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El uso de las redes sociales

No se puede negar que a los jóvenes les hace falta mucha educación para
usarlas.
Las redes sociales, como Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp y otras, han
cambiado todo. No solo son aplicaciones y portales usados por los navegantes
para colocar fotos, buscar amigos y otras cosas más, sino que también sirven
para hacer política, menoscabar personas, hacer matoneo digital y hasta para
gobernar.
Se debe valorar lo positivo de las redes sociales, pero también hay que tener
en cuenta que tienen usos negativos, como hacerle obtener información de
personas para secuestrarlas o hasta para hacer terrorismo. ¿Y qué tal el
bullying o matoneo que se le puede hacer a alguien en las redes sociales? Esto
ha sido tan negativo que hasta les ha costado la vida a personas que no han
aguantado lo que se ‘postea’ en ellas para perjudicarlas y acabar con su
prestigio, lo que genera suicidios.
Las campañas políticas que se vienen deberían usar las redes sociales para
atraer gente, exaltar sus programas de gobierno y subir su “marca” y la del
partido político que las respalda. En las elecciones de Obama, en EE. UU.,
fueron factor fundamental para que triunfara. Para ello se necesita un
community manager, aquella persona que tiene el conocimiento para usar
redes sociales de forma positiva para que el mercadeo tenga un buen final y
las marcas y productos que se quieren promover se posicionen bien. Es una
nueva carrera con mucho futuro, ya que por este camino se van a dar a
conocer personas, empresas y productos, y se pueden lograr resultados muy
positivos.
No se puede negar que a los jóvenes les hace falta mucha educación para
usarlas. Es muy común ver personas sentadas en un restaurante con la cara
fija en la pantalla del celular, enviando y leyendo mensajes por WhatsApp o
mirando lo que se ha trinado en Twitter o las fotos en Facebook.
¿Qué tal cuando les alumbran la cara a los que están cerca de ellos en algún
evento como cine o teatro? Si eso es lo que quieren hacer, deberían quedarse
en su casa, donde pueden hacer lo que quieran sin ser juzgados ni incomodar a
nadie. El uso intenso de las redes llega a tal punto que se podría decir que se
puede convertir en una adicción. Hay que tener cuidado con esto. No creo que
a nadie le pase nada si lee un trino o un mensaje de WhatsApp cuando termine
el cine o se acabe el almuerzo, y no en el transcurso de ellos.

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