Arata y Marino Cap 11

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La noche mas larga: represién en el Ambito educativo La peniiltima leccién nos coloca ante el desafio de transitar el periodo mas oscuro de la historia argentina. La dictadura civico-militar que asol6 al pais entre 1976 y 1983 dejo marcas profundas en nuestra identidad colectiva, en los mods de pensarnos como sociedad. en las formas en gue recordamos nuestra historia reciente, en los vinculos que establecemos con el Estado. £1 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983 representan dos puntos de infiexién (de signo opuesto} en la historia nacional. Sin embargo, para comprender las condi ciones que hicieron posible Ia implementacién de las politicas represivas y discriminadoras desplegadas durante el autodenominado Proceso de Reorganizacion Nacional hay que hundi¢ la mirada en los afios previos al golpe de Estado, mientras que. para determinar sus alcances, debemos indagarnos sobre de qué manera algunos de los efectos de dichas politicas todavia hoy repercuten en nuestra sociedad. Durante las décadas del ‘80 y el “90, el Estado mantuvo una posicién oscilante y cantra: Gictoria acerca de |o ocurride durante Ja dictadura. Por un lado, derogo la Ley de Pacificacion Nacional, conformé la Comision Nacional sobre la Desaparicin de Personas, encargada de la redaccidn del documento Nunca mas (1984), y promovié el Juicio a las Juntas (1985). Esas politicas contribuyeron a elaborar un piso de verdad histérica: el valor de la informacion reunida en el Nunca mas y la condena a os maximos responsabies de los crimenes cometidos desde el ado no representaron la opinién de un sector de la Sociedad. sino que constituyeron pruebas irrefutables sobre las acciones estatales y paraestatales llevadas a cabo como parte de un plan sistematico orientado al secuestro, desaparicidn y aniquilamiento de nifios, jovenes y adultos. Decimos que fue oscilante y contradictoria porque. por otra lado, ese mismo Estado con. dond, bajo une fuerte presién de los sectores militares, a cientos de responsables par fos delitos cometidos durante la dictadura, a través de la sancidn de las leyes de Punto final (1986) y de Obedioncia debida (1987), ambas durante el gobierno de Raul Alfonsin: y, por medio de los decretos firmados por el presidente Carlos Menem, se indultd a los militares ya condenados por crimenes de lesa humanidad en el Juicio a Jas Juntas. Estas medidas se tomaron en nombre de una “politica de reconeiliacién”, con ia que se pretendié clausurar toda posibilidad de revisar las acciones del pasado y ejercer justicia €n 2004, ambas leyes fueron derogadas y los indultos, declarados inconstitucionales. En una medida de alto valor simbélico y politico, el 24 de marzo de ese mismo alo, el presidente Néstor Kirchner (2003-2007) pidid perdén en nombre del Estado por los ctimenes cometidos, y promovid una serie de medidas que viabilizaron fa realizacién de los juicios a los represores. 24a: En consonancia con estas decisiones politicas. en los ultimos afios tuvo lugar un intenso pro: ceso —impulsado desde los organismos de derechos humanos, !as agrupaciones poltticas. las comisiones barriales y por el propio Estado— destinado a elaborar un tipo especifico de refiexi vidad denominado patiticas de la memoria. Como indica ei equipo de Educacisn y Memoria del Ministerio de Educacién de la Nacién, estas politicas fueron. originaimente. gestadas por los organismos de derechos humanos durante la dictadura con el propésito de “denunciar los se cuestros y reclamar por la aparicién con vida de los desaparecidos”. a tos que, posteriormente. se sumaron una enorme cantidad de “gestos de memoria” producidos por la sociedad argentina: lacas recordatorias en barrios, plazas, escuelas, universidades, sindicatos; intervenciones artisticas de diversos tipos {...| documentales: programas de radio. producciones de material bibliografico. entre tantas otras” En otras palabras, no s¢ puede abordar este period como un acontecimiento aislado, Por la proximidad de los hechos, y porque esos hechos comprometen nuestra propia experiencia. este period requiere que estemos especialmente atentos a la relacién entre memoria ¢ historia ala que nos hemos referido en la primera Jeccidn. En un doble sentido. Por un lado, porque. como interroga Ledn Rozitchner a propésito del saldo de desapariciones y muertes que dejé la dictadura como su tragico legada, debemos preguntarnos “ZQué hubiera sido del presente si tanto sacrificio, tanta energia resistente, tanto fervor y tantas ganas y hasta tanta belieza hu- bieran estado hoy vivas?”. Por el otro, porque —recuperando las palabras de Paul Ricocur— si nos remontamos a uno de ios origenes etimolégicos de la palabra memoria, mas precisamente al hebreo. esta no sélo significa “td recordards’, sino que también esté asociada a un mandato: “tu continuarés narrando”. Es en esta dable expresion en la que se cifra —creemos— una de las, tareas que debemos asumir como educadores y educadoras: recordar y seguir transmitiendo. Las formas de intervenir, participar y debatir en el campo de la educacién sufrieron una profunda y violenta reconfiguracién durante la experiencia traumatica de la dictadura, Para Pablo Pineau, la dictedura represent6 “el principio de! fin” de un modelo educative que. a pesar de sus vaivenes, habia conservado hasta 1976 una serie de rasgos distintivos: la principalidad del Estado como gerante del derecho a la educacién, un sistema educative altamente homo: géneo que garantizaba el acceso gratuito y la promesa de ascenso social a través de ia esco: Jarizacidn de los sectores populares. entre ot¥os aspectos. Acaso por estas mismas razones, Ja dictadura identified at sistema educative como un area de intervencién privilegiada y a la escuela como “una de las sagradas instituciones de Ia Patria”. Aun mas: el régimen concebia al mbito educative como el espacio donde se habia difundido el "virus de ta subversion’ y, simul téneamente, como él lugar sobre el que se debia intervenir para “interrumpir el eslabonamiento de las ideas subversivas” y reponer “Ios valores de ‘a moral cristiana, de la tradicion nacional y Ge la dignidad del ser argentino”, condiciones necesarias para restablecer el orden en una sociedad que habia perdido su rumbo. En este sentido. la dictadura elabord un diagndstico sobre la crisis de la escuela y propuso un proyecto para superarla. Este proyecto no supuso un conjunto homogéneo de politicas ni tampoco implicé una serie de iniciativas totalmente novedosas e inéditas. En esta leccion pro- curaremos identificar Ios ejes del discurso autoritario, con el propésito de analizar sus efectos en el campo pedagégico. Algunos interrogantes nus guiarén durante el recorrido: ¢Cuall fue ta orientacién y el alcance que tuvo el proceso de reestructuracion politica y econémica durante la dictadura? .Quiénes intervinieron? ¢Qué condiciones io hicieron posible? {Cudles fueron las 242 Harnoene mas ina 1 politicas eduicativas implementadas v en qué fundamentos se basaron? Como afectaron la vida cotidiana en las escuelas y en el ambito de la cultura? En un primer momento. presentaremos las principales lineas poiiticas implementadas durante el periodo 1976-1983. para luego foca Jizar en las caracteristicas que tuvieron en el campo de la cultura y la educacion. Una tiltima salvedad. A lo largo de esta leccion notaran que nos apayames constante- mente en el uso de comillas. Lo haremos con la intencién de enfatizar que determinadas expre- siones deben ser leidas teniendo en cuenta ef lugar desde donde fueron enunciadas. Si bien asta aclaracién se aplica a tados los periodos trabajados. para éste es especialmente impor: ante, debido a que los militares y civiles artfices de la dictadura elaboraron y desplegaron en el plano discursive una ficcion de Estado particularmente perversa. De hecho, ningun Estado funciona por pura coercién, sino apelando a fuerzas ficcionates que legitiman Sus acciones. En el caso del Proceso. sus voceros elaboraron una serie de representaciones que. segiin Ricardo Piglia. constituyen un “relato quinirgica”: ef relato de una sociedad enferma, en la gue los mili tares debian operar como “cirujanos” para “extirpar” los males que la acechaban. Un discurso desde el cual se aseveré que un conjunto de ideologias extranjerizantes habian “inoculado el virus de la subversion” en las aulas argentinas, una ficcion que. al mismo tiempo y con la misma ‘fuerza, encubria y revelaba Ia atrocidad del terrorisma de Estado. La noche mas larga La titima dictadura se perpetré y Sue posible a partir de la alianza mantenida entre as fuerzas armadas. algunos sectores de la sociedad civil y los grupos econdmicos concentrados. Por esa razén. hablaremos de una dictadura civico-militar y no militar a secas. eDénde se origina un golne de Estado? Pilar Caiveiro plantea que “los golpes ce Estado vienen de la saciedad y van hacia ella’. lo que no quiere deoit que [a sociedad en su conjunto deva ser representada como un “genio maligno” que las gesta. pero tampoco camo su “victima indefensa”. Le ultima dictadura implement6 con éxito una cultura del terror que inmoviliz6 a ta sociedad civil, conduciéndola a un estado de infantilizacién (esto es, acotando o suprimiendo los derechos y libertades de la ciu- dadania) en el que estaba definido con claridad quiénes eran los que tenian derecho a mandar y quiénes los que tenian que obedecer. Asi. vastos sectores de la Sociedad padecieron sus politicas. mientras otros contvibuyeron a crear y sostener el poder golpista. autoritario vy desaparecedior Las causas que explican la aparicién de la dictadura también deben buscarse en el plano internacional. Como hemos sefiaiado en la leccién 10. desde el final de la Segunda Guerra el mundo entr6 en un periodo al que se denominé Guerra Fria, en el que las dos principales po tencias mundiales —ia URSS y ios Estados Unidos— se disputaron el liderazgo global a través de dos modelos politicos y econémicos antagénicos. Para la politica exterior norteamericana América Latina representaba su ‘patio irasero. identificando en ella uno de los territorios donde se libraria la batalla contra el comunismo. Con ese propésito. el ejército de (os Estados Unidos intervino en Latinoamérica y el Caribe creando en 1946 fa Escuela de las Américas: un centro para el entrenamiento de militares latinoamericanos en el que se formaron aproximadamente 60.000 soldacas en las doctrinas de contrainsurgencia, Alli se capacitaron en la lucha contra ia subversién, entre otros, Roberto Viola. quien reemplaz6 a Videla al frente del poder ejecutivo a partir de 1981. 243 Urata Nano Junto a la Escuela de las Américas. se llevé adelante la Operacién Céndor, con el propdsito de establecer mecanismos de cooperacion entre las fuerzas armadas de los Estados latinoameri-

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