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Qué es una colonoscopia

La colonoscopia es una prueba médica que consiste en la exploración del


interior del colon(intestino grueso) y la parte final del intestino delgado
(íleon). El examen se realiza mediante un instrumento
llamado colonoscopio que está formado por un tubo largo y fino que
incorpora una cámara y luz propia. El objetivo de la colonoscopia es detectar
posibles anomalías en las paredes del intestino grueso, el recto o el íleon,
producidas por enfermedades.

Cómo se hace una colonoscopia


Para paliar los dolores y molestias que puede ocasionar la prueba se suelen
administrar analgésicos que, por lo general, conseguirán que no se sienta
ningún dolor durante la exploración, que suele durar entre 30 y 60 minutos.
Una colonoscopia se realiza de la siguiente manera:
 El paciente debe acostarse de lado, sobre el costado, y flexionar las
rodillas hacia el tórax.

 El especialista introduce el colonoscopio a través del ano y lo


desplaza lentamente a través del intestino grueso y comienzo del
intestino delgado. En ocasiones, el aparato no puede llegar hasta el
íleon, por lo que suelen ser necesarias pruebas complementarias para
asegurar el buen estado del órgano.

 Se introduce aire a través del tubo para distender las paredes del
colon y poder verlo con más detalle. A lo largo del utensilio hay una vía
vacía, que se denomina canal de trabajo, y que sirve como canal a la
hora de introducir pinzas y otros utensilios, por lo que este aparato no
sólo sirve para realizar un examen visual, sino que también puede
extraer muestras de tejido para analizar, tratar lesiones (poner
grapas en una herida y evitar el sangrado con gasas y con técnicas de
coagulación por calor, por ejemplo) y extraer pólipos. También se
puede utilizar la succión para retirar heces o líquidos que dificulten la
visión.

 El médico saca lentamente el colonoscopio: Mientras se retira el


aparato se puede seguir observando las paredes del colon. Si es
necesario se tomará una fotografía del interior del intestino para poder
visionarla con más detenimiento.
Durante la prueba el paciente suele sentir presión, la cual va aumentando a
medida que se introduce el aparato, que al insuflar aire también puede
producir cólicos breves y dolor (el aire y los gases producidos generan
presión y necesitan ser expulsados). Tras el examen, se suele sentir
malestar estomacal y se producen gases, síntomas que deberían
desaparecer al cabo de 24 horas. Es muy recomendable que el paciente
que se vaya a someter a la colonoscopia acuda acompañado a la prueba, ya
que los analgésicos administrados suelen producir aturdimiento y sueño, algo
a tener en cuenta si se va a conducir. En las horas posteriores a la prueba,
se debe beber mucho líquido y evitar la ingesta de alcohol.

Cómo se prepara una colonoscopia


El paciente que se vaya a someter a una colonoscopia necesita seguir una
serie de indicaciones a modo de preparación, cuyo objetivo es limpiar y
vaciar los intestinos. Si el paciente no se prepara bien para la prueba
podría darse el caso de que hubiera obstáculos (heces, líquidos) que
dificultaran la visión de una lesión, que puede pasar desapercibida y traer
complicaciones si no es detectada y tratada.
El especialista suele aconsejar el uso de enemas y laxantes. Además, el
paciente no podrá comer alimentos sólidos durante los tres días previos al
examen. También es necesario, para ayudar en la limpieza de los intestinos,
la toma de agua y líquidos claros, como té, jugos de frutas colados, gelatina o
caldo sin grasa.
En ocasiones, el especialista indica que se deben dejar de tomar ciertos
tratamientos, como anticoagulantes o hierro (el hierro puede provocar que
las heces sean de color negro oscuro, lo que dificultaría la visión de las
paredes del colon durante la colonoscopia). También puede desaconsejar la
toma de ibuprofeno, naproxeno y otros fármacos, por lo que se debe
consultar al médico este tipo de cuestiones.

Riesgos de una colonoscopia


Aunque la prueba es bastante común y no suele tener excesivas
complicaciones, más allá de las molestias y dolores que puede causar,
existen una serie de riesgos:
 Rotura en la pared del colon: Se puede producir una ruptura en las
paredes de los intestinos, para la cual será necesaria la cirugía.
 Hemorragia interna: Es posible que se produzca sangrado a raíz de la
retirada de una parte del tejido recogido para una biopsia o a partir de
la extracción de un pólipo.

 Infección: No es común que se produzcan infecciones a causa de una


colonoscopia, pero existe el riesgo de que se desarrolle, siendo
necesario, llegado el caso, el tratamiento con antibióticos.

Cuándo se hace una colonoscopia


Un examen de este tipo se suele realizar en el caso de que aparezcan una
serie de síntomas que pueden indicar la existencia de una patología o
afección. La colonoscopia se suele realizar en caso de:
 Existencia de pólipos vistos previamente en una prueba radiográfica o
una sigmoidoscopia.

 Anemia, siempre y cuando no se ha encontrado ninguna otra causa que


pueda producirla.

 Dolor abdominal.

 Alteraciones en las deposiciones.

 Pérdida anormal de peso.

 Presencia de sangre en las heces.

 Seguimiento de una enfermedad o afección diagnosticada previamente,


como cáncer de colon, colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn.

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