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Resumen Abstract
En el presente trabajo reflexionamos sobre las Al Ibis pape,; wereflectabovtimplications thaI
implicaciones de la acción intercultural para el intercultural action has in Social Work. From fhe
Trabajo Social. Partiendo de una diferenciación distinction between the concepts ‘multicultura-
entre los términos mulficulturalidad e interculf u- lity” and ‘interculturality”, we try to approach the
ralidad, planteamos el abordaje de la diferencia difference liRe a central element for Ihe develop-
como un elemento cenfral para el desarrollo de la n,enf of intercultural action. Also, eje considered
acción intercultural. Así mismo, consideramos that it is essential fo take care of the nature of its
que es imprescindible atender a la naturaleza de process, because it suppose a way of having
suproceso en la medida que supone una toma de conscience about the diversity of Iba societyand
conciencia sobre la diversidad existente en la so- a positive valuafion of it. Oespif e the exposed
bedad y una valoración positiva de la misma, lo thing, we did not exclude fhe consideration from
que no excluye la consideración de su potencia- its conflicting potentialify, as ejelí as froro the Ii-
lidad conflictiva así como de los limites que plan- mifs that raises its development.
tea su desarrollo.
E
l concepto de educación inter- Aunque se ha empleado como sinó-
cultural, interculturalismo o in- nimo de multiculturalídad y multicultu-
terculturalidad es relativamente ralísmo, en realidad se trata de mane-
reciente. De acuerdo con HUSÉN Y ras diferentes de abordar la diversidad
OPPER (1984> surgió en los Esta- cultural existente sobre un territorio.
dos Unidos a finales de los 60 y se GARCíA GARRIDO (1995) para expre-
desarrolló en los 70. Su origen se vin- sar su idea de la interculturalidad se va-
cula a los movimientos de derechos le de las diferencias que establece con
humanos y de minorías étnicas exis- el multiculturalismo: esta tendencia re-
tentes en este país que reivindicaban conoce la existencia de una sociedad
un tratamiento de la diferencia y la in- plural y diversa, la defiende y conside-
corporación de la misma al sistema ra que es necesaria la intervención pa-
educativo, como bien señala JORDÁN ra lograr su preservación. Sin embargo,
(1996>. Fue un movimiento de rechazo no implica una “relación convivencial”
al asimilacionismo reinante en el sis- entre varias culturas que sí defiende la
tema educativo norteamericano que interculturalidad. FLECHA (1994> preci-
imponía una educación monocultural sa aún más las diferencias entre ambos
(GARRETA, 1998>. conceptos: imita el de multículturalis-
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Octavio Vázquez Acción intercultural y trabajo social
educación intercultural porque su des- rencia, bien por considerar que todos
arrollo, más allá de una simple moda los sujetos son efectivamente igua-
o de una exigencia legislativa, cues- les, o que lo serán en la medida que
tiona la lógica interna del sistema edu- se asemejarán a los modelos más
cativo (y con ello, a la sociedad> para avanzados de cultura. Puede recono-
plantear la necesidad de una nueva cer, asi mismo, la igualdad entre to-
forma de relación entre mayorías y mi- das las culturas ya que sirven para
norías, cómo hacer posible la coexis- ordenar el comportamiento de las
tencia pacífica sobre un mismo terri- personas y sus relaciones con el en-
torio de diversas culturas con derecho torno, esto es, proporcionan a los su-
a mantener su presencia y, al mismo jetos criterios de orden que impiden
tiempo, ordenar la convivencia entre la proliferación del caos. En este sen-
las mismas. Por tanto, definir la edu- tido, la igualdad de las culturas viene
cación intercultural exige una previa establecida por su finalidad: todas
reflexión sobre el concepto de dife- persiguen idéntico fin, lo que no im-
rencia y cómo la misma se convierte pide la posibilidad de su ordena-
en desigualdad. miento. Ambas concepciones de la
La simple evocación del término di- igualdad descansan en presupuestos
ferencia implica el establecimiento de teóricos ya desfasados: por un lado,
una comparación. Si afirmamos que el evolucionismo unilineal del siglo
algo o alguien es diferente estamos XIX que defendía que todas las so-
señalando que es diferente respecto a ciedades atraviesan las mismas eta-
alguien. La constatación de esta dife- pas de desarrollo hasta alcanzar la ci-
rencia coníleva, además, una toma de vilización, encarnada por el mundo
conciencia tanto de uno mismo y del occidental. Por otro, el relativismo
grupo al que pertenece como del otro. cultural de origen funcionalista que
La lectura que hacemos de este otro defiende la diversidad de culturas se-
es siempre en clave personal, es de- paradas con la finalidad de su con-
cir, percibimos su diferencia porque no servacíon.
es como nosotros. Cuando no existe contacto cultu-
¿Cómo podemos abordar la dife- ral, cuando se supone que los espa-
rencia? En el abordaje de la diferen- cios y los territorios son homogéne-
cia podemos constatar, de manera os, la concepción relativista valdría
simplificada, la existencia de dos para explicar la diversidad. Sin em-
posturas aparentemente ajenas entre bargo, como tal homogeneidad no
si pero, como trataremos de poner de existe, la concepción de que todos
manifiesto, que coinciden en la legi- somos iguales descansa en la adap-
timación social de la mayoría en de- tación de la(s) minoría(s) al modelo
trimento de la minoría. La primera de dominante en el territorio donde se
estas concepciones alude a que to- hallen. Corresponde, por tanto, ajos
dos somos iguales y, la segunda, a denominados como diferentes hacer
que somos diferentes. La primera de el esfuerzo de adaptación y cambio
ellas niega la existencia de la dife- al modelo hegemónico en el espacío
con otros componentes de la realidad esa identidad, y no, por irreal e impo-
como son la clase social y el género. sible, como la constatación de un he-
No podemos desmembrar la existen- cho empírico que sostiene la igualdad.
cia de las culturas de las posiciones
que ocupan los sujetos que la viven en 2~) Valoración positiva de la diversidad
la estructura social. Son estas perso-
nas las que vehículizan la cultura y la JARES (1995) estima que la edu-
identidad. Sí afirmamos el derecho a cación intercultural es una respuesta
la existencia de cada cultura no po- generada al reflexionar en clave posi-
demos condenar a sus participantes a tiva sobre la diversidad multicultural y
ocupar siempre las posiciones inferio- multíétnica del género humano. Con-
res en el seno de la sociedad. Las cul- siderar que la presencia de grupos mi-
turas tienen derecho a existir, pero no noritarios o subgrupos en el seno de
podemos negarle su dinámica de las sociedades contribuyen a la trans-
cambio y transformación. formación de toda la sociedad en sen-
Tampoco podemos abstraemos de tido positivo, supone aceptar que la
las condiciones desiguales presentes dinámica de cambio está presente en
en el contexto multicultural. Nuestras su seno, Ahora bien, no se trata de una
sociedades son y han sido siempre di- tendencia que afecte únicamente a los
versas, pero no hay relaciones equita- grupos minoritarios, sino también al
tivas e igualitarias entre los diferentes conjunto de la sociedad. Sí la presen-
grupos que las constituyen. Existe un cia de estos grupos es positiva y be-
grupo mayoritario que impone su visión neficiosa es porque las aportaciones
de la realidad y sus reglas de juego. que pueden hacer a la mayoría son sa-
Posee el poder de objetivar la realidad ludables. Aceptar este principio impli-
y de definir quién es diferente y por ca ir más allá de una simple declara-
qué. Por el contrario, las minorías es- ción de buenas intenciones. Supone,
tán sometidas a este discurso domi- por un lado, facilitar esos espacios de
nante que les exige una adaptación encuentros para que la fecundación
continua al mismo. El equilibrio entre tenga lugar; por otro lado, supone el
ambas posiciones desiguales no resi- desarrollo de una actitud abierta por
de en lograr un intercambio posible en parte de la mayoría. No cabe ninguna
términos de plena igualdad y equiva- duda que los cambios se producen en
lencia, reside en el derecho que asiste toda los grupos, aunque la velocidad
a cada identidad a su reproducción y y la intensidad de los mismos no al-
transformación. Las sociedades plura- cancen el mismo grado en todos ellos.
les y desiguales han de arbitrar espa- La dificultad estriba en establecer la
cios comunes para el encuentro y es- velocidad de los mismos, la participa-
pacios privados para la producción y ción de los sujetos en su desarrollo y
reproducción de las identidades. Por el límite a partir de cual el cambio no
tanto, entendemos la igualdad como el se acepta porque implica una ruptura
derecho que asiste a las personas di- de las claves identitarias fundamenta-
ferentes a ser como son y a mantener les. Encontrar el equilibrio, entonces,
Podríamos decir que el proceso in- dad merece mucha menos atención.
tercultural nos debe permitir alcanzar Quizás porque la presencia de grupos
una nueva forma de vivir las relaciones minoritarios, fundamentalmente inmi-
entre los sujetos diferentes. Para ello, grantes, es todavia muy reducida y vin-
es fundamental que los ciudadanos culada al mundo del trabajo, mientras
adquieran una competencia que les que las nuevas tecnologías han trans-
permita no sólo reconocer y valorar lo formado ya nuestra forma de relacio-
positivo, sino desarrollar una actitud narnos, divertirnos y aprender Sin em-
critica tanto hacia los elementos ne- bargo, estas razones son insuficientes
gativos de cada cultura como hacia el para explicar el desigual desarrollo de
descubrimiento de los prejuicios y los ambas políticas. La causa principal re-
estereotipos. La acción intercultural, side en la contribución que las nuevas
por tanto, debe capacitar para el in- tecnologías hacen a la reproducción
tercambio y para la denuncía. social: su desarrollo es perfectamente
adaptable a la estructura social contri-
buyendo no sólo a su mantenimiento
2.2. Los destinatarios y agentes
sino al afianzamiento de las diversas
¿A quién corresponde el desarrollo posiciones estructurales. Por el con-
de la acción intercultural? ¿Quiénes trario, la acción intercultural, como ya
constituyen su objeto de actuación? hemos planteado, requiere de una mo-
Entendemos que el desarrollo de la dificación de los discursos hegemóni-
acción intercultural es competencia de cos para realizar una lectura más de-
las diversas administraciones del Es- mocrática de la realidad. Como nos
tado. No debería tratarse como un ele- señala GELPI (1 992:25) “la pedagogía
mento más de los “ejes transversales” intercultural se sitúa no sólo a nivel de
sino que debería ser objeto de una los currículos sino también en las es-
atención exhaustiva por parte de las tructuras de las finalidades de los sis-
autoridades. Quisiéramos llamar la temas educativos”. Cuestiona el orden
atención sobre la poca atención que social en la medida que advierte de la
recibe. Sólo se demanda su presencia, poca naturalidad y objetividad de los
más allá de lo anecdótico o lo conme- postulados que defienden los grupos
morativo, cuando la diversidad gene- mayoritarios: se trata de construccio-
ra problemas en el ámbito educativo o nes sociales que obedecen a intereses
en el espacio social. Es una respues- determinados. Alterarlos es cuestionar
ta paliativa y no preventiva. la lógica y objetivo de dichos intereses.
Si comparamos la atención que se En cualquier caso, la acción inter-
presta al desarrollo de las nuevas tec- cultural irá desarrollándose al ritmo
nologías en el sistema educativo en re- que imponga la presencia en la socie-
lación a la prestada a la acción inter- dad de aquellos grupos minoritarios.
cultural el saldo es totalmente favorable Nos preguntábamos también acer-
a la primera. A pesar de que ambos son ca de quiénes se constituyen en desti-
dos elementos fundamentales en la natarios de la acción intercultural. Si
transformación social, la interculturali- centramos el análisis en el ámbito es-
cias. Implica, a su vez, varios niveles no podemos tomar las culturas como
de análisis: conocer las posiciones es- productos acabados sino como proce-
tructurales que ocupan los actores de so. Esto respeta el derecho que cada
la acción intercultural. Si tomamos co- cultura tiene a cambiar, dada su natu-
mo criterio que la misma no se desa- raleza conflictiva, tanto al interior de las
rrolla sino a partir de hechos concre- mismas como al exterior, en la medida
tos, hay que ver de qué naturaleza son que entra en contacto con otras que es-
las relaciones que mantienen los suje- tán presentes en el mismo territorio.
tos que están inmersos en la relación. Desde esta consideración, la acción in-
Descubrir, así mismo, la estructura tercultural no debe únicamente poner
profunda que sostiene las imágenes de manifiesto las diferencias culturales
que los sujetos tienen sobre el otro di- puesta que ello contribuiría a la identi-
ferente, es decir, analizar qué pensa- ficación problemática de los grupos, si-
mos del otro y por qué, Por último, una no que debe centrarse en lograr que los
visión histórica que nos permita des- conflictos que se derivan de estas dife-
cubrir cuáles han sido las relaciones rencias no se conviertan en obstáculos
que los grupos de pertenencia de los que impidan la convivencia. Constatar
actores implicados en la acción inter- la diferencia como un valor positivo, pe-
cultural han tenido con anterioridad. ro mitigar su impacto negativo en la re-
2. Adiestrar en la convivencia en- lación social, seria el gran reto a afron-
tre sujetos diferentes. La acción inter- tar por (a acción intercultural.
cultural tiene que permitir la existen-
cia, sobre un mismo territorio, de 2.4. Los límites
grupos y culturas distintos. Ello re-
quiere que la formación necesaria pa- La consecución de los objetivos que
ra su desarrollo, no sólo se dirija a los hemos definido para la acción intercul-
grupos minoritarios sino a todos los tural no son fáciles de alcanzar puesto
actores implicados: miembros de las que sus pretensiones últimas van mu-
sociedades de acogida y miembros de cho más allá de la adquisición de un
los grupos de inmigrantes. En la ac- simple conocimiento de la cultura del
ción intercultural siempre serán dos otro o del aprendizaje de instrumentos
los actores implicados y, por tanto, la que nos ayuden a visualizar las dificul-
acción educativa debe dirigírse a am- tades planteadas a la convivencia en
bos. Ello nos permitirá no sólo una fa- sociedades multiculturales. Valorar la
míliarízación con las culturas de los diferencia como algo positivo, que pue-
actores implicados, sino la posibilidad de enriquecer nuestras sociedades,
de profundizar en el conocimiento que nos obliga a redefinir los discursos
acerca de nosotros mismos. dominantes en una sociedad y que,
3. Que la diversidad no impida la además, implica un cambio de actitud
interacción social seria el tercer gran ob- personal, está sujeto a una serie de li-
jetivo que debe perseguir la acción in- mitaciones que queremos poner de ma-
tercultural. Como nos señala ALFONSO nifiesto como reflexión final a este in-
y MADRIGAL DE TORRES (1994: 65), tento de definir la interculturalidad.
importante en sí, sino la valoración que Por último, existe un tercer espacio
se concede a los mismos por parte de identitario donde reside aquello que los
los sujetos que interaccionan (BARTH, sujetos consideran como más impor-
1976>, de ahí que podamos establecer tante y donde se plantean con más f re-
tres esferas donde, de mayor a menor, cuencia los conflictos insolubles. Co-
es posible el encuentro y la negociación. nocer los elementos que cada sujeto y
En primer lugar, existe una esfera de cada grupo ubica en esta esfera es de
la identidad donde las visiones no son vital importancia para no despertar los
contradictorias, pudiendo coexistir pa- conflictos que provocan el encona-
cíficamente puesto que no son exclu- miento entre los individuos. El riesgo de
yentes, sino que son sumatívas. Po- este tercer núcleo de la identidad con-
dríamos localizar aspectos relacionados siste, precisamente, en la enfatización
con el folclore, la música, la comida, la de las diferencias como único elemen-
ropa, etc., atributos externos coheren- to presente en las sociedades plurales.
tes con un todo que le da sentido, pero La consecuencia principal de esta con-
que es posible compartir. No obstante, sideración es la explicación de todas las
tampoco podemos generalizar estas diferencias atendiendo sólo a la base
cuestiones: recordemos las limitaciones étnica, con lo que se obvían los análisis
gastronómicas que tienen los musul- de género y de clase, y su correlato: es
manes y las mucho más rígidas de los imposible la convivencia con los dife-
judíos. Pero queremos ejemplificar una rentes, por lo que la respuesta pasa por
esfera de la identidad donde es posible la expulsión del territorio, la exclusión
el encuentro. Sin embargo, el riesgo prin- del mismo o la simple asimilación.
cipal reside en reificar la acción inter- Para que esta consideración trifá-
cultural limitándola a una mera exposi- sica de la identidad tenga sentido y uti-
ción de diversidad musical o alimenticia. lidad, no podemos considerarla como
En segundo lugar, existe otro nivel un todo definido y estable para todas
hacia el interior de las identidades que las situaciones multiculturales de tal
plantea mayores dificultades para la modo que nos proporcionen unas ca-
acción intercultural pero donde, con tegorias de clasificación definitivas. Su
una estrategia adecuada, es posible el utilidad, si la tiene, descansa en la con-
encuentro. Es un espacio conflictivo, sideración dinámica de la negociación
puesto que existen visiones diferentes de la identidad. Es decir, puede ser útil
sobre un mismo hecho pero en el que para comprender la identidad agrupar
la mediación encuentra un campo abo- sus rasgos pero no de manera defini-
nado a su actuación porque las dife- tíva y estable: será necesario una lec-
rencias no son insalvables. En este tura personalizada de la misma para
sentido, el problema reside en consi- comprender mejor cada situación don-
derar a la acción intercultural como una de se requiere la acción intercultural.
respuesta meramente técnica ante las El reto es hacer posible la convi-
diferencias, sin concebir sus implica- vencía entre los diferentes. Superar la
ciones para los sujetos y para la rede- dimensión fáctica de la multiculuralídad
finíción de los discursos dominantes. para descender la acción intercultural