trabajo, mientras
adquieran una competencia que les que las nuevas tecnologías han trans-
permita no sólo reconocer y valorar lo formado ya nuestra forma de relacio-
positivo, sino desarrollar una actitud narnos, divertirnos y aprender Sin em-
critica tanto hacia los elementos ne- bargo, estas razones son insuficientes
gativos de cada cultura como hacia el para explicar el desigual desarrollo de
descubrimiento de los prejuicios y los ambas políticas. La causa principal re-
estereotipos. La acción intercultural, side en la contribución que las nuevas
por tanto, debe capacitar para el in- tecnologías hacen a la reproducción
tercambio y para la denuncía. social: su desarrollo es perfectamente
adaptable a la estructura social contri-
buyendo no sólo a su mantenimiento
2.2. Los destinatarios y agentes
sino al afianzamiento de las diversas
¿A quién corresponde el desarrollo posiciones estructurales. Por el con-
de la acción intercultural? ¿Quiénes trario, la acción intercultural, como ya
constituyen su objeto de actuación? hemos planteado, requiere de una mo-
Entendemos que el desarrollo de la dificación de los discursos hegemóni-
acción intercultural es competencia de cos para realizar una lectura más de-
las diversas administraciones del Es- mocrática de la realidad. Como nos
tado. No debería tratarse como un ele- señala GELPI (1 992:25) “la pedagogía
mento más de los “ejes transversales” intercultural se sitúa no sólo a nivel de
sino que debería ser objeto de una los currículos sino también en las es-
atención exhaustiva por parte de las tructuras de las finalidades de los sis-
autoridades. Quisiéramos llamar la temas educativos”. Cuestiona el orden
atención sobre la poca atención que social en la medida que advierte de la
recibe. Sólo se demanda su presencia, poca naturalidad y objetividad de los
más allá de lo anecdótico o lo conme- postulados que defienden los grupos
morativo, cuando la diversidad gene- mayoritarios: se trata de construccio-
ra problemas en el ámbito educativo o nes sociales que obedecen a intereses
en el espacio social. Es una respues- determinados. Alterarlos es cuestionar
ta paliativa y no preventiva. la lógica y objetivo de dichos intereses.
Si comparamos la atención que se En cualquier caso, la acción inter-
presta al desarrollo de las nuevas tec- cultural irá desarrollándose al ritmo
nologías en el sistema educativo en re- que imponga la presencia en la socie-
lación a la prestada a la acción inter- dad de aquellos grupos minoritarios.
cultural el saldo es totalmente favorable Nos preguntábamos también acer-
a la primera. A pesar de que ambos son ca de quiénes se constituyen en desti-
dos elementos fundamentales en la natarios de la acción intercultural. Si
transformación social, la interculturali- centramos el análisis en el ámbito es-

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colar, parece evidente que la educación que otorguemos a la acción intercul-


intercultural no puede limitarse a los tural, los objetivos que prescribamos
alumnos de las minorías, sino que de- para ella serán diferentes. No pode-
be elaborarse un currículo que afecte a mos otorgar la misma condición a una
todos los alumnos por igual. No esta- acción intercultural que se dirija a to-
mos hablando del desarrollo de pro- da la población que a aquélla que só-
gramas compensatorios de deficiencias lo postula, como destinatarios de su
en relación a los objetivos que los alum- acción, a los miembros de los grupos
nos han de alcanzar según el nivel en el minoritarios. Tampoco podemos con-
que están. Nos estamos refiriendo a la siderar de igual modo a la acción in-
capacitación intercultural que debe tercultural que insiste en poner de ma-
afectar al conjunto de los alumnos pe- nifiesto únicamente las diferencias y
ro también a los profesores y padres. Se lo importante de la aportación de las
trataría de elaborar un currículo donde mismas, que aquélla que plantea pos-
la presencia de las culturas minoritarias tulados críticos con los discursos do-
no fuera sólo anecdótica o, en todo ca- minantes y alerta acerca de tos este-
so, negativa. Un currículo que permitie- reotipos y prejuicios.
ra descubrir a los alumnos las posibili- Para nosotros la acción intercultural
dades y las dificultades que conlíeva la tiene una dimensión eminentemente crí-
convivencia en sociedades plurales. Re- tica. Entendemos por tal aquella inter-
querirá de profesores especialmente vención que, contempla, por un lado, a
entrenados para destacar, como seña- toda la población o, en todo caso, no
lábamos anteriormente, no sólo estas sólo a los grupos diferentes, como ob-
oportunidades y dificultades, sino tam- jeto de su actuación, y, por otro, la ac-
bién los estereotipos y prejuicios que ción intercultural apostará no sólo por
existen en los discursos dominantes. resaltar las diferencias sino por revisar
Si la acción intercultural se desa- los planteamientos de partida domi-
rrolla en los servicios de ayuda, está nantes en las sociedades mayoritarias.
claro que el objeto de actuación no só- De este modo, se combina tanto la edu-
lo son los miembros de las minorías si- cación que promueve el desarrollo de
no también los profesionales. El obje- los valores ligados a la tolerancia y res-
to de la ayuda profesional está muy peto a la diversidad, como la denuncia
claro: el cliente, paciente, usuario, etc., de aquellos elementos estructurales
pero nosotros nos estamos refiriendo que favorecen la desigualdad entre los
a que la acción intercultural exige a los sujetos de grupos diferentes.
profesionales no sólo un conocimien- Tres serán los objetivos de la ac-
to de la cultura del otro, sino también ción intercultural:
un autoconocimiento. 1. La acción intercultural, toman-
do como objeto de actuación el análi-
sis de los discursos dominantes en las
22. Los ab¡etivos
sociedades plurales, debe poner de
Según la concepción que tenga- manifiesto cómo se genera y se es-
mos de la diferencia y la naturaleza tructura la producción de las diferen-

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cias. Implica, a su vez, varios niveles no podemos tomar las culturas como
de análisis: conocer las posiciones es- productos acabados sino como proce-
tructurales que ocupan los actores de so. Esto respeta el derecho que cada
la acción intercultural. Si tomamos co- cultura tiene a cambiar, dada su natu-
mo criterio que la misma no se desa- raleza conflictiva, tanto al interior de las
rrolla sino a partir de hechos concre- mismas como al exterior, en la medida
tos, hay que ver de qué naturaleza son que entra en contacto con otras que es-
las relaciones que mantienen los suje- tán presentes en el mismo territorio.
tos que están inmersos en la relación. Desde esta consideración, la acción in-
Descubrir, así mismo, la estructura tercultural no debe únicamente poner
profunda que sostiene las imágenes de manifiesto las diferencias culturales
que los sujetos tienen sobre el otro di- puesta que ello contribuiría a la identi-
ferente, es decir, analizar qué pensa- ficación problemática de los grupos, si-
mos del otro y por qué, Por último, una no que debe centrarse en lograr que los
visión histórica que nos permita des- conflictos que se derivan de estas dife-
cubrir cuáles han sido las relaciones rencias no se conviertan en obstáculos
que los grupos de pertenencia de los que impidan la convivencia. Constatar
actores implicados en la acción inter- la diferencia como un valor positivo, pe-
cultural han tenido con anterioridad. ro mitigar su impacto negativo en la re-
2. Adiestrar en la convivencia en- lación social, seria el gran reto a afron-
tre sujetos diferentes. La acción inter- tar por (a acción intercultural.
cultural tiene que permitir la existen-
cia, sobre un mismo territorio, de 2.4. Los límites
grupos y culturas distintos. Ello re-
quiere que la formación necesaria pa- La consecución de los objetivos que
ra su desarrollo, no sólo se dirija a los hemos definido para la acción intercul-
grupos minoritarios sino a todos los tural no son fáciles de alcanzar puesto
actores implicados: miembros de las que sus pretensiones últimas van mu-
sociedades de acogida y miembros de cho más allá de la adquisición de un
los grupos de inmigrantes. En la ac- simple conocimiento de la cultura del
ción intercultural siempre serán dos otro o del aprendizaje de instrumentos
los actores implicados y, por tanto, la que nos ayuden a visualizar las dificul-
acción educativa debe dirigírse a am- tades planteadas a la convivencia en
bos. Ello nos permitirá no sólo una fa- sociedades multiculturales. Valorar la
míliarízación con las culturas de los diferencia como algo positivo, que pue-
actores implicados, sino la posibilidad de enriquecer nuestras sociedades,
de profundizar en el conocimiento que nos obliga a redefinir los discursos
acerca de nosotros mismos. dominantes en una sociedad y que,
3. Que la diversidad no impida la además, implica un cambio de actitud
interacción social seria el tercer gran ob- personal, está sujeto a una serie de li-
jetivo que debe perseguir la acción in- mitaciones que queremos poner de ma-
tercultural. Como nos señala ALFONSO nifiesto como reflexión final a este in-
y MADRIGAL DE TORRES (1994: 65), tento de definir la interculturalidad.

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Octavio Vázquez Acción intercultural y trabaío social

En primer lugar, hemos de remitir- con un esquema de referencia no vá-


nos al contexto en el que se produce ido para la sociedad en la que se en-
la acción intercultural. Se trata de un cuentra y definido por parte de la
contexto dominado por la desigualdad mayoría social como portador de pro-
y asimetría entre los grupos presen- blemas (cuando no un problema en sQ,
tes en un mismo territorio. A pesar de que necesitan solución de cara a su in-
que la inmigración se ha convertido en tegración y normalización social.
una realidad estructural en nuestras En segundo lugar, hemos de anali-
sociedades (GARCÍA y SAEZ, 1998>, zar la relación que se establece entre
existen desigualdades entre grupos diversidad/pluralidad y regulación nor-
mayoritarios y minoritarios que difi- mativa. Es decir, si el derecho regula la
cultan un intercambio reciproco entre ordenación de las relaciones entre su-
sus miembros. Desde esta considera- jetos y objetos como expresión de una
ción, FLECHA (1 994:70-72) nos seña- determinada lectura de la realidad, no
la dos concepciones de la íntercultu- cabe duda que responderá fundamen-
ralidad que nos muestran estos talmente a lo que la mayoría de la so-
límites: por un lado, es posible la con- ciedad considera como adecuado y
vivencia entre grupos diversos pero correcto. Si aceptamos que las socie-
siempre que esté orientada hacia la dades son cada vez más plurales, se
asimilación de los minoritarios por par- impone una interrogación acerca de sí
te de los mayoritarios (enfoque etno- los grupos minoritarios deben aceptar
centrista), o bien es imposible la inter- tal cual el derecho vigente o, si bien
culturalidad puesto que no puede existe la posibilidad de una adaptación
desarrollarse “en condiciones ideales del mismo a la creciente diversidad so-
de diálogo libre entre iguales”. Aun- cial. Fundamentalmente, nuestro or-
que, evidentemente, las relaciones denamiento jurídico tiene una lectura
nunca se darán en plenas condiciones individual: son las personas, físicas o
de igualdad, síes verdad que las inter- jurídicas, las depositarias de los dere-
acciones y los cambios no se produ- chos. Esto responde a una lectura de
cen ni a igual velocidad ni intensidad la organización social en clave indivi-
entre los grupos presentes en el en- dual: es eL sujeto, el individuo, el actor
torno. Esto es una dificultad porque principal de las relaciones sociales. En
plantea de nuevo a qué ritmo deben consecuencia, todo se organiza en tor-
hacerse los intercambios y a qué as- no a él. El derecho sanciona esta lec-
pectos deben afectar. tura de la interacción social puesto que
El encuentro no se desarrolla nun- en ella se basa nuestra sociedad occi-
ca en condiciones de igualdad: existe dental. El problema surge cuando des-
una mayoría social con capacidad de cubrimos que no todas las organiza-
objetivación, ocupa una posición de ciones sociales están realizadas en
superioridad, y su esquema de refe- clave individual sino también en clave
rencia es el válido de acuerdo al con- familiar, grupal o comunitaria El sujeto
texto donde se ubíca. Por el contrarío, no es el depositario de los derechos y
el inmigrante es minoritario, diferente, obligaciones sino que los adquieren en

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Octavio Vázquez Acción intercultural y trabajo social

la medida que forma parte de un gru- guiar la diferencia con el riesgo de


po. Una parte importante de los inmi- menoscabar la identidad de los Esta-
grantes presentes en nuestro entorno dos-nación. Por otro lado, frente a la
proceden de sociedades que se orga- heterogeneidad causada por la inmi-
nizan en esta dimensión grupal. Esto gración, la respuesta legal a la misma
plantea el problema de síes posible in- descansa en la consideración de fe-
corporar al ordenamiento jurídico vi- nómeno social de naturaleza coyuntu-
gente otro elemento portador de dere- ral vinculada al trabajo y la dinámica
chos, este caso, los grupos. DE LUCAS socíoeconómica. En consecuencia, la
(1998) nos pondrá de manifiesto que acción legal se centra en definir cuáles
ello es posible siempre y cuando este son los derechos que el ordenamiento
reconocimiento no suponga anular el jurídico nacional reconoce para los ex-
respeto a la autonomía individual. tranjeros, y no en incorporar elemen-
Sin embargo, de acuerdo también tos representativos de la cultura con la
con De Lucas, la respuesta jurídica que que llegan los inmigrantes.
se ha dado a la diversidad en el seno La respuesta está en encontrar un
de los Estados-nación europeos se ha equilibrio entre el grado de homoge-
desarrollado en claves de asimilación neidad necesaria para el desarrollo de
y segregación. Por un lado, frente a las la convivencia y no entender por tal la
diversidades nacionales existentes en necesidad de que todo el mundo ha-
los estados, esto es, diversidad oca- tía la misma lengua, tenga la misma
sionada por la presencia de colectivos raza y los mismos rasgos culturales.
con otra lengua, cultura... pero que no En el plano legal, puede encontrarse
tienen reconocido el derecho de la na- en definir los derechos humanos co-
cionalidad, la respuesta ha sido siem- mo límite al respeto de la pluralidad,
pre reconocer los derechos de las como sostienen THIEEAUT (1994) y
personas que pertenecen a dichas mi- DE LUCAS (1998> aunque, como afir-
norías y no ver a las minorías como su- ma este último, unos verdaderos de-
jetos de derecho. Esta ordenación es rechos humanos han de implicar una
consecuente con el principio de indivi- ruptura con todas las tradiciones cul-
dualidad e igualdad entre las personas turales, incluso la occidental.
que rigen los sistemas legales nacio- Un último límite de la acción ínter-
nales. Al igual que ocurre con la edu- cultural afecta a los actores protagonis-
cación, el reconocimiento de los mis- tas de la misma: cuál es la frontera de
mos derechos y deberes a todos los tolerancia que cada sujeto está dis-
individuos de un Estado es un meca- puesto a establecer en su relación con
nismo de fuerza empleado para la co- la diferencia. Las culturas no sólo pose-
hesión e identificación nacional. En en un carácter dinámico al interior de las
consecuencia, derechos para los indi- mismas. Lo tienen también porque la
viduos, que fortalecen el vinculo con el identidad se negocía con otros grupos
Estado al asegurarse éste el papel de con identidades diferentes; la negocia-
garante de los mismos, y no derechos ción posee un carácter externo. Los ras-
para los grupos, lo que supondría re- gos díacrítrícos de una cultura no son lo

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Octavio Vázquez Acción intercultural y trabajo social

importante en sí, sino la valoración que Por último, existe un tercer espacio
se concede a los mismos por parte de identitario donde reside aquello que los
los sujetos que interaccionan (BARTH, sujetos consideran como más impor-
1976>, de ahí que podamos establecer tante y donde se plantean con más f re-
tres esferas donde, de mayor a menor, cuencia los conflictos insolubles. Co-
es posible el encuentro y la negociación. nocer los elementos que cada sujeto y
En primer lugar, existe una esfera de cada grupo ubica en esta esfera es de
la identidad donde las visiones no son vital importancia para no despertar los
contradictorias, pudiendo coexistir pa- conflictos que provocan el encona-
cíficamente puesto que no son exclu- miento entre los individuos. El riesgo de
yentes, sino que son sumatívas. Po- este tercer núcleo de la identidad con-
dríamos localizar aspectos relacionados siste, precisamente, en la enfatización
con el folclore, la música, la comida, la de las diferencias como único elemen-
ropa, etc., atributos externos coheren- to presente en las sociedades plurales.
tes con un todo que le da sentido, pero La consecuencia principal de esta con-
que es posible compartir. No obstante, sideración es la explicación de todas las
tampoco podemos generalizar estas diferencias atendiendo sólo a la base
cuestiones: recordemos las limitaciones étnica, con lo que se obvían los análisis
gastronómicas que tienen los musul- de género y de clase, y su correlato: es
manes y las mucho más rígidas de los imposible la convivencia con los dife-
judíos. Pero queremos ejemplificar una rentes, por lo que la respuesta pasa por
esfera de la identidad donde es posible la expulsión del territorio, la exclusión
el encuentro. Sin embargo, el riesgo prin- del mismo o la simple asimilación.
cipal reside en reificar la acción inter- Para que esta consideración trifá-
cultural limitándola a una mera exposi- sica de la identidad tenga sentido y uti-
ción de diversidad musical o alimenticia. lidad, no podemos considerarla como
En segundo lugar, existe otro nivel un todo definido y estable para todas
hacia el interior de las identidades que las situaciones multiculturales de tal
plantea mayores dificultades para la modo que nos proporcionen unas ca-
acción intercultural pero donde, con tegorias de clasificación definitivas. Su
una estrategia adecuada, es posible el utilidad, si la tiene, descansa en la con-
encuentro. Es un espacio conflictivo, sideración dinámica de la negociación
puesto que existen visiones diferentes de la identidad. Es decir, puede ser útil
sobre un mismo hecho pero en el que para comprender la identidad agrupar
la mediación encuentra un campo abo- sus rasgos pero no de manera defini-
nado a su actuación porque las dife- tíva y estable: será necesario una lec-
rencias no son insalvables. En este tura personalizada de la misma para
sentido, el problema reside en consi- comprender mejor cada situación don-
derar a la acción intercultural como una de se requiere la acción intercultural.
respuesta meramente técnica ante las El reto es hacer posible la convi-
diferencias, sin concebir sus implica- vencía entre los diferentes. Superar la
ciones para los sujetos y para la rede- dimensión fáctica de la multiculuralídad
finíción de los discursos dominantes. para descender la acción intercultural

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Octavio Vázquez Acción intercultural y trabajo social

integración socialde los inmigrantes, Madrid,


de los deseos y proyectos a la realidad Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
posible. En este sentido, queremos re- FLEcHA, R. (1994>, “Las nuevas desigualdades
saltar una reflexión de Thiebaut como educativas”. En cAsTELLs, M. y otros: Nue-
vas perspectivas criticas en educación. Bar-
punto final a la nuestra sobre el con- celona, Piados, 55-82.
cepto de interculturalidad: “una socie- Fraser, N. (1995), “La polémica intercultural en los
dad multicultural tendria, pues, que ba- Estados unidos de hoy”. En REVISTA DE OC-
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reconocimiento que partan de la posi- terculturalidad. Competencia de la educa-
bilidad de amplios márgenes de des- clón, Madrid, Narcea.
García Garrido, J.L. (1995>, ‘lnterculturalismo el
acuerdo y habría de diseñar institucio- reto de la educación europea”. En VELA MA-
nes o formas de funcionamiento de las YOR, n’ 5,6-12.
existentes, que lo hicieran posible. Una Garreta. J. (1998), “Escuela y minorías. Inmi-
grantes y gitanos ante el modelo educativo
sociedad multicultural necesita, por asi español”. En REVISTA DE EoucAcIÓN, n0
decirlo, de una meta constitución en la 317, 229-254.
que los aspectos éticos de la auto-in- Gelpi, E. (1992), “Pedagogía intercultural y pro-
blemas socíoeducativos de las minorías”. En
terpretación queden radicalmente esti- Educación multicultural e intercultural, Gra-
izados para dejar espacio a lecturas di- nada, lmpredisur, 25-41.
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cultural y multlingúe, Madrid, Narcea.
la conciencia misma de multiculturalí- ¿ares. X.R. (1995), “La Educación Intercultural en
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