Por ello la novedad que estriva de la quinta vía con respecto a las cuatro anteriores, está
no en el comienzo de la prueba sino en el término, es decir en el punto de llegada, el
gobierno de la realidad. Éste término de gobernar en Tomás significa el acto de dirigir las cosas hacia un determinado fin que es el bien. Esta tendencia de dirigirse siempre a un fin no solamente para aquellos cuerpos vivos, sino también para los cuerpos inhertes, es decir los cuerpos operan necesariamente para un fin, pero hay que tener en consideración que no todos los cuerpos físicos tienden por naturaleza a un fin, porque si se diera el caso se hablaría de un finalismo universal, una postura obviamente equivocada. Por el contrario el finalismo de los seres racionales tiene una esplicación en su misma naturaleza volitiva- intelectiva. Aquí cito un silogismo para ilustrar mejor y más detalladamente la realidad de la quinta vía: