Está en la página 1de 3

COORDENADAS DE LA MORAL VIVIDA Y REFERENCIAS DE LA ÉTICA

PENSADA
Es usual tomar como sinónimos las palabras: ética y moral, pero
definitivamente no es así, más allá de la etimología de ambas palabras, hay
algo que las caracteriza, por ejemplo, según Aranguren, un filósofo y
ensayista español, dice que (la moral es la moral vivida y la ética es la
moral pensada) la diferencia entre ética y moral sería esta. La moral es la
que orienta las costumbres de la ciudadanía por los códigos de conducta
imperantes en la sociedad. Lo que está vigente. Lo que hace todo el
mundo. La ética es la reflexión filosófica sobre dichas conductas. Es así que
en este capítulo del presente libro se aborda un poco más de esto, así
como otros factores o principios que desencadena esta moral vivida y
moral pensada, como la libertad en los diversos ámbitos de la sociedad, la
cuestionable modernización, la postmodernidad, la dignidad, el bienestar
logrado y como no menos importante el pluralismo.
Ni bien empezamos a filosofar sobre la vida moral ya estamos inmersos
en una sociedad con una riqueza cultural moral, cualquier sociedad
cumple con esta condición, además que prolifera esta riqueza cuando hay
una interculturalidad y también con la cuestionable modernidad, unos
piensan que es positivo como otros piensan que no, pero él se cuestiona
como muchos otros también, ¿Cómo es la moral vivida en nuestra
sociedad? Vivimos en una sociedad pluralista, el pluralismo se da por el
frecuente contacto entre otras culturas, además que puede ser una
saludable fuente de creatividad enriquecedora. El pluralismo a veces
parece consistir en que digamos todos al unísono que vivimos en una
sociedad pluralista, lo llevamos puesto cada uno y sacamos una u otra
faceta según cuándo, con quién y sobre qué hablamos.
Este pluralismo es consustancial a la ética en la medida en que cada
persona es protagonista insustituible de su biografía moral y de sus
convicciones éticas. Así como es pluralista la sociedad también es
cambiante que de ese modo parece imposible dar un retrato meramente
objetivo el cómo es la moral vivida en una sociedad. Así mismo menciona
que caemos en una relativización de la moral, unos piensan que está bien
algo, como otros opinan lo contrario, entonces ¿cómo saber que lo que
está mal, está mal? Lo mismo sucede al saber qué es lo que está bien.
Por otra parte, una modernidad cuestionable, pues la modernidad no
logró generalizar ni el bienestar, ni la igualdad, ni el respeto de los
derechos humanos, más bien agudizó las desigualdades entre el centro y
las periferias de la sociedad. Y no es que la modernización sea una ley
inexorable del desarrollo de la humanidad. Se trata tan solo de que,
previsiblemente, los hombres no van a dejar de estar predispuestos de
antemano a buscar los logros que promete la técnica y a parecerse a los
países más prósperos. La elevación de los niveles de bienestar y libertad
en los países industrializados y democráticos ejerce y seguirá ejerciendo
un gran atractivo sobre casi todas las culturas que entren en contacto con
estos países. Son muy pocas las zonas que quedan exentas del campo
magnético comercial, militar y cultural de las grandes potencias
modernizadas y modernizadoras. La dinámica modernizadora, en parte,
viene inducida e impuesta desde fuera, y en parte es asumida y
expresamente buscada desde adentro y sin lugar a dudas no es previsible
que esto cambie.
Se considera que el hombre moderno se concibe como un individuo
independiente, que su autonomía de conciencia se afirma en esta
modernidad, que este es esencialmente propietario de su propia persona y
de sus capacidades, por las cuales no debe nada a la sociedad, que ya no
tiene deberes diferenciados o profesiones, sino solo un único deber
universal igual para todos que es el deber de ser hombre y de dejar que
los demás también lo sean, es por eso que podemos considerar que la
ética de la modernidad es autónoma, universal e igualitaria. También
podemos encontrar un término llamado postmodernidad, pero esto no es
más que una variante de esta modernidad, no es nada innovador respecto
a la ética como a otros aspectos de la vida.
En la postmodernidad se sigue valorando el bienestar, especialmente en
términos de consumo y prestaciones sociales. Pero así mismo se puede
dar el visto bueno tanto a la modernidad como a la postmodernidad, para
todas las cosas importantes como los problemas de salud, de seguridad,
de suministros, de protección, etc. se sigue contando con la ciencia y con
las nuevas tecnologías, entonces se llega a pensar si de verdad es correcta
esta modernización, aquí caemos en la moral pensada, hacemos una
crítica reflexiva acerca de ello, así como también de la nueva libertad y del
bienestar que produce todo ello, claro que si existe un bienestar logrado
pero ha sido desigual y limitado, lo han logrado a costas de otros.
CONCLUSIONES:
La ética tiene una íntima relación con la moral, tanto que incluso ambos
ámbitos se confunden con bastante frecuencia. Ambos se ven envueltos
en un mundo moderno y postmoderno, donde se puede llegar a una
relativización de la moral y ética, preguntándonos, si en verdad lo que está
bien, está bien y lo que está mal, está mal. O para ser más precisos, ¿Qué
es lo que significa la paz para los que hacen la guerra? ¿Es acaso la paz el
fin que persiguen cuando acaben la guerra? ¿Es lo mismo paz que
sumisión a las condiciones de paz que imponen los vencedores? Son
muchas incógnitas con pocas respuestas. Así mismo se puede ver una
libertad que es insolidaria porque el individuo está inmerso en un mundo
moderno y una dignidad que muchos no lo tienen diferenciada. Pero como
se dijo al principio hay dos acepciones claras y precisas: la Ética es el
conjunto de normas que vienen del interior de la persona, es la reflexión o
critica filosófica de dichas conductas o normas (moral pensada), que por
cierto la crítica nunca es mala, criticar es juzgar con valentía, es identificar
méritos y debilidades; desvelar lo oculto, actuar de forma abierta y no
dogmática; llamar a las cosas por su nombre. Y por último la Moral que
está configurada por una constelación de usos, costumbres, instituciones,
mitos, etc. que vienen del exterior; es decir, de la sociedad (moral vivida).

También podría gustarte