as ESTUDIOS PUBLICOS
8 Por ultimo, en cwarto lugar podemos conocer et modo y el orden
propios de esta ciencia. Las ciencias especulativas que consideran un cierto
‘todo, a partir del examen de las partes y de los prinipios del mismo completan
Ja noci6n del todo, poniendo en claro sus propiedades y operaciones. De la
‘misma manera, esta ciencia, al considerar los principios y las partes de Ia
ciudad, perfecciona el conocimiento de ésta al manifestar sus partes, sus
propiedades y sus operaciones. Y puesto que es ciencia préctica, pone en claro
ademas de qué modo puede ser realizado to singular y conereto; lo cual es
necesario en toda ciencia préctica
IL EL FIN DE LA SOCIEDAD POLITICA
Exposcion sobre ls dies libros Ecos a Nicémaco, de Aristteles,
libro I lec 2, para 30:
Es claro que una causa, mientras més extenso sea el dmbito en el que
«’jeroe su poder, tiene prioridad sobte otras y es superior a ellas. Por lo cual
bien, que tiene razén de causa final, ¢s superior en la medida en que se
cextionde a un smbito mayor. Por lo cual, si un mismo bien es de un hombre y
de toda la ciudad, mucho mejor y mas perfecto es procurarlo y conservarlo en
‘cuanto bien de toda la ciudad que en cuanto bien de un solo hombre.
CComresponde, por otra parte, al amor que debe existir entre los hombres,
«que se conserve el bien, atin el de un solo hombre. Ahora bien, mucho mejor y
ids divino es que este amor se manifieste respecto de toda la nacién y a las
ciudades. A veces es deseable que se manifieste respecto de una sola ciudad,
pero es més divino que se extienda a toda Ta nacién, en la cual se comprenden
muchas ciudades, Se dice que esto es mus divino, pues se da en ello en mayor
grado la semejanza de Dios, que es la causa ltima de todos los bienes,
Este bien, ef que es comtin a una o a muchas ciudades, es objeto de una
actividad o un cierto arte, al cual se le Hama civil
‘Suma contra los Gentiles, ibeo IL, capital 24:
El bien de una cosa puede ser entendido de varias maneras. La primera,
‘en cuanto es propio de ella en razén de su individualidad. De este modo
apetece el animal el alimento, por el cual se conserva en Ia existencia, La
‘segunda, en cuanto es suyo en raz6n de su especie, y asf el animal apetece su
propio bien al apetecer la generacién de Ia prole y su nutricién, o To que se
hhaga para la conservacién y defensa de los individuos de su especie. LaSUAN ANTONIO WIDOW ass
tercera, en cuanto To es en razén del género. ¥ asf apetece su propio bien al
producir su efecto un agente equivoco, como el ciel. ¥ la cuata forma, en
cuanto a la semejanza de analogia entre los efectos y su principio. Y de este
1modo Dios, que est fuera de todo género, en razéin de su propo bien da el ser
todas las cosas
Por o cual queda claro qu, en tanto algo posea una virtud més perfecta
y su grado de bondadl sea més eminente, en esa medida posee el apetito mas
universal del bien y To quiere y lo realiza en lo mis alejado de sf mismo. Las
cosas imperfectastienden s6lo al bien propio del indviduo: las perfectas al
bien de a especie, y las mas perfectas al bien del wéner: Dios, en cambio, que
«es perfectisimo en bondad,tende al bien de todo ene. Por lo cual no sn azn
dicen algunos que “el bien, en cuanto tl, es difusivo”: ya que, cuanto mejores
algo, a cosas tanto més remotasdifunde su bondad
(Cuestion disputada sobre la Caridad, aticulo 4,
respuesta a la segunda objeciGn:
Existe un bien propio de un hombre en cuanto es persona singular, y en
cuanto al amor de este bien, cada uno es para si el principal objeto de amor.
Hay, por otra parte, un bien comin que pertenece a éste 0 a aquel en cuanto
son partes de un todo, como es el caso del soldado, en cuanto parte dl ejército,
yy del ciudadano, que es parte de la ciudad; y en cuanto al amor de este bien, st
principal objeto es aquello en lo cual este bien principalmente radica, tal como
cl bien del ejército radica en su conductor, y el bien de la ciudad en el rey. Por
10 cual al oficio del buen soldado corresponde que descuide atin su propia
cconservacién para conservar el bien del conductor, de la misma manera como
‘un hombre naturalmente expone su brazo para salvar la cabeza.
Cuestin disputada sobre las creaturas espirituates, articulo 8,
respuesta a la quinta objecisn:
Puesto que el afecto sigue al conocimiento, cuanto més universal sea