En la época prehispánica, los indígenas cacaoperas representaban un grupo sui generis
en un área dominada por grupos de origen lenca, esto es, constituían, valga la expresión, una isla lingüístico-cultural que estaba rodeada por pueblos de cultura lenca. A partir de los estudios lingüísticos (ver Campbell: 1980) de la zona, se ha podido determinar que los cacaoperas se formaron como producto de una migración que llegó de la costa atlántica de Honduras o Nicaragua, pues su lengua está emparentada con la ya extinta Matagalpa. Desde una perspectiva lingüística, el idioma Cacaopera está integrado a la familia MISUMALPAN, junto a las lenguas Miskito y Sumu (Campbell: 1980). Sin embargo, la larga convivencia de los cacaoperas con los pueblos Lenca del 5 oriente de El Salvador y suroccidente de Honduras nos hace pensar que los cacaoperas comparten una serie de comportamientos y patrones culturales de los pueblos vecinos, quedando integrados en la gran región cultural Lenca.