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AUTOESTIMA Y LA AUTOIMÁGEN

“Sólo si me siento valioso por ser como soy, puedo aceptarme, puedo ser auténtico, puedo
ser verdadero”.
Jorge Bucay.

El autor define el autoestima como “el grado de aprecio de uno mismo sobre aspectos
físicos y psíquicos de su persona“. El autoestima aparte de ser una característica
primordial de nuestra personalidad es la que nos brinda una capacidad de control
sobre nosotros mismos y sobre nuestro medio, siendo esto llamado en psicología
locus de control. Por otro lado el autor recalca la diferencia entre autoestima y
autoimagen refiriéndose a autoimagen como “la percepción que uno tiene sobre su
imagen personal, física y psicológica ante los demás y ante si mismo”, por lo que es
primordial resaltar que una buena autoimagen fomentara una buena autoestima.
Existen dos niveles de autoestima, una autoestima baja, cuyas personas se sienten
inseguras, son pesimistas, no se valoran positivamente, así también llegando a
descuidar su aspecto físico y personas con autoestima elevada que son: optimistas se
sienten seguras de sí mismo, son autocríticos y procuran cuidar su aspecto físico.
Algunos problemas emocionales y sociales desencadenan en una baja autoestima, por
ello para prestar un apoyo psicosocial es importante potenciar el autoestima para
lograr abordarlos correctamente. La autoestima influencia en las personas, ese hecho
de apreciarse a sí mismo y a su entorno; es decir quienes tienen una elevada
autoestima contagian su estado de ánimo a quienes les rodean y quienes poseen una
baja autoestima trasmiten su intranquilidad. Por ello es importante que el profesional
deba partir de una elevada autoestima para poder establecer una relación de ayuda
con el paciente.

Hay varias causas de la baja autoestima en las personas que se presenta en


diferentes tipos de edades a los largo de la vida, en la infancia y adolescencia su
mayor inconveniente reside en la familia y en la sociedad cuando ridiculizan o humillan
a los niños, o cuando toman la actitud de comparar al adolescentes o niño de una
manera negativa con otras personas. Son actitudes que cambian la autoestima de
cualquier persona y luego es un problema en su personalidad, sus primero años de
edad son muy importante ya que se puede presentan la baja autoestima por causa de
su familia o de ámbito escolar ya que se comienza a relacionar con sus maestros y
compañeros, en el caso de la edad adulta o la vejez se ponen más sensibles por las
personas que lo rodean en su entorno familiar o en su trabajo sus causas de baja
autoestima son varias como puede ser un desempleo de la persona o un trabajo que
no le agrade, una separación familiar puede ser un factor muy importante para una
baja autoestima ya que en la adultez o en la vejez las personas se vuelven más
afectivos. Otro factor importante es la jubilación de las personas llegar a pensar que ya
no sirven para nada y esos les hacen bajar la autoestima. Existen estrategias para
potenciar la autoestima entre ellas, podemos hablar de valorar el grado de autoestima,
analizar las posibles causas y hábitos perjudiciales de la baja autoestima. Para poder
actuar contra los hábitos perjudiciales se deberá identificar a los mismos, apoyarse en
amigos o familiares que van ayudar recodando el momento que se estén desarrollando
esos hábitos, tomar una decisión contundente eliminando la conducta o estimulo
perjudicial, organizarse, evitar los entornos conflictivos, normalizar hábitos diarios de
vida y cuidar el aspecto físico, saber decir no a situaciones perjudiciales y estimular el
autocontrol y poder tomar decisiones por nosotros mismos es lo que va a reforzar la
autoestima, cuando se alcance algún logro autoanimarse, al darse alguna dificultad no
desanimarse y seguir para adelante, evitar frases derrotistas y pensar en positivo
ayudara a encontrar soluciones a los problemas. Actuar asertivamente potencia la
autoestima y para esto se dan varias fases entre ella: explicación, expresar
sentimientos, expresar nuestras necesidades para que se resuelva el problema,
analizar las consecuencias positivas antes que las negativas. Así mismo las personas
que se sienten eficaces afrontarán de mejor manera las dificultades. Los padres
contribuiremos decisivamente en la formación de una correcta autoestima, por lo que
es vital que conozcamos como lograrlo; dentro de los parámetros que debemos evitar
tenemos las siguientes: no realizar comparaciones negativas de actitudes de nuestros
hijos, no ridiculizar a nuestros hijos delante de otras personas, tratar de forma
discriminatoria una acción no muy acorde de nuestros hijos, no asumir que los actos
cometidos de nuestros hijos se deben a problemas de la herencia. Pequeños cambios
pueden lograr que nuestros hijos den grandes pasos hacia el éxito.

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