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CARRERA DE FONOAUDIOLOGÍA
Internado clínico III
ALUMNA INTERNA
Índice _______________________________________________________________2
Introducción__________________________________________________________3
Marco teórico _________________________________________________________4
Síndrome de Down _______________________________________________4
Lactancia materna en síndrome de Down ______________________________5
Alimentación en síndrome de Down __________________________________7
Discusión ___________________________________________________________10
Conclusión___________________________________________________________12
Referencias__________________________________________________________13
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Introducción
Marco teórico
Síndrome de Down
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El síndrome de Down es un trastorno genético y la anomalía cromosómica
autosómica más común en los seres humanos, donde el material genético adicional del
cromosoma 21 se transfiere a un embrión recién formado. Estos genes extra y ADN
causan cambios en el desarrollo del embrión y el feto que resultan en anormalidades
físicas y mentales. Cada paciente es único y puede haber una gran variabilidad en la
gravedad de los síntomas (Morales, R., Desiderio, J. , 2019).
Sus formas de aparición corresponden a:
- Trisomía simple: Aproximadamente, el 95 % de los casos con S.D. presentan
trisomía simple del par 21. Todas las células del organismo poseen las 3 copias
completas del cromosoma21.Suelen deberse al proceso de no disyunción (no
separación) de los cromosomas homólogos en las células germinales (el ovulo
con mayor frecuencia que el espermatozoide) en el momento de la meiosis I o la
meiosis II.
- Translocación: Alrededor del 3,5% de los casos de S.D. se deben a la presencia
de una translocación no equilibrada, generalmente entre los cromosomas 14 y
21. El ovulo o el espermatozoide aporta el cromosoma 21 completo más el trozo
adherido a otro cromosoma, y la célula germinal de la pareja aporta un
cromosoma 21. En la concepción, el resultado final será la presencia de dos
cromosomas 21 más una tercera porción del 21.
- Mosaicismo: Aparece en el 1 o 2 % de los casos con S. D. el individuo presenta
dos líneas celulares en su organismo, una con trisomía 21 completa y otra
normal; suele deberse a una no disyunción durante las primeras divisiones
celulares post- concepción. La proporción en que estas dos líneas se presentan
varia mucho de un individuo a otro.
En la primera infancia la lactancia materna está entre los factores más importantes
que afectan a corto y a largo plazo el crecimiento, la composición corporal y el
desarrollo de las funciones psicomotoras en los primeros años de vida; también otorga
beneficios a largo plazo sobre diferentes procesos fisiológicos y metabólicos, jugando
un papel clave en la disminución de la incidencia de varias enfermedades (Jaramillo J.,
Benítez L., Castaño J., Mejía O., Mondaca V., Ocampo H., 2014).
En el mismo momento en que nace el bebé se inician los primeros intercambios de
emociones y miradas entre madre e hijo. Desde el minuto cero, la alimimentación
adquiere una importancia vital, tanto desde el punto de vista fisiológico como afectivo
(la toma de alimento es un momento de comunicación, ternura y placer entre madre e
hijo) (Caballero, 2014).
La leche materna es el alimento recomendado para niños sanos. La Organización
Mundial de la Salud (OMS), Ginebra, Suiza y la Universidad de Pelotas en Brasil,
indican que la lactancia materna protege contra enfermedades gastrointestinales e
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infecciosas y proporciona una variedad de beneficios para la salud, que incluyen un
menor riesgo de obesidad y síndrome metabólico en la vida adulta.
El síndrome de Down origina que estos niños tengan necesidades especiales, y su
alimentación también debe serlo debido a que su condición puede agravarse si esta se
descuida. Siempre que sea posible, se aconseja la alimentación materna destacando
principalmente que la madre conozca todos los beneficios que le aporta a ella ya su
bebé. Debe conocer la presencia de la hipotonía muscular a nivel de los músculos
masticatorios, por lo que la succión además de ser débil y no colocar la boca bien,
puede no ser efectiva (Moreno- Vivot, 2012).
Con frecuencia, el disminuido tono muscular de los niños con síndrome de Down
afecta a la adecuada coordinación del patrón succión- deglución- respiración, ademas
que la dificultad para posicionar los labios en el pecho materno pueden complicar la
lactancia materna (la succión es débil y se puede presentar una descoordinación para
tragar). Al igual que estos bebés suelen ser más adormilados, especialmente en las
primeras semanas. Es frecuente que no se despierten para comer con frecuencia
necesaria para establecer una buena proudcción de leche (a menor succión del bebé
menor producción de leche). Por esta razón, hay que animarlo para que coja pecho y
como cada dos horas, o al menos, de ocho a doce veces al día (Caballero, 2014).
La lactancia materna en los bebés síndrome de Down va a ayudarles a fortalecer
toda la musculatura facial que suele ser hipotónica, va a mejorar la oclusión y la
coordinación boca- lengua. Para que luego de unos meses pueda avanzar a la
masticación y en último término va a influir sobre la articulación del lenguaje en tanto
que la musculatura facial va madurando gracias a las fuciones que realiza ya desde el
primer momento (Down España, 2012).
Al prenderse al pecho tanto el bebé como la mamá tienen que mantener una
postura correcta. La madre tiene que estar cómodamente sentada, con la espalda
apoyada y puede resultará cómodo el estar con los pies levemente levantados,
apoyados en un banco pequeño o similar.
El bebé tiene que estar bien enfrentado al cuerpo de su mamá, con la cabeza y el
hombro en un solo eje, o sea que no tenga que doblar la cabeza para prenderse al
pecho ni hacer un esfuerzo para mantener el pezón dentro de la boca. En el caso de
los niños con Síndrome de Down se aconseja que la mamá tome su pecho con la mano
en lo que ser denomina “mano de bailarina” que es sosteniendo el pecho con el dedo
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pulgar por encima, los cuatro dedos restantes por debajo y el dedo índice queda por
debajo de la mandíbula del bebé y así lo puede estimular a succionar cuando hace
muchas pausas y no mama de corrido.
Esto hace que las mamadas sean más eficientes, teniendo en cuenta que el bebé
con Síndrome de Down tenderá a dormirse con mayor facilidad. También la posición
enfrentada y sosteniendo la nuca y el maxilar inferior mejora francamente la lactancia
en casos de hipotonía. De a poco su tono muscular irá mejorando y el bebé será capaz
de mantenerse prendido y succionado adecuadamente (Asociación Down Uruguya,
s/f).
Si la alimentación del pequeño con SD es con biberón, se deben conocer las leches
artificiales que hay en el mercado, los tipos de tetinas y de biberones. En estos casos
se recomienda el uso de tetinas con filtros regulables y válvulas anticólicos y
antirregurgitaciones. Las cuales son episodios normales en bebés y especialmente
frecuente en niños con SD, en donde su principal motivo de aparición se debe a la
inmadurez del aparato digestivo (Caballero, 2014).
La diversificación progresiva de alimentos es importante para el desarrollo del bebé
y desempeña un papel educativo, en donde el pequeño va descubriendo nuevos
sabores y texturas a la vez que sustituye el biberón (Caballero, 2014). Muchos
lactantes con síndrome de Down no van a tener ningún problema a la hora de introducir
la alimentación complementaria, especialmente los que han sido alimentados con
lactancia materna ya que ésta condiciona un mejor desarrollo motor oral (Down
España, 2012).
En algunos casos, los niños escupen los alimentos, tienen dificultades para llevar el
alimento hacia la parte lateral de la boca para comenzar la masticación, o tienen
dificultades para beber líquidos de un vaso o incluso para deglutir el alimento. Estos
problemas no deben hacer desistir a los padres en la introducción de la alimentación
complementaria.
Su proceso en la adquisición de habilidades que favorecen al desarrollo de una
adecuada alimentación se puede resumir en la siguiente línea del tiempo:
Adoptar una postura adecuada: el niño debe estar sentado en una silla, con la
espalda y pies apoyados y alineados.
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Dar el alimento con una cuchara plana, que contenga una cantidad adecuada de
comida en relación con la apertura bucal.
Introducir la cuchara en forma recta, presionar con ella la lengua suavemente
hacia abajo y sacarla igual como fue introducida (recta), cuidando que el niño
retire el alimento con el labio superior y que la cuchara no raspe las encías. El
niño debe participar activamente en el proceso y ser él quien abra la boca y
retire el alimento.
Al retirar la cuchara, apoyar el cierre labial y control mandibular, poniendo el
dedo medio bajo el mentón en posición horizontal, con el dedo índice levantar
suavemente el labio inferior, mientras el dedo pulgar se apoya en las mejillas.
Si el niño protruye o saca la lengua para tragar trate de presionarla un poco
hacia abajo con la misma cuchara. También puede ejercer una leve presión en el
piso de la boca, para estimularla elevación lingual.
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Discusión
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de Down, en donde se tendrá como objetivo principal promover la estabilidad de este
sistema orofacial, teniendo la labor de prevenir, evaluar y tratar los posibles problemas
que alteran la comunicación en los seres humanos. Para esto es importante no solo
observar la comunicación de las personas, sino que también es fundamental la
evaluación de las estructuras y tejidos que subyacen a las funciones previas a la
comunicación y esta es la de la alimentación ya que esta función ayuda al desarrollo y
maduración de las estructuras orofaciales (Cuadros, 2018).
La intervención de estos aspectos se realizará de acuerdo con las características y
necesidades particulares de cada niño. Cuando se trabaja con lactantes se pondrá
principal atención en el desarrollo de las funciones pre- lingüísticas como: la succión,
en estos casos se procura realizar estimulación de la succión no nutritiva, para se pone
el dedo o chupete de silicona en la boca del niño buscando gatillar el reflejo. Si el selle
labial se observa disminuido, se sugiere presionar ambas mejillas simultáneamente con
los dedos índice y pulgar. Otras de las funciones afectadas es la deglución y la
masticación, las cuales implican la ejecución coordinada y precisa de los movimientos
de todas las estructuras faciales para que así se realice el proceso sin dificultades.
Para comenzar a estimular la masticación no es necesario tener piezas dentarias. Se
recomienda iniciar este proceso ubicando el cepillo de entrenamiento tipo rodillo entre
las encías. Al mismo tiempo apoyar los movimientos mandibulares de ascenso y
descenso con la mano. Posteriormente sustituir el cepillo por alimentos sólidos
(gomitas, vegetales, galletas) (Fernández, P. (s/f))
Finalmente es de suma importancia desarrollar desde el nacimiento el adecuado
proceso de alimentación en personas que tienen síndrome de Down debido a sus
afectaciones de base y los beneficios directos que traerá consigo el desarrollo de las
estructuras orofaciales que se encuentren afectadas. Las cuales pueden provocar un
desequilibrio muscular orofacial de los músculos masticatorios y de expresión facial.
Que no solo pueden afectar a la alimentación de las personas con S.D., sino que
también afectar en la comunicación eficiente y funcional (Salvador A., 2018).
Conclusión
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consigo el síndrome. Sin embargo, no cabe duda de que en sus primeras etapas de
vida la lactancia materna es la mejor forma de alimentar a los niños con Síndrome de
Down, al igual que ocurre con el resto de los niños, ya que esta aporta los
componentes necesarios para el bebé y favorece a las defensas inmunológicas y
apego con la madre. Para que este proceso alimentación se lleve de la mejor manera
es conveniente el aprendizaje correcto de las técnicas de la lactancia materna y
alimentación para evitar dificultades.
Es en este punto en donde el rol de los profesionales de la salud toma un rasgo
importante de guía hacia los padres de que ejercicios o entrenamientos se deben
realizar para poder potenciar el desarrollo de estas habilidades. En donde el trabajo
con fonoaudiólogos es principal en el entrenamiento de las funciones orofaciales que
propiciarán la evolución y equilibrio de las estructuras relacionadas. En donde el trabajo
sistemático que comienza en atención temprana puede aumentar el tono muscular de
labios, lengua y mejillas. Favoreciendo así directamente el proceso de alimentación en
todas sus etapas: succión, deglución y masticación. Las cuales en años posteriores
permitirán el aumento en la propiocepción que será de gran importancia al momento de
producir los distintos sonidos del habla, ya que el niño tendrá conciencia de las
estructuras internas de su boca, favoreciendo en mayor o menor medida la
coordinación y movimientos necesarios para la articulación de estos fonemas.
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Bibliografía
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