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El Milagro Mexicano.

Durante las décadas de los 50’s y 60’s, México pasaba por un impresionante

crecimiento. Entró en una etapa de un gran crecimiento económico; se industrializó

de una manera exorbitante, los medios de comunicación y de transporte se

expandieron hasta alcanzar los lugares más remotos del país, incrementó la

inversión privada, los servicios de salud mejoraron considerablemente, el turismo

se volvió parte fundamental para el desarrollo económico, entre otros aspectos.

Todo el mundo puso la mirada en México, y es por ello que esta etapa pasará a ser

uno de las más importantes en términos de estudio para la creación de política

económica: el Milagro Mexicano.

Como antecedente, se podría plantear el Cardenismo como los primeros

pasos para la industrialización del país; se nacionalizó el petróleo y, con ello, hubo

un “boom” para los medios de transporte en todo el país. Ofreció un enorme apoyo

para la creación de nuevas empresas, pero siempre ponía en primer lugar los

intereses nacionales, lo cual llevó a cabo una protección hacia la industria nacional.

Para seguir fomentando el desarrollo económico, creó el Banco de México

colocándolo como el controlador de las exportaciones de oro y plata; ese banco

central tenía el objetivo de controlar a los demás bancos que ya existían en el país,

así como las divisas extranjeras.

Para el sexenio siguiente llegaría Manuel Ávila Camacho, quién recibe al país

en plena Segunda Guerra Mundial y en una etapa proteccionista y nacionalista

establecida por Cárdenas. Fue una etapa difícil, pero pudo seguir avante gracias a

la estimulación de la inversión extranjera y a diversos acuerdos hechos con Estados

Unidos, apoyándolo en ámbitos bélicos aportando escuadrones para la guerra


contra los japoneses, y en ámbitos manufactureros aportando trabajadores a sus

fabricas de armas. Todo esto, pudo dar paso a un importante incremento en las

reservas nacionales, lo que permitió un incremento en el gasto público en

infraestructura y servicios sociales; gracias a ello el país se industrializó, y dio paso

a cuatro fenómenos destacables:

1. La creación del IMSS.

2. Estabilidad de precios gracias al control del Banco de México en el tipo

de cambio.

3. Una ola de migración de las zonas rurales a las zonas urbanas, lo que

provoco un grave descuido en el campo agrario.

4. Un crecimiento del PIB a un ritmo del 7.3% que jamás en la historia de

México se había alcanzado.

Todo esto continuaría con el gobierno de Miguel Alemán, solo que con

algunos cambios. Se impulsó la inversión en el campo pasando del 12% al 20% y

el turismo llegó a niveles jamás vistos. Sin embargo, hubo una importante fuga de

capitales que provocó una devaluación del peso del 78%, alcanzando un precio de

8.65 pesos. Durante el régimen de Ruiz Cortines, la política de desarrollo industrial

y la intensa necesidad de controlar a la corrupción continuó con el crecimiento de

las manufacturas, la producción petrolera y la generación de energía eléctrica. Sin

embargo, todo esto fue superior al crecimiento de la producción agrícola; en

aquellos años comenzó a manifestarse un problema que, con el paso del tiempo,

se volvería crítico: el déficit del sector externo. México importaba más de lo que

exportaba, y en 1958 tenía un déficit de 419 millones de dólares.


Bajo el gobierno de López Mateos, la intervención gubernamental en la

economía se intensificó; su gobierno adquirió el control de los remanentes de la

inversión externa en la producción de energía eléctrica y el gobierno se transformó

en el principal "empresario" del país gracias a PEMEX, la Comisión Federal de

Electricidad y Ferrocarriles Nacionales, entre muchas otras entidades paraestatales.

A pesar del déficit externo, el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz logró mantener el

crecimiento del PIB a un ritmo promedio de 6% anual, mismo que superaba el

crecimiento de la población (3.8%). Aparentemente, el país avanzaba por la senda

correcta; sin embargo, a partir de la llegada de Luis Echeverría a la presidencia, se

inició una tormenta económica que puso fin al denominado “milagro mexicano” e

inauguró una época de incesantes crisis.

Como conclusión, se podría decir que esta etapa tuvo ciertos errores. En

primer lugar, buscó a toda costa tener una economía libre de inflación, libre de

déficits y de devaluaciones, por lo que la postura en políticas económicas se

volcaron hacia un modelo económico de puertas cerradas y muy proteccionista.

Esto provocó que las empresas crecieran sin capacidad de competir fuera de

México; su rezago tecnológico fue tal, que las empresas no pudieron competir en el

exterior, lo cual les impidió exportar productos con la calidad que exigían los

mercados extranjeros de la época. Ante ello, México importaba más de lo que

exportaba, lo cual le trajo un déficit de más de 400 millones de dólares. El alto grado

de proteccionismo que las empresas tuvieron en México hizo que no pudieran

industrializarse ni modernizarse a la par con otras empresas del mundo.

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