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25 DIFERENCIAS ENTRE

ISRAEL Y LA IGLESIA
Por Jack Fleming
Contenido
Prólogo .............................................................................................................................................. 2
Capítulo 1 "Israel es un pueblo terrenal. La iglesia es un pueblo celestial". ...................................... 4
Capítulo 2: "Israel tiene promesas terrenales, con prosperidad terrenal. La iglesia tiene promesas
espirituales, con recompensas celestiales". ...................................................................................... 5
Capítulo 3 A Israel se le ordenó el diezmo. A la iglesia "lo que propuso en su corazón. ................. 11
Capítulo 4 "A Israel le mandó separarse del resto de las naciones. A la iglesia, ir a todas las
naciones". ........................................................................................................................................ 21
Capítulo 5 "Israel tenía un sacerdocio limitado a la tribu de Leví. En la iglesia todos somos
sacerdotes". ..................................................................................................................................... 23
Capítulo 6 "Los israelitas tenían restricciones para llegar a la presencia de Dios. La iglesia tiene
libertad"............................................................................................................................................ 26
Capítulo 7 "Israel tenía un sumo sacerdote que era un hombre. La iglesia tiene un Sumo Sacerdote
Perfecto y Eterno". ........................................................................................................................... 28
Capítulo 8 "Los israelitas del Antiguo Testamento al morir iban al Hades (o Seol). Los cristianos
van directamente al cielo donde está el Señor". .............................................................................. 30
Capítulo 9 "Los israelitas son los amigos del esposo. La iglesia es la esposa". .............................. 33
Capítulo 10 "En Israel Dios habitó en el tabernáculo. En la iglesia en cada creyente". ................... 36
Capítulo 11 "En Israel el Espíritu Santo venía sobre algunos y se iba. En la iglesia viene sobre
todos los creyentes y se queda a morar en ellos". .......................................................................... 41
Capítulo 12 "La ley fue dada para Israel. La gracia para la iglesia". ................................................ 46
Capítulo 13 "El judaísmo es una religión. El cristianismo una regeneración". ................................. 49
Capítulo 14 "La salvación para Israel era por perseverar y guardar la ley. En la iglesia es por medio
de la fe, no por obras" ..................................................................................................................... 50
Capítulo 15 "El Sábado es una señal entre Dios e Israel. En la iglesia el Domingo es el día del
Señor". ............................................................................................................................................. 54
Capítulo 16 "La Pascua para Israel. La Cena del Señor para la iglesia". ........................................ 57
Capítulo 17 "Israel tenía prohibición de comer ciertos tipos de carnes. En la iglesia hay libertad". 61
Capítulo 18 "A Israel, debido a la dureza de sus corazones, Dios les permitió el divorcio. En la
iglesia no". ....................................................................................................................................... 64
Capítulo 19 "A Israel Dios mandó hacer guerra a sus enemigos. En la iglesia nos manda amar a
nuestros enemigos". ........................................................................................................................ 70
Capítulo 20 "En la religión judía existen sacrificios temporales. En la iglesia tenemos un solo
sacrificio con eficacia eterna". ......................................................................................................... 73
Capítulo 21 "En el judaísmo tenemos el incienso. En la iglesia las oraciones". .............................. 75
Capítulo 22 "La unción con aceite para Israel. La unción con el Espíritu Santo para la iglesia". ..... 78
Capítulo 23 "En Israel la alabanza se realizaba por medio de instrumentos musicales. En la iglesia
la adoración debe ser en espíritu y en verdad, con el corazón". ..................................................... 85
Capítulo 24 "Israel tendrá su encuentro con el Señor en la tierra. La iglesia en el aire". ................ 89
Capítulo 25 "Israel pasará por la Gran Tribulación. La iglesia no" .................................................. 94
1
Prólogo

La tergiversación, manipulación y fusión que se han estado haciendo de estos dos pueblos
escogidos por Dios, que son diferentes, con metas y objetivos completamente distintos, es lo que me
ha motivado a realizar y poner al alcance de los estudiantes serios de la Biblia, este pequeño estudio
sobre la materia.
El concepto de que "la iglesia es la Israel espiritual" se acuñó como fruto de la falta de fe de los
cristianos del siglo XVI, cuando nadie creía posible que Dios pudiera cumplir su promesa de hacer
volver a los judíos que se hallaban dispersos desde el año 70 cuando Tito, general romano, arrasó
Jerusalén y no dejó piedra sobre piedra como lo profetizó el Señor Jesucristo.
Humanamente se veía imposible que pudiera cumplirse con Israel todas profecías que Dios había
anunciado, así que estos líderes de iglesias, debido a su falta de fe y de visión, comenzaron a llamar
a la iglesia "la Israel espiritual". Esta definición ha causado mucho daño a la iglesia, porque se han
introducido elementos contrarios a la verdadera doctrina cristiana, judaizando la iglesia por
ignorancia o por conveniencia.
Por cierto que Dios asombró a los incrédulos y maravilló al mundo entero, cuando el 14 de Mayo de
1948, en un día, Israel fue plantado nuevamente en su tierra. Is.66:8 "¿Quién oyó cosa semejante?
¿Quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez?".
Pero entonces ¿Por qué ahora? Tantos años después que se realizó el milagro que Israel esté
nuevamente en sus tierras, todavía la mayoría de la cristiandad sigue hablando que: "La iglesia es la
Israel espiritual".
Antes fue por incredulidad, hoy por conveniencia y ambición. Porque es el único medio que tienen
los líderes de iglesias, para justificar el cobro ilícito que hacen del diezmo en las iglesias. Debido a
que en el Nuevo Testamento, donde se encuentran todas las instrucciones para que los cristianos
sepamos cómo debemos "conducirnos en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente"
(1Tm.3:15), no aparece ningún mandamiento al respecto, ni ejemplo de alguna iglesia que cobrara el
diezmo.
Con el mismo argumento también han introducido una de las siete fiestas solemnes, la de las
primicias, aunque a decir verdad, es un remedo, una caricatura grotesca de lo que el Señor ordenó a
Israel en Levítico capítulo 23. Y claramente se ve que no se han interesado en observar las otras
seis festividades que se ordenan allí, porque no les aportan ningún beneficio material.
Los judaizantes modernos se ven obligados a forzar las Escrituras en forma arbitraria para sostener
ese engaño. Y al hacerlo, demuestran no tener ningún respeto por las reglas más elementales de la
interpretación bíblica, pero lo que es más grave, están destruyendo todo el simbolismo expresado en
el Antiguo Testamento los cuales apuntaban a Cristo, y una vez que llegó Aquel a quien
representaban, esos símbolos y figuras; todo aquello que era sombra de lo que habría de venir,
debía ser puesto de lado.
Heb.8:5- 9:11 "es figura y sombra...pero estando ya presente Cristo..."
Heb.7:18 "Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia".
Es muy triste ver la posición antibíblica que han estado tomando los líderes "cristianos" judaizando la
iglesia.
Es verdad que yo como cristiano amo en forma muy especial a Israel, pero eso no me transforma de
ninguna manera en judío. Como tampoco un judío que no ha aceptado al Señor Jesucristo, puede
ser llamado cristiano. Aún las leyes de Israel consideran que un judío que acepta a Jesús, deja de
ser judío.

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El término "gentil" era para señalar al resto de las gentes de las otras naciones que no eran judíos, y
que no creían en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Un gentil era aquel que creía en dioses falsos,
eran los paganos.
La Biblia en el Antiguo Testamento divide la humanidad entre judíos y gentiles. Pero llegado el
conocimiento pleno de la verdad a través del Nuevo Testamento, encontramos que ahora se refiere a
tres grupos: Judíos - gentiles y la iglesia. 1Cor.10:32 "No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a
la iglesia de Dios". En la misma epístola se refiere a los cristianos que no eran judíos: "cuando
ERAIS gentiles" (1Cor.12:2). Ahora no somos gentiles ni judíos, sino que "cristianos". Porque todos
los creyentes en el Señor Jesucristo formamos un solo cuerpo, la iglesia. Y en la iglesia no existe
divisiones entre judíos ni gentiles (Gál.3:28). Por tanto también resulta absurdo y antibíblico llamar
"judío mesiánico" o "judío-cristiano" a un israelita que acepta al Señor Jesucristo. Sería tan
incoherente como si nosotros nos hiciéramos llamar "gentiles mesiánicos". Leímos en 1Cor.12:2 que
ANTES éramos gentiles, pero ahora somos cristianos. De la misma manera un judío que acepta a
Jesús como el Hijo de Dios y su Salvador personal, ahora es solamente un cristiano, porque en la
iglesia del Señor no existen divisiones, debido a que es un solo cuerpo.
Rm. 12:5 "somos un cuerpo en Cristo".
Ef. 4:4-5 "un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de
vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y
por todos, y en todos".
En consecuencia, resulta obvio que Israel no puede ser la iglesia, ni la iglesia puede ser la Israel
espiritual. Son dos pueblos diferentes. La Iglesia tiene a Jesús como a su Señor y Salvador e Israel
rechaza a Jesús.
Si un gentil acepta a Cristo es cristiano, lo mismo que si un judío acepta al Señor es cristiano, sin
más apellidos ni divisiones, porque el cuerpo de Cristo no puede estar dividido. Hoy existen según la
Biblia: Judíos, gentiles y cristianos (1Cor.10:32).
Existen muchas diferencias entre Israel y la iglesia, pero he escogido 25 para que todo lector pueda
comprender fácilmente que son dos pueblos diferentes, aunque ambos escogidos por Dios, pero con
objetivos y metas distintas. El judaísmo y el cristianismo NO SE MEZCLAN, se excluyen
mutuamente, unirlos es la pérdida completa del significado de cada uno de ellos.

1.- Israel es un pueblo terrenal. La iglesia es un pueblo celestial.


2.- Israel tiene promesas terrenales, con prosperidad terrenal. La iglesia tiene promesas espirituales,
con recompensas celestiales.
3.- A Israel se le ordenó el diezmo. A la iglesia "lo que propuso en su corazón".
4.- A Israel le mandó separarse del resto de las naciones. A la iglesia, ir a todas las naciones.
5.- Israel tenía un sacerdocio limitado a la tribu de Leví. En la iglesia todos somos sacerdotes.
6.- Los israelitas tenían restricciones para llegar a la presencia de Dios. La iglesia tiene libertad.
7.- Israel tenía un sumo sacerdote que era un hombre. La iglesia tiene un Sumo Sacerdote Perfecto
y Eterno.
8.- Los israelitas del Antiguo Testamento al morir iban al Hades (o Seol). Los cristianos van
directamente al cielo donde está el Señor.
9.- Los israelitas son los amigos del esposo. La iglesia es la esposa.
10.- En Israel Dios habitó en el tabernáculo. En la iglesia en cada creyente.
11.- En Israel el Espíritu Santo venía sobre algunos y se iba. En la iglesia viene sobre todos los
creyentes y se queda a morar en ellos.
12.- La ley fue dada para Israel. La gracia para la iglesia.
13.- El judaísmo es una religión. El cristianismo una regeneración.
14.- La salvación para Israel era por perseverar y guardar la ley. En la iglesia es por medio de la fe,
no por obras.
15.- El Sábado es una señal entre Dios e Israel. En la iglesia el Domingo es el día del Señor.
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16.- La Pascua para Israel. La Cena del Señor para la iglesia.
17.- Israel tenía prohibición de comer ciertos tipos de carnes. En la iglesia hay libertad.
18.- A Israel, debido a la dureza de sus corazones, Dios les permitió el divorcio. En la iglesia no.
19.- A Israel Dios mandó hacer guerra a sus enemigos. En la iglesia nos manda amar a nuestros
enemigos.
20.- En la religión judía existen sacrificios temporales. En la iglesia tenemos un solo sacrificio con
eficacia eterna.
21.- En el judaísmo tenemos el incienso. En la iglesia las oraciones.
22.- La unción con aceite para Israel. La unción con el Espíritu Santo para la iglesia.
23.- En Israel la alabanza se realizaba por medio de instrumentos musicales. En la iglesia la
adoración debe ser en espíritu y en verdad, con el corazón.
24.- Israel tendrá su encuentro con el Señor en la tierra. La iglesia en el aire.
25.- Israel pasará por la Gran Tribulación. La iglesia no.

Capítulo 1 "Israel es un pueblo terrenal. La iglesia es un pueblo celestial".


El judaísmo y el cristianismo no se mezclan, se excluyen mutuamente. Tratar de unirlos es la pérdida
completa del significado de cada uno de ellos. El Señor dijo que nadie puede echar vino nuevo en
odres viejos, porque el vino nuevo romperá los odres, se derramará y se perderá.

El padre de la nación de Israel fue Abraham, a quien Dios le dio la tierra por heredad. Gn.12:7 "y
apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra".
La misma promesa fue confirmada posteriormente a su descendencia. Gn.28:13-14

"Y he aquí Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre,
y el Dios de Isaac, la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia, será tu
descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur, y
todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente".

Dios escogió a Abraham para formar en su descendencia una nación, un pueblo terrenal. En cambio
la iglesia, el conjunto de salvados y redimidos con la sangre preciosa de Cristo, fue escogida desde
antes de la fundación del mundo, para colocarnos en los lugares celestiales en Cristo.

Ef.1:3 "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del
mundo".

A Israel le prometió un lugar aquí en la tierra. A la iglesia una bendición en los lugares celestiales en
Cristo. Por esta razón a los creyentes que forman la iglesia les dice en Jn.15:19 "no sois del mundo".
Y en Jn.17:14 "Yo les he dado tu palabra, y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo".

El Señor manda a la iglesia, 1Jn.2:15 "No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo".
Los cristianos que formamos la iglesia, no tenemos una herencia terrenal, ni tan siquiera una
ciudadanía terrenal, porque la nuestra es la celestial, como dice en Filp.3:20 "nuestra ciudadanía
está en los cielos".

En Ef.2:6 afirma: "nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús". No dice que nos hará
sentar, en un tiempo futuro, sino que desde el mismo día que pasamos a formar parte de la iglesia
"nos hizo sentar en los lugares celestiales”. La herencia de la iglesia no es terrenal, sino celestial
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con Cristo. A Israel le prometió que recibirán la tierra por heredad, a la iglesia, que nos fue a
preparar morada en los cielos.

Capítulo 2: "Israel tiene promesas terrenales, con


prosperidad terrenal. La iglesia tiene promesas
espirituales, con recompensas celestiales".

La mixtura falsa y engañosa que emplean los predicadores del


evangelio de la prosperidad, tergiversando las escrituras, utilizando
personajes y promesas hechas al pueblo terrenal, para forzar su
filosofía e insertarla en la iglesia, es la que ha dado origen a ese
OTRO evangelio.

Dicen que Dios no nos ha llamado a pobreza, para justificar todas las
riquezas que han logrado acumular utilizando el nombre del que
nació en un pesebre. Pretenden hasta mostrar como credenciales de
bendiciones divinas, los imperios económicos que han logrado
levantar con estos engaños fraudulentos e inmorales.

Miden las bendiciones de Dios de acuerdo a la cantidad de ceros que


pueden exhibir en sus cuentas bancarias, las cuales siempre están
recordando en sus programas radiales, cuyo gran objetivo es pedir
dinero "para el Señor", pero lo que omiten cuidadosamente decir con
sinceridad, es que es para el señor González o señor Pérez, quienes
son los dueños de esas cuentas.

Con esa total falta de vergüenza y escrúpulos, hasta se han tomado las calles y plazas para seguir
pidiendo dinero en el nombre del Señor, compitiendo públicamente con los mendigos y
comerciantes callejeros. Han transformado al Dios Todopoderoso, dueño del cielo y de la tierra, en
un vulgar mendigo a quien cualquier transeúnte le puede arrojar algunas monedas para adormecer
sus conciencias cargadas de pecados.

Para justificar sus bienes que han adquirido con estas prácticas inmorales, citan como ejemplos las
riquezas que obtuvo Abraham y toda la prosperidad de los patriarcas del Antiguo Testamento, pero
hemos de recordar que todos ellos fueron del pueblo terrenal, Israel.

Siempre para mostrar a un siervo fiel y próspero deben recurrir a los personajes del Antiguo
Testamento, nunca pueden citar la prosperidad como consecuencia de fidelidad en el período de la
iglesia ¿por qué?

Simplemente porque esa fue la promesa que Dios le hizo a su pueblo terrenal Israel, no a la iglesia.
A Israel le dijo, Dt.28:1-14 (lea en su Biblia todo el pasaje) "si oyeres atentamente la voz de Jehová
tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos...vendrán sobre ti todas estas
bendiciones...frutos de la tierra...vacas, ovejas...te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola (de las
naciones Ap.21:24)".

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La promesa para Israel es muy clara, si fueran fieles, Dios les daría bendiciones terrenales, por este
motivo todos los grandes patriarcas y hombres fieles del Antiguo Testamento fueron personas que
tuvieron mucho ganado y grandes riquezas. Pero a la iglesia le dice algo totalmente diferente,
jamás les habla de bendiciones terrenales, muy por el contrario, les dice precisamente que se
alejen de las riquezas de este mundo.

Mt.6:19 "No os hagáis tesoros en la tierra".


Mt.19:23 "Difícilmente entrará un rico en el reino de los
cielos".
Stgo.4:3 "Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites".
Lc.9:3 "No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero".
Lc.9:23 "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y
sígame".

Mt.6:20 "haceos tesoros en el cielo".


Mt.6:24 "Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o
estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas".

¿Cómo entonces algunos pretenden servir a Dios y a las riquezas? El ejemplo bíblico y toda la
historia de la iglesia nos demuestra que mientras más fiel es un cristiano, con mayor austeridad ha
vivido.

El mismo Rey de Reyes nos dejó un vivo ejemplo de austeridad, nació en un pesebre, vivió en la
casa de un carpintero, y durante su ministerio terrenal no tuvo donde recostar su cabeza. Mt.10:24
"El discípulo no es más que su maestro, ni el siervo más que su Señor. Bástale al discípulo ser
como su maestro, y al siervo como su Señor".

El apóstol Pablo es también un precioso ejemplo de fidelidad y consagración. Dejó todo lo que el
mundo le ofreció, un trabajo estable, una posición social (era fariseo de fariseos), pero en él no se
cumplió lo que hoy ofrecen los comerciantes del evangelio. Vivió pobremente, enfermo y
abandonado en una cárcel. De acuerdo a la enseñanza de los predicadores de ese OTRO
evangelio, tendríamos que llegar a la conclusión que el apóstol vivió una vida de pecado, porque
eso es lo que afirman; que si usted está mal económicamente o enfermo, es porque tiene pecado o
falta de fe.

El propio testimonio de la vida del apóstol dice, 2Cor.11:23-27 "en trabajos más abundante; en
azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco
veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez
apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta
mar.

En caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación,
peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros
entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos
ayunos, en frío y en desnudez".

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Hoy si alguien diera ese testimonio, le dirían que tiene pecado en su vida y que le falta fe, porque
Dios nos ha mandado a ser cabeza y no cola, Dios no le ha mandado a pobreza. Tiene que vivir
como un hijo de un rey (en el barrio alto).

Pero a lo largo de la historia de la iglesia, podemos constatar que los verdaderos siervos del Señor,
los más consagrados, siempre vivieron vidas como la del Señor y del apóstol Pablo:

Jerónimo Savonarola, Juan Bunyan, Jonatan Edwards, David Brainerd, Adoniram Judson, David
Livingstone, Juan Paton, Hudson Taylor, etc. Esos eran los grandes héroes de la iglesia verdadera.

Hoy sus héroes son los que han logrado acumular grandes riquezas, los que han hecho alianzas
con la apostasía y el mundo habla bien de ellos, de tal modo que el mundo está dispuesto hasta
llevarlos como representantes suyos a los cargos políticos.

En cambio el Señor dijo en Mt. 6:26 "¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de
vosotros! Porque así hacían sus padres CON LOS FALSOS PROFETAS".

A lo largo de la historia de la iglesia, la mejor ha sido la del siglo I. Fue rica espiritualmente, pero tan
pobre económicamente que tuvieron que mantener comedores diarios para suplir las enormes
necesidades de los primeros cristianos, como lo relata el libro de los Hechos.

En el capítulo 2 verso 45 dice: "vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según
la necesidad de cada uno".

Si el evangelio de la prosperidad que se predica hoy en día fuera verdad, estos primeros cristianos
deberían haber sido muy ricos, porque al regalar sus casas, Dios tendría que haberles duplicado, o
mejor aún, como dicen, recibir al ciento por uno. Es decir, haber recibido cien casas cada uno.

Pero el relato de las epístolas y la historia lo confirma, la iglesia siguió durante tres siglos más en la
pobreza, y que estaba constituida mayoritariamente por los más desposeídos, los pobres de este
mundo. Se enriqueció únicamente cuando entró la apostasía con el catolicismo romano por medio
del emperador Constantino en el siglo IV.

Hoy también tenemos una iglesia corrupta, llena de riquezas y prosperidad, con enormes templos y
grandes imperios económicos que han levantado los líderes que han hecho del dinero su dios. Pero
el Señor la define como una iglesia que le produce náuseas, Ap.3:15

"Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. Ojalá fueses frío o caliente. Pero por cuanto eres
tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido,
y de ninguna cosa tengo necesidad, y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre,
ciego y desnudo".

La llamada cristiandad de nuestros días, saturada de comerciantes y traficantes de almas, se define


como una iglesia rica, poderosa, respetada por el mundo; pero ni tan siquiera saben que son unos
desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos.

Estos empresarios de la fe han arrastrado a otros ciegos a labores tan poco éticas para juntar
dinero, como organizar rifas, hacer y vender comida, "café-concert", festivales de la canción,

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seminarios donde venden las entradas y demás consumos, "vigilias" o "carrete" (party)cristiano
como abiertamente le llaman los jóvenes a esos shows, etc.

Todo lo cual demuestra que no tienen ningún temor de Dios, porque voluntariamente pretenden
olvidar que el Señor expulsó del templo, con un látigo a todos esos comerciantes que habían
transformado la casa de Dios en cueva de ladrones.

El amor por el dinero les ha llevado a desafiar y desobedecer al mismo Dios que dicen servir. Dios
es infinitamente rico y poderoso, la obra es de él, si quiere que le sirvamos en algo, no solamente
nos va a capacitar, sino que también nos proveerá los medios, sin tener nosotros que recurrir a
esas técnicas y estrategias del mundo mercantil que él repudió abiertamente durante su ministerio
terrenal.

Ese mensaje engañoso que enarbolan los falsos ministros de Dios, no lo creen ni ellos mismos,
porque de lo contrario venderían para regalar sus propiedades: radios, supermercados, colegios,
agencias de viajes, constructoras, inmobiliarias, cementerios, aserraderos, líneas de buses, campos
deportivos y de veraneos, centros de eventos, etc. Y se harían más inmensamente ricos al recibir
un ciento por uno. Pero ¿por qué no lo hacen?

Ciertamente porque saben muy bien que esa fórmula sólo sirve para que los líderes se hagan ricos,
a costa de la pobreza de los ingenuos que han descuidado el estudio de la Palabra de Dios y se
encuentran siguiendo ciegamente a un hombre.

A Israel, su pueblo terrenal, Dios le prometió riquezas terrenales, y éstas estaban condicionadas a
la fidelidad de ellos, por esta razón todas las promesas para Israel comienzan con un "si"
condicional, y todos los hombres fieles de Israel fueron muy ricos.

A diferencia de esto, a los cristianos les dijo que "no tomaran dinero ni para el camino" (Lc.9:3), que
"no hicieran tesoros aquí en la tierra" (Mt.6:19), porque "no podéis servir a Dios y a las riquezas"
(Mt.6:24).

Este es el motivo que siempre sus ejemplos de hombres fieles y ricos tienen que sacarlos del
Antiguo Testamento, que es donde se encuentra el pacto que Dios hizo con Israel, su pueblo
terrenal. Pero jamás pueden citar esa característica de fidelidad y prosperidad terrenal en el período
de la iglesia del Nuevo Testamento.

¿Por qué Dios actuó de forma diferente con Israel que la iglesia? Porque Israel estuvo bajo la ley, la
cual fue dada para llevarnos a Cristo (Gál. 3:24) La ley fue otorgada entre otras cosas, también para
probar al hombre que su corazón se aleja de Dios cuando el Señor lo colma de bendiciones
materiales.

Allí tenemos el fracaso de Israel como nación y que inclusive llegaron hasta rechazar al Señor
Jesucristo. Cuando tenemos necesidades nos acercamos a él, pero cuando nos bendice nos
alejamos. Un ejemplo gráfico es el caso de los diez leprosos que clamaban al Señor cuando sufrían
esa terrible enfermedad, pero cuando el Señor los sanó, no volvieron ni para darle las gracias.

El pasaje favorito con que los comerciantes de la fe distorsionan la verdad, desconectándolo de su


contexto, es Mr.10:30 Porque comienza el Señor prometiéndole al rico, que regale sus bienes y

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(vr.21) que "tendrá tesoros en el cielo". Y en el Vr.23 "¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de
Dios los que tienen riquezas!".

Dios no quiere ponernos trabas para hacernos más difícil el camino al cielo. Si está diciendo que las
riquezas son una dificultad, él no podría estarnos prometiendo riquezas aquí en la tierra como
bendición a nuestra fidelidad; sería un contrasentido absurdo, y eso es precisamente lo que le dijo
al rico, que si da todo a los pobres, recibirá tesoros en el cielo.

Lo que está prometiendo en el vr.30 es para "los que a causa de Su nombre y del evangelio" (v.29)
reciban en este tiempo "con persecuciones" (v.30) en la familia de Dios cien veces más de lo que
perdieron teniendo que abandonar sus casas y sus propias familias.

Debido a "las persecuciones" tenían que huir a otras tierras. Allá en el extranjero, muchas casas de
hermanos se les abrirían para recibirlos, pero en ninguna manera les está prometiendo que les
darían cien casas con escrituras públicas; porque si lo interpretáramos de esa forma simplista,
llegaríamos al absurdo de creer que en el exilio, también Dios les estaba prometiendo en este
tiempo, cien esposas más. Porque está hablando no solamente de las casas, sino que también de
los padres, la esposa y los hijos, todo eso era lo que encontrarían en la iglesia, en el amor del
Señor cien veces más.

Pero obviamente que el carnal tendrá la misma dificultad que tuvo Nicodemo para entender cuando
Jesús le dijo que era necesario nacer de nuevo; no podía comprender el concepto espiritual que el
Señor le estaba hablando.
1Cor.2:14 "Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él
son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente".

También hemos de recordar que el Señor nos dejó cuatro evangelios. Ninguno de ellos se repite,
solamente nos dan una visión desde un ángulo distinto para que podamos llegar a una comprensión
plena. Es como si cada uno de ellos nos narrara su visión desde los diferentes puntos cardinales.
Leyéndolos todos, logramos un relato completo.

Por tanto, siempre es muy saludable leer los pasajes paralelos que se relatan en los otros
evangelios. Y en el evangelio de Mateo el Señor aclara en el capítulo 19 verso 28 que está
hablando para el tiempo de su retorno en gloria, "cuando los doce apóstoles se sienten sobre doce
tronos" (v.28). Y en ese tiempo, dice en el v.29 "Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y
heredará la vida eterna".

Sabemos que en el cielo no se casarán ni se darán en casamiento, por lo tanto tampoco se refiere
que allá habremos de tener cien esposas literalmente.
La Biblia ha de entenderse con el espíritu, y el espiritual comprende que se está refiriendo a esa
gran familia de Dios que habremos de reunirnos en las moradas celestiales que el Señor fue a
prepararnos.

Los exponentes del evangelio de la prosperidad, o evangelio de la codicia, que resulta tan atrayente
en una sociedad materialista, utilizando las mismas técnicas de los brujos, mentalistas y espiritistas,
dicen: "Si Ud. desea obtener algo, piense positivamente, visualícelo en su mente y convénzase que
ya lo tiene y eso será una realidad en su vida".

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Estas técnicas de la Nueva Era no son nuevas, corresponden a la misma vieja hechicería bajo
nuevos envoltorios. Es el poder de la mente o fe en la fe, pero no es la fe en el Señor que tiene el
verdadero hijo de Dios.

En su cinismo se atreven a decir: "Exíjaselo a Dios, reclámeselo al Señor, porque él ha prometido


que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá" ¡Qué insolencia! Sus criaturas
mandando, exigiendo, reclamando a su Creador. ¿Se imagina alguien que en el cielo existe una
sección reclamos?

Tuercen Mr.11:24, como siempre, desconectándolo de su contexto. No se trata de tener fe en la fe,


porque el mismo pasaje comienza diciendo en el versículo 22 "Tened fe en Dios". El poder proviene
del Dios Soberano que hace Su voluntad sobre cielos y tierra.

La promesa de Dios es como dice en 1Jn.5:14 "ésta es la confianza que tenemos en él, que si
pedimos alguna cosa CONFORME A SU VOLUNTAD, él nos oye".

El Señor nunca ha prometido prosperidad terrenal a su iglesia, por el contrario, nos anticipó que su
iglesia sería perseguida y menospreciada, por este motivo nos dice que los cristianos debemos
tomar su cruz cada día y seguirle.

Pero los falsos líderes religiosos nos dicen que su iglesia debe ser reconocida, respetada y
admirada por el mundo. Incluso invitan a sus iglesias a los gobernantes de este mundo, y ellos
mismos no ocultan sus ambiciones políticas o de popularidad junto a los grandes de este mundo.
Ciegos guiando a otros ciegos, ambos caerán al hoyo.

Con justa razón dijo el Señor: "MUCHOS me dirán en aquel día, Señor, Señor, ¿no profetizamos en
tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y
entonces les declararé: NUNCA os conocí, apartaos de mí, hacedores de maldad".

El Señor no les niega que hayan predicado usando Su Nombre bendito, que realizaran liberaciones
y muchos milagros, pero la sentencia será una sola: "Nunca os conocí, apartaos de mí, hacedores
de maldad".

La gran mayoría queda atónita e incrédula cuando les citamos estos pasajes de la Biblia, y se
preguntan por las grandes iglesias y enormes ministerios que tienen tanta gente practicando y
creyendo estas cosas condenadas por la Palabra de Dios ¿todos ellos están equivocados?

En este mismo pasaje nos dice el Señor que son MUCHOS. Con justa razón nos habla de una
puerta ancha, por donde transitan las mayorías, y una angosta por donde caminan los verdaderos
hijos de Dios, porque pocos son los que se salvan.

La iglesia, el pueblo espiritual de Dios, no está en la tierra para gozar de las riquezas de este
mundo, ni para ser admirada, respetada o reconocida por los que son enemigos de Dios. Stgo.4:4
"cualquiera que quiera ser amigo del mundo (ecumenismo), se constituye enemigo de Dios".

Si al Señor persiguieron, escarnecieron y aún crucificaron, sus verdaderos discípulos no pueden


esperar otra cosa, porque el siervo no es más que su Señor.

10
La iglesia es un pueblo espiritual con recompensas celestiales, esa es su promesa Mt.16:27 "el Hijo
del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y ENTONCES pagará a cada uno
conforme a sus obras". Léalo Ud. en su propia Biblia, esa es la verdadera promesa del Señor.

Los pseudo evangélicos miden las bendiciones de Dios de acuerdo a los bienes materiales que
poseen, muchos de ellos obtenidos por medios contrarios a la voluntad del Señor; los líderes
manipulando el Nombre bendito del Señor, y los miembros de esas congregaciones en negocios de
obscura procedencia, o trabajando horas extraordinarias sacrificando las cosas del Señor y
descuidando sus propias familias. Y aún se atreven a decir: "Dios me ha bendecido mucho, tengo
una buena casa, un automóvil, un buen trabajo, etc."

Algunos hasta omiten voluntariamente que están separados de sus propias esposas, y que asisten
ocasionalmente a la iglesia para adormecer sus conciencias, pero aun así, se consideran muy
bendecidos porque poseen bienes materiales.

"Pobre" del gran apóstol Pablo, que dejándolo todo para seguir al Señor, no recibió ninguna
recompensa material, ni tan siquiera buena salud. Y esto no se debió a que viviera en pecado o por
falta de fe, como acusan los exponentes del evangelio de la prosperidad.

A la iglesia, el pueblo espiritual, Dios le ha prometido recompensas celestiales. No podemos


mezclar las promesas de prosperidad terrenal que el Señor ofreció a su pueblo terrenal Israel, con
las que le ha ofrecido a la iglesia. Israel y la iglesia son dos pueblos separados, con pactos y
promesas diferentes, unas son terrenales y las otras celestiales.

Capítulo 3 A Israel se le ordenó el diezmo. A la iglesia "lo que propuso en


su corazón.

Este tema siempre ha resultado ser tan sensible dentro de las iglesias evangélicas, como lo es María
para la iglesia católica. Y esto se debe a que todas ellas han caído en este mismo mal al imponer y
cobrar en forma indebida el diezmo.
Para muchos, principalmente para aquellos que acostumbran seguir a las mayorías, sin preguntarse
el origen ni la autoridad con que las cosas se hacen, les resulta hasta lógico que sea así,
simplemente porque todos lo hacen.
Con ese argumento, el pobre Lot, en vez de angustiarse y afligir su alma por la nefanda conducta
generalizada de los moradores de Sodoma, tendría que haber aceptado la sodomía.
El creyente verdadero jamás debe aceptar algo solamente porque la mayoría lo hace, sino que
únicamente porque Dios lo ha mandado. Entonces aquí vienen las preguntas lógicas ¿En qué parte
de la Biblia Dios manda a la iglesia cobrar el diezmo?
¿En qué ejemplo bíblico nos podemos apoyar? ¿Se menciona en la Biblia una iglesia que cobrara el
diezmo? ¿Existe el ejemplo de un cristiano que hubiera pagado el diezmo? ¿Los primeros cristianos
cobraban el diezmo? ¿Dónde dice eso? Si Dios no lo manda para la iglesia, entonces ¿por qué lo
cobran?

11
La iglesia debe imponer lo que Dios manda, no lo que el Señor no manda. En otras palabras, no se
puede hacer algo simplemente porque a Dios se le "olvidó" mencionarlo, como pretenden algunos y
argumentan: "Muéstreme un pasaje donde Dios prohíbe cobrarlo".
Con ese raciocinio simplista e irreverente, están demostrando no solamente su pobre nivel cultural,
sino además, que no están haciendo las cosas porque la Biblia dice, sino que únicamente porque la
Biblia NO lo dice, y eso es ponerse fuera de lo que Dios ha mandado. Porque con ese mismo
planteamiento el drogadicto podría decir: "Muéstreme un versículo donde Dios prohíba fumar
marihuana".
Pero estos contumaces ignoran voluntariamente que Dios dice claramente que el diezmo y todo lo
concerniente a la ley (El día Sábado, la circuncisión, celebración de las 7 fiestas solemnes, entre
ellas "las primicias", y todo lo demás que ordenó para su pueblo terrenal que formó de los lomos de
Abraham), QUEDÓ ABOLIDO para la iglesia, porque nosotros ahora estamos bajo la gracia y no
bajo la ley. Hubo un cambio de pacto, fue ABROGADO el mandamiento anterior (Heb.7:18).
Además la iglesia que verdaderamente se somete a la Palabra de Dios, hace las cosas porque el
Señor lo manda, y no porque la Biblia NO lo prohíba directamente. Las cosas que se imponen en
una iglesia, deben ser porque el Señor lo ha mandado; por este motivo se llaman "ordenanzas del
Señor". Si él no lo ha mandado, no puede ser considerada una ordenanza Suya, sino de hombres.
Predicamos el evangelio, porque Dios lo manda a la iglesia. Bautizamos, porque así lo mandó el
Señor. Hacemos la Cena del Señor, porque él lo mandó, etc. No podemos hacer las cosas porque la
Biblia NO lo dice.
Con ese razonamiento humano se han introducido muchas creencias y prácticas que Dios NUNCA
ha ordenado para la iglesia, porque no son ordenanzas del Señor. Los que insistan en afirmar que el
diezmo ES para la iglesia, deben necesariamente mostrar dónde el Señor lo mandó para el
cristianismo.
Muchas ordenanzas que Dios entregó para Israel, el Señor las confirmó y aún elevó sus exigencias.
Por ejemplo en Mt.5 "Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás...pero yo os digo...". "Oísteis
que fue dicho: No cometerás adulterio" "No perjurarás", etc.
Pero jamás dijo: Oísteis que fue dicho a los antiguos que debían pagar el diezmo; pero ahora yo os
digo que debéis pagar el diezmo, las ofrendas en todas vuestras reuniones y en las calles, traer las
primicias, comprar los números de las rifas, las entradas para los "seminarios" y eventos especiales,
conciertos musicales, café concert, contribuir con productos que cocinan, venden y se los tienen que
comprar ellos mismos, etc.
Lo que resulta curioso es que los inconversos ven claramente este abuso que están cometiendo los
comerciantes de la fe, pero los que pertenecen a esas "iglesias" no lo perciben.
Esto se da muy a menudo cuando la esposa es miembro de un lugar así y el marido no. Él
comprende claramente que están abusando de la ignorancia y fanatismo de su esposa.
Seguramente que aquí se cumple lo que dijo el Señor respecto a los ciegos que siguen a otros
ciegos. O cuando dijo que debido a que amaron más la mentira que la verdad (2Ts.2:11) "Dios les
envía un poder engañoso, para que crean la mentira".
El verdadero cristianismo se basa en lo que la Biblia dice; el falso, en lo que la Biblia NO dice,
porque utilizando ese argumento anti bíblico, de que no existe un versículo específico que lo prohíba,
se ha introducido toda la corrupción que hoy vemos en las iglesias. Además dejan de manifiesto en
forma inequívoca que no están haciendo lo que el Señor ha mandado, y que el diezmo NO es una
ordenanza del Señor para la iglesia.
12
También existen los que pretenden fundar esa ordenanza humana para la iglesia, diciendo con la
mayor cara de sorpresa posible para confundir a los incautos: "¡Pero si el diezmo se menciona en la
Biblia!".
A los cuales tendríamos que recordarles que ese argumento malicioso, se desmorona fácilmente al
recordarles que en la Biblia aparecen muchas ordenanzas de Dios, que todos los cristianos sabemos
muy bien no son para la iglesia; por ejemplo, también aparece en la Biblia: la circuncisión, la
observancia del día Sábado, las siete fiestas solemnes (Lv.23), los sacrificios de animales, el uso del
incensario, las vestimentas especiales para los sacerdotes, etc. Pero sin embargo todos concuerdan
que aunque aparecen en la Biblia, no son para la iglesia.
Otros pretenden justificar esta práctica anti bíblica, afirmando que el Señor pagó el diezmo cuando
mandó a Pedro sacar de la boca de un pez una moneda, un estatero, que equivalía a cuatro
dracmas. Los que afirman tal cosa, sólo demuestran su tremenda falta de conocimiento bíblico.
El pasaje en referencia está en Mt.17; en primer lugar no se trata del diezmo, sino de las dos
dracmas que pedían a los judíos como contribución para el templo. Esto tuvo su principio en la ley de
Moisés en Ex. 30:11-16, allí Dios ordenó a los israelitas pagar medio siclo para el servicio del
tabernáculo.
Todo mayor de 20 años debía ofrendarlo, dice textualmente: "ni el rico aumentará, ni el pobre
disminuirá del medio siclo". Claramente establece que no era el diezmo, y como en todos los
mandamientos de la ley, especifica que debía ser tomado "de los hijos de Israel".
Jesús vino según la carne como israelita, nació de la tribu de Judá y se sometió a todas las
ordenanzas de la ley. Él dijo que no había venido a abrogar la ley sino a cumplirla, y por cierto ha
sido el único que la ha cumplido. Aunque bien sabemos que después de someterse voluntariamente
y cumplir su obra expiatoria de la muerte y resurrección; todo lo que la ley enseñaba que habría de
hacer: la ley fue clavada en la cruz (Col.2:14), anulada, abolida (Ef.2:15), abrogada (Heb.7:18), las
sombras y figuras fueron puestas de lado para dar paso a la realidad misma; porque venido Cristo, la
luz verdadera, todo eso fue reemplazado por su Persona Gloriosa (Heb.8:5-6, 13, 7:12, 9:23, 10:1).
Por tanto, ni aún es válido el pobre argumento que: debemos hacerlo porque Cristo lo hizo. El Señor
también se circuncidó, pero eso no significa que nosotros también hemos de hacerlo. Él vino y vivió
bajo la ley, pero dejó muy claro que reemplazó el antiguo pacto por uno nuevo, el de la gracia para la
iglesia.
Los que defienden el diezmo para la iglesia, solamente demuestran una profunda ignorancia bíblica,
o un sofismo malévolo que los incluye en la advertencia que hace Dios en Su Palabra en 2Pd.2:3
"por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas".
Dios ha dejado una amplia información en Su Palabra sobre el sustento de Su obra, para que
sepamos cómo debemos actuar conforme a Su voluntad. Son sus negocios, así que él es el único
autorizado para determinar cómo han de manejarse las finanzas en la iglesia que es la casa de Dios
(1Tm.3:15).
Muchos pastores intentan justificar sus discrepancias con lo que Dios ha mandado en la Biblia,
diciendo simplemente: "Es que nosotros lo hacemos de otra manera". Y ¿quién les autorizó a ellos a
cambiar lo que Dios ha ordenado? ¿No es la iglesia la casa de Dios? A continuación veremos lo que
el Señor dice sobre este tema.
El diezmo no es una ordenanza para la iglesia, sino para la nación de Israel, porque pertenece a la
ley, y la iglesia pertenece a la gracia no a la ley.

13
Dios dispuso en su pueblo terrenal, Israel, que la tribu de Leví no podía tener propiedades, por esta
razón ordenó al resto de la nación sustentarlos con el 10% de sus ingresos, para que los sacerdotes
levitas pudieran dedicarse al servicio del tabernáculo. Labor que debían efectuar desde los 25 años,
y al cumplir los 50 años tenían que retirarse (Nm.8:24-25).
Esto es muy diferente de lo que vemos hoy en día entre los que gustan llamarse "levitas
espirituales", que de espirituales nada tienen. Ellos se han transformado en grandes empresarios con
esta práctica inmoral de introducir el diezmo en la iglesia.
El Señor para evitar esta corrupción dentro de su pueblo Israel, ordenó que SIEMPRE el diezmo
fuera entregado en productos: trigo, vino, aceite, animales, etc. Todo lo cual era guardado en el
"alfolí", que por cierto no podía ser una "alcancía" como falsamente pretenden también hacer creer a
la iglesia.
Una vez más mienten, porque el alfolí era una gran pieza que estaba en el templo y servía de
bodega para almacenar los diezmos que recibían para su sustento. Esto no se hacía, como
pretenden los engañadores de hoy: debido a que en aquel tiempo no existía el dinero.
La Biblia dice que en los días de Abraham ya existía el dinero, él compró con dinero el terreno para
la tumba de su esposa. Además, son múltiples los pasajes que señalan que los trabajadores desde
ese tiempo hasta los del ministerio terrenal del Señor, recibían "un denario" como salario por cada
día laborado.
Inclusive en la ley, en los días de Moisés, Dios ordenó que no se retuviera el salario del jornalero
hasta el día siguiente; tenía que ser cancelado cada día (Lv.19:13).
La inmensa mayoría eran jornaleros que trabajaban para la minoría que era dueña de las tierras.
Entonces ¿por qué no se menciona en la Biblia que ese 90 o 95% de israelitas que eran asalariados
y recibían un denario al día, no entregaban tres denarios al mes por sus diezmos? En cambio, hasta
los días del Señor señala que no traían dinero para cancelar sus diezmos, sino que lo hacían en
especies. Lc.11:42 "diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza".
En Lc.11:42 Jesús reprende a los fariseos hipócritas y les dice: "¡Ay de vosotros fariseos! Que
diezmáis la menta, y la ruda, toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios".
El Señor está reprendiendo a los fariseos (que son israelitas y no cristianos), para reprocharles su
hipocresía de preocuparse del diezmo, y no de la justicia y del amor de Dios. Esto nos suena muy
familiar ¿verdad?
En el pasaje paralelo de Mateo dice a estos fariseos hipócritas representantes de la ley, y resulta
curioso ver a muchos líderes religiosos de nuestros días, cómo se esfuerzan por identificarse con
esos hipócritas para poder cobrar el diezmo, Mt.23:23 "Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas,
porque diezmáis la menta, y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante DE LA LEY: la justicia,
la misericordia y la fe. Esto ERA necesario hacer, sin dejar de hacer aquello”.
Es decir, sin dejar de hacer lo más importante que menciona el Señor: la justicia, la misericordia y la
fe, porque ellos se estaban preocupando únicamente de lo material, el diezmo ¿O Ud. es de aquellos
que le han creído a los mercaderes de la fe que lo más importante que se refiere el Señor y que no
hay que dejar de cumplir era el diezmo? ¿La menta, y el eneldo y el comino?
Resulta muy evidente, aún para el lector más obcecado defensor del pago del diezmo dentro de la
iglesia, que lo que está diciendo el Señor y no admite otra interpretación posible, a no ser que desee
intencionalmente torcer las Sagradas Escrituras, que aquello que dijo el Señor fue: "Ay de vosotros,
escribas y fariseos hipócritas, porque diezmáis la menta, y el eneldo y el comino, y dejáis lo más

14
importante DE LA LEY: la justicia, la misericordia y la fe. Esto (el diezmo: la menta, y el eneldo y el
comino) ERA necesario hacer, sin dejar de hacer aquello". "Aquello" lo más importante que esos
hipócritas habían dejado de cumplir que era: la justicia, la misericordia y la fe. No podría estar
refiriéndose al diezmo, porque esos hipócritas aún lo seguían pagando.
Juzgue Ud. ¿Qué puede ser más importante para el Señor y que Él dice no hay que dejar de
hacer? (Y note que dice "hacer" y no "pagar" como debería ser si es que el Señor se estuviera
refiriendo al pago del diezmo para mantenerlo en la gracia para la iglesia) ¿El diezmo? (la menta, y
el eneldo y el comino) ¿o la justicia, la misericordia y la fe?
Al igual que en Heb.7:5, aquí vuelve a señalar que el diezmo ERA DE LA LEY. Dice textualmente
"de la ley". Y en la última parte del versículo destaca que esto "ERA necesario hacer". No dice
que ES necesario hacer ¿por qué? Resulta evidente, porque eso era de la ley, y la ley corresponde
al pasado, la gracia al presente. Ya no es necesario para la iglesia, porque Dios abolió la ley, en la
cual como vimos, se incluye el diezmo.
¿Por qué los judaizantes de hoy insisten en incluir algunos mandamientos, que claramente son para
Israel y no para la iglesia? No hay que ser muy observador para darse cuenta que justamente los
que incluyen, son aquellos que les pueden reportar algún beneficio material, como el diezmo y "la
fiesta de las primicias".
Ni los Pentecostales han mostrado interés por añadir a sus iglesias la fiesta de Pentecostés; porque
esa, ni ninguna de las seis restantes que se menciona en Lv.23, les aportarían beneficio económico
alguno.
Si les preguntáramos ¿por qué no guardan la fiesta de los Tabernáculos, o la fiesta de las
Trompetas? Ninguno titubearía en respondernos: "Porque esas fueron ordenanzas para Israel".
Si tuvieran un mínimo de inteligencia y honestidad ¿qué podrían decirnos del diezmo y de las
"primicias" que son ordenanzas generalizadas en sus iglesias?
Todo lector imparcial de la Biblia tendrá que admitir que esas dos ordenanzas también fueron
entregadas exclusivamente para Israel ¿O alguien se atrevería a decir que la fiesta de las primicias
no corresponde a la ley?
La fiesta de las primicias, como las otras seis fiestas solemnes que se mencionan en Lv.23,
correspondía al calendario judío para celebrarlas UNA vez al año. ¿Por qué los comerciantes de la fe
acuñaron la frase: "Diezmos y primicias" y demandan su pago mensualmente a la iglesia?
Estos engañadores que han traído tanto desprestigio al evangelio, nos tienen acostumbrados con
pasajes sacados de contexto para atemorizar al pueblo evangélico, sus favoritos son Malq.3:8
"Vosotros me habéis robado vuestros diezmos" Y 2Cor.9:7 "Dios ama al dador alegre". Pero cortan y
omiten mañosamente el resto del pasaje.
Veamos lo que realmente dice Dios, y Ud. podrá comprobar que lo que asegura esta clase de
líderes, no corresponde a la enseñanza de la Biblia.
Recomiendo leer todo el capítulo 3 de Malaquías para su correcta interpretación.
Malq.3:3 "...a los hijos de Leví"
4 "Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén".
6 "...por esto, hijos de Jacob" (los cristianos somos hijos
de Dios).
7 "...os habéis apartado de mis leyes" (las que dio a Moisés).
8 "¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros (los hijos de Leví, Judá y Jerusalén, los hijos de Jacob,

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los israelitas, los que estaban bajo la ley) vosotros me habéis robado.
Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas".
9 "Malditos sois con maldición (Dios nunca llama malditos a su iglesia). Porque vosotros, la nación
toda" (a la iglesia nunca se la define como una nación).
12 "Todas las naciones os dirán bienaventurados; porque seréis TIERRA DESEABLE". La iglesia
será perseguida y aborrecida en el mundo, nunca será TIERRA DESEABLE, porque nuestra
ciudadanía es la celestial, Filp.3:20 "nuestra ciudadanía está en los cielos".
13 "Habéis dicho... ¿qué aprovecha QUE GUARDEMOS SU LEY"? (la iglesia nunca ha estado bajo
la ley).
La conclusión de la simple lectura del pasaje con su contexto es obvia, esto se lo está diciendo a
Israel, ellos estaban bajo la ley y son los hijos de Jacob, la tierra prometida que Dios entregó a esa
nación.
Si Ud. consulta con una concordancia, comprobará fácilmente que todas las veces que se menciona
el diezmo, SIEMPRE es para la nación de Israel, nunca para la iglesia.
En todo el Nuevo Testamento, donde se encuentran las instrucciones para la iglesia, aparece solo en
tres ocasiones y nunca en conexión con la iglesia ni los cristianos.
En Lc.11:42 Jesús reprende a los fariseos hipócritas y les dice: "¡Ay de vosotros fariseos! Que
diezmáis la menta, y la ruda, toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios.
El Señor está reprendiendo a los fariseos (que son israelitas y no cristianos), para reprocharles su
hipocresía de preocuparse del diezmo, y no de la justicia y del amor de Dios. Esto nos suena muy
familiar ¿verdad?
En el pasaje paralelo del evangelio de Mateo, dice a los fariseos hipócritas representantes de la ley.
Y resulta curioso ver a muchos líderes religiosos de nuestros días, cómo se esfuerzan por
identificarse con esos hipócritas para poder cobrar el diezmo.
Dice en Mt.23:23 "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! porque diezmáis la menta, y el
eneldo y el comino, y dejáis lo más importante DE LA LEY: la justicia, la misericordia y la fe. Esto
ERA necesario hacer, sin dejar de hacer aquello".
Es decir, sin dejar de hacer la justicia, la misericordia y la fe, porque ellos se estaban preocupando
únicamente de lo material, del diezmo. También señala textualmente que el diezmo ERA DE LA LEY.
Y en la última parte del versículo destaca que "esto ERA necesario hacer".
No dice que ES necesario hacer ¿Por qué? Resulta evidente, porque era de la ley, y la ley
corresponde al pasado, la gracia al presente.
Ya no es necesario para la iglesia, porque Dios abolió la ley. Lo que les recomienda "no dejar de
hacer" obviamente era lo más importante que había señalado: la justicia, la misericordia y la fe. ¿O
Ud. creyó la mentira que le dijeron esos líderes inescrupulosos, que lo más importante para Dios era
el diezmo? ¿La menta, el eneldo y el comino?
También en este pasaje destaca que aún en los días del Señor el diezmo se entregaba en especies,
jamás en dinero, porque así lo mandó Dios en la ley.
El otro pasaje del Nuevo Testamento donde se menciona el diezmo, es en Heb.7:5 "Ciertamente los
que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo LOS
DIEZMOS SEGÚN LA LEY". Claramente indica que los diezmos son: "según la ley". Era un
mandamiento establecido en la ley.

16
La obligación de pagar los diezmos siempre fue para los judíos, los hijos de Leví, los que estaban
bajo la ley, para la nación de Israel.
Los comerciantes de la fe, para defender este sistema anti bíblico que han impuesto para la iglesia
sostienen: "¡Pero el diezmo existe antes que la ley, Abraham pagó el diezmo!". Nuevamente
podemos presentar el mismo argumento que expuse anteriormente: Si debemos pagar el diezmo,
porque Abraham lo hizo en una ocasión, mayormente estaríamos obligados a circuncidarnos, porque
ESE fue el pacto y mandamiento que Dios entregó directamente a Abraham, no el diezmo (Gn.17).
La única ocasión que se menciona el diezmo fuera de la ley, corresponde a ésta, cuando el padre de
la nación de Israel, Abraham "dio" el diezmo una vez, después de la victoria sobre los reyes que
habían llevado prisionero a su sobrino Lot.
Pero jamás dice que "pagó" el diezmo, como tuercen los líderes religiosos de nuestros días. Y todos
sabemos muy bien la enorme diferencia que existe entre "dar" y "pagar". Dar es entregar algo
voluntariamente. Pagar es una obligación.
No existe ninguna duda para cualquier lector honesto de la Biblia, que la ordenanza de "pagar" el
diezmo comenzó con Moisés, porque este mandamiento, como dijo el Señor: "ERA de la ley", y en
Heb.7:5 "los diezmos SEGÚN LA LEY".
Inclusive en el Nuevo Testamento, en Heb.7:2 y 5 el Espíritu Santo tiene especial cuidado para
establecer esta verdad; en ambos versículos dice que Abraham "dio" el diezmo, y esto ocurrió en
una sola ocasión, nunca fue un pago mensual.
Además, en Heb.7 también indica con mucha precisión que ahora en la gracia, no existen los
sacerdotes levitas, porque hubo un cambio de sacerdocio y de ley. Heb.7:12 "Porque cambiado el
sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley".
El Señor establece en el Nuevo Testamento, que ahora en la iglesia, TODOS somos sacerdotes
(Ap.1:6), no solamente los que somos pastores. Así que si Ud. escucha a un pastor decir que "ellos"
son los "levitas espirituales", sepa ciertísimamente que se encuentra ante un estafador, que con
engaño está haciendo ganancias deshonestas.
Tito 1:11 "a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por
ganancia deshonesta lo que no conviene".
2Pd.2:3 "por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas".
Hch.20:29 "entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño".
Venido Cristo, hubo cambio de sacerdocio, aún el mismo Señor Jesucristo no fue un sacerdote
levita. Heb.7: 14 "Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada
habló Moisés tocante al sacerdocio". Pero curiosamente estos comerciantes de la fe, insisten que
ellos son sacerdotes levitas.
Estos son los dos únicos pasajes en todo el Nuevo Testamento donde se habla del diezmo, pero
nunca para la iglesia. Uno se lo dice a los fariseos hipócritas (Mt.23:23) y el otro en Heb.7 donde
recuerda la experiencia del padre de la nación de Israel, Abraham, cuando en una ocasión "dio" el
diezmo.
Jamás Dios ordenó a ninguna iglesia cobrar el diezmo, ni a ningún cristiano pagarlo. Tampoco existe
un ejemplo de ello para que nos autorice hacerlo.
Si el diezmo fuera una ordenanza para el cristiano ¿no le parece extraño que no se mencione ni una
sola vez para la iglesia? Si el Señor no lo ha mandado para el cristiano, entonces no es una
ordenanza Suya, sino de hombres.

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Si sabemos que el diezmo no es para la iglesia ¿por qué no se levantan voces denunciando este
abuso? Son varios los motivos por los que este sistema anti bíblico ha permanecido y se ha
propagado a todas las iglesias.
Primero, porque sus líderes se han rodeado de una aureola de autoridad y superioridad casi divina;
nadie puede cuestionar lo que estos nuevos "faraones" dicen, sin caer en la desgracia del poder
omnipotente que ellos ejercen en las iglesias.
La deificación que han levantado en torno a sus personas, sólo puede ser comparada con la de los
"santos" católicos, que también son casi divinos. No en vano esos personajes reemplazaron a las
divinidades paganas de la Roma imperial.
Otra causal que sustenta este sistema inmoral del cobro del diezmo en la iglesia, es la
irresponsabilidad de las congregaciones, que aceptan incondicionalmente todo lo que les imponen
sin buscar ni comprobar con su Biblia, para saber si esas cosas son así, como sus líderes les
ordenan.
Pero la verdad es que se ha producido una simbiosis muy conveniente para ambos, para los líderes
y para la congregación; unos se quedan con el dinero, y los otros compran el favor de Dios, como en
las "mandas" de los católicos. Porque estos líderes inescrupulosos amarraron este mandamiento que
ellos impusieron, con las fuertes ataduras de la superstición.
Enseñaron a sus iglesias que todo lo bueno que les acontezca se debe a su acción de estar al día
con el pago del diezmo, y por el contrario, si están atrasados, les vendrá toda clase de males
(enfermedades, perdida de trabajo, problemas familiares, accidentes, etc.). Es decir, si pagan el
diezmo, las ventanas del cielo se abrirán en bendiciones, y si no lo hacen, todas las fuerzas del
infierno caerán sobre ellos.
Los atemorizan con historias que inventan sobre tragedias que supuestamente les han acontecido a
aquellos que no pagaron el diezmo, o simplemente hacen coincidir cada suceso de sus vidas con
este hecho. Hacen girar en torno a sus vidas supersticiosas, todos los acontecimientos de la vida
cotidiana, transformándolo en el centro de sus vidas.
Toda persona debe necesariamente enfrentar enfermedades, dificultades y complicaciones que son
inherentes a la vida normal, pero ellos los convencen que ocurren como consecuencia de no haber
pagado el diezmo.
Cualquiera que no se haya dejado atemorizar con estas artimañas, aún los inconversos con un
criterio formado, tendrán que admitir que el dios que estos líderes religiosos presentan, es un dios
que está muy interesado en el dinero, lo cual es absolutamente contrario al Dios de la Biblia.
Los apóstoles condenaron duramente a los que pensaron que podían manipular o influenciar a Dios
por medio del dinero, Hch.8:20 "Entonces Pedro le dijo (a Simón): Tu dinero perezca contigo, porque
has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero".
Por este motivo a este acto inmoral se le llamó "Simonía", que fue lo que condenó duramente Lutero
a la iglesia Católica en sus 95 tesis.
Son muchos los que hoy están pagando el diezmo para que les vaya bien: sanar de enfermedades,
conseguir trabajo, solucionar diversos problemas. Eso en el catolicismo se llama "manda".
La presión que ejercen en las iglesias es tan fuerte, que hasta publican listas con los morosos para
humillarlos públicamente; aquellos que se atrasan en sus pagos, son castigados separándolos de las
actividades que desarrollan en la iglesia (coro, maestro de escuela dominical, etc.).

18
También estimulan el ego de los que están al día, haciéndolos pasar adelante para recibir una
bendición especial del pastor, y de paso dejan en las bancas a los que están atrasados para
humillarlos y hacerles sentir el peso de su pecado.
Enseñan en sus iglesias que si alguien no paga el diezmo le está robando a Dios, y les recuerdan
que los ladrones no entrarán en el reino de los cielos, por lo tanto, claramente les están diciendo que
pierden su salvación.
El diezmo fue una disposición divina para sostener a los sacerdotes levitas, que por ordenanza de
Dios no podían poseer bienes materiales, ninguna propiedad, casa, terreno, etc. Esta era la razón y
el propósito por el cual el pueblo debía darles el diezmo, y NUNCA podía ser en dinero sino en
especies.
El pago del diezmo corresponde plenamente al carácter de la ley, para un pueblo terrenal, Israel. Los
judíos debían primeramente cumplir para luego recibir las bendiciones, las cuales siempre fueron
ofrecidas a ellos en cosas terrenales, Dt.28:2 "y vendrán sobre ti estas bendiciones...más tierras,
más animales, más frutos, más hijos, más siervos".
Este es el motivo por el cual todos los hombres fieles del Antiguo Testamento fueron personas muy
ricas. A diferencia de esto, en la gracia para la iglesia, no existe el pago del diezmo ni las promesas
de riquezas terrenales, por el contrario, ahora nos manda a NO hacernos tesoros aquí en la tierra, y
la promesa es: Mr.10:21 "Tendrás tesoro en el cielo".
Ninguno de los hombres fieles de la iglesia ha llegado a ser rico como consecuencia de su fidelidad,
ni por pagar el diezmo. Los únicos que se han hecho ricos con el diezmo, son los que lo reciben.
El mismo Señor Jesucristo nos dejó un vivo ejemplo de austeridad, ejemplo que siguieron fielmente
los apóstoles y demás cristianos consagrados. Los primeros cristianos donaron todo a la iglesia,
incluyendo sus casas, pero ninguno llegó a ser rico, como falsamente les prometen hoy los
exponentes del evangelio de la prosperidad.
En el cristianismo no "pagamos" sino que "damos" libremente por amor, como propongamos en
nuestros corazones. Si alguien le dice que tiene que pagar el diezmo, entonces ya no sería
libremente como propuso en su corazón, sino que sería una imposición; una ordenanza de hombres.
Si el diezmo no es para la iglesia ¿cómo se financia? Dios ha dejado instrucciones claras y precisas
en Su Palabra, nada ha quedado a nuestro criterio ni ha nombrado hombre alguno para que invente
sus propias ordenanzas.
La gran mayoría puede citar solamente una frase de 2Cor.9:7
"Dios ama al dador alegre" porque eso es lo único que le han enseñado, y la gran mayoría en forma
irresponsable no escudriña las Escrituras como lo mandó el Señor. El versículo completo dice: "Cada
uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador
alegre". Obviamente no está hablando del diezmo, porque dice: "Cada uno dé como propuso en su
corazón".
También ha dejado instrucciones para el mantenimiento de los siervos que se dedican a tiempo
completo a Su obra, 1Tm.5:17-18 "Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de
doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar. Pues la Escritura dice: No pondrás
bozal al buey que trilla; y : Digno es el obrero de su salario".
Todos los gastos de la iglesia deben salir de las ofrendas de los creyentes, incluyendo la mantención
de los que sirven en la obra. También es indudable que si el Señor le encomienda una obra especial

19
a una iglesia local, ésta debe tener la capacidad para mantenerla con las ofrendas de sus miembros,
de lo contrario sería una evidencia clara que esa NO es una obra que le ha encomendado a ellos.
Dios no es limosnero para enviar a sus hijos a pedir dinero a la calle, por la radio o por televisión. Él
es el dueño de todo el universo, si va a mandar a una iglesia local a desarrollar una actividad
especial, el Señor le proveerá los medios económicos a esa iglesia local, sin necesidad que sus hijos
se transformen en limosneros.
En Su Palabra ha dejado instrucciones claras como debe recogerse la ofrenda, 1Cor.16:2 "cada
primer día de la semana (el Domingo) cada uno de vosotros (los creyentes) ponga aparte algo,
según haya prosperado". Si alguno tiene duda ¿cuál es el primer día de la semana? Solamente debe
consultar con un diccionario y buscar la palabra: Domingo.
Por lo tanto, también es anti bíblico recoger la ofrenda el Lunes o cualquier otro día de la semana, o
en todas las reuniones.
Estoy seguro que si no se recogieran ofrendas en todas las reuniones y se hiciera como el Señor ha
mandado, los comerciantes de la fe no estarían tan interesados en realizar reuniones casi todos los
días de la semana.
Tampoco extenderían sus reuniones a dos o tres horas, porque no podrían pedir las ofrendas dos,
tres o cuatro veces por reunión; ni tendrían tiempo suficiente para vender sus números de las rifas y
demás negocios que se hacen en lo que debería ser la casa de Dios.
El creyente debe dar, no por obligación o esperando recibir algo a cambio, sino libremente, por amor,
según haya prosperado. Si ama mucho, dará mucho, si ama poco, dará poco; lógicamente que será
"según haya prosperado".
El Señor también nos manda que cuando demos dinero, no seamos como los hipócritas, que dan
para ser vistos. Les gusta pasar adelante con el billete en la mano para que todos lo vean. A
diferencia de esto, el verdadero cristiano no hace tocar trompetas, sino que dará como el Señor ha
mandado, en forma secreta: "que ni tu izquierda sepa lo que ha dado tu derecha".
CONCLUSIÓN:
-El diezmo fue ordenado por Dios para los sacerdotes levitas, el cual debía ser entregado en
productos que se almacenaban en el alfolí. Nunca en dinero, porque los levitas no debían poseer
propiedades.
-El diezmo "era" de la ley (Mt.23:23) "según la ley" (Heb.7:5)
-Abraham no pagó el diezmo, él lo "dio" en una ocasión. El mandamiento de "pagar" el diezmo, llegó
con la ley de Moisés.
-En la gracia debemos ofrendar todos los días Domingo, y esto debemos hacerlo libremente, como
cada uno propuso en su corazón; sin que tu izquierda sepa lo que ha dado tu derecha. Y lo haremos
por amor al Señor, sin pedir ni esperar nada a cambio.
¿No desea liberarse de las ataduras de la superstición con que los comerciantes de la fe han
amarrado esa obligación impuesta por ellos? Quizás llegue a dar lo mismo que el diezmo, o más,
pero la gran diferencia estará en que no será una carga impuesta por hombres, y la recompensa
vendrá del Señor.
Tampoco es suficiente que usted se engañe diciendo que: " el diezmo que doy, es mi ofrenda para el
Señor"; eso es adormecer su conciencia para eludir su responsabilidad de enfrentarse a la práctica
impuesta por los hombres. El diezmo no es lo mismo que la ofrenda. Uno pertenece a la ley, la
ofrenda a la gracia.

20
No se haga cómplice sustentando un sistema corrupto, porque Ud. deberá dar cuenta un día de
cómo ha gastado lo que el Señor le ha confiado. Que su ofrenda sea limpia, sin contaminaciones. No
la presente con "fuego extraño que Dios no ha mandado".
Aún la ley de los hombres condena a los cómplices y también a los encubridores. ¿Por qué piensa
Ud. que Dios le va a exigir menos?
Libérese de la esclavitud de la superstición con que los hombres han atado el diezmo, y aprenda a
dar libremente por amor. Si ama poco dará poco, si ama más dará más; pero que siempre su ofrenda
sea solamente entre Ud. y Dios, como propuso en su corazón.

Capítulo 4 "A Israel le mandó separarse del resto de las naciones. A la


iglesia, ir a todas las naciones".

El mandamiento divino para Israel de apartarse del resto de las naciones, fue claramente establecido
en las ordenanzas que Dios les entregó por medio de Moisés. Tenía el propósito de que su pueblo
no se contaminara con las prácticas paganas que se habían generalizado por todo el mundo.

Lv. 20:24 "Yo Jehová vuestro Dios, que os he apartado de los pueblos".
Dt. 7:6 "Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios, Jehová tu Dios te ha escogido para serle
un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra".
Dt. 14:2 "Porque eres pueblo santo a Jehová tu Dios, y Jehová te ha escogido para que le seas un
pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra".

Hch.10:28 (Pedro en casa de Cornelio) "vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío
juntarse o acercarse a un extranjero".

Cuando la humanidad se sumergía en las tinieblas del pecado, Dios escogió a Israel para que fuera
luz, y de esta forma pudiera llevar bendiciones al resto de las naciones.

No los escogió por ser el pueblo más santo o importante, muy por el contrario, Dt.7:7 "No por ser
vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová; y os ha escogido, pues vosotros erais el
más insignificante de todos los pueblos".

La Palabra de Dios también dice de la iglesia (1Cor.1:27) "lo necio del mundo escogió Dios, para
avergonzar a los sabios, y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte, y lo vil del
mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie
se jacte en su presencia".

Israel y la iglesia han sido elegidos por principios divinos que coartan toda jactancia, a fin de que
toda la gloria sea exclusivamente del Señor. Él ha establecido: "Mi poder se perfecciona en la
debilidad".

Israel fue separado para guardarlo en pureza y santidad, debido a que las naciones se habían
corrompido a límites que la Santidad de Dios no podía seguir tolerando. Fue así como Dios trajo
juicios sobre ellos, y utilizó a Su pueblo escogido para cumplir sus propósitos. Por este motivo el
Señor prohibió a Israel hacer alianzas con ellos.

21
En Nm.3:38 menciona claramente sobre esta separación que Dios ordenó a Israel: "El extraño que
se acercare (al tabernáculo), morirá".

Con la venida del Señor a la tierra y el rechazo de Su persona que hizo Israel, Dios escoge a un
nuevo pueblo y da comienzo a otra dispensación con ordenanzas diferentes.

Pero obviamente nada de esto "sorprendió" a Dios, porque no solamente en Rm. 9:25 lo manifiesta,
sino que fue algo revelado aún en el Antiguo Testamento, Oseas 1:10 y 2:23 "llamaré pueblo mío al
que no era mi pueblo".

Inmediatamente en R.11:25 dice: "Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que
no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos, que ha acontecido a Israel endurecimiento en
parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles, y luego todo Israel será salvo".

Dice que ha acontecido a Israel endurecimiento "en parte", porque nada impide que un judío se salve
por medio de la sangre preciosa de Cristo Jesús. Tampoco podemos olvidar que en un principio la
iglesia estaba constituida exclusivamente por judíos. Pero Israel como nación, estará en
endurecimiento hasta que todos los gentiles que constituyen la iglesia universal de Cristo se salven.

Cuando ese número esté completo, entonces vendrá el Señor por Su iglesia y comenzará la Gran
Tribulación en la tierra, período en el cual Dios reanudará su pacto con Israel y ellos serán salvos,
aunque así como por fuego.
Como vemos, Israel y la iglesia son dos pueblos diferentes que no se mezclan; ambos tienen
misiones diferentes de acuerdo al plan divino. Definir a la iglesia como "la Israel espiritual" es una
aberración bíblica.

A Israel se le ordenó separarse del resto de las naciones, en cambio a la iglesia el Señor le dijo:
(Mt.28:19) "id y haced discípulos a todas las naciones".
La iglesia no está circunscrita a una nacionalidad terrenal, porque nuestra ciudadanía es la celestial
(Filp.3:20). La iglesia no es una nación, porque no tiene fronteras terrenales. Tampoco su
responsabilidad se limita a un país o lugar geográfico del mundo. Jesús antes de subir al cielo le dijo:
(Hch.1:8) "me seréis testigos en Jerusalén, en todo Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra".
Dios nos enseña que la iglesia debe ir a predicarle a las naciones, pero también que debemos
separarnos del mundo. La responsabilidad que le entregó a la iglesia es diferente; debemos ser luz
en el mundo, brillar en el sitio que el Señor nos ponga, pero sin participar de sus costumbres,
actividades y modas que son propias de ellos.
Stgo.4:4 "¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que
quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios".
Jn.17:16 Estamos en el mundo, pero no somos del mundo.
1Jn.3:1 "Por esto el mundo no nos conoce".
1Jn.4:5 (los falsos profetas) "Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye".
Gál.6:14 "el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo".

22
Capítulo 5 "Israel tenía un sacerdocio limitado a la
tribu de Leví. En la iglesia todos somos
sacerdotes".

Cuando Dios sacó a Israel de Egipto, su propósito original fue que


todos los israelitas fueran sacerdotes para él. Esto lo leemos en
Ex.19:3 "Y Moisés subió a Dios, y Jehová lo llamó desde el monte
diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciará a los hijos de
Israel:
Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre
alas de águilas, y os he traído a mí. Ahora, pues, si diereis oído a mi
voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre
todos los pueblos, porque mía es toda la tierra. Y vosotros me
seréis un reino de sacerdotes, y gente santa".
En primera instancia destaca el hecho que la ley la entregaba
exclusivamente a la nación de Israel, a la casa de Jacob, quienes serían el pueblo especial de Dios,
o como literalmente les dice: "vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos". Les
entrega la ley y les revela el propósito divino que todos ellos sean gente santa y un reino de
sacerdotes.

Conocemos el desenlace de este pueblo que muy pronto cayó en rebeldía, y como se construyeron
un becerro de oro para adorarlo, Dios tuvo que aplicar disciplina sobre ellos. Debido a la postura que
solamente la tribu de Leví asumió, el privilegio del sacerdocio les correspondió exclusivamente a
ellos.

Ex.32:26 "se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese
conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví".

Nm.3:5 "Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Haz que se acerque la tribu de Leví, y hazla estar
delante del sacerdote Aarón, para que le sirvan, y desempeñen el encargo de él, y el encargo de
toda la congregación delante del tabernáculo de reunión para servir en el ministerio del tabernáculo".

Fue así como la nación de Israel se perdió la bendición de ser cada uno de ellos un sacerdote, y esta
responsabilidad y privilegio recayó exclusivamente sobre la tribu de Leví.
Pero no todos los levitas eran sacerdotes, Dios impuso otras exigencias. Nm.8:23-24 "Los levitas de
veinticinco años arriba entrarán a ejercer su ministerio en el servicio del tabernáculo de reunión. Pero
desde los cincuenta años cesarán de ejercer su ministerio, y nunca más lo ejercerán".

También en Nm.18:21 dice: "He aquí yo he dado a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por
heredad, por su ministerio". Y explica en los versos 23 y 24 porqué les había asignado el diezmo a
los sacerdotes levitas: "porque no poseerán heredad entre los hijos de Israel, porque a los levitas he
dado por heredad los diezmos de los hijos de Israel, que ofrecerán a Jehová en ofrenda, por lo cual
les ha dicho: Entre los hijos de Israel no poseerán heredad".

Cómo contrastan estas exigencias que Dios mandó para ellos, con la realidad de los empresarios de
la fe de nuestros días, que pomposamente y en forma vana se hacen llamar "los levitas espirituales".

23
No solamente porque la mayoría de ellos son mayores de cincuenta años, sino por los verdaderos
imperios económicos que han levantado para lucro personal, y peor aún, pidiendo ese dinero "para el
Señor".

Ahora en la iglesia no existe el sacerdocio levítico, que se basaba en la descendencia directa de la


tribu de Leví, y que se caracterizaba por las ceremonias y ritos que debían realizar. Hoy, como lo dijo
el Señor: "la hora viene, Y AHORA ES, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad".

En Heb.7:12 claramente señala que hubo un cambio de sacerdocio. Inclusive el Sumo Sacerdote que
tiene la iglesia, no es de la tribu de Leví, sino de la tribu de Judá. Heb.7:14 "manifiesto es que
nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio".

Heb.9:1 "Ahora bien, aún el primer pacto TENÍA ordenanzas de culto y un santuario terrenal". Qué
importante es leer la Palabra de Dios correctamente, dice que "tenía" ordenanzas de culto.

El tiempo del verbo está en pasado, porque ese pacto y ese sacerdocio, llegado Cristo, había pasado
para dar lugar a un nuevo sacerdocio, el cual no está establecido sobre un culto ceremonial de
carácter terrenal; sino que "ahora es" cuando los verdaderos adoradores, adorarán en espíritu y en
verdad".

Cuan preciosa, gloriosa y amplia es la bendición que ahora nos ha otorgado a la iglesia, ya no está
limitada a un grupo determinado, ni tiene carácter de ritos y ceremonias terrenales. Ahora todos los
creyentes que hemos nacido de nuevo, y que constituimos Su iglesia, somos sacerdotes del Dios
Altísimo.

Ap.1:5-6 "Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y
sacerdotes para Dios, su Padre".
1Pd.2:5 "sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales,
aceptables a Dios por medio de Jesucristo".

Los sacerdotes levitas debían ser ungidos con aceite al inicio de su sacerdocio, como señal de su
consagración. Todos sabemos que el aceite es figura del Espíritu Santo, y que en el Antiguo
Testamento Dios habló por medio de figuras, símbolos, sombras de la realidad que habría de venir.

Así que llegada esa realidad (el Espíritu Santo), el simbolismo desaparece para dar lugar a esa
gloriosa verdad. Todo hijo de Dios TIENE el Espíritu, y si alguno no lo tiene, no es de él (Rm.8:9).

Dios nos asegura en Su Palabra que ahora somos templos del Espíritu Santo, porque el Espíritu
Santo mora en nosotros (1Cor.3:16). Y esta gloriosa realidad, siendo una sola experiencia que
recibimos el día de nuestra conversión, la expresa de diferentes maneras según sea el aspecto que
desea destacar.

Cuando la presenta como "la unción", es para recordarnos que todos los que hemos recibido el
Espíritu Santo, ahora, además de ser hijos de Dios, miembros de la iglesia del Señor, sellados con el
sello divino que nadie puede borrar; fuimos también ungidos POR DIOS (no por hombres), porque
nos transformó en reyes y sacerdotes.

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1Jn.2:20 "vosotros TENÉIS la unción del Santo".
1Jn.2:27 "la unción que vosotros RECIBISTEIS de él, PERMANECE en vosotros, y no tenéis
necesidad de que nadie os enseñe, así como la unción misma os enseña todas las cosas".

Todos los creyentes en la iglesia somos sacerdotes, no existen los laicos; eso corresponde a una
invención católica que los comerciantes de la fe han introducido en la iglesia evangélica, para poder
ellos subirse a un pedestal más alto que la congregación y transformarse en "los ungidos del Señor"
en forma exclusiva.

Hay que tener mucho cuidado al usar ese término, porque cuando la Biblia lo emplea en singular en
el Nuevo Testamento: El Ungido, siempre es para referirse al Señor Jesucristo. Por cierto que no es
el caso del Antiguo Testamento, porque allí se utiliza para definir a UN rey o UN sacerdote, debido a
que obviamente no todos eran reyes y sacerdotes.

Pero ahora en la gracia, todos los que hemos nacido de nuevo somos reyes y sacerdotes, por lo
tanto, todos somos los ungidos del Señor. Si un hombre se atribuye el título en singular de ser él: El
ungido (como sucede en muchas iglesias), ese hombre se está colocando en el lugar que le
corresponde exclusivamente al Señor Jesucristo, está usurpando el lugar del Señor.

Sería igualmente de irreverente que se hicieran llamar "El hijo de Dios" cuando todos en la iglesia lo
somos, o "El sacerdote" y al resto les denominan "laicos".

Esta deificación de que se han revestido se aprecia también en los términos que emplean para
hablar, dicen: "Mi iglesia" cuando la iglesia es del Señor, la cual Él ganó por su preciosa sangre
(Hch.20:28), "Mis ovejas" "Mis oficiales" "los laicos".

También se atribuyen el poder de "ungir", cuando todos los creyentes hemos sido ungidos POR
DIOS, 2Cor.1:21 "el que nos ungió, es Dios".

Es mi súplica al Señor, que el Espíritu Santo abra los ojos de los ciegos y puedan no solamente
corregir su hablar y dejar de darle gloria al hombre, sino que aprendan a disfrutar de este tremendo
privilegio que nos fue otorgado de ser "ungidos por Dios".

Y como sacerdotes del Dios Altísimo, transitemos libremente por ese camino nuevo y vivo que el
Señor nos abrió por medio de Su sangre preciosa, para ofrecer sacrificios espirituales; porque Dios
busca adoradores que le adoren en espíritu y en verdad.

Dejen de conformarse con la actitud de Marta, que estaba afanada en sus muchas labores
domésticas, aprendan que la buena parte es la que escogió María, adorando a los pies del Señor.

Cuantas hermanas han permanecido años siendo utilizadas por estos comerciantes de la fe, que las
han mantenido ocupadas en la cocina y demás labores, inclusive pidiendo limosnas, en la calle o
retirándolas a domicilio, y ni tan siquiera han podido atender quietamente a una reunión para
escuchar la Palabra de Dios.

Los frutos que Dios espera de usted, no son el número de empanadas o cafés que haya preparado, o
los boletos de las rifas que pueda haber vendido, porque eso lo puede hacer hasta un inconverso.

25
Los frutos de un verdadero creyente son los que Dios dice en Gál.5:22, los que provienen del
Espíritu: "amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza".

Hermana, hermano, ahora en la iglesia, todos somos los ungidos del Señor, todos somos
sacerdotes, acérquese confiadamente al lugar santísimo, porque el velo del templo Dios lo rompió el
mismo instante en que el Señor ofrendó Su vida.
El camino está abierto para que TODOS los hijos de Dios, los sacerdotes, todos los ungidos por
Dios, podamos llegar a Su presencia libremente en los méritos del Señor Jesucristo. Él nos revistió
con Su manto de Justicia por medio de Su sangre preciosa.
¡Oh Espíritu Santo, permíteles comprender esta preciosa verdad, para que puedan disfrutar
plenamente de la presencia del Señor y del verdadero servicio en Sus negocios!

Capítulo 6 "Los israelitas tenían restricciones para llegar a la presencia de


Dios. La iglesia tiene libertad".

Desde la creación del hombre Dios ha deseado mantener una relación directa con nosotros. Pero
vemos que desde el día que el hombre pecó, se interpuso una barrera insoslayable entre él, el
Santo, y nosotros los pecadores.
La reacción natural y espontánea del hombre, el día que pecó fue Gn.3:8 "se escondieron de la
presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto". Introduciéndose de este modo la muerte
espiritual, que trajo como consecuencia lógica la muerte física.
Pero Dios no dejó al hombre indefinidamente en esta condición de pecado, que lo alejaba de Su
presencia. El Ser Supremo proveyó para su criatura caída, túnicas que lo capacitaron para
comparecer ante Dios (Gn.3:21).

Luego que concluyó la dispensación de la inocencia, el Señor en Su deseo de mantener un contacto


directo con el hombre, introduce la dispensación de la Conciencia y de la Promesa.

En ambas, no solamente se destaca el gobierno humano; sino la característica de que el padre de


familia pasa a ejercer funciones sacerdotales. Dios en Su Santidad, no podía mantener una
comunión directa con todos los hombres, debido al pecado de éste.

El mundo siguió poblándose, y no solamente el número de habitantes se multiplicó, sino que también
el pecado. Fue así como el pacto Edénico fue reemplazado por el pacto con Noé, que culminó con
un juicio universal.

Al fracaso de éste, Dios en su infinita paciencia y misericordia, establece un nuevo pacto, ahora con
Abraham, Gn.15:18 "En aquel día hizo Jehová un pacto con Abraham, diciendo: A tu descendencia
daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río Éufrates".

Una vez más, debido al fracaso del hombre, éste se pierde la bendición de Dios. Pero también ante
cada fallo humano, vuelve a resaltar con mayor esplendor y nitidez la misericordia y paciencia del
Señor, Rm.5:20 "cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia". Y fue así como estableció otro
pacto, ahora con Moisés da inicio a una nueva dispensación, la de la ley.

26
Fue precisamente durante la entrega de esa ley, que el hombre se aterró ante la presencia de su
creador y buscó un intermediario, Ex.20:18 "Todo el pueblo observaba el estruendo y los
relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron, y se
pusieron lejos. Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos, pero no hable Dios
con nosotros, para que no muramos".

El deseo de Dios era que todo el pueblo de la nación de Israel fueran sacerdotes, pero una vez más
a consecuencia del pecado, ese privilegio recayó únicamente sobre la tribu de Leví.

Las demandas de la Santidad de Dios eran tan rigurosas, que si esos sacerdotes faltaban o
cambiaban algunas de las ordenanzas divinas, eran castigados severamente; como se manifiesta en
Lv.10 donde se relata el caso de los sacerdotes Nadab y Abiú, que pagaron con sus vidas su
insensatez de cumplir con todas las demandas de sus ofrendas, pero fallaron en una, al ofrecerla
con fuego extraño que Dios no había mandado.

El acceso al lugar más santo, o lugar santísimo, estaba limitado al sumo sacerdote; éste podía
hacerlo únicamente una vez al año y no sin antes cumplir con una serie de ordenanzas, llevando
toda su indumentaria.

Cuando comparamos estas restricciones que tenían los israelitas con la tremenda libertad que posee
el cristiano, quedamos maravillados. Ese velo que separaba el lugar Santo del Santísimo y que
impedía el libre acceso de los sacerdotes, Dios mismo lo rasgó de arriba abajo cuando el Señor
Jesucristo murió en la cruz, dejando literalmente libre el paso para todos los sacerdotes a Su
presencia.

Tan amplia y perfecta fue la ofrenda que Cristo presentó por nuestros pecados, que ahora no existe
nada que se interponga entre Dios y los sacerdotes de la iglesia del Señor.

Rm.8:1 "ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús".
Heb.10:17-18 "y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay remisión
de éstos, no hay más ofrenda por el pecado".
Col.2:13 "perdonándoos todos los pecados".

Habiendo Dios eliminado el juicio de todos nuestros pecados, debido a que Cristo pagó por ellos; ya
no existe esa barrera que nos separaba de Su presencia.

Heb.10:19-20 "Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el lugar Santísimo por la sangre
de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne".
Añade en Heb.4:16 "acerquémonos, pues, confiadamente".

Cuando Cristo, con voz de triunfo, como literalmente dice la Biblia: "a gran voz, entregó Su espíritu",
murió. Y para autenticar su muerte ante el mundo, vino el soldado romano con su lanza y traspasó el
costado del Señor. Desde ese momento quedaba abierto el camino a la presencia de Dios.

Se cumplió lo que dice en Is.61:10 "En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en
mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia".

Cada cristiano perdonado y salvado en la sangre del Señor, sabe perfectamente lo que dice Pablo
en Rm.7:17 que aunque ahora somos hijos de Dios, reyes y sacerdotes; lamentablemente el

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pecado sigue morando en nosotros, porque hemos sido liberados del juicio del pecado y de la
esclavitud de éste. Pero el Señor nos ha revestido de Su manto de justicia y nos ve recubiertos de
la santidad del Señor por medio de Su sangre bendita. No es en nuestros méritos, que nada son, o
como lo dice mejor el apóstol Pablo, nuestros méritos personales son como trapos de inmundicia.
Dios nos acepta en la obra del Señor Jesucristo.

Capítulo 7 "Israel tenía un sumo sacerdote que


era un hombre. La iglesia tiene un Sumo
Sacerdote Perfecto y Eterno".

En el Antiguo Pacto Dios escogió de entre las doce tribus de Israel,


solamente a la tribu de Leví para levantar sacerdotes que le
sirvieran en el tabernáculo y posteriormente en el templo. Y de
ellos, uno solo que sería el sumo sacerdote.
En Heb.5:1 nos dice que éste: "es tomado de entre los hombres"
para actuar delante de Dios. Su misión era representar a los
hombres ante Dios, razón por la cual su humanidad era esencial.
Debido a que pertenecía a la raza caída tenía muchas limitaciones;
la primera era su propio pecado. Pero esto mismo hacía brillar con más intensidad la misericordia
divina.

Heb.5:2 "para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está
rodeado de debilidad".

Como estaba rodeado de flaquezas, podía acercarse solamente una vez al año, Lv.16:2 "no en todo
tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para
que no muera".

Por esta causa, debido a la naturaleza pecaminosa que poseía, debía ofrecer primeramente por sus
propios pecados antes de acercarse a Dios. Heb.5:3 "debe ofrecer por los pecados, tanto por sí
mismo como también por el pueblo". Previamente tenía que lavarse, vestirse de lino blanco y
ofrecer un becerro en expiación por sus propios pecados.

Únicamente en el gran día de la expiación podía entrar al lugar santísimo. Con cuanto temor y
temblor levantaría el velo que separaba el lugar santo del santísimo, para introducirse donde Dios
se manifestaba a su pueblo terrenal.

Entre los adornos que componían su indumentaria para esa ocasión tan especial, estaban las
campanillas que colgaban de sus vestiduras. El pueblo afuera escuchaba ese ruido de campanillas
cuando el sumo sacerdote se acercaba a la presencia de Dios.

Cuando este sonido cesaba, sabían que había llegado al lugar santísimo; todo el pueblo en un
silencio sepulcral aguardaba muy tenso y temeroso, para saber si la ofrenda por sus pecados había
sido recibida por Dios.

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Cuando ese silencio angustioso era quebrantado nuevamente por el sonido de las campanillas que
indicaban que su expiación había sido aceptada, todo el pueblo prorrumpía en gritos de júbilo.

Cada año debía repetirse esa ceremonia, porque no les hacía perfectos ante Dios. Habían cumplido
con todo lo que se les había ordenado, pero no era suficiente.

Heb.10:1-3 "Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las
cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer
perfectos a los que se acercan. De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este
culto, limpios una vez, no tendrían ya más conciencia de pecado. Pero en estos sacrificios cada año
se hace memoria de los pecados".

También la inferioridad de estos sumos sacerdotes queda de manifiesta, no solamente por la


repetición constante de sus sacrificios, sino que además debido a su vida terrenal limitada,
necesitaban ser substituidos constantemente. Heb.7:23 "los sacerdotes llegaron a ser muchos,
debido a que por la muerte no podían continuar"

A diferencia de esto, en el cristianismo tenemos un Sumo Sacerdote infinitamente superior, por su


Perfección y Eternidad, de tal modo que con un solo sacrificio nos hizo perfectos para siempre.

Heb.7:24-27 "más éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable, por lo
cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para
interceder por ellos. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha,
apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día,
como aquellos sumos sacerdotes de ofrecer sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del
pueblo; porque esto lo hizo UNA VEZ para siempre, ofreciéndose a sí mismo".

Nuestro Sumo Sacerdote no solamente es Dios mismo, sino que también tomó un cuerpo humano
en el cual se sometió a todas nuestras limitaciones, pero sin pecado.

Heb.4:14-16 "Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de
Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda
compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra
semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro".

Gloriosa y sublime diferencia existe entre los sacerdotes de Israel, con nuestro Bendito y Divino
Sumo Sacerdote, Cristo Jesús, quien permanece para siempre e intercede por nosotros.

Es Dios, pero también fue varón de dolores, experimentado en quebrantos; por lo cual puede
compadecerse de nuestras debilidades.

29
Capítulo 8 "Los israelitas del Antiguo
Testamento al morir iban al Hades (o
Seol). Los cristianos van
directamente al cielo donde está el
Señor".

La palabra Hades no ha sido traducida y


corresponde a un vocablo griego, que equivale en
hebreo a Seol. Se refiere al lugar donde moraban
los espíritus que se separaban de sus cuerpos a
consecuencia de su muerte física, pero no es la
morada eterna de ellos.
La etimología de la palabra muerte significa
simplemente "separación". Ese es el significado
que también se le da en la Biblia, por ejemplo en
Gn.2:7 encontramos que Dios le dijo a Adán que
el día que comiera de ese fruto moriría. Y siguiendo el relato bíblico encontramos que Adán y Eva
comieron de ese fruto, pero no murieron físicamente ese día.

En Gn.5:4-5 leemos "y fueron los días de Adán después que engendró a Set, ochocientos años, y
fueron todos los días que vivió Adán novecientos treinta años, y murió".
La muerte que se produjo en Adán por desobedecer a Dios, fue la separación de la presencia misma
del Señor debido a que fue expulsado del Jardín del Edén.

También cuando alguien muere, se produce una separación entre el cuerpo que va al cementerio y el
alma que parte al lugar determinado por Dios.

El Señor en su Palabra nos dice que durante el período del Antiguo Testamento, todos los que
morían partían al Hades (o Seol), los creyentes y también los infieles.

Por ejemplo en Gn.37:35 encontramos al patriarca Jacob diciendo: "descenderé enlutado a mi hijo
hasta el Seol".
En Is.38:10 el rey Ezequías dice: "A la mitad de mis días iré a las puertas del Seol".

Pero ellos sabían que el Seol no era la morada eterna de sus almas. Esto lo encontramos en la
declaración del rey David, otro creyente: (Sl.16:10) "Porque no dejarás mi alma en el Seol".

La Biblia también señala a varios hombres perversos que murieron y se fueron al Seol:

Nm.16:30 y 33 -Todos los que pecaron y se levantaron contra Moisés "descendieron vivos al Seol".
Sl.9:17 "Los malos serán trasladados al Seol".
Job 24:18-19 "Así también el Seol a los pecadores".
Sl.55:15 "Desciendan vivos al Seol, porque hay maldades en sus moradas".

30
Claramente se aprecia que en el período del Antiguo Testamento, el Seol o Hades, era el lugar
donde partían las almas de los creyentes fieles y también la de los pecadores condenados.

¿Cómo podía la perfecta justicia de Dios enviar a un mismo lugar a los creyentes con los impíos? La
aclaración a esta interrogante la encontramos de los mismos labios del Señor Jesucristo, durante su
ministerio terrenal.

El Dios manifestado en carne, nos descorre el velo de la eternidad para relatarnos uno de los
episodios más solemnes de la Biblia, que él como Dios Eterno pudo presenciar y nos comparte en su
misericordia, para que comprendamos ese tremendo misterio de lo que hay más allá de la muerte.

No es el famoso túnel con una gran luz donde al final ven, de acuerdo a sus creencias, a María,
Jesús, Mahoma, Krishna u otro según sea el objeto de su fe; inclusive familiares queridos. Y todos
entran a ese cielo idílico, porque ninguno, ni los de vida más impía dicen haberse visto en el infierno.

Los únicos que afirman haber visitado el infierno, son pastores evangélicos, que por cierto, tampoco
pueden ser verdaderos hijos de Dios.

En Lc.16:19-31 encontramos el relato que nos hace con tanta precisión el Señor, sobre lo que
sucede después de la muerte con el alma cuando se separa del cuerpo.

Sé que algunos consideran este relato como una parábola, pero ni aún así pierde ni un ápice de la
enseñanza y solemnidad de este pasaje, porque precisamente las parábolas fueron dichas por el
Señor para entregarnos enseñanzas espirituales sacadas de hechos reales.

Aunque personalmente, al igual que muchos estudiantes de la Biblia, creo que no se trata de una
parábola, sino de un suceso real que el Señor, cual Dios, fue testigo de lo que sucedió con estas dos
personas. Porque el relato no se ajusta a las características ni definición de una parábola.

Todos sabemos que una parábola es una historia de sucesos terrenales que se añade al relato, para
explicar cosas espirituales. Nunca incluye nombres de personas, porque solo presenta situaciones de
carácter general.

Por ejemplo, hablamos de la parábola del sembrador, del juez injusto, del rey que hizo fiesta de
bodas, etc. Pero a nadie se le ocurriría hablar de la parábola de Nicodemo, o de Cornelio, porque
obviamente esos son relatos bíblicos y no parábolas.

En Lc.16 el Señor no está describiendo un hecho terrenal para que saquemos alguna aplicación
espiritual; directamente está relatando lo que le sucedió a Lázaro después que murió.

Pero indistintamente, considérese Lc. 16 una parábola, o el relato de un hecho que sucedió con esos
personajes que se mencionan en particular; la enseñanza que nos entrega el Señor Jesucristo en
este pasaje es una sola, el rico incrédulo y Lázaro, ambos partieron al Hades. Y nos maravilla la
sabiduría divina al describirlo con tanta precisión en tan pocas palabras.

Es un lugar, pero donde existen dos compartimentos claramente definidos y absolutamente distintos,
que están separados por una gran sima, y que el Señor precisa que es imposible traspasar.

31
Una sección es el lugar de tormento, donde van los incrédulos, y la otra es el lugar de consolación o
paraíso donde llegan los creyentes.

Todos los incrédulos al morir sus almas van directamente al Hades, pero al lugar de tormento. Y
todos los creyentes del Antiguo Testamento iban también al Hades, pero obviamente al lugar de
consolación que llegó Lázaro.

Ahora alguien podría preguntarse ¿por qué los israelitas creyentes del Antiguo Testamento no iban
directamente al cielo? ¿Cúal era el motivo que los creyentes tenían que ir al Hades, al paraíso o seno
de Abraham?

La respuesta es muy simple, porque todavía no se había consumado el sacrificio expiatorio del Señor
Jesucristo en la cruz del Calvario.

La sangre de los animales que se sacrificaron en el Antiguo Testamento era solamente un símbolo,
figura de la sangre bendita del verdadero Cordero de Dios Cristo Jesús; jamás la muerte de esos
machos cabríos pudo garantizar la entrada al cielo.

Solamente cuando Cristo ofreció su vida, el velo del templo se rasgó de arriba abajo, dejó abierto el
camino que ahora nos lleva al cielo mismo. Únicamente cuando se consumó la muerte expiatoria del
Señor, es que quedó abierta la puerta del cielo para los pecadores perdonados.

Para ilustrarlo en términos humanos, podríamos decir que los fieles del Antiguo Testamento al morir,
sus almas partían a una "antesala del cielo", al Hades, el cual también era conocido como el lugar de
consolación, paraíso o seno de Abraham; aguardando la consumación del ÚNICO sacrificio que
podía abrirles las puertas del cielo, que era el del Señor Jesucristo.

Por esta razón dice en Hch.2:27 y 31 que cuando el Señor, en su perfecta humanidad entregó su
vida, su cuerpo fue a la tumba, pero su alma también fue al Hades, al seno de Abraham, al paraíso;
como le dijo al ladrón que se arrepintió en la cruz: "Hoy estarás conmigo en el paraíso".

En Ef.4:8 añade: "subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y eso de que subió, ¿qué es, sino
que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?".

Decíamos que en Lc. 16 el Señor nos dice que el Hades tenía dos compartimentos, uno de tormento
para los incrédulos, y otro de consolación o paraíso para los creyentes.

Obviamente que cuando el Señor murió, su alma fue al Hades, pero al lugar de consolación o seno
de Abraham, que era donde estaban cautivos todos los creyentes del Antiguo Testamento
aguardando el verdadero sacrificio, el único que podía llevarles al cielo. Y Cristo descendió allí con
ese propósito, para trasladarlos a la presencia misma de Dios.

Ahora ellos, al igual que todos los cristianos que han partido después de la muerte y resurrección del
Señor, están como dice Pablo, en la presencia misma de Dios, en el cielo, donde está el Señor.
Filp.1:21-23 "el morir es ganancia...partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor".

32
Por lo tanto, ahora el Hades tiene un solo compartimiento, el lugar de tormento, donde están los
incrédulos; porque el lugar de consolación o seno de Abraham, fue trasladado al cielo mismo de la
morada de Dios.

Por este motivo cuando en Ap.20 refiriéndose a los sucesos finales, después del arrebatamiento de
la iglesia, después de la Gran Tribulación y después del milenio; cuando tiene lugar la segunda
resurrección para condenación, se presentan ante el gran trono blanco; todos ellos son lanzados al
lago de fuego que es la muerte segunda.

Ap.20:13-14 "la muerte y el Hades entregaron los muertos...Y la muerte y el Hades fueron lanzados
al lago de fuego. Esta es la muerte segunda".

En conclusión, el Hades ANTES de la muerte y resurrección del Señor, era un lugar con dos
compartimentos donde iban los creyentes y los incrédulos.

DESPUES de la resurrección del Señor, tiene un solo compartimiento, el de condenación,


aguardando ser lanzados al lado de fuego por toda una eternidad.

A partir del sacrificio del Señor, ahora Hades es sinónimo de infierno. Pero es una herejía afirmar lo
que sostiene el credo católico, que el Señor fue al infierno. El Santo nunca vio corrupción, él fue al
paraíso o seno de Abraham, pero nunca al infierno.

Considerando estos pasajes, resulta evidente que los santos del Antiguo testamento al morir, sus
almas iban al Hades, en cambio los creyentes de la iglesia (sean judíos o gentiles) van directamente
al cielo.

Esta es la enseñanza que encontramos en la Palabra de Dios para la iglesia. Jesús dijo (Jn.14:2-3):
"voy, pues, a preparar lugar para vosotros...para que donde yo estoy, vosotros también estéis".

Y esta es la esperanza de los cristianos (2Cor.5:8): "confiamos, y más quisiéramos estar ausentes
del cuerpo, y presentes al Señor", quién como bien sabemos, está en el cielo sentado en Su trono de
gloria.

Capítulo 9 "Los israelitas son los amigos del esposo. La iglesia es la


esposa".

En Lc.16:16 el propio Señor Jesucristo establece la diferencia, señalando que con Juan el Bautista
se da comienzo a una etapa diferente con un pueblo nuevo (la iglesia), y aún con un pacto distinto al
de Israel. Dice: "La ley y los profetas eran HASTA Juan, desde entonces el reino de Dios es
anunciado, y todos se esfuerzan por entrar a él".

Desde Abraham hasta Juan el Bautista, dice Dios que trató en forma especial con ese pueblo
terrenal, entregándoles en forma directa y exclusiva leyes y ordenanzas. Cuando lo hizo por medio
de Moisés, tuvo especial cuidado de señalar que eran para ese pueblo en particular.

Inclusive, al resto de las naciones (los gentiles) se les prohibió hasta acercarse al Tabernáculo y
posteriormente al Templo, por lo tanto ellos quedaban automáticamente excluidos de poder

33
presentar sacrificios y cumplir con las ordenanzas que establecía la ley, demostrando en forma
gráfica y objetiva que esa ley era únicamente para Israel y no para el resto de las naciones.

En Ezequiel 44: verso 6 en adelante dice: "y dirás a los rebeldes, a la casa de Israel: Así ha dicho
Jehová el Señor: Basta ya de todas vuestras abominaciones, oh casa de Israel; de traer extranjeros,
incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario y para contaminar mi
casa...Así ha dicho Jehová el Señor:

Ningún hijo de extranjero, incircunciso de corazón e incircunciso de carne, entrará en mi santuario,


de todos los hijos de extranjeros que están entre los hijos de Israel".

Esta exclusión que hizo el Señor para el resto de las naciones gentiles, de guardar su ley ni
acercarse a su santo templo, los judíos la guardaron celosamente hasta los días del Señor; tal es
así, que leemos que sus propios apóstoles se negaban hasta hablar con los que no eran judíos aún
después de su resurrección.

Pedro dice en casa de Cornelio en Hch.10:28 "vosotros (los gentiles) sabéis cuán abominable es
para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero".

Este trato exclusivo que tuvo el Señor para con los de la nación de Israel, se aprecia en muchos
pasajes, Ex.19:3 "y Moisés subió a Dios, y Jehová lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la
casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel". Y a continuación le entregó la ley en el monte
Sinaí.

Luego cuando les recuerda a los judíos que el Sábado fue una señal exclusiva entre Dios y ellos, los
israelitas Ex.31:13 y 17 "Habló además Jehová a Moisés diciendo: En verdad VOSOTROS
guardaréis mis días de reposo, porque es señal entre mí y vosotros por vuestras
generaciones...Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel".

En el Antiguo Testamento la humanidad se dividía entre judíos y gentiles, es decir, Israel y el resto
de las gentes. En cambio en el período de la iglesia vemos una nueva división, como lo expresa en
1Cor.10:32 "No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios".

Ahora Dios divide la humanidad entre: judíos, gentiles y la iglesia. Fuera de la iglesia, se mantiene la
división entre judíos y gentiles, pero dentro de la iglesia, todos son únicamente cristianos, hijos de
Dios. Gál.3:28 "ya no hay judío ni griego".

Porque ahora la iglesia es un solo cuerpo, Rm.12:5 "somos un cuerpo en Cristo". Ef.4:3-6 "solícitos
en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis
también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un
Dios y Padre de todos".

Por lo tanto, dentro de la iglesia no puede existir división entre judíos y gentiles, aunque se hagan
llamar "judíos Mesiánicos"; eso es negar la unidad del Espíritu y la verdad que la iglesia es un solo
cuerpo.

El término "judío Mesiánico" no es bíblico, y peor aún, niega la unidad del cuerpo de Cristo y la
unidad del Espíritu de que nos habla Dios en Ef.4:3-4.
La iglesia primitiva estaba constituida exclusivamente por judíos, pero a ninguno de ellos se le
ocurrió llamarse "judío Mesiánico", ni cuando se integraron los gentiles a ella.
34
En Hch.15:4-5, cuando habían transcurrido casi veinte años de cristianismo, a los judíos que habían
aceptado al Señor Jesucristo, no se les llama "judíos Mesiánicos", únicamente la referencia que se
hace para señalar a unos judíos que formaban parte de ella fue: "algunos de la secta de los fariseos,
que habían creído".

Y esto lo hace para explicar sus pretensiones absurdas de judaizar a la iglesia, diciendo ellos que los
cristianos debían continuar circuncidándose ahora durante la gracia. Por tanto, ahora en la iglesia no
existe diferencia entre judíos y gentiles, todos somos únicamente cristianos, sin más apellidos ni
divisiones.

El tema que está desarrollando en Mt.11:11-13 es para establecer la diferencia entre judíos que
estaban bajo la ley, durante el Antiguo Testamento, y los cristianos de la iglesia, en el Nuevo
Testamento. Dice el Señor: "De cierto os digo: Entre los que nacen de mujer, no se ha levantado otro
mayor que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él...todos
los profetas y la ley profetizaron HASTA Juan".

No está comparando los valores personales, la fidelidad ni la abnegación de Juan con las otras
personas, sino las ventajas superiores que gozan quienes constituyen la iglesia en la dispensación
de la gracia, a la cual Juan no llegó a pertenecer. Porque con él se da término a la dispensación de
la ley, como lo señala el versículo 13.

En el evangelio del apóstol Juan encontramos el último testimonio de Juan el Bautista, cuando dice
en el capítulo 3:28 "vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy
enviado delante de él. El que tiene la esposa, es el esposo, más el amigo del esposo, que está a su
lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido".

Juan el Bautista les dice a sus discípulos que él solamente es el "amigo del esposo". En cambio la
Biblia llama a los cristianos que integran la iglesia: "la esposa", y el más pequeño de ella es mayor
que el más grande de la dispensación antigua, porque ellos solo llegan a ser "amigos del esposo".
Aunque indudablemente su gozo inmenso y las glorias que les aguardan en la eternidad, junto al
Señor y a la esposa son incalculables.

El Salmo 45 describe algo de esa gloria celestial que tendrán las amigas de la esposa y ella, la reina,
junto al Rey de Reyes. Vr. 2 "eres el más hermoso de los hijos de los hombres". Vr.6 "Tu trono, oh
Dios, es eterno y para siempre". Vr.9 "Hijas de reyes están entre tus ilustres; está la reina a tu diestra
con oro de Ofir".

No cabe la menor duda que los santos del Antiguo Testamento, "los amigos de la esposa y del
esposo", estarán presentes en las bodas del Cordero.

Esto se aprecia en el pasaje de Mt. 25 donde se relata la parábola de las diez vírgenes; las amigas
de la esposa también fueron invitadas a las bodas, dice que el esposo vino personalmente a
buscarlas.

En esa parábola no se menciona la esposa, porque el propósito es la enseñanza que ellas (los
santos del Antiguo Testamento) también estarán presentes en ese magno acontecimiento. En
Ap.19:7 y 9 vuelven a ratificar esta verdad, que los salvados del antiguo pacto, los amigos del
esposo, están invitados a esas bodas: "Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han
llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado"..."Bienaventurados los que son
llamados a la cena de las bodas del Cordero".
35
Los ángeles serán espectadores, pero no los invitados, porque la Biblia aclara que ese privilegio
corresponde solamente a los que han lavado sus vestiduras en la sangre del Cordero, cosa que no
ha sucedido con los ángeles. Además es importante recordar que la Palabra de Dios habla en forma
inequívoca solamente de DOS resurrecciones, la primera para salvación y la segunda para
condenación. Inclusive el mismo Señor Jesucristo así lo enseñó, Jn.5:29 "los que hicieron lo bueno,
saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación".

Esto implica la verdad irrefutable que los santos del Antiguo Testamento tendrán parte en la primera
resurrección (1Ts.4:13-17), pero no como la esposa de Cristo, sino como los amigos del esposo que
serán invitados a las bodas, porque no existe una tercera resurrección donde esa gran cantidad de
creyentes, que abarca un período de varios miles de años pudiera hacerlo. En conclusión, como
muy bien dice Juan el Bautista, ellos son únicamente "los amigos". Y como el Señor lo afirma en
reiteradas ocasiones, la iglesia es "la esposa". Diferencia que no podemos obviar. Con justa razón
dijo en Lc.7:28 "entre los nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el
más pequeño en el reino de Dios es mayor que él".

Capítulo 10 "En Israel Dios habitó en el tabernáculo. En la iglesia en cada


creyente".

Cuando el hombre pecó, fue expulsado del huerto del Edén, pero la misericordia del Señor no dejó
eternamente al hombre sin la bendición de Su presencia. La Justicia y Santidad divina, no permitían
una comunión directa con la raza caída, fue entonces que la Gracia y Misericordia del Todopoderoso
ordenó al hombre por medio de Moisés, la construcción de un tabernáculo, un santuario desde
donde Dios se manifestaría a su pueblo terrenal, Israel.
Dice en Ex.25:8 "y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. Conforme a todo lo que
yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis".
Dios entregó cada uno de los detalles; materiales y diseños de ese hermoso tabernáculo desde
donde el Señor se manifestaría a su pueblo Israel. Pero con toda su complejidad y hermosura,
destacaba un hecho muy peculiar; cuando los sacerdotes levitas entraban a él, seguramente
quedaban maravillados con la belleza y riquezas que les rodeaba, todos los muebles eran de oro, el
cortinaje ricamente bordado con delicados diseños escogidos directamente por Dios; pero sus pies,
descansaban sobre el tosco suelo del desierto.

El piso era de tierra, seguramente para que ellos nunca olvidaran que eso era algo solamente
terrenal, para un pueblo terrenal.

Más tarde, cuando Israel llegó a la tierra prometida, fue un hijo del rey David, Salomón, a quién se le
ordenó la tarea de construir el templo desde donde Dios se manifestaría a su pueblo Israel;
excluyendo siempre toda presencia de aquellos que no formaran parte de ese pueblo escogido por el
Señor.

En 1Ry.8 encontramos la inauguración del templo que se construyó en siete años, el cual también
estaba lleno de riquezas y esplendor. En su oración de dedicación, leemos en el vr.12 "Entonces
dijo Salomón: Yo he edificado casa por morada para ti, sitio en que tú habites para siempre. Jehová

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ha cumplido su palabra que había dicho; porque yo me he levantado en lugar de David mi padre, y
he edificado la casa al nombre de Jehová Dios de Israel".

En 1Ry.9:3 Dios le respondió: "Y le dijo Jehová: Yo he oído tu oración y tu ruego que has hecho en
mi presencia. Yo he santificado esta casa que tú has edificado, para poner mi nombre en ella para
siempre; y en ella estarán mis ojos y mi corazón todos los días".

Como vemos, Dios se manifestó primeramente a su pueblo Israel en el tabernáculo, y cuando lo


hicieron conforme a todo lo que se les había ordenado, el resultado fue (Ex.40:34) "Entonces una
nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo". Y más tarde,
cuando habitaron la tierra prometida, estuvo en el templo, en Jerusalén.

A diferencia de esto, cuando llegamos al período de la iglesia, vemos algo completamente distinto.
Dios se revela como el que no habita en templos hechos de manos de hombre.

Debido al pecado de Israel, el Señor quitó Su gloria y presencia en medio de ellos. Es más, como lo
predijo el Señor Jesucristo el templo fue destruido hasta nuestros días e Israel, no solamente se
quedó sin templo que manifestara la presencia de Dios en medio de ellos; sino que se encuentran
en endurecimiento hasta que el tiempo de la iglesia en la tierra sea cumplido.

Israel rechazó al Señor Jesucristo, por lo que no puede participar nacionalmente de las glorias y
privilegios que Dios ha entregado a la iglesia.

En Jn. 1:1 dice: "El Verbo era Dios". Vr.14 "y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros".
La palabra que aquí se tradujo "carne", en el griego, idioma original, significa literalmente
"tabernáculo".

Ahora Dios descendía, no a visitar una construcción hecha por manos humanas, sino que el mismo
Dios de la gloria se manifestó en un cuerpo humano para acercarse al hombre. 1Tm.3:16
"indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne".

Por este motivo, las bendiciones de la iglesia son muchísimo más grande que las que tuvieron los
santos del Antiguo Testamento. Más aún, conociendo que conforme a lo que el Señor Jesucristo
prometió, cuando él volviera al cielo, no solamente iría a preparar lugar para nosotros, sino que
anunció además que vendría el "Consolador", el Espíritu Santo a morar en nosotros.

Esta promesa del Señor tuvo fiel cumplimiento el día de Pentecostés; el Espíritu Santo descendió y
desde entonces mora en cada hijo de Dios, en cada creyente que le ha recibido como a su Salvador
personal y ha nacido de nuevo. Desde ese instante, el hijo de Dios ha pasado a ser "templo" del
Espíritu Santo.

En Ef. 2 describe a la iglesia en su conjunto como un templo para morada de Dios, edificio del
Señor. Dice en el vr.20 "edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la
principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va
creciendo para ser un templo santo en el Señor, en quien vosotros también sois juntamente
edificados para morada de Dios en el Espíritu".

37
Esta solemne verdad es la que enseña también en 1Cor.3:16 "¿No sabéis que sois templo de Dios,
y que el Espíritu Santo de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le
destruirá a él, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es".

Esto está dicho en primera instancia a los cristianos de la iglesia de los corintios, quienes eran unos
creyentes muy carnales, pero es la misma promesa que hace a todos los que han nacido de nuevo.

Ef.1:13 dice: "En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa".

Es necesario precisar que la presencia del Espíritu Santo en nosotros, los que hemos creído, no
depende de la manifestación de algún don en particular, como algunos erróneamente sostienen
torciendo las Escrituras.

Afirman que el Espíritu Santo se manifiesta únicamente en aquellos que "hablan en lenguas",
refiriéndose a una jerigonza ininteligible, en un remedo absurdo e irreverente de lo que ocurrió el
día de Pentecostés, donde la Palabra de Dios claramente señala que los creyentes comenzaron a
hablar en otros idiomas las maravillas de Dios a los judíos que venían de diferentes lugares, y éstos
se maravillaban de oírles en los idiomas en que habían nacido en esas lejanas tierras.

La sola lectura inteligente del pasaje así lo demuestra; se enumeran más de dieciséis idiomas y
culmina diciendo (Hch.2:11) "cretenses y árabes, les oímos hablar en NUESTRAS lenguas las
maravillas de Dios".

La palabra "lenguas" siempre ha significado "idiomas". Y si alguno tiene alguna duda, consulte un
diccionario de "la lengua" Castellana y lo comprobará. Entonces ¿con qué autoridad cambian el
significado de las palabras para torcer la Palabra de Dios e introducir una doctrina absolutamente
espuria y contraria a lo que Dios enseña en la Biblia?

Algunos me preguntan si no creo en el don de lenguas, a los cuales debo decirles enfáticamente
que creo. Lógicamente creo en las lenguas, pero como lo relata la Biblia cuando descendió el
Espíritu Santo por primera vez; algunos comenzaron a predicarles en otros idiomas a los judíos
extranjeros que se hallaban presentes, y éstos se maravillaron de escucharles cuando les hablaban
en las lenguas en que ellos habían nacido y entenderles que les hablaban acerca de las maravillas
de Dios.

Lo que rechazo rotundamente es el remedo a ese milagro que Satanás, el gran imitador de Dios, ha
realizado a través de sus demonios e instrumentos. Me refiero a la jerigonza de sonidos
ininteligibles cuyo origen debemos buscarlo en las religiones paganas y en la magia negra, como lo
vemos hasta el día de hoy en el vudú. ¿No le parece curioso que en esos lugares donde practican
esas jerigonzas, siempre deben estar practicando expulsiones de demonios?

Las "liberaciones" o exorcismos no los pueden terminar, porque siempre se encuentran invocando a
esos demonios que ellos llaman por medio de esas prácticas que denominan "lenguas", y que por
cierto no corresponden al milagro glorioso que el Espíritu Santo realizó el día de Pentecostés

El Señor ha dicho que no puede habitar juntamente la luz con las tinieblas, lo santo con lo inmundo,
Cristo con Satanás (2Cor.6: 15). Y en esos lugares siempre abundan las personas que semana tras

38
semana necesitan que les expulsen demonios; los llaman a viva voz por medio de esos sonidos que
no se entienden ¿o Ud. entiende lo que ellos están invocando?

En nuestros días oímos a los carismáticos monosílabas incoherentes, cuya variedad no pasa de
seis a ocho sonidos por persona, pero no las maravillas de Dios. Y lo que es peor aún, si ponemos
atención y tenemos la precaución de fijarnos en uno de esos sonidos, porque siempre cada uno de
ellos emplea un sonido central que lo va repitiendo con diferentes variantes.

Si revisamos esa palabra en un buen diccionario, comprobaremos que siempre corresponde al


nombre de una divinidad pagana (un demonio) que se adora en el oriente, por ejemplo la palabra
"RAMA" que es una de las favoritas de los carismáticos, corresponde a una divinidad que se adora
en India.

Conozco a uno de estos personajes que repite tanto la palabra "Rama" con sus diferentes variantes
(Ruma, Roma, Rem-ma, Rama-saya, Rama-chiva, Rama-júa, etc.) que dentro de su propia iglesia
se ganó el apodo del "Ramajúa".

Curiosamente entre esta variedad de los sonidos "Rama", incluyen a "Roma" y también los nombres
de diversas divinidades paganas como: Rama-Hua, Rama-yana, Rama-Navami, etc. Si tiene
oportunidad, analice cuidadosamente con la ayuda de un buen diccionario, esos sonidos que
repiten.

Otro elemento importante que no podemos dejar de considerar, es que Dios dice en 1Cor.12
que NO todos tienen los mismos dones, vr.4 "hay diversidad de dones". Y aclara que estos dones
los reparte el Espíritu Santo como Él quiere, no como un hombre u organización nos imponga.

Nunca los cristianos de la iglesia primitiva hablaron todos ellos en lenguas, como tampoco fue un
signo de espiritualidad como falsamente pretenden los carismáticos hoy en día, porque
precisamente los corintios, los creyentes más carnales, fueron los que más abusaron del don de
lenguas, y no se trataba de una jerigonza, era el verdadero don entregado por el Espíritu Santo.
Es importante leer en 1Corintios los capítulos 12, 13 y 14 de corrido para comprender
inteligentemente este tema.

En el cap.12 está afirmando que no todos hablan lenguas, vr. 10 "a otro diversos géneros de
lenguas" porque (vr.4) "hay diversidad de dones". Sin embargo, en el vr.13 asegura que TODOS
habían sido bautizados con el Espíritu Santo. Porque todos los creyentes somos templo del Espíritu
Santo.

Ese balbuceo estático que practican los carismáticos, no es algo nuevo; el Antiguo Testamento ya
lo condenaba Is.8:19 "los encantadores y los adivinos que balbucean hablando".

Lo que resulta altamente insultante para la inteligencia humana, es la afirmación de los


Pentecostales cuando dicen: "si no habla en lenguas (jerigonzas), Ud. no tiene el Espíritu Santo y
no es salvo".

Esta declaración sectaria lleva al absurdo de afirmar que solamente ellos (los "carismáticos") y las
tribus africanas que practican el vudú y todos aquellos que también en Asia experimentan los
mismos trances, irán al cielo por hablar supuestamente esas "lenguas".

39
Pero más curioso resulta considerar que los Pentecostales enseñan en sus propios libros, que ese
milagro ocurrido el día de Pentecostés, comenzó a repetirse recién en el año 1906 en EE.UU. y que
luego fue exportado a Chile en el año 1909, particularmente a Valparaíso que era uno de los
puertos más importantes de esa época, y desde allí se extendió rápidamente al resto del continente.

Están diciendo que durante 20 siglos nadie se fue al cielo, porque no hubo "bautismo del Espíritu
Santo con manifestación de lenguas" ¿Puede Ud. creer algo tan irracional?

Lo que sucedió el año 1906 en EE.UU. fue que los esclavos traídos desde África, lograron impactar
a muchos con esas experiencias de sus religiones que no se conocían en el nuevo continente, y
que para no ser castigados por sus crueles amos, debido a que les tenían prohibido las religiones
africanas, las "cristianizaron" llamando a ese balbuceo estático: Bautismo del Espíritu Santo.

Pero obviamente que no tiene ninguna relación con la experiencia bíblica del día de Pentecostés,
donde hablaron idiomas entendibles para los judíos que venían desde países extranjeros y se
maravillaron de escucharles hablar las maravillas de Dios en sus propios idiomas, en las cuales
habían nacido.

Hch. 2: 5 "Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el
cielo" versos 7 y 8 "Y estaban atónitos y maravillados, diciendo; Mirad; ¿no son galileos todos estos
que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos
nacido?"

Refiriéndose a su lengua materna. Y comienzan desde el versículo 9 al 11 a enumerar los distintos


países que procedían, destacando que les oían hablar en los idiomas que se hablaba en esas
regiones, dicen:

"Partos, medos, elamitas, etc.", y continua en el verso 11: "cretenses y árabes, les oímos hablar en
nuestras lenguas las maravillas de Dios".

Estos judíos habían nacido en el extranjero. La lengua en la que habían nacido eran las que se
hablaban en esas regiones. Y ahora se sorprendían de escuchar las maravillas de Dios en sus
propios idiomas maternos.

Hoy en la iglesia, TODOS los que formamos parte de ella, somos templo del Espíritu
Santo.1Cor.3:16 "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?".

Naturalmente que la Palabra de Dios no dice que "únicamente" aquellos que supuestamente hablan
esa jerigonza, sino que cada hijo Suyo que ha nacido de nuevo.

Ahora (Hch.17:24) "Dios no habita en templos hechos por manos humanas", sino que en cada hijo
de Dios, en aquellos que realmente han nacido de nuevo. A diferencia de Israel, Dios habitó en
medio de ellos en el tabernáculo.

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Capítulo 11 "En Israel el Espíritu Santo venía sobre algunos y se iba. En la
iglesia viene sobre todos los creyentes y se queda a morar en ellos".

En el período del Antiguo Testamento, el Espíritu Santo no había descendido aún a la tierra; su
presencia dentro del pueblo judío fue muy limitada y temporal. Descendía sobre una persona de
entre toda la nación para realizar una obra específica, y cuando esa tarea concluía, el Espíritu Santo
lo abandonaba.

Por lo tanto no podemos tomar ejemplos del Antiguo Testamento para aplicarlos al período de la
iglesia, porque ahora desde el día de Pentecostés, descendió para quedarse, para morar en todos
nosotros los que constituimos y formamos parte de la esposa de Cristo.

Esta diferencia se hace evidente al escuchar la promesa del Señor, cuando dice que él volverá al
Padre y enviará el Espíritu Santo, el Consolador, para que estuviera en nosotros hasta que él
regresara a buscar su iglesia. Dice que no nos dejará solos, sino que el Espíritu Santo nos
acompañaría, consolaría y guiaría hasta que él volviera. Es el verdadero Vicario de Cristo en la
tierra.

Si el trato del Espíritu Santo hubiera sido igual para Israel que para con la iglesia, no tendría razón
de hablar ahora del "descenso" del Espíritu Santo. A partir del día de Pentecostés la Palabra de Dios
habla del descenso, simplemente porque antes no había venido a quedarse.

El pacto que Dios tuvo con los hombres del Antiguo Testamento fue tan diferente, que inclusive se
menciona casos donde el Espíritu descendió para cumplir con una labor específica sobre un
inconverso, y naturalmente una vez finalizada esa obra, le abandonó.

A diferencia de esto en la iglesia, el Espíritu Santo viene únicamente sobre los creyentes, es más,
ahora poseer el Espíritu de Dios es lo que marca la diferencia entre los que son verdaderamente del
Señor y los falsos creyentes. Porque ahora dice que: "si alguno no tiene el Espíritu, no es de él".

Todo aquel que ha creído en el Señor Jesucristo como su Salvador personal como dice la Escritura
(habiendo nacido de nuevo), TIENE el Espíritu Santo, de lo contrario no sería de él, o "¿no sabéis
que sois templo de Dios, y que el Espíritu Santo MORA en vosotros?".

Los cristianos verdaderos, desde el mismo momento que creyeron en él, nacieron de nuevo;
recibieron el Espíritu Santo. Esa experiencia gloriosa y bendita, siendo una sola, debido a su
grandeza sublime, Dios la tiene que describir bajo diferentes términos para que el hombre la pueda
comprender y apreciar con mayor claridad.

Por ejemplo, refiriéndose a esta única experiencia de recibir el Espíritu Santo cuando aceptamos al
Señor Jesucristo como a nuestro Salvador, Dios también la define y explica en su Palabra como:

Sellados con el Espíritu Santo. Ef.1:13 "habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de
vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa".
Cuando nos habla que fuimos sellados con el Espíritu Santo, es para destacar la seguridad de la
salvación eterna que recibimos el mismo día de nuestra conversión.

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Dios compara la posesión del Espíritu, con el sello que los reyes colocaban sobre los documentos
para autenticar su legitimidad. También es el caso de los billetes, que deben llevar un sello de
seguridad para impedir que sean falsificados. O el caso del granjero, que marca sus animales con un
sello para que no se los roben.

Ungidos con el Espíritu Santo. 1Jn.2:20 y 27 "vosotros tenéis la unción del Santo" "la unción que
vosotros recibisteis de él permanece en vosotros...la unción misma os enseña todas las cosas".
2Cor.1:21-22 "el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado".

En este último pasaje se aprecia claramente que no son los hombres quienes deben ungir, sino que
eso lo hace solamente Dios, y además se aprecia que sellar y ungir es una misma experiencia.
Ahora cuando se refiere a ser ungidos, emplea este término para destacar privilegios inherentes a la
conversión.

En 1 Jn está hablando sobre la condición de "hijos de Dios" que ahora tenemos como consecuencia
de nuestra conversión. Y al utilizar el término "ungidos", primeramente nos recuerda que TODOS los
creyentes somos ungidos (no solamente el pastor, como presuntuosamente se consideran algunos
líderes), pero la razón principal es para hacernos notar nuestras bendiciones y privilegios que hemos
obtenido con la conversión cuando recibimos el Espíritu Santo.

Ahora somos hijos del Rey Supremo, y como tal, somos reyes y sacerdotes (Ap.1:6). Para enfatizar
ese aspecto, ahora se refiere al hecho de recibir el Espíritu Santo como el de ser "ungidos", porque a
los reyes y a los sacerdotes en antaño se les ungía con aceite y el aceite es figura del Espíritu Santo.
En este pasaje de 1Jn.2:27 además nos está asegurando que el Espíritu Santo "permanece en
vosotros" y que nos guiará a toda verdad.

Bautizados CON el Espíritu Santo. Primero hemos de notar que la Biblia nunca dice: Bautismo
DEL Espíritu, sino que siempre se refiere a que el elemento bautizador es el Espíritu, como lo es el
caso del aceite en el "ungimiento". Hch.1:5 Jesús dijo: "seréis bautizados CON el Espíritu Santo
dentro de no muchos días".

El bautismo con el Espíritu Santo es un hecho, no una experiencia que podamos relacionar con
algún sentimiento emocional y físico, como lo explican en forma bizarra aquellos que se mueven por
las emociones y no por el Espíritu, ellos dicen: "sentí como una corriente eléctrica que me recorrió
por el cuerpo" o "se me puso la piel como carne de gallina", o un frío o un calor. Es espiritual, no algo
físico.

Tampoco la Biblia vincula el bautismo con el Espíritu Santo, con la manifestación de algún don en
particular como lo sostienen los carismáticos cuando afirman que se debe hablar "en lenguas" como
testimonio que ha recibido el bautismo del Espíritu Santo.

Decir eso es demostrar una profunda ignorancia bíblica o no tener ningún respeto por la Palabra de
Dios; en primer lugar, porque el verdadero "Don de lenguas" que menciona la Biblia, no tiene
ninguna relación con ese remedo grotesco de las jerigonzas que parlotean, cuyo origen debemos
buscarlo en el vudú y no en el cristianismo.

Porque esos seis a ocho sonidos que repiten, siempre están relacionados con nombres de demonios
que se adoran en el paganismo y que ellos, consciente o inconscientemente están invocando ¿o a
Ud. nunca le ha llamado la atención que repitan esos sonidos? Aunque el Señor dijo que "no uséis
vanas repeticiones".
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Y lo que es una prueba indiscutible que esos grupos están invocando a los demonios, es que todas
las semanas tienen la necesidad de expulsar esos demonios de sus reuniones (también las llaman
"liberaciones"), porque ese espectáculo extravagante provocado por la orgía emocional que desatan,
deben volver a repetirlo una y otra vez, debido a que siempre los están llamando a viva voz, como
los Baales (lea 1Ry.18:26-27 y compárelo con lo que ve en una reunión Pentecostal o carismática en
general).

El Dios de Orden no puede estar en medio de ese desorden, griterío, estado enajenador, desenfreno
irracional e histeria generalizada. Llaman a los demonios y luego los expulsan, esa es la actividad
que repiten semana tras semana; porque se les transforma en una verdadera adicción.

Es la dependencia que les interesa a los comerciantes de la fe inyectar a sus congregaciones, para
asegurarse que estén siempre presentes para suministrarles esa droga y poder vaciarles los bolsillos
por medio de las repetidas ofrendas, diezmos, venta de rifas y demás estratagemas que han
desarrollado con ese fin.

Toda la congregación queda absolutamente entregada a la voluntad del "brujo" de turno, tal es así,
que se transforman en verdaderos zombis, bajo ese estado hacen todo lo que se les ordene. Para
probar su capacidad de sometimiento y aumentar la perdida de voluntad y raciocinio propio, les
entregan a la congregación ordenes menores: "repita conmigo" y los hacen repetir algunas frases; o
les dicen: "¿Cuántos dicen amén? Más fuerte, no les escucho" (como en el ejército), y prosiguen
elevando la euforia de la gente con "gritos de júbilo" o haciéndoles gritar incesantemente aleluya y
amén o "un aplauso para el Señor".

Cuando estuve en Chile, la prensa local publicó el caso de uno de estos "pastores" que fue llevado a
los tribunales, por la denuncia de algunas mujeres de su congregación (si mal no recuerdo eran
como 20) que se querellaron contra él, porque después de esos "ungimientos" que les había
practicado en sus hogares, todas ellas estaban embarazadas.

Muchas veces me pregunto ¿cómo es que no existan personas inteligentes en esos grupos que se
cuestionen esta manipulación? Si decimos que el Señor Jesucristo es nuestro modelo perfecto ¿por
qué no se preguntan, cuando el Señor predicó así? Él jamás manipuló a las multitudes diciéndoles:
¿Cuántos dicen amén?" o "¿Cuántos dan un grito de júbilo a Dios?" o gritos de "aleluya". Tampoco
los apóstoles decían esas necedades: "Demos un aplauso para el Señor". No podemos rebajar al
Dios de la gloria a un nivel de artista del mundo.

Pero lógicamente, como en este libro estoy tratando temas bíblicos sacados directamente de las
Sagradas Escrituras, cuando me refiero a "don de lenguas", hago alusión al don milagroso verdadero
y maravilloso que otorgó el Espíritu Santo para que instrumentos de Dios pudieran hablar en otros
idiomas, y no a la mofa que los demonios hacen de ese don cuando sus instrumentos parlotean los
nombres de diversas divinidades, cuyos orígenes tenemos que buscarlos en el paganismo más
grotesco, como todavía se puede apreciar en el vudú contemporáneo.

El verdadero milagro del "don de lenguas" obviamente que existió. Pablo mismo sostiene que
(1Cor.14:18-19) "hablo en lenguas más que todos vosotros; pero en la iglesia prefiero hablar cinco
palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua
desconocida".

Porque todo debe hacerse para la edificación de la iglesia, y si los demás no entienden, no puede
haber edificación. Indiscutiblemente Pablo recibió el don de lenguas, para poder llevar el evangelio a
43
las diferentes regiones que Dios lo envió; no olvidemos que predicó en casi toda Europa, parte de
Asia y todo el Norte de África.

Por ejemplo, cuando naufragó y llegó a la isla de Malta, inmediatamente se pudo comunicar con los
lugareños en maltés, porque Dios le había otorgado ese don. Y así en cada lugar donde llegaba,
incluso si es que pudo realizar su anhelo de llegar a España, no cabe la menor duda que también les
habló en español.

Pero nunca hizo la insensatez en que habían incurrido los corintios, de hablar a una congregación
(que en el caso de ellos era el griego), en otro idioma diferente, porque eso era carnalidad que
solamente se hacía para exhibir el don de lenguas que habían recibido.

Por lo tanto, si alguien me pregunta si creo en el don de lenguas, obviamente tengo que decirle que
sí, creo, como todo estudiante serio de la Biblia, pero rechazo enfáticamente las jerigonzas de los
carismáticos, del vudú y de las machis.

En consecuencia, cuando las Sagradas Escrituras hablan del legítimo "don de lenguas" no
adulterado, dicen claramente que existen diferentes dones y que no todos hablaban lenguas
(1Cor.12: 4, 10, 11, 30). Pero en este mismo capítulo de 1Cor.12 donde está desarrollando este
tema, afirma enfáticamente en el vr.13 que TODOS habían sido bautizados con el mismo Espíritu
Santo. Los que hablaban lenguas no recibieron un bautismo diferente.

Cuando aquí habla de bautismo con el Espíritu Santo, es para destacar la experiencia de recibir el
Espíritu en su conversión, como un elemento de unidad para incorporarlo al cuerpo de Cristo que es
la iglesia universal.

Lea usted por favor, los vrs. 12 y 14 y comprobará que está hablando del cuerpo (la iglesia) que es
uno, y entre esos dos versículos inserta esta verdad dogmática, que TODOS hemos sido bautizados
con el mismo Espíritu, porque en el momento que nacemos de nuevo, pasamos a formar parte de
esa iglesia universal que Cristo vendrá a buscar.

Por lo tanto, cuando se refiere al bautismo con el Espíritu, es para destacar la unidad del cuerpo que
es Su iglesia, a la cual todos pasan a formar parte desde el mismo día de su conversión al recibir el
Espíritu Santo. Es para destacar que la iglesia del Señor es una sola, la que está constituida por
todos los salvados y redimidos con su sangre bendita.

Porque de igual manera estos personajes, para poder sostener esas doctrinas extraídas del
paganismo, cambian arbitrariamente también el significado de la palabra "bautismo", que siempre ha
significado: "sumergir", "introducir dentro".

Y eso es lo que el Espíritu Santo hace con todos los que han creído en el Señor Jesucristo y lo han
aceptado en sus corazones: "los introduce dentro" del cuerpo de la iglesia. Los "bautiza" ("los mete
dentro" del cuerpo de la iglesia) con el Espíritu Santo que recibe todo aquel que ha nacido de nuevo.

Habiendo aclarado estos conceptos, volvamos a esta diferencia que me estaba refiriendo. En el
Antiguo Testamento, existieron casos de inconversos que recibieron el Espíritu Santo para cumplir
una labor específica que Dios les había ordenado, pero nunca fueron salvos, como fue el caso de
Balaam, un profeta contratado por Balac para maldecir a Israel.

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No existe la menor duda que fue un inconverso, porque así lo define Dios en 2Pd.2:15 "Han dejado
el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el
premio de la maldad". Ap.2:14 "tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a
Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer
fornicación".

Con este testimonio que entregan las Sagradas Escrituras, no existe la menor duda que se trata de
un inconverso y que hoy está en el infierno, sin embargo la Biblia también nos dice que hubo una
ocasión especial en que el Espíritu Santo descendió sobre él para cumplir con una misión específica,
Nm.24:1 "

Cuando vio Balaam que parecía bien a Jehová que él bendijese a Israel, no fue, como la primera y
segunda vez, en busca de agüero, sino que puso su rostro hacia el desierto; y alzando sus ojos, vio
a Israel alojado por sus tribus; y el Espíritu de Dios vino sobre él".

Otro personaje de muy oscura procedencia del Antiguo Testamento fue Jefté. Su descripción y
hechos los encontramos en el libro de los Jueces 11:1 "Jefté galaadita era esforzado y valeroso, era
hijo de una mujer ramera". Luego dice el relato bíblico que sus medios hermanos le expulsaron de la
casa, y vr.3 "Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él
hombres ociosos, los cuales salían con él".

Sin embargo este mismo capítulo nos describe que Jefté fue llamado por los ancianos de Israel, para
que los librara de los Amonitas que habían declarado la guerra a Israel. Dice el v.9 "Jefté entonces
dijo a los ancianos de Galaad: Si me hacéis volver para que pelee contra los hijos de Amón ¿seré yo
vuestro caudillo?". Después de haber recibido confirmación a sus ambiciones, dice en el v.29 "Y el
Espíritu de Jehová vino sobre Jefté".

Pero antes de salir a la guerra, hizo un voto, conforme a la costumbre de los paganos de la época,
de ofrecer un sacrificio humano si Dios le daba la victoria en esa batalla, v.31 "cualquiera que saliere
de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y
lo ofreceré en holocausto".

Seguramente esperaba ofrecer en sacrificio a algún esclavo de su casa, porque eso era lo más
normal, que fueran los esclavos quienes primero salieran a recibir a sus amos. Pero sabemos por el
relato que sigue, que Dios lo castigó permitiendo que el primero que salió a recibirle fuera su propia
hija, su única hija, y nos relata en el verso 34 "su hija única, y no tenía fuera de ella hijo ni hija".

Este hombre desconocía completamente al Dios verdadero, porque pretendió agradarlo como todos
los paganos moradores de esas tierras que servían a ídolos y falsos dioses, con sacrificios humanos.
Aunque vemos que Dios lo usó para librar a su pueblo Israel y que "el Espíritu de Jehová vino sobre
Jefté".

Otro ejemplo de un inconverso que tuvo el Espíritu Santo (aunque temporalmente también), fue el
caso de Saúl, rey escogido por el pueblo de acuerdo al corazón de ellos, joven, alto y de buen
parecer. Pero ¿cuál es el testimonio que encontramos acerca de él? Fue un hombre que gran parte
de su vida como rey la dedicó en su intento para asesinar a David.

Luego la Palabra de Dios nos relata cómo consultó a una adivina, y finalmente concluyó su vida
suicidándose. Sin embargo dice en 1Sam.10:10 "el Espíritu de Dios vino sobre él con poder". Y en
1Sam.16:14 "El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl".
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Las Escrituras también mencionan algunos creyentes del Antiguo Testamento, que legítimamente
eran del Señor y el Espíritu Santo vino sobre ellos y les abandonó (por ejemplo Sansón), pero el
Espíritu nunca descendió sobre ninguno para hacer cambiar su vida ni transformarlo en templo del
Espíritu Santo; el propósito siempre fue cumplir con una misión específica, sobre creyentes e
inconversos, y luego les abandonaba.

Esta es la profunda y gloriosa diferencia con la iglesia, porque ahora el Espíritu Santo descendió el
día de Pentecostés para venir a quedarse, a morar EN CADA HIJO DE DIOS y permanece en
nosotros hasta el día que Cristo venga a buscar su iglesia.

1Cor.3:16 "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?".
Stgo.4:5 "El Espíritu que él ha hecho morar en vosotros nos anhela celosamente".
1Jn.2:27 "la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros".

Ef.1:13 "habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa".
Ef.4:30 "no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la
redención".

En Israel el Espíritu Santo "visitaba" a algunos para efectuar una labor determinada. En la iglesia
vino a morar, a habitar en cada verdadero hijo de Dios. Somos templos del Espíritu Santo, privilegio
que no tuvo Israel.

Capítulo 12 "La ley fue dada para Israel. La gracia para la iglesia".

Aunque para los que pertenecemos a la iglesia nos resulta muy evidente esta verdad, debido a que
los cristianos por ejemplo no circuncidamos a nuestros hijos, no celebramos las fiestas solemnes de
la ley (Lv.23.), no tenemos prohibiciones de comer ciertos alimentos, de guardar el día Sábado: de
hacer fuego, de trabajar ni de aprovecharnos del trabajo de otros durante el día Sábado (transporte
público, servicios donde están trabajando servidores públicos: Electricidad, agua, gas, teléfono, etc.).

No obstante que nadie en nuestros días guarda la ley ni el Sábado como Dios mandó a Israel (ni los
judíos ni los Sabatistas), creo que debido a su importancia, necesitamos repasar esta verdad
fundamental de la fe cristiana.
No basta con saberlo, necesitamos poder demostrarlo con las Sagradas Escrituras, porque solo ellas
podrán convencer a los judaizantes modernos.

Satanás ha intentado desde los comienzos de la iglesia destruir esta preciosa libertad que el Señor
nos dejó en la gracia. En Hch.15: 5 nos relata cómo algunos de la secta de los fariseos que habían
creído, intentaron judaizar a la iglesia, pero se encontraron con la firme oposición de los apóstoles y
ese intento no prosperó.

Desde sus orígenes el Señor dejó muy claro que la ley era exclusivamente para el pueblo de Israel,
tal es así, que si un extranjero se acercaba al tabernáculo debía morir. Nadie que no perteneciera al
pueblo de Israel podía cumplir con la ley, porque les estaba prohibido el acceso a ese lugar santo
para ejecutar las ordenanzas de los sacrificios y presentación al templo que exigía la ley.

Nm.3:38 "Los que acamparán delante del tabernáculo al oriente, delante del tabernáculo de reunión
al este, serán Moisés y Aarón y sus hijos, teniendo la guarda del santuario en el lugar de los hijos de
Israel, y el extraño que se acercare, morirá".

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Aquí deja muy en claro que cuando se dirige a "los hijos de Israel" lo está haciendo exclusivamente a
los del pueblo terrenal escogido por Dios: Israel, no a los extranjeros, o al resto de las naciones (los
gentiles).

Ez.44: 6 "y dirás a los rebeldes, a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: Basta ya de todas
vuestras abominaciones, oh casa de Israel, de traer extranjeros, incircuncisos de corazón e
incircuncisos de carne, para estar en mi santuario y para contaminar mi casa".

Por este motivo hasta los días de los apóstoles, ellos ni tan siquiera hablaban con los gentiles (Pedro
en casa de Cornelio): Hch.10:28 "Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o
acercarse a un extranjero".
No solamente los extranjeros (los gentiles) eran rechazados del Templo, sino que los judíos no los
recibían en sus propias casas.

Cuando vamos a los orígenes de la ley, encontramos que Dios entregó esas ordenanzas
exclusivamente para los de la nación de Israel. Ex.19:3 "Y Moisés subió a Dios, y Jehová lo llamó
desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel".

Ex.31:12 "Habló además Jehová a Moisés diciendo: Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En
verdad vosotros (no todas las naciones, sino solamente ellos) guardaréis mis días de reposo, porque
es señal entre mí y vosotros (los judíos) por vuestras generaciones".

Por lo tanto, ninguna persona con un mínimo de inteligencia, después de leer estos pasajes, podría
decir que la ley fue dada por Dios para toda la humanidad, estando ellos excluidos además de
acercarse al Templo para poder cumplir con lo que la ley mandaba.

Entonces ¿por qué escuchamos con tanta frecuencia a los judaizantes modernos decir que la iglesia
es el Israel espiritual? Y ¿dónde incluyen a la verdadera nación de Israel que existe desde al año
1948 en el Medio Oriente?

Esta es la mejor forma que han encontrado los comerciantes de la fe, para justificar sus prácticas
inescrupulosas que no tienen ningún asidero bíblico, tales como cobrar el diezmo y la "fiesta de las
primicias" en la iglesia (Ud. puede leer más sobre este tema en el capítulo 3 de este libro), con el
mismo propósito se hacen llamar los "Levitas espirituales". Aunque bien sabemos por la Palabra de
Dios, que los verdaderos levitas debían obedecer con demandas específicas que ellos están muy
lejos de cumplir.

Hoy, estos supuestos "levitas espirituales" (que de espirituales nada tienen) no les preocupa ser
menor de 25 ni mayor de 50 años, pero lo que es peor aún, menos interesados están en obedecer
esa demanda del Señor que los levitas no podían tener propiedades, ninguna clase de bienes;
porque este era el motivo por el cual Dios había provisto para ellos el diezmo del pueblo de Israel.
Sin embargo, hoy estos remedos de levitas, empleando artimañas fraudulentas, son los que han
logrado acumular las mayores riquezas, y lo han hecho utilizando el nombre bendito del Señor para
levantar sus imperios económicos, donde se han sentado como faraones intocables.

Cuanta necesidad tiene el pueblo de Dios de alimentarse con la Palabra de Dios, dejar ese alimento
adulterado: "nueva alabanza" (con sus danzas, contorneos afroamericanos, aplausos, saltos, gritos,
aullidos, histeria), experiencias, testimonios personales con los que embriagan de emociones a los
débiles en la fe, fábulas, visiones, jerigonzas, actividades sociales, deportivas y comerciales, etc.

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Todo ese engaño con que entretienen y "drogan" a las multitudes los comerciantes de la fe, para
despojar de su dinero a los incautos.

La ley fue dada por Dios para la nación de Israel, como ya lo hemos leído en su Palabra. Ella
contenía solamente las figuras y sombras de la realidad misma de las cosas espirituales que Dios
realmente quería enseñarnos.

Heb.8:5 "es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir
el tabernáculo".
Heb.10:1 "La ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas,
nunca puede por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a
los que se acercan". La ley fue nuestro instructor que nos guió a Cristo. Los antiguos empleaban un
esclavo culto, para que cumpliera las funciones de maestro de los niños de las familias ricas, a éste
llamaban "ayo" (lea 2Ry.10:1 y 6). En Gál.3:23-24 dice: "La ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a
Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo". En
Lc.16:16 el Señor confirmó esta verdad: "La ley y los profetas eran HASTA Juan".

La ley contenía las figuras y sombras de la realidad misma de las cosas, pero cuando llegó Cristo,
ese simbolismo expresado en todo el ritual de la ley, cesó.
Col.2:14 "Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz".

Ef.2:15 "Aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en


ordenanzas".
2Cor.3:6 "el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del
espíritu, porque la letra mata". Aquí obviamente se refiere a la letra escrita por Moisés que
condenaba al hombre (Ej. Dt.27:16 "Maldito el que...") y no a la Biblia, que es la Palabra viva y
eficaz.

Rm.7:6 "ahora estamos libres de la ley...no bajo el régimen viejo de la letra".


Rm.6:14 "Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la ley, sino bajo la
gracia".

Dios en el día de hoy, le pregunta lo mismo que Pedro en Hch.15:10 a los judaizantes modernos:
"¿Por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres
ni nosotros hemos podido llevar?"

También la Palabra de Dios dice en Gál.4:9 "mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo
conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los
cuales os queréis volver a esclavizar?".

Gál.4:18 "si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley". Los que aún se consideran bajo la ley,
es porque no están siendo guiados por el Espíritu.

En Rm.3:20 también nos dice del propósito de la ley: "por medio de la ley es el conocimiento del
pecado". La ley fue el espejo divino donde Dios nos mostró nuestro pecado, pero no nos limpió, solo
la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado.

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Esta es la razón por la cual Dios dice que la ley fue nuestro instructor (ayo) para guiar al hombre a
Cristo. Nos mostró el pecado y nuestra incapacidad para salvarnos por nuestros propios medios, y
luego nos llevó a Cristo, el verdadero Cordero de Dios.

Gál.3:13 y 10 "Cristo nos redimió de la maldición de la ley. Porque todos los que dependen de las
obras de la ley, están bajo maldición".

En conclusión, la ley fue dada para Israel, el pueblo terrenal Rm.3:19 "Todo lo que la ley dice, lo dice
a los que están bajo la ley". Rm.6:14 "Mas vosotros (los que no son judíos), no estáis bajo la ley, sino
bajo la gracia".

Capítulo 13 "El judaísmo es una religión. El cristianismo una regeneración".

La Palabra del Señor dice en 1Pd.4:11 "Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios".
El mundo, y muchos cristianos, se refieren al cristianismo como una religión, pero eso no es
conforme al lenguaje bíblico, por lo tanto, como Dios nos exhorta, debemos hablar conforme a Su
Palabra y no según sea la costumbre de la sociedad.

Religión es un conjunto de creencias y prácticas que constituyen un culto. Con toda justicia se habla
de "entrar" a una religión, entendiéndose por ello el incorporarse a las ceremonias y prácticas que
constituyen los ritos y tradiciones de una religión en particular.

El judaísmo era una religión, porque debían cumplir con una serie de ordenanzas, ritos y
prohibiciones que estaban debidamente especificadas en la ley.

Se podía cumplir con todas las ceremonias y de esta forma ser muy religioso, pero al mismo tiempo
sus corazones estar muy lejos del significado de esas prácticas; como lo condenó el Señor a los
judíos de su época, Mt.15:8 "Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues
en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres".

Es verdad que esto mismo se podría decir de muchos "cristianos" que llenan las iglesias en nuestros
días, pero estoy empleando estos vocablos según el verdadero significado que le dan las Sagradas
Escrituras. Así que no me estoy refiriendo a los pseudo evangélicos que son la gran mayoría en el
día de hoy, sino a los que efectivamente han nacido de nuevo.

El judaísmo era una compleja lista de ordenanzas de cosas que no se podían hacer y de otras que
debían cumplir; celebraciones de ritos y festividades que abarcaban todo el calendario anual.

En contraste con esto, encontramos para la iglesia únicamente dos ordenanzas: el bautismo y la
cena del Señor. Aunque es verdad que algunas agrupaciones de pseudo evangélicos han añadido
una compleja lista de sacramentos y ritos, pero todo eso es de invención humana y no se encuentra
en la Biblia.

Nadie "entra" al cristianismo por una aprobación intelectual ni emocional. Tampoco es bíblica esa
expresión tan popularizada por los pseudo evangélicos: "Yo nací en el evangelio", queriendo indicar
que ellos son evangélicos, porque sus padres lo son. Contrariamente a esto la Biblia dice en Jn.1:13
(los hijos de Dios) "no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón,
sino de Dios".

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El Señor ha sido muy claro para señalar que la salvación del alma es algo personal, ni aún los
padres pueden salvar a sus hijos, porque esto depende de un encuentro personal, individual con
Cristo, como dice en Ez.18:20 "El alma que pecare, esa morirá, el hijo no llevará el pecado del padre,
ni el padre el pecado del hijo".

El cristianismo es el fruto de la fe que Dios nos ha entregado para que creamos en su Hijo amado,
no es el resultado de nuestras obras, porque somos salvos por medio de la fe, no por obras (Ef.2:8-
9).

Un ejemplo bíblico que nos ayuda a entender mejor esta diferencia entre RELIGION judía y
REGENERACIÓN cristiana, lo encontramos en la experiencia del gran apóstol Pablo, Filp.3:4

"Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje
de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos, en cuanto a la ley, fariseo, en cuanto a celo,
perseguidor de la iglesia, en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.

Pero cuantas cosas eran para mi ganancia, las he estimado como pérdida por la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura,
para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia que es por la ley, sino la que
es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe".

Pablo nos enumera una larga lista de prácticas, ritos y tradiciones que reverenciaba en el judaísmo;
pero todo ese ejercicio religioso que tenía como propósito obtener su propia justicia; ahora en el
cristianismo, no solamente lo ha desechado, sino que lo tiene por basura. Porque en Cristo ha
alcanzado aquello que le fue imposible en su religión: La justicia que es de Dios, por la fe.

El apóstol nos describe claramente esta diferencia, el judaísmo era una religión, en cambio el
cristianismo es una regeneración, un nuevo nacimiento, una experiencia personal e íntima con el
Señor; donde Cristo viene a morar en nuestros corazones y TODAS las cosas viejas (nuestra antigua
manera de vivir) pasaron, y TODAS son hechas nuevas (2Cor.5:17).

Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí (Gál.2:20). El mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo
(Gál.6:14). Despojándonos del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme
a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno (Col.3:9-10).

Capítulo 14 "La salvación para Israel era por perseverar y guardar la ley. En
la iglesia es por medio de la fe, no por obras"

Si hemos comprendido el capítulo anterior, encontraremos muy lógico el tema que voy a desarrollar
a continuación.

Los judíos necesitaban guardar la ley y perseverar en ella. En la gracia, debemos nacer de nuevo,
convertirnos de corazón en un encuentro personal con Cristo.

Hoy somos salvos por medio de la fe, no por obras (Ef.2:8-9). También en Rm.11:6 dice: "y si por
gracia, ya no es por obras, de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia,
de otra manera la obra ya no es obra".

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En Tito 3:5 encontramos la misma afirmación: "nos salvó, no por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho, sino por SU misericordia".

La Biblia enseña que la salvación es el don de Dios, el regalo; si tuviéramos que trabajar para
conseguirla, ya no sería un regalo sino un premio. Y menos aún sería producto de Su misericordia,
algo que él nos obsequia sin merecerlo.

En 2Tm.1:9 añade: "nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras". Esta
es la tremenda bendición que la iglesia recibe ahora en la gracia; es más, nos garantiza (2Tm.2:13)
"Si fuéremos infieles, él permanece fiel".

A diferencia de esto, a los israelitas siempre les entregó todas las promesas sujetas a la condición de
sus obras y perseverancia. Todas ellas comienzan con un si condicional: "Si hicieres esto, yo te daré
aquello" "Si no te apartares de mi pacto, yo te daré esto otro".

Lo que confunde a aquellos que no están muy familiarizados con la Biblia, es un pasaje que se
encuentra en Mt.24:13 "Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo". Todo versículo de las
Escrituras ha de ser interpretado dentro del contexto en que fue dicho, y no en forma aislada.

Esta práctica incorrecta y poco inteligente, ha sido el origen de muchas doctrinas erróneas que han
enarbolado algunos grupos religiosos para apartarse de la verdad; aunque efectivamente puedan
exhibir algunos versículos bíblicos, pero separados de su contexto.

Esto es lo que no logra entender el que desconoce las Sagradas Escrituras, porque razona en forma
lógica ¿cómo pueden existir tantas religiones que sostengan cosas tan diferentes, cuando todas
dicen basarse en la misma Biblia? Pero sin embargo se ha dicho y con mucha justicia que: "un texto
sin su contexto, es un pretexto".

Cualquier lector con un mínimo de cultura sabrá que para entender correctamente un trozo de un
pasaje, necesariamente debe consultar el contexto en que está dicho.

De igual manera, para interpretar correctamente Mt.24:13 se necesita leer todo el capítulo, y allí
encontrará primeramente, que el Señor está dando respuesta a tres preguntas que le hicieron sus
discípulos judíos, que estaban muy interesados en saber si en ese tiempo había de establecer su
reino aquí en la tierra.

Mt.24:3 "¿Cuándo serán estas cosas?" refiriéndose a la destrucción del templo que el Señor les
había dicho. "¿Qué señal habrá de tu venida?" Aludiendo a la manifestación en gloria de su retorno
para establecer su reino de mil años, que tendrá a Israel como centro de la humanidad. Y la tercera
pregunta fue "¿Cuándo será el fin del mundo?".

La mayoría de las iglesias que se apegan a las Sagradas Escrituras y los estudiantes serios de la
Biblia, concuerdan que la interpretación natural que otorga la simple lectura correlativa de todos los
sesenta y seis libros que constituyen la Biblia, es que primero ocurrirá el arrebatamiento de la iglesia.

Cuando la iglesia ya no esté en la tierra, entonces vendrán los juicios de Dios sobre este mundo que
rechazó al Señor Jesucristo, período que se llama "La Gran Tribulación" y que durará siete años,
será el tiempo de angustia para Israel.

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Entonces, si la iglesia ya no estará en la tierra durante esos siete años de la Gran Tribulación,
lógicamente cuando dice en el verso 13 "mas el que persevere hasta el fin será salvo", esto no
puede ser para la iglesia, sino para Israel que pasará por esos siete años de juicios.

En Rm.11:25 dice: "no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, que ha acontecido a Israel
endurecimiento en parte, HASTA que haya entrado la plenitud de los gentiles (es decir, hasta que la
iglesia esté completa) y LUEGO todo Israel será salvo, y éste es mi pacto con ellos".

Primero es el arrebatamiento de la iglesia, el Señor la pone a resguardo en lugar seguro en las


mansiones celestiales que fue a prepararle, luego comienzan los siete años de la Gran Tribulación.

Los judíos que se salven en ese tiempo, serán salvos por perseverar; perseverar en resistir la
adoración de la imagen de la bestia (Ap.13:15) y perseverar en no aceptar la marca de la bestia
(Ap.13:16). Pero la iglesia no tendrá nada que perseverar en ese tiempo, porque ya estará en los
cielos con el Señor.

Si Ud. cree que la iglesia no pasará por la Gran Tribulación, entonces tiene que aceptar que este
pasaje de Mt.24:13 ("el que persevere hasta el fin, ese será salvo") no está dicho para la iglesia, sino
para la nación de Israel. Porque claramente se aprecia en todo el capítulo 24 de Mateo, que el Señor
se está refiriendo a ese período de la Gran Tribulación.

Lea todo el capítulo 24 y fíjese en los vrs. 8 "todo esto será principio de dolores" vr.9 "os entregarán
a tribulación" vr.21 "habrá entonces GRAN TRIBULACIÓN, cual no la ha habido desde el principio
del mundo hasta ahora, ni la habrá" vr.29 "después de la tribulación de aquellos días".

También es importante notar lo que dice en otros versículos, cuando hace alusión exclusiva al
pueblo de Israel, Ej. Vr.14 "será predicado este evangelio del reino". La iglesia no predica el
evangelio del reino, sino el de la gracia. Vr.15 "cuando veáis en el lugar santo la abominación
desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lea, entienda)".

El "lugar santo" es el templo judío, que Daniel dice será profanado por el anticristo. Los "escogidos"
que menciona en el vr.24 obviamente son los escogidos de la nación de Israel.

Por tanto, la única interpretación lógica a la luz de todo el capítulo 24, es que a los judíos que pasen
por la Gran Tribulación, el Señor les está diciendo: "el que persevere hasta el fin, ese será salvo" no
es para la iglesia, porque antes que comiencen los juicios de la Gran Tribulación, el Señor sacará Su
esposa y la llevará a las moradas celestiales.

Esto concuerda plenamente con toda la enseñanza del Antiguo Testamento, referente a la salvación
ofrecida por Dios a la nación de Israel; serán salvos por perseverar y guardar la ley, porque el pacto
que hizo con ellos se apoyaba en la fidelidad de ellos.

Dt.11:22 "Porque si guardareis cuidadosamente todos estos mandamientos que yo os prescribo para
que los cumpláis, y si amareis a Jehová vuestro Dios, andando en todos sus caminos, y siguiéndole
a él"...

Dt.28:1 "si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus
mandamientos que yo te prescribo hoy".
Dt.28:2 "vendrán sobre ti todas estas bendiciones..."

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vr.3-5 "tierras...frutos...vacas...ovejas...etc."
Dt.28:13 "Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola..."

Esta fue la salvación condicional y con promesas muy terrenales que Dios le entregó a Israel. En
cambio a la iglesia le dice que somos salvos por fe, no por obras, y que si nosotros fuéramos infieles,
él permanecerá fiel. Inclusive en el Nuevo Testamento no se nos prometen bendiciones terrenales,
sino en el cielo, por ejemplo:

Mr.10:21 "y tendrás tesoros en el cielo"


Mr.10:23 "¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!".
Mt.6:24 "No podéis servir a Dios y a las riquezas".
A la iglesia ahora se nos promete "Vida eterna" "Salvación eterna" Jn.10:28 "Yo les doy vida eterna,
y no perecerán JAMÁS, ni nadie las arrebatará de mi mano".

Los cristianos que hemos nacido de nuevo, estamos en la mano del Señor, y jamás podremos
perdernos, porque Él es quien nos sostiene.

Dios no nos conoce por medio de nuestras obras, sino por nuestro corazón. El Señor no tuvo que
esperar ver ninguna obra en el ladrón que se arrepintió en la cruz, para saber que efectivamente se
había arrepentido; como en ninguno de los muchos que les dijo: "tu fe te ha salvado; vé en paz".

Dios es "el autor y consumador de nuestra fe"(Heb.12:2). Es el autor de principio a fin de nuestra fe,
por lo tanto la conoce sin necesidad de ver nuestras obras.

Nosotros, que no podemos ver lo que hay efectivamente dentro del corazón humano; conocemos a
los creyentes por medio de sus obras.

El Señor nos dijo: "por sus frutos los conoceréis". Este es también el tema que desarrolla Santiago
en su epístola cuando dice (Stgo.2:8) "Muéstrame tu fe sin tus obras".

Nosotros solamente podemos mostrar nuestra fe a los hombres, únicamente a través de nuestras
obras. De lo contrario, para los que ven que nuestro testimonio no es compatible con la fe que
decimos tener; esa fe, será una fe muerta (Stgo.2:20).

Y al no ser una fe verdadera, nosotros podríamos estimar (aún con la posibilidad de equivocarnos)
que la fe que "dice" tener, si no vemos obras; frutos del Espíritu en él, podríamos estimar que no es
salvo. Pero esa estimación humana es solamente para que nosotros reconozcamos quienes pueden
ser nuestros hermanos.

Gracias sean dadas al Señor, que solamente Dios tiene la responsabilidad de enviar al cielo a los
que verdaderamente son suyos, no el hombre ni iglesia alguna en la tierra.

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Capítulo 15 "El Sábado es una señal entre Dios e Israel. En la iglesia el
Domingo es el día del Señor".

Ex.31:13 y 17 "Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad VOSOTROS guardaréis mis
días de reposo, porque es señal entre mí y vosotros" "Señal es entre mí y vosotros" "Señal es para
siempre entre mí y los hijos de Israel".

Los que pertenecemos a la iglesia, somos hijos de Dios, no hijos de Israel, 1Jn.3:2 "Amados, ahora
somos hijos de Dios".

Guardar el día Sábado, implicaba mucho más que tenerlo como un día de reunión. Es verdad que
era el día en que principalmente los judíos iban al tabernáculo y posteriormente al templo, para
cumplir con los ritos y ceremonias que les mandaba la ley.

A los gentiles no les estaba permitido ni aún acercarse a ese lugar, por lo tanto claramente queda
establecido que eso no era para nosotros los que no somos judíos.

Existía una serie de ordenanzas que debían cumplir para no quebrantar el Sábado. No podían
prender fuego. No era suficiente con no trabajar, sino que tampoco podían aprovechar el trabajo de
otros en ese día.

Significaría que en nuestros días, el que pretendiera guardar el Sábado; no podría usar la luz
eléctrica, porque se estaría aprovechando del trabajo de todo el personal de esa planta que
abastece el vital elemento; lo mismo sería con el agua, el teléfono, locomoción colectiva, etc.

Pero leímos en nuestro pasaje, que el Sábado fue dado como señal entre Dios y su pueblo terrenal,
Israel, en los días de Moisés. Eso fue lo que Dios le ordenó a Moisés como parte de la ley que le
entregó a ellos y no desde la creación, como pretenden los judaizantes contemporáneos.

Lo que en Génesis capítulo dos se establece, es que Dios descansó uno de los siete días de la
creación. Pero la ordenanza al hombre (específicamente a Israel), comenzó con la ley que el Señor
le entregó a Moisés.

Para el judío que debía trabajar y perseverar primeramente con todas las ordenanzas de la ley,
para luego gozar de la bendición del Señor, el orden de la distribución de los días de la semana era
absolutamente lógico.

Primero debían trabajar, para luego descansar el último día de la semana, el Sábado. Eso era un
fiel reflejo del pacto que habían hecho con el Señor; primero "hacer" y si eran fieles y perseveraban,
entonces podrían descansar y disfrutar de la bendición de Dios.

Todas las promesas que le entregó a esa nación comenzaban con un "si" condicional. "Si hicieras
esto y aquello, yo te daré esto y lo otro". Bendiciones todas de carácter terrenal, como corresponde
a un pueblo terrenal; usted lo puede comprobar con la simple lectura de la Biblia (por ejemplo:
Dt.28).

Esta es la razón por la que todos los hombres fieles del Antiguo Testamento, los patriarcas, fueron
muy ricos; en recompensa a su fidelidad. Pero al pueblo espiritual, la iglesia, a los que tenemos

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nuestra ciudadanía celestial, Dios le ha prometido tesoros en el cielo, y en la tierra una cruz y el
rechazo del mundo.

Mr.10: 21 (Jesús le dijo) : "tendrás tesoros en el cielo".


Mt.19:23 "difícilmente un rico entrará en el cielo"
Lc.9:23 "tome su cruz cada día, y sígame".
Mt.10:24 "el discípulo no es más que su maestro. Bástale al discípulo ser como su maestro".

Los comerciantes de la fe de nuestros días se esfuerzan por mezclar estos dos pueblos (Israel y la
iglesia), para poder de alguna manera justificar las riquezas que han acumulado manipulando el
nombre Santo del Señor. Pero el Señor, siendo Rey de reyes, nos dejó un vivo ejemplo de lo que él
desea de nosotros, austeridad.

Él, pudiendo haber escogido donde nacer, lo hizo en un pesebre, vivió en la casa de un carpintero,
durante su ministerio público no tuvo donde recostar su cabeza (no en hoteles cinco estrellas ni en
casas del barrio alto); en su muerte, lo pusieron en una tumba prestada.

Sus discípulos fieles siguieron el ejemplo marcado por el Señor (muy lejos de lo que hoy vemos en
muchos pastores; el papa y toda su cúpula). Pablo, dice en 1Cor.4:11 "hasta esta hora padecemos
hambre, tenemos sed, estamos desnudos, somos abofeteados, y no tenemos morada fija, nos
fatigamos trabajando con nuestras propias manos".

Si los comerciantes de la fe de hoy escucharan un testimonio igual dirían: "este hermano debe estar
en pecado, porque Dios no nos llamó a pobreza, no a ser cola sino cabeza, porque somos hijos de
un Rey".

La iglesia, el pueblo espiritual de Dios, que no está bajo la ley sino bajo la gracia, somos salvos por
medio de la fe. No necesitamos trabajar para ganar la salvación, porque ahora es un regalo, no un
premio al esfuerzo personal.

Descansamos plenamente en la obra completa y perfecta que hizo el Señor Jesucristo en la cruz.
Entonces es absolutamente lógico descansar el primer día de la semana, para luego trabajar los
seis restantes.

Primero somos salvos, luego damos los frutos. Nuestras obras no son para asegurarnos nuestra
salvación, sino como una consecuencia de ella.

Ahora el Domingo (el primer día de la semana) es el día del Señor, inclusive el mismo Señor,
después de su resurrección comenzó a reunirse con sus discípulos los días Domingo y no el
Sábado (Jn.20:19 y 26).

Sabemos por la Biblia que la ley fue HASTA Juan, como dijo el Señor en Lc.16:16. Con el Señor
resucitado, comenzó una nueva dispensación, la gracia.

Cristo bendijo el primer día de la semana al resucitar de entre los muertos un día Domingo, así lo
entendieron los primeros cristianos que comenzaron a reunirse el día Domingo y no el Sábado
(Hch.20:7).

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En Jn.20:19 dice: "Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana (Domingo),
estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos, por miedo de los
judíos, vino Jesús".

Los judaizantes de nuestros días dicen: "los discípulos estaban reunidos el día Domingo por miedo
a los judíos". Entonces uno legítimamente se pregunta ¿el Sábado no tuvieron miedo que no se
reunieron ese día? Pero bien sabemos por el relato bíblico, que el miedo se apoderó de los
discípulos desde el mismo día del arresto de Jesús, pero aguardaron hasta el Domingo para
reunirse.

Y si este raciocinio pareciera insuficiente para algunos, las Escrituras añaden en el vrs.26 "Ocho
días después, estaban otra vez sus discípulos dentro".

Ocho días después corresponde al Domingo siguiente. Ahora que ya habían visto al Señor
resucitado, no existía razón para continuar con miedo, pero nuevamente un Domingo estaban
reunidos y el Señor se reunió con ellos en ese día.

Aún en el Antiguo Testamento ya existía una mención especial para el día Domingo, u "octavo día"
como aparece allí. Sabiendo que el séptimo día corresponde al Sábado, resulta fácil entender que
el octavo es el Domingo.

En Lv.9 encontramos los sacrificios de Aarón y dice en el verso 1: "En el día octavo, Moisés llamó a
Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel".

Luego en Lv.23 donde encontramos las siete fiestas solemnes, que eran figuras que tipificaban los
diferentes aspectos de la obra de Cristo, dice por ejemplo en relación con la fiesta de las primicias,
la cual era figura de la resurrección de Cristo (1Cor.15:23) en Lv.23:11

"El sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos, el día siguiente del día
de reposo (es decir el Domingo). Y el día que ofrezcáis la gavilla, ofreceréis un cordero de un año,
sin defecto, en holocausto a Jehová".

Continúa en Lv.23 desde el vr.15, la descripción de la ofrenda mecida, más conocida como
Pentecostés. Esta palabra no figura en el Antiguo Testamento, debido a que es un vocablo griego,
idioma en que se escribió el Nuevo Testamento, y significa 50 días o 7 semanas.

Dice en Lv.23:15 "y contaréis desde el día que sigue al día de reposo (nuevamente el día Domingo),
desde el día en que ofrecisteis la gavilla de la ofrenda mecida: 7 semanas cumplidas serán, hasta el
día siguiente del séptimo día de reposo (es decir el Domingo) contaréis 50 días, entonces ofreceréis
el nuevo grano a Jehová".

Bien sabemos que se reconoce universalmente como el nacimiento de la iglesia, durante la


celebración de esa festividad en ese día, que correspondió al descenso del Espíritu Santo.

Si el Señor glorificó en forma tan especial el Domingo, reuniéndose en ese día con sus discípulos
después de su resurrección, y si el Espíritu Santo también lo dignificó de forma tan especial
descendiendo ese día de Pentecostés.

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Y si los discípulos comenzaron a reunirse el día Domingo, como vemos en los relatos de los
evangelios y en Hch.2:1 "cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos" ¿Por
qué nosotros, que estamos siguiendo las enseñanzas bíblicas no habríamos de reunirnos el
Domingo?

Aún después de años de su fundación, la iglesia primitiva seguía reuniéndose el primer día de la
semana, el Domingo. Hch.20:7 "El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el
pan (para celebrar la Cena del Señor) Pablo les enseñaba".

Aquí una vez más, los judaizantes de hoy, se ven forzados nuevamente a torcer las Escrituras.
Ellos dicen: "los discípulos estaban reunidos en forma especial ese día, para escuchar a Pablo que
había de salir al día siguiente". Entonces, si había de partir al día siguiente del Domingo ¿por qué
no se reunió con ellos el Sábado?

La simple lectura de ese pasaje no resiste la interpretación antojadiza de los judaizantes, porque en
el verso anterior (vr.6), dice que Pablo se había quedado allí siete días, y esto lo hizo para poder
participar de la Cena del Señor. En el versículo 7 dice claramente que los discípulos se habían
reunido: "para partir el pan". El motivo era la Cena del Señor que se celebraba el día Domingo.

En 1Cor.16:1-2 encontramos una vez más la referencia a la costumbre de las iglesias de reunirse el
día Domingo, dice: "En cuanto a la ofrenda para los santos, haced vosotros también de la manera
que ordené en las iglesias de Galacia. Cada primer día de la semana (el Domingo) cada uno de
vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado".

Pablo, con la autoridad apostólica ordenó en todas las iglesias a los creyentes, entregar su ofrenda
(no el diezmo) el día Domingo ¿por qué el día Domingo? Porque ese era el día en que se reunían
todas las iglesias.

Resulta obvio entonces que los cristianos del Nuevo Testamento se reunían el día Domingo y no el
Sábado.
Este cambio fue establecido por Dios, y no por un papa como aseguran los judaizantes.

El Señor que tiene autoridad por sobre los gobernantes de este mundo, utilizó al emperador romano
Constantino, para que siglos más tarde fuera oficializado el día Domingo, como día feriado.

Y esto lo hizo el tirano, para congraciarse con la cristiandad que ya en forma masiva se reunía en
ese día y lo tenían como día del Señor. Si la iglesia se hubiera reunido el día Sábado, Constantino
habría establecido el Sábado como día feriado y no el Domingo.

Por tanto, resulta contundente a la luz de las Escrituras que el Sábado fue entregado como señal
entre Dios e Israel. Y el día Domingo es el día del Señor para la iglesia.

Capítulo 16 "La Pascua para Israel. La Cena del Señor para la iglesia".

La Pascua en la Biblia es la festividad judía, que conmemora la salida de Egipto en el éxodo liderado
por Moisés. Corresponde al primer mes del calendario religioso judío, aproximadamente al mes de
Abril nuestro.
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Sus instrucciones están en Ex.12, dice en el verso 2 : "Este mes os será principio de los meses, para
vosotros será éste el primero en los meses del año".

Esta festividad, como todas las fiestas judías mencionadas en el Antiguo Testamento, era de
exclusividad para la nación de Israel. Esto se puede apreciar en el cuidado con que Dios menciona
en cada oportunidad: "Así dirás a los hijos de Israel". Fue de tal importancia para Israel, que Dios
les ordenó comenzar el año a partir de esta festividad.

No hay otra en toda la Biblia que sea mencionada con tanta frecuencia. Llegó a ser el centro de la
vida nacional, y no podría ser de otro modo, dado a que recordaba la salida de Egipto y el fin de los
430 años de esclavitud.

En Lv. 23, donde se mencionan las siete fiestas solemnes para Israel, comienza en el verso 1:
"Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles".

Luego en el verso 4 continúa: "Estas son las fiestas solemnes de Jehová, las convocaciones santas,
a las cuales convocaréis en sus tiempos, en el mes primero, a los catorce del mes, entre las dos
tardes, pascua es de Jehová".

Dios indicó el día y la hora para celebrar esta festividad, según la forma en que ellos median el
tiempo. Israel dividía el tiempo en doce partes desde la salida del sol hasta la puesta,
correspondiéndole la hora sexta, al medio día, y la duodécima la última antes de ponerse el sol.

La expresión "entre las dos tardes", corresponde aproximadamente entre las tres de la tarde y la
puesta del sol. Esto concuerda con la tradición judía y con el historiador Josefo, contemporáneo al
Señor Jesucristo.

Dios ordenó que el cordero pascual debía ser sacrificado en ese día y a la hora señalada. Este
sacrificio representaba a Cristo.

En Heb. 10:1 leemos: "la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las
cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer
perfectos a los que se acercan".

Heb.9:9 "Lo cual es símbolo para el tiempo presente".


Heb.8:5 "es figura y sombra de las cosas celestiales".

Por este motivo, venido Cristo, dice en 1Cor.5:7 "nuestra pascua que es Cristo, ya fue sacrificada por
nosotros". Por lo tanto, si ya fue sacrificado el verdadero Cordero de Dios, hoy en día esa festividad
fue anulada, porque la realidad que anunciaba ya llegó. Las sombras pasaron para dar lugar a lo que
representaba.

El cordero pascual representaba a Cristo en todos sus sufrimientos, como lo describe Is.53:7 "como
cordero fue llevado al matadero, y como oveja delante de sus trasquiladores".

Ahora para la iglesia, el Señor también dejó una fiesta especial para que le recodásemos en su
muerte y en su resurrección. La fiesta de la pascua fue anulada, pero el Señor nos dejó una nueva
ordenanza, la Cena del Señor. La pascua miraba hacia adelante el sacrifico de Cristo, la Cena hacia
atrás en un acto recordatorio.

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Fue precisamente en el aposento alto, cuando estaba celebrando por última vez la fiesta de la
pascua, que instituyó esta ordenanza para la iglesia, marcando el comienzo del nuevo pacto que
hacía con ellos.

La Cena del Señor (o partimiento del pan) también pasó a ser el eje central en la vida del cristiano y
la actividad principal de la iglesia, porque él estableció un principio básico en la relación del creyente
con Dios: "Dios busca adoradores que le adoren en espíritu y en verdad".

El motivo y su duración los establece en 1Cor.12:24/26 Para hacer memoria de él, y esto debe
realizarse hasta que él venga.

Dios fue muy celoso para exigir fiel cumplimiento en cada uno de los detalles de los símbolos del
pasado. Recordamos el caso de los sacerdotes Nadab y Abiú que hicieron todo según Dios les había
ordenando, excepto que sacaron fuego para el incensario del lugar que no correspondía. Y por esa
sola desobediencia, cayó fuego del cielo y los mató.

Todos los sacrificios que los israelitas efectuaban, debían hacerlo exactamente como Dios lo había
mandado, de lo contrario no eran aceptos por el Señor. Nadie podía presentar un animal enfermo o
con una pata quebrada.

Nada quedaba al criterio del hombre. Resulta hasta ridículo pensar tan siquiera, que alguien hubiera
decidido presentar trocitos de cordero en vez de un cordero completo.

Sin embargo hoy, con cuanta ligereza se altera lo que Dios ha mandado respecto a la Cena del
Señor, y aún así piensan que están agrando a Dios. Estos me recuerdan a los que el Señor castigó
duramente por su pecado; habían hecho un becerro de oro para adorarlo, y sin embargo seguían
diciendo que era "una fiesta para Jehová" (Ex.32:5).

El Señor dijo "Cena", pero algunos prefieren que sea "Desayuno", porque de esta manera les queda
el resto día libre para ellos. Aunque claramente se aprecia en Lv.23:5 que la pascua debía
celebrarse entre las dos tardes. Y bien sabemos que fue al finalizar esa fiesta que el Señor
estableció la ordenanza de la Cena.

Inclusive la lectura correlativa de los evangelios, nos aclaran que sacó a Judas antes de participar
del pan y la copa, y en Jn.13:30 dice: "luego salió; y era ya de noche".

También sabemos que la Biblia señala que la Cena del Señor debe realizarse todos los días
Domingo. Los cristianos comenzaron a reunirse todos los días Domingo, como lo vimos en el
capítulo anterior.

En Hch.20:7 se aprecia indubitablemente que no se reunían cualquier día para celebrar la Cena,
tampoco que lo hicieran una vez al año, menos aún para la festividad que ha señalado Roma como
"semana santa".

Para explicar su acomodación a la práctica de hacer la Cena una vez al año o una vez cada tres
meses, o cuando les venga en gana, se revisten de una espiritualidad asombrosa. Dicen con el
mayor grado de santidad posible: "si la hiciéramos todos los Domingos, se volvería rutinaria".

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Pero lo que resulta curioso es que no se les vuelve rutinario recoger las ofrendas, no solamente
todos los Domingos, sino que además todos los días de la semana, y algunos lo hacen hasta dos o
tres veces por reunión.

Con razón hacen tantas reuniones durante la semana, porque además de las ofrendas, están las
"ofrendas de amor", los números de la rifa y las demás cosas que les presionan a comprar en ese
lugar que debería ser la casa de Dios, pero que la han trasformado en cueva de ladrones.

La Palabra de Dios establece que debe ser UN pan y UNA copa, pero eso a los hombres no les ha
gustado y lo han cambiado por pedacitos de pan y por varias copitas pequeñas.

Esto correspondería al absurdo de pensar que un israelita, en vez de un cordero pascual, podía
presentar según su gusto, chuletitas de cordero, porque eso era lo que le agradaba más a él y a su
familia.

Podrán decir todos los argumentos humanos que quieran; algunos muy convincentes, como que eso
lo hacen por motivos de higiene, o porque sería imposible de acuerdo al tamaño de sus iglesias.
Pero la verdad incuestionable es que eso no corresponde a lo que el Señor ha ordenado.

¿Creen que el Señor no pensó en eso? ¿O que fue un error del Señor por lo cual hay que
cambiarlo? ¿No han pensado estos hombres tan sabios (que se creen más sabios que el Señor) que
al ordenar UNA copa, estaba regulando también el tamaño de la iglesia local?

¿No han considerado que hayan sobrepasado el número de hermanos que deberían estar en una
iglesia local, si es que no pueden hacerlo con una sola copa como ordenó El Señor? Porque esto
que vemos en el día de hoy: los grandes ministerios, las "catedrales" y las "sinagogas" nada de eso
existe en la Biblia.

Los cristianos estuvieron durante tres siglos reuniéndose en casas, y en las casas partían el pan. Si
se hubiera seguido el modelo bíblico, no tendríamos que lamentarnos como lo hacemos hoy, de los
líderes que se han enriquecido y se han transformado en verdaderos faraones con poderes
absolutos, llenos de riquezas como se le criticaba al Vaticano.

Además, habría existido una preciosa oportunidad para ejercitar verdaderamente los dones, en una
expresión genuina de amor fraternal, que el Espíritu Santo ha entregado a cada uno en particular en
cada iglesia local, donde realmente todos puedan conocerse y servir al Señor (1Cor.12:11).

A diferencia de esto, hoy encontramos iglesias de diez mil o cinco mil miembros, que están siendo
administradas por un pequeño grupo que se ha adueñado del rebaño del Señor para trasquilar esas
ovejas.

Si hubieran seguido el modelo bíblico, tendríamos cientos y miles de iglesias funcionando en las
casas o lugares pequeños, donde cada uno habría podido ejercer su don como corresponde. Y no
existirían las sumas de dinero que manejan en nuestros días, que ha traído tanta corrupción en las
iglesias.

En 1Cor.10:16 dice: "La copa de bendición que bendecimos ¿no es la comunión de la sangre de
Cristo? El pan que partimos ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo? Siendo uno solo el pan,
nosotros con ser muchos, somos un cuerpo".

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Claramente Dios manda que sea UNA sola copa, y UN solo pan. Cambiar esto, es anular todo el
significado de la Cena del Señor y estar ofreciendo "fuego extraño" que Dios no ha mandado.

Un pan representa un solo cuerpo, el único, el de Cristo, del Dios manifestado en carne (1Tm.3:16).
El verdadero maná que descendió del cielo (Jn.6:51).

Una copa representa un solo sacrificio, el cual se realizó una vez para siempre (Heb.10:12). Es el
símbolo de esa sangre bendita que se derramó una sola vez.

El Señor dijo que toda potestad le es dada en el cielo y en la tierra, pero algunos hombres se creen
con mayor autoridad y sabiduría que él para cambiar lo ordenado por el Rey de reyes.

Así como Dios exigía fiel cumplimiento para la celebración de la pascua en todos sus detalles, lo
mismo demanda para la Cena del Señor. Son dos festividades diferentes, una para Israel, la otra
para la iglesia, pero ambas las ha instituido el mismo Dios, quien demanda la misma obediencia y
fidelidad.

Capítulo 17 "Israel tenía prohibición de comer ciertos tipos de carnes. En la


iglesia hay libertad".

Cuando comprendemos con claridad la realidad fundamental de la fe cristiana; que la ley fue dada
para Israel y la gracia para la iglesia, todas las demás cosas nos resultarán muy evidentes.

Por ejemplo, cuando alguien le pregunta a un cristiano ¿Por qué no circuncida a su hijo? La
respuesta lógica que daremos, es que nosotros no somos judíos, sino cristianos. ¿Por qué no
guardan el día Sábado? La respuesta será la misma.

O ¿Por qué no celebramos las siete fiestas solemnes? (La Pascua, la fiesta de los panes sin
levadura, las primicias, la ofrenda mecida, la de las trompetas, el día de la expiación, la fiesta de los
tabernáculos) Nuestra respuesta seguirá siendo una sola.

O ¿Por qué no pagamos los diezmos y únicamente damos la ofrenda que libremente hemos
propuesto en nuestros corazones, y esto damos sin que la mano izquierda sepa lo que ha dado la
derecha? Volveremos a repetir lo mismo, porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia. Somos
cristianos y no judíos.

Amamos mucho al pueblo de Israel, pero no estamos siguiendo las costumbres ni ordenanzas que
recibieron los judíos; seguimos a Cristo y a Su Palabra, lo que él ordenó para la Iglesia.

A Israel le prohibió el consumo de algunos tipos de carnes, en cambio a la iglesia Dios le ha dado
libertad. Sin embargo analizaremos los detalles que se mencionan en el Antiguo Testamento para
Israel, y las instrucciones para la iglesia, que lógicamente las encontramos en el Nuevo Testamento.

En nuestros días existen algunas sectas religiosas que han enarbolado ciertas prohibiciones, como
por ejemplo: no comer carne, no beber té o café, etc. Entre las más conocidas podemos citar a los
Adventistas del Séptimo día, más conocidos como Sabatistas. Su fundadora Helen White, insistió
entre sus seguidores que no podían comer carne; desde allí esa secta desarrolló con gran esmero la
cocina vegetariana.

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Los católicos con su prohibición de comer carnes rojas en los que han denominado "Viernes Santo".
Los mormones con su prohibición de beber té o café, pero que curiosamente no se molestan en
absoluto si sus "ancianos" ("elders" en inglés), los muchachitos de 20 años, o los miembros de esa
secta, beban whisky u otros licores.

Pero vayamos a lo que la Biblia dice, que es lo que realmente importa. Dios no ha prohibido comer
carne, ni Cristo fue vegetariano. Lo único concreto que encontramos en la Biblia, es una advertencia
que nos hace Dios para que podamos identificar a estas sectas religiosas.

Dice en 1Tm.4:1-3 "Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos, algunos
apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios, por la
hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse (celibato del
clero), y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias
participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad".

Dios nunca prohibió comer carne a Israel ni a la iglesia. Ni en días especiales, en semana "santa" o
no santa.
No debemos perder de vista a nuestro modelo perfecto, Cristo Jesús, el cual no fue vegetariano, es
más, aún después de su resurrección de entre los muertos, volvió a comer carne con sus discípulos.

Los patriarcas de la antigüedad tuvieron grandes cantidades de ganado, y no lo empleaban para


adornar sus prados, sino que fue una parte importante en su dieta alimenticia.

En Gn.18 se menciona cuando Dios visitó a Abraham junto a dos ángeles, vrs. 1 y 2 "le apareció
Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día, y
alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él".

Uno de ellos ha de entenderse que fue una de las visitaciones del Hijo Eterno de Dios antes de
tomar un cuerpo humano, conocidas como teofanías, porque dialogó con Abraham como lo vemos
en el verso 13 "entonces Jehová dijo a Abraham".

Todo el capítulo relata la conversación que sostuvieron estos seres celestiales y uno de ellos se
identificó como Dios mismo; pero lo que nos interesa para el tema que estamos considerando, son
los versos 7 y 8 "y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y
éste se dio prisa a prepararlo,... y lo puso delante de ellos, y él se estuvo con ellos debajo del árbol,
Y COMIERON" ¿Qué comieron? -Carne ¿Quiénes? El Eterno Hijo de Dios, los ángeles y Abraham.

Dios NUNCA prohibió en la ley comer carne, es más, autoriza hacerlo. Dt.14:3-6 "Podréis comer: el
buey, la oveja, la cabra, el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra montés, el íbice, el antílope y el
carnero montes, etc."
Dt.12:15 "Podrás matar y COMER CARNE en todas tus poblaciones conforme a tu deseo, según la
bendición que Jehová tu Dios te haya dado".

Es verdad que Dios prohibió a Israel comer algunos tipos de carne. Dt.14:7 "Pero estos no comeréis,
camello, liebre y conejo, ni cerdo, os serán inmundos, de la carne de éstos no comeréis ni tocaréis
sus cuerpos muertos. De todo lo que está en el agua, de éstos podréis comer: todo lo que tiene aleta
y escama. Mas todo lo que no tiene aleta y escamas, no comeréis, inmundo será. Toda ave limpia
podréis comer. Y estas son de las que no podréis comer: el águila, etc."

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Dios fue muy específico para individualizar que animales podían comer y cuáles no, porque él
deseaba que su pueblo fuera liberado de las muchas enfermedades que abundaban en los
diferentes pueblos de la tierra en aquel tiempo, debido principalmente a las condiciones higiénicas
que eran casi nulas; agravadas por la falta de agua y servicios básicos de salubridad.

Además de las razones prácticas que ya he señalado, también se puede apreciar un simbolismo que
nos entrega preciosas verdades espirituales.

Israel nunca tuvo la prohibición de comer carne, pero efectivamente como vimos en Dt.14:7 Dios les
prohibió comer ciertos animales que se detallan allí. A diferencia de esto, para la iglesia dice Dios en
1Cor.10:25-27

"DE TODO lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia,
porque del Señor es la tierra y su plenitud. Si algún incrédulo os invita, y queréis ir, de todo lo que se
os ponga delante comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia".
Para la iglesia no existen largas listas de animales que no se puedan comer, claramente dice: "de
todo lo que se os ponga delante comed".

Solamente se menciona una prohibición para la iglesia en cuanto a las comidas, Hch.15:19-20 "No
se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios, sino que se aparten de ahogado y de sangre".
Ahogado se refiere al animal que se mata por estrangulación, dejando toda su sangre en su cuerpo.
Antiguamente las aves se sacrificaban domésticamente de esa forma.

La exclusión apunta al consumo humano de la sangre de los animales. Hoy la ciencia ha demostrado
que todas las toxinas del animal se conservan en la sangre; cualquiera que la consuma, estaría
ingiriendo directamente todas las enfermedades del animal.

Esta prohibición también la encontramos en el Antiguo Testamento para Israel, Lv.17:10-14 "No
comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre".

Creo que es importante aclarar otra tremenda aberración de una secta, que siempre hace mucha
bulla distorsionando estos versículos, llevando al extremo de sacrificar la vida de sus propios hijos al
impedir una transfusión de sangre que le pudo sanar.

Donde Dios prohíbe "comer" sangre, ellos tuercen la Biblia y alteran el verbo "comer" por
"transfundir". Para aclarar esta adulteración, basta con coger un diccionario y comprobar el
verdadero significado de estos dos vocablos y la diferencia que existe entre uno y otro.

Transfundir significa trasegar un líquido de un vaso a otro; y transfusión es la acción de transfundir.


En medicina significa pasar cierta cantidad de sangre de un individuo a otro, a fin de reemplazar la
sangre perdida o alterada, para salvar la vida del paciente afectado.

Como vemos, es un absurdo decir que Dios prohíbe la transfusión de sangre, más aún considerando
que el propósito con el que se realiza es salvar la vida de una persona. No hay nada más
dignificante, que dar su propia sangre para salvar la vida de otro ser humano. O ¿no fue eso lo que
hizo el Señor?

El fanatismo de los Testigos de Jehová ha inducido a los padres a condenar a muerte a sus propios
hijos, por oponerse, sin ninguna razón bíblica, a que le efectúen una transfusión de sangre que pudo
salvarles la vida.
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¿Podría alguien, con un mínimo de sensatez, decir que Dios prohibió que demos sangre para salvar
la vida de otro ser humano? Los que sostienen tal falsedad, podrían muy bien ser considerados entre
los que profetizó el Señor, 2Tm.4:3-4

"Porque vendrá tiempo cuando se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y
apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas". 2Tm.3:13 "los malos hombres y los
engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados".

En conclusión sobre nuestro tema tratado en este capítulo. A Israel Dios le prohibió comer ciertos
tipos de carnes. A la iglesia le dice ahora: "De todo lo que se vende en la carnicería, podéis comer".

Capítulo 18 "A Israel, debido a la dureza de sus corazones, Dios les


permitió el divorcio. En la iglesia no".

A pesar de los innumerables ataques que la institución del matrimonio está sufriendo actualmente;
parecen ser muy pocos los que se dan cuenta de ello, la conspiración viene desde muchos ángulos.

Movimientos bien organizados, que sutilmente influyen sobre los jóvenes para que prefieran
alternativas al matrimonio. La propaganda sincronizada de movimientos como el de "Liberación
femenina" y otros que se han unido en esta cruzada de la nueva moralidad, que en realidad no es
otra cosa que una inmoralidad; están produciendo un caos en las familias en todas las esferas
sociales.

A todo esto también hemos de añadir el gran instrumento que Satanás dispone para influenciar
sobre la humanidad: "Hollywood" con su gran mercado de filmes, y la pantalla chica, la caja idiota
(TV), donde se presentan cada día con más frecuencia, "familias" compuestas por dos padres, o dos
madres, o simplemente grupos de jóvenes que conviven en una abierta promiscuidad, donde nunca
faltan los ingredientes de homosexualidad y lesbianismo.

La familia fue instituida por Dios desde el principio de la creación, y es figura de la relación íntima
que existe entre el Señor Jesucristo y la iglesia, como se aprecia principalmente en el libro de
"Cantar de los cantares".

En la Biblia también se llama a la iglesia "la esposa" de Cristo, por ejemplo en Ef.5 donde Dios
entrega hermosas disposiciones para que el matrimonio cristiano pueda funcionar armoniosamente,
dice entre otras cosas:

"casadas, estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es la cabeza de la
mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo...maridos, amad a vuestras
mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó por ella...los maridos deben amar a sus
mujeres como a sus mismos cuerpos" y concluye: "grande es este misterio, mas yo digo esto
respecto de Cristo y de la iglesia".

Desde las primeras páginas de la Biblia, Dios realza el matrimonio con inusitado brillo, porque esta
institución de origen divino también es figura, representa la unión indisoluble entre Cristo y la iglesia.

A través de la Biblia la iglesia es tipificada por Dios bajo diferentes figuras, pero como la esposa, es
la más tierna y que expresa más profundamente el amor del Señor por su iglesia, como lo expresa
en el pasaje de Ef.5:31 "y los dos serán una sola carne".
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En Génesis encontramos que el relato divino también nos traslada a estas dimensiones ¿Por qué
Dios no creó a Eva del polvo de la tierra, al igual que lo hizo con Adán? Dice en Gn.2:21 "Dios hizo
caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas" y de esa costilla
hizo a la mujer.

En cada acto con el cual Dios nos bendice, también nos entrega una lección espiritual, como dice en
Rm.1:20 "las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la
creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen
excusa".

En el relato de Génesis vemos preciosamente representada la esposa para el segundo Adán, como
se define a Cristo en 1Cor. 15:45. El sueño profundo de Adán es figura de la muerte del Señor; el
costado abierto de Adán, desde donde extrajo la costilla para formar su esposa, nos habla del
costado abierto del Señor por la lanza del soldado en la cruz, que probó al mundo la muerte real de
Cristo, desde donde brotó la sangre preciosa que redimió a los creyentes que constituyen y forman
Su iglesia, la esposa.

Cuando logramos profundizar sobre estos hechos, es que estamos en condiciones de entender el
tema de este capítulo que es el divorcio, y apreciaremos mejor este mal endémico de nuestra
sociedad.

Aceptar el divorcio ENTRE los creyentes, es creer que Cristo se puede divorciar de su esposa, la
iglesia. Obviamente que aquellos que no son creyentes, no se interesan por conocer la voluntad de
Dios y su necesidad primordial es su salvación, conocer a Cristo como su único y suficiente Salvador
personal, porque de otro modo, siga casado o divorciado, igualmente irá al infierno.

En Mt.19 encontramos a los fariseos consultar al Señor sobre este tópico. Ellos están enfocando el
tema desde su perspectiva, como representantes y guías espirituales de la nación de Israel, como
observantes de la ley de Moisés.

Dice Mt.19:3-11 "Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre
repudiar a su mujer por cualquier causa? Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los
hizo al principio, varón y hembra los hizo?

Y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola
carne. Así que no son ya más dos, sino una sola carne, por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el
hombre.

Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? Él les dijo: Por la
dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres, más al principio no fue
así.

Y os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra,
adultera, y el que se casa con la repudiada, adultera. Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición
del hombre con su mujer, no conviene casarse. Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir
esto, sino aquellos a quienes es dado".

Notamos que estos representantes de la nación de Israel dijeron al Señor, para tentarle, para
sorprenderlo en alguna contradicción, que ellos reconocían que en el principio no existía el divorcio,
y le preguntaron con hipocresía: entonces ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio? Y el
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Señor les corrige: Moisés no mandó, sino que permitió, y esto a causa de vuestro pecado, a la
dureza de vuestros corazones. Les permitió en el sentido de tolerancia, no de aprobación.

Debemos distinguir entre la voluntad directa de Dios, y la voluntad permisiva. Por ejemplo, la
voluntad directa de Dios para Abraham fue que habitara en las tierras de Canaán, pero cuando vino
hambre en la tierra y Abraham consultó a Dios si podía "descender" a Egipto, Dios lo autorizó.

A los antiguos, al pueblo terrenal, a Israel bajo la ley le "permitió" dar carta de divorcio, y solamente
por causa de fornicación. Y aquí es necesario aclarar este término, para poder interpretar
correctamente lo que el Señor le dijo a los fariseos.

Es indispensable conocer algo de la idiosincrasia de esos pueblos del Medio Oriente, y el significado
exacto del vocablo "fornicación".

Fornicación se refiere a la relación sexual antes del matrimonio. Adulterio, a la relación sexual fuera
del matrimonio. Por lo tanto, un casado puede cometer adulterio, pero no puede ser acusado de
fornicario. Entonces ¿cómo puede ser posible que la fornicación sea causal de rompimiento
matrimonial?

Como estaba dicho en la ley, Dt.22:13-20 Cuando alguno tomare mujer y después de haberse
llegado a ella, no la halla virgen, la podrá repudiar.

Los pueblos orientales tenían por costumbre, cosa que todavía se practica en esa parte del mundo;
que los padres arreglaban los matrimonios durante la infancia de sus hijos, los cuales quedan
legalmente unidos en un compromiso que se extiende hasta la edad en que pueden consumar su
matrimonio; el cual es ratificado en una ceremonia oficial ante la presencia de los familiares e
invitados, quienes participan luego en la fiesta que da inicio a la vida conyugal, a la cual se integran
los que legalmente estaban casados desde su infancia.

Legalmente ante la sociedad, ya estaban unidos en un compromiso matrimonial. Si durante esa


etapa, alguno de los comprometidos por sus padres era infiel, cometía fornicación y no adulterio,
porque aún no se había consumado el matrimonio.

Ese compromiso matrimonial, que era un vínculo mucho más fuerte que el noviazgo de Occidente,
podía ser anulado por uno de los reclamantes, al comprobar la infidelidad de su cónyuge. Razón por
la cual se acostumbraba exhibir públicamente a los invitados a las bodas, una prenda íntima que
probara su virginidad.

Lea de nuevo Dt.22 y le encontrará más sentido, porque allí habla del que quebrantó ese
compromiso de matrimonio y fornicó, pudiendo el ofendido entregar una carta de divorcio y anular el
compromiso.

Esa era la clase de divorcio que permitía la ley, a causa de "fornicación" y es de lo que el Señor está
hablando a los fariseos en Mt.19:9

Esto es lo que sucedió en la relación entre José y María, ellos estaban comprometidos legalmente
por sus padres, Mt.1:18 "Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se
halló que había concebido del Espíritu Santo. José su marido, como era justo, y no quería infamarla,
quiso dejarla secretamente".

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Él pensó que ella había fornicado, no podía acusarla de adulterio, porque todavía no vivían juntos. A
esto se refiere el Señor en Mt.19:9 "y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por
causa de fornicación, y se casa con otra, adultera, y el que se casa con la repudiada, adultera".

Lógico, si un casado se une a otra persona, comete adulterio, no es un acto de fornicación. En el


mismo versículo el Señor hace la diferencia entre fornicación y adulterio. Fornicación antes de vivir
con su marido, adulterio después de consumar su matrimonio.

En la ley para Israel y en la gracia para la iglesia, se establece de igual forma que el matrimonio una
vez consumado, es algo indisoluble, que solamente la muerte termina con ese vínculo, porque ahora
no son más dos, sino una sola carne.

1Cor.7:39 "La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere,
libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor". Pero esta última frase: "con tal
que sea en el Señor", está indicando claramente que es una ordenanza para los que son de la
iglesia.

Porque el inconverso comete a diario ese y muchos otros pecados más, siendo el más grave y
primero que necesita arreglar, el haber rechazado o sido indiferente a la salvación que a tan alto
precio Dios le ofrece, por medio del sacrificio del Señor Jesucristo en la cruz del Calvario.

En 1Cor.7 encontramos instrucciones muy claras para los creyentes, pero necesitamos aclarar que
no está hablando del divorcio, porque el divorcio es el rompimiento del vínculo matrimonial que le
concede la libertad para volver a casarse con otra persona, en cambio aquí señala muy claramente:
"que NO se separen, y si se separan, quédese sin casarse".

Por tanto, esta es una concesión para "separarse" cuando la vida matrimonial se ha transformado en
un yugo imposible de sobrellevar.

En el verso 15 dice: porque "a paz nos llamó Dios". Esto significa que cuando un matrimonio no
puede vivir junto en forma pacífica, es mejor separarse, mayormente cuando uno de ellos es
incoverso y el creyente tiene que convivir con una persona que no la respeta.

Son múltiples los casos de hermanas que toleran y se atormentan innecesariamente con maridos
alcohólicos, o drogadictos, o vagos, violentos, etc. En un malentendido testimonio cristiano, se
resignan a vivir y soportar a esos malos elementos que no solamente son cargas para la sociedad y
para ellas, sino que además las atormentan y no les permiten disfrutar libremente de la presencia del
Señor.

En esa situación, insisto, Dios autoriza al creyente a abandonar a su cónyuge, para que pueda
disfrutar de la paz del Señor, aunque claramente establece: "quédese sin casar" (1Cor.7:11).

Ahora, muchos se preguntan ¿qué sucede cuando una persona conoce al Señor estando separado
por muchos años y ya tiene una familia establecida? Por supuesto que no se les puede mandar
disolver esa situación, más aún cuando en muchos casos el cónyuge que abandonó, también
convive con otra persona y éste no tiene ninguna intención de reconciliarse.

En esos casos, creo que se puede aplicar lo que dice en el verso 17 "Pero cada uno como el Señor
le repartió, y como Dios llamó a cada uno, así haga; esto ordeno en todas las iglesias". Aunque no se

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puede utilizar este versículo para aceptar a "las parejas", como hoy en día les dicen a los
convivientes.

Porque también la Palabra de Dios nos manda a someternos a las autoridades, porque por Dios han
sido establecidas, Rm.13:1-2 "Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay
autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien
se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación
para sí mismos".

Luego prosigue hablando de los magistrados, la policía y el sistema de gobierno en general, porque
finalmente Dios es el que pone y quita los gobernantes como él quiere, Tito 3:1 "Recuérdales que se
sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan".

Y cuando aún la ley de los hombres condena la bigamia y el adulterio ¿por qué se habría de aceptar
dentro de la iglesia? ¿Qué deberían hacer las personas que se encuentran en esa situación?

Simplemente legalizar su compromiso utilizando las leyes vigentes del país, esto significaría que la
iglesia debería reconocer como matrimonio a los que legalmente están casados, aunque sea por
segunda vez.

Considero que es muy significativo cuando Dios señala para los líderes de la iglesia "que sea
marido de una sola mujer". Creo que es aplicable a los divorciados para nuestros días, porque según
la voluntad directa de Dios sabemos que solamente la muerte puede terminar con ese vínculo
(1Cor.7:39) y que el mismo Señor Jesucristo dijo sobre el matrimonio (Mt.19:6) "lo que Dios juntó, no
lo separe el hombre".

Por lo tanto, ante Dios, un divorciado aunque esté legalmente casado por segunda vez y tenga una
sola esposa para la ley de los hombres, según el concepto más elevado del Señor, tendría dos
mujeres; inclusive como proveedor y responsable del sustento de ambas, son dos mujeres.

Esto establece la prohibición directa de Dios, para que un hermano divorciado pudiera ejercer el
pastoreado u otra posición de liderazgo dentro de la iglesia. Pero este mismo argumento estaría
dando la razón que no podría ser excluido a la comunión de la iglesia, debido a que Dios señala
claramente que lo está diciendo como requisito únicamente a los obispos (pastores o ancianos) y no
para todos los creyentes.

Si hubiera sido una regla general que ninguno podía ser divorciado (tener la primera esposa viva y
luego una segunda con la cual se casó después de su divorcio), no tendría sentido que presentara
esto como requisito exclusivo para los líderes; porque de ninguna manera se puede pensar que en la
iglesia primitiva existiera la poligamia, la cual es condenada abiertamente en el Nuevo Testamento
por el mismo Señor Jesucristo e históricamente sabemos que jamás se ha tolerado en el
cristianismo. Inclusive la misma ley de los hombres (que Dios nos exhorta obedecer) dictamina
graves sanciones a los transgresores que cometen el delito de poligamia.

Todos los códigos penales y civiles de occidente, tuvieron su origen en el código romano y éste en
los Escritos Sagrados. Allí se establecen responsabilidades del divorciado para con su primera
esposa y naturalmente que también con su segunda cónyuge, es decir, tiene obligaciones para con
las dos esposas.

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El requisito de ser marido de una sola mujer, tiene que ser en relación a los divorciados que al estar
viva su primera mujer, técnicamente tiene dos esposas, porque el Señor es muy preciso al señalar
que el matrimonio termina solamente con la muerte.

1Co 7:39 "La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere,
libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor".
Mat 19:6 "Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe
el hombre".

La iglesia no tiene la responsabilidad de intentar imponer sus valores morales sobre toda la
sociedad, porque mayoritariamente las naciones no son cristianas, en el concepto real de la palabra;
ellos necesitan escuchar el evangelio de nuestro Señor Jesucristo para la salvación de sus almas.

Una vez que la persona nace de nuevo, es el Espíritu Santo el que hará la limpieza en ella. No
sacamos absolutamente nada con cambiar los valores morales (si es que se pudiera) si
primeramente no nace de nuevo, de igual manera se irá al infierno, porque solamente Cristo salva,
no nuestras buenas obras.

Es verdad que el Señor nos mandó a ser "sal de este mundo" para detener la corrupción de la carne,
pero eso debemos hacerlo principalmente con lo que hacemos, más que con lo que decimos. Todo
lo que Dios manda para la iglesia, es para que lo cumplan los creyentes, el inconverso tiene una sola
y gran necesidad, arrepentirse y salvar su alma.

Igualmente de absurdo resulta escuchar a los curas opinar y presionar a las autoridades de gobierno
sobre asuntos del matrimonio, cuando ellos no se casan, como dice en 1Tm.4:1-3

"el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a
espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo
cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos".

Bien sabemos que el pecado imperdonable que puede cometer un cura, es casarse, porque todo
otro pecado que ellos cometan, lo solucionan fácilmente con una simple confesión a otro "colega".

Y esa condición anormal que les impone el Vaticano (para no tener que compartir sus bienes con los
herederos), les ha llevado a mantener relaciones anormales y abortos en sus conventos y
monasterios, los cuales son un secreto a voces, aun cuando la Biblia manda que los obispos sean
casados (1Tm.3:2-5) y nos revela que el apóstol Pedro era casado (Mt.8:14) como también los
demás apóstoles (1Cor.9:5).

Rm.1:25-28 "ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las
criaturas (santos y vírgenes) antes que al Creador...por esto Dios los entregó a pasiones
vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de
igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia
unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos
la retribución debida a su extravío.

Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios (no olvidemos quienes quemaron las Biblias
durante siglos), Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen".

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La necesidad primordial que tiene el mundo de escuchar de parte de la iglesia es la de su salvación,
no lecciones sobre moralidad, las cuales muchas veces no se cumplen ni entre los que se dicen
cristianos y pertenecen con mucho orgullo a una iglesia.

También es importante señalar que son absolutamente fraudulentas, ilegales e inconstitucionales las
ceremonias que pastores sin temor de Dios realizan en sus iglesias, con el propósito de otorgarle un
carácter de legalidad al adulterio y lo transforman en bigamia, al "casar" a aquellos que no están
legalmente divorciados ante la ley de su país, a la cual Dios ordena sometimiento y obediencia.

Me refiero a esas ceremonias de "casamiento" que hacen en muchas iglesias y que no son
reconocidas por las autoridades del país para casar ante la ley de los hombres. Ellos saben que no
tiene validez ante ninguna ley del país, por lo tanto es un mero "show" con el cual pretende
solamente darle un barniz de legalidad para adormecer la conciencia de los que están en adulterio, y
la del pastor para recibir sus ofrendas y diezmos sin remordimientos (si es que alguna vez los tuvo).

Si esa ceremonia de "casamiento" tuviera algún valor (ante Dios o ante los hombres) significaría que
esa "pareja" ha cometido bigamia, porque no están legalmente divorciados y han sido "casados" por
segunda vez. Esos pastores y los contrayentes se han puesto fuera de la ley.

¿Cuál iglesia casa conforme a la ley de Dios? Si alguno conoció al Señor estando casado, y su
cónyuge es inconverso, y él consiente en continuar con su matrimonio, el Señor le anima a no
abandonarle, porque quizás su fiel testimonio le podrá llevar al Señor. Vr.13 "si una mujer tiene
marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone".

Pero en este mismo capítulo siete resulta muy evidente que el creyente que pertenece a la iglesia, a
la esposa de Cristo, no puede divorciarse, vr.11 "si se separa, quédese sin casar". Vr.39 "La mujer
casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para
casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor".

A Israel, debido a "la dureza de sus corazones Moisés les permitió, por causa de fornicación, dar
carta de divorcio". Al recordar que esto fue entregado a Moisés, está señalando que pertenece a la
ley. Y la carta de divorcio, como ya vimos, se refiere a anular el compromiso adquirido por sus
padres, para cuando consumaran el matrimonio y descubrían que no era virgen.

Estoy plenamente consciente que es un tema muy delicado y penoso, especialmente para aquellos
que han tenido que enfrentar el dolor de una ruptura matrimonial, pero solamente he querido ser lo
más claro y objetivo posible, sin apartarme de lo que Dios ha revelado en Su Palabra, porque Su
Palabra es verdad.

Capítulo 19 "A Israel Dios mandó hacer guerra a sus enemigos. En la iglesia
nos manda amar a nuestros enemigos".

Bien conocemos el relato bíblico de la conquista de Canaán por el pueblo escogido de Dios. Todo
comenzó, no con el llamado de Abraham de Ur de los Caldeos, sino cuando el pecado y corrupción
de esos pueblos llegó a su colmo.

Dios tuvo que actuar para terminar con la inmoralidad de los habitantes de Canaán, porque Su
Santidad y Justicia no pudieron seguir tolerándolos, y decidió entregar esas tierras a un pueblo que
levantaría de los lomos de Abraham.
70
Luego vino la esclavitud de Israel por 430 años y su posterior liberación, que con mano poderosa
Dios hizo por medio de Moisés. En su cuidado y misericordia con ellos, les mandó rodear por el
desierto para evitar una confrontación con sus moradores, porque el Señor sabía que su pueblo aún
no estaba preparado para la batalla.

Pero una vez que su nación fue consolidándose, el ejército israelita formándose y fortaleciéndose,
Dios los guió para aplicar juicio sobre los pueblos cuya maldad había rebalsado la paciencia del
Señor.

Leemos en Nm.21:1-3 "Cuando el cananeo, el rey de Arad, que habitaba en el Neguev, oyó que
venía Israel por el camino de Atarim, peleó contra Israel, y tomó de él prisioneros. Entonces Israel
hizo voto a Jehová, y dijo:

Si en efecto entregares este pueblo en mi mano, yo destruiré sus ciudades. Y Jehová escuchó la voz
de Israel, y entregó al cananeo, y los destruyó a ellos y a sus ciudades".

En Nm. Cap.31 dice: "Jehová habló a Moisés, diciendo: Haz la venganza de los hijos de Israel contra
los madianitas, después serás recogido a tu pueblo. Entonces Moisés habló al pueblo diciendo:
Armaos algunos de vosotros para la guerra, y vayan contra Madián y hagan la venganza de Jehová
a Madián".

Y así sucesivamente fue Dios cumpliendo su doble propósito, castigar a los moradores de Canaán
por la inmundicia de sus pecados que se hicieron intolerables ante la Santidad de Dios, y al mismo
tiempo entregar a su pueblo Israel que estaba formando, una tierra donde se desarrollara como
nación y por medio de ellos (Israel), entregar luz al mundo que se envolvía cada vez más en las
tinieblas del pecado; para no tener que mandar un juicio sobre todas las naciones de la tierra.

El plan divino abarcaba no solo un juicio local sobre aquellos que se habían corrompido, que entre
otras cosas, ofrecían a sus propios hijos para ser quemados en sacrificio a los ídolos; sino que Su
misericordia estaba preparando una nación santa para entregarle Su revelación divina a su cuidado
(Rm.3:2).

Pero más importante aún, preparar la genealogía del instrumento humano que Dios escogería para
que el Hijo eterno de Dios (Mt.1:1-17), tomara un cuerpo humano (1Tm.3:16) y de esta forma traer
bendición a todas las naciones que estaban sucumbiendo en las tinieblas del pecado.

Luego de la partida de Moisés, Dios levantó a Josué como líder de su pueblo, que sería el general
que les guiaría a la conquista de Jericó, la primera ciudad que tomaron, donde se vio claramente una
vez más que Dios intervenía a favor de Israel. Josué 6:21 "y destruyeron a filo de espada todo lo que
en la ciudad había, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, hasta los bueyes, las ovejas, y los asnos".

Esta justicia era muy propia de una dispensación como la ley. Ex.21:23-24 "Mas si hubiere muerte,
entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente".

El Señor Jesucristo estableció la diferencia que ahora existe entre las demandas para Israel y la
iglesia. Él, con su autoridad divina, establece un cambio profundo para dar inicio a otra dispensación,
la gracia.

Mt.5:38 "Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que
es malo, antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Oísteis que
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fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros
enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os
ultrajan y os persiguen".

Durante la dispensación de la ley, Dios mandaba inmediatamente su juicio o prosperidad terrenal a


Israel; en cambio ahora en la gracia no, los juicios vendrán después del arrebatamiento de la iglesia,
durante la Gran Tribulación, y la recompensa para los cristianos también será en las moradas
celestiales. Mr.10:21 "tendrás tesoro en el cielo".

Todos los males que somos testigos en nuestra sociedad, no es más que el cumplimiento de una ley
divina: "Todo lo que el hombre sembrare, eso también cosechará".
En la dispensación de la gracia, no podemos actuar como lo hizo el pueblo de Israel durante la ley

A ellos les dijo: "ojo por ojo, y diente por diente", pero tampoco en el concepto liviano que lo entiende
el mundo, como venganza, sino para que el castigo se aplicara de acuerdo a la proporción de la
falta.

En cambio a la iglesia nos manda amar aún a nuestros enemigos. Rm.12:7 "No paguéis a nadie mal
por mal, procurad lo bueno delante de todos los hombres, si es posible, en cuanto dependa de
vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino
dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.

Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer, si tuviere sed, dale de beber, pues haciendo
esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza".

Obviamente que se está refiriendo a la conducta que debe mostrar un creyente para con su prójimo,
pero las leyes del país para condenar al malhechor deben cumplirse. En el contexto de la epístola a
los Romanos en el capítulo siguiente dice: (Rm.13:1-4)

"Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de
Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo
establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los
magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo.

¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor
de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es
servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo".

El mismo ejemplo nos dejó el Señor al perdonar al malhechor que se arrepintió en la cruz, que
teniendo poder para hacerlo bajar e impedir su muerte, dejó que la ley se cumpliera. Una cosa es el
sometimiento a la ley, y otra muy distinta es tomar la justicia en nuestras propias manos.

Lo que ha llevado a una interpretación errada sobre la aplicación de la ley, y pensar que ahora en la
gracia las autoridades no deben condenar; es el caso de la mujer adultera que el Señor perdonó su
vida. Pero allí existen dos elementos que no podemos pasar por alto y que el Señor quiso
enseñarnos.

Primero, que los que apliquen justicia deben a su vez estar limpios de culpa. Segundo, que ese era
un juicio viciado, porque la ley condenaba al hombre y a la mujer que cometieran el adulterio
(Dt.22:22).
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Dice el relato de Jn.8:4 que "fue sorprendida en el acto mismo de adulterio". Obviamente ambos
habían sido sorprendidos, pero al hombre lo habían perdonado. Dios ha dicho que la ley debe ser
aplicada sin imparcialidades (1Tm.5:21).

Es evidente la diferencia entre lo que Dios mandó a Israel en la ley, y ahora a la iglesia en la gracia.
A Israel le dijo: "Ojo por ojo, diente por diente" y a la iglesia: "Amad a vuestros enemigos".

Capítulo 20 "En la religión judía existen sacrificios temporales. En la iglesia


tenemos un solo sacrificio con eficacia eterna".

Heb.9:19 hasta el cap.10 "Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a
todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e
hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo, diciendo: Esta es la sangre del pacto que
Dios os ha mandado, y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos
del ministerio.

Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre, y sin derramamiento de sangre no se hace
remisión. Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así, pero
las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.

Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca
puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que
se acercan. De otra manera cesarían de ofrecerse, pues los que tributan este culto, limpios una vez,
no tendrían ya más conciencia de pecado.

Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste, más me preparaste cuerpo.
Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocausto y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te
agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley) y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios,
para hacer tu voluntad, quita lo primero, para establecer esto último.

En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez
para siempre. Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces
los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados, pero Cristo, habiendo ofrecido una vez
para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, porque con una
sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados".

El Antiguo Testamento relata con gran detalle todo el ceremonial que los israelitas realizaban con los
sacrificios. En el tabernáculo debían ofrecer un animal en holocausto por la mañana, y otro por la
tarde durante todos los días del año; además de la gran variedad de sacrificios que cada israelita
debía traer continuamente. En consecuencia, eran miles los sacrificios que se ofrecían cada año.

El argumento divino es contundente, si esos sacrificios hubieran sido eficaces, no habría existido la
necesidad que estuvieran continuamente repitiéndose, pero precisamente debido a su imperfección,
es que requerían realizarse una y otra vez.

Algo similar a lo que sucede con el "sacrificio de la misa" que la iglesia católica inventó como un
ceremonial litúrgico a partir del siglo XI, y que ha estado repitiendo por nueve siglos día tras día y
semana tras semana. Y que además se efectúa como sacrificio incruento por el pecado, es decir, sin
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derramamiento de sangre, lo cual contradice abiertamente lo que Dios dice en Heb.9: 22 "sin
derramamiento de sangre no se hace remisión".

La ineficacia del sacrificio de la misa, también queda de manifiesto con el mismo argumento que nos
entrega Dios en Heb.10:1 "los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, nunca
pueden hacer perfectos a los que se acercan, de otra manera cesarían de ofrecerse".

La religión judía era una extensa y compleja lista de sacrificios que los israelitas debían realizar
durante toda su vida. Los cuales eran símbolos, figuras, sombras de la realidad que habría de venir,
que es la persona bendita de Cristo Jesús. Obviamente, llegado Cristo y consumado el sacrificio
perfecto, no hay más necesidad de repetirlo, debido justamente a su perfección.

En Heb.9:9 refiriéndose a los sacrificios que Dios ordenó en la ley, dice: "Lo cual es símbolo para el
tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en
cuanto a la conciencia, al que practica ese culto".

El versículo siguiente añade que estos sacrificios fueron dados: "hasta el tiempo de reformar las
cosas...Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio
y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, y no por sangre de
machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró UNA VEZ PARA SIEMPRE en el
lugar santísimo, habiendo obtenido ETERNA REDENCIÓN".

Esta es la tremenda y bendita diferencia que existe entre el pueblo terrenal, Israel, y la iglesia. Israel
dependía de sacrificios, que debido a su ineficacia, necesitaban repetirse constantemente. En
cambio la iglesia del Señor descansa sobre el sacrificio de Cristo, que debido a su eficacia y
perfección, no necesita repetirse jamás.

El grito de triunfo y victoria que resonó en el Calvario fue: "CONSUMADO ES" y no sólo hizo temblar
la tierra y partir las rocas, sino que llegó hasta el mismo trono de la gloria de Dios. Satisfizo
plenamente todas las demandas de la justicia divina, que entre otras cosas había sentenciado: "La
paga del pecado es muerte".

Cristo pagó esa deuda que nuestros pecados habían contraído con Dios, y "consumado es" significa
que la obra de nuestra redención está terminada, no hay nada más que el pecador pueda hacer.

Ya todo fue hecho por el Señor en la cruz; tan perfecto y completo fue Su sacrificio, que no
solamente no necesita ni debe repetirse, sino que dice que obtuvo ETERNA REDENCIÓN para los
que nos hemos arrepentido de nuestros pecados y nos apropiamos de esa obra perfecta y eterna.

Dice en Heb.10:14 "porque con UNA sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados". Y
en el verso 10 especifica: "somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo HECHA
UNA VEZ PARA SIEMPRE".

El versículo 12 también es muy preciso para señalar esta verdad: "Cristo, habiendo ofrecido una vez
para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios".

Dios dice con su autoridad divina, que el sacrificio de Cristo se realizó una sola vez. ¿Cómo pueden
entonces los jerarcas católicos sostener que ellos deben repetir el sacrificio del cuerpo mismo de
Cristo, en cada misa que realizan?

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Seguramente que como ésta, y muchas otras prácticas y mitos que inventaron no pueden explicarlas
con la Palabra de Dios, decidieron quemar las Biblias y prohibir su lectura por tantos siglos.

También los sacrificios de los israelitas, como dice el Señor, debido a su ineficacia, debían repetirse
continuamente. Pero a diferencia de esto en el verdadero cristianismo, tenemos UN solo sacrificio,
realizado una sola vez para siempre jamás; otorgando salvación completa y eterna, para todo aquél
que acepta esa obra de amor sublime.

Capítulo 21 "En el judaísmo tenemos el incienso. En la iglesia las


oraciones".

Como hemos estado considerando, Dios ordenó a su pueblo terrenal, Israel, una serie de
simbolismos por medio de los cuales les entregó enseñanzas de esa realidad que habría de venir
cuando las sombras pasaran. Llegado el cumplimiento del tiempo, obviamente esas figuras fueron
puestas de lado para dar paso a la realidad que ellas enseñaban.

Por ejemplo, cuando el verdadero Cordero de Dios consumó su obra, los sacrificios de todos los
animales que ordenaba la ley debían de suspenderse; lo mismo que todos los ceremoniales que se
practicaban según la ley de Moisés, porque la ley fue nuestro ayo (instructor) para llevarnos a Cristo.

A Israel le mandó ofrecer el incienso aromático, lo cual es símbolo de las oraciones que la iglesia
eleva a la presencia del Señor. Ex.30:34-38, 9 "Dijo además Jehová a Moisés: Toma especias
aromáticas, estacte y uña aromática y gálbano aromático e incienso puro, de todo en igual peso, y
harás de ello el incienso, un perfume según el arte del perfumador, bien mezclado, puro y santo.

Y molerás parte de él en polvo fino, y lo pondrás delante del testimonio en el tabernáculo de reunión,
donde yo me mostraré a ti. Os será cosa santísima. Como este incienso que harás, no os haréis otro
según su composición te será cosa sagrada para Jehová.

Cualquiera que hiciere otro como este para olerlo, será cortado de entre su pueblo. No ofreceréis
sobre el altar, incienso extraño".

A Israel Dios le entregó un detallado y complejo ritual ceremonial. El Señor se reveló a su pueblo
terrenal en el tabernáculo, y hasta el lugar santo, donde se encontraba el altar del incienso,
solamente podían acercarse los sacerdotes, previo cumplimiento de todas las ordenanzas que Dios
les había mandado.

Estos debían ser consagrados al servicio, lo cual se realizaba vistiéndose con túnicas que les eran
provistas para ese oficio, luego se sacrificaba un becerro para su purificación. Después un carnero y
se les aplicaba la sangre sobre el dedo pulgar de su mano derecha, y sobre el dedo pulgar de su pie
derecho, también sobre el lóbulo de su oreja derecha.

En todo esto encontramos un precioso simbolismo. En la Biblia, las vestiduras son figura de la
justicia con que Dios cubre al pecador perdonado, y lo prepara para su servicio y adoración.

Los sacerdotes no tenían que comprar estas vestimentas, se las regalaban para que cumplieran su
oficio sacerdotal. En Ap.6:11 donde se nos revela una escena celestial, dice que aquellos mártires
que llegaron al cielo, Dios les otorgó vestiduras blancas.

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Las vestiduras son la expresión de los atributos con que Dios revistió a los creyentes, son un regalo
del Señor. Aún en el caso de la esposa (la iglesia) como se indica en Ap.19:8 "a ella se le ha
concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones
justas de los santos".

Ese lino fino, representa las obras de los creyentes, el adorno nupcial que también proviene de Dios:
"se le ha concedido que se vista de lino fino" como regalo de Dios; no es de origen humano ni de
mérito personal, porque incluso las obras que el creyente realiza, son según la misericordia que el
Señor ha tenido para capacitarnos y usarnos en su obra.

Hasta "el querer" realizarlas lo tuvo que poner Dios en nuestros corazones, (Filp.2:13) "Dios es el en
vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad". Nos capacita entregándonos
los dones (1Cor.12:11)

Y nos ha preparado las obras de antemano, para que anduviésemos en ellas (Ef.2:10) "creados en
Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en
ellas".

Ef.5:27 "a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni
cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha".

No puede existir jactancia humana, porque todo proviene de Dios. Las obras nuestras son como
trapos de inmundicia; pero las que nos regala el Señor, incluyendo hasta el querer realizarlas, la
capacitación y preparación de antemano para que anduviéramos en ellas, esas son las vestiduras
nupciales de lino fino con las cuales el Señor adornará su esposa

Será el vestido de novia que el Esposo regalará a su esposa. Is.61:10 "porque me vistió con
vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia
adornada con sus joyas".

Esto concuerda con el último llamado que le hace a la iglesia, Ap.3:18 "yo te aconsejo que de mí
compres oro refinado en fuego y vestiduras blancas para vestirte".

Las vestiduras son la expresión de los atributos con que Dios revistió a los creyentes, y vemos que
toda obra realizada por los sacerdotes levitas, también había sido santificada y consagrada por
medio de esa sangre que les era aplicada en el pulgar derecho de la mano, que nos habla de las
obras del sacerdote.

El pulgar derecho del pie, representa todo su caminar que también era consagrado a Dios; y el lóbulo
de la oreja derecha, nos indica que aún lo que escuchaba tenía que ser dedicado al Señor. Todo su
ser era íntegramente consagrado y dedicado a Dios.

De igual modo al cristiano en el período de la iglesia, Dios le otorga la salvación y le ha diseñado


todo el plan de trabajo para que le sirvamos (Ef.2:10); aún hasta "el querer" hacerlo lo tiene que
poner Dios en el corazón nuestro.

Toda jactancia y vanagloria humana queda excluida, porque toda la gloria le corresponde
únicamente al Señor. Las obras que realiza el creyente una vez que tiene la salvación, corresponden
a ese lino fino con el cual Dios regala a la esposa para que se vista con vestiduras nupciales.

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Una vez que los sacerdotes levitas estaban vestidos con sus túnicas, y habían sido consagrados con
la sangre de un becerro y lavados en el lavacro de bronce; recién entonces estaban en condiciones
de entrar al lugar santo para ofrecer el incienso aromático.

Pero lo que llama la atención es que habiéndoles Dios entregado detalladamente todas las
instrucciones en Lv.8 y 9; inmediatamente en el capítulo 10 encontramos la desobediencia de los
sacerdotes Nadab y Abiú, quienes ofrecieron el incienso con fuego extraño que Dios no había
mandado. Y solemnemente dice en el verso 2 "Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y
murieron delante de Jehová".

Ellos no sacaron el fuego desde el altar de los sacrificios, el cual ardía continuamente, sino que
seguramente lo hicieron ellos mismos. El altar de los sacrificios era figura del verdadero Cordero de
Dios que sería sacrificado por nosotros.

Dios no acepta nada que tenga origen humano, porque todo lo nuestro está contaminado con el
pecado. Él se complace únicamente con lo que nosotros hagamos, que tenga como origen la obra
del Señor Jesucristo.

En la dispensación de la ley, el juicio no se hizo esperar sobre estos sacerdotes desobedientes. En


la gracia, Dios no consume inmediatamente a los transgresores, pero eso no significa que el fuego
de justicia no irá a purificar también un día las obras de todos los creyentes, que también somos
sacerdotes de Dios.

Todos los cristianos compareceremos ante el tribunal de Cristo, no en relación con el pecado, porque
el Señor pagó por TODOS ellos, sino para probar nuestras obras. Todas aquellas que fueron
realizadas con fuego extraño que Dios nunca mandó, también serán quemadas.

1Cor.3:12-15 "si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno,
hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la declarará, y la obra de cada uno
cuál sea, el fuego la probará. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá perdida, si bien el mismo
será salvo, aunque así como por fuego".

La salvación es eterna y segura, pero las obras realizadas en la carne, serán quemadas como la
paja, cuando el fuego divino de Su justicia las pruebe.

Los sacerdotes levitas se acercaban a un altar para presentar su incienso, el cual subía hasta la
presencia de Dios en olor fragante.

Esos ritos ceremoniales eran figuras y sombras de la realidad misma de las cosas que habrían de
venir. No tienen lugar en la iglesia, porque hoy nos acercamos a él en los méritos del Señor, y es Su
fragancia la que se eleva hasta la presencia de Dios.

El incienso aromático de los sacerdotes levitas ha sido reemplazado por las oraciones de los santos,
quienes somos también reyes y sacerdotes. Esta no es una interpretación antojadiza, sino que es lo
que Dios dice en Su Palabra.

En Ap.8:3-4 se nos describe una escena celestial: "Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar,
con un incensario de oro, y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los
santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. Y de la mano del ángel subió a la
presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos".
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El tabernáculo que se le ordenó construir a Moisés, era figura de las cosas celestiales, como lo
afirma en Heb.8:5 "los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le
advirtió a Moisés, cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme
al modelo que se te ha mostrado en el monte".

En el Antiguo Testamento, los sacerdotes levitas, después de haberse cubierto con las túnicas
sacerdotales, y haber cumplido con el ritual ceremonial de la consagración y purificación, podían
acercarse al lugar santo para presentar el incienso aromático.

Hoy en la iglesia, todo cristiano verdadero puede acercarse, no solo hasta el lugar santo, sino que
habiendo Dios rasgado el velo que separaba el lugar santo del santísimo, puede en función a la
bendición recibida por el Señor, y revestido con el manto de justicia y las vestiduras espirituales que
Cristo nos ha otorgado.

Cumplir su oficio sacerdotal acercándose confiadamente en los méritos del Señor para presentar sus
oraciones, las cuales suben hasta la presencia de Dios en olor fragante; porque van avivadas con el
fuego sacado directamente del altar de los sacrificios del verdadero Cordero de Dios, Cristo Jesús.

Capítulo 22 "La unción con aceite para Israel. La unción con el Espíritu
Santo para la iglesia".

En el Antiguo Testamento se utiliza el término de "la unción", para describir el acto de "derramar" el
aceite que había sido especialmente preparado para ese propósito, sobre aquellos que eran
escogidos como reyes o sacerdotes.

Emplear ese aceite para otros fines constituía una ofensa tan grave, que el que fuera hallado
culpable de ese pecado, tenía que ser expulsado del pueblo.

Hoy, debido a la manipulación y vulgaridad que están cometiendo los comerciantes de la fe con el
aceite, que no solamente lo han comercializado, sino que lo utilizan como parte de los shows que
realizan en sus congregaciones, y hasta han llegado a la barbaridad y excentricidad, debido a su
total falta de temor de Dios y de conocimiento bíblico, de arrojarlo desde aviones sobre la ciudad.

Considero necesario recordar a los creyentes que aún puedan tener algún temor del Señor, que el
uso del aceite era algo muy solemne y cualquiera que lo utilizara de una forma diferente a la que

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Dios había ordenado, debía ser castigado, porque era el símbolo del Espíritu Santo que habría de
venir.

Dios restringió y prohibió su mal uso, condenando duramente a los que profanaran su aplicación. E
inclusive su preparación (porque no era cualquier aceite), era una mezcla que Dios consideraba
muy santa, no podía ser utilizada por cualquiera y sin los propósitos santos que fueron
especificados con mucha precisión.

Ex.30:22-33 "Habló Jehová a Moisés, diciendo: Tomarás especias finas: de mirra excelente
quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo
aromático doscientos cincuenta, de casi quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de
olivas un hin.

Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será
el aceite de la unción santa. Con él ungirás el tabernáculo...el arca...la mesa...el candelero...el altar
del incienso...y la fuente. Así los consagrará, y serán cosas santísimas, todo lo que tocare en ellos,
será santificado.

Ungirás también a Aarón y a sus hijos, y los consagrará para que sean mis sacerdotes. Y hablarás
a los hijos de Israel, diciendo: Este será mi aceite de la santa unción por vuestras congregaciones.

Sobre carne de hombre no será derramado, ni haréis otro semejante, conforme a su composición;
santo es, y por santo lo tendréis vosotros. Cualquiera que compusiere ungüento semejante, y que
pusiere de él sobre extraño, será cortado de entre su pueblo".

Si los agoreros y embaucadores de nuestros días, que explotan la superstición e ignorancia de la


gente, conocieran su Biblia y leyeran estos pasajes, estoy seguro que muchos lo pensarían dos
veces antes de proseguir con ese remedo blasfemo y absurdo de aplicar aceite, aunque haya sido
comprado en un supermercado de Israel.

El aceite que se utilizaba para la unción era una mezcla muy santa, nadie podía reproducirla ni
utilizarla con otros fines. Era para Aarón y sus hijos (los sacerdotes levitas), dice claramente que si
se aplicara sobre otra persona, debía ser cortado de su pueblo.

El uso del aceite en el Antiguo Testamento, también era empleado también para ungir a los reyes.
En 1Sm.16 se describe la elección de David como rey de Israel, dice Dios al profeta Samuel verso
3: "llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y me ungirás al que yo te dijere"
vr.13: "y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos".

La simple lectura de la Biblia nos lleva a entender que "la unción" para el tiempo de los símbolos de
la ley, era el "derramamiento" que se hacía con aceite para preparar en su servicio a los reyes y a
los sacerdotes levitas.

En Heb. Cap. 9 y 10 se hace un recuento de las ceremonias del antiguo pacto que Dios hizo con
Israel.
Heb.9:9 "Lo cual es símbolo para el tiempo presente".
Heb.9:23 "Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así".

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Heb.10:1 "Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las
cosas".

Para Israel, el pueblo terrenal de Dios, la unción se realizaba derramando un aceite especial sobre
los que fueron escogidos como reyes o sacerdotes. En la iglesia, cuando llegó aquello que
representaba el aceite, es decir el Espíritu Santo; entendemos perfectamente la expresión de
"derramar Su Santo Espíritu" o como también lo llamó el Señor: "bautizar con el Espíritu Santo", se
aprecia claramente que es la misma experiencia como lo relata en el libro de los Hechos.

Hch.1:5 "seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días".


Hch.2:17 "derramaré de mi Espíritu".
1Cor.12:13 "porque por un solo Espíritu fuimos TODOS bautizados".

1Jn.2:20 "vosotros tenéis la unción del Santo".


1Jn.2:27 "la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de
que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, según ella os ha
enseñado".

En Hch.1:5 cuando aún no descendía el Espíritu Santo, dice en futuro: "seréis bautizados con el
Espíritu Santo". Pero cuando ya se había cumplido el propósito divino que la iglesia, o mejor dicho
aún, cada creyente fuera templo del Espíritu Santo, entonces dice en 1Cor.12:13 que TODOS
fuimos (en pasado) bautizados CON el Espíritu Santo.

También cuando en 1Jn.2:27 se refiere a esta misma experiencia, dice: "la unción que vosotros
recibisteis". Una vez más lo dice en pasado, porque esa fue una fase pasada.

Sabemos que ahora todos los que hemos nacido de nuevo, somos además de hijos de Dios, reyes
y sacerdotes.

Ap.1:5 "Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, y nos hizo reyes y
sacerdotes para Dios, su Padre".

Dios en la iglesia ha ungido a sus hijos, no con aceite, sino que con la misma Persona del Espíritu
Santo. Porque ahora el que "unge" es Dios, no el hombre, (2Cor.1:22) "el que nos ungió, es Dios".

Y ha ungido a TODOS sus hijos en la iglesia, no solamente al pastor, por lo tanto es anti bíblico
llamar únicamente al líder "el ungido del Señor".

Es verdad que hay muchos hombres que se atribuyen el derecho de "ungir", pero esos
indudablemente a la luz de la Biblia, son falsos maestros, impostores, porque hoy el único que
puede ungir, es Dios.

Es contrario a la enseñanza de las Sagradas Escrituras que alguien pueda arrepentirse de sus
pecados, y tener que esperar una experiencia futura a la de su conversión para recibir el Espíritu
Santo, porque nadie puede nacer de nuevo, arrepentirse de sus pecados, sin la intervención directa
del Espíritu Santo.

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El Señor dijo que nacemos de nuevo por medio de la Palabra y del Espíritu. (Jn.3:6) "es nacido del
Espíritu" (1Pd.1:23) "siendo renacidos...por la Palabra de Dios".

Aún el arrepentimiento lo ha entregado Dios a través de la obra del Espíritu Santo en el pecador,
(Hch.11:18) "ha dado Dios arrepentimiento para vida". (Rm.2:4) "su benignidad te guía al
arrepentimiento". (2Cor.7:9-10) "fuisteis contristado para arrepentimiento" "la tristeza que es según
Dios produce arrepentimiento para salvación".

Porque no hay quien busque a Dios, es Dios quien produce el querer como el hacer por medio del
Espíritu Santo. Por lo tanto, nadie puede convertirse sin el Espíritu Santo, y si alguno no tiene el
Espíritu, el tal no es de él (Rm.8:9).

Esto significa que si alguien "dice" ser del Señor, pero aún está esperando tener una experiencia
futura con el Espíritu Santo, le recomiendo muy seriamente que repase el fundamento de su
salvación, porque a la luz de la Biblia, Ud. todavía no es salvo, todavía no es un hijo de Dios, ni rey
ni sacerdote Suyo.

Si el Espíritu Santo se recibe una sola vez ¿Qué significa cuando se nos manda a ser "llenos del
Espíritu?". La explicación es muy simple y se encuentra en el mismo versículo. Ef.5:18 "No os
embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu".

Primero nos plantea lo negativo, lo que no debemos hacer: "embriagarnos con vino" ¿por qué?
Porque está estableciendo un paralelismo entre dos elementos que pueden controlar nuestros
actos, aunque uno es negativo y el otro es positivo.

Ambos producen un control sobre nuestras personas, el alcohol puede llegar a dominar nuestro ser
produciendo una influencia negativa. Pero si somos "llenos del Espíritu", el Espíritu viene a dominar
nuestro ser; nuestros actos entonces son controlados por Él, pero en forma positiva.

Cuando el Espíritu Santo viene a morar en nosotros (porque somos templo Suyo), no nos
transforma en robot ni anula nuestra voluntad. Esto significa que para ser "llenos del Espíritu", es
decir, llegar a ser controlados plenamente por Él, debemos cada día someter nuestra voluntad a la
Suya.

Como muy bien lo expresa Pablo (Gál.2:20) "ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí". O como también
dijo Juan el Bautista (Jn3:30) "Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe".

La Biblia nos habla de esta doble naturaleza que adquirimos a través del Espíritu Santo el día de
nuestra conversión, la espiritual y la carnal; la que alimentemos más, será la que prevalecerá sobre
nosotros. Por lo tanto, ser "llenos del Espíritu" significa simplemente que nuestra voluntad humana
está sometida a Su voluntad y no a la nuestra (la carnal).

Los hermanos carnales, que han alimentado más la carne, no significa que el Espíritu "disminuye"
en ellos, sino que el Espíritu permanece encerrado e impedido de actuar libremente sobre ellos,
porque sus mentes y corazones están más ocupados en las cosas de este mundo.

Somos "llenos del Espíritu", no porque el Espíritu "crezca" en tamaño en nosotros, porque ese
concepto es absurdo, debido a que siendo el Espíritu Santo una persona de la trinidad de Dios no

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puede crecer, Dios no crece. Ser "lleno" significa que Él toma control de todo nuestro ser, mente y
corazón.

Dios no da el Espíritu por medida, es decir, no nos da la mitad el día de nuestra conversión, y más
adelante el doble y luego el triple. Jn.3:34 "Dios no da el Espíritu por medida".

Creo también necesario aclarar lo que dice en Stgo. 5 y que ha conducido a muchos al error, por
ese mal hábito de aislar un pasaje del resto de la Biblia. Si hemos entendido lo que he citado
anteriormente, entonces no tendremos ninguna dificultad en admitir que las prácticas de arrojar
aceite literalmente, como se realiza en muchas iglesias, eso definitivamente es un error.

Porque de lo contrario, entraría en grave conflicto con los pasajes que he citado ¿Cuál sería
entonces su explicación para la unción? ¿Cuál sería el propósito de preparar ese aceite santo, ni
usarlo en personas extranjeras que no sean de la nación de Israel y de la tribu de Leví? ¿Por qué
es "símbolo" del Espíritu Santo?

Stgo.5:14 dice: ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por
él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor
lo levantará".
En primera instancia es necesario destacar que no es el aceite el que sanará al enfermo, sino que
dice: "la oración de fe".

Otro elemento indispensable que necesitamos conocer para interpretar correctamente este pasaje,
es que la epístola de Santiago es el primer libro que se escribió del Nuevo Testamento. No fue
Mateo, ni ninguno de los otros evangelios.

Santiago está escribiendo en los días de los apóstoles, cuando ellos aún tenían la comisión del
Señor de ungir con aceite (que era el símbolo que todavía se empleaba, debido a que durante el
ministerio terrenal del Señor, el Espíritu Santo no había descendido).

Mr. 6:7, 12-13 "llamó a los doce...Y saliendo...echaban fuera demonios, y ungían con aceite a
muchos enfermos, y los sanaban". Esto sucedía durante la testificación milagrosa, Mr.16:20
"confirmando la palabra con las señales que la seguían".

La Palabra de Dios que estaban entregando estos fieles siervos del Señor, necesitaba una
credencial divina que la autenticara; para eso Dios les proveyó "las señales que confirmaban la
palabra". Pero una vez que esa Palabra divina terminó de revelarse al hombre, las señales también
se acabaron; esto se aprecia claramente con la simple lectura del libro de los Hechos.

En los primeros capítulos aparecen muchos milagros, luego van disminuyendo gradualmente hasta
desaparecer por completo. Incluso encontramos al gran apóstol Pablo, autor de muchos milagros
de sanidad, rogando tres veces para ser sanado y no recibió la salud. Llegó a decir:

"¿Quién enferma y yo no enfermo? A Trófimo tuvo que dejarlo en Mileto enfermo, a Timoteo le
recomienda vino para su enfermedad y no aceite ¿Por qué? ¿Se le acabó la fe? A la luz de los
argumentos de los Pentecostales y todos los carismáticos de hoy tendría que ser así, porque ellos
dicen: "Si usted no se sana, es porque no tiene suficiente fe". Pero eso es absurdo, cruel y anti
bíblico.

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Una vez que la Palabra que estaban entregando terminó, también las señales se acabaron. La
revelación de Dios al hombre concluye con la última página de la Biblia, se acabaron las señales y
los profetas como lo había anunciado Dios, 1Cor.13:8 "las profecías se acabarán, y cesarán las
lenguas, y la ciencia acabará".

No se refiere a la "falsamente llamada ciencia" (1Tm.6:20). No a la ciencia de los hombres, que el


Señor la define como falsa; sino a la ciencia del conocimiento de Dios, a la palabra de Dios
entregada por el Espíritu, que es a la que se ha referido en su contexto (1Cor.12:8) "palabra de
ciencia según el mismo Espíritu".

Todo eso se acabaría, cuando "lo perfecto" (esa palabra transmitida por el Espíritu) terminara de
entregarse al hombre.

Ellos conocían solo en parte esa Palabra, porque aún no se había terminado de escribir la Biblia,
pero cuando esto sucediera, las señales se acabarían, porque la iglesia habría dejado esa etapa de
niño para pasar a la madurez en el Señor; aunque a decir verdad, hoy en día todavía existen
muchos niños en Cristo que nunca han madurado y desean seguir entreteniéndose con esos
juguetes de niños, aunque sean imitaciones baratas traídas del oriente ("made in India" o "made in
China").

¿Cuántos son los que se han dejado impresionar por estos falsos maestros, falsos profetas,
milagreros y sopladores?
Mt.7:22 "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor...en tu nombre echamos fuera demonios, y
en tu nombre hicimos muchos milagros. Y entonces les declararé:

Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad". Milagros engañosos, falsos, que no
fueron efectuados en el poder de Dios, como fue en el caso de los brujos de faraón en los días de
Moisés, como nos dice en 2Tm.3:8

"De la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también éstos resisten a la verdad;
hombres corruptos de entendimiento, réprobos en cuanto a la fe".

1Tm.4:1 "apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios".


Falsos profetas, porque las profecías se acabaron al terminar de escribirse la Biblia.

No en vano Dios selló la última página con una solemne advertencia (Ap.22:18) "si alguno añadiere
a estas cosas". Hoy solamente existen los falsos profetas que pretenden seguir añadiéndole a la
Biblia.

También resulta muy significativo, que los falsos profetas que abundan en muchas iglesias, siempre
dicen estar dialogando con los demonios quienes los llevan a pasear al infierno. Aunque a decir
verdad, les reconocemos el derecho a ellos de invitar a su casa a los amigos que mejor les parezca.

2Ts.2:11 "Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira".

Por tanto resulta obvio que el uso del aceite para los enfermos, fue algo para el período de la
infancia de la iglesia, y cuando llegó la revelación plena de Su Palabra, todo eso se acabó.

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Y no podría ser de otra manera, debido que ahora tenemos al Espíritu Santo con nosotros ¿quién
podría necesitar del aceite, cuando tenemos lo verdadero?
Ahora no necesitamos de milagros que confirmen Su Palabra (Mr.16:20), porque no existen nuevas
revelaciones.

La última página de la Biblia dice (Ap.22:18) "Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él
las plagas que están escritas en este libro".

Pero es necesario precisar que los milagros de Dios siguen realizándose en el día de hoy; pero
como no existen los instrumentos humanos que requerían de esas señales, lo que Dios terminó fue
la intervención del hombre para realizarlos por medio del aceite y de la imposición de manos.

La historia de la iglesia prueba el daño que hubiera producido la continuidad de la participación del
hombre en los milagros de Dios, debido al corazón idolátrico que posee.

En Hch.14:11-15 se relata el resultado de los milagros realizados por medio de Pablo y Bernabé. La
multitud dijo: "Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros" Y querían
ofrecerles sacrificios, pero los apóstoles les reprendieron duramente: "¿por qué hacéis esto?
Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros".

El cristiano espiritual rechaza enérgicamente toda clase de idolatría que pueda ser objeto. Pero hoy
vemos que los comerciantes de la fe, se complacen y explotan esa idolatría al hombre con fines de
lucro.

Todos conocemos cual es la actitud de los milagreros que hoy promueven grandes "Cruzadas de
milagros"; que no solamente estimulan el culto y veneración al hombre, sino que también recaudan
grandes sumas de dinero.

Se han transformado en lo que los habitantes de Listra le dijeron a Pablo: "Dioses bajo la
semejanza de hombres". Eso fue lo que Dios quiso evitar al eliminar la participación humana en Sus
milagros.

Aunque el Dios Soberano, y por sobre todo Misericordioso, se ha reservado el derecho de intervenir
directamente en Su creación para sanar milagrosamente cuándo y cómo él quiere; pero hoy no lo
hace utilizando el aceite ni instrumentos humanos, debido a que no existe la necesidad de
autenticar nada a través del hombre.

Podemos orar al Señor pidiendo sanidad, y si es Su voluntad, será sanado, de lo contrario debemos
contentarnos con lo que le dijo a Pablo: "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la
debilidad".

Resulta muy evidente que cuando la iglesia maduró, dejó esas cosas de niño, porque cuando
Timoteo estaba enfermo, no le recomendó el uso del aceite, sino que bebiera un poco de vino
(1Tm.5:23).

Los reyes y sacerdotes del antiguo pacto fueron ungidos con aceite. Los creyentes de la iglesia, los
que hemos nacido de nuevo; fuimos ungidos por Dios con el Espíritu Santo, debido a que todos los
hijos de Dios somos también reyes y sacerdotes Suyos.

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Capítulo 23 "En Israel la alabanza se
realizaba por medio de instrumentos
musicales. En la iglesia la adoración debe
ser en espíritu y en verdad, con el
corazón".

Para obtener un beneficio espiritual en este tema, y en


general en todo lo relacionado con la búsqueda sincera
de la verdadera voluntad de Dios, necesitamos
desprendernos de prejuicios humanos, tradiciones,
gustos y preferencias personales para dejar que Dios
libremente nos hable a través de Su Palabra, quien es la
única autoridad para definir lo que a Él le agrada.

Si queremos sinceramente conocer la voluntad del Señor,


debemos necesariamente buscarla en la Biblia, que es
donde Dios la ha revelado al hombre. Puede que a Ud. no le agrade, pero eso no hará cambiar la
posición de Dios.

La historia de la música es tan antigua, como la historia de la creación. En Ez.28:13 se relata la


creación de la principal criatura angelical, quien como bien sabemos, llegó a ser después de su
caída, Satanás, dice: "los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día
de tu creación".

Curiosamente también la primera mención que se hace de la música en la Biblia es en Gn.4:21,


cuando después de pecar, Caín salió de la presencia de Dios, edificó una ciudad, y de su
descendiente dice: "Jubal el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta".

El uso indiscriminado e irreverente de la música, siempre ha estado conectado con el pecado,


incluyendo las actividades que se "dicen" hacer para el Señor. Por ejemplo, Ex.32:5 cuando el pueblo
se corrompió e hizo un becerro de oro para adorarlo, el ungido del Señor decía: "mañana será fiesta
para Jehová".

Lo que no me deja de llenar de asombro, es ver al máximo líder religioso del pueblo, hacer un
becerro de oro para adorarlo, organizar una fiesta pagana, y decir al pueblo: "mañana será fiesta
para Jehová".

No tuvo ni la honestidad de decir que la fiesta era para el ídolo; lo que abundó fue la música, la
danza, el griterío y la corrupción. Eso fue lo que encolerizó a Moisés cuando descendía del monte
con las tablas de la ley, al escuchar la música y el griterío, las rompió.

Cómo se asemeja todo esto a las reuniones de muchas iglesias de nuestros días.
Mezclar lo santo con lo mundano, es lo que Dios repudia. Por este motivo el Señor dejó instrucciones
muy precisas para el uso de la música en el templo que era la casa de Dios.

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No podía ser cualquier música ni emplearse cualquier instrumento; aún las ocasiones en que Dios la
permitía estaban señaladas con mucha precisión.

Dice en 1 Cr.23 que siendo David ya viejo, nombró rey a Salomón y juntó a los principales, a los
sacerdotes y a los levitas, los organizó en la casa de Dios, nombrando entre otros con diferentes
actividades, a cuatro mil para alabar a Jehová con los instrumentos específicos para tributar
alabanzas, un coro de 288 personas como lo menciona en 1 Cr.25:7 "y el número de ellos, con sus
hermanos, instruidos en el canto para Jehová, todos los aptos, fue 288".

No podían tocar cualquier instrumento que a ellos les agradara, debían ser solamente los cuatro que
Dios señaló. 2 Cr.29:25-26 "Puso también levitas en la casa de Jehová con címbalos, salterios, y
arpas, conforme al mandamiento de David, porque aquel mandamiento procedía de Jehová. Los
levitas estaban con los instrumentos de David, y los sacerdotes con trompetas".

El uso de estos instrumentos estaba restringido a ocasiones y momentos muy puntuales, para no
restar el brillo de la solemnidad del acto central.

Prosiguiendo la lectura de la Palabra de Dios en 2Cr.29, luego de especificar los instrumentos que
debían tocarse en la casa de Jehová, continúa en los versículos 27-29 indicando cuando debían
hacer uso de ellos:

"Entonces mandó Ezequías sacrificar el holocausto en el altar, y cuando comenzó el holocausto,


comenzó también el cántico de Jehová, con las trompetas y los instrumentos de David rey de Israel.
Y toda la multitud adoraba, y los cantores cantaban, y los trompeteros sonaban las trompetas, todo
esto duró hasta consumirse el holocausto. Y cuando acabaron de ofrecer, se inclinó el rey, y todos
los que con él estaban, y adoraron".

Esto nos demuestra que Dios no nos autoriza a hacer en Su casa, lo que a nosotros nos parezca
mejor o a nosotros nos guste, ni aún con la música. La casa es de Dios y él dispone y ordena lo que
le agrada.

Otra ocasión especial que se menciona en la Biblia, fue cuando David trajo el arca a Sión y celebró
holocaustos y sacrificios de paz a Jehová. También dispuso un orden muy preciso en lo referente a la
música y los instrumentos que debían emplearse y cuando hacerlo.

1Cr.16:4 "Y puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas, para que recordasen y
confesasen y loasen a Jehová Dios de Israel: Asaf el primero, el segundo después de él,
Zacarías,...Obededom y Jeiel con sus instrumentos de salterio y arpas, pero Asaf sonaba los
címbalos. También los sacerdotes Benaía y Jahaziel sonaban continuamente las trompetas delante
del arca del pacto de Dios".

Por cierto hemos de entender que los israelitas cultivarían la música y diversos otros instrumentos
que tocarían en sus casas o en el campo. Pero en la casa de Dios, solamente podían hacerlo con los
instrumentos que Dios había mandado, en los momentos y ocasiones que también se les había
indicado.

El culto en la casa de Dios no estaba supeditado al gusto particular de cada uno ni de las mayorías,
ni de los levitas. La casa era de Dios, y solo él disponía lo que se podía hacer en ella.

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Ahora cuando llegamos al Nuevo Testamento y escudriñamos cual fue la conducta de la iglesia con
respecto a los instrumentos musicales, muchos se asombrarán (si es que leyeran su Biblia) al ver
que no se menciona ninguno.

Para encontrar su origen e incorporación en los servicios eclesiásticos, necesitamos recurrir a la


historia de los hombres, la cual nos asegura que fueron incorporados por primera vez recién en el
año 670, por el papa Vitaliano, y fue un órgano.

Los llamados por algunos como "padres de la iglesia", siempre fueron fuertes opositores a la
incorporación de instrumentos musicales en la iglesia.

Agustín, tan venerado por muchos, decía: "No creo que los corazones puedan ser convertidos con
instrumentos teatrales". Porque consideraba los instrumentos musicales, propios del teatro y no de la
iglesia.

Hasta el siglo XIII aún seguían levantándose fuertes voces contra el uso de los instrumentos
musicales. El famoso teólogo italiano, Tomás de Aquino, decía: "En nuestra iglesia no usamos
instrumentos musicales, para no ser vistos como judaizantes".

Luego en la Reforma, las iglesias Calvinistas consideraban los instrumentos musicales, como
"elementos papistas". Juan Calvino dijo: "los instrumentos musicales ocupan el mismo lugar que el
incienso, o el candelabro, o cualquier otra sombra de lo que era la ley y demás ritos judíos".

Los primeros Presbiterianos los estimaban "una herejía".


Un prominente Metodista dijo: "Los instrumentos musicales en la iglesia, son contrarios a la voluntad
de Dios". John Wesley, fundador de los Metodistas fue un enérgico opositor al uso de los
instrumentos musicales en la iglesia.

Carlos Spurgeon se opuso tenazmente al uso de cualquier instrumento musical en la iglesia.

En consecuencia vemos que en todo el Nuevo Testamento, no se menciona ni una sola iglesia que
empleara instrumentos musicales, y que estos se introdujeron en las iglesias recién en el año 670 por
el papa Vitaliano, como lo confirma la historia.

Por este motivo fueron siempre considerados "elementos papistas". Y antes de eso, como parte del
judaísmo, al igual que los demás componentes del templo (sacrificios, incienso, coros, cantores,
música, etc.).

En el judaísmo, el pueblo terrenal, como era un pueblo que no había recibido el Espíritu Santo,
resulta lógico que se expresara de esa forma física, debido a que no podían hacerlo espiritualmente.

Todas esas manifestaciones emocionales fueron exteriorizadas físicamente, como fue el caso de los
coros, cantores, instrumentos musicales, incluso las danzas, o mejor dicho "la danza" porque fue en
UNA ocasión que David lo hizo en la calle. JAMÁS nadie la realizó en el templo, porque ese lugar era
considerado solemne por la presencia de Dios.

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Todo eso se encuentra solamente en el Antiguo Testamento donde se relaciona con Israel y
conectado con las actividades del templo, pero NUNCA en el Nuevo Testamento, porque eso jamás
lo hizo la iglesia; debido a que ahora tenemos el Espíritu Santo y adoramos en espíritu y en verdad.

Aún la multitud que se menciona en Ap.7:9 que estaban vestidos con vestiduras blancas y "con
palmas en las manos", corresponde a una visión terrenal y profética de los judíos que se salvarán en
la Gran Tribulación (Ap.7:14).

Y como se anuncia en el verso siguiente, están sirviendo día y noche en el templo (vr.15) " y le sirven
día y noche en su templo". A los gentiles (los que no son judíos), Dios les prohibió aún acercase al
templo.

La iglesia que fue arrebatada al cielo antes de la Gran Tribulación, estará en las moradas celestiales
(no en la tierra) y allí no habrá ni noche ni día, ni tampoco templo. Ap.21:22-23 "Y no vi en ella
templo...La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la
ilumina, y el Cordero es su lumbrera".

Por lo tanto, toda expresión física y emocional es muy entendible en aquellos que carecen del
Espíritu Santo, razón por la cual acostumbran gritar a grandes voces pidiendo que descienda el
Espíritu sobre ellos; lógicamente eso es un reconocimiento que no poseen el Espíritu Santo, nadie
pide lo que ya tiene.

También resulta comprensible que en esos lugares necesiten recurrir con tanta vehemencia y
fogosidad no solamente a la música, la cual ocupa la mayor parte de sus actividades, sino que
también a los aplausos, gritos, saltos y danzas que son amenizadas al ritmo de las cumbias, salsas,
rock, rap y otros bailes del mundo que ellos llaman "cristianos".

Todo lo cual desencadena un estado de histeria tal, que solo se puede encontrar en las actividades
donde se desarrolla una orgía emocional incontrolada, porque todos los sentidos quedan supeditados
a la presión del medio ambiente, como se aprecia también en los partidos de football, conciertos
"Rock", sesiones de hechicería como en el vudú, etc.

Allí también se producen con mucha frecuencia los desmayos y ataques de histeria, claro que los
Pentecostales y carismáticos en general las llaman: "bautismo del Espíritu Santo". Pero ninguna
persona sensata puede confundir esas experiencias que vemos en esos eventos; con una presencia
verdadera del Espíritu Santo.

Dice el Señor en Jn.4:23 "Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán
al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
Dios es Espíritu, y los que le adoren, en espíritu y en verdad es necesario que adoren".

Podemos legítimamente elevar cánticos espirituales a Dios en la iglesia, pero el Señor ha sido muy
preciso para señalar su voluntad al respecto, cuáles deben ser las prioridades que hemos de mostrar
en Su casa, y como él es el dueño, él ordena y nosotros deberíamos someternos.

Col.3:16 "La palabra de Dios more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a
otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y
cánticos espirituales".

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Vemos claramente que lo que Dios desea que abunde en la iglesia, es su Palabra, la enseñanza y la
exhortación. Ésta debería ser la actividad principal a la que se dedique la mayor parte del tiempo, y el
complemento sería el cántico, el cual naturalmente debería ser himnos espirituales.

Cuando el Señor se reunió con los suyos para instituir la Cena para la iglesia, claramente se ve que
lo que abundó fue Su Palabra, solamente al final, dice Mr.14:26 cantaron un himno: "cuando
hubieron cantado el himno, salieron".

Lo mismo apreciamos cuando en Hch.20 se describe una reunión de una iglesia Neo testamentaria,
dice en el verso 11 que Pablo "habló largamente hasta el alba.

En cambio ¿qué es lo que vemos en las iglesias de hoy, que están muy ocupadas por atraer
diezmadores? Reuniones donde se les dice lo que sea grato y entretenido para sus oídos; como las
historias que apelen a los sentimientos y emociones, fábulas, testimonios, experiencias y sueños.

Pero la Palabra del Señor es la gran ausente. Lo que abunda en la mayoría de esos lugares, es la
música estridente con la cual amenizan los aplausos, gritos, saltos, danzas, que por cierto nada
tienen de espirituales.

Los grandes responsables son sin lugar a dudas los líderes, que preferenciando lo que la gente
desea escuchar, han sustituido la Palabra de Dios, por ese show barato y de mal gusto que ofrecen
para atraer gente; porque a mayor cantidad de personas, mayor será también la ofrenda que
recogerán.

Y para adormecer sus conciencias dicen, principalmente para justificar las entretenciones que
ofrecen para los jóvenes: "es preferible que estén dentro de la iglesia, que en el mundo". Eso es una
invención satánica, porque tiene mucho más posibilidad de convertirse alguien que sabe que está en
el mundo, que uno que se cree "cristiano".

A esa gran mayoría que ha sido engañada por esta clase de líderes, les sucederá lo que dijo el
Señor, cuando un ciego sigue a otro ciego, ambos caerán al hoyo.

En el infierno abrirán sus ojos, cuando sea demasiado tarde, entenderán que estuvieron siguiendo al
"Flautista de Hamenlin", el sonido de las guitarras eléctricas, las baterías y toda esa "tarrería"
estridente que les están ofreciendo en las "iglesias" que se han transformado en verdaderas
Discotecas y centros aeróbicos.

Algunos me preguntan ¿a Ud. no le gusta la música en la iglesia? Pienso que la pregunta debería ser
¿le gusta eso a Dios? Y el Señor ha sido muy claro:

Que la Palabra de Cristo (no la del hombre) more en abundancia; y decentemente. Con mucha
reverencia se canten algunos himnos espirituales, pero que siempre sea la Palabra de Dios la que
predomine.
Capítulo 24 "Israel tendrá su encuentro con el Señor en la tierra. La iglesia
en el aire".

Este punto acentúa aún más la diferencia que existe entre Israel y la iglesia. Deja de manifiesto con
mayor evidencia que uno es un pueblo terrenal, y el otro un pueblo celestial.

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Para muchos este tema es enigmático y difícil de comprender. Pero obviamente esto no se debe a
que Dios sea complicado para comunicarse con sus criaturas, sino que principalmente al descuido y
poco interés que ha mostrado el pueblo de Dios por la lectura de la Biblia, y al éxito que tuvo sobre la
humanidad la actitud implacable que han mostrado los enemigos de la Palabra de Dios a través de
los tiempos.

Unos prohibiendo su lectura y quemando los ejemplares durante siglos, incluso a millones de
personas que se atrevieron a desafiar ese edicto del Papa y a toda la siniestra maquinaria de la
llamada "Santa Inquisición".

Y otros, desmotivando su lectura con aseveraciones tan poco afortunadas, como lo que se ha
escuchado en muchas iglesias evangélicas por "pastores" que ciertamente no han estado al servicio
del Señor al decir: "No lea la Biblia, porque la letra mata".

Los que más se quejan de lo difícil que les resulta la lectura de la Palabra de Dios, casi siempre son
los que menos la leen. Esto se debe principalmente a la falta de atractivo que produce en sus
corazones.

En 1Cor.2:14 Dios nos advierte: "el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente".

La Biblia es una carta que Dios ha enviado al hombre, para revelarnos lo que necesitamos saber, no
lo que queremos conocer. No tiene el propósito de satisfacer la curiosidad del hombre.

Dios, conocedor de nuestra capacidad de comprensión, se ha comunicado con nosotros en términos


que están a nuestro alcance.

El problema radica en que se ha de discernir espiritualmente. Esa fue también la promesa que Dios
dejó para que no nos desviáramos de la verdad: "El Espíritu Santo os guiará a toda verdad".

La falta de interés por las cosas del Señor es lo que también les hace ver difícil su Palabra, y antes
de comenzar un estudio serio, abandonan su lectura.

Personalmente me ha tocado conocer personas que me han dicho que no leen la Biblia porque no la
pueden entender, les he preguntado ¿qué parte ha leído Ud.? Y después de muchos rodeos, han
admitido que ninguna.

Si comparamos esa actitud, con la de un arqueólogo que ha hecho un descubrimiento; con cuanta
pasión y desvelo consagra su vida a la tarea de descifrar los jeroglíficos que están ante él. No
entiende absolutamente nada, pero su empeño, tenacidad y perseverancia, son muy dignos de ser
imitados por los cristianos.

Más aún sabiendo que la Biblia no es una revelación en jeroglíficos, sino que es la Palabra de
nuestro Padre celestial que desea darse a conocer a los suyos, y la ha puesto a nuestro alcance en
nuestros propios idiomas.

Tenemos que rendirnos ante la evidencia, que no es lo difícil lo que nos aleja de la lectura de la
Biblia, sino la falta de interés por gozar de una comunión más real y profunda con el Señor.

90
Para la comprensión del tema de este capítulo, necesitamos un conocimiento general de la Biblia. Es
verdad que este tópico resultará complicado para aquellos que nunca han leído TODA la Biblia.

Así que en estas pocas páginas sólo pretendo entregar algunas herramientas para que Ud., en la
dirección del Espíritu Santo inicie sus propios estudios y compruebe con su Biblia, si estas cosas son
así. Todo lo que yo estoy enseñando u otro pastor pueda decir, debe comprobarlo escudriñando las
Escrituras.

La segunda venida del Señor comprende dos etapas diferentes. Una cuando viene EN las nubes,
para reunirse en el aire con su iglesia para llevársela a las moradas celestiales que él fue a preparar.
Esto es conocido como el arrebatamiento de la iglesia, acontecerá ANTES de la Gran Tribulación la
cuan durará siete años.

La segunda fase de Su venida concluirá cuando al final de la Gran Tribulación, pondrá sus pies
sobre el monte de los Olivos, para entrar en relación directa con su pueblo terrenal, Israel.

La pregunta inmediata que aflora en los labios de aquellos que se inician en el estudio de la Biblia
es: ¿Cómo puede ser que la segunda venida de Cristo abarque un período de siete años?

Esto no debe asombrarnos, porque no debemos olvidar que cuando hablamos de Su primera venida,
estamos refiriéndonos a un período que comprende treinta y tres años.

No debemos cometer el mismo error que incurrieron los judíos, razón por la cual la nación rechazó a
Jesús como a su Mesías (el Cristo). Ellos solo vieron en la revelación que les entregó Dios por medio
de los profetas, los pináculos de las profecías de la venida de Cristo.

Pasaron por alto los valles que los separaban, por este motivo hasta el día de hoy, no logran
comprender Is.53, el Sl.22, Dn.9:26 "se quitará la vida al Mesías".

Ellos siguen esperando un Mesías que venga solamente a reinar en la tierra, porque están
aguardando el reinado de mil años, nunca han aceptado un Cristo que viniera primeramente a morir
en la cruz.

Sin embargo son muchos los pasajes de la Biblia que nos hablan de estos dos acontecimientos, se
ha calculado que por cada vez que se menciona la primera venida, se menciona ocho veces la
segunda.

Para no cometer el mismo error de interpretación con los anuncios de la segunda venida del Señor,
debemos ser muy cuidadosos para leer estos pasajes, porque si los mezclamos en un solo evento,
entraríamos en serios conflictos de comprensión y nos desviaríamos de la verdad revelada por Dios.

Son muchos los textos que nos anuncian esta preciosa verdad: Cristo viene otra vez. Pero si no
logramos distinguir cuando se lo dice a la iglesia y cuando a Israel, hallaríamos tal contrariedad que
estas profecías se transformarían en algo incoherente lleno de confusión.

La segunda venida del Señor abarcará un período de siete años. ANTES de la Gran Tribulación
viene en el aire, arrebata Su iglesia al cielo y la lleva a las moradas que fue a prepararle (La Nueva
Jerusalén, la celestial).

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En esa oportunidad no llega hasta la tierra y solamente la iglesia le verá; la cual juntamente con
todos los creyentes que murieron en la fe, recibirán cuerpos de gloria semejantes al cuerpo de la
gloria Suya y serán trasladados al cielo.

DESPUÉS de los siete años de la Gran Tribulación, descenderá hasta la tierra, pondrá sus pies
sobre el monte de los Olivos y todo ojo le verá, porque en esa ocasión vendrá en relación con su
pueblo terrenal, Israel, y entonces establecerá Su reino literalmente sobre este mundo.

El príncipe de este mundo (Satanás) será expulsado, e Israel será puesto por cabeza de todas las
naciones, ya nunca más será por cola; dejará de ser una nación insignificante y Jerusalén vendrá a
ser la capital del mundo.

En la Jerusalén terrenal, que estará física y geográficamente en el lugar que ocupa hoy en el Medio
Oriente, allí Dios levantará el templo del cual profetiza Ezequiel en los capítulos 40 al 44.

Ese templo por cierto no es el que existirá durante la Gran Tribulación, en el cual después de los tres
años y medio será profanado por el anticristo (2Ts.2:4, Mt.24:15).

La Jerusalén celestial, como su nombre lo dice, estará en el cielo; esa será la morada de la iglesia,
allí no habrá templo (Ap.21:22-23). Las dimensiones que la Biblia señala para ella es de doce mil
estadios (Ap.21:16), que es aproximadamente a un cubo de 2.160 Kms. La cual no cabría en toda la
nación de Israel. Abarcaría además de Israel; el Líbano, parte de Siria, Irak, Arabia Saudita, Egipto y
todo el territorio de Jordania.

En la Jerusalén terrenal después de la Gran Tribulación, el Señor levantará un templo terrenal


(Ez.40, Is.2:1-3, Miq.4:1-2, Hag.2:5-9) Inclusive en ese templo terrenal durante el milenio, serán
restaurados los sacrificios de animales (Is.60:7,13; 66:20-23, Jer.33:15-22, Zac.14:16-21, Ez.43:7 y
18-27).

Existirá una comunicación directa entre la Jerusalén celestial, con la Jerusalén terrenal durante el
milenio. En el sueño que tuvo Jacob cuando vio una escalera que subía desde la tierra hasta el cielo
(Gn.28:10-15) puede existir un alcance profético también para ese tiempo, que también lo dijo el
Señor en Jn.1:51.

La segunda venida del Señor tendrá dos etapas, no serán dos venidas diferentes, porque en su
primera fase no viene hasta la tierra ni el mundo lo verá; ese será el privilegio únicamente de la
iglesia y de los creyentes que participarán en la primera resurrección (Jn.5:29).

La primera etapa de su segunda venida es para llevarse Su iglesia y tendremos ese encuentro con él
en el aire, 1Ts.4:15-17

"Nosotros que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos,
los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al
Señor en el aire".

Los grandes hombres de Dios durante la Reforma y la mayoría de los estudiantes de la Biblia,
concuerdan que Su segunda venida será en dos etapas, porque es la única manera que los textos
que lo anuncian no entren en contradicciones.
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Revisemos solamente cinco puntos:

1.- ¿Cómo podría decir en 1Ts.4:16-17 que viene POR sus santos y en Jd.14, Zc.14:5, 1Ts.3:13 que
viene CON sus santos?

2.- En 1Ts.4:17 dice que viene EN las nubes, es decir, entre ellas, en forma escondida al ojo
humano. En Ap.1:7 dice que viene CON las nubes, sobre ellas, en forma gloriosa que permitirá que
todo ojo le pueda ver.

3.-En 1Ts.4:17 asegura que viene y que nosotros seremos arrebatados y tendremos ese encuentro
con él, en el aire. En Zc.14:4 dice que afirmará sus pies en el monte de los Olivos.

4.- Vendrá como ladrón; cuando no lo esperan ni le vean (Ap.3:3), Mt.25:5 "cabecearon todas y se
durmieron". En un abrir y cerrar de ojos (1Cor.15:52). En cambio en Mt.24:27 dice que Su venida
será con gran anuncio, grandes señales en el cielo, como el relámpago que sale del oriente y se
muestra hasta el occidente.

Mt.24:29 "inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna


no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán
conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo".

5.- En Ap.22:16 se presenta como la estrella resplandeciente de la mañana. Haciendo referencia a


una luz débil de un cuerpo celeste que brilla en la oscuridad de la noche, poco antes que llegue el
día glorioso de su reinado terrenal. Su luz brilla únicamente allá arriba, no aquí en la tierra. A
diferencia de esto, cuando se refiere a Su venida con relación a Israel, se presenta como "el Sol de
Justicia" (Miq.4:2).

La luz del Sol aquí en la tierra, es muy diferente a la de una estrella del firmamento, una brilla en la
noche la otra en el día. La luz del Sol es algo que no puede pasar desapercibida ni por los
indiferentes, todo ojo la ve porque sus rayos llegan hasta la tierra con su luz y calor.

El Sol de Justicia llegará hasta la tierra, pondrá sus pies en el monte de los Olivos, porque vendrá a
confirmar su pacto con Su pueblo terrenal, Israel.

A la luz de estos pasajes resulta evidente que la segunda venida del Señor será en dos etapas. La
primera, antes de la Gran Tribulación será por Su iglesia, y ese encuentro será en el aire, desde
donde nos llevará a las moradas celestiales.

La segunda, después de los siete años que durará la Gran tribulación, será cuando venga hasta la
tierra, como dice Zac.14:4 "afirmará sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos".

No pretendo haber logrado esclarecer todas las dudas que la gran mayoría de los cristianos tienen
sobre esta materia, pero si he logrado despertar su interés para llevarle a escudriñar las Sagradas
Escrituras, como mandó el Señor Jesucristo, para comprobar si estas cosas serán así, ya me doy
por satisfecho, porque estoy seguro que el Espíritu Santo hará el resto de guiarle a toda verdad.

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Capítulo 25 "Israel pasará por la Gran Tribulación. La iglesia no"

Creo necesario explicar primeramente qué es la Gran Tribulación y por qué decimos que durará siete
años.

El día de la gracia es el período de la iglesia en la tierra, el cual se ha extendido por casi dos mil
años, terminará cuando el Señor saque a Su esposa del escenario de este mundo para ponerla en
lugar seguro, antes de enviar sus justos juicios sobre este mundo que ha sido indiferente, o ha
rechazado abiertamente el regalo de la salvación que Dios le ofreció por medio del sacrificio de la
cruz del Calvario.

Cuando el Señor se lleve Su iglesia a las moradas celestiales que él fue a prepararle, entonces
terminará el día de la gracia para dar comienzo al día de la Gran Tribulación.

Este ha sido el principio que ha seguido en todos los otros juicios que Dios ha mandado sobre este
mundo. En los días de Noé, primero puso a resguardo a toda su familia, después vino el diluvio.

Lo mismo se ve cuando mandó los juicios sobre Sodoma y Gomorra; primero sacó a Lot y su familia,
después envió el juicio sobre esas ciudades. Otro tanto va a suceder con los últimos juicios, primero
sacará Su esposa (la iglesia), luego vendrán los juicios.

Y no podría ser de otro modo, debido a que el Señor Jesucristo pagó por el juicio de todos nuestros
pecados con su sacrificio expiatorio. Dios no puede demandar dos veces el pago de una deuda que
Su propio Hijo canceló, por lo tanto, como lo dice en la Biblia (Rm.8:1) "ninguna condenación hay
para los que están en Cristo Jesús".

Jn.10:28 "Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano".
Is.43:25 "Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus
pecados".
Heb.8:12 "Y nunca más me acordaré de sus pecados".

2Tm.2:13 "si fuéremos infieles, él permanece fiel".


Jn.14:2-3 "voy, pues, a preparar lugar para vosotros, para que donde yo estoy, vosotros también
estéis".

Por este motivo la promesa del Señor es que nos da (Heb.5:9) "eterna salvación". Si es eterna, es
para siempre. Somos salvos ahora, y lo seremos hasta que nos lleve a esas moradas celestiales que
ocuparemos eternamente ("no perecerán jamás").

En la extensión de estos dos días se manifiesta el carácter de amor, misericordia y paciencia de


Dios. El día de la gracia ha durado casi dos mil años, el de la Gran Tribulación serán solamente siete
años.

¿Cómo sabemos que serán siete años? La columna vertebral de las profecías son las setenta
semanas que se encuentran en Dn.9. Allí, en el versículo 27 está haciendo referencia a la última,
que corresponde al período de la Gran Tribulación, dice: "Y por otra semana confirmará el pacto con
muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda".

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En hebreo la palabra semana significa un período de siete días o siete años, y Daniel siendo judío le
da ese significado. En Lv.25:8 leemos por ejemplo: "y contarás siete semanas de años". En
consecuencia, la última semana que menciona Daniel, que corresponde a la Gran Tribulación, son
siete años.

Lo mismo se aprecia cuando en el capítulo 12 Daniel vuelve a referirse a ese período de juicios y
hace alusión a esos siete años que estarán marcados por eventos que se dividirán en tres años y
medio (como fue en el caso de 9:27 "a la mitad de la semana"), ahora dice: "será por tiempo,
tiempos, y la mitad de un tiempo".

Tiempo en singular significa un año, "tiempos" en plural a dos años, y lógicamente "la mitad de un
tiempo" a medio año.

Esta misma expresión se repite en Ap.12:14 "un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo". Aunque
aquí en Apocalipsis es mucho más explícito, porque dice en Ap.13:5 "cuarenta y dos meses" que son
exactamente tres años y medio.

También en Ap.11:2 dice "cuarenta y dos meses", y luego en el verso siguiente (v.3) especifica aún
en días: "mil doscientos sesenta días". El año profético se cuenta por 360 días, que era la forma de
medir de los antiguos, debido a que la circunferencia era dividida en 360 grados, y 1.260 días son
exactamente tres años y medio.

Sabiendo que estos tres años y medio corresponden a la mitad de la Gran Tribulación, resulta muy
claro que toda la Gran Tribulación durará siete años.

Será un período (Mt.24:21) "cual no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá".
Serán los juicios que caerán sobre esta humanidad que rechazó al Señor y que ha atribulado a Su
iglesia.

Vemos cuando Saulo de Tarso perseguía a la iglesia, el Señor le dijo: "Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues?" El Señor considera como una persecución hecha a Su propia Persona, la que también
se realiza contra la iglesia.

Eso es lo que afirma en 2Ts.1:6-8 "Porque es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que
os atribulan, y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el
Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los
que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo".

El Señor nos ha prometido a los que somos de Su iglesia, reposo cuando él venga, no juicios. Los
juicios serán para los que rechazaron o fueron indiferentes a la oferta del evangelio de salvación en
Cristo Jesús.

La iglesia no pasará por la Gran Tribulación, porque el Señor la sacará de este mundo ANTES que
comiencen esos siete años de los juicios de Dios, porque Cristo ya pagó el precio de todos nuestros
pecados y nos ha prometido eterna salvación, vida eterna.

A diferencia de esto Israel, aunque el Señor vino en primera instancia para ellos; sin embargo,
debido al rechazo que hicieron del Cristo, el Mesías prometido, deberán pasar por todos estos juicios
al igual que el resto de los incrédulos.

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Pero Dios ha prometido para ellos una salvación especial durante ese período de la Gran
Tribulación. Dice en Rm.11:25-26 "ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, HASTA que haya
entrado la plenitud de los gentiles (es decir, que el número de salvados que constituyen la iglesia
este completo); y luego todo Israel será salvo".

El Señor no vendrá a buscar una iglesia incompleta; cuando su número haya llegado a su plenitud,
entonces se la llevará y restaurará Su pacto con Israel. Si la iglesia se va ANTES de la Gran
Tribulación, y Dios promete a Israel una salvación posterior a ese acontecimiento, claramente
significa que ellos pasarán por esos siete años de juicios.

En el libro de Daniel, cuando se relata los sucesos de sus tres amigos que desafiaron al rey
Nabucodonosor, de no adorar su imagen prefiriendo ser arrojados al horno de fuego, desde donde el
mismo Hijo de Dios los rescató; esa es una hermosa y solemne figura de cómo los judíos irán a ser
salvos durante la Gran Tribulación, así como por fuego, también por resistirse a adorar la imagen del
anticristo (Ap.13:14-16).

En Mt.24 es donde con mayor detalles se nos describe ese período. Todo gira en torno a las tres
preguntas que le hicieron al Señor los discípulos judíos que aguardaban la restauración del reino.

Comienza el capítulo con la mención del templo que había en ese tiempo, luego con el anuncio del
Señor que ese edificio sería destruido; entonces ellos le preguntaron (v.3): A) ¿cuándo serán estas
cosas? B) ¿qué señal habrá de tu venida? y C) ¿y del fin del siglo? La respuesta del Señor abarca
los capítulos 24 y 25.

No olvidemos que Jesús dijo que primeramente había venido para Israel. Incluso a la mujer cananea
le dijo (Mt.15:24): "No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel".

Si Israel no hubiera rechazado a su Mesías, el reino se hubiera restaurado en ese tiempo, pero bien
sabemos que la Omnisciencia de Dios conocía perfectamente que eso no iba a ocurrir, y que el
endurecimiento y rechazo de Israel sería aprovechado para atraer a los gentiles que constituirían Su
iglesia.

Por tanto, en ninguna de las tres preguntas que le hicieron esos judíos incluía la iglesia.

El templo, que era el símbolo del judaísmo y el eje central en torno al cual giraba toda la religión de
Israel, era el corazón de esa nación y no tenía ninguna relación con la iglesia. Les anunció que sería
destruido y que no quedaría piedra sobre piedra, eso ocurrió el año 70 de nuestra era, cuando Tito,
el general romano, destruyó Jerusalén y el templo como lo predijo el Señor.

Luego Su respuesta se centraliza principalmente en lo que sigue concerniendo a Israel, en cuanto a


su salvación, para ese tiempo del fin, cuando ellos (después del paréntesis de la iglesia) serán
retomados por Dios dentro del pacto que hizo con Abraham como nación.

Y entra de lleno al período de la Gran Tribulación, para cuando la iglesia ya no está en la tierra,
porque habiendo llegado su plenitud, ahora entra en tratos nuevamente con Israel.

Mt.24 está hablando de la Gran Tribulación, no para la iglesia, porque ya no estaremos en la tierra.
Esto se aprecia claramente en varios pasajes a lo largo de todo el capítulo 24, por ejemplo:

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(v.9) "os entregarán a tribulación".
(v.21) "habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta
ahora, ni la habrá".
(v.29) "después de la tribulación de aquellos días".

Otro punto importante que hemos de considerar, es que para el arrebatamiento de la iglesia no ha
sido proporcionada ninguna señal. Todas las señales que entrega la Biblia son para la venida del
Señor en gloria hasta la tierra; para cuando al final de la Gran Tribulación ponga Sus pies en el
monte de los Olivos.

Por este motivo Su venida por la iglesia se compara con la de un ladrón, quien viene en forma
sorpresiva, sin previo aviso. Obviamente que si ya podemos ver el cumplimiento de algunas de las
señales que profetizó para cuando pusiera Sus pies en la tierra (la principal es la restauración de
Israel como nación en su tierra prometida), eso nos asegura que el arrebatamiento de la iglesia está
más cerca de lo que muchos piensan.

Con justa razón dice en Mt.24:34 que: "no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca",
es decir, la generación que sea testigo de esas señales, lo que significa indubitablemente que
nosotros somos la última generación.

En todo el desarrollo de Mt.24 está hablando de ese período de los juicios de Dios sobre la tierra y
en conexión a Israel; como cuando dice en el vr.13, 14, 15 y el resto del capítulo:

"Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo
el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Por tanto, cuando veáis en
el lugar santo (el templo) la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee,
entienda), entonces los que estén en Judea, etc.".

Aquellos que acostumbran mutilar la Palabra de Dios para torcerla y darle la interpretación que se
acomode a sus enseñanzas, pretenden dividir este capítulo y antojadizamente dicen que los
primeros versículos se refieren a la iglesia y el resto para Israel.

Eso es absolutamente contrario a una lectura inteligente y coherente de todo el capítulo, porque en
los primeros versículos está hablando de los sufrimientos que habrá durante esa tribulación, como lo
dice textualmente el verso 9.

Continúa en el verso 13 diciendo que: "el que persevere hasta el fin, éste será salvo". El cristiano
nunca ha sido salvo por perseverar, porque nuestra salvación no depende de nuestras obras (Ef2:9,
Rm.11:6, Tito 3:5, 2Tm.1:9), ni tan siquiera de nuestra fidelidad, porque dentro del contexto de
2Tm.1, donde ha dicho en el verso 9 que "nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a
nuestras obras, sino según el propósito suyo", agrega en el verso 13 "si fuéremos infieles, él
permanece fiel".

Además vale recordar que es imposible que Mt.24:13 ("el que persevere...") se lo pueda decir a la
iglesia, debido a que los cristianos no pasaremos por la Gran Tribulación.

El mismo contexto de este versículo 13 prueba irrefutablemente que se está dirigiendo al pueblo de
Israel.
Verso 14 "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo..." La iglesia ha predicado
siempre el evangelio de la gracia, no el evangelio del reino.
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El evangelio del reino es para los judíos, quienes siempre han esperado el restablecimiento del reino
aquí en la tierra. Ese será el mensaje que propagarán los 144.000 que el Señor levantará en ese
tiempo, con el propósito de alcanzar a los judíos que se encuentran dispersos por todo el mundo.
Doce mil de cada una de las doce tribus de Israel (Ap.7:4-8).

El verso 15 se refiere "al lugar santo", es decir al templo judío, al cual ningún gentil tiene acceso. Y
que Daniel profetizó que habría de ser profanado por el anticristo, como también lo confirma 2Ts.2:4

Continúa en el verso 16 hablando de los que vivan en Judea (los judíos). Verso 20 menciona "el día
de reposo", el Sábado para los judíos.

El Verso 21 declara que en ese tiempo: "entonces habrá gran tribulación". Prosigue sobre ese tiempo
de angustia que profetizó Daniel, para anunciar en el verso 29 "inmediatamente después de la
tribulación de aquellos días".

vr.30 "entonces lamentarán todas las tribus (las 12 tribus de Israel que están dispersas lamentarán).
Zc.12:10 "mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito", entonces
verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria".

En Dn.12:1 refiriéndose a ese tiempo de angustia de la Gran Tribulación por el cual pasará Israel,
dice: "En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tú
pueblo (el pueblo de Daniel es Israel) y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo
gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo".

Durante ese tiempo Israel será salvo por perseverar (vr.13), ¿perseverar en qué? En rechazar la
marca de la bestia y en adorar su imagen.

Ap.20:4 "y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de
los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían
adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos, y
vivieron y reinaron con Cristo mil años".

Los únicos que se salvarán durante la Gran Tribulación, serán los judíos, incluyendo a aquellos que
se encuentran dispersos por todo el mundo.

El pasaje que complica a algunos y que da falsas esperanzas a otros, es Ap.7 cuando menciona que
esos (v.14) que han salido de la Gran Tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido
en la sangre del Cordero, dice en el versículo 9 que son de todas las naciones y tribus y pueblos y
lenguas.

La única interpretación lógica de esa multitud, para no entrar en contradicciones con el resto de la
Biblia, es que son los judíos de todas las tribus que se encuentran dispersos por toda las naciones y
que hablan diferentes lenguas, pero que han sido alcanzados con la predicación de esos 144.000 de
las doce tribus de Israel, que salieron por todo el mundo a predicarles a los de su nación.

Es lo que concuerda con el contexto que dice en el verso siguiente (Ap.7:15) "y le sirven día y noche
en el templo". Una vez más recuerdo a mis lectores que los gentiles no pueden entrar al templo, y
que la iglesia en ese tiempo ya está en el cielo, donde no existe templo (Ap.21:22).

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Esto es lo que armoniza con la enseñanza general de la Biblia, que (Rm.11:25) cuando el número de
gentiles esté completo, entonces todo Israel será salvo. Si ese número ha llegado a su plenitud,
obviamente no podrán añadirse más gentiles, de lo contrario sería un absurdo decir que el número
de gentiles salvados estaba completo ANTES de la Gran Tribulación.

En la parábola de las diez vírgenes, que el Señor también dice como respuesta a esa pregunta de
sus discípulos, les declara que aquellas insensatas que se encontraban mezcladas con las
verdaderas, pero que nunca habían nacido de nuevo; cuando vino el esposo, ellas (Mt.25:10) no
vieron al esposo, y (Mt.25:11) quedaron fuera.

Se cerró la puerta de salvación para los gentiles cuando vino el Señor y se llevó a su esposa (la
iglesia) y a las amigas, los creyentes del Antiguo Testamento que también tomarán parte en la
primera resurrección, porque la Biblia nos habla solamente de dos resurrecciones, una para vida y
otra para condenación.

Esos "creyentes" nominales que nunca fueron realmente del Señor, los que acuden a las iglesias por
la actividad social, la música, o para buscar sanidad u otro favor de Dios; todos esos cuando venga
el Señor por Su iglesia, quedarán eternamente excluidos del reino de los cielos.

Ellos se darán cuenta que vino el Señor, porque todos los cristianos verdaderos habrán
desaparecido en un abrir y cerrar de ojos. Entonces clamarán con mucha desesperación, y
seguramente que también con mucha sinceridad, pero la respuesta que recibirán del Señor será una
sola Mt.25:12 "De cierto os digo, que no os conozco".

La puerta de la salvación para los gentiles se habrá cerrado para siempre, y todos los que no sean
verdaderamente hijos de Dios, nunca más podrán entrar.

No importa que asista a una iglesia cinco veces a la semana, pague sus "diezmos y primicias", que
sea una persona muy activa en la iglesia, cante en el coro, toque un instrumento musical, no importa
toda la bulla que haya provocado en el local de una iglesia saltando, aplaudiendo, danzando o
emitiendo sonidos que usted decía que eran "lenguas", predique o sea pastor. Si es que no tiene al
Señor Jesucristo en su corazón y no ha nacido de nuevo, quedará afuera.

Mt.7:22 "Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu
nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Entonces les declararé:
Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad".

Todos los milagreros, los sopladores, los que hacen liberaciones, los que se creen profetas; el Señor
los considera "hacedores de maldad", quedarán fuera, no entrarán en las moradas celestiales.

¿Está Ud. preparado? Cristo viene y la puerta de la salvación se cerrará para siempre. Repase el
fundamento de su fe ¿Ha nacido de nuevo? Jn.3:3 "porque todo aquel que no naciere de nuevo, no
puede ver el reino de Dios".

Arrepiéntase de sus pecados, pídale perdón al Señor y obtendrá gratuitamente salvación eterna.
Jn.3:18 "El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no
ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios".

Cristo viene pronto ¿Se irá Ud. con el Señor a esas moradas celestiales que él fue a preparar?

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