Guía rápida de familiarización con el mundo de Athas parte II

Maquetado y recopilado por Mimi Drago Artworks®

Atlas de Athas
“Entre las montañas Circundantes y el mar de Polvo, el viajero puede
encontrarse con ermitaños, manadas de thri-kreen, tribus nóma-
das, pueblos aislados, y con las Siete ciudades que se sabe que aún
permanecen sobre Athas. Allí se reúnen todas las razas y clases: nobles
humanos y esclavos, incursores elfos, mercenarios semigigantes, e in-
cluso algún infrecuente trotamundos mediano. Esta región es el gran
caldero de mezclas de Athas, donde las diferentes culturas de muchos
pueblos se ven obligadas a entremezclarse o a chocar.”
- El diario del nómada

Lo que resta de la civilización athasiana se concentra en

las amplias llanuras y desiertos que se extienden entre
las poderosas montañas Circundantes y el impasable mar
de Polvo. Esta amplia zona es conocida como la región
de Tyr, adoptando el nombre de su ciudad más antigua,
aunque en estos días, ni es más poderosa ni tiene más
influencia que sus vecinos (de hecho, Tyr, sumida en gran-
des turbulencias, en este momento es desesperádamente
vulnerable). Más allá de las fronteras de esta región hay
yermos desolados; algunos creen que la región de Tyr es
la última zona habitable de Athas, y de que toda la gente
que queda en el mundo vive en estas tierras.
Los reyes-hechiceros han dominado la región
de Tyr durante mucho más tiempo del que nadie puede
recordar. Durante generaciones, nadie que se enfrentara
a su poder vivía para contarlo, pero todo cambió recien-
temente cuando una lanza atravesó a Kalak, el rey-he-
chicero de Tyr. La muerte de Kalak y la liberación de Tyr
marcaron el inicio de una nueva era, sacudiendo tronos
que no habían sido amenazados durante generaciones.
Rumores de la nueva libertad de Tyr corrieron como un
reguero de pólvora por las Siete ciudades, preocupando
a los reyes-hechiceros, que no esperaban que los pensa-
mientos de rebelión se esparcieran a sus propios domi-
nios.


Historia de Athas
Lo que generalmente la gente toma como la verdadera historia de Athas no es más que folklore y
propaganda. La mayoría de la gente está preocupada de los problemas de paso y no tiene mucho
tiempo para prestar oído a las lecciones del pasado. A pesar de todo, son muchas las verdades que
pueden hallarse en este folklore, pero son muy pocos los que prestan atención.
Las líricas de los bardos hablan de una tierra de plenitud, de un tiempo en el cual los guerreros
no peleaban por comida o entretenimiento, sino por honor y gloria. ¿Puede ser esto cierto? Yo me
maravillo. Que Athas es una sombra bárbara de un mundo mejor, es algo que es cierto, yo tristemen-
te conozco esta verdad; humanos, elfos, medianos, y otras razas son salvajes. Pero en realidad son
descendientes de un pueblo digno. La esencia de cada ser vivo, desde el más grande al más pequeño,
ha sido envuelta en el vicio, la malicia y en una copia perfecta pero corrupta de lo que una vez fue.
Yo he indagado y preguntado al sabio y al que se hallaba en el lugar correcto durante muchos años,
y creo que he logrado visualizar un destello del mundo de esplendor y abundancia que se encuentra
enterrado entre centurias de sangre y arena. Me he percatado del engaño, he viajado al pasado a
través del folklore, y he hallado por lo menos una porción de la verdadera historia de nuestro mundo.
Esta es la verdad que compartiré contigo.
- El Nómada
La Era Azul
Perdida en los confines del tiempo, la primera era de Athas estuvo marcada por un infinito
océano azul. Una llama celeste ardía con fuerza desde las profundidades del corazón del
sol. Las pocas masas de tierras que existían estaban cubiertas con pantanos, manglares, o
picos de montañas desde donde descendían ríos, y que estaban cubiertos de una curiosi-
dad conocida como nieve.
En esta época, una gran civilización de medianos floreció bajo el sol azul. Sí, has leído bien,
mi amigo. Como sea, estos medianos eran los únicos seres inteligentes en aquella era
(aunque según se sabe existían un pequeño número de primitivos thri-kreen, a quienes los
medianos veían como meras bestias). Estos medianos no poseían nada parecido a la magia
o la psiónica, ellos habían creado una avanzada y sofisticada sociedad. Tal era su avance,
que nada en el presente Athas se le parece. Sus ciudades eran solo puntos en el infinito
océano, expandiendo gracias a eso su influencia a lo ancho y largo del mundo, transformán-
dose en sus indiscutibles maestros.
Tal vez la ciudad más grande de los medianos era Tyr´agi, localizada en un lugar vacío que
es conocido ahora como el Valle de Tyr. El vacío se fue llenando con un vasto pantano cu-
bierto con enredaderas y otros árboles; y eran en su mayoría islotes de verdor. Al límite de
este valle, una extraña, graciosa y hermosa ciudad de brillantes colores se elevaba contras-
tando con todo. Los edificios no estaban construidos, en realidad habían crecido, marcando
su arquitectura con gentiles curvas y elegantes espirales. No había filos extraños, puntas
filosas o esquinas abruptas. Todo estaba hecho de una uniforme y porosa roca que irradia-
ba una gran cantidad de maravillosos rayos escarlata, verde esmeralda, azul real, púrpura y
otros.
No había calles en Tyr´agi, pero sí anchos canales que cruzaban toda las ciudad, y se halla-
ban llenos de barcazas. Los botes no estaban construidos de madera y pieles, sino que es-
taban tan vivos a su manera, como el mediano que los manejaba. Sí, sé lo que debéis estar
pensando: ¿cómo los salvajes medianos del Athas de hoy pudieron crear estructuras vivas?
Ellos, que ven la vida de forma tan sencilla. Pero os diré que aquellos no eran los medianos
salvajes que conocemos ahora. Estos medianos no eran caníbales: tenían escaso cabello en
sus cabezas, tenían elegantes talabartes, y vestían a estas “criaturas vivientes” las cuales le
servían de muchas formas. Formas las cuales no llego a entender.
Estos medianos eran los maestros del mundo, hacían crecer sus casas, herramientas y otros
objetos, de estas plantas que tenían aspecto de roca. Cosechaban todo del mar. De éste
conseguían todo lo que necesitaban para mantener su vasta y esplendorosa sociedad. Po-
dían crear cualquier cosa que necesitaban con solo manipular los principios de la naturale-
za en sí misma. No poseía hechicería o psiónica, y solo tenían un pequeño entendimiento
de la magia sacerdotal elemental. Eran verdaderos maestros de la naturaleza, escultores de
vida y eso era suficiente.
La era azul transcurrió durante generaciones, y con cada siglo que pasaba los medianos
aprendía más y más acerca de la naturaleza y las formas de manipularlas. Ellos hicieron
crecer transportes vivientes, armaduras vivientes, armas vivientes, y herramientas vivientes.
El mundo de la era Azul era maravilloso y estaba vivo, y se doblegaba bajo el comando de
los medianos que lo habitaban.
Mientras que la mayoría de los medianos maestros de la naturaleza, trabajaba en concierto
con su entorno, unos cuantos rebeldes trataron de romper las barreras, para que la natu-
raleza se doblegara a su manera, y muchas de esas maneras no eran gentiles. Guerra, la
guerra se llevo a cabo contra estos maestros de la naturaleza....
Tristemente, algunas de esas armas vivientes han sobrevivido aún hasta esta época. A pesar
de esto no fue una guerra, un maestro malvado o un corrupto sacerdote elemental el que
causo el fin de la era Azul. El causante fue un accidente, y nada más.
A pesar de que el conocimiento de los medianos era vasto, distaba mucho de estar comple-
to. Los medianos de Tyr´agi trataron de usan sus poderes para incrementar las capacidades
del mal para sostener la vida, así las criaturas y las plantas podría producir el doble... El
experimento término saliéndose de control, y como sea en vez de dar más vida el océano
comenzó a morir. Una marejada marrón y fétida se expandió a través de los mares, matan-
do a todo aquello que tocaba. Mucho de los medianos entraron en pánico y buscaron la for-
ma de protegerse a si mismos. Algunos construyeron fortalezas subterráneas, otros fueron
a las montañas y los bosques. Unos pocos se quedaron en la ciudad de Tyr´agi tratando de
combatir este mal y buscando una forma de curar al moribundo mar.
Eventualmente la realidad se vino al piso. No había forma alguna de salvar a la era azul. Si
la vida en Athas tenía alguna oportunidad de salvarse, los medianos debían hacerse a un
lado y dejar que una nueva iniciase.
El Renacimiento
Con aquella marejada marrón esparciéndose a través de las ondas del infinito océano, la
era azul comenzó a morir lentamente. Toda la vida estaba muriendo en el océano, y sin el
sustento de los mares, nada podría sobrevivir bajo la luz del sol azul. Era un tiempo deses-
perado, y por lo tanto requería de medidas desesperadas. Los medianos usaron su maes-
tría para manipular la naturaleza y comenzaron a construir los bloques de una fortaleza
y puestos de vigilancia que seria lo que hoy en día conocemos como la Torre Primigenia.
Cambiando el poder del sol, y con ello la energía que podía concentrar a través de la torre
ellos fueron capaces de matar a la marejada marrón.
Pero al cambiar el sol también cambiaron a la tierra.
El Sol, una vez un brillante y fulgurante esfera azul cambio a un radiante sol amarillo, sus
rayos bombardearon al plante, causando que la marejada marrón se disipara. Pero a media
que la oleada marrón se desvanecía con ella una parte del infinito océano lo hacia. Tierra
seca, no pantano o ciénagas, emergieron allí donde el agua había retrocedido.
Desde la torre primigenia, ahora brillando con la energía del sol amarillo, los medianos
trabajaron en mejorar sus habilidades técnicas. Ellos iniciaron así un tiempo de creación
espontánea que seria conocido como el Renacimiento.
Durante el renacimiento, nuevas criaturas hicieron acto de aparición, estas creciendo a una
tasa asombrosa, hallando su vida a la sombra de la torre brillante de los mediano, y luego
dispersándose a través de toda la tierra. Algunas criaturas sobrevivieron, otras desaparecie-
ron en un instante, pero la tierra fue generosa, animales y criaturas monstruosas continua-
ron llenado al mundo después de la devastación causada por la marejada marrón. Vastos
bosques crecieron a través de la tierra, que alguna vez estuvo sumergida, y muchas criatu-
ras más medraron en esas tierras.
Los medianos de la alta civilización llegaron a su final, por aquellos que se fueron a las
montañas y se escondieron bajo tierra, el saber antiguo se perdió, ya que solo existían para
sobrevivir. Y el último de los medianos maestros de la naturaleza le dio a este mundo el
mayor de los dones: ellos se transformaron en las nuevas razas, así se volvieron humanos y
otros humanoides, de esta forma pudieron repoblar el mundo. Estas razas se hicieron cargo
del negocio de la civilización.
Así un nuevo paraíso nació, no sin dolor, pérdida y sacrificio. El mundo de los medianos
maestro de la naturaleza murió, pero un nuevo mundo emergió de sus ruinas gracias a re-
nacimiento. Con un sol amarillo en el cielo, y una buena porción de tierra y agua, y un vasto
rastro de bosques esmeraldas, la Era Verde inició.
La Era Verde
La Era verde se inició aproximadamente 74.000 años antes de esta época actual, cuando
Athas era un paraíso esmeralda, bajo los rayo del sol amarillo. Las nuevas razas llenaron los
vastos bosques y los fértiles valles, aprendieron el arte de la civilización y crearon grandes
sociedades. Las tribus dieron paso a las villas, las villas crecieron y se transformaron en pue-
blos, y los pueblos se desarrollaron hasta volverse ciudades, las Ciudades se unieron para
crear las naciones. Aquel fue un tiempo de honor y abundancia, y el Athas de ahora es una
mera ilusión y sombra pálida de aquella brillante existencia.
Las Grandes ciudades vieron la luz. Rápidamente una intricada serie de caminos adoqui-
nados comenzaron a cruzar a través de los vastos bosques uniendo una ciudad con otra.
Y una gran ciudad creció en el valle donde antes se encontraba la antigua Tyr´agi, y fue
llamada Tyr... tal vez en honor de algún remanente de una memoria perdida. Otras ciuda-
des crecieron y sus nombres fueron como Ebe, Bodach y Giustenal.
No existían maestros de la naturaleza en la nueva era, y solo un pequeño número de sacer-
dotes elementales practicaban sus artes, en vez de eso, nuevas religiones nacieron, dedica-
dos a nuevos dioses que hicieron que las razas jóvenes y supersticiosas se sintiesen seguro.
Estos dioses con sus templos opulentos y elaborados rituales, llenaron las necesidades
espirituales de las nuevas razas, pero no produjeron verdaderos clérigos.
El verdadero poder de esta nueva era fue la psionica, la cual se desarrollo a través de mu-
taciones creadas por el Renacimiento y el poder de la torre primigenia. Casi cualquier ser
vivo tenía el potencial para la psionica, y a través de ella en la Era del Volver esta vía allano
el camino para grandes hazañas. Mucha gente inició con talentos salvajes, pero pronto
los verdaderos maestros del Sendero surgieron enseñando los principios de la mente y el
cuerpo a las mas, la psionica proveyó las herramienta para una buena convivencia y esta-
bleció las bases de lo que seria una mejor calidad de vida para aquellos que moraban en las
ciudades.
En Giustenal, por ejemplo, corredores de piedras se extendía por millas hasta el océano
lleno de agua que ahora conocemos como el mar de Sedimento. Con la psionica, la cual
era mucho más poderosa y capaz que la que conocemos actualmente, unas plataformas aguas, se hallaba localizado en la base de las Jagged Cliff. Allí oculto y aislado de sus com-
de marfil proveían transporte casi instantáneo a través de un correo a otro casi de forma pañeros Pyreen, Rajaat aprendió como extraer energía de la vida misma para potenciar sus
instantánea, existen también otras maravillas conseguidas a través de la psionica, pero los poderes mágicos. Pero mientras hacia eso, el entorno se torne una floresta salvaje, luego un
remanentes que he observado en las ruinas están más allá de mi entendimiento. pantano de grandes proporciones, y de esa forma nació el primer hechicero.

La Era de la Magia
Un grupo especial apareció durante el renacimiento. Estos seres tenían algunas de las ca-
racterísticas de las nuevas razas, pero además tenían una serie de poderes que los ponían a
parte. Ellos fueron llamados los Pyreen. Si esta raza vino a la existencia por accidente o fue
resultado directo de la manipulación de los maestros de la naturaleza es algo que nunca
sabremos. Ellos eran muy pocos, y solían vivir durante un periodo de tiempo extremada-
mente largo. Los Pyreen se ocultaron de las otras razas, contentos solo con mantener sus
propias agendas y asuntos, y dejando al resto del mundo en paz y envueltos en sus proble-
mas.
Alrededor de 200 años Rajaat trabajo en aquel salvaje marjal, aprendiendo como extraer
energía de las plantas. El experimento con su magia como extra fuerzas del mismo mun-
do, pero no pudo controlar tal poder en bruto. Los resultados de este experimento con la
fuerza vital del mundo pervirtieron al pantano y casi acaban con la vida de Rajaat. Cuando
el se recupero, dejo atrás la floresta y fue tras la mas grande creación de los maestro de la
naturaleza medianos. Cuando Rajaat hallo la torre Primigenia, sus sueños fueron afectados
por los susurros de los medianos.

Pero hubo un Pyreen que no era como los demás. El se llamo a si mismo Rajaat, y a pesar
de que el poseía muchas cosas en común con los Pyreen, el también era diferente. Raja-
at era deforme, y horrendo tanto de corazón como de cuerpo, en su juventud el poseyó
grandes ideales y grandes planes, pero estos se fueron retorciendo con el tiempo, tal como
había pasado con su cuerpo y su alma.

Para cualquier forma de ver la belleza, Rajaat era repulsivo. El tenía una gigantesca cabeza,
con una cara estirada, sus ojos estaban medio cubiertos con unas carnosidades, su nariz era
gigantesca y ganchuda pero carecía de puente, y terminaba en tres extraños orificios. Su
extraña y pequeña boca estaba caracterizada por pequeños dientes y una barbilla caída. Su
cuerpo estaba contrahecho y era débil, con largos brazos y hombros jorobados. A pesar de
todo, Rajaat estaba bendito por ciertas ventajas: El tenía un gran intelecto y una compren-
sión y control del Sendero unico.

Durante los días tempranos de la era Verde, Rajaat exploro el mundo. El viajo a través de
los Carroñes de las plataformas de marfil de los maestros de la mente, merodeo por las
majestuosas torres de las ciudades humas, hasta las ciudadelas boscosas de los elfos, y allí a
las brillantes metrópolis de los enanos hasta los pequeños remanentes de los medianos. El
paso siglos tratando de conciliar su espíritu sensible con su apariencia brutal, pero al final
Rajaat no consiguió nada positivo que pudiese sustentarlo. El llego a la conclusión de que
no era nada más que un infortunado accidente... Aun accidente, como sea, puede hallar un
gran propósito.

Rajaat descubrió la “magia” hace unos 8.000 años, aquella extraña y mística ciencia que
hasta ahora no había ocurrido en Athas. El al principio solo pudo llevar a cabo pequeñas
tareas, pero eventualmente hallo un sitio donde pudo experimentar en secreto. Aquella
fue un claro idilio, rodeado por unos bosques verdes e interceptados por ríos de prístinas
El primer hechicero tomo posesión de la torre abandonada, alterándola según sus antojos.
El se apropio del lugar y pronto los secretos de la misma se volvieron suyo. Con el poder de
la torre para asistirlo, Rajaat refino su control sobre la hechicería y la dividió en dos esferas:
la magia profanadora y la magia preservadora. El se embarco en una búsqueda de estudian-
tes para pasar sus conocimientos. Muchos fueron los que vinieron a aprender sobre esta
nueva fuente de poder, humanos, elfos, gnomos y otros, pero Rajaat seleccionó solo a los
estudiantes que eran humanos. En la superficie sus acciones se veían como una empresa
benéfica, pero Rajaat ocultaba intenciones siniestras detrás de este comportamiento al-
truista. En publico el enseñaba a un grupo de estudiantes como usar la magia preservadora.
En secreto, el enseñaba a un grupo selecto como usar la magia profanadora. De estos estu-
diantes, el mantuvo su mirada en aquellos que de antemano era poderosos maestros de la
mente por que su plan definitivo requería que estos pudiesen fusionar la magia profanado-
ra con la psionica para así transformarse en un nuevo ser... un ser de poder oscuro.
Eventualmente, Rajaat llevo a parte a sus quince mejores aprendices y con el poder
manipulador de la torre Primigenia, el transformo a estos estudiantes en sus Campeones.
Extrayendo energía del sol amarillo, Rajaat imbuyo a cada uno de sus campeones con
la inmortalidad y la habilidad para extraer energía mágica de las criaturas vivientes por
mediación de esferas de obsidiana. Esta combinación, con sus propios poderes y la magia
profanadora, los hacia a ellos completamente invencibles. Pero Rajaat no se detuvo allí. El
los convenció de que podía otorgarle un nivel de existencia y poder mayor a ese “ A través
de la hechicería y la psionica, ustedes pueden volverse en dioses” Rajaat prometió aquello,
y sus campeones le creyeron.
Al canalizar el poder del sol, con la Torre Primigenia, el orbe amarillo cambio. Se torno
escarlata y oscuro, señal del inicio de una nueva era de muerte y sangre en cantidad y en
magnitud sin precedente. Señal del inició de las Guerras Purificadoras
Las Guerras Purificadoras
Después de siglos y siglos odiándose a si mismo, Rajaat volteo su odio hacia el exterior.
Declarando que el Renacimiento fue un error, clamado que todas las razas que este había
engendrado eran nada más y nada menos que monstruos. “La única forma que tiene Athas
par regresar a la gloria y armonía de la era Azul es la de eliminar la plaga de estos mons-
truos sobre el mundo” Aquello fue lo que declaro Rajaat, y sus campeones le creyeron.
Ellos aceptaron su causa con el corazón. De acuerdo, ellos pensaron que eso significaba que
el entregaría el mundo a los humanos (para ser específicos a los Campeones). Rajaat, en
cambio, deseaba devolver el mundo a sus habitantes originales: los medianos
Seguro se preguntaran ¿Por que, simplemente Rajaat no transformo a los medianos en
Campeones? la respuesta es sencilla, él no podía. Los medianos pertenecían a un mundo
antiguo, un tiempo antes del nacimiento de la magia. Los medianos no podía por lo tanto
ser hechiceros, y muy pocos deseaba tener trato con los sueños retorcidos de Rajaat. Pero
un pequeño grupo de medianos aun conocían las antiguas senda de los maestros de la na-
turaleza, y a pesar de eso decidieron servir a Rajaat como su guardia personal. Al final opto
por los humanos ya que ellos poseían una habilidad natura para aprender nuevas habilida-
des y poder, por eso los transformo en sus elegidos.
Aproximadamente 3.500 años atrás, la primera de las batallas de la Guerra Purificador ini-
cio sembrando la ira en los campos Athasianos. Con títulos como El Carnicero de Enanos, El
azote de los Gigantes, La plaga de los Pixies, los campeones se dedicaron a llevar la muerte
y la destrucción a los no humanos. Desde entonces Rajaat fue conocido como El Portador
de la Guerra, y las razas comenzaron a perecer. Algunos pyreen trataron de detener su mar-
cha insana, pero ellos cayeron frente al Portador de la Guerra y sus Campeones. Los Pyreen
se volvieron entonces los Portadores de la paz mucho después de esa época, aunque cuan-
do ellos fallaron en detener los planes de Rajaat.
Grandes extensiones de bosques murieron a medida que la guerra de los Campeones con-
tinuaba, esto gracias a sus conjuros y poderes que profanaban toda vida. Algunos Campeo-
nes tuvieron éxito en sus retorcidas misiones al eliminar a todas las razas, así fue que los
hombres lagartos, los pixies y los gnomos fueron eliminados de Athas, otros llegaron cerca
de su meta como fue el caso del Carnicero de Enanos y el Asesino de Tari. La tierra en si
misma sufrió junto a los no humanos, debido a que los Campeones usaron indiscriminada-
mente la magias profanadora para incrementar sus poder.
Como sea algunos se trataron de oponerse a ellos, no importaba a que raza ellos pertene-
cieran- aun si eran naciones humana- todos caían antes su oscuro poder.
Desde su base en la Torre Primigenia, bañada esta por la luz del sol escarlata, un inmensu-
rablemente viejo Portador de la Guerra esperaba por la victoria. Las semanas se volvieron
años, y los años en siglos, hasta el día que Rajaat observo como sus campeones volvían. El
los recibió, de pie con sus largos cabellos grises y sus ojos blancos ardiendo en fuego, an-
sioso y anticipándose frente a las nuevas que estos le traían. -¿Fueron destruidas todas las
abominaciones?- Pregunto Rajaat a sus campeones- ¿Puede la era Azul iniciar de nuevo?
La respuesta a aquellas interrogantes fue no. Los Campeones habían conseguido unas cuan-
tas victorias cuando se dieron cuenta que Rajaat estaba loco. En retrospectiva, Los Cam-
peones siempre habían estado al tanto de aquello. Pero lo que en realidad los trastoco fue
lo que descubrieron, y aquello fue que no serian los humanos los que heredaría el nuevo
Athas, serian los Medianos.
El Decimotercero campeón, Borys de Ebe, El Carnicero de los Enanos, personalmente guió
aquella revuelta contra Rajaat; muchos de los Campeones se aliaron con Borys. Con la ayu-
da de un artefacto conocido como : Las Lentes Oscuras, Borys y los otros Campeones en-
cerraron a Rajaat en un lugar mas allá de la siniestra dimensión conocida como Lo Oscuro,
un lugar estéril conocido como “El Vacío”; y encerraron a su guardia mediana en Lo Oscuro.
Ambos lugares fueron asegurados con conjuros de protección y sellos que se mantuvieron
en su lugar hasta que Tithian de Tyr los perturbara recientemente.
Así las Guerras Purificadores llegaron a su fin, y la Era de los Reyes Hechiceros inició.
La Era de los Reyes-Hechiceros
Aproximadamente hace 2000 antes de nuestra era, Borys y muchos de los Campeones
traidores encerraron a Rajaat en “El Vacío”. A cambio de su ayuda prestaba, Borys le en-
trego a los Campeones que le fueron legal los siguiente beneficios: primero, les permitió a
cada Campeón reclamar una de las ciudades estados de la Región de Tyr como un dominio
propio, elevándose así todos al titulo de Reyes Hechiceros. Luego le enseño a todos el pro-
ceso para remontar el siguiente paso en la escalera existencial: Borys le enseño a los Reyes
Hechiceros como transformarse en Reyes Dragón.
Usando las Lentes Oscuras el canalizó el poder combinado de la magia y la energía psioni-
ca, así Borys inicio la transformación a los Reyes Hechiceros. La liberación de energía dio
como resultado una metamorfosis inicial con la cual una serie de conjuros lanzado conec-
taba a cada uno de los reyes Hechiceros con los planos elementales, permitiéndoles usar la
magia sacerdotal, esta magia no podía ser usada por los Reyes hechiceros pero si se podía
usar para imbuir con ella a los templarios, quienes fueron los humanos leales que ayudaron
a los Campeones durante las Guerra Purificadora.
ciudad-estado libre de Athas y comienza la Era del Heroismo.
En esta época Sadira busco el poder de enfrentarse a Borys en la Torre Primigenia. Mien-
tras, Thithian, rey de Tyr liberó a Rajaat para que le diera la inmortalidad como a los otros
Reyes. Thithian es destruido y Sadira, mediante la lente oscura una vez mas, consigue ence-
rrar de nuevo a Rajaat. Thithian se convirtio en una tormenta, llamada Tormenta Cerulea,
que habita en el Mar de Polvo y al mismo tiempo q Rajaat fue encerrado de nuevo, un gran
terremoto asolo Athas.
En la actualidad quedan pocos Reyes Hechiceros con vida. Con ansias de Poder, se han ido
matando unos a otros. Algunos de los más significativos son Hamanu, El Rey Leon, Rey-
Hechicero de Urik; Nibenay, Rey Hechicero de Nibenay (antes Guistenal); y Sadira, Reina-
Hechicera de Tyr. Estas tres ciudades-estado son las mas importantes de Athas, junto con
Raam, que ahora esta sumida en la anarquia dada la muerte de Abalach-Re. Cada ciudad
mantiende a su Rey como gobernador y fuerte de inspiracion y de poder. Podriamos decir
que los Reyes Hechiceros son Dioses de los cuales los ciudadanos obtienen su poder.
En estas ciudades-estado, los Reyes controlan todo por medio de los Templarios, una
organizacion que dedica su vida al Rey y sus propósitos, asi como ser la clase alta de la
sociedad. Existen otras organizaciones dependientes de cada ciudad (cada ciudad es un
mundo diferente), pero solo una es comun a todas: La alianza del velo, que ciuda de que
los magos profanadores no se extiendan pos su ciudad y los castiga. En Athas son muy
populares las luchas de Gladiadores. Asi pues, cada ciudad tiene su propio coliseo o arena.
Se celebran juegos muy a menudo, y de la arena han salido muchos heroes en la historia.

Ahora los Reyes Hechiceros eran como dioses, pero Borys no se detuvo allí. “Uno de
nosotros tiene que llevar a cabo la transformación completa a Dragón, si deseamos que
el conjuro que retiene a Rajaat se mantenga en su lugar” Explico Borys “Uno de nosotros
debe transformarse en vigilante durante el tiempo que nos quede” de acuerdo a esto Borys
debía de ser el vigilante. Usando las Lentes Oscuras de nuevo, Los Reyes Hechiceros trans-
formaron a Borys en un Dragón.

La Era de los Reyes Hechiceros se inició con una traición y fue marcada por la tiranía y la
esclavitud. El mundo se torno en una tierra baldía gracias a los Reyes Hechiceros, la magia
profanadora.

La Era del Heroísmo

Asi, Borys se convirtio en el Rey Dragon. Esta era empezo con traicion entre reyes, tirania y
esclavitud, y el mundo fue convertido en una llanura devastada y ha permanecido asi hasta
nuestros dias. Algunos de los reyes murió en esta epoca. Kalak de Tyr intentó completar los
10 estadios del ritual para convertirse en Rey Dragon. Un grupo de heroes consiguieron po-
ner fin a los planes de Kalak y borrarlo de la faz de Athas. Asi, Tyr se convierte en la primera
Ciudades Balic, la ciudad de las velas
Una rica ciudad mercantil en las orillas del estuario de la Lengua bífida, Balic se encuentra
bajo control del dictador Andropinis, un rey-hechicero que afirma haber sido elegido para
el trono hace más de 700 años. A pesar del contro del dictador, Balic es quizás la ciudad-
Tyr, la ciudad libre estado más rica de la región de Tyr, y en ella se encuentran las centrales de poderosas
casas mercantiles que generan riqueza a los afortunados que comparten su prosperidad. El
negocio de Balic son los negocios, y en su mayor parte, Andropinis no interfiere, ni con los
asuntos de rutina ni con los nobles o los asuntos comerciales.
La ciudad tiene fama por sus tradiciones democráticas. Los nobles de Balic se sien-
tan en una cÁmara de patricios que crea y mantiene los códigos legales, y sus templarios
deben presentarse a la reelección cada 10 años. Los diversos gremios profesionales (y de
hecho, incluso el capítulo de Balic de la Velada alianza) llevan a cabo sus negocios votando
y eligiendo a sus funcionarios; su dictador es, en teoría, elegido para el cargo. Sin embargo,
gran parte de esa democracia es poco más que una ilusión: el oficio dictador es vitalicio y
Andropinis lleva en el cargo varios siglos. Se permiten el debate y los discursos políticos,
pero sólo hasta cierto punto. Cualquier crítica directa hacia el dictador o sus templarios es
severamente reprimida, y los patricios aprendieron hace mucho a sólo proponer leyes que
tuvieran asegurada la aprobación del dictador.
Balic goza de una herencia
cultural y de una mitología cívica que
datan de hace más de un milenio y
que encuentran su expresión en una
apreciación pública de la poesía y
del drama. La mitología todavía vive
en forma de poderosos vestigios
arcanos; Andropinis y sus templarios
Por lo que a la mayoría de los athasianos respecta, Tyr ha existido siempre. son maestros de la manipulación. La
Ciertamente ha sobrevivido a través de toda la Era del desierto, e incluso tras la herecncia cultural es evidente en las
caída de su rey-hechicero parece probable que perdure a lo largo de los siglos docenas de teatros que hay por toda
la ciudad-estado, que van desde esce-
venideros. Y a todo lo largo de sus largos años de existencia, siempre ha sido una
narios improvisados y atiborrados en
ciudad-estado esclavizada. Eso ha cambiado. los barrios más pobres, a magníficos
En las cortes de las demás ciudades, los rumores del derrocamiento anfiteatros en barrios nobles. En Balic
del rey Kalak circulan sólo en susurros, pero en Tyr las repercusiones aúllan los escritores y oradores de talento
por las calles. Muchos conspiran para suceder a Kalak, y los templarios y otros puedne obtener una aclamación
grupos de poder que buscan el contrl, luchan para evitar que la ciudad-estado igual a la de los más grandes de los
se desintegre en la anarquía a manos del pueblo ansioso de disfrutar de su li- gladiadores, en tanto en cuanto se
bertad. Los nobles y los mercaderes claman por más influencia, y tanto los mantengan alejados de los temas que
plebeyos como los esclavos recién liberados están de celebración abierta, de- los templarios del dictador puedan
safiando a cada momento, tanto la autoridad cívica, como los límites sociales. encontrar ofensivos.
Draj, la ciudad de las lunas
Draj es una ciudad-estado atrasada, firmemente en las garras de un rey-hechicero loco. Draj
nunca ha conocido la paz, puesto que la guerra y el conflicto se hallan entre sus mayores
ideales. Los guerreros tienen el poder, y su privilegiado status es algo que todos aspiran a
obtener. Cuando no guerrean contra Raam, o defienden su hogar de represalias o conquis-
tas, los incursores draji acechan por los páramos circundantes, asaltando poblados en busca
de esclavos para que reemplacen a los que han perdido por el trabajo o en los sacrificios.
Draj debe su siniestra naturaleza a su rey-hechicero. Tectuktitlay, el Padre de la
Vida, es una presencia constante en la ciudad-estado. Su rostro adorna muros y edificios,
su símbolo ondea en los estandartes, y sus templarios (conocidos como los sacerdotes de
la luna) están por todas partes, haciendo cumplir sus leyes e instruyendo a la gente sobre
su perfecta divinidad. Nadie se atrevería a sugerirlo, pero de hecho los rasgos del rey-hechi-
cero tienen poca majestad. Tectuktitlay tiene los ojos estrechos, la nariz ancha, la quijada
gruesa, y los labios redondos y carnosos. Otros símbolos regios incluyen la serpiente emplu-
mada, que se encuentra en los estandartes que llevan los soldados a la guerra, y el jasuan, o
draco de emboscada, que también tiene un lugar prominente en Draj.
La influencia de Tectuktitlay es tan insidiosa que la mayoría de los draji no se
atreve a cuestionar su divinidad, a dudar de los hechos que se le atribuyen o a desobedecer
las órdenes impartidas por sus sacerdotes de la luna. Todos los ciudadanos saben que la
distensión invita a la ira del rey-hechicero, y que ésta sólo puede apagarse mediante
sacrificios sangrientos.

Gulg, la ciudad bosque

Muchos de los reyes-hechiceros afirman (o han afirmado en el pasado) ser dioses de Athas.
En Gulg, tal afirmación no la hace la reina-hechicera de la ciudad-estado sino sus súbditos.
Pregúntale a cualquier gulgano y te lo dirá. Lalali-Puy, reina de Gulg, es la Oba, la Diosa
del Bosque, la Madre de los Árboles y de las Bestias, y una docena de epítetos más. Esta
declaración no es ninguna alabanza vacía pronunciada para evitar la mirada torva de los
templarios. El pueblo de Gulg cree sinceramente que su dirigente es una diosa.
Gulg es una ciudad sólo en la definición más relajada; consiste en un racimo de po-
blados del bosque rodeado por un muro. La mayoría de los edificios están hechos de paja
o de fango, y los caminos son más bien tierra pisada, erosionada por los pies de las genera-
ciones. Gulg está aproximadamente dividida en comunidades llamadas dagadas, cada una
de las cuales comprende entre 10 y 50 cabañas. Una dagada está rodeada por un muro de
fango o una valla de madera, que se construye alrededor de uno o más pozos compartidos
por los residentes.
Lalali-Puy es una monarca absoluta en el sentido más puro de la palabra: toda propiedad
en Gulg es suya, y tiene el poder último sobre la vida y la muerte de todos los ciudadanos,
desde el esclavo más bajo hasta el mayor de los combatientes judaga.
Nibenay, la ciudad de las espiras
Antigua más allá de toda medida, Nibenay es una poderosa y rica ciudad-estado inmersa
en la decadencia y la intriga. La mayoría de nibeneses se vena sí mismos como el único
pueblo civilizado que permanece en un mundo de barbarie y desolación; las cosas que
pasan más allá de los muros de la ciudad son poco más que reyertas de salvajes.
Incluso la arquitectura de Nibenay refleja estos prejuicios: espléndidas estatuas y grabados
cubren los muros, los edificios públicos, y los hogares privados por toda la ciudad, mostran-
do grandes héroes y honorables antepasados de eras largo tiempo olvidadas por el resto de
Athas. Algunos son obras de belleza incomparable, otras glorifican triunfos antiguos, y otras
muestran un hedonismo escandaloso. Nibenay está dirigida por el rey-hechicero que dió
nombre a la ciudad. Es una figura retraída y enigmática, raramente vista por nadie excepto
por sus templarias. En las profundidades del complejo real del corazón de la ciudad, el do-
minio prohibido llamado el Naggaramakam, Nibenay se sumerge en sus estudios arcanos y
objetivos misteriosos, dejando el gobierno a la burocracia de sus templarias. Es tan reclusi-
vo, que rumores de su muerte circulan cada pocos años, dando lugar a inquietud y peleas
entre los nobles, hasta que aparece para desmentir los relatos sobre su muerte.
Raam, la ciudad del malestar
Antigua y magnífica, Raam ha caído muy bajo desde sus antiguamente maravillosas altu-
ras. Los siglos de expoliar el terreno en busca de recursos, la corrupción rampante en su
gobierno, y el dominio de una reina-hechicera hedonista y desinteresada, han llevado a la
ciudad-estado al borde de la desintegración. Las canteras de alabastro y las minas de pie-
dras preciosas están exhaustas; prácticas agrícolas imprudentes han llevado a desastrosas
escaseces de alimentos. En las calles, violentas facciones juramentadas a uno u otro señor
de la guerra libran batallas por el control, mientras la antiguamente vibrante e influyente
ciudad se desliza hacia la ruina. Las muchedumbres se amotinan diariamente contra su
inefectiva dirigente, la Reina-hechicera Abalach-Re, y sus templarios no osan poner pie en
algunos barrios de la ciudad.
Las dificultades actuales podrían haberse evitado con mano dura, pero Abalach-Re
tenía menos interés engobernar que en apaciguar su insaciable apetito de placeres.
Hace generaciones, abandonó su título real y declaró ser la representante de un dios
todopoderoso conocido como Badna. Atribuyéndose el título de Gran visir, un título que
normalmente sólo se confiere a los mayores místicos de Raam, arrasó los santuarios y
templos existentes en la ciudad y los reemplazó con nuevos santuarios dedicados a Badna.
La imagen del dios, la de un varón sonriente, de cuatro brazos, vestido tan sólo con un
largo taparrabos, aparece por toda la ciudad-estado. Abalach-Re continúa asegurando a los
ciudadanos que Badna la vigila de cerca y la fulminará si falla en sus deberes, pero ya pocos
la creen.
Urik, la ciudad de los leones
Hamanu fanfarronea con motivo. Urik es una poderosa ciudad-estado con abundanes
ejércitos, enormes muros, un comercio próspero, y sabios eruditos, gobernada mediante un
ordenado código establecido por el autodenominado Rey del Mundo. Las legiones de Urik
nunca han sido derrotadas, y Hamanu jamás ha huido de una batalla. Cualquier decisión
de importancia que se tome en la región de Tyr debe tener en cuenta los deseos del rey-
hechicero de Urik.
Urik está altamente organizado y militarizado. Una gran variedad de leyes con-
tenidas en el larguísimo documento conocido como el Código de Hamanu gobiernan el
comercio y los impuestos, especifican los días festivos, fijan estándares para el arte y la
construcción, y los arreglos familiares como las bodas, el cuidado de los ancianos, y los
funerales. Los templarios examinan a los jóvenes urikitas y les asignan a las vocaciones para
las que están más dotados. La ciudad aspira a ser una meritocracia. pero redes ocultas de
patrocinio e influencias aseguran que los puestos y los cargos importantes vayan a parar a
quien tiene las conexiones adecuadas.
Aunque Urik parece estable y bien ordenada, es igualmente opresiva que
cualquier otra ciudad-estado, y quizás lo es más gracias al número y a la eficacia de los
templarios de Hamanu. En semanas recientes, la caída de Kalak de Tyr ha hecho osci-
lar el delicado equilibrio de Hamanu, demostrando que los reyes-hechiceros que rigen
durante siglos podrían ser mortales después de todo. Hamanu cree que no tiene nada
que temer de sus súbditos, pero sabe que las fortunas de Urik dependen del comercio
con otras ciudades. Si la inquietud se extiende más allá de Tyr, incluso Urik podría su-
frir. Así pues, los templarios de Hamanu no pierden de vista lo que sucede en la ciudad
libre, y pagan por la información a sus espías en Tyr, incluyendo el cantero mul Xalos.