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UNIVERSIDAD EXTERNADO DE COLOMBIA

Técnicas especiales de campo


Laura Natalia Morales Rodríguez
Observación participante en la presencia estatal

Para comenzar, el ejercicio propuesto se realiza con el fin de analizar bajo la


observación no participante, al Estado como actor participante en la vida de las
personas. Para ello, se propone como lugar de acción, una registraduría; lo que
se torna problemático desde un principio ya que no es un lugar de libre acceso
sin ningún trámite pendiente. Sin embargo, todos los datos son válidos de
análisis.
En ese orden de ideas, si la registraduría se asume desde un principio como el
reflejo del Estado; que no sea de libre acceso para cualquier ciudadano, se
puede leer como un estado selectivo y poco representativo. Mi experiencia
comienza poniendo como sitio de interés la registraduría de Fontibón (Carrera
103 b #18ª), dada la “cercanía” a mi casa.
El trayecto- un lunes antes de mediodía-comenzaba desde el Centro Comercial
Hayuelos y los transportes que debía tomar para llegar allí eran dos
alimentadores. Es en el transbordo de un bus a otro donde las reflexiones
comienzan a sonar en mi cabeza; la gente que sale de hayuelos es muy distinta
a la que va hacía el centro de Fontibón, asimismo, los paisajes cambian.
A medida que aumentan las paradas del alimentador, el comercio y la
organización de las casas, comienza a tornarse distinta, parecida a la de un
barrio promedio. Siguiendo con la ruta, el alimentador se va llenando, los niños
con uniformes iguales (azules) comienzan a subirse, supongo que es la hora del
almuerzo para más de uno. Finalmente, llegó a la parada que Google maps me
indicaba y a diferencia del trayecto, lo único que es comercial es un taller de
mecánica, de resto, solo se ven casas y no más de dos personas. Comienzo
para caminar, sin saber muy bien a donde, camino por casi 5 cuadras, comienzo
a sentirme perdida e insegura dado que no conozco muy bien el barrio. Llegó a
una tienda donde arreglan bicicletas y preguntó dónde está la registraduría, me
dicen que iba en dirección contraria, que pasando la plaza ahí estaba.
En la vuelta, el paisaje ya cambia. El ruido aumenta, los ciclistas son incontables,
los carros pitan, las tiendas tienen música, los camiones se estacionan afuera de
las carnicerías, ya hay tráfico de personas al caminar; no sabía donde quedaba
la plaza de Fontibón pero se ve por ser una especie de bodega rojo oscuro donde
la gente, a esa hora no trabaja, pero sí esta afuera almorzando, fumando,
hablando. Es lo que dentro de mis sentidos comunes llamaría un barrio popular.
Cerca a caminar más de 10 cuadras, hay una obra en la calle y justo detrás de la lona verde, la
registraduría de Fontibón. Hay tres personas en la puerta: el celador, un señor de cabello
canoso vestido con un jean y una chaqueta café, y un motorizado. Como la registraduría era de
libre acceso, prosigo a entrar con un “buenas tardes”, a lo que el celador me contesta “qué se
le ofrece señorita?” Y yo sin haber pensado muy bien en una excusa rápida pregunté por el
trámite para la renovación de una tarjeta de identidad después de los 14. El celador contesta
rápidamente que todo lo que necesite, lo encuentro en la página de internet y que si no tengo
internet, que vaya a un café internet y pagué.
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Sin embargo, lo que alcanzo a ver desde la puerta en mi intento de entrada, es que las
ventanillas están vacías y las sillas de espera están en otro sitio. A lo que yo preguntó que es lo
que hay en la registraduría y me explica el celador que el único trámite que se está realizando
es inscripción de cédulas hasta el 27 de agosto a las 5pm, que podía volver el jueves 28 a
tramitar la tarjeta de identidad de mi hermano que eso ya estaban atendiendo normal y yo
prgunto que si es obligatorio venir con un trámite y me dice que sí.

Al no tener más que hacer, decido quedarme parada al lado del celador y de la puerta. En ese
momento, ya asumo el rol de una extraña que a pesar de ya haber preguntado lo que
necesitaba, se queda parada ahí, en una esquina sin nada que hacer. Me dispongo a ver la
gente llegar. Llega una familia de venezolanos, con más o menos 10 bolsas de D1 y ara,
conformada por una pareja joven, una señora de edad, un coche y un niño de
aproximadamente 5 años, sin uniforme de colegio; preguntando para el registro del bebe, a lo
que el ccelador contesta que ahprita solo están inscribiendo cédulas, que vuelvan el jueves,
que ahora no los van a atender, que averiguen los requisitos por internet. Y con la misma
respuesta se fueron más de 7 personas.

El celador me mira y me reitera que vuelva el jueves, yo asiento con la cabeza y sonrío. Llega
una chica en bicicleta y me pide cuidar la cicla mientras ella entra por la cédula; llegan un
grupo de amigos de 18 años con la contraseña para reclamar la cédula y “poder estrenarla”,
así llegan y se van personas; unas con cédula, otras sin cédula y de muy mal humor.

Veo una cafetería en la esquina, así que decido observar por lo menos desde lejos. Pido una
arómatica y me siento a mirar la registraduría por la ventana. Corporalmente, el señor de
cahqueta café que está fuera de la registraduría vendiendo plásticos para las cédulas y tarjetas
de identidad, refleja una condición de compincheria con el celador, hay risas y la disposición
corporal cambia. En las casi dos horas que estuve entre ir a la cafetería e ir a la puerta de la
registraduría, logran entrar 4 personas y los que no los dejan pasar de la puerta comentan
sobre el “viaje pérdido”

En ese orden de ideas, las preguntas que más me surgen son ¿la presencia estatal es virtual? Es
decir, hace más de 10 años atrás, ¿todas las respuestas y trámites los tenía internet? Además,
siguiendo a Ingrid Bolívar, seria interesante ahondar sobre la experiencia del funcionario-que
aunque no es estatal- tiene un lugar de poder importante en el acceso- a lo que por funciones
del estado- yo llamaría la identidad ciudadana.

Además, el escoger el Estado como “nuevo” objeto de estudio es uno de los primeros pasos
para lograr la desmitificación del otro para la disciplina antropología, que suele decidir los
procesos etnográficos y académicos de la antropología; debido a que el establecimiento entre
el estado y la política enlazado con la comunidad es un lineamiento para entender los procesos
de formación y transformación.

Siguiendo los lineamientos de Ingrid Bolívar, Diálogo y construcción de consensos. Hay una
forma racional en la que se ve el Estado que debería estar orientado por un proyecto de
sociedad traductible y articulable por medio de un discurso. Es casi un sentido común que se
asume y que en realidad parecuera ser una caja negra desde la academia y concuerdo con la
autora. Nadie se pregunta por la concepción de los ciudadanos y la presencia en su real
cotidianidad: la registraduría.
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Lo claro que queda a nivel metodológico es que, si bien es posible etnografizar el estado, la
realidad se mueve mucho más rápido que la academia. Que es claro. Entoonces, como primera
conscuencia es que los conceptos que pueden articular a

La realidad se mueve más rápido que la academia (Zemelman). Los conceptos del Estado, se
quedan estáticos sobre todo en un país como Colombia que solo denota en el trabajo con
comunidad que en realidad es un conjunto de relaciones desiguales y de poder desigual.

“La vida política no necesariamente tendía hacia el Estado o que este no lograba regularla y
canalizarla”

Conjunto desigual de relaciones políticas

Diferencia de categorías de la academia

Estado: Mann 1997 conjunto de actores, un lugar de interacción social y una forma de
organizar el poder político. Llama la aatención sobre la emergencia y la diferenciación lenta y
arbirtraria de funciones estatales y su tendencia muy tardía a encarnarse en instituciones o en
entidades con mandatos políticos administrativos claros: el celador

Formas de acción y tipos de estado en las regiones: ¿en un lugar urbano, cómo funciona? ¿en
forma de registraduría? ¿la gente en realidad pensará en Estado cuando va a la registraduría?

Al hablar Bolívar sobre la etnografizaión del edo, se plantea desde dos partes: la estatal de
funcionarios y la de los pobladores sometidos a dichas políticas. Es difícil plantearse eso
cuando la gente va de afna y encartada. Si se analizabajo procedimientos, espacios rtinas y
formas de acción es difícil entretejer eso sin poder tener interacciones

Con los funcionarios la idea es identificar que info tienen sobre las políticas y las normas que
orientan y legitiman. Respetabilidad que implica ser funcionario y el tipo de relaciones que se
establecen. Además de la producción discursiva (FOTO)

Procedimiento específico de la registraduría: identidad

Relación entre funciones, funcionarios, entidades y lógicas de acción

La historia ha separado entre política y la administración, política y cultura, y lo personal


político y funcionarios

Bajo la desdibujación de los roles esta el celador y el señor de la puerta

El estado lejos de ser un espacio de diálogo racional por excelencia

La verdadera pregunta es por las formas que toman los lazos entre pobladores e
institucionalidad

Referencias

Bolívar, I. (2012). “Prácticas disciplinares y promesas de la etnografía: redescubrir el estado.” Pp.


49-67. En: “La multiculturalidad estatalizada: indígenas, afrodescendientes y configuraciones de
estado” Comp. Margarita Chávez. Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Bogotá,
Colombia.
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