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NARRADOR: La Nueva España gozaba de prosperidad y un increíble crecimiento que la colocaba entre

los países más ricos del mundo en el siglo XIX.

Pero no solo el desarrollo económico había llamado la atención del mundo, sino también el gran
desarrollo intelectual impulsado por las corrientes filosóficas de la ilustración que venían de Francia,
como vientos libertadores.

En la Nueva España surge, entonces un movimiento intelectual llamado CRIOLLISMO, este movimiento,
resaltaba los valores propios, como son: nuestra historia y nuestra cultura. Basado en estos valores, el
movimiento criollo, es decir, el movimiento de los hijos de españoles nacidos en México, consideraron
a la Nueva España como su patria, pero tenían la idea de un País donde la esclavitud y el tutelaje ejercido
sobre los indios desapareciera, para dar paso a un orden nuevo, en el que todos los individuos tuvieran
los mismos derechos, la libertad para transitar, para pensar y para expresar sus ideas.

Fue entonces que empezaron las conspiraciones disfrazadas como “reunión de academia literaria” para
iniciar la Independencia en la Ciudad de Querétaro.

HIDALGO: Llegó el momento de separarnos de España, se están haciendo ricos con lo que es nuestro.

ALLENDE: Pero Hidalgo, los españoles son muchos, y nosotros somos solo unos cuantos, ¿cómo piensas
hacerle frente al ejército español?

HIDALGO: Aun no lo sé, ya se me ocurrirá algo.

JOSEFA: Hidalgo, la gente es muy creyente a su fe, ¿por qué no los motivas tu para que se levanten en
armas?, Estoy segura que si tú los diriges, ellos te seguirán.

MIGUEL DOMINGUEZ: Mi esposa tiene razón, tú eres un sacerdote que te has ganado la confianza del
pueblo, estoy seguro que ellos te seguirán. Además tiene nuestro apoyo.

HIDALGO: No lo sé, es una gran responsabilidad, además, aunque fuera yo, se requiere de mucha
organización para llevar a cabo un movimiento social de gran magnitud.

ALLENDE: Si, si es mucha responsabilidad, pero ya hemos planeado parte de la revuelta desde hace
tiempo. Además, ¿qué puede salir mal? Hemos conspirado desde hace más de un año y míranos,
seguimos aquí conspirando y decidiendo ahora quién será el líder, y al parecer, vas a ser tu Hidalgo.

HIDALGO: Eso será la voluntad de Dios mi querido amigo, será la voluntad de Dios.

JOSEFA: (preocupada) Pero, ¿qué pasará si algo sale mal? Debemos estar conscientes todos en caso de
que la conspiración falle.

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MIGUEL DOMINGUEZ: (Optimista) No te preocupes esposa, verás que todo saldrá bien. Más de un año
y nadie se ha enterado de nuestra conspiración.

HIDALGO: Así es, nuestra academia literaria ha funcionado muy bien, nadie nos ha descubierto. Bueno
mis amigos, me tengo que regresar al pueblo de Dolores porque el día de mañana 16 de septiembre
tengo que dar una misa.

MIGUEL DOMINGUEZ: Esta bien Hidalgo, que tengas un buen viaje. Nos veremos en la siguiente
reunión.

ALLENDE: Yo también me tengo que ir a San Miguel el Grande, me voy contigo Hidalgo, espérame, solo
agarro mis cosas y nos vamos.

NARRADOR: Mientras tanto, España había sido invadida por Napoleón Bonaparte, había derrocado al
rey Fernando VII. El gobierno español estaba sometida por los franceses y muy pronto ellos iniciarían
su independencia contra Francia.

NAPOLEÓN: He invadido España, ahora sus riquezas son de Francia.

GENERAL: Emperador, ha quitado del trono español a Fernando VII y ha puesto en su lugar a su
hermano José I Bonaparte, ¿a quién tiene pensado colocar como virrey en la colonia de la Nueva
España?

NAPOLEÓN: Aun no lo he pensado, pero eso es un caso que no me preocupa tanto, mientras que España
esté en nuestro poder también estará su colonia.

GENERAL: Eso lo entiendo muy bien emperador, pero de todos modos debemos de administrar esa
colonia bajo los intereses franceses.

NAPOLEÓN: Me da la impresión que quieres ir a la Nueva España para que tú la administres ¿verdad?,
o me equivoco.

GENERAL: Yo solo de sirvo a Usted y a Francia mi emperador, y a nadie más, pero si Usted me da la
oportunidad de administra la colonia llamada Nueva España, con toda modestia acepto la comisión.

NAPOLEÓN: Esta bien mi general, será Usted quien administre esa colonia. Conozco su lealtad y sé que
estará en buenas manos.

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NARRADOR: Pero Napoleón Bonaparte ignoraba que España lucharía para recuperar su independencia,
sin importar el tiempo que dure.

Ignorado por España, la Nueva España aprovecharía la invasión napoleónica para proclamar su
independencia. Los conspiradores desconocían que sus temores se iban hacer realidad.

La noche del 15 de septiembre de 1810 la conspiración fue descubierta, todos los conspiradores que se
encontraban en la ciudad de Querétaro fueron detenidos, incluyendo a la Corregidora Josefa Ortiz de
Domínguez, ella, fue arrestada en su casa. De alguna forma, debía de avisar a Hidalgo que la
conspiración fue descubierta, así que le pide ayuda a uno de sus sirvientes de nombre Ignacio Pérez.

JOSEFA: (desesperada) Ignacio, Ignacio debes ir al pueblo de Dolores y avisarle al cura Hidalgo que
hemos sido descubiertos, debes ir lo más pronto posible.

NARRADOR: Josefa le cuenta todo a Ignacio Pérez acerca de la conspiración, sus participantes y el lugar
de procedencia de cada uno de ellos. Una vez que Ignacio Pérez entiende la importancia del asunto
decide ayudar la causa independentista de que tenga éxito sin importar lo que a él le pase.

IGNACIO: Es algo muy grave lo que está pasando mi señora, despreocúpese, que yo me encargo de
avisarle al señor cura.

JOSEFA: Debes correr a todo galope, que no te detengan Ignacio, el futuro de mucha gente la llevas en
tus manos.

IGNACIO: Si señora, sé lo importante que es esto. Me tengo que ir a cumplir con su encargo.

JOSEFA: Si Ignacio vete, vete y no te detengas.

NARRADOR: Sin perder tiempo, Ignacio Pérez sale de Querétaro para avisarle al cura Hidalgo sobre lo
acontecimiento que están sucediendo. En la ciudad de San Miguel el Grande Ignacio Pérez encuentra a
un amigo cercano del Cura Hidalgo, Juan Aldama. Ignacio Pérez le dice a Aldama lo que está sucediendo
en Querétaro.

IGNACIO: Señor Aldama, señor Aldama, mi patrona Doña Josefa Ortiz de Domínguez me manda para
darle un mensaje al cura Hidalgo, me dice que la conspiración fue descubierta.

ALDAMA: (impresionado) ¿Cómo dices?, ¿Qué la conspiración fue descubierta?

IGNACIO: Si señor, ahorita mismo todo el ejército español que se encuentra en Querétaro están
apresando a todo conspirador y sospechoso de esta. La ciudad está sitiada, Yo apenas pude salir con
suerte.

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ALDAMA: Esta bien Ignacio, gracias, regrésate a Querétaro con cuidado, yo me encargaré de llevar tu
mensaje al cura Hidalgo. Esto es muy grave.

NARRADOR: Aldama sale de san Miguel el Grande a avisarle a Hidalgo sobre el descubrimiento de la
conspiración. Una vez que llega al pueblo de Dolores, Aldama se dirige a la casa de Hidalgo.

ALDAMA: (desesperado) Hidalgo, Hidalgo, malas noticias, la conspiración fue descubierta, el ejército
español viene hacia acá para capturarte, ya capturaron a nuestros amigos en Querétaro, ya no tenemos
a nadie ahí.

HIDALGO: (escuchando pacientemente) ¡Aldama, estamos perdidos! debemos de adelantar los planes
para hoy. Estemos listos o no, ¡se le ha puesto el cascabel al gato y falta ver quien sobra, mexicanos o
gachupines!.

NARRADOR: Esa noche, Hidalgo estaba en pláticas con Allende en su casa de Dolores, y al escuchar lo
que Aldama le dijo toma la decisión de deja libre a los presos y les da armas para iniciar la
independencia. La madrugada del día 16 de septiembre de 1810 Hidalgo, afuera del templo principal
del pueblo hace una arenga que a la letra dice:

HIDALGO: “Mexicanos y compatriotas: para nosotros ya no existe ni el rey ni los tributos, esta gabela
vergonzosa que solo conviene a los esclavos la hemos llevado hace 300 años como signo de tiranía y
servidumbre, terrible mancha que sabremos lavar con nuestros esfuerzos, llegó el momento de nuestra
emancipación, ha sonado la hora de la libertad; y si conocéis su gran valor me ayudareis a defenderla
de las garras ambiciosas de los tiranos, pocas horas faltan para que me veáis marchar a la cabeza de los
hombres que se precian de ser libres. Os invito a cumplir con vuestro deber.

¡Viva la religión!, ¡Viva nuestra madre santísima de Guadalupe!, ¡Viva Fernando VII!, ¡Muera el mal
gobierno!.”

NARRADOR: El famoso grito de Dolores se había dado. Y como dijo Hidalgo, “se le había puesto el
cascabel al gato y habría que ver quien sobraba: mexicanos o gachupines”. Hidalgo, Allende, Aldama y
Jiménez fueron traicionados por Ignacio Elizondo y capturado en Norias de Bajan, Chihuahua, sus
cabezas fueron colocadas en cada esquina de la Alhóndiga de Granaditas. A la muerte de ellos le siguen
otros insurgentes que pelean a favor de la independencia de México.

Esperamos que haya sido de su agrado. ¡Gracias!

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