(del latín ventus) es la corriente de aire que se produce en la atmósfera por
causas naturales. El viento, por lo tanto, es un fenómeno meteorológico originado en los movimientos de rotación y traslación de la Tierra.
La radiación solar genera diferencias de temperatura en la atmósfera, lo que da
origen a las diferencias de presión y al movimiento del aire. La velocidad del viento puede utilizarse para producir energía (conocida como eólica), aunque también resulta peligrosa, ya que puede derribar edificios de gran tamaño. El desplazamiento de semillas y la erosión son otras consecuencias del accionar de los vientos. Por ejemplo: “Hay mucho viento; no es conveniente salir a navegar”, “El día está precioso: mucho sol y nada de viento”. El primer instrumento creado para detectar la dirección en la que sopla el viento fue la veleta. Se trata de un dispositivo giratorio con una cruz que indica los puntos cardinales y que suele ubicarse en lugares elevados. Una herramienta más avanzada es el anemómetro, que también mide la velocidad del viento y que ayuda a predecir el tiempo.