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De la expansión urbana y la periferia metropolitana 1

De la expansión urbana
y la periferia metropolitana

Alicia Lindón Villoria*

1997

La colección Documentos de Investigación difunde los avances de trabajos realizados por investigadores de El Colegio
Mexiquense, A.C., con la idea de que los autores reciban comentarios, antes de la publicación definitiva de sus textos. Se
agradecerá que los comentarios se hagan llegar directamente al (los) autor(es). Los editores han mantenido fielmente el
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Toluca 50120, México.

*E-mail: alindon@colmex.mx
Alicia Lindón Villoria 2
De la expansión urbana y la periferia metropolitana 3

INTRODUCCIÓN vida, y en otros el territorio construido como es-


tructura urbana1.

E
n este trabajo se analiza la expansión Por último, se reconstruye muy esquemá-
metropolitana de la ciudad de México en ticamente un modelo multidimensional con el
el contexto del modelo de la concentración que se busca dar cuenta de la periferia metropo-
territorial, entendiéndolo como un fenómeno litana constituida a la luz de la lógica estructurante
multidimensional. Luego se repasan algunas pers- del modelo concentrador. El objetivo de este
pectivas con las que ha sido abordado, directa o modelo es comprender a la periferia de ese
indirectamente, el estudio de la expansión sub- momento como una forma territorial integradora
urbana y la periferia metropolitana conformada de distintas dimensiones de la vida social.
entre los años cincuenta y ochenta (de acuerdo Finalmente, resta señalar que los ejes sobre los
a la lógica de la concentración territorial). Esta cuales se reconstruye este modelo integrador
revisión no pretende agotar las distintas con- constituyen un desafío para analizar la periferia
cepciones con que se han tratado las áreas actual.
suburbanas y periféricas, sino sólo algunas carac-
terizaciones escogidas en función del rasgo que
priorizan para el análisis del proceso de la expan-
sión urbana. En otras palabras, se revisan algunas 1. LA EXPANSIÓN SUBURBANA Y LA PERIFERIA METRO-
perspectivas según el eje analítico desde el cual POLITANA
se trabaja el fenómeno.
Por ejemplo, para una cierta concepción La conformación de los suburbios y periferias
la periferia metropolitana ha sido el área dormi- metropolitanas de los años cincuenta, sesenta y
torio de los sectores sociales empleados en las setenta puede ser entendida como una dimensión
actividades industriales, en otros casos la periferia del proceso de concentración territorial. Por su
metropolitana ha sido vista como el ámbito de parte, ésta última puede ser vista como una serie
recepción de migrantes internos procedentes de de respuestas articuladas ante la lógica global de
áreas rurales. En casi todos los enfoques, estas organización de la producción de un tiempo,
visiones se asocian —explícita o implícitamente— usualmente identificado como “el tiempo lineal
a un modo de vida con el que no sólo se confor-
man las vidas de los individuos, sino también el
1
Frecuentemente los análisis del primer tipo han sido realizados
desde aproximaciones de corte micro(como el punto de vista del
espacio vivido y construido por los individuos; individuo que habita en la ciudad), que en tanto que los segundos
aunque en algunos casos se prioriza el modo de se plantean desde perspectivas macro.
Alicia Lindón Villoria 4

del fordismo”2; temporalidad que de maneras ciudad que crecía al influjo de la lógica concen-
diferentes se fue inscribiendo en los suburbios y tradora.
periferias metropolitanas. Esquemáticamente Así, la dinámica económica y poblacional
podemos plantear que a medida que la concen- de la concentración territorial, hizo que las ciu-
tración territorial comenzaba a esbozarse, también dades se extendieran más allá de sus límites
se iniciaba un proceso de acumulación que acre- político-administrativos (y en muchos casos,
centó las desigualdades entre los distintos es- también superaron importantes límites físicos,
pacios (además de las desigualdades sociales), sean naturales o construidos). En la Ciudad de
ya que precisamente la concentración territorial México, la gran expansión de la mancha urbana
implicaba reunir población y recursos en algunos se comenzó a producir en los años cuarenta,
espacios mientras que otros quedaban muy década durante la cual la expansión se contuvo
débilmente ocupados. El área metropolitana de a los límites del Distrito Federal, en tanto que en
la ciudad de México es un ejemplo de este tipo los cincuenta comenzó a extenderse sobre los
de dinámicas. municipios colindantes del Estado de México4.
En ese proceso de concentración geográ- De acuerdo con información presentada
fica, algunos sectores sociales comenzaron a por Schteingart, en los municipios mexiquenses
movilizarse hacia las ciudades, y particularmente de Naucalpan, Cuautitlán y La Paz, el área
hacia la Ciudad de México, que comenzó a exten- metropolitana se expandió principalmente sobre
derse sobre las tierras adyacentes, conformando tierras ejidales, sobre tierras comunales en los
progresivamente los suburbios y periferias. En casos de Huixquilucan y Coacalco, en tanto que
este proceso se fueron incorporando tanto tierras en Nezahualcóyotl, Chimalhuacán y Ecatepec, el
agrícolas como antiguos pueblos, lo que contri- proceso se dio principalmente sobre tierras
buyó a la heterogeneidad interna del ámbito estatales5.
metropolitano. Tal como han explicado diversos estudiosos
En el análisis de este fenómeno desde el del tema, las ciudades se extendieron en el
campo de lo urbano, la tendencia ha sido privi- territorio como una “mancha de aceite”, incor-
legiar las condiciones habitacionales que vinieron porando las áreas agrícolas aledañas, o al menos
a constituir el cuadro material de la vida de esta frenando el uso agrícola ante la apertura de
población, verdaderos “colonizadores” de los mercados de suelo urbano o “urbanizable”, en
suburbios y periferias. Sin embargo, consideramos los cuales la tierra era más rentable que si se la
que la comprensión de la dinámica urbana de destinaba al uso agrícola. La concentración terri-
esos territorios implica incluir otros aspectos ade- torial se incrementaba, y con ello se comenzaban
más del habitacional. Así, nos parece pertinente
traer la visión de Emile Le Bris, según la cual la
problemática central para esta población móvil la organización del espacio urbano que son nuevos para el migrante,
como por ejemplo, comunicaciones, límites barriales, etc. Asimismo,
territorialmente, no ha sido tanto la de sus con- también es nuevo para el migrante el ritmo del tiempo, que en
diciones habitacionales sino la de enfrentarse a general tiende a fragmentarse, a aparecer como discontinuo y no
una matriz espacio-temporal nueva3, la de la gran repetitivo, en tanto es posible que no se repitan ni las condiciones
ni la forma de vida. Emile Le Bris (1984), op. cit., p. 374.
4
De 1’670,314 habitantes en 1940, en 1975 pasa a 11’550,075,
2
Jacques Attali (1982), Historias del tiempo, Sección Obras de según información proporcionada por Martha Schteingart (1981),
Historia, Fondo de Cultura Económica, México, p. 287. Daniel “El proceso de formación y consolidación de un asentamiento
Hiernaux (1993), “Tiempo, espacio y apropiación social del territorio: popular en México: el caso de Ciudad Nezahualcóyotl”, en Revista
¿Hacia la fragmentación en la mundialización?”, en Associaçâo Interamericana de Planificación, vol. XV, núm. 57, SIAP, México, pp.
Nacional de Posgraduaçâo e Pesquisa em Planejamento urbano e 100-101. Boris Graizbord y Héctor Salazar (1987), “Expansión física
regional, Seminario Territorio, Sâo Paulo, p. 17. Emile Le Bris (1984), de la Ciudad de México”, en Gustavo Garza (comp.), Atlas de la
“Espace et temps fragmentés”, en Philippe Haeringer (comp.), De Ciudad de México, Departamento del Distrito Federal-El Colegio de
Caracas à Kinshasa, ORSTOM, Editions de l’ORSTOM, París, pp. México, México, p. 125.
371-400. 5
Martha Schteingart (1981), “Crecimiento urbano y tenencia de
3
La idea de una matriz espacio-temporal de la gran ciudad la tierra, el caso de la Ciudad de México”, en Revista Interamericana
implica el enfrentamiento con una serie de dispositivos propios de de Planificación, vol. XV, núm. 60, SIAP, México, pp. 169-170.
De la expansión urbana y la periferia metropolitana 5

a diferenciar dos configuraciones territoriales: la del discurso sobre la metropolización y la periferia


concentración concentrada que se tornaba de cada uno de los citados autores; sólo se
concentración dispersa hacia las afueras de la consideran algunos ejes analíticos con los que
ciudad. De esta forma, el proceso de ocupación los distintos autores han caracterizado parcial-
del territorio marcaba diferencias en la densidad mente a la periferia metropolitana constituida a
de la ocupación; sin embargo, más allá de este la luz del modelo concentrador, que considera-
componente —la densidad y la consecuente mos útiles para iniciar el estudio de la periferia
dotación diferencial de servicios e infraestructuras actual, que no está regida enteramente por la
urbanas— todo ese territorio se organizaba a par- lógica concentradora.
tir de un mismo centro generador de decisiones,
de ofertas y demandas urbanas, lo cual no sólo 1.1. La expansión metropolitana y la indus-
evidenciaba un proceso de concentración sino trialización
también uno de centralización de las decisiones.
En términos urbanos, este fenómeno constituyó Al puntualizar las diversas perspectivas de análisis
la expansión suburbana o la conformación de de la expansión metropolitana, una de las más
los suburbios metropolitanos. importantes es aquella que se ha ocupado de la
Este proceso de expansión urbana ha sido urbanización en relación con el proceso de in-
estudiado desde distintas esferas: en unos casos dustrialización. La mayoría de los estudios hechos
se ha enfatizado la relación entre la expansión desde este enfoque han considerado la ur-
suburbana y el proceso de industrialización; en banización como la concentración territorial, sin
otros la dinámica del mercado de suelo. También referirse explícitamente a la diferenciación intra-
se han realizado análisis focalizados en algunas urbana entre el área central y la periferia o los
problemáticas socio-políticas de las áreas sub- suburbios metropolitanos. A pesar de ello, desde
urbanas, como la marginalidad urbana, el esta perspectiva general, en algunos casos especí-
clientelismo político y también la organización ficos se han hecho diferenciaciones intraurbanas;
comunitaria; en otros casos el eje de análisis se por ejemplo en el caso de la Ciudad de México,
ha constituido sobre las migraciones campo- algunas veces en este tipo de análisis se ha dis-
ciudad. Otros análisis de la concentración te- tinguido entre el Distrito Federal y el resto del
rritorial se interesaron por los desplazamientos Área Metropolitana.
diarios entre el lugar de trabajo y el hogar, co- Con respecto a la relación “industrializa-
locando el eje estructurador en el transporte, o ción-urbanización”, y siguiendo a Gustavo Garza6,
bien en la movilización de la población. se puede señalar que esta temática ha sido
En casi todos estos estudios han estado abordada tanto desde la “teoría general del
presentes, de manera central o secundaria, varios desarrollo económico” como desde “la economía
de los ejes analíticos comentados anteriormente, urbana”. En este último contexto, existen numero-
ya que se trata de procesos que se dan en distintas sos aportes planteados más específicamente a
esferas de la realidad. Sin embargo, es imposible partir de la “teoría de la localización industrial”.
negar que en cada estudio se priorizaron algunas En todas estas líneas de corte fuertemente eco-
dimensiones sobre otras. En este trabajo se intenta nómico, la urbanización viene a definirse como
rescatar las relaciones básicas con que algunas la concentración económico-industrial que ocurre
de estas perspectivas han caracterizado a la en una ciudad.
periferia y las áreas suburbanas, para sintetizar En dicha concentración se tornan esenciales
luego un modelo síntesis. Esto significa que no las “economías externas”, propias del proceso
se pretende esbozar un estado de la cuestión
exhaustivo acerca de todos los aportes —directos 6
Gustavo Garza Villareal (1978), “Estructura y dinámica industrial
e indirectos— respecto a esta problemática. Tam- del área urbana de la Ciudad de México”, en Demografía y
Economía, vol. XII, núm. 2 (35), El Colegio de México, México, pp.
poco es el objetivo rescatar las ideas principales 139-181.
Alicia Lindón Villoria 6

de producción industrial de tipo fordista, que es constituya en lugar de residencia, no implica que
divisible en etapas productivas, por ello se torna el trabajo esté junto a la residencia, sino que en
proclive a la integración vertical de varias plantas la totalidad de la periferia se definieron lugares
industriales cercanas y emplazadas en una misma de trabajo y lugares de residencia articulados a
área metropolitana. En estos análisis también se través de la movilización de la población
ha destacado muy frecuentemente la importancia trabajadora. Esa separación es básica en la ca-
de las “economías de urbanización”, externas al racterización de la periferia; es lo que algunos
proceso productivo pero internalizables como autores, como Jean Remy y Liliane Voyé, han
beneficios resultantes de la localización. Para estas conceptualizado como la “especialización del
perspectivas, la expansión urbana y el proceso espacio urbano” 9. En este enfoque también
de urbanización en su conjunto son el “resultado subyace la visión de la periferia como “zona dor-
del proceso de industrialización”7. mitorio” y la periferia asociada a la problemática
Así, la urbanización resulta caracterizada de los extensos desplazamientos diarios “hogar-
—desde este enfoque— por su estrecha relación trabajo”, ya que en esos términos también se hace
con el mercado de trabajo generado a partir de referencia a los lugares de trabajo y los lugares
la localización industrial. Para el caso de la Ciudad de residencia, separados unos de otros.
de México, uno de los trabajos pioneros que En esta perspectiva, y en el citado trabajo,
señaló claramente la relación entre la “indus- se ha señalado que para 1970 la Ciudad de México
trialización y la metropolización”, fue el de Luis era la única del país que presentaba más valor
Unikel8; señalemos que en ese trabajo se ha agregado industrial en su periferia (área conur-
utilizado explícitamente la terminología de “pe- bada en el Estado de México) que en el Distrito
riferia”. Una de sus hipótesis fue que la periferia Federal. Aun cuando no se especificó que dentro
de la Ciudad de México se constituyó primero del área conurbada ese valor agregado industrial
como el “lugar de trabajo” y luego devino en el —y el consecuente empleo industrial— tuvo
“lugar de residencia”, aunque se indica que esta localizaciones muy precisas y no estuvo ho-
diferenciación de dos tiempos se dio en un lapso mogéneamente distribuido en todo el territorio
muy breve, ya que el trabajo (la localización de periférico. Igualmente, es importante rescatar la
una oferta de trabajo) inmediatamente la cons- idea más general que ello demuestra, vale decir,
tituyó en lugar de residencia. Sin embargo, resulta que la expansión metropolitana sobre su periferia
significativo tener presente dicha relación, aun estuvo estrechamente vinculada a las decisiones
cuando el tránsito de una situación (periferia co- de localización industrial, tomadas a su tiempo
mo lugar de trabajo) a la otra (periferia como por el capital industrial.
lugar de residencia) haya ocurrido en un lapso La industria fordista, que en México alcanzó
de tiempo muy corto. Este punto parece esencial un gran impulso a través del modelo “estabiliza-
en lo que hace a la caracterización de la periferia dor” —o crecimiento con estabilidad de precios
hecha desde esta perspectiva que asocia expan- y de la balanza de pagos10— tendió a concentrarse
sión urbana e industrialización. en la ciudad de México, donde la centralización
En otras palabras, lo anterior significa que del poder político y administrativo aseguraba im-
la periferia es ante todo un lugar de trabajo, que portantes ventajas11.
en realidad debe entenderse como diversos
“lugares de trabajo” dispersos en ese conjunto 9
Jean Remy y Liliane Voyé (1971), La ville et l’urbanisation,
territorial conurbado. El hecho de que luego se Col. Sociologie Nouvelle Théories, Editions Duculot, Gembloux,
pp. 103-110.
7
Gustavo Garza (1983), “Desarrollo económico, urbanización y 10
Brígida García (1988), Desarrollo económico y absorción de
políticas urbano-regionales en México”, en Demografía y Economía, fuerza de trabajo en México: 1950-1980, El Colegio de México,
vol. XVII, núm. 2 (54), El Colegio de México, pp. 157-180. México, p. 212.
8
Luis Unikel, et. al (1976), El desarrollo urbano de México: 11
Claude Bataillon (1972), La ciudad y el campo en el México
diagnóstico e implicaciones futuras, Centro de Estudios Económicos central, Siglo XXI Editores, México, p.125. De acuerdo con Bataillon,
y Demográficos, El Colegio de México, México, p. 466. en 1940 la Ciudad de México poseía una quinta parte de la industria
De la expansión urbana y la periferia metropolitana 7

Dentro del ámbito metropolitano se hizo la cuestión de la accesibilidad como un rasgo


evidente la tendencia a desplazarse hacia la identificatorio o característico de la periferia o el
periferia, particularmente hacia áreas en las cuales área suburbana.
se podía disponer de vastos espacios y donde el En general, la accesibilidad ha sido medida
precio del suelo era significativamente bajo. Estas en términos de tiempo, de distancia física, o bien
actividades industriales también buscaron empla- de distancia económica. El planteamiento más
zamientos cercanos a las vías de comunicación, usual se ha construido en torno a la alta acce-
ya que ello le significaba la posibilidad de obten- sibilidad que se generaba dentro de las áreas
ción de los insumos a menor costo, facilidades metropolitanas, por lo cual se concluía que den-
para acceder al mercado de trabajo y también tro de estas áreas no podían generarse focos
ventajas en cuanto a la salida de su producción. relativamente autónomos, ya que esa alta acce-
Así, en la década de 1960 los municipios de la sibilidad “atentaba” contra las posibilidades de
periferia concentraban una parte significativa de que dentro de un mismo ámbito metropolitano
la industria, y también evidenciaban un alto hubiese zonas con algún grado de autonomía
crecimiento demográfico; este es el caso de los debido, precisamente, a la fácil accesibilidad con
municipios mexiquenses de Ixtapaluca, La Paz y el foco organizador del área14. Así, la accesibilidad
Chicoloapan, especialmente el eje conformado venía a potenciar el drenaje diario de la fuerza
en torno a la carretera a Puebla, así como de trabajo hacia otras zonas integrantes de la
Cuautitlán, sobre la carretera a Querétaro12. misma área metropolitana.
Claude Bataillon ha insistido en el carácter A su vez, la accesibilidad ha sido vista por
de “zonas dormitorio” al referirse a las áreas co- algunos autores como “el resultado de la exis-
rrespondientes a los antiguos pueblos o también tencia de factores de localización industrial, que
en referencia a las zonas de reciente fraccio- propician la construcción o ampliación de vías
namiento, cuya población se desplaza diariamente de comunicación [...]”15. Esto reitera lo observado
en función del empleo generado en las principales en principio respecto a la dificultad de diferenciar
zonas industriales de la aglomeración. Por ejem- ejes analíticos, que dentro de la problemática
plo, los municipios del noroeste, como Melchor urbana aparecen entrecruzados, ya que la cues-
Ocampo, Jaltenco y Nicolás Romero, han tendido tión suburbana y periférica por la territorialidad
a orientar su población trabajadora hacia Tla- que le es propia, se constituye a partir de una di-
nepantla y Naucalpan. En este caso, las zonas versidad de elementos.
dormitorio tributarias de mano de obra se exten- Un ejemplo específico es el cuestiona-
dían hasta periferias más distantes que el foco miento que a principios de los setenta hicieron
generador de empleo. El mismo caso se indica algunos autores16 a experiencias como la de
para los municipios de Papalotla, Atenco y Chi- Cuautitlán Izcalli, que se planteaba como un
concuac, en cuyo caso la tendencia ha sido enviar proyecto de desconcentración que aspiraba a
gran parte de su fuerza de trabajo hacia Ecatepec13 unificar o acercar el ámbito de trabajo (industrial)
y al eje industrial constituido sobre la carretera a y el lugar de residencia, antes que presentarlo
Pachuca. como una unidad productiva especializada. Estas
Dentro del conjunto de los trabajos reali- críticas en buena medida se fundaron en la
zados desde una perspectiva económico-terri- imposibilidad de sostener ese tipo de objetivos
torial, en algunos casos también se ha enfatizado debido a los fuertes nexos del área en cuestión
(Cuautitlán Izcalli) con el Distrito Federal,
mexicana, mientras que para 1960 esta cifra se había elevado a los 14
José Luis Coraggio y Guillermo Geisse (1970), “Áreas
dos quintos del total. Ibíd, p. 125. metropolitanas y desarrollo nacional”, en EURE, Revista
12
Claude Bataillon (1968), Las zonas suburbanas de la Ciudad Latinoamericana de Estudios Urbano-Regionales, Vol. 1, núm. 1,
de México, Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma Santiago, pp. 51-62.
de México, México, p. 13. 15
Luis Unikel, et. al (1976), op. cit., p. 152.
13
Ibid, pp. 15-16. 16
Oscar Nuñez (1972), op. cit., pp. 137-138.
Alicia Lindón Villoria 8

particularmente los vínculos de tipo político- sociales de mayores ingresos, que buscaban
económico, siempre favorecidos por la accesibi- mayor disponibilidad de espacio que la existente
lidad. en el centro de la ciudad, así como el alejamiento
La perspectiva centrada en la accesibilidad de las antiguas áreas de deterioro del centro. Para
también ha caracterizado a la periferia como la esta población, el incremento en la distancia a
materialización de un proceso de suburbani- recorrer diariamente no era obstáculo, ya que el
zación, en clara referencia al crecimiento automóvil y las carreteras eran fuente de accesi-
metropolitano contiguo territorialmente; aunque bilidad y movilidad intraurbana. El principal
a medida que se extiende la suburbanización se referente empírico de esta perspectiva se halló
va presentando la tendencia hacia una configura- en las ciudades americanas de los años sesenta.
ción territorial discontinua, cuanto mayor es la La segunda perspectiva ha estado presente
distancia. Dicho en otros términos, en este enfo- con mayor frecuencia en el pensamiento urbano
que la suburbanización se asocia a la “dispersión francés19. La periferia —y los procesos de peri-
en la ocupación del territorio”. Evidentemente urbanización— han sido entendidos como el
que esto tiene relación muy estrecha con la lugar de residencia de los sectores sociales de
anterior visión, según la cual es imposible sostener menores ingresos, casi siempre con importantes
la autonomía dentro del espacio metropolitano, proporciones de población joven, viviendas de
ya que la dispersión también puede ser entendida tipo unifamiliar, carencias en la dotación de
como una pérdida en la accesibilidad al centro, servicios urbanos e importantes desplazamientos
y en consecuencia, una disminución de su ca- diarios por trabajo. En suma, en este caso la
pacidad de control sobre el área suburbana17. periferia aparece como el ámbito de residencia
de quienes no encuentran un lugar en el centro
1.2. La expansión de la periferia, la segregación de la ciudad y, en consecuencia, deviene en una
urbana organización territorial abierta, diversificada y con
tendencia a extenderse en el territorio.
Otra perspectiva analítica es la que ha definido A pesar de las fuertes diferencias socio-
la periferia a partir de las nociones de diferen- económicas de la población de la periferia que
ciación y segregación urbana, que a su vez se sustenta a ambas visiones, parece significativo el
vinculan al acceso que tienen los distintos sectores hecho de que, en los dos casos, la periferia o el
sociales a los medios de consumo colectivo. De área suburbana son “áreas-dormitorios”, aun
esta forma, el concepto de periferia metropolitana cuando en un caso sean dormitorios de población
se relaciona directamente con la dimensión físico- de altos ingresos con facilidades para movilizarse
material de la ciudad, aunque detrás de esa territorialmente, y en el otro sea población de
diferenciación material hay una diferenciación escasos recursos. Ello demuestra que una vez más,
socio-económica, base de la estratificación social está presente el peso de los mercados de trabajo
de la ciudad. urbano asociados a la concentración territorial
En este caso es posible diferenciar dos de las actividades económicas y a los despla-
macroperspectivas: una, la producida por el zamientos diarios por trabajo.
pensamiento urbano anglosajón18 y, otra más Desde este último enfoque, Philippe Ay-
fuerte en el pensamiento francés, especialmente dalot ha subrayado que la “periurbanización”
la sociología urbana francesa de los años setenta. significa una cierta “nomadización” de la po-
En la primera de estas líneas, la periferia ha sido blación urbana, así como una particular síntesis
sinónimo de área de residencia de los sectores entre el hábitat rural y el modo de vida urbano20.

17
José Luis Coraggio y Guillermo Geisse (1970), op. cit., pp. 51-
62. 19
Philippe Aydalot (1985), Economie Régionale et Urbaine,
Ernest Burgess, et. al (edit) (1925), Urban Sociology, The
18 Economica, París, pp. 340-349.
University Press of Chicago, Chicago, p. 325. 20
Ibid., p. 341.
De la expansión urbana y la periferia metropolitana 9

En esta concepción está presente la problemática do como referente las pautas establecidas norma-
de los desplazamientos diarios, aunque no se tivamente (el 10 por ciento de la superficie en
limita a ello, ya que postular una síntesis entre el cuestión).
modo de vida urbano y el rural puede conllevar Los municipios de Cuajimalpa, Tláhuac,
una complejidad mayor que la contenida en el Ixtapaluca, La Paz, Chimalhuacán, Chicoloapan,
fenómeno de los desplazamientos diarios por Tecamac, Coacalco, Tultitlán, Cuautitlán,
trabajo. En el caso de la ciudad de México, ello Cuautitlán Izcalli, Nicolás Romero, Atizapán,
ha sido un rasgo muy característico en cuanto a Huixquilucan y Chalco —lo que para Delgado
la incorporación al modo de vida urbano de es el tercer contorno o área de metropolización—
pautas culturales propias de los ámbitos rurales, en 1970 contaban con un nivel de equipamiento
e incluso a su perdurabilidad después de varias que escasamente cubría 2.2 por ciento de su
generaciones. superficie, cuando la normatividad establece un
En el estudio de algunas ciudades latino- mínimo del 10 por ciento. En 1987 se mantenía
americanas, se ha presentado la segregación la tendencia segregacionista, ya que alcanzaba
urbana en la periferia —segregación residen- 3.7 por ciento, cuando precisamente es en ese
cial21— como el resultado de la generación de periodo que se ha producido la mayor ocupación
rentas diferenciales, que a su turno vienen deter- y densificación urbana del área24.
minadas por la valorización resultante de la propia En última instancia, y siguiendo a Fernando
expansión urbana, por la dotación de infra- Carrión25, la segregación urbana, como forma de
estructura y las inversiones públicas y privadas, segregación residencial, en el caso de los sectores
y por la ubicación, entendida como la “distancia sociales de menores ingresos, se constituye en
social”22. En otros términos, las distancias espa- una “estrategia de reproducción” ante la ausencia
ciales vienen a expresan las distancias sociales. de opciones residenciales de otro tipo. Ello
Algunos autores, como Javier Delgado, han muestra que la perspectiva de la segregación
retomado esta perspectiva para el análisis de la urbana en la expansión de la periferia —más
Ciudad de México, caracterizando la periferia allá de los distintos matices técnicos que sus
metropolitana como un área segregada, tanto por seguidores le impriman—, si bien tiene un re-
el insuficiente nivel de equipamientos, como por ferente material —a nivel de lo construido, de
la baja calidad en la prestación de los servicios23. los equipamientos—, conlleva la problemática de
Así, este autor señala que para 1970 las condi- la diferenciación social, detrás de la cual está la
ciones de segregación urbana en la periferia de de la estratificación social y las desigualdades
la Ciudad de México se han acentuado consi- sociales.
derablemente con relación a las dos décadas
anteriores; esto se expresa en los niveles alcan- 1.3. La expansión de la periferia y las migraciones
zados en la superficie ocupada por los campo-ciudad
equipamientos a nivel municipal, siempre toman-
Otro línea de investigación que se ha acercado a
la cuestión de la expansión urbana, es la que
21
Esto significa que si es posible hacer una primera diferenciación
del espacio intraurbano, entre aquél destinado a las actividades analiza lo urbano con relación a la migración
productivas —por ejemplo, un espacio industrial— y otro destinado interna, más precisamente la migración “campo-
a la residencia, además también es posible diferenciar dentro del
espacio residencial, sub-espacios residenciales según el nivel de
ciudad”. En este sentido, Jorge Wilheim ha carac-
ingresos de la población que en ellos reside. terizado a este proceso como una “conquista
22
Esta perspectiva ha sido seguida en el estudio de la ciudad de
Quito en: Fernando Carrión (1987), Quito, crisis y política urbana,
Editorial El Conejo-CIUDAD, Quito, p. 235.
23
Javier Delgado (1988), “La estructura segregada de la Ciudad 24
Ibid., pp. 188-191.
de México: 1976-86”, en Raúl Benítez Zenteno y José Morelos (comp), 25
Fernando Carrión habla de las “estrategias residenciales de
Grandes problemas de la Ciudad de México, Colección Desarrollo los sectores populares”. Fernando Carrión (1987), op. cit., pp. 175-
Urbano, Editorial Plaza y Valdéz, México, pp. 185-211. 187.
Alicia Lindón Villoria 10

urbana”26, en referencia a la conquista individual En los trabajos orientados de acuerdo con


de oportunidades, de bienes de consumo y de esta perspectiva, frecuentemente no se hacen
un espacio de vida, que se inicia con el acceso a diferenciaciones intraurbanas explícitas. Sin em-
un terreno, más allá de las condiciones jurídicas bargo, en el citado estudio se señala que la
en las que se encuadre dicho acceso. proporción de mano de obra empleada en la
Al ser este un enfoque planteado desde industria ha sido mayor en el área conurbada
los procesos migratorios, en estos estudios se han que en el Distrito Federal. Dado que en ese pe-
puesto de relieve tanto aquellos determinantes riodo la mayor parte de la población transferida
correspondientes al lugar de origen de los de las actividades rurales se ha empleado en las
migrantes, como los determinantes relacionados actividades industriales, se puede inferir que cerca
al lugar de destino. De esta forma, la crisis y de la mitad de los migrantes de zonas rurales se
desintegración del ámbito rural, por un lado, y han empleado en el área conurbada de la Ciudad
la concentración industrial y de servicios en el de México.
área metropolitana, por otro, vienen a constituirse Por otra parte, la información censal
en los atractivos principales. permite observar que casi cincuenta por ciento
Para el caso de la Ciudad de México, en de la población que habitaba en Ecatepec y
numerosos trabajos se ha mostrado a la con- Tlanepantla se dedicaba a tareas industriales,
centración industrial como “un factor decisivo mientras que para Naucalpan y Nezahualcóyotl
para explicar la concentración de población en esta cifra era de aproximadamente 33 por ciento29.
esta área urbana, que de representar el 6.3 por Por su parte, Muñoz y de Oliveira estiman que la
ciento de la población nacional en 1930 pasó a absorción de migrantes internos es aproxima-
representar un 17.1 por ciento en 1970”27. Por su damente similar entre el Distrito Federal y el área
parte, la concentración de la población ha sido conurbada, con un leve predominio en el área
relacionada con el desplazamiento geográfico conurbada en lo que a absorción de estos flujos
hacia la Ciudad de México, de población pro- migratorios se refiere. Tal vez no sería aventurado
cedente de las zonas agrícolas más o menos sostener que los flujos migratorios procedentes
próximas. Ello redundó en un considerable in- de las áreas rurales en el asentamiento urbano
cremento de la población económicamente activa siguieron el camino marcado por la localización
entre los años cuarenta y los setenta. industrial.
En el citado estudio también se ha señalado Asimismo, cabe señalar que la migración
que en los años sesenta más de la mitad de los campo-ciudad también ha sido abordada desde
trabajadores incorporados en la actividad in- visiones de carácter estrictamente económico, en
dustrial —el 55.7 por ciento— procedían de las cuales no ha quedado lugar para la dife-
distintas actividades agrarias, vale decir, que en renciación intraurbana entre la periferia y la
ese periodo se daba una transferencia directa de ciudad central. En la línea de este enfoque se
la fuerza de trabajo del campo a la industria pueden citar algunos estudios del Centro de
urbana, sobre todo en las actividades menos Estudios para América Latina (CEPAL) para los
calificadas28. cuales estos flujos migratorios, si bien responden
a la problemática de la crisis de las estructuras
agrarias, significaron un nuevo problema en las
26
Jorge Wilheim (1981), “Metropolización y medio ambiente”,
áreas urbanas, ya que el sector urbano industrial,
en Osvaldo Sunkel y Nícolo Gligo (eds.), Estilos de desarrollo y por características tecnológicas propias, ha sido
medio ambiente en América Latina, Colección El Trimestre
Económico, Fondo de Cultura Económica, México, pp. 9-40.
27
Humberto Muñoz y Orlandina de Oliveira (1976), “Migración,
29
Dirección General de Estadística, IX Censo General de Población,
oportunidades de empleo y diferencias de ingreso en la Ciudad de 1970, México. Las cifras exactas son: en Ecatepec, 46.80 por ciento;
México”, en Revista Mexicana de Sociología, año XXXVIII, vol. XXXVIII, en Tlanepantla, 42.38; en Naucalpan, 35.45 y, en Nezahualcóyotl,
núm. 1, Instituto de Investigaciones Sociales, UNAM, pp. 51-83. 34.31. En los cuatro casos ello resulta de la agregación de industrias
28
Ibid., pp. 55-56. transformadoras, industrias extractivas e industrias del petróleo.
De la expansión urbana y la periferia metropolitana 11

incapaz de absorber estos contingentes pobla- Asimismo, en 1960 en los municipios mexi-
cionales. quenses de Tlanepantla, Naucalpan, Ecatepec y
Otra visión de tipo económico es la que Chimalhuacán, los migrantes de los estados del
originariamente presentaron Harris y Todaro, interior del país oscilaban entre 18 y 28 por ciento
según la cual la migración campo-ciudad resulta de sus respectivos totales poblacionales, mientras
de la atracción que ejercen los salarios, apa- que la población procedente del Distrito Federal
rentemente más altos en la ciudad. En otras ascendía a 34 por ciento de los totales respectivos.
perspectivas cercanas —como la de Galenson— No obstante, la mayor parte de estos
la principal absorción de la emigración rural la contingentes que se han desplazado de las
ha realizado el sector urbano terciario —ter- vecindades del viejo centro deteriorado, ha sido
ciarización y migración— y no el industrial (que población originaria de estados del interior del
por cierto no ha mostrado tal expansión30), ya país. De este modo, se está sosteniendo que la
que el empleo terciario dependería directamente periferia metropolitana se ha poblado con mi-
del producto secundario. grantes del interior del país que han realizado
Finalmente, resta considerar otro grupo de un proceso migratorio escalonado, pasando por
trabajos que han analizado la relación entre las la vieja área de deterioro del centro de la ciudad
migraciones (campo-ciudad e intraurbanas) y la para luego desplegarse sobre la periferia, primero
urbanización haciendo particular referencia al en la de más antigua urbanización y luego en la
poblamiento de “los suburbios” o las “colonias más reciente.
proletarias” o las “colonias periféricas”31. En este Wayne Cornelius sostiene esta misma visión
caso, la hipótesis central plantea que el po- del proceso de poblamiento de la periferia para
blamiento de las colonias periféricas responde a las primeras décadas de crecimiento urbano
un proceso de relocalización dentro del área acelerado de la Ciudad de México; aunque no
metropolitana de algunos sectores sociales de revaloriza esta hipótesis para el periodo iniciado
escasos recursos. La comprobación empírica de en los sesenta, como lo hacen Bataillon y Rivière
ello se hallaría en el hecho de que una parte D’Arc. Los inmigrantes de bajos ingresos que
significativa de los pobladores de los suburbios llegaron a la Ciudad de México entre 1930 y 1950,
proceden del centro de la ciudad, principalmente se establecieron en viviendas multifamiliares del
de las “vecindades centrales”32. centro (“vecindades”); en esa localización tu-
Así por ejemplo, según Bataillon y Rivière vieron un importante papel los lazos familiares,
D’Arc, entre 1960 y 1970: ya que la mayoría de los establecidos en el área
cerca de 750 mil personas abandonaron contaban con familiares en el mismo lugar. En el
la ciudad de México propiamente dicha, momento en el que surgía la posibilidad de
mientras que las colonias periféricas acceder a terrenos disponibles (aunque fuera en
recibían tanto inmigrantes lejanos como condiciones de ilegalidad jurídica) en la periferia,
personas despedidas del centro de la esta población continuaba su movilización hacia
ciudad, una masa de casi 2,400,000 las nuevas tierras que se estaban anexando al
personas33. ámbito metropolitano.
Sin embargo, a partir de los años sesenta
30
Joseph Ramos (1983), “Urbanización y mercado de trabajo”, la situación se revierte ante la menor dispo-
en Documentos de la CEPAL, CEPAL, p. 42.
31
Los trabajos más difundidos de esta perspectiva son: Claude
nibilidad de viviendas en el área central de la
Bataillon y Hélène Rivière D’Arc (1979), La Ciudad de México, ciudad. Los inmigrantes procedentes del interior
Editorial SepDiana, México, p. 158. También, Wayne Cornelius —y que en muchos casos ya tienen familiares en
(1980), Los inmigrantes pobres en la Ciudad de México y la política,
Fondo de Cultura Económica, México, p. 351. la periferia— comenzaron a dirigirse directamente
32
Cabe aclarar que en el trabajo de Claude Bataillon y Hélène desde el interior hacia la periferia34, sin hacer la
Rivière D’Arc, op. cit., se utilizan los tres términos —colonias
periféricas, suburbios y colonias proletarias— en forma indistinta. 34
Wayne Cornelius (1980), op. cit., pp. 27-50. Este autor señala
33
Ibid., pp. 41-42. que, sobre la muestra con la cual trabajó en la década de los
Alicia Lindón Villoria 12

escala residencial en el centro. Ello coincide con a otro “urbano”. Finalmente, la tercera es la del
el desplazamiento de los inmigrantes que estaban asentamiento en el nuevo ámbito territorial, el
en el centro de la ciudad y que en esos años rechazo o la asimilación que experimenta el
comenzaban a movilizarse hacia la periferia en migrante, así como la posible interacción con el
expansión. Esta última situación, en muchas lugar de origen. Según esta perspectiva, y para
ocasiones correspondió a la fase en la que el el caso de la ciudad de México, el proceso mi-
inmigrante se “independiza”, esto es, deja de vivir gratorio no reconoce etapas intermedias, sino que
con sus familiares. Esta sería la particularidad en se da una transferencia directa del ámbito rural a
las trayectorias residenciales que incorpora Corne- la ciudad, en la cual frecuentemente suelen reali-
lius en el análisis del proceso de poblamiento de zarse migraciones intraurbanas que encuentran
la periferia y de relocalización de los migrantes su destino final en las “barriadas” o periferias.
internos. Esta visión coincide con la postura de
Al parecer, la información proporcionada Bataillon y Cornelius (para las primeras décadas
por Jorge Alonso y referida exclusivamente a la de expansión metropolitana) respecto a las etapas
Colonia Ajusco, confirma la tendencia observada del proceso de movilización intraurbana del
por Bataillon y Rivière D’Arc y también por migrante. Las barriadas periféricas tampoco resul-
Cornelius en la primera etapa, ya que en 1971, tan ser una etapa de transición o de adaptación
70 por ciento de los habitantes de esta colonia a la ciudad, por el contrario, más bien son una
provenía de estados del interior del país, mientras etapa terminal.
que 30 por ciento procedía del Distrito Federal35.
Otra línea de estos estudios es la que 1.4. La expansión de la periferia y el mercado de
caracterizó la periferia metropolitana a partir de tierras
las “barriadas”36, entendiendo como tales a aque-
llas áreas residenciales cuya única característica Otra forma de caracterizar la periferia ha sido
constante es su origen ilegal y desordenado y cuyo enfocándola como el espacio que se produce
régimen de propiedad jurídica es ambiguo. Todo por el juego especulativo de una serie de agentes
esto contribuye a otorgarles una alta inseguridad sociales que se conectan en torno al “mercado
en cuanto a su futuro. La migración campo-ciudad de tierras”, en el cual la tierra —rural o vacante—
ha sido vista como la principal fuerza alimenta- se constituye en un objeto de especulación, que
dora de los espacios metropolitanos periféricos termina como “suelo urbano”.
denominados barriadas. En esta perspectiva es esencial detectar los
La incorporación del migrante rural a las agentes sociales y sus modalidades de inter-
barriadas periféricas es el resultado de un proceso vención, que básicamente están movidas por la
en el que se pueden diferenciar tres etapas prin- racionalidad capitalista de maximizar los be-
cipales a lo largo de la trayectoria migratoria: neficios37. Los beneficios se producen por “un
“desequilibrio, traslado y estabilización”. La prime- proceso de valorización inmobiliaria proveniente
ra de estas etapas da cuenta de los desequilibrios del movimiento del capital”38.
—principalmente ocupacionales— en el lugar de 37
Esta perspectiva toma sus bases teóricas de la sociología urbana
origen y que atentan contra la subsistencia; la francesa, principalmente los trabajos pioneros de Topalov y Lipietz,
segunda etapa corresponde a la movilización y la teoría monopolista de Estado y la teoría de la renta. Luego en
América Latina ha tenido un amplio desarrollo; algunos de sus
geográfica, a la transferencia de un ámbito rural
principales representantes han sido, en Chile: Guillermo Geisse y
Francisco Sabattini, en Brasil: Martín Smolka y Aldo Paviani, en
Argentina: Nora Clichevski, en Ecuador: Fernando Carrión, y para
setenta, sólo 20 por ciento de los entrevistados reconoció haber la ciudad de México, los principales trabajos desarrollados en esta
vivido en el centro de la ciudad. perspectiva son los de Martha Schteingart.
35
Jorge Alonso (ed.) (1980), La lucha urbana y la acumulación 38
Martín Smolka (1981), “Precio de la tierra y valorización
de capital, Ediciones de la Casa Chata, México, pp. 75-76. inmobiliaria urbana: esbozo para una conceptualización del
36
Larissa Lomnitz (1975), Como sobreviven los marginados, problema”, en Revista Interamericana de Planificación, vol. XV, núm.
Editorial Siglo XXI, México, p. 229. 60, SIAP, México, pp. 70-89.
De la expansión urbana y la periferia metropolitana 13

En la dinámica del mercado de tierras, los tiempos coloniales. Sin embargo, el tratamiento
agentes que juegan un papel esencial son los jurídico actual en ambos casos es el mismo.
“fraccionadores” de tierras, ya sean tierras públi- Esta situación jurídicamente particular ha
cas, ejidales o privadas, así como también los permitido que la intervención del Estado tome
propietarios de dichas tierras. En realidad, entre características igualmente específicas en el orden
estas dos grandes categorías se han diferenciado jurídico, sobre todo en lo que se refiere a los
un sinnúmero de agentes sociales, según las espe- mecanismos de “regularización de la tenencia de
cificidades de cada caso. Así, los fraccionadores la tierra”41. Asimismo, esta problemática jurídica
ciertas veces son los mismos propietarios, en otras ha sido determinante para que los mercados de
ocasiones sólo son fraccionadores, e incluso en tierra periféricos se abrieran como “mercados
ciertos casos también actúan como “urbani- ilegales”, ya que generalmente se comercializa
zadores”; otras veces es el Estado (a través de tierra no privada en cuanto a su propiedad jurí-
algunas de sus instituciones) quién se asume dica.
como agente urbanizador. En fin, las posibles En los estudios sobre la Ciudad de México,
combinatorias son numerosas. el papel del Estado también ha sido objeto de
En este enfoque también el Estado aparece análisis por la “inacción” en el momento en que
como un agente social esencial —un agente o se desencadena el mecanismo del mercado ilegal
varios según sean las instituciones involucradas— (generalmente, sobre tierras ejidales), ya que la
, ya que es quien crea las condiciones normativas falta de acción puede ser interpretada como una
y reguladoras necesarias como para asegurar la forma de permitir el inicio del manejo especula-
rentabilidad de dicho mercado. En general, el tivo de la tierra42. Esta forma de intervención
papel del Estado es presentado como “fundamen- estatal sería un mecanismo con el que se termina
tal”, ya que gran parte de la valorización inmobi- favoreciendo la “racionalidad capitalista” de los
liaria —que favorece el manejo especulativo de agentes que orientan este proceso, permitiéndole
la tierra— resulta de las inversiones públicas al Estado —en una instancia posterior— ingresar
realizadas en los diversos medios de consumo en ese juego legitimando lo ilegal que ya se ha
colectivo39. consumado, con la ventaja adicional de poder
En México este tipo de estudios ha adquiri- obtener un rédito político por la intervención en
do rasgos propios en virtud de “la existencia de la regularización.
formas no privadas de tenencia de la tierra ru- Esta línea de análisis ha enfatizado que la
ral”40, estas formas son: las tierras ejidales y dinámica especulativa del mercado de tierras
comunales. Schteingart plantea que no existe una deviene en un mecanismo que impulsa no-
diferencia entre las tierras ejidales y las comu- tablemente una expansión discontinua de las
nales, la diferencia más bien es de tipo histórico. periferias metropolitanas, ya que la lógica espe-
Las primeras son aquellas que fueron otorgadas culativa de los agentes que orientan el proceso
a núcleos agrarios a partir de la Reforma Agraria. ha sido la de dejar amplios espacios intermedios
Las segundas también fueron entregadas a sin fraccionar a la espera de que la dotación de
comunidades agrarias, pero se trata de tierras
que pertenecieron a antiguas comunidades desde 41
Lo que se ha visto expresado en la existencia de instituciones
dedicadas a esta función, la de regularizar. Actualmente, las dos
más importantes, para este estudio, son CORETT (Comisión de
Regularización de la Tenencia de la Tierra), de carácter nacional, y
39
Lucio Kowarick (1981), “El precio del progreso: crecimiento CRESEM, con incumbencia en el Estado de México en tierras de
económico, expoliación urbana y la cuestión del medio ambiente”, propiedad exclusivamente privadas.
en Osvaldo Sunkel y Nícolo Gligo, Estilos de desarrollo y medio 42
Daniel Hiernaux y Alicia Lindón (1992), “Producción del
ambiente en América Latina, Colección El Trimestre Económico, espacio y regularización de la tenencia de la tierra en el Valle de
Fondo de Cultura Económica, México, pp. 41-65. Chalco, México”, en La régularisation des établissements irréguliers
40
Martha Schteingart (1981), “Crecimiento urbano y tenencia de dans les villes des pays en développement, Techniques, procédures,
la tierra, el caso de la Ciudad de México”, en Revista Interamericana politiques, Contribution au Programme Gestion Urbaine, Banque
de Planificación, vol XV, núm. 60, SIAP, México, pp. 169-181. Mondiale-PNUD-CNUEH, París.
Alicia Lindón Villoria 14

servicios y equipamientos en áreas más lejanas longación del tiempo de trabajo, generada en el
(y fraccionadas), generen una valorización por tiempo de transporte diario hasta su lugar de
proximidad de los terrenos intermedios. La espera trabajo. El empleo del transporte colectivo —y
de valorización no sólo depende de la dinámica las condiciones en las que éste se realiza— sig-
propia de los mercados inmobiliarios, también nifican un intenso desgaste. A esta prolongación
puede producirse en función de otros factores, del tiempo de trabajo se suma otra, aquella que
como las políticas de localización industrial. se origina en la necesidad de resolver el problema
En síntesis, la periferia metropolitana es habitacional mediante la autoconstrucción, como
entendida como un espacio que se produce por una salida ante los elevados alquileres, en una
la dinámica capitalista del mercado de tierras, estructura de oportunidades habitacionales extre-
altamente especulativo, y cuya existencia se hace madamente reducida. Es importante destacar que
posible por la falta de otras oportunidades para la expoliación es explicada por la dimensión
los sectores sociales de menores ingresos. Así, la territorial, por eso el calificativo de urbana.
periferia aparece como el único espacio urbano La periferia metropolitana, una vez más,
en el que estos sectores sociales pueden acceder es vista como “zona dormitorio”44, alejada de las
a la tierra y a la vivienda, aunque sea a través de áreas de empleo, con malas condiciones de
la autoconstrucción y de formas de tenencia no transporte colectivo, y en donde el problema del
legalizadas inicialmente. desplazamiento se convierte en un problema de
“tiempo de desplazamiento”, y éste a su vez in-
1.5. La expansión de la periferia, la marginalidad gresa en el esquema explicativo como un
y la pobreza urbana componente central de un particular modo de
vida45.
Son numerosas las investigaciones en las cuales La caracterización de la periferia como el
se ha caracterizado la periferia metropolitana des- espacio en el que se concreta la expoliación ur-
de distintas concepciones de la marginalidad y bana, está profundamente ligada al problema de
la pobreza urbana. Debido a esa gran diversidad, la alienación (entendida como partición, sepa-
y también a que no siempre las referencias a la ración del individuo), producida con la división
periferia son de tipo territorial, en esta ocasión tayloriana del trabajo y reciclada en el resto de
sólo se consideran algunas perspectivas. las esferas de la vida. La alienación del habitante
La periferia metropolitana ha sido vista por de la periferia46 incorpora el espacio como una
algunos autores, como Lucio Kowarick, como el dimensión central ya que es el espacio por el
ámbito en el que los patrones de vida se carac- que diariamente se debe desplazar, que re-
terizan por la “expoliación urbana”43 derivada de presenta una “separación entre el lugar de trabajo
la carencia de servicios de consumo colectivo y y el lugar de residencia” y una “separación del
de la dilapidación de la fuerza de trabajo en tiempo de trabajo y el tiempo de no-trabajo” a
relación con la duración del tiempo de trabajo. través del tiempo de traslado.
Así, la expoliación urbana es presentada como Otra forma de acercamiento a la periferia
un patrón de vida típico de las periferias metro- ha sido a partir de las relaciones que establecen
politanas, que básicamente se caracteriza por la los individuos vinculados en “redes sociales”. Los
explotación de la fuerza de trabajo. Sin embargo, autores que han seguido este enfoque destacan
esta explotación no está planteada en relación un papel central que han tenido las redes de
directa con la inserción laboral, sino con la pro-
44
Ibid., p. 47.
45
En este enfoque no se ha hablado específicamente de “modo
43
Lucio Kowarick (1981), “El precio del progreso: crecimiento de vida”. El recurso a este concepto es parte de nuestra propia
económico, expoliación urbana y la cuestión del medio ambiente”, interpretación.
en Osvaldo Sunkel y Nícolo Gligo (eds.), Estilos de desarrollo y 46
Milton Santos (1990), Metrópole corporativa fragmentada, O
medio ambiente en la América Latina, Colección El Trimestre caso de Sâo Paulo, Secretaria de Estado da Cultura-Editora Nobel,
Económico, Fondo de Cultura Económica, México, pp. 45-52. Sâo Paulo.
De la expansión urbana y la periferia metropolitana 15

intercambio recíproco de bienes y servicios en la algunos autores, como Geisse y Sabattini49, han
conformación de las periferias metropolitanas. identificado como un proceso de “integración-
Estas redes tienen la particularidad de facilitar exclusión”, en el que quedan involucrados am-
que los individuos realicen intercambios de bienes plios sectores sociales de la periferia y ante el
y servicios con cierta regularidad, a pesar de las cual la articulación de redes de intercambio otorga
condiciones de pobreza en las que vivan. La una cierta seguridad. En términos más generales
reciprocidad viene a ser el rasgo característico se podría concluir que esta perspectiva de las
de estas redes, por lo cual los intercambios de redes de reciprocidad se asocia a la pobreza ur-
tipo comercial no se incluyen en ellas, sino que bana, que caracteriza a una buena parte de la
en parte son sustituidos por el intercambio re- periferia de la ciudad de México. No obstante,
cíproco. Las redes de intercambio recíproco son no podemos pasar por alto que este enfoque, al
un indicador de la solidaridad entre distintos igual que muchos de los anteriores, no pro-
grupos de individuos: familias y vecinos. En al- blematiza lo territorial, ya que ni el espacio ni el
gunas ocasiones, estas redes de reciprocidad territorio se incluyen en el esquema interpretativo
quedan limitadas a la familia; otras veces se más que como locus.
extienden a vecinos, que muy frecuentemente
son vecinos “emparentados”47. 1.6. La expansión de la periferia y la dimensión
En estas redes de reciprocidad lo que más organizativa de la comunidad local
frecuentemente se intercambia es: información
(sobre trabajo, lugares de residencia, posibilidades Por último podemos señalar un enfoque en el
de migrar, etc.), enseñanza de un oficio, prés- cual hay una aproximación a la periferia desde
tamos (en dinero o en artículos diversos), amistad, lo socio-político. La problemática socio-política
servicios (alojamiento, cuidado de los hijos, tareas en cuestión es la participación, las organizaciones
domésticas, construcción de la vivienda). De comunitarias, las reivindicaciones barriales, las
acuerdo con Larissa Lomnitz, el intercambio formas asociativas de las comunidades y también
recíproco48 se funda en los principios de “ge- las formas de vinculación de los pobladores lo-
nerosidad” y “solidaridad social”, que en la cales con los partidos políticos, el Estado y las
periferia metropolitana más pobre son una cues- instituciones.
tión de “importancia económica vital”, sobre todo Dentro de este enfoque se pueden ubicar
por la escasez de recursos monetarios que do- las tesis, ampliamente difundidas durante los años
mina. En la medida en que el grupo dispone de cincuenta y sesenta, que caracterizaban al inmi-
mayores ingresos, el intercambio recíproco co- grante pobre de la ciudad por su alta participación
mienza a ser sustituido por el intercambio de y radicalización política. En parte, ello se susten-
mercado. tó en la creencia de que el ambiente urbano
El desarrollo del planteamiento original de politizado actuaba como un estímulo para la par-
Larissa Lomnitz al respecto, ha sido muy asociado ticipación. Sin embargo, los estudios de caso
a la “marginalidad”, entendida como desinte- posteriores relativizaron estos supuestos, desde
gración respecto al sistema social; problemática la óptica de que la integración a la vida urbana,
que en términos teóricos no parece haber al- en el caso de los sectores sociales de menores
canzado una resolución muy satisfactoria. Por recursos, sólo es parcial. En una postura dia-
ello, parece más apropiado vincular el problema metralmente opuesta se pueden citar análisis
de las redes desarrolladas entre los habitantes de como los de DESAL50, en donde los pobres urbanos,
la periferia metropolitana pobre al fenómeno que 49
Guilllermo Geisse y Francisco Sabattini (1985), “Discusión de
una propuesta de otro desarrollo para las ciudades grandes de
47
Larissa Lomnitz (1975), Como sobreviven los marginados, América Latina”, en Cuadernos: Ciudad y Sociedad, Problemas
Editorial Siglo XXI, México, pp. 140-171. Urbanos del Tercer Mundo, núm. 12, CIUDAD, Quito, pp. 31-53.
48
El intercambio de mercado se funda en la maximización 50
DESAL (1969), Marginalidad en América Latina, un ensayo
individual de la ganancia. Ibid., p. 215. de diagnóstico, Ed. Herder, Barcelona.
Alicia Lindón Villoria 16

“los marginados”, aparecen como totalmente pa- con una forma de relación con el Estado mediada
sivos ante toda forma organizativa o participativa, por las organizaciones y los líderes locales; por
precisamente por estar “fuera del sistema social”. otro, con un tipo de “reclamo”. Los reclamos
Este enfoque desde la dimensión socio- originariamente se planteaban como “derecho
política, en general ha tendido a concebir a la social” para pasar luego a ser entendidos como
periferia como una cuenca de “clientela cautiva, un “derecho a un consumo” levantado frente a
pero no convencida del sistema”51. Esto muestra un Estado que se hacía cargo de los consumos
que se priorizó el estudio de las formas de control colectivos, al menos de algunos de ellos, sea en
(el clientelismo), ejercidas a través de una serie forma parcial o total. El surgimiento y expansión
de instancias articuladas, las dependencias guber- de los movimientos urbanos durante los años
namentales y el aparato político que se vinculan setenta no fue azaroso, más bien parece ser la
con los “líderes locales” que actúan como inter- expresión de un tiempo en el que la Ciudad de
mediadores ante los pobladores locales. En estas México se expandía rápidamente en el territorio
redes del poder local lo que se negocia gene- (con el consecuente conflicto social que signifi-
ralmente es el “apoyo electoral” a cambio de la caba ese acelerado proceso53) y las desigualdades
satisfacción de las clásicas “demandas urbanas”, sociales lo hacían al mismo ritmo dentro de la
como por ejemplo, agua, luz, drenaje, servicios estructura social. Ese tiempo también se ca-
educativos, etc. racterizó porque el Estado participaba en la
Así, unas veces la periferia metropolitana periferia una vez que se habían definido los
ha sido caracterizada por los bajos niveles de núcleos del conflicto social.
conflicto, debidos al empleo de los mecanismos Se pueden citar, como uno de los prin-
de control y de la intermediación ejercida por cipales ejemplos de esta perspectiva analítica, los
los líderes locales52. Sin embargo, durante la dé- estudios de caso realizados por Jorge Montaño
cada de los setenta, la escasa atención institucional entre 1971 y 1976. Montaño encontró una ten-
prestada a los asentamientos periféricos, así como dencia al surgimiento de formas comunitarias
las negociaciones contradictorias y la interven- autónomas implementadas para la solución de
ción de grupos externos a los asentamientos, se problemas concretos. Estas formas comunitarias
expresó en un incremento de los conflictos y en se constituyen por la insatisfacción generada an-
el surgimiento de numerosos movimientos popu- te las demandas planteadas a través del clien-
lares urbanos que llevaron adelante demandas telismo. Por su parte, otros autores (como Bryan
urbanas relacionadas con la vivienda, la regu- Roberts54 postulan una tesis opuesta: la ausencia
larización de la tenencia de la tierra, los servicios, de formas organizativas debido a la diversidad
etc. en la inserción ocupacional de los pobladores
Son numerosos los estudios que han tratado de la periferia, no sólo en el tipo de empleo sino
la periferia metropolitana de los años setenta co- en cuanto a la diversidad espacial del empleo o
mo un ámbito territorial caracterizado por fuertes de los lugares de trabajo, que actúa como un
conflictos, asociado directamente con los movi- fuerte mecanismo para dificultar la capacidad
mientos sociales urbanos, casi siempre entendidos organizativa de estas áreas.
como acciones colectivas de reclamo. Usualmente
en estas acciones colectivas se presentaba un
relativo nivel de organización comunitaria (que
53
El conflicto social se produce por diversas razones; una de
ellas es el tipo de tierras sobre las que se extendía la ciudad en
varió según los casos) asociado por una parte términos de tenencia de la tierra. Otras razones resultaban de las
carencias en cuanto al acceso a los servicios e infraestructuras más
necesarios. Otros motivos de conflicto se localizaban en la
51
Jorge Montaño (1976), Los pobres de la ciudad en los introducción de intereses especulativos en cuestiones como las
asentamientos espontáneos, Siglo XXI Editores, México, pp. 209-210. anteriores.
52
De acuerdo con Jorge Montaño, en los asentamientos 54
Bryan Roberts (1980), Ciudades de campesinos, economía
periféricos el liderazgo se distribuye entre varias personas, a política de la urbanización en el Tercer Mundo, Editorial Siglo XXI,
diferencia del ámbito rural, en el que el “cacique” concentra poder. México, pp. 207-242.
De la expansión urbana y la periferia metropolitana 17

poblacionales encuentran su residencia en al-


2. HACIA UN MODELO DE LA PERIFERIA CONSTITUIDA gunas de las zonas del ámbito metropolitano
DE ACUERDO CON LA LÓGICA DE LA CONCENTRACIÓN especializadas en el uso residencial obrero,
TERRITORIAL mientras que trabajan en otros distantes lugares,
también integrantes de la periferia metropolitana.
En esta última parte se retoman los elementos Ello produce una dinámica interna propia de la
centrales de cada una de las perspectivas periferia cuyo principal rasgo son los “des-
consideradas, a fin de reconstruir una visión plazamientos diarios hogar-trabajo”. Tales despla-
integral de la periferia metropolitana característica zamientos se prolongan como distancia física y
de la etapa regida por la lógica concentradora. distancia-tiempo, transitada en condiciones defi-
Este intento de “integración” se funda en el cientes. Así, estos movimientos diarios prolongan
supuesto de que los ejes analíticos anteriormente la jornada de trabajo de la población periférica y
presentados dan cuenta de las distintas dimensio- contribuyen a que:
nes de un proceso territorial: la expansión urbana
los individuos construyan un “modo de vida”55
y la constitución de las periferias metropolitanas.
particular, en el que el jefe de familia —
La periferia metropolitana de la etapa
quien usualmente realiza los desplaza-
concentradora aparece como un ámbito territorial
mientos diarios por trabajo— se hace cargo
cuyo origen está estrechamente ligado al proceso
de una parte de la reproducción familiar a
de industrialización desarrollado en la “gran
través de su inserción en una relación
fábrica”, así como a la consecuente constitución
salarial.
de los mercados de trabajo definidos a partir de
el hogar se constituya en un “espacio viven-
la relación salarial. Esto no implica que todos los
cial de tipo dormitorio”, al menos para los
espacios periféricos tengan que ser vistos como
miembros que se insertan en las relaciones
localización de la industria fordista, sino que
salariales.
algunos eran su locus y otros eran el lugar de
a escala del conjunto urbano se construya un
residencia de población que trabajaba directa o
mosaico especializado funcionalmente. El
indirectamente en esas actividades productivas.
espacio urbano se fragmenta en áreas que
Por ello, la periferia metropolitana de la Ciudad
corresponden a distintas funciones, siem-
de México primero se constituyó en lugar de
pre vinculadas, directa o indirectamente,
trabajo, y luego, en una instancia inmediatamente
a la producción.
posterior, se hizo lugar de residencia, aunque
los lugares de trabajo y de residencia no han La existencia de estos desplazamientos diarios se
sido contiguos sino dispersos en distintas áreas hace posible porque la periferia integra un todo
discontinuas de la diluida periferia metropolitana, regido por un “principio de centralidad”, que es
y en casi todos los casos han sido lugares inter- el área metropolitana, en la cual se han ido con-
conectados por el principio de centralidad que solidando condiciones de accesibilidad que
se materializó, entre otras cosas, en el sistema de permiten el desplazamiento de bienes y personas
transportes. a través de corredores urbanos.
La vinculación entre el espacio periférico Las condiciones de accesibilidad van dis-
y el proceso de industrialización sustitutiva se minuyendo en la medida en que la ocupación se
expresó en el carácter de “área dormitorio” que hace más dispersa, siendo precisamente otra de
tomaron amplias zonas de la periferia, mientras sus características el hecho de que cuanto más
que otras se constituían en áreas productivas. Este distante es la periferia, más “dispersa” es la ocu-
fenómeno, a escala del conjunto metropolitano, pación del suelo y también es menor objeto de
no es otra cosa que la especialización funcional inversiones públicas.
del espacio urbano. El carácter de “área dor- 55
Actualmente estamos trabajando sobre el modo de vida urbano
mitorio” se debe a que grandes contingentes asociado a la unión del Lugar de trabajo y de Residencia.
Alicia Lindón Villoria 18

Asimismo, se destaca otra dimensión carac- transitan), el espacio de la autoconstrucción (la


terística de este tipo de periferia metropolitana, vivienda), el espacio de las estrategias para supe-
como es la de constituir una expresión de la se- rar las carencias en cuanto a dotación de servicios
gregación urbana, detrás de la cual se hallan las (el barrio, o zonas del barrio), el espacio del no
desigualdades sociales. Así, la periferia es la mate- trabajo o espacio intrafamiliar.
rialización de la segregación residencial de los En relación con el espacio barrial, también
sectores sociales de menores ingresos, para quie- es importante destacar que otra dimensión cons-
nes no existen otras opciones residenciales. Este titutiva de la periferia metropolitana regida por
fenómeno de segregación se expresa en diversas la racionalidad de la concentración territorial, ha
cuestiones, una de ellas es el insuficiente nivel sido la de permitir que en el “barrio” se con-
en la dotación de servicios y equipamientos, con soliden redes de intercambio recíproco de bienes
las consecuencias que ello implica sobre las con- y servicios. Este rasgo ha sido particularmente
diciones de vida. Así, las distintas componentes intenso en las periferias ocupadas por sectores
de la segregación se constituyen en elementos sociales de escasos recursos económicos. La redes
adicionales de la pauperización de sus habitantes. de reciprocidad le han dado cohesión al espacio
De esta forma, la periferia metropolitana comunitario, y a los individuos que lo habitan
también se caracteriza por ser el ámbito territorial les han otorgado 'seguridad’, particularmente por
en el que el modo de vida está marcado por la crear condiciones de ‘consumo’ alternativas a las
“expoliación urbana” a que es sometido el de mercado.
hombre que carece de los servicios más in- La periferia metropolitana también se ca-
dispensables, y que además debe utilizar su racteriza por constituirse con base en población
tiempo de descanso (o de no-trabajo) en pro- migrante; muchas veces ha sido a través de la
longados traslados diarios, así como en desarrollar “migración campo-ciudad”, aunque también ha
respuestas personales con las cuales enfrentar la tenido un papel destacado en la ocupación de
carencia de servicios (ejemplo, las diferentes las periferias la “migración interna escalonada”.
estrategias de organización para el transporte del Así, la población migrante, después de residir
agua). La expoliación urbana se hace completa algún tiempo en el centro de la Ciudad de México,
cuando el individuo se ve llevado a emplear el salió de esas zonas centrales ante la reducción
tiempo de no-trabajo en otra actividad adicional, de la oferta habitacional relativa y el consecuente
como es la de construir su propia vivienda. Esto incremento de rentas habitacionales en el centro.
implica que, en este contexto, la autoconstrucción En esta dinámica, la periferia metropolitana se
incrementa el nivel de expoliación urbana. va integrando por conjuntos de “barriadas” en
Todo lo anterior conduce a que la periferia las que se albergan los migrantes pobres, barria-
metropolitana constituida de acuerdo con la lógica das cuyo origen jurídico es ilegal y el régimen de
concentradora pueda ser interpretada como un propiedad ambiguo.
espacio en el que se dilapida la fuerza de trabajo. Este último componente de la periferia está
Asimismo aparece como un ámbito de alienación, muy asociado al anterior, es decir a la conso-
ya que el individuo residente en la periferia divide lidación de un espacio barrial a través de redes
su existencia en innumerables tiempos: el de sociales, ya que muchas veces esas redes se cons-
trabajo, el de traslado, el de autoconstrucción, el truyen a partir del parentesco entre los migrantes
de superación de las carencias en los servicios, y internos. Así, es frecuente que la migración de
el de no trabajo. La separación de los tiempos un grupo familiar o de individuos aislados se
trae consigo la separación de los espacios, ya vea facilitada por la existencia de redes de pa-
que cada uno de esos tiempos se materializa en rentesco, que permiten que los familiares ya
una fracción diferente del espacio, el espacio de establecidos en una colonia periférica ayuden a
trabajo (a veces, la fábrica), los espacios del otros familiares a migrar o a movilizarse desde
traslado diario (los corredores urbanos que se un área céntrica.
De la expansión urbana y la periferia metropolitana 19

El origen jurídico ilegal característico de En principio, entendemos que este modelo


es-tas periferias pobres está relacionado con otra constituye una aproximación sintética, aunque
de las dimensiones características del fenómeno: simplificada, a un fenómeno territorial complejo,
el componente inmobiliario que muestra a la peri- como es la periferia. No obstante, entendemos
feria como aquel espacio producido por el juego que su mayor riqueza radica en que nos permite
especulativo del mercado de tierras, movido por interrogarnos por el modelo de periferia
la lógica de maximización del beneficio, par- metropolitana actual, de los años noventa,
ticularmente para los fraccionadores y a veces reconsiderando estos cuatro rasgos a fin de
también para el Estado. analizar en qué medida siguen siendo pertinentes
Las problemáticas ya señaladas, más las y qué nuevos contenidos pueden tomar.
carencias e inseguridad de los residentes locales,
hacen que la dimensión socio-política también
se constituya en otro componente fuerte de este Bibliografía
territorio. De acuerdo a algunas interpretaciones,
la periferia en lo socio-político se constituye en Alonso, Jorge (editor) (1980). La lucha urbana
una cuenca de clientela cautiva que no trata sus y la acumulación de capital. Ediciones
demandas directamente con las dependencias de la Casa Chata, México.
gubernamentales, sino a través de instancias me- Attali, Jacques (1982). Historias del Tiempo,
diadoras como los líderes locales. Estos últimos Sección Obras de Historia, Fondo de
no sólo cumplen la función de “mediar” entre Cultura Económica, México.
los colonos y las instituciones de gobierno, sino Aydalot, Philippe (1985). Economie Régionale et
que también detienen o atenúan posibles conflic- Urbaine, Economica, París.
tos asociados a dichas demandas. En algunas Bataillon, Claude (1968). Las zonas suburbanas
ocasiones, la dimensión socio-política también de la ciudad de México, Instituto de
ha cobrado contenido a partir de la organización Geografía, Universidad Nacional
comunitaria en movimientos sociales urbanos Autónoma de México, México.
frente a las demandas por consumos urbanos de Bataillon, Claude (1972). La ciudad y el campo
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En cada uno de los distintos estudios México.
empíricos que hemos considerado, el análisis se Bataillon, Claude y Hélène Rivière D’Arc
ha centrado sólo en una o dos de estas dimen- (1979). La Ciudad de México. Editorial
siones. El conjunto de estas dimensiones analíticas SepDiana, México.
de la periferia metropolitana y los comportamien- Burgess, Ernest et al (edit) (1925). Urban
tos hallados para cada una de ellas, nos permiten Sociology, The University Press of
reconstruir este modelo territorial que da cuenta Chicago, Chicago.
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