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LA NOCIÓN OE MENTALIDADES:
¿UNA INVENCIÓN O UNA FILIACIÓN?
I
Marc Bloch, Les Rois thaumaturges. Érudes sur le caracfére surnaturel attribué d la
ptissance ro1:ale, particttliérment en France et en Angleterre, Estrasburgo, Publications
de la Faculté de Lettres de l'Université de Strasbourg,1924, fasc. 19. Lucien Febvre,
L'n destin: Martin Luther, París, Rieder, 1928 (existe traducción al castellano: Martín
LtÍero: un destinr¡, México, Fondo de Cultura Económica, 1983). Marc Bloch, Projet
tl'e nseig,nement au Collége de France, dosier de candidatura, 1929, Archivos dei Collége
de France, citado por Georges Duby, prefacio ala Apologie pour I'histoire, París, A.
Coliin, 1974 (reedición). Lucien Febvre, Projet d'enseignement au Collége de France,
1928. citado por Georges Duby, ibíd.
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r Sobre este tema, ver Jacques Le Goff..Les mentalités. Une histoire ambigúesr, en
Jacques Le Goff y Pierre Nora (dirs.), Faíre de I'histoire , vol. III, No¡.¿v¿ aux Objets ,Patís '
Gallimard, 1914 ,pp.'7 6-94 (.Hacer ta Hisrr¡ria,Barcelona, Laia, I 985). Le Goff subrayaba
la connotación condescendiente de los títulos de las dos obras clave de Lucien Lévy-Bruhl,
Les fonctions mentales des sot:ietés inJérieurs (191 l, existe traducción al castellano: Ias
.fttnciones mentales en las sociedades int'briores,Buenos Aires, Lautaro,1947) y La Mentalité
primitive (1922, existe traducción al castellano: Lu mentalidad primitiva, Buenos Aires,
Lautaro, 1945) acerca de las sociedades tradicionales que la antropología descubría por
entonces con la ayuda y Ia mirada de las autoridades coloniales. Destacaba igualmente la
convergencia que se opera en 1928 en el pensamiento de un psicólogo como Henri Wallon
entre la mentaliclad primitiva y la mentalidad infantil. Ver también, sobre la intuición de
Lévy-Bruhl de una transformación de los modos de razonamiento lógico de una cultura a
otra, Laurent Mucchielli, La Décctuverte du sc¡cial: naissance de la sociologie en France,
París, La Découverte, 1998, pp. 341-344.
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I Lucien Febvre, féodale: une synthése critique>, Annales HS, tomo III,
"La societé
-:',1, p. 129.
- Lucien Febr re. ibíd.
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caso, Marc Bloch destacó que las costumbres <implicaban, eso está cla-
ro, un desprecio por la vida y el sufrimiento humano>>. Ese desprecio
no provenía, según é1, de la noción del carácter transitorio de la vida
terrestre que dictaban las creencias religiosas. Expresaba, ante todo, la
función de dominación social de la clase feudal. <Si la inclinación por
las gestas de sangre estaba tan extendida -escribió-, (...) la concepción
de la guerra necesaria como fuente de honor y como manera de ganarse
el pan era lo que separaba a la clase baja de los nobles>>. Del mismo
modo, cuando Marc Bloch se refería al amor cortés, no era un rasgo
afectivo lo que estaba describiendo, sino lo que podríamos denominar
una construcción ideológica. ,,Que, además, esos preceptos del amor
caballeresco -escribió- se propagaran después tan fácilmente demuestra
hasta qué punto respondían a las nuevas necesidades de una clase. La
ayudaron a percibirse a sí misma. No amar como el pueblo, ¿acaso no
es sentirse otro?>>.s
Tanto acerca del apego a la vida como acerca del amor, Marc Bloch no
pretendía hallar en su realidad vivida lo que podía haber sentido un noble
de la Edad Media. Describía lo que Piere Bourdieu llamaría una cultura
de la distinción. Eso no quiere decir que considerara el ethos amoroso de
la clase feudal como una pura puesta en escena. Nadie verifica mejor que
el historiador la pertinencia del adagio según el cual no existe el amor,
sólo las pruebas de amor. Porque de la vida sentimental del pasado, el
historiador no puede reconstruir más que la forma en que se expresaba, es
decir, identificar las normas, las justificaciones y las actitudes. Pero opo-
niendo la autenticidad de lo que se siente a lo incompleto o a la afectación
de 1o que se muestra, quizá no hacemos más que ceder al mito moderno
del yo profundo, escondido, en el que radica nuestra individualidad. En
el momento en que escribió La sociedadfeudal, Marc Bloch incluyó los
sentimientos en el proceso de construcción social de las representaciones
y las actitudes. Los sentimientos, como las ideas, son inseparables del
lenguaje que los formula, y por lo tanto están íntimamente vinculados a
la vida social. Si se deben ajustar a un código identificable por aquellos
a quienes se dirigen, aunque también por el historiador, es porque sirven
a la vez para comunicar y para situarse en el sistema social.
Las críticas que Lucien Febvre dirigió a Marc Bloch a propósito de
La sociedad feudal, ¿son el testimonio de una divergencia sobre la noción
de mentalidades que sus itinerarios historiográficos respectivos hicieron
Marc Bloch, La societé féodnle, París,Albin Michel, 1994 (reedición. Existe traducción
5
al castellano, La sociedad feudal,Barcelona, Akal, 1988), tomo II, capítulo II, 1. <La
guerra>), pp.4L5-416 y tomo II, capítulo II,4, <Las reglas de conducta>>.
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cada vez más evidente? Podemos interpretar esa divergencia como una
especie de reparto de herencia, el de L'Année sociologique y la Revue de
Synthése. De esas dos revistas, que habían estado en el centro del debate
sobre la historia historicista, fue de donde los fundadores de los Annales
extrajeron lo esencial de su proyecto. Pero éstas no desarrollaron la misma
concepción de la vida psíquica. Para L'Année sociologique, la actividad
psicológica no reflejaba nada individual. Estaba totalmente controlada
por la realidad social.
En el prefacio al primer número de L'Année sociologique, donde enu-
meraba las condiciones previas para un verdadero avance de la ciencia
social, Durkheim invitaba a <<eliminar los trabajos en los que el papel
de las individualidades históricas sea el objeto principal o exhaustivo de
la investigación>>.6 Sus discípulos no cesaron de recordar este principio.
Así, Henri Bourgin, invitando a no sobreestimar la acción personal de los
líderes en las realizaciones utópicas en Estados Unidos, precisaba: <<La
acción de esos hombres ha sido continuamente sobrepasada, dirigida por
algo en común, por el espíritu colectivo, un conjunto de creencias, de
conceptos y de voluntades comunes que se ha manifestado entre ellos y
que ha sido hecho realidad por ellos>>.?
Pero Henri Ben puso en duda la reducción de la ciencia del Hom-
bre al estudio de lo social en la presentación de su Revze de Synthése
Itistorique. <Por legítima e importante que sea la sociología -se pregun-
taba-, ¿agota toda la Historia? No lo creemos así (...). La sociología es
e1 estudio de lo que hay de social en la Historia, pero, ¿acaso es todo
social en ella?>. El historiador, según é1, debía permanecer atento <<a las
par-ticularidades individuales (...) por las que se explican las transforma-
;iones de las sociedades, incluso las más generales>>, porque la parte de
..r individual aumenta con el desarrollo de las sociedades.8 Encontramos
:n este filósofo kantiano la necesidad de preservar la individualidad de
! .: conciencia, particularmente en las formas de actividad más elevadas,
I
:. decir, en la actividad intelectual.
La síntesis histórica que reclamaba su nueva revista era una psico-
ql'a. ¿Psicología histórica'/ ¿Historia intelectual? Henri Berr dudaba
,,>iblemente, ya que soñaba con reunir las dos en un enfoque global
-:i mundo psíquico en que el individuo fuera el elemento unificador.
-.rcien Febvre concebía la historia de las mentalidades en estos mismos
;rninos. Nos vemos, pues, tentados a relacionar su manera de abordar
11
En su Prefacio a ia reedición de Marc Blocb, Apoktgie pour I'histoire,1914, op.
'lf.
t) Phillippe II et la Franche-Comté . La crise de I 567 , ses origines et ses conséquences .
estos libros tomó la forma de una auténtica geografía sino que, eligiendo
como observatorio la coherencia de una trayectoria individual, trataba de
reconstruir el universo mental de una época dentro del marco que me-
jor revela su unidad y su particularidad, es decir, <<la conciencia de los
hombres que viven en sociedad>>.
Esa elección no condujo a Lucien Febvre a prestar atención sólo a
los aspectos reflexivos y conscientes de la vida mental. Discutiendo la
definición de folklore propuesta por André Varagnac como el conjunto
de creencias colectivas sin doctrina y de prácticas colectivas sin teoría,
se preguntaba:
siécle : la religion de Rabelais , París, Albin Michel, 1962 (existe traducción al casteliano:
El problema de la incretlulidad en el siglo xy¡, México, UTEHA, 1959). Autour de
I'Heptaméron, amour sacré, amour profane, París, Gallimard' 7944'
ra
En <Floklore et folkloristes> , Annales d'histoire sociale' 1939, tomo I,n'" 2,p' 154'
r5
Ver Laurent Mucchielli, <Pour une psychologie collective. La querelle entre Halbwachs
et Blondel>. Revue cJ'histoire tles sciences humaines,l, 1999'
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ró
En <<lJn symptóme social: le suicide>, Annales HES, tomo III, 1931, p. 590.
1'En <Psychologie ethistoire>, EnLryclopédiefranqaise,País,1938, Sté de l'Encyclopédie
:¡ncaise, vol. 8: La vie menlale, pp. 3-7.
tt La Sor:ieté
féodale,ya citado, tomo I, libro II, capítulo 2, <Maneras de sentir y de
SlBLl0TEGr
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Lucien Febvre tenía una concepción del universo mental más histori-
cista que Marc Bloch. Deseoso, ante todo, de reconstruir la coherencia
ri Entre las numerosas filípicas de Lucien Febvre contra Seignobos, citaremos <<Une
:,istoire de la Russie moderne. Politique d'abord?>, en la Revue de synthése 'vol. VII, 1934;
\i histoire d thése ni histoire-manuei. Entre Benda et Seignobos>, Revue de synthése,
. 'l v. 193.1.
:' En Apologie pour I'histoire, 1993, op. cit.' p. 95'
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ENCONTRAR A GUIZOT
Hemos visto los gobiernos más diversos *escribió-, los sistemas más
funestos, el despotismo, la teocracia, el régimen de castas, aceptados,
sostenidos incluso por quienes los sufrían, por el imperio de las tradicio-
nes, las costumbres, las creencias. Desde su nacimiento hasta su muefie,
en sus días de esplendor así como en su decadencia, el régimen feudal
nunca fue aceptado por el pueblo.
r:
-
"Du progrés des études historiques>, op. cit.
Camilie Jullian, Historiens franqaís du xtt, siécle ,París,Hachette, i 896, introducción,
r \-III .
'-
Franqois Guizot, Essaís sur L'histoire de France , París, Didier, 1872 (13 .^ edición);
. " :re cle lacivílisationenFrance,París,Didier, 1874,4vo\s.;Études surlarévolution
; t-..iieterre, París, Didier, 1874 (7.^ edición. Traducción al casteliano: Historia de la
' , .,,tión de Inglaterra,Madrid, Grupo Axel Springer, S.L., 1985.). Augustin Thierry,les
uno y otro se producían bajo la forma más ofensiva, la más cruel (...);
el despotismo no quedaba atenuado por el distanciamiento y la elevación
de un trono; el privilegio no quedaba velado por la majestad de un gran
cuerpo; uno y otro peftenecían a un hombre siempre presente y siempre
solo, siempre cercano a sus súbditos! que no necesitaba, aun controlando
sus destinos, rodearse de iguales.3s
18
Essais sur l'hisfoire de Franr:e,op. cit.,pp.300 y 305.
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re
Camille Jullian, <<Introduction> a Histiriens ./ranqais du xrf siécle, ttp. cit
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98
a0
FranEois Harfog, Le xtf siécle et I'histoire. Le cas Fustel de Coulanges, París, PUF,
l 988.
LA NOCIÓN DE MENTALIDADES: ¡,UNA INVENCIÓN O UNA FIL]ACIÓN'¡ 99
e lbíd., p. 142.
a5
Fustel de Coulanges, La Cité antique, op. cit.,libro I , capítulo 2.
LA NOCIóN DE MENTALIDADES: ¿,UNA INVENCIÓN O UNA FILIACIÓN'] 101
a6
Bulletin de la societé de philosophie , op. cit., sesión del 28-5- 1 908, discusión.
LA NOCIÓN DE MENTALIDADES: ¿UNA INVENCION O UNA FILIACION? 103
'- Ibíd.
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104
at
Charles Seignobos,Bulletinde la societé de philosophie,3O-5-I907,op. cll.,discusión.
ae
"De la Cité antiqtte d la sociologie des institutions>>,
FranEois Héran, Revue de
synthése,3-4,1989.
s0
Émile Durkheim, Les Régles de la méthode sociologiqu¿, París. 1901 (citado
por Frangois Héran) (existen varias traducciones al castellano: Las reglas del métc¡do
socioklg,ico,la más antigua en Madrid, Jorro, 1912; las más recientes en Madrid,Alianza,
2006 y Buenos Aires, Losada, 2007).
5r Émile Durkheim, Bulletin de la societé de philosophl¿, 28-5-1908, op. cit..
discusión.
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constitutivo. A sus ojos, el paso del culto al linaje al culto a la ciudad tuvo
t la función de reestablecer el orden social. Pero la prioridad del historiador
es comprender la forma en que se dan simultáneamente esa continuidad y
e sa transferencia. Porque sólo podemos esperar comprender la naturaleza
¡: FranEois Héran, <De la Cité antique d la sociologie des institutions>> , op. cit.
ir FranEois Héran, ibíd.
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sa
Fustel de Coulanges, La Cíté antique (reedición ¿e tSS+1. op. cit..introducción.
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explicación histórica implicaba cierta tensión entre las formas de resis- t'.
55
Fernand Braudel, Écrits sur I'histoire, París, Flammarion, p. 47 (existe traducción
al castellano: Escrítos sobre historia, México, FCE, 1991).