Javier Monti.

Trabajo Práctico Nº1 de Derecho de la Navegación y Aduanero.

Establecer el concepto de “buque” es de suma importancia, ya que el mismo es el

medio o vehículo mediante el cual se ejerce la navegación y todas las instituciones del
derecho marítimo hacen, ya sea de forma directa o indirecta, referencia al buque.
La doctrina, brinda diferentes conceptos de buque, pues no existe en ella una
uniformidad con relación a este término jurídico, por mi parte entiendo que ​“el buque es
toda unidad flotante y maniobrable, regida por normas nacionales e internacionales,
la cual tiene como destino inmediato posibilitar el comercio, transporte y
navegación por aguas marítimas y fluviales, interiores o exteriores”.

-​El buque es toda unidad flotante y maniobrable: ​La Ley de la Navegación, ley
20.094, en su artículo 2, define al buque diciendo que "buque es toda construcción
flotante destinada a navegar por agua”. Dicho artículo expresa que el buque debe tratarse
de una “construcción flotante” entendiéndose por tal todo objeto con forma de
embarcación construido según las reglas de arte naval.
La idea de “navegación” no solamente implica la posibilidad del buque de flotar y
desplazarse, sino también la capacidad de gobierno y la posibilidad de maniobra sobre la
embarcación. Esto reviste vital importancia que, con este concepto, se excluyen de la
denominación de buque a las boyas, pontones, diques, etc

-​Regida por normas nacionales e internacionales: En nuestro País lo rige La Ley de

Navegación, la cual en su artículo 43 establece que “los buques argentinos se
individualizan, en el orden interno y a todos los efectos legales, por su nombre
(denominacion que le da el propietario al buque cuando lo inscribe en el Registro Nacional
de buques, este nombre debe figurar bien visible en la cara de la popa y no puede ser
igual al de otro buque de similares características), número (es el de la matrícula
correspondiente al buque por su inscripción), puerto de la matrícula (lugar donde se
efectúa el registro del buque) y tonelaje de arqueo (es la capacidad interna de ciertos y
determinados espacios cerrados de una embarcación, medida en forma convencional y
expresada en una medida de volumen)”, y a nivel internacional el Tratado de Montevideo
de 1940.

-​La cual tiene como destino inmediato posibilitar el comercio, transporte y

navegación por aguas marítimas y fluviales, interiores o exteriores: ​Esta definición se
basa en el concepto de “destino”, el cual es representado por la expresión “navegar por
agua”, con lo que se ha consagrado un concepto amplio, tendiente a captar todo tipo de
navegación, a diferencia de otros criterios que únicamente adoptan la idea del transporte.
Esto a su vez, permite diferenciar al buque de los artefactos navales, cuya principal
característica es que no están destinados a la navegación.
 Doctrinariamente, Blas Simone, consideraba que el concepto de buque dado por
dicho cuerpo normativo resultaba incompleto, ya que el mismo para ser tal debía “estar
debidamente matriculado”. Este criterio o concepción es erróneo que el buque reviste la
condición de tal a partir del momento en que se aprueba su construcción, lo que se
acredita con la extensión del correspondiente certificado técnico otorgado por la Autoridad
Marítima. A partir de ese momento el buque es buque, independientemente de su
posterior inscripción registral