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En este orden de ideas el estado interviene con la finalidad de organizar el poder del
acreedor en el negocio jurídico, para vigilar los excesos y abusos de poder del acreedor
sobre las imponentes masas de usuarios, para procurar el balance y la equidad entre las
partes contratantes (oferente y proponente) y la protección del usuario como parte menos
favorecido frente al proveedor del bien o servicio o, en el caso de los hechos dañosos,
buscar la prevención o indemnización de los damnificados en forma integral.
De igual manera se analizan algunos principios jurídicos que, desde diferentes áreas de
estudios, defienden un ejercicio racional de las relaciones obligacionales, contractuales y
extracontractuales. El trabajo se desenvuelve a partir de una visión constitucionalista del
derecho privado que cobija los postulados del Estado Constitucional y Social de Derecho y
atiende al progreso del Derecho Económico Internacional. Estos principios representan un
cuerpo normativo primordial en el amparo de la armonía y la equidad en las relaciones
económicas, evitando los abusos de los grupos económicos fuertes y favoreciendo la
protección de los derechos del consumidor, desde una concepción de racional de los
recursos naturales.
Así mismo la autonomía de la voluntad es la base del Derecho Privado en las familias
del civil law y del common law, además, cobija toda la tradición continental. Como
principio, implica que, dentro del poder controlador de las relaciones jurídicas
patrimoniales, lo contratado, acordado o concertado por las partes o por los sujetos de la
relación obligatoria es expresión de la libertad humana, ejercida, por supuesto, en los
límites que la ley impone, especialmente entre las destrezas de carácter imperativo y las de
índole dispositiva. Se obliga a quien da su voluntad de manera expresa o tácita, mediante el
negocio jurídico seleccionado por el ordenamiento.
La parte del Texto Fundamental que sienta los principios superiores que orientan y
fundan la posición del Estado en relación con la economía y los derechos de los asociados
en este mismo ámbito. A juicio de la Corte, dicha parte de la Constitución se encuentra
compuesta por: las normas constitucionales que ordenan la vida económica de la sociedad
y establecen el marco jurídico esencial para la estructuración y funcionamiento de la
actividad material productiva, señalando los fundamentos esenciales que deberán tener en
cuenta los operadores económicos (Corte Constitucional de Colombia, Sentencia C-265 de
1994).