Está en la página 1de 25

Desde la infancia a la muerte,

la vida humana esta rodeada de su custodia.

"Cada fiel tiene a su lado un ángel como


protector y pastor
para conducirlo a la vida".

Desde esta tierra, la vida cristiana participa,


por la fe, en la sociedad bienaventurada
de los ángeles y de los hombres,
unidos en Dios. CIC 336
Los ángeles son seres espirituales creados por Dios que tienen como fin cumplir tres misiones:

- La alabanza al Señor.
- Servir a Dios como mensajeros o ejecutores de sus órdenes, custodiar.
- Proteger a los hombres, ciudades y naciones.
Son inmortales.
Tienen inteligencia y voluntad.
Superan en perfección a todas las criaturas visibles.
Los ángeles son seres personales y, en cuanto tales,
son también ellos: “Imagen y semejanza de Dios”.
Dios creó a los ángeles para compartir su felicidad eterna.
Pero una porción de ellos se rebeló contra Dios,
mediante un acto radical
e irreversible de rechazo a la salvación.

Haciendo uso del libre albedrío


se negaron a servir a un Dios hecho hombre.
“La Sagrada Escritura se refiere a los ángeles
utilizando nombres propios como:
Rafael, Gabriel, Miguel.

También los clasifica en:


Serafines, Querubines, Tronos, Potestades,
Dominaciones, Principados.

Así como realiza una distinción entre Ángeles


y Arcángeles, se subdividen en órdenes y grados,
correspondientes a la medida de su perfección
y a las tareas que se les confía.
La Iglesia celebra esta fiesta ya desde el Siglo XVII
cuando fue instituida por el Papa Clemente X.
Los Ángeles Custodios son los mensajeros del Señor encargados de velar por cada uno,
protegiendo nuestro camino en la tierra y alentando nuestras tareas de apostolado.
En el libro del Éxodo dice el Señor:

“Voy a enviar un ángel delante de ti,


para que te cuide en el camino
y te conduzca al lugar que te he preparado.

Pórtate bien en tu presencia y obedécelo.”


Aunque la Biblia habla de siete arcángeles (Ap 1,4) solo revela el nombre de tres.
Estos son los que la Iglesia honra con culto litúrgico: Miguel, Gabriel y Rafael.

La fiesta de los arcángeles es el 29 de septiembre.


Cada uno de los nombres termina con “El” que significa “Dios”.
Los nombres de los otros cuatro arcángeles:
Uriel, Barachiel ó Baraquiel, Jehudiel, Saeltiel no aparecen en la Biblia.

Se encuentran en los libros apócrifos de Enoc, el cuarto libro de Esdras y en la literatura rabínica.
El primero es Miguel Arcángel
(Dan 10, 13. 20; Ap 12, 7; Jdt 9).
Su nombre expresa la actitud esencial
de los espíritus buenos.

"Mica-El" significa en efecto:


"¿Quién como Dios?".

En este nombre se halla expresada


la elección salvífica gracias a la cual
los ángeles "ven la faz del Padre"
que está en los cielos.
Es el que arrojó del Cielo a Lucifer
y a los ángeles que le seguían
y quien mantiene la batalla contra Satanás
y demás demonios para destruir su poder
y ayudar a la Iglesia militante a obtener
la victoria final.

Su conducta y fidelidad nos debe invitar


a reconocer siempre el señoría e Jesús
y buscar en todo momento la gloria de Dios.
El segundo es Gabriel: figura vinculada al misterio
de la Encarnación del Hijo de Dios (Lc 1, 19. 26).
Gabri-El significa: "Mi poder es Dios“ o "Poder de Dios",
como para decir que el culmen de la creación.
la Encarnación es el signo supremo del Padre Omnipotente.
El tercer arcángel se llama Rafael.
“Rafa-El” significa: “Dios cura” o “Medicina de Dios”.
Tiene un papel muy importante en la vida del profeta Tobías,
al mostrarle el camino a seguir y lo que tenía que hacer. ( Tob 12. 15. 20, etc.).
Tobías obedeció al arcángel San Rafael,
sin saber que era un mensajero de Dios.

Él se encargó de presentar sus oraciones


y obras buenas a Dios, dejándole como mensaje
bendecir y alabar al Señor,
hacer siempre el bien y no dejar de orar.

Es patrono de los viajeros y de los médicos


(de cuerpo y alma) por las curaciones
que realizó en Tobit y Sara,
el padre y la esposa de Tobías.
En la segunda venida de Cristo,
la “Parusía” anunciada por los ángeles,
éstos estarán presentes al servicio
del juicio del Señor. Mt 25, 31

El Hijo del hombre...


Vendrá en la gloria de su Padre
con los santos ángeles.

Mc 8, 38; Mt 16, 27; Lc 9, 26; 2 Tes 1, 7.


Jesús atribuye a los ángeles la función de testigos en el supremo juicio divino
sobre la suerte de quien ha reconocido o renegado a Cristo:

“A quien me confesare delante de los hombres, el Hijo del hombre


le confesará delante de los ángeles de Dios” (Lc 12, 8-9; cf. Ap 3, 5).
Estas palabras son significativas porque si los ángeles toman parte en el juicio de Dios,
están interesados en la vida del hombre.

También podría gustarte