Está en la página 1de 2

Guía para realizar plan de trabajo

¿Qué queremos, qué tenemos y cómo vamos a conseguirlo? Esta es la base para redactar
un plan de trabajo exitoso. Independientemente de que se trate de proyectos específicos o
líneas estratégicas de la compañía, cualquier acción aprobada por la empresa requiere, antes
de su puesta en marcha, de la elaboración de este documento.

El plan de trabajo nos permite establecer cuáles son los objetivos que queremos conseguir
en un determinado periodo de tiempo, los problemas a los que nos vamos a enfrentar y la
metodología que usaremos para ello, definiendo aspectos como el presupuesto disponible,
los recursos humanos asignados o la cronología prevista para su desarrollo.

Sus usos en el sector empresarial son múltiples. Aunque es habitual emplearlo en la


búsqueda de financiación procedente de inversores o entidades bancarias hasta que
obtenemos los recursos económicos necesarios, una vez que contamos con el presupuesto y
la aprobación de la compañía, su principal razón de ser es la planificación de cómo
vamos a ejecutar el conjunto de iniciativas, sirviendo como guía de trabajo para los propios
empleados implicados en su ejecución, o para explicar a la dirección de la organización en
qué tareas estamos inmersos.

Contenido del plan de trabajo


Para elaborar un correcto plan de trabajo no basta con que desglosemos el presupuesto o
detallemos las funciones y plazos con los que debe cumplir cada miembro del equipo. Este
documento deberá contener los siguientes aspectos:

 El período de ejecución del proyecto.

 Los objetivos que se pretenden conseguir con la iniciativa.

 Los obstáculos que hay que resolver para su consecución.

 Los recursos necesarios, tanto humanos como materiales para su desarrollo.

 La estrategia para superar las limitaciones y llevar a cabo del trabajo.


En cuanto a su redacción, lo más aconsejable es seguir un hilo argumental a lo largo de
todo el documento, que haga entender fácilmente al lector en qué consiste el proyecto, a qué
se enfrenta y cómo se logra ejecutarlo.

También conviene incorporar los siguientes consejos:

 Tener en cuenta a quién nos dirigimos. Si, por ejemplo, vamos a presentar el plan
de trabajo ante posibles inversores, el lenguaje y -sobre todo- el mensaje que tenemos
que transmitir debe ser muy distinto que en el caso de que lo estemos explicando al
equipo de trabajo. Por eso, es recomendable que, sobre el documento base,
realicemos distintas versiones en función de las diferentes audiencias.

 Revisarlo. Las circunstancias cambian y no podemos caer en el error de mantenernos


aferrados al plan inicial. Todo lo contrario. Si queremos lograr los objetivos marcados,
será muy beneficioso que revisemos nuestras primeras ideas constantemente y las
vayamos adaptando a las exigencias del momento.

Un plan, como un árbol, debe tener ramas para dar frutos. Un plan con un
único camino es perfecto para acabar siendo un palo liso. Sir Basil Liddel
Hart. ‘Pensamientos sobre la guerra’ (1944)

 Ser realistas. Presentando unas estimaciones y proyecciones alcanzables no solo


propiciaremos el éxito del proyecto, sino que también nos ayudará a convencer sobre
la procedencia de la iniciativa al resto de miembros de la empresa, trabajadores, jefes
o inversores.

 Justificarlo. En el plan de trabajo no basta con explicar qué vamos a hacer, sino que
también es necesario que argumentes por qué podemos hacerlo. Podemos
incorporar estadísticas, datos y gráficos para respaldar nuestro proyecto con más
fuerza.

También podría gustarte